comunicacion como herramienta de gestion

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DIÁLOGOS DE LA COMUNICACIÓN, N°78, ENERO - JULIO 2009 REVISTA ACADÉMICA DE LA FEDERACIÓN LATINOAMERICANA DE FACULTADES DE COMUNICACIÓN SOCIAL ISSN: 1995 - 6630 1 La comunicación como herramienta de gestión territorial Apuntes para el debate Sergio Mogliati [email protected] Sergio Mogliati. Licenciado en Ciencias de la Comunicación – Universidad de Buenos Aires (UBA). Profesor del Seminario Medioambiente y Comunicación en la Carrera de Ciencias de la UBA y de la material Periodismo especializado en ecología, Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales. Es director de la revista Hydria y consultor en temas de educación y comunicación para el sector ambiental en Argentina.

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  • DILOGOS DE LA COMUNICACIN, N78, ENERO - JULIO 2009

    REVISTA ACADMICA DE LA FEDERACIN LATINOAMERICANA DE FACULTADES DE COMUNICACIN SOCIAL ISSN: 1995 - 6630

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    La comunicacin como herramienta de gestin territorial Apuntes para el debate Sergio Mogliati [email protected]

    Sergio Mogliati. Licenciado en Ciencias de la Comunicacin Universidad de Buenos Aires (UBA). Profesor del Seminario Medioambiente y Comunicacin en la Carrera de Ciencias de la UBA y de la material Periodismo especializado en ecologa,

    Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales. Es director de la revista Hydria y consultor en temas de educacin y comunicacin

    para el sector ambiental en Argentina.

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    Los temas ambientales han ingresado hace relativamente poco tiempo en la agenda de la opinin pblica mundial. En las casi cuatro dcadas que nos separan del Informe Meadows y de la primera Cumbre de Naciones Unidas sobre Medioambiente1

    A su vez, en los ltimos aos, el creciente costo de la energa (y tambin de las materias primas de tipo extractivo), la movilizacin social sobre las diversas cuestiones relacionadas con el ambiente y, con suerte y eficacia dispares, la accin de distintas instancias internacionales que dieron como resultados varios acuerdos intergubernamentales sobre algunas temticas

    han proliferado los discursos relacionados con la temtica incluyendo los medios masivos- adems de distintas iniciativas a nivel gubernamental, no gubernamental y multilateral. El periodo marca un proceso contradictorio, ya que por un lado asistimos a una mayor generacin de informacin cientfico-tcnica sobre los impactos de origen antrpico sobre el medioambiente (y, en muchos casos, con gran repercusin masiva y movilizaciones en distintos lugares del mundo, especialmente en la ltima dcada), pero por otro lado se profundiz la tendencia hacia una relacin mtica de las comunidades con la naturaleza, producto de una desterritorializacin de la vida cotidiana (o falta de experiencia ambiental directa), especialmente en reas urbanas con un nivel medio o alto de ingresos.

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    Pero las problemticas de tipo ambiental o territorial

    , obligaron al sector productivo a intervenir sobre sus propios mecanismos de produccin con el fin de reducir costos econmicos o desactivar la presin de la opinin pblica, y a los estados a generar marcos normativos y de gestin especficos. Las movilizaciones populares, que impulsaron una variada gama de demandas que llevaron a considerar el ambiente como uno de los derechos bsicos de los ciudadanos, tambin presentan un aspecto contradictorio desde el punto de vista de la gestin, ya que por un lado las demandas se asientan sobre temticas muy especficas y en la mayora de los casos- locales, mientras que la gestin del territorio en general, y de los recursos naturales en particular, requiere de una mirada integral si pretende hacer efectivos dichos derechos e incorporar cuotas crecientes de justicia. La prensa, por su parte, no ha sido capaz tampoco de un enfoque integral. La complejidad de la temtica, la diversidad de disciplinas que intervienen y los tiempos no mediticos de los problemas ambientales han contribuido a ello. Por lo tanto, la explosin de discursos sobre la temtica ambiental no es sinnimo de conciencia ambiental, como la proliferacin de organismos ambientales no es sinnimo de una mejor gestin. Asimismo, la multiplicidad de grupos movilizados por estos temas en todo el mundo no es sinnimo de un avance en la asignacin ptima de recursos o en la toma de decisiones justas o acertadas.

    Es comn que sobre el concepto de medioambiente o de ecologa aparezcan mezcladas demandas tan diversas como la conservacin de espacios naturales, proteccin de la calidad de vida, derechos de acceso a los servicios, mistificacin de lo natural, responsabilidad ciudadana, entre muchos otros. A veces, dichas movilizaciones ponen en discusin cuestiones de fondo y, en otras, aparecen aspectos francamente regresivos.

    3 no son nuevas, sino que expresan con nuevas formas viejos conflictos, como la pobreza, la sanidad o la exclusin social. Adems de la permanencia de los factores histricos que sostienen dichos problemas, la cuestin ambiental incorpora a ellos la tensin cada vez ms aguda entre crecimiento y sostenibilidad ambiental4. Por lo tanto, los pobres, los excluidos y los enfermos5

    1 . El informe titulado Los lmites al crecimiento, elaborado por el MIT (comisin presidida por D. L. Meadows) para el Club de Roma, y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, reunida en Estocolmo en 1972, son considerados como los hitos que marcaron el ingreso del debate ambiental a la dimensin global. 2 . Entre otras, las convenciones sobre cambio climtico, biodiversidad, aves migratorias, trfico de fauna silvestre, humedales. Este proceso se produce fundamentalmente a partir de la Cumbre de la Tierra en Ro de Janeiro en 1992. 3 . Utilizamos en este artculo los conceptos de ambiente y territorio como sinnimos. Estimamos que el primer concepto puede tener una acepcin acotada, circunscripto a la agenda ecologista, al menos en algunos pases. Por el contrario, creemos que el concepto de territorio es ms adecuado para dar cuenta del carcter integral de la problemtica. 4 . Existe una amplia bibliografa al respecto. Ver, entre otros, los trabajos de Joan Martinez Allier y Jos Manuel Naredo. 5 . Nos referimos aqu a los que padecen enfermedades evitables producto de problemticas ambientales. La Organizacin Mundial de la Salud estima que el 24% de la carga de morbilidad y el 23% de mortalitad corresponde a factores ambientales. En los nios de 0 a 14 aos esta incidencia aumenta al 36%. Ver Ambientes saludables y prevencin de enfermedades, por A. Prss-stn y C. Corvaln, OMS, 2006.

    (entre muchas otras) son categoras que pueden ser analizadas desde lo ambiental. Para decirlo

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    de otra manera, la gestin territorial es una herramienta fundamental para lograr procesos de inclusin, de redistribucin y de justicia social. La comunicacin ha jugado un rol importante en el tratamiento de algunas de estas problemticas; ha sido utilizada por ejemplo en la promocin educativa o sanitaria en el marco de programas nacionales o multilaterales. La denominada comunicacin para el desarrollo6

    Las ciencias de la naturaleza (como la biologa, la climatologa, la fsica, la hidrologa, la geomorfologa, la geologa, la qumica, la oceanografa, etc.) estn aportando una serie de evidencias sobre los impactos de origen antrpico sobre el medioambiente que, con las marchas y contramarchas previsibles, estn logrando consensos en el mundo cientfico y tienen una creciente difusin masiva

    aport instrumentos y metodologas para desarrollar las potencialidades de las comunidades o para generar procesos de participacin en la toma de decisiones. Sin embargo, estos temas (y muchos otros) no pueden seguir siendo tratados en forma aislada, ya que lo territorial nos obliga a una mirada transversal. En consecuencia, la comunicacin requiere hoy de un abordaje superador para consolidarse como herramienta de gestin, definiendo nuevos problemas, nuevos enfoques metodolgicos y nuevas competencias por parte de los profesionales. Comunicacin y territorio

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    Estos dos desafos comunes a cualquier accin de comunicacin- cuando se aplican a lo territorial implican revisar los problemas y los enfoques. De esta manera se definen nuevos desafos: a) abordar lo complejo, de manera tal que las decisiones sociales puedan ser tomadas en funcin de una correcta evaluacin de riesgos y alternativas posibles; b) reconstruir simblicamente la relacin comunidad-ambiente, que permita poner en relacin las conductas y hbitos de vida con sus consecuencias ambientales a pesar de la desterritorializacin de la vida urbana

    .

    A pesar de ello, el grueso de los habitantes del planeta permanece ajeno a los debates y, ms an, no accede a informacin precisa y til ni a espacios de reflexin sobre temas que ponen en cuestin sus propias formas y hbitos de vida. No nos referimos aqu solamente a los pobres del mundo (que son los que sufren las consecuencias directas del deterioro ambiental), sino tambin a las clases medias y altas que forman parte de la sociedad de consumo, principal motor de la degradacin ambiental. En este contexto, la comunicacin tiene un lugar de suma importancia en la generacin de conocimiento sobre las formas en que los distintos pblicos se relacionan con el territorio y los recursos, como as tambin construyendo canales de comunicacin y espacios vlidos de reflexin y participacin.

    8; c) construir sentido sobre la dimensin integral de los problemas ambientales generalmente a nivel de cuencas hidrogrficas9

    Para ilustrar lo que estamos diciendo tomaremos el caso de una inundacin como ejemplo. Cul es la dimensin territorial de una inundacin? Si reducimos el territorio a la zona afectada (es decir, a la porcin del territorio con su correspondiente poblacin y bienes que han quedado bajo el agua), tal como aparece comnmente en boca de los funcionarios y de la prensa, el problema es operable a travs de obras de infraestructura (construccin de defensas, diques, reservorios, etc.). Es decir, que la solucin se realiza a

    -, nica dimensin posible de gestin ptima del territorio y, d) redefinir las tecnologas aplicables a la solucin de los problemas.

    6 . Para un panorama sobre el tema ver rbol genealgico de teoras, metodologas y estrategias en la comunicacin para el desarrollo, de Silvio Waisbord. Papeer preparado para la Fundacin Rockefeller. 7. Ver, por ejemplo, los informes sectoriales de la Evaluacin de los Ecosistema del Milenio, 2005. (www.millenniumassessment.org) 8 . La experiencia ambiental urbana est mediada, entre otros factores, por la existencia de servicios pblicos (agua potable, cloacas, recoleccin de residuos slidos, desages pluviales, redes de energa y transportes) y por la cadena de comercializacin de productos de consumo masivo. En otro trabajo abordamos este tema: Ambiente, servicios pblicos e imaginario social, por Sergio Mogliati y Pablo Gavirati, I Jornadas Internacionales de Ecologa y Lenguajes, Crdoba, agosto 2008 9 . Una cuenca hidrogrfica est definida por todo el territorio en el que el agua de superficie escurre hacia un mismo cuerpo receptos (ro, arroyo o lago, etc.). Existe un consenso extendido entre los profesionales de las ciencias de la naturaleza y de la ingeniera, explicitado en cuanto evento internacional se dedique al tema, que la unidad ptima de gestin del agua, pero tambin de los recursos naturales en general, es la cuenca hidrogrfica. Ver Gestin de recursos a nivel de cuencas, por Axel Dourojeanni y Andrei Jouralev, Foro Agua para las Amricas en el siglo XXI, Mxico, 2002.

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    travs de tecnologas de construccin (estructurales). La comunicacin ha quedado all totalmente fuera de la problemtica. Si, en cambio, definimos el espacio territorial a intervenir a nivel de cuenca hidrogrfica

    a) Los usos del suelo agrcola, que determinarn una mayor o menor infiltracin del agua y, en consecuencia, un mayor o menor caudal que recibir el ro.

    del ro desbordado, el problema cambia de naturaleza. Aparecen all varios procesos que deben ser tenidos en cuenta:

    b) La ocupacin de los valles de inundacin de los ros en su paso por las ciudades, que determinar el espacio fsico que el ro tendr para evacuar el agua y los obstculos que encontrar dentro del mismo.

    c) Las restricciones al uso del suelo urbano, ya que su uso indebido determinar los riesgos potenciales cuando la inundacin se produzca, ya sea de contaminacin qumica o proliferacin de vectores de enfermedades.

    d) La correcta utilizacin de los sistemas de drenaje y la limpieza urbana que afectarn la permanencia de agua en superficie durante las lluvias.

    e) La organizacin de sistemas de alerta temprana y su funcionamiento eficaz durante la emergencia. f) La disposicin de mecanismos de retencin de agua en los predios particulares y los porcentajes de

    impermeabilizacin del suelo fijados en los cdigos urbanos. No hace falta detallar aqu las consecuencias de diversa ndole que acarrea una inundacin10

    En los procesos descriptos, todos ellos relacionados en forma directa con una inundacin, son necesarias una multiplicidad de disciplinas para operar sobre el territorio. La comunicacin es una de las principales. Las intervenciones estructurales, cuando son necesarias, son apenas una pequea porcin de las soluciones

    (entre ellas, sanitarias, econmicas, psicolgicas, educativas; tanto en el momento puntual de la catstrofe como a largo plazo), al margen de las consecuencias de segregacin que significan, ya sean en lo social como en lo territorial.

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    10. Una inundacin no es un fenmeno natural. El fenmeno natural es la lluvia, y llamamos inundacin a la afectacin de personas y bienes por ese fenmeno. 11 . En una jornada de debate sobre la gran inundacin de la ciudad de Santa Fe (Argentina) en 2003, un ingeniero comenz el evento con esta frase: Una obra de defensa es algo que nunca debera ser construido. La frase hace referencia a que si se aplican correctamente las soluciones no estructurales (planificacin del territorio) no son necesarias las soluciones estructurales (obras de infraestructura).

    . En el ejemplo mencionado se ve claramente que los problemas ambientales o territoriales requieren necesariamente un tratamiento integral y pone de relieve la estrechez de las soluciones atomizadas. El enfoque integral slo es posible si esa integralidad aparece como un componente de la construccin simblica del territorio, de manera tal que tanto los responsables de la gestin como los distintos grupos sociales (incluida la prensa) puedan elaborar consensos sobre cmo definimos un espacio en tanto unidad ptima de gestin. Entonces ser posible dimensionar correctamente los problemas, definir las acciones y las tecnologas a utilizar para resolverlos, teniendo como objetivo una mejora real en la distribucin de la riqueza, un fortalecimiento de los derechos humanos y una asignacin ptima de los recursos disponibles por la sociedad. Recin entonces podremos generar y/o fortalecer las instancias supraindividuales necesarias para la gestin del territorio, ya se trate de estados (nacionales, provinciales, departamentales) o de organismos (muchas veces interjurisdiccionales) con capacidad tcnica y poltica para asumir los desafos. Hacia la comunicacin como herramienta de gestin territorial En conclusin, la comunicacin tiene como desafo la construccin de nuevos imaginarios, de nuevos espacios conceptuales sobre los cuales desarrollar estrategias de gestin, fruto de procesos de la participacin ciudadana sobre la base del conocimiento profundo de las temticas y de las alternativas posibles en cada caso.

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    El esquema que parece imperar en la mayora de los medios de comunicacin, que construyen una oposicin maniquea entre demandas sociales siempre razonables frente a estados siempre sospechosos de negligencia, corrupcin o desidia, puede rendir frutos en trminos de rating, pero no parece ser el camino ms fructfero para el bien comn.

    El anlisis de los medios, y de su tratamiento de la temtica ambiental o territorial es, sin dudas, valioso. Dicho campo es conocido y transitado por las ciencias de la comunicacin. Sin embargo, subrayamos aqu la importancia de abrir nuevos enfoques desde esta disciplina hacia la cuestin ambiental-territorial, donde la comunicacin debe interactuar con otras reas del conocimiento social como la sociologa, la antropologa, la geografa y la psicologa, entre otras- para incorporar sus aportes como parte de las herramientas necesarias para el planificador en su abordaje de los complejos problemas territoriales y para el desarrollo de herramientas de gestin, ya sea en la etapa de diagnstico, ejecucin o evaluacin. Pero adems, debe hacer una lectura profunda de los aportes de las ciencias de la naturaleza, buscando en ellas los aspectos determinantes para la gestin social del territorio. En este sentido, la comunicacin debe hacer una lectura no reduccionista de la complejidad a que nos enfrentan estos problemas. Por ltimo, a las evidencias cientficas que aportan las ciencias de la naturaleza sobre los impactos de nuestras acciones sobre el planeta, y al aporte de las ciencias sociales sobre la dinmica de poblaciones, la comunicacin podr sumar una especificidad como disciplina que apunte a generar los consensos necesarios para la gestin de una sociedad ms justa y sostenible, y deber profundizar los desarrollos metodolgicos para lograr ese objetivo.