comprender y manejar la conducta de mi hijo

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Psicólogo: Antonio V. Esquiva Sáez (Director de CAEPI) 1 COMPRENDER Y MANEJAR LA CONDUCTA DE MI HIJO Existen cincos pilares básicos para una adecuada educación: 1. el afecto, el cariño, la aceptación y el reconocimiento 2. el diálogo, la comunicación, la escucha y la comprensión 3. la autoridad, aplicada desde la competencia y la ecuanimidad 4. la coherencia, el criterio y el sentido común 5. el respeto, la consideración y los valores humanos. Todo esto junto a las dosis necesarias de paciencia y constancia que requiere la tarea educativa, producen resultados muy beneficiosos para la convivencia y el desarrollo equilibrado de nuestros niños. Somos seres sociales y como tal necesitamos de una educación que nos ayude a relacionarnos/convivir con lo demás. Educar requiere Conocimiento, Madurez, y por supuesto Ilusión y Deseo. Funciones primordiales de los padres con respecto a sus hijos : - Cuidar las necesidades básicas - Asegurar el bienestar emocional y el desarrollo psicológico: procurar seguridad y estabilidad, proporcionar afecto - Socializar: transmitir la cultura y las normas que posibiliten su integración y adaptación social - Inculcar Valores: establecer una conciencia moral en el niño, también como parte de su socialización. - Desarrollar la autonomía: posibilitar su individualidad, promover su desarrollo e independencia, facilitar su futura emancipación. Gran importancia del rol que posee cada uno dentro de la familia: Los papeles madre-padre y los de hijo-hija han de estar muy bien diferenciados. Todos tienen obligaciones y derechos que deben ser aclarados, reconocidos y respetados. En algunas familias esto no queda demasiado claro y son los hijos quienes deciden, mientras que los padres no orientan, no dirigen y no ponen límites. Evidentemente tienen desdibujado su papel y están confundiendo su rol.

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Page 1: COMPRENDER Y MANEJAR LA CONDUCTA DE MI HIJO

Psicólogo: Antonio V. Esquiva Sáez (Director de CAEPI)

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COMPRENDER Y MANEJAR LA CONDUCTA DE MI HIJO Existen cincos pilares básicos para una adecuada educación:

1. el afecto, el cariño, la aceptación y el reconocimiento

2. el diálogo, la comunicación, la escucha y la comprensión

3. la autoridad, aplicada desde la competencia y la ecuanimidad

4. la coherencia, el criterio y el sentido común

5. el respeto, la consideración y los valores humanos.

Todo esto junto a las dosis necesarias de paciencia y constancia que requiere la tarea educativa, producen resultados muy beneficiosos para la convivencia y el desarrollo equilibrado de nuestros niños. Somos seres sociales y como tal necesitamos de una educación que nos ayude a relacionarnos/convivir con lo demás. Educar requiere Conocimiento, Madurez, y por supuesto Ilusión y Deseo. Funciones primordiales de los padres con respecto a sus hijos:

- Cuidar las necesidades básicas

- Asegurar el bienestar emocional y el desarrollo psicológico: procurar seguridad y estabilidad, proporcionar afecto

- Socializar: transmitir la cultura y las normas que posibiliten su integración y adaptación social

- Inculcar Valores: establecer una conciencia moral en el niño, también como parte de su socialización.

- Desarrollar la autonomía: posibilitar su individualidad, promover su desarrollo e independencia, facilitar su futura emancipación.

Gran importancia del rol que posee cada uno dentro de la familia: Los papeles madre-padre y los de hijo-hija han de estar muy bien diferenciados. Todos tienen obligaciones y derechos que deben ser aclarados, reconocidos y respetados. En algunas familias esto no queda demasiado claro y son los hijos quienes deciden, mientras que los padres no orientan, no dirigen y no ponen límites. Evidentemente tienen desdibujado su papel y están confundiendo su rol.

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CAMBIOS EN LA CONDUCTA DEL NIÑO RECETAS MÁGICAS, NO EXISTEN: el mero conocimiento de diversas estrategias educativas y su intento de aplicación no es válido si no tenemos en cuenta los siguientes factores:

- SER FLEXIBLES. Para provocar un cambio, nosotros debemos cambiar. Si intentamos poner en práctica todo lo aprendido pero sin cambiar nosotros (queremos que cambien los niños sin cambiar mi rutina diaria, mi pensamiento, mis actos,...) no conseguiremos nada. Si actuamos como siempre, todo va a seguir igual.

- ACTITUD. Si no creemos en la eficacia de lo que estamos haciendo, si no somos Rigurosos y Sistemáticos en su aplicación, con frecuencia nos llevará a no obtener los resultados deseados.

- CAPACIDAD DE ADAPTAR a nuestro caso lo aprendido. Si conocemos las técnicas y nos limitamos a aplicarlas sin entender el mecanismo que rige determinada conducta, sin analizar y decidir la oportunidad de su aplicación, no obtendremos un adecuado resultado.

OBSTÁCULOS PARA EL CAMBIO

1º- La Incertidumbre. La inseguridad de que si lo que estoy haciendo es lo adecuado o no, si ya he fallado me puede volver a pasar. Contra esto, VALOR Y ACCIÓN. Afrontar la situación, tomar decisiones, asumir riesgos y actuar es lo que nos aporta seguridad y confianza y nos ofrece enseñanzas de nuevos aprendizajes, aun cuando los resultados no sean los esperados.

2º - La Queja: suele perjudicar tanto a la persona que la realiza como a su entorno. Perdemos gran parte de nuestra energía lamentándonos si no hacemos nada: “mi hija me insulta sin cesar”. Lo peor: quejarse sin hacer nada y a la espera que otros lo hagan por ti.

3º-La Culpabilidad: somos seres humanos y nos equivocamos. Es normal perder la paciencia, pero no por ello somos “mal padre o mala madre” Nuestro propósito es el abordar la tarea educativa de la mejor manera posible. Debemos reducir nuestra tendencia a la autoinculpación y usar esa energía en poner remedios, cambiar y emprender nuevas prácticas educativas.

¿COMO APRENDEN NUESTROS NIÑOS?

Dos estrategias básicas:

1. Imitación (3º ley). Los adultos han de ser un ejemplo a imitar en las conductas que deseemos fomentar. Pretender que el niño esté tranquilo en un ambiente en que los gritos son habituales, es poco realista, pretender que sea un niño tranquilo si nosotros le mostramos un manojo de nervios continuo también,...

Otros modelos: sus compañeros de la guarde, del cole, hermanos, los personajes que ve en la tele. Observan e imitan acciones, gestos, palabras y expresiones tonos de voz y modos de hablar.

2. Asociación (resto de leyes). Cuando un estímulo aparece emparejado en varias ocasiones con otro, la presencia de cualquiera de ellos acaba por asociarse al otro. Nuestro entorno está lleno de estímulos que se van asociando también a determinadas sensaciones y/o conductas: podemos asociar la mesa del comedor a la comida, la cama a dormir,... Cada ambiente va cobrando especial significado y nos predispone a unas determinadas acciones.

A ningún niño, especialmente, aquellos más inflexibles, no les gusta o incluso algunos no soportan los cambios en el ambiente, por el simple hecho de que han realizado sus asociaciones correspondientes que les crean la seguridad de anticipar la acción.

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LAS LEYES DEL APRENDIZAJE:

1ª Ley: Toda conducta que va seguida de una recompensa tiende a repetirse en el futuro.

2ª Ley: Cuando una conducta no obtiene recompensa, desaparece o se extingue.

3ª Ley: Muchas conductas las aprendemos por observación, imitando lo que vemos hacer a otras personas.

4ª Ley: En determinadas condiciones, las conductas que van seguidas de consecuencias desagradables

tienden a desaparecer.

FOMENTO DE LAS CONDUCTAS DESEABLES Importante las 3 R: REGLAS, RUTINAS Y RESPONSABILIDADES:

– REGLAS: normas CLARAS y límites FIJOS desde edades tempranas; así como la

consecuencia (inmediata) prevista si no se cumple la regla.

– RUTINAS: consolidación de una regla aplicada con constancia. La sucesión de actos repetidos hace la vida más previsible y por tanto, más segura para el niño, puede anticipar.

– RESPONSABILIDADES: producto de la repetición de las rutinas. Tareas desempeñadas

por el niño de forma cotidiana, que asume con normalidad y que descarga a otras personas del peso de pensar en ellas.

REGLAS Y NORMAS – El NO es necesario para imponer límites. – Las normas y los límites son necesarios.

Los niños necesitan límites educativos: Hay que ir enseñándole desde muy pequeño, al año ya comprende, lo que puede hacer y lo que no es conveniente; se le explica una vez el porqué con palabras sencillas según su comprensión. Para él tener claros los límites educativos es importante por tres motivos: 1. Porque le ayuda a entender e integrar las normas que rigen el mundo en el que vive. Un

sistema de normas que no sea cambiante le ayuda a saber predecir las consecuencias de su propia conducta. Le ofrece la seguridad de saber a qué atenerse en todo momento.

2. Porque le ayuda a sentirse seguro.

⊳ Los niños más inseguros y temerosos son aquellos hijos de padres muy permisivos o que tienen un criterio educativo incoherente (hoy te castigo por esto, mañana lo considero una gracia). “Si yo no tengo claro por dónde me tengo que conducir, si no tengo claro qué es lo que está bien y qué es lo que está mal, me siento perdido”.

⊳ Muchos padres piensan que si son exigentes con sus hijos, éstos les querrán menos, se rebelarán y no habrá quien los domine. Por lo general, les sorprende que ante una mano firme pero cariñosa, sus hijos respondan relajándose y portándose bien.

3. Porque les ayuda a “portarse bien”, a ser “mejores personas” y, por lo tanto, a tener un buen concepto de sí mismos.

⊳⊳⊳⊳ Los niños desean portarse bien, porque portarse bien les hace sentirse válidos y buenas personas.

⊳⊳⊳⊳ Algunos padres son excesivamente blandos, modifican sus castigos ante el llanto de sus hijos y se dejan convencer con facilidad para tomar una medida educativa que en el fondo no desean o que sospechan que no es educativamente correcta. Estos padres volubles ante las protestas de sus hijos no se dan cuenta de que cambian constantemente las normas de

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casa. Cuando actúan así, dejan en manos del niño toda la responsabilidad de decidir portarse bien o mal. El niño tiene tentaciones de dejarse llevar por lo que le apetece y dejar las responsabilidades a un lado, si los padres tienen un planteamiento coherente que les ayude a ajustarse a las normas, vencer este deseo primario es más fácil.

⊳⊳⊳⊳ Igual que nos sucede a nosotros, al niño le resulta más fácil portarse bien si tiene límites claros y si tiene incentivos que le animen a hacerlo.

⊳⊳⊳⊳ Cuando un niño se porta mal, aunque no lo manifieste abiertamente, se siente malo y su autoestima se deteriora.

– Mentalidad flexible que permita ir adaptando esas normas a la situación, al momento y edad

concreta del niño. – CONSENSO: Los padres y otros cuidadores (abuelos que vivan en casa, un cuidador contratado

que pasa mucho tiempo con el niño…), deben de estar de acuerdo y seguir en la misma dirección, pues de lo contrario el niño se hará un lío con respecto a lo que está bien o lo que está mal.

A cualquier edad se capta claramente “la vía de agua”. Por ahí van a colarse habilidosamente, dividirán y conseguirán su objetivo. Si la divergencia estalla en público, sugerir al otro que lo comentéis en otro lugar y lleguéis a un acuerdo. Ante todo, NO OS DESAUTORICÉIS, NI OS DESCALIFIQUÉIS. “Las diferencias son una riqueza: no dejéis que os empobrezcan”. Hablad de vuestras necesidades y las de los niños y no desde posiciones cerradas e inflexibles

YO SOY PADRE, ¡¡Y YO ABUELA!! • ¿Cómo es posible que se comporten con sus nietos de una forma que a mí no me habrían

consentido nunca?

• “Para educar a un niño hace falta la tribu entera” Cada familiar debe tener su rol. La responsabilidad principal es de los padres, por lo que los abuelos se pueden relajar y cumplir su rol como tal.

• Algunas ideas: - Reconozcámosles su experiencia como educadores, pero sin permitirles subestimar la vuestra. - Explicarles la necesidad de que acepten algunas consignas de nuestra manera de actuar. - En caso de que los abuelos se conviertan en confidentes de sus nietos, jamás criticarán las decisiones de los padres, y menos delante del niño. • RECORDAR:

SIN SU CONTRIBUCIÓN NI LA NUESTRA, LOS ABUELOS NO DISFRUTARÍAN DE LA DICHA DE TENER NIETOS. ESTAMOS EN EL MISMO BARCO, PARA BIEN Y PARA MAL. Los niños necesitan con claridad distinguir entre: COBERTURA AFECTIVA: que nos obliga a tratar cualquier tema con delicadeza, amor, tacto y serenidad. Y COBERTURA EFECTIVA: nos tiene que recordar que somos educadores y que, por tanto, la permisividad excesiva es deseducadora. Debemos acompañar no sobreproteger:

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- ACOMPAÑAMIENTO: conlleva educación, maduración, autonomía en la toma de decisiones, modelo de respeto y cortesía hacia los demás.

- SOBREPROTECCIÓN: genera personas inmaduras, dependientes, irresponsables, miedosas,

indecisas, caprichosas…

ESTRATEGIAS

Cada vez que realizamos una conducta, ocurre algo como consecuencia. • Cuando María estudia, la profesora la felicita. • Cuando Pablo molesta, los mayores le regañan. • Cuando Paula cuenta un chiste, los demás se ríen.

Felicitar, regañar, reírse son las consecuencias a las conductas de estudiar, molestar y contar un chiste. Por ello, podemos “premiar” buenas conductas, aunque en ocasiones, sin darnos cuenta, premiamos de

algún modo las conductas inadecuadas y éstas se repiten cada vez con mayor intensidad

TIPOS DE REFORZADORES:

ATENCION DE LOS ADULTOS – REFUERZO POR EXCELENCIA

� El premio por excelencia para cualquier niño: la atención de sus padres.

ESTÍMULOS

EJEMPLOS

VENTAJAS

INCONVENIENTES

MATERIALES

• Chucherías • Pasteles • Chocolate • Juegos • Dinero

• Gran potencia si hay privación.

• Muy útiles en niños pequeños y deficientes

• Casi universales

• Los padres no deben administrarlos en otros momentos.

• Fácil saciación • Pueden ser perjudiciales

ACTIVIDADES

• Salir al campo • Salir al parque • Ver la TV • Jugar al fútbol • Un rato más largo

con papá y mamá

• Muy variados • De fácil elección • Difícil saciación • Naturales, pocos

intrusitos

• Difícil administración • Retraso en el tiempo

SOCIALES

• Sonrisa • Gesto • Caricias • Besos • Comentarios

verbales

• Difícil saciación • Fácil administración • Promueven la autoestima • Inducen motivación

intrínseca. • Natural en situaciones

sociales • Poco costosos • Variados

• Fácil de olvidar por el administrador

• Baja potencia al principio

SIMBÓLICOS O CANJEABLES

• Economía de fichas

• Fácil administración • Evitan la saciación

• Uso incorrecto

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� Desde que nacen, los niños intentan entender y controlar como funciona el mundo. � Este deseo de control del bebé sobre su entorno sigue presente durante toda la vida del niño. Con

pocos meses tiran la cuchara al suelo y observan lo que pasa, después repiten este descubrimiento una y otra vez.

� A los 3-4 años desean que les leamos un mismo cuento una y otra vez y se enfadan si introducimos modificaciones. No les gusta. Desean comprobar la estabilidad de sus conocimientos: siempre que sucede A, después sucede B.

� Dentro de este entorno que el niño desea controlar estamos también los adultos. � Respecto a esto, los niños parecen seguir ciertos principios básicos:

1. ES ESTUPENDO QUE TE HAGAN CASO 2. SI NO CONSIGO ATENCIÓN POR MIS BUENAS CONDUCTAS LA OBTENDRÉ

POR MIS MALAS CONDUCTAS 3. MÁS VALE QUE ME CASTIGUEN Y SENTIR QUE SE OCUPAN DE MÍ, QUE

PASAR DESAPERCIBIDO. COMO ELOGIAR: LA ALABANZA (Junto a la atención del adulto, refuerzo por excelencia) Los elogios son una influencia tan poderosa que sólo con unos pocos se puede lograr una nueva conducta y con un poco menos se mantendrá el cambio. El propósito de elogiar es aumentar conductas deseables, de modo que es necesario hacer hincapié en qué conducta concreta se persigue, cuanto más concreto sea el elogio, mejor comprenderá el niño que es lo que hace bien y será más probable que lo repita. La atención es la mejor estrategia que tenemos como educadores, cuando atendemos a una conducta, una palabra o un gesto, contribuimos a que se mantenga. Si sonreímos al niño pequeño que tira una cuchara al suelo, lo volverá a repetir. Si sonreímos cuando dice un taco, lo dirá de nuevo. Si le miramos con entusiasmo cuando empieza a vestirse solo, querrá seguir haciéndolo. La atención nos ayuda a reforzar todo lo que el niño hace o dice, tanto si la conducta es adecuada como si no lo es, por eso es importante que tengamos claro que es lo que queremos favorecer (si queremos que el niño no diga palabrotas, deberemos aprender a pasar de ellas, incluso evitando que nos sorprenda). Los niños necesitan de esta motivación exterior para avanzar en su crecimiento, les permite aumentar la seguridad en sí mismos y contribuye a un desarrollo adecuado de la autoestima. (A medida que crecen, van independizándose de esta alabanza externa y son capaces de motivarse y felicitarse a sí mismos por los logros obtenidos). El niño va a buscar la aprobación, que tú le digas sobre algo que ha hecho “está muy bien” le hará sentir orgulloso y favorecerá el desarrollo de la seguridad en sí mismo, no obstante también deberemos tener en cuenta que: Debemos procurar elogiar al niño cuando haya conseguido algo y no simplemente para hacer que se sientan bien. (El niño no confiará en el adulto si éste continuamente le está elogiando). Debemos alabar también los progresos, es decir, las conductas que se aproximen al objetivo para que el niño se sienta apoyado en sus esfuerzos. No debemos ocultar el fracaso, pues las cosas no siempre salen bien aunque nos esforcemos, ya que también intervienen otros factores. (Podemos seguir animando al niño e intentar dividir la tarea

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complicada en pasos más sencillos que el niño pueda ir consiguiendo sin sentirse frustrado en cada momento). Los elogios son más eficaces, especialmente en niños muy pequeños cuando se producen pronto, no debe pasar demasiado tiempo entre el comportamiento positivo del niño y la respuesta paterna. Los niños se vuelven locos por conseguir elogios, cuando se trabaja para establecer un nuevo comportamiento, es necesario elogiar constantemente al principio y, luego reducir los elogios gradualmente. Cuando el niño lo ha aprendido, se debe elogiar sólo de vez en cuando.

PASOS PARA LA APLICACIÓN DE LOS REFUERZOS

• Primero se refuerza cada vez que se da la conducta. • Posteriormente, cuando la conducta aparezca con bastante frecuencia, se refuerza intermitentemente,

sólo de vez en cuando.

CONDICIONES PARA LA ADMINISTRACIÓN DEL REFUERZO POSITIVO:

1. Los refuerzos deben ser cosas que verdaderamente gusten e interesen a la persona que los recibe.

Lo que sirve en un caso puede no servir en otro.

2. CUIDADO!!!: un premio demasiado deseado puede crear ansiedad e impedir un buen

rendimiento.

3. Los refuerzos deberán lograrse por la conducta concreta que queremos enseñar.

4. Truco: ajustar el premio al esfuerzo.

6. Siempre que se pueda y sea posible se han de emplear refuerzos sociales y de actividades, evitando los materiales.

7. Debemos ser consciente de lo que premiamos: premiar el proceso es más útil que premiar el fín. 8. Un premio conseguido por una conducta no puede servir de castigo por otra distinta. Si le

hemos prometido un helado por comerse toda la carne, no se lo podemos quitar si pega a su hermana. Él recibirá el helado más tarde, pero primero deberá estar unos minutos en el rincón de pensar.

9. Cuanto más pequeño es el niño más inmediato debe ser el premio tras la conducta. Cuando los

premios se entregan a largo plazo, el niño pequeño deja de relacionarlo con la conducta que lo originó.

10. Cada conducta que deseamos cambiar debe tener un premio independiente. De ese modo, si un

niño falla en una, no recibirá el premio asignado para esa conducta pero sí para otra. EXTINCIÓN: CÓMO IGNORAR, ELIMINAR LAS CONDUCTAS INADECUADAS No queremos más a nuestros hijos por protegerlos más o porque intentamos que no se enfaden, los niños necesitan normas claras de funcionamiento que sirvan de referencia en su desarrollo, ya que ayuda al niño a tener claros determinados criterios sobre las cosas. El niño necesita normas y límites pues estas le

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dan seguridad y protección y le permite predecir la reacción de los padres ante determinadas situaciones y comportamientos. Para poder establecer con éxito los límites y normas es necesario que exista un buen clima familiar de afecto y cariño. Las normas marcadas por los padres han de ser claras y realmente necesarias, y por tanto no han de ser excesivas. Los padres, ambos, deben de estar de acuerdo y seguir en la misma dirección, pues de lo contrario el niño se hará un lío con respecto a lo que está bien o lo que está mal. Todo esto requiere también la necesidad de que los padres adopten una mentalidad flexible que les permita ir adaptando esas normas a la situación, al momento y edad concreta del niño. Un modo eficaz de eliminar comportamientos específicos que irritan es simplemente ignorarlos. La ignorancia funciona bien normalmente para detener un comportamiento que siempre ha provocado la atención y ha permitido al niño salirse con la suya con anterioridad. Las rabietas son un buen ejemplo (el niño quiere un caramelo y usted le dice “no, ahora no”, llora, se cae al suelo, patalea y grita, usted intenta resistir, pero al final no lo soporta más y se rinde, todo el mundo le mira, usted no lo soporta más y le da el caramelo para detener la rabieta) (se está reforzando la dependencia del niño en las rabietas para el futuro). Puede que al aplicar esta técnica le parezca que no está haciendo nada en absoluto para cambiar las cosas, pero comprobará cómo al ignorar sistemáticamente ciertos comportamientos, y actuando como si no existieran, se consiguen resultados asombrosos. Cuando quieren los niños hacen cualquier cosa para conseguir la atención total e inmediata de sus padres. Por eso el primer paso para conseguir que una conducta inadecuada deje de realizarse es retirar la atención, no siempre es fácil llevarlo a cabo. Pero siempre que la acción inadecuada no suponga un peligro para el propio niño o para los demás debemos evitar que consiga nuestra atención. (Por ejemplo: si tú hijo dice un taco, ni siquiera le regañes y sobre todo no te rías). No debemos reaccionar al comportamiento inadecuado de ninguna manera, verbal o no verbal, no hay que decir nada al respecto, no se debe mirar al niño cuando está actuando, no hay que mostrar ninguna expresión facial o hacer gestos, se debe mirar a otro sitio, hacer como si se estuviera ocupado en otra cosa, salir de la habitación o seguir con otra cosa. Esto no significa tratar al niño fríamente, ya que esa sería otra forma de atención, simplemente se debe simular que se está tan concentrado en lo que se está haciendo que uno no se da cuenta de nada. Retirar la atención es útil, pero lo será mucho más si se complementa con otras técnicas: - El niño aprenderá que no le haces caso cuando llora para pedirte algo, pero te pones muy contento cuando te lo dice sin llorar, así que no se te olvide felicitarle por las cosas bien hechas. - Anticiparte al problema. Si sabes que el niño va a llorar cuando le apagues los dibujos de la tele para ir a la cama, avísale de que se va a apagar la tele unos minutos antes y busca alguna canción o juego que le permitan vivir este momento de una manera más divertida. Una vez que se ha decidido retirar la atención, debemos mantenernos en nuestra postura, debemos tener en cuenta, además, que retirar la atención suele provocar en los niños un aumento de la conducta inadecuada. Cuando los niños son muy pequeños, no saben calmarse solos, pues no tienen capacidad para hacerlo, si el niño llora porque quiere un caramelo y no se lo damos, no pasa nada porque llore, pero no tiene sentido que se le deje llorar indefinidamente hasta que se ponga rojo como un tomate. Está claro que no le vamos a dar el caramelo, pero debemos enseñarle a controlarse.

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En ocasiones conviene que prestemos atención a algunas cosas para que el niño las asuma con naturalidad y restarle cualquier connotación negativa que pueda tener. (Ejemplo: el niño comienza a decir “caca” “culo” y sabe que está diciendo algo que molesta a los adultos, el niño insiste, dile que ya le has oído sin darle mayor importancia y centramos su atención en otra cosa.

EL CASTIGO Los castigos ayudan a mantener las conductas ya adquiridas, los premios a instaurar nuevas conductas. - Suprimir una actividad agradable: dejar sin recreo, suspender un premio prometido, quitar puntos,.. - Tiempo Fuera de refuerzo positivo: aislar al niño de lo que le resulta gratificante (estar en el cuarto

cuando todos están en el salón, salir de clase,...) - Actividad desagradable: copiar la lección, limpiar lo que ha manchado,... - Físicos: “una bofetada a tiempo” no resulta perjudicial si es una medida aislada en la vida del niño,

simbólica y no es fruto de la descarga de rabia de los padres.

Atención: Ridiculizar o humillar a un niño, agredirle físicamente con fuerza o con rabia o amenazarle con que puede perder nuestro cariño por su mal comportamiento provoca secuelas en el niño, que a pesar de no ser visibles, son profundas y difíciles de erradicar.

¿COMO DEBEN APLICARSE LOS CASTIGOS?

• Un castigo debe suponer una señal para que el niño se dé cuenta de que ha franqueado un límite impuesto a una conducta. – Mamá llama a Carlos para que acuda a bañarse. Como no acude, le va a buscar, le coge de malos modos y le lleva al baño.(Carlos no se sale con la suya; límite: si no viene, mamá va por él de malos modos)

• En muchas ocasiones, el límite existe, la conducta es castigada, pero los padres tienen la sensación de que no funciona. Cuando esto sucede normalmente es porque el límite no se pone en el momento adecuado. - si la mamá llama al niño repetidas veces, irá a por él mucho más enfadada, le gritará dando comienzo a una discusión madre-hijo. La mejor manera de actuar es poniendo el límite a tiempo como en el punto anterior, como mucho a la segunda llamada. VENTAJA: evitamos acumular tensión, por lo que nos resultará más fácil hacer “borrón y cuenta nueva” (una vez cumplido el castigo empezamos de cero y sin rencores).

• Deben tener relación con la infracción. • Deben ser proporcionales a la infracción o conducta indeseada. • Un castigo debe ser aplicado con coherencia y sistematicidad (siempre que se produzca la

conducta debe producirse el castigo). • Cuando aplicamos un castigo a una conducta que se repite con demasiada frecuencia es posible

que debamos sustituir el sistema por un premio a la conducta contraria. • La eficacia de los castigos es limitada. Pasado el castigo, la conducta se vuelve a repetir. Está

demostrado que es mucho más eficaz premiar la buena conducta que castigar la mala.

UNA FORMA MÁS ADECUADA DE PRESENTAR LOS CASTIGOS ES ANTICIPANDOSELOS AL NIÑO COMO UNA CONSECUENCIA NATURAL A SU CONDUCTA INADECUADA. CONSECUENCIAS NATURALES: al niño no se le castiga por lo que hace; sino que tras elegir, recibe las consecuencias que conlleva su decisión. Esto hace que el niño se responsabilice de su comportamiento.

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EJ: Si llueve, puedo usar o no el paraguas. Si lo uso, me protegeré de la lluvia y si no me mojaré. Decidiremos lo que vamos a hacer y tendremos que asumir las consecuencias de nuestros actos. ES LO QUE LOS NIÑOS DEBEN APRENDER. CONSECS. NATURALES ≠ CASTIGO

CASTIGO CONSECUENCIAS NATURALES

Expresa poder de la autoridad Expresa orden social

Relación con comp. inadecuado Deja claro el comp. adecuado

Hace ver al niño que es malo No implica juicio valorativo

Está asociado a una amenaza Están basadas en la buena voluntad

Exige obediencia Permiten elección • Los padres dejan de ser quienes castigan y pasan a ser SUPERVISORES de una normativa en la

que se aplican las consecuencias naturales de los actos de sus hijos. • Para que sean efectivas, es preciso hacer ver al niño la lógica de la secuencia. IR AL BAÑO-

DORMIR: si no haces pis antes de acostarte, no puedes ir a dormir. RECOGER LOS JUGUETES-JUGAR: hasta que recojas estos juguetes, no podrás jugar con

otros. NORMAS DE APLICACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS NATURALES • Deje claro al niño la norma y la consecuencia natural. • Sea firme (constante en el comportamiento) y amable (en la forma de presentar las alternativas y

no amenazando con nuestros gestos y nuestra voz). • Evite peleas y las broncas=falta de respeto a la otra persona. No nos enfadamos con ellos, sino que

nos disgusta su comportamiento. No es malo, sino que ha actuado incorrectamente.(PRÁCTICO: recordarle situaciones en que actuó de forma correcta y en las que se le felicitó)

• No ceda: indica falta de respeto a sí mismo • Si el niño no realiza la conducta deseada, aplique la consecuencia siempre y sin excepciones. • Sea paciente. El aprendizaje es un proceso largo pero efectivo.

En la medida en que nuestras elecciones (sobre los hijos, y en cualquier ámbito de nuestra vida) sean el fruto de una decisión meditada, razonada, emitida con un criterio, cargada de buena intención, con amor y con gran deseo de acertar, ya estaremos dando pistas a nuestros hijos sobre la carretera por la que deben transitar.

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