compete nica marx

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John Weeks Ieorh le la conrutemia ¡tt r¡s troctlslcos til nn efuf,ai¿-,

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Page 1: Compete Nica Marx

John Weeks

Ieorh le la conrutemia¡tt r¡s troctlslcos til nn

efuf,ai¿-,

Page 2: Compete Nica Marx
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INTRODUCCTÓN

El enorme ñasco de la llamade g¡obalización serevela en el ecelerádo colapso actual de los mercaoosfinsncieros internacionales, pero este hecho Dasadesaperc¡bido debido ¡ la errónea identificació; delproblema fundahental como una crisis del s¡stemafinanciero. El origen de la crisis es la naturalezáint¡lnFeca del capital, es decir, la comp€tenc¡e, La

"Slobalización" üene muchos aspectos. iu esencia esqu€ el capital esLá übre de regulación a €sc¡¡e nacro-

tr¡a y la inestabilidad de los mercados.En gran medida, la desregulación s€ produio sin

encontrar resistenciaq ál contrario, fue jaleaqa comouna virtud y un a nce respecto a la primiüva épocaant€rio¡ en salalibertad del tratede converti des-luñbrante, pa¡a asl iustificar la liberación del caDitalrespecto a una regulación publica que restringe Iama-ximiz¿ción del benencio lndiüdua.l. pero $ es sor_

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6 trfl1¡ 0a L¡ cmrEu

prendente que la ProPaganda del caPital de que su

libertad va en beneficio del interés general se haya

aceptsdo de forma Prácticamente universal. lá exPli_

cación de que se acePte €sts idea que €quiP¡ra liber-

tád del caDital conel gran cambio qucaPital, en relación1970. Este cambiodiu¡lcá¡ un mito a escála universal que la competen-

ciá e; los mercados b€neficia a todas las clases: ést€

es el Mito Global del caPitel

l.o oue se obseñ'a ahora a escala global -emPobre_cimienio del u-¿baio, hegcmonl¡ del caPit¡l financiero

e inestabilidad r€currente- no es sino una rePetición

de lás tendencias que Podlan obs€rvarse, a escalá

nacional, antes de la tl Guerra Mundial. Estes tenden-

cias nocedor. l¡LS

tenden del

caDital. No han sido los ñerxistss y los socialistas los

únicos en reconocer estas tendencias destructives

Tres la ll Guerra Mundial, los democristianos y

sdiáldemócratas en EuroPa, y 106libei¿les de Estados

Unidos, estuüeron de acuerdo en que, en au5encra de

vicilancia r Parte del sector

o,iblico,la era una fuefla des_

iru.ti"a'. una ¡deá vállde ha

quedádo clar¿mente d€most|ado en €l si8lo xXI

I |( v Roú<hld (I947l,r4st

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Parre I

r.t HtPófts$ c0rftImvt ilt00arcA

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Page 7: Compete Nica Marx

C¡pttülo ILA IDEOLOGIA DE LA COMPETENCIA

El colapso e.onórnico de la década d€ 1930, que fueglobal pero s€ concentró en los paises donde predo-m¡nabá el capitalismo, traio consigo un t¡atamientocompletamente nuevo de la política económice,sobre todo macro€conómica -aunque no sólo-, aso-ciede con J. M. Keynes. la inestabilidad de les cuatrodécadas t¡anscuridas entre 1970 y 2OO9 ha sido tes-ügo de una inversión, y por supuesto una det€nera-ción, tanto en la teorla como en la politica econó-mic¡, que hen vuelto al ¿ ncien ñgine de las do(l:rir.asde la Economía (clásica), es decir, el paraditma d€que se tiende áutomáticamente al pleno empleo,Podemos llemar T€orla económica neoclásica a laversión actual de este paradigrña, aunque poco hayde nuevo en ella.

Los neoclásicos sue¡en conte¡ un cuento sobre ¡osproblemes económicos y soci¡les de los palses, yasean dcs¡rrollados o subdes¡rrollados. y las ortani-záciones surgidas de Eretton Woods han s¡do el ins-tlumento que ha convertido este cuento en unaprácüca €n los paises subdesarrouados. El cuento esel siguiente: muchos gobi€rnos, por usar polfticaseconóm¡ces €quivo€adas basadas en la intervencúnestatal, gobema¡on mal sus €conoñfas hasta er Dun(o

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¡o lto¡l¡ ü u cor.f

de colocarlas al borde del abisño o incluso más allá

Todos los eiemplos de este tipo de gestión equivo_

cada presentaban una ca¡¡cterÍstica en común: ¡'¿s-

Eingen Ia compeEncia. Cualquier intento de Promo-ver obietivos de desárrollo nacional, restrintiendo el

acceso de las importaciones al m€rcado n¡cional(<proteccionismo'), Produce una distorsión en losprecios internos que va en detrimento de las expor_

taciones y fom€nta la Ptoducción ineficiente, ya sea

en Francia o en Euopfa, [¡s Políticas macro€conómi-cas erpansivas, diri8idas e mantener el PIB lo más

cerca posible del producto Potenciel, Seneran infla-ción. Le inflación retroactúá sobre la economla y elloproducc nuevas distorsiones, sobre todo en el tiPode cembio, enc¿reciendo en exceso las exportacionesy abaratando demásiado lás imPortaciones; con loque se deteriora el (clima aproPiado para la inver-sión> y se atrofia el sector Privado

El cuento también ofrece una solución a estos

problemas: hay que restrinS¡r la rntervención del

Estado. En pr¡mer lu8¡r, hay que liberalizar el

comercio para Poner en o¡den la economl¡ Esto

perñite que el merc¿do mundial lrasmita a los Pro-ductores privados lss <señáles, corr€ctas sobre qué

es rentable y qué no. Para facilitar que el sector Pri-r€do €nderece lo que e¡ sector público se ha encar-gado irresponsablemente de torcer, éste deb€ redu-

cirs€.lo cual üenc un efecto secundario positivo, que

es la reducción del gasto Público y el déficit Público.Lo que s€ quiere conseguir con estas medidas es un

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r u rtrtr@r E l¡ coafiú¡

incremento de la competencia, que eB lo que pro-duce los meiores resultedos económicos posibles. LacomPetencia genera eficiencia económica y, comoeñ'JJna el Penguin Dí.tionart of Economks:

t¡ eñciencia éconómi<¿ lse E6e¡é .l lelt est¡do de lá4onomla en que nad¡€ puede nejoE!. m€nos quealSuien tengá que empeoie. por ello. Existen trestipos de eficiencia. El p.ime.o es la eficien<ia prcduc-üva, que e de aando el producto si¿l * obtien€ almenor cost¿ posible. El rgündo es la eficienci¿ en la¿3ign¡.¡ón, que consisteen que los recu!5or r€ ut¡li,ztn pa¡a produci¡ los bien€s ), s€Mcios que demandala soci€dád El t€rcero es la eficienc¡a en la disrrtbu-ción, qu€ h.ce que l¡ producc¡ón se dist¡ibuy. dem¡ner¡ que lc consum¡doE no que..án . 8ást¿r deforma d¡stintá lsul .entász.

En resumeD la hipót€sis neoclásica es qu€ los pai-s€s sufien por la herida que se ¡nfligen ellos mismosmediantc la intervención gubernamental, que es loque impide que la sociedad se beneficie de la compe-tencia. Hay que eliminar, puei las intervenciones, ys€rá la comp€tencia la que, al permitir que s€ alcanceuna srtueción de eficiencia económice, conducirá aque ya no sea posible ninguna merora sin hecer qu€alguien esté peor: este es el Mito de la Competencia.

2 Bzlr'GL.tzL,p r2s

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E tro{l¡ 0€ u cÚt

Los cuENros DE H DAs, coMo HIfúTEsIs

Si recordamos que muchos cuentos de hadas

comienzan con una condición inicial ->E¡ase unavez, en un Pais muy leiano, muy lejano...)- y termi-nan con la exPectativa de que (fueron muy felices y

comieron perdicesD, Pa¡ec€ apropiado comparar la

teorfa neoclásica de la competencia con este tiPo de

cuentos. Como ellos, los cuentos n€oclásicos

comienzan (a partir de una situación de equilibrio

t€neral,, y terminan en un (estaclo que es un

Óptimo de Pareto'. En los cuentos de hadas' el

estado d€ g¡acia se consigue mediante la interven-ció¡. ea machina de le magia. La magia se usa para

destruir demonios y hacer que desaParezcan l¿5 bru-

ias. En la Economía neoclásica, los demonios y las

bruias son los funcionarios del Estado, cuy¡ elimina-ción da paso a un estádo de g¡acia Párücular llamadoÓptimo paretiano, conocido en lenguaie coloquialcomo comPetencia perfecta,

Tenemos un eiemplo de estos agentes econÓmi_

cos que viven eternamente felices en la teorfa delcomercio. En éste, una sociedad que esuá sometide a

restr¡cciones en su bienestar es rescatada del reinodel mál de la autarqula, y transportada a la dicha de

la libertád económica, 8¡acias a las ventai1s que Pro-porciona el comercio internacional. Esto es más

asombroso aun si se tiene en cuenta que los úldmosserán los primeros (¿¿ 8¡¿r¡¿, Mateo,20:16): son los

p¡lses pequeños del mundo los que más gana¡án 5i

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caminan por la üa mágica del libre comercio, mrcn-tra.s que los más poderosos tendrán menores genan-ch¡. Pero lo más maraülloso de este cuento de hadases la facilided con que se pesá de le fábula a loshechos: báEta con que lá Bente €ns€ñe a sus gobier-nos que no deben hacer nade, es decir, que tienenque termina¡ con ese montón de acciones irraciona-Ies srtusdas ent¡e la realidad subóptima y el ideal dela libre competencia.

EN Busca DE Mrts coMpETENct^

Partiendo de est¡s fábulosas pa¡ábolas neoclásic¡s, sepid€ a los tobiernos que reduzcen la regulación delmercado de habaio, den ámplios poderes a los ban-cos cent¡ales y eliminen las restricc¡ones ar comer-cio. El mens¡je impllcito es que la polltica €conómicáno debe ser disc¡ecional, es decir, que no tiene queestar sometida ál debate po¡ftico ni d€iarse influirpor la sociedád. Por supuesto, pa¡a hacer estas reco-mendaciones tan radicálment€ antidemoc¡áticas yprecapit¡listas, cabrla imaginar que se cuenta con unfundamento r'oderoro.

EI elemento central en este construcc¡ón teór¡caes el conceplo de competencia. A nivel de la alta teo-rla de los premios Nobelyd€ las discusiones de café,se presenta ia compet€ncia como el vehfculo idóneopara hecer que lleguen a todas partes loB efectosbeneficiosos del cápitalismo. lá compet€ncia taran-

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tiza que los <on¡umidores> reciban d€lor a cambiode su dinero), oblige a los productores a reducir sus

costes, y genera el más preciado beneficio del sis-

tema de merc¡do: la posibilidad de <elección,. En

ausencie de competencie, los b€neficios s€ evepor¡ny los m€rcados se marchitan, La competencia, másque algo simpleñente bueno, es le Piedra filosofal de

le Economía neoclásica, B¡rsta tocár un metcldo conella y reinárá la eficiencia. Cuándo la comPetenciadomina en s€ntrdo neoclásico, el funcionamiento de

la economla se ápaorima a lo subl¡me' cuando es

imperfecta, d€ben derse todos los pásos necesar¡ospará purificarla. H¡y que esc¡utar cada detalle de la

acción del tobierno en busce d€ sus probables efec-

tos negativos sobre la comPetencie. La verdad de

est6 ¡rrgumentos s€ consider¿ba evid€nte, tánto porla profesión como por la prensa, hasta que la crisisGnancie(a de 2m8los ha pue'sto en ent¡edicho, aun-que sólo s€a en un sentido limitado. Y muchd auto_

res proS¡esistas opinan tembién que los ma.les de losmercados derivan del poder de monoPolio, y quecon una mayor comPetencia se elimina¡lan, o ál

ñenos se reducirfan,La demolición d€ estas fábulas neoclásicas debe

comenzar por el rnito neoclásico de la comP€tenciaEn el Penguin Dictiorlary oÍ Ecoñomics * puede leetl(Competenc¡a; véase 'competencia perfecta'' (y Iomismo puede encontrerae en otros diccionarios).Esta r€ferencia cruzade debe P¡eocuPar al lector,pues sugere une definición en términos de un ideal,

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r5

más que un t¡atemiento tenerál de le competenciaque cub¡a tanto la prácticá como la teorle. lá preo-cupáción quedá confi rmadá:

[k competencia p€rfftt5 esl un modelo de estruc-tuE indurtrial en €l qu€ muchas p€queós ehpres.t<ompiten por le ofert¡ d€ un derermin¡do producto.Un¡ indst¡ia perfct¿mente compeür¡vá e c¡¡áct€,.¡a po.los eguientes lcuarrol ¡6sos: (i) Er¡ste un.multitud d€ emp¡B¡s, rodás dem¡siado pequeñascomo pd¡ afectar individu¿lmente al pre¡o de meF<¡do; (ii) Todas ld ehDresás buscan l¿ mNmEciónde su g¡nancE (iii) Las ehp.esas pued€n enkár os¡lir de l¡ údstria s¡n costes; (iv) tos prcducro! sonhomogénos3.

Los autores del diccion¡rio sc dan cuenta, deant€mano, de que es po6ible que el lector no capt€ laimportencia de un concepto ten improbable:

(Aunque 106 rasgos de la comp€t€ncia perfeta h¿cenque pa¡ezaa una pobr€ descripcrón de la rdustriamod€ma, 6 ua descriFión cdista d€ los mer<addnDdjdes de las mercan.la3 €n r.¡ que muchos p¡o-ductorB coúercián <on ú prcducto homogénó.

3 P...e 6 mú5 s.into €n ru d.fin¡c¡ón dé <ú¿(.do comD.í-lvo': (un merc¡do €n.lqu. un nún€m muy gdnd. d€ p€qu€-ñ6 comph.loÉs y veñdedoG n€tei¡n ¡ndeFnd¡ent€ñenr€, deloñ. qu€ ninalm d€ ¿Ic pu€d. innu¡r sbft el pG'o d. fo.ms¡gniñqtih' (P€fté, 198r, pp 7+5).

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16 ¡to¡h 0{ ú cPrtreh - | raoc^s¡cos

Existen muy pocos mercados mundiales con Pro-ductos homogéneos, Adelantándose a que el lectorcompr€nda esto,la entrada contrnúa de esta menera:

lt¡sl potentisimos re6ult¡dG lde la t€o.l¡ de la .om-

Ftencia perf€ctal iñdi@ que la co|'s€dctón, incluso

p¿¡ci¡I, de un mercádo comp.tit¡vo puedé *r venta-

Deberían leerse estas definiciones teniendo en

cuenta lo que se alirmaba €n la entrada sobre "efi_ciencia económica) que hemos citedo antes. Al 6nalde esta entrada, encontreños esta añrmación: <La

eficiencia econóñica existe en una economle carac-

te¡izada por la competencia perfecta en todos sus

se€toresr. Por tanto, la añrmeción de que la comP€-

tencia perfect¡ "indica la consccución, incluso Pár'cial, de un mercado cornpetitivo' equi le a decirque los mercados imperfectos s€ acercan a los b€ne-

ficios de Ia eficiencia económica.Forma parte del folklore neoclásico de la Econo-

mle la idea de que la competencia perfecta es lomeior, pero que, si ésta no Puede alcanzars€, es

meror más competencie que menos Hace cas¡ c¡n_

cuenta años, Lipsey y Lancester demostraron que

esta proposición no es \'álidar. Por sorprendente que

pueda parecer, la t€oria económica establ€cide no

ofrece base alguná para análizar sistemáticamcnte si

4 LiFdy y !án6t.r {r9s6/r957),

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I u e06l^ 0t u c*sljlctr t

es meior o Peor más comPetencia que menos: la Per-f€cción es pefecta, Pero no Puede llegars€ a nin8una

conclusión sobre los grados de imPu¡eza. Dadas las

predilecciones ideológicas de la Profesión de los eco-

nomistas, este descubrimiento r€sulta esPecialmente

desa8r¡dable.Esta conclusión agnóstica sobre los grados de

imperfección coñpetitive refle,e ¡a ausencia, en la

teorla neoclásica, de un análisis de la competenci¡como proceso comP€titivo. La mayoffa de los

menuales afirm¡n que un número grende de peque-

ños compradores y vendedores gerantiza que c¡da

uno actúe en la creencia de que no Puede influirsobre el precio de mercado. Pero esta afirmaciónhebitual es un embrollo desde un Punto de vistá

lógco: €l número y tameño de Ias emPresás son

carecterístices dadas; que las emPreBas sean caPaces

o no de "influir sobre €l precio de mercado" es un

resultado. Ambas cosas deben estár unidas Po¡ unproceso. Puede que sea <de sentido común' que

compredores y vendedores crean que son ¡ncaPaces

de influir en el pr€cio en un me¡cado asi' Pero en la

teorla abstracta no debe Permitirse ninSún salto

lógico, incluso si parecen de s€ntido comúnLa neturaleza de un proceso comPetitivo queda

más clara en el Pan Dictionary of Economics andCommerce, gue deñne la comPetencie s¡n rodeos:

fla cohPetenci¡ és unal situá.ión en un mercádo en

la que c¡d¡ Productor ¡ntenta ¡úmenrar sqt ProPr¡s

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troM0{uolfnrcu'Ikocllsf,os

Sansnc¡as a expensas de tos p.oducto¡es ¡vates. Estoconducea tuerl¿s de p.ec¡os, a int€nr¡r aum€ntá. hcuot¡ de me.cado, diferenciar el producto, etc.

s

Esta definic¡ón de la competencia está más deacuerdo con lo que se puede obs€rl?r. Tras este pro-metedor comienzo¡ la ent¡ada sigue aBÍ (La compe-tencia €s mfu intens¿r en condiciones de comD€Encraperfect¡...". fsto no puede se¡ correcto: la;omDe-tencia perfecta se define como una situación e; hque ningún productor puede (influir sob¡e er Dre_cio", Por consiguiente, los productores de los merca-dos perfectamente competitivos están exclüdos, pordefinición, de las guerras de precios y la tuche torcuotas de mercado, También tienen exDresam€nteprohibida la diferenciación del producto. l¡s carac-teristic¡s que ha de tener un mercado para dar c¡bidaa su manifestación neoclásica más perfecta excluyenla gama de formás que lá competenc¡a puede adop-ta¡". Es dificil, pues, entender cómo puede servir elanrá¡sis de la competencia perfecta para analizar mer-cados competitivos qu€ sean menos que perfecta-mente competit¡vos, donde los productores rrvares

S. t. StieAfcr ) 6h Tho'6 red 1976r: A DtctbMt, oJ E@ñonb¿ád Coññ.de, IjndÉ, Pú,L¿ conhad i€ción entr. la de6 ni.ión n@ctás ic ¡ de compet€nc ia yls lortu de .omperen.ia h. sido incrimste arEliu da en l, ACliiion ( 1977): .Com!Étirión and rh. €volur¡on of rhe c¡Dn¿Isrñ(¿e ot pt.dúi6n", atñbri¿g.loutul ol E otuñ¡6 \jrn,q.

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r l¡ rlaotoo¡A 0t uco*fmhn 19

us¡n como instrumento el Precio y laB caracterlsticas

del p¡oducto. Nos üenen a la cabeze los unicornios:puede definirse un animal asl como una crlatura

similar a un caballo con cuátro Patss y un únrco

cuerno. v elaborár detalledámente sus caracterlsticas

áD¡tómic¡$ p€ro la definición no significe existenci¿

Se$in la lógica neoclásica, hsbrfa que conclul que el

$tudio de unicomios im¡tinarios Permite comPren_

der lá n¿turaleza de los cabsllos.

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22 Íoil^ ú u coi.t

sociedad, La eficiencie se consiSue mediante una

interacción de compradores y vendedores, que pro-

duce prec¡os qu€ retroacrúan sobre ellos, de lo que

r€sulta una as¡gnación d€ recursos que es un oPumo

de eficiencia. Por tanto, la clave son los Prec¡os: la

comPetenciá es buena Porque Eenera precios qu€

determinan lasdecisiones (socialment€) eficientesde productores y consumidores. Los Estados (distor_

sionan) estos precios eficientes cuendo su actu¡crón

redunda en cualquier combineción de precios drfe-

rente de la que resulte de la acción de comPradores yvendedores que intercambian sin intcrvención delgobierno.

En estas úütimas circunstanci¡s, s€ dice quc coú-pradores y vendedores est^¡ Umiudos por los pre-

cirr, Sus decisiones se basan en los p¡ecios que

obsertlan €n el mercado. El Proceso comPetitrvo' aún

sin explicar, cs bueno Porque produce un coniuntode pr€cios que permite la m€,or asignación de recur-

sos concebibl€. Cuando compradores y vendedores

toman sus decisiones en función de los precios de

mercado, entonces éstos caen fuera de su control. sino fuera ést€ el caso, coñpradores y vendedores (los

"agentes') no estarfan limitados Por los Precios:€starían tomando decision$ sobre los Prec¡os, no en

función de los Precios. S€ sigue que estos agent€s no

están limitados por sus rentas. Los compradores eli-gen sus r€ntas igual que eligen cuánta c€rveza' zapa-

tos, etc., comprar; lás emPresas toman en cuenta

todos los niveles d€ Producción posibles, sean altos o

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l u |!10,00¡¡ 0t u c[ftro 19

usan como instfumento el Precio y l¿s c¡r¿ctelsticasdel p¡oducto. Nos üenen a l¡ csbeza los unicornios:puede d€finirse un animal asf como una crEturasimilar a un caballo con cuatro Patas y un únicocuemo, y elaborár detalladamente sus ca¡acterlst¡cas

anatómic¡sr pero ls definición no significe eúst€ncie.SegrjLn ls ló$ca neoclásica, habrfa que concluir que el

estudio de unicornid imaginarios P€rm¡te comPren_

der la natu¡alez¡ de los cab¡llos.

Page 20: Compete Nica Marx
Page 21: Compete Nica Marx

C.rPltulo 2

EL EQUILTBRIO GENERAL NE(rcLASICO

Las definiciones de compet€ncia citadas más arriba,

es decir, muchos comPradores y vendedores, Pro-ducto homogéneo, etc , tan corrientes como son en

Ios mánuales, forman P¡rte de una t€oría burda y

marco del equilibrio general.

Antes de entrar en esta arcana región, debería-

mos repasar Por qué €s necesario hácerlo. EI Princi-pal obietivo es ettluar l¡ base t€órica de la Propuestade lib€rar al capita¡ de cualquier restricción' que se

€xpresa como globdización. Dicha liberación se ius_

tiñca fundamentalmente con el argumento de que Ia

comD€tencia tiene efectos benéficos Pa¡a la sociedad

Hemos estado buscando una definición de comPe_

dos

siguiente Pregunta: ¿por qué, y en qué circunstan-

cias, es buena lá comPetencia? Se suPone que la

comDetencia fomenta la eficiencia y, supuestamente'

esta mayor €fici€ncia aPorta ñáyor bienestar a la

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¡Prr ctr - rfocrlsEos

sociedad. La €ficiencia se consigue medrante una

competencia es buena porque genere precios quedete¡minan las decisiones (socialmenteD efi cientesde productores y consumidores. l¡s Estados (distor-s¡onanr €stos precios eGcientes cuando su actuaciónredunda en cualquier combinación de precios dife_rente de la que resultá de la acc¡ón de compradoresyvendedores que intercambian sin inte¡vención delgobierno.

sin explicar, es bueno porque produce un conjuntode precios que p€rmite la meio¡ asignación de recur-sos conceb¡ble. Cuando comprador€s y vend€dorestoman sus decisiones en función de los precios d€ñerc¡rdo, entonces éstos caen fuera d€ su control. Sino fuera éste el caso, compredo¡es y vendedores (los(ágentes') no estarlan limitedos por los precios;

gen sus rentes igu¡l que eliten cuánta cervezá, z¡pa-tos, €tc,, comprar; las empreses toman en cuentatodos los niveles de producción frosibles, s€an altos o

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b¡ios, y s€leccionan el qu€ l€s proPorciona las m¡yo-

res ganancns,Puede parecer ext no se

preocuPen de cuánto nte de

obtener la cantidad d es€an'

No obstente, añbas proPosiciones son inseParables

del argumento de que la coñpetencia Produce resul-

que el capitel iustifrque su liber¿ción €ñPtuicamentcesos suPucstos rePre_

mos en una economlácaDacidad indust¡ial

ociosa. En estas circunst¡ncies, la caPacidad indus-

trial sin utilizar existe Porque las empresas d€scu-

bren que no pued€n vender rentablement€ una cen-

tidad ñayor; los desemPleados buscan trabaio pero

no encuentran ninSuno disponible. L,os Preciosvicentes en esás circunstancias no indican eficiencie

e;h asignación. Posiblemente no Pueden hacerlo, ya

que parte del trabaio y Parte del cePital están ocio-

sos: los recursos no son escasos En €ste caso' los

precios indic¡n que la ec onor ia está limiu¿a por la

¡¿n¿¿ o la demanda. Si la demande creci€ra, la Pro-ducción aumentarla y los precios cañbiarían Algu-

nos precios subifen y otros baiarian, g€nerando una

asignación de recursos distinta- Sólo cuando estuvie-

rán activos todos los recursos, desemPeñarían los

Page 24: Compete Nica Marx

24 rroRr^trucomtflc¡ -¡ ir0d.Ásc6

precios el pspel de asignedores autónomos que lesatribuye la parábola de la competencia.

Volüendo ¡ nuestro tema central, la desr€8uH-ción de los mercados tiene como objetivo el estímulode la competencia. Para poder defender está políticacon c¡rácter gen€ral, debe mostrarse que los merca_dos comp€titivos producen un resultado que es efi-ciente, en términos de precios ¡eletivos, y que no sealcanzaría s¡ los mercados estuvie¡an regulados, percsi hay recursos sin ¡.¡tilizsr, el argumento falla desdeel princ¡pio. Los precios vigentes en el mercado noestarían determinados por la competencia entrecompradores y vendedor€s por recursos qu€ sonescasos, sino po¡ los n¡veles de demanda.

lá magie blanca de la com!¡€tencia no puede ius-trñcarse mercado a mercado, €s decir, sobre la basede lo que s€ llama en el argot el <equilibrio parcialr.Sólo hace posible beneficios tan fabulosos sobre unabase mrás amplia: la del pleno emplm de los recursosa escala atregada, o (equ¡librio general de pleno€mpleo>. En aus€ncia de pleno empleo de los r€cur-sos, no se puede demostrar teóricamente que unamedida concreta que fevorezca Ia competencja lle-\,?rá a u¡a ñrsyor edciencia (una meion €n la asigna-ción de los recursos) y r gan¡nciás de b¡enestar parala población.

Para que la magia funcione, la competencia debeser el vehículo que conduzca a ls plena utilización delos recursos en todos los mercados considerados ensu conjunto (la economle como un todo), es decir, se

Page 25: Compete Nica Marx

, etoÜ|t|0nh elr€¡n f,lclls¡d 25

como condición ini-tivo a nivel agregadoI funcionamiento efi-

ciente de cada uno de los mercados concretos lácons€cuc¡ón del equilibrio general es Previa, desde

un Dunto de üstá lóEico, al establecirúento de resul-

tados coñpetitivos en el €quilibrio parciál Hay un

eiemplo de ello en l¡ teoria del comercio internacio-

nal, que supone el pleno emPleo como base Paracomenzar el análisis de lás Sanancias obtenidás con

el comercio. Raro €s el teórico del comercio interna-

cionál que estudia los efectos que tiene la existencia

de recursos sin utilizsr.DesDués de tantas vueltas, descubrimos que la

resPuesta a la Pregunta de Por qué es buena la coñ_

Dctencia nos conduce necesariamente a otr¿ pre-

gunta: ¿cómo genera la comP€tencia el Pleno emPleo

de los recursos?

LA suspENslóN voLUñTAru DE u\ INGREDUL¡DAn

ColeridF escribió que el placer que obt€nemos de Ia

ficción deriva de (una susPensión voluntaria de la

incredül¡dad,. La Economla neoclásice trate esta

credulidad eutoinducida como si fuera un método'

Al demostrar cómo Produce un sistema comP€titivoplenotuom¡reeqa

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26 trdhDr uc0|ftmq¡ - | Eerl!ús

les del sitlo XIX. En el mundo walrasiano, la genteacude ál mercado con uns cantidad fija de merc¡n-ci¡s para vender y con el obiet¡vo de intercambiarhást¡ adqui¡ir un determ¡nedo coniunto de mcrcan-cías diferentes. Este coniunto especÍñco derivá de susprcferencias p€rsonales por ceda mercancla, deter-minadas ¡ntes d€ que se abran los mercados. euie-nes Participan en estos intercambios comparen losprecios de lo que tiene cadá uno para vender con losprec¡o8 de lo que des€an comprar y eligen la combr-nación más ventaiosa de compras y ventas,

A primeravista, €ste enfoque no parece muy pro_metedor de cara al establecimiento d€l pleno eñpleocompetit¡vo, pu€sto que equl no aparece producciónalguna. las mercancías llegan al mercado ya produ-cidas, y la única cosa importante que háy que nacercon ellas es determ¡nar un coniunto de precios quegarantic€ qu€ no hay exccdentes ni esc¿sez, llamados<excesos de oferta> y <exc€sos de demanda,.

Ni siquiera en este mundo de ofertas fiias, essáüsfactor¡o el proceso de formación de tos Diec¡os.Si se deia a su a¡re a quienes intercambian, el resul-t¡do probable será un coniunto de precios que deiea.l8unas mercancías sin vcnder, Esto es lo que ocurri-rIa por ej€mplo si, part¡endo de un coniunto inic¡alde precios, el v€ndedor de ce¡veza recibiera un Dre-cio t¡n ba¡o como para ser incapaz de contribuir consu renta tanto como h¡dá felta pera que el gasto totalen manzanas bastere pára venderlas todas, Unas¿Iidá a este probleme s€rla pe¡ñitir que les me¡can-

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2 ft t(rrru!*ro cüN far¡so 17

cías se vendier¡n a varios P¡ecios diferentes durante

el Deriodo de mercado. Esto ocurre en los m€rcados

reeles: las manzanas sin vend€r se sacarlen a un P¡e-cio inf€rior a su coste al irse acerc¡ndo el final del

m€rcado. Esto no Puede Permitirse si el Proceso de

intercámb¡o tiene que Producir un resultádo efi-

ciente, Si cuelquier mercancia se vende a más de un

evitar que esto suceda

Para evitarfo, Walras introdtrio et mdchlna \n

"subastador". El PaPel del subastador es colocarse en

medio de todos cuantos intercambian y escuchar l¡s

ofertas alte¡natiws de comPradores y vendedores

Tiene el poder draconiano d€ prohibir cualquier

intercambio a precios que harian posible un exceso

de demanda o de oferta, es d€cir, lo que llámarcmos

Drecios se Perm¡te rntercámDto

"l.,rtro librio Por suPu€sto, €l

",ib""," e Y debe evitar que se

manifieste un desequilibrio. Por consiSuiente, el

subastador debe tener una previsión Perfecta Paraconocer de ¿ntemano el resultado quc tendria c¡da

coniunto de precios sobr€ los ¡ntercambios, inclui-dos los precios no observables Podemos imaginar-

nos a un frlvolo particiPante en los intercambios

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23 md^ or u c¡tm[ú - | r{6r1s¡ms

dándo una o¡den de comprá sólo para ver como tro-esc caso: (No tan deprisa,

s botellas de cerveza derárfaen ChicagoD.

Los me¡cados reales no tienen subastador salvoen caÉos muy esp€ciales; los subastadores reales no sePleocupan de s¡ los precios que cqntan a mazo per-mitcn la pureze dcl intercambio gener¿I. l,os merca-do6, con o sin subástadores, no se vacían simultánea-nrente sino de fo¡ma sucesirq no hay welta etrás sise eBtablece un precio <errón€oD pera los plátanos.En una econo¡r¡la de intercambio, no existe nade quese perezca remotamente a un mercado walrasiano. vsin embargo ¡os mercados walrasianos son la base dele teorla neoclásica de la compet€ncia. Es un fenó_meno sociológico interesante que una concepcióndel funcionamiento del mercado ten eúdenrementeabsurda se haF incorporado a la ciencia social. y estodavla ñás ¡nteresante que este teatro del absurdose toñe como la norma, mientras que lo que ocur¡een la ¡ealidad se interprete como Ia desüeción de Isnorma qu€ hay que justificar.

Esta inversión entre hechos y fantasfa ha sidoconsagrada en la terminologa oñcial. De acuerdocon la p¡opuesta d€ sir rohn H¡cks en la década de1930, los intercambios que resultan en un exc€so <ledemanda o de oferta se llaman <falsos intercañ-b¡os,, lo que significa que cuanto sucede en er mer-cado imaginario es (ve¡daderor. Aquí entra uno enel reino de lo cuasi¡religioso, en el que el mundo

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obsenable es falso, y el de la imagrnación, verdadero'

Enfrentado a esLe Problema intratable, más de un

economista habrá compartido con Hamlet su

f¡moso lamento: "El mundo está fuera de quicio:

;Ay, suerte máldrta: Que haf¿ nacido yo Par¿ Ponerloen ordenl (Hat1let, ecto I, escen¡ 2').

Después de tanto trabaio de demolición textuel,

hemos llegado a descubrir el significado de la ncom-

petenciá perfecta'. Muchos comPradores y vende-

dores serán incapaces de influir €n los Prccios si€m_

pre que intercambien en un mercado con un

iubastado¡ omnisciente donde no está Permitido el

nfalso intercembio". En otras palabras, seÉn incaPa'

ces de influir en los precios cuando una autorid¡dsituada por encima de ellos se lo Prohfba V€mos que

la (competenciá) es un concePto mucho más pro-

blemático de lo que se hace cr€er al hombre de la

calle y a los estudiantes de Economía.La Droblemáticá natureleza de la comPet€nci¡

n€oclásica se comPlicá aun rnás cuándo se intentá

incluir en un merco wahasiano la mercancfa más

imDortante, es decir, Ia fuerza de trabaio (los serv¡-

cio; del trabeio, como prefieren llamarla los neoclá'

sicos). Es el !¡ciado d€l mercado de tobáio' más que

nin8¡n otro, el que determina el Pleno emPleo de los

recrüsos en una economla caPitalista. Incluirlo como

una de Iás cosas que se int€rcámbian en un m€rcado

walrasiano exiSe introducir la Producción en el sis-

tema. tá Producción le crea muchas diñcultádes teó-

ricas a la Economla neoclásicá, cuyo análisis cse

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3o r¡qutruco¡¡rrüa-rrocrlss

fuera de nuestro estudioT, Baste con señal¡r qu€ elmercado de fuerza de trebaio no puede rr;tarsecomo los ñercados de los bienes y servicios produci-dos sin que la im¡ginación u¡ele hastá que el ñíticosubastador parezca una construcción creíble, En elmundo walrasiano, los tr¡bajadores l¡egan el dia demercedo par¡¡ vender su fr¡erza de trábaio, y seacuerda un precio que satisfáce a cada vendedor defue¡-¿e de trab4o, en cudtto a la cantidad contratedáde trempo de trabaio, y a cada empleador, que quedasetisfecho con el tiempo de trabajo que ha €ontra-tado. Sobre esta base, los trabaiedores determinansus rentas al elegr le cantidad óptimá de trabajo .nfunción de las ofertas de salarios y de sus preferen-cias entre r€nt¿ y ocio. En estas circunstancias, tam-bién los trabaiadores €fslin limitados po¡ los precros,y tratan las oportunidades de empleo como ilim¡tá-das a los salarios ügentes.

Incluso a nivel abstracto, esta concepción delmercedo de trabaio pres€nt¡ problemas. S€ría creíbleen c¡erto modo defender que al comenzar el periodode m€rcado d€ las patatas aún no s€ ha vendido nin-guna patetá. E¡ mercado de patatas adopta la formade un gran cúmulo de patetas sin vender3. Este no es

vé.ts w@lq (1939), op¡tülo toEsE $n ú¡d* €n prim.rluga utor6 sn roñado¡cd€ pcic, d€ foffu qu€ iriá .oñt¡¡ ts Égtú que ofreiénn cud,quicr pr<ior y, .n Fgundo lug.¡, et.rrlmento 6 dé equitib¡¡o

8

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, tr rurusr|o ofi¡tr tt0cú*0

el caso del mercado de fuerza de trabaio. Se da un

exceso d€ fuerza de trabaio cuando lá inmensa

maYoría de trabaiadores tiene emPleo Aunque sea

razonable suponer que un exceso de ofert¡ de cual-

ou¡er mercancla disünta del trabato decePcionaría a

l¿ inmensa mayorfa de los vendedores un exceso de

oferta de fuerza d€ trábajo es comPetible con una

inmensa mayorla de vendedor€s satisfechos. Ade-

más, el áiuste neoclásico hacia el equilibrio que eti_

minarla el €xceso de oferta, es decir, un salario real

más baio, deiarfá e Ia inmensa mayorla de los vende_

dores (los empleados) en una situación peor (se les

pagaria menos Por unidad de esfuerzo) Esto con-

trasta con la situación del vendedor de una mercan-

cfa distinta del trabajo, qu€ Pierd€ con la baia delpreclo pero BAna con el aumento de la cantidad ven-

dida sin (ue cambi€ el esfu€rzo hecho Para ello. En

cualquier momento, la inmensa mayorla de trabaia-

dores no está en el mercado, de forma que, si el sala-

rio sube o baia para los nuevos emPl€ados, esto es

falso intercambio, no la Pruebá de eficiencia en la

asignación.Podemos concluir lo sigurenle. l¡ teoría neoclá-

sica no t¡ene una explicación adecuada del Proceso

p¡rcial, no d€ €qu'übno g.ñ€r.l Es p6ible que trn Pt's d€

oL¡t¡ ¡eioñ.I d. P¿t¡tú a un con ünto d€ pdi's d' ¡rtl$int @mbio, * tEsforme.n un va.irdo det ñe¡.ado d€ pata_

t.e . unp¡ecio superior.r el .onjurtó de prdios d€l eqúlllbrio

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P r¿0.u tr u co¡nrficu , I r{0cr¡!{6

de vaciado de los mercados que tenge el más remotoparecido con el funcionamiento de los mercados detrabaio. L3 teorla no ofrece ninguna bas€ analíticapara concluir que una economía de mercado tiende

€"o, por consiguiente,para considerar quepor los precios. por

tanto, no puede efirmarse teóricam€nte que los pr€_cios generan una asignación de los recursos econó,ñicamente eficiente, Por consiguiente, poqemosconcluir que la opinión de que la competencra treneefectos bené6cos, en téIm¡nos de bienestar yeficien-cre, no cuenta con apoyo teórico excepto en €lcuento de hadas walrasieno.

Los argumentos teó¡icos de un montón de Doliti-cas económicas como las prir?tizaciones, les r-educ-ciones de aranceles y cuotas de comercro, Ios <mer-cados internos, pera los sewicios prlblicos, y así adinfrnitum, se le\.anta'l. s.rb¡e los cimientos de absur-dos errores lógicos. En el campo de le Economíapolltica, los mercedos walrasianos si¡ven de just¡fica-ción superficial del mito ideológico de que los mer-cados funcionan de forma suave y arrnon¡osa, Estearñonioso resultado se obtiene mediente una ficciónque €limina, por sus supuestos,las formas que puedeadaptar la competencia y excluye cuelquier estudio<le los mercados de trabajo que tenga s€ntido. En lateorfa neoclásica, la competencia no es una categoriaanalítica, y m€nos aun emplrica, sino más bien lacontráseña que permite llegar al resultado previsto.

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¿E--GÚ.EF

SupuÉ¡.nüc, I¡ clE¡pet.nd. rcod¡Cc¡ e5 elltE¡¡oo $ra co¡duca ar¡ l¡ paúcdca .l ¡¡blfura.tl¡d,o dc l¡ ddrnd¡ económlca. An ¡ltic.md¡t ,d.rc|¡HDd q|¡c G. |tldldngülbl¿ dd rca¡ltrdol c+Por,r¡p.¡€úo, d tla¡X¡do r¡h|o. L¡ hb&..|r coa¡-p€tttiv¡ Cs un Mlto G¡oü.l

t

I

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C¡pftdo 3

NUEVO EXAMEN DE LA COMPETENCIA

lá competencia, el concepto cent¡al de la Economlaestab¡ecida o dominante, no tiene cont€nido comoproc$o. Pero aunqu€ la teorle neoclásica s€a ¡ncapazde comprender teórica ni emplricam€nte la compe-lencia, €s un hecho que compr¡dores y vendedores sfcompiten. Pala estudiar el proc€so de competencia,s€ necesita una ruptura metodológica que abandonelz invoceción ex machin4 de la competencia comova¡ita mágca que conüerte la ana¡quja del mercadoen un armonio6o óPtimo.

Varias gmndes figuras de la Economía han lle-vado a cabo esta ruptura metodológice. Una carec-terfstica común de estos enfoques alternativos esque en ellos la comp€tencia puede generer r€sulta-dos destructivos y ceótico$ es decir, la competenciano estÁ limit¡da, por defintción, a gene.ar un equil!brio armonioso en el que todo el mundo saleganando. Iá teorla de Karl Ma¡r, que exponemos enla II parte, analiz{ la comp€tencia como un prccesoque mina la propia acumulación de cepital, d€strü-yendo los medios de producción fiios mediante laobsolescencia técnica. En el otro exÍemo ideolóeicode ¡os economistas, losef Schumpeter llamó á Iacompetencia (proceso de destrucción coñp€titivaD,

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36 lt0ehotucútftrca_ritocrlss

en el que los fuertes y audaces barren a los más déb¡_

les y dmidos.Con el declive de la Escuela Clásica de Economia

política, de Smith, Ricardo, Marx e incluso Mill, laEconomla oñcial abandonó cuá.lquier intento de aná-

lizar la competencia. Sólo en unos Pocos autores ais-

lados, como ,oan Robinson y E. t. Ch¡mberlin en le

década de 1930, o Mvrdel con su teorfa de la cáusa-

ción ecumulatlr?, puede encont¡ars€ un reiuven€ci-miento de las ideás de Marx y SchumPeter. La

reconstrucción de est€ análisis Perdido de la comp€-tencia €xige aPlicár tres Princ¡Pios bfuicos: Primerode6nir [a comp€tencia como moümiento del caPitál;

segundo, inteS¡ar e¡ cembio técnico en €l movi-miento del capital; y tetcero, reconocer que, en eI

interior de cada ¡ndustria, ¡a eñciencia Productiva s€

desarrolla de foma desiguáI. Cada uno de estos Prin-cipios rompe con l¡ Econoñle establecida. Aunqueel enfoque convencionel se refiere sin dudá a lamoülidad del cep¡tal, confunde el capital con le

maquinaria, divorciándolo a5í del tr¿baio.

Para €l tretamiento neoclásico de la comPetencú'es cent¡á.lla consideración del cambio técn¡co como

un fenómeno (a largo Plazo), lo cual, además de

confundh proceso y resultado, destierra el cámbiotécn¡co del análisis de la comPetencia. Al suPoner

que todos los productores de un sector son idénti-cos, es decir, al usar el supu€sto de la (empresa

representativa) hecho Por Alfred Marsh¡ll, se €¡i-

mina €l conflicto ent¡e ellos. El ¡nálisis (a corto

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plazo) d€ le teo¡ía estándar vacía d€ contenido lacategoaf¡ <le competenci¡, En su análisis (a lárgoplazo), ofrec€ un espacio a la formá de la competen-cia, ¡a t¡ansferencia inters€ctorial de recr.¡¡sos, p€ro laconvierte en algo trivial al desechar los efectos delcambio técnico. Por utilizár una analogia, en unWimbledon neoclásico-walrasiano, los contendien-tes tendrlen las mismas eptitudes y devolverian losgolpes usendo la misma ftrnción de producc¡ón obe-diente (*e -behaved)i o, alternativamente, los iuga-dores menos dotádos aprenderlen rápidamente eigualarían a los otros, de forma que, s¡ no se produceningún srock externo (como un insulto), ningúniugedor serla nunca ehminado y todos los partidos s€reducirlsn a una sucesión de dentaiasr, <desventa,

ias) y (empatesr, es deci¡, s€rían un <mundo sin ñn)lLa Biblia, Efesios,3 t2l).

Si se acepta que, en g€neral, las unidades produc-til.as de un sector difieren en costes unitarios, enton-ces s€ deduce que el moümiento de cápital no repro-duce las condicioncs medias de producción en eses€ctor, sino qu€ pretende igualar o sobrepasar d pro,ductor más eficiente. En la mayor pa¡t€ de los cesos,€l movimiento d€l capital no exig€ un cambio flsicode los medios de producción existentes, si¡o la cons-trucción de nuevos establ€cimientos productivos, Laconslrucción de nuevos establecimientos es la reeli-zación de los cañbios técnicos, De esta manera, €lmov¡miento del capital es un proceso turbulento.lrjos de esteblecer un equilibrio armonioso, su obj€-

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33 trNl^ 0r ú cürP

tivo es trastocar las cos¿s, eliminar al débil, y retar elfuerte a imponer en el sector un nuevo pat¡ón de efi-ciencia y de costes. En esto, el ¡nálisis de Marx fuepenetrente: el moümiento delcapital par¿ igualar losbeneficios entre los secto¡es es un proceso quegenera un desarrollo desigual: el equilibrio en elintercambio, es deci¡, la igualeción de las tasas deganencia, va acompeñado de la generación de undesarrollo desiguat en la producción.

Lo qu€, en expresión de Marx, es un "estado deguerra ciülizada) en la producción yel intercambio,es lo que proporciona al capitdismo su d¡namismo.También acarr€a g¡andes costes sociales, como lapobreza, el desempleo y los daáos medioamb¡enta-les. Cuando aparecen estos costes, los economishsneoclásicos los estudien como ¡ncidentales al funcio-námiento del ñercado, y en la p¡áctica los costesreales pesan sobre loa empleados,los des€mpleados ylos pequeños productores.

La proposición de que la desregulación del mer-cedo de trabáro áumentaÉ el empl€.o derir? d€lvaciado walrasíano de Ios mercados. Partiendo d€lsubastador fictic¡o, se supone que los trabdadoresacuden cada dfe al mercado sin su empleo, a ñn dereneSociar sus contfatos y cfeyendo que todos losdemás mercados se equilibrarán simultán€amente.Este fentástico escenario se usa para instár a los

tobicrnos a abandoner los selarios mlnimos, reducirl¡s restdcciones á le tomada laboral,limit r los segu-

ros de desempl€o y eliminar muchos controles de

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seguridad del puesto de trabaro. Hay escasas r¡zonesteóricas par¿ cree¡ que estás medidas tienen un efectopositivo sobre el empleo. Es mfu razonable creer quela desre8uleción del mercado de trabajo trae consigosalarios más baios, m¡yores iornádas laborales per¿quienes trabaian y condiciones de trabaro menosseguras; €n otras palabras, menores costes labrales,En la imagen invertrda que ofrece el prisma neoclá-sico, pagar menos ¿ los trabajadores es bueno porqueaumenta la (competiüüdad' de le producción.

El remo imaginario de la (competencie perfecta)aparece en la práctica como su contrario: trabaiado-res ociosos y capac¡dad prcducüva sin utilizar, en vezde pleno empleo; hu¡da d€ divisas y ausencie deinversión, en vez del sueño fantástico de la asigna-ción eficiente del c¡pital. La realidad de la competen-cia es desestabilizadora y la regulación estatal nodeberia entenderse como distorsionadora sino, másbien, como el medio de reelizar los beneficios de lacomp€tcnc¡a y minimiz¡r sus costes, ll competenciaes inherenle al capitalismo y le proporciona al sis-tema su dinámica progresista. Al hacer esto, generaun desarrollo desi8ual entre los paises, desiguald¡den €l int€rior de cada pais e inestabilidad en los mer-cados mundie¡es. La teorfa neoclásica de la comFe-tencia ha sido concebida para €xcluir todos estosresultados, de forma que, cuando ocurren, la teorlalos explica como un legedo de la malévole interven-ción gubernemcntal. El Mito Global sirve a tos lnre-reses del caDital

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Caplhdo 4

LA DTMENSIÓN POLÍTICADE LA COMPETENCIA NEOCLASICA

I-a iustificación teórica de un programa globali"ádores dificilmente conüncenie. Y tampoco impresiona¡los intentos de demostrar empir¡camente los b€neñ-cios del feliz est¡do competitivo que hacen los abo-gedos d€ la competencia. La teo¡fa es déb y losdatos empft¡cos sugieren que son escasos los ben€ñ-cios que efloran. ¿Po¡ qué persisten, entonces, estosartumentos y siguen vigent€s en el debate politico?Se debe sobre todo a que el miLo neoclásico de lacomPetencia es la defensa ps€udotécnic¿ de la hege-monla del cápital. Para q¡¡ienes p¡ectican la Econo-mía neoclásica, esta teorfa es como un úrus informá-tico me¡.tsJ, El soltware mental €s tan contrario a Iarealidad que llevá varios años cargarlo en el c€rebrodel estudiant€, tl€s años en su versión más simple yhastá si€te u ocho en la v€rsión ¡lanzada, con docto-rado incluido. Su efectosobre el har¿*arc cercbrelva mucho más allá del consumo de c¿s¡ toda le capa-cidad de memoria; al igual que un virus, contaminael resto del soltware cerebral; todos los procesos de

Pensamiento tienden a pasar a través de su modo iló-g¡co. Una vez infectada por el virus, Ia mente queentes era racional coñi€nzá a aceptar que todo d€s-

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empleo es voluntario, que facilitar el despido de los

traltaia¿orcs Áamerlta el empleo y que la existenciahumana -y esto constituye el acto de fe filosóficomás básico- puede y deb€ expresarse mediante elplacer experimentado en el consumo. En el proceso

de carga de este sofware, es necesario exam¡narrepetidañente a todo novicio neoclásico para asegu-

ra¡se d€ que ha desaPárecido cualquier tendencia a

p€rmitir que la exper¡enciá del mundo real retroali-mente le formulación teórica, y que no entra en elanál¡sis ningún v¡lor que no s€a hedonistrco.

En un clima pollüco apropiado, antes de Keyts ydespués de la década de 1970, el ürus tiene unpotencial de producción de sólidás parábolas pollti-cas basedss en Ia fe en las ürtudes del libre mercado.h desregulación de los merc¡dos üende a beneñciard capitd ftente al tr¿baio y á los p€queños producto-res. La Economfe n€ocliísica en su forma polltica es

la id€ologla que just¡ficá esta predisposición a v€r enlos ben€ñcios un sinónimo del bienestar general. La

demanda de una mayor coñpetencia por la vla de ládesregulación, s€a en país€s desarrollados o subdesa-rrollados, es Ia demenda de libemr al cepital de todal¡mitación a su capacidad de exp¡nsión, afirmációnque ye hiciera, elocuent€mente, Marx en su famosaréplica a Proudhon (Miseria de la flosofa). En t&-minos diferentes a Marx, Keynes convenció a unageneración de economistas d€ que Iiberar al capitalde los lfmit€s que impone el Estado Éaba riendasueltá a la inestabilidad y al despilfarro de recursos; y

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¡ u ur¡risroi¿orJrs 0( r¡c0$fltrc|^ftot¡src¡ +3

de que la cond¡ción para la eficiencia económica noes la competencie p€rfecta, sino la intervenc¡ón delEstado en po6 del pleno empleo. Lejos de s€r el or!8en de las distorsiones que bloquean la eficienciaeconómica, le intervención estatal es la manera enque el cuento de hadas puede acercerse a la realidad.Esta es la üsión keynesiana de la economia capita-lista mixta, €n la cual el Estado supriñe los aspédosd€structivos de ¡a competencia, garantiza e¡ plenoempleo y permite qu€ la sociedad recoja los frutosdel dinamismo capitalisla.

Al p(oporcionarnos el enálisiÉ qu€ sirve dc apoyoa esta concepción de una cconomla socializ¿da (peroci€rt¡mente no socialista), Keynes inició uná revolu-c¡ón copernicana en le Economla €st¡blecida (esteruptura metodológca F s€ h.bia producido antes, yde forma más dramática, entre ¡os ¡icard¡anos y losmarxistas). Ke).nes querla sacár á la profesión delidealismo cartesiano (el mélodo ¿ prto¡i) y conver-tirla a un método en que teorla y realidad interac-túen á la manel'¿ de las ciencias expe¡imenteles. Noconsiguió tener éxito en está revolución t€órica.

Los def€nsores del modelo geocéntrico ptole-maico del univeBo fu€ron ñnalmente bárridos, cienaños después, por la teorle heliocéntrica de Copér-nico, Galileo y otros, y su revolución empfrica conso-Iidada luego por la teorfa de lá grav€dad de Nebton.Sin emba¡go, doscientos eños más ta¡de, la teorlaptolemaice de Ia mano (invisibl€) de Adam Smithaúndoñina en la Economla.I¿ profesión se dedicá a

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a6 r¡oth ¡a u flottr . I tü¡I6

€*t€nd€remor aobr€ l¡ tcorl¡ de la aompetencL en elm¡¡c¡ ¡l€l F¡la¡¡¡ar¡to de Ma¡x y molt¡a¡em6 qucc¡ !u ¡¡¡áli¡i¡ lo que explfc¿ l¡ n¡tu¡aleza de¡tucived€l crpit l.

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de que Iá condición párá lá eficiencia económica noes la competencia perfecta, sino la intervención delEstado €n pos de¡ pleno empleo. L€ios de ser el ori-gen de las d¡storsiones que bloquean la eficienciaeconómica, le intervención estatal es lá man€ra €nque el cuento de hadas pucde acercarse a l¡ realida¿Esta es la visión keynesiane de la economía capita-liste mixta, en la cual el Estado suprime los aspectosdestructivos de la competencia, garantia el plenoempleo y permite que la sociedad r€coia los frutosdel dinamismo capitslista.

Al propo¡cionamos e¡ análisis que sirve de apoyoa esta concelrción de una €conoñle socializada (perocie¡tamente no socialiste), Keynes inició una revolu-ción cope¡nicena en ¡a Economia establecida (est¿ruptur¿ metodológica ya se habia producido antcs, yde forme más dramática, entre los r¡cardianos y losmarxistas). Keynes qu€ria sac¡r a ¡a profesión delidealismo canesiano (€l método a pnori\ y .o ver-tirla a un método en que teorla y realidad int€rac-túan a la manera de las ciencias experimenta¡es. Noconsi8uió tener éxito en esta revolución teórica.

Los defenso¡es del modelo geocéntrico ptole-maico del universo fueron frnalmente ba¡ridos, cienaños después, por ¡a teorla heliocéntric¡ de Copér-nico, Galileo y otros, y su revol ución empfrice conso-lidada luego por la teoría de la g¡evedad de Nevton.Sin embargo, dosci€ntos aÁos más tard€, la teorleptolemaica de la mano (invisible> de Adam Smithaún doñina en la Economla. Iá Drofesión se dedica a

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prodücir epiciclos cada vez rnás arcanos e improba-bles, pare reconciliar hechos empfricos y f¡ntasleteórice, en un equivdente económico del universogeocéntrico, coñpuesto po¡ las perfectas y armonio-s¡s esferas de la competencia, Esto representarla uninocuo pesatiempo, ¡ncluso encantadorementeexcéntrico, si no fuera po¡que millones de personas

en todos los pals€s del mundo sonüctimas de políti-cas basadas en este cuento de had¡s que producedesigualded, inefi ciencia y conllictos.

En una reconslrucción newtoniana de la econo-mía, serla la competenciá, y no la intervención, Ioque aPerecerlá como el Pro€eso que Senere desem-pleo, desigualdad y uso ineficiente de los recursos.I¡Economla neoclásice he puesto la causalidád c¿bez¿

abaio, de forma que los resu¡tádos negativos de las

<fuerzas de mercádo" se llaman (fallos del mer-cado'. Éste es un término pernicioso, que sugereque, en general, los mercedos generan resultádospositivos. Leios de ser fallos, la mela asignación de

los r€cursos, la desigualdad, asl como, para el mundosubdesár.ollado, la pobreze y el des¡rrollo d€sigual,son las consecuenciás natumles y sistémicas del pro-ceso no regulado de competencix, es decir, d€ la libe-ración del capital.

No son los máDdstas los únicos que han recono-cido las funestas consecuencias de la liberación delcapital de sus l¡mitacion6 Púbücas. En 1947, el eco-nomista británico R. W. Rothschild, influido por losdesastres de la globalización del caPital en ls Primera

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I u orf,ñfr mfid 0t u mmüc] iroct¡src^ 15

mitad del siglo XX, resumió d€ forma sucinte laneturaleza de l¡ competencia intemacional:

Ten€mor que.. . conclui¡ qu€ una reoú de fl¡ comp€-tencial sólo puede se¡ completa y r€levante si su

estructuh Dcluye todos 16 aspectG principals de lálucha [d€ lá! €mpresl po¡ la sguided y le posic¡ón

Como l¿s guer6 de pr€ci6, pued€ que los .onflictosimp€rElbtá¡ a ca¡a d*ubiert¡ no sn la rutin¡ cot¡,d¡an¡ d€ los mercados oli6opollsticos. Pe.o, ¡l i8üatque las 8ueü¡s d€ precios, su me¡a posibil'dad y lapepaEción con üsta a ellos *¡án uñ tEsfondo p€r-

manente .. Y los aspectos ¡mperialistas de las gue¡las

modernas o de las intewencion€s armadás deb€nve¡se como una pa¡t€ de la teorla drñámica d€l meFc¡do, al i:ual que l4 ¡ctlúdád€s "econó¡ñ¡c.r, háttradicion¡ls, como l¡s guer.6 de pRbs más enc¡r,niz¡dás... Pues no hay d¡fe¡enc¡as tund¡ñent¡16ent¡e amb¿51

Pod€mos extender el análisis de Rothschildi l¡competencia lleva a grandes y pod€rosas empresas(oligopolios); el conllicto entre ellas crea una tenden-cie al conllicto a¡medo; esta combinación de podereconómico y conflicto arñado alimentá el auronla-rismo, que encuentr¡ su rnás completa expresión enel fascismo. Esta es la verdad que subyace al MitoGlobal de la competencia benéñcá. En la I part€, nos

9 Rotnch¡ld (1947), p, 3r9

Page 48: Compete Nica Marx

a6 r¿o|¡Éu(ffrs -¡ ÉD¡m

Grúandea€mo aoü|I! h t¿od¡ dc l¡ co¡nPetenci¡ e¡ dE&ro dd !úr¡n¡aüo da Mafi y mof¡¡¡aroc qu!cs tl¡ ¡í¡llds lo que .¡rpllc¡ l¿ mh¡¡¡¡e"¡ dceucttvsdd.¡pff¡f

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P.rl! trt u¡rütuü.crn¡$sün

Page 50: Compete Nica Marx
Page 51: Compete Nica Marx

INTRODUCCIÓN

La sociedad cap¡talista se caracteriza Por que su

reproducción requiere Ia circulación de los produc-

tos del trábáro en fo¡ma de mercancfas. F.ste c¡rcula-

ción, combinada con Ia producción de w.lores de uso

(que cáracteriza a todes las sociedad€s), forma lábes€ de la producción aisl¡da. Iá ci¡culación de mer-

canclas, junto a Ia circulación p¡ralela de dinero, es

el mecanismo por medio del cual los producto¡es

aisládos se integran en el sistema de reproducciónsocial. En lo que s¡gue, procedcremos a desarrolla¡e3t€ concepto de le competencia como intemcciónde los productores aislados e independientes, con-cepto central Pa¡a Ia comPr€nsión de l¡ socieded

capiteliste.tá rüptura metodoló8ica de Marx con le Econo-

ml¡ polltica burguesa fue tan radical y comPleta que

constituyó una auténtice revolución. lá ruPturatiene su origen en la comprensión de que el caPita-üsmo es un modo de reP¡oducción sociel histórica_mente único. La mayorla de los marxistas reconoce

forma.lñente esta ruPtura metodoló8¡ca, p€ro en sus

escritos se pueden encontrer aún restos delanálkis yel método bur8ues€s, esp€cialñente en el enálisis de

la competencia. En Senerel, tanto marxistas como no

marxistes s'on de la oPinión de que, en el t€rreno de

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la competencia, y a diferencie de otres áreas en lasque sf desbrozó nuevos tcrr¡torios, el análisis deMarx segule siendo el mismo qu€ €l de los teór¡cos

manifiestá €n l¡ opi_expuw en EI capitzl

I capitalismo compe-titivo, pero debe ser mod¡ñcsda pere adaDtarse a l¿fss€ monopolista del capitslismo.

Estos conceptos de cápitalismo competitivo ymonopolista están intimemente relacionados con eldebate marxista sobre la teorla del imp€rialismo.Queda fuera de este t¡abaio estudia¡ en detalle dichodebáte, pero los conceptos de competenc¡a, mono-polio e imp€rialismo están tan interrel¡cionaqos €nla literatura (yconfundidos, a veces, entre st) que nopodemos eütar hacer alguna ¡eferencia a é1. L¡mayorfa de los marxistas modernos parten delsupuesto de qu€ la sociedad cepitalist¡ contemporá_nea es no competitivaro. Quienes sosti€nen este opi-nión citán frecuentemente a Lcnin como argumentode autorided pues, en va¡ios Esba¡os suyos, éste d€s-critte el capitalismo de su época en unos términos queparecen significar que la competencia entre los cap!talistas habla deiedo de s€r una fu€rza imDortante,¡.

lt

Fr bien .o.6¡do €l i.b4o d. Benn y Swezy, Fro no sn lo3ún'cos.n d.fend€r, d ñucho ñ.nor, que e¡ .t imNn¿lj¡mo *h¡ .liñ¡tr.do t¿ r@mp€€nci¡". V¿.s, po. .imp¡o,

^m,n(1976),pp r02y$v.r L4¡n (1916) y(r9r1.

Page 53: Compete Nica Marx

l-a opmión gener¿l de la escuela dcl caPital monoPo-

üst¡ es que, en el estado actual del desarrollo caPitá-

Iista, la comp€tencia ha sido virtualmente eliminada,

lo qu€ ha modificado la neturaleze de la sociedad

capitál¡sta de forma fundamental SeFin este enfo-qu€, el cembio más importante cs que la sociedad

capitalists ya no es propensa a las crisis, sino al

estancamiento a largo Plezo.Este perspectiva analltice contrasta claramente

con la de Marx, quien dernostró que es la dinámica

del capitalismo lo que produce sus t€ndenc¡as con-tradictor¡as. En concrcto, la acumulación lleva las

contEdicciones a su má¡ima exPr€sión Sólo baio el

capitelismo comienza a se( inherente a lá produc_

ción el desarrollo de las fuerzas Productivas. Esto es

en parle lo que hace del capitalismo una fo¡ma P¡o-gesivd de organiTación socia¡ de la producción, en

comparación con modos de Producclón anterior€s.

El de$rrollo de las fuerz¡s Productivas no cs resul-

tado de los des€os de capitálist¿s indiüduales' sino el

resultado de contradicciones inte(nas de este mo<lo

de producción. l¡ contradicción interna más básica

es que Ia producción caPitalista se ¡¡eva a cebo de

manera fo¡malmente aislada y el trabaio priv¡dodebe convertrrs€ en trebaio social, d€ forma que baio

el capitalismo los productos se convierten en mer-canclas. combinando en un obieto su valor d€ uso y

su válor de cambio.La condición necesaria P¡ra la existenciá de la

relación capitalista es que la fuerza d€ trab6io sea

Page 54: Compete Nica Marx

52 trmtro{ u

una mercancla. Además, la €xistencia d€ la fuerze de

su vez¡ la compet€nc¡e impone a los capitalistes lanecesidad de abar¿tar las mercancfas, para sobreviüren la lucha compet¡t¡va, la tarea de desarrollar lasfuerzas productivas tiene que ser asumida Dor loscapitalistas. Y esta necesidad se impone a to¡os loscspitalistas y a todos los cápitales, con independen_cia de lo grandes y poderosos que s€an.

5 ceDitales¡u de tiabaioin umenta laproductiüdad del trabaio. Este proccso de aumentodel número de me¡cancfas que produce cada tmbaia-dor por unidad de tiempo es ¡o qu€ Marx llama(expulsión) de traba.io vivo. Este proceso dinámicode cambio técnico (que <revoluciona los medios dcproducción>) es la fuente de tendencies contradicto-rias que acaban minando el proceso de acumulación.Es el desarrollo de las fucrz¿s productiv¿s lo que €ro-siona al capitalismo. Marx fue absolutam€nre craroen su creencia de que es el dinamismo del caDita_lismo lo que crea la necesidad de le crisis. Al referirs€a le iendencia descendente de la tasa de g¡nancia,manifestación de las contradicciones básicas de lareproducción capitalistá, escribía Marx:

Page 55: Compete Nica Marx

(l¿ tend€¡ci¡ Progres¡t"¿ de la tásá gene.al d€ 8¡nan-cia a l¡ baja sólo es, por tan¡o, utu 8Pt¿s¡ór' Pe.ulb¡¿I ñda epi¡alista d¿ Pro¿a..¡dr, del dsrcüo P¡o_

8¡es¡vo de la fuera productiva scial d€l t¡abajo ( . )

EI medio -des¡Ifoüo incondicion¡l dc Ls tuera! Pro_

ductiv¡s sials- ent¡a en constante conRicto con €l

objetivo limtado, el de la valori¿ción del caPit¡l eús-

t€nt€. Por ello, si el ñodo eP¡¡¡lista de Producción 6un modo hi3tó¡ico pa.adesrrolle l¡ tueraP.oduc_

tiva m¡te.ial y c¡e¡r el mercado mqndr¿l que l€

con6Ponde, es al mismo t¡€mPo la constente.ontn-

dic.ión €ntre está su misrón histófl.a y la5 r€l¡crones

soci¡16 de produc<ón corr€sPond¡enies a dicho

modo de producc¡ón, ''?

Pero el desar¡ollo de las fuer¿ás productitls no

ocurre de forrna automática; es consecuencia de la

inter¿cción ent¡gónica y contr¿dctona inter¿cción de

muchos capitá.les. [¡ discusión¡¡ sobre la Presencia o

12 Capibl,lll, pP 211,23013 El debatc no é nueo. En mo d. ld muchos Punt6 qu. *Pta

THH:;rctut¡ l¡ t6ri¡ d. l¡ ddúiór FtunE d. Trctskv

'¿Qué 4 lo que ¡gnvt la ddigu¡ld.d y Prett. un si8nllictdo¿a¡r¡w d desollo d6igual €n l¿s condicion6 dcl imP.ria-

",. qu.el colosal d.¡¡rrollo d€ l¿ técni..€¡ €l ¡ñplio *ntidode l^ oal..hq, h6u arot¿ s¡n pe.Lntzt h... ñás fA.il 9!e

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lta ]tfr¡ ¡a u úfrEú - [ n¡u¡€r¡d¡ de @¡p.i.trd¡ y ca¡nb¡o écr¡lco €¡ l¡ s4ic-drd capltaliota contcmpor{nea er, por tanto, una dlr-(¡¡¡¡ó¡¡ ¡ob¡t h ¡¡¡¡¡rl¿z¡ lÉ¡¡ca ald c¡piEli¡¡rno.

Page 57: Compete Nica Marx

C¡P¡tülo 5

EL LUGAR DE LA COMPETENCIAEN LA TEORfA DE MARX

Bár¡n y Swery escribieron que (el análisis marxianodel capitalismo si8ue basándose, en útrma instancia'en el supuesto de una economfa compeütiveD " Esta

afumación atribuye a Marx un ñetodo detenninedo;en concreto, que la comPetencia tiene uñ estatus

particular €n su análisis, el estatus de un suPuesto

impuesto desde fuera. De ello se sigue que sus con-clusiones no son indePendientes d€ los suPuestos

alternativos que se elijan; y, además, que Ia elección

entre diferentes supuestos sobr€ la comp€tencia es

de tipo emplrico. Baran y Sweezy at¡ibufen a Marx lametodologla de la teorla económica bu¡guesa, dond€la comp€tencia ti€n€ ese estatus de suPuesto. Pero¡

de h€cho, Merx construye su teorla de l¡ competen-cia de una manera comPletamente diferente a comolo hac€ la teorfa bu¡gue$.

Pará mostrarlo, debcmos explicar en primerlugar la concepción burguesa de la competencia,

l/r B¡nn y S*€y (1966), P 4 Y ¡ñad€n: .lMtrtl nun'r iñr'ÁtóinErig.¡ lo que h.b.l¡ sido €n tu aF.¿ un sistcD¡ hiPorérico

ffcrcizdo por .l pc¿omin¡o de la gtu empÉ y .l honoPo-

Page 58: Compete Nica Marx

que la define como le intcracción l¡bre y no reBuladade ¡ndividuos que persiguen sus intereses cuandointercambian me¡canclas, Tr¿s definir así la comDe-tencia, Ios teóricos bu¡gueses pueden enumerar lascondicrones necesarias para que se dé la competen-ciar muchos compradores y vendedores, libreentrada y salida del mercado, etc. Para ellos, ¡a com-petencia es una cuestión de núrÍero y temaño de loscompet¡doresj por tanto, se trata de la cuestión tri_vial d€ cuántos vendedores y compradores existende un mismo hpo de mercancí¡. Si hay (mucnos>,¡ray competencia; si hey (pocosD, se tfeta oe unacomp€tencia (restringida>, (limitada, o (monopo-lística). Y si, por desgrecia, sólo hay un vendedor(comprador), t€nemos el <monopolio, ((monopso-n¡o'). Podríemos llamar a esto (la teoría cuantita-tiva de la competencia'.

Este tratamiento de la competencia es caracterls-tico d€l método de toda la economía política bur-8uesa, pues sólo s€ consid€ra la competencia deforma ¿histórica y como una relación que sólo s€ da€n e¡ intercambior5. Es una concepción ahistóricaporque se eplica por igual a todos los modos de pro-

15 Esto tañbién I c,erto €n la teort¡ n€o.rjcardiañá d.lacompe,tencja, que no €s esé¡c¡.tmcnre dif€r€nte d€ ta l¡mad¿ t.orfaneo.¡ásic¿ Por consi8ur€rte, no *tudia¡emos la teoria n@r¡-c.¡di.ñ. por Fpü.do, P.r¿ un. nftid. comparacjó¡ €ntr..lmétodo n@rridd¡no y.l d. M¡n, v¿.e Fine y Húi, (ly6),

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5 tr rüM or ú c0frrmch 0 ú mnl^ m ümr 5J

ducción donde existen intercambios; es decir, las

condiciones de la competencia serí¡n aPlicab¡es ¡o

mismo en una economla esclavista que en otrabasad¡ en el trabaio asel¡riado. se PresuPonen las

condic¡ones sociales que ya cuentan €on comP€ten_cia. Divorc¡ada de cualquier discusión concrcta d€lcaDitalismo, €Ete teorla se limita al ecto de intercam-bio, una relación soc¡al que también caracteriza a

modos de producción diferentes del caPital¡smo.l-ateoria burguesa no es errónea en el s€ntido de quedescriba erróneamente un fenómeno real. E¡ fenó-meno al que se enfrenta (la luchá entr€ los caP¡t¡lespor su cuota d€ mercado) es un Proceso real, un pro-ceso que reconocen tanto lo5 marxistss como los no

marxistas, Además, es correcto situar el acto de

intercambio en una posición centra¡ en el Proc€socompetitivo, [,o qu€ es incorrecto, como s€ verá más

abaio, es €l análisis del intercambio como alSo sePa-

rado de ¡as relac¡ones de clas€ dpicás del capiteüsmo.I-a teorla de le competencia de Merx no es una alter-nativa al enfoque bur8ués, sino una concepción qu€

comienza de forme totalmente diferente e incluye las

rnanifestac¡ones de la comPetenci¡ en cl intercámb¡omercentil como una partc de una teo¡la más gen€ral

de la competenciá.En la teorfe buryuesá, s€ introduce la competen-

cia entre los capitales como una fu€rza externa, y en

su aus€ncia no rig€ ninguna de las leyes d€ la econo-mÍa burguesa: la producción y el consumo deien dese¡ eficientes; quedan en suspenso las leyes de Ia dis-

Page 60: Compete Nica Marx

53 trfr¡d ü

tribución; y la of€¡ta y la demanda ya no strven qeinstrumento enalftico, ni a co¡to ni a largo plazo.Esto cs asl porque la teo a burguesa se basa en lae5fera de la c¡rculación -el intercambro-, en la cuelno s¿ puede analizgI ningrin fenómeno sin referirs€ ala comp€tencia. Por esta razón, €n la tmrfa burguesa¡a competencia apa¡ece, no sólo como el vehfculo através de¡ cual se manifietán las leyes económicás,s¡no como el origen y causa de esas leyes. lás conse-cuencias de esto último sólo pued€n apreciarse trásanelizár le teoría de la competencia de Marx. Porsupuesto, puede afirmarse que la competencia es elelemento teórico c€ntral €n la teorle burguese, delque deriwn todas sus gcn€ral¡zaciones

En la teorfa del valo¡, ¡a acumu¡ación es el ele-mento clave, el proceso que da o¡ig€n a todes lás

Senerslizaciones importantes qu€ se refieren a lareproducción capitalista". Aunqu€ acumulación ycomp€tencia eslin lntirnamente relecionadas, la pri-mera puede concebirse y compr€nders€ antes que l¿setunda. Esto es asf porque la acumulación es laexpansión progresiva del circuito del €apital, y estes€ analiza en primer lugar para el capital en su con-iunto, sin ¡efer¡rs€ a la inter¿cción entre los difer€n-tes cepitales, Aquí debemos enfatizar que nos esta-

t

16 Agñdeko ¡ B€n F¡n. l¡5 d¡$u¡on6 qu€ manture con ¿l o rel¡'.¡ón.on lo qu¿ sigüe, p¡¡¡ lo qu. me b.$ré.n Fin.y Hrrris

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5 tL LE¡ ü u Coafl,.,¡¡ D ú ltfi¡ 0t k¡ 59

mos refiriendo a Ia comP€tencia entre capital€spues, ya que le base del caPital €s la seParac¡ón d€ltr¿baio resp€cto de los medios de producción, el cir_

cuito del capital no puede abstraerse de la comPe-tencia entre cePital y trabaio, es decir, de la proPia

lucha de clases.

El circuito del capit¡l esel circuito de auto€xPan-

s¡ón del v¡lo¡, D-M-D', y la base de esta autoexPan-

sión (dadas las condiciones históricas Para la exis-tencia del capital, el trabaio asalariado libre) es la

producción de plusv'alor. La producción de Plusvalorrequiere los conceptos de capital constante y varia-ble, cuyo uso permite distinguir entre la producciónde plusralor absolt¡to y relativo, Estos conceptos noson constructos ideales, sino que corresPonden a

procesos reales, la aceleración y alargamiento de la

iornada laboral (plusr?lor absoluto) y lá aPlicacióncreciente d€ maqu¡na¡ia al proceso d€ trabaio (Plus-

\2lor relativo). Al desarrollarse el caPitalismo, laproducción de plusvalor reletivo se conüerte en laforma principal de aumentar el Plusvalor, oriSi_

nando lo qu€ Marx llama <la ley general de la acu-

mulac¡ón capitalista', que es la genereción endó-

Bena de fuerza de trabaio excedente el eiércitoindust¡ial de reserva.

Todo este análisis nos conduc€ al primer volumende El capital, y para ello no necesitamos la teoria de

la competencia entre capitales. Si la eñpleá¡amos,estariamos oscureciendo el análisis, empleando unconcepto compleio -la (comPetencia entfe cap¡ta-

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€F roih tr u

l€s'- antes de explic¡¡ conceptos más simples que lesirven de presupuesto, No se pued€ analizár la fomaen que interactúan los capitales individueles en elProceso de acumuleción antcs de explicár la posibili-ded mism¡ de acumular, que sólo se entiende, a suvez, g¡acias al concepto de (capital en su conjuntor,Es posible llegar tan leios en el análisis del capita-lismo abstrayéndose de la competencia porque elproceso de acumulación es esencialmente un pro-ceso de producción que se lle!? a cabo baro relacio-nes especlficas de producción, y estas relacion€s deproducción especlficas eigen analiza¡ el int€rcambioentre el capital y el trabaio, pero no el intercambioentre capitalistas. S¡n emba.go, la coñpetencia int€r-capitalista queda subsuñida en este análisis y no sedesa¡roua independientemente después.

La cohpetencia entre c¡pitales salta a la vista ydebe anal¡zarse y conceptuslizarse al estudier el pro-ceso de realización y la distribución de plusvalorentre capitales y entre sus formas de manifestación(renta de ¡a lierra, interés y ganancia empreserial).Nunca s€ insistirá demaiado en que, mientras que lateorla burguesa comienza su enálisis del capitalismopostulando la comp€tencia o ausencia de competen-cia entre capitales, y no puede da( ni un solo pasoadelant€ si no lo hace asi, la teorfa del valor desárro-lla la teoría de la acumulación sin n€cesidad de r€fe-r¡rse a ¡a interacción mutua entr€ ¡os cap¡talesr'.

17 Por pone¡ un ejemplo, la t€nd.n.iá d6c.nd.ñt d€ ¡¡ tas de

)

a

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5 tL Lrrc^r 0t u cürmru $ 4 Emh 0€ u¡ 6¡

Finalmente, podría enalizarse la comPetencia entrecapitales al ecteblecer las bases de la ácumulación,pues los elementos anallticos del concePto ya están

presentes en el concePto mismo d€ caPital, Perohacerlo ási sólo complicaria el ¡nálisis en vez de

meio¡arlo. Por esta razón, resume Marx asf el PaPelde la compet€ncia intercapitalista:

t¡ comp€t€ncia t¡¡ sólo apw como .lgo r€el v Pe-sente como necesidad €xtern¡ lo que subyace en la

n.turalez¡ mism. del caPitali la comp€tencia no .3

nada ñát que la forno €n que los dúe¡entes c.pit¡les

¡mponen ¡ lG demásy a I h¡5mo6 letdereñin.<rc_

nes inhérerta del capitáI. Po. t&to, ni una sol¡ cate-

go.I. de l¡ écoñomta burgueÉ, ni siquiera la más

bát¡ca es deci¡, la dete.m¡nación d€l valor' Pued€

h¡.eñe re0l sólo ¡ tavés d€ t¡ lib¡e competenciar'

En otras palabras, la comPetencia es el meca-

nismo a trevés del cual se manifiestan las ley€s sub-yacentes d€ la ¡cumulación. Por eiemPlo, la ley de¡

valor. La competencia no genera, ni siquiera hsce

posible €l funcionamiento de esta ¡ey, Pues su bas€ es

e¡ t¡abaio asalariado libre y los m€dios d€ P.oducción

g¡'h.i. F e¡pon€ .láñm4@ en el pr¡m€¡ wlum.n d€ E/ aP¿!.1, 6m simirmo {r .ontEt nden<iÚ, .unqu€ no r id€ndEo.omo t¡l porqo. .'¡¡ no h¡ plErt¡do Mü .n é .l dc€Pto de

t¡e d€ s.lu.L, q!. d€riv¡ d. la int€gnción entr. P¡odúclón e

¡n¡rcrnbio (obieto d.l rclú.n m)

Page 64: Compete Nica Marx

6r tro¡t¡ D€ u

convertidos en mercancí¡s, ll competencie permit€simplemente que se exprese la ley. Otra manera dedecirlo es que el concepto fundamental es el de rela-ciones de producción (trebaio ¡salariado libre), queson las que creen la pos¡bilidad, al mismo nivel con-ceptual, tanto dc la ley del valor como de Ia compe-tencia intercapitalista.

En ciertos pasaies de su obra, afirma Marx que lacompetencia es el mecánismo por medio del cual laesencra de las r€laciones sociales cápitalistas se trans-forman en su apariencia. Por eiemplo, mienúas quela base de la acumulación capiralista es la ap¡opia-ción de trabaro impagado, la forma sa¡arial ocultaesta explotación tras la máscára del intercambio deequivalentes. Los tmbajadores compiten entre sl porsus s€la¡ios y los capiralistas compiten con los traba-iadores. Otro eiemplo del efecto distorsionante quetiene la competencia es la forña de precio. La com-petencia entre capit¡les introduce una desviación delprec¡o respecto del valor, que crea le ilusión de qu€el trabaio muerto cree valor. Se pu€d€n rt¡ultipli¿erlos ejemplos, lo que llevó a Marx a añrmar que en lacomp€tencia todas las r€laciones aD¡recen inverti-das". Podemos concluir, de este ca;ácrer distorsio-

19 " Jen l¡ comp.t.ncEl rodc tc det€rminrnt6 ¡Dak¿n €n uMpd¡ción qu. 6 l. iee de su pGi<ión €n et op¡r¡J en BenehlNlf €l pmc@ dde¡miñ¡do por€lúrbq,o, aqut et rEbajodaermi-mdo por €l pfftio, €tc , d. , (G dñ¿?íe, o 657)

)

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r a ulc¡r or u cflfrErc¡ ü r¡ Íel^ ¡€ uü 63

nante de l¡ competencia, que es un error analfticocoñenz¡¡ la teorfs con un enálisis de la comPeten-ci& pr¡6 60 equivsl€ { empez¿¡ por aparienci¡s que€d¡ di¡torsionádaE. En vez de ero, hay que eñft€za¡por l¡ esfere de l¡5 relacion€s socid€s y preSünt¡lr€por qué fen¿ que habe¡ competencit

\:

\

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\-

C¡pltulo 6

LA COMPETENCIA,(NATTJRALEZA INTRINSECA DEL CAPITAT.

Cuendo Merx define la competencia,lo hace en tér-minos dcl capital como un todo y escribe que (con-

ceptu lme te,l^ cornpekncia no es más qtre la nott-rulÍza intrlnsaa d¿l capif¿r, su caracter esencial, queaparece y se reeliza como interacción recfp¡oca demuchos capitalesr'o, Como veremos, esto coloca Iarelación social de la compráventá de ft.¡erza d€ tra-bajo en la base de la competencia intercepitalista.Par¡ entender a Ma¡x, debcmos observar que la teo-rla bu¡guesá de l¡ competencia, eunque metodológi-camente ahistórica, no es de hecho más que une des-cripción idealizada del carácter histór¡co particularde la producción capitalista. A difer€nciá de lossocialistas utópicos como Proudhon, Marx no crefaque hubiera, ni pudiera haber, existido nunca unasociedad de pequeños productores libres e indepen-d¡entes movidos por sus propios inter€ses. Mientrasque los socialistas como Sismondi o Proudhon bus-caban en el pasado una era competitiva premonopo-lista. Marx desdeñó esas ideas como oura ilusión':¡.

1br:d , p 414 llas *gund.s cursiv.s, añrd¡d¿s por john \)lel!lM& t.rde lrnin ú¿lizr¡a t¡mb¡én ¡oe Dunt6 d. vBh d. 6tG

202l

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66 rtorl^ 0f u

Ma¡x ergumentaba que <uná visión asl del capita-lismo -y de la competencia- sólo era una fantasíaideológica, una descripción, pres€ntada como leynatural, d€ las condiciones históricas que liberaron alcapital de las barreras feudales que impedían sueütoexpansión.

Antes de la era capitalista, la v¡da económica seretulaba de una forme determinada en el ¡nterior deun modo d€ producción dádo. Entre estas regulacio-n€s estaban ¡a pertenencia a gremios, los monopolioscomerciales d€l Estado y otros muchos adomos mer-cantiles parecidos. Con la emergencia delcapit¿Ikmocomo modo de producción dominante,la vida eco,nómice estaba retulada tambié[ p€ro por el capitalpara el capital. Los portavoces intelectuales d€ laburguesla ascendcnte, como Adáñ Smith, describi€-ron esta r€gulación como (libr€ comp€tencia', ofre-ciendo una iustificación ideológica del nuevo o¡deneconómico2. En el s€nüdo más ampüo, ambos s¡ste-mas se caracterizan por el monopol¡o, uno por elmonopolio de la clase terrateniente, el otro por elmonopolio de ls clase capit¡¡ista. Lo que no hizoSmith ni ninguno de sus sucesores, Samuelsonincluido, fue análizar el connicto enue los cáDitális-tas!. Y esto fue lo que hizo Manc Sugerü, como hacen

22

E

socialist s urópicos, siguiéndo €l mélodo de M¿rx, yü Lenin(r396)

Md 6 muy [email protected]: qN ¡p.G.r l¡ cohp€t nc¡.omo

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6 u crlflr€¡ , r¡tl'ra m¡Gta¡ É c¡¡í¡l 57

Swezy y Ba¡an, que la competencia es la existenciade muchos compeüdores y la ausenc¡a de monoPoli-zeción y centr¡lización en la producción, es ussrcomo teoria la ideologlá burguesa. Por eiemPlo, en Ia

soci€dad feudel habla muchas propiedades y casas

solariegas d¡stintas, pero no habfa competencia. La

clave no son los números ni el tÁmaño de los compe-tidores; la clave son las re¡aciones sociales que deter-minen y regulan Ia inter¡cción de los productores.

tá definición y análisis burgues€s de la comPeten-

cia son ahbtóricos, porque la competencia s€ aneiiza

sin explicar previam€nte por qué tien€ que habercompetidores. Esto es €l mismo tiPo de error que €l

de comenzar a analizar el v¡lor sin explica¡ Por qué

hay mercancías, En ambos casos, se presupone leproducción gen€rElüada de productos como mercan-cles. Dicho de otra manera, la teorfe burguesacomienza a anal¡zar la comp€tencia a un nivel de abs-

tracción reletiv¡mente baio y, consecuentemente, la

la dúolu.ión de la pert€ncnci¡ obl¡g¿tori¡ a u g¡emlo, l¡ regula-c'ór gub.rñ¿D.nt¿I, ls .du.nd en €l ht.r¡or d€l Pok y ot.ú<1g pdejdá¡-.., 6 6uren, coño l¡ .eg&ión de lG llñ¡té yb¡re6! qu. car¡cterizb¡n t las a.s d€ It Pódu..jór 8¡te¡ió-16 ¡l c.p¡ul ., lpor consigu'.nl.l núne s 6tud'ó n' s¡qui.ñ*t¿ tacel2 n4at¡v¿ sut€,6to, 3u l¿do n€r¡m€ e histórico, locud h. conduodo ¡ ru @ tl.b.{rdo tod.rl¡ moFr d€.ons¡d€dl¡ @tu L .olit¡ón entre individuG qu. ro t¡.n.n h¡¡ llmitéque los de sús p.ópi6 inter¿s€s y, por t.nto,.oño €l modoabsluto d€ e¡¡tencia d.lá ind¡v¡du¡l¡d.d libÉ én la 6ten d.lcoEuño v €l int€rcamb¡o, No ou.¿e h¿ber n¿¿¿ dü .nó@"lcdn¿rile,p 6491

Page 70: Compete Nica Marx

6a rod^ Dr t¡

trata de forma enormemente compleia, a un nivel enque, desde el principio, es prec¡so tener en cuenta lacompetencia de p¡ecios, la diferencisción de produc-toq los moümientos de capitsl, l¡s berreras a d¡chosmoümientos y el proc€so de centralización. Comoresultado, el análisis se lleva a cabo de forma ecléc-tica, y las formas que adoptá la lucha competitiw beioel capitalismo no derivan del propio conc€pto sinoque aparecen como excepciones al mismo, Y paraeütar este eclect¡cismo, defin¡mos sencillamenre lacompetencia como (la naturaleza intrínseca del pro-pio capital>, y e partir de este concepto siñple conü-nuamos hácia conceptos más compleios como lacompetencia entre capitales, o todaüa más comple-iot como la (competencie de pr€cio$,

El cspital como relación soci¡l r€pres€nta Ia inte-g¡¡ción de la producción y el interceñbio en un cir-cüto reproductivo. L¡ comp€tencia intercapital¡stasuISe de est¡ integración. Como escriben Fine yHarris, (en realidad la comp€tencia mtercapitalistapertenece al circuito del capitd en generd.. . ya que sinlas r€laciones entre capr:¿a, J traba¡o cornprenüdas enestos simples cirq¡itos, la competeñcia entre capitalesno pod¡ía ex¡stü24. Por esta razón,la base de la ompe-tencia es la compraventá dc fuer¿a de trabeio. Notod6los fenómeno6 d€l capitalismo tienen que rero-traerse hasta el nivel de ¡os primeros princip¡os, pero

24 Ei¡e y Hatris, Re-fr¿¿ing Cai¡al, pp r-4

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5 u mfirÉr4 üm¡üü rmlñd ¡€r car¡r 69

los conc€ptos deten construirse a.l nivel en que €l fenó-m€no analiz¡do )a no pued€ abstráers€ más.

La competencia es la naturaleza intrinseca delcapital en el sentido en que nacc de la cont¡adicciónentre el proceso de producc¡ón y el proceso de circu-leción, unidos en el capitál industrial (rcapital en sí,,como lo lleha Marx). Aunque el caprtel unifica pro-ducción y c¡rculación, lo hece de forma contradicto-ria, ¡ través d€l trabaio asalar¡ado libre. Al ser lafuerza de trabaio una mercancia, el producto de taprodu€ción capitalist¡ tiene que pesar por el me¡-cado. La reproducción de la socieded capitalistaexige que los valores de uso que surgen de la proquc-ción se realicen como dinero, Es en la socieded caDi-tal¡sta cuendo, por vez p¡¡merá, el trabajo excede;kde ¡os productores di.ectos no pu€de s€¡, en general,obieto de apropiación en forma mater¡al o natural,sino qu€ debe convetirse en dineros. La primera ymás básica forma de competencia es le competenciaentr€ capital y trabajo, no por la dist¡ibución delvalor producido, sino por la organiz¡ción misma dela producción. Esta competencia es üra lucha dc cla,ses en torno a la cuestión más importante en cual-quie¡ sociedad, el control de la producción. y Ia sub-sunción del trabajo en el capital'z6 es la base de lacompetenciá intercapitelista.

2ÁDrcnn.r ( r9zl), pp

'I¿M$r rn.liz ere prees €n.l apénd'ce d€l volum€n I dr ¿/@p¡¿¿¡ (.di.ión de Pengúin): vid Mad ( 1867)

Page 72: Compete Nica Marx

7o ¡ro¡1¡ N u

El caDital existe en virtud de la existencie de tra-bajo asalariado libre, por una partc", y, po. ot.aperte, del monopolio que una clase tiene de losmedios de producción. La existencia de trebajo asa-

la¡iado libre no sólo facilita lá explotación del tra-baio, sino la explotación del trabaio en b€nedcro del

capital y sr.r despl¡eguc a voluntad del capitál; es

decir, allí dond€ produzca mayor ganancia. lá clase

dominante feudal explotábe trabaio pero, como el

trabaio y los medios de producción estebsn unidos,se t¡ataba de ¡a explotación de una fuerza de trabaioesencialment€ inmóvil. El trabaio asalariado librep€rmrte a la clase explotadora explotar trabeio en

circunstancias diferentes2s. Hemos usado repetide-mente el té¡mino trabeio asalariado "libre>, Peroahora queda claro todo lo que ello imPlica. Antes de

la sociedad capit¿lista, el trabaio era <no l¡bre", en el

sentido de qu€ su movilidad estaba ser¡amente limi-tada dentro de las relaciones sociales de servidum-bre, siendo la esclaütud en el Nuevo Mundo el caso

más extremo de €stas liñitaciones. Cuendo perecie-

ron esas relaciones sociales ante el t¡abaio asalariadolibre,los trabajadores se hicieron libres en el estre-cho s€ntido de no estar permánentemente ligados a

2?

2E

Al, el @p¡r¿l * la n¿8¡c¡ón del ñoñoloüo f€udal, Más t¡rdé vol-

Mau€s.¡ib.: (No 6 el lndividuo el que resulu lib€rado Por l.hbr€ .omp.tenci¿, 6, úÁs b¡én, €l c.prtal €l qu. qu€d¡ l¡br.'

Page 73: Compete Nica Marx

6 u flfrlrf4 unfü¿ rmhñd ú *r¡t n

un explotador en particular. Quien recibió el poten,cial de libertad y lib€ración incondicionales, comoconsecuencia de Ia desaparición de las ¡elacionesserviles, fue el capital, no el trábajo.

lá neturaleza ¡ntrfnseca del capital es la relacióncapital-trabaio, pues es este relación sociel, que sig-niñca un intercambio de capital por fuerza de tra-baio, lo que coloca al proceso de producción baio €ldominio y control directo del capit¡1. Esta naturalezainterna del capital se basa en el trabajo asalar¡¡dolib¡e y comienza con un intercambio. un int€rcam-bio previo a la producclón y previo a la circulación yrealización de las mercancfas. Es esa compra defuerze de trabaio por el capital lo que crea las condi-ciones de la competenc¡a. l¡s condiciones necesa¡iaspare la producc¡ón burguesa -trabaio asálariadolibre y un mercado para los ñedios de producción-sigmfican que siempre exist€ la posibilidad de que elcapital r€dirija las fuerzas productivas hacia lasramas indust¡¡ales €n que la tasa de gensncia essuperior e le ñedia. Asl qu€ la compet€nc¡a capita-lista no está determinada por las condiciones de loque los econoñistas burgueses llaman €l <mercadode bienes", sino por la existencia de un mercadopára le fuerza de trabaio. Aunque un capital puedamonopolizar temporalmente la venta de una mer-cancía particular, ningún capital puede monopolizar(o <monopsonizar') el mercado de fuerz¡ de trabaio.Esto se debe en parte a la existenc¡a del eiército deresen€ que €l capital genera continuamente. Pero a

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72 rtunhm u

su vez la existencia del eiército de reserva es conse-cuencia de que la fuer¿á de tráb4o sea una mercan-cie, lo cual es la b¡i€ d€ le competencia intercapita-lista. Hay una cuestión más fundamental que se

reflerá en lá existencie del eiército de des€mpleados:como en la sociedad cepitalista el trabaio está sepa-

rado de los medios de producción, su unificac¡ón enel pro€cso de producción es de un tipo €speciel.

El trab¡io asala¡iado libre significa la separaciónpe(menente del trabaio respecto de los medios deproducción €n términos de propiedad y control, Po¡Io que el capital tiene que volv€r a reunirlos constan-temente, en cada circuito de capital, medi¡nre lacompraventa de fuerza de trabaro. Puesto que esta

reunificeción es un momento de la circulación de

capital y, cuantitativámente, siempr€ está incomplete(por le existencia del cjército de reserva), el controlde fuerza de trabaio por cada capital está momentá-n€a y cuantitativamente incoñPleto La r€unifica-ción es tañbién incompleta en el s€ntido de que loscapitalistas no compran a los trabaiadores mismos,sino su fuerza de trabáro. Un¡ vez transcurrido elp€riodo para el que se contretó a la fuer¿a de trabaio,se rompe el vinculo entre un g¡upo determinado de

t¡abaiádores y su cap¡talista concreto.Aparece aquí una contradrcción: aunqu€ el capi-

tal como un todo ¡mpone su monopolio sobre el tra-baio a m€didá qüe se desarrolla el cepitálismo (por latendencia a eliminar cualqu¡er posibilidad d€ suP€r-\1venc¡a que no ssa el tr¿baio ¿ialariado), ese mono-

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6 U rrírf,A inr¡u¡¡ .lrk(¡ 0a ü¡ü¡ 73

polio adopta la forma de una competenci¡ entrec¡pitales. En este s€ntido, da libre competencia es larelación d€l capitá.Iconsigo ñismo como si él mijmofuerá otro capitálDt. Baio el cap¡talismo, lás relacio-nes de producción -ls fi¡er¿a de trabáio como mer-cancle- impiden en cualqui€r sector industrial lañonopolizáción p€rmanente de la p¡oducción, porla forma en que la explotación del trabalo por elcapital recrea continuamente las condiciones de lacoñPetencre,

A este nivel de conceptualiz¡ción, la competenciaentre cápitales sólo es uná t€ndenc¡e inher€nte. Láforma que adopta esta competencia no puede anali-z¿rse sin tomár €n consider¿ción lás fas€s pa¡ticula,res del desarrollo capitalista, un punto que t¡atare-ños en I capftulo siguiente. T¡l como s€ pt€lenta, lacompet€ncia üene determin.de por la soñstic¡cióndel sistem¡ crediticio, el pepel dél Estado y el des-arrollo de las fuerzas productivasú. La base de lacompetenciá puede anal¡z¡rse, como hemos h€cho,abstreyéndose d€ las compleiided$ de la realided,

Al cm6t ¡ L klq d. SF¡tñ d. qu. t. coñFftt. é t¡ .eÁ-ci. de 6(.¡.cion6.rrEM.óm¡G.n t¡ búsqu.rt¡ <t.r prcp,o¡nteé¡, *rib. M..¡: <P.¡o l. .omp.t.Ác¡. 6r¡ muy t.iG d.t.r.r sr.menr. d lignitio<¡ón hüúri.r, o d. *¡.,c¡usrv.-ñ.nte d n¡.ú r€¿r¡x, L¡ l¡brc chFt n<¡¡ 6 t Éh.ión d.t.¡pr¡d coúi8o m¡6mo.omo 3¡ él m¡rno fueÉ orrc..pn.t,6d<¡i .l @mpon&ñ¡4ro k¡ d€l opir¡t .n onro op¡t l, ,¿¿t ,

Page 76: Compete Nica Marx

pero Ia comPetencia tsl y como se P¡esenta a sl

misma incorpora todas esas comPleiidades.Es importante romper con la idee de que la com_

petencia €s Ie luch¡ Por l¡ vente de mercanclas Part¡-cular€s, que es la conclusión del análisis burgués. Es

ve¡dad que esto es un ¡specto de la comPetencie,pefo un asPccto que PfesuPone Ia comPraventa de

fuer¿¡ de trábejo. El intercambio de merc¡nclas (es

d€cir, lá circulación de productos al obieto de resliza¡su valor de cambio) cs ante.ior al desarro¡lo del c¡Pi_

talismo. Era uná ceract€rlstica de¡ caPital mercantil,que Marx llamaba la forma del caPital (D-M-D') sinla esencia del capital¡t. El control del mercado de

una mercanclá o trupo de mercancfas Por uno ovarios capitalistas suPrime temPoralment€ la mam-festación de le competencia en un mercado €sPecl-

fico, pero no elimina, ni siquierá reduce, lá comPe-tencia intcrcaPitalista, El control de un me¡cado no

afecta a la fuente de lá comPetenciá, que es la exis-tencia del trabaro asaleriado ¡ibre. Para eliminár la

compctencie, habrfa queeliminarel carácter de mer-cancía de la fuerza de tr¡baio, como en el caso delfeudá.l¡smo.

Puesto que el mercado de fuerza de uabaio es la

condición necesaria del caPital, suponer la comPe-tencia €quivale a suponer €l cePitalismo; la existenc¡a

de capitálismo significa qu€ hay comPetencia. El

3l El upl¡!1|,lll, P 326,

Page 77: Compete Nica Marx

6 u cEtlrr nu¡ur¡ f¡Gá 0r( c{rx 7a

capitalismo implica el movimiento del capital; lacoftpetencia es ese movimiento¡7, podemo: áho¡aentender por qué los economistas bu¡gueses supo-nen y postulán la competencia desde el principio desu análisis. La coñpetencia es la (netureleza nffrn-secaD del capital, su fu€rza, que se manifiesta €ntodas las coñplejas aperiencies que adopta el movi_miento dcl cepit¿.|. Ninguna de es¡ts aparienciespuede estudiarse independientemente de la comD€_tencia, aunque sí se pueda hacer esto con la basesubyacente de la reproducción capitalista.

Hemos an¡lizado halnt€¡capitaliste sin tratartralización de capital. Lación del capit¡l existente)la causal¡dad ve en sentidtencia a la centralizac¡ónmonopolios capitalistas, pero dichos monopolios noson la antftesis de la comp€tencie; es decir, losmonopolios no son la netación de la comp€tencias.

Page 78: Compete Nica Marx

76 ndutru

Todos $benos que la compétenci¡ h¡ sido engen-

drada por el no¡oPolio feudal. Asl Pues' primiti\a'

mente l¡ comp€tenci¡ h¡ sido lo contrár¡o del mono-

Wtio, t ho el woPolio lo @,i^rio d¿ h compctehcia

Por t¿nto, el monopolio rod"uo no es una simPle

antltesit, sino que, Po. el conÚtro, es la e¿td¿de¡¿

T6is: El honopolio feudel enterior ¡ la comP€tencls'

Arltesisi l¡ competencia

Slnt€36: El monoPolio modemo, qu€ €s la negación

del monopolio feud.l por cuanto P.BuPon€ el ré8i'

m€n d. l¡ comP€tenci¡, y l. negEción d€ le <omP€t€n-

cia por cuanto es monoPolioa

La contradicción inherente a le relación social(capital' gen€ra la centralüác¡ó4 Pero esto no Pro_

duce la elimin¡ción de la cont¡adicción compeutrvá'

La comp€tencie es la n€8ación del feudslismo, no una

función del número de comPetidores. L3 comPeten-

ciá nació como corisecuencia d€ la elininacrón de la

base material de los monoPolios feudales. Esa base

estába constituida por Ia inmoülidad de los trabaia-

do¡€s, la aproPiación del Plusproducto en forma

netural ((en esPeci€') y Ie unidad del trebaio con los

medios d€ Producción. El caPitalismo surtió de la

separeción del trabeio respecto e la tierra (y los

medros de producción en gen€ral), qu€ creó las con-

diciones para la aProPiación d€l PlusProducto en

Page 79: Compete Nica Marx

6 u .d.flrr|A M¡¡xl4 rm¡6¡a E Dr¡r

forma de plusvalor. Puesto que el proceso de c€¡trali-ac¡ón no eümina la elienaoón del tmbaio tcn er s€n_tido de lá frase enterior, como en Marx), sino que lohace más intenso y desarrollado, la centreli"áción no

escritos. Pues esos monopolios que fiian los prccros asu voluntad, controlan y suprim€n l¡ innovac¡on,etcétera, no son sino una ideelist¡ ¡eencarnación del"monopoüo feudal, antenor a la competencia,,

La compraventa de fue¡za de trabeio no d€ter-mina les fo¡mas ni la intensidad que adoptará lacompet€ncia, Esos dos aspcctos de la competenciaexrgen andizar el cr&¡to y la acumulación. El cr&itoes el mecanismo que da lugar a la compelencia. Lacompetencia intercapitalista puede vers€ en es€ncia

blece el marco de la h¡cha competitiva, tanto si tien€lugar en un c¡rcuito de reproducción del capitalsocial de tipo expansivo o contractivo,

Page 80: Compete Nica Marx
Page 81: Compete Nica Marx

C¡pltulo 7

I.{ COMPETENCIAEN LA ERA DEL CAPITAIISMO AVANZADO

c¿pitales es cons€cuencia de Ia competenciat lá teorláde Mar¡ le da la vuelta al análisis burgüés de la com_Petencia, comleza interna delexist¡r como m

Esta conclusión teórica ha estado sometida a un

su época, entraron en po¡émicas discusiones pr€ctse_ñente en torno a esta cuestión, Kautsky artumen_

Page 82: Compete Nica Marx

3ó tto{l^ N u

t¡ba que el desa.rollo caPitalista t€ndia hacia un(trust mundial únicot en un mundo "ultraimPeria-lister en el que la comPetencia habria desaParecido

Consecuentemente, esto sign¡ficaba Para Keutsky

Seneradas Por les

serlan €liminadas'o d€ vista' sobr€ la

base de que, a medid¡ que sc dessrrollaba el capita_

lismo, la competencia y los conflictos se ha'ían más

intensosb. El análisis teórico de la comP€tenci¡ tam_

bién €s relevante para el debate sobr€ la naturaleza

de Ia sociedad soviéticatt. Aunque esta última cues-

tión oueda fuera de nuestro ámbito de estudio, diSa-

mos ;mpbmente que si, como defrenden elgunos' Iá

Unión S;viética es caPitalista, entonces necesaria_

ñent€ habrá en €lla comPetencia c¡pitelista

El anál¡sis m¡rxiano de la comPetencia invierte

otro áspecto d€l anlisis burgués Como se ha dicho'

los teó;icos burgueses buscan en el pasado una

neded de oro, de l¡ comPetencia, cuando habla

supu Únidades

proq cia' libre'

Esto crlantita_

unión soü¿tica, y¿e D.ttelh€in ( r97o)'

36

Page 83: Compete Nica Marx

tiva de la competencia. Este punto de vista es com-pletamente afustórico. lá competencia, al der ?r dela naturáleza interna del capitáI, se desarrolla eintensifica ál desarroll¡rse el capital. Cuando loscompetidores eran muchos y pequeños, Ia compe-t€ncia €ra primitih e ¡ncipiente. Es con eld€Barrollodel cepital en su forma más avanzade, el capitalmonopolista, cuendo la competencia se desarrollatambién en mayor medidar. podemos conc¡etar

capitáI. Además, el insuficiente desárrollo de las ins-tituciones financieras hách d¡ffcil que los cepital¡stasdispusi€¡an de sutciente capit¡l diner¡rio pac¡ intro,ducirse en otros s€ctores industriáles. En esIa rem-prana fa6e del cepitalismo, la competencie adoptó lafo¡ma primitiva de la competencia entre capitales enel interior de una rama productiva. Sin embergo,cuando el capitalismo como modo de produccióndominant€ se desarrolla completamente, avanza eldesarrollo de las instituciones de cÉdito y la comp€_tencia capit¡lista alcanzá un nivel superior, manifes,tándos€ también la competencia €n elflujo de capitalentre les distintas ramas de la economia, que puedena su vez ser monopolizádas.

Page 84: Compete Nica Marx

En l¡ vida Déctica encootEmos no so¡¡mente la

comp€tencia, el monoPolo yel antagoñhho€ntfe la

una Y el otro, sino t¡mbién su slntesis, qu€ no es una

fó¡ñul¡, sim ú movimiénto El monoPolio €ngendn

le ompetenci¡, lá @mPetencia entendr¡ cl monopo'

lio Los monopol¡st¡! comPiten 4tre sl, lo5 comFti'dor$ pa'an a s€r nonoPol¡lt¡s ( ) cuanto más cr€ce

la hda de prolet¿rlos con.esPecto s los monoPolis-

tós de una na<ión, mÁs desenf¡én.da es la comPe-

tenci¡ cntE los moñoPolÉrás de diféent6 náciondlA tí,¡6¡J úi'b c,t q@ .! tunoPd¡o ro Pud4 tu'ten.ts. siño hbmrdo .onünuñet\. l¿ luch4 d¿ I¿

.oñpetenciae.

En te époce del capitelismo monoPolista,la com_

Ftencia caPitalist¡ h¡ roto los confnes de cualquiersector indust¡iel y 106 llmites de los Pls€s, e irrumP€ya en la escena internacionel Con este bagaie teó-

rico, pueden entenders€ los cscritos de Lenin sobr€

el imperialismo. Cuando l2nin se plentea definir €limperialismo, como 6180 dktinto de su caracteriz¿-ción o descripción, su deñnición es cautivadora-_mente s€ncilla: (Si hubi€ra que dar la definición más

breve pocible del imperialbmo, habrle que deci¡ qu€

el imp€rialismo es la fdsc monopolista del capita_

39 ino Fodla Ptrr" la ch d€l inFri¿'noDol¡ta d€bel¡n r.fl€ionar sbr€l¿lbofu (Me ru7'P rz5té^tsis

Page 85: Compete Nica Marx

&l

lismo){. Éste es el estadio del capitali3mo en que lacomp€lencia recorre todo el mu¡do.

Intiñamente relac¡oneda con cl proceso de com-p€tencia intercapitá.lbta, t¡l como lo concebíá Ma¡x,está la ley del desarrollo desigual. EI derárrollo des-itrr¡l de.cribe la tendencia que tienen 1'3 ñ¡err¿s pro-ductivas, en el cep¡taiismo, a desarrollars€ desequi-l¡brad¡ment€ (entr€ capiteles de la misma rsñaindustrial, entre ramas diferentec y entre rcgiones ypaises dbtintos). Lo fundament¡l es el desa¡rollo des-igual del capid, que puede adoptar divers¿s formas.

Como apuntamos al comienzo de esta Il parte,uno de los aspectos mfu imf,ortanles del c¡pitalismoes su impulso al desa¡rol.lo de las fuerzás productivasen la socieded cap¡talista. Marx defendlá, y nosotrost¡mbién, que el cáñbo técnico gen€ra crisis en lassociedades capitalistas. Puesto que la contradicciónque impone el desárrollo de lás fuerz3s productivas€n el capital¡smo es la competencia, la teoría de lascrisis en pa¡te deriya dcl análisis de la competencia.Hemos dicho que la competencia €s interior al c¡pitalsocial en su coniunto; la existencia d€ la comp€tenciano Pue<le p¡esumirle ni es en primera in3tanc¡a unecuestión empf¡ica. Es una contradicción int€ma fun-damenlal del capit¡¡ como relación social. Una vezentendido esto, está claro que la competencie s€desárrolla y se ¡nterisiñca e ñ€dida que s€ desanolla

,n rat¡ (r9r7),p.26

Page 86: Compete Nica Marx

a¡ |Id¡ruoE-r5

¡ iu vaz el c¡pit¡ll¡no, ea decir: con el ñA¡ Plenod,conolb y rnrdndón dd c¡ptt¡¡, tod¡! l¡! cont¡¡-di¡riotre¡ de a¡te modo de producción c¡écen y se

¡ca¡túarl E¡ta .n¡l|i¡i6 €a opr¡eato s la tro¡l¡ bur-gue6a, que o.cils entre el idealismo (lnvoc¡¡do I¡compétencl¡ co¡ro aupuaúo) y d emPl¡ismo, Petoignor¡ndo l¡ conp€tend¡ cor¡o relación tdci¡l y¡te¡dicndo mÁs a l¡ úomu (d tr|l¡¡|ero de caPlt¡tr s)qu€ ¿ h ea€r¡cü da l¡¡ @¿

Page 87: Compete Nica Marx

C¡pltulo 8

L,/I COMPETENCIAY EL MOVTMIENTO DEL CAPITAL

Hasta ahora hemos considerado sobre todo le bas€de la competencia entre los capit¡les, ident¡ficándolecon la comp¡aventa de fu€rza de trabeio, La formaque adoptá la competencia es el movimiento delcapital, que es el proceso por medio del cual lá tesamedia d€ ganancia se convierte en Ia tasa general de

8ánencia. Para resumir brevemente estos conceptos,digamos que Ir tase medie de ganancia €s la tasa de

Sanancia del capitel en su conjunto, m¡entras que latasa generel de gananciá es esa media generalizade atodos los sectores. Para el análisis de la competenc¡aconviene profundizar a¡go más en el proceso de for-mación de la t¡sa general de ganancia.

La tasa de plusralor existe como un ág¡egado anivel social con indep€ndencia de cualqui€r sectorindustrial. Esto deriva de la naturaleza scrc¡al delvelor de la fuerza d€ t¡¡baio, de forma que no escorrecto considerar que hey diferentes tasas secto-riales de plusvalor y además una tasá sgregada que essimPlemente la media lronderada de esas tas¿s s€cto-rieles diferentes. Para cudquier capital indiüdud, let¡sa de ganancia es el cociente del plusva¡or que rea-¡izá como gananc¡a y €l capital que edelanta. Esta

Page 88: Compete Nica Marx

a6 no¡u 0( L¡

tasa de ganancia de la cmpresá capit¡lista prcsupone

l¡ inter¡cción de los capitr.les (la competenciá). Pa¡e

demostra¡ e6to, tomémos un cap¡tal individual cual-quier¿, cuyo cálculo de precios podrlá escribirsc asf:

Pt= (r + r) laa pt + wL)

Dond€: P' = p@io de la me.c{cia r;r = te de CalEnc¡¡ reálnéote obtenida;¿,, = entidadE fls¡c¡! de los méd6 de P¡!¿ucción' utilizádG en el pro€eso de tEba,oj

L

= p.€.io sita¡lo de los nedi6 de p¡oducclón;

= s¡l¡rio monet¡rio; y

= @üdad dc tnbeio úvo utilit¡do

Si está dado el valor de la fu€rza de trabaio, laganancia que obtiene un capits.l indiv¡dual dePende

de los prccios que pag¡ por los medios de produc-ción (los p, y de la eficiencie con qu€ emplea losmedios de producción y la fuerza de trabaro (los aii y¿). Los precios están determinados por el moíi-miento dcl capital. Si, art¡ficia.lmente, emPezañoscon le situación en que los valor€s mercant¡les soniguales a Ios valo¡es, esto exiEe tasas d€ Sansnci¡diferenrcs pare los diferentes s€ctores. Esto trene qüerer.sf ya que la tasá de plusvalor ee la misma entodos los sectores, pero el cocient€ entre el caPitalconstánte y variable es diferente en cada uno de

ellosa¡. Por definición, entes de que el motlmiento

4l E. d6ii lo coñpoe¿ión .n v.lo¡ d€l caP¡tal, o cai4l€ .nte el

ldor <t€ lod nEdlos de pred@lón y ¿l vdor d. l. tue@ d€ tRb¡,o

Page 89: Compete Nica Marx

r{ 37

del capitel áltere esta de6itualded de tasas de ganan-cia, no existe ninguná tása teneral de gananciá,Dados los aji y los ¿, Ia tesá general de gananc¡¿ sealcanza por inedio de cambios en los precios. Estoscambios de precio generan una redistribución delpluswlor entre sectores y el proceso termina, ideal-mente, cuando se llega e lá misma tasa de genanciaen todos ellos. En el caso de dos sectores, esto signi-fica necesariamente que los precios,han de subir enel s€ctor que t¡ene un mayof cociente ent¡e sus capi-tales constánte yvariable, y han de beiar en €l otrosector, En el caso, más reelistá, de muchos sectores,no es posible predecir en qué dirección se moveránlos precios en cada sector en particular, see cual se¡su composición de capitala'z.

Ap¡r€ntemente, el moümiento del cepital deter-mina la t¡sa de ganancia, mientras que este moü-miento en r€alidad tenerelize la tasa medie socialcomo tas¡ Beneral. La competencia es el mecanismopor medio del cual el capital en su coniunto s€ dlst¡i-buye entre las paces que lo cornponen'3. El mismoproceso que crea una tase de ganancie teneralgenera un desarrollo desigual en el interior de c¡dasecto¡ En teori¡, se podria pe$ar en un movimientode capital entre los div€rsos sectores a partir del des-arrollo de l¡s fuerzas p¡oductivas existentes €n caqaÉector (dados los ¿¡j y los ¿). S¡n embargo, en el pro-

vé.k Et al@1,rrr,p .E lt,42

Page 90: Compete Nica Marx

3a mtu 0t r¡

ceso de ácumulación, €ste movimiento €s el proceso

de introducción de nu€vas técnicas, de formá que la

af,uenciá de c¿pital hacia un s€ctor con una alt¡ t¡sáde ganancia revoluciona sus fuerzas productivás. Locua.l produce una esEaüficación de cap¡tales en cada

sector y tasas de ganancia desiguales en el interiordel sector, pues los capitales más eficientes se hacen

con una fracción mayor del plusvalor que realiza es€

sector como 8anáncla,Asi que el proceso de iEualación de tas¡s de

ganancia entre los sector€s es al mismo tiempo elproceso de desarrollo desiSual y de estratificación en

€l interior de cada sector, Le comPetencia liende a

igualar las rentabilidades sectoriales, y también a

generár rentabilidades distintas dentro de cadá sec-

tor. Es por tanto un error creer que lá competenciaes un mecanismo de €quilibrio, ya qu€ establece una

relación entre los capitales que no es estáble ni soste_

nrble, sino más bien una tase de ganancie Seneralpara todos los sectores. Le tendenoa a la igualaciónde lás tesas de g¡nancia oculta una feroz batállá com-petrtra, dentro de cada sector, entre los fuertes y los

débiles.La ley del valor predice una t€ndencia a la iguála-

ción de las tssas de gananci¡ sectoriales Esta Predic-ción coincrd€ con la de la teoria burguesa Pero esta

última trata €l proceso como si fue¡a el Proceso de

establecimiento de un equ¡librio general, iSnorandod€ este modo la estratiñceción de los capitales en el

interior de cada sector (el suPuesto de la (emPresa

Page 91: Compete Nica Marx

r uarínrrdEDc G,|n a

rep¡! aot¡dtnD), Eat¡ trrlrrtl¡ te¡dcÍG¡¡ Gt cn l¡ teorl¡ del vdo¡ u¡ mcc¡¡l¡¡¡o de dcrcqulllbrio quc

c¡er e ¡e tos corp€ttdorc¡ un dc¡¡¡rollo dedgual,

É¡gil € ltst¡bh,

t.

Page 92: Compete Nica Marx
Page 93: Compete Nica Marx

BIELIOGRATfA

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ka p ¡ ¡4 li:tt is. hen Prod uk Uo d w ú e 4¿h. n)' B¿ rll^' 19 53i

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94 mil¡ 0{ u cuflEn

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fNDIcE ANALITICO

l¡rú, P.d 50,5, O,75,718.re6 fd<l¡16 G8, 8l

Eettelh.im, Ch¡¡16 80

C¡hb¡o técnlco 36,37, 52, 4,4

acuñula.ión de 3s, 51, 52,

*6L77,8,92ciNito d.l 5& 59, 64, 72, nc¡rc¡¡Lción &l '19, 54, 69, 71,

72,74.onP6¡ción oryá¡iq d.l 86'E7coñentr.c¡ón del 75

.n !u .onisto 58,60,85,87ctÉrifdión dd 8A

cllñon, l.m6 r| 18, 73

Cont¡¡diccior6 int m.¡ 5l-51,69, ?2,76,7¡,79, AO a3'a4

Crisis 5, 14, 51, 52, 83

Dúrcllo d6l8ud 34 39, '14'53, E3, &-89

Dif.ÉncÉcún del Prcducró t8óa

pollt¡.á burgüe6! 49, 55-58

@,6L,65,67,71,84,AAE,ército iddustrid d. ¡*M

59,7r,72

EhpÉ .ep¡t5t¡tiE 36

E3cuela del @pit¡l monoPolisE5I

Esr do lO,12,22,42' 43 6'73,

E3rdcfriúto . h¡So Pl¡b 5rFin., Een 5ó, 54, ó8

Page 100: Compete Nica Marx

Fuerz$ p¡oductivs 5r,$, Zr,73,33,87,8A

G.ñanci¿ r3, 15, 18, 23, 25, 3a,52, 53, 6t, 70, 71, 85,8a

Grcsmú, Henry¡ 66Hff.¡!, l¡u.r@ 5ó, SB, ó8

¡nfsiár¡sño 45, SO, 53, 54, ¡O,a2

,o@d¡ bborEl 38, 39, 59

Lenin, Vl¿diñú $, 5J, 65, 66,79, AO,A2,A3

Ley Bcné.d de h ¡cuñolac¡ón

L¡y6 de la dkr¡ibuc¡ón 11,@,69,?S

enrE ep¡t¿16 r8, 45, 5¿ 54,57, @,?4,77, ú, a2

M¿Dq Kdl35, 3ó,36,42, ¡tó' 47,49-52, 55-59, 61, 62, 65, ú,69, 70, 73-? 5, n,?9, W A2, 83

M.fuimo de €gul¡brio r¿ 2¡,24, 25, {, 3t, 35, 37, 3a, I

libr. entlad¿ y el¡da del 56

.entr¿l¡¿c¡ón de ta 67, 6a,75,77

hedios dc ¡5, 3?, 52, 59, 61,70 72,76,úmodo d.5¡,53,66,81, a4

moderno 14, 50, 55, 56, 6ó,70,72,75,?7,A2

Múltipl6 ap¡r¿Ls 79

Plelo¡/plu¡v.¡h 59, 6¡), 77,85'aa

Prccio 70, lS, l7 -r9, 22-24, 26-12,46,62, @,77, &, A7

Prcuüon, Piedéroeph a2, 65,?5,93

d€l qp'td 49, s2, 5a, 69, 75,

ReElución 52,53,88Roth&h¡l¿ Ku¡t r¡/ 6 ¡t4, 45RupruE merodolódc¿ 35, 4t,

Sirmondi, S¡no¡d€ d€ 65, 99

Sm¡th, ^üm

36, ¡13, 66, ?3Sci.liiEt urópic@ 65, 66

Page 101: Compete Nica Marx

St¡t¡¡L l@é 53, 54Sdegl€r,5t [¡ rBSte4, Púl g,55,75, nTe d. 8¡luoÁ ó1, 7t, 85{a

t€ñdenctr t la itu.l..ión 38,

8at nd.¡ct¿ d€serdénte 52,@,6t

burgu* 49, 55-58, 60, 61,

6,67,&4,ÚcúntitadE dé l¡ @hFlrci3ft

f t&b 6,Lt,4,42,49, 59

.slsi¿do llbrc 57, 59, 6r, ó2,

69-74

c¡prt¡l y 4¿ 59, 68, 69.müéim¡.nto d.l 6

&¡siór\¡}j7,62,70 7L,nqFüión & F.b4o vib 52

fu.tu d.29-32,51 52, 656, @,7 L.74,76,77,85, ú

ñdedo de 13, 2t 3G32, 38

39

productMd¡d dd 52, 53

$b.úcióñ ú .l dPit l 69

Trult múnd¡al ¡ln¡@ 8o

vslor 14 6¡, 62, 67, 86

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<h l¡ tu€u d. tmb.lo 85 86

Ly <Iél 61, 62, 88

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Page 103: Compete Nica Marx

i\rDIcE

IñrRoDuccróN

hrt l¡$at!¡6 !.ldÍÍ| ¡¡.1&k¿

1. I.^ IDML/CGÍA DE I.{ @MPETENCIArr cFto6 dr lúd6, Mo bipóldir 12

E¡ hE¡Lo¡!@t eúi. ¡3

2. EL EQT¡UBR¡O GENB¡AL NEOCTA$@l¡$sp.Éió¡Eh¡¡tt d.l¡in.Eduri¡bd ¡5

3. NuEvo E(A¡@{ DE rA @MPETENCI

4. LA DrMF.¡,¡SIóN PoLfncADE TA @MPETENCIA NBOCLASTCA

h! ll. l¡ ¡hn c0nFlúdr ¡ cTlE¡6' r4ú¡ ¡hn

INTRoDUccIóN

5. EL LUGAR DE T.¡I COMPETENCTA

EN T!\TEOdA DE MANX

6. lA coMPstE¡clq"( NAIT'¡ALE"-A INT¡JNSECA DEL CAPIT,'J-'

7. I,A COMPEIE{CIA EN T:{ EIIADEL CAPT¡¡!¡SMO AVAIiIZADO

8. lA @MPÉ'rE{cI Y EL Mol'tMlElro DEL c^Prr¡r

BrruocRAFta

f¡¡¡ce ¡¡¡¡Jnco

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49

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97

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