¿compaÑeras o acompaÑantes? mujeres menonitas misioneras en argentina

Upload: astroamlopez

Post on 13-Apr-2018

221 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    1/24

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    COMPAERAS O ACOMPAANTES?MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    Agustina AltmanCONICET/FLACSO

    Alejandro Martn Lpez

    CONICET/Seccin de Etnologa

    Resumen1: El objetivo de este trabajo es explorar el rol de las mujeres misioneras

    menonitas en Argentina desde su arribo al pas en 1917 hasta la dcada de 1960.Los menonitas forman parte de los cristianos anabaptistas surgidos en el siglo XVI, enel marco de los movimientos de reforma radical. Producto de persecuciones migraron aEuropa oriental y Estados Unidos. Desde este ltimo pas y en el marco de un proceso

    de renovacin de la Mennonite Church (MC), se dio origen a la misin en Argentina.Utilizando diversas fuentes de archivo: diarios personales, cartas, publicaciones,informes administrativos, buscamos reconstruir el papel, muchas veces invisibilizado,de las mujeres en los emprendimientos misioneros. De este modo buscamos contribuirno solamente aun mayor conocimiento de los procesos de misionalizacin, sino tambinal debate entorno a las concepciones y prcticas de gnero en el contexto delcristianismo de la primera mitad del siglo XX.

    Palabras clave: menonitas, mujeres, misin, Argentina.

    Abstract: The aim of this paper is to explore the role of mennonite missionary womenin Argentina since their arrival to the country in 1917 until the 1960s. Mennonites are

    part of the Anabaptist Christians emerged in the sixteenth century, under the radicalreform movements. Due to persecutions they migrated to Easter Europe and the UnitedStates. From the latter and within the context of a renewal process of the MennoniteChurch (MC), it gave rise to the Argentinean mission. Using different sources: diaries,letters, publications, administrative reports, we seek to reconstruct the role, often madeinvisible, of women in the missionary enterprise. In this way, not only we seek tocontribute to a better understanding of the missionalization process but also, to thedebate about the ideas and practices of gender in the context of Christianity in the firsthalf of the twentieth century.

    Keywords: Mennonite, women, mission, Argentina.

  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    2/24

    115 AGUSTINA ALTMAN, ALEJANDRO MARTN LPEZ

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    Los menonitas

    Los menonitas forman parte de los movimientos cristianos anabaptistas surgidosen el siglo XVI a raz de la prdica de Ulrico Zuinglio. Contemporneos de la reforma

    protestante, comparten con ella algunas caractersticas: la centralidad de la Biblia y suinspiracin, Jesucristo como nico mediador entre Dios y los hombres; el sacerdocio detodos los creyentes; la presencia en todos los fieles de los dones del Espritu Santo; elrechazo a la doctrina de la transubstanciacin y a la concepcin de la misa comosacrificio. Pero presentan caractersticas particulares: la relevancia del compromiso

    personal y voluntario en el seguimiento de Cristo; una concepcin de la iglesia comofraternidad de fe, que da importancia central a las pequeas comunidades de hermanosque se ayudan espiritual y materialmente; la necesidad de apartarse de lo mundano; yla radical separacin entre Iglesia y Estado, rechazando toda persecucin religiosa.

    Estas caractersticas, especialmente el rechazo a los lazos entre Iglesia y Estado,les valieron la persecucin tanto de catlicos como de protestantes. Los menonitas

    pertenecen a la rama del anabaptismo conocida como pacifista trinitaria.Los menonitas fueron fundados por Menno Simmons, quien fuera un sacerdote

    catlico de origen aldeano en lo que hoy es Holanda. Perseguidos, se desplazaronprimero a Europa Oriental, luego a Pensilvania en Estados Unidos (1683) y ms tarde aUcrania (1788). Muchos de los menonitas de Ucrania huyeron a Amrica en 1870cuando fueron abolidas las facilidades que les haba ofrecido Catalina la Grande.

    Podemos distinguir dos grandes grupos de menonitas: los de las colonias agrcolas

    y los urbanos. Los primeros conservan, junto al alemn como idioma, costumbres ytradiciones de cientos de aos, bajo la idea de que esa es la forma de mantenerseapartados de lo mundano. Los segundos se originaron a partir de la progresivaincorporacin a la vida urbana, especialmente en Estados Unidos, dando lugar acongregaciones menonitas de carcter ms flexible. En este ltimo escenario losmenonitas comenzaron a presentarse a s mismos como parte del conjunto de las iglesiasevanglicas. De entre estos menonitas urbanos es que surgieron los esfuerzosmisioneros que dieron origen la Iglesia Evanglica Menonita Argentina (IEMA), de lacual nos ocuparemos2.

    Los menonitas arriban a Argentina

    A fines del siglo XIX varias congregaciones menonitas iniciaron estudios sobrepueblos y territorios a los que deba llevarse el mensaje evanglico. Como consecuenciade los mismos, Sudamrica fue elegida como campo de misin, ya que era vista comouna amplia regin dominada por un sincretismo catlico-pagano, poco misionada porlas iglesias protestantes (Surez Vilela, 1969, p. 12)3. En el ao 1911 el misioneroJosephus W. Shank4arrib a Sudamrica, enviado por la Mennonite Board of Missions

    and Charities (Junta Menonita de Misiones y Caridades)5con el objetivo de estudiar lasposibilidades de diferentes zonas para establecer una obra misionera. El informe de

  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    3/24

    COMPAERAS O ACOMPAANTES?... 116

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    Shank, resultado de su vasto recorrido por varios pases, sealaba a Chile como el lugarms adecuado para comenzar la obra. Con el comienzo de la Primera Guerra Mundiallas actividades de la Junta se paralizaron. Cuando, luego de la guerra, se retom el

    proyecto, se decidi instalar la obra misionera en Argentina. La razn de este cambiofue que, al finalizar la guerra, en Chile distintas sociedades misioneras evanglicashaban llegado a un acuerdo, repartindose entre ellas el territorio de esa nacin. Losmenonitas, en estas circunstancias, tomaron la decisin de no interferir con la accin deotras denominaciones evanglicas. Esta suerte de pacto de no superposicin, fue unode los motores fundamentales del patrn inicial de asentamiento de los menonitas enArgentina (Altman y Lpez, 2011).

    En 1917 arribaron a Buenos Aires dos matrimonios misioneros junto con sushijos: Josephus W. Shank, su esposa Emma E. Shank6y sus hijos Elsa Lois de 5 aos yRoberto de 3 aos; y Tobias K. Hershey7, su esposa Mae E. Hertzler Hershey8 y sushijos Beatrice de 11 aos y Lester de 4 aos. Desde all llevaron a cabo cinco viajes

    exploratorios por la Argentina que les permitieron recoger impresiones de la vida social,poltica y religiosa. Estas giras se realizaron con la ayuda de distintos pastoresevanglicos y con el objetivo de encontrar lugares para asentarse que no contaran conobras misioneras evanglicas activas (Surez Vilela, 1969, p. 25-35). Las girasmenonitas se apoyaron en redes protestantes preexistentes. Ello fue posible debido a quelos menonitas, que arribaron a la Argentina despus de que lo hicieran muchas otrasdenominaciones protestantes, pudieron establecer alianzas con las mismas, en funcinde la comn oposicin al catolicismo (Altman y Lpez, 2011).

    Al finalizar este extenso recorrido por el pas, para Octubre de 1919, Shank y

    Hershey decidieron fundar en Pehuaj la primera congregacin menonita de Amricadel Sur. Una vez establecidos comenzaron a organizar cultos a los cuales asistanalgunos vecinos, curiosos por conocer a los extranjeros.

    Hacia 1923 los misioneros menonitas decidieron expandir su obra misionera. Laslocalidades elegidas eran pequeas urbanizaciones en contexto rural. Esto cambi a

    partir de la crisis de 1929, que provoc un importante xodo del campo a la ciudad yuna nueva estrategia por parte de los misioneros: iniciar obras en la Ciudad de BuenosAires y el Gran Buenos Aires. A fines de este perodo, en 1932, se fund un importantergano de prensa de la Iglesia Menonita en Argentina, La Voz Menonita, de

    publicacin mensual.Surez Vilela (1969, p. 104-105) considera que a partir de 1933, debido a los

    cambios mencionados, comenz una nueva etapa de la Iglesia Menonita en Argentina,que dur hasta 1940, cuando la misma reaccion tardamente frente a dichastransformaciones. En este ltimo perodo la Junta de Misiones fue cediendo su rol a laiglesia local. Para el ao 1943 decidieron iniciar una misin entre los aborgenes delnorte argentino, Nam Cum en Pampa Aguar, en la actual provincia de Chaco. Para ladcada de 1950, dicha misin ser disuelta9.

    El crecimiento de la Iglesia Menonita Argentina durante todo el perodo denuestro inters puede sintetizarse, desde el punto de vista numrico, mediante los

    siguientes datos (Surez Vilela, 1969, p. 104-105): de los cuatro misioneros adultos quefundaron la primera congregacin en Pehuaj, en 1919, se pas para el ao 1925 a 179

  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    4/24

    117 AGUSTINA ALTMAN, ALEJANDRO MARTN LPEZ

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    miembros adultos. En 1930 la iglesia contaba con 284 miembros y en 1938 eran 528. En1967, algunos aos despus del fin de nuestro perodo de estudio, la iglesia tena 800miembros adultos.

    Mujeres y menonitas:

    Es un hecho reconocido (Driedger y Friesen, 1995, p. 487; Prieto Valladares,2010, p. 335-336; Scarborough, 2009, p. 53-55) que las mujeres desempearon un rolmuy importante en los orgenes del movimiento anabaptista en la Europa del siglo XVI.Muchas de ellas tuvieron roles de liderazgo como pastoras, profetas, maestras, mrtirese incluso ministros ordenados. En el caso de los menonitas, la progresiva ruralizacin delas comunidades de creyentes llev al retorno a modelos previos de relaciones de

    gnero, mucho ms patriarcales (Driedger y Friesen, 1995, p. 487; Prieto Valladares,2010, p. 336; Scarborough, 2009, p. 56-58). Posteriormente, con el proceso deurbanizacin, profesionalizacin y ascenso social de los menonitas, los roles de la mujerse diversificaron. Datos censales de Canad y Estados Unidos dan cuenta de que acomienzos del siglo XX casi la totalidad de las mujeres menonitas casadas vivan enentornos rurales y no tenan empleo fuera del hogar. Para la dcada de 1990, el 52% delas mujeres menonitas casadas tenan empleo fuera del hogar a tiempo completo o

    parcial. En paralelo, mientras en 1956 el 67% de las mujeres casadas opinaban que sumarido dominaba en el vnculo matrimonial, en 1989 ese porcentaje haba bajado al

    50% (Kauffman y Meyers, 2001, p. 204-205).Independientemente de estas consideraciones sobre el papel de la mujer al interiorde las iglesias menonitas, la situacin de las misiones menonitas que abordamos en esteartculo debe inscribirse en el marco ms general del rol de la mujer en las iglesias

    protestantes entre fines del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Un punto deinflexin en las concepciones referentes al lugar de la mujer en la iglesia estconstituido por la influencia del Segundo Gran Despertar (1790-1840) en las iglesias

    protestantes de Estados Unidos (Amestoy, 2012; Scarborough, 2009, p. 58-60). Laparticipacin femenina en este movimiento implic en numerosas ocasiones desafiar loslazos de obediencia con padres y maridos y colabor a colocar a las mujeres en espacios

    de mucho mayor liderazgo (Amestoy, 2012, p. 53, 56, 57)10. A ello se suma el impactode los movimientos reformistas e igualitaristas, especialmente el de la emancipacinfemenina (Amestoy, 2012, p. 57). Este reavivamiento simultneamente dio un fuerteimpulso a la actividad misionera. Ello condujo a una presencia femenina inusitadamenteimportante en las misiones del perodo. De hecho sern las misioneras las primerasmujeres menonitas a las que se les asegure el voto al interior de la Iglesia, en 1917(Hiebert, 2008, p. 139). El tema de las misiones ser uno de los tpicos en el que elnmero de los artculos escritos en las revistas de la iglesia por mujeres se acerca ms alde los escritos por hombres (Hiebert, 2008, p. 141).

    Un reflejo de esta situacin es la participacin de la mujer en el Congreso sobre laObra Cristiana en Amrica Latina, celebrado en Panam en 1916. El anlisis que hace

  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    5/24

    COMPAERAS O ACOMPAANTES?... 118

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    Amestoy (2012, p. 69-71) de dicho Congreso, un hito en la cooperacin entre lasdistintas iglesias protestantes especialmente norteamericanas- que misionaban enAmrica Latina, muestra la relevancia de la participacin femenina. Una claramanifestacin de ello es la existencia de una comisin especfica para abordar el temade la mujer (la Comisin V), formada por 27 mujeres y que encuest a 80 misioneras enel campo. Amestoy (2012, p. 70) sugiere que el reconocimiento de su actividad duranteal menos 45 aos y la relevancia de las Juntas Femeninas de Misiones hicieron posibleesta visibilidad. Las misiones sern no solamente un espacio de inusual participacinfemenina, sino que adems tendrn un enorme impacto en la redefinicin de los roles degnero en las iglesias de Estados Unidos (Hiebert, 2008, p. 142).

    A pesar del carcter renovador que este escenario sugiere en trminos de laparticipacin femenina, el rol de las mujeres en estas misiones estaba centralmenteorientado por dos ejes. El primero de ellos es que mayoritariamente la mujer misioneraes pensada ante todo como la esposa del misionero (Bowie, Kirkwood et al., 1994;

    Carey, 1995, p. 227; Semple, 2003, p. 1, 37, 51, 55, 73). Cuestin que se repite en elcaso especfico de las misiones protestantes en el Ro de La Plata (Amestoy, 2012, p.56, 64, 66, 68). El segundo eje se vincula a la delimitacin de la accin de las mujeresmisioneras a ciertos mbitos identificados como femeninos (Carey, 1995, p. 232;Semple, 2003).

    El primero de estos ejes podemos verlo claramente en el caso de las misionesmenonitas las cuales solan enviar matrimonios misioneros, junto con sus hijos. Esemismo patrn puede observarse para el inicio de la obra misionera menonita enArgentina. Si bien las mujeres misioneras menonitas y las recientes conversas parecen

    haber jugado un rol central en este proceso11

    , siendo fundamentales para la organizacinde grupos de mujeres, escuelas dominicales y para la recoleccin de fondos destinados aconstruir iglesias y comprar tierras (Prieto Valladares, 2010, p. 336); los pastoresreconocidos sern slo hombres y se citar repetidamente 1Cor. 11, 1-16 comofundamento bblico de que la mujer debe permanecer bajo la autoridad masculina y quesu voz no debe hacerse or en la congregacin de los fieles. Este autor (PrietoValladares, 2010, p. 336) sugiere que no ser sino hasta la dcada de 1980 que alinterior de las iglesias menonitas comenzar un movimiento para considerar el liderazgofemenino. Es interesante notar que este proceso en Latinoamrica se habra dadoespecialmente en las iglesias de habla hispana y en aquellas ubicadas en contextosindgenas, siendo mucho ms resistido en las iglesias constituidas por inmigrantesmenonitas de origen alemn que migraron desde Canad y Estados Unidos aLatinoamrica (Prieto Valladares, 2010, p. 336). En este sentido el caso menonita anivel mundial se contrapone a lo sugerido por Amestoy (2012) para las misiones

    protestantes en el Ro de La Plata. Segn este autor, las misioneras de origen anglosajnenviadas a Sudamrica eran portadoras de nuevos valores relativos a los roles de gnero,cuya influencia habra sido minimizada por el posterior proceso de nacionalizacin delas iglesias protestantes.

    Volviendo al caso menonita, el contexto general es el de la reconfiguracin de la

    Iglesia tras el paso del idioma alemn al ingls coincidente con el Gran Despertar. Elloimplic una mayor cercana con la sociedad norteamericana del momento y llev a la

  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    6/24

    119 AGUSTINA ALTMAN, ALEJANDRO MARTN LPEZ

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    configuracin de tres grande lneas relevantes para nuestro estudio. La primera,dominada por la figura de Daniel Kauffman (Erb y Gross, 1989) quien introdujo unnfasis en la ortodoxia doctrinal y en la necesidad de la separacin del mundo que debareflejarse tambin en el vestido modesto y uniforme. Sus posiciones fueron muy

    influyentes hasta la Segunda Guerra Mundial. Durante el mismo perodo la segundatendencia, la liberal, procuraba una mayor integracin con la sociedad norteamericana.A partir de la Segunda Guerra Mundial una tercera posicin se volvera dominante: lade Harold s. Bender (Gross, 1990; Scarborough, 2009, p. 22), quien impuls la idea derecuperar la Visin Anabaptista, y volver as al anabaptismo de los orgenes. Enesta Visin Anabaptista se enfatiza la idea de discipulado. La dedicacin de lamujer a roles vinculados al cuidado por el otro fue vista en ese perodo con parte de sumodo de ser discpulas (Scarborough, 2009, p. 53, 60, 63). Ser este perodo, posterior ala Segunda Guerra Mundial, el momento de mayor crecimiento de la participacin e

    inters de mujeres solteras en las misiones menonitas en todo el mundo. Ello favoreciel proceso de expansin de las mismas alentado por el director de Mennonite Board ofMissions and Charities (MBMC), J. D. Graber (Graybill, 1999, p. 154). Las propiasideas de Graber respecto a las misiones y la necesidad de que ellas apuntaran a laconstruccin de iglesias ms que a la mera salvacin de almas, daba al trabajo femeninoen hospitales, orfanatos y escuelas un rol central (Graybill, 1999, p. 154-155).

    Siendo Argentina el primer pas latinoamericano misionado por los menonitas,creemos que es especialmente interesante profundizar sobre los detalles de la

    participacin femenina a lo largo de las primeras dcadas de la iglesia menonita en estepas. De hecho la experiencia misionera menonita en Argentina fue fuente deinspiracin para emprendimientos posteriores y misioneros menonitas argentinos fueronenviados a otros lugares de Latinoamrica (Graybill, 1999, p. 154). En especial tresmujeres Argentinas hijas de misioneros menonitas fueron misioneras en Puerto Rico ycumplieron all roles fundamentales (Graybill, 1999, p. 154).

    Nuestro objetivo es presentar una primera exploracin de los modos especficosque tom la presencia femenina menonita en la Argentina, usando para ello

    publicaciones de la Iglesia Menonita, documentos de la misma, correspondencia de susmiembros y material administrativo.

    Las esposas de

    Como ya mencionramos, los primeros misioneros menonitas arribados a laArgentina, fueron dos matrimonios y sus hijos. En las fuentes de la iglesia, JosephusShank y Tobias Hershey son sealados como los agentes activos de la organizacin dela presencia menonita. Ellos son los pastores que estarn a cargo de la obra y susdirectivas. Emma Shank y Mae Hershey son nombradas principalmente como susesposas, fieles acompaantes y madres. Este fenmeno, como ya lo

    mencionramos, es caracterstico de las misiones protestantes del perodo estudiado(Bowie, Kirkwoodet al., 1994; Carey, 1995, p. 227; Semple, 2003, p. 1, 37, 51, 55, 73).

  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    7/24

    COMPAERAS O ACOMPAANTES?... 120

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    Dicha idea forma parte de la promocin del matrimonio cristiano llevada adelante porlas misiones; sustentada por una parte en la relevancia dada a la monogamia y a lafamilia como pilar de la sociedad y por otro lado en el ideal de compaerismo entre losesposos (Graybill, 1999, p. 163; Robert, 2009, p. 135). El mismo patrn se encuentra enel caso de las misiones protestantes en el Ro de La Plata (Amestoy, 2012, p. 56, 64, 66,68). Como un ejemplo paradigmtico en el caso menonita, podemos tomar la mencinque se hace a los primeros misioneros en el primer nmero de la publicacin oficial dela Iglesia, La Voz Menonita. Segn esta publicacin dichos misioneros eran: el Sr.Sank, su seora y sus hijos Elsa y Roberto, el Sr. Hershey y seora y sus hijos Beatriz yLester (Hershey, 1932, p. 6-7). Los nombres de las esposas no son mencionados,aunque s se nombre a los hijos.

    La mencionada estrategia misionera de enviar matrimonios a Latinoamrica se vefielmente reflejada en la recapitulacin que el propio Josephus Shank har de los iniciosde la obra misionera en Argentina. Luego de los Shank y los Hershey este autor

    menciona, doce misioneros ms: los esposos Lantz y Lauver [1921], Swartzentruber[1924], Rutt y Litwiller [1925], Srtas. Hallman y Gamber [1923]. Entraron en la obracuatro argentinos, los esposos Luayza, la Srta. Anita Cavadore y Pablo Cavadore.(Shank, 1940, p. 24). Como podemos observar la inmensa mayora de los mencionadosson matrimonios, a excepcin de tres seoritas y un joven soltero.

    Explorando las fuentes disponibles, podemos observar que las mujeres menonitasson mencionadas como esposas de los misioneros: Albano Luayza (1932, p. 9)comenta que en 1921: yo y mi esposa fuimos aceptados como misioneros de la iglesiamenonita. Adems menciona la llegada de 4 misioneros de Estados Unidos y sus

    esposas. En el mismo sentido, un artculo de de La Voz menonita escrito porAlbano Luayza sobre la mujer (1933, p. 13), habla de la misma como compaera delhombre.

    La otra gran figura bajo la cual se piensa a la mujer es la de la madre. As porejemplo, el artculo que ya hemos mencionado (Luayza, 1933, p. 13), toma como figuracentral de su anlisis a la madre. La caracteriza como reina del hogar y columna dela iglesia. En este sentido, en una nota al pie de la obra del historiador menonitaErnesto Surez Vilela, se hace referencia a la historia de vida del pastor NelsonLitwiller, destacando sus logros y actividades tanto personales como vinculadas a lavida de la Iglesia. Luego de una extensa y solemne descripcin, se menciona a su esposade la siguiente manera: Su seora, Ada Ramseyer de Litwiller, fiel colaboradora entoda esta obra, es madre de cinco hijos ocupados tambin en tareas misioneras (SurezVilela, 1969, p. 69, nota al pie 9).

    Las esposas de los pastores, aparecen como ayudantes de sus maridos, y aunqueno son ordenadas como pastoras ellas mismas, con el tiempo reclamarn participacinen las decisiones pastorales. En este sentido es muy importante lo resuelto en 1945durante la Sesin de la Junta de Pastores Menonitas. Los dos primeros puntos del actaestablecen:

    Nuevamente se present el asunto si las seoras de los pastores ordenadosdebieran tomar parte en las deliberaciones de la J. de Pastores. En tal

  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    8/24

    121 AGUSTINA ALTMAN, ALEJANDRO MARTN LPEZ

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    oportunidad, fue hecha la mocin por el Sr. E. V. Snyder que, las seoras de lospastores ordenados tomen parte. Varios hablaron entonces, para hacer referenciaal inciso (3) de la penltima acta que reza: `El Sr. N. Litwiller, hizo la mocinque las esposas de los pastores ordenados, cuando estas estn presentes, tengan

    voz y voto en las reuniones de pastores. Fue aprobado. (Gorjn, 1945, p. 1)

    En las fuentes aparecen menciones que pueden ser malinterpretadas, quepareceran sugerir que las esposas de varios pastores son ellas mismas pastoras. En estadireccin se encuentran las menciones a los pastores Weber y Lantz para hablar de losmatrimonios Weber y Lantz (Lantz, 1940, p. 26). Pero la misma fuente luego habla delos pastores Litwiller y Swartzentruber y sus respectivas esposas por un lado y por otra

    parte de los pastores Lantz y los pastores Weber sin mencionar a sus esposas (Lantz,1940, p. 27). Feliciano Gorjn comenta sobre si mismo que fue designado pastor elhermano Feliciano Gorjn y su esposa (Gorjn, 1940, p. 47).

    Creemos que estas menciones son el resultado de una expresin que supone queun pastor siempre est acompaado por su esposa y en ese sentido hace un usoextensivo del trmino pastor. Ello se ve reforzado por la prctica de solicitar al ordenara un ministro, que su esposa prometa desempearse como su acompaante. Esto puedeverse claramente en los textos de compromiso utilizados en estas circunstancias:

    Cargo de Ministro:

    Preguntas:

    Promete usted _____ asumir las responsabilidades del ministerio del modo enque se lleva a cabo en la Iglesia Menonita, y llevarlas adelante fielmente en tantoDios le de fuerza y sabidura

    Cargo para la esposa del ministro:Y ahora, hermana _____ su marido ha sido llamado a la ms alta de lasvocaciones abiertas al hombre Ministro del Evangelio, y usted como su esposapromete caminar dignamente por la posicin que tiene y serle leal a l en sutrabajo y apoyarlo como Dios le da gracia y sabidura y poder para hacerlo.Entonces con esta promesa que has hecho te consagro y dedico a lasresponsabilidades y obligaciones que debers cumplir como esposa y compaerade un Ministro del evangelio, en el nombre del Padre, del Hijo, y del EsprituSanto, Amn. (Sin Autor, s.a.)

    Adems, podemos observar como a pesar de que este compromiso es con unaorganizacin religiosa, lo que se promete da cuenta de los fuertes vnculos entre losagrado y lo secular as como tambin las expectativas que tienen estos individuos

    basados en valores de clase media (Semple, 2003, p. 36).Bajo circunstancias particulares algunas mujeres se desempearon como

    conductoras de ciertas comunidades menonitas en Argentina. En general se trata de

    iglesias que no podan ser atendidas por un pastor hombre, y la mujer que queda a cargoera auxiliada en muchos casos por algn hombre, aunque ms no fuera cada cierto

  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    9/24

    COMPAERAS O ACOMPAANTES?... 122

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    tiempo. Un ejemplo de ello es el caso de Celina Gamber12, quien entre 1928 y 1929ofici como pastora junto a Joseph Shank que actu como pastor visitante en laiglesia de Carlos Casares. Ello ocurri debido a la licencia tomada por el pastor anteriory su esposa y concluy cuando se consigui un nuevo pastor (Shank, 1940, p. 9). Dehecho este es un caso inusual ya que a Celina se la menciona expresamente comopastora. En general se utilizan otras expresiones, que dan a entender que si bien lamujer en cuestin desempea la actividad de un pastor, no es un ministro ordenado.Este es el caso de la Srta. Elsa Shank, de quien se dice que nos gui fielmente ennuestras reuniones, cuando reemplaz en Tres Lomas, desde enero de 1936 adiciembre de 1937 a un pastor y su mujer que tomaron licencia hasta que se hizo cargodel trabajo otro pastor junto a su mujer (Shank, 1940, p. 9).

    En este sentido, de entre las 43 iglesias menonitas en Argentina de las que se da lalista de encargados en la obra del historiador menonita Ernesto Surez Vilela (1969),solo las 4 siguientes incluyen alguna mujer en esa funcin (dos son las ya mencionadas

    Celina o Selena Gamber y Elsa Shank):

    Obra de Carlos Casares:Los pastores encargados de la obra en Carlos Casares fueron: William G. Lauver(1922-1927); seorita Selena N. Gamber (ms tarde seora de Shank; 1928-29);W. G. Lauver (1929-37): Elvin V Snyder (1938-47); B. Frank Byler (1948-49):Juan Koppenhaver (1949-53); Seoritas Anita y Mara Cavadore (1953-57);Heriberto Palomeque (1957-58); Juan Federau (1959); Juan C. Acosta (1960-66);Rodolfo Arregui, desde 1967 (Surez Vilela, 1969, p. 63)

    Tres Lomas:Los pastores encargados de la obra fueron:Ams Swartzentruber (1925-30); Jos Zagami (1930-31); Ams Swartzentruber(1931-34); J. L. Rutt (1934-35); Elsa Shank (hoy seora de Castillo; 1936-37);William E. Hallman (1937-44); Constancio Herrera (1945-46); Rogelio Perugorra(1946-47); Ernesto Surez Vilela (1948-55) Ross Goldfus (1955-58); AmerOyanguren, desde 1958 (Surez Vilela, 1969, p. 66-67)

    Obra Carmen de Areco: Obra iniciada en 1943. Atendida generalmente desde Saltoo Arrecifes. Obreras residentes: Seoritas Edna Good (hoy seora de Ruybal) y

    Marta Quiroga (hoy seora de Alvarez), 1952-54. Saln inaugurado en 1953.Clausurada en 1959 (Surez Vilela, 1969, p. 93)

    Kilometro 30. (FGB): Obra iniciada en abril de 1964 con cultos en la casa delhermano Boris Janzan. La seorita Alicia Neufeld trabaj dirigiendo estacongregacin desde junio de 1964 hasta su fallecimiento en 1967. (Surez Vilela,1969, p. 94)

    Algo similar podemos ver en la lista de directores de otra importante institucinde la Iglesia Menonita en la Argentina: la publicacin oficial La Voz Menonita,

    editada mensualmente desde 1932 a 1961. Sus directores fueron: Albano Luayza (1932-1948); Ernesto Surez Vilela (1949-56); Pedro Lanik (1956-57); Marta Q. de Alvarez y

  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    10/24

    123 AGUSTINA ALTMAN, ALEJANDRO MARTN LPEZ

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    J. Delbert Erb (1958-60) y Mario Snyder (1961) (Surez Vilela, 1969, p. 103). Comovemos en esta lista se encuentra una sola mujer.

    Cosa de mujeres

    Las mujeres tuvieron una participacin muy importante en estas primeras dcadasmenonitas en la Argentina. Sin embargo, sus actividades dentro de la Iglesia estabanmayormente acotadas a los mbitos identificados como femeninos, como era usual enlas misiones protestantes del perodo (Carey, 1995, p. 232; Semple, 2003). Las nocionesde gnero jugaron un rol central a la hora de definir las tareas dentro de las misiones

    protestantes y tambin contribuyeron a la creacin de una retrica especfica en el quelas mujeres trabajan para las mujeres (Robert, 2009, p. 134; Semple, 2003, p. 2). Eneste sentido, el espacio de lo domstico ser el mbito por excelencia de sus tareas.

    Otros espacios, como la atencin de nios y enfermos, sern tambin pensados comoposibles mbitos de accin de la mujer menonita. En todos ellos, estarn subordinadas ala supervisin masculina, y circulan dentro de lo que es considerado un universoespecficamente femenino.

    En este sentido el epgrafe de una fotografa de una reunin de seoras yseoritas en Bragado, conducida por la esposa del pastor, nos informar que ellastratan temas de especial inters y beneficio para el hogar cristiano (Shank, 1940, p.15). En la misma direccin apunta el obituario de la hermana Una Cressman. Ella actucomo misionera en la misin menonita Nam Cum, entre 1947 y 1959. Se la describe

    como especialmente dedicada a las hermanas y los nios, y encargada de ensearles aleer y tejer. Tambin se menciona que era enfermera y que organizaba reuniones dehermanas aborgenes (Obreros Fraternales Menonitas, 1997, p. 11). Otro ejemplo es elcaso de Felisa Cavadore, quien es mencionada como una lder de la Iglesia MenonitaArgentina, que como Albano Luayza, se pronunci en contra de la guerra en el mundodurante la dcada de 1930 (Prieto Valladares, 2010, p. 13). Es interesante notar que este

    pronunciamiento de una mujer sobre un tema candente para la opinin pblica delmomento, ocurre en el contexto de una reunin de mujeres: el Congreso de la LigaArgentina de Mujeres Protestantes, que tuvo lugar en Buenos Aires, en marzo de 1934.

    Nuevamente, la emergencia pblica de una mujer acontece ante un auditorio restringido

    al mundo femenino.Dos espacios de participacin femenina abiertos durante la dcada de 1940 repiten

    la caracterstica de generar mbitos exclusivos para la mujer. En 1945 la AsambleaAnual de la Iglesia Menonita Argentina organiz a nivel nacional la Cadena evanglicade mujeres menonitas (Prieto Valladares, 2010, p. 18)13. Por otra parte, para 1946 laSeccin femenil de La Voz Menonita se convirti en un importante vehculo decomunicacin entre las mujeres menonitas (Prieto Valladares, 2010, p. 18). Entre 1960y 1970, al final de nuestro perodo de estudio, nuevas lderes le dieron una dinmicarenovadora a esta institucin, otorgndole un rol ms importante en las tareas de misin

    y evangelizacin de la Iglesia (Prieto Valladares, 2010, p. 93).

  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    11/24

    COMPAERAS O ACOMPAANTES?... 124

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    A continuacin abordaremos los espacios ms destacados de la accin femeninaen la iglesia Menonita Argentina del perodo estudiado:

    Lectoras bblicas

    El rol de las mujeres como promotoras de materiales de lectura bblicos(colportoras) o como animadoras de lecturas bblicas en el mbito del hogar, tendr unenorme impacto en la misin. De hecho, Albano Luayza (1932, p. 7) menciona larelevancia de una colportora estadounidense para su posterior adhesin a la IglesiaMenonita: se trataba de una seorita misionera y colportora de la Sociedad BblicaAmericana que lleg a Olavaria de visita, entre 1907 y 1914, y se aloj en casa de sus

    padres. Era menonita y fue la que ms me habl de los menonitas.Dos mujeres cumplirn un rol clave como lectoras bblicas en los hogares en los

    primeros tiempos de la misin: Anita Cavadore (una de las primeras conversas

    argentinas) y Emma Shank (la primer esposa de Josephus Shank). Juntas visitaronnumerosos hogares, como puede verse en este fragmento escrito por J. Shank:

    El 14 de febrero (1921) la hermana Anita Cavadore haba llegado desde Pehuajpara vivir con nosotros. Previa consulta con los misioneros y con los miembros dela iglesia, haba sido designada ayudante en la nueva misin establecida enTrenque Lauquen. Desde entonces ella sali regularmente con mi esposa a leer laBiblia y pronto llegaron a tener unas 30 familias que visitaban semanalmente(Surez Vilela, 1969, p. 52).

    El impacto de la tarea de estas lectoras bblicas era reconocido por los hombresque lideraban la Iglesia, Shank (1940, p. 17) menciona que entre 1920 y 1925 Fueronocupadas varias hermanas en cada pueblo como lectoras de la Biblia en los hogares.Hicieron ellas alrededor de cuatro mil visitas cada ao, interesando en esa forma amuchas personas en el evangelio. Otra fuente (Snyder, 1933, p. 13) nos brinda ms

    precisiones respecto al impacto de esta tarea. Se trata de una sntesis estadstica de laaccin de las lectoras bblicas entre 1932 y 1933:

    N

    mero delectoras

    Das

    trabajados

    H

    ogaresvisitados

    O

    yentes

    1932

    9 53638

    9266

    651

    9337 614

    3974

    6323

    Para valorar estos nmeros hay que tener en cuenta que segn esta misma fuente,

    para 1932 el nmero de miembros de la iglesia era de 375 adultos y en 1933 era de 477adultos.

  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    12/24

    125 AGUSTINA ALTMAN, ALEJANDRO MARTN LPEZ

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    La Clnica

    Como ya comentramos, el espacio de la atencin de la salud fue pensado en un

    principio como parte del mbito de tareas femeninas a realizar bajo la supervisin de loshombres. Pero por otra parte fue uno de los espacios (junto al de la educacin) en que lamujer misionera comenz ms tempranamente un proceso de profesionalizacin. Comoseala Robert (2009, p. 139) el surgimiento, a fines del siglo XIX, del entrenamientomdico profesional de las mujeres es coincidente con la formacin de las primerassociedades misioneras femeninas. Bajo el impulso de Celina o Selena Gamber, surgiotro emprendimiento liderado por mujeres. Se trataba de una clnica, ubicada en laciudad bonaerense de Pehuaj, dedicada a atender a mujeres creyentes en un ambientede fe. De este modo lo relata la propia misionera (Shank, 1940, p. 28):

    Tiene por objeto primario cuidar cientficamente a nuestras hermanas enfermas enun ambiente cristiano el cual la enferma tendr la oportunidad de ejercitarse en susdevociones personales y privadas y en aquellas juntamente con otras enfermas opersonal de la casa. Durante el ao cuidamos a seis de nuestras hermanas.

    Las mujeres que trabajaban en la clnica, tambin prestaban ayuda enhogares con enfermos. Celina comenta otro de los objetivos centrales de la clnicaera:

    Ensear a seoritas evanglicas varios cursos de nursing, y darles la oportunidadde aprender el arte de cuidar enfermos. Creemos que nuestras hermanas pueden darun testimonio cristiano empendose en esta vocacin. La seorita Mara ElenaMichelli es nuestra primera alumna.

    El Hogar de nios

    En 1925, Celina Gamber impulsar junto a la Srta. Hallman la creacin de unhogar para nios en la ciudad bonaerense de Bragado. Nelson Litwiller (Shank, 1940, p.40) comentar al respecto que se autoriz a las seoritas Lamber [sic] y Hallman arecibir y cuidar un nmero limitado de nios necesitados. En su texto las llamaseoritas misioneras.

    Luego de una primera etapa liderada por estas dos mujeres solteras, se harn cargodel hogar varios matrimonios misioneros. Ms adelante, cuando se separe a los varonesde las nias, una mujer, Mara de Bataglia, cuidar a los varones que vivirn en una casaalquilada, comiendo y recibiendo instruccin religiosa en la misin.

    Es interesante hacer notar que al mencionar a dos sucesivos matrimonios que seharn cargo del hogar, una fuente (Shank, 1940, p. 40) nos aclara que el hombre de cada

    matrimonio es designado director y su esposa matrona del hogar14.

  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    13/24

    COMPAERAS O ACOMPAANTES?... 126

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    La educacin

    Las misiones protestantes en general fueron importantes impulsoras del desarrollo

    educativo en los pases objeto de acciones misioneras. En especial la educacin en laprimera infancia y la educacin de las mujeres fueron fomentadas por las misiones antesde que fueran impulsadas en general por los estados nacionales. Ello llev a que laeducacin fuera un espacio en el que las mujeres misioneras tuvieran una importanteoportunidad de profesionalizarse y realizar una tarea de gran impacto social. Larelevancia de la misma ira disminuyendo a medida de que las sociedades misionadasfueron tomando la idea de la educacin general de nios y mujeres como parte de sus

    propios programas (Robert, 2009, p. 144).Algo similar pas en el caso de la Iglesia menonita en Argentina. Las mujeres

    menonitas desempearon un rol importante en la conformacin de los jardines de

    infantes que los menonitas crearon en las primeras dcadas de su presencia enArgentina, especialmente durante la dcada de 1930. Mientras el estado no puso trabas asu desempeo y tampoco impuls la escolarizacin estatal de los nios ms pequeos,estas instituciones tuvieron gran importancia. Coria (2004, p. 68) seala que laProvincia de Buenos Aires, en Argentina, incorpora el nivel inicial a su organigramaeducativo en 1946 (Ley 5096 o Ley Simini)15. Debido a ello los jardines de infantesfundados por los misioneros menonitas iran desapareciendo rpidamente (Coria 2004,

    p. 69).En cuanto a la enseanza superior, la presencia femenina es casi nula. En el

    listado de profesores y egresados del Colegio Bblico, slo se cuentan hombres, aexcepcin de la Srta. Isabel Owen, miembro de la congregacin de Bragado, que sedesempeaba como profesora de msica (Surez Vilela, 1969, p. 96).

    La amenaza de las Seoritas

    El rol de las mujeres solteras en las misiones protestantes a nivel mundial entrefines del siglo XIX y principios del siglo XX es clave para comprender el lugar de lo

    femenino en el protestantismo. Es ms, es una ventana a los valores de la sociedadvictoriana que sustentan los proyectos de civilizacin asociados a la expansincolonial anglosajona. En este sentido autores como Jane Hunter (1989), Fiona Bowie(1994) y Rhonda Semple (2003) llaman la atencin sobre el hecho de que las misionerassolteras constituyen un grupo liminal en el conjunto de las mujeres protestantes. Por una

    parte, al no ser esposas ni madres se las piensa en trminos de carencia, siendoasociadas frecuentemente a la imagen de la solterona que cuida a sus padres ancianos.

    No estn bajo la proteccin de un marido que las auxilie y provea su bienestareconmico, y garantice un ejercicio controlado de su sexualidad16. Pero por otra parte,las solteras misioneras, a diferencia de las que se quedan en sus hogares, poseen unalibertad de desplazamientos y una posibilidad de desarrollo personal y profesional que

  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    14/24

    127 AGUSTINA ALTMAN, ALEJANDRO MARTN LPEZ

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    es desconocido para las mujeres casadas. Algo similar se ha sealado para el caso de laIglesia Menonita (Scarborough, 2009, p. 62). De este modo las mujeres solteras lograntransformar una identidad social negativa en una fuente de legitimidad personal(Hunter, 1989, p. 52). Lo cual muchas veces ser fuente de envidias y sospechas. As las

    misioneras solteras se transforman en una suerte de paradoja de la experienciamisionera ya que mientras con su prdica exaltan los valores tradicionales que definenuna esfera de la mujer evanglica que delimita los espacios de lo posible para lamujer; con sus prcticas cotidianas rompen justamente con dicho marco (Hunter, 1989,

    p. 252).En el caso de la Argentina, las mujeres solteras prestaron un gran servicio a la

    Iglesia Menonita en los primeros momentos. As Albano Luayza, dir que las Srtas.Vera Hallman y Celina Lamber y slo Dios sabe lo tiles que han sido ellas en nuestraobra. (Luayza, 1932, p. 9). Otras dos mujeres solteras de gran actuacin fueron la Srta

    Anita Cavadore (Cavadore, 1940, p. 30) y la Srta. Quintina Gutirrez (Battaglia, 1940,p. 31), ambas mencionadas como obreras. Pese a ello, las mujeres solteras resultarnun desafo para la organizacin misionera. Es paradigmtico el caso de los conflictossurgidos en la misin menonita del Chaco alrededor de la labor de las misionerassolteras -por ejemplo las seoritas Una Cressman y Mabel Cressman (Koppenhaver,1953)- y su articulacin con los matrimonios misioneros. Una carta de AlbertoBuckwalter a su padre, en julio de 1953, da cuenta de algunas de las cuestiones en

    juego:

    [] De todas las misiones entre los indgenas de las que tengo conocimiento en el

    Chaco Argentino, la nuestra es la nica que trata de mantener una farsa. Por qutenemos que hacernos sentir a nosotros mismos extraos o miserables? Por farsa,me refiero a mantener seoritas solteras que dependen de las buenas gracias de unhombre casado, el esposo de otra mujer, por favor! Creo que la misin NuevasTribus [New Tribe Missions] tiene algunas seoritas solteras, pero ellas salen entrelos indios en parejas. Una le dijo a Sam y a m que ella podra soportar cualquiercosa. Pero no est en mi lugar sugerir lo que ella debe soportar, as como nopueden decirme a mi qu sacrificios el Seor me llama a hacer (Buckwalter, 1953,folio 2)17

    En este fragmento se ve como el misionero siente que debe oficiar de esposo delas misioneras solteras, y que esto excede sus responsabilidades. Por otra parte se lehace difcil concebir que estas mujeres se manejen por sus propios medios. El asuntoresultar tan importante que medio ao despus, en diciembre de 1953, el tema serdiscutido en el Mission Council, resolvindose dar recursos a las misioneras para que sedesplacen de forma autnoma, pero bajo la supervisin del misionero casado, quiensigue siendo la autoridad de la misin, tal como lo sealan los puntos 4 y 5 del acta deesa reunin:

    Pto 4. Un auto ser provisto [a las enfermeras] para que puedan operar con elobjetivo de que sean independientes del misionero en cuanto al transporte para

  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    15/24

    COMPAERAS O ACOMPAANTES?... 128

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    comprar provisiones as como para hacer visitas. Esto estar garantizado si lasenfermeras se comprometen a asumir las responsabilidades que acompaan elmanejo de un auto en esta rea y que estn concientes de las dificultades queimplica. (Sin Autor, 1953, folio 3)

    Pto 5. El programa de enfermera funcionar de manera independiente pero bajo lacompleta coordinacin del programa general de la misin respecto a los propsitos,objetivos y planes. El misionero permanecer como la cabeza de la misincompleta mientras que las enfermeras en adicin a su programa ayudarninformndolo a l sobre acontecimientos o incidentes que puedan observar en lascongregaciones en cualquier momento. (Sin Autor, 1953, folio 3)18

    Este tipo de tensiones son sealadas por Semple (2003, p. 99-100) comoconflictos frecuentes en el campo misionero del fines del siglo XIX y principios del XX.Consistentemente con lo que sealan nuestras fuentes esta autora destaca que la

    presencia de las misioneras solteras amenazaba el orden mismo de la misin ya que esteestaba estructurado en torno a los valores de clase media norteamericana para la poca,los cuales presuponan que el hombre deba proveer el sustento para su familia y los

    parientes femeninos deban depender de l (Semple, 2003, p. 232). Adems, de lasrazones de conflicto que nuestras fuentes evidencian, Semple da cuenta de que el hechode que las misioneras solteras reciban un salario por su tarea, es tambin fuente demalestar frecuente en las misiones del perodo ya que esto las coloca en una situacinventajosa respecto a las mujeres de los misioneros que desempeando tareas similaresno perciben un sueldo a su propio nombre. En el caso que nosotros trabajamos, las

    misioneras solteras tambin parecen haber percibido un sueldo propio (Koppenhaver,1953) pero no contamos con informacin para el caso de las misioneras casadas. Detodos modos la cuestin de los sueldos no es mencionada en las fuentes consultadascomo causa de disputas19.

    Moda y artificios: el peligro de lo mundano

    Las seoritas solteras son fuentes de preocupacin por su carcter de sujetos

    liminales, abiertos al mundo y sus influencias. En especial la sensualidad y lasvanidades son vistas como serios obstculos en la vida de las jvenes mujeres, quepueden arrastrar consigo a los hombres. La correcta vestimenta ha sido en las IglesiasMenonitas un espacio privilegiado para la constatacin del cumplimiento por parte delas mujeres de las normas sociales de la comunidad de creyentes (Boynton Arthur,1997, p. 11). Se trata ante todo de la expresin corporal de la separacin entre loscriterios mundanos y los de los fieles, por ello las mujeres a la moda se convirtieronen un smbolo de la corrupcin de la iglesia (Klassen, 1994, p. 273-238). Como ha sidosealado ello constituye una presin mucho mayor sobre las mujeres que sobre loshombres (Epp, 1990, p. 257; Klassen, 1994, p. 238). En las Iglesias Menonitas

    conservadoras estas normas han sido especialmente restrictivas, pero el tema tambinfue importante en grupos ms urbanos y ms abiertos a las normas de la sociedad

  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    16/24

    129 AGUSTINA ALTMAN, ALEJANDRO MARTN LPEZ

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    envolvente. Las resistencias femeninas a estas normas sociales tomaban la forma de unadesobediencia encarnada [embodied disobedience] (Klassen, 1994, p. 239), queinclua, en el caso de las comunidades rurales, el uso de zapatos con taco comprados enla ciudad, el uso de lpiz labial y la introduccin de vestidos novedosos en los rituales

    de casamiento.El control sobre el vestir las normas por parte de las mujeres era llevado

    adelante no solamente por ministros y maridos, sino tambin por las dems mujeres(Boynton Arthur, 1997, p. 12). En ese sentido, resulta reveladora una situacin que sedio en el caso argentino. Un punto del temario de la Sesin de la Junta de Pastores de1945 est referido al problema de las medias o mejor de su falta en algunas de lasseoritas o seoras que asisten a los cultos:

    pto 24: Qu actitud debe asumir la Iglesia, frente al hecho de las seoritas que se

    presentan sin medias a las reuniones?. Este tema lo present la Sra. de Swart. Elladijo, A las seoritas que asisten a la E. D. y no son convertidas, no le debemosdecir nada, para no correrlas; pero si son convertidas, si no usan medias largas nopueden entrar en la sociedad de jvenes. Lo fundamental dijo ms adelante- esllevar a las seoritas o seoras a una verdadera y profunda experiencia en Cristo.No hablarles demasiado sobre la pintura y dems cosas, hasta no llevarlas a unavida rica en Cristo. (Gorjn, 1945, p. 4)

    Como vemos el tema fue presentado por una seora, preocupada por elcomportamiento de algunas seoritas, lo cual revela tambin que estas ltimas son

    vistas como seres potencialmente contaminantes.En este mismo sentido, en 1933 La Voz Menonita publica un artculo de F. deCacheln (capitana del Ejrcito de Salvacin) a pedido del dirigente menonita FelicianoGorjn. Se trata del texto La joven obrera y su apariencia personal (De Cacheln,1933). Este texto se plantea varios ejes interesantes de anlisis. Por una parte aborda untema central para las iglesias anabaptistas: el de la vocacin como separacin yasegura que esta debe ser aparente, y no solamente espiritual e interior (De Cacheln,1933, p. 6). Por otra parte, seala que la vocacin implica tambin el despojo y cita elejemplo de Juana de Arco y Catalina de Siena como casos de despojo heroico (esinteresante la mencin a santas catlicas). Si bien se trata de un ejemplo que no esimprescindible para todas las mujeres cristianas, todas ellas estn llamadas a sersoldado de Jesucristo. (De Cacheln, 1933, p. 7). La autora critica el hecho de que una

    joven cristiana que daba testimonio ante un grupo de no conversos tena maquillage,aunque era sutil y No se le poda reprochar exageracin en el tocado. El problema esque, aunque sutil:

    siendo ella quien era, una joven cristiana, la alteracin [de sus encantos naturales ]no la favoreca en lo ms mnimo pues era la tangible contradiccin de suprofesin de fe; pareca como si de esos labios enrojecidos por el lpiz, la

    palabra viva del evangelio saliera trabada y profanada (De Cacheln, 1933, p. 7).

  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    17/24

    COMPAERAS O ACOMPAANTES?... 130

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    En este punto nuestra autora compara directamente a las jvenes solterasevanglicas con las mujeres de vida consagrada en el catolicismo:

    () figurmonos por un instante a una monja, ostentando una cruz en el pecho, ouna hermana de caridad bajo las blancas alas de su cofia, con semejantes artificios.

    No nos parecera un sacrilegio? Y, sin embargo, nosotras que creemos habervuelto a la religin pura y sin mcula, al espritu del cristianismo ()nosotrasentonces, jovencitas de cualquier congregacin evanglica, nos permitiramos loque juzgamos indigno de una novicia? () Ante Dios nos preguntamos conseriedad Cul puede ser la diferencia que existe entre dos mujeres que pasan untiempo igual ocupndose en embellecer su rostro y sus manos, para luego ir la unaa ocuparse en obras caritativas tal vez y la otra a encender pasiones malsanas en elcorazn del hombre? (De Cacheln, 1933, p. 7).

    Esta comparacin nos revela el carcter liminal y amenazante de las mujeres

    jvenes y solteras, que por ello deben ser rodeadas de dispositivos especialmentediseados para preservarlas del mundo y simultneamente transformarlas en emblemasde la consagracin a Cristo mediante la exhibicin de diacrticos que marcan unacorporalidad opuesta a la de las no creyentes.

    Palabras finales

    El rol de las mujeres en las misiones cristianas, que haba sido poco estudiado en

    general, ha comenzado a ser abordado sistemticamente en las ltimas dcadas. En elcaso de Amrica Latina este tipo de estudios son an escasos. Nuestro trabajo pretendecontribuir a este campo en formacin y aportar a una comprensin ms profunda de los

    procesos de misionalizacin en general. El caso especfico que trabajamos, las misionesmenonitas en Argentina entre 1917 y comienzos de la dcada de 1960, presenta por otra

    parte sus propias especificidades.En primer trmino, para los menonitas la misin en Argentina constituye uno de

    sus primeros emprendimientos misioneros a nivel mundial y el primero enLatinoamrica. El impulso misionero es parte de una renovacin general de la Iglesia

    Menonita en Estados Unidos, que pasa del alemn al ingls como lengua de culto, seacerca a la sociedad estadounidense y participa del Segundo Gran Despertar en lasiglesias evanglicas de ese pas. Todo ello muestra que la misin debe ser pensadadesde los misioneros no solamente como algo que est destinado a esos otros quesern misionados sino tambin como la posibilidad de intentar llevar a la prctica la

    propia utopa sobre lo que una comunidad cristiana debera ser. Creemos que ello es asen general para las diversas denominaciones protestantes, y el caso menonita nos

    permite sostener esta hiptesis.En segundo lugar, dado el nfasis en la separacin respecto al mundo que ha

    caracterizado a las iglesias menonitas, la misin representa para ellas un desafoimportante. La misin por definicin implica un vincularse con el mundo, intentando

  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    18/24

    131 AGUSTINA ALTMAN, ALEJANDRO MARTN LPEZ

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    acercarse a l para atraerlo, buscando no resultar amenazante ni demasiado extrao parano ser expulsado, pero por otro lado procurando mostrar la propia especificidad y elcorrecto seguimiento de Cristo. En este sentido la propia vida de los misioneros seconvierte en el instrumento fundamental de evangelizacin. Es por ello que la distincin

    entre lo pblico y lo privado es muy tenue, y la vida privada de los misioneros cobrauna relevancia central en su trabajo evanglico. Esto hace que las misiones sean unlugar especialmente interesante para estudiar la construccin social de lo femenino enestos grupos. Asignada usualmente al mbito de lo domstico, las mujeres menonitas sevuelven especialmente visibles en su rol como misioneras. Y esa visibilidad que en

    parte busca mostrarlas como utopa del ser cristianoa ser emulada, simultneamentetiene un enorme potencial para cambiar los roles que tradicionalmente se les asignaba.De all que el estudio de las mujeres misioneras menonitas sea simultneamente unabordaje de los modos en que la mujer era pensada en este grupo y de los procesos de

    transformacin de dichas concepciones y prcticas.Por otra parte, las misiones protestantes de la segunda mitad del siglo XIX y laprimera del siglo XX muestran una enorme participacin femenina. Se trata nosolamente del rol de las mujeres como misioneras, sino incluso del rol de lasasociaciones femeninas en el soporte moral y financiero de las misiones. No solo comoempresas evangelizadoras sino particularmente como avanzadas de la civilizacin.

    En el caso de las mujeres menonitas en las misiones en Argentina, las fuentesexploradas nos muestran, el destacado papel de las mismas en la expansin de estaiglesia en el pas. Desde ya han realizado un amplio ejercicio de funciones de apoyo,

    pensadas como una extensin del rol de madre y esposa, para sus maridos, hijos y otrosjvenes varones menonitas. Tambin han sido ejemplos de vida domestica cristiana paralos conversos y garanta de un comportamiento social adecuado por parte de este nuevogrupo en el contexto de la sociedad argentina. Pero ms all de ello, su trabajo comolectoras bblicas, colportoras, maestras, y enfermeras tuvo un impacto fundamental en la

    promocin de la presencia menonita y en la valoracin positiva de sus esfuerzos. Su rolfue clave en el sostenimiento de las instituciones asociadas a las acciones sociales de laIglesia Menonita que, como los propios misioneros pronto advirtieron, fueron claves enel xito misionero.

    Pero a pesar de este papel fundamental nuestras fuentes tambin dan cuenta del rol

    subordinado que estas mujeres se vieron forzadas a desempear. La idea de que antetodo son esposas y madres se expresa de innumerables maneras, en detalles mnimos,expresiones y supuestos implcitos que hemos tratado de destacar en los textosanalizados. La necesidad de supervisin masculina y el lento proceso para ganar unespacio de participacin en la toma de decisiones que las afectaban tambin se vereflejado en las fuentes analizadas. El principio general de que las mujeres trabajan

    para las mujeres que delimita unos espacios de accin especficos que son pensadoscomo extensiones del mbito domstico del cuidado de otros, es un articuladorfundamental de discursos y prcticas. En este sentido el estudio de estas cristianas

    menonitas nos muestra algunas caractersticas salientes de las praxis eclesiales degnero del protestantismo en argentina durante la primera mitad del siglo XX. A

  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    19/24

    COMPAERAS O ACOMPAANTES?... 132

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    diferencia de lo sealado por autores como Amestoy, no vemos que nuestro casopermita abonar la hiptesis de que las misioneras de Estados Unidos traen modelos deroles femeninos claramente ms independientes del control masculino que los queluego supuestamente impulsaran las mujeres locales tras el proceso de nacionalizacinde las iglesias protestantes. El caso menonita a nivel mundial por el contrario sugiereque las iglesias nacionales surgidas en pases misionados fueron en muchasoportunidades ms dinmicas en los procesos de flexibilizacin de los estereotipos degnero que las de origen anglosajn. En el caso argentino observamos que no puedeestablecerse una distincin clara entre mujeres estadounidenses y argentinas respecto alcambio en los roles de gnero. As como encontramos misioneras de Estados Unidoscon posiciones muy conservadoras tenemos tambin mujeres argentinas con una granvisibilidad pblica en el proceso de conformacin de la iglesia menonita en Argentina.

    Otro punto a destacar es la interaccin particular entre la misin y las mujeressolteras. Esto, que es cierto en general para todas las misiones protestantes, es en

    especial muy relevante para el caso menonita, donde la soltera es en si misma un estadomarginal, independientemente del gnero. Como hemos visto a lo largo del trabajo, lasmisioneras solteras se constituyen como un grupo liminal en el contexto de las mujeresmenonitas y an de las misioneras menonitas. La soltera, en el contexto de la misin,lejos de la familia de origen, da a estas mujeres una independencia respecto al controlmasculino poco comn entre las mujeres menonitas. Ello es as tambin comparado conlas mujeres casadas, quienes como hemos visto son pensadas como colaboradoras desus maridos. Por otro lado, esta misma independencia se constituye en un potencial

    peligro. En particular la gran amenaza parece ser la de la adopcin de las normas

    mundanas, lo cual atenta contra la separacin entre los miembros de la iglesia y elmundo. As cuestiones como el maquillaje o el uso de medias se transforman en puntosde discusin formal en el seno de la iglesia. Sern entonces las jvenes solteras unafuente de preocupacin para las comunidades menonitas. Vistas como una amenaza delmundo en el seno mismo de la comunidad de creyentes, se les solicitar unacorporalidad y conductas propias de lo que en el catolicismo de esa poca slo se exigaa las mujeres consagradas.

    Por otro lado, el rol de las misioneras en el campo se enfrenta con numerososinconvenientes surgidos de una estructura que presupone al matrimonio y sus hijoscomo la unidad misionera. De ese modo, el estudio de los detalles de la insercin enel campo de las misioneras solteras no solo nos habla de sus particularidades, sino que

    permite ver los supuestos subyacentes de toda la empresa misionera menonita. Creemosque en este sentido el abordaje de los detalles cotidianos de la labor misionera de lasmujeres solteras puede ser de gran utilidad para el estudio general de las misionescristianas.

    Notas

    1Una versin preliminar de este trabajo fue presentado en las XIV Jornadas Interescuelas deHistoria, realizadas en Mendoza, Argentina, durante el ao 2013.

  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    20/24

    133 AGUSTINA ALTMAN, ALEJANDRO MARTN LPEZ

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    2 En Argentina existen hoy tambin colonias agrcolas fundadas por la otra vertiente delmenonismo, pero son mucho ms recientes que las misiones que estudiaremos.3 Las obras protestantes a gran escala en Sudamrica slo comenzaran tras el Congreso dePanam, en 1916, el cual instalara la imagen de una Amrica Latina pagana, dejando as de

    lado las reservas a desarrollar misiones en una tierra ya evangelizada por el catolicismo(Mendona 1984: 87-88). Entre los argumentos esgrimidos para justificar tal actividad, losmisioneros protestantes destacaban que se trataba de una tarea constructiva y no destructiva(Beach, Josa et al. 1900: 99, 112), destinada a los inmigrantes, a los incrdulos, a quieneshaban abandonado el catolicismo o a los no cristianos (Beach, Josa et al.1900: 112; Beach1916: 40, 56), y que era un pedido del propio pueblo sudamericano (Beach, Josa et al.1900:113). En este contexto, Sudamrica ser vista como el mayor de todos los campos de batallaentre el romanismo y el evangelismo (Beach, Josaet al.1900: 209-210).4 Josephus Wenger Shank naci el 10 de Octubre de 1881 en Versailles, Missouri, EstadosUnidos. Fue el primer misionero menonita en arribar a Sudamrica. Su primera esposa EmmaShank falleci en 1939. En 1942 se uni en segundas nupcias a Selena N. Gamber. Permanecien Argentina junto a su familia hasta el ao 1950. Shank falleci el 10 de Mayo de 1970 enKansas, Estados Unidos.5 La Junta Menonita de Misiones y Caridades fue fundada en 1906 al fusionarse la JuntaMenonita de Hogares de Caridad y la Junta Menonita de Evangelismo y Beneficencia (SurezVilela 1969: 12).6Naci el 11 de agosto de 1885 y muri en diciembre de 1939 siendo la primera misioneramenonita que falleci en Sudamrica. Se desempe como maestra de escuelas pblicas enMissouri y Colorado por 11 aos. Junto con su esposo Josephus W. Shank sirvi comomisionera en Argentina durante 22 aos. Comenz y condujo un jardn de infantes. Fue lectorabblica y matrona de un orfanato de nias. Se la menciona por sus habilidades domsticas ysu lealtad a su familia (Nyce 1989a).7Tobias Hershey naci el 14 de Marzo de 1879 en Intercourse, Pensilvania, Estados Unidos.

    Sirvi como misionero y en mltiples tareas relacionadas con la Iglesia Menonita Argentinadurante aproximadamente 30 aos.8Naci el 22 de diciembre de 1877 en Tennessee y muri el 22 de febrero de 1974 en Chicago.Tena un grado en educacin del Ewing-Jefferson Cumberland Presbyterian Junior College.Ense en colegios por seis aos. Junto a su esposo Tobas Hershey trabaj en misiones urbanasen Ohio y Colorado. Luego fueron enviados como misioneros a Argentina. All, junto a EmmaShank levant jardines de infantes y escuelas primarias. Trabaj en el incentivo de un programade lectura hogarea de la biblia y en el entrenamiento de maestros de la escuela dominical.Junto al pastor Albano Luayza y su esposa Dona Querubina, estableci la Evangelical Chainof Mennonite Women of Argentina Cadena evanglica de mujeres menonitas de Argentina-(Hallman 1987).9A partir del asesoramiento del antroplogo William Reyburn, el cual sugiri abandonar la

    estrategia tradicional y acompaar a los tobas en su propia elaboracin del cristianismo(Ceriani Cernadas y Citro 2005: 131).10 Es interesante notar el paralelismo con el proceso vinculado al surgimiento de la reformaanabaptista que comentamos ms arriba. En ambos casos se trata de momentos de rupturacaracterizados por un nfasis en la autoridad carismtica surgida de la experiencia personal. Conotro lenguaje Scarborough (2009: 56-57) seala que cuando ms pneumtica o interior es laexperiencia de una comunidad o perodo de la historia menonita mayor es la participacin de lamujer, y que se vuelve menor en perodos ms organizados o volcados hacia lo exterior(retomando la tensin interior-exterior de C. Arnold Snyder).11De hecho Scarborough (2009:59)har notar -en una nota al pie en la que cita a Juhnke- quepara 1910 unas 40 juntas misioneras estaban a cargo de mujeres solteras y que el UnionMissionary Training Center en Brooklyn, crucial en el entrenamiento de muchos de los

    misioneros iniciales fue fundado por una mujer.

  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    21/24

    COMPAERAS O ACOMPAANTES?... 134

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    12Celina (o Selena) Gamber naci el 10 de junio de 1893 y muri el 5 de marzo de 1990. Segradu como enfermera del Lancaster General Hospital's Nursing School en 1919 y del TorontoBible College en 1923. Escribi artculos sobre enfermera y luego fue enviada como misioneraa Argentina. All se dedic a la enfermera, a un orfanato y fue superintendente de la iglesiade Carlos Casares. Entre 1933 y 1937 supervis el trabajo de enfermera en el HospitalMenonita de Colorado (USA). En 1942 se cas con el misionero Josephus W. Shank. Junto a lmision entre los aborgenes chaqueos, actuando como enfermera, maestra y cocinera.Despus de 1950 la familia fue asignada a una misin en Puerto Rico y luego a Colorado.Luego creo un curso de enfermera y estuvo a cargo de la enfermera de una casa de retiro.Finalmente se retir en Kansas (Nyce 1989b).13Ver la nota al pie 7.14 En 1936 Shank es designado director y su esposa matrona del hogar. Luego ErnestoPieyro director y su esposa Pilar de Pieyro matrona.15La ley nacional de educacin 1420 (de 1884) prevea el inicio de la escolaridad a los 6 aosde edad, la aplicacin concreta era muy heterognea por la diversidad de reglamentacionesprovinciales (Coria 2004: 69).16

    Es importante notar que en el caso menonita, todos los solteros hombres y mujeres-conforman un grupo que se piensa en funcin del estado matrimonial. Este ltimo es visto nosolo como la situacin ideal, sino que la propia vida eclesial da por sentado que es laexperiencia de la mayora de sus miembros adultos. En cierto sentido es el matrimonio el quemarca el inicio verdadero de la adultez (Goering y Krause 2001).17Traduccin de los autores del artculo del original en ingls.18Traduccin de los autores del artculo del original en ingls.19 Cualquier discusin sobre los salarios de los misioneros/as en las misiones en Argentina,entre comienzos de los aos 1950 y el fin de nuestro perodo de estudio, debe enmarcarse en elcontexto de los debates surgidos a raz del proceso de nacionalizacin de la Iglesia Menonita enArgentina. En este contexto es central el debate respecto a las diferencias de salarios entreobreros nacionales y misioneros de origen estadounidense, as como el referente a las

    proporciones entre el financiamiento local y el originado en Estados Unidos. De todos modostanto el matrimonio misionero como las mujeres solteras mencionadas en el conflicto quereferimos son misioneros extranjeros financiados desde Estados Unidos.

    Bibliografa

    ALTMAN, Agustina y LPEZ, Alejandro Martn. Buenos Aires (2011), No hay necesidad deque nos coloquemos uno cerca del otro: Territorio e identidad religiosa durante elestablecimiento de los menonitas en la Argentina. In: Segundas Jornadas RELIGAR SUR,

    Religin y Sociedad en la Argentina Contempornea y Pases del Cono Sur, 22-24 Junio 2011,Buenos Aires. Editorial de la Facultad de Filosofa y Letras Universidad de Buenos Aires,publicacin en CD, ISBN 978-987-1785-15-5.AMESTOY, Norman Rubn. Las mujeres en el protestantismo rioplatense 1870-1930.Franciscanum, ao LIV, n. 157, p. 51-81, 2012.BATTAGLIA, SANTIAGO Actual obrera - Passo. Breve historia.La Voz Menonita, Ao IX (1y 2, Enero-Febrero. 1919-1939. Vigsimo Aniversario de la Obra Menonita en la RepblicaArgentina), p. 31, 1940.BEACH, H. P., JOSA, C. F. P. L., HAMILTON, J. T., TUCKER, H. C., DRESS, C. W., LAFETRA, I. H., WOOD, T. B. y POND, T. S. Protestant Missions in South America. New York.Student Volunteer Movement for Foreign Missions. 1900.

  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    22/24

    135 AGUSTINA ALTMAN, ALEJANDRO MARTN LPEZ

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    BOWIE, Fiona, KIRKWOOD, Deborah y ARDENER, Shirley. Women and Missions: Past andPresent: Anthropological and Historical Perceptions. Rhode Island: Bloomsbury Academic,1994.BOYNTON ARTHUR, Linda. Clothing is a Window to the Soul: The Social Control of Women

    in a Holdeman Mennonite Comunity.Journal of Mennonite Studies, n. 15, p. 11-30, 1997.BUCKWALTER, Alberto. Carta al padre de Alberto Buckwalter, 26 de Julio de 1953, NamCum, Chaco. Archivo de la Iglesia Anabautista Menonita de Buenos Aires. Floresta, BuenosAires, Carpeta Fichero 5 Mission council:2 folios.CAREY, Hilary. M. Companions in the Wilderness? Missionary Wives in Colonial Australia,1788-1900. The Journal of Religious History, ao 19, n. 2, p. 227-248, 1995.CAVADORE, Anita. Actual obrera - 30 de Agosto. Breve Historia.La Voz Menonita, Ao IX,Vigsimo aniversario de la obra menonita en la Repblica Argentina (1 y 2), p. 30, 1940.CERIANI CERNADAS, Csar y CITRO, Silvia. El movimiento del evangelio entre los tobasdel Chaco argentino. Una revisin histrica y etnogrfica. In: GUERRERO JIMNEZ,Bernardo (Org.). De indio a hermano. Pentecostalismo indgena en Amrica Latina. Chile:Ediciones Campus, Universidad Arturo Prat y Ediciones El Jote Errante, 2005. p.111-170.CORIA, Humberto R. La presencia anabautista en las pampas argentinas. Los menonitas dePehuaj (1919-1940). Buenos Aires: Editorial Dunken, 2004.DE CACHELN, F. La joven obrera y su apariencia personal.La Voz Menonita, Ao II (12), p.5-7, 1933.DRIEDGER, Leo y FRIESEN, Dorothy Nikel. Mennonite women in pastoral leadership. TheMennonite Quarterly Review, ao LXIX, n. 4, p. 487-504, 1995.EPP, Marlene. Carrying the Banner of Nonconformity: Ontario Mennonite Women and theDress Question. The Conrad Grebel Review, n.8, 1990.ERB, Paul y GROSS, Leonard. Kauffman, Daniel (1865-1944). Global Anabaptist MennoniteEncyclopedia Online. 1989. Disponible en. Acceso el25 de abril 2015.GOERING, Elizabeth M. y KRAUSE, Andrea Odd Woman Out: The SystematicMarginalization of Mennonite Singles by the Church's Focus on Family. The MennoniteQuarterly Review, ao LXXV, n. 2, p. 211-230, 2001.GORJN, Feliciano. Breve historia de Santa Rosa. La Voz Menonita, Ao IX (1 y 2, Enero-Febrero. 1919-1939. Vigsimo Aniversario de la Obra Menonita en la Repblica Argentina), p.6-7 y 47, 1940._________. Sesin de la Junta de Pastores Menonitas, Trenque Lauquen, 5 y 6 de diciembre de

    1945. Archivo de la Iglesia Anabautista Menonita de Buenos Aires. Floresta, Buenos Aires,Carpeta La Voz Menonita:5.GRAYBILL, Beth E. 'Finding my place as a lady missionary': Mennonite Women Missionariesto Puerto Rico, 1945-1960.Journal of Mennonite Studies, n. 17, p. 152-173, 1999.GROSS, Leonard. Bender, Harold Stauffer (1897-1962). Global Anabaptist MennoniteEncyclopedia Online. 1990. Disponible en.Acceso el 15 de Abril de 2015.HALLMAN HERSHEY, Beatrice. Hershey, Tobias Kreider (1879-1956). Global AnabaptistMennonite Encyclopedia Online. 1987. Disponible en

    .Acceso el 27 de abril de 2015.

    http://gameo.org/index.php?title=Kauffman,_Daniel_(1865-1944)&oldid=112855http://gameo.org/index.php?title=Bender,_Harold_Stauffer_(1897-1962)&oldid=130432http://gameo.org/index.php?title=Hershey,_Tobias_Kreider_(1879-1956)&oldid=113408http://gameo.org/index.php?title=Hershey,_Tobias_Kreider_(1879-1956)&oldid=113408http://gameo.org/index.php?title=Bender,_Harold_Stauffer_(1897-1962)&oldid=130432http://gameo.org/index.php?title=Kauffman,_Daniel_(1865-1944)&oldid=112855
  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    23/24

    COMPAERAS O ACOMPAANTES?... 136

    Ciencias Sociales y Relign/ CinciasSociais e Religio, Porto Alegre, ano 17, n. 23, p. 114-137, ago-dez. 2015.

    HERSHEY, Tobias K. La obra misionera de los menonitas.La Voz Menonita, Ao I, n. 1, p. 4-7, 1932.HIEBERT, Bruce. A Crisis of Masculinity: North American Mennonites and World War I.Thesis (Doctor of Philosophy)- Faculty of Arts & Social Sciences Under Special ArrangementsSimon Fraser University, 2008.

    HUNTER, Jane. The Gospel of Gentility: American Women Missionaries in Turn-of-the-Century China. Yale University Press. 1989.KAUFFMAN, JOWARD H. y MEYERS, Thomas J. Mennonite families: Characteristics andTrends. The Mennonite Quarterly Review, ao LXXV, n. 2, p. 199-209, 2001.KLASSEN, Pamela. What's Bre(a)d in the bone: The bodily heritage of mennonite women. TheMennonite Quarterly Review, ao LXVIII, n. 2, p. 229-247, 1994.KOPPENHAVER, Juan. Carta a Eve de Juan, 18 de agosto de 1953, Carlos Casares,Archivo dela Iglesia Anabautista Menonita de Buenos Aires. Floresta, Buenos Aires, Carpeta IEMACorrespondecia, Cartas 52-57, Carpeta 52-55:1 folio.LANTZ, DAVID PARKE Breve historia de Cosqun.La Voz Menonita, Ao IX (1 y 2, Enero-

    Febrero. 1919-1939. Vigesimo Aniversario de la Obra Menonita en la Repblica Argentina), p.26-27, 1940.LUAYZA, Albano. Nuestro propsito [Editorial].La Voz Menonita, ao I, n. 1, p. 1, 1932.La mujer.La Voz Menonita, ao I, n. 11, p. 13, 1933.MENDONA, Antnio. G. O celeste porvir. A insero do protestantismo no Brasil. SoPaulo: Edies Paulinas, 1984.NYCE YODER, Dorothy. Shank, Emma Elizabeth Hershey (1881-1939). Global AnabaptistMennonite Encyclopedia Online. 1989a. Disponible en. Acceso el 27 de abril de 2015.

    _________. Shank, Selena Gamber (1893-1990). Global Anabaptist Mennonite EncyclopediaOnline. 1989b. Disponible en.Acceso el 27 de abril de 2015.OBREROS FRATERNALES MENONITAS. Qad' aqtaxanaxanec. Nuestro Mensajero, ao 42,n. 2, 1997.PRIETO VALLADARES, Jaime. Mission and Migration. Global Mennonite History.Pennsylvania: Good Books and Pandora Press, 2010.ROBERT, Dana. L. Christian Mission: How Christianity Became a World Religion. Chichester,UK: Wiley-Blackwell, 2009.SCARBOROUGH, Mirjam Rachel. Called to mission. Mennonite Women Missionaries inCentral Africa in the Second Half of the Twentieth Century. Thesis (Doctor of Philosophy) -Faculty of Humanities. Department of Religious Studies, University of Cape Town, 2009.SEMPLE, Rhonda Anne. A. Missionary Women. Gender, Professionalism and the VictorianIdea of Christian Mission. Woodbridge: The Boydell Press, 2003.SHANK, Josephus Wegner. La Iglesia Menonita en La Argentina (Resumen de 20 aos). LaVoz Menonita, ao IX (1 y 2, Enero-Febrero. 1919-1939. Vigsimo Aniversario de la ObraMenonita en la Repblica Argentina), p. 24-25, 1940.SIN AUTOR. Minutes of the Chaco Mission Council. Diciembre 12-16 de 1953, Archivo de laIglesia Anabautista Menonita de Buenos Aires. Floresta, Buenos Aires, Fichero 5,Congregacin C-O, III Congregacin, Chaco Mission Council:3.

    http://gameo.org/index.php?title=Shank,_Emma_Elizabeth_Hershey_(1881-1939)&oldid=104880http://gameo.org/index.php?title=Shank,_Emma_Elizabeth_Hershey_(1881-1939)&oldid=104880http://gameo.org/index.php?title=Shank,_Selena_Gamber_(1893-1990)&oldid=77748http://gameo.org/index.php?title=Shank,_Selena_Gamber_(1893-1990)&oldid=77748http://gameo.org/index.php?title=Shank,_Emma_Elizabeth_Hershey_(1881-1939)&oldid=104880http://gameo.org/index.php?title=Shank,_Emma_Elizabeth_Hershey_(1881-1939)&oldid=104880
  • 7/26/2019 COMPAERAS O ACOMPAANTES? MUJERES MENONITAS MISIONERAS EN ARGENTINA

    24/24

    137 AGUSTINA ALTMAN, ALEJANDRO MARTN LPEZ

    _________. Compromiso del ministro y de la esposa del ministro. Servicio para ordernar. Sinao (s.a).Archivo de la Iglesia Anabautista Menonita de Buenos Aires. Floresta, Buenos Aires,Carpeta IEMA Correspondencia, Cartas 30-50 I:1 folio.SNYDER, Elvin. Informe de la Obra evanglica Menonita en la Argentina correspondiente al

    ao 1933.La Voz Menonita, ao III, n. 4, p. 12-14, 1933.SUREZ VILELA, Ernesto. 50 Aniversario de la Iglesia Evanglica Menonita Argentina(1919-1969). Argentina: Comisin de publicaciones de la Iglesia Menonita Argentina, 1969.