El maravilloso mundo de l as nias

Hace algunos aos escrib un libro titulado Cmo criar a los varones,1cuya venta ha superado el milln de ejemplares. Desde su publicacin, me he encontrado con gente en la calle, en restaurantes y en aeropuertos que se ha dirigido a m para preguntarme: Cundo va a escribir Cmo criar a las hijas? Cada vez que me reuna con mi editor, l me formulaba la misma pregunta. Ahora, aun los nios han comenzado a perseguirme. Hace poco, lleg a mi oficina la siguiente carta, escrita con letra un poco garabateada: Estimado Dr. James Dobson: Tengo 6 aos de edad. Tengo dos hermanos mayores que yo. Me gustara saber cundo va a escribir Cmo criar a las hijas. Porque mi mam realmente quiere ensear a las nias. Aprecio su trabajo en el libro. Julie Est bien, Julie. T ganas. Lo voy a escribir. Y muchas gracias por tu linda nota. Te apuesto a que tu mam fue la que te alent para que me escribieras, porque la nia a la que ella quiere ensear . . . eres t. Espero poder conocerte algn da porque creo que eres una nia de seis aos muy especial. He recibido miles de cartas interesantes de nios y nias, la mayora de los cuales son mayores que Julie. Algunos han estado bastante enojados conmigo porque me culpan por la forma en que sus padres los han disciplinado.1

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Cmo criar a las hijas

Hace algunos aos, un estudiante universitario me envi una poesa que expresaba ese sentimiento. Deca lo siguiente: Las rosas son rojas y las violetas son prpura Cuando yo era nio, me dieron nalgadas por su culpa Una de mis cartas favoritas fue la de una jovencita de catorce aos de edad llamada Tiany, que estaba muy enojada cuando me escribi. Fue directo al grano: Lo odio dr dobson. hoy tuve que mirar la pelcula ms estpida acerca del sexo. usted hizo esa pelcula. JA! como si supiera algo sobre eso. tambin mi mam ha comenzado a no dejarme ir a ver pelculas si no ha ledo reseas sobre las pelculas, gracias a su estpido programa conectados. ahora no tengo vida social puesto que todos mis amigos van al cine a ver pelculas buenas. todo lo que puedo ver es hechizada. fantstico! Entonces Tiffany acab con los miramientos. Ella debe de haber visto una foto ma muy vieja en la que usaba lentes antiguos, lo que la inspir para darme este ltimo golpe: espero que se compre lentes nuevos, porque fisilogo o no, sus otros lentes le tapan casi toda la cara. Con todo mi cario, Tiffany Qu jovencita tan dulce! Slo alguien que tiene catorce aos podra comenzar una carta diciendo que me odia y terminarla con una expresin de afecto. Me imagino que Tiffany es un desafo para su madre y su padre, pero vienen mejores das en el futuro. Los padres a los cuales les estoy dando asesoramiento hoy eran muchachos irritables como Tiffany cuando escrib mi primer libro sobre la crianza de hijos, pero ahora ha sucedido algo hasta cierto punto gracioso. Ellos han crecido y han producido sus propios hijos de voluntad firme, y estn buscando ayuda. Es gratificante para m observar a una segunda generacin de mams y paps aprendiendo cmo tratar con los mismos asuntos y problemas que ellos les dieron a sus padres hace 25 aos. Quin sabe, tal vez tendr la oportunidad de aconsejar a una tercera generacin cuando Tiffany tenga su primer beb. Ella y otras jvenes mams de su generacin vern entonces las cosas desde una perspectiva completamente diferente. Sin embargo, me estoy adelantando demasiado. El ttulo que he elegido para este libro, Cmo criar a las hijas, expone una aseveracin fundamental. Asume que la responsabilidad de un padre y2

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de una madre no es slo supervisar el crecimiento y desarrollo de sus hijas (e hijos), sino criarlos con un propsito: inculcarles ciertas cualidades y rasgos de carcter. El sabio rey Salomn se refiri a esta obligacin hace ms de 2.900 aos cuando escribi: Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarn (Proverbios 22:6). El apstol Pablo agreg otra dimensin cuando dijo: Padres, no hagan enojar a sus hijos con la forma en que los tratan. Ms bien, crenlos con la disciplina e instruccin que proviene del Seor (Efesios 6:4). Piense por un momento en lo que implican esos versculos bblicos. Significan que a un nio se le debe ensear a reverenciar a Dios y a su Hijo, Jesucristo, y a entender la dimensin espiritual de la vida? S, ese es el significado principal y el ms importante, pero creo que nos instruyen a hacer ms que eso. Los hijos son un don de Dios, y nosotros somos mayordomos de su bienestar. Instruir a un hijo o hija en este sentido significa ayudarlos a navegar los campos minados culturales que se encuentran en su camino, inculcndoles valores, talentos y principios eternos. Significa ensearles el aprecio por la verdad, el ser dignos de confianza, la autodisciplina, el tener dominio propio, la generosidad y un espritu dulce. Significa ensearles a ser modestos, a tener principios morales y a ser bien educados. Significa ensearles a vencer la inclinacin natural hacia el egosmo, la agresividad, la violencia y la negligencia. Significa ensearles a trabajar, a aprender y a pensar. Eso es slo el principio, y es por eso que la crianza de los hijos es una responsabilidad de enormes proporciones que requiere pensar y hacer planes por adelantado. Esto es sobre lo que hablaremos en las pginas que siguen. La pasin que siento por el tema que estoy tratando est relacionada a la hija que todava me llama pap. Ahora ella es adulta, pero la amo como cuando la vi por primera vez en la sala de nacimientos. Algo elctrico sucedi entre los dos aquella mstica noche, y eso todava perdura. Cuando Danae tena tres aos, yo era profesor de pediatra en un colegio mdico, y haca trabajo de investigador en un hospital grande de nios. Cinco das por semana, mientras yo me preparaba para salir con mi maletn y conducir mi automvil luchando con el trnsito de la ciudad de Los ngeles, Danae lloraba. Ella no quera que me fuera. Yo siempre le daba un carioso abrazo y le prometa que regresara lo antes posible esa tarde, pero era imposible consolarla. Todava puedo ver a esa preciosa nia parada en la puerta de casa llorando. Danae estaba muy alterada una maana mientras le explicaba, otra vez, por qu pap tena que ir a trabajar. Sus bellos ojos azules se le llenaron de lgrimas y me dijo con tristeza: Est bien, pap. Te perdono. Unas pocas semanas atrs le pregunt a mi hija si se acordaba de esos das. En forma notable, ella tiene recuerdos vvidos de su niez, lo cual a3

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veces casi da miedo. Ella no slo recordaba las lgrimas de la maana que le estaba describiendo, sino que record algo que yo haba olvidado. Un da, cuando ella tena tres aos, sali con su madre al jardn para despedirme con la mano mientras yo me alejaba en mi automvil. Sin embargo, yo ya haba salido de la cochera, y no las vi paradas all. Danae recuerda que llor desilusionada. Cuando yo ya haba viajado una larga cuadra, vi a mi pequea familia en el espejo retrovisor. Ellas todava me estaban despidiendo frenticamente con la mano. Mientras doblaba en la esquina, saqu el brazo por la ventanilla y lo agit despidindome. Aun despus de todos estos aos, Danae recuerda la emocin que sinti cuando su pap la vio y le devolvi el saludo. Cmo podramos, usted y yo, ocuparnos tanto con los quehaceres de la vida que descuidamos a nuestros pequeos y vulnerables hijos e hijas, dejndolos sin proteccin ante las influencias del mal? Cmo podramos fallar en darles el afecto y la atencin que ansan? Y cmo podramos mandarlos a un mundo peligroso sin proporcionarles una base segura que los mantenga firmes? No hay ninguna otra prioridad que se acerque a esta responsabilidad de dirigir a nuestros hijos por el camino correcto, como dijo Salomn. Esto es lo que trataremos en las pginas que siguen. Analizaremos informacin, enfoques, respuestas, soluciones y recomendaciones que han resistido el paso del tiempo. Nuestro enfoque ser la influencia que ejercen las madres, los padres, los maestros y los amigos. Vamos a hablar de nias de todas las edades, desde que son bebs hasta que llegan a ser adultas, y consideraremos los peligros que se encuentran por delante en su camino. Hablaremos sobre cmo ensearles a sus hijas a ser damas. Trataremos sobre la bsqueda de la autoestima, el despertar sexual, los padres solteros, el desarrollo emocional e informacin prctica para criar a sus hijas. Y, por supuesto, vamos a tratar sobre la pubertad, la adolescencia y la obsesin por la belleza. Finalmente, hablaremos de la enseanza espiritual en el hogar, y de por qu la pureza moral debe ensearse desde los aos preescolares hasta que dejan el hogar. Es aqu donde reside nuestra esperanza. Hay mucho que decir sobre este tema. En la preparacin de este libro hemos acumulado ms de tres mil pginas de material de investigacin y referencia. Es mi trigsimo tercer libro, y me ha llevado ms de tres aos para completarlo. Lo que me llev tanto tiempo fue tratar de decidir lo que no deba incluir. Todas las cosas me parecan significantes. Lo que compartir con ustedes, mams y paps, se ha vuelto una obsesin para m. Se me hace un nudo en la garganta cuando pienso en esas preciosas nias que saben tan poco sobre la vida, y me preocupo sobre cmo podemos proteger su inocencia y preservar las alegras de la niez. Esa es nuestra tarea. As que, srvase una taza de caf, o hgase un t, sintese en una silla cmoda y hablemos.4

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Nias en peligroLa investigacin de mi libro anterior, Cmo criar a los varones, mostrclaramente que los varones estaban en problemas serios en muchas esferas de sus vidas. Desde la edad preescolar hasta la edad adulta, estaban por debajo de lo que se esperaba en cuanto a casi cada indicador de su salud emocional, educativa y fsica. Los nios tenan dos veces ms posibilidades que las nias de tener discapacidades de aprendizaje, tres veces ms posibilidades de ser adictos a las drogas y cuatro veces ms posibilidades de sufrir disturbios emocionales.1 Tenan mayor riesgo de esquizofrenia, autismo, adiccin sexual, alcoholismo y todas las formas de comportamiento antisocial y criminal.2 Tenan diez veces ms posibilidades de cometer asesinatos,3 y el porcentaje de muerte en accidentes automovilsticos era 50 por ciento mayor.4 Setenta y siete por ciento de los casos de delincuencia en las cortes involucraba a varones.5 Existe toda razn para creer que hoy en da los varones todava continan en este camino, por lo general. Cuando se los compara con las nias, tienen serias desventajas en la escuela. En promedio, casi no hay ningn lugar en el mundo en el cual los varones lean mejor que las nias. En Estados Unidos de Amrica, en los cursos de estudios avanzados, las nias les llevan ventaja de 124 a 100.6 Segn el socilogo Andrew Hacker, tres de cada cuatro muchachas que cursan el ltimo ao de la secundaria informan pasar una hora o ms haciendo tareas escolares, en comparacin con slo 50 por ciento de los varones.75

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