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BLANCA COLECCIÓN PROGRAMA INTERNACIONAL DE FORMACIÓN DE EDUCADORES POPULARES SER PERSONA EN PLENITUD La formación humana desde la perspectiva ignaciana

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BLANCA

COLECCIÓNPROGRAMA INTERNACIONALDE FORMACIÓNDE EDUCADORES POPULARES

SER PERSONA EN PLENITUDLa formación humanadesde la perspectiva

ignaciana

SER PERSONA EN PLENITUD: La formación humana desde la perspectiva ignaciana La formación humana desde la perspectiva ignaciana La formación humana desde la perspectiva ignaciana La formación humana desde la perspectiva ignaciana La formación humana desde la perspectiva ignaciana2

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SER PERSONA EN PLENITUDLa formación humana

desde la perspectiva ignaciana

Carlos Rafael Cabarrús, s.j.

fundación santa maría

SER PERSONA EN PLENITUD: La formación humana desde la perspectiva ignaciana La formación humana desde la perspectiva ignaciana La formación humana desde la perspectiva ignaciana La formación humana desde la perspectiva ignaciana La formación humana desde la perspectiva ignaciana4

Colección “Programa Internacionalde Formación de Educadores Populares”

Equipo Editorial:Antonio Pérez EsclarínMaría Bethencourt

Dimensión: Formación HumanaFascículo: Ser persona en plenitud: La formación

humana desde la perspectiva ignaciana.Autor: Carlos Rafael Cabarrús, s.j.Colaborador temático: Rony Perla.

Diseño y diagramación: Nubardo CoyPortada e ilustraciones: William Estany VázquezCorrección de textos: Joseba Lazcano, María Bethencourt

Edita y distribuye: Federación Internacional de Fe y AlegríaEsquina de Luneta, Edif. Centro Valores, piso 7 Altagracia,Caracas 1010-A Venezuela.Teléfonos: (58-212) 5645624 / 5645013 / 5632048Fax (58-212) 5646159 Web: www.feyalegria.org

3a Reimpresión, octubre 2003

© Federación Internacional de Fe y Alegríay Fundación Santa MaríaDepósito legal: lf 603 2003 370 2013ISBN: 980-6418-40-9Caracas, junio 2003

Publicación realizada con el apoyo de:Fundación Santa María (FSM)Centro MagisAgencia Española de Cooperación (AECI)

371.1Cab.Ser persona en plenitud: La formación humana desdela perspectiva ignaciana.Caracas: Federación Internacional de Fe y Alegría, 2003.66 p.; 21,5 x 15 cm.ISBN: 980-6418-40-9Conocimiento Personal, Formación Humana, Perspectiva Ignaciana.

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“Educar es

hacer hombres y mujeres en plenitud,

que conciban la vida

como servicio

a los grandes ideales”.

P. José María Vélaz s.j.

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El «Programa Internacional de Formación de EducadoresPopulares» nace de la necesidad de dar una respuesta adecuada ala tarea de movilizar una educación popular integral coherente yarticulada, en cada uno de los países en los que Fe y Alegría estápresente. Quiero resaltar en esta presentación, con la brevedaddel caso, tres rasgos fundamentales sobre el educador, su quehacery su formación.

• El ser educador en Fe y Alegría es un continuo reto ylleva consigo un reiterado esfuerzo por ser persona enplenitud. El educador se encontrará a sí mismo comovalioso en la medida en que se sienta capaz decomprometerse y de gastarse por otros, especialmentepor los pobres, pequeños y débiles.

• El acto de educar es un acto vital de entrega para ayudara construir o rescatar vidas. Con la educación se trata deformar hombres y mujeres que sean capaces de vivir enplenitud y con dignidad, asumiendo responsablementesu condición ciudadana.

• El educador se forma en el proceso de producirconocimientos y soluciones a los problemas que leplantea su propia práctica, se forma en un hacerconsciente y reflexivo sobre su práctica.

La Colección se estructura alrededor de los tres grandesejes de la Propuesta Formativa de Fe y Alegría:

1. La formación humana del educador. Configuración deuna nueva identidad.

2. La formación socio-político-cultural. Comprensión dela realidad local y mundial.

PRESENTACIÓN

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3. La formación pedagógica. La construcción de sentidosde lo educativo y de lo pedagógico.

Los materiales de esta Colección están diseñados, antetodo, para un cuidadoso y exigente trabajo personal y grupal delos educadores de Fe y Alegría, aunque, ciertamente, nosencantaría que su uso se hiciera extensivo a todo educador que sequiera comprometer con la educación de los pobres de nuestrospaíses. La mera lectura de los textos, aunque estoy seguro queayudará no poco, no es la vía recomendable en orden a exprimirla riqueza metodológica y conceptual que los mismos encierran.

Mis mejores deseos a los educadores de Fe y Alegría, sobretodo, para que disfruten del proceso de formación: que éste seaun proceso gozoso de reconstrucción de uno mismo y depreparación para la bella tarea de educar a nuestros pequeños,jóvenes y adultos. No dudo que el proceso de formación va aexigir lo mejor de cada uno, pero los educadores bien sabemosque sólo dando vida es como recibimos abundante vida.

Conozco muy de cerca el enorme trabajo que ha llevadola estructuración de este Programa y lo que ha supuesto, y todavíasupone, la elaboración de los textos y estrategias. El esfuerzodecidido de los equipos pedagógicos de la FederaciónInternacional de Fe y Alegría, unido al trabajo de especialistasque han dado forma a cada uno de los temas, permitirá llegar a unfinal feliz. Y este esfuerzo no hubiera tenido ninguna garantía deéxito sin el arduo y sistemático trabajo de dirección de AntonioPérez Esclarín y María Bethencourt. Vaya un reconocimiento yagradecimiento a todos en nombre de Fe y Alegría.

Que el Señor nos bendiga en este empeño de dar vida enplenitud a nuestros pueblos.

Jesús OrbegozoCoordinador GeneralFederación Internacional de Fe y Alegría

Caracas, 15 de septiembre de 2002.

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La configuraciónde una nueva identidad

El modelo educativo de Fe y Alegría, implícitoen su ideario, contempla la construcción de hombres ymujeres capaces de humanizar y transformar su realidadhaciendo uso de sus propias capacidades y poten-cialidades cognitivas y afectivas. Esto implica asumirun tipo de formación mediante la cual los educadorestomen conciencia tanto de su propia y compleja iden-tidad, como de la identidad común a todas las demáspersonas, capacitándolos de esta manera para la for-mación integral de los educandos del sector más des-poseído.

No hay que olvidar que son las personas másnecesitadas la razón de ser de Fe y Alegría, lo cualgenera nuestra identidad. Siempre hay que recordar quela solución adecuada para liberar de la pobreza a lasmayorías pobres no proviene de las Iglesias, ni de losgobiernos, ni de la globalización; viene únicamente dela fuerza de los mismos pobres que se levantan. Perono de unos pobres sumidos en la ignorancia, resignados,

IntroducciónLA FORMACIÓN HUMANA

DEL EDUCADOR

Introducción: La formación humana del educador

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sin capacidades. Como movimiento, en Fe y Alegríavemos que la solución está en que los pobres denuestros países se desarrollen plenamente comopersonas en todas sus capacidades. En el fondo, eldesarrollo pleno de sus capacidades será la únicagarantía de libertad y de justicia para las mayorías dedesposeídos actuales.

La formación humana supone, entonces, pro-fundizar, en quienes educamos, el conocimientopersonal en los aspectos biológicos, psíquicos, físicos,sociales e históricos, prestando mucha atención a loscontextos culturales y étnicos, que configuran lapersonalidad y la propia subjetividad. De allí, laimportancia de promover un proceso de formacióndonde los educadores podamos comprender y manejarlas experiencias presentes y pasadas, que explican loque somos, clarificando los sistemas de valores ycreencias asumidos -herederos de pasados golpeados-para reconstruir nuevas formas de ver, sentir y pensarel mundo.

Esta valoración y reconocimiento personal abrecaminos para la valoración y reconocimiento de lasdemás personas, del nosotros y de la naturaleza. Elproceso formativo debe hacernos comprender quesomos semejantes y diferentes a la vez; iguales en lacalidad humana, con los mismos derechos paradeterminar el rumbo de nuestra vida, con autonomía yen igualdad de condiciones; diferentes en las opcionesde vida asumidas y en la manera como pensamos yactuamos en el mundo. Resulta esencial la formaciónde la tolerancia y la comprensión mutua entre laspersonas, tanto cercanas como lejanas, para quenuestras relaciones humanas resulten enriquecedoraspara quienes educamos y para los demás.

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Este proceso de formación posibilitará deter-minar las causas de problemas humanos tan serioscomo los desprecios, la xenofobia, el sexismo, el racis-mo, el fundamentalismo, etc. De allí, la importanciade analizar las raíces psicosociales de la incomprensiónentre las personas y entre los diversos grupos sociales,sus modalidades y efectos.

Por otra parte, como movimiento de inspiracióncristiana, la propuesta formativa de Fe y Alegría se orientatambién al cultivo de la espiritualidad de quieneseducamos de modo que podamos alimentar nuestra fe,que debe expresarse en el servicio solidario de los másdébiles y pequeños, y en el empeño tenaz por colaboraren la construcción del Reino de Dios en la tierra, que, enrepercusión inmediata, tiene que ver en la formación enlos valores universales de la humanidad, en los valoresdel Reino; un Reino de justicia y hermandad, es decir,una sociedad donde todos podamos desarrollar al máximonuestras posibilidades y vivir con dignidad. Para loscristianos, Jesús es camino para ir al Padre, para reconoceral otro como hermano y para, al vivir las exigencias de lafiliación común, fundamento de la fraternidad, encontrarla plenitud humana.

Fe y Alegría es además una obra de inspiraciónignaciana. En ella los grandes aciertos pedagógicosdel fundador de la Compañía de Jesús, Ignacio deLoyola, pueden encontrar un campo privilegiado deconcreción, aprovechando todo lo que se ha deno-minado el Paradigma Pedagógico Ignaciano, pero conespecial énfasis en las personas desposeídas.

San Ignacio de Loyola captó lo que es la persona,y es desde allí desde donde él nos puede -te puede-ayudar a conocerte, valorarte y comprenderte.

Introducción: La formación humana del educador

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Exagerando un poco, se ha llegado a decir queél -en el siglo XVI- fundó la psicología; porque, consu visión, captó los engranajes de la vida personal, yse dedicó con ahínco a captar e influir en los engranajesde la historia. ¡Ese fue su gran aporte! Ignacio fue unhombre que comprendió a la persona humana desde elfondo y visualizó el trabajo en el mundo, perohaciéndolo desde el corazón de las cosas.

Ignacio logró intuir -como luego lo hizo Freud ylo viene haciendo toda la psicología- eso que ahorallamamos el inconsciente, eso que sabemos que estáahí, pero casi ni nos damos cuenta de ello.

Por otra parte, experimentó que es precisamenteen ese inconsciente nuestro en donde Dios actúa y senos revela. San Agustín decía que Dios es lo más íntimode nuestra intimidad. Pero Ignacio también encontróque ese inconsciente es materia dispuesta, es caldo decultivo, de la acción del mal de este mundo que nosseduce y nos atrae: nos vuelve sus cómplices acrecen-tando así el desorden y el desajuste del mundo, yherimos al Universo -ahora, también lo consideramosasí. Esto quizás no lo sabías o tal vez no lo creías...

Por esa razón, San Ignacio inventó una meto-dología para discernir -decía él- lo que contribuye a lavida personal y comunitaria, y lo que contribuye a generarel mal personal y del mundo. Es decir, de Ignacio podemosaprender a discernir la vida para descubrir -al evaluar loque hacemos y al analizar la realidad- qué es todo aquelloque contribuye a la vida personal y a la vida comunitaria,y a la vez darnos cuenta de cuál es el modo comocontribuimos a generar el mal personal y del mundo. Siya vas captando esto, ya estás conociendo lo mejor deIgnacio, aun cuando no sepas ni cuándo nació ni dónde...

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Vamos a ir reflexionando ahora, un poco másdespacio, cómo estas intuiciones de Ignacio en el sigloXVI están totalmente vigentes y, sobre todo, cómodesde ellas podemos ir encontrando un nuevo modode ser, de estar en la vida, en el mundo...

Haciendo como una síntesis diríamos que Ignacio:

Introducción: La formación humana del educador

• Descubrió los entresijos -las cosas ocultas- de la personahumana, para que así sea posible ayudar a que se conozca,crezca y genere nuevos modos de relacionarse con ellamisma, con los otros, con el entorno y con Dios.

• Experimentó que la persona, en lo más íntimo suyo,encuentra la presencia de Dios actuando en ella, sin olvidarque lo encuentra también en las personas que sufren, enquienes padecen, en quienes pasan necesidad de cualquieríndole.

• Encontró -también en las propias honduras de la personahumana- cómo el mal del mundo seduce y engaña.

• Captó que las cosas de la historia tienen estructuras queson las que tienen que ser modificadas, si se quierecambiarle el rostro a nuestra historia, que es cada vez másparticular, pero también cada vez más global.

• Reconoció la necesidad del discernimiento y del análisisde la realidad, como medios para ir descubriendo cada díaquién soy, qué sentido tiene mi vida y qué debo hacer porel bien de las demás personas...

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Los dos rostros del corazón de lapersona humana

Como decíamos, Ignacio captó los entresijos dela persona. En palabras más cercanas diríamos que loque revela la experiencia personal implica, por unaparte, una realidad golpeada, herida, vulnerada, perotambién, por otra, un potencial, unas fuerzas, unpozo de posibilidades, un conjunto de fuerzas positivas.Es decir, que toda persona está movida en su actuaciónpor una mezcla de esas dos partes de su corazón: laherida y el pozo ¡y éstos son los dos rostros del corazónde la persona humana...!

Es la mezcla de esas dos realidades lo que haceque cada persona sea ella misma. Es el interactuar dela parte vulnerada y el potencial de posibilidades, loque va dando la identidad a la persona, y en dondepuede ir descubriendo cuál es el sentido de su vida ycuál es su tarea en la historia.

Por esto, en la medida en la que te hagas másconsciente de estas realidades de tu inconsciente1, enla medida en la que te des cuenta de lo que brota de tuparte vulnerada y la vayas sanando, y te des cuenta dela riqueza que hay en tu pozo y lo vayas potenciando,te irás conociendo, irás creciendo y descubriendo tuverdad más honda, y a la vez, al ser una personamodificada por dentro, irás modificando las estructurasde la historia. ¡Seguro que estas ocurrencias sí que teinteresan! Y son parte del legado que -aunque en otraspalabras, propias de su época- nos dejó Ignacio deLoyola.

Utilizando una metáfora bastante elocuente,podrás comprender mejor esto. Los dos rostros denuestro corazón nos hacen situarnos y comportarnos

1lCuandohablamos de

inconsciente, nolo hacemos

usando elconcepto

estrictamenteFreudiano de susinicios -y comose entiende confrecuencia en laactualidad- sinocomo algo de lo

que no somosconscientes,

pero está ahí yestá ahí

actuando enpositivo ynegativo.

15Introducción: La formación humana del educador

con nosotros mismos, con los otros, con el entorno ycon Dios de maneras diferentes: como moscas o comoabejas obreras. Darte cuenta si eres mosca o eresabeja obrera te da pistas para comprender desde quélado del corazón vives de ordinario.

Las moscas están en el estiércol, en lo más sucio,y lo llevan a donde debe haber mayor limpieza... Lasabejas trabajadoras extraen lo mejor de las flores, yademás producen la miel que es un alimento nutritivoy un remedio fundamental para los demás.

Como, en este momento, seguramente querrássaber más de esto, hablaremos un poco acerca de loque es el peso de la herida y el empuje de la positividad.A medida que vayamos reflexionando, iremos propo-niéndote algunas ocurrencias para tu autoevalua-ción... pues, como decía Ignacio, es necesario evaluar,discernir lo que pasa en nuestro interior, para que seaposible ir entrando en los entresijos de nuestra propiapersona y así sacar el máximo provecho para nosotrosmismos y para las demás personas. No sigas de largo,detente un poco en ellas y empieza a buscar dentro deti respuestas a tus preguntas vitales.

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17El peso de la herida...

CAPÍTULO 1

El peso de laherida...

Empezaremos hablando de la parte herida,golpeada, vulnerada, porque a veces es la que másresalta; también porque, por no conocerla, nos juegamalas pasadas, nos lleva a comportamientos que noentendemos y con los que nos hacemos daño y hacemosdaño a las demás personas; pero, sobre todo -¡y estoes lo más importante!- porque por no habernos topadoconscientemente con ella, por no habernos percatadode su existencia, por no haberla desentrañado y sanado,está ahí enturbiando nuestro pozo, oscureciendo nues-tras potencialidades, impidiéndonos realizar nuestrosdeseos más profundos.

Precisamente el peso de nuestros golpes internosno nos dejan ver la fuerza de nuestro pozo. A pesarde que a veces tenemos falsas experiencias que parecencomo elementos positivos, y entonces fanfarroneamos,nos creemos más de lo que somos, nos manifesta-mos como mejores que los demás... Incluso algunaspersonas llegan a confundirse y llaman a eso tener alta

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estima... ¡Pero no!: los metros de altura a que teencumbras son los metros del sótano en que teencuentras atrapado...

De eso golpeado te puedes dar cuenta con ciertafacilidad si analizas tu vida. Lo vulnerado brota másclaramente cuando hay excesivo cansancio o presionesexternas; pero también las sensaciones negativas surgenpor sí mismas, como si tuvieran vida propia. Laexperiencia es, en ese momento, como si lo negativote habitara, te dominara.

¿No es verdad que hay cosas como un peso quete llevan siempre a la negatividad, al desánimo, a laexperiencia de estar como abandonado/a, como ais-lado/a, como ansioso/a, como angustiado... -eso quese llama depresión- y que no sabes ni por qué vienen ycasi tampoco sabes ni cómo se van? ¿No es cierto quehas intentado acallar, muchas veces, todos esos ruidosdesequilibrantes del vacío interno, con más trabajo,con más actividad, con drogas, con alcohol, con música,con televisión... que te distraigan? ¿No es verdad quequizá alguna vez has intentado preguntarte qué te pasa,pero no has podido entenderte en nada, y entonces hasoptado por espantar el malestar con cosas externas?

Pues bien, todo eso brota de lo que llamamos elpeso de la herida, el peso de lo golpeado de las primerasexperiencias, que no necesariamente tienen que serexperiencias trágicas y que, además, todas las personas,por sanas que sean y aunque hayan tenido una infanciapositiva en términos generales, lo llevan consigo.Cuando estamos en el seno materno, nuestras vidasvienen preparadas para vivir en plenitud. Sin embargo,ya desde ese seno podemos ir recibiendo una serie deestímulos negativos y positivos que marcan el comien-

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Algunas ocurrencias para autoevaluarme

zo de nuestra existencia, y que luego con diversasexperiencias de la infancia van configurando nuestraparte herida.

La necesidad fundamental que tiene toda niña, todoniño, es la de recibir el reconocimiento de su persona y,sobre todo, el derecho a recibir el amor incondicional departe de sus padres, o quienes hagan el papel de ellos.

Pero este derecho primario puede ser violentadode muchas maneras. Se aplasta cuando no se acepta elembarazo de la madre... cuando no se está de acuerdocon el sexo de quien nace... cuando se brinda amorcondicionado: «te quiero si... o te quiero por...». Se golpeaeste derecho cuando los padres no creen en la niña, cuandolos padres no apuestan por el niño. Se violenta este derechoprimordial cuando no hay un clima de tranquilidad sinode zozobra. Se maltrata ese derecho cuando no recibe esapersonita el tacto adecuado, más aún cuando se erotizanlas caricias, cuando se reciben castigos físicos. Se que-branta ese derecho cuando los niños, cuando las niñas,perciben los conflictos matrimoniales, cuando se sientencomparados, cuando se sienten abandonados, cuandosienten que prefieren a sus hermanos, cuando sonignorados o sobreprotegidos, etc.

El peso de la herida...

1. ¿Cuál de esas posibles causas de heridas me resuenancomo si fuese la mía?

2. ¿Cuál, al leerla, sentí que me movía algo por dentro?

3. ¿Cuál suscitó algo de tristeza, de cólera?

4. ¿Cuáles otras causas añadiría yo como causantes de golpesen el corazón?

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¿De quién se espera la satisfacción de estasnecesidades? ¿Quiénes son los agentes provocadoresde las heridas por la falta de amor incondicional? Losprincipales agentes que contribuyen a la generaciónde las heridas son -en disposición jerárquica-: la madre,el padre, los hermanos y hermanas, los familiarescercanos; actitudes de los padres, frases, exigencias decomportamientos superiores a su desarrollo, sensaciónde ser relegado al cuidado de varios miembros de lafamilia, ironías, burlas, chantajes y sobreprotección;también ambientes inhóspitos, económicamenteprecarios, insalubres, violentos o de guerra; pueden sertambién momentos de intenso dolor y pérdidas afec-tivas tempranas. Todas estas son algunas posiblesformas de experimentar el no-reconocimiento, lano-satisfacción de las necesidades básicas, la ausenciadel amor incondicional, que han generado, así, lasheridas.

Es importante que tengas en cuenta que lasheridas pueden darse por falta o por exceso. Es decir,por la no-satisfacción de la necesidad o por la satis-facción exagerada de ésta, por la falta de atención opor la sobreprotección. Pueden ser por un golpe fuerte,muy intenso, o se pueden dar por la repetición constantede hechos de la misma naturaleza, una sensación cons-tante de no ser querido durante la infancia, o de tenerque hacer cosas para ganar cariño, para sobresalir, etc.

Es importante descubrir esto, porque es justamente el irbuscando satisfacer esta necesidad que no fue satisfecha enla niñez la que me hace reaccionar desde esa carencia y mehace buscar -ya siendo adulto- satisfacciones como si fueseaún pequeña.

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Algunas ocurrencias para autoevaluarme

Estas heridas, al producir una sensación de inde-fensión en el niño, en la niña, hacen que surjan en ellosunos miedos básicos: a ser condenada, a no ser querido,a fracasar, a ser comparada, a quedarse vacío, a serabandonada o abandonado, a sufrir, a mostrarse débil,al conflicto.

Cuando se están provocando las heridas y se estángestando los miedos, en el inconsciente se está dandotambién, casi al mismo tiempo, la formación de losmecanismos de defensa, con los cuales el niño, la niña,quieren impedir que se le siga golpeando. Estos meca-nismos son como las murallas que pone la propiaestructura psicológica para no permitir seguir siendomaltratado/a, para que no se le haga más daño; son barreraspara que no se repita lo que se vivió en el pasado. ¡Noolvides que todo esto es inconsciente, es decir, aconteceen forma mecánica, involuntaria y sin darnos cuenta! Eneste momento también se forma la estructura corpórea,como la coraza, que llega a ser como el gran mecanismode defensa.

El peso de la herida...

1. ¿Qué he sentido al leer todo esto?

2. ¿Qué preguntas me van surgiendo al ir comprendiendocómo se forma mi parte vulnerada?

3. ¿Cómo todo esto, aunque no sabía quizás los nombres mástécnicos, es algo que conozco y padezco mucho?

4. ¿Cómo todo ello, veo que afecta también a mis amistades,a mi familia? Pongo algunos ejemplos...

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PAG 22BLANCA

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CAPÍTULO 2

Los “síntomas”de la herida

Es probable que ahora te estés preguntando,¿y cómo se sabe eso? ¿Cómo se reconoce la herida?Pues bien, porque, aunque estas heridas estén en elinconsciente y en los recuerdos infantiles de la más tiernainfancia, hay una serie de comportamientos que hacenque se manifiesten, unas cosillas en las que se nos nota,se nos echa de ver que estamos actuando desde nuestraparte golpeada, que estamos respondiendo desde nuestraherida. Es decir, en ese muro que forman los mecanismosde defensa y que parece una fortaleza, existen unosagujeros, unos síntomas por los cuales se manifiestan lasheridas, los miedos y aun los mismos mecanismos dedefensa. En síntesis, los miedos, la parte vulnerada, seesconden en los mecanismos de defensa para protegerse,pero, a pesar de esto, la herida se manifiesta. ¡Los síntomasson elocuentes!

Los “síntomas” de la herida

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¿Cuáles son esos síntomas, esas cosas que nosdelatan? Las compulsiones, las reacciones despro-porcionadas, el sentimiento malsano de culpa, la bajaestima personal, las voces negativas que nos repetimosy con las que nos hacemos daño, la postura corporal y,en general, un patrón negativo de conducta. Todo estotambién se trasluce en las imágenes fetichistas de Diosque brotan de las compulsiones, y emerge, sim-bólicamente, en los sueños. Ahora nos detendremosen cada uno de estos síntomas.

Las Compulsiones

La compulsión es un mecanismo psicológicoinconsciente y contra fóbico que brota de los miedos;es decir, la compulsión es un comportamiento contrarioal miedo que pretende que la amenaza que le provocaese miedo no se cumpla. Son actos repetitivos con losque se intenta escapar de los miedos; sin embargo, soncrónica de una muerte anunciada: finalmente llevanal miedo que las originó. ¡Es justamente la compulsiónla que hace que el miedo se haga realidad!

Según el Eneagrama2, las compulsiones típicasque se asocian a los miedos son: el ser perfeccionistapara evitar ser condenado, pero justamente se recibe lacondena por eso; el ser extremadamente servicial paraevitar el no ser querido, pero justamente por eso seprovoca el rechazo de los demás; el buscar tener éxitoantes que nada por miedo al fracaso, y entonces va deequivocación en equivocación; el mostrarse notoria-mente como diferente para no ser comparado, y justopor eso se le compara con los demás; el ser unacumulador intelectual por miedo al vacío, y pre-cisamente sentirse cada vez más y más vacío; el seguirla norma, antes que nada, por el miedo al abandono,

2 ElEneagrama es un

mapa deconocimiento de

la persona.Como su nombre

lo indica sonnueve tipos de

personalidad quetienen un

conjunto deinterrelaciones

entre sí. Es unatradición Sufi dehace más de dosmil años. Es una

de las teoríasbásicas de

comprensión dela persona que

utilizamos en lostalleres en el

ICE -InstitutoCentroamericano

deEspiritualidad.

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Algunas ocurrencias para autoevaluarme

1. ¿Cuál sería mi compulsión más significativa?

2. ¿Qué miedo está detrás de ella?

3. ¿Me doy cuenta de lo que desespero a personas y de queaborto situaciones por culpa de esta compulsión? Pongounos casos concretos.

Mirando también el ámbito espiritual, recor-demos cómo Ignacio encontró que también en lashonduras de la persona estaba el mal que seducía yengañaba, podemos captar cómo las compulsionesgeneran -además de la realización del mismo miedoque quieren evitar- una imagen distorsionada de Dios.Las compulsiones hacen que no se perciba el Dios deJesús, sino que se adore un dios fetiche que hace alianzacon tu propia compulsión: un dios perfeccionista quete premia si eres perfecta, un dios que exige sacrificios,ídolo de los méritos personales, y el éxito, intimista,manipulable, juez implacable, ídolo del hedonismo,ídolo todopoderoso, y ¡hasta ídolo obsesivo sexual!

Los “síntomas” de la herida

y eso lo lleva a ser constantemente abandonado; elbuscar desmedidamente el placer, exponiéndose cons-tantemente al sufrimiento; el buscar el poder por miedoa mostrar su fragilidad, dejando ésta cada vez más enevidencia; el ser un pacifista enajenado por miedo alconflicto, generando con eso fácilmente situacionesconflictivas.

Como ves, muchas de las cosas que ordinaria-mente haces o ves hacer a otras personas pueden estarmotivadas por heridas y miedos inconscientes, más quepor decisiones personales de obrar así.

SER PERSONA EN PLENITUD: La formación humana desde la perspectiva ignaciana La formación humana desde la perspectiva ignaciana La formación humana desde la perspectiva ignaciana La formación humana desde la perspectiva ignaciana La formación humana desde la perspectiva ignaciana26

Algunas ocurrencias para autoevaluarme

Las reacciones desproporcionadas

Decíamos que otro de los síntomas de la heridason las reacciones desproporcionadas. Es una especiede hiper sensibilidad, que te hace ver la herida por todaspartes, que hace que encuentres por donde vas pasandodatos que confirman tu sentimiento vulnerado de lainfancia: «no me quieren, no soy importante, no mevaloran, no creen en mi, me van a hacer daño, si nohago esto me abandonarán...». Se te puede convertircomo en tu cancioncita permanente y en tu repetidoreclamo a los que te rodean en cualquier circunstancia.Es decir, la reacción desproporcionada sobredimen-siona la herida que viviste en la infancia.

Se crean, desde las compulsiones, imágenesdistorsionadas de Dios, que te hacen relacionar con undios mercantilista, vengativo, controlador, exigente,abandonador, posesivo, dominante, ritualista, norma-tivo, prohibitivo, asfixiante, e incluso ¡muchas vecesmás aplastante que tu propia compulsión y tu propiaherida!

1. ¿Cuál es mi fetiche principal? ¿De cuál me cuestadesprenderme más?

2. ¿Cuál es el fetiche que aprendí de mi familia?

3. ¿Cuál se me ha dado en la escuela, la universidad,la iglesia?

4. ¿Cuál me vende, me contagia mi propia cultura?

5. ¿Cuál me ha llevado a dejar de creer en el Dios de Jesús?

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Algunas ocurrencias para autoevaluarme

1. ¿Qué reacciones mías me cuestan más comprender?

2. ¿En qué siento que me fallo más a mi mismo/a?

3. ¿De qué me acusan más las otras personas?

4. ¿Cuál «cancioncita» voy repitiendo y encontrandoconstantemente datos que me la confirman?

Estas reacciones son desproporcionadas con elestímulo presente, pero muy proporcionadas con lo queocurrió antes. No se ajustan a los estímulos actuales,aunque sí a los pasados. No hay proporción entre loque me hacen en el momento presente y la reacciónactual, pero sí la hay entre el estímulo presente y loque aconteció en la infancia. Se caracterizan por seruna reacción muy fuerte, que se repite con frecuenciao que dura mucho tiempo.

La culpa malsana

Otro síntoma de nuestra parte vulnerada, es la culpamalsana, es decir, del remordimiento que lleva a lanegación del auto perdón, y por tanto incapacita paraexperimentar muchas veces la gratuidad del amor humanoy, ya en el plano espiritual, la misericordia de Dios.

El remordimiento -te comes a ti mismo- hace quete quedes encerrado en ti cuando cometes un error,cuando haces algo inadecuado, cuando fallas,lamentándote de tu incapacidad y autodestruyéndotecon las cosas que te dices, en vez de centrarte en lasconsecuencias de tu acción, para aprender de ello ypara buscar caminos de reparación si -es posible- opor lo menos para evitar futuras reincidencias: esto

Los “síntomas” de la herida

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sería la culpa sana o fecunda, el arrepentimiento. La culpamalsana siempre paraliza, censura, socava la estimapersonal; la culpa fecunda te hace persona...

1. ¿Me siento con frecuencia mal conmigo mismo/a?

2. ¿Me siento fracasado/a, incapaz de superar mis propiosfallos?

3. ¿Qué situaciones hacen sentirme culpable?

4. ¿Me condeno fácilmente por las cosas que hago?

5. ¿Me juzgo, por principio, por las cosas «malas» que realizo?

La baja estima

Todo este proceso vulnerado se manifiesta de formabastante explícita en una baja valoración de ti mismo/aque te impide conocerte, auto valorarte y autoevaluartede forma objetiva, es decir, reconociendo tus capacidadesy limitaciones, acogiéndolas y aceptándolas como unaparte integral de tu propia persona. Cuando vives másdesde tu parte golpeada, tu estima personal es baja y, portanto, te impide reconocer tus propias potencialidades parahacerlas crecer, te hace magnificar las fragilidadesimposibilitando que creas y te comprometas con tu propiocrecimiento y, a la vez, te obstaculiza la posibilidad depercibir y valorar objetivamente a las demás personas:seres con potencia-lidades y fragilidades que también estánen el esfuerzo constante de superar sus flaquezas y hacercrecer su propio pozo.

Algunas ocurrencias para autoevaluarme

29 Los “síntomas” de la herida

1.¿Me siento constantemente mal conmigo mismo/a?

2.¿Me siento fácilmente atacado/a y guardo resentimiento?

3.¿Tengo miedo exagerado a equivocarme?

4.Ante una situación, ¿me inclino, por principio, a ver lonegativo?

5.¿Me cuesta decir NO?

6.¿Hago cosas para que me quieran?

7.¿Me condeno por conductas no siempre malasobjetivamente?

8.¿Me sienten de ordinario agresivo/a?

9.¿Me sienta mal, me disgusta, me decepciona casi todo?

10.¿Me siento muchas veces deprimido/a?

¡Respuestas afirmativas a estas preguntas son clarosindicadores de que tu estima personal está baja!

11.¿Cuáles frases de mi infancia recuerdo que me hicierondaño, me hacían sufrir, me dolían? ¿Cuáles me digo yoactualmente?

Cuando esto sucede, es casi seguro que tienes entu parte más profunda voces negativas que escuchaste entu infancia y te hicieron daño. Esas voces pueden estaraún activas en los mismos agentes que te las dijeroncuando eras pequeño, o pueden estar grabadas en elinconsciente y activarse ante determinadas circunstancias,actualizándose de una forma tan real como cuando fuerongrabadas, generando el mismo efecto y aún mayor.

Algunas ocurrencias para autoevaluarme

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Patrón negativo de conducta

Finalmente, todo este proceso vulnerado generaun patrón de conducta negativo que frecuentementees sostenido por las falsas ganancias que se obtienende presentarse como una persona golpeada y heridaúnicamente, y se manifiesta además en una determinadapostura corporal que de alguna manera refleja tambiénnuestro interior vulnerado.

Decíamos al iniciar que Ignacio había descubiertolos entresijos de la persona humana y había encontradoen el inconsciente -además de la presencia actuantede Dios- un caldo de cultivo para la acción del mal.¡Ese caldo es todo el rostro vulnerado de esta parte detu corazón!

Es obvio que me hirieron mucho en mi infancia, pero...

1. ¿Cuánto mal he hecho yo también con la inercia de miherida?

2. ¿Cuánto he herido yo también por donde me hirieron?

3. ¿Cómo hago a otros lo mismo que me hicieron a mí?

4. ¿A quiénes he causado daño con mis miedos, con miscompulsiones, con mis reacciones exageradas?

5. ¿Cómo he sacado ventajas, falsas ganancias de esacondición mía de golpeado/a?

6. ¿Cuánto he perdido en la vida por presentarme siemprecon mi cara herida?

Algunas ocurrencias para autoevaluarme

31

De todo esto se desprende la necesidad de trabajartoda esa parte golpeada, curar tus heridas y poder seruna persona más apta, para estar más integrada, paraque puedas vivir en tranquilidad y plenitud, y puedasasí darte a las demás personas con generosidad ysolidaridad.

Este trabajo, con todo, no puede hacerse sólodesde un conocimiento racional de lo que dice lapsicología... Esto implicará -en la mayoría de loscasos- que hagas un esfuerzo por entrar en lo másíntimo de ti mismo/a, y hagas que esas heridas nosupuren más sino que sanen y cicatricen. Pero esnecesario que tomes el riesgo de entrar en la aventurade descubrir los entresijos de tu propia persona.

Los “síntomas” de la herida

1. ¿Cómo está mi decisión de cambiar?

2. ¿De verdad quiero mejorar, ser diferente?

3. ¿Dejo que la voz de Jesús, como al paralítico de la pis-cina de Betsaida (Jn. 5,1-18) me pregunte: «de verdad,¿quieres sanarte»? Y veo cómo está mi respuesta. Pon-dero un poco la fuerza de mi voluntad y la decisión decomprometerme conmigo misma en mi proceso decrecimiento personal.

Algunas ocurrencias para autoevaluarme

Es importante que te quede claro que sobre elgolpe de tus heridas no podrás avanzar mucho desdeel mero ámbito de las teorías. Es necesario iniciar porhacer experiencias de trabajo de esas partes golpeadas-para ello te puedes servir de diversos métodos-3 quete permitan ir soltando tu cuerpo y todo lo que en éltienes grabado desde tus experiencias negativas de lainfancia; sólo cuando el peso de lo que te ha aplastado

3 Paraprofundizar enello, puedes ver:Cabarrús, CarlosRafael (2000):Crecer Bebiendodel Propio Pozo.ColecciónSerendipityMaior, Desclée,Bilbao; 4ta ed.,La mesa delbanquete delReino: criteriofundamental dediscernimiento.ColecciónCaminos,Desclée, 3ra ed.,Bilbao, 2000; yCuaderno deBitácora paraacompañarcaminantes: guíapsico-histórico-espiritual.ColecciónSerendipityMaior, Desclée,Bilbao, 2da ed.,2001. Todos delmismo autor.

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se ha logrado liberar, sólo cuando tu cuerpo comiencea modificarse y empieces a experimentar tambiénmutaciones y cambios en tu modo de ser y de com-portarte, podrás constatar que vas creciendo, integrán-dote. En ese momento, tendrán un valor fundamentaltambién las modificaciones cognitivas, pues es allídonde puede ayudarte el que te comprendas de mododiferente.

Es probable que a esta altura del texto estéspensando que no tienes nada de esas cosas aquídescritas, e incluso que sientas que no es para tanto.Es bastante probable, quizás las heridas no hayantodavía presentado sus consecuencias funestas al gradomás alto, pero poco a poco después, con el tiempo, sinlugar a dudas, se irán notando. Con todo, hay ciertossíntomas, ciertos puntos de alarma que te puedenindicar cuánto te tendrías que trabajar para poder llegara ser todo lo que estás llamado a realizar. Por eso teinvitamos a tomarte un poco de tiempo para analizarestos aspectos, para parar ante esas ocurrencias paraautoevaluarse... y dejarte interpelar por ellas.

Es probable también que haberte explicado estefuncionamiento, quizá, puede provocar en ti el deseode entrar en tu interior y dedicarte a la tarea decomenzar a tomar en serio tus partes golpeadas que tecausan tanto daño a ti sin ser consciente de ello, y sinquerer ni darte cuenta, a todo tu entorno.

33 El empuje de nuestra positividad

CAPÍTULO 3

El empujede nuestrapositividad

Decíamos que nuestro corazón tenía dos caras.Hemos incursionado en el lado oscuro, en el lado de laparte vulnerada; vamos a hacerlo ahora en la parte lúci-da nuestra. ¡Ese rostro positivo que poco conocemos,pues lamentablemente pocas veces nos permitimosentrar en él e, incluso, pocas veces tenemos alguna con-ciencia de que existe, de que es lo más hondo, valiosoy auténtico de nosotros mismos!

Cuando se ha hecho un proceso que ha permitidoreconocer y hacer un camino de curación de las heridas,y se ha logrado hacer consciente el proceso vulneradoque se ha vivido y el patrón de conducta negativo que seha desprendido de allí, se abre entonces la posibilidad dereconocer y hacer un camino de redención, acogiendo ypotenciando el pozo de la positividad y de las energíasvitales. Este es el camino que lleva a desarrollar plenamen-te la dimensión humana: limpiar la herida desde el propiomanantial.

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Todo ello nos lleva a permitir la planificación de laexistencia, que consiste en la capacidad de crear el amory las condiciones para el mismo, y que se trasluce en unasrelaciones armónicas conmigo mismo/a, con las demáspersonas, con el entorno y con Dios. Y en esto tambiénIgnacio de Loyola nos dio su legado. ¡Cuando nos invitaa reconocer la acción del mal en nosotros, no es para quenos quedemos en él sino para que justamente lo quitemosy le permitamos al bien -que existe y crece al interior denuestra propia vida- manifestarse en nuestro modo de ser,de relacionarnos, de actuar...!

Reconocer nuestro pozo también tiene ciertafacilidad, si -como nos sugiere Ignacio- aprendemos aevaluar lo que hacemos y sabemos analizar la realidady la manera como podemos actuar en ella.

Esto significa que el crecimiento personal es uncompromiso que sólo es posible si se nutre con el aguadel propio pozo, el agua que nace del manantial in-terior. Es decir, tu manantial interior alimenta el pozode tus cualidades, de tus potencialidades y hace quebrote al exterior el rostro positivo de tu corazón.Detengámonos ahora un poco en tus potenciales...

Tengo muchas cualidades y, tal vez nunca he hecho unacosecha de lo positivo:

1. ¿Cuáles son esas cualidades que más valoro en mimismo/a?

2. ¿Cuáles son las que me dicen con mayor frecuencia,aunque me cueste aceptarlas?

3. ¿Cuáles me hacen sentir gozo, gusto por tenerlas?

Algunas ocurrencias para autoevaluarme

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Ahora te preguntarás, ¿y qué es esa ocurrenciadel manantial? Pues bien, tu manantial es aquello quehay en ti que es inalterable, inagotable, lo que te sacaen los momentos más difíciles, lo que te da másintimidad. Si entras en tu manantial, encontrarás,además de tu máximo potencial, fundamentalmenteotras dos realidades que seguramente pasan desaper-cibidas en lo ordinario de tu vida: la conciencia y elagua viva.

En primer lugar, en el manantial que te identificaencuentras una voz que es la voz de tu ser que estácreciendo, una voz que te señala lo que te hace bien, loque te ayuda a ser veraz, lo que te empuja a la integra-ción, y a la vez te lleva a generar el bien, la veracidad,la integridad... Esto es tu conciencia. Por otra parte, enese manantial, encuentras también un agua viva, quees la presencia actuante y transformante de Dios mismoen el fondo más íntimo de ti.

Este doble descubrimiento te hace capaz de tomaren serio tu vida y de darte cuenta cómo en la vidamisma, en tu propia vida está inscrito, en lo más hondodel manantial, algo que tiene que ver con la solidaridad,

El empuje de nuestra positividad

4. ¿Cuáles me han causado dificultades?

Lo más importante es conocer mis fuerzas internas personalesque alimentan ese cúmulo de cualidades.

5. ¿Qué fuerzas mías nunca me abandonan sino que me hanhecho salir de las situaciones difíciles?

6. ¿Qué es eso que me da más intimidad, más identidad, mássentido?

Las enumero, porque por ahí ha de estar mi manantial...

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1.¿Qué produce en mí saber que en mi interior tengo todala energía vital que me permite mi propia realización y elcompromiso con la realidad?

2.Hasta ahora no sé qué idea tenía de lo que era conciencia.Pero ¿me entusiasma conocer y dejar oír esa voz de miser que está creciendo?

3.¿Me da gusto escuchar lo que me dice lo más hondo mío?¿Lo he escuchado alguna vez?

4.¿Sé distinguir esa conciencia de un montón de normas yde prescripciones que me han sido impuestas? ¿Cómo lasdiferencio?

5.¿Cómo me resuena eso de que Dios mismo está en el fondomás íntimo de mi mismo/a?

6.¿He notado dentro de mí algo que tiene que ver con lapreocupación por los demás, con el deseo de ser mejor, deser más solidaria, más solidario?

algo que hace referencia a la metáfora del agua y delpozo: el agua no sirve para sí misma, es para las otrasrealidades, para las demás personas. Y en estedescubrimiento también Ignacio nos precedió con suinvitación -leída en nuestro tiempo- de ser personaspara los demás.

Algunas ocurrencias para autoevaluarme

37

CAPÍTULO 4

Las experienciasdel pozo

Probablemente ahora, al igual que lo hicistecuando hablábamos del peso de la herida, te estaráspreguntando: ¿y cómo sabe uno eso? Pues porquetambién hay unos síntomas, unos indicadores que dejanver tu propio pozo, tu propio manantial y, sobre todo,que hacen que se te note que vives más desde este ladode tu corazón.

Potenciar la positividad y hacer crecer cada vezmás el pozo se te nota en el compromiso con tu procesocontinuo de crecimiento -discernimiento y análisis dela realidad personal e histórica-, en la capacidad deauto criticarte constructivamente, en la capacidad paratomar decisiones, en la libertad, en las relaciones, enla aceptación de la crítica externa como camino de cre-cimiento, en la ausencia de miedos psicológicos, en elmanejo de la culpa sana, responsable y fecunda -laque lleva a reconocer errores e intentar repararlos-,

Las experiencias del pozo

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en las reacciones proporcionadas a las realidades pre-sentes, en la disminución del empleo de los mecanis-mos de defensa, en la ausencia de comportamientocompulsivo y en la posibilidad de tener la imagen delDios de Jesús.4

También se manifiesta tu pozo, la fuerza quebrota de tu manantial, la riqueza de tu positividad enla autoestima positiva, la conciencia solidaria y elcomportamiento ético. En estos tres indicadores -quede alguna manera recogen también los anteriores-queremos centrarnos y llamar tu atención. Tambiénaquí, inspirados por uno de los aspectos que Ignaciode Loyola captó y quiso transmitirnos: la historia tieneunas estructuras que deben ser modificadas paracambiarle el rostro al mundo; pero esto se hace,trabajando al mismo tiempo, desde las honduras delas vidas humanas particulares.

La autoestima positiva

Iniciemos reflexionando sobre la autoestimapositiva. Vimos anteriormente cómo la estima personalpuede tener extremos -por exceso o por defecto- que eranindicadores de baja estima. La adecuada estima personal,la autovaloración y aceptación personal positiva, por elcontrario, está marcada por el equilibrio que brota de lapercepción objetiva de ti mismo/a y de las demás personas.Valorarte objetivamente y valorar objetivamente a losotros significa aceptarte y aceptar a los demás comopersonas con dos rostros en su corazón: un rostro heridoy un rostro de potencialidades.

Es decir, cuatro elementos definen tu adecuadaestima: uno, saber reconocer y valorar tus cualidades,ser consciente de ellas para potenciarlas, para ponerlas

4 Queremosanotar acá que

de igual maneraque nuestras

compulsionesnos creanimágenes

distorsionadasde Dios, el

encuentro con lomás profundo denosotros mismos

nos permitedescubrir y

relacionarnoscon el Dios que

nos reveló Jesús:un Dios alegre,misericordioso,

que amaincondicio-

nalmente,gratuito,

solidario,cercano, que se

dejaexperimentar,que invita a la

libertad y laconfianza...

39

a funcionar en el mundo para el bien de todos; dos saberreconocer tus fragilidades -defectos-, aceptándolas comoparte integral de ti mismo/a, pero haciendo un compromisocontinuo de crecimiento; tres, tener facilidad para reco-nocer, celebrar y nutrirte de las cualidades de los demás;y cuatro, tener capacidad de aguantar las limitaciones ydefectos de los que te rodean; sobre todo, tener capacidadde aceptarlos y acogerlos sin exigirles que cambien comocondición para ello. En este cuadrilátero está un barómetrocertero de tu buena estima, de tu autoestima positiva.

1. ¿Cómo reconozco con tranquilidad todo lo bueno que soy,mis cualidades?

2. ¿Cómo no uso mis defectos como coartadas para seguircon un patrón de conducta negativo?

3. Pongo algunos ejemplos de que celebro -sin adular- apersonas cercanas...

4. ¿Cuánto aprendo de las demás personas?

5. ¿Cómo este aprendizaje me ha reportado nuevas posturasen mi vida?

6. Pongo también ejemplos de mi aguante con personasdifíciles, pero que no me rebaja en mi estima...

7. ¿En cuál de las esquinas del cuadrilátero de la buenaestima me siento más fuerte? ¿En cuál más débil?

Cuando tus maneras de comportarte brotan de tumanantial, porque has aprendido a reconocer tu pozo yhas aprendido a beber de él, tu estima personal empieza amanifestarse en actitudes explícitas de compromisocontigo mismo/a y con los demás: trabajas equilibra-damente sabiendo descansar y sabes construir el amor.Esto, además, también es signo de tu salud psíquica.

Las experiencias del pozo

Algunas ocurrencias para autoevaluarme

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Saber trabajar. Es indiscutible que el trabajo nosconstituye como personas humanas; pero es indiscuti-ble también que saber trabajar no implica únicamente eldesempeñar una labor -aunque se haga con muchoesmero-, más aún en una sociedad que hace adictos altrabajo. Trabajar equilibradamente es tener la capacidadde hacer un trabajo creativo, y a la vez tener la posibilidadde reponer la propia fuerza de trabajo. Trabajar crea-tivamente es producir desde lo más íntimo de ti mismo/a,desde tu potencial, desde el sello que da a cada cosa elque brote de tu realidad más profunda, es lo que hace quelas cosas que haces lleven tu sello personal, eso que señalaque de alguna manera tú estás presente en ello. Reponerla fuerza de trabajo es darte el descanso y los nutrientesnecesarios en el ámbito físico, psíquico y espiritual, quete mantengan fresco, activo, entusiasmado, entusiasmada.

Construir el amor. Construir el amor es tener lacapacidad de establecer relaciones sanas, profundas,sólidas y duraderas. Es tener sensibilidad ante lasurgencias de las demás personas, especialmente las quemás sufren, las más débiles, las más desprotegidas, lasmás necesitadas... Es tener capacidad para dialogar,que no es lo mismo que proponer ideas, discutirlas yen el peor de los casos imponerlas. Es dialogar po-niéndote en los zapatos del otro, en su óptica, más aún,en la piel de la otra persona, en el sitio donde vive, pa-ra mirar desde su perspectiva y sentir lo que ella siente.Es ser capaz de permanecer en las relaciones aun en elconflicto, en la discrepancia. Se construye el amorcuando se tiene la capacidad de comprometerse con laotra persona con todo lo que implica la metáfora deuna construcción: planear, limpiar, esperar, poner cosasnuevas, aceptar lo que no se cambia, embellecer,insistir... Ahora bien, construir el amor sólo se puedehacer contando con las demás personas. Sólo si estás

41Las experiencias del pozo

1. ¿Tengo un proyecto personal que reviso con fre-cuencia?

2. ¿Hago evaluaciones de mi trabajo?

3. ¿Vivo con estrés?

4. ¿Cómo me nutro y descanso en el ámbito corporal,psicológico y espiritual?

5. ¿Me doy cuenta de que reparar mis fuerzas es unindicador de que amo la vida y que eso me capacita paraser más yo misma?

6. ¿Soy capaz de construir amor?

7. ¿Tengo amistades profundas y duraderas?

8. ¿Tengo amistades entre gente necesitada?

9. ¿Tengo experiencia de convivir alguna vez con losproblemas urgentes de las mayorías?

10. ¿Cómo está mi capacidad de reír, de generar buenambiente, de ser como un oasis para los demás?

11. ¿Sé mantenerme en las relaciones a pesar de que hayaconflictos, dificultades, diferencias?

12. ¿Cuándo de verdad me he puesto en los zapatos de losdemás?

en sintonía contigo y en solidaridad profunda con lasotras personas -especialmente con quienes necesitanmás- se puede constatar esta opción por construir lavida, por construir el amor.

Algunas ocurrencias para autoevaluarme

La conciencia solidaria

Pasemos ahora a otro de los frutos de este vivirdesde el propio pozo, otro de los indicadores de lapotencialidad del propio manantial: la conciencia

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solidaria. Ya decíamos que en el fondo de nuestromanantial encontramos el llamado profundo a lasolidaridad. Esta solidaridad, en cristiano, unifica losdos hallazgos de la parte positiva: la voz de laconciencia y la presencia de Dios.

Nos detuvimos a reflexionar sobre la concienciacomo esa voz de mi manantial que me empujaba haciael crecimiento personal. Pues bien, el primer gran frutode ese crecimiento es que emerja la conciencia, perouna conciencia solidaria.

Al ser la conciencia una voz que brota desde tumanantial y te invita a tomar una opción fundamentalde vivir, de crecer -aunque también existe la posibilidadcontraria: que no la escuches o no la acojas y entonces,optes por la muerte, por lo que te mata y mata tambiéna los demás-, se constituye en lo típico del ser humano,y por tanto es el gran patrón para discernir en el ámbitohumano. ¡Y en esto, nuevamente, reconocemos laenseñanza de San Ignacio!

Esto es lo que nosotros hemos presentado deforma metafórica al hablar del manantial y del agua:el agua es para saciar la sed, el manantial ofrece aguapara cada persona, pero sobre todo para dar de beber aquien tiene sed, para limpiar lo que está sucio, parahacer florecer lo que está seco.

Todo esto significa que, en el descubrimiento detu manantial, puedes palpar de una sola vez, de manerasimbólica, el contenido interpersonal y la responsa-bilidad histórica, no como algo ideológico sino comoalgo que está en el corazón de tu misma identidad.Esto te da la posibilidad de tener siempre un reguladorinterno, que te evite caer en los egocentrismos, funda-

43

mentalismos, racismos e individualismos tan típicosde nuestra hora, y te sirva como criterio de discerni-miento humano.

Ahora bien, la conciencia, que brota del manantial,necesita de otros aspectos para nutrirse y para poder actuarcorrectamente. El primer gran trabajo, insistíamos, eshacer que emerja la conciencia y en ella la llamada a lasolidaridad. Pero una vez que esta conciencia ha emergido,es necesario formarla e informarla.

Se forma de cara a los valores, y en contra de losanti valores de este sistema. Esos valores tienen queformarse a partir del descubrimiento o del darse cuentade que la conciencia es un quicio discernidor: esto mehace bien, esto me hace mal, que descubre prontamente-porque es manantial y porque lleva agua- que lo que mehace bien, dado que nuestro ser es relacional, es porqueles hace también bien a las demás personas, sobre todo alas que están en más necesidad.

Si la conciencia no emerge, toda la formaciónen supuestos valores va a ser siempre en tono de adoc-trinamiento, de imposición, de voluntarismo... Si sequiere, de riesgos de ideologizaciones improductivas.De aquí, que sea el requisito para poder captar losvalores más universales. Esos valores más universalesestarían concretados en la carta de los Derechos de laHumanidad y en documentos similares, en cuanto sonprincipios universales inalienables, aceptados por lamayoría de las culturas, y que garantizan la dignidad,el respeto y la convivencia armónica para toda la hu-manidad.

Estos derechos humanos podemos desdoblarlosen derechos económicos y sociales: es decir, todo lo

Las experiencias del pozo

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1. ¿Qué cosas para mí son valores? Hago la lista...

2. Y ¿qué serían los contra valores? Hago la lista...

3. ¿Qué es lo que diferencia unos de los otros?

4. ¿Cómo haría yo para presentar a otras personas esosvalores y para que se viviera de acuerdo con ellos?

5. ¿De qué valores carece más la gente en mi país, el gobierno,la iglesia?

6. Investigo cuáles son esos valores de la Carta de Derechosde la Humanidad.

7. ¿Cuáles serían en mi país: valores étnicos, valores degénero, valores religiosos...?

8. ¿Cómo tienen que respetarse unos a otros?

que habla de las necesidades básicas y bienestar;derechos individuales: libertad de conciencia, deexpresión, de vivencia de la fe; derechos civiles ypolíticos: la participación en los procesos sociales yla generación de la sociedad civil; derechos ambien-tales: el desarrollo y medio ambiente sano, libre depolución y destrucción; derechos de los pueblos: laidentidad étnica y las culturas, la propiedad de susrecursos; y derecho de las minorías: de género, deetnia, de minusvalía física, psíquica o intelectual, deenfermedad terminal, de inmigrantes.

Sólo si se forma primero en los valores másuniversales, se puede ir después descendiendo a laformación en valores más particulares de género,étnicos, religiosos, nacionales, políticos, culturales, etc.El proceso inverso no tiene igual suerte porque setiende a absolutizar lo más inmediato.

Algunas ocurrencias para autoevaluarme

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Ya decíamos que la conciencia, además de formarla,hay que informarla. El proceso de formación de laconciencia supone una continua información en lasciencias humanas y en las ciencias en general. Áreas muyvitales en la necesidad de la información de la concienciason: la biología, la psicología -especialmente en loreferente a la sexualidad y las relaciones humanas- y lasciencias sociales; todas ellas vehiculadas ahora, por lainformática y la cibernética.

Esta información implica lo anterior, es decir, laemergencia de la conciencia y la formación en los valores,para que los dictámenes de la ciencia y de la técnica puedanser cribados desde esa perspectiva, puesto que todo loque postulan las ciencias y las técnicas en boga no colaboranecesariamente a la humanización.

Ahora bien, esa solidaridad, esa búsqueda de losvalores más universales, no puede quedarse en unaabstracción. Se debe traducir en un tomar partido por losnuevos movimientos sociales, y en defender los derechoshumanos, pero desde la perspectiva de las víctimas. Enla actualidad, desafortunadamente, varias de esas mismasorganizaciones dedicadas supuestamente a la defensa yprotección de los derechos humanos han servido parajustificar, muchas veces, las violaciones estatales.5

Por tanto, los derechos humanos deben con-vertirse en derechos de las víctimas, teniendo en cuen-

Las experiencias del pozo

9. ¿Qué los constituye en valores?

10. ¿Por qué, por ejemplo, es condenable el tratoa la mujer en algunas sociedades, aunque su culturalo prescriba así?

5 El nuevosistemaeconómicointernacional hacreado una crisissin precedentesen materia dederechoshumanos. Seviolan losderechos de lospobres a laalimentación, alos cuidadosmédicos básicos,a la educaciónprimaria. Másaún, lo que espeor, hoy losEstados y lasfuerzaseconómicasconstruyen unapráctica quejustifica laviolación de losderechoshumanos,supuestamentesiendo, en susideales,«abanderados delos derechoshumanos».Quienes seoponen a losderechoshumanosintentanapropiarse deellos y deldiscurso deellos. ¡Esa es laparadoja!

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ta que lo que es derecho de la otra persona se con-vierte en deber de todos para con todos. Esto implicacomprometerse con la devolución de los derechoshumanos a las víctimas, desde ciertas medidas con-cretas: son válidos los debates sobre derechos huma-nos y particularidades culturales, pero es más impor-tante referirse a procesos concretos de tipo social, cul-tural y político, donde las personas excluidas de todaíndole sean la preocupación principal. Por tanto, lasluchas de la sociedad civil y de los movimientos so-ciales harán más comprensivo el conjunto de losderechos humanos, y la efectividad de esos dependeráde cómo cada sociedad en particular los relacione conlas propias historias de resistencia a todo tipo de inhu-manidad.

Por todo lo anterior, el empeño adecuado de uneducador debe ser permitirse que surja esta conciencia,que emerja, precisamente, del proceso de ahondamientoen su propio ser, contrastado concomitantemente conuna experiencia del dolor humano e histórico, que setraduzca en una solidaridad afectiva y efectiva con losnuevos movimientos sociales desde la perspectiva delas víctimas. ¡Nuevamente resaltamos lo que ya habíacaptado Ignacio de Loyola: la necesidad de cambiarlas estructuras desde el corazón mismo de las personas!

47

1. ¿Siento que me queda grande todo esto a mí?

2. ¿Qué significa que no me importen tanto estas cosas?

3. ¿Cuál puede ser la causa de que a muchas personas lesinterese poco todo esto?

4. ¿Cuáles son las consecuencias de que la gente no sepreocupe por todos estos temas?

5. ¿Será que estamos tan mal en nuestro país porque todoesto no importa realmente?

6. ¿Qué debería hacerse para que esto cambiara?

Las experiencias del pozo

El comportamiento ético

Hasta aquí, lo que te hemos dicho hace referenciaa cómo la experiencia de vivir desde tu pozo, desde tupositividad, se manifestará en tu autoestima positiva y entu conciencia solidaria, que debe concretarse en abanderarlos derechos de las víctimas. Pues bien, esto se constituyeen el núcleo de tu ética, de tu comportamiento ético.

Podríamos decir que el comportamiento ético esel modo usual de comportarse de una persona, desdeel punto de vista de las actitudes, las disposiciones, ylos hábitos; un comportamiento ético que se ha con-figurado desde las opciones fundamentales que se hanhecho. Es decir, cuando te encuentras con tu manantial,y escoges la invitación a optar por la vida que te empujadesde él, empiezas a vivir desde tu propio pozo y, en-tonces, tu modo de actuar, tu comportamiento éticoestá constituido por una ética económica, una éticapolítica, una ética sexual y una ética pedagógica quese construyen desde tu estima personal y tu conciencia

Algunas ocurrencias para autoevaluarme

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solidaria -desde tu opción por los derechos de lasvíctimas-, y te llevan a una responsabilidad explícitacon la modificación del sistema establecido.

¡Seguramente ahora te estarás preguntando: ¿yqué es esa ocurrencia de ética económica, política,sexual y ética pedagógica?!

Como te decíamos anteriormente, la concienciasolidaria no puede quedarse en una abstracción sinoque tiene que traducirse en un tomar partido por...También te decíamos que los aportes de la psicología,la biología y las ciencias sociales son las mayoresurgencias del momento en cuanto a la formación de laconciencia. Por tanto, son también las principales áreasen donde pueden manifestarse, ahora, los efectos deuna conciencia solidaria, formada e informada.

Detengámonos un poco en esos elementos de laciencia que informan y forman nuestra conciencia enestos aspectos y que nos señalan concrecioneshistóricas en el modo de modificar las estructuras. ¡Noen vano San Ignacio resaltó la necesidad del discerni-miento, del análisis de la realidad personal e histórica,como medio para ir descubriendo cada día quién soy,qué sentido tiene mi vida, cuál es mi aporte a la his-toria, de forma tal que se traduzca en modos concretosde ser y de actuar!

Ética económica. Desde la ciencia económica,hay tres principios que deben marcar el norte de laactuación ética: el principio de la solidaridad, el prin-cipio del destino universal de los bienes, y el principiode la producción de la riqueza en forma justa.

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El principio de solidaridad es el eje de toda laactuación ética. Es decir, todo ser humano es corres-ponsal del bien de los demás y, por tanto, tiene que serun buscador de las formas asociativas por las cualesse realiza ese bien. Ya nos lo decía el Vaticano II: lapersona «no debe tener las cosas exteriores, que legí-timamente posee, como exclusivamente suyas, sinotambién como comunes, en el sentido de que no leaproveche a él solamente sino también a los demás»(GS 69).

En cuanto al principio del destino universal delos bienes económicos, es evidente que toda personatiene la obligación de contribuir al bien común, y estose concretiza por medio de los impuestos. Según ladoctrina de la Mater et Magistra, la exigencia funda-mental de todo sistema tributario justo y equitativo esque las cargas se adapten a la capacidad económica delos ciudadanos. Por eso, hay que impulsar una forma-ción ética de signo social, superando los planteamien-tos de una ética meramente individualista, y hay quereorientar en ese sentido, la psicología del contri-buyente, sobre todo en nuestros países, donde somosmuy reacios a los impuestos.

Por último, el principio de que se genere lariqueza de una forma justa, que no es otra cosa que lainsistencia en el precio justo y el salario justo, y quetienen que ser consecuencia efectiva de una éticaeconómica que brota de la emergencia de la concienciasolidaria de las personas.

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1. ¿Sabías tú que los países más desarrollados del mundoson aquellos en donde las personas pagan más impuestos?

2. ¿Cuáles son las excusas para evadir impuestos? ¿Teparecen justificables?

3. ¿Qué se debería hacer en todo ello? ¿Cuál es la soluciónque se te ocurre?

4. ¿Ves la diferencia entre salario oficial y «salario justo»?¿Qué debe abarcar un salario justo?

5. ¿Y qué debe considerarse como un «precio justo»? ¿Sólolas leyes de la oferta y la demanda?

Ética política. La ética política debe partir de laconsideración de que la comunidad política adquiere másrelevancia por la real insuficiencia de la comunidadcivil: los grupos menores -familias, clases- son impo-tentes para alcanzar el bien común, necesario para eldesarrollo de los individuos y los grupos (GS 74).

Además, debe tener en cuenta que cualquierforma de poder necesita ser controlada para no caer enla arbitrariedad ni en el absolutismo. Por tanto, hoy senecesita más que nunca de una vibrante sociedad civil.De ahí se desprende el primer principio de ética polí-tica: realizar acciones que robustezcan la sociedadcivil.

En este sentido, la sociedad civil se encuentraentre el Estado y el individuo; su papel es el de expan-sionar el espacio de la gente. Por ejemplo, las priva-tizaciones tienen sus bondades; pero, en el fondo, lasinstituciones privadas no pueden tener la visión globalde igualdad para todas las personas sino que las ven-

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tajas siguen siendo para quienes son más ricas y po-derosas. Y aquí, otro principio importante: es necesarioque la ética política se plantee desde y para una pers-pectiva integradora.

Pero estas dos condiciones anteriores no sonposibles si no se tiene como punto de referencia elrespeto a los individuos y la necesaria consensualidad,como parámetro de una «salud» política.

Desde este punto de vista podemos puntualizaralgunos criterios que deben apuntalar la ética política.Se basan en una serie de obligaciones para quienesejercen el poder y para quienes son súbditos en lainstitución: el deber de información compleja delciudadano -es decir, procurar una información alter-nativa-, el deber de la manifestación, el deber del voto,y el deber de la contestación. Eso sí, todos estos deberestienen que darse dentro de un marco jurídico dondesean las instituciones democráticas las que velen porun orden jurídico más justo, y donde la solidaridad delos ciudadanos se encargue de que se haga mejor lajusticia.

Para esto, el marco de la democracia parti-cipativa se hace condición de posibilidad del ejerciciosano de una ética política. En ese sentido, se requiereque la democracia tenga como núcleo la defensa yexpresión de la autonomía humana en una doble for-ma: participación en el proceso de toma de decisionese incidencia en la decisión final. Esta democracia seexpresa en una convivencia social en la que no hayaagresión al congénere, haya comunicación y capacidadde interactuar, sea posible decidir en grupo, se dé elcuidado personal y del entorno y, finalmente, hayavaloración del saber social.

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Ética sexual. La sexualidad -en su dimensiónfísica, afectiva y social- es uno de los ámbitos másnotorios en donde se realizan los compromisoshumanos éticos. Tiene una fuerza insospechada, ya quees la fuerza más vital con la que contamos las personas.Además, incide necesariamente en todas las demásáreas y siempre de manera muy íntima.

Si la ética sexual no está bien establecida, sepropicia un sinnúmero de quebrantamientos a losderechos más sagrados de las personas, pues es elámbito sexual en donde se refleja ampliamente lapersona con los dos rostros de su corazón: su mundovulnerado, y su pozo y manantial.

Podríamos decir que la ética sexual debe estarapuntalada -apoyándonos y ampliando el modelo quetradicionalmente se le atribuye como principios a labioética- en cinco criterios fundamentales: la inter-disciplinaridad, la autonomía, la no-maleficencia, labeneficencia y la justicia.

El criterio de la interdisciplinaridad hace re-ferencia a la necesidad de consultar a los expertos de

1. ¿Me siento yo también responsable de lo que pasa a nivelpolítico o creo que la política es sólo para los políticos?

2. ¿Qué tipo de acciones me parece que debería yo asumir?

3. ¿Conozco que tengo derechos en muchos niveles, aunderechos de consumidor, que tal vez nunca ejerzo?

4. ¿Qué responsabilidad política descubro en la carrera enla que me estoy formando?

Algunas ocurrencias para autoevaluarme

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otras ramas del saber humano y también con personascon despierto sentido común para dialogar racio-nalmente sobre los problemas sexuales -y genitales-más controversiales y difíciles, y así tratar de resolverlas más intrincadas cuestiones concretas que pudieranpresentarse: como el aborto, las relaciones prematri-moniales, las relaciones extramatrimoniales, las aven-turas sexuales, la masturbación, la soledad y el aisla-miento, las relaciones esporádicas y las relaciones deintimidad, etc.

El criterio de la autonomía pone de manifiesto lanecesidad de establecer consigo mismo, con los otros,con el entorno y con Dios, relaciones libres, en las que nohaya imposiciones violentas bajo ninguna fórmula dechantaje. Por el contrario, que genere libertad palpable.

El principio de no-maleficencia exige que elejercicio y la actividad sexual no hagan daño a nadie-ni siquiera a la persona que la ejerce en la totalidad de símismo-, sin descuidar ningún aspecto, especialmentesus opciones de vida.

El principio de beneficencia implica que, por elcontrario, haga bien, que la relación sea benéfica, nutrientee integradora para las personas implicadas, que las hagacrecer, sobre todo en su identidad profunda, en sumanantial.

Finalmente, el principio de justicia significa quese guarde la equidad y la justicia interpersonal. Todaactividad sexual que crea una distancia entre dos perso-nas o que deja a una -o a ambas, o a otras- con dolor,vergüenza, culpa o resentimiento ¡es un fracaso y unaperversión, aunque todos los montajes anatómicos legalesfuesen aparentemente «normales»!

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Ética Pedagógica. Fe y Alegría como Movi-miento de Educación Popular Integral tiene comointencionalidad un efecto político: el empoderamientode la persona para que ésta pueda transformar su mundomarcado por las injusticias, el desequilibrio y ladesigualdad. En este sentido entrega a sus educadores

1. ¿Puedo superar en esto de la ética sexual, el fijarme másen los actos que puedo juzgar como pecaminosos, que enlas actitudes?

2. ¿Me doy cuenta de que esos principios de beneficencia,no-maleficencia y sobre todo de justicia, deben observarseen todas las relaciones sexuales?

3. ¿En qué noto que la sexualidad es una fuerza decomunicación? ¿Cómo pondría ejemplos de mi propiavida, en este respecto?

Estos criterios son fundamentales a la hora deevaluar la ética sexual, las actitudes y los compor-tamientos sexuales en general. Pero también, al mo-mento de revisar, es necesario añadir la iluminacióncristiana, es decir, además de lo que ya dice la moral,hay que desentrañar lo que dice la Palabra de Dios-pero no con una lectura ingenua o fundamentalista-y rescatar lo de verdadero que dice la tradición. Todoesto, desde lo que acontece en la persona concreta.6

Todo lo anterior significa que la ética sexual debeapoyarse en la concepción de la sexualidad como unafuerza de comunicación que nos empuja a las relacionesarmónicas con nosotros mismos, con las demáspersonas, con el entorno y con Dios, y que va más allá-¡mucho más allá!- de la simple relación genital.6 No hay que

olvidar lo muchoque la Iglesia ha

desvirtuado elsentido de la

moral sexual,centrándose noen la sustancia

de las relacionessino sólo en la

forma, sólo en elacto mismo, ypor eso se ha

interesadopreguntado:

¿Quién hace?¿Qué hace?

¿Con quién?¿En qué

circunstancias?...en lugar de

cuestionarse porlas cualidades dela honestidad, el

afecto y elrespeto en las

relacionessexuales y de la

sexualidad engeneral.

55Las experiencias del pozo

un norte claro: la disposición por la construcción deuna sociedad, sin excluidos, donde exista la posibilidady la oportunidad de una vida digna para todos y todas.

Cuando hablamos de ética pedagógica, nosestamos refiriendo a la voluntad de trabajo individualy colectiva, responsablemente asumida, basada enprincipios y contenidos, como el respeto radical a lapersona del educando, la solidaridad afectiva y efectivaen el desarrollo de sus procesos cognitivos y afectivos,la credibilidad en sus potencialidades, la ternura y elamor como virtudes indispensables en las relacionesinterpersonales; el propósito por la construcción realy permanente de una democracia vivida desde elinterior de los espacios educativos.

Estos contenidos tienen que ser traducidos enuna metodología, como eje fundamental donde estoscontenidos se pongan en marcha: el esfuerzo porrechazar el poder excluyente y opresor en todas susformas y en cualquier ámbito educativo en el que ésteexista; y el compromiso de no convertir a la personadel educando en un medio para ningún proceso.

La ética pedagógica implica una triple cons-trucción: al interior del propio educador, que lo con-vertirá en gestor de una nueva propuesta de vida y comosujeto en permanente construcción; en segundo lugar,como formador de valores desde su propio ser comoeducador, desde su ser modélico; y, por supuesto, entercer lugar, desde una acción transformadora de losmicro y macro espacios.

Una ética pedagógica requiere de una metodo-logía en donde la vivencia de valores sea una constanteque impregne los modos de pensar y actuar de los que

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participan en el hecho educativo. Esto supone la con-ciencia de los valores y la traducción pedagógica entodos los espacios educativos: el respeto a la personadel educando, a su dignidad, a la no discriminación,el respeto a la cultura, a su religiosidad, a su medioambiente, etc.

Compartimos cuatro elementos cualitativos quedan consistencia a una ética pedagógica, desde loscuales se podría evaluar nuestras prácticas educati-vas:

• Se construye el empoderamiento de la personadel educando en relación a su ser, el saber y eltener en sus diferentes ámbitos de vida (perso-nal, familiar, comunitario, etc.).

• Se parte de la realidad social, con una visiónintegral, y se hace necesario constantementerecontextualizar las prácticas educativas.

• Se utilizan métodos de mediación pedagógicaque construyen integralmente la personalidaddel educando y se distinguen por ser dialó-gicos, liberadores, participativos, construc-tivos y problematizadores.

• Se mantiene una actitud crítica y autocríticaorientada a analizar y juzgar con objetividadla realidad humana y social, así como su propiaacción educativa dentro de esa misma realidad.

57Las experiencias del pozo

1. ¿Cómo me capacito constantemente en conocer mejor lostemas que enseño, en manejar los principales aspectosteóricos y prácticos de la actual psicología educativa, enir construyéndome con una personalidad madura,sociable, que contagie actitudes de responsabilidad, derespeto, de empatía, de convivencia y comunidad?

2. ¿Esa práctica educativa está contribuyendo a latransformación de los educandos y comunidades conquienes trabajo?

3. ¿Qué tanto mis métodos de mediación pedagógicaposibilitan la construcción de la persona y la sociedadnueva, explícita en nuestro ideario?

4. ¿Cómo revitalizo mi experiencia religiosa y mi propiocompromiso?

5. ¿Qué tanto me siento interesado/a y comprometido/a coneso del empoderamiento y la transformación de la personay su contexto?

Algunas ocurrencias para autoevaluarme

Para ir cerrando este libro, te ofrecemos algu-nos indicadores de madurez personal desde los cualespodrías evaluar el fruto de tu proceso de autoconoci-miento y crecimiento humano:

• Si, como efecto de lo que en este proceso viven-ciaste, eres capaz, o por lo menos sientes eldeseo, de construir amor y vida...

• Si ya no reaccionas tan desproporcionadamentecomo antes, conoces tus compulsiones y lasmalas jugadas que te hacen, y quieres dejar tusdefensas y ser tú mismo/a...

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• Si has captado la estructura de tu cuerpo, quete aprisionaba, y comienzas a vivenciarlo deotro modo, empiezas a «estar» de una formadiferente...

• Si sabes aceptar tus limitaciones y has comen-zado a convivir con la contradicción intrínsecade la humanidad, eso de que hacemos el malque no queremos...

• Si el nivel de tu estima está creciendo, si aumen-ta tu capacidad de dialogar, de perdonar yperdonarte...

• Si se ha aumentado tu sentido del buen humor,y la capacidad de sonreír y de admirarte de laspersonas y de las cosas...

• Si gustas de la soledad y le sacas fruto a ella, locual no significa que no goces de la compañíade los demás...

• Si puedes ir construyendo amistades verdaderasy nutrientes de tu parte, y sabes comenzar arecibirlas con tranquilidad y gozo profundo...

• Si vas entendiendo que tu vida tiene que vercon la vida de los demás y, sobre todo, con lade los que más necesitan...

• Si en tu trabajo tienes el deseo de poner unagran creatividad que nace de ti mismo/a, y estetrabajo educativo tiene en cuenta los grandesretos de la historia...

• Si te has liberado de los fetiches de Dios y tehas abierto al Dios de la Vida...

• Si sientes que ha aumentado un excedentede ternura y suavidad en el modo de vivir...

59Las experiencias del pozo

¡Si esto está pasando en ti, es signo deque algo significativo se ha comenzado amodificar en tu vida!

Al final de este libro, tal vez te hayan quedadomuchas interrogantes. Lo que más nos interesa es quete haya quedado la inquietud por trabajarte a fondo,ya que, de no hacerlo, se producen consecuencias muynegativas para tu propia persona y para tu acción en lahistoria de nuestro país. Por el contrario, haciendo laexperiencia de conocerte -como nos invitó San Igna-cio- se drena tu dolor pasado, impidiendo que se causemás dolor, y, por otra parte, se potencian todas lasfuerzas más positivas que tienes, permitiéndote vivirdesde lo mejor de ti mismo/a.

En todo esto, vemos que aquellos aportes deIgnacio con los que él nos convidaba a descubrir losentresijos de las personas para hacerlas crecer einvitarlas a que cambiaran muchos de sus patrones decomportamiento, tienen bastante que ver con quecaptemos que el mundo tiene también sus estructurasque deben ser modificadas radicalmente y no sóloofrecer remiendos.

Ojalá que este fascículo te haya preparado a loque sigue en la ruta de este proceso de formación que,como dijimos al comienzo, más que nada es un mapapara que puedas llegar a ser más tú mismo, más túmisma...

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BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA

Bessing, M., Nogosek, R. y O’Leary, P. (2000). El Eneagrama. Uncamino hacia el autodescubrimiento. Narcea, 5ta ed., Madrid.

Cabarrús, Carlos Rafael, s.j. (2001). Cuaderno de Bitácora, paraacompañar caminantes. Desclée de Brouwer, 2da ed., Bilbao.

Cabarrús, Carlos Rafael, s.j. (1999). Orar tu propio sueño. UniversidadPontificia Comillas, 2da ed., Madrid.

De Mello, Anthony, S.J. (1990). La oración de la rana 1. Sal Terrae. 4ta

ed., Santander.

González Buelta, Benjamín, S.J. (2002). Orar en un mundo roto. Tiempode transfiguración. Sal Terrae, Santander.

Pérez Esclarín, Antonio (1998). Educar valores y el valor de educar.San Pablo, Caracas.

Pérez Esclarín, Antonio (2000). Para educar valores. Nuevas parábolas.San Pablo, Caracas.

Powell, Jhon (1998). La felicidad, una tarea interior. Sal Terrae,Santander.

Powell, Jhon (1993). Plenamente humano, plenamente vivo. Sal Terrae,Santander.

Powell, Jhon (1996). ¿Por qué temo decirte quién soy? Sal Terrae,Santander.

Riso, Don Richard (2002). Descubre tu perfil de personalidad en elEneagrama. Desclée de Brouwer, 5ta ed., Bilbao.

Rodríguez, I. y Salazar, Richard (2000). Encuentros de Fe con el Diosde la Alegría (Guía del Participante y manual para Facilitadores).Centro de Formación “Padre Joaquín” Fe y Alegría. Caracas.

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ÍNDICE

Presentación. 6

Introducción:La formación humana del educador. 9

CAPÍTULO 1El peso de la herida... 17

CAPÍTULO 2Los síntomas de la herida. 23

CAPÍTULO 3El empuje de nuestra positividad. 33

CAPÍTULO 4Las experiencias del pozo. 37

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA 61

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Al final de este fascículo, posiblemente, tehabrán quedado muchas interrogantes. Loque más nos interesa es que te haya nacidola inquietud por trabajarte a fondo, ya que,de no hacerlo, se producen consecuenciasmuy negativas para tu propia persona y paratu acción en la historia de nuestro país. Porel contrario, haciendo la experiencia de co-nocerte -como invitó San Ignacio-, se drenatu dolor pasado, impidiendo que se causemás dolor, y por otra parte, se potencian to-das las fuerzas más positivas que tienes,permitiéndote vivir desde lo mejor de tímismo.