cocaína en las calles de crevillente - hugo r.m
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Cocaína y Colombia son dos
palabras directamente relacionadas
en la mente de cualquier persona.
Los colombianos saben que al igual
que a un marroquí se le asocia con
el hachís o a un jamaicano con la
marihuana, fuera de su país sus
nombres y apellidos están ligados
quieran o no a esa droga tan exten-
dida en nuestro país. En la mayoría
de los casos son sólo estereotipos y
prejuicios, pero hay casos en los que
éstos se hacen realidad. Concreta-
mente en la ciudad de Crevillente,
Hugo R. M., colombiano de 23 años
afirma que aunque no le guste, cum-
ple todos los requisitos para hacer
realidad el estereotipo.
Pregunta: ¿Cuánto tiempo llevas
en España?
Respuesta: Estoy viviendo en
España desde hace tres años que
me vine desde Colombia. Vine con
mi novia y nos establecimos aquí en
Crevillente porque un amigo tam-
bién colombiano me había
conseguido un trabajo.
P: ¿Qué expectativas tenias en
España? ¿Trabajar o directamente
vender droga?
R: Claramente trabajar, como te
he dicho yo vine con un puesto de
trabajo aquí. Mi intención en ningún
momento era vender cocaína.
Estuve trabajando durante dos años
por diferentes pueblos de Alicante y
Murcia en la construcción, pero
hace un año y medio me echaron y
me quedé en el paro. Fue entonces
cuando empecé a vender cocaína.
P: ¿Por qué te decidiste a vender
droga? ¿No buscaste otro trabajo?
R: Por supuesto que intenté bus-
car otro empleo, pero me fue
imposible, estuve dos meses bus-
cando trabajo y no encontré nada.
Además con la miseria que cobraba
del paro no tenia suficiente para
mantener a mi familia. Tenía un
alquiler que pagar y una mujer y una
hija que alimentar, así que tras
mucho pensármelo llegué a la con-
clusión de que debía hacer algo
para conseguir dinero. Hay gente
que roba, yo no podría, por eso
vendo droga, no hago daño a nadie
y gano dinero.
P: ¿Cómo consigues la droga?
R: Simplemente sé quién trae
cocaína de Colombia. Yo no me
atrevería a traerme escondida en
una maleta, tengo muchas cosas que
perder. Conozco a personas que
traen grandes cantidades y les com-
pro a ellos cierta cantidad lo
suficientemente grande como para
que luego al cortarla y venderla al
“menudeo” me saque suficiente
dinero.
P: ¿Cortarla?
R: “Cortar” la cocaína significa
echarle otras sustancias con tal de
que la cantidad que tienes al princi-
pio aumente. Hay gente que le
hecha de todo, desde polvos de
talco, aspirinas picadas, o incluso
yeso. Hay que llevar mucho cuidado
con el “corte”, porqué si te pasas
echando algo puede ser muy peli-
groso. Yo suelo echar aspirina
infantil o algo por el estilo que no
afecte a la salud del que la consume,
en ese sentido no me la quiero jugar.
Lo que faltaba es que alguien
muriera por culpa de un “mal corte”.
P: El que consume ¿conoce estas
prácticas? ¿Sabe que se le echan
otras sustancias a la cocaína?
R: Pues supongo que algunos sí y
otros no, según la experiencia que
tengan con la droga. Por otra parte,
“cortar” la cocaína lo hace todo
aquel que la vende. Si por ejemplo
tú o cualquier otra persona que no
suele consumirla, te metieras una
raya de coca pura, probablemente
te daría un ataque al corazón.
Cuanto más pura es la droga más
peligrosa es a la hora de consumirla,
por eso además de aportar benefi-
cios, el “corte” hace que el
“subidón” de la cocaína sea inferior
y afecte menos a la salud del que la
tome.
P: ¿Tú consumes tu propia
droga?
R: No suelo hacerlo. Es decir, no
suelo consumir habitualmente. Lo
hice en su tiempo, y creo que ya
tuve suficiente. Además soy una per-
sona muy nerviosa y la cocaína es
una droga que no me sienta bien
porque me altera demasiado. Tam-
poco bebo alcohol, tan sólo fumo
hachís o marihuana, que son drogas
que me calman y me relajan.
Una de las cosas que he llegado
a aprender es que en este negocio
no debes jugar con tu propia mer-
cancía. Si quieres que la empresa
salga adelante, debes respetarte a ti
mismo y el producto que vendes.
P: ¿Consideras tu actividad cómo
un negocio?
R: ¿Lo dudas? Compro un pro-
ducto, lo vendo más caro y me llevo
un beneficio. Se puede decir que
soy un intermediario, hago que lle-
gue al consumidor final. Esto es un
negocio en el que si empiezas desde
cero tienes que buscarte tu propio
mercado. Yo me considero una
empresa, el único problema es que
el producto que vendo es ilegal, esta
prohibido.
P: Hablando de mercado, ¿hay
mucha clientela en la zona?
R: Eso depende. Esto ya te he
dicho que es una empresa, y la
empresa debe competir para conse-
guir más y mejores clientes. Uno
tiene que saber portarse bien con
sus clientes para que vuelvan y para
que sus amigos poco a poco tam-
bién vayan cambiando de
suministrador. No es fácil, pero si
sabes cómo hacerlo al final consi-
gues tener clientes habituales.
Además también tienes que saber
por donde tienes que moverte, yo
algunos fines de semana cojo el
coche y me voy a fiestas de discote-
cas como por ejemplo Central en
Almoradí o Revival en Los Montesi-
nos, zonas donde se consume
mucho. Se podría decir que el
cliente habitual te busca, pero si
quieres hacer dinero tienes que ser
tu mismo el que busque nuevos
clientes.
P: ¿Entonces se podría decir que
es un trabajo a jornada completa?
R: (risas) No exactamente, pero
más o menos. Se puede decir que
trabajo a jornada completa los fines
de semana. De lunes a jueves hay
clientela, pero no hay ni compara-
ción con lo que se vende en fin de
semana. Se podría decir que es un
80 % fin de semana, y un 20 % de
a Gordo. crevillente
sociedadFebrero de 2009Vinalopó latino1
“Tengo mi puesto detrabajo, vendo cocaínaen parques y parkings”
La cocaína en polvo, el
clorhidrato de cocaína, es la
segunda droga más consumidatanto en españa como eneuropa
El 10,4% de la población
española de entre 15 y 34 añosadmite haber probado la cocaínaalguna vez
En España, el consumo de
cocaína tiene generalmente un
carácter esporádico
Entre los españoles de 15 a 64
años de edad, la prevalenciaanual de consumo de cocaínaen polvo ha aumentado claramente
en los últimos años: desde el 1,6%en 1999, hasta el 3% en 2005
La mayoría de los
consumidores de cocaína son
también consumidores de otrassustancias, fundamentalmentealcohol, tabaco y cannabis, pero
también anfetaminas, éxtasis,
benzodiazepinas y alucinógenos
Fuente: INE
Los datos de La cocaína
Hugo R. M .a pesar de no estar orgulloso de ello se dedica a vender droga para subsistir y los parques son su “puesto de trabajo”. En la fotografía de menor tamaño Hugo muestra una pequeña cantidad de cocaina preparada para su venta . FOTO/ ALEJANDRO GORDO
“Vine a España con puestode trabajo. En ningúnmomento mi intención eravender cocaína”
“Me despidieron y mequedé en el paro. Fueentonces cuando empecéa vender”
Hugo R. M. es colombiano, vive en Crevillente y desde hace un año y
medio está en el paro. Aunque no esté orgulloso de ello, para alimentar
a su familia recurre se dedica a la venta al “menudeo” de cocaína
lunes a viernes. De todas maneras
sea el día que sea lo peor es que
debo de estar continuamente pen-
diente del teléfono por si acaso
alguien necesita algo. Y en este
negocio lo que no hay son horarios,
la tienda debe estar abierta las 24
horas. Eso es lo peor.
P: Los horarios dices que es lo
peor de tu actividad. ¿Y que consi-
deras que es lo mejor?
R: Lo mejor, son los beneficios
que puedes llegar a conseguir si das
los pasos correctos. Si no se consi-
guiera ganar dinero rápido y
fácilmente poca gente se dedicaría a
esto.
El dinero que puedes conseguir
en un mes es mucho mayor que el
de cualquier trabajador de la cons-
trucción. Por decirte una cifra,
desde que empecé a vender, todos
los meses he ganado cómo mínimo
unos 1.500 euros limpios de benefi-
cio.
Pero yo porque voy con calma y
2Febrero de 2009 Vinalopó latino
no soy avaricioso. Conozco a gente
que se dedica exclusivamente a ven-
der droga. En Alicante por ejemplo
hay muchos gitanos que lo hacen
así. Viven en chabolas y dicen que
venden chatarra y luego pasan por el
centro con coches Mercedes o Audi
y llenos de joyas. La gente y la poli-
cía por miedo o dejadez no lo saben
o no lo quieren saber, pero esos son
los que mueven cualquier droga por
toda la provincia.
P: En un “negocio” así, ¿suele
haber mucha competencia?
R: Como en todo. En el mundo
de la droga hay gente que mueve
mucho dinero y todos quieren más y
más. Es un mundo de egoístas y ava-
riciosos. Por suerte en Crevillente en
mi “sector” no tengo demasiada
competencia, hay quien vende coca-
ína pero lo que más se vende es
hachís. Aquí hay mucha población
marroquí y la mayoría se dedica a
vender hachís por que se puede
decir que ese es su producto nacio-
nal (risas). Ellos son quienes lo
hacen, lo traen y lo venden aquí. Por
eso mismo no tengo mucha compe-
tencia, porque casi todo el mundo
vende hachís.
Además tengo la ventaja de ser
uno de los pocos colombianos de la
zona que vende, y eso quizás es una
gran ventaja. Sólo por el hecho de
ser colombiano la gente te llama
más que por ejemplo a un español.
Además mi cocaína es la mejor de la
zona (risas).
P: Existe el estereotipo del
colombiano que viene a España a
vender cocaína, ¿eres consciente de
que eso perjudica a la imagen de
Colombia?
R: Ya lo sé que la cocaína perju-
dica la imagen de Colombia. Pero,
¿la gente se cree que vendemos
droga por placer o que? A mi no me
gusta tener que estar vendiendo
droga para dar de comer a mi fami-
lia. Me estoy arriesgando a ir la cár-
cel o a que algún fin de semana me
peguen una paliza y me lo quiten
todo. Pero si yo tuviera trabajo, no
vendería cocaína. Prefiero ganarme
la vida honradamente.
Mi madre está en Colombia, tú
que te crees, ¿qué ella se sentiría
orgullosa de verme vendiendo? Ella
no lo sabe, y ni quiero que lo sepa.
Llevo aquí tres años y la pasada navi-
dad vino a España por primera vez
para conocer a su nieta y apagué el
móvil durante toda la semana que
estuvo aquí. Ningún trapicheo en
toda la semana. Sería una deshonra
para mi familia si supieran que estoy
haciendo esto.
P: Ante la situación del sector de
la construcción, ¿Cuáles son tus
expectativas laborales de futuro?
R: Pues ojalá encontrase un buen
trabajo pero cada día que pasa veo
que es más difícil. Día a día veo
como más amigos, vecinos o cono-
cidos se están quedando sin trabajo
y me siento más pesimista que
nunca. A veces incluso he pensado
en la opción de volver a Colombia
pero cuando hablo con mi familia
de allí siempre me dicen que las
cosas están incluso peor que aquí.
Allí no hay trabajo y las condiciones
de vida son peores que aquí. En
Colombia tendría menos opciones a
la hora de buscarme la vida para
conseguir dinero, y sería mucho más
peligroso.
Por el momento debo seguir con
lo que estoy haciendo, por que no
me queda otra. Estoy consiguiendo
que mi mujer y mi hija vivan digna-
mente y que no les falte de nada.
Comemos lo que queremos, mi hija
va a una buena guardería y mi mujer
si quiere puede ir a la peluquería.
Somos una familia normal y
corriente de clase media y cada
noche antes de dormir rezo para
que así siga siendo durante mucho
tiempo.
Hugo R. M .a pesar de no estar orgulloso de ello se dedica a vender droga para subsistir y los parques son su “puesto de trabajo”. En la fotografía de menor tamaño Hugo muestra una pequeña cantidad de cocaina preparada para su venta . FOTO/ ALEJANDRO GORDO
“Sólo por el hecho de sercolombiano la gente tellama más que porejemplo a un español”
“Mi madre no sabe lo quehago. Sería una deshonrapara mi familia si supieranque estoy vendiendo”
“Compro un producto, lovendo más caro y mellevo un beneficio. Soy unintermediario”
“El cliente habitual tebusca, pero para hacerdinero tienes buscar tumismo nuevos clientes”