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recreaban, con romanticismo,pn la intimidad. Así, 10 ciertoes que la obra del gran desco-nocido a la hora. de la muerte,voló de boca en boca, al gradode ¡Que los críticos - escépti-cos, quizá, ante el reconoci-miento de la masa lectora -no conocieron a Bécquer en sujusto valor. Y, no fue sino has-ta que la voz de Antonio Ma-chado o de Juan Ramón se al-zara para llamar al poeta delas rimas, "Padre de la líricacontemporánea española" queel nombre de Bécquer se fueclevando hasta la estaturadesde donde hoy 10 contempla-mos para reconocer, cn el cen~tenario de su desaparición, lagrande y positiva influenciaquc él ejerció en la génesis dela poesía española moderna.

N o se puede empezar nadacontemporáneo en el verso...-dirá Juan Ramón Jiménez enuna carta dirigida a José Luis

Cano- sin empezar por Déc..quer... Décquer murit' muy jo-ven y... si huhiera vivido lo que

vivieron Campoamor, Núi'ez deArce, etc...., hubiera sido tra-tado personalmente por mi je-neración. .. Sin Bécquer, mi je-

neradón no hubiera tenido unaascendencia inmediata decisiva yes dificil suponer qué habría si-do sin ella de nosotros. (1)

La posición de Gustavo A-dolfo queda, pues, aclaradadentro de la literatura, graciasa las palabras de Juan Ramóny, desde ese momento, escri-tores como Dámaso Alonso,Luis Cernuda, Carlos Bousoño,J osé María de CorsÍo y José

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Pedro Díaz, que han aborda-do la obra del Sevillano conjusta disciplina crítica, hanido tras él, buscando siempre,algo más que aquel imper-meable epíteto de "románti-co", donde Bécquer habíaquedado fijado por quienestanto lo han citado y tan po-co 10 han conocido.

Ante todo, es preciso reco-nocer el hecho de que Béc-quer, el poeta romántico, fue,más bien, la pobre invenciónde un número plural de críti-cos que, por comodidad o de-sidia, ubicaron al poeta dentrode una corriente literaria ,que,en España, fuc inauténtica einadecuada. Recordemos quelos españoles vivieron el ro-manticismo como una posturapoco encarnada; como una ac-titud superficial, más gesticu-lante que creadora, más so-nora que realmente expresiva.Reivindicar dicha sensibildadliteraria, gracias a la presen-cia tardía de Bécquer en ésa,es una injusticia que no le de-bemos al gran vate sevilano.De ahí, que hoy lo busquemosúnicamente a través de sus ri-mas, donde el poeta manifies-ta estrenar una sensibildadliteraria que dará grandes yverdaderos frutos en el sigloXX. Y de ahí, también, queexcluyamos de nuestro estu-dio el análisis de Las Leyen.das, porque en esas leyendasno se halla "el mejor GustavoAdolfo". Estas reproducen elmundo temático y em.ociona1de un romanticismo. superfi-

Carta citada en "Centenario de la muerte de Gustavo Adolfo Béc.quer", España de hoy, núm. 2 (abril, 1970), p. 23.

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cia1: Ahí está el gusto por elcolor local, por el exoti,gmo ypor las tradiciones medievalesque Bécquer conoció, única-mente, a través de lecturasnacionales o extranjeras.

La llamada poesía contem-poránea, debemos también a-clarar, representa un virajede casi ciento ochenta gradosde la poesía romántica que laprecede. Porque si bien estanueva poesía deriva de aque-lla tradición y, como tal, con-serva algunos elementos deella, ésta resulta ser, en su to-talidad, una poesía nueva:poesía de reacción contra losexcesos de que adoleció el ro-manticismo.

Ahora bien, Gustavo AdolfoBéQquer fue el poeta que es-trenó esta nueva sensibildaden España y, de ahí, que laaportación del poeta sevilanoa la lírica sea trascendentaL.y, de ahí, también, que la re-novación poética llevada a caRbo por él sea sólo comparablea la llevada a cabo por Garci-laso en su tiempo:

En efecto --ice Luis Cernuda-Bécquer desempeña en nuestrapoesa moderna un papel equiva..lente al de Garcilaso en nuestra

poesía clásica: el de crear unanueva tradición, que lega a susdescendientes. y si de Garcilasose nutrieron dos siglos de poe-sia española, estando su sombradetrás de cualquiera de nuestrospoetas de los siglos XVI y XVII,lo mismo se puede decir de Béc..quer con respecto a su tiempo.El es quien dota a la poesía mo-

derna española dI" una tradición

nueva, y el eco de ella se en-cuentra en nuestros contempo-ráneos mejores. 2)Esta noche, nuestro propó-

sito será delinear las caracte-rísticas más salientes de lapoesía contemporánea para,luego, ubicar a Gustavo Adol-fo Bécquer como el primerpoeta contemporáneo españoL.Así ,quedará, quizá, más claroese esquema "Bécquer- JuanRamón", a la que hacía alu~si6n el poeta de Moguer en sucarta a José Luis Cano. Y,así, también encontraremos elvínculo que enlaza al Sevila-no con los poetas de la llama-da Generación del 27, talescomo Rafael Alberti, DámasoAlonso, Manuel Alto1aguirre yVicente A1eixandre y, con losde la Generación del 36, entrelos ,que cabe destacar a LuisRosales, Leopoldo Panero YLuis Felipe Vivanco.

Antes de terminar con estaspalabras preliminares, puntua-licemos el hecho de que porperíodo contemporáneo en lalírica comprendemos el quese da a partir de la composi-ción de Les Fleurs du Mal deBaudelaire en Francia y de lasRinias de Bécquer en Españay, que se extiende hasta lasegunda guerra mundiaL. Así,el panorama lírico ,que anali-zaremos esta noche resultarámás definido.1 CONTEMPORANEIDAD

POETICA DE GUSTAVOADOLFO BECQUER

Característica de la poesíaconteniporánea

(2) Luis Cel'nuda, "Gustavo Adolfo Bécquer", Estudios sobre poesía espa-ñola contemporánea, OIadrid: Ediciones Guadarrarna, 1957), pp. 66-64.

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Hace algunos años decía elbuen poeta y agudo críticoCarlos Bousoño que "estrenaruna sensibildad es siempremejor que cerrar un gusto pre~existente, porque las garantíasde perduración en vivo, comoacicate próximo y actualidadreal, son mucho mayores"(3). Hay mucho de cierto enestas palabras de Bousoño y,prueba de ello, es el caso deGustavo Adolfo Bécquer: mu-rió sin ¡Que las palmas de lafama hubiesen rozado sus sie-nes; no obtante, había logra-do presentir un nuevo tiempoen el hombre y transcribir eseestremecimiento anímico a susrimas. Eso le valió la inmorta-lidad.

e u a n d o Gustavo AdolfoBécquer nace a su verbo poé~tico -y hablaremos dc 1857como fecha, presumible, de laprimera rima- en Europa, elromanticismo ha rezado ya suDe profundis y, en Francia,en particular, Charles Baude-lairc acaba de publicar, el añoanterior, aquel libro clave quemarca el cambio de sensibili.dad que se ha operado en elViejo Continente: Les Fleursdu MaL. A partir de ese libro,la burR'uesía literaria ,quc to-davía sueña, melancólicamen-te, con castillos medievales,paisajes desolados, libertad so-cial que desemboca en el anar-quismo y el desorden quedará,prácticamente, liquidada. DeLes Fleurs du Mal, en adelan-te, la poesía se tornará en un

ejercicio animico de precisiónexpresiva.

Los españoles, sin embargo,permanecerán, un buen tiem-po, a la izquierda de 10 que seescribe en París. La influenciadel resto de Europa les llega-rá, más por medio de las tra-ducciones de los poetas alema-nes, que por el camino deFrancia. Y el cstatismo social

v literario de los iberos se re-fiejarán en el afán por perpe-tuar un romanticismo con elcual no han logrado verdaderaidentificación: han puesto losojos en Alemania, tratando dcemular a quienes, a su vez,habían creado una manera deexpresión artística reviviendoa Tirso, Cervantes y Lope deV cga. Pero, ésto, España, o lopasó por alto, o nunca lo com-Úrendió. Dc ahí, de este des-conocimiento dc su propia per~sonalidad étnica y artística, lasuperficialidad del llamadoromanticismo español; de ahí,también,que este no dejara deser, en España, "una posturapoco adecuada".

Ahora, para explicarnos eladvenimiento lírico de Béc..quer, quien, a su vez, vaticinauna nueva estación en el ver-bo, es preciso que busquemoslas raíces temporales que sus-citan este cambio. Recordemosque ningún hombre, ningún2rtista vive fuera del tiempo.El llega a su verdadera iden-tidad humana y artística so-metido a circunstancias deterRminadas y determinantes, que

(3) Carlos Bousoño, "Poesia española y poesia poscontemporánea", Teoria

de la expresión poética, 4ta. edición (Madrid : Editorial Gredos, 1966,p. 534.

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se superponen y, a su vez,crean la realidad desde dondeel artista se ubica y transmit~su realidad íntima.

Cuando Bécq uer llega a laCorte desde su ciudad natal,Sevila, en 1854, bajo el cieloliterario madrileño no se oyehablar sino de los poetas ale-manes Goethe, Schiler, Uh-land y Heine que, como ya de-cíamos se conocen a través detraducciones que se publicanen diversas revistas de modade la época y se imitan, pro-fusamente. La otra cara deaquel árido paisaje literariode 1854, la ocupan Ramón deCampoamor y Núñez de Arce:el uno, escribe una poesía detono escéptico y pesimista, quees distinguido por un sentimen-talismo irónico y un estio mar-cadamente prosaico; el otro,crea una poesía enfática, retórica y objetiva, de temasideológicos.

Una cosa o la otra, 10 ciertoes que en esta hora de su his-toria, el español ha olvidadosu razón intra-histórica: ésaque define su nacionalidad;que habla de su experienciaexistencia1 como pueblo; querecoge el sedimento de su pen~sar. Esa razón que habla enromances y cantares; que in-troduce la ambigüedad entrelo popular y 10 culto; que con-juga, sin dificultad, a Sanchocon Quijote, al Lazarilo conDon Juan, a Segismundo conTorquemada.

Queda claro, así, que es den-tro de esta obligada carencia

(4) Ibid., p. 537.

de perspectivas que se imponebajo el signo de los Borbonesen España -desde Carlos iv,hasta Isabel 11- de donde sur-ge, en el tiempo, nuestro poe-ta, Bécquer. y es, precisamen-te, a pesar de esta crisis, ,queBécquer nos conduce a la nue-va poesía, presintiendo la sen-sibildad que se anuncia den~tro del falldo romanticismo y,dándole forma, gracias a lainfluencia de los poeta!; alema-nes y de los tradicionales can-tares españoles que él suma,hábilmente, hasta dar con unanueva realidad que pasare~mos a describir.

No huelga, pues, en esteanálisis un esquema de lo

quefue esa tradición contemporá-nea que, según nuestra tesis,se inició en España con Gus-tavo Adolfo Bécquer. Comoya decíamos, esta nueva poe~sía nace, inicialmente, de unromanticismo falldo. Esto notiene, en sí, nada de original,ya que "para que un par decosas contrasten y se contradi-gan es preciso que disfrutende un género en común Y deuna diferencia específica endesidencia" . ( 4)

El arte romántico y el con-+.emporáneo fueron irraciona-listas e individualistas' sin em-bargo, estas característicasmarcharon en uno y el otro,en sentido contrario. Veamosa los románticos: éstos eranirracionalistas frente al poe-ma -improvisaban, llevabansu subjetiva libertad a las le-yes externas de las precepti-vas y a las leyes internas del

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poema mismo en trance de re~dacción y, así, abusaban deuna recién adquirida liber-tad-; sin embargo, en cuantoa la materia verbal, ellos nun-ca se alejaron de la tradicio-naL. El individualismo del ro-mántico, a su vez, aspiraba ala superación de toda resisten-cia -a la universal infini-tud- y este sentimentalismoextremoso, los llevó, en el len-guaje, a la altisonancia y alimpudor con que el artista ex-hibía su desbordante "yo".(5)

El poeta contemporáneo, co-mo veremos, difiere totalmen-te de su predecesor: es "inte-lectual", racionalmente re-flexivo frente al poema, exigeun sistema interior de reglasdentro del poema mismo y den-tro de su sucesivo desarrollo.La actitud del contemporáneoes alerta, racional y él nuncacesa de ser crítico de lo quehace y, es crítico, frecuente-mente, severo. N o obstante-ya aquí obsérvese, una vezmás, la contraposición con elromántico- el contemporáneoal utilzar su material léxico ysintáctico ostenta un marca-do carácter irracionaL. "Elpoeta ha aprendido a manejarlas palabras y sus relacionesen cuanto capaces de asocia-ciones inconscientes, que la sa-biduría crítica, aunque intui-tiva, del poeta encauza segúnnormas rigurosas que, comohemos dicho, proceden delpoema mismo". (6) Ahora, en

(5) Ibid.(6) Bousoño, Op. cit., p. 538.(7) Bousoño, Op. cit., p. 542.

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cuanto al uso o abuso del in-dividualismo que el contempo-ráneo percibió en el románti-co, ésto 10 llevó a apartarse dela ampulosidad e hinchazónverbal de su predecesor y abuscar, en el arte, la implici-tación. El poeta contemporá-neo sugerirá y, ésta será unade las más grandes aportacio-nes de Bécquer, como veremosmás tarde. Al sugerir busca-rá, a su vez, emplear la míni~ma forma que conlleve al fon~do máximo:

El individualiRmo, en su ver.tiente contemporánea -dice elya citado Bousoño- lleva a laimplicitación a la sugerencia, ala ruptura con la lógica... a lasupreRión de la anécdota en lapoesía. Existente ya en Béc-.quer. .' se desarrolla en AntonioMachado y Juan Ramón Jimé-nez, y culmina en la generacióndel 25. Lo que le importa cadavez máR al poeta no es la anéc.dota, el hecho en crudo, sino su

equivalencia emocionaL. (7)

Esta supresión de la anécdo-ta conduce, lógicamente, alpoeta contemporáneo a la ten-sión y apretamiento de la pa-labra. A Bécauer, como vere-mos más adelante, esta reno,-vación en la técnica le Ilegiipor el influjo que recibe delos cantares populares espa-ñores, a los que, paradójica--mente, llega, gracias a la lec.,tura de los poetas alemanes,particularmente, Heine. Biendirá nuestro poeta sevilanoque "Toda buena poesía cabeen un papel de fumar".

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En cuanto al impudor ro-mántico para desnudar sussentimientos ante el público,el contemporáneo -al buscarel carácter sintético del arte,al adoptar una posición "pen~sante" ante el poema- tiendea manifestar sus sentimientoscon menos inocencia. Ya vere-mos cómo Bécquer, a partir deciertas rimas, es más disimu-lado Y adopta un distancia-miento de 10 que pudo habersido una exaltada subjetivi-dad. El mismo manifestará enuna de las Cartas literarias auna mujer: "Puedo asegurar-te ,que cuando siento no escri-po". (8)

Antes de proseguir en nue¡;-tro planteamiento, queremos,no obstante. aclarar el hechode que, si bien encontramosque Bécquer es el poeta queestrena la sensibildad contem-poránea en España, debemosrecordar también que todo a-fianzamiento y maduración desensibilidad, es cuestión deaños y sólo se logra a travésde un esfuerzo consciente quese desarrolla en el tiempo. Deahí que si en el análisis queprosigue para comprobar lacontemporaneidad poética deBécquer veamos vestigios deun romanticismo, no nos ce-guemos ni continuemos, comohasta ahora se ha hecho, E'n-casilando al Sevilano dentrode esa corriente literaria fa-llida. Recordemos ,que ningúnhecho de cultura se da, desdeun principio, en términos detotalidad. La mente humana

es la que crea y ésta no es ca.paz de superar la practicidada la que el vivir mismo le con~dena. Así, podremos com pren-der el hecho de que no todala producción artística de Béc-quer tenga que ser, necesiu-ia-mente, contemporánea. Los fe-nómenos ,que caracterizan e,,-ta nueva poesía -los prima-rios, secundarios o terciarios--los veremos aparecer en algu-nas rimas solamente y, enotras, con timidez y apoca-miento. Cuando Bécquel" hablade lo que aspira que sea supoesía, ésto no indica que ha-brá de lograrlo. cabalmente.Pero, el "error" no debemoscontinuarlo al seguir denomi..nando a Bécquer como el últi-mo de los romántico. Hay querecordar que el salto trascen-dental que la poesía españoladio, gracias a Rubén, se pudolograr, precisamente, porqueBécquer había ya dado la cla-rinada de aquella sensibildadnueva ,que cobró ciudadaníaliteraria con el Nicaragüense.Y. así, Bécquer es el primeipoeta que introduce mucho delos procedimientos que recoge..rá Darío y que madurarán conMachado, Juan Ramón y lasgeneraciones que prosiguie~ron: la implicitación, la su-presión de la anécdota, la for-ma libre, el correlativo senti..miento de misterio y, la ex-presión de una visión del mun-do personaL. Al introducir es-te último procedimiento ex-trínsico, Gustavo Adolfo Béc.quer siembra la semila quehabrá de florecer con Macha-

(8) Gustavo Adolfo Bécquer, "Cartas literarias a una mujer", Obras Com-pletas (México: Editorial Pax--México, 1966), p. 575.

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do, Juan Ramón y la Genera-ción del 27. Porque los román.ticos, a pesar de su llamado"individualismo", nunca su pe-raron la etapa de proyectaruna visión genérica del mun-do.

Volvamos, pues, nuestrosojos sobre la creación poéticade Bécquer y encontremos enella los procedimientos poéti-cos ya delineados.

Gustavo Adolfo Bécquer,poeta contemporáneo

Como característica inicia 1del poeta contemporáneo de-CÍamos que éste es "intelec-tual"; racionalmente reflexivofrente al poema. De esta acti-tud de plena responsabilidadante la creación poética, dejilBécquer constancia en nume-rosas de sus páginas en prosa,en especial en las Cartas lite-rarias a una mujer:

Puedoaseg-urarte que cuandosiento no escribo -dice el Se-vilano- Guardo, sí en mi core-

bro escritas como en un libromisterioso, las impresiones quehan dejado en él su huella alpasar; pstas ligeras y ardionteshijas de la sensación duermenalli agrupadas en el fondo de mimemoria, hasta el instante enque, puro, tranquilo, spreno...mi espíritu las evoca. _ .

Entonces, no siento ya con losnervios que se agitan, con elpecho que se oprime, con la par-te orgánica y material que seconmueve al rudo choque de lassensaciones producidas por lapasión y los afectos; escribo co-mo el que copia de una páginaya escrita...

(9) Ibid, pp. 275-276.

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Todo el mundo ~ienteSólo a alg:unos se1''~ les es

dado el guardar, como un tesoro.la memoria vini de lo que haiisentido.

Yo creo que éstos son los POi-taso

Efectivamente, (1S más grande,más hermoso, fig'urarse al ge-nio ebrio de sensal'ones y deinspiraciones, trazando, a gran-des rasgos, tpmblon..sa la manocon Jaira, llt~llos aún lo; ojos dplágrimas. .. esas tiras de poesia

que más tarde son la admiraciÓndo! mundo: pero, ¿ qué quipres'!-le pregunta Bécquer a la mu-'jer amada a quien dirige la car-ta-. No siempre la verdad eslo más sublime. (H)Está claro que, cU:lndo Béc,

quer escribe esbi~ linea~, suintenciÓn es desprestigiai' eseirracionalismo dcl románticofrente al poema. Atrás, mu\'atrás, ha quedadu .'iquel res-peto por la facultad de impro-visación y por la subjetiva li.bertad con respecto a las leyesexternas de las prcceptivas delos poetas de la pl'mera mi"'tad del siglo xix. El poeta se-villano se somete a un análisisriguroso; se presenta como uncrítico, vigilante, a no caer enla subjetiva inspiración que,anteriormente, disponía la he-chura v desenvolvimiento delpoema: Así, cuando Bécquerdice, "escribo, como el c¡ue co-

ph de una página ya escrit:l",él traza una distancia psíquicacon el poema y demuestra unpudor nacido, justamente, enson de protesta contra la os-tentación sentimental románti-ca que prohibe el exhibicionis-mo de la intimidad.

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Ahora bien. nosotros, comoel crítici) .José Pedro Díaz.autor del estudio más comp1e.to, hasta ahora, de la obra deGw:;tavo Adolfo Bécquer, cree-mos que el poeta andaluz lle-ga a esta posición de protestacontra los excesos del roman-ticismo, gracias a la lecturade los poetas alemanes. Es in-teresante conocer el hecho deque Bécquer, cuando llega aMadrid desde su ciuda~ natal.Sevilla, ha acumulado una cul-tura impar; no ha terminadoestudios de ninguna índole,pero sí ha leído profusamente.Con su amigo NombeJa reCIJ-rre, de par en par, las estre-chas calles del viejo Madridy con él y otros, se asocia co-mo colaborador de las revistasCorreo de la Moda, El Contem-poráneo, La Gaceta Literaria,La América, El Museo Univer-sal y otras, donde se publicanlos poemas de los alemanesGoethe, Schiller, Uh1and, Hei-ne y de alguno de sus segui-dores americanos o españoles.tales como el chileno BlestGhana, y el español Ferrán,para Quien Bécquer escribi.ráun prÓlog-o. También es, a tra~vés de la asociación de Béc-qucr con estas revistas, queél llega a conocer -en traduc-ciones- la obra de Byron, delos norteamericanos Whitman,Poe y de otros escritores eXRtranjeros de la época.

Cuando decíamos que la in,.fluencia .que en Bécquer ejer-cen los poetas alemanes nosinteresa, debemos aclarar, noobstante, el hecho de que nues-tro interés se basa no tantoen descifrar hasta qué gradoel Sevillano calcó a los alema-

nes, sino más bien en percibirese espíritu de naturalidad-de tono menor- que Béc-quer halló en la poesía alema-na de la época y que 10 llevóa interesarse en la poesía PORpular española, particularmenRte, los cantares.

Las rimas, de lenguaje lla-no, natural y seco, de tono in-timista y estructuración breve,

no se hubieran nunca escritosi Gustavo Adolfo Bé~uer nohubiese llegado a esa superiorestima por la poesía popular.Es evidente que cuando élpiensa en lo popular -que lellega a él camino de Alema-nia- se refiere, ante todo, auna actitud poética, donde losuperfluo huelga:

El pueblo ha sido y será siem-pre, el gran poeta de todas lasedades y de todas las naciones -

dirá Bécquer en el prólogo al li-bro de Ferrán.

Nadie mejor que él sabe sin-tetizar en sus obras las creen-cias, las aspiraciones y el senti-miento de una época...

El inspiró al somhrio Dante el

asunto de su terrible poema.

El dibujó a D. Juan.

El soñó a Fausto...Como a sus maravilosas con-

cepciones, el pueblo da a la ex,

presión de sus sentimientos unaforma especialisima.

Una frase sentida, un toquevaliente o un rasgo natural, lebastan para emitir una idea,caracterizar un tipo, hacer unadescripción.

Esto y no más son las cancio-nes populares.

Todas las naciones las tienen.Las nuestras, las de toda Anda-

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lucía en particular, son acaso las

mejores.En algunOR países, en Alema-

nia sobre todo, esta claRe de can-

ciones constituyen un género depoeRia.Goethe, Schiler, Uhland, Heineno se han desdeñado en cultivar-lo; es más, se han gloriado dehacerlo. (lO)

Observemos, pues, la mag-nífica aportación dc Bécquera la sensibildad contemporá-nea; el retorno que él logra através del cultivo de la poesíapopular a la razón intra-his-tórica española, que con elromanticismo y los Borbonf'sparecía perdida. Bécquer en-laza su poesía y la poesía delas generaciones posteriorescon una tradición que arrancade los juglares anónimos; queaparece hasta en los poetasmás cultos, en un Góngora,por ejemplo; y que florece ala voluntad expresa de Anto-nio Machado.

Béc.quer ya ha encontradoen la enseñanza del cantarpopular su "voz propia" cuan-do escribe la rima veintitrés:

Por una mirada, un mundo;por una sonrisa, un cielo;por un beRo... ¡yo no séque te diera por un beso! (11)

El cantar popular, como yadecíamos, permitió la concep-ción de las rimas de Bécquerque se caracterizan, entre o-tras cosas, por el lenguaje lla-no. Estas romperán con la al-tisonancia verbal de la poesíaromántica v su influencia 1le-gará hasta' los poetas de la1lamada Generación del 36.Bécquer se exige a sí mismola llaneza y proximidad sin-táctica y léxica del habla co-loquiaL

Hay una poesia magnífica ysonora --irá Bécquer al exPo-ner y diferenciar la poesia os-o

ten tosa de la natural y seca-.;una poesia... que se engalanacon todas las pompas de la len-gua. .. Hay otra natural, breve,seca, que hrota del alma comouna chispa eléctrica, que hiereel sentimiento con una palabray huye, y desnuda de artificio,desembarazada dentro de unaforma libre, despierta las milideas que duermen en el océanosin fondo de la fantasía. (12)

Es esta inclinación hacia lanaturalidad y brevedad de lacomunicación poética lo queconduce a Bél1quer a escribirrimas como la treinta y ocho,donde sobra la sonoridad yla pompa en el lenguaje:

Los suspiros son aire, y van al aire.

Las lágrimas son agua, y van al mar.Dime mujer: cuando el amor se olvida,

¡.Sabes tú adonde va? (13)

Y como la sesenta:Mi vida es un erialFlor que toco se deshoja;

Que en mi camino fatal,

(10) Bécquer, "La Soledad", Op. cit., pp. 455.456.(11) Bécquer, rima XXIII, Op. cit., p. 21.(12) Bécquer, "La, Soledad", Op. cit., pp. 454-455.(13) Bécquer, rima XXXVIII, Op. cit., p. 30.

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Alguien va Rembrando el malpara que yo lo recoja. (14)

El deslinde que logra Béc-quer de la poesía pomposa yadornada a través de algunasde sus rimas. delínea ya elperfil de una nueva sensibili-dad lírica. Bien dirá el granpoeta, crítico y Director de laReal Academia Española, donDámaso Alonso que:

. . ,el g-ran hallazgo. el granregalo dd autor de las Rimasa la poesia españoiå consiste enel descubrimiento de esta nuevamanera que, con sólo un roce deala, despierta un acorde... A-qui domina ya el matiz, la mú-s;ca velada, el asonante, el vagoccntimiento, no lanzado, sino va-

gamente reprimido. (15)

y es a través de ese apreta-miento de la palabra, de esabúsqueda de la expresión con-cisa, que Bécquer llega a 10Que habría de ser su contribu-ciÓn más grande a la poesíacontemporánea: la forma li-bre, la brevedad expresiva, lamusicalidad interna del versov el arte de la implicitación.Todo a partir de Bécquer, que-dará sugerido: la anécdotadará paso a la ambigüedad y.la sombra del Sevillano estarásiempre al fondo de Doetascomo Antonio Machado, elmejor Alberti, García Lorca yManuel Altolaguirre.

Ya decíamos que la sensibi-lidad contemporánea no habi-ta en toda la poesía becque..

riana. Sin embargo, hay. diez,quizá, o doce rimas que trans-miten ese clima poético de pro-fesía que alumbró, luego, ageneraciones de poetas espa-pañol es.

Originalmente, 1 a s Rimasllegan a nosotros en una co-lección de setenta y seis yoe-gías que los amigos de Béc-quer recogen, ordenan y pu~blican en 1871, un año des-pués de su muerte. En la a-genda manuscrita que quedóinédita y que él había titula-do Libro .de los Gorriones, lasrimas, no obstante, aparecenen un orden diferente del quepresentó la edición prínciperle 1817, y desde esa, todaslas siguientes. "N o advertimos.en esa ordenación -dice elcrítico Díaz- un designio pre-ciso. Pensamos que Béc¡querpudo irlas copiando a medidaque su memoria conseguía e-vocar1as. No están enumera-das. Una raya y tres pequeñascruces seDaran las composicio-nes". (16)

Hacemos énfasis en el or-den. por un hecho curioso:porque la ordenación hechapor los amigos del poeta de-m.uestra. a través de una va-riante de evolución temática,una variante d' sensibildadlírica. José Pedto Díaz coin-cide con Gerardo Diego cuan-

(14) Ibid, rima LX, p, 41.(15) Dámaso Alonso, "Originalidad en Bécquer", Poetu españoles contem-

poráneos (Madrid: Editorial Gredos, 1958), p. 24.(16) José Pedro Diaz, Gustavo Adolfo Bécquer, vida y poesía (Madrid: Edi-

torial Gredos, 1964), p. 346.

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do dice que las rimas se divi-den en cuatro series: Primeraserie, rimas I al XI, tema do-minante, la poesía; segundaserie, rimas XII a XXIX, temadominante, el amor; terceraserie, rimas XXX a LI, temad o m i n a n t e, el desengaño;cuarta s e r i e, rimas LII aLXXVI, temas dominantes, eldolor, la angustia y la sole-dad. (17)La variante de cosmovisión

que surge a partir de la rimatreinta demuestra, a su vez,un cambio de rumbo en lateoría del arte del poeta. Elobjeto poético se replantea enBécquer: la anécdota desapa-rece, casi totalmente; el apre-tado ambiente psicológico des-

emboca en la concepClOn deun mundo poético personalísi-mo, un mundo "simple y ete-reo, hondo e irreal", (18) quedistará mucho de la visión delmundo genérico de los román-ticos. La honda tristeza delpoeta que se palpa a partirde la rima treinta, da lugar,también, a ese pudor o distan-ciamiento psíquico del poetafrente al poema que quedómencionado ya en páginas an-teriores. Veamos la rima trein-ta y observemos un marcadocarácter sintético en lo que pURdo ser una expresión de exal-tada subjetividad. Aquí, tam-bién, está la influencia del to-no directo y dramático de lapoesía popular andaluza:

Asomaha a sus ojos una lágrimay a mi labio una frase de perdón;Habló el orgullo y se enjugó su llanto,y la frase en mis labios expiró.

Yo voy por un camino, ella por otro;Pero al pensar en nuestro mutuo amor,Yo dig'O aún: ¿por qué callé aquel día?y ella dirá: ¿por qué no lloré yo? (19)

sa aquel impudor románticopara presentar un sentimien-to:

La misma forma se deslum-bra en la rima treinta y cinco;una rima brevísima y cargadade emoción, pero que no acu-

No me admiró tu olvido! Aunque de un díaMe admiró tu cariño mucho más,Porque lo que hay en mí que vale algo,Eso. .' ¡ni lo pudiste sospechar! (20)

No estamos, totalmente, deacuerdo con José Pedro Díazcuando él dice que en esta ter-cera serie de rimas es carac-

(17) Ibid, pp. 346-.356.

(18) Alonso, Op. cit., p. 34.(19) Bécquer, rima XXX, Op, cit., p. 26.(20) Ibid., rima XXXV, p. 28.(21) píaz~ Op. cit., p. 353.

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terística la motivación real, laanécdota, directamente, evoca-da. (21) Bécquer, mismo, hadejado constancia de que él

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no escribía cuando sentía, nitampoco evocaba con el pro-pósito de narrar un hecho.Nuestra posición se basa enque curioso como parezca por~que la ordenación fue hechapor amigos del poeta a partirde la rima treinta, la granmayoría de estas composicio~nes líricas acusan ya un mar-cadísimo tono contemporáneo:todo queda implicado; todo setorna en ambigüedad; el toiio,aparentemente, seco en el do-

lor está repleto de una pro-funda musicalidad interna queproyecta la intensidad del dra-ma presentado. Veamos lacomposición poética númerocuarenta y nueve, escrita enforma libre, de tono directo,donde el desengaño se presen.'ta, apretadamente, i'ugiriendo,a su vez, una serie de vibra-ciones secundarias que, no poreso, han de ser menos dramá-ticas :

Alguna vez la encuentro por el mundoy pasa junto a mí;y pasa sonriéndote, y yo digo:

¿ Cómo puede reir?

Luego asoma a mi labio otra sonrisa,Máscara de dolor,y entonces pienso -- ¡Acaso ella se rieComo me río yo! (22)

Se ha dicho -lo han dichoDámaso A10nso y José PèdroDíaz- que en esta tercera se-rie de rimas es donde más fre-cuentemente se advierte el in-flujo de Heine. Es muy posibleque la presencia del poeta a-lemán esté en ese tono de som..bría ironía que adopta Béc-quer en este momento de sucreación. También Heine pudoestar en el modo directc y des-nudo de estas rimr.s, que nosrecuerdan a los cantares popu1ares españoles, a los quellegó Bécquer camino de losalemanes. Sin embargo, ésto,como vemos, no ylene sino acomprobar, una vez m á ~,nuestra tesis: que a partir dela rima treinta, Bécquer da unviraje apreciable dentro de SHtrayectoria de creación líricapara tornarse, en su dolor, más

(22) Bécquer, rima XLIX, Op. cit., p. 35.

hondo; en su expresión, másconciso.

Esta voluntad de preC'$lOnverbal por parte de Bécqner10 llevó, a su vez, como ya di~jimos, a moverse, desembara~zado, dentro de una forma li~bre; forma que él hereda a lospoetas contemporáneos poste-riores. En la técnica, el poetasevilano también revela unapreocupación constante porapagar aquel brilo y aquellasonoridad de los románticos.Así es cómo el análisis de lacomposición cuarenta y dos,Quizá una de las más conoci-das, pudo llevar a muchos crí-ticos a considerar a Bécq uercomo un poeta sensible, perodesaliñado. Estos críticos igno.raban ,que en esa composición,y otras del mismo libro, brot8-

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ba una nueva sensibildad queabogaba ya por una nuevaforma expresiva de sencilez

desnuda, ajena a la retóricay muy cercana al tono conver-sacional :

Cuando me lo contaron sentí el fríoDe un hoja de acero en la~ entrañas,Me apoyé contra el muro, y un instanteLa conciencia perdí de donde estaba.

Cayó sobre mi espiritu la noche;En ira y en piedad se anegó el alma.. .j y entonces comprendí por qué se llora,y entonces comprendi por qué se mata! (23)

Ya decíamos, sin embargo,que no todas las rimas contri-buyen a la génesis de la poesíamoderna. En las primeras vein-tinueves composiciones, hayuna que otra, que ya hemos ci-tado, que manifiesta la nuevavisión lírica. Las otras, de~muestran la preocupación poralcanzar esa nueva forma, pe-no la logran. En la cuarta se-

rie, el conjunto es heterogé-neo. Hay rimas como la se-senta y siete, sesenta y ocho,setenta y dos y setenta y tres,donde se dislumbran dejos dela corriente positivista de ~~quel tiempo. Pero, hay, a suvez, composiciones que sí plas-man el nuevo modo expresivo,como es la famosa rima cin-cuenta y tres:

Volverán las obscuras golondrinasEn tu balcón sus nidos a colgar,Y, otra vez, con el ala a sus cristalesJugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenabanTu hennosura y mi dicha a contemplar,Aquellas que aprendieron nuestros nombres.. .Esas... ¡no volverán! (24)

No citamos esta composiciónen su totalidad, entre otrasrazones, porque la mayoría denosotros la conoce .de memo-ria y porque 10 importante a-parece evidente desde la pri-mera estrofa: "la situación seha esfumado en una alusiónsecundaria" -como dice JoséPedro Díaz- "y el poeta noextrae su fuerza de ella, sinode una experiencia sentimen-

(23) Ibid., rima XLII, p. 32.

(24) Ibid., rima UII, p. 37.

(25) Díaz, Op. cit., p. 356.

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tal que baña (toda la rima) yla trasciende..." (25)

Para resumir 10 dicho ycomprobado hasta ahora, po-demos decir que Bécquer fueel primer poeta contemporáneoespañol: él dio paso al climalírico ¡que maduraría en lospoetas de generaciones poste-riores. Para expresar esta nue-va estación en el verbo, el

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gran poeta sevilano estrenóprocedimientos extrínsicos quepor su eficacia expresiva levalieron la inmortalidad lite-raria: el lenguaje llano, laforma libre; el arte de la im-plicitación, la posición reflexi-va del vate frente al poema,el desdén por la subjetiva ins-piración, la brevedad expreRsiva, el pudor o inhibición an-te la exhibición de un desbor-dante "yo" y, la presentaciónde una visión personalísimadel mundo.

Sin embargo -y esto tam-bién es preciso señalarlo- conGustavo Adolfo Bécquer no sellegó -como era de suponer-a la maduración de la nuevasensibildad. Ya decíamos que"Todo afianzamiento y madu-ración de sensibilidad es cues-tión de años y sólo se logra através de un esfuerzo cons-ciente que se desarrolla en eltiempo". De ahí, que los pro-cedimientos sintetizadores co-mo el símbolo bisémico, laimagen visionaria y ciertos ti-pos de "rupturas del sistema"que cobran vigor lírico a par-tir de Machado, Juan Ramóny los poetas de la Generacióndel 27, como consecuencia dela búsqueda de la brevedadpoemática y del irracionalis-mo formal del poema, no seden todavía en Bécquer. Losúnicos procedimientos a losque él llega son la correlación(empleada en cinco de las ri-mas) y los paralelismos. Es-tos los analiza Carlos Bouso-ño en su artículo "El parale-lismo en Bécquer" que apare-ce en el libro Sei. cala. de laexpre.ión literaria e.pañol.,escrito, conjuntamente, con

Dámaso Alonso. N o entrare-mos, sin embargo, en el aná-lisis de esos dos procedimien-tos estilísticos, porque paraello necesitaríamos penetraren el análisis de la nueva pre-ceptiva iniciada por Bousoñoy, ahora, no contamos con eltiempo necesario, para hacer-lo.

CONCLUSION

Estamos reunidos esta noche,aquí en el seno de la Acade-mia Panameña de la Lenguapara rendir público tributo alPoeta de las Rimas. En Espa-ña e Iberoamérica se ha con-memorado el centenario de ladesaparición de Gustavo Adol-fo Béc,quer con toda la solem-nidad que el poeta se merece.Estos homenajes, a su vez, hancontribuído a enriquecer labibliografía crítica de la obradel gran Sevilano: Los estu-diosos de la poesía han llevH-do a cabo análisis minucioiwsacerca de la verdadera y tras-cendental contribución de Béc-quer a la lírica española. Así,la perspectiva lograda en eltiempo ha dado un recuentofavorable. Y la visión que sur-ge es mucho más amplia queaquella consabida y estáticaque se satisfacía COn encasilara Bécquer dentro del roman-ticismo; o con considerarlo co-mo un poeta importante delpost-romanticismo españoL.

El propósito de nuestro es-tudio ha sido reubicar a Gus-tavo Adolfo Bécquer -dentrode nuestras limitaciones- co-mo el poeta que estrena lasensibildad contemporánea enEspaña. Bécquer, en nuestro

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concepto, es para España, loque Baudelaire es para Fran-cia. A diferencia de que lapopularidad e inflencia deBéequer no trasciende, porrazones evidentes, los Pirineos.

Para llegar a esta osadaconclusión, -hemos partido delas palabras, cuajadas de pcrs-pectivas, del poeta y críticorecientemente fallecido, LuisCernuda. y hemos tomado encuenta también el juicio acer-tado del Director de la RealAcademia, don Dámaso Alon-so. quien dijo en cierta oca-sión:

, , . es (Bécquer quien, en de-finitiva, da en el hito, él quien

halla la expresión que angustio-

samente so estaba huscando, élquien nos lega la fórmula cris-talina: lo fluidizo y oscuro se hacamhiado en nítida permanencia.

De esa divisoria de las aguasasí fijada genialmente arranca

. . . toda nuestra contemporáneapoesía. Cuando .Juan Ramón di-ce

Yo voy detrás de una coplaque hahía por el sendero...

está, desde luego, sostenido porun soterrado calor de suelo deEspaña; pero ¿ acaso no se halladentro del ámbito de resonanciade la música de Bécquer? Cuan-do Antonio Machado exclama

Desde el umbral de un sueñome llamaron...

i. quién duda que ese entrevistotrasmundo, muerte o sueño, na-ce en poesia española en Gusta-vo Adolfo? Más aún: al relacio-nar Bécquer --l enamorado delas co~as de España- su prOTliapoesía y la popular, ¿ no estávagamente profetizando lo que

(26) Alonso, Op. cit., pp. 25~26.

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haliia de ocurrir en nuestro!' dias,

cuando la!' do!' 7.nM (lo populary lo culto).. .se habían de fun.

dir en una sola voz? Cuando sequiera explicar el mejor Alberti-y aun una parte de Lorca-,¿ no pasará por nuestra imagi-nación, detrás de la idea de lapoesía popular- y mezclada conotro!' elementos-, la sombra dela poesía de Bécquer? Y la vozserá remansada y dulcementedolorida -Manuel Altolaguirre-o no!'tálgicamente blanco o fini~sima -Luis Cernuda-, o se en-crespará ha!'ta el torbellino, co-mo la del penúltimo Alberti, ymás aún, la de Aleixandre. Lasombra de Bécquer, más cerca,más lejos, estará siempre alfondo. Y no e!' que e!'to!' poeta!'hayan siempre pensado en Béc-quer, o hayan sentido su influ-jo. . . e!' que viven en una atmós-fera, en un clima poético quesólo el genial eXPerimento deBécquer alumbró e hizo habita-ble para los españoles. (26)

Dámaso Alonso y Luis Cer-nuda, quizá mejor que nadiehasta ahora, debido a su do-ble condición de poetas-críti-cos, han reconocido donde va-ce la trascendencia de la obrapoética de Bécauer. Ellos su-picron ver en él al clásico -notanto al poeta del amor, dondese fijó la atención del público,en general-; al poeta que de-volvió al verso el cauce popu-lar perdido; al vate que pre-dijo y expresó con acierto esanueva estación anímica delhombre.

Estamos ya segurot;, pues, acien años de la muerte delpoeta, que la obra de Bécquertrascenderá la barrera del ol-vido en el tiempo. Ya sabemo~

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que la conquista dc 1:1 perso-nalidad contemporánea no sehubiera logrado de no haberescrito Béc.quer las Rimas. YRubén Darío mismo, el granNicaragüense, tampoco hubie-ra logrado penetrar el densopanorama lírico de la Penín-sula, si Bécquer no hü~ìiera apbierto el camino.

Esperamos que haya queda-do más claro, ahora, ese es-q u e m a "Bécquer-Machado-Juan Ramón - Generacionesdel 27 y 36" que sugerimos alprincipio de este estudio. Laobra de Gustavo Adolfo Béc-quer maduró en Antonio Ma-chado y Juan Ramón Jiménez;dio frutos inmortales en laGeneración del 27 y culminócon la Generacin del 36, Elmismo Juan Ramón. conio yavimos, dejó constancia escritade esta deuda.

Con los poetas del 27 y 36,los procedimientos expresivosestrenados por Bécquer, másque intensificarse, se ensan-charon. Pero, esa sensibildadque vivía en el espíritu delhombre contemporáneo, con~dujo a los poetas de generaRciones posteriores a la inven-

ción de recursos estilísticos,tales como las visiones, imá-genes visionarias, desplaza-mientos calificativos, etc., queconducen al cenit de un irra-cionalismo expresivo y qui;, asu vez, han hecho dudar a al..gunos críticos acerca de la po-Eibildad de probar, histórica-mente, una tradición !lO inte-rrumpida desde Bécquer a lospoetas del 27 y 36. No obstan-te, las pruebas se torru:.n cadavez más evidentes de que Béc~quer, en efecto, fue el prime~ro de los contemporáneos.

Cuando Gustavo Adolfo mu-rió aquella noche cruda deinvierno de 1870 -a tres me-ses exactos del fallecimientode su "compañero del alma",su hermano, Valeriano- úni-camente un círculo estrechode amigos echó de menos supresencia, desaliñada, por lascalles del viejo Madrid. Sinembargo, la obra inédita queBécquer dejaba, ignorada, enun cajón llevaba consigo undestino escrito para el poeta.Desde entonces, por una cau-sa u otra, los versos del inmor-tal Sevilano no han cesado deescucharse:

y otra vez a la tarde, aún más hermosas,Volverán las tupidas madreselvasDe tu jardín las tapias a escalar,Sus flores se abrirán... (27)

(27) Bécquer, rima LIII, Op. cit., p. 97.

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ducen en forma irremediable,a reconocer la profunda rela-ción existente entre las ideasmás inmacu1adas y una deter-minada situación histórica.

Es dentro de este mismo eSRpíritu que nos atrevemos a se-ñalar el hecho, reiteradamen-te comprobado, de que el irra-cionalismo miltante, como fe-nómeno de nuestro tiempo sehalla vinculado de raíz con elhecho de que las clases domi-nantes del mundo están per-diendo la batalla frente a lasnuevas fuerzas sociales, quecon ímpetu juvenil y deporti-vo, se adelantan a los tiempospara ocupar su puesto de van-guardia en la tarea inmensa eingente de reivindicar al hom-bre y de colocar a toda la hu-manidad en un nivel digno desu condición.

A este respecto, es curiosoel hecho de que el irraciona-lismo se ha llegado a conver-tir, como lo señala atinada-mente George Lukacs, en lacorriente dominante de la fi-losofía de los clanes plutocrá-ticos, los cuales, acudiendo alsocorrido método de la defen-sa de los "altos valores delespíritu", no dejan por eso depracticar en la realidad unaatroz e inhumana explotación.La prédica de José ortega yGasset contra el hombre "ma-sa", su alegato contra el espí-ritu de la técnica y su glorifi-cación de la "razón vital", nosconduce al convencimiento deque anida en este representan-te de la intelectualidad euro-pea un cierto despecho contratodo intento de elevar el espí-ritu industrial, no en lo quetiene éste de enervante y ex-

poliador, sino en 10 que cons-tituye su espíritu más a vanza-do y más innovador y comopremisa de mejores tiempospara toda la humanidad.

El principio realista de lacausación social del desarrolloy curso de las ideas, se basaen que las ideas, en su conjun-to orgánico, constituyen unreflejo del mundo circundan-te. Las ideas no están divor-ciadas del contorno real endonde se agitan los hombres.Las consecuencias de la con-cepción p1atónica de las ideasno han sido para la ciencia deningún beneficio y una aplica-ción de esta teoría a los he-chos de la vida social no con-cuerda con los resultados quehasta hoy se han logrado enlas mejores conquistas delhombre. Un estudio de la or-ganización feudal, con todo suaparato institucional, con suscostumbres, su arquitecturareligiosa e incluso con susprácticas médicas, revela unsorprendente paralelismo conel modo de filosofar propio delos cenáculos escolásticos dela Edad Media. La sutieza si-bilna que tanto criticaron Ba-con y Galileo del método aris-totélico-tomista de finales delMedioeveo, es una consecuen-cia poco advertida, pero nomeiios interesante, del desarro-llo de las instituciones feuda-les en trance de muerte, endonde mediante finos agudosrazonamientos, se trataba dejustificar, entre otras cosas, laexistencia "natural" de la ser-vidumbre y la sumisión algran señor. En el caso que nosocupa, el irracionalismo vienea ser un vivo retrato de lacrisis y del colapso de una for-

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ma de vida que ha hecho delos hombres piezas o engmna-jes de un sistema inmoraL. Setrasluce este espiritu de crisis,para poner un caso, en la obrade Oswaldo Splenger, LA DE-CADENCIA DE OCCIDENTE,en donde su autor se lamentude la muetre del espiritu finig-tico frente a la "barbarie" delas nuevas clases que insurgencada día con mayor fuerza.Esta obra de Spengler poseeinnegables méritos literarios yagudas apreciaciones sobre elrelativismo histórico, pero pug-na por una concepción bio10-gizante e irracionalista de lavida.

Allí nos muestra este autor,de un modo inconsciente, laprofunda afinidad existenteentre los ultra nacionalistasgermanos de la primera postguerra mundial y una concep-cepción nacida justamente co-mo respuesta a la insurgf'nciade grupos humanos que recla-man su derecho a la vida.

Los filósofos idealistas, yotros partidarios de la de'fen-sa del "santuario de las ideas"no hacen reparo en conside-rar este concepto realista dela filosofía con un dejo des,-pectivo. Les parece un sacri-legio querer introducir refe-rencias o coordenadas socio~históricas en un campo endonde hasta hace no pocos deRcenios, se consideraba comoeternamente alejado del "mun.dana1 ruido". Precisamente,esta actitud antifiosófica deconsidrar a la filosofía comoseparada del mundo por unabismo insalvable, ha condu-cido a esa serie de deforma-ciones y de contradicciones en

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que ha caído no pocas veces elpensar filosófico. La razón detodo esto nace, entonces, delhecho de haber querido con-siderar a la inteligencia comoincapaz de alcanzar un cono-cimiento de la realidad. Me-diante la artificiosa sustitu-ción, representantes del "irra-cionalismo" han llegado hastajustificar la divisa nietzschea-

na de "Sea la vida, perezcala verdad", siendo el resulta-do una doble matanza tantod'e la vida como de la verdad.

Si la razón fuera una cate-goría completamente fuera deldominio del hompre, algo quese deslizara al margen denuestra existencia, entoncespodríamos tener la pretensiónde afirmar en forma rotundaque a la razón le está vedad()el conocimiento de la realidadobjetiva y que, por 10 consi-guiente, la razón nada puededescubrir ni nada puede ha-cer por la ciencia y por lafelicidad de los hombres. Pe-ro hemos visto que ha ocurri-do todo 10 contrario, a saber,que todo el conocimiento cien-tífico, artístico y moral se haedificado al hilo de una con-sideración sistemática, racio-nal, de sus respectivos objetos.

El papel del irracionalismoparece ser, hoy por hoy, el dedeclarar como imposible, co-mo locura vanidosa, no sola-mente el propósito de conocerel mundo sino incluso la capa-cidad de la razón para con-quistar10 en provecho de todala humanidad. El espanto quesienten algunos filósofos irra-cionalista como Schopenhauery Niebiche ante el avanceinrvitabJe de la sociedad conR

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temporánea, no sólo en unsentido técnico sino tambiénmoral, se muestra en SUpl'O-fundo desprecio hacia la ca-pacidad racional del hombre,sustituyéndo1a por la "volun-tad" en su más abstracto sen-tido. La imagen del hombre"puro" que se traza en el Za-rathustra no puede ser másconvincente sobre lo que lle4vamos dicho.

Penetrando un poco más enesta investigación sobre elirracionalismo de nuestra ép04ca, podremos establecer otraconsecuencia de no menor im-portancia. Se trata del hechode que si admitimos que lnsideas filosóficas y las ideasmorales son un producto his-tórico, éstas no llegan a mos-trar su verdadera raíz a suverdadero origen a menos quelas sometamos a un análisiscrítico, tal como nosotros nos10 hemos propuesto. Efectiva-mente. las ideas morales demás alto rango o valor, comolas ideas de abnegación, cari-dad o justicia, responden aotras tantas variaciones histó-ricas incrustada~ en la estruc-tura misma de las sociedadeshumanas. Si al hecho bruto delas simples relaciones hUma-nas lo vamos despojando detodos sus aderezos y hojaros-ea externa y nos quedamos pordecirlo así, con su esqueletoesencial mediante abstraccio-nes sucesivas. habremos arri-bado a una idea, producto deesa circunstancia. Si no nosatrevemos a entrar en un anå-lisis no sólo de las ideas mora-les sino de todas las ideas engeneral. ellas se mantendráncomo simples, vagas y vapo-

rosas ideaciones de nuestramente. Serán sólo fantasma-les existencias pero nunca rea-lidades instrumental es, útilespara el trabajo humano prác4tico o inte1ectua'l.

Manteniendo un punto devista inmanentista estaremostodavía sin haber superado elidealismo platónico, sin poderrebasar el límite de nuestraconciencia, la cual, en realidadde verdad, viene a ser el co-rrelato objetivo del mundo cir-cundante. Sobre este particu-13;r, ¿ quien podría negar, porejemplo, que el intuicionismobergsoniano responde hastacierto punto a la aristocráticapretensiÓn de algu nas gentesconvencidas de que la capta-ción de la esencia de las cosassOo se da en ciertos seres pri-vilegiados? ¿ quién po d l' í atambién, negar que la posició~de los fiósofos de la vida esuna reacción, consciente o in-consciente ante el prop1emasocial? Porque no es una ca-sualidad que sus representan-tes desdeñen el papel de larazón, rechacen las pretensio-nes de la ciencia natural y de-claren la guerra al progresoen general. Y tampoco es unacasualidad que un Max Sche-ler haya visto en la guerra lamás alta expresión del espíri-tu de los hompres "superio-res", de los hombres que nosaben lo que es el "resenti4miento", base de todas laspretensiones, según él, de 108igualitaristas al estio de losprimitivos cristianos.

La trayectoria filosófica ge-neral del irracionalismo se en-garza perfectamen.te con elinicio de un espíritu escéptico

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que termina luego en una ac..titud completamente nihilshi,pesimista y vacilante para ha.cerle frente a los grandes ypequeños problemas que plan-tea la vida. El marco en quese desenvuelve el irracionalis-mo es algo muy conocido paraque entremos en una conside-ración pormenorizada. N osbasta recordar el hecho deque el avance creciente de laciencia y de la técnica traeaparejada la necesidad de ha..cer grupos más capacitadospara reemplazar a los cIaneAdominantes de hoy que poseenuna mentalidad esclavista yfeudaL. El miedo a hacerlefrente a esta situación, la ac-titud de pesadumbre ante loinevitable. pero sobre todo latozudez de ciertos grupos an-tagonistas del progreso socialy científico, han determinadopor su parte una mayor y másactiva miltancia en el campodel irracionalismo. En estasituación los representantes yte ó r i c o s del irracionalismorompen lanzas contra todo lovivo del sistema hegeliano,contra todo lo Que hay de ra-cional y científico en' las ac-tuales corrientes de pensa-miento.

Con sutiles exposiciones a-parentemente inofensivas, esun hecho que los teóricos delirracionalismo han creado sis-temas, doctrinas e ideologíasbaio la máscara de una termi-nología realista. El Neopositi-vismo o Positivismo 16gico sus-tentado por el titulado Círculode Viena, amparado por eluso de una fraseología empa-rentada a la ciencia natural,llega por esta vía a rechazar

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la tesis y el principio de larealidad del mundo físico, re-chazando de tal modo la ob-jetividad del conocimiento.Por un camino un tanto dife-rente, el irraCÍonalismo coin-cide con las tesis del Círculode Viena pues ambos conver-gen en una especie de apolo-gía de la inexistencia del mun-do material, del mundo de laexperiencia. De igual maneraes algo bastante paradójicoque los análisis semánticos lleRvados a cabo por el empirismológico culminan en una inter-pretación subj etivista de laciencia, en un rechazo de lateoría materialista del cono-cimiento y, por lo tanto, comoo c u rr e n en un FedericoNíetzsche, se arribe a una ne-gación de la verdad, entendi-da ésta como una categoríaobjetiva.

Ahora bien, como es biensabido, el racionalismo ha lle-gado a evolucionar del espiri-tualismo al materialismo filo-sófico, 10 cual demuestra laprofunda relación que existeentre la esfera del sujeto y laesfera del objeto. Desde elpunto de vista de la filosofíarealísticamente concebida, nohay lugar para concebir laexistencia de un mundo dual.Hombre y mundo forman unasola trama. Hombre y mundono son, así, dos entidades se-paradas, divergentes u opues-tas. Son dos términos de unamisma relación. 10 que no e-quivale a rebajar al hombr€ni a colocarlo al nivel de lascosas. Es que el hombre es unser Que está integrado en elmundo, pero no iiicrestado co-mo diría Sche1er al referirse a

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la condición del animaL. Elmismo Ortega y Gasset, nadaamigo del materialismo fio-sófico, al referirse a nuestraexistencia, dite: "Yo soy yoy mi circunstancia", esto es,yo soy yo en relación con unacircunstancia determinada. U-na concepción orgánica de lavida llega así a superar nosolamente todo dualismo in-fecundo sino toda contradic-ción surgida en la dimensiónde los hechos reales.

El irracionalismo de nues-tros días parece desconocereste hecho. Parece olvidar lacircunstancia de que el hom-bre pertenece a un mundo realen donde tienen lugar sus ex-periencias vitales y más fun-damentales. Es con Hegel conquien alcanza el concepto ra-cional de la vida una catego-ría verdaderamente orgánica,y es con él con quien se iniciadentro del programa del idea-lismo objetivo más consecuen-te, la solución al problema dela unión del espíritu con lamateria. Esta superación detodo dualismo en el plano d~su fecunda dialctica ha po-dido ser rebatida por sus máî'sagaces detractores. Y es bienconocido por todos de quémanera los irracionalistas alestio de A. Schopenhauer cri-ticaron a Hege1 en todo 10que había en él de intelectual,de espíritu dialéctico y de rn-cionalista puro que desechó lateoría de la imposibildad detener acceso a la "cosa en sí"ante la cual se estrelló el mis-mo Kant.

El derrumbe de los idealesantiguos, ¿ no llevó a los espÍ-ritus más refinados a consideR

rar próximo el fin del mundo?¿ N o determinó la apariciónde doctrinas que proclamabanel éxtasis místico como la másalta y segura fuente de cono-cimiento? Es algo muy curio-so advertir que cuando en lasricas ciudades-estados de laGrecia clásica, la opulencia yel lujo estaban a la orden deldía y cuando había un ciertoequilbrio social entre la de-mocracia y la oligarquía, elracionalismo filosófico estaba,por así decirlo, de plácemes,por no decir de moda. Demo-cracia esclavista como la quefue la griega y racionalismoson dos variantes de una mis-ma relación social e histórica,perfectamente sincronizadas,perfectamente compatibles enla Grecia antiguo. Con la de-mocracia de los atenienses, lavida griega alcanza una ple-nitud tal que no hay lugar pa-ra pensar en evasiones, enhuidas furtivas o cosas pareci.das. La seguridad económica,asegurando allá un equilbriode los intereses esclavistas,tiene su contraparte a su ré-plica ideal en el racionalismoequilibrado de un Sócrates yun Platón. Ellos, a su manera,representan el espíritu confia.,do del racionalismo, espírituque no se detiene en los apu-ros del desesperado o en elpesimismo de los estoicos. Pe-ro cuando sobreviene la rup-tUra del orden impuesto porla ciudad-estado y que Fustelde Coulanges ha descrito conmano maestra. entonces se ha-ce evidente la quiebra delideal del sabio. Cuando estoocurre, proliferan entonces 1Mdesganadas corrientes del es-cepticismo y del eclecticismo.

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Luego, cuando iwbreviel1e si-glos más tarde la caída delimperio Romano de Occiden-te, renace el misticismo y elespíritu del hombre se recogedentro de sí, alarmado ante elhecho de un mundo que sederrumba, temeroso igua1men.te, de perder10 todo.

La esperanza de que apa-rezca una especie de caudilosalvador es la tónica generalde aquellos espíritus desespe-rados en las sucesivas épocasen que le está llegando el fina una edad histórica determi-nada. La búsqueda incesantede salvadores mesiánicos seconvierte en una verdaderaobsesión. Son los momentos dela historia coincidentes con laglorificación y justificación delos grandes hombres y de losgrandes g-eníos al estilo deThom'as Carlyle. y como enaquellos tiempos un tanto le-,ianos, hoy ocurre algo seme-jante con el agravante de queahora se han multiplicado enforma pavorosa los mediostécnicos para someter las vo-luntades Ý para que los hom-bres enajenen, en aras de unbienestar abstracto o de unaraza "superior" determinada,10 poco o lo mucho que tienenòe libertad. La prédica delirracionalIsmo por la renunciade la libertad parece E!er a-parte de un programa cons-ciente o inconsciente para in-habiltar en el hombre comúnsu sentido racionaL. ¿, Será unricasualidad oue el irracionalis-mo haya dado lugar en la pre-sente centuria al darwinismosocial que bajo la enseña delracismo del conde de Gobineaude Chamberlain, culminó ho-

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rrorosamente en los campos deconcentración de la Alemanianazi

Eric Fromm, en su obra ELMIEDO A LA LIBERTAD se-ñala el hecho de que en elfondo de todo el alegato con-tra la libertad hay una especiede instinto que repudia el de-recho que tiene el hombre uhacer uso de ciertas prerroga-tivas que ha conquistado a lolargo de muchas ccnturias.Este instinto es aliment:i.do yalentado por el irraCÎonalismode una mancra inteligente. Loque Fromm llama "miedo ala libertad" es algo que en elfondo es fomentado, pues, poraquellas doctrinas que se nu-tren del agnosticismo social,transmitiéndola a grupos so-ciales cada vez más numero-sos.

Toâa prédica abstencionis-ta, "imparcial" o "neutral"también es una manifestaciónde los medios que utiliza elirracIonalIsmo para impediraue prospere en el hombre eldeseo de ser libre. Fomentan-do la abstención de participaren forma activa en la vida so..cial, los irracionalistas siem-bran la ilusión de que la vidapuede transcurrÍr sin nosotros.y viceversa, de que nosotrospodemos "ser" independiente-mente del transcurrir de lascosas. Cuando se afirma, diga-mos por caso, de que la culhi-ra vive una tragedia, i. no sue-na todo esto al canto de cisnede una sociedad en trance demuerte? ¿No es eso acaso unfúnebre lamento, un trino demuerte ante la posibildad delderrumbe de los grupos tradi-cionalmente favorecidos y pri-

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vilegiados? Una sociedad quese nutre del dolor de los máso que sc alimenta del trabajoajeno, olvidándose de las mis-mas enseñanzas cristianas, nopuede nunca ver con buenosojos el advenimiento inconte-nible de esas fuerzas socialesque han comenzado a mover-se con vistas al establecimien-to de un orden social huma-no, cónsono incluso con lagprimitivas enseñanzas evangé-licas. El irracionalismo vigen-te, tipo Nietzsche y Heideggerpor ejemplo, preconiza el re-chazo solamente de los méto-dos racionalistas del conocIRmiento, sino también el recha-zo de un examen racional dela realidad social y el repudiode todo trato con el prójimo,por considerarlo ineficaz yhasta humilante.

Es claro que un análisÌs ra-cional de 10 social nos llevaríairremediablemente a una con-denación de aquellas institu-ciones, que, por haberse con-vertido en absurdos, han deve-nido también en irracional es.debiendo por eso desaparecer.Las tendencias irracionalistaf'actuales no Ron, sin embargo,mantenidas con plena concien",cia v en forma consecuentepor "todos sus representante§.Esto significa sencilamente sufracaso en darle solución a losproblemas reales sobre el su-puesto de la existencia de losfilósofos en un sentido plató-nico o berkelyano. Y es queel irracionalIsmo no ha caídoen cuenta de que la solucióndel problema filosófico está enla superación de las contradic-ciones reales ocurridas en elseno de las cosas mismas, y no

en una imaginaria Insu1a Ba-rataria.

Podríamos hacer aquí unalarga lista de fiósofos y es-cuelas de filosofía que en unaforma u otra coinciden en ne-garle a la razón la primacíaen el conocimiento de lasco-sas. Pero sólo nos limitaremosa presentar algunos otros e-jemplos de los ya dados, deactitudes irracional es, las quese manifiestan bajo el nombrede vitalismo, intuicionismo,pragmatismo, existencialismo,etc. La aplicación de un crite-rio ceñidamente biológico alnivel de las realidades socia-les, conduce a la concepciónvitalista. Según el vitalismo"lo vivo" no puede ser reduci-do a 10 inerte, con 10 que seniega toda vinculación posi-ble entre la materia viva y lamateria "inerte", introducién-dose por este camino un dua-lismo forzado e inoperante.Hans Dreisch, adalid de estatendencia, rechaza el meca-nicismo en aras de un concep-to metafísico, esto, es del con-cepto de teleología o finalidady por lo cual quedan anula-dos los principios básicos dela ciencia natural, a saber, lo~principios de causa y efecto.Con este punto de vista noexiste aplicación posible sinopor la vía teleológica. por 10que toda explicación se remi-te, en último término, a unprincipio metafísico. Por eso,si se aplica el criterio vitalistaa la interpretación de 10 socialaparece una especie de darwi-nismo ético tal como se mani-fiesta, por ejemplo, en Nietzs-che y sus secuaces. Sus conse-cuencias son harto conocidas

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por la genPración que le tocóvivir en parte el drama de la11 Guerra Mundial, en dondelas fuerzas incontenibles delinstinto se desataron en su for-ma más violenta y más visible.

¿ y el pragmatismo? Con ai-re de inocencia infanti elprag-matismo arremete en elfondo contra la función pecu-liar del intelecto, contra suautonomía. Para los filósofospragmatistas, el hombre es,ante todo, una voluntad quese afirma sobre un conceptode la verdad re1ativista. Apa-rentemente, el pragmatismose halla más cerca del realis-mo fiosófico que muchas otrasdoctrinas, pero en realidad,tratando de superar a su ma-nera la vieja pugna entre elidealismo y el materialismo,no ha hecho otra cosa que ha-cer una subrepticia defensadel idealismo filosófico en suforma irracionalista. más deacuerdo con los postulados deuna posición, que, relativizan-do la verdad epistemológica.mente hablando, relativizatambién toda posible soluciónde las grandes cuestiones queafectan al hombre en su in-tegridad.

Sobre el problema del prag-matismo nos dice G. Lukacsque se trata de una fiosofíaque ofrece a los hombres lailusión de una cierta comodi-dad que les crea la falsa ideade una libertad total, pero queen realidad los convierte enincondicionales servidores delas clases sociales que basansu prestigio en el privilegio.El pragmatismo se ha llegadoa convertir en la bandera decombate de una plutocracia

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que ha hecho del "éxito" elsigno distintivo de un hombreengreído en su ruin comodi-dad y que sólo cree en la razóncuando ella fomenta "su" bien-estar, y que la desaloja de sUdominio cuando lo enfrasca,según él, en disquisiciones"absurdas". Tampoco es ca-sual que el pragmatismo hayatriunfado allí donde se ha he-cho del dinero la meta de to,-das las aspiraciones. Con estacínica convicción no es de ex.trañarse que el maquiavelis-mo se equipare en este senti,-do con la actitud pragmáticay que ambos métocliis :,"inci-den en sus grandes líneas ge-nerales.

El irracionalismo existencia-lista se manifiesta en su firmey abierta actitud anti-intelec-tualista, en su arremetida con-tra la filosofía de Hegel, ensu convicción del carácter"trágico" de la existencia h u-taestandarte del existencialis-mana. Soren Kierkegaard, por-mo en su primera fase, ha ire-gado a una posición radical alrechazar, no únicamente elracionalismo hegeliano, sinotambién toda doctrina pura-mente demostrativa. En tantola filosofía realista ensalza elpoder del intelecto, su auto.nomía. etc. los existencialista8desvalorizan el conocimientode tipo intelectuaL. Hacen re-~altar el carácter "frágil" dela vida del hombre y declaranal existencialismo superior atodas las filosofías racionalis-tas, mecanicistas y otras co-rrientes similares. El existen-cialismo desconoce, al parecer,el hecho de que las relacionessociales afectan directa e in.

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directamente la esencia mismaòel hombre, como si dentroòel cual se desarrolla la exis-tencia material y espiritual delhombre. Echan por la bordatodas las grandes conquistascientíficas y sociales que hancreado en el hombre un con-cepto optimista de la vida.

El análisis de algunas de-claraciones dcl existencialis-mo en general permite afir-mar que òesconoce o quieredesconocer la intima trabazónexistente entre la esencia delhombre y el contexto sociohistórico; ignora a nuestro pa-recer la gran relación quc hayentre el hombre v la realidadsoda!. El ánimo' depresivo yla desazón reinante en unasocieòad caduca, el pesimismocasi heroico mezclado con unano disimulada amargura, esla traducción viva y palpitan-te, en el plano filosófico èideal, òe las contradiccionesreales y efectivas que se OPt-ran en la estructura misma deun organismo social que pre-i-iente y otea su próximo fin.Esta desesperación exÍstencia-lista que habló durante eltiempo por boca de Sartre deuna "náusea" y que con Hei-degger habla de una existen-ria tediOf.a, al hablar de lalibertad deia la cuestión ensuspenso. No olviòemos, depaso, la no disimulada acogi-da que tuvo la obra heidegge-riana en los medios intelectua-les de la Alemania, triunfantede la década del treinta. ¿ Nosería. tal vez, porque el puntone vista del autor de EL SERY EL TIEMPO traducía casia la perfección los intereses

de una clase social que veíaen la teoría liberal y el racioRnalismo filosófico la encarna-ción de todos los males delpaís?

Hemos querido trazar aquíuna semblanza aproximadadel irracionalismo en su fasecontemporánea, indicando al-gunos de sus rasgos más espe-cíficos, mostrando el carácterhistórico y social de las ideaggenerales, con 10 cual quedaexpresado el juicio de que, alfin y a cabo, las iòeas de unadeterminada histórica reflejancon mayor o menor fidelidad,la circunstancia social en quese realiza. úe la misma mane-ra, hemos querido mostrar laprofunda relación existenteentre las diversas fases delpericlitar de los clanes domi.nantes y su correspondienteparalelismo con las sucesivasetapas del irracionalismo. He-mos querido, igualmente, mos-trar el paralelismo existenteentre la decadencia real de J:1Scosas y la decadencia. en for-ma dp crisis espiritual, del ni-vel fiosófico actual hast.a lle-gar al irracionalismo. Tambiénnos ha interesado subrayar lamarcada afinidad que existeentre ciertas formas ideológi-cas v determinaòas formas òeconvivencia real y cómo elirracionalismo es la respuesta"filosófica" de lag clases re-nuentes al progreso social yque avizoran en lontananzasu próxima consumación. dela misma manera que el bíbli-co Ezequiel anunciaba el finde los falsos dioses y el adve-nimiento de la justicia.

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comer, y como manifestaran in.terés por ver a los cristianosbailar, "mandÓ traer unos ata-bales, un pandero, unas flautasy unos platilos, e hizo venir aunos negroR que sabían tocarmuy bien aquelloR instrumen-tos". Y los jefes indígenas fue-ron satisfechoR en ~u curioRidad.Al otro día, "terminada la miRase pararon a contemplar a la,,españolas e indias, maravillán-doles sus ricas vestiduras. Pre-guntaron si cantaban y bailabancomo los hombres, y al respon-dérsele~ afirmativamente, pidie-ron que lo hicieran. Entonces elGobernador, para complacerles,rogó a las mujeres y a sus ma-ridos que después de comer fue-ran todos a su posada. Acudió,enefedo, el pueblo entero y du-rante varias horas no Se hizootra cosa que cantar, bailar ydanzar". Y 10 que nos atañe aquí

de modo específico, tuvo lugaruna representación de moros ycristianos: "E luego salió uncristiano que iba a caza de co-nejos e tenía redes para torna-1I0s; e vinieron una cuadrila demoros a lo captibar; e anduvie-ron muy gran rato cercándolo econcertando cómo lo tomarían earremetieron a él; e como lo to-maron e llevaban captivo, salióa través Santiago a cavallo conuna cruz e una vandera en lamano, vestido de grana, e arre,metió al cristiano a quitallo a losdichos moros, e se 10 quitó; elqual se fue huyendo; y él andu-vo tras ellos escaramuzando yamugándoles con la cruz, y ellos

cayan al suelo. Y esto duró unrato, e pareció muy bien a todose más a los dichos principales f'indios, que estavan espantados ese holgavan mucho de vello, alos quales se les hizo entenderque todo aquello era burlando"."Esta es, pues, dice AntonioMantila Tascón, el autor de lamonografía donde se transcribeel documento, la más antigua re-presentación conocida hasta hoydei arte dramático en América".y agrega: "El juego de moros ycristianos, peculiar en Españapor la índole de su Reconquista.tuvo necesariamente que influiren los origenes del Teatro espa-ñol". (l)

Se trata, sin duda, en la expe-riencia referida, de un aconte-cimiento de interés múltiple. Pa-rece, por una parte, el resulta-do de una oportuna improvisa"ción, reveladora del profundosentido dramático de los españo-les de Entonces; sugiere, por laotra, un compuesto de pantomi-ma y teatro misionero realizadoal aire libre, pues, como recuer-da Alfonso Reyes, "las piezasacompañadas de simulacro béli-co se representaban en el cam-po". A lo que añade el ilustrehumanista: "El Teatro nacien-te fue dádiva de la evangeliza-ción y el catequismo. Sus finesdistan mucho de ser directamen-te estéticos o de mero diverti-miento. Pero ese teatro comien-za a tirar del carro de la come~dia y ha de conducirnos hasta laescena criolla". (2)

(i) Mantila Tascón, Antonio: Los Viajes de Julián Gutiérrez. Posteriormen-te en la H. C. de la Lit. H. Orlando Gómez Gil da cuenta de iina repre-

sentación ocurrida en México.

(2) Letras de la Nueva Espai'a. México. 1948. Págs. 57 y siguientes.

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De una década más tarde esnuestra segunda expe r i e n c i adramática. Y esta vez las cosasocurren en la ciudad sede delGobierno. En enero de 1544 lle-ga al Istmo, rumbo a su desti-no, el primer Virrey del Perú,el austero, "áspero" D. BlascoNúñez Vela. "Entrando en laciudad fue de todo el pueblo pa-namense muy bien rescebido,assi por los chicos, como por losgrandcs, aunquc también uvoalgunos de los mal yntenciona-dos que Re salieron fucra de laciudad por no le vcr entrar, yaquella nochc se recitó una co-media en su posada, por le darcontento y plazer". "Por ciertoque esa representación, qU2 Gu-tierrez de Santa Clara apelldapomposamente comedia -apun-ta Guilermo Lohmann Vilena.el historiador del arte dramáti-co en el virreinato del Perú,no debió pasar de una brevefarsa o coloquio, de postiza yficticia inspiración renacentista,según estaba entonces en boga".

A medida que la sociedad co-lonial se estabilza, las activida-des de orden artístico e intelec-tual van abriéndose paso. y elteatro, que en España vive lacurva de su glorioso ascenso, esactividad para la que no faltangustadores ni pretextos. Las so-lemnidades religiosas, la procla-mación de reyes, el cumpleañosde los miembros de la real fa-mila, brindan frecuentes coyun-turas. Sin contar la actividadprofesional que desde fines delsiglo XVI y principios del XVIIencontrará terreno propicio enambientes como los de México,

Lima y Potosí. América brindano sólo audiencia sino temas ysugerencias -recordemos el es-tribillo "Viene de Panamá", deLope de Vega--, sin que faltenpara entonces autores y actores.Baste recordar la egregia figurade D. Juan Ruiz de A1arcón.

'" * '"El año de 1612, en la ciudad

de los Reyes, todavía muchachopues había nacido en el año de1595, aparece vinculado a lafarándula el panameño PabloCrespilo de Ovalle, cuya actua-ción, prolongada por más de tresdécadas, le llevó también a losescenarios de México y Potosí.Pablito, como se le conocía enel teatro formó, junto con sumujer, Juana de ERcobar, en elElenco rle varias c.ompañias, yambos fueron de los actores me-jor pagados entonces. Las últi-mas noticias acerca de la pare-ja datan de 1644, cuando se pre-paraba para la aVentura de unacompañía propia, que dirigiríanmarido y mujer.

En esos años iniciales del si-glo XVII, con motivo de las fes-tividades realizadas en nuestraciudad para desagravio de laVirgen María, grosera m e n t eirrespetada por un in devoto, en-

tre las muchas ceremonias y ac-tos no faltó la participación dra-mática. "No dejaré de decir queen dos días de la octava se repre-sentó en nuesctra casa un colo-quio de San Marco y Marcelinotan devoto como bien compues-to". El texto es de Pedro Merca-do, jeRuíta, historiador de la Or-

den, quien vivió en Panamá poraquellos días. (3)

(3) Ver Historia de la Provincia del Nuevo Reino y Quito. - Tomo III, Bo-gotá, 1957.

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Del siglo XVII nos faltan no-ticias, pero es obvio que iránapareciendo a medida que serealic~n nuevos esfuerzos de in-vestigación. En lo que respecba la centuria siguiente las refe.rencias son menos esquiva::. Enefecto, hay constancia de las ac-tividades realizadas en mayo de1747 con motivo de la solemneproclamaciÓn de Fernando VI,en cuya oportunidad el gremiode sastres hizo representar lascomedias Lances de am.or !I for-tuna y Amado y aborrecido, dePedro CalderÓn de la Barca;SÓlo l)iadoso es mi hijo, de Juande Matos Fragoso, Francisco deA vellancda y Sebastián de Vila,-viciosa, y El Montañé8más hi.dalgo, de quien no se señala aU~toro Y queda asimismo un pre-cioso documento, publicado porJuan Antonio Susto, relativo alas Fiestas celebrodas en la ciu-dad de Panamá en el año de1790 con motivo de la proclama-ción de Carlos iv. En febrerode ese año, "el 8, 9, 10 y 11 hu-bo comedias, las tres primerascosetadas por los gremios de estaciudad (excluso el de Comer-cio), y la otra por el Yndividuoque las dirigió; y aun que escierto que por no haver Cómico:!de profesión, iii mujeres que qui-siesén entrar en ellas, se hicie~ron por hombres aficionados, esde advertir que se presentaroncon tal propiedad quc causó ad-miraciÓn, assi el aire equibocodel sexo, como lo bien que mi-dieron el verso, y viveza conque ejecutaron los Pasagcs, aque acompañó la hermosa vistadel Teatro y sus imitaciones, yno menos estubieron muy luci-

das las Loas que precedieron,cuyo concepto, y el primor de sucomposición, junto con el golpede Música, mostraba en argu-mentos de competencia la másfina lealtad de Panamá al Sobe-rano". (4)

Buenas razones autorizan apensar que festejos semejantesse realizaron cuando la procla-mación de Fernando VII, ya alfinal de la colonia.

Por entonces, en el año de1809, un ingenio nativo montauna pieza dramática en la ciu-dad de Penonomé. Se trata deD. Víctor de la Guardia y Aya~la, vecino de la localidad, quieniba a emigrar añOH después aCentroamérka, donde tuvo luci-da actuación y moría luego, enCosta Rica, y de su obra La Po.lítica del Mundo, tragedia entres actos y en verso, que enforma alegó rica critica la inva-

sión francesa de la península yhace el elogio de Fernando, ElDeseado. Se trata del primertexto de teatro de segura atri-bución a un panameño, de undocumento revelador de la cul-tura literaria local de aquellosdías, pueR no hay noticias de quede la Guardia y Ayala estudiarafuera del país, y testimonio asi-mismo de la existencia de unpoeta de pORibilidades, como per-miten deducir ciertos pasa ies dela obra. No obstante sus visiblesinflujos neoclásicos, de la Guar-dia y Ayala se toma cierta3 li-bertades, especialmente en cuan-to a los lugareR donde ubica su

acción, rompiendo claramentecon el rigor de las tres unida-des. Este hecho parecc nnunciar

(4) El Constitucional del Istmo" de 21 de mayo de 1822.

~i

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qU3 entramos en las aguas delprerromanticismo.

Con La PoWÙ'(l dI' Mundoterminan las refel'encias teatra-les del período de nuestra vincu-laciÓn política a España.

* .* *

El cambio operado en el or-den político en noviembre de1821, si bien abriÓ perspectivasmúltiples, no alteró nuestra afi-eiÓn por el teatro, irrenunciableherencia hispánka. Y en brevelos triunfos de las armas patrio-tas darían ocasión para dramá-ticos escarceos. Cuando la Victo-ria dcl General Padilla en Ma-racaibo fue del conocimiento denuestras autoridades, el 15 de'agosto de 1823. t2mprano tañerde campanas y el estampido dùcañones alarmaron al inadverti-do vecindario. El júbilo colecti-vo se manifestÓ en misas, bai-les, corridas de toros, siguiendoel consabido patrón. Y se orga-ni~ó la inevibble funciÓn tea-tral, interrumpida por la sÚbihenfermedad del primpr actoi',"egÚn apunta un periódico de laépoca.

Todo indka que nuevas mani-fe"taciones dramáticas debieronocurrir cuando la decisiva victo-ria de Ayacucho, alcanzada endicipmbre de 1824, y motivode festejo" en Panamá en el mesde enero siguiente, prolongadospor algunos días. Y nos quedainformaciÓn fidedigna de la fun-ción realizada en mayo de 1832para celebrar la vigencia formalde la Constitución de La NucvaGranada. La obra puesta enton-ces en escena se intitulaba Os-ear, basada en los poemas deOssian, vertida a nuestra lengua

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por don Nicasio Gallegos, "es-critor de una imaginaciÓn quepuede deeÎrse destello del mis-mo divino Apolo -nutrido conel profundo estudio de los clá-sicos nario n a 1 e s y estranje-ros ", según afirma un comen-tario de la época. PreRentada enla Plaza de la CatedraL, cont6con nutrida audiencia. "El nú-mero crecido de la concurrencia,que pasó con much'o de dos milpersonas, derramadas por todo(,1 ámbito de la plaza, estendi-das algunas hasta las graderíasde la Iglesia mayor, i aun no po-ca;; encaramadas en lo alto desus torres, aumentaba la pompai lucimiento de la función". (4)Estamos ya en 10R albores denuestro romanticismo, entoncesprimordialmente comprometidocn la p2ripecia socio-política.

De los años que siguen hastamediar la centuria pocas noti-cias he podido reunir. Es pro-bab~e que no se hiciera muchocntonceR, orientadas todas lasint2ligencias y voluntades haeÎalas actividades políticas y econó-micas, como apuntaba. Pero losacontecimientoR en que desem-boca esta etapa crítica, y queconduccn a la creaciÓn del Esta-do FEderal, iban a traducirse enuna radical transformaeÎón dela convivencia panameña queencontraría en la literatura ecOSdignos de recordarse. Es cuandoaparecen nuestros románticos yel t2atro cobra nuevo impulso.El hombre que llena un sustan-tivo capítulo de aquelloR años se

llama Mateo Furnier.En los días iniciales de 1850

Mateo Furnier, actor y empre-sario español, inicia sus activi-dades en nuestra ciudad. A me-diados de febrero la prensa alu-

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di~ a sus representaciones, aléxito aleanílado con NJ(ltilde, quepide se repita. Poco después laprensa critica el mal comporta-miento de algu nos espectadores.El 14 de abril la empresa mon-ta el MacÎas, de Larra, que me.rece el aplauso de los espectado-res. Se hace entonces especialmención de Ramona Furnier, alparecer hija del i'mpr2sario,yse advierte a éste: "Si quierecontinuar complaciéndonos conel teatro, debe procurarse un lo-cal cubierto, pues las lluvias nos

amenazan". D. Mateo toma enserio el consejo, y en setiembrede ese año anuncia la inaugura-ción de su teatro, el primero dela ciudad, que abre sus puertasel 22 de setiembre con la tra.gedia Alfonso Munio, de Gertru-dis GÓmez di' A nllaneda, a laque se acompañÓ la comedia 1/1Pena del Tai'ióJI. De acuerdo conla pr~nsa, el teatro trabajarblos jueves y domingos.

Por juzgar que se trata de undocumento de indudable perti-nencia en la historia de nuestroteatro. copio parcialmente untexto Olie 1'1 15 d2 setiembre d,:1850 dio Furnier a la publici-dad. dl'sde las páginas dl' "ElPanamcño". Dice asi:

Cuiindo una feliz casualidad mehizo detener cn esta pobladón. le-jos. mui lejos estaba yo de ima-ginar qL;C seria el qllC por vez pl'i-mera fundase en ella un teatro:falto de grandes recursos que cstuelase de obras necesitan y cono-ciendo la esposiciÓn de tales em-presa..;, jamás me hubiera determi-nado a emprender tan ecsorbitan-tes gastos, si la bondad dd públi-co panamei'o no me hubiese esti-mulado perennemente haciendom:'concebi l' con su entusiasmo unaesperanza noble i lisonjel'.

Mi obra e~t¡\ tt'rminadii: faltapueR la del púldico. Mi )ieque¡-IO

teatro e~tá totalnH'nte concluido a

fuerza (J¡ per"eH'ralH,ia, de d.. ",'m

b.)lsos peciiiiiario~, de tienipii i di'

un deseo ardi"nt", qut' nle :iiini.i-el dc mo~tn¡r iui agradeciniieiito, el de scr útil iil país dor"h' tal1

benignamente se me ha fa Hll'eeido.¿Serán vanos ini~ d~~~e():-'! l\.~ldt'-ránse al nacer mi" espe.-aiiza,,';-No: yo eontio mui ju,-tan1lnte enqiic el público tiido eiiiill'ibuirá HEoslener mi dign;l empresa, pro-penderá a su engrandecinii...nto, iprobiirá con su induljPllCia, eon".tancia e ilustra('i,"n, qUl' march:.icon paso tan firnie tomo .-ÚjJid"po!' la deliciosa H'nda del pl'iigTe-so, de la civilizaciÓn! Si, jJolque

el tcatro c" tambíbi el refleju dela civilización £1" las nacioncs: noes el teatro, como ",,('ajei'adamente

",e ha querido siisteiibir, el inae~-tro de la humanidad. pno 'ii de~pejo fiel dond" se ve animada"mente rdiabda. En el t"atro ""embellece la hiBtoria. 'ie ven revi.vil' a lo~ Climinale~ i a los hÜoes,a los hipÓcritas y a lo" virtuoso"'.a los imbécile~ i a lo~ sabio:" a lo"tiranos i a lr,s mártires de la li-bertad: vam06 al teatro i la iniquidad sang-rienta de Ricanl" .lu.nos espanta, pet'o el sncrifil'o ikVil'giniri nos entusiasma i admira;nos hor('ol'iza la traiciÓn in f,iii'_'del C'omlc O. .)"/':111 i nos mara vi.l1a el c-ruento h,'i'oismo de (;11,1'1110"

el buen,,; nos escandaliza la adul-tcra i fiera cOl'ujJciÓn (j" ilri¡,ga,'Üa de BOl'gol-w pero nOR eiiianta

la virtud sublime de Lucl'ccia; d,,~.precianio1; la ruindad del Hi,liÌcrita; lamentamos el eslravio de ¡'UN

Ba,ndÙl()s: nos indigna la ceguedaddel Menlii'o.ço. i nos amedrenta elfunesto fin de El JugurlO/'; peru

nos ecsalta la jenerosidad i recti-tud de Pedro Crespo; el patriotis.mo de PelaJjo i el ardor de (;uiUcl'-"'O que lanz:i la a:~uda flecha a la

inocente caheza de su hijo juran-

do libertar a RUS tompatricios del

despotismo atroz de lo" tiranos.

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Todo nos ensei'a. todo nos recrea.i por eso todos proclaman el mó-rito i utilidad de tan agradable ieconómica diversión; todos encuen-tran en ella un solaz de sus fati-gas; las masas una guia de su opi-nión, un suave morijerador de suscostumbres, un conjunto de subli-mes bellezas religiosas, morales einstructivas.

Hasta aquí la cita, que no tie-ne desperdciio. Mateo Furniercumplió con su parte, y por másde tres años su Teatro operó re-gularmente en nuestra ciudad,a través de sucesivas tempora-das, con un repertorio variado,en el que alternaban obras delteatro clásico universal y pie-zas de la actualidad española.Shakespeare, D u m a s, Scribe,Souile, Bretón de los Herreros,Larra, Zorrila, Ventura de la Ve-ga, Martínez de la Rosa, la A ve-lIaneda, Rodríguez Rubí, Jil yZárate son algunos de los auto-res presentados. Y formaban elelenco de la compañía de Fur-nier sus hijos Ramona y Mateo,Asunción García, Emilo Segu-ra, G. Molina, ete.

La empresa de Furnier cesóen sus actividades al mediar elaño de 1853, pues el contratopor el uso del edificio terminabacn setiembre de ese año. Puedeestimarse sin excesos que duran-t su gestión presentó no menosde den obras, y que ayudó a ci-mentar el gusto por esas activi-dades, a más de estimular a losjóvenes hombres de letras y afi-cionados. Sabemos que para con-memorar el 28 de noviembre de1857 un grupo de aficionadosmontó la obra Felipe, sobresa-liendo por su actuación, de a-cuerdo con informes del perió-dico "El Pueblo", el joven Ni-

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canor Obarrio. Sabemos, asimis-mo, que de nuestros poetas ro-mánticos Tomás Martin Feuilctincursionó por los predios de Ta-lía, y que su comedia Dios i A-yuda, en tres y medio actos y enverso, fue puesta en escena poruna Compañía Dramática de A-ficionados, el día 13 de junio de1853. De Martín Feuilet noscuenta Gamboa que dejó perderuna excelente obra teatral, con-siderada por quienes la leyeronentre sus textos mejores. Y ve~remos incursionar por el teatrotambién a José María Alemán.

Por esos días, a mediados de1860, tuvo lugar la polémica sus-citada por la decisión del Go-bernador Obaldía de habiltarpara teatro cl antiguo Hospitalde San Juan de Dios. A ello seoponía el padre J ované.

Los románticos prestaron evi-dente atención al teatro. A Ma-nuel T. Gamboa debemos comen-tarios críticos aparecidos en "LaCrónica Mercanti" y "El Céfi-ro" entre 1865 y 1867, cuandoactuaron en nuestro medio lascompañías de Mateo O'Loglin yde Torres y Luque. Al presen-tarse por la primera de las em-presas D. Francisco de Quevedo,obra de Eulogio Florentino Sanz,participó en el reparto el jovenpanarncño Manuel Azcárate.

José María Alcmán escribeentonces su ensayo dramático"Amor i Suicidio", estrenadotiempo después, la noche del 18de junio de 1876 por la SociedadDramática Panameña. Alemánexplica: "La existencia verda-deramente excepcional del ilus-trc panameño Dr. Tomás Argo-te, me dio tema en 1865 paracomponer este ensayo drhmáti-

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co, cuya importancia sólo con-siste en haber trasladado a laescena su infortunado amor itrágico fin". . . Tal ensayo hasido escrito sin pretensión deninguna especie, en una épocaen qu.e mi alma, hondamente en"tristecida por la pérdida de miinvolvidable madre, rebosaba ensentimiento i se consolaba conel recuerdo de ajenas desventu-ras. . . Una obra así' sentida ielaborada bajo dolor03as impre-siones se resiente de faltas queno podría corregir ahora sin ha-cer alteraciones que desfigura-sen la especial fisonomía. de di-

cha obra, en que el sentimientoes lo máS. Mi trabajo, pues, nopide aplausos; sólo exije bene-volencia. Mere.cerla será mi ma-yor satisfacción".

La trama de la obra., ubicadaen los añös de 1841 y 1842, dis-curre en Panamá y Penonomé.Encarnaron sus personajes Car-los Cucalón, Maximino Walker,Guadalupè de T o r r e s, MariaValdebenito y Elena Aurivet.

Esa Compañía Dramática Pa-nameña iba a viajar meses mástarde a Chiriquí donde se recor-daba que en 1864 Manuel Lara.español, llevó a las tablas "ElMédico a Palos", con la inter-vención de algunas señoritas dela sociedad chiricana.

La actividad de estos años es-timuló la creación dramática.Maximino Walker y Manuel Jo-sé Hurtado se cuentan entre losjóvenes panameños que enton-ces escribieron teatro, Y quedannoticias de que FranCisco Ortiz,cubano avecindado en nuestraciudad, escribió para el ya des-collante actor Cucalón "Un es-cándalo en el Club". A partir de

ese momento Carlos Cucalón(1852-1925) será, desde el pun-to de vista local, el eje de todaslas actividades dramáticas ocu-rridas en Panamá durante elmedio siglo que termina' con sudeceso. Destacado actor, empre-sario, posteriormente Adminis-trador del Teatro Nacional, sunombre llena un capítulo funda-mental.

D. Gervasio García nos cuen-ta una sabrosa historia a propó-sito de la representación de D.Juan Tenorio, la noche de un 2de noviembre de las postrime-rías del siglo, en el Teatro Que-vedo, empresa de Cucalón: "Atiempo de lcvantar el telón apa-reció el Sr. Cucalón para infor-mar que, por enfermedad del Sr.Serra, que tenía a su cargo elpapel de Tenorio, no se repre-sentaría el Don Juan sino otraobra. De la concurrencia se oyóuna voz Que dijo: "No se aceptael cambio, haga usted el Teno-rio". Entre los aplausos don Car-los, con sentido tono, dijo: "Nopuedo tolerar Que nadie se burlede mi desgracia; yo agradeceríala indicación de Uds. y procura-ría atenderla si se tratara deotro papel en armonía con miscondiciones físicas, como A!ar-cón, o el Senador de la Cabañadel Tío Tom, pero el D. Juan Te-norio, vamos, no se burlen".

Ante la insistencia del públi-co D. Carlos accedió. "Por todasu declamación obtenía D. Car-los merecidos aplausos; pero to-dos los espectadores Que cono.cíamos la obra esperábamos laescena del rapto de doña Inés, elpapel de la cual hacía una artis-ta española, joven pero bastan-te robusta, por cuya razón donCarlos no podría 1evantarla en

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peSQ; pero 10 arreglaron bastan-tc bien; mediante el cambio dealgunas palabras del libreto, sefueron acercando a la puerta delos bastidores, y con un poco deayuda, bien disimulada, de Brí-gida, doña Inés raptó a donJuan Tenorio. . . Excuso d2cirla algarabía que formó el audi-torio durantc más de diez minu-tos. Sucrte que esa e" la últimaescena del segundo acto". (5)

Por esos mismos días escribepara el teatro Federico Escobar,el poeta obrero, dc quien los afi-cionados tendrían oportunidadde apreciar "La Ley Marcial"(1885) y "La Hija Natural"(1886). Son los años en que do-mina el teatro realista, cuandoel gusto imperantc se orientapor los rumbos de "El Gran Ga-leote" y "La Pasionaria".

(5) Ver "Don Carlos J. Cucalón", en el N9 52 de "Loteria", de Septiemhre de1945. Acerca de las Manifestacíorws teatrales en Panamá durante el últi-mo C1wrt ode! si.lJlo xix presentó hace algunos ai'os un excelente trabajode graduación la Srta. Rosa Elena Navarro, egresada de la Escuela deEspai'ol de la Universidad de Panamá.

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OSMAN LEONEt FERGUSON

Durante los días 11 a 16 deEncro del presente año se efec-tuó en la Universidad de Pana-má el Segundo Seminario deHistoria. Exponemos a nuestroslectores una información sucín-ta y de conjunto del trabajo rea-lizado en dieho scminario.1. FUNDAMENTO DEL SE-

GUNDO SEMINARIO DEHISTORIA DE PANAMA

Antecedentes:

Como todos los del Continen-te Amcricano, nuestro país atra-viesa una fase histórica signadapor el anhelo y la expectativa decambios orgánicos y modales enla vida colectiva. Desde los pla-nos de Estado y del empresarioprivado se intenta responder alas urgencias presentes con losdenominados planes, proyectos yestrategias para el desarrollo,cuya configuración de mayor re-licve, si bien de desigual impor-tancia en orden a la educación

consiste en el Plan Nacional deEducacinó y la comísión reviso-ra del sistema educativo.

Dentro de esta situación hasurgido el propósito de efectuarel Segundo Seminario de la His-toria de Panamá. Punto de par-tida de la iniciativa fueron cier-tas manifestaciones de los estu-diantes del Instituto FermínNaudeu y de profesores del de-partamento de Ciencias Socialesdel Instituto Nacional que en-contraron alentadora acogida enel Ministerio de Educación. Vi-no sin duda a favorecer1a el he-cho de ocupar cargos de super-visores en esta dependencia gu-bernamental los licenciados Os-man Leonel Ferguson y CarlosA. De Ditgo O., quienes habíantrabajado en la comisión organi-zadora del Primer Seminario deHistoria, celebrado en la Uni.versidad de Panamá hace cua-tro años. Para plantear el asun-to frente al público se efectuó

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una mesa de televisión en queaparecieron, junto a los profe-sores mencionados, sus compa-ñeros, pro f e s o r e s HumbertoBrugiatti, miembro que fue tam-bién de dicha comisión, hoy ca-tedrático del Colegio NormalRubiano, y Reina Torres de A-raúz, actual jefe de la Direccióndel Patrimonio Histórico del Ins-tituto Nacional de Cultura y De-portes. Los interlocutores plan.tearon sucinta, pero comprensi-vamente los problemas que con~Íronta la enseñanza de la histo-ria nacional en todos los nivelesdel sistema escolar. Entre otroshechos de pareja gravedad hi-cieron resaltar la nula atención

Que recibieron por parte de losdirectores del ramo educativolas numerosas recomendacionesconcretas emanadas del PrimerSeminario de Historia. Consi-guiente a la mesa de televisiónse produjo la promesa formaldel Ministerio de Educación decooperar para la realización delSegundo Seminario de Historiay de poner en práctica con lamayor brevedad posible las re~comendaciones que éste acorda-se. La Rectoría de la Universi-dad dt Panamá se unió al pro-yecto ofreciéndo1e pleno patro-cinio académico y el InstitutoNacional de Cultura y Deportesle ha asignado pleno respaldo.

El paso inmediato fue la for.maeión de la comisión organi-zadora con algunos participan-tes de la Que funcionó para elprimer seminario, un miembrocte número de la Academia Pa-nameña de la Historia y un re-presentante estudiantiL. La co-misión se instaló el miércoles 21

de octubre, en la sala de los pro-fesores de la Facultad de Huma-

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nidades de la Universidad dePanam. Eligió una direc t i v acompuesta por los señores doc-tor Carlos M. Gasteazoro, presi-dente; Diógenes de la Rosa, pri.mer vicepresidente; Osnian Leo-nel Ferguson, segundo vicepre-sidtnte; Fu1via de Sánchez, se-cretaria, y los vocales EuclidesCerrud, Humberto Brugiatti yCarlos A. de Diego O. Fuerondesignados presidentes honora-rios el señor Ministro de Educa.ción, licenciado José GuilermoAizpú y el Rector de la. Univer-sidad, arquitecto Edwin Fábre-ga.

Principios y objetivos:

Parece obvio que la soluciónde los problemas educativos de-be proponerse como meta supe-rior la integración del proceSOde enseñanza mediante .la arti-culación de sus diversos niveles,poniendo énfasis en los resulta-dos cualitativos y en lracer10sconcordar con las realidades delmundo actual y las necesidadesdel desarrollo económico, social,político y cultural de la naciónpanameña. Sobresale entre lasdificultades de la situación ac~tu al la que presenta la multitudde planes y programas desarti-culados, incoherentes e inefica-ces que entorpecen la marchadel sistema educativo y la acti-tud casi estratificada de receloy esquivez con que los mediosoficiales miran las soluciones defondo que se han propuesto. EsaRí mismo evidente que la ROlu-ción de los problemas básicosdel país, entre los cuales adquie-ren mayor prominencia los edu~cativos, exige una acción racio-nal ejercida desde las altas je.rarquías del Estado. Mas no po-drá producirse nada semejante

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mientras se halle ausente unaesclarecida y consistente concep-ción de los problemas, no comOobra del azar ni de errores deresponsabildad individualizable,que sin duda han ocurrido, sinocomo resultante de factores dedimensión social que han opera-do a lo largo de la evolución his-tórica del pa.ís y que justamentehan cngendrado tantas prácti-cas viciosas. Hay que reconocer,por lo tanto, que el conocimien-to integral y consecuente de la

historia nacional es una condi-ción prima para que la enseñan-za de las Ciencias Sociales seaefectiva y no, como ocurre ac-tualmente, una simple imposi-ción a la mente del alumno deesquemas abstractos y de reper-torios dc datos desprovistos defunción positiva dentro de lacontextura de su personalidad.Sostenemos, pues, que una claravisión histórica del proceso na-cional debe dar fundamento ala formación educativa como acualquier intento sinceso y au-téntico de transformación es-tructural de la nación. Mientrasaquella falte, el desarrollo eco-

nómico puede ser todo lo acele.rado que se quiera desde el pun-to de vista cuantitativo, peroserá sencilamente nulo en 10que toca a la génesis y afirma-ción de una conciencia nacionaldespierta y activa. Resalta, porlo tanto, comó tarea inaplazablela de evaluar rigurosamente losplanes y programas erìucativosexistentes a fin de cambiarlos,actualizarlos e intensificarlos encuanto fuese necesario,

El Primer Seminario de His-toria de Panamá demostró 1al"serias fallas que en el contextodel sistema educativo presenta

la enseñanza de la historia queviene 1astrada de programas re-cargados, repeticiones temáti-cas, lagunas. desarticulación enlos niveles, ausencia de criteriometodoló g i c o, limitaciones de

tiempo, escasez de bibliografía,fuentes, textos, etc. Cabc en pri-mer término examinar la actua-ción del Primer Seminario dcHistoria para actualizar, com-pletar, rectificar o confirmarsus recomendaciones. Hay asímismo que establecer las condi-ciones para la elevación cientí-fica del contenido y método dela enseñanza de la historia na-cionaL. Precisa estimular y avi-gorar la actitud inquisitiva, en-cauzándo1a y ejercitándola através de proyectos regulares deinvestigación realizada con nue-vos métodos. Actividades que sedistribuirán relacionándo1as yprofundizándolas a lo largo delos distintos niveles de enseñan-za ~onforme a los rasgos propiosde cada uno de ellos.

Tales son los objetivos funda-mentales del Segundo Semina-rio de Historia. Espera éste,más bien reclama la participa-ción responsable de todos losestudiosos de nuestra historia,pertenecientes o no a las filasdocentes. El Segundo Seminariode Historia tratará de corres-ponder al signifi c a d o de sunombre. Será un taller de tra-bajo en donde los temas estaránsujetos a investigación, compro-bación y discusión amplia y li-bre. Cada postulado será deba-tido, cada aporte criticado, cadaconclusión adoptada tras del co-tejo de las opiniones divergen-tes. Consideramos que el Semi-nario contribuirá a la reorienta-ción de la enseñanza de la his-

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toria y, en el grado en que estose logre, a liberar y depurar laconciencia histórica nacional delos mitos y prejuicios que laobstaculizan y desvaloran.

LA COMISIONORGANIZADORA

Panamá Noviembre de 1970.

n.-COMISIONESDE TRABAJO:

L.-Enseñanza de la HistoriaPatria en la escuela prima-ria y básica.

2.-Enseñanza extra-escolar dela Historia Patria.

3.-Enseñanza dc la Historiaen las escuelas no oficiales.

4.-Enseñanza de la Historiaen los liceos, escuelas nor-males y de comercio.

5.-Planes y programas de His-toria cn las escuelas profe-

sionales, técnicas y de arte-sanía.

6.-Tareas de la Universidadrespecto a la Historia Pa~tria y de América.

7.----Fuentes de investigacionesy conservación arqueológi-ca.

8.- Textos escolares y biblio-grafía de Historia Patria.

9.---Comisión de protocolo yhospedaj e a los profesoresdel interior de la Repúbli-ca.

III.---NORMAS BASICAS P A-RA LAS COMISIONES

L.-Cada comisión elegirá unpresidente, un secretario yun relator.

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2.-E1 presidente convocará asesión; dirigirá los deba.tes, firmará las resolucio-nes que recaigan sobre losasuntos de la comisión, lacorrespondencia a quc hu-biere lugar y las actas; es-timulará la labor de la co-misión y la dirigirá; seráel medio dc enlace con lacomisión organizadora.

3.-El secretario rcdactará lacorresponden c i a, firmarácon el presidente la corres-pondcncia y demás docu~mentos dc la Comisión, lle-vará nota del curso de lassesiones, redactará las ac.tas y formará y guardaráel archivo de la Comisión.

4.-El relator registrará el de.sarrollo dc los debates so-bre las ponencias, hará losinformes respectivos a és-tos y redactará el texto de-finitivo de ellas,

5.-Las comisiones se reuniránobligatoriamentc los día smartes 12, miércoles 13,jueves 14, de 8 :30 a.m. a12 m. para la discusión yaprobación de su respecti-vo trabajo.

6.-Las comisiones asistirán o-bligatoriamente a la sesión

plenaria el viernes 15, de8 :30 a 12 m. y de 2:00 p.m,a 6 :00 p.m. para la prescn-tación de sus rcspectivos

trabajos.7.-Las comi s ion e s pueden

crear dentro de ellas sub-grupos de trabajo, las ta-reas que le corresponden yorganizarlas conforme alo dispuesto en estas nor-mas,

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iv. .PROGRAMA:

Lunes 11:

8 :00 a.m. a 12:00 m. - Ins-cripciones y organización de lascomisioncs de trabajo.

Lugar: Salón de Profesorcsde la Facultad de Filosofía, Le-tras y Educación.

4 :30 p.m. -- Sl~sión PlenariaInaugural.

Lugar: Auditorio de la Facul-tad de Odontología.

1. Inauguración por Su Excc-lencia Lic. .José GuillermoAizpÛ, Ministro de Educa-ción.

2. Participación del Coro Po-lifónico: Oh Señora! (deFernando Franco - SigloXVI).

3. Palabras de bienvenida porel Rector de la Universi-dad de Panamá, Arq. Ed-win Fábn~ga.

4. Participación del Coro Po-lifónico: Patria (de Ricar-do Miró y Gonzalo Bre-nes) .

5. Mensaje del Presidente dela Comisión Organizadora,Dr. Carlos M. Gasteozoro.

6. Himno NacionaL.

8 :00 p.m. Ccna ofrecida porel Ministro de Educación. -- Sa-lón Bellavista, Hotel El Pana-má.Martes 12, Miércoles 13,Jueves 14:

8 :30 a.m. a 12 :00 m.--- Sesio-

nes de las Comisiones de Traba-jo.

10 :00 a.m. a 10:15 a.m.----Re-frigerio diario en la Cafeteríade la Facultad de Humanidades,por cortesía del INCUDE.En la tarde - Cursilos:

3 :00 - 3 :40 p.m. - Prof(~sorRicardo Miró: - Introducciónal Siglo XIX panameño. - Dr.Humberto Ricord: -- Formaciónhistórica de la clase media pa-nameña.

3 :45 - 4 :25 p.m. - Prol. Mar-co A. Gondásegzti Jr. - El Con-cepto de la Historia en la Socio-

logía. - Dr. Carlos M. Gastea-zoro - Teoría y Prctica de laHistoriografía Panameña.

4 :30 - 5 :15 p.m. --- Prol. Ed-win Molina Rccursos audio-visuales en la Enseñanza Histo-ria. - nr. Diógenes de la R08a

Fundamentos de la Repúbli~cai

Martes 12 y Miércoles 13:

8 :00 p.m. - Conferencias porel Dr. Mario Bricenu Perozo,Dircctor General de los Archi-vos de Venezuela.

Jueves 14 y Viernes 15:

8 :00 p.m. - Conferencias porel Dr. Germán Carrera Damas,Profesor de Historia de la Uni-versidad Central de Caracas.

Viernes 15:

8 :30 a.m. a 12:00 m. y de 2 :00p.m. a 600 p.m ---- Sesión plena-ria.Sábado 16:

10 :30 a.m. - -- Clausura.

1. Palabras del Dr. Diógenesde la Rosa, primer vice-presidente de la ComisiónOrganizadora del Seminario.

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2. Lectura de la Alocución alos Profesores de Historia,de la Pro!. Raquel Ma. DeLeón, presidenta de la Sec-ción Nacional de Panamádel I.P.G.H. (O.E.A.).

3. Palabras del Prol. GustavoGarcía de Paredes, Decanode la Facultad de Humani-dades

4. Discurso de la Dra. ReinaTorre.'! de Araúz, del IN-CUDE.

5. Clausura del Seminario porla Viceministra, Pro!. Ni-dia de Quintero.

12 :00 m. - Brindis ofrecidopor el Rector de la Univer-sidad de Panamá, en elCentro Recreativo de la U-niversidad de Panamá.

V.-ACTA DE LA SESION FI-NAL DEL II SEMINARIODE HISTORIA

En la ciudad de Panamá, en elauditorium José Dolores Mosco-te de la Universidad de pana-má, se reunió el día 15 de Enc-ro de 1971 la asamblea gcneraldel II Seminario de HiRtoria conel objeto de considerar los infor-mes rendidos por las comisionesde trabajo.

El acto se inició a las nuevcde la mañana. Actuó como direc-tor de debates, designado por lacomisión de la mesa del Semi-nario, el profcsor Carlos A. DcDiego y como sus alternos losseñorcs profcsores Osman Leo-ne1 Ferguson Y Gilberto Valdés,

Se siguió el orden numéricode las comisiones para recibir y

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poner al debate 108 informes res-

pectivos. En cada uno de los ca-sos hizo la lectura de las conclu-

siones y rccomendaciones el co-rrespondientc relator y tcrmi-nado aquello se abrió al deba-te, en el cual intervinieron losmiembros de la asamblea quequisieron hacerlo y, para dar in-

formaciones Y explicaciones, lospresidentes y relatores de las co.misiones.

Conforme a tal procedimientose discutieron y fueron luego aRprobadas las conclusiones y re-comendaciones de las comisio-nes, según se expresa en la ME-MORIA DEL SEGUNDO SE-MINARIO DE HISTORIA.

Vi' - A continuación publica-mos los textos de tres propo-sicioncs que fueron aprobadas,por los miembros de la asambleadel Seminario, una vcz que fue-ron aprobados los informes delas distintas comisiones de tra-bajo:

El Segundo Seminariode Historia,

CONSIDERANDO:

l.--Que el Escribano don Ro-drigo Galván de Bastidas fue eldescubridor del Istmo de Pana-má en 1501;

2.-Que nosotros nada hemoshech~ con el fin de perpetuar sumemoria en la República;

ACUERDA:

L.-Recomendar al Ministeriode Educación que bautice al Pri.mer Ciclo del Chorrillo con elnombre del Escribano RodrigoGalván de Bastidas.

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Osman Leonel Ferguson,Supervisor Nal. de Historia

y Filosofia.

Carlos Arturo De Diego O.,Supervisor NaL. de Geografía

y Gobierno

Ciudad Universitaria,16 de Enero de 1971.

Desígnase una Comisión paraque prosiga la labor del SegundoSeminario de Historia en Pana-má, la cual estará integrada así:Tres (3) miembros, quienes

constituirán el cuerpo director,y

Un (1) representante por ca-da comisión que trabajó en elSeminario.

Esta Comisión se instalará eldia 20 de enero, en la Universi-dad de Panamá, y deberá pre-sentar periódicamente informesde su labor.

Dicha Comisión será designa-da por el presidente del Segun-do Seminario de Historia de Pa-namá.

Gilberto Valdés

Ciudad Universitaria,16 de Enero de 1971.

El Segundo Seminariode Historia,

CONSIDERANDO:

Que se hace necesario reco-ger datos históricos existentesen el extranjero y que se refie-ren a episodios de la vida pana-meña;

ACUERDA:

Gestiónese el nombramientodel personal eficiente en orga-nismos nacionales, acreditadosen el extranjero, en países de-terminados, con la tarea de re-coger datos dispersos de nuestrodevenir histórico.

Gilberto Valdés

Ciudad Universitaria,15 de Enero de 1971.

VII.-RESOLUCIONES:

Los Estudiantes de la Escuelade Filosofía e Historia

Universidad de PanamáAL DR. CARLOS MANUEL

GASTEAZORO

Con motivo de la celebraciónen esta Universidad del II Se-minario de Historia, la asambleade estudiantes de la Escuela deFilosofía e Historia en sesiónplenaria realizada el martes 12de enero de 1971, consideró a-propiado resaltar los méritos quele cumplen a Ud. por haber ges-tado, promovido y cumplido larealización del mismo.

Dos son las fuerzas que nosincitan en este sentido. Prime-ra: por ser Profesor de nuestraescuela; segunda: como estu-diantes de la disciplina, que ve-mos en esta actividad un benefi-cio notable para el conocimientode la panameñidad y su defini-ción socin-histórica y socio-polí-

tica.

El Segundo Seminario es, ytiene el cariz de tornarse no sólotradicional. 'sino vivificante y

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creador. Saludable, es acercal-nos certeramente a nuestro pa-sado para comprender la actua-lidad y aprestarnoR para lo por-venir.

Estos seminarios tienen la vir-tud de señalar una cuestión car-dina1: y es que ante las apertu-ras, tanto en el orden domésticocomo en el internadona1, que seofrecen al país - que tal ve?llenen de hesitación al grueso delos ciuda dan o s ---, compete alhistoriador, ahora mismo, antef\que a nadie, dibujar nuestra reai

fisonomía e irradiar las tesisque nos enrrumban hacia elbienestar, en todos los niveles.

"Panamá es país de historia,pero sin historiadores", fueronsus palabras al inicio del Semi-nario. pueda que sí. Mas, pen-samos que los Seminarios deHistoria son vivero de inquietu-des y determinaciones que con-tribuirán a llenar la oquedadque señala. Así lo creemos.

Reciba, entonces, el reconod-miento y aplauso de los estu-dianteR de FiloRofía e HiRtoriade la casa de Oetavio Méndez;tanto por el éxito en la organi-zación y desarrollo del presenteSeminario, como por alentar alos estudiantes Y preocupados denuestra nacionalidad a reunir-nos en estos actos dc implicacio.ncs y resultados podero~os.

Colina Universitaria,16 de enero de 1971.

Osman RoblesPn'sidente de la Asociaciónde Estudiantes de Filosofiae Historia de la Universidad

de Panamá.

l'.h:na M. ShireTSecretaria.

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RESOLUCIONCONSIDERANDO:

1 n --Que en la Ciudad de Pa-namá, los díail 11 al 16 de ene-ro de 1971, ile celebró en la Uni-vcrsidad de Panamá el II Semi-nario de Historia de Panamá;

2Q--Que dicho acto cultural serealizó con todo éxito en virtuddel interés desplegado por laComisión Organizadora del IISeminario de Historia;

3'1___ En atención a lo cual, los

estudiantes de la Escuela de Fi-losofía e Historia de la Univer-sidad de Panamá, en Resión ple-naria el día martes, 12 de enerode 1971,

RESUELVE:

ARTICULO UNICO: Hacerjusto y público reconocimiento ala Comisión Organizadora del IISeminario de Historia, celebra-do los días 11 al 16 de enero de1971, en la Universidad de Pa-namá, de igual manera a laR ins-tituciones patrocinado r a s, asícomo también a los conferen-ciantcs nacionales y extranjeros,ya que con su esfuerzo deddidoy creador ha permitido la rea-lización de este II S2minario deHistoria que tontribuye, en unHforma efec t i v a, a solidificarnuestro saber relativo a nuestrahistoria.

Osman RoblesPresidente de la Asociaciónde Estudiantes de Filosofíae Historia de la Universidad

de Panamá.Nina M. Shirer

SecretariaDado en la Ciudad Universi-

taria. a los 16 días del mes deenero de 1971.

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VIII.--EL PROBLEMA DELOS ESTUDIOS SOCIALES:

Uno de lOs temas que con ma-yor cuidado fueron tratados enel Seminario fue el relacionadocon los Estudios Sociales. PresentamoEl las rei:omendai:ionesque hieieron las diferentes comi-siones de trabajo:

a) La Comisión de la Ense-ñanza de la Historia Pa-tria en los primeros y quin~tos años de la sección Li-ceo recomienda:

"La división de la ense-ñanza de los Estudios So-ciales en las Escuelas Pri-marias de la República".Es decir, que se manten-gan separadas, al nivel dela enseñanza primaria, losestudios de Geografía, His.tOlÍa y Cívica.

b) La Comisión sobre la En-señanza de la HiRtoria Pa-tria en la Escuela Prima-ria y Escuela Básica reco-mienda :

"Elimínese como asigna-tura los aduales "estudiossociales" en la escuela pri-maria y considérense comoasignatu r a s independien-tes cada una de las cien~cias sociales que engloba ladenominación "estudioR so-ciales" y, m u y especial-mente, la historia de Pana-má".

c) La Comisión sobre la ense-ñanza extra escolar de laHistoria de Panamá hacehincapié en "que se esta-blezca la Historia comomateria básica junto con laGi"rafía de Panamá, la

Introdui:dón a la Filosofíay los Problemas Socio-eco-nómicos y Políticos de Pa-namá, entre las materiasque se impartan en el sis~tema que haya de crearsepara la enseñanza de laHistoria Nacional en losmedios y entidades .:)xtraescolares del país".

d) La Comisión sobre la En-señanza de la Historia Pa-tria en los colegios no ofi-

ciales señala: "Que los cur-sos de HiRtoria Patria enlOs colegios no oficialcs de-

ben ser sustenta d o s porprofesores especializa d o sen la ciencia histórica, pa-ra los cuales la DirecciónNacional de Educa c i ó nParticular debe organizarcursillos y seminarios obli-gatorios de Historia Patriaque prepararán las perso-naR no espei:ializadas paraque, ulteriormente, rindanexám3nes de comprobaciónde su aptitud profesional".

e) La Comisión de Textos Es-colares y Bibliografía ma-nifiesta: "Al establecersela Escuela Básica, a partirdel mes de Abril de 1972,sc recomienda la elimina-ción de los Estudios Socia-

les con el fin de separar laenseñanza de la Historia.Geografía y Cívica y seconfeccionen los textos porseparado de estas asigna-turas" .

Todas estas recomendacionesfueron aprobadas por unanimi-dad por los participantes, en laSesión Plenaria del Seminariode Historia.

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me los más hermosos vestidos,frente al Conservatorio Nacio-nal de Música, teniendo cerca elvetusto caserón en forma deproa de barco, por donde aso-maban enjambres de chiquiloscuriosos y bullangueros. Eranmomentos de fuga a mis tareasperiodísticas que me refresca.ban como la brisa del cerro An-cón, en los días veraniegos. Nun-ca fui de la mano de McKay alas fiestas del carnaval, lo quesí efectuaba él con el compañc-ro de mi vida y del incompara-ble amigo, Lic. Manuel Roy. Vi-sitar los toldos con ellos, signifi-caba una fiesta de carnaval ma~tizada de alegría exterior y deíntimas satisfacciones espiritua-les, porque Roy recitaba retazosde poesía: "andábamos lenta-mente. las calles llenas de lunay el hambre bailaba una zara-banda en el jardín", de EmilioCarrere, mientras mi esposo,que amó hasta su último suspiroa su tierra natal, se introducíaen el ruedo en donde la canta-dora de adelante era una agua.dulceña; bailaba con ella y aca-baba apoderándose del "repica-dor" y briosamente ejecutabaesos sonidos de percución que,produce el tambor y que, segúnSinán, son el diálogo del padreregañón y el muchacho traviesoa quien se reprende en tonobronco. Desde luego, prontamen-te se alzaban las ampollas en lasmanos del ejecutante. ManuelRoy que estaba próximo a efec-tuar sus bodas con la señoritaBerta Alicia Arosemena Andre-ve, observaba: "recuerda que yavamos siendo pilotos retirados".Esa afectuosa expresión, perdu-ra aún y cada vez que recibo unallamada suya, se identifica conella: le habla el piloto retirado.

En esos tiempos, se escogían dosreinas del carnaval y, con fre-cuencia, me tocó hacerles entr2-vistas, en la que ellas, según suposición social, exprcsaban susanhelos de soberana. Nunca fal-tó la visita de la "Reina de a-dentro" a los tamborcs y baile¡.populares, acompañada de su sé-quito. Por algunas horas, la rei-na bailaba con cualquier chicode clase humilde y sus damas ycaballeros, también. Una vez,una muchacha, disfrazada de es-pañola, me pidió, inesperada.mente una poesía. Se la dije, larecuerdo aun: "Rojo de sangrede toro, tu corpiño frágil es".Así, caminé, sin saberlo, sobrelas huellas de Fray Rodrigo quemás tarde, configuró el perfi delas épocas pasadas con sus rela-tes históricos, enriquecidos debrilante colorido que son hoyla mejor guirnalda ofrecida aquien no sólo supo narrar lo a-necdótico, sino describir, sico-lógicamente ciertos sujetos, co-mo la silenciosa de "Cara e Can-dao", un personaje que, frecuen-temente, encontraba en las in-mediaciones del Municipo o ba~jo los árboles de laurel de la In-dIa, sentado en una de las ban-cas del "Parque de Catedral",sitio de obligada tertulia de lospolíticos y profesionales, de misrecuerdos que ahora vagan enlas sombras, como solía hacerloel Ingeniero Tomás Guardia, eumomentos de preocupación, yen-do en busca de mi esposo, parapedirle el relato de "Cafongo",el ternero manso de las hacien-das coc1esanas, de su padre, quese volvió bravo, frente al traporojo en una corrida al aire libre.en las celebraciones de San JuanBautista, de Aguadu1ce.

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JUAN A. SUSTO

18 LOS A Y ALA. En la villade Fuenmayor, Provincia de Lo-groño, allá en la legendaria Es-paria, nacieron los hermanosl'HOMAS, ,JOSEPH y FRAN-cisco DE AYALA Y ALVA-REZ, hijoR legítimos de DonJuan de Ayala, miltar valienteque sirvió a las armas reales co-mo Alferez Mayor y Capitán deInfantería y luego de Gobcrna-dor del Fuerte de San Cristóbal,extramuros de Badajoz (Extrc-madura) y de doña María Alva-rez, deseendicnte de ilustre ydistinguida famila de la Penín-nínsula. A principios dcl sigloXVIII, llegaron al IRtmo de pa-

namá y comenzaron a actuar:JOSEPH como castellano delcastilo de Portobelo, FRANCIS-CO desde 1720 Capitán del Se-gundo BatallÓn de Infantería, yTHOMAS contrajo matrimoniocon doña .Juana de Medina Cal-

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del'ón, natural de esta ciudad

(hija legítima de Don DiegoLuis de Medina, Caballero de laOrden de Santiago, Capitán delPresidio de Panamá y coman-dante de la Provincia del Da-rién, Jugar donde murió pelean-do con denuedo contra los Indiosrebeldes). Descmpeñó dos vecesel cargo de Alcalde Ordínario dePanamá, Tescorero Oficial Realde 1704 a 1736, fecha de sumuerte. Don Thomas tuvo delmatrimonio con doña Juana Ma-ría CalderÓn varios hijos: el Li-cenciado don Antonio Josef (na-cido en 1726), diRtinguido juris-ta, miembro del Consejo del Reyde España; Isabel y dos herma-nas, cuyos nombres no hemospodido averiguar, las cuales fue-ron religiosas.

De estos Ayala Medina, naci-dos todos en la ciudad de Pana-

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má, desciende toda la distingui~da famila de este nombre queactuó en la Independencia de1821 y después de ella y que he-redaron la nobleza e hidalguíade sus antepasados.

Estante 69, Cajón 5, Legajo2; Estante 69, Cajón 5, Legajo35; Estante 126, Cajón 2, Lega-jo 4; Estante 146, Cajón 6, Le-gajo 14, Archivo G. de Indias.

19 - RELACION DE LOSMERITOS y CIRCUNSTAN-CIAS DEL LICENCIADO DonANTONINO JOSEPH DE A-Y ALA, Abogado de la Real Au-diencia de la Ciudad de SanFrancisco en la Provinda deQuito.

Por diferentes Testimonios, yotros Documentos originales,que se han prel'entado en estaSecretaría del Perú del Real, ySupremo Consejo, y Cámara deIndias, consta, que el referidoDon Antonino Joseph de Ayalaes natural de la ciudad de Pa-namá, hijo legítimo de Don Tho-mas de Aya1a, Tesorero que fuede aquellas Reales Caxas, y deDoña Juana de Medina Calde-rón, Noble por una, y otra línea,

y de edad de quarenta años.

Que desde su tierna edad seaplicó a las Letras; y después dehaber estudiado eon aplicación,y aprovechamiento la Gramáti-ca, y Rhetorica, passo a la Ciu-dad de Quito, en cuya Universi-dad cursó y Examenes; y mere-ció, que precedidos los Actos quese acostumbran se la confiriesseel Grado de Bachiler.

Que en el año de mil setecien-tos y cinquenta y ocho se pre-

sentó en aquella Real Audienciacon la correspondiente j ustitica-cIon de su Nobleza, Exercicio;;Literarios, y tiempo que teniade Passantia para poder ser A-bogado; y en su consequencia sele señaló pleyto para el examen:de que haviendo salido aproba-do, se le admitió por tal; y pro-cedida la satisfaccion en CaxasReales de la Media-Annata, quepor esta razon debia, hizo el ju-ramento acostumbrado de usarbien su oficio en veinte ~. quatro

de Abril del mismo año.

Que estando indispuesto elDoctor Don Matheo de Aispu-ru, se le nombró por Relator in-terino de la expresada Audien-cia, en que estuvo dos años, ~'ocho meses continuos, despa-chando con puntualidad, y acier-to quantos negocios se han ofre-cido, siendo algunos tan anti-guos, y enredosos, que los exac.tos Memoriales Ajustados, queformó para hacer relación deellos, fueron motivo de su buencrédito entre aquellos Ministros;y particularmente el que hizopara la final determinación dela Causa de Concurso de Acree-dores a los bienes del Comisariode Caballería Don Nieolas deGrijalba, la qual havia duradoquarenta y un años.

Que sin embargo de esta ocu-pación, ha despachado con todozelo, y exactitud otras muchascausas Civiles, y Criminales, deoficio, y de pobres, que diaria-mente le remitian por Asseso~ria, para el acierto de sus deter-minaciones, el Corregidor y losalcaldes ordinarios de la expre-sada Ciudad de Quito; y que RUSdictamenes no han producido ja-más la menor queja, ni resenti-miento.

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Que el citado su padre DonThomas de Ayala sirvió el refe-rido empleo de Thesorero Ofi-cial Real de Panamá desde elaño de mil setecientos y quatro,hasta el de mil setecientos ytreinta y seis, en que falleció;en cuyo tiempo comissó a bene-ficio de la Real Hacienda variosefectos, que importaron veintey seis mil ducientos y siete pe-sos, y tres reales, cediendo aS.M. la parte que le tocaba deAprehensor: Y asimismo supliópara las urgencias de la gucrravaria, cantidades, que por nohaberse le satisfecho enÌ(iices,quedó su Viuda, y dilatada fa-mila de hijos, cn suma escasezde medios, como lo hizo presen-te a S.M. la Audiencia que haviaentonces ('J" aquella Provincia entreinta de Agosto de mil sete-cientoR y cinquenta.

Que en dos distintas ocasionesha sido el referido Don ThomasAlcalde Ordinario de la enuncia-da Ciudad de Panamá; y mere-ció por su buena conducta, queel Presidente, Marques de Vila-Hermosa, le diese gracias, y quepor aquel Ayuntamiento Se lenombrasse por uno de los Comi-ssarios para la proc1amacion delSeñor Rey don Luis Primero; encuya función gastó mucho de sucaudal, y acreditó su amor, fi-delidad y ze10 al Real Servicio.

QUf' ha desempeñado igual-mente varias Comisiones, queaquel Superior Gobierno puso asu cuidado, y entre ellas la quese le cometió en doce de Agos-to de mil setecientos y veinte yocho, para que passase a Porto-velo al despacho de la Esquadrade Don Manuel Lopez Pintado.

Que Don J oseph de Aya1a, Tiodel referido Licenciado Don An-

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tonino Joseph de Ayala, sirvió aS.M. muchos años, y fue, Caste-llana de uno de los Castilos dePortovelo.

Que Don Francisco de Ayala,tambien su Tio, há quarenta yoch:o años que está sirviendo, ha-

viendo cmpezado de Cadete; yarora se halla de Capitan en elSegundo Batallon del Regimien-to de Infanteria de la Corona.

Que su abuelo Don Juan deAyala fué Alfarez, Ayudante deSargento Mayor, y Capitán deInfanteria; y murió siendo Go-bernador del Fuerte de SanChristoval, extramuros de Bada-joz, cuyo empleo se le confirióel año de mil seiscientos y no-venta y dos.

Que otros muchos parientessuyos, por linea paterna y ma-terna, han obtenido varios dis-tinguidos Empleos; y que entreellos su Visabuelo materno DonRodrigo Calderon sirvió veintey seis años de Alcalde JusticiaMayor, Capitan a Guerra, Ad-ministrador de las Reales Adua-nas de San Francisco de Cruces,Contador de Resultas, y Agua-cil Mayor del Santo Oficio.

Que su abuelo don Diego Luisde Medina, Caballero de la Or-den de Santiago, fue Capitán delreferido Presidio de Panamá, yComandante de la Provincia delDarien, en donde murió pelean-do contra los Indios sub1ebados.

, y ultimamente consta, que susTios Don Juan Joseph de Medi-na, y Don Francisco de Medina,sirvieron el primero de Provee-dor, y Pagador General interi-no de aquel Reyno, logrando elmas distinguido desempeño; ¥el segundo de Oydor en la Au't

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dicncia de Panamá, de, la qualpassó a la de Santa Fé, en don-de murió.

Formose en la expressada Se-cretaria del Perú del Consejo, yCamara de Indias de los citadosTestimonios, y Documentos, quepresentó la Pàrte, a quien sevolvieron. Madrid veinte y dosde Noviembre de mil setecientosy sesenta y quatro.

Silv.estre Lopez Marquez(Rubricado)

A continuacion de la firma ypuesto a mano se lee: Despuesde formada el;a relación, se hanpresentado nuevos documentos,por donde consta. que el referi-do Dn Antonino Jph de Aya1aestá nombrado por uno de losJueces pAra tomar Resida a DonMiguel Cèlto Fernandez de Sei-jas, Corregidor de la Ciudad deCuenca en las Provincias deQuito; "1 es Juez Subdelegadopara la Cobranza de las Condè-nadortes y multa que imponeel Suppmo Consejo y Camara deIndias en el distrito de la Au-diencia 4e Quito. Madrid 21 deMayo de:1765.

Ha obtenido voto 30 lugar Pla-za de Oydor de Sto. Domingo.

Igualmente por todos, para lade Philiphinas.

En el Margen de esta relacióny en la primera página se lee:

En consta de la Camara de 25de Febreto de 1767 fue propues-to este SUireto en 30 lugar porun voto, para la Protectoria deIndias de la Audiencia de Quito.

ArchivO General de Indias.Estante 126, cajón 2, legajo 4.

20 ~ FELIX JOSEPH DEA Y ALA. Mientras preparamosun extenso trabajo sobre donManuel J oseph de Aya1a, el no-table jurista indiano, nuestroilustre compatriota, vamos a darunos cortos datos sobre su her-mano Félix J oseph, con el finde no dejar un hueco en estasección.

Félix J oseph de. Ayala, comohemos visto en las dos reseñasanteriores fué hermano del Li-cenciado Antonino J oseph y dedon Manuel Joseph e hijo deDon Thomas de Ayala y de doñaJuana de Medina Calderón.

Desde muy joven sintió incli-nación por la milcia, sirvió desoldado y mas tarde Alférez enuna de. las compañias de espa-ñoles de la ciudad de Panamá.Fué Teniente de Alguacil Ma-yor de là. Audiencia de Panamá.

En el año de 1743 (33 de Fe-brero) casó con doña Maria J o-sefa de Toledo y Gudiño, y deese matrimonio nacieron Fran-cisco del Rosario en la ciudad deSantiago de Ver aguas el 31 deDiciembre de 1757.

Fué Félix J oseph Alcalde Ma-yor de Natá. Por Real Cédulade 22 de Agosto de 1766 se leconcede la Plaza de TesoreroOficial Real de Portobelo y enesa ciudad muere el 20 de Mayode 1767 siendo enterrado eniglesia parroquial de ese sitio.Estante 69. Cajón 5, Legajo

2; Estante 118, Cajón 4, Legajo37. Archivo General de Indias.

21 ~ MANUEL JOSEPH DEAYALA (1726-1805) ~ El sa-bio profesor argentiiW Ricardo

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Levene en su "Introducción a laHistoria del Derecho Indiano",dice de nuestro compatriota 10siguiente: "El Consejero Aya1aresulta ser el mas destacado ju-rista indiano de esta época (si-glo XVIII) no sólo por su pa-ciente labor de revisión y orde~nación de materiales sino por suobra preparatoria dc una nuevarecopilación de las leyes de In-dias".

Tal es el hombre que presen-tamos hoy y al cual vamos a de-dicarle mayor espacio cn estascolumnas, como un tributo a losmuchos méritos que alcanzó ensu tierra natal y en la madre Es~paña.

EL ABUELO, Don JUAN deA y ALA fué un bizarro miltarque sirvió al Rey de España tan-to en la guerra como en la paz.Fué Alférez, luego Ayudante deSargento Mayor, mas tarde Ca-pitán de Infanteria y murió, alfinalizar el siglo XVII, ejercien-do las funciones de Gobernadordel Fuerte de San Cristóbal, ex-tramuros de la ciudad de Bada-joz. Del matrimonio con DoñaMaria Alvarez, hija ésta de unamuy ilustre famila ibérica, tuvotres hijos nacidos en la blanca ypatriarcal vila de Fuenmayor,en la Provincia de Logroño, quefueron bautizados con los nom-bres de TRaMAS, JOSEPH yFRANCISCO.

EL PADRE. Los tres herma-nos AY ALA AL V AREZ arriba-ron a las costas de la que fuéAudiencia de Panamá, a princi-pios del siglo XVIII, J oseph e-j erció las funciones de Castella-no del Castilo de Portobelo;FRANCISCO, desde el año de1720 fué Capitán del segundo

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Batallón de Infantería de la Pla-za de Panamá y THOMAS ocu~pó con honorabildad el delicadopuesto de Tesorero Oficial Realde las Cajas de Panamá por es-pacio de 32 años consecutivos(1704 a 1736); por dos vecesAlcalde Ordinario de la Ciudadde Panamá tocándole el reparara su costa el Hospital de SanLázaro. Su admiración y fideli-dad hacia la monarquía quedóprobada, dando gran cantidad dedinero, para que en esta capitalse hiciera, como en efecto sehizo, las fiestas con motivo dela Proclamación de Luis I, ycuando los ingleses tomaron losCastilos de Portobelo y Chagresconcurrió con sus hijos y con susesclavos y aportó gran eantidaden metálico para la defensa delReino de Tierra Firme. En elaño de 1736 entregó su alma alCr2ador.

LA MADRE. En esta ciudadde Panamá nació doña JuanaMedina Calderón. Caballero dela Orden de Santiago, Capitándel Presidio de Panamá y Co-mandante de la Provincia delDarién, lugar donde murió p~-leando con singular denuedo con-tra los indios rebeldes. El padrede Don Luis, don Rodrigo Cal-derón, sirvió durante 26 años lospuestos de Alcalde Justicia Ma-yor, Capitán de Guerra y Admi-nistrador de las Reales Aduanasde San Francisco de Cruces yluego cn la eiudad de PanamáContador de Resultas y AlguacilMayor del Santo Oficio. Fué unode los fundadores del Colegio deSan Agustín y San Di ego , de

Pan a m á. Hermanos de doñaJuana de Mcdina Calderón fue-ron don Juan J oseph, Proveedory Pagador del Reino de Tierra

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F'irme y Don Francisco, Oidory Alcalde del Crimen de la RealAudicncia de Panamá y luegopromovido a la Audiencia deSanta Fé con el mismo cargo.

EL HIJO. Del legítimo matri-monio de Don Thomas de AyalaAlvarez y doña Juana de Medi-na Calderón, nacieron varios hi-jos, de los cuales solo intercsa

mencionar a FELIX JOSEPH,que se distinguió en la milcia,(cuyOS datos biográficos dimosayer en la crónica número 18) ;ANTONIO JOSEPH, Abogadode la Real Audiencia de Quito,nacido en i 724 (sus méritos sa-lieron publicados en reseñas his-tóricas con el número 17) y donMANUEL JOSEPH, nacido enel año de 1726, persona a quienvamos a consagrar el presentetrabajo.

Hasta los doce años de edadpcrmaneció MANUEL JOSEPHde A Y ALA al lado de sus pa-dres dedicado al aprendizaje delas primeras letras y de los ele-mentos necesarios para podercursar sus estudios primarios ysecundarios a perfecta concien-cia.

SUS ESTUDIOS. En el añode 1738 entró como Colegial dcnúmeros en el Colegio de SanAgustín y San Diego de estaciudad - que ayudó a fundar subisabuelo don Rodriga Calde-rón habiendo justificado an-tes, como fué costumbre de laépoca, su limpia ascendencia.Allí estudió la Gramática y laRetórica, únicas asignaturas, ycon enorme provecho, lo que levalió que el Rector le diera elnombramiento de Prefecto desus condiscípulos y llegó a su-plir muchas veces al Preceptor.

De este sitio pasó a estudiarArtes en el Colegio de San Ig~nacIo de Loyo1a, de la Compañíade Jesús, en el cual, además dediferentes Sabatinas, tuvo dosActos públicos de Filosofía, ob-teniendo el grado de Maestro,luego que en ese Colegio se fun-dó, gracias a su paisano el Obis-po FrancIsco Javier de Luna yVictoria y Castro, la Universi-dad de San Francisco Javier,Universidad que tuvo corta vidapero que dió excelentes resulta-dos. Allí se dedicó Manuel Jo-seph al estudio y práctica de laJ urisprudencIa baj o la hábil di-rección del Rector interino, A-gustín Fernández Miñano.

SUS COMIENZOS. Fuera yade la Universidad, desempeñóuna s2rie no interrumpida depuestos, sobresal i e n d o comoprincipales, los de Promotor Fis-cal del Juzgado Eclesiástico porvarios años y el de Agente Fis-cal de la Real Audiencia.

SU VIAJE A ESPAÑA. Enla Universidad de Sevila, en 20de Noviembre de 1753 se le ex-pide el título de Bachiler enCánones. Por Real Despacho de26 de Abril de i 756 fué nombra-do para tomar la residencia aDon Francisco Garay, Goberna-dor de Portobelo, pero no acep-tó, el cargo, por no volver a sutierra, a la que no volvió a ver.

SU VIDA PUBLICA. En elaño de 1760, recién llegado aMadrid, con el ánimo de esta-blecerse allí, fué nombrado Ar-chivero y Oficial de la Secreta-ría del Supremo Consejo de In-dias, en cuyo puesto arregló losarchivos del mismo Consejo y elde la Secretaria Universal deIndias, este con los papeles que

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se salvaron del incendio del Pa-lacio en 1734.

Por su celo y su inteligenciamereció la admiración y las fe-licitaciones de su jefe el BaylíoFrcy Don Julián de Arriaga yde los Secretarios de Estado,Hacienda y Guerra.

Ayala fué quien promovió lacreación de los archivos de lasSecretarías del Perú y de laNueva España, que en la actu3;-lidad y en la misma forma anti-gua forman parte del rico teso-ro que guarda el Archivo Gene-ral de Indias de Sevila en suSección Quinta con un total de18.395 legajos de documentos.

El 18 de Agosto de 1763 reci-bió el nombramiento de Archi-vero de la Secretaría de Indias,cargo que desempeñó con granacierto hasta el 26 de Marzo delaño de 1771. En 26 de Septiem-bre de 1766 se le concede el gra-do de Oficial Cuart de la mis-ma Secretaria y desde el 17 deMayo de 1770 Y durante 20 añossirvió como Secretario Generalde la Superintendencia de la Fá-brica y Minas de azogue.

HOMBRE DE ACCION. Enun memorial fechado el 4 de Ju-nio de 1768, hizo Aya1a una bri-llante exposición de sus méritos,y de sus trabajos, los cuales re-

galó a su Majestad, y que hoyforman parte de la BibliotecaReal de Madrid.

Manuel J oseph de Ayala fuéuno de los 25 socios que funda-ron en el año de 1775 la Socie-dad de Amigos del País de Ma-drid y ejerció el puesto de Se~cret~rio General, habiendo tra-bajado con fé en el estab1eci-

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miento de la corporaçión y to-mando parte principaIisima enla redacción de sus primeros es-tatutos. Suya es la conmovedoranota manuscrita que encabeza elprimer libro de actas q.e esa so-ciedad. Dimitió el cargo para o-cuparse de sus múltiples traba-jos..

RELACION DE SU OBRA.En el año de 1776, Aya1a haceuna relación completa de sus o-bras y las detalla en la formasiguiente: 30 tomos de Cédulas.Decretos, etc.; 12 tomos qe Con-sultas y Pareceres; 16 tomos delDiccionario de Gobierno y Le-gislación de Indias, ql.e son elextracto de los 42 tomos anterio-res; 24 tomos de "Miscelánea"con mapas, planos, descripcio-nes etc; multitud de obras suel-tas en folio y en cuart numus-critas, que tratan de erección deCatedrales; Compendio de Bulasy Breves Pontifieios; Sinodalesy Estatutos de las Iglesias Ca-tedrales y Concilos Provincia-les; Diccionario de Voces Ame-ricanos; Descripción Gral. detodos los Dominios de América;Estados de los Comercios de Es-paña, Tierra Firme y Nueva Es-paña; Relaciones de valores ycargas de rentas de Nueva Es-paña; Descripción del Japón;Diario de navegación para cos-tear el seno mejicano: Ordenan-zas para las Cajas de Portobelo;Escudos de Armas de las ciu-dades de Indias; Relación deempleos de Nueva España; Re-glas de Media-Annata; Colo-quios de la verdad en cuanto £.los indios del Perú.

SUS AFANES. Sirvió ManuelJ oseph mas de tres anos comoSecretario de la Junta que seestableció en el año de 1777 pa-

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ra la formación del nuevo códi-go de leyes y el año siguiente,1778, hace nueva representaciónen memorial de 27 de Febrero.sobre sus obras. El Rey nombróa Don José de Gá1vez, Secreta-rio del despacho Universal deIndias, para que diera su pare-cer y éste delegó en don PedroMuñoz de la Torre, Ministro delConsejo y Cámara de Indias, talencargo. Hallóse de gran util-dad y de enorme valor históricola obra, y por resolucin de 30 deNcviembre de 1778 se le conce-dió a Aya1a pensión vitalicia de20 mil reales anuales en las Ca-jas de Buenos Aires y el 7 deDiciembre de ese mismo año selc declaró libre de los derechosde mdia-annata. Aya1a hizo for-mal entrega de sus obras y se lecomisionó para su custodia ymanejo.

A Y ALA FUE RECOMPEN-SADO. En tiempos de Felipe 11se mandó a arreglar todos losdocumentos referentes a las In-dias depositados en el archivo deSimancas, y en el año de 1778 seordenó proceder a su reconoci-miento y matricula, para lo quefueron comisionados los señoresdon Juan Echeverría, Don Fran-cisco Ortiz Solórzano y Don Ma-nuel Joseph de A-yala. Dichos do-cumentos se encuentran en elArchivo General de Indias deSevila.

Recurrió Ayala,en el año de1792, al Conde de Aranda, Mi.nistro de Estado, haciéndo1e pre-

sente las obras entregadas y lasaumentadas después, según elíndice impreso que acompañó.Se nombraron comisionados pa-ra su examen a Don Franciscode León y a Don Juan Bautista

Muñoz, quienes informaron ensentido favorable. A su mujer sele asignaron 500 pesos fuertesanuales en su viudez en las Ca-jas de Buenos Aires y a don Ma-nuel Joseph se le concedió el serCaballero de la real y distingui-da orden de Carlos III y Minis-tro de Capa y Espada del Supre-mo Consejo de Indias.

SU MUERTE. Fué Ayalamiembro principal de la juntapara la formación de ordenan-zas del Consejo de Indias, de-sempeñó la dirección de las tem-poralidadcs de la extinguidaCompañía de Jesús y ejercióotros muy dignos y ejemplaresempleos. Consagró 42 años desu existencia a su vida dc aus-tero investigador, gastó mas de24 mil pesos, su patrimonio ysus economias y el dia 8 de Mar-zo de 1805, murió dejando viu-da a doña Mariana Fariña ySenrra. en suma pobreza y llenade deudas. La Real Orden de 18de Marzo de 1805 señaló a doñaMariana 500 pesos fuertes depensión vitalicia.

LA OBRA DE A Y ALA. Laobra de ayala que alcanza masde 600 tomos puede dividirse encuatro clases así:

Primera - 130 tomos en fo-lio. manuscritos, de cédulas, con-sultas, reglamentos sobre el go-bierno de Indias. En el ArchivoHistórico Nacional sólo existen42 tomos con el nombre de "Ce-dulario Indice". (Signatura 684a 725).

Segunda ~ 84 tomos en folio,manuscritos, del Dicciona r i o.Sólo hay 26 tomos en el Archivocitado arriba. (Signatura 726 by siguiente).

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Tercera - 74 tomos en folio,manuscritos, de Miseela n e a".Descripción de provincias de In-dias, mapas, derroteros y en ca-da tomo un índice. En la Biblio-teca Real de Madrid, se encuen-tran algunos tomos. Además 200tomos en cuarto, manuscritos,de obras sueltas y

Cuarta - 6200 leyes y reco-piladas con mas de 5 mil notas.

DOCUMENTOS CONSULTA-DOS.-"ReJación de los Méritosde Manuel Joseph de Aya1a ---Impresa en Madrid a 14 de Ma-yo de 1756 y enArchivo Generalde Indias, Estante 145, Cajón 6,Legajo 14.

"Memoriales de Manuel Jo-seph de Auala de 1792 a 1803",Archivo General de Indias, Es-tante 141, Cajón 6, Legajo 3.

FUENTES PARA EL ESTU-DIO DE A Y ALA. Archivo His-tórico Nacional de Madrid; Bi-blioteca Real de Madrid; Socie-dad de Amigos del Pais, Madrid;Sociedad de Amigos del Pais,Sevila; Universidad Litcraria,Sevilla; Archivo General de In-dias, Sevila.

OBRAS SOBRE A Y ALA "Sevilla Monumental y Artísticapor José Gestoso y Pérez, Sevi-lla 1892; Don Manuel Joseph deAyala por Ricardo FernándezGuardia, San J ose de Costa Ri-ca, 1906; Don Manuel Joseph deAyala y la Historia de nuestralegislación de Indias, por JoséMaria Ots Capdequi, publicadoen The Hispanic American His-torical Review, número 3 de A-gosto de 1920 y en la revista"Estudios" No. 16, Panamá1926; Introducción a la Historiadel Derecho Indiano, por Ricar-

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do Levene, Buenos Aires, 1924;Manuel Joseph Ayala por JuanAntonio Susto, en el Boletín delInstituto de Investigaciones His-

tóricas, Buenos Aires, Número29, 1926, Manuel Joseph de Aya-la por Juan Antonio Susto, Es-trella de Panamá de 26 de Juliode 1926; Una obra de ManuelJ oseph de Ayala por José N ar-ciso Lasso de la Vega, Estrellade Panamá de 18 de Agosto d'Ò1928 ; Valor Histórico J urídicúdel Diccionario de Gobierno yLegislación de Indias de ManuelJ oseph de Ayala por LaudelinoMoreno. Estrella de Panamá de19 de Noviembre de 1928.

La Compañia Ibero-Amcrica-na de Publicaciones, de Madrid,en su Colección de DocumentosInéditos para la Historia de Ibe-ro-América, lleva publi c a d o shasta la fecha tres voluminosostomos del Diccionario de Gobier-no y Legislación de Indias deDon Manuel J oseplr de Ayala ypromete publicar unos cuantosmaR, que no dudamos a la parque sea un éxito editorial, tam-bién será una propaganda sobrela figura de este ilustre pana-meño, que supo poner muy enalto el nombre de la patria quelo vió nacer.

A Y ALA, Manuel José de (Dela Orden de Carlos III. - Año1785) .

Nació en Panamá el 26 deMarzo de 1728, bautizado en suparroquia de Santa Ana el 2 delmes siguíente; estudió en elReal Seminario de esa ciudad,pasó a España en 1760; fué A-bogado de los Reales Consejos;no obstante residir en la Cor-

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te (donde ocupó sucesivamenteunas casas en la calle del Car-men y después otra en la Cavabaja), en 1774, el Cabildo de suciudad natal le eligió Alcalde or-dinario de ella, y cuando se ac-tuaron las pruebas, se hallabade Oficial Mayor segundo de laSecretaría de Estado del Despa-cho Universal de la Secretaríade Indias. Contrajo matrimoniocon Doña María Fariña (viudadel Jefe de Escuadra de la RealArmada Don Francisco Lasta-rria) .

PADRES: el Tesorero de laReal Hacienda Don T o m á sFrancisco de Ayala, nació enFuenmayor (Logroño), bautiza-do el 28 de Diciembre de 1692,Alealde ordinario de Panamá en1731, Y testó en esta ciudad el 2de Junio de 1736 ante José deAvellaneda; y Doña Juana deMedina Calderán, nacida en Pa-namá, bautizada en su Catedralel 12 de Junio de 1694, y testóen la misma ciudad el 3 de Oc-tubre de 1768 ante José Bermú-dez. Casaron en la Catedral dePanamá el 24 de Julio de 1718.

ABUELOS PATERNOS: elAlférez Don Miguel de Ayala,nacido. en Fuenmayor, bautiza-do el 12 de Octubre de 1657, ymurió en este lugar en 1702; YDoña Francisca de Torrealba,nacida también en Fuenmayor,bautizada el 18 de Septiembrede 1654. Casados en el repetidolugar el 9 de Septiembre de1682.

ABUELOS MATERNOS: elCapitán de la plaza de PanamáDon Diego Luis de Medina, na-cido en Panamá, bautizado ensu Catedral el 4 de Enero de1628, (De la Orden de Santia-

go), Comandante de la Provin-cia del Darién, que testó en Pa-namá el 20 de Diciembre de 1699ante José Calvo; y Doña IsabelMaría Calderón, nacida cn Pa-namá, bautizada en su Catedralel 6 de Septiembre de 1663. Ca-saron en este mismo tcmplo el15 de Agosto de 1684.

BISABUELOS PATERNO-PATERNOS: Don Gregorio To-rrealba, nació en Fuenmayor:bautizado el 12 de Enero de1611, y testó en dicha poblaciónen 3 de Octubre de 1680 anteBernardo Torrcalba; y DoñaMaria Fcrnández, de la mismanaturaleza, bautizada el 28 deAgosto de 1601. Casaron e nFuenmayor el 13 de Mayo de1638.

BISABUE L O S P A TERNO-MA TERNOS: Don Gregorio To-rrealba, naciÓ en Fuenmayor,bautizado allí cl 10 de Febrerode 1610, y testó en dicho lugarel 16 de Mayo de 1680 ante Ber-nardo de Torrealba; y DoñaFrancisco Tomcy, n a cid a enMuenmayor, bautizada el 13 deOctubre de 1602. Contrajeronmatrimonio en Fucnmayor el 23de Octubre de 1633.

BISABUELOS MA TERNOS-P A TERNOS: Don Simón Luisde Medina, nació en Panamá,bautizado en su Catedral el 1 çde Diciembre de 1602; y DoñaMargarita Bazan, de la mismanaturaleza. Contrajeron matri-monio en la Catedral de Pana-má el 21 de Abril de 1626.

BISABUELOS MA TERNO-MA TERNOS: Don Rodrigo Cal-derón y Hurtado, nació en Pa-namá, Alguacil Mayor del SantoOficio y Regidor del Cabildo de

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dieha ciudad, donde tcstó cerra-do el 17 de Junio de 1695 anteManuel del Valle; y Doña MaríaMaldonado, nacida en Panamá,bautizada cn su Catedral el 15de Noviembre de 1617. Contra-jeron matrimonio en la Catedralde Panamá el 20 de Septiembrede 1636.

Se recibieron informacionesjudiciales en Fuenmayor, Ma-drid y Cádiz. En la Corte depu-sieron, al tenor dcl interrogato-rio propuesto por el prctcndien-te: Don Antonio de Acosta, Mar-qués de Salas Secretario del Go-bierno y Comandancia Generalde Tierra Firme desde 1759 haR-ta 1762; el Abogado de los Rea-les Consejos Licenciado don Ga-briel Ponce de León, AlcaldeMayor de la vila de Ayora, dePanamá, de cuarcnta y nueveaños de edad; don Martín deMartiarena, Secretario del Go-

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bicrno y Comandancia Generalde Tierra Firme desde 1743 has-ta 1745; el Fiscal de la A udien-

da de Panamá Don Tomáfl Pé-rez de Arroyo; el Abogado delos Reales Consej os LkcntÎadoDon Antonio María de Echego-yen, de Panamá, de eIncuenta ycinco; Don Ignacio de Marcole-ta, (De la Orden de Santiago);y Don Salvador Fajardo He'!.-nández, que asistió desde 1733en Panamá.

Acompaña a los autos un tes-timonio de la información ac-tuada en Panamá en 1736 a ins-tancia de la madre del preten-dicnte, a fin de probar su noble-za y legitimidad.

(Guilermo Lohmann Vilma:"LOS AMERICANOS EN LASORDENES NOBILI A R I A S"(1529-1900) - Madrid -- 1947- Tomo I1, Páginas 277-278).NQ 17.

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píritu aventurero, repleto deansias de superación y de amoral trabajo decide, a los 26 añosde edad, dedicarse al tráficode mercaderías entre Españay América, para lo cual se ha-ce de tres veleros, cuya capa-cidad era menor que las deatluellas históricas Carabelasque demarcaron al acaso laruta marítima entre dOR con-tinentes. Como sus frágiles ba-jeles habían de surcar dosgrandes mares hasta los puer-tos del Perú, recuerda la ha-zaña del Gran Almirante, Des-cubridor del Nuevo Mundo, ybautiza sus naves con los sim-bólicos nombres de "La SantaMaría", "La Pinta" y "La Ni-ña", por ser de igual modopeligrosa su empresa.

Después de un largo tiempode navegación, y en vista delos contratiempos y peligrosque ofreCÍa a su pequeña es-cuadra mercante el mar delnorte, resuelve navegar porel Pacífico solamente, por sel'más calmado y de menos ries~go para sus ve,leros de pococalado. Dedícase entonces alservicio costanero entre lospuertos de Panamá y Colom-bia.

Como sus embarcaciones ha-bían de proveerse de agua enTaboga, en uno de sus arribosa la isla conoce a la dama queel destino le había deparadocomo compañera de vida: do-ña Rosaura Rivera a quienhace su esposa en 1866. Yacon este compromiso matrimo-nial, establece definitivamen-te su hogar en David, despuésde deshacerse de sus naves.Abre una farmacia, donde po-

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ne en práctica sus conocimien-tos en este rama de la cienciaque había estudiado en' suciudad natal. Su nuevo nego-cio prosperaconsiderablemen-te, hasta suministrarle los re-cursos económicos necesariospara levantar y sostener hono-rablemente a su numerosa pro-le constante, de 18 hij os, en sUmayoría varones.

Relacionados con todos loselementos sociales de David,y no pensando tornar a su pa-tria, se interesa por el pro-greso y bienestar de,l Departa-mento de Chiriquí y entra delleno a la política del país,único medio que le daría opor-tunidad de prestar, además,sus importantes se.vicios a lacomunidad davideña, en losdifcrentes ramos de la admi-nistración pública. De ahí, queun año después de establecidoen David o se,a, en 1867, acep-tara del Presidente del EstadoSoberano de Panamá, GeneralVicente Olarte Galindo, diri-gir la Hacienda Pública delDepartamento, donde pone demanifiesto su consagración,rectitud y honradez en el ma-nejo de los fondos públicos.

El Presidente Olarte Galin~do, al escoger el personal sub-

alterno de cada departamen-to, nombra Prefecto de Chiri-quí a su primo hermano, elCoronel Juan Nepomuceno He-rrera, con la promesa de lan-zar al palenque electoral sucandidatura a la Presidenciadel Estado. El Prefecto Herre-ra, para los efectos políicos ypolicivos, divide la ciudad encuatro cuarteles y escoge parael cargo de Inspector Especial

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de cada uno de ellos a perso-nas de relieve social, económi-ca y política, a fin de prepa-rar su campaña electoral. Adon Juancho le entrega elCuartel No. 2 y le nombra su-plente al señor At:uilino A1va-

rado.Así estaba, con dobles fun-

ciones administrativas, cuandose recibe la infausta noticiadel fallecimiento del Presiden-te Olarte Galindo, que hacíaun mes había estado de visitaen David, deceso ocurrido enla capital el día 13 de marzode 1868. La muerte del Gene-ral 01arte Galindo trastornatotalmente los planes políticosde Herrera de ir a las urnascon su candidatura amparadapor su primo hermano. Perdi-das sus esperanzas de ocuparel Solio Presidencial medianteel voto popular, se alza en ar-mas el 21 de marzo, a fin dederrocar al nuevo Presidentedon Juan José Díaz y apode-rarse del gobierno. Don Juan-cho apoya la causa de su ami-go Herrera, como uno de losoficiales de la fuerza armada.El Presidente Díaz, al enterar-se de la sublevación de Herre-ra, envía a David al GeneralFernando Ponce con la briga-da "Mosquera", para restau-rar el orden en el Departa-mento. Ante la superioridadde las fuerzas del gobierno,el Coronel Herrera rinde susarmas, quedando en el ejerci-cio de sus derechos constitu-cionales todos los comprometi-dos en la rebelión.

Cuando ~ 10 de enero de1869 el entonces Coronel Ra-fael Aizpuru asume la rectoríadel Departamento de Chiriquí,

En el año de 1873, los miem-bros de la Dirección Generalde Instrucción Pública, reuni-dos en sesión reglamentaria,proceden a efectuar nombra-mientos en las personas ilus-tradas que habían de integrarla Sub dirección del Ramo encada departamento. Para elde Chiriquí se escogen a losseñores Juan F. de Contreras,José Domingo de Oba1día, Ma-riano Candanedo, Manuel Ju-rado y Nicolás Delgado. DonJuancho ocupa la Presidenciade la Subdirección de InstrucRción Pública, por unanimidadde votos.

El señor Contreras, en su ca-rácter de Presidente de la Sub-dirección del ramo educativo,el 22 de marzo de 1874 hacevisita a la escuela pública devarones de David, repentadaen la época por don RafaelBenítez, a fin de dar cuenta alPresidente de la Dirección Ge-neral, del progreso de la en-señanza en dicho planteL. Enesta visita reglamentaria sehace acompañar del Prefectodon José de la Rosa Jurado,también interesado en la difuRsión de la escuela en el Depar-tamento.

Como hemos dicho, el PreRsidente Aizpuru nombra en1876, a nuestro ilustre biogra-fiado Prefecto de Chiriquí yrecibe el mando del Departa-mento ello. de febrero delmismo año. Hace entrega dela Secretaría de su despachooficial a su antecesor, José E.Díaz, quien más tarde renun-ciara del puesto ocupando lava can t e el doctor ManuelPréndez.

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El Presidente Aizpuru, com-placido de la actuación de suamigo Contreras, 10 reelige dePrefecto para el período sub-siguiente de 1877. Don Juan-cho, para llenar las formalida-des legales, posesiónase ello.de febrero, recayendo la Alcal-día de David en el señor JoséPráxedes Palma, con los su-plentes respectivos, señoresFederico Delgado y José Mo-desto Mo'lina.

David estuvo de fiesta conmotivo de la visita oficial delPresidente Aizpuru el día 5de abril de 1877. Muchos fUe~ron los actos acordados por elPrefecto Contreras en honordel ilustre mandatario. El 11del mismo mes, Aizpuru regre~sa a la capital, llevando sugratitud a los chiricanos y susatisfacción por la buena mar-cha de las oficinas públicas deDavid y de las de otros distriRtos. El 18 del citado mes deabril don Juancho renunciadel cargo por razones desc0~nocidas por nosotros, y lo sus-tituye don José Antonio Rome~roi

Durante la administracióndel Gobernador del Departa-mento Nacional de Panamá,Gen e r a 1 Alejandro Posada(1886), hubo elecciones popu-lares para Diputados y Conce-jales. En estas votaciones donJuancho ocupa el cargo deConcejal en su carácter de su-plente.

De igual modo, el Goberna-dor del Departamento, en estavez General Juan V, Aycardi,autoriza celebrar elecciones eldomingo 18 de mayo de 1890,

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a fin de elegir a los Diputadosque habían de integrar la pró-xima Legislatura. Son electospor la Provincia de Chiriquílos señores Juan N. Venero,Luis M. C1ement y José Práxe-des Palma. Resulta suplentedon Juancho,quien ocupa lacurul por excusas del señorPalma.

Siguiendo la costumbre es-tablecida en David entre loshombres de figuración, estudialeyes y prontamente se capa-cita para el ejercicio de laabogacía y desempeño de lajudicatura. La Corte Superiorde Justicia teniendo en consi-deración sus conocimientos ju-rídicos, nómbrale Juez Suplen-te en los años de 1893 y 1898,funciones que ejerce por faltaaccidental del principaL.

Las doctrinas liberales eraiilas de su predilección, y porello, simpatiza mucho con lainvasión liberal de 1900 traí-da al Istmo por su grande a-migo, Doctor Belisario Porras.Fracasada esta campaña el 26de julio del mismo año, sefirma un Tratado de Paz entrelos jefes de la revolución y elGeneral Carlos A1bán, Gober-nador de Panamå.

Cuando estos sucesos des-graciados para el liberalismoocurrían en las puertas de laeapita1, don Juancho, para evi-tar ultrajes a su persona departe del gobierno provincial,abandona a su familia y se in-cluye en un grupo de 60 hom-bres comandado por el bizarroCoronel don Rosendo R. He~rrera, quien sostenía el pen-dón del liberalismo en el lugar

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de "El Tulldo". El CoronelHerrera como el señor Contre~ras, ignoraban la rendición delejército de Porras en el puentede Calidonia y continuabanpor ello sosteniendo la causaliberaL. Era en la época Pre.fecto de Chiriqui don José Ma.ría de la Lastra, conservadorde tuerca y tornilo, quien envez de buscar un entendimien.to pacífico con el Coronel He-rrera y sus seguidores paramantener así la paz en Chiri-quí de acuerdo con el Tratado,opta por perseguirlos y obte-ner su rendición por medio delas armas, después de negarla intervención oportuna delGeneral Manuel Quintero V.,en este asunto, a fin de queHerrera depusiera las armasen bien de la tranquildad PÚRblica que continuaba alteradapor el aferramiento injustifi-cado y si se quiere criminaldel Prefecto. En esta emergenRda, que pudo ser evitada, mue-re en el combate librado en"El Tulldo" don Juancho,quien eon ejemplar denuedo,debatíase luchando por los sa-

grados intereses del PartidoLiberal, conculcados por elconservatismo colombiano he-cho gobierno. El gallardo Co.ron el Berrera sale herido enla refriega en una pierna yhubo otras bajas de sensiblerecordación. Este hecho igno.minioso tuvo lugar el día 12de agosto de 1900; fecha luc-tuosa y memorable que palpitaen las páginas inmortales denuestra Historia.

Así termina la existencia deeste noble y distinguido ciuda-dano, amantísimo esposo ypadre de famila, defendiendola causa de la democracia yquien hiciera de Chiriquí susegunda patria; cuyo decesoes muy lamentado y sentidoen todas las capas sociales ypolíticas de la Provincia, par-ticularmente en David dondese le apreciaba, en grado su.mo, por sus virtudes y mere-cimientos; y por su cariño alterruno que, cual madre amo-rosa, guarda en su regazo susrestos mortales.

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En 1750 un progresista sacer-dote panameño, el padre Fran-cisco Javier de Luna Victoria-más tarde promovido a la Mi-tra de Panamá-, consiguió delRey que en la residencia de losPadres J esuítas se constituyesela Real y Pontificia Universidadde San Javier, sostenida con losfondos de que la proveyó gene-rosamente usando su propio pe-cunio. La Real Cédula de Fer-nando VI que autorizó la funda-ción de esta primera Casa de al-tos estudios de Panamá, tienefecha 3 de junio de 1749.

El 2 de febrero de i 761, fies-ta de la purificación de María,el padre Berbardo Rocío, S.J.,Superior de los Jesuítas de Pa-namá y Rector de la UniversidadJavier, puso la primera piedrade la iglesia de la Compañía, ensustitueión de la primitiva igle-sia dc madera que se había cons-truído en 1741 por el padre Ig-nacio Cainoni, S.J. Los materia-les para la construcción erantraídos de Panamá la Vieja, acasi siete kilómetros de distan-da, extrayéndolos de las ruinasque existían en aquella abando-nada ciudad, y el mismo padè"eRocio transportaba a veces lossilares. Tanto la iglesia como el

convento fueron puestos bajo laadvocación de San Francisco deRorja. dice Alcedo en su "DIc-cionario Geográfico-Histórico delas Indias Occidentales".

De la amplitud y belleza ar-ouitectónica de la ig-Iesia de laCompañía, nos dan idea los res-tos que nos han quedado de susruinas y la hermosura de la fa-chada que aun se conserva enpie. La riqueza interior del tem-plo de la Compañía era justa-mente afamada, dados los recur-

sos de que los padres disponíanpara mantener el culto, al cualellos daban especial esplendor.

Como el 2 de abril de 1767 elRey Carlos III decretó la expul-sión de los Jesuítas de Espanay sus colonias, la drástica me-dida fue aplicada en Panamá el2 de agosto del mismo año porel Auditor de Guerra interino,don Joaquín Cabrejo, quien si.guiendo instrucciones precisasdel gobierno desde Madrid, ex~trañó del territorio istmeno aocho religiosos de la Orden Ig-naciana, efectuando el decomi-so de todas las propiedades per-tenecientes al convento, mueble;;

e inmuebles, tanto de la ciudadcomo del interior del país, con-sistentes éstas en hatos de ga-nado y fincas rurales, inclusivela ropa de vestir y menesterespersonales de los padres, a quie-nes no se les permitió llevar aldestierro sino el libro de oracio-

D2S y dos mudas de ropa. El Es.tado se incautó igualmente losvasos sagrados, los ornamcntos,las imágencs y pinturas religio-sas y cuantos objetos eran utii-zados en el culto del templo, ce-losamente dotado de todos losmenesteres para h a e e r máspomposos los oficios religiosos.

Por lo pronto el Gobierno nole dio al vasto edificio de los Je-suítas ninguna aplicación. El in-cendio que afligió la ciudad el26 de abril de 1781 hizo estra-gos en el convento y en su bellaiglesia. Luego, con el abandonoambos fueron convirtiéndose enruinas. Abôcada al peligro deuna pérdida total del inmueble,en 1851 la Asamblea Legislati-va Provincial votó una partidade $60,000 par a rcstaurarlo,

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destinándolo a oficinas de losempleados públicos.

En 1854, con objeto de obte-ner mayor provecho de aquellapropiedad, dispuso el Gobierne"ccderla a beneficio de la ins-trucción pública primaria de lasprovincias de Panamá, Azuero,Veraguas y Chiriquí", autori~zando su venta para distribuirel producto entrc las escuelas deesas provincias, según disposi-ción contenida cn el decreto de20 de marzo de esc año de 1854.Pero la subasta no se hizo inme-diatamente, y no fue hasta en1865 cuando don Gabrie1 deObarrio. cn represcntación delBanco Planas, cuyos propieta-rios eran don Manucl Pérez ydon Ricardo Planas, obtuvo lacesión del convento de la Com-pañía de Jesús, inclusive la igle.sia, por la suma de $35,000 quepagó con bonos de la deuda.

El Banco Planas vendió porlotes la vasta propiedad, cuyasruinas fueron derrumbadas pa-ra utilzar sus piedras en lasnucvas construcciones que sur-gieron. Ya en el período repu-blicano, desaparecieron las últi-mas paredes del convento paradar lugar a una enormc casa dealquiler, pero el Estado, reaccio-nando tardíamente impidió Quelo quc queda de la bella igle-sia de los J esuítas: la artística

fachada y su inconcluso campa-nario anexo cayesen tambiénbajo la piqueta del modernismonacionaL. Falta sólo que se hagadestruir la rústica pared que o-culta la visión de la fachada,dando un feo aspecto a aquel in-teresante rincón de la ciudadtan lleno de recuerdos de su cu1.tura centenaria, por haber exis-

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tido allí la primera Universidadpanameña.

.-0-Los Jesuítas no volvieron a

establecerse en Panamá hastapasado más de un siglo de su ex-pulsión por ordcn del Rey Car-los III.

El primer religioso de esa Or-den en radicarse en el Istmo fueel padre José Telésforo Paúl,que luego fue elegido en 1875por la Santa Sede Obispo de Pa-namá.

Le siguió en 1881 el padreFrancisco Javier Junguito, S.J.,también honrado con la Mitrapanameña a principios de estesiglo (1901), y otros sacerdotesde la Orden, que fundaron Casadefinitiva hasta el presente, sal-vo un lapso de un lustro de au-sencia por desacuerdo con elDiocesano, Monseñor Peralta.

A los padres de la Compañíales fue asignada por la autori~dad eclesiástica la iglesia de SanFrancisco, poco menos que enruina como el convento francis-cano anexo. Tras muchos esfuerRzos y grandes gastos, lograrOnlos Jesuitas remode1ar y moder-nizar el centenario templo fran-ciscano y transformarlo en unode los más bellos de la capitaL.Lo dotaron de un original y cos-tosísimo altar mayor de mosai-cos a colores, que es admiraciónde cuantos lo ven, y de otras me-joras para mayor esplendor delculto.

Cuando construyeron el her-moso Colegio Javier en "LaCresta", renunció la Comunidadignaciana a la iglesia de SanFrancisco de Panamá y erigió

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Plaza de las Banderas, su exten-sión es de una hectárea y se ne-cesítan 547 funcionarios paraizar símultáneamente las bande-rl.s de los países miembros y lade las Naciones Unidas.

Fue tan extraordinario el pro-blema de las banderas, que huboun momento en que ningún ar-tista pudo diseñar una nueva.Un cercbro electrónico puesto alservicio del disefio de bande-ras, resolvió el caso de la si-guiente manera: toda n u e v anación tendrá como bandera lacorrespondiente a la nación an-típoda, pero al revés.

Para ciertos actos ceremonia-les, es necesario emplear 15 ban-das de música para poder inter-pretar los 546 Himnos Naciona-les, que la mayor parte de lasveces no son reconocidos por losnativos correspondientes.

En las Sesiones Inaugurales,toma tres días el hacer la pre-sentación proto col a r de losmiembros de las 546 Delegacio-nes Oficiales y el período de dis-cursos de los Jefes de Estadotiene una duración de tres me-ses. Se ha recomendado una li-mitación de tiempo para estasmanifestaciones oratorias, perohay uno que insiste - como hatenido por costumbre - en ha-blar por no menos de cuatro ho-ras. Esta demora ha provocadoacontecimientos inesperados, co-mo el caso de varios Jefes deEstado que mientras esperabansu turno para hablar, habían de-jado de serIo por haberse produ-cido un golpe de estado en suspaíses.

Como consecuencia directa deeste aumento en el número denaciones miembros, los idiomas

oficiales de las Nacionts Unidases de 395 y con todo los recur-sos de las computadoras y de laelectrónica, no ha sido posibleresolver el problema de las tra-ducciones simultántas, con lasconsiguientes protestas de laspartes perjudicadas.

Se presentó en el Departa-mento de Traducciones, el casomuy curioso de una nueva na-ción de una isla del Pacífico, acuya delegación no se le podíaentregar copia escrita de las re-soluciones y demás documentosoficiales, por carecer de idiomaescrito. El caso se resolvió si-ministrándoles la lectura de losmismos en su idioma, grabadosen "cassettes".

Por otra parte, fue necesarioque ingenieros especializados di-señaran nuevas máquinas de es-cribir, adaptables a los nuevosidiomas oficiales, muchos de loscuales emplean una escrituraideográfica. En total 39 mode-los de máquinas de eScribir. Lapreparación de mecanógrafasdemoró cinco años y hubo queestructurar nuevos métodos dedigitación. En algunos casos seemplean palancas adicio n a I e Rque deben ser operadas con lospies.

Todo se inició cuando el Go-bierno Británico empezó a inde-pendizar a sus colonias. En elCaribe nacieron: Jamaica, Tri-nidad, Tobago, Bermudas, etc. . .y las Islas Ma1divas en el Océa-no Indico.

En Africa, entre Francia eInglaterra, crearon 25 nacionesen menos de 10 años, que a suvez continuaron creando nuevosestados y federaciones indepen-dientes.

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La política nacionalista se po-pularizó de tal manera, que nosolamente se hablaba de nacio-nalismo por países, sino que na-ció, más fuerte que nunca el na-cionalismo regionalista. Los ma-pas de la Edad Media y los nom.bres de Reinos, Prindpados, Du-cados, Condados y Repúblicas deesa época, fueron nombres queeran mencionados repetidas ve-ces y con mucha insistencia porlos líderes de los movimientossepa ra tistas.

Habiendo desaparecido del pa-norama político Franco y Tito,la gran fiesta comenzó en Espa-ña y Yugoeslavia, y así nacie-ron: la República Gallega, idio-ma oficial: el gallego; el GranCondado de Barcelona, idiomaoficial: el catalán; la Federaciónde Naciones Vascongadas, idio-ma ofida1: el éukaro; la Repú-blica Federal Castellana, el Nue-vo Reino de Navarra, la Repú-blica "Ezpañola" de Andalucía,idioma oficial: el calé; la Fede-ración de Islas Baleares, la Re-pública Popular de Canarias yotras. En Yugoeslavia, como erade esperarse: Servia, Croacia,Dalmacia, Es10venia, Montene-gro y Macedonia.

La llama independentista cun-

dió rápidamente por Europa ysus resultados fueron sorpren-dentes. Italia se convirtió entantos estados, repúblicas, fede-raciones, ducados y principados,que el Vaticano pasó a ser unode los territorios autónomos demayor extensión en la penínsu-la. Mencionaremos algunos ca-sos que llaman la atención porsus características muy particu-lares. La República. de Sicila,euyos gobernantes y figuras des-tacadas de la política habían te-

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nido su formación en 10 que eun tiempo se conoció como E~tados Unidos de Norte Américisi bien habían tenido que salíde ese país por invitación espEcial de los gobiernos locales, porecomendación del organismconocido como F.B.I. El Ducado de Venecia, cuya atraccióprincipal lo constituía el turismo submarino para visitar 1eIudad sumergida del mismnombre. La Ciudad Estado dRoma se denominaba oficialmente, la Federación de las Siete Colinas y las Repúblicas Industria1es Unidas de Milán ,Turín, que en su bandera y ešcudo ostentan un automóvil FiaModelo 1100.

Alemania dio paso a los Estados Unidos de Baviera, donde 1:cerveza fue la bebida emplead:en todos los actos protocolaresPrusia, que estableeió el uso diuniformes para todos los residentcs, íncluyendo una graciosiadaptación de un traje espadalpara los recién nacidos; la Cíudad Estado de Berlín, que prohibió la construcción de murosEstos fueron los más notablesFrancia, luego de haber ensaya.do con la Décimoquintá Repú-blica, terminó segregándose ei18 estados, siendo los más im-portantes: la República de Nor-mandía, que construyó una "D'gigante de 100 metros de altu-ra, exactamente 7. metros máEgrande que la Estatua de la Li-bertad; la Federación de Canto.nes Vinícolas de Borgoña, qUEestableció un sistema monetariocuyo valor correspondía a la ca-lidad de la botella de vino queilustraba; el Imperio InsularCorso, cuya unidad monetaria loes el Napoleón; la Federación

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de Ciudades Estados de la CostaAzul, que en su bandera lucenuna gran "T", por el turismo;una cámara cinematográfica,por los Festivales de Cine y unaruleta, por los Casínos y la Cíu-

dad Estado Luz, antigua París.

Increible fue la división deSuiza. Nadie la esperaba, peronacieron: Suiza Alemana, SuizaFrancesa y Suiza Italiana, quereemplazaron en sus banderasla Cruz Blanca, por un reloj, unpar de ski es y un queso respec-tivamente,

Interesante fue el motivo quedeterminó la nueva estructura-dón de los países escandinavos.Se dívidieron atendiendo a la a-ceptación o no aceptación de lalegalización de la pornografía.

Lo que sucedíó en el Africa,fue considerado por la opiniónmundial como la culminación delsuperregionalismo. Se crearonlos Estados Tribales, de los cua-les fue tan difícil establecer lasfronteras de los diferentes domi-nios, que constituía el mayorproblema para el Comité de laPaz de las Naciones Unidas.

Israel, que durante la llamadaguerra de los "Seis Días" - cu-yas conversaciones de paz toda.vía continuaban - había ocupa-do gran extensión de territoriosárabes, con sus respectivos ha-bitantes, vio con sorpresa, debi-do al mayor índice de natalidadde los conquistados, qUe éstosconstituyeron mayoría y en elec-ciones democráticas, por grannúmero de votos, eligieron alprimer Presidente Arabe de Is-rael, con dominio absoluto enknesset.

En el Asia, tampoco se queda-ron atrás. Japón formó cinco es-

tados independientes: Yeso, Ni-pón, Kiusiu, Sikoku y Okinawa.En este último, los idiomas ofi-ciales son: el japonés y el yan-kee. Este último, un dialecto in~glés que se hablaba en los Esta-dos Unidos de N orteamérica,allá por el año 1970.

El fenómeno se presentó concaracterísticas desconcertantesen Australia. El grupo de inmi-grantes uruguayos que había in-vadido el continente en la déca-da del 60, especialmente comoovejeros, se había radicado de-finitivamente y dieron nacimien-to a la República Tupamara deOceanía. Además, se formaron:Nueva Gales del Sur, Nueva Ga-les del Norte, Nueva Gales deOriente y Nueva Gales de Occi-dente, entre otros. No hubo ma-nera de convencer a los pOCORhabitantes del Gran Desierto deVictoria para que declararan suindependencia y prefirieron per-manecer fieles a la Ciudad Es-,tado de Londres, siendo lo úni-co que quedaba de lo que en untiempo se conoció como la Co-munidad Británica.

Las Islas Británicas, recupe-raron el aspecto político del Si-glo XIII cuando Juan Sin Tie-rra les dio la Primera Constitu-ción. Una de las diferencias fun-damentales fueron los castilos,que ahora se construían haciaabajo, como protección a unaagresión nuclear. Escocia. pasóa llamarse la Unión de ClanesEscoceses y fueron tantos, queagotados los tartanes en cua-dros, tuvieron que diseñarlos encírculos.

Los diferentes estados irlan-deses que se crearon, mantuvie.ron en común el color de sus

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banderas. Todas son verdes condiferent2S distintivos.

Rusia con sus 54 repúblicas;la India con sus 49 divisiones y

China con sus 44 estados, todosellos con sus respectivos dialec-tos, crearon la mayor confusióndc la época. Se discutía en bAsamblea General sobre la acep-tación de los 44 estados chinos.

£n América, la revolución re.gionalista registró hechos queni los más famosos psiquiatrasde la época, inclusive los psi-quiatras de psiquiatras, fueroncapaces de explicar.

Alaska y Yukón formaron laación Confederada Eskimal. Co-mo era de esperarse, nació laRepublique Francaise du Cana~dá, conocida en otros tiemposcomo Provincia de Quebec. Losdescendientes de los iroqucses yde los algonquinos establecieronla República Federal Pielrrojadel Norte, que comprendió lasProvincias de Saskatchc wa n,Manitoba y Ontario.

Enormes transformaciones o-currieron en lo que en un tiem-po fueron los Estados Unidos deN orteamérica. Primero fueronlos esquimales de Alaska, comoya lo hemos mencionado. Siguióel Matriarcado de Mauna Kea(Islas Hawaii), la República deTejas, con sus e1ásicos distinti-vos de un sombrero vaquero de10 galones de capacidad, sobredos enormes cuernos de 6 pi2sde largo cada uno; Megalópolis,la superciudad con 45 milonesde habitantes - una sola ciu-dad - con sus famosos barriosde Washington, Filadelfia, Nue-va York, Boston, Providencia,

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Búfalo y Hartford. Su caracte.rística principal es el área ver-de del Barrio de Nueva York,conocida como Parque Central.Los Zoológicos de esta superme-trópolis exhiben gran variedadde animales raros para sus habi-tant2s, como lo son: perros, ga-tos, caballos, vacas y burros yaves como: gallnas, patos, pa-vos y gansos. Resurgió la GranNación Apache, que abarcó losEstados de Nuevo México, Ari.zona y Colorado, con su fasci~nante idioma de sonidos y movi-mientos de las manos y su sen-sacional sistema de comunica.ciones a base de señales de hu-mo; California se dividió enSmog State, Capital, Los Ange-les, donde sus residentes y visi-tantes deben usar permanente-mente máscaras contra gases yque, aunque en su bandera luceun sol, éste no ha sido visto porningún habitante menor de 10años de edad y Hippie State,Capital, San Francisco, Gober.nada por un gurú, con su famo-so monumento, mayor que el Co-loso de Rodas, reproducción gi-Q'ante de una planta de cannabisindica, conocida popularmentecomo marihuana. En la Florida,un plebiscito celebrado en 1984detcrmionó un cambio de nom~bre y pasó a llamarse la Repú-blica de Cuba Continental. LaConfederación Lee, la integra4ron los Estados Confederados deJ 860, excepción de la Florida yTejas que habían tomado supropio camino.

Al fin los guayaquileños fue.ron capital nacional del nuevoestado denominado RepúblicaEcuatoriana del Guayas, mien-tras Quito 10 fue de la Repúbli-ca Ecuatoriana de la Sieri J.

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Sucedieron acontecimi e n t o f,que es necesario relatar. Losguajiros colombianos y venezo-l.vanos resolvieron el problema

ya tradicional de límitesentre Colombia y Venezuela yformaron la República Guajira,con Ü~rritorio de ambas nacio-nes. Lo mismo sucedió con laRepública del Yucatán que laintegraron mayas guatemalteco;,.v mayas mexicanos.

En México, flurgieron: la Re-pública Jarocha, con su HimnoN acional "V eracruz", de Agus-tin Lara. cantada la versión ofi-cial por Toña la Negra; el Esta-do Independiente de Jalisco, consu lema "Nunca Pierde"; los Es-tados Confederados del Norte,con su himno" Adelita" y su uni-dad monetaria el :¡V (el VilanorteÙo) .

En Venezuela, el primero enindf'pendizarse fue el EstadoZulia, que formÓ la RepúblicaMara, mientras que en Colom-bia: Antioquia""" Caldas, Quin.dio y Risaralcla, crearon la Fe-deraciÓn de N aeÎones Paisitas;Bo.vacá, Huila y Tolima, los Es-tados de la Alta Colombia. Entotal, Colombia dio paso a nue-ve nuevos estadoR, además delDistrito Independiente de Nue-va Atenas. antigua Bogotá.

El movimiento regionalista nose quedó atrás en Ccntroaméri-ca. Guatemala vio nacer las Re-públicas: de Catzumalguapa. deChimaltenango, de Huehuete~nango, de Quezaltenango y deTotonicapán, que fueron la deli-cia de los Maestros de Ceremo-nias de habla no española. Hon,-duras, se transformó en: Hon-duras, Copán y Sula, mientrasque Nicaragua contempló el na-

cimiento de la República de losLagos y el Estado Soberano Ru-bén Darío, con Granada y Leóncomo sus capitales respectiva-mente. El caso de El Salvadorhay que señalarlo de manera es-pecial; su gran explosión demo-gráfica obligó a sus naturales abuscar tierras en los países ve-cinos, creándose entonces la Na-ción Cafetalera de El Salvadory las Repúblicas GuatelmatecoSalvadoreña y la Hondureño Sal-vadoreña. En Costa Rica, nadóla República Bananera de Gol-fite. En Panamá, se crearon laRepública del Barú, Capital, Da~vid; la Unión Independiente deNaciones Karibes Kunas, con sucapital Narganá; la Repúblicadel Atlántico, con las antiguasProvincias de Colón y Bocas delToro y cuyo idioma oficial es elguari guari y la República delPacífico, que amenazaba en des-membrarse en el Estado Inde-pendiente de Azuero y la Repú-blica Chocosana del Darién, quea su vez, de acuerdo con la Re-pública del Chocó de la antiguaColombia, pensaban establecerla Gran Nación Chocosana Con-tinentaL.

Para los que conocen las par-ticularidades de nuestros paísessuramericanofl, lcs será fácilimaginarse lo que ocurrió en Ar-gentina y BrasiL. Perú y Bolivia,dieron paso a la República delTiticaca; así como Bolivia y Pa-raguay, a la Federación del Cha-co; Tacna, del Perú, Arica, deChile y Chuquisaca de Bolivia,formaron la Bolivia No Medite-rránea, realizando una gran as-o¡:iración de los habitantes del al-tiplano. El Uruguay, pasó a serel Estado Federal Tupamaro,integrado por los Tupamaros del

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Norte, del Sur, del Este y delOeste. En Chile, se formó la Re-pública Yugoeslava de América,con capital Punta Arenas y elEstado Alemán de Valdivia, conValdivia como capitaL. Sorpren-dió la independcncia de la Islade Pascua, que como estado so-berano volvió a llamarse RapaNui. Con motivo de este acto se-paratista. confrontó tan gravesinconvenientes debido a su po-blación reducida, que no pudocrear un órgano legislativo, nimuch'o menos un Cuerpo Diplo.mático y Consular. Sus funcio-

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narios se redujeron a un Gober-nante y dos Secretarias Ejecuti.vas, un Inspector General deTurismo y un Delegado ante laAsamblea General de las Nacio-nes Unidas.

La enseñanza de la Historia yde la Geopolítica fue un caos. Se

popularizó con carácter mundialla anécdota del profesor que lepregunta a sus alumnos: ¿ Cuáles la división política de Afri-ca? A la que en coro le respon-den los alumnos: no hemos leídolos periódicos de hoy.

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PUBLICA CION ESDE LA CONTRALORIA G1~NERAL

DEL AÑO 70

l'anamÚ, Contl'alorÍa General de laRepÚhlica. 1 nforme del Contralol'General de la República. 19 de Oc-

tubre de uno. p.v. Contiene anexos,

Dirección de Contabilidaq.

Boletin de Contahilidad_

Informe Trimestral de Rentas

y Gastos.

Volumen 30 N9 2, abril 'a junio de1969. vi. 30 p,

Volumen 30 N9 3. julio a septiem.bre de 19G9. v, 28 p.

Volumen 30 N9 4, oCtubre a diciem-bre de 1969. v, 31 p.

Volumen 31 N9 1, enero a marzode 1970 1. 27 p,

Dire(,ción de Estadistica y Censo,

ESTADISTICA PANAMEÑA- AÑO XXVIII

Serie "F.1" N9 3, Industrias; Pri-mer y Segundo Trimestre de1969. vi, 21 p.

Serie "G" N9 3, Precios e Indice dePrecios al Consumidor; Segundo

Trimestre de 1969. xi. 44 p.

Sel'e "H. 1" N os. 10 y i 1, Informa-ción Agropecuaria - Precios Re-

cibidos por el Agricultor, octubre

y noviembre de 1969.

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ESTAnrSTICA PANAME:iA- AÑO XXIX

Sl'rie "A", Población y AsistenciaSocial; Ai'o 19m, viii, 82 p,

Serie "A". Población y Asistencia

So('al; Año1968. vi, 89 p.

Serie "B .1" N9 2. Estadisticas Vi-tales: nacimientos vivos, defun-

('ones y defunciones fetales: Pri-mer Semestre de 1968. vi, 25 p.

Serie "B .1" N9 1. Estadisticas Vi.tales: nacimientos vivos, defun.

cio y defunciones fetales; Año19()9. vi. 29 p.

Serie "C", Ingreso Nacional; Años1960 a 1968, xv. 47 p.

Sede "D", Balanza de Pagos: Ai'o!1967 y 1968, vii, 33 p.

Serie "E" N9 2, Hacienda Públi-

ca y Finanzas: 1er. Semestre de

1969. vii, 47 p.

Sel"e "F", Industria y Comercio In-

terno: Encuesta 1967. xiii, 50 p.

Serie "F. 1" NQ 4, Industrias: Ter-

cer Trimestre de 1969. vi, 15 p,

Serie "G. 1" N9 4. Precios e Indiccde Precios al Consumidor: TercerTrimestre de 1969. xiii, 34 p,

Sel'e "G" N9 1, Indice de Preciosal por Mayor y al Consumidor:

Cuarto Trimestre de 1969. viii,79 p.

Serie "G" N9 2. Indice de Preciosal por Mayor y al Consumidor:

Primer Trimestre de 11970. iv,65 p.

Serie "H" N9 3, Información Agoro-

pecuaria - Animales y Produc-

tos de Animales: Ai'o 1969. vi.22 p.

Serie "G" NQ 2, Indice de Preciosal por Mayor y al Consumidor:

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Primer Trimestre de 1970. iv,66 p-

Serie "H" NQ 3, Información Agro-

pecuaria - Animales y Produc-tos de Animales: Año 1969. vi,22 p.

Serie "H" NQ 1, Información Agro-

pecuaria - S'uperficie Sembrada

y Producción de Arroz, Maiz y

Frijol de Bejuco: Año Agrícola

1969-1970. vi, 36 p.

Serie "H .1", NQ 12. InformaciónAgropecuaria - Precios Recibi-dos por el Agricultor, diciembre

de 1969. v. 10 p.

Serie "H .1", Información Agrope--cuaria - Precios Recibidos porel Agricultor, Compendio de 1969.

vi. 16 p.

Serie "H 1", Nos. 1 al 9, Informa-ción Agropecuaria - Precios Re-

cibidos por el Agricultor, enero

a septiembre de 1971.

Serie "1". Transportes y Comunicii-

ciones: Año 1968. xi, 62 p.

Serie "J", Accidentes de Tránsito:

Año 1968. viii, 71 p.

Serie "K", Anuario de ComercioExterior: Año 1967. xxxiv, 870 p

Serie "K .1", Comercio Exterior:

Año 1968. xiii, 144 p.

Serie "M", Educación: Año 1967.ix. 71 p.

Serie "O", :Estadisticas del Traba-jo: Año 1968. xi, 136 p.

Serie "P" NQ 3, Indicadores Econó.

micos: Tercer Trimestre de 1969.

13 p.

Serie "P", NQ 4. Indicadores Eco-nómicos: Años 1968 y 1969. 17 p.

Serie "P", NQ 1, Indicadores Eco-

nómicos: Primer Trimestre de1969 y 1970. 10 p.

SUPLEMENTOS DEESTADISTICA PANAME&A

Indice de Precios al por Mayor, enla República: Ai'os 1966, 1967 Y

1968, por Trimestre y marzo, ju-

nio y septiembre de 1969. xiii.39 p.

VII CENSO NACIONAL DEPOBLACION y nI DE VIVIENDA.

10 de mayo de 1970

Cifras Preliminares. vi, 28 p-Importancia de los Censos paraNuestro País: preparado por A-

zael Alvarez. 31 p.

OTRAS PUBLICACIONES

Indicadores Económicos y SocialeR

de la República de Panamá: Ai'os1966-1969. (Folleto).

PANAMA EN CIFRAS (Compen-dio Estadistico: Años 1966 a1969), 3 de Noviembre de 1970.

xxxi, 217 p.

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A su salida del calabozo, sito enCádiz, el clérigo mexicano se va fa-milarizando con la geografia de laPenínsula. La España de J ovellanos,heteróclio purgatorio de mediocri-dades, revela sus supercherías, ana-ocronismos y cicatrices a la pupilafamélica de Fray Servando. De suer-te que Valladolid, Madrid y Pam,plona, surgen como círculos concén-tricos de adusta insalubridad y clep-

tomanía.

En París, por el contrario, FrayServando traba amistad con SimónRodríguez y Madame de Stael; cri..tica - cándidamente ~ las posesromanticoides, adoptadas por el viz-conde Francois-René de Chateau-briand; postula la plausibilidad deun sistema de expresión americano;finge dialogar (luengas horas) conMadame Recamier, Benjamin Gons-tant, Alejandro de Humboldt y conun "joven altanero", Simón Bolí-var.

En abreviatura, Francia post-en-ciclopedista le ofrece, hacia 1801,asilo, y pule las múltiples obrepciounes a las que su razón se hallabasometida con anterioridad. He aquiejemplificada la noción germánicade bildungsroman: novela de didas-cálicas experiencias, relatos de ca-

tarsis y de progresión que apresany ejercitan la voluntad de su prota-gonista.

Tortuga de carceleros gachupines,que, con los venablos de más de ú-chenta encadenamientos tratan deamodorrarlo, Fray Servando, algozahori, conserva inflexibles sus Ím-petus de libertad. Así, su obra - enprosa y en acción - desinfla la he..gemonía colonial y - sustancial-mente - sirve de apoyatura a lasmil y una insurrecciones armadasque vieran la luz en tierra azteca ~n

los albores del decimonono.

Boileau quiso moldear el sigloXVIII a la imagen y semejanza desu A.rt Poétique, de modo que ésteno cubriera sino cien otoños de ra-zón, de raÎaon. Fray Servando fue

insensible al clasicismo de Boileau.

A sus ojos, la imaginación, virtudtropical, obnubilaba la razón, sep.'tentrional carisma. Por ellO, se leobserva, desde sus mocedades, talun viandante, siemprl' tramando,maquinando contJ',l el tstablishml'ntborbónico, contra la tirania chul'ri..gueresca de los últimos virreyes.

Desde Inglaterra y los EstadosUnid()s, nuestro trotamundos, auto.,ungido a la sazón Obispo de Balti..more, se arma "hasta los dientes"con el fin de invadir aquel Méxicoque presenciara el fusilamiento delCura Hidalgo. Lamentablemente, suproyecto se consolida en nuevas tor.t m'ar. "dc v~rin lección".

Iturb¡de expulsado, Fray Servandoingresa a México triunfalmente. Suspostreros ai'os no vacilan en mos-trarse adversos. Fray Servando escentralista; Guadalupe Victoria a-,porta su respaldo a los fedel'alistas.Muere Fray Servando con olor asoledad, que no con olor a santidadSu momia atraviesa el Atlántico.Para convertirse, a fines del siglopasado, en hazmerreir al interior deun circo belga. Evidentemente, sushuesos aún no han encontrado latranquildad deseable, el sosiego ape-tecible.

Inaugura Reynaldo Arenas, en elcampo de indagación de nue'stra ac-tual novelistica latinoamericana,. una

descomunal y pantagruélica manerade ver las cosas. Sin intención apo.'lo~étìca, es dahle advertir mayoressuspensos y desenlaces en la prosade El mundo alucinante que en losdos tomos de Conversación en La Ca-tedral, novela-monstruo de MarioVargas Llosa, total acaso en virtudde sus hondas dimensiones sociales,pero desprovista del thril, de los os-tensibles tours de force, que despe-

rezan y estimulan al mås desvaídode los lectores.

GroS80 modo, la vida de Fray Ser-vando reobra los fugaces contenta-mientos de Vivaldi, se envuelve enpenta¡rramas, en destilaciones ver-

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Mientras leía el estudio ejemplar de mi amigo Noel Salomón,profesor de la Universidad de Burdeos, sobre el tema campesinoen el teatro de Lope de Vega, pensaba en que debía ser él, erudi-ción tan viviente y creadora, quien nos diese el panorama plenode las presencias americanas y africanas en los escritores españo-les de la Epoca de Oro, singularmente en el teatro del siglo XVII.Meditaciones recientes me acrccen el deseo.

Pienso que en el complejo canje de culturas -donde se mar-can tan suties matices- habría que dar buen espacio a las in~fluencias africanas que unas veces llegan del Continente cercanoy otras pasan por América para volver, enriquecidas, a la penín-sula. En las ramas de este dilatado triángulo se ocultan confluen-cias y simbiosis de mucha sustancia en lo literario y en 10 histó-rico.

Con permi"o del agudo e incansable Samuel Feijóo, queremosaludir a las aventuras primeras del son de Africa en el teatro clá-sico españoL. Descubriremos en el examen de los hechos una nue~va magnitud, hasta aquí inadvcrtida, en el poder de la creaciónafricana sobre el pueblo peninsular de entonces.

Es bien sabido que el son, nacido en Africa y con bendiciónamericana, hace presencia, hecho y derecho, en una eScena del ac-to ILI de La dama boba, de Lope de Vega, aunque sólo en las edi-ciones que pudiéramos llamar completas de la graciosa comedia.Escrito de la mano del autor, el son fue descubierto y añadido asu obra en época relativamente cercana. Entonces aparece, en ver-sos octosílabos mechado8 con otros de seis sílabas, que se mantie-nen como estribilo, la huclla africana.

Recordemos que en la escena citada ocurren singulares mU~danzas. El canto que anima el baile comienza con unos bellos ver-sos de LÜ;co sobre las veleidades del amor. Pronto, la vieja pugnaentre pasión e interés hace de las suyas, en estrofas muy crcanasa la seguidila. Es interesante la trama compuesta por el Fénix:el Amor, cansado de la codicia desapoderada en las mujeres de laCorte, parte hacia el Nuevo Mundo, donde parece encontrar terri.torio más propio a su vuelo. Allí renuncia a joyas, sedas y ho1an-das y queda sólo como tercero de la comunicación entre los aman~tes; pero, al volver de las Indias con oro y plata, torna a rendir alas damas por la riqueza y no por la gracia. Lo mejor será que de~mos el lindo pasaje:

A nwr cansado de vertanto intf'rés en las damasy que, por de.'nudo y pobre,ninguna favor le daba,pasóse a las Indias,vendió el aljaba;que más quiere doblones

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que vidas y almas.Trató en la India Amor,no en joyas, sedas y holanda,sino en ser sutil tercerode billetes y de carta.Volvió de las Indiascon oro y plata;que el A mor bien vestidorinde la damas.Paseó la corte A morcon mil cadenas y bandas;las damas, como le vian,deste manera le hablan

y como ejeniplo del amor americano aparece, un poco arbi-trariamente, el son viene de Panamá. El autor, que hasta enton-ces luce su habitual discreteo afinado y popular, de clara estirpehispánica, intercala la forma nueva, de eficaz reiteración, injerta-da en la Uana malicia de la copla española. El son dice así:

¿ De dó viene, de d6 viene?Viene de Panamá.

¿ De dó viene el caballero?Viene de Panamá.Trancelín en el sombrero.Viene de Panamá.Cadenita de oro al cuello,Viene de Panamá.En los brazos el grigrìesco.Viene de Panamá.Las ligas con rapacejos.Viene de Panamá.Zapatos al uso nuevo.Sotanilla a lo turquesco.Viene de Panamá.

¿ De dó viene, de dó viene?Viene de Panamá.¿ De dó viene el hijodalgo?Viene de Panamá.Corto cuello y puños largos.Viene de Panamá.La daga, en banda, colgando.Viene de Panamá.Guante de ámbar adobado.Viene de Panamá.Gran jugador del vocablo.Viene de Panamá.No dá dinero y dá manos.Viene de Panamá.Enfadoso y malcriado.

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Viene de Panamá.E." Amor: llámase indiano.Viene de Panamá.E." chapetón castellano.Viene de Panamá.En criollo disfrazado.Viene de Panamá.

¿ De dó viene, de dó viene?Viene de Panamá.

Importa destacar cómo aparece ya la dura crítica al hombrerico, vacío, fanfarrón y palabrero. Como tantas veces, el autor deFuente OiJPjuna dispara hacia el personaje desde las posiciones po-pulares, con lo que se muestra como gran precursor de las censu-ras al aprovechamiento de los indianos, que irán ahondándose des-pués en los más claros espíritus de la península. El rastacucro pa-nameño se viste con las galas de moda en su barato afán de apa~recer principal e importante. Avaro y gárrulo ("no dá dinero y dámanos - Gran jugador del vocablo. . .") Es pariente del explota-dor cercano ("Es chapetón castellano - En criollo disfrazado").La imagen del colonizador in escrupuloso, sórdido y petulante nose dibujó mejor por aquel iiempo.

N o hemos visto señalada una eircunstancia, relevante sin du-da, en esta página de La dama boba y que alude al mando, tantasveces tiránico, del modo africano. Terminado el son Viene de PaRnmná -- que probablemente tomó Lope de Vega del canto de lacalle para volverlo a la calle -, retorna a su manera sentenciosay risueña, para insistir en el poder todopoderoso del dinero en loslances de amor. Dice, con limpio donaire:

¡Oh, qué bien parece Amorcon las cadenas 1f galas;que sólo el dar enamora,porque es cifra de las gracias!Niñas, doncellas 1f viejasvan a buscarle a su casa,más importunas que moscasen viendo que hay miel de plata.

Pero, de pronto, viene el estribilo que nació en el .son cerca-no, Y se cierra la escena con una tirada de versos que vuelven aapoyarse en uno solo, hasta el finaL. El poeta escribe en tiempo deson:

Deja las avellanicas, mora:Que yo me las 1)(rearé. 'El amor se ha vuelto godo,Que yo me las varearé.Puños largos, cuello C01'tO.

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Que yo me las varearé.Sotanilla y liga de oro.

Que yo me las varearé.

El contagio llega a ser tanto que, aparte de estribillo acatado,hay versos ("Puños largos, cuello corto"), que ya estaban en elson Viene de Panamá. La simbiosis se manifiesta sin rubores.

Pero, he aquí un singular suceso, cuyo conocimiento debo ami amigo, el nutrido y brilante escritor panameño Roque Xavil'rLaurenza. El manuscrito autógrafo del son de La dama boba estáfechado el 28 de abril de 1613, y en el Discut''! de todos los dia..blos. o el infierno emendado, de Don Francisco de Quevedo, de1628, y en la boca de un sonero desenfadado, encontramos estaspalabras: "¿ y llamándome a mi poeta de pícaros, porque sin fes-to ni daño alegro y entretengo barato y brioso con Vengo de Po-namá, y De qué tienes dulce el dedo, y Don don camaleón, y otrasletrilas traviesas de son y comederas 'l". Lo que quiere dcir que el

son Vengo de Panamá, que Lope inventó o recreó tomándolo de lacalle, se había mantenido como entretenimiento popular y diverti-miento de muchos por más de tres lustroso

El hecho tiene una significación que trasciende mucho su apa-rente sencilez. Supone, nada menos, que la música del canto afri-cano, con su sensual insistencia, había llegado a ser patrimoniode las masas, a tal punto que los pícaros vivían de usar1a en fies-tas de son y comederas.

Anotemos que el son, venido de tierras africanas y con temaamericano, pasa por el taller de creación de un gran ingenio y,fiel a su origen, vuelve a los predios populares encendiendo en sufuego a los oyentes sencilos, dóciles a su imperio. Este rico caso dedominio nos hae2 recordar los versos de Nicolás Guilén:

A quí el que más fino sea.responde si llamo yo.

La comunkación irrefrenable señalada por nuestro gran poe-ta parece haberse producido en tierras espafiolaH hace más de tressiglos. Como tantas veces, la obra de los ignorados, de los ofendi-dos, de los esclavizados, gana, por su radical humanidad, el ánimode gentes lejanas.

Es evidente que lo anotado supone un caso de transcultura-ción -usemos el término en boga, tan gustado por nuestro Fer-nando Ortiz- del mayor relieve y Rustancia. La huclla america-na y africana en la literatura de la gran época española había deproducirse indefectiblemente, pues el descubrimiento, la conquistay la colonización -tres momentos de una misma codicia--, signi-ficaban empresas nacionales de primer rango. y como para domi.nar y explotar el mundo sometido fueron utilzados esclavos ne-gros, presentes alguna vez en la misma península, lo africano ha-

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bía de aparecer también en la novela y en el teatro clásico de Es-paña. Cervantes y Lope obedecen a una realidad insoslayable.

Pero, 10 americano y lo negro son, en lo dominante, ingredien-tes anecdóticos en la prosa y en el verso de escritores primordia-les, casi siempre pintoresquismo ocasionaL. Aunque esta apariciónposee categoría en lo folklórico y en lo lingÜístico, lo que hemosanotado tiene mayor hondura: el modo y el ritmo de un grupo te-nido como ínfimo y subalterno penetra aquí una sensibildad tanhecha a lo circundante como la de Lope, y su alumbramiento, va-lorizado por la magia de un impetuoso creador, se revierte al UROpopular, con 10 que sc nutre para una dilatada vigencia.

Queda, desde luego, un hilo de la trama por descubrir. ¿Alasccnder al pueblo, al volverse lenguaje musical de gente.: distin-tas, adquirió el son potencias bastan

teR para paRar a América yencontrar allí un eco connatural en las masas negras y mulatas yaun en las blancas ganadas a la omnipotente reiteración'! ¿ Influyóla inclusión del son en Ln dama boba y su probada pr2sencia en-tre el pueblo regocijado de ERpaña, en las primeras resonancia:"del canto africano al otro lado del mar'! Otros, con autoridad, cien-cia y meditación, deben responder a esta pregunta, rebosante deinnumerables derivaciones.

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ESCRITO SOBRE UNA PUERTA

Yo tengo una piel colo1' tabaco rojo, una piel demulo,

un sombre1'o de médula de saúco cubierto de tela blanca.

Mi orgullo es que nd hija sea muy bellacuando mande u lus mu:ieres nef!1'as,

mi dicha: que descubra un muy blanco brazo('ntre sus amigus negras;y que no le utemo1'ice mi mejilla ruda

bajo el pelo, cuando yo cnt1'e enlodado,

y, antes que nada, le entrego mi fuete, mi cantimplora11 mi sombrero.

Sonriente, ella va secnndo mi rost1'sudo1'oso; 11 acerca a su cara mis manos grasientas de haber

p1'obado la almendra de kako, el grano de café.

y luego suminístrame un pañuelo de cabezazumbadora; y mi vestido de lana: agua pura paraluvarme los dientes de silencioso.'

y el agua de mi palangana está ahí: y escucho el aguadel estamque en la jofaina.

Severo es un hombre, su hija es dulce. Que ella,'Je coloque siemp1'e

a su vuelta sobre el más alto peldaño de lacasa blanca,

11 liberando su caballo de la opresión de lasrodillas,

d hombre olvidaní la fieb1'e que extrae la piel delrostro de dent1'o.

Aún amo mis canes, ellla,mamiento de mi caballo másfino.

!I ver al extremo de la vereda derecha salir de la casauii (fato en compañía de la mona. . .

todas estas cosas suficienlPs son para no envidiar lasvdas de los veleros

que diviso a la altura del techo de palastro sobreel mar ('omo un cielo.

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PARA FESTEJAR UNA INFANCIA

"King Lights Settlements"

1

¡Palmas. . . !Entonces se te bañaba en agua.de-hojas-verde.~.'

y el agua era todavía un verde sol; y las sirvientasde tu madre, grandes muchachas lucientes, removíansus piernas cálidas cerca de ti que temblabas. . .

(Yo hablo de una alta condición, entonces, entrelos atuendos, en f' reino de claridades giratoria).

Palmas! y el dulzorde una vejez de raíces. . . ! La tierraanheló entonces ser más sorda, y más profundo

el cielo donde árboles muy grandes, rendidos por oscurodesignio, trababan un pacto 1~nextricable. . .

(Yo tuve ese sueño, en el cariño.' una estadía seguraentre las entusiastas lonas).

Y las altasraíces curvas celebraban

la ida de las vías prodigiosas, la invenciónde las bóvedas y de las naves

y la luz (mtonces, fecunda en las más puras hazañas,inauguraba f' alba reino donde acaso condujeun cuerpo sin sombra. . .

(Yo hablo de una alta condición, otrora, entreunos hombres y sus hijas que mascaban cierta hoja).

Entonces, los hombres teníanuna boca más grave, las mujeres tenían unos brazos

más lentos;entonces, de nutrirse como nosotros de raíces, las

grandes bestias taciturnas se ennoblecían;

11 las pestañas se alzaban más largas en el marco dela sombra. . .

(Yo tuve ese sueño, e,~e sueño sin reliquiasnos ha consumido).

IIY las sirvientas de mi madre, grandes muchachas

lucientes. . . Y nuestras pestañas fabulosas. . . ¡OhcZm'idades! ¡Oh favores!

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N omlJrando toda rosa, recité que toda cosa eragrande, nombrando todo anima,l, 1'rcité que toda animal era bello1/ bueno.

¡Qh mis más grandes floresvoraces, ent1'e la ho.ja enca1'nada, devo1'ando

todos mis máB belloBinsectos ve1'des! Los nLmiletes en el ja1'dín

oliían el cementerio familinr. y había mue1'to una hermanapequeñita: tuve su ataÚd olonmo de caoba entre los espejos de t1'~Salcobas. Y no em indiBpensable liquidar el pájaro-mosca de un

( guija1'ro.Mas la tie1'1' ,'~f~ doblaba en nuestl'OB ojos como hace laBirvienta,

aquélla que tiene derecho a una .'1illa si se r.'1tá quieta en rasa.

. . . Fe1'vo1'es vegetalrs, ¡oh claridades, oh favo1'es!y luego esa,s moscas, esta suerte de mOBras,

hacia d Último eSf'alón del ia1'din, que e1'an como si la luz hubif'!tcantado.

Me recue1'do la sal, la S(il que lanodriza ama1'illa debió en,Îu,qar en el ángulo demis ojos.

El b1'ujo negro Bdenciaba ofici08amente: "El mundoe.'1 como una pi1'agua. aue, dando ?J dando vueltas, no 8abe Bi elviento quería 1'eir o llorar. . .".

y f'n seguida mis oios PTocu1'aban pintar

un mundo balanceado entre las aguaB b1'illanteB,conocían rl palo liso de los tonele8, la gavia bajo laBho:iaB, 1/ los muérdagos 1/ laB varas, los olJenauPB deliana,

donde muy largas, la8 floresse acababan en gritos de COt01')(I.I.

nI. . .Luego eBas moscas, esta, suerte de mosras,1/ la Última gmda del ja1'dín. . . Llaman. Iré. . . Habloca1'ifIosamente.

-A partr de la infancia, ¿ aué había en ella aue no hay ya hO!J?

¡PlanicieB! ¡Prndientes! ¡Habíamás o1'den! Y todo no no, síno 1'dnos

y confineB de vislumbres. y la sombra y la luz entonceseBtaban máB cerca de Ber una misma rOBa. . . Hablo dealgo auerible. . . En los linderoB el fruto

podía cae1'!lin que la alegría sr pudrieBC en la cnmiBura de nueBtrOS labio8.

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y los hombres removían más sombra conuna boca más grave, las mujeres removían más sueño conbrazos más lentos.

i . . .Cruzan mis miembros, y pesan, nutridosde edad! N o conoceré jamás algún lugar de molinosy de cañas, para el 8uf'ño de los niños,de aguas vivas y armónicas! distribuído de la misma manera. . .

(A la derechase entraba al café, a la izquierda estaba la mandioca.

(¡Oh lonas que se doblan, oh cosas dignas de elogio!).

y estaban por aquí los caballos bien marcados,los mulos trasquihdos, y por allá los bueyes;

aquí los fuetes, y allá el grito del pájaro Annan --y allá la herida de las cañas en el molino aún.

y una nubevioleta y verde, color de hicaco, de repentepasaba para coronar el volcán de oro,y llamaba por sus nombres a las sirvientas desde el fondode sus chozas.

Infancia, Infancia, ¿ qué había entonces que ahorano hay?

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josé a. rey del corral

Elegia A. Miguel Labordeta

Yo, que no haría una elegía por encargo,por menos de mil dólares en moneda contante y sonante,hago sonar este llanto por nada,porque sí,porque me da la gana,porque es para Miguel Labordeta Subías, poeta y hombre.

Pel'o no quiero que este llanto mío sea

como el Llanto de Lorca-trato de resistir el efecto dramático que supone

José Antonio Rey del Corrol, poeto español que actualmente reside en Panamá, eS autorde los sig~ientes libros: Poemas de lo Incomunicación (Zaragoza. 1964), Cantos Ca.lectivos (Bogotá, 1967), Sonetos Existenciales, In Memoriam, Cantos Dramáticos, CantosDialécticos,

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la muerte inmortal de un amigo-,lo que quiero es el análisis pormenorizado y rabiosode las condiciones que rodean la vida de un poetaen la Zaragoza de la posguerra,

quiero decir, las condiciones de su muerte.

Ni quiero un sollozo de violín aceptable

para las orejas epicúreas de Juventudes Musicales,

de la Filarmónica o de la Honorable

Academia de la Lengua Académica,tampoco una partitura me10dramática

apta para los oídos transistorizados de los radioyentes,oídos sordos y aquí nada ha pasado, ah perros soeces.Lo ,que quiero es un esparto, un esparto, un esparto,

un ruido disconforme

y friega y da1e,

pues ya estoy harto de tanto romanticismo,

así que, oigan mi verbo de dotación,y plás, plás, abrochénse los cinturones

pues vamos a aterrizar, no en la Luna,pálida anemia de los poetas levítieos,sino en la tierra más tierra,allí donde haya una mayoría de oyentes,supermercados de consumidores anónimos (incluídos los

horteras),colas de los que esperan tomar' un tranvíade la Compañía Sociedad Anónima de Escoriaza,colas de los que esperan comprar su entradapara un cine de la Cadena de Cines Sociedad Anónima de

Escoriaza.Atención pues, campos de fútbol donde se juega un destino

que no es el destino griego:ojo al oído, parque de peatoníferos donde los domingos se

aburren y se aburran,mucha atención, habitantes de los bloques kafkianos,qUitense el tabú hexámetro,despójense del trauma de la rima,dejen el ringorrango en la percha más próxima,pues ha muerto el poeta de los Solioquiosy esto no se cura con lutosino 1eyéndolo y respetando su historia.

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Pues ha muerto el poeta de los Solioquios,Valdemar Gris, el del mensaje de amor,y ha muerto de azul manchado,

existente de tercera, o por otro hombre Julián Martínez,el que fue profesor de chiquilnes y mayores,

es decir, Mister Brown,piloto,soldado,inicuo,deso1ativo"Sumido 25,resucitado de treinta,más conocido también como Nerón Jiménez,el hambriento de espiga,el profesor cordial,el que sufrió 46 de anonimato propio y estulticia ajena,a quien no le cupo más el corazón en el pecho tremendo,

tánta rabia,tánta ternura

a la fuerza tenían que estallar como un tigre de osadía,

aunque fuera en un sísto1e repentino.(Siempre se recordará el gol de cabeza del celta Marce1Ino,jugador de un equipo aragonés,seleccionado nacional,puede decirse que fue el gol de la civilzación cristiana

occidental

contra la barbarie, contra el ateísmo,

contra todos los ismos,

los que clasificó y los que no clasificó MarceUno Menéndezy Pelayo),

el eximio polígrafo).

Miguel Labordeta Subías, 46, ya,ållá entre protozoos y marsupiales,

entre galaxias y girasoles,quisiera que te parases a oírme

dejando por un rato la tarea clasificatoria en que debes estardistraído,

abandona un momento a las parturientas a su llanto,deja que se las compongan solos los asesinados jóvenes,las muchachas morenas,los tiernos catedráticos,

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para decirnos la cauca de tu muerte.

Yo me imagino que un periodista diplomado asusta acualquiera,

que la lectura de un manual de historia equivale a un colapso,que una dinastía es peor que una postrimería,que una bomba puede hacer milagros,que una neurosis pasando junto nuestro llega a atufarnos,que una corrida de toros puede coger al espectador sin previo

avisoaunque no sean las cinco de la tarde,o que una heroína como Agustina puede matar por retrocesopanegírico,que Viriato y Numancia disparan desde el ditirambo contra el

transeúnte inocente de muchos siglos aún,que la jota, pese a su origen árabe admitido, puede ser

hecatombe.Mira Miguel,

le dirás a la suave luna licenciosa,

parlamentario de las noches,

con tu diálogo soliQquio,

10 que nos ausentan tus cien y tantos quilos,quilates bondadosos,

ah, energúmenos tierno de cigarrllos apresurados.Aunque nuestra ciudad llore en cuclilas con su pose farisea,agazapada en espera de sucesivas muertes de poeta,aunque no ttmga para tí niJ un ahí te pudras,no te preocupes, por.ue .los poetas cafeteros de muchas milas a la redondano podrán olvidarte:te cantarán 108 poetas, cantado,te estudiarán los estudiante8, cantando,

te cantarán los obrero8, cantando y protestando,

es tuyo el futuro,olvida el zarpazo sombno,porque si Miguel se ha idosaqueado de aparadores, fotografías y textos,yo te aseguro qu~ al final, todos dirán quien fuiste tú(olvida los espejos).

Mira Miguel,

mejor me callo,porque si no, soy capaz de ponerme el llanto

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y no quiero, no es ése mi propósito.Chao, MigueL.

Me saludas a Machado, a Apollnaire, a Vallejo¿eh?

Del libro IN MEMORIAM

José Antonio Rey del Corral

Miguel Labordeta Subías es un poeta español, natldo en Zaragoza, tuya obra po6tic;

se Instala en la d6cada del 50. A través de sus libros SumIdo 25, Vlol.nto Idllco,Transeúnte Central, Epllrlca y Los Solioquios, y en una p06tka que co"luga la_5 .ten-dentias slJreallstas con el tompromíso SOdal, vino a s;g"if;c;r una voz oríginal l"la poesía española de la posguerra y lo que es mós importante, una voz valie"te, enmedio de una c;si general mediocrídad. Su temprana muerte (1969) lo incorpora de-

finitivamente a la gra" tradidón lírica española; la de Machado, la de Hernóndez, la,

de Otera.

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LOTERIA NACIONAL DE BENICENCIA

PLAN DE LOS SORTEOS ORDINARIOS-DOMINICALES

El bilete entero comprende 90 fracciones y está dividido entres series de 30 fracciones cada una denominadas A. B Y e

PREMIOS MAYORES

1 PRIMER PREMIOTOTAL

90 fraccianes 1/. 1,00.00 e/fracción 1/. 90,000.00

SEGUNDO PREMIO90 fraccianes 1/. 300.00 elfracción B/. 27,OJO.00

TERCER PREMIO90 fracciones 1/. 150.00 e/fracción B/. 13,500.00

DERIVACIONES DEL PRIMER PREMIO

(Series A, B Y C - 30 fracciones c/ serie)

18 APROXIMACIONES DE 9 NUMEROS HACIA ARRIBA - 9 NUMEROS HACIA ABAJO1,620 fracciones B/. 1:i.OO el fracción 1/. 16,200.00

9 APROXIMACIONES - LAS 3 ULTIMAS CIFRAS810 fracciones 1/. 50.00 elfracción B/. 40,500.00

90 APROXIMACIONES - LAS 2 ULTIMAS CIFRAS8,100 fracciones B/. 3.00 e/fracción

900 APROXIMACIONES - LA ULTIMA CIFRA81,00 fracciones B/. 1.00 e/fracción

1/. 24,3:i0.00

B/. 8I,OOO.0:i

DERIVACIONES DEL SEGUNDO PREMIO

(Series A, B Y C - 30 frQcciones c/serie)

18 APROXIMACIONES DE 9 NUMEROS HACIA ARRIBA - 9 NUMEROS HACIA ABAJO1,620 fracciones B/. 2.50 e/fracción B/. 4,050.00

9 APROXIMACIONES - LAS 3 ULTIMAS CIFRAS810 fracciones B/. 5.00 e/fracción B/. 4,050.00

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NUMERaS PREMIADOS EN LOS SORTEOS ORDINARIOS

DOMINICALES DEL MES DE ENERO, 1971

Fecha N9 de Sorteo 10. 20. 30.

:3/1/71 . . . .. .. .. .. . 2706 8923 3634 5336

10 I/II . . . .. .. .. .. . 2707 9559 6162 9700

17/1/71 . .. _. .. .. .. . 2708 8177 7625 0728

N/1i1 . .. .. . . . . .. . 2709 3093 6825 0112

31/1171 . .. .. .. .' '. . 2710 0112 8670 3190

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LOTERIA NACIONAL DE BENEFICENCIA

PLAN DE LOS SORTEOS ORDINARIOS-INTERMEDIOS

El bilete eniero comprende 45 fracciones y está dividido entres series de 15 fracciones cada una denominada,s Ai B y C

PREM ios MAYORES

1 PRIMER PREMIO45 frciccicines

TOTAL

B/. 1,00.00 c/fracción 8/. 45,003.00

1 SEGUNDO PREMIO45 fracciones B/. 300.00 c/fracción B/. 13,500.00

i TERCER PREMIO45 fracciones B/. 15ll.oo c/fracción 8/, 6,750.00

DERIVACIONES DEL PRIMER PREMIO

(Series Ai B y C - 15 fracciones e/serie)

18 APROXIMACIONES DE 9 NUMEROS HACIA ARRIBA - 9 NUMEROS HACIA ABAJO810 fracciones B/. 10.00 c/fracción B/. 8,100.00

9 APROXIMACIONES - 3 ULTIMAS CIFRAS405 fracciones B/. 50.00 c/fracción90 APROXIMACIONES - 2 ULTIMAS CIFRAS

4,050 frcicciones B/. 3.00 c/frcicción930 APROXIMACIONES - LA ULTIMA CIFRA

40,500 frcicciones B/. 1.00 c/fracción

B/. 20,250.0)

B/. 12,150.00

81. 40,500.00

DERIVACIONES DEL SEGUNDO PREMIO

(Series A, B Y C - 15 fracciones e/serie)

18 APROXIMACIONES DE 9 NUMEROS HACIA ARRIBA - 9 NUMEROS HACIA ABAJO810 fracciones BI. 2.50 c/fracción B/. 2,025.00

9 APROXIMACIONES - 3 ULTIMAS CIFRAS405 frcicciones B/. 5.00 c/fracción

81. 2,025.00

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NtJMEROS PREMIADOS EN LOS SORTEOS ORDINARIOS

INTEHMEDIOS DEL MES DE ENERO, 1971

Pecha NÇi de Sorteo 10. 20. 30.

6/1171 - " _. .. .. .. . 218 8022 7843 1571

13/1/71 . .. .. ...... . 219 3069 6683 0567

20/1/71 . .. .. .. .- 220 6809 4032 4444

27/1/71 . .. .. .. . . .. . 221 1756 2606 1013

78

100