claves bajtinianas en la vanguardia española

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Actas XIV Congreso AIH (Vol. III). F. A. LAPUENTE. Claves bajtinianas en la vanguardia española - Claves bajtinianas en la vanguardia española Felipe A. Lapuente THE UNIVERSITY OF MEMPHIS EN ESTA BREVE EXCURSIÓN se examina la temática bajtiniana en la vanguardia española: las caretas de lo carnavalesco, la degradación del cuerpo grotesco, la abyección de la mujer y del sexo, la violencia, la cosificación y animalización, la exaltación de la risa y el disparate, el dialogismo y la heteroglosia y, finalmente, la preocupación escatológica como ontología de la existencia. Así, la vanguardia enmascara parodias de la vida y de la muerte entre la rebelión contra cánones establecidos y la renovación constante de nuevas revelaciones cíclicas. Triunfan el dialogismo múltiple, con manifiestos a veces, que establece el texto vanguardista y la heteroglosia plurimembre de la alteridad que proclama la existencia de un mundo plural entre los artistas-creadores y los lectores-recreadores en un mutuo flujo constante. El concepto contemporáneo de lo grotesco rechaza la mimesis aristotélica alterando el orden de proporción del mundo objetivo y mezclando y confundiendo los reinos naturales: lo vegetal, lo animal, lo humano y lo artificial. El resultado es algo extraño, fantástico y absurdo y la simultanei- dad del horror y la risa. La estupidez de los tontos del cine cómico engendra la ininteligibilidad de los poemas de Alberti en Yo era tonto y lo que he visto me ha hecho dos. El sentimiento de angustia provocado por las acciones sin sentido de los cómicos de la pantalla desemboca automáticamente en un efecto de extrañamiento. Por otra parte, como una de las manifestaciones de lo grotesco es lo monstruoso se generan también sentimientos de desazón y de angustia lindantes con el horror. «lo trágico y lo cómico se dan en simultaneidad absoluta impidiendo la risa abierta y libre, pero también la identificación de la conmiseración» 1 Se trata--dice Bajtin--de «destruir la jerarquía de valores establecida y la imagen corriente del mundo en todos los aspectos» 2 Y continúa Bajtin: «En ese lenguaje tiene lugar una continua evasión de las normas literarias de la época ... Surge una disociación, un vaivén del sentido de un extremo al otro, la tendencia a mantener el equilibrio y, al mismo tiempo, a romperlo: el transformismo cómico de 1 Rosa Martín Casamitjana. El humor en la poesía española de vanguardia. Madrid: Gredos,1996, p.32. 2 Mijail Bajtin. Teoría y estética de la novela. Madrid: Tauros, 1989. Reimpresión, 1991, p. 328. 331 -t .. Centro Virtual Cervantes

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Actas XIV Congreso AIH (Vol. III). F. A. LAPUENTE. Claves bajtinianas en la vanguardia española-

Claves bajtinianas en la vanguardia española

Felipe A. Lapuente THE UNIVERSITY OF MEMPHIS

EN ESTA BREVE EXCURSIÓN se examina la temática bajtiniana en la vanguardia española: las caretas de lo carnavalesco, la degradación del cuerpo grotesco, la abyección de la mujer y del sexo, la violencia, la cosificación y animalización, la exaltación de la risa y el disparate, el dialogismo y la heteroglosia y, finalmente, la preocupación escatológica como ontología de la existencia. Así, la vanguardia enmascara parodias de la vida y de la muerte entre la rebelión contra cánones establecidos y la renovación constante de nuevas revelaciones cíclicas. Triunfan el dialogismo múltiple, con manifiestos a veces, que establece el texto vanguardista y la heteroglosia plurimembre de la alteridad que proclama la existencia de un mundo plural entre los artistas-creadores y los lectores-recreadores en un mutuo flujo constante. El concepto contemporáneo de lo grotesco rechaza la mimesis aristotélica alterando el orden de proporción del mundo objetivo y mezclando y confundiendo los reinos naturales: lo vegetal, lo animal, lo humano y lo artificial. El resultado es algo extraño, fantástico y absurdo y la simultanei-dad del horror y la risa. La estupidez de los tontos del cine cómico engendra la ininteligibilidad de los poemas de Alberti en Yo era tonto y lo que he visto me ha hecho dos. El sentimiento de angustia provocado por las acciones sin sentido de los cómicos de la pantalla desemboca automáticamente en un efecto de extrañamiento. Por otra parte, como una de las manifestaciones de lo grotesco es lo monstruoso se generan también sentimientos de desazón y de angustia lindantes con el horror. «lo trágico y lo cómico se dan en simultaneidad absoluta impidiendo la risa abierta y libre, pero también la identificación de la conmiseración» 1• Se trata--dice Bajtin--de «destruir la jerarquía de valores establecida y la imagen corriente del mundo en todos los aspectos»2

• Y continúa Bajtin: «En ese lenguaje tiene lugar una continua evasión de las normas literarias de la época ... Surge una disociación, un vaivén del sentido de un extremo al otro, la tendencia a mantener el equilibrio y, al mismo tiempo, a romperlo: el transformismo cómico de

1 Rosa Mª Martín Casamitjana. El humor en la poesía española de vanguardia. Madrid: Gredos,1996, p.32.

2 Mijail Bajtin. Teoría y estética de la novela. Madrid: Tauros, 1989. Reimpresión, 1991, p. 328.

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la palabra, que revela la naturaleza pluriforme de la misma, mostrándole los caminos de su renovación»3

• La fantasía vanguardista muestra este proceso de renovación y de degradación del cuerpo humano a otras escalas inferiores de la naturaleza: animaliza-ción, vegetalización, mineralización y cosificación. Se crean así figuras híbridas que resultan cómicas y horrendas a la vez. La quimera surrealista queda plasmada en las criaturas semi-minerales y semi-humanas de Max Emst y en las mujeres con cajones de Dalí. Un miembro humano permite a Moreno Villa una configuración grotesca en una de sus Carambas cuyo efecto cómico está reforzado por la alusión obscena: «Pata de palo,/ cabeza de palo/ y <miembro de palo>/ iban al cónclave/ con el cogote mondado. /Y la bruja les dijo con su clavel/ entre dientes: /no piséis,/ no penséis,/ no forniquéis en vano»4

• Aleixandre, cuya evolución surrealista he estudiado en otra parte5, presenta

una visión monstruosa del mar que remite a las criaturas horrendas de Goya: «Bajo cielos altísimos y negros / muge--damor--la honda / boca, y pide noche. / Boca--mar--toda ella, pide noche; / noche extensa, bien prieta y grande, para sus fauces hórridas, y enseña/ todos sus blancos dientes de espuma»6• Y Dámaso Alonso en «Crepúsculo» repite la misma personificación telúrica-cósmica: «La noche, monstruo negro, tiene abiertas/ sus tremebundas fauces, para/ devorar la ciudad multitomátil que aún de un último sol está dorada» 7• La deformación de las partes del cuerpo humano, técnica tan explicada por Bajtin, abunda en las vanguardias. En pintura, Picas so presenta matronas gigantescas de carnes parduzcas y miembros elefantiásicos que corren por la playa con gracilidad (Dos mujeres corriendo por la playa, [1922]) mientras que Ensor etemaliza cuadros pululantes de esqueletos ataviados camavalescamente con plumas y trapos de colores que ofician ritos macabros como el de disputarse un ahorcado. Bacarisse describe con impasibilidad los movimientos estrafalarios de una muchacha coja que identifica como una «grulla temblorosa»: «Por una cuesta pina y pedregosa/ una chiquilla coja y despeinada/ bajaba como grulla temblorosa. /En una muleta corta iba apoyada»8• Pero nadie como Valle-Inclán supo colocar en el centro de su edificio estético la distorsión trágico-bufonesca: la deformación, la fealdad, el distanciamiento e impasibilidad de su esperpentismo grotesco. La caricatura guiñolesca de esta muchacha solitaria y trágica suscita más la burla que la compasión: «Una chica fea /--que la tifoidea/ pelona dejó-/ baila en la guardilla, / arrastra una silla, / y ella es el gachó./ Sale al ventanuco,/ y parece el cuco/ que habla en el reló»9• Pedro Azara ha escrito que «la fealdad es consustancial a la modemidad»10 y Paul Schulze-Namburg en

3 lbíd., p. 496. 4 J. Moreno Villa, Carambas (1931) en la revista Poesía, Nº 4, Málaga-París, 1930-31. 5 Felipe A. Lapuente, «Unidad temática en la evolución estética de la poesía de Vicente

Aleixandre», Letras de Deu~to 55 (Sept.-Oct., 1992), pp. 39-49. 6 Vicente Aleixandre, Ambito ( 1924-27), Madrid: Castalia, 1990, pp. l 31-132. 7 D. Alonso, Poemillas de la ciudad, Madrid: Caballo griego para la poesía, 1984, p.126 8 Mauricio Bacarisse, El esfuerzo (1917) en Poesía completa, Barcelona: Anthropos, 1989,

p. 98. 9 Ramón Mª del Valle-lnclán, La pipa del kijf en Claves líricas, Madrid: Espasa-Calpe, 1976,

p. 101. 10 Pedro Azara, De la fealdad en el arte moderno, Barcelona: Anagrama, 1990, p. 33.

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Arte y Raza (1928) comparaba obras de Modigliani, Nolde y Picasso con fotografías de personas que padecían encefalitis, mongolismo o elefantíasis. Las partes del cuerpo grotesco acentúan deformaciones como la joroba. Lorca caracteriza a los guardaciviles como <<jorobados y nocturnos» y J. V. Foix, en una visión onírica de sí mismo, se autodescribe como loco y jorobado11 • A veces, en las distorsiones imposibles del surrealismo, se alargan los miembros corpóreos inverosímil y desmesuradamente. Aleixandre, por ejemplo, escribe: «Yo tengo un brazo muy largo, precisamente redondo, que me llega hasta el cuello, me da siete vueltas ... Y o tengo una pierna muy larga, que arranca del tronco llena de viveza, y que después de darle, como una cinta, siete vueltas a la tierra, se me entra por los ojos, destruyéndome todas las memorias» 12

• Otras veces los miembros aparecen multiplicados o mutilados. José María Hinojosa mezcla ambas técnicas con la cabeza y los ojos: «Una orla de manos/ rodea tu cabeza,/ tu cabeza sin ojos / hecha de carne muerta, / tu cabeza de siempre / velada por la ausencia ... / Tu cabeza y la mía/ vuelan por los tejados» 13

• Conocidas son las cruentas mutilaciones de Buñuel: el ojo seccionado en El perro andaluz y la mano cortada que se arrastra como una araña monstruosa en El ángel exterminador. Las manos cortadas y los ojos extirpados que aparecen en los dibujos de Lorca, son ejemplos de la moda surrealista tan aficionada a los miembros descontextualizados para expresar, quizás, el aislamiento creado en el hombre por la mecanización, el materialismo y la falta de moral. La contra-lógica surreal, que produce extrañeza, incongruencia y absurdidad, se basa en la libre asociación y las relaciones semánticas habituales en el uso utilitario del lenguaje, y son sustituidas por la libre yuxtaposición de palabras e imágenes. A decir de Paul Ilie: «El poeta experimenta la palabra, no la cosa» 14

• Como resultado, las palabras quedan libres de toda referencia a fenómenos objetivos adquiriendo amplias poli valencias. Ya Bajtin había advertido que el polisemantismo y la ambigüedad del lenguaje poético implica pluridialogismo: «El dialogismo interno de la palabra es un acompañante indispensable de la estratificación del lenguaje, una consecuencia de estar superpoblado de intenciones plurilingües. Pero esta estratificación, ese superpoblamiento y sobrecarga intencional de todas las palabras y formas, son el acompañamiento inevitable del proceso de formación histórico, socialmente contradictorio, del lenguaje» 15

El cuerpo humano es también afán de provocación de las vanguardias que convierten lo erótico y aún lo pornográfico en un eficaz medio de revulsión antisocial. Los surrealistas propugnaron la liberación de las fuerzas libidinosas que bajo el orden establecido de la moral burguesa se habían mantenido amordazadas en el fondo de la subconsciencia. El chiste obsceno provoca hilaridad tanto más intensa cuanto mayor es la satisfacción del impulso reprimido que se libera al verbalizar la indecencia que no se debería mencionar. Gómez de la Serna dedicó en sus Greguerías alguna que otra alusión

226.

11 J. V. Foix, Obra poética, Barcelona: Quadems Crema, 1983, tomo 11, p. 6 l. 12 Vicente Aleixandre, Pasión de la tierra en Obras completas, Madrid: Aguilar, 1968, p.

13 José María Hinojosa, Orillas de la luz, Málaga: Imprenta Sur, 1928, pp. 20-21. 14 Paul Ilie, Los surrealistas españoles, Madrid: Tauros, 1972, p. 81. 15 Op. cit., p. 147.

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picante hacia la anatomía femenina: «Ningún pizzicato más incitante que el de la liga sobre la carne, cuando la mujer, para refrescar el cerco que hace en su muslo, le pizca como a las cuerdas del violoncelo el pizzicador» 16

• Moreno Villa escribe: «El arranque del pelo/ es uno en todo el cuerpo: /frente, nuca, monte de Venus» 17

• Alusiones veladas o explícitas como ésta abundan en la obra de Aleixandre, Lorca, Cemuda y Alberti. Juan Cano Ballesta, por ejemplo, comenta sobre la lubricidad de los versos de Dédalo de Juan José Domenchina: «Todas las obsesiones sexuales, las descripciones más procaces, pesadillas angustiosas, todo el mundo de lo onírico, lo obsceno y morboso, las impurezas del subconsciente (<La lujuria está en el origen del hombre>). Símbolos fálicos y partes prohibidas; todo sin excluir lo bajo, sucio y procaz, tiene cabida en el poema ... Ante nada se detenía esta musa letrinal» 18

• Existe en Domenchina, casi siempre, una hostilidad degradadora de la mujer que Kristeva catalogaría como «abyección»: «Sus senos rebotan en la bóveda celeste ... -Sostenme, sostén mío, que tengo mis palomas cansadas ... Sólo lo erecto aspira a la verdad de los astros» 19

• En Alberti, sin embargo, la intención degradadora y grosera es más obvia en sus sátiras contra los conservadores Gil Robles, Lerroux, Alcalá Zamora y contra los poetas católicos que colaboraban con Bergamín (a quien llama Bergantín) en la revista Cruz y Raya. Los insultos más soeces van contra este último grupo: «Son los Kostka, los Bergman, los Gonzaga /son también la perenne mano fija/ sobre la nunca acompañada pija,/ la pera triste matinal y vaga»2º. A Sánchez Vidal documenta algunos de los títulos anticlericales y llenos de tirria sobre la hostia que el ateo Buñuel y Dalí habían escogido para poemas: «Hostia consagrada con bigote y polla» y «hostia consagrada saliendo por el culo de un ruiseñor y saludando»21

• Según Bajtin, «la serie de las obscenidades sexuales ... destruye la jerarquía de valores establecidos por medio de la creación de nuevas vecindades entre palabras, cosas y fenómenos»22

• Lo mismo ocurre con la escatología que, según Bajtin, representa también la renovación del ciclo de una nueva vida después de la descomposición. Lo escatológico sirve como recuerdo de las clases bajas a las altas de la mutua igualdad ante el excremento. No se olvide que los collages cubistas y dadaistas incorporaban objetos de desecho: recortes de papel, etiquetas, cajetillas de cigarrillos, cordeles y trapos. Triunfa la inmundicia y el desperdicio. Giménez Caballero recoge «veinte ladrillos, ... un periódico, ... un letrero, ... un hombre dormido, ... una monda de naranja, ... 1,2,3,4,5,6,7 partículas de vidrio, ... y un dibujo

16 Ramón Gómez de la Serna, Novísimas greguerías ( l 929), Madrid: Cuadernos de la Gaceta Literaria, 1930, p. 35.

17 José Moreno Villa, Colección, Madrid, 1924, p.64. 18 Juan Cano Ballesta, La poesía española entre pureza y revolución, Madrid: Gredos, 1972,

p. 75. 19 Juan José Domenchina, Dédalo (1931-32) en Poesías completas 1915-34, Madrid: Signo,

1936,¡. 169. 2 Rafael Alberti, Un poeta en la calle en Poesía (1920-38). Obra completa, Madrid:

Aguilar, 1988, tomo I, p. 557. 21 Agustín Sánchez Vidal, Buñuel, Larca, Dalí. El enigma sin fin, Barcelona: Planeta, 1988,

p. 190. 22 Op. cit., p. 344.

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infantil»23 • Maruja Mallo pinta, a veces, un inventario de desperdicios. La entronización de lo cropófilo como elemento de contraestética vanguardista es una muestra más de su rebelión. Según Pedro Azara, «a los artistas modernos les gusta decir mierda. El progresivo protagonismo de la materia a costa de la forma y por tanto de la propia existencia del ser ha desembocado en la aparición de materiales en descomposición y excrementos como partes de la obra de arte» 24

• La literatura burlesca, como ha mostrado Bajtin, siempre ha usado la escatología para la comicidad burda del carnaval. Lo que hacen los vanguardistas es añadir los desperdicios artificiales y la producción de las máquinas como parte del excremento humano. «Peo, luego existo», sentenciará Domenchina. Alberti usa la escatología para expresar su repudio del orden social en que vive. En su «Elegía cívica» el poeta proclama: «Vuelvo a cagarme por última vez en todos vuestros muertos» 25

El carácter lúdico y carnavalesco del arte de vanguardia había sido ya proclamado por Gómez de la Serna en 191 O desde su revista Prometeo: «Alegría como triunfo en la brega... Bodas de Camacho divertidas y entusiastas en medio de todos los pesimismos, todas las lobregueces y todas las seriedades.»26 Schafter define la risa como «result of the perception of an incongruity in a ludicrous context, that is, a context based upon the absence of rationality, morality, and work»27

• Bajtin mantiene que la risa «no había sido contaminada nunca ... no pudo degenerar ni aceptar la mentira ... quedó fuera de la mentira oficial. .. Todos los géneros elevados serios ... todos los clichés del lenguaje, se impregnaron de mentira, de convencionalismo viciado, de hipocresía y falsedad. Sólo la risa permaneció sin contaminarse de mentira»28

• Por eso, se proclama en las plazas públicas con las caretas ambivalentes del carnaval. En uno de sus últimos ensayos ( 1970-1971) Bajtin habla de la liberación producida por la risa: « Violence does not know laughter. .. Seriousness burdens us with hopeless situations, but laughter lifts us above them and deliver us from them. Laughter can be combined with profoundly intimate emotionality... Everything that is truly great must include an element of laughter»29 Toda la poesía incongruente de los Ismos produce hilaridad y libera por reaccionar destructivamente contra la estética vigente. Larrea comunica en una carta a Gerardo Diego: «No me extraña que se te burlen en Santander... Yo aquí... he provocado verdaderas cataratas de risa»30

. Los sonidos de las palabras con estruendosas paronomasias y aliteraciones de Gerardo Diego en su poema «Cachupín» de su libro

23 Ernesto Giménez Caballero, Yo inspector de alcantarillas, Madrid: Biblioteca Nueva, 128, p. 201.

24 Op. cit., p. 125. 25 Op. cit., p. 513. 26 Ramón Gómez de la Serna, «Introducción» a la Proclama futurista a los españoles en

Prometeo, Nº 20.

35.

27 R. Schaeffer, The Art of Laughter, New York: Columbia University Press, 1981, p. 159. 28 Op. cit., p. 387. 29 Mikail Bakhtin, Speech Genres and Other Late Essays, Austin: U. ofTexas, 1994, pp.134-

30 Juan Larrea, Cartas a Gerardo Diego, San Sebastián: Cuadernos Universitarios,1986, p.87.

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Evasión, degradan así a una cantante: «Reza trenos / roza remos,/ riza trinos de cristal / la garganta pura y santa/ de una diva de arrabal. /Tres jamonas / solteronas /juntan picos de avechuchos./ (Vivarachas,/ la muchachas/ cuchichean sus escuchos).» La degradación cómica de la cotorra que repite sonidos sin sentido queda también patente en este otro poema del mismo Gerardo Diego: «Casi se mata un taxi / Maxi / Casi preside un casino/ mino/ Casi se casa el doncel /de Miguel/ Y casi hace un gran papel / arengando en el Casino / des-Casado, el casi fino / Maximino de Miguel»31 • El «nonsense» fonético de esta clase de poema es el resultado de manipulaciones lúdicas e infantiles al despojar a la palabra de su valor utilitario de comunicación y reducirla a un objeto de juego. Estos clases de poemas no son privativos del músico Gerardo Diego sino que aparecen repetidamente en Valle-lnclán, Antonio Espina, Lorca, Guillén, Moreno Villa, Giménez Caballero y en muchos otros. La falta de sentido es también la única explicación de los actos violentos gratuitos tan comunes entre los vanguardistas: el asesinato de un niño o la paliza a un pobre anciano en La Edad de Oro de Buñuel, las descripciones cruentas de Larca en la «Degollación del Bautista» y de los inocentes o la actitud antiburguesa de militancia marxista de un Alberti en Cal y Canto: «Dos piernas en cruz, sin cuerpo,/ sobre el mármol/ cortadas por las rodillas» 32

• Si la violencia produce una risa insultante que sale del yo sublevado contra un orden establecido injusto, también conjura mediante el humor la angustia ante la muerte arrojando al rostro de los verdugos la indiferencia para restar capacidad punitiva a la ejecución. No sorprende, por lo tanto, que Lorca y Alberti quisieran representar por las plazas de toda España su propia versión carnavalesca de La farsa de los Reyes Magos y que Fermín Galán de Alberti tratara de pregonar el crimen del día en forma de romances de ciego. Valle-lnclán presenta romances vulgares en La pipa de kiff con títulos como «Fin de carnaval», «El circo de lona», «El jaque de Medinica», etc. Se celebra así en pública rebeldía el carnaval y la fiesta, comiendo y bebiendo en voluntad y desmán de hacer la gana y brindando a la posibilidad de un mundo al revés.

En conclusión, la temática bajtiniana del cuerpo grotesco, la risa carnavalesca, la violencia y la rebelión contra el orden establecido aparecen intermitente y abundante-mente en la vanguardia. Las imágenes grotesco-fantásticas, con su potencial de frío extrañamiento, permiten ofrecer una visión certera, aunque alucinatoria, de un mundo cruel y sin sentido donde la sátira agresiva y sarcástica comulga con la angustia que se ahoga, patalea y grita.

31 Gerardo Diego, Hojas en Obras completas. Poesía Il, Madrid: Aguilar, 1989, p.1214. 32 Op. cit, p. 354

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