clase media en bolivia, traduciendo el esperpento · 88 pleo calificado6, aquí se observa que el...

6
85 Introducción La idea con la que se puede comenzar este texto que sintetiza lo que ocurre hoy día con la cla- se media es esa máxima filosófica de Ortega y Gasset (1982): “No sabemos lo que nos pasa y eso es precisamente lo que nos pasa”, como un síntoma emocional más que como una certeza racional. No hay duda que hoy un fenómeno que reúne efectos políticos y económicos, al mismo tiempo que va en ascenso y se encuentra afianzado de distintas formas de acuerdo a cada contexto de país en Latinoamérica, es el surgi- miento de la clase media. Conviene recordar someramente que este tema tiene que ver con aquella vieja idea de la estruc- tura social (Simmel, 1917), a partir de ahí se re- laciona a estas clases con lo referente a ingresos medios, con la identificación de las clases que estén vinculadas con el tema de la movilidad ascendente o aquellos que pueden ser identifica- dos/usados como parte de la preferencia política (oposición y oficialismo en lo ascendente y lo tradicional). En algunos casos como Venezuela, Ecuador y Bolivia los gobernantes de turno se resisten a mencionar de forma optimista a esta clase media; sin embargo, la necesitan como apoyo electoral 1 . En este sentido, resulta interesan- te tomar como un dato para la conducción de nuestra bitácora sociológica, el punto de vista de F. Fukuyama 2 , quien afirma que en ciertos contextos en los que la clase media depende en gran medida del sector público para su empleo, el factor clientelista del poder informal resulta ser una variable determinante a la hora de pen- sar en términos electorales. Desde una perspectiva económica 3 , un dato im- portante es el informe encargado por el Banco Mundial sobre esta temática en América Lati- na 4 . El mismo indica que la pobreza disminu- ye poblacionalmente entre 2000 y 2010 en diez puntos porcentuales (del 40 al 30), esto significa para los autores del informe que en el continente aproximadamente unos 50 millones de personas salieron de la pobreza. Desde el lado sociológico, el mismo informe sostiene que en términos intergeneracionales aún seguimos dependiendo del nivel de educa- ción e ingresos que tengan nuestros padres para nuestro futuro; en términos de Platón, si naci- mos esclavos moriremos esclavos. En parte esto se debe, por ejemplo, a que los padres cuyos in- gresos y formación educativa es superior, a me- nudo ponen a sus hijos en los mismos colegios, excluyendo a los que se encuentran en sectores más inferiores. Lo dicho en el párrafo anterior se puede inter- pretar como un factor explicativo importante según el informe, porque se da en mayor inten- Clase media en Bolivia, traduciendo el esperpento por Marcelo Arequipa Azurduy* * Doctor en Ciencia Política por la Universidad Autónoma de Madrid. Docente en la Carrera de Ciencia Política (UCB, La Paz). [email protected]. 1. Para el caso de Ecuador, ver: “Esta casa es de la clase media, dice Rafael Correa al defender a Pedro Delgado”. En: Periódico El Universo, 20 de agosto de 2012. Para el caso boliviano: “Frases de Evo Morales sobre la clase media reciben réplicas”. En: El Diario, 12 de junio de 2012. Para el caso de Venezuela: “Chávez y Capriles apuntan a jóvenes y clase media para conseguir votos decisivos”. En: La Tercera, 3 de octubre de 2012. 2. El paper The Politics of Latin America’s New Middle Class se puede descargar en: http://s3.amazonaws.com/zanran_storage/thedialogue.org/ ContentPages/2558024107.pdf (consultado el 10 de abril de 2018). 3. Sobre el tema, ver el interesante artículo de Ariztía (2016), “Clases medias y consumo: tres claves de lectura desde la sociología”. 4. Ferreira, Francisco H. G.; Messina, Julián; Rigolini, Jamele; López-Calva, Luis Felipe; Lugo, María Ana; y Vakis, Renos (2013). Panorámica General: La movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América Latina. Washington, DC: Banco Mundial.

Upload: others

Post on 15-Mar-2020

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Clase media en Bolivia, traduciendo el esperpento · 88 pleo calificado6, aquí se observa que el 62,5 % de los jóvenes7 para el 2011 habían perdido su trabajo, mientras que para

85

Introducción

La idea con la que se puede comenzar este texto que sintetiza lo que ocurre hoy día con la cla-se media es esa máxima filosófica de Ortega y Gasset (1982): “No sabemos lo que nos pasa y eso es precisamente lo que nos pasa”, como un síntoma emocional más que como una certeza racional. No hay duda que hoy un fenómeno que reúne efectos políticos y económicos, al mismo tiempo que va en ascenso y se encuentra afianzado de distintas formas de acuerdo a cada contexto de país en Latinoamérica, es el surgi-miento de la clase media.

Conviene recordar someramente que este tema tiene que ver con aquella vieja idea de la estruc-tura social (Simmel, 1917), a partir de ahí se re-laciona a estas clases con lo referente a ingresos medios, con la identificación de las clases que estén vinculadas con el tema de la movilidad ascendente o aquellos que pueden ser identifica-dos/usados como parte de la preferencia política (oposición y oficialismo en lo ascendente y lo tradicional).

En algunos casos como Venezuela, Ecuador y Bolivia los gobernantes de turno se resisten a mencionar de forma optimista a esta clase media; sin embargo, la necesitan como apoyo electoral1. En este sentido, resulta interesan-te tomar como un dato para la conducción de

nuestra bitácora sociológica, el punto de vista de F. Fukuyama2, quien afirma que en ciertos contextos en los que la clase media depende en gran medida del sector público para su empleo, el factor clientelista del poder informal resulta ser una variable determinante a la hora de pen-sar en términos electorales.

Desde una perspectiva económica3, un dato im-portante es el informe encargado por el Banco Mundial sobre esta temática en América Lati-na4. El mismo indica que la pobreza disminu-ye poblacionalmente entre 2000 y 2010 en diez puntos porcentuales (del 40 al 30), esto significa para los autores del informe que en el continente aproximadamente unos 50 millones de personas salieron de la pobreza.

Desde el lado sociológico, el mismo informe sostiene que en términos intergeneracionales aún seguimos dependiendo del nivel de educa-ción e ingresos que tengan nuestros padres para nuestro futuro; en términos de Platón, si naci-mos esclavos moriremos esclavos. En parte esto se debe, por ejemplo, a que los padres cuyos in-gresos y formación educativa es superior, a me-nudo ponen a sus hijos en los mismos colegios, excluyendo a los que se encuentran en sectores más inferiores.

Lo dicho en el párrafo anterior se puede inter-pretar como un factor explicativo importante según el informe, porque se da en mayor inten-

Clase media en Bolivia, traduciendo el esperpentopor Marcelo Arequipa Azurduy*

* Doctor en Ciencia Política por la Universidad Autónoma de Madrid. Docente en la Carrera de Ciencia Política (UCB, La Paz). [email protected]. Para el caso de Ecuador, ver: “Esta casa es de la clase media, dice Rafael Correa al defender a Pedro Delgado”. En: Periódico El Universo, 20

de agosto de 2012. Para el caso boliviano: “Frases de Evo Morales sobre la clase media reciben réplicas”. En: El Diario, 12 de junio de 2012. Para el caso de Venezuela: “Chávez y Capriles apuntan a jóvenes y clase media para conseguir votos decisivos”. En: La Tercera, 3 de octubre de 2012.

2. El paper The Politics of Latin America’s New Middle Class se puede descargar en: http://s3.amazonaws.com/zanran_storage/thedialogue.org/ContentPages/2558024107.pdf (consultado el 10 de abril de 2018).

3. Sobre el tema, ver el interesante artículo de Ariztía (2016), “Clases medias y consumo: tres claves de lectura desde la sociología”.4. Ferreira, Francisco H. G.; Messina, Julián; Rigolini, Jamele; López-Calva, Luis Felipe; Lugo, María Ana; y Vakis, Renos (2013). Panorámica

General: La movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América Latina. Washington, DC: Banco Mundial.

Page 2: Clase media en Bolivia, traduciendo el esperpento · 88 pleo calificado6, aquí se observa que el 62,5 % de los jóvenes7 para el 2011 habían perdido su trabajo, mientras que para

86

sidad que en otras regiones del mundo. Por lo tanto, se intentará seguir una definición más cla-ra del tema de la clase media:

[aquellas personas que] se encuentran más o me-nos a mitad de camino de la economía y la socie-dad y que poseen suficiente educación y dinero para participar por entero en algún tren de vida definido con mayor o menor concreción como dominante. (Olin Wright, 2018: 17)

Sin embargo, lo realmente llamativo es que existe un porcentaje significativo de hogares (40 %) que se resistieron a ese fatalismo men-cionado antes, pero gran parte de este conjunto

poblacional que ascendió no se inte-gró completamente en la clase media, sino que pasó a formar parte de un subgrupo situado entre los pobres y la clase media, a este segmento el infor-me del Banco Mundial lo llama “vul-nerable” y, sorprendentemente, en la actualidad “constituye la clase social más numerosa en toda la región” (Fe-rreira, et.al., 2013: Prólogo).

Volviendo a nuestro país, un ele-mento que hoy se presenta en el marco de la clase media es el que los hace situarse según niveles de reco-nocimiento internos. Este reconoci-miento que tiene la gente que ocupa la clase media es diferente, en la me-dida en que encuentran un puesto en un contexto territorial determinado. Aquí, una pregunta relevante podría ser: ¿alguien de Tarija es compara-ble con alguien de La Paz?, desde luego que no. Por tanto, a continua-ción, dos puntos serán desarrollados como correlato del actual debate so-bre el asunto de la clase media: 1. El contexto democrático menos de-mocrático; y, 2. El esperpento de la clase media.

El contexto democrático menos democrático

Si algo sirve de componente explicativo para comprender el actual estado de ánimo pesimista con la democracia es el de que en el globo “el número de democracias electorales cayó en 2010 por debajo de lo que era en 1995” (Kurlantzick, 2013: 7). Es decir, se evidencia una suerte de in-cremento de países que reflejan ciertas invasio-nes de prácticas poco democráticas, lo dicho se halla en que para 2010, aproximadamente 53 de 128 países entraron en la categoría de democra-cias defectuosas (Kurlantzick, 2013: 9).

En nuestro continente y de manera particular en nuestro país, esta sensación de vivir en una democracia menos democrática se manifiesta

Foronda Calle, Miguel (2017). Personaje paceño

Page 3: Clase media en Bolivia, traduciendo el esperpento · 88 pleo calificado6, aquí se observa que el 62,5 % de los jóvenes7 para el 2011 habían perdido su trabajo, mientras que para

87

a partir de las diversas formas que existen de medir la cultura política. A continuación, resulta importante rescatar algunos datos del último in-forme de Cultura Política de la Democracia en las Américas (LAPOP) publicado por la Univer-sidad de Vanderbilt para el año 2016-2017.

Primero, lo que puede sonar a una excepción en democracia, de apoyar golpes militares bajo circunstancias de altos niveles de crimen (inse-guridad) o de corrupción, no lo es tanta. Lla-ma la atención que los bolivianos apoyamos en 37,8 %, y 32,5 % respectivamente. A este dato se suma el hecho de que la confianza a los parti-dos políticos se encuentra en apenas el 16,3 %, siendo una de las más bajas valoraciones en el continente. Al principio de este párrafo se de-cía que puede sonar a excepción el que exista un porcentaje importante de gente que apoya lo contrario a la democracia, pero a este panorama sombrío se suma el factor de la tolerancia, en el que estamos en el lugar 23 de 29 países, con 49,4 %; siendo el país con la más alta valoración Canadá con 69,8 %, y el más bajo Colombia con el 45,4 %.

Cuando se analiza el dato del nivel de confianza con los partidos por quintil de riqueza y por ni-vel de educación, también se evidencia la fuerte reducción de apoyo a las organizaciones políti-cas (ver tabla), a estos datos se suma aquel que habla de quiénes hoy día se declaran militantes de algún partido político y que son apenas el 16,9 % de los encuestados en Bolivia.

Confianza en los partidos políticos (%)

A este panorama político se suman algunos datos sociales que tampoco son alentadores; las perso-nas que reportan haber sido víctimas por corrup-ción rondan el 40,4 %, siendo el dato más alto de todo el continente. Ahora, este clima de corrup-ción tiene relación con la sensibilidad ciudadana de la clase política, las personas que piensan que más de la mitad de los políticos son corruptos constituye el 66,7 %; el dato más alto es Brasil con 83,4 %, y el más bajo Canadá con 21,8 %.

El esperpento de la clase media

A menudo vemos la realidad transformada, des-figurada, según nuestra propia perspectiva, y esto no es casual hoy día, porque como la po-lítica de tener componentes relacionados con la ideología o las identidades, hoy pasa a tener predominantemente a los intereses como su componente principal (Tormey, 2015). En ese marco, quizá la realidad es traducida a través de esa sensación de malestar con las instituciones de la democracia, porque se asocia a esta con la corrupción, incluso con grupos pequeños que dominan en base a intereses.

Este panorama del esperpento se desfigura más todavía cuando se observa que en parte de la cla-se media la oportunidad de un futuro razonable en el que puedan realizarse es, cuando menos, complicado. El dato para traducir lo menciona-do tiene que ver con la llamada tasa de desem-

5. Los quintiles de riqueza son medidos en función de menor a mayor nivel de ingresos que las personas tienen (del 1 al 5).

En nuestro continente y de manera particular en nuestro país, esta sensación de vivir en una democracia menos democrática se manifiesta a partir de las diversas formas que existen de medir la cultura política.

Fuente: Elaboración propia en base a LAPOP 2016-2017

Quintiles de riqueza5

1: 20,7 %

2: 19,3 %

3:16,9 %

4:16,4 %

5:14,0 %

Nivel de educación

Sin formación: 27,6 %

Primaria: 23,9 %

Secundaria:16,1 %

Universitaria:12,6 %

Page 4: Clase media en Bolivia, traduciendo el esperpento · 88 pleo calificado6, aquí se observa que el 62,5 % de los jóvenes7 para el 2011 habían perdido su trabajo, mientras que para

88

pleo calificado6, aquí se observa que el 62,5 % de los jóvenes7 para el 2011 habían perdido su trabajo, mientras que para 2015 se incrementa-ron hasta el 69,42 %. A esto se suma que, según los datos del INE para 2015, “de cada 100 per-sonas ocupadas 25 son jóvenes y de cada 100 personas desempleadas, cerca de 55 pertenecen a la población juvenil” (La Razón, 7 de mayo de 2018)8.

Los datos reflejados que tienen que ver con este esperpento se traducen también desde una mi-rada politológica a partir de lo que se entiende como el voto aspiracional9, es decir, como aque-llo que se quiere conseguir aún a pesar de que en algunas circunstancias se entienda que no se obtendrá, pero que generacionalmente tiene una importancia capital.

Relacionado con este tipo de comportamiento electoral, se encuentra la definición de clase me-dia como aquella donde se da una “construcción constante de prácticas, identidades y fronteras tanto al interior de ella como en sus relaciones con otras clases” (Visacovsky, 2010: 3). Hoy es muy importante tomar en cuenta lo aspiracional como un criterio determinante en el comporta-miento electoral, por ejemplo, relacionar la idea de que los hijos de uno tengan acceso a una me-jor educación. Lo dicho viene refrendado por la realización de una serie de estudios que trabajan la cuestión de la movilidad social, por ejemplo: Ferreira, et.al. (2013), Wanderley y Vera (2017),

6. “Marco Salinas, presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), sostiene, durante una entrevista con Animal Político, que uno de los efectos negativos de la política salarial aplicada hace más de una década para los trabajadores es el surgimiento del ‘desempleo calificado’, un fenómeno inédito en el país que afecta en gran medida a los jóvenes de clase media, con estudios superiores y que tienen dificultades crecientes para hallar un trabajo de calidad y a la altura de sus expectativas de superación” ( “La política salarial afecta al empleo juvenil”. En: Periódico La Razón, 7 de mayo de 2018).

7. Para el INE (Instituto Nacional de Estadística de Bolivia), la población joven se encuentra entre los 16 a 28 años.8. Un argumento que suma a este: “Los salarios reales promedio han aumentado para los trabajadores pertenecientes a todas las categorías

educativas, excepto para aquellos que alcanzaron niveles educativos superiores. Entre 2000 y 2012, los salarios reales para los trabajadores sin ningún nivel educativo aumentaron a una tasa promedio anual de 7%, 6% para los trabajadores con enseñanza primaria incompleta, 4% en el caso de enseñanza secundaria incompleta y 3,4% con enseñanza secundaria completa” (Ferreira, et.al., 2013: 11-12).

9. “Esta clase media paga impuestos y exige mejores servicios y respeto. Genera conciencia. Es un sector social que está dispuesto a servirle a la clase rica, venderle sus servicios. Trata de demostrar que tiene capacidades, habilidades, técnicas, conocimiento. Aspira a mejorar su posición social, vincular (educativamente) a sus hijos con la gente rica” (“Precaria clase media”. En Periódico El Confidencial, 21 de octubre de 2013).

10. Por ejemplo: “El nivel de educación de la población económicamente activa con una edad entre 25 y 60 años ha mejorado en la última década, siguiendo una tendencia de más largo plazo. La población activa con secundaria completa o universitario incompleto pasó de 20,8% a 33,8% mientras aquellas que completaron la universidad incrementaron de 6,4% a 14,4% de la población ocupada durante este periodo” (Ferreira, et.al., 2013: 5-6).

López-Calva, et.al. (2014), y Choque, María del Carmen, et.al. (2011); o la movilidad intergene-racional que es bastante variada10.

Así pues, surgen algunas interrogantes en el ca-mino de la definición de la clase media, como que en el orden de lo aspiracional hoy día en Bolivia esta clase tenga las siguientes caracte-rísticas:

(…) las personas que pasan a formar parte de la clase media tienen un nivel educativo superior al de los que han dejado atrás. También es más probable que vivan en zonas urbanas y tengan un empleo en el sector formal. En el caso de las mu-jeres de clase media, es probable que tengan me-nos hijos y que estén más integradas en la fuerza laboral que las mujeres de los grupos pobres o vulnerables. (Ferreira, et.al., 2013: 1)

Para cerrar este esperpento aspiracional, volve-mos al Informe LAPOP 2017, en el que se ob-serva que en el plano de la relación valorativa respecto a los servicios, en general de 29 paí-ses, los bolivianos estamos en el lugar 16 entre aquellos con satisfacción de servicios locales como carreteras, escuelas públicas y servicios de salud. Finalmente, cuando se une la idea de satisfacción con los servicios locales y la satis-facción con la vida, los datos nos ubican en el lugar 26 de 29 países, con el 69 %, siendo el más alto Costa Rica con el 84,5 % y el más bajo Haití con el 54,3 %.

Page 5: Clase media en Bolivia, traduciendo el esperpento · 88 pleo calificado6, aquí se observa que el 62,5 % de los jóvenes7 para el 2011 habían perdido su trabajo, mientras que para

89

Ideas finales

En este trabajo se intentó ofrecer una lectura de la clase media que va en un sentido no tan eco-nomicista como el que se acostumbra, es decir, entenderla a partir de las aspiraciones que tiene y también de las sensaciones que expresan sobre lo político-social.

Siendo la clase media un factor determinante hoy en el país, de hecho, los datos oficiales indi-can que en el 2005 contaba con el 35 % de la po-blación (3,3 millones), hoy constituye el 58 % de la misma (5,5 millones). Al mismo tiempo, esto encierra una paradoja, el no poder definirla con precisión, y considerarla como la teoría en ciencias sociales expresa que se trata de un con-cepto muy difícil de delimitar.

Entonces, si bien es posible generar una suer-te de precisión económica a nivel de ingresos y consumo de esta clase media, esto sin duda se dificulta a la hora de leerla en lo social y, peor aún, cuando se quiere escarbar en lo que se refie-re a su comportamiento electoral. El error más común al respecto suele ser etiquetarla como si los miembros de esta clase no tuvieran un lazo

de lealtad político bien definido, como lo tendría alguien que se ubica a la izquierda (los pobres por lo común) o a la derecha (los ricos).

En la dinámica de la clase media hoy, una lectu-ra importante a considerar es que esta no cuenta aparentemente con un lazo muy sólido en lo po-lítico, es decir, son menos vinculados al sistema político, además lo curioso de esto es que al in-terior de esta se encuentra un sector comerciante que también está desplazado del mismo.

De esta manera, tendríamos algo así como dos grupos dentro de este grupo que se encuentra al medio de las clases sociales, peor aún si hoy son casi la mitad de la población en el país. Ana-lizar los valores sociales y políticos que estas tienen se convierte en una tarea inmediata en la medida que se quiera tener un contacto dialo-gado, también en el sentido de que quizá ahí es donde se encuentra la llave para desentrañar lo que puede significar aquello que se entiende por sujeto plurinacional: una mezcla de agregados sociales, culturales y económicos. Sobre esto es posible trabajar la construcción de formalidad en el país, porque reclaman estabilidad y cons-tancia en el tiempo a sus aspiraciones.

Foronda Calle, Miguel (2018). Guaraní

Page 6: Clase media en Bolivia, traduciendo el esperpento · 88 pleo calificado6, aquí se observa que el 62,5 % de los jóvenes7 para el 2011 habían perdido su trabajo, mientras que para

90

Además, se sugiere prestar atención al estudio de la clase media en Bolivia tomando en cuenta la lectura de E. Olin Wright (2018: 42-48), que provoca al mundo académico cuando dice que es posible analizar a los miembros de una cla-se internamente como si tuvieran estamentos, considerando que estos adquieren conciencia de compartir una identidad que puede ser el inicio de la conformación de un movimiento social o un partido. Un factor más que alienta la incur-sión de estudios sobre este tema en el país es la necesidad de estudiar los mecanismos que con-figuran las desigualdades de condiciones mate-riales y simbólicas de la gente; es decir, como estamentos quizá estamos más cerca de explicar nuestra realidad a partir de la constante búsque-da de honor social como factor de legitimación social.

A la vista de los argumentos y datos expresados, se hace evidente que, para seducir y afianzar una relación política favorable con la clase media,

es necesario asegurarles hoy más que nunca la sostenibilidad del proceso político y económico en el que viven. De lo contrario, el escenario negativo puede traducirse en una alerta para los gobernantes porque en la realidad que vivimos sienten que sus sueños se han roto, en parte qui-zá porque se han puesto metas altas a corto pla-zo que les generó frustración.

Bibliografía

Ariztía, Tomas (2016). Clases medias y consumo: tres claves de lectura desde la sociología, Polis [en línea], 43 | 2016, publicado el 9 junio de 2016, consultado el 10 junio 2016. URL: http://polis.revues.org/11715; DOI : 10.4000/polis.11715.Choque, María del Carmen, et.al. (2011). En busca de oportunidades: clases medias y movilidad social. Cuaderno del Futuro 28. Informe sobre Desarrollo Humano. Bolivia: PNUD-Bolivia.Cohen, Mollie; Lupu, Noam; y Zechmeister, Elizabeth (2017). The Political Culture of Democracy in the Americas, 2016/17: A Comparative Study of Democracy and Governance. Vanderbilt: LAPOP.Ferreira, Francisco et.al. (2013). La movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América Latina. Washington: Banco Mundial.Kurlantzick, Joshua (2013). Democracy in retreat. The revolt of the middle class and the worldwide decline of representative government. New Haven: Yale University Press.Ortega y Gasset, José (1982). En torno a Galileo, esquemas de las crisis. España: Alianza editorial.López-Calva, Luis, et.al. (2014). “Clases medias y vulnerabilidad a la pobreza. Reflexiones desde Amé-rica Latina”. En: Revista El Trimestre Económico. Vol. LXXXI (2), N° 322, abril-junio de 2014, p. 281-307.Olin Wright, Erick (2018). Comprender las clases sociales. España: Akal. Simmel, George ([1917] 2009). Cuestiones fundamentales de sociología. España: Gedisa.Tormey, Simon (2015). The end of Representative Politics. Polity: Polity Press.Visacovsky, S. (2010). Hasta la próxima crisis. Cuadernos CIDE. N° 68. Nov. 2010. México.Wanderley, Fernanda y Vera, Horacio (2017). Las Dinámicas del Mercado de Trabajo en Bolivia 2005-2015. La Paz: UCB-IISEC.

(...) para seducir y afianzar una relación política favorable con la clase media, es necesario asegurarles hoy más que nunca la sostenibilidad del proceso político y económico en el que viven.