ciudadanía - alejandro rojo vivot

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    Primera Edicin: Octubre de 2008

    2008 byAlejandro Rojo Vivot

    Todos los derechos reservadosHecho el depsito de LeyImpreso en Argentina

    ISBN 978-987-XX-XXXX-X

    Diseo de cubierta e interiores: Sergio Di Leo

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    Ro Gallegos2008

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    Este libro ha sido impreso gracias al esfuerzo de

    Municipalidadde Ro Gallegos

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    Prlogo

    La carta orgnica municipal es un viejo anhelo de todos aquellosque estamos comprometidos con una sociedad mas democrtica,

    justa y participativa.En ese sentido comparto con el autor cuando concibe la de-mocracia como: una democracia con participacin directa dela ciudadana en la ormulacin de propuestas, toma de decisionessobre polticas y acciones pblicas y monitoreando el patrimoniocomunitario y su administracin es undamental para que se esta-blezcan las condiciones para la generalizacin de la equidad

    En momentos en que la Ciudad de Ro Gallegos ha comenzadoa transitar el camino, cuyo horizonte es la sancion de su propiaconstitucion local, es un verdadero orgullo presentar la presenteobra, la cual constituye un valioso aporte e imprescindible mate-rial de consulta para el debate que conlleva todo proceso estatu-yente undacional.

    Remarco el concepto de undacional, ya que si bien, la consti-tucin provincial concibe la posibilidad para que aquellos munici-pios que asi lo decidan, quedan habilitados para el dictado de suspropias cartas orgnicas, paradojicamente ninguna de las locali-dades de la provincia ha hecho uso de ese derecho, a pesar que enla patagonia, las principales ciudades de la region, ya han recorridoeste ecundo sendero.

    El poder constituyente, con orme lo de nen los constituciona-listas, es la competencia, capacidad o energa para constituir o darconstitucion al estado, es decir para organizarlo.

    El poder constituyente originario, como el que va a ejercer laconvencin estatuyente de la ciudad de rio gallegos, tiene comotitular al pueblo porque es la colectividad toda la que debe proveera su organizacin poltica y jurdica en un momento determinado.

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    Indudablemente la sancin de una carta orgnica no solucionamagicamente los problemas de una sociedad, pero establece unpiso de derechos, deberes y reconoce al municipio la autonomiapoltica, administrativa, econmica, nanciera e institucional, quesin duda constituye un avance en la calidad institucional que recla-ma la ciudadania.

    La parte dogmtica de la carta orgnica representa el derechoconstitucional de la libertad, el cual constituye el sistema de valoresy creencias as como parte del reconocimiento a los vecinos de unaserie de derechos y libertades, que son anteriores y superiores alestado.

    De alli la importancia y trascendencia de este paso que vamosa dar.

    Mediante el presente libro, el autor, que ha venido colaborandoactivamente en muchos de los procesos constituyentes de las ciu-dades de la regin, realiza una valiosa colaboracin en ste derro-tero, y en nombre de los vecinos de la ciudad de rio gallegos, nopodemos ms que expresar palabras de agradecimioento por stegeneroso aporte.

    A modo de corolario nal vale tener presente el siguiente parra ode la presente obra: desde luego que en todos los mbitos po-demos encontrar luces y sombras, pero nunca, nunca, si deseamos

    edifcar a la democracia teniendo como valor a la diversidad, pode- mos optar por los sistemas que tienden a la hegemona o a denostar a los otros en una suerte de in antil concepcin de suponer que losque coinciden con nosotros son todos o, por lo menos, todos losque importan, ya que as seguramente estaremos en el inicio del

    abismo .

    Lic. Hector Roquel Intendente de la Ciudad de Ro Gallegos

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    Prefacio

    El respeto para los negocios del pueblo, la sinceridad, laeconoma en el gobierno, el amor por el pueblo y un sistema

    de impuestos adecuados, son actitudes esenciales paragobernar con xito.

    Con ucio (500 a.C.)

    El propsito de este libro es presentar, en orma sucinta, una se-rie de cuestiones principales re eridas a la participacin ciudadanaque contribuyen de sobremanera a mejorar la calidad del desarrollode la democracia.

    Los derechos deben ser extensamente conocidos para que elpueblo los ejerza y para ello es necesario di undirlos todo lo que seaposible y un poco ms.

    Los vecinos capacitados digni can la condicin humana y lespermite coadyuvar a involucrase con responsabilidad y e cacia.

    Las personas reunidas segn sus intereses peculiares pue-

    den agregar alto valor a los debates sociales. Tambin cada unode nosotros expresndonos con nuestra propia voz abrevamos ala identi cacin de las causas de los problemas y a sus posiblessoluciones.

    La resolucin de los confictos enmarcados en la paz y la demo-cracia es el camino que nos conduce al desarrollo sustentable.

    Es importante recordar que la Constitucin de la Provincia deSanta Cruz establece que:

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    Esta Constitucin reconoce autonoma poltica, administrativa,econmica y nanciera a todos los Municipios.

    Aquellos que dicten su Carta Orgnica Municipal, gozarn ade-ms de autonoma institucional.

    La autonoma municipal que aqu se reconoce no podr ser limi-tada por ley ni autoridad alguna. (Artculo 141)

    Aquellos Municipios que as lo decidan, quedan habilitados parael dictado de sus propias Cartas Orgnicas, que debern ser san-cionadas por convenciones convocadas por la autoridad ejecutivalocal, en virtud de ordenanza sancionada a tal e ecto con una ma-yora de por lo menos cuatro concejales, salvo en la Capital de laProvincia donde se requerir el voto avorable de cinco.

    La estructura que je la Carta Orgnica se adecuar a las posi-bilidades presupuestarias de cada Municipalidad, deber propen-der al auto nanciamiento y a la desconcentracin operativa de sus

    unciones, evitando generar un mayor peso impositivo sobre loshabitantes de la ciudad quedando prohibida la creacin de imposi-ciones especiales destinadas a solventarla. (Artculo 142).

    La iniciativa ciudadana puede llevarse adelante por la propia voz o a travs de mltiples alternativas de asociaciones, inclusive lasauto con ormadas.

    Las agrupaciones civiles son entidades de iniciativa privada cu-yos nes, metas y metodologas de accin son decididos por suspropios miembros, desde luego que en el mejor entender para elcumplimiento de los objetivos estatutarios.

    Las instituciones comunitarias son creadas para cumplir obje-tivos espec cos, recuentemente acotados a ciertos temas como,por ejemplo, el omento de un determinado deporte o expresinartstica, la contribucin al resguardo de una especie animal o vege-tal, el desarrollo de un barrio, etctera. En cambio, el Estado tieneresponsabilidades generales, universales e intrans eribles con res-

    pecto a toda la poblacin, en campos tan diversos como la salud,la educacin, la cultura, el ambiente, la seguridad pblica, la expan-sin y calidad de las uentes de trabajo, el acceso a la vivienda, lasalubridad, etctera.

    Otra cuestin principal es que las entidades sociales trascien-den en el tiempo, en cambio los que conducen el Estado peridi-camente estn sujetos a las contingencias electorales y muchasveces cambian o, en algunas oportunidades, desaparecen del

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    escenario pblico. Esta ltima circunstancia condiciona de sobre-manera su accionar. A veces, el sostenerse en el poder gravita msque la responsabilidad de gobernar, convirtindose un medio en un

    n en si mismo.De ah la importancia que los grupos sociales mantengan su

    coherencia institucional y eviten la captacin transitoria por partede quienes se mantienen a travs del clientelismo pues, a la cortao larga, las distorsiones irn minando las bases por las que ueronconstituidos.

    Indudablemente es ms cil convertirse en un apndice dequien ejerce un poder pblico, por lo menos en lo que se re ere ala obtencin de recursos, que ejercer libre e independientementelos mandatos institucionales. Esto ltimo no implica desechar algntrabajo en comn, dialogar sobre aspectos espec cos, emplear

    ondos u oportunidades o recidas, etctera; pero siempre mante-niendo la independencia. Desde luego que debemos refexionaracabadamente cuando un dirigente de la sociedad civil ingresa ala actividad partidaria o, por caso, accede a un cargo de responsa-bilidad poltica.

    A veces, el ser coherente con algn principio presenta seriasdi cultades pues, por lo general, los cambios buscados provocanresistencias. Si no uera as muchas de las entidades comunitariasno existiran y viviramos enun mundo eliz.Entonces, aunque el camino elegido por las organizaciones so-ciales sea el ms largo y, en algunas oportunidades di cultoso, sies el que avorece la coherencia e independencia institucional, sinduda ser la ruta ms conveniente; y de eso se trata.

    Desde luego que en todos los mbitos podemos encontrar lu-ces y sombras , pero nunca, nunca, si deseamos edi car a la demo-cracia teniendo como valor a la diversidad, podemos optar por lossistemas que tienden a la hegemona o a denostar a los otros en

    una suerte de in antil concepcin de suponer que los que coincidencon nosotros son todos o, por lo menos, todos los que importan , yaque as seguramente estaremos en el inicio del abismo.

    Ya transitando el Siglo XXI, en gran parte del territorio pobladopor seres humanos, pues dejamos el resto del universo para otroanlisis, su rimos aberrantes situaciones generadas por quienesdebera ser los reyes de la creacin : hambre, hacinamiento, des-empleo, violencia armada, corrupcin, nepotismo, etctera. Pero,

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    por otro lado, hemos comprendido cabalmente que la organizacindemocrtica de calidad es la que contribuir a solucionar esos pro-blemas. En este sentido el peruano Baltazar Caravedo, en 2004,acabadamente escribi sobre su propio pas aunque bien podemostrasladarlo, por lo menos, al resto de nuestra Regin. Nos consi-deramos una sociedad integrada en la que todos somos iguales yen donde los mejores e ectivamente destacan porque se lo merece(primer nivel). No obstante, al mismo tiempo, sentimos que el xitode uno se debe al racaso de otro, o que la riqueza de algunos sedebe a la pobreza de otros (segundo nivel). Ambas ideas cohabitanen todos los sectores, y en cada uno de los individuos que los in-tegran. Dado que el discurso subyacente, todos somos enemigos;no tenemos un inters comn que nos agrupe. La ragmentacinsocial resulta entonces de la imposibilidad de construir una visincompartida desde nuestra interioridad ms pro unda.

    Nos percibimos como una sociedad solidaria, en la que somoshermanos y nos debemos ayuda mutua. Las colectas pblicas a

    avor de grupos necesitados nos brindan la posibilidad de dar di-nero, ropa o equipos. Simultneamente, desconocemos el derechodel otro, lo ignoramos. Cuando circulamos por la va pblica mane-

    jando algn vehculo y nos pasamos la luz roja o ingresamos con-tra el tr co en una calle, desconocemos el reclamo del conductorque tiene razn y, ms an, lo insultamos por eso. Somos piadososcuando asistimos a nuestro servicio religioso, pero en la empresa oen el centro de trabajo maltratamos sin contemplacin a nuestroscolaboradores.

    In nidad de veces deseamos que la ley se aplique con todo surigor para otros, pero no queremos que nos alcance. Sabemos que,por lo general, la ley se cumple para los que no tienen poder. El quetiene alguno, ya sea econmico, poltico o de otra ndole, puede

    jugar a colocarse en el lugar del rbitro, evitando que el castigo o la

    pena le llegue. Cuando nos pasamos de largo una luz roja y nos de-tiene el polica, intentamos llegar a un arreglo, que no es otra cosaque un pago para evitar la sancin. Y solemos llegar a este arregloporque disponemos de alguna cantidad de dinero que es lo que enesa circunstancia nos hace poderosos. Se trata de una complicidadentre el encargado de mantener el orden o vigilar el cumplimientode la ley y el in ractor o el delincuente. No obstante, cuando untercero transgrede la norma y nos a ecta, nos volvemos los ms

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    beligerantes de ensores de un castigo ejemplar. Transitamos consuma acilidad de la autoridad al autoritarismo.

    Creemos que votar cada cinco aos en las elecciones presiden-ciales y congresales o cada cuatro para alcaldes es el testimoniode que la democracia se ha a anzado. Las autoridades elegidaspueden argumentar, entonces, que hablan en nombre del pueblo.Pero los representantes sienten que quienes les dieron el respaldoles entregaron no slo su voz sino, tambin, el derecho a prescindirde su opinin. Una vez que legan a ocupar el puesto que soaron,los representantes se desconectan de quienes hicieron posible suhazaa. Los que no son representantes slo pueden opinar si cum-plen el requisito de ser ilustrados o expertos. Entre los elegidos ylos que saben han hecho enmudecer a los que padecen. Y loselectores saben que el juego es as, estn de acuerdo en ello; sinembargo, acceden a jugar con esas reglas esperanzados en que talvez algn da suceda un milagro y cambien las cosas. La historiase repite en cualquier otra institucionalidad en la que hay que hacer

    uncionar el mecanismo de representacin. En nuestra sociedad,la representacin participa de la muerte porque a rma la ausenciaen vez de dar presencia. Y es que hemos hecho de los individuosque supuestamente representamos monumentos abandonados,tumbas vacas.

    Detrs del gesto amable que creemos tener los peruanos se es-conde una era enjaulada que se escapa de los lmites con extremaacilidad, porque la puerta de la jaula est abierta. En el Per cada

    da toma vigencia aquella rase que dice el que puede, puede. Setrata de la violencia camufada en cada gesto, en cada acto sutil odesembozado. Si podemos sobornar al polica, lo hacemos; si esposible doblarle la mano al juez para que nos d la razn a pesarde que no la tenemos, se la doblamos; si debemos transgredir lasnormas del decoro o la dignidad para obtener un puesto, las tras-

    gredimos; si para obrar necesitamos robar, robamos; si para llegarnecesitamos matar, matamos. Y cuando obtenemos lo que quere-mos, durante un tiempo al menos, nos convertimos en otras perso-nas, aparentemente opuestas a aquellas que uimos para conseguirlo que obtuvimos1.

    Queda bien claro que, para lograr la trans ormacin social

    1 Caravedo, Baltazar. La trans ormacin de la sociedad peruana. AVINA . Pginas 19, 20 y 21.Lima, Per. Junio 2004.

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    donde la transparencia, la equidad, la ecuanimidad y tantos otrosvalores sean las directrices comunitarias, poco sera su ciente si,nicamente, ocalizamos la atencin en los aspectos electorales,la administracin de los recursos pblicos y muchos otros gravsi-mos problemas pues, la cuestin central radica en darle un nuevo

    sentido al accionar individual y comunitario. La inteligencia humana es ms que su ciente para precisar las respuestas necesarias, altala valenta de la decisin de ejecutarlas para que la calidad de vidade todos sea la inexcusable va para el desarrollo sustentable. Loscambios y avances normativos son undamentales pero tambines necesario que los derechos ciudadanos sean sangre y carne decada habitante.

    Ahora bien y por otro lado, en los sistemas de vida democrti-cos (que son mucho ms que los peridicos actos electorales y ladivisin de los tres poderes), los municipios son las organizacionesestatales que trabajan en orma directa con la poblacin, de ah la importancia de la ms amplia y diversa participacin ciudadanaposible en esta instancia.

    El empleo de los recursos de la comunidad es una herramientae caz para evitar todo tipo de discriminacin y es una muy inteli-gente opcin para el trabajo e ciente. Cada localidad, por pequeaque esta sea, tiene en su seno vecinos que pueden aportar al desa-rrollo de su propia comunidad, participando activamente en el con-trol de los asuntos pblicos, priorizando las opciones y aportandosoluciones al inters general.

    En ese sentido es undamental el conocimiento acabado de lasociedad de pertenencia, ejercer la capacidad avizorar el uturo,promover el dilogo, avorecer la comunicacin e impulsar inicia-tivas que ortalezcan las condiciones culturales necesarias para eldesarrollo sustentable. Desde luego que la perspectiva regional,nacional y, llegado el caso, internacional consolida los procesos in-

    dividuales, locales y, desde luego, los generales en el sentido msamplio y extenso del concepto.El interjuego de la independencia aqu sealada coadyuva en

    mucho al desarrollo armnico de la sociedad: la alta de disensoen un grupo o comunidad debe servirnos como seal de alertacon respecto a su desenvolvimiento .

    En un mundo interconectado la sociedad civil debe buscarconstruir alianzas entre distintos actores en procura de avorecer

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    las condiciones para el desarrollo sustentable. Las redes puedenser las ms diversas respetando la diversidad como valor cultural.

    Es cil trabajar con el que siempre se coincide aunque seapoco creativo y tienda al estancamiento; coordinar iniciativas en ladiversidad insume mayor es uerzo pero claramente es ms enrique-cedor y avorece el desarrollo. Tender a la homogeneidad, a acallarlos disensos, etctera es propio de los sistemas autoritarios quedesechan todo crecimiento que no sea la concentracin del poder.

    Cada ser humano es nico e irrepetible, la sociedad es di-versidad, el desarrollo signi ca tambin movimiento y cambiosde los dismiles actores sociales. Las estrategias de accin queincluyen como valor la posibilidad de realizar alianzas entredistintos sectores, grupos e individuos, contienen una uerzamuy superior a las iniciativas aisladas pues estas ltimas noson sustentables .

    Para que la democracia adquiera calidad debe existir, como va-lor cultural predominante, la concepcin positiva de la diversidady que las relaciones comunitarias parten de los aspectos que soncomunes, por mnimos que stos sean, respetando las di erenciaspues las mismas se undan en la condicin humana.

    Lo antedicho tambin signi ca respetar las minoras y que es-tas puedan expresarse en igualdad de condiciones, cuestin que,

    recuentemente, es poco acatada por los grupos autoritarios quesocava los sistemas democrticos. Es claro que, cuando tambinlas minoras acceden proporcionalmente a los poderes pblicos esms actible alcanzar mejores niveles de calidad de la democracia.

    Al concebir a la sociedad como diversidad y que todos susmiembros, en equiparables condiciones, pueden participar en losasuntos pblicos estamos per lando una comunidad humana don-de se encuentran las condiciones culturales para el desarrollo sus-tentable. En este sentido recordemos lo expresado por el Premio

    Nobel de Economa en 1998, Amartya Sen: dado que la libertadse re ere tanto a los procesos de toma de decisiones como a lasoportunidades para lograr resultados valorados , no podemos limi-tarnos a interesarnos slo por los resultados, como el aumento dela produccin o de la renta o la generacin de un elevado consumo(u otras variables con las que est relacionado el concepto de cre-cimiento econmico). Algunos procesos como la participacin enlas decisiones polticas y la eleccin social no pueden considerarse

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    en el mejor de los casos- como medios para lograr el desarrollo(por ejemplo, como medios que contribuyen al crecimiento econ-mico), sino que deben considerarse como partes constitutivas delos fnes mismos del desarrollo.

    La segunda causa de la di erencia entre desarrollo como liber-tad y las perspectivas ms convencionales del desarrollo est re-lacionada con los contrastes existentes dentro del propio aspectode las oportunidades , ms que con el aspecto de los procesos. Enla perspectiva del desarrollo como libertad tenemos que examinaradems de las libertades implcitas en los procesos polticos, so-ciales y econmicos- el grado en que los individuos tienen la opor-tunidad de lograr resultados que valoran y que tienen razones paravalorar2.

    El casi generalizado desentenderse y la creciente delegacinen unos pocos de los asuntos comunes, al menos, ha contribuidoa mayores niveles de corrupcin, concentracin de poder, ormasde gobierno autoritarias proclives al clientelismo poltico, infuenciapartidaria en la independencia de la administracin de justicia, me-noscabo de las minoras, poca transparencia en el manejo de losasuntos pblicos y otras tantas aberrantes prcticas que denigrana la condicin humana.

    Es bien sabido que en las tiranas, cualquiera sea su signo ideo-lgico y su nivel de populismo, los derechos humanos pocas vecespueden ser ejercidos plenamente por la poblacin, sobre todo porquienes estn ms lejos del poder en cualquiera de sus instancias.En los sistemas democrticos donde, de alguna manera, la corrup-cin se ha ltrado certeramente, la administracin de la justicia es

    undamental; si sta ha cado, aunque sea parcialmente, en prc-ticas venables es sntoma palpable de la gravedad de la situaciny que la desproteccin cvica de la poblacin es mayscula, sobretodo de los ms dbiles. Al respecto, tengamos presente lo relata-

    do por Carlo Collodi en 1881, de lo que sucedi en Cazachitrulos:Desesperado, volvi corriendo a la ciudad y ue directamente a lostribunales para denunciar ante el juez a los sinvergenzas que lehaban robado.

    El juez era un enorme mono de la raza de los gorilas. Un viejomono respetable por su larga edad, por su barba blanca, y espe-cialmente por sus lentes de oro, sin cristales, que tena que usar

    2 Sen, Amartya.Desarrollo y libertad . Planeta. Pgina 348. Barcelona, Espaa. 2000.

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    en orma permanente por una en ermedad de la vista que padecadesde haca muchos aos.

    Pinocho cont con pelos y seales el raude del que haba sidovctima. Dijo los nombres, apellidos y seas particulares de lostramposos, y termin pidiendo justicia.

    El juez lo escuch con gran benevolencia. Cuando el muecono tuvo nada ms que decir, el juez alarg el brazo e hizo sonar unacampanilla.

    Ante ese llamado se presentaron dos mastines vestidos de gen-darmes.

    El juez les dijo, sealando a Pinocho:-A este pobre diablo le robaron cuatro monedas de oro. Detn-

    galo y mtanlo en la crcel. Al or la sentencia el mueco se qued con la boca abierta. Qui-

    so protestar, pero para no andar perdiendo tiempo los gendarmesle taparon la boca y se lo llevaron al calabozo.

    Y all estuvo durante cuatro meses. Cuatro largusimos meses. 3Entonces, la sociedad civil involucrndose activamente a tra-

    vs de los ms diversos y ricos mecanismos e institutos como elacceso a la in ormacin de los actos de gobierno, posibilidad derealizar iniciativas legislativas y revocatoria de mandatos, decidiren las cuestiones de injerencia directa, general y di usas a travsde los presupuestos participativos, eleccin pblica y con mtodosobjetivos de todo quien se desempee en la administracin pblicainclusive el personal judicial hasta el mximo nivel de los tribuna-les superiores, etctera es la respuesta propia de una comunidaddonde la libertad y la responsabilidad son valores culturales predo-minantes.

    Asimismo, la diversidad propia de todo hombre y mujer con-fuyendo en sinergias, consensos, acuerdos y alianzas, donde to-dos crecen, construyen el entramado social donde se sustentan las

    condiciones culturales para el desarrollo sustentable.En democracia, a cada acto de corrupcin y autoritarismoes necesaria ms democracia, democracia de creciente calidad,calidad que se logra con la participacin ciudadana . El resto sedar por aadidura.

    3 Collodi, Carlo.Las aventuras de Pinocho . Editorial Colihue. Pginas 84,85 y 86. Buenos Aires, Argentina. Julio de 1999.

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    No tengo razn para quejarme de que me haya dado unavoluntad ms extensa que el intelecto; consistiendo la

    voluntad, en e ecto, en una sola cosa, y sta indivisible, noparece que su naturaleza consienta que se le arrebate algode ella. 1

    Ren Descartes (1641)

    Bien est planteado desde los inicios del pensamiento los -co: los instrumentos no son buenos o malos en s mismos sino lavirtud o el vicio est en cmo los utilizamos. Hoy en da ampliamen-te reconocemos que las herramientas, los mecanismos y los proce-sos tambin tienen valores en s mismos y se los puede justipreciaren tan sentido.

    Con corrupcin, connivencia entre los poderes, el clientelismopartidario con los ondos pblicos, la alta de independencia dealgunos medios de comunicacin social y tantas otras perversasdistorsiones es impensable una comunidad que procure la equidad

    con e cacia por lo que los que menos tienen cada vez sern msrgiles y dependientes.Cuando una sociedad mani esta una generalizada alta de vo-

    cacin por la constante bsqueda de la verdad, carece de un am-plio criterio crtico, el amiguismo reemplaza a la aptitud y capacidady predominan valores culturales de desidia por la cuestin pblica,

    1 Descartes, Ren. Meditaciones Meta sicas . Aguilar. Sexta edicin. Pgina 90. Buenos Aires, Argentina. 1970.

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    En este sentido, Leopoldo Fidyka expuso: Apuntamos a unconcepto de participacin amplio y permanente, que exceda lasclsicas ormas de participacin poltica, que se expresa peridica-mente mediante la designacin de los gobernantes, pretendemos iral encuentro normativo de aquella participacin que le da conteni-do a las polticas: la participacin ciudadana o comunitaria, que serefeja en el proceso mediante el cual el ciudadano toma una parteactiva en las decisiones gubernativas. ()

    Concebimos a la participacin como un proceso en que intervie-nen diversos actores, como la plena vigencia de las libertades po-lticas, la educacin cvica, el acceso a la in ormacin, la e cienciade los mecanismos institucionales, el grado de descentralizacinpoltica-administrativa, y de actores como la crisis de representati-vidad, la genuina voluntad poltica para implementarla o las propiasexpectativas de los actores intervinientes.2

    En sntesis, la participacin ciudadana abierta, directa y plura-lista es una herramienta muy e caz para contribuir a la democraciade calidad. Desde luego que nos re erimos al involucramiento res-ponsable, es decir, preparndonos para intervenir y opinar, interco-municndonos en la diversidad y pluralidad y, por lo menos, con laconstancia que sea menester.

    2 Fidyka, Leopoldo.La participacin comunitaria . Ministerio del Interior. Pgina 13. Buenos Aires, Argentina. Diciembre de 1995.

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    Los cambios ocurren solamente cuando las personascambian. El crecimiento, cuando las personas crecen. 1

    Robert Tomasko (1998)

    Las ormas de participacin de la ciudadana son muy diversas yestn ormuladas desde distintas estrategias y perspectivas, es de-cir, directamente a travs de cada vecino que decide involucrarse,expresarse por su propia voz y, llegado el caso, decidir o por interme-dio de grupos organizados con intereses espec cos o generales.

    La participacin ciudadana se constituye como un compo-nente imprescindible de un Estado democrtico, ya que lo a rma,consolida y le otorga contenido, base de con ormacin de una realdemocracia participativa, que no excluya el concepto de represen-tatividad sino que lo enriquezca permanentemente abriendo nuevos

    canales para la participacin de los individuos y grupos sociales.2De lo expuesto se desprende claramente que, la Democraciadebe alentar el involucramiento de la poblacin en la toma de de-cisiones y el contralor de los asuntos pblicos, como parte de una

    1 Tomasko, Robert. Cinco actores en escena . Revista Gestin. Volumen 3; Nmero 4. Pgina 120.Buenos Aires, Argentina. Julio- Agosto de 1998.

    2 Fidyka, Leopoldo.La participacin comunitaria . Ministerio del Interior. Pgina 13. Buenos Aires, Argentina. Diciembre de 1995.

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    mejoran las instancias de participacin y, por el otro, la poblacinen general se apropia responsablemente de las cuestiones atinen-tes. Si se delega toda la carga en el otro quedarn a trasmano lasdemandas de ser consultado oportunamente. (No se queje si nopropuso oportunamente).

    La recuente corrupcin, el clientelismo y el accionar corpora-tivo han ido alejando a la poblacin en general de quienes militanpartidariamente; el acercamiento es posible a partir de e cientes

    ormas de propiciar la infuencia pblica donde la voz de todos losinteresados es escuchada. La reconciliacin surgir cuando men-gen notablemente las prebendas, el enriquecimiento ilcito, la im-punidad, la connivencia entre algunos de los miembros de los trespoderes pblicos o con otros sectores como los econmicos y pe-riodsticos.

    Tambin es sabido que, al estar bastante desacreditada la acti-vidad poltica, muchas personas desvalorizan los actos electorales:altos ndices de incumplimiento de las obligaciones como la ausen-cia de autoridades de mesa y su ragantes, votos protesta , etctera.La cuali cacin de la poltica ir provocando cambios positivos enla percepcin pblica que redundar en conductas congruentescon la misma; los que suponen modi caciones voluntaristas, por

    avor abstenerse.Existen numerosos ejemplos de comunidades que, con suparticipacin activa y a travs de sus representantes, han logra-

    do avanzar en sancionar normas que mejoran notoriamente eluncionamiento de la democracia. Entonces, la cuestin de ondo

    es mantener activa la participacin de la poblacin contribuyendopositivamente en la tarea primaria que realizan los que tienen laresponsabilidad de legislar y ejecutar las acciones inherentes a lospoderes pblicos.

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    La continuidad de las relaciones crea una atms era decon anza que ayuda a establecer los cimientos de un nivel

    ms alto de relaciones. Los proyectos slo tienen impactoadecuado cuando bajo ellos hay un compromiso de largoplazo.1

    Muhammad Yunus (1997)

    Los poderes pblicos tambin deben promover la participacinciudadana dentro de la directiva general de realizar una gestindescentralizada a travs de una divisin territorial; esta cuestinest estrechamente relacionada con, por ejemplo, las accionespara elaborar el presupuesto en orma participativa. Adems procu-ra evitar las brechas entre cada habitante y quienes trabajan en losasuntos pblicos ya que la descentralizacin contribuye a ocalizarlas actividades, cada vez que sea posible y conveniente, teniendoen cuenta las prioridades esgrimidas por los vecinos ms directa-mente relacionados con el sector de que se trate. Desde luego que

    hay muchos problemas que son generales a todo el territorio o auna parte importante el mismo. Por otro lado es oportuno recordarque la regin administrativa es una sola y nunca la suma de partes,barrios, distritos, etctera. Asimismo es importante recordar queuno de los derechos de los vecinos es: participar en la gestin ycontrol de los servicios pblicos. Para ello es necesario que la ad-

    1 Yunus, Muhammad. Hacia un mundo sin pobreza . Editorial Andrs Bello. Octava edicin. Pgina123. Argentina. Marzo de 2001.

    Participacin

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    Participacin

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    ministracin pblica acte de acuerdo a los principios de igualdad,solidaridad, descentralizacin, subsidiariedad, desburocratizacin,e cacia y e ciencia.

    Asimismo, al impulsar polticas e implementar programas socia-les es necesaria la participacin de los habitantes por s o a travsde sus entidades.

    En este sentido es oportuno hacer notar que la participacin delciudadano nucleado en organizaciones, de alguna manera, es msindirecta pues son sus agrupaciones las que se expresan por cadauno de los integrantes. Adems, por lo general estas asociacionestienen nes acotados, por caso las vecinalistas en lo relativo a unsector de la ciudad en particular y las dems, por ejemplo, por laprctica de un deporte espec co, el resguardo del ambiente, lasituacin de quienes carecen de vivienda, etctera.

    Es importante hacer notar que tanto los nios como los ado-lescentes pueden, de distintas maneras, ir involucrndose expre-sndose con su propia voz en los asuntos de su inters. Crear ins-tancias participativas acordes es una muy buena estrategia tantopara capacitar a los que les deben prestar atencin como a quienespronto se iniciarn en la vida cvica. Imaginemos una plaza don-de los nios participaron activamente en bosquejarla, a travs detcnicas espec cas; ser un espacio pblico atractivo y diverti-do? Los nios que tuvieron una experiencia participativa exigirnseguir involucrndose? Los responsables del diseo y quienesconstruyeron la plaza observarn con ms sentido cali cado a sutrabajo?

    Posiblemente haya quienes sostengan la conveniencia de lossistemas tradicionales donde la intervencin estaba centrada ni-camente en asociaciones establecidas donde pareca que eran lasexcluyentes idneas para intervenir en nombre de todos; las distor-siones ya sealadas como el incremento de la connivencia perversa,

    la tendencia al desinters de la poblacin en general por el procesode una irrefexiva delegacin absoluta en los representantes, la altade control por parte de la ciudadana, etctera ueron debilitandola calidad de los procesos de in ormacin, eleccin de alternativasy toma de decisin de los cursos de accin, agravndose la co-rrupcin, las polticas prebendarias y los infernos del autoritarismo.Tambin es oportuno recordar que muchas personas se desa liaronde sus sindicatos y otras muchas nunca ormalizaron su adhesin

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    a agrupacin alguna, por lo que resulta oportuno tambin incluir lagura del representante de los no agremiados ya que, por suerte, la

    democracia descali ca la agremiacin obligatoria como lo sosteni-do por algunos partidos polticos o gobiernos autoritarios.

    Desde luego que las entidades vecinalistas, los partidos polti-cos, los gremios, las asociaciones espec cas, las cmaras, etc-tera siguen teniendo un papel undamental en la construccin deuna sociedad cada vez ms equitativa; la suma de mecanismos departicipacin directa de la ciudadana en general o, cuando corres-ponda, de la poblacin interesada y otras ormas de involucramien-to, sobre todo mejoran y aumentan las posibilidades de anlisis,discusin y control.

    A manera de una rpida sntesis podemos establecer dos ins-tancias distintas de participacin:

    Cada uno de los habitantes, en orma independiente y conrepresentacin directa por su propia voz .

    Algunos pobladores, segn se encuadren en las catego-ras preestablecidas como, por ejemplo, jvenes, usuarios,ambientalistas, extranjeros, etctera, se asocian con unacierta organicidad, incluyendo la que se denomina autoconvocados.

    Cada uno decidir la orma de participar teniendo en cuenta laenorme y diversa orma de hacerlo, siempre buscando incidir en laconstruccin de una comunidad digna de ser vivida.

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    El orden socioeconmico particular que se impone es elresultado de decisiones humanas tomadas en el seno de

    instituciones tambin humanas. Las decisiones pueden sermodi cadas; las instituciones pueden ser trans ormadas.De ser necesario, pueden ser abolidas y reemplazadas, talcomo lo ha hecho gente honesta y valiente durante toda la

    historia.1

    Noam Chomsky

    Una democracia ms directa, con mayor participacin ciuda-dana, mengua la posibilidad de desarrollo de los ne astos sistemascorporativos y los hegemnicos. Asimismo, es la que ms avorecea la transparencia por que disminuyen en mucho las posibilidadesde acuerdos que sesguen las cuestiones en debate ya que habraque lograr tantos tratos individuales como sujetos estn involucra-dos.

    Por otro lado es importante sealar que en los procesos partici-pativos, quienes son activos en organizaciones de la sociedad civildeben tener en cuenta que las agrupaciones mantendrn y acre-

    centarn sus competencias propias de sus respectivos quehaceresy que han de observar con beneplcito la representacin directaque, en de nitiva, es un exponente de la cuali cacin de la con-vivencia en sociedad. Tambin es bueno recordar siempre que lasasociaciones son un medio y no un n en si mismas.

    En instancias de democracia directa las organizaciones especia-

    1 Chomsky, Noam. El terror como poltica exterior de Estados Unidos . El Zorzal. Cuarta edicin.Pgina 121. Buenos Aires, Argentina. Agosto de 2002.

    La transparencia y la democracia

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    lizadas como, por caso, en cuestiones de proteccin del ambiente,desarrollo de las expresiones artsticas, omento del deporte, et-ctera en vez de pujar por espacios ocupados por los ciudadanosque se expresan por su propia voz pueden contribuir en mucho alproceso aportando asesoramiento, realizando estudios espec cos,impulsando la capacitacin, di undiendo in ormacin atinente, et-ctera.

    Cada hombre y cada mujer son nicos e irrepetibles y todosson iguales en su dignidad sin distincin alguna por su condicin,como al reconocimiento de su personalidad jurdica, segn lo es-tablecido en la Declaracin Universal de Derechos Humanos (NU,1948). Cualquier organizacin social debe respetar esta concepciny nunca reemplazar al individuo como ser pleno.

    Asimismo, es dable tener en cuenta que hay a quienes se lesplantea la posibilidad de su participacin a travs de alternativassectoriales como, por ejemplo, jvenes, mujeres, adultos mayores,etctera. Est bien si responde esa propuesta a grupos de interesesmuy determinados pero nunca, nunca pueden ser tambin estrate-gias que desven la atencin a la participacin directa en los asun-tos generales pues, de ser as, estaramos alentando propuestasque socavan la iniciativa individual y que nada bien le han hecho ala democracia y mucho a las propuestas totalitarias.

    Desde luego que promover la participacin ciudadana incluyeexpresa y vehementemente la existencia de agrupaciones partida-rias y los sistemas de representacin. Los partidos polticos sonorganizaciones propias de la democracia que adems de cumplircon e ciencia y probidad su importante cometido tambin puedencontribuir a acrecentar y cuali car la participacin responsable dela poblacin.

    Asimismo, las generalizadas polticas paternalistas y demag-gicas, la notoria ingerencia corporativa y el undado descrdito de

    la actividad poltica capaz de sustentar hasta consignas como quese vayan todos, han alentado notoriamente a que la poblacin ue-ra relegando su responsabilidad primaria en incidir y monitorear laactividad pblica a extremos como, por ejemplo, ser renuente aparticipar con el voto en los actos electorales con carcter obli-gatorio y que las autoridades de mesa comiciales deban recibircompensaciones econmicas a los e ectos de mejorar los nivelesde concurrencia. Por otro lado, y como alarmante indicador de la

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    La democracia necesita de la verdad

    Lo que es verdad a la luz de la lmpara, no siempre esverdad a la luz del Sol.

    James Joyce

    Para mejorar la calidad de la democracia de todos los das , laque a ecta directamente al comn de la gente, es necesario apre-ciarla con sentido crtico. Las visiones cndidas y voluntaristaspoco ayudan como tampoco las derrotistas o las que enarbolansistemas autoritarios en nombre de una supuesta e ciencia.

    Sin duda, la Democracia es mucho ms que el adecuado un-cionamiento de sus instituciones pues, por lo menos a veces, labrecha entre los representantes y los representados es ingente. Ental sentido es cil encontrar ejemplos de acciones realizadas ennombre del pueblo que generaron menoscabo a las libertades indi-

    viduales, concentracin de poder a travs de acciones hegemni-cas, empleo de la violencia sin justi cativo alguno, etctera.El n del Siglo XX y, por lo menos, el principio del Tercer Mi-

    lenio, puso en evidencia las graves consecuencias de muchas delas polticas pblicas llevadas adelante por el Estado, en sucesivosgobiernos con acuerdos de los respectivos parlamentos como, porejemplo:

    Las altas y constantes tasas de desempleo de dos dgitos,

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    La democracia necesita de la verdad

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    la drstica reduccin de la inversin estatal por lo cual eldesarrollo estructural y econmico se circunscribe a las ac-tividades y reas geogr cas nancieramente rentables y auna muy desigual distribucin de la riqueza donde, aproxi-madamente, la mitad de la poblacin tiene graves proble-mas para la subsistencia.El desmembramiento de las redes de contencin socialcomo, por caso, el des nanciamiento de la seguridad so-cial producto de un generalizado desvo de sus ondos yuna enorme disminucin de los cotizantes como, asimis-mo, un abrupto traspaso, sin los correspondientes recursoseconmicos, del cumplimiento de las responsabilidadesestatales a la iniciativa privada de carcter solidario.El ingente crecimiento de conductas gubernamentalesde clientelismo poltico y demagogia por las cuales se hadesnaturalizado totalmente el impacto positivo de la asis-tencia social de los millones de habitantes que subsistenen condiciones de indigencia y bajo la lnea de la pobreza;tambin han actuado en desmedro del es uerzo propio ycomunitario.La abierta connivencia entre los poderes y la extendida

    corrupcin en los ms diversos estamentos del Estado hacomprometido en mucho la urdiembre comunitaria y po-ltica, desvirtuando los nes de la Administracin Pblicay encareciendo y distorsionando el cometido indelegablede generar las condiciones para el bien comn de toda lapoblacin.La gigantesca y desproporcionada deuda externa, quecompromete vitalmente a la Nacin, condiciona de sobre-manera cualquier intento de inversin pblica que avorez-

    ca el desarrollo sustentable del pas y la Regin. Los nive-les de endeudamiento de la mayora de provincias hacenotro tanto en cada una de las jurisdicciones, sobre todo enaquellas que han undado su quehacer en el desmedidogenerador de puestos de trabajo pblicos como parte delas prebendas partidarias.

    Entonces, la brecha entre la poblacin y las cuestiones pblicas

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    se ue ensanchando hasta crearse abismos di ciles de salvar. Eldesentendimiento es mayor y la resolucin de los problemas nologra involucrar a la gente. En otras oportunidades, los confictosson expuestos a travs de la violencia callejera por la alta de me-canismos de consenso enrarecindose an ms las alternativasde discusin, de encuentro, de respuestas a las crisis sociales yla resolucin de las disputas a travs de los mecanismos constitu-cionales.

    En el contexto sucintamente descrito, el sistema puramente re-presentativo tiene serias di cultades de encauzar las ms diversasproblemticas por lo que es necesario idear e implementar meca-nismos democrticos que contribuyan a cuali car el sistema. Hacedcadas, ante di cultades de los gobiernos elegidos librementehubo quienes supusieron que las interrupciones golpistas coadyu-varan a solucionar los principales problemas, en una alaz inter-pretacin basada en que el fn justifca los medios aunque sea enalgunas circunstancias. Las aberraciones cometidas a los derechos

    undamentales no hicieron ms que con rmar que la respuesta hade ser siempre: slo con ms democracia de calidad se resuelvenlos problemas que debe encarar la vida en libertad.

    Conocedores de lo insustancial de muchas de las plata ormaselectorales y, casi siempre, de la alta de expresos planes de go-bierno es muy probable que la mayora de las cuestiones unda-mentales no hayan sido previamente puestas a consideracin de lapoblacin, por eso los vecinos tambin deben estar atentos a que,de ser necesario, se convoque a Re erndum Popular o ConsultaPopular o se impulsen proyectos normativos a travs de la IniciativaPopular. La brecha entre la gente y sus mandatarios debe acortar-se lo ms posible pues si no la misma degrada a la democracia yabre las puertas al autoritarismo, la corrupcin, el clientelismo y lademagogia.

    La verdad como valor vital y de la democracia en particular esla base principal para la edi cacin de comunidades justas; las de-ms trochas, a la larga o a la corta, conducen siempre al abismo.

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    El libre acceso a la informacin

    Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamientoy de expresin. Este derecho comprende la libertad de

    buscar, recibir y di undir in ormaciones e ideas de todandole, sin consideracin de ronteras, ya sea oralmente, porescrito o en orma impresa o artstica, o por cualquier otro

    procedimiento de su eleccin. 1

    Convencin Americana sobre Derechos Humanos (1969)

    Uno de los principios bsicos de la democracia es el libre acce-so a la in ormacin de inters general por parte de la poblacin; esms, en gran parte, la salud del sistema se basa en la oportunidad,cantidad y calidad de la in ormacin a que accede la ciudadanacon respecto a los actos no personalsimos producidos por los po-deres pblicos.

    Los mecanismos explcitos de acceso a la in ormacin han co-menzado a generalizarse en los ms recientes textos constitucio-nales, sobre todo producto de la insistencia de algunos sectorespoblacionales organizados para procurar el mejoramiento de la ca-lidad de la democracia.Por parte del Estado, ms espec camente quienes trabajanen su administracin, tambin les cabe tener una ranca actitud debrindar la in ormacin, esto es responder a todas las solicitudescomo o recer datos y documentos a travs de publicaciones sis-temticas, registrables y accesibles tanto en el ormato, diagrama-

    1 Convencin Americana sobre Derechos Humanos. Artculo 13. San Jos, Costa Rica. 22 de no-viembre de 1969.

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    cin y contenido.La in ormacin permite el monitoreo de los actos pblicos en

    los aspectos ms diversos como, por ejemplo, el empleo de losrecursos econmicos que surgen de los aportes de la poblacin,quienes evaden sus responsabilidades tributarias, etctera. Asimis-mo es una herramienta de suma utilidad para el contralor en casosde corrupcin y di culta el uso autocrtico y discrecional del dinerocomo, asimismo, para avorecer el clientelismo sectorial.

    La democracia de calidad se basa tambin en que la pobla-cin participe activamente en el control ciudadano y aportandoopiniones y proyectos a la gestin legislativa y ejecutiva .

    Para poder infuir en la comunidad es necesario contar conadecuada y oportuna in ormacin. Si los vecinos no puedenacceder a la in ormacin de inters pblico la democracia seva degradando y permitiendo el avance de prcticas corrup-tas, polticas demaggicas, acciones arbitrarias e impunidadgeneralizada .

    Por caso, la Constitucin de Tierra del Fuego, en su Artculo 14,establece que: Todas las personas gozan en la Provincia de lossiguientes derechos: (...)

    9.- A peticionar ante las autoridades y obtener respuestas eha-cientes (...).

    10.- A (...) in ormarse.Y el Artculo 29 seala que: Los miembros de las organizacionesde carcter econmico, pro esional, gremial, social y cultural gozandel derecho de peticionar a las autoridades y de recibir respuestade las mismas.

    El Artculo 46 estipula que la ley garantiza el libre acceso a lasuentes pblicas de in ormacin (...).

    Cabe recordar que la Constitucin de la Nacin Argentina en su Artculo 14 expresa que: Todos los habitantes de la Nacin gozan

    de los siguientes derechos con orme a las leyes que reglamentensu ejercicio; a saber: (...) de peticionar a las autoridades; (...) y el Artculo 42: Los consumidores y usuarios de bienes y serviciostienen derecho. En relacin al consumo (...) a una in ormacin ade-cuada y veraz; (...).

    Y tambin es oportuno tener presente el Artculo 19 de la Decla-racin Universal de Derechos Humanos (NU, 1948): Todo individuotiene derecho a la libertad de opinin y de expresin; este derecho

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    El libre acceso a la informacin

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    incluye (...) el de investigar y recibir in ormaciones y opiniones (...).En otras palabras, el acceso a la in ormacin es parte unda-

    mental del derecho a libertad de opinin y, desde luego, a la parti-cipacin responsable de todo habitante en los asuntos pblicos desus comunidades.

    Como una primera aproximacin, entendemos aqu por in or-macin a todo dato, estudio, documentacin en general, etctera,cualquiera sea su orma de presentacin (escrita, grabada, video-grabada, planos, mapas, otogra as, estadsticas, etctera), quepermita conocer una realidad determinada; por ejemplo, sabercmo se adjudic una licitacin, la distribucin de la ayuda social,cantidad de multas de trnsito, empleo de viticos y gastos de mo-vilidad, acciones para disminuir los ruidos molestos en la va p-blica, observaciones e ectuadas por los organismos de contralor,antecedentes personales y laborales completos de los candidatosa cargos electivos o otros, sentencias de los jueces, etctera. Ade-ms, muy particularmente, el Presupuesto Participativo y la Audien-cia Pblica se basa, entre otras, en la ms amplia in ormacin: elvecino necesita saber para poder opinar responsablemente, propo-ner con undamentos y monitorear adecuadamente.

    En sntesis, la in ormacin es poder y el ciudadano la necesitapara ejercer sus derechos y obligaciones.

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    El pueblo quiere saber de qu se trata

    La supervivencia de la democracia depende de la capacidadde un gran nmero de personas para optar con sentido

    realista a la luz de la in ormacin adecuada.1

    Aldous Huxley (1960)

    Conocer los derechos es undamental para ejercerlos con res-ponsabilidad. Todo ciudadano tiene derecho a pedir y recibir in-ormacin completa, veraz, adecuada y oportuna de los asuntospblicos. La democracia de calidad se undamenta en que todoslos habitantes tengan toda y oportunamente la in ormacin necesa-ria para participar activamente en la comunidad como ciudadanosresponsables.

    Dentro de este concepto se incluye el antiguo deber constitu-cional de in ormar a la poblacin y de sta de peticionar a las auto-ridades y, sobre todo, el ms reciente derecho de todo habitante de

    solicitar y recibir la in ormacin que considere pertinente sin nece-sidad alguna de exponer sus razones particulares.Valga la redundancia, y aunque parezca una perogrullada, la

    mayor calidad en la in ormacin disponible pblicamente no hacems que rati car que los poderes pblicos se ocupan de los asun-tos que son de todos.

    1 Huxley, Aldous.Nueva visita a un mundo eliz . Editorial Sudamericana. Pgina 61. Buenos Aires, Argentina. 1960.

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    El pueblo quiere saber de qu se trata

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    ALGUNOS ANTECEDENTES NORMATIVOS REFERIDOS ALDERECHO AL ACCESO PBLICO A LA INFORMACIN

    Sin duda, el derecho al acceso a la in ormacin es la clavepara el desarrollo de la democracia cuali cada; en este sentidorecordemos que su restriccin por parte de los dictadores esbsica para el sostenimiento de su poder y, en todos los casos,para la generalizacin de la corrupcin. Los totalitarismos y lasdemagogias populistas basan su accionar en la distorsin de lain ormacin y, desde luego, concentrando el poder de accedera la misma .Que quede claro, el acceso a la in ormacin por parte de lapoblacin en general es undamental para la existencia de la de-mocracia; y en esta cuestin no caben las medias tintas o alacesabracadabras por los cuales se aparenta decir sin aportar casi nadasalvo mayor con usin. En este sentido tengamos presente que:La democracia, por propia de nicin, se separa de la idea de vo-luntad o representacin omnmoda que asumen los gobernantesabsolutistas, dejando en esos casos sus resoluciones y undamen-

    tos en la oscuridad del palacio o solamente en manos de cortesa-nos adictos, para, en democracia, someter todas las decisiones alcontrol general.

    Dentro de un sistema de libertad declarativa se tiene relativanoticia sobre la gestin pblica, y sin leyes e ectivas que garanti-cen un acceso directo a la in ormacin, sta se obtiene en orma

    ragmentada, subjetiva, teida de intencionalidad y, en suma, dis-torsionada.

    Artculos19

    13

    14

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    NormativaDeclaracin Universal deDerechos HumanosConvencin Americana

    sobre Derechos HumanosConstitucin de la Nacin

    ArgentinaConstitucin de la Nacin

    Argentina

    DerechoRecibir in ormacin yopiniones

    Buscar, recibir y di undirin ormacionesPeticionar a las

    autoridadesRecibir in ormacinadecuada y veraz(consumidores y

    usuarios)

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    La alta de in ormacin su ciente es un cuestionamiento que serealiza a diario a todas las administraciones pblicas, sin importar elcolor poltico de sus uncionarios; no se trata de una cuestin re e-rida a stos, ya que la uncin la cumplen por delegacin, mientrasque la in ormacin pertenece al pueblo todo.

    Esta participacin ciudadana es undamental y la democraciatiene en la alternancia, periodicidad en los cargos y mecanismosde rendicin judicial de cuentas, ormas todava embrionarias yper ectibles de control, pero que alientan la participacin generaly conciernen a la de ensa social, o reciendo los resortes legalesnecesarios para que valga la pena nuestro es uerzo.2

    En muchas sociedades democrticas todava persisten resabiosautoritarios que sostienen que la in ormacin debe ser retaceada; lograve de esta situacin es que parte de la poblacin acepta pasiva-mente ese postulado que, adems, denigra la condicin humana.En otros casos, el acceso a la in ormacin se convierte en una muydi cultosa tarea, entorpecida y desalentada cada vez que es posi-ble a los e ectos de que, en de nitiva, sea poco lo in ormado y casinada lo conocido que valga la pena. Sin lugar a dudas, la calidadde un gobierno se la puede medir tambin por su actitud en generala brindar in ormacin ante solicitudes expresas y a la di usin sis-temtica de la documentacin y datos relevantes al monitoreo deuna gestin.

    2 Baron, Mara. Acceso a la In ormacin en el Poder Legislativo . Centro de Implementacin dePolticas Pblicas para la Equidad y el Crecimiento. Pginas 9 y 10. Buenos Aires, Argentina.

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    poseer la in ormacin adecuada. En consecuencia, es inevitableaceptar que la comunicacin y su uerza reguladora constituyen laesencia de la vida interior del hombre, tanto como de la vida so-cial.

    En conclusin, la comunicacin es un hecho capital de la exis-tencia humana y del proceso social, abarca los di erentes modosmediante los cuales una persona infuye en otra y, a su vez, es in-fuida por ella, hace posible la interaccin en el seno de un grupo,de la sociedad, de la humanidad y hace que el hombre sea y sigasiendo un ser social.2

    Muy posiblemente, estas apreciaciones provocarn algunas re-sistencias que, seguramente, no sern mani estas o se plantearnsustentadas en razones de las ms variadas como, por ejemplo,no tenemos recursos, los sistemas no estn preparados, piden da-tos que no sirven para nada, no saben lo que quieren, etctera.La capacitacin de los recursos humanos y una clara poltica eneste sentido contribuir en mucho a una inteligente relacin entrela poblacin y los poderes pblicos la que, sin duda, contribuir alincremento de la calidad de la democracia.

    Asimismo hay que recordar que la in ormacin debe ser entre-gada en tiempo y orma y que la misma ha de ser completa, veraz,adecuada y oportuna. Cualquier alteracin en lo recin sealado esun claro indicador de no estar respetando la obligacin de brindarla in ormacin solicitada y, tambin, coartando los ms undamen-tales derechos humanos.

    Por lo que, muy especialmente, la ciudadana tiene que incorpo-rar este derecho como uno ms que debe ejercer plenamente cadavez que lo considere pertinente. En este sentido, el desarrollo de lademocracia de calidad est estrechamente relacionado con el ejer-cicio de los derechos y el cumplimiento de las obligaciones. Y, porotro lado, las autoridades y dems miembros de los poderes pbli-

    cos, empresas concesionarias, etctera han de ejercer cabalmentela obligacin de brindar in ormacin como una cuestin principal.La excesiva concentracin del poder incide negativamente en

    la calidad de la democracia; la amplia di usin de la in ormacin enorma veraz, adecuada y oportuna contribuye a generalizar la distri-

    bucin del poder con todo lo positivo que eso signi ca.

    2 Hiplito, Ernesto H.Teora de la comunicacin social . Impreso en la Direccin Nacional deregistro O cial. Pginas 6 y 7. Buenos Aires, Argentina.

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    La informacin es poder

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    Entonces, por un lado debe existir una actitud proclive y, por elotro, los mecanismos conducentes para cumplir el deber de in or-mar en orma acabada y e ciente.

    Otra orma muy importante de acceder a la in ormacin es eltener el derecho a presenciar determinadas actividades como, porejemplo, las sesiones del Poder Legislativo. A nuestro entender esconveniente extender este derecho al acceso a las deliberacionesde las comisiones y sesiones de los consejos y comisiones pues as se acrecentarn las posibilidades de obtener in ormacin ya que sepuede seguir el proceso de intercambio de ideas y del debate dadoque, muchas veces, es en estas oportunidades donde se desarro-llan y no en las sesiones que, ms bien, sobre todo se undamentanlas distintas posturas o se explican los consensos nales.

    Permtasenos subrayar que, a veces, las normas incluyen la al-ternativa de que las sesiones sean reservadas o secretas y que losargumentos de tal medida deben ser pblicos lo que, de algunamanera, permite la in ormacin atinente a las causas y, llegado elcaso, discutir sobre la pertinencia de tal decisin. Desde luego quelas razones di undidas deben tener su ciente consistencia racionala los e ectos de mantener el espritu del principio general del libreacceso a la in ormacin y que nunca, por ejemplo, se puede satis-

    acer el mismo expresando como argumento razones de uerzamayor o rmulas equivalentes que, sobre todo menoscaban a lainteligencia de los destinatarios y de nen claramente la racionali-dad de los rmantes.

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    La difusin de la informacin pblica

    Un buen anlisis de argumentacin debera, en ltimainstancia, estar integrado en un marco sociocultural y poltico. 1

    Teun A. van Dijk (1995)

    Hace mucho tiempo que los textos constitucionales contienenexpresamente la obligacin de los poderes pblicos de di undir susactos de gobierno de inters general, muy particularmente los quesigni can erogaciones. El principio en que se sustenta esta cuestines que las acciones de los poderes del Estado son pblicas. Recor-demos que el poder radica en la poblacin y sta la delega transi-toriamente y bajo determinadas condiciones a quienes les otorgael mandato de administrar y legislar. Un ejemplo de lo antedichoes la Constitucin de la Provincia del Neuqun que expresa en su

    Artculo 294: el municipio publicar mensualmente sus balances yanualmente una memoria general de la actividad desarrollada.Ms all de la obligacin, una poltica pblica, en el contexto dela democracia de calidad, que incluye expresamente la concepcinde que, en de nitiva, est dentro de un proceso de administrar losintereses pblicos ha de velar particularmente por la amplia di usinde s misma, sus costes, las alternativas desechadas y sus unda-

    1 van Dijk, Teun A.Racismo y anlisis crtico de los medios . Paids. Pgina 178.Barcelona, Es-paa. 1997.

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    mentos, el impacto esperado, etctera. La di usin de los actos degobierno debe ser parte integrante de cada accin y nunca un he-cho aislado o que esa responsabilidad es trans erida di usamentecon el resultado que queda relegada a la voluntad discrecional devaya a saber quin.

    En comunidades con baja participacin cvica producto de laanomia generada por la demagogia y el autoritarismo, recuentesprcticas corruptas, el amiguismo sin condena social, etctera, esnecesario ponderar, muy particularmente, las polticas pblicas quecontribuyen a modi car esas aberrantes ormas de actuar: la altagravitacin de la di usin generalizada de los actos de administra-cin de los intereses pblicos incidir positivamente en orti car losvalores culturales que permiten construir procesos donde la equi-dad sea el vrtice sin retorno para alcanzar la paz duradera.

    Sin duda, en gran parte, el nivel de desarrollo de una democra-cia lo podemos justipreciar por la calidad de la in ormacin y sugeneralizacin. Esto signi ca una clara poltica en tal sentido, sobretodo a los e ectos de lograr la mayor y mejor comunicacin con lapoblacin. De esto se trata tambin cuando hacemos re erencia ala democracia cuali cada, tan di erente a la meramente ormal y sinparangn con cualquier gobierno por e ciente y justo que pretendaser si coarta cualquier libertad.

    A veces, se emplean los recursos disponibles para el cumpli-miento de esta obligacin constitucional para hacer propagandasectorial y, ms espec camente, personalista como agregar en losavisos consignas partidarias, otogra as de las autoridades, emble-mas proselitistas, etctera. Otras veces se desvan ondos pblicospara producir noticias pagas que, casi siempre, son laudatorias delos gobernantes. Por supuesto que los pagos pueden ser en avo-res de todo tipo, inclusive designaciones como asesores, acceso aconcesiones pblicas, etctera. En este sentido es importante tener

    presente que el Artculo 223 de la Carta Orgnica de Ushuaia expre-sa: Durante el desarrollo de las campaas electorales, el Municipiose abstiene de realizar propaganda institucional que tienda a inducirel voto, como una orma de menguar una prctica muy generaliza-da hasta tal punto que, muchas veces, no tiene ni condena socialpor la alta de claridad sobre esta cuestin entre los electores.

    Dada la alta de control cualitativo del uso de los ondos pbli-cos y el poder de la propaganda en la ormacin de opinin es que

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    hay que insistir al respecto, sobre todo en la capacitacin ciudada-na. Cabe recordar que esta situacin es muy antigua, basta tenerpresente la opinin adversa de Vctor Hugo el 30 de marzo de 1822,sobre la infuencia de la prensa:Est demostrado que los peridi-cos pueden lograr el buen xito de una mala obra o impedir el deuna obra maestra. 2

    Tambin es dable sealar que la in ormacin debe ser oportunay completa pues, a veces, aduciendo razones de espacio se publicaparcialmente la documentacin lo que la hace con usa o irrelevante.La calidad de la in ormacin es clave.

    2 Hugo, Vctor.Cartas a la novia . Sociedad Editora Latino Americana. Pgina 113. Buenos Aires, Argentina. 21 de agosto de 1945.

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    El acceso a la informacin:un valor cultural primordial

    El Estado debera apostar por diversas estrategias que avorezcan laexpresin ciudadana. Precisamos recursos que se destinen a la construccin

    de puentes entre medios de comunicacin masivos y sociedad civil;mecanismos que regulen la obligatoriedad tica de in ormar a la opininpblica, considerando a todos los actores que confuyen en el quehacer

    nacional. Desde la sociedad civil se proponen temas para la construccinde polticas pblicas, se promueven el necesario control ciudadano de

    las polticas que se implementan desde el quehacer pblico y privado, seabordan los derechos de los consumidores incentivando la organizacin

    de stos. El Estado se enriquece cuando la identidad de un pas no solo lacomponen el gobierno, los partidos polticos, las empresas y las institucionesreligiosas con un marcado poder ctico-, sino tambin toda la diversidad

    de acciones y de pensamiento que ha ido acumulando el mundo social.1

    Vicky Quevedo Mndez (2002)

    La democracia cualitativa incluye que la poblacin en generaltenga como valor cultural predominante que la in ormacin es unbien social a la que todo habitante tiene derecho a acceder y,por ende, quienes son administradores pblicos tienen la obliga-cin primaria de suministrarla. En otras palabras, es necesario ge-neralizar una actitud positiva hacia la di usin de la in ormacin yque los sistemas estn direccionados en tal sentido.

    La in ormacin debe fuir adecuadamente; cada vez que seanecesario, el Estado tiene que invertir prioritariamente para estar

    1 Quevedo Mndez, Vicky.Foro Ciudadano . Corporacin La Morada y Lom Ediciones. Pgina 9.Santiago, Chile. Octubre de 2002.

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    en condiciones de poder cumplir con esta obligacin undamen-tal, tanto capacitando sistemticamente a todo su personal comoincorporando los sistemas y tecnologas su cientes para que losdatos no personalsimos sean patrimonio de todos en la medidaque sean requeridos.

    Tambin, a nuestro entender, es obligacin del Estado di undirampliamente el derecho de los habitantes a acceder a la in orma-cin y de los mecanismos puestos al servicio del cumplimiento deese n. El acceso a la in ormacin y un Estado e ciente y dis-puesto a cumplir cabalmente con esa responsabilidad es con-dicin necesaria para el desarrollo de la democracia y no unaconsecuencia de la misma .

    Por otro lado recordemos que, una verdad a medias puede serla peor de las mentiras y que cuando se ha alseado de alguna ma-nera es muy di cil reconstruir la con anza. Quien alta a la verdad,por justa o altruista que sea su causa o las razones que lo llevan aocultar aunque sea parte de lo que sabe, est mintiendo. Los actosre eridos a la administracin de los intereses pblicos deben estarsiempre a la luz del da en orma completa y oportuna.

    Como el personaje mitolgico Jano que tiene dos caras, el de-recho a la in ormacin posee otras tantas vertientes ntimamenteligadas y necesarias en orma excluyente: recabar y brindar in or-macin.Cabe agregar que tambin existe la obligacin espec ca de in-

    ormar en algunos casos como, por ejemplo, a los consumidores yusuarios, sobre los alimentos, actividades nucleares, concursos ycontrataciones pblicas, los resultados de la gestin y la rendicinanual, etctera.

    El Colegio Pblico de Abogados de la Capital Federal realizun muy interesante trabajo sobre la generalizacin de los derechosque edit el Diario La Nacin de Buenos Aires; en su presentacin

    podemos leer: Uno de los designios del Prembulo de la Consti-tucin Nacional es a anzar la justicia. Para tal n existen tribunalesque la administran. Sin embargo, la cuestin es ms pro unda, puesla justicia se a anza e ectivamente cuando se la ortalece comovalor propio de la convivencia, dando a cada uno lo suyo. En estesentido todos tenemos derecho porque es justo- a vivir en libertad,a tener bienes y a dis rutar de ellos, a negociar. Para esto es nece-sario contar con leyes iguales para todos, que sean e ectivamente

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    aplicadas por los jueces, quienes deben procurar hacer operativosesos derechos, evitar que se los vulnere, y sancionar a los transgre-sores. No siempre la gente sabe qu derechos tiene. Al ignorarlo, nolos ejerce, por lo cual es imprescindible hacerle conocer cules sonesos derechos y cmo debe proceder para que sean respetados. 2

    En otras palabras, la democracia no es el resultado de la con-rontacin de los ciudadanos y el Estado sino por el contrario es,

    desde el vamos, la construccin colectiva de una comunidad endonde todos tengamos cabida procurando que los que ms nece-sitan sean incluidos en equiparables condiciones en la edi caciny dis rute del desarrollo sustentable. Quienes poseen vocacin porla poltica y los dirigentes de la sociedad civil tienen una cuota muyimportante que aportar buscando siempre, en la riqueza de la diver-sidad, los valores, los mecanismos, los procesos y las conductasque avorezcan las condiciones para el desenvolvimiento de la de-mocracia transparente, a la luz del da. El acceso a la in ormacines una llave maestra que debe estar siempre a mano, ms an enperodos de crisis, descreimientos generalizados e ingentes y ex-pandidas iniquidades.

    2 Alterini, Atilio Anbal. EnManual de Educacin Legal Popular . Presentacin General. ColegioPblico de Abogados de la Capital Federal. Fascculo 1, Pgina 1. Buenos Aires, Argentina. 2002.

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    El comprender claramente lo que se debe hacer no vaacompaado del saber hacerlo. 1

    Bernard Shaw (1945)

    De la misma manera que son inconcebibles todos los derechoshumanos si no se cumple el derecho a la vida sera irrelevante ima-ginar a la democracia sin el derecho al libre acceso a la in orma-cin.

    Los derechos han de ser conocidos y comprensibles por cadauno de los habitantes, siendo tarea de la propia comunidad avore-cer su di usin hasta que sean carne de la carne de todos por igual.Un buen ejemplo de lo antedicho es el libre acceso a la in ormacinpor parte de la ciudadana ya que ste debe ser un bien cotidiano,si se nos permite la expresin.

    Paradjicamente en el Siglo XXI estamos inmersos en auspi-ciosos procesos de desarrollo pleno de los derechos de tercera ycuarta generacin y, al mismo tiempo, envueltos en aquelarres don-de unos pocos deciden que la existencia humana es in erior a trescentavos , que ms de mil millones de hombres y mujeres queden,de hecho, excluidos del trabajo, la seguridad social, la alimenta-

    1 Shaw, Bernard. Gua poltica de nuestro tiempo . Losada. Pgina 14. Buenos Aires, Argentina.6 de Mayo de 1946.

    La verdad nos hace libres

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    La verdad nos hace libres

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    cin adecuada, la educacin ormal bsica, etctera. Tambin, lacorrupcin, las polticas prebendarias, las prcticas venales de lasvoluntades periodsticas y, entre otras, la connivencia entre los po-deres que deben ser independientes y e caces, provocan perver-sos crculos de hierro donde una parte importante de la poblacinqueda ms expuesta en su dbil e inestable situacin econmica.

    El ciudadano por su dignidad humana y como elector o consu-midor es la uente de todo poder, el destinatario del accionar p-blico y a quien los administradores elegidos y designados debenrendir cuentas en orma regular y cada vez que lo sea requeridoen tal sentido; esa es la llave maestra de la democracia de calidad,lo dems es mero ormulismo o la tirana. Cabe recordar que Ma-rino Moreno, el 6 de noviembre de 1810, public en la Gazeta: Elpueblo no debe contentarse con que sus je es obren bien; l debeaspirar a que nunca puedan obrar mal, que sus pasiones tengan undique ms que rme que el de su propia virtud; y que, delineado elcamino de las operaciones por reglas que no est en sus manostrastocar, se derive la bondad del gobierno, no de las personas quelo ejercen, sino de una Constitucin rme, que obligue a los suce-sores a ser igualmente buenos que los primeros, sin que ningncaso deje a stos la libertad de hacerse malos impunemente. (So-bre las miras del Congreso que acaba de convocarse y constitucindel Estado).2Entonces, hoy en da, por lo menos es necesario incrementar ymejorar los es uerzos en aras de crear las condiciones estructuralesy alentar los procesos que a ancen la democracia cotidiana decalidad . En tal sentido, algunas lneas de accin han de ser:

    Identi car sistemticamente toda la normativa participativaen un mapa dinmico donde tambin se visualicen las ca-rencias y eventuales distorsiones.

    Bregar para que toda comunidad local tenga el mismo de-recho.Procurar que el derecho al libre acceso a la in ormacin seael equivalente en todos las instancias de cada uno de lospoderes pblicos: Legislativo, Judicial y Ejecutivo, en losniveles, municipal, provincial y nacional como en los entes

    2 Citado por Sergio Bag en Mariano Moreno . EUDEBA. Pgina 108. Buenos Aires, Argentina.1966.

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    descentralizados y en el ejercicio de licencias pblicas;Establecer el sentido ms amplio del derecho a la in or-macin y que las excepciones, las menos posibles, sean

    siempre producto de una norma legal debidamente unda-da, con plazos establecidos, y que nunca, por ejemplo, lasdeclaraciones patrimoniales de los representantes y autori-dades pblicos puedan ampararse en restricciones para suconocimiento general.Los criterios para el acceso a la in ormacin han de ser:gratuidad, sencillez, universalidad, libre de toda explicacinde los motivos y el trmite expeditivo.La in ormacin suministrada debe ser siempre completa,

    veraz, adecuada y oportuna.La negacin in undada a suministrar in ormacin ha deconstituir una alta grave y un delito cuando corresponda.Cualquier controversia en cuanto a suministrar in ormacindebe ser resuelta sumarsimamente por la autoridad judicialcompetenteLa di usin del derecho al libre acceso a la in ormacindebe ser amplia, precisa y tendiente a su comprensin ge-

    neral por parte de toda la poblacin.Desde luego que a la nmina de prioridades para la accin lapodramos ampliar en mucho; pero alcanzar lo antedicho.

    Ya los antiguos pensadores estaban convencidos que si encon-traban un punto de apoyo podran mover a la Tierra, luego inventa-ron la rueda y mucho ms adelante los seres humanos caminaronpor la Luna; mientras tanto la humanidad avanz con serios tro-piezos de equidad, barbaries atroces, aventuras acilistas de cortavida y grandes perjuicios para la mayora, etctera. Y tambin los

    derechos undamentales se ueron acrecentando y diversi candohasta su cuarta generacin . Hoy, aunque nos seguimos debatien-do en aguas turbulentas, tenemos en claro que slo la democraciapodr crear las condiciones para el desarrollo sustentable y que elderecho a la libre in ormacin contribuir en mucho a que la ciuda-dana responsablemente involucrada sea la protagonista principalen la construccin de su propio destino.

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    Los individuos no pueden controlar sus propias relacionessociales antes de haberlas creado.

    Karl Marx

    Uno de los mejores indicadores de calidad de la democraciasurge de los niveles de cumplimiento de las normas, tanto por par-te de la poblacin en general como por los responsables de lospoderes pblicos. En este sentido es bien sabido que en muchasregiones el acatamiento a lo pactado es muy in recuente y, bastan-tes veces, ni siquiera tiene condena social. Desde el poco o nulorespeto al cumplimiento de la hora jada, de las normas previstaspara los peatones y conductores, de las obligaciones scales o la

    ehaciente rendicin de cuentas, por slo mencionar algunas, has-ta generalizados actos de contrabando, corrupcin, evasin scal,

    etctera demuestran el disvalor cultural predominante con relacina lo establecido y a la legislacin en todos sus niveles. La trans-parencia es una orma de vida cuando nos relacionamos con losdems, de conducirnos en sociedad y de administrar los recursoscomunitarios.

    Por otro lado, son harto conocidas las ne astas consecuenciasde muchas normas legales que, por sus e ectos signi caron grav-simas repercusiones en la poblacin como, por ejemplo, un notable

    El involucramiento ciudadanoen la cosa pblica

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    incremento de la pobreza incluyendo la muerte por desnutricin,decrecimiento de las posibilidades de acceso a la salud pblica,aumento de la corrupcin, reemplazo del riesgo empresario consubsidios pblicos, mega esta as a los ahorristas, el patrimoniopblico malvendido, des nanciamiento estatal, otorgamientos ar-bitrarios de monopolios a determinados sectores corporativos, et-ctera. Pero tambin es cierto que gran parte de las leyes y orde-nanzas han contribuido a la generalizacin de la educacin bsicay la expansin de la secundaria y universitaria, el omento de lasexpresiones artsticas y culturales, el resguardo del ambiente y delpatrimonio arqueolgico, el acceso a la vivienda, la construccinde in raestructura, el mejoramiento de las condiciones laborales, laproteccin de la in ancia, etctera.

    Sin duda los textos legales contribuyen en mucho al desenvol-vimiento de una comunidad por lo que, al tener como objetivo eldesarrollo sustentable y a anzar una democracia de alta calidad enuna comunidad, implica que la legislacin establecida debe ser co-herente en ese sentido. Pero esta cuestin no alcanza de por s sola,pues es mucha la infuencia de quienes medran con el nepotismo,clientelismo poltico, la corrupcin, la impunidad, el autoritarismo ytantas otras ormas aberrantes de accionar pblico. Por otro lado,es necesario llegar a la prctica de la ciudadana responsable que,entre otras, signi ca respetar y hacer respetar las normas vigentes,incluyendo, por ejemplo, las obligaciones de todo ciudadano deaportar econmicamente al sostenimiento del Estado y cumplir losreglamentos de convivencia cotidiana.

    La prctica poltica, tanto como una orma de actividad comu-nitaria o como trabajo rentado, coadyuva al desarrollo de las co-munidades; la cuestin de los desvos ha adquirido una notablerelevancia y a ecta notoriamente a la credibilidad de hasta las mshonestas de las iniciativas. De ah la expresin de Mariano More-

    no en el sentido de que no alcanza con que los gobernantes seanecunimes sino que, adems no tengan otro camino distinto y agre-ga: las gentes son las que deben velar para que eso se cumpla.

    Pongamos un ejemplo. El nepotismo, por lo menos, se remontaal ao 474 de nuestra era cuando Flavio Julio Neponte llega al po-der de Roma por ser sobrino del derrocado Constantino el Grande.Ese sobrino dura poco en el gobierno ya que en el ao 475 es re-emplazado por Rmulo Augusto, quien pronto es derrotado por los

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    El involucramiento ciudadano en la cosa pblica

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    brbaros marcando el n del Imperio Romano.Entrado el siglo XXI existen asiduas prcticas de nepotismo

    cuando la nica cualidad que exige la Constitucin para ocupar lospuestos pblicos es la idoneidad, pero que, a veces, es reemplaza-da por el parentesco.

    Neponte (sobrino, nieto o pariente en latn) ue, adems, un sm-bolo del desbarranco de un poderoso Imperio que se resquebrajpor su propia decadencia centrada en la corrupcin e impunidad.El nepotismo hoy en da es prueba de la de ciente calidad de la de-mocracia y es la puerta abierta a las peores prcticas autoritarias.

    La cuali cacin de la Democracia se ortalece tambin a tra-vs de normas que claramente en atizan el involucramiento de lapoblacin a travs de dismiles mecanismos, en la bsqueda de ladiversidad propia de los habitantes sin que la participacin impliqueintentos de reemplazos o ormas de cogobierno. La consulta perti-nente, inclusive la vinculante, contribuye a la calidad en la toma dedecisiones; pero tambin es sabido que la acultad de decidir esde quien la sustenta. La participacin ciudadana en extremo puedecaer en mecanismos asamblestas permanentes de muy di cil re-sultado positivo a la hora de conducir procesos. El justo medio esuna ancha ranja de posibilidades y circunstancias que, adems,est estrechamente relacionado con la madurez y compromiso cvi-co de los miembros de cada comunidad. La participacin signi caindudablemente, compromiso activo y responsabilidad y un com-plemento clave con la actividad que realizan quienes llevan adelan-te tareas polticas partidarias.

    En tal sentido, en una de las ms bellas novelas de Jorge Ama-do, este autor brasileo describe en 1958 a un poltico de una agru-pacin partidaria de mediados del Siglo XIX: No todos (...) lo erande nombre. Ni todos amaban al pueblo solamente en los discursosde las vsperas electorales. Algunos haba que tenan la capacidad

    de su rir con l, de estar con l en sus momentos de desespera-cin. (...) le ense que la libertad es un bien supremo. Y que ellaes conquistada por el pueblo en las plazas y en las calles, en loscomicios y en los motines, en el interior de los teatros, en los des-

    les pblicos.1

    1 Amado, Jorge. El cantor de los esclavos . Editorial Futuro. Pginas 38 y 40.

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    Audiencias pblicas

    Si la primera y diminuta gota de verdad estall como unabomba psicolgica, qu ocurrir en nuestro pas el da en

    que la verdad resplandezca con toda su claridad? Y resplandecer, es inevitable. 1

    Alexand Soljenitsin (1973)

    El debate pblico de los asuntos de inters general contribuyeen mucho a la participacin de la ciudadana.

    En este sentido tengamos en cuenta aqu lo expresado porMara Elena Caramuto: El sistema poltico institucional se hallacuestionado desde sus cimientos: legitimidad y representatividad.Es necesario recrear las bases de participacin a travs de nuevas

    ormas, y tambin es perentorio apropiarse de las ormas ya exis-tentes.

    La participacin debe ser el motor para la construccin de unanueva utopa, en tanto instancia que constituye un horizonte que

    nos haga caminar, desarrollando los ideales a travs de una prcti-ca horizontal y participativa, que contenga a los excluidos y que noexpulse a los incluidos.

    La tendencia a reducir todos los problemas a la dimensin eco-nmica produce la negacin de expectativas y de la implicanciade los actores sociales en sus asuntos vitales. La cultura debe serreivindicada como la recirculacin que los hombres hacen de sus

    1 Soljenitsin, Alexandr. Archipilago Gulag . Plaza & Jans. Pgina 253. Barcelona, Espaa. 1974.

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    Audiepcias pblicas

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    relaciones recprocas y con la naturaleza.Es por ello que se hace necesario que las regiones sean el re-

    sultado dinmico de un proceso de construccin social a partir dela accin de sus propios agentes de desarrollo constituyendo as un sujeto con la identidad necesaria para abordar proyectos estra-tgicos.

    La participacin de los actores sociales en la gestin pblica yla construccin local resulta sustancial para que los objetivos ten-gan relacin con la realidad social y el uso racional de los recur-sos de la regin en cuestin como respuestas ante problemticasespec cas.2

    Las audiencias pblicas signi can una notable oportunidadpara el incremento de la in ormacin, lo que mejora notablementela comprensin de la ciudadana de los asuntos pblicos tratados.Tambin contribuyen a que sean conocidas las distintas posiciones,tanto del sector pblico como de las entidades comunitarias y decada vecino interesado en exponer su opinin. Por otro lado, quie-nes tienen el mandato electoral y otras autoridades logran ampliarsus propias perspectivas y, llegado el caso, convalidar sus puntosde vista. Tambin la comunidad en su conjunto tiene una magn caoportunidad de in ormarse sobre los temas tratados y poder eva-luar con responsabilidad las decisiones que, en de nitiva se tomenal respecto; esto ltimo, por lo menos, puede contribuir a la hora deemitir el voto en los actos comiciales.

    Un buen ejemplo de la importancia de las audiencias pblicas escuando se analiza el Impacto Ambiental de algn emprendimientosea pblico o privado. Esta cuestin es central pues generalmentese plantean posturas diversas donde cada una de las partes esgri-men argumentos dismiles como, por caso, la creacin de puestosde trabajo versus aumento irreparable de la toxicidad, incrementode las plazas hoteleras versus resguardo natural del ambiente, pre-

    cio del transporte pblico versus e ciencia del mismo, etctera.Una vez ms reiteramos lo altamente positivo de este meca-nismo ya que, inexcusablemente, el asunto debe tratarse en ormapblica, con todo lo que eso signi ca en la cuali cacin de los pro-cesos y su incidencia en la resolucin ltima de quien le competahacerlo.

    2 Caramuto, Mara Elena.Procesos colaborativos . Fundacin Patagonia Natural. Pgina 4. PuertoMadryn, Provincia del Chubut, Argentina. 2003.

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    La presentacin pblica de los proyectos de presupuestos p-blicos y de los candidatos siempre contribuyen a la transparenciade los actos y propenden a una administracin ms ecunime ye ciente.

    Los miembros del gabinete ampliado, militares, como los ma-gistrados y diplomticos y otros cargos designados sin concursode toda la administracin estatal podran, al menos, ser presenta-dos en pblico donde explicaran sus antecedentes laborales y de

    ormacin, como sus ideas centrales espec cas a las tareas quevan a desempear. Esta exposicin pblica no vinculante contri-buir en mucho a los procesos democrticos y en nada mengua elpoder de quien tiene la acultad de designar.

    La Audiencia Pblica es un mecanismo de participacin cvicaque avorece a que los asuntos pblicos sean analizados a la luz delda y a puertas abiertas. La calidad de los resultados es a simplevista notoria sobre todo recordando las prcticas por las cuales seaprueban leyes a libro cerrado o decretos de necesidad y urgenciadonde la nica urgencia es la necesidad de evitar el debate.

    La construccin de la ciudadana es un proceso colectivo, don-de cada uno y todos los habitantes van amalgamando su comuni-dad en permanente dilogo horizontal. La construccin de la ciuda-dana se basa en el pleno respeto a la condicin humana que, porde nicin, es pluralista en el sentido ms amplio del concepto. Es elser humano el promotor activo de su propio presente.

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    Los asuntos pblicos son pblicos

    La publicidad de los actos de gobierno, tal como las nuevasgeneraciones la interpretamos, no consiste slo en leer lo publicado

    en el Boletn O cial, sino que queremos saber ms sobre todo actode gobierno y no slo el texto de una norma determinada; ese saberms que un conocimiento original y completo que incluye estudios

    preliminares, impactos ambientales, origen de los recursos, motivacionesy toda otra documentacin tenida en mira para llevar a cabo el acto.1

    Mara Barn

    El