CIENCIA Y RELIGIN*

RUY PREZ TAMAYO1Miembro de El Colegio Nacional

Para escribir sobre el tema de las relaciones entre la ciencia y la religin loprimero que debe hacer el autor es exhibir sus credenciales con todahonestidad: en este caso se trata de un cientfico profesional con ms de60 aos de actividad en el campo de la investigacin biomdica en la UNAM,y que nunca ha sido religioso, o sea es ateo desde su nacimiento. A estas doscredenciales el autor agrega otra, para justificar un poco lo que sigue: haestado interesado en la filosofa de la ciencia y en las relaciones de estadisciplina con la religin catlica desde que se acuerda, o sea desde haceya muchos aos. Vale.

Creo que en la actualidad existen tres escuelas de pensamiento o for-mas de enfrentarse a las relaciones entre la ciencia y la religin: 1) la gue-rra entre las dos formas de concebir al mundo, o sea la incompatibilidadabsoluta entre la ciencia y la religin, que tiene facetas tanto sociales comopersonales; 2) la coexistencia pacfica entre los dos conceptos de la reali-dad, no slo al nivel poltico sino al de la conciencia individual; 3) la inte-gracin de la ciencia y la religin en un solo sistema conceptual de la rea-lidad, que tambin requiere compromisos sociales y concesiones perso-nales. El tema ha sido motivo de controversia desde antes de los tiemposde Galileo (1661), cuando surgieron los primeros intentos de abandonara la autoridad dogmtica de los textos clsicos y sagrados y recurrir a laexperiencia para conocer la realidad, por lo que no debe esperarse unasolucin simple y aceptable para todos en un plazo breve. A continuacinme refiero con ms detalle a cada una de las tres formas mencionadas derelacin entre la ciencia y la religin.

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* Publicado en la Revista de la Universidad de Mxico, Nm. 24, pp. 19-29 febrero 2006.1 Profesor Emrito de la Facultad de Medicina de la UNAM. Miembro de la Academia

Mexicana de la Lengua.

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1) En 1874, J. W. Draper public su famoso libro History of the Conflictbetween Religion and Science (Historia del conflicto entre la religin y la cien-cia),1 una especie de manifiesto de los racionalistas de fines del siglo XIXque vean en la ciencia el instrumento ideal para eliminar a la religin,a la que consideraban como una supersticin anacrnica. En 1896, A. D.White ampli todava ms la documentacin al respecto con su obraA History of the Warfare of Science with Theology in Christendom (Una historiade la guerra entre la ciencia y la teologa en la cristiandad).2 Es interesanteque todos los ejemplos citados por White en los dos tomos de su obra sonhistricamente ciertos, no invent nada. En general, en esta guerra la queha salido menos bien librada ha sido la religin, que poco a poco ha idocediendo territorio sobre todo en astronoma, en geologa y en biologa:ya casi nadie cree que la Tierra ocupa el centro del sistema solar (y menosdel Universo), ya casi todo el mundo acepta que la edad de la Tierra secuenta en muchos miles de millones de aos, y ya hasta el Papa Juan PabloII declar en 1996 que: el nuevo conocimiento ha llevado a reconocer que lateora de la evolucin de las especies es ms que una teora. Naturalmente, to-dava hay quienes insisten en la interpretacin literal de la Biblia, los crea-cionistas y los partidarios del diseo inteligente, sobre todo en algunosestados de los Estados Unidos, pero son grupos fundamentalistas peque-os en comparacin con la inmensa mayora de la poblacin del mundooccidental.

2) El escenario de la guerra entre la ciencia y la religin ha sido puestoen duda por varios historiadores de la ciencia, apoyados en que muchoscientficos tambin han sido y son creyentes y han sabido compaginar suprofesin con su fe religiosa, relajando la interpretacin literal de la Biblia,y basados tambin en la postura de ciertos telogos que aceptan la teorade la evolucin como el desarrollo del plan divino de la Creacin. La co-existencia pacfica de la ciencia y la religin no slo al nivel de la sociedadsino al de la conciencia individual es posible cuando se acepta que ambasposturas se refieren a universos distintos y por lo tanto no necesitan sercontradictorias. Tal compromiso requiere ciertas concesiones de ambaspartes, que en opinin de cientficos como Stephen Jay Gould3 y de fil-

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1 Draper, J. W.: History of the Conflict between Religion and Science. Appleton, London &New York, 1874.

2 White, A. D.: A History of the Warfare of Science with Theology in Christendom. Appleton,London & New York, 1896.

3 Gould, S. J.: Rocks of Ages. Science and Religion in the Fullness of Life. Library of Contem-porary Thought, New York, 1999.

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sofos como Michael Ruse4 no slo son menores y no afectan el ncleocentral ni de la ciencia ni de la religin cristiana, sino que adems ya hansido adoptadas de facto por numerosos representantes de las dos posturas,que as logran vivir en paz con sus conciencias. Para ellos no hay incom-patibilidad si trabajan como cientficos en sus laboratorios durante la se-mana y asisten como creyentes a Misa los domingos, o bien ofician comosacerdotes los domingos en la Misa y durante la semana viven como si nohubiera milagros y se preocupan por la calidad del vino de consagrar:dar al Csar lo que es del Csar y a Dios lo que es de Dios.

3) Finalmente, con concesiones todava un poco ms liberales se puedellegar a considerar que la ciencia contribuye a la teologa natural, o seaa la comprensin de Dios por medio del estudio cientfico de su creacin.Ya se ha mencionado a la teora darwiniana de la evolucin de las especiespor seleccin natural, vista como la estrategia divina de la Creacin, aun-que el postulado de las variaciones biolgicas surgidas completamente alazar y sin propsito alguno requiere ciertos malabarismos mentales paraacomodarse dentro de un proyecto de creacin sobrenatural. Otro pro-blema es que si la mente humana es solamente el producto del funcio-namiento del sistema nervioso, tanto el concepto de la responsabilidadmoral como el del pecado, y hasta la existencia misma del alma, se ponenen entredicho. sas y otras consecuencias del materialismo cientfico re-quieren gran inventiva y capacidad de compromiso de los creyentes, peroalgunos de ellos se refugian en las teoras fsicas, como la mecnica cun-tica y el principio de la incertidumbre de Heisenberg, que parecen refu-tar al determinismo cientfico al debilitar a la causalidad.5

Las tres formas anteriores de relacin entre la ciencia y la religin re-velan que sin cambios o concesiones las dos maneras de concebir la reali-dad son incompatibles. Cabe preguntarse por la explicacin de esta incom-patibilidad, que en mi opinin puede formularse en funcin del criteriode verdad que cada una de ellas acepta, la fe por parte de la religin y larazn por parte de la ciencia.

Dentro de la tradicin catlica, la fe siempre ha sido considerada comoun don divino, como la forma ms completa e inequvoca del conoci-miento humano, desde luego muy superior a la razn (credo, quia absurdumest), capaz de mover montaas, y con una elevada fuerza moral, implcita

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4 Ruse, M.: Can a Darwinian be a Christian? The Relationship between Science and Religion.Cambridge University Press, New York, 2001.

5 Bowler P. J., and Rhys Morus I.: Making Modern Science, A Historical Survey. The Uni-versity of Chicago Press, Chicago and London, 2005.

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en sus poseedores (hombres de buena fe) y ausente en los que no latienen o la han perdido (hombres de poca fe). Para aceptar como ver-dad la existencia de Dios, la realidad de los milagros, las Sagradas Escritu-ras y los dictados del Vaticano, lo nico que se necesita es tener fe. En elDiccionario de la Real Academia, el trmino fe significa: En la religin cat-lica, primera de las tres virtudes teologales, asentimiento a la revelacin de Dios,propuesta por la iglesia. // 2 Conjunto de creencias de una religin. // 3 Conjun-to de creencias de alguien, de un grupo o de una multitud de personas. La fe reli-giosa es la creencia en la realidad de cosas para las que no slo no existeprueba alguna sino para las que no hay prueba alguna posible.

Pero desde un punto de vista histrico, la fe no ha desempeado elelevado papel moral que le otorga la religin catlica; en realidad, su in-fluencia en el mundo occidental ha sido desastrosa, por decirlo en trmi-nos caritativos. Como lo documenta en forma exhaustiva Sam Harris ensu libro The end of faith,6 durante siglos la fe promovi las Cruzadas, lasGuerras Religiosas, la Reforma y la Contrarreforma, la Santa Inquisicin,y otras barbaridades humanas ms, que en conjunto deben haber costadocerca de 100 millones de vidas e incontables sufrimientos a la humanidad.La fe tambin sustent a la autoridad (religiosa, desde luego) como elorigen de la verdad, patrocinando a la filosofa escolstica y combatiendoa todo lo que se apartara de sus dogmas, como lo ejemplifican las hoguerasque consumieron a Giordano Bruno y a Miguel Servet, entre otros milesde vctimas ms. Finalmente, toute proportion gard, la fe sigue sirviendopara engaar a cientos de miles de mexicanos cada semana, los que juegana la Lotera Nacional o le apuestan a los Pronsticos Deportivos, confian-do en su buena suerte, lo que es tan ridculo como trgico, porque estads-ticamente la probabilidad de ganar en ambos certmenes es casi igual acero.

Por su parte, la razn no confrontada con la realidad, la pura imagina-cin puesta a crear esquemas sobre el mundo sin rebasar los lmites de lonatural, como la ejercieron los filsofos presocrticos, y como a lo largode la historia la han usado los creadores de grandes sistemas filosficoscomo Leibniz, Descartes, Hegel, Bradley, Marx, Heidegger y otros ms,ha demostrado ser necesaria pero no suficiente para revelar la estructuray el funcionamiento real de la naturaleza. El conocimiento cientfico slosurge cuando la teora generada racionalmente se enfrenta con la expe-riencia emprica, cuando las hiptesis planteadas dentro de lo posible se

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6 Harris, S.: The End of Faith. Religion, Terror and the Future of Reason. W. W. Norton &Company, New York and London, 2004.

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ponen a prueba, sea por medio de observaciones significativas o de expe-rimentos relevantes. El contenido del conocimiento obtenido por mediodel racionamiento confrontado con la realidad no es, desde luego, algodefinitivo y permanente.7 Puede y debe irse modificando conforme seacumula ms informacin, y no es excepcional que resulte equivocado ydeba descartarse y sustituirse por otro que cumpla mejor con las exigen-cias de la razn emprica. Naturalmente; como toda creacin humana, elconocimiento cientfico refleja el clima social y la cultura del momentoen que surge, pero como es una representacin objetiva de la realidad,sta tiende a conservarse a lo largo de la historia. Cualquiera que hayansido el concepto social y la idea de las causas de la viruela en el siglo XVIII,el hecho que la vacuna protege contra la enfermedad y la haya eliminadosigue siendo el mismo en el siglo XXI, a pesar de que hoy sabemos que esuna enfermedad contagiosa producida por un virus. La circulacin de lasangre fue descubierta por Harvey en el siglo XVII, al principio no todoslo creyeron, despus se le dieron varias interpretaciones, primero se con-sider milagroso y despus fisiolgico, se pens que serva para depuraral organismo de impurezas y despus para llevar oxgeno a los tejidos,etctera. Pero el hecho descrito por Harvey persiste: a pesar de las trans-formaciones sociales y culturales ocurridas desde el siglo XVII hasta lo queva del siglo XXI, la sangre circula, y las probabilidades de que el hechofisiolgico cambie son remotas.

Aunque no relacionada con la ciencia, tambin se ha sealado queotra funcin importante de la religin es servir como fundamento de latica: la definicin de lo bueno y lo malo es divina, es Dios quien lo deci-de, de acuerdo con su voluntad. Nietzsche deca que la muerte de Diosnecesariamente resultaba en la prdida de los conceptos del bien y delmal. Sin embargo, estas opiniones estn basadas en la fe. No hay raznalguna para que el sentido moral del comportamiento humano debatener un origen divino.

La ciencia y la religin no son compatibles porque la razn y la fe pos-tulan que el conocimiento de la realidad se alcanza por medios totalmentedistintos y opuestos; adems, la religin se ocupa de una dimensin so-brenatural que no forma parte de la ciencia. Finalmente, la tica no re-quiere justificacin trascendental, los valores humanos forman parte dela madurez racional de la comunidad.

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7 Haack, S.: Defending science-within reason. Between Scientism and Cynicism. PrometheusBooks, Amherst, New York, 2003.

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