cielo rosado y una cosa

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Cielo rosado y una cosa . De a poco, como la abuela cuando resuelve sus crucigramas eternos, cuando dedica una suculenta cantidad de segundos a masticar rítmicamente. Así, como la abuela, subía y subía aquello que papá nos había dado, alejándonos de la sobremesa luego de un dominguero plato de ravioles: masitas, helados, últimas porciones de tortas. Le dije que me sentía como aquella cosa, achicándome. Papá nos habló de su amigo Elio, que le había dado una tarea: enseñarle a volar a su globo. Já, Sus amigos no juegan con globos. Un pasatiempo es un pasatiempo, como dice la abuela. Lo lanzamos enseguida. Al levantar la cabeza, nuestro orgulloso y gris amigo elevándose en el rosa imponente de la hora de las masitas. Con los ojos entrecerrados a la diminuta marca que quedaba de nuestra hazaña comprendí, descorazonando a toda mancha, conga y arrimadita, que éste último acto de carnaval, nos revive un timbre, gris, redondo, alto, tan alto como el globo de Elio, que mañana nos reconocerá niños en el primer recreo. Pituca

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  • Cielo rosado y una cosa.

    De a poco, como la abuela cuando resuelve sus crucigramas

    eternos, cuando dedica una suculenta cantidad de segundos a

    masticar rtmicamente. As, como la abuela, suba y suba aquello

    que pap nos haba dado, alejndonos de la sobremesa luego de

    un dominguero plato de ravioles: masitas, helados, ltimas

    porciones de tortas.

    Le dije que me senta como aquella cosa, achicndome. Pap

    nos habl de su amigo Elio, que le haba dado una tarea: ensearle

    a volar a su globo. J, Sus amigos no juegan con globos. Un

    pasatiempo es un pasatiempo, como dice la abuela. Lo lanzamos

    enseguida. Al levantar la cabeza, nuestro orgulloso y gris amigo

    elevndose en el rosa imponente de la hora de las masitas.

    Con los ojos entrecerrados a la diminuta marca que quedaba

    de nuestra hazaa comprend, descorazonando a toda mancha,

    conga y arrimadita, que ste ltimo acto de carnaval, nos revive un

    timbre, gris, redondo, alto, tan alto como el globo de Elio, que

    maana nos reconocer nios en el primer recreo.

    Pituca