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Resumen El artículo que se presenta trata de aproximar al lector a una temática de investigación ampliamente cultivada, pero en continua revisión y con nuevas aportaciones, que ha centra- do la atención de especialistas de diferentes disciplinas, fun- damentalmente de geógrafos, arqueólogos e historiadores. El regadío tradicional es una imperiosa consecuencia de las características geográficas, históricas y culturales, especial- mente en la cuenca mediterránea. Los grandes sistemas de irrigación han concentrado la mayor parte de los trabajos de los expertos. Sin embargo, la media- na y la pequeña hidráulica ha jugado un papel esencial en el desarrollo de determinados grupos sociales y en la configu- ración de singulares paisajes; las investigaciones en torno los sistemas de regadío tradicionales están resultando de gran interés en la comprensión de la organización territorial, la estructura del poblamiento y el marco institucional que los ha regulado. En este sentido y apoyándonos en los resulta- dos de una de nuestras líneas de trabajo, que pretende el inventario y cartografía de los sistemas de regadío tradicio- nales de España y la catalogación y puesta en valor de su patrimonio, presentamos algunos de los casos estudiados, sus matices estructurales, organizativos y funcionales y algunas de las principales conclusiones que se han alcanzado. Palabras clave patrimonio hidráulico, paisajes culturales del agua, siste- mas de regadío tradicional, mediterráneo INVENTORY OF THE TRADITIONAL IRRIGATED LAND SYSTEMS IN THE SOUTH-EAST OF THE IBERIAN PENINSULA Abstract The present article tries to bring the reader to research a topic widely cultivated, but under constant review and new contri- butions, which has focused the attention of specialists from dif- ferent disciplines, mainly by geographers, archaeologists and historians. Traditional irrigation is a pressing consequence of the geographical, historical and cultural, especially in the Mediterranean. Large irrigation systems have concentrated most of the work of the experts. However, medium and small hydro has played a key role in the development of certain social groups and the configuration of unique landscapes, the research on traditional irrigation systems are proving of great interest in understan- ding the territorial organization, the structure of settlement and institutional framework that regulated. In this regard, and based on the results of one of our lines of work, which aims to inventory and mapping of traditional irrigation systems in Spain and the documentation and appreciation of their herita- ge, are some of the cases studied. Key Words hydraulic heritage, water’s cultural landscapes, traditional irrigated land systems, Mediterranean Censo de hidráulica tradicional en el mediterráneo peninsular Jorge Hermosilla Pla Emilio Iranzo García Universitat de València 73 AREAS. Revista Internacional de Ciencias Sociales Nº 29 / 2010 El patrimonio industrial, el legado material de la historia económica (pp. 73-89)

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Page 1: Censo de hidráulica tradicional en el mediterráneo peninsularLejos de pretender teorizar aquí sobre el origen o autoría de las redes hidráulicas para el riego, discusión tradicionalmen-te

Resumen

El artículo que se presenta trata de aproximar al lector a unatemática de investigación ampliamente cultivada, pero encontinua revisión y con nuevas aportaciones, que ha centra-do la atención de especialistas de diferentes disciplinas, fun-damentalmente de geógrafos, arqueólogos e historiadores. Elregadío tradicional es una imperiosa consecuencia de lascaracterísticas geográficas, históricas y culturales, especial-mente en la cuenca mediterránea. Los grandes sistemas de irrigación han concentrado la mayorparte de los trabajos de los expertos. Sin embargo, la media-na y la pequeña hidráulica ha jugado un papel esencial en eldesarrollo de determinados grupos sociales y en la configu-ración de singulares paisajes; las investigaciones en torno lossistemas de regadío tradicionales están resultando de graninterés en la comprensión de la organización territorial, laestructura del poblamiento y el marco institucional que losha regulado. En este sentido y apoyándonos en los resulta-dos de una de nuestras líneas de trabajo, que pretende elinventario y cartografía de los sistemas de regadío tradicio-nales de España y la catalogación y puesta en valor de supatrimonio, presentamos algunos de los casos estudiados, susmatices estructurales, organizativos y funcionales y algunasde las principales conclusiones que se han alcanzado.

Palabras clave

patrimonio hidráulico, paisajes culturales del agua, siste-mas de regadío tradicional, mediterráneo

INVENTORY OF THE TRADITIONAL IRRIGATED LANDSYSTEMS IN THE SOUTH-EAST OF THE IBERIAN PENINSULA

Abstract

The present article tries to bring the reader to research a topicwidely cultivated, but under constant review and new contri-butions, which has focused the attention of specialists from dif-ferent disciplines, mainly by geographers, archaeologists andhistorians. Traditional irrigation is a pressing consequence ofthe geographical, historical and cultural, especially in theMediterranean.Large irrigation systems have concentrated most of the workof the experts. However, medium and small hydro has playeda key role in the development of certain social groups and theconfiguration of unique landscapes, the research on traditionalirrigation systems are proving of great interest in understan-ding the territorial organization, the structure of settlementand institutional framework that regulated. In this regard, andbased on the results of one of our lines of work, which aims toinventory and mapping of traditional irrigation systems inSpain and the documentation and appreciation of their herita-ge, are some of the cases studied.

Key Words

hydraulic heritage, water’s cultural landscapes, traditionalirrigated land systems, Mediterranean

Censo de hidráulica tradicional en el mediterráneo peninsular

Jorge Hermosilla PlaEmilio Iranzo GarcíaUniversitat de València

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AREAS. Revista Internacional de Ciencias SocialesNº 29 / 2010El patrimonio industrial, el legado material de la historia económica(pp. 73-89)

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1. Introducción

El artículo que se presenta trata de aproximar al lector auna temática de investigación ampliamente cultivada, pero encontinua revisión y con nuevas aportaciones, que ha centradola atención de especialistas de diferentes disciplinas, funda-mentalmente de geógrafos, arqueólogos e historiadores. Elregadío tradicional es una imperiosa consecuencia de las carac-terísticas geográficas, históricas y culturales, especialmente enla cuenca mediterránea. Es una adaptación a la ausencia o a laescasez de recursos hídricos superficiales, con el objeto dehabitar y cultivar espacios hídricamente deficitarios.

El aprovechamiento de las aguas a lo largo de la historiapor los distintos grupos humanos que han habitado la cuen-ca mediterránea ha propiciado, en primer lugar, unos sustan-ciales cambios ambientales con claras manifestaciones paisa-jísticas; en segundo lugar, una impronta cultural que se refle-ja en la organización territorial y social y en el rico patrimo-nio del agua. En las últimas dos décadas ha crecido el interéspor el estudio de los sistemas de regadío tradicionales y ges-tión del agua para el abastecimiento de la población. Unrenovado interés que va más allá de la visión agronómica,alcanzando estos espacios hidráulicos relevancia en sudimensión paisajística y patrimonial.

Efectivamente, el control de las aguas para el riego de loscampos de cultivo implica comprender el espacio geográfico,analizar la hidrología, la topografía, la idoneidad de los sue-los y, además, idear los artefactos oportunos que optimizanla gestión hídrica. Azudes, galerías drenantes también deno-minadas qanat o foggara, pozos, acequias y canales, balsas yalbercas, partidores, molinos, batanes etc. son algunos de loscomponentes de los sistemas de regadío que además estruc-turan unos nuevos paisajes, impensables sin la intervenciónantrópica.

Recientemente, los elementos de la arquitectura hídrica,así como la propia gestión tradicional del agua se han patri-monializado. Han adquirido un renovado valor entre cientí-ficos, así como entre importantes sectores de la sociedad,pues son una manifestación de la cultura sobre el territoriocon repercusiones ecológicas y visuales, y por tanto paisajís-ticas (IRANZO, 2009). Son el resultado de un trabajo colec-tivo, que marcan una diferencia cultural específica.

Tanto la dimensión espacial como la histórica tienenmucha relevancia en su configuración, ya que le confierenunas características genuinas que permiten la identificaciónde los distintos colectivos que lo han ido conformando y sudistinción respecto a otros grupos sociales de hábitats dife-rentes. No obstante, este patrimonio de lo funcional es unpatrimonio frágil, sometido a la problemática de su disper-sión espacial y de su pérdida de funcionalidad, que pone enriesgo su pervivencia (CRUZ, 2000).

En las últimas décadas se han recuperado las investigacio-nes en torno a los sistemas de regadío tradicionales y sus pai-sajes, sustentadas en los trabajos previos de investigadorescomo Antonio López Gómez entre los geógrafos, ArthurMaass entre los politólogos, Miquel Barceló entre losarqueólogos y Thomas F. Glick entre los historiadores(SANCHIS, HERMOSILLA E IRANZO, 2004). A ellos lesha seguido un elenco de investigadores de disciplinas varia-das, que han concentrado sus esfuerzos en el análisis de laagricultura de regadío en zonas mediterráneas.

Entre éstos consideramos oportuno destacar los trabajosde Helena Kircher y Carmen Navarro (1995), y de MaríaAntonia Carbonero (1986) que junto a Miquel Barceló hanabordado los fundamentos de la hidráulica andalusí y la cap-tación de aguas subterráneas mediante galerías drenantes. Enel territorio valenciano Vicenç Rosselló, Joan Mateu, JoanRomero, Antoni Furió, Roland Courtot, Karl Butzer, PierreGuichard, Carles Sanchis, Luis Pablo Martínez, Antonio GilOlcina, Antonio Rico y Alfredo Morales, entre una ampliarelación de investigadores, han realizado interesantes aporta-ciones al conocimiento de los sistemas de regadíos levanti-nos, a la configuración de las huertas históricas, especialmen-te las de Castellón, Valencia, Alicante, Segura y Riberas delJúcar, y a los conflictos por el agua y su gestión institucional.

Por su parte, José María Gómez Espín, Alfredo Morales,Guy Lemeunier o María Teresa Pérez Picazo han tratado losdistintos aspectos que caracterizan a los regadíos murcianos,mientras que en el sudeste andaluz destacan las aportacionesrealizadas al estudio de los espacios irrigados y de la hidráu-lica andalusí, por Antonio Malpica, Joaquín Bosque Maurel,María del Carmen Ocaña, R. Domínguez Rodríguez,Lorenzo Cara, Patrice Cressier, María Dolores Segura delPino o José Manuel Castillo Requena entre muchos otros.

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Efectuar un censo de hidráulica tradicional española esuna ingente labor que escapa a las pretensiones de este artí-culo. Aquí la cuestión de la escala es importante. Nadie igno-ra que los grandes sistemas de irrigación han concentrado lamayor parte de los trabajos de los expertos. Sin embargo, lamediana y la pequeña hidráulica ha jugado un papel esencialen el desarrollo de determinados grupos sociales; las investi-gaciones en torno a ellas están resultando de gran interés enla comprensión de la organización territorial, la estructuradel poblamiento y el marco institucional que las ha regulado(FURIÓ Y MARTÍNEZ, 2000). En este sentido y apoyán-donos en los resultados de una de nuestras líneas de trabajo,que pretende el inventario y cartografía de los sistemas deregadío tradicionales de España y la catalogación y puesta envalor de su patrimonio, presentamos algunos de los casosestudiados, sus matices estructurales, organizativos y funcio-nales y algunas de las principales conclusiones que se hanalcanzado.

2. La necesidad de gestionar el agua: el origen del regadío

El agua es fundamental para la vida y por tanto su controly uso ha sido primordial a lo largo de la historia. Pero almismo tiempo el agua dulce es un recurso escaso e incierto ymás aún en el área geográfica en la que se centra este trabajo.Lejos de pretender teorizar aquí sobre el origen o autoría delas redes hidráulicas para el riego, discusión tradicionalmen-te mediatizada y bien estudiada por algunos de los autoresarriba citados, apuntamos algunas ideas y reflexionamosacerca de la transcendencia paisajística y patrimonial que hagenerado este legado social y cultural ligado al agua.

El origen de los sistemas de abastecimiento y riego en elsudeste de la Península Ibérica tiene un común denomina-dor: unas condiciones climáticas e hidrológicas adversas.Esta característica, limitante para la práctica de la agriculturase ha visto solventada por el ingenio humano a través de res-puestas tecnológicas. El regadío, definido como el conjuntode actuaciones y artilugios destinados a la captación y trans-porte de aguas para optimizar la producción agrícola, es unaconsecuencia de la estacionalidad de las precipitaciones. Losprincipales reservorios hídricos (caudales, manantiales o elpropio freático) quedan totalmente condicionados por lapluviometría y en menor medida por la litología, que favore-ce o perjudica la disponibilidad de agua. Si el conjunto deEspaña se caracteriza por conformar un mosaico climático,resultado de la dinámica atmosférica, la situación latitudinaly de la complejidad del relieve, el este y sudeste peninsularregistra reducidas y estacionales precipitaciones concentra-das en los meses de otoño (GARCÍA, 2004).

No obstante, esta faja mediterránea, cuna de los sistemasde regadío más singulares precisamente por adaptación a suscaracterísticas geográficas, presenta diferencias internas. Laszonas del interior (en particular en el sur de Aragón yCastilla la Mancha), de carácter continental, presentan una

importante amplitud térmica entre el invierno y el verano,que es seco y muy caluroso; las precipitaciones se sitúanentre los 325 y los 500 mm anuales, concentradas en el invier-no y la primavera. En las zonas montañosas las precipitacio-nes pueden registrar valores entre los 400 y los 1.000 mm, enfunción de la exposición a las masas de aire y la altitud.

El norte de esta faja mediterránea, que comprende desdeel sur de Cataluña hasta la provincia de Alicante presentaunas lluvias típicamente mediterráneas, que disminuyen con-forme descendemos en latitud. Éstas oscilan entre los 450 ylos 700 mm con una acusada sequía estival y episodios de llu-vias torrenciales durante el otoño. Por lo que respecta al sud-este peninsular, zona que comprende desde el sur deAlicante, Murcia y el extremo sudoriental de Andalucía, lasprecipitaciones son mínimas, concentradas en el tiempo ycon una alta irregularidad interanual (GIL Y OLCINA,2001; GARCÍA, 2004). Con unos valores entre los 200 y los350 mm anuales, las sequías son acusadas y las escorrentíaspermanentes parcas, lo que suscitó el ingenio de los habitan-tes de la región para el manejo del preciado recurso.

Las escasas e irregulares precipitaciones pero un régimentérmico muy favorable para la práctica de la agricultura y ladisponibilidad de importantes vegas fluviales y fértiles llanu-ras litorales motivaron un esfuerzo de control y gestión delas aguas disponibles, con el objetivo de abastecer tanto a losnúcleos habitados como a los campos de cultivo. La organi-zación de los usuarios del agua y cierta disciplina interna es,en palabras de Maass y Anderson (2010), la respuesta delhombre a la escasez hídrica y la manera de reducir la incerti-dumbre ante unas condiciones naturales adversas.

Como arriba citábamos, las investigaciones sobre los orí-genes de los regadíos han concentrado la atención de nopocos expertos; éstos coinciden en el hecho de que la cultu-ra del agua es prehistórica (cultura de los Millares, cultura delAlgar, culturas de la Edad del Bronce y cultura Íbera en laEdad de Hierro) donde empieza a surgir una economía agra-ria basada en el regadío y un avance en el dominio de las téc-nicas de abastecimiento de agua (ÁLVAREZ Y GUERRE-RO, 1995; HERMOSILLA, 2010). La llegada de coloniza-dores fenicios, griegos y cartagineses aportaron nuevas técni-cas de irrigación y mejoraron las incipientes estructuras agrí-colas.

A partir del siglo II a.C. la civilización romana se extien-de por la Península Ibérica y los restos arqueológicos y lasfuentes escritas certifican el desarrollo de sistemas hidráuli-cos para el abastecimiento y para el regadío. Los romanosaplicaron las técnicas de control del agua, utilizando para ellograndiosos artefactos, como la noria, el cigüeñal o ciconia olos acueductos, algunos de los cuales han perdurado hasta laactualidad. Importantes redes de riego pero también sistemasde pequeña hidráulica se relacionan con algunas villas roma-nas (LÓPEZ MEDINA, 1995). El manejo de las aguas porlas localidades romanas dio lugar a su regulación, originán-dose una base normativa para reglamentar la captación,transporte y uso de las mismas. Ejemplo de ello es la Lex

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Ursonensis, que reglaba el uso del agua en la colonia de Urso.Las infraestructuras hidráulicas romanas perduraron tras ladesmembración del Imperio. En este sentido destaca el códi-go visigodo de normas del rey Recesvinto (LiberJudiciorum), año 654, que recoge normas punitivas anteinfracciones cometidas sobre el regadío.

Durante la ocupación islámica (siglos VIII-XV) elhidraulismo y la agricultura experimentan modificacionesligadas a la nueva organización social y territorial. Por unaparte los diferentes grupos tribales y por otra, el medio físi-co condicionaron nuevas técnicas de irrigación y cultivos,extendiendo la agricultura de regadío en las vegas fluviales yen hoyas interiores. Los musulmanes diseñaron una comple-ja y eficaz red de riego, que les permitía un uso racional delagua y alumbrar la mayor parte de la superficie posible.Existe una continuidad con las infraestructuras anterioresromanas, pero ahora los espacios irrigados se organizan bienen torno a las medinas, o bien a partir de un poblamiento dis-perso denominado alquerías (ÁLVAREZ Y GUERRERO,1995; HERMOSILLA, 2010). Pero los musulmanes, ademásde incorporar elementos técnicos destinados a mejorar losrendimientos agrícolas, destacaron por el desarrollo de unaorganización jurídico-administrativa de las aguas, de un sis-tema de recaudación de fondos para la explotación y conser-vación de la red de riego, y por el desarrollo de un mecanis-mo de resolución de conflictos ocasionados por el agua. Eluso de un recurso escaso como el agua se erigía como poten-cial fuente de conflictos entre los usuarios del sistema deriego. Es por ello por lo que se establecía un reparto solida-rio de las aguas y un funcionamiento cooperativo entre lascomunidades campesinas (FURIÓ Y MARTÍNEZ, 2000).

De acuerdo con Lemeunier (2000), en la historia de losregadíos españoles se ha magnificado la labor de los musul-manes. Sin embargo, y sin negar el evidente papel que aqué-llos jugaron, buena parte de los actuales sistemas de riego sonfruto de los trabajos técnicos llevados a cabo entre el sigloXIII, ya en plena reconquista cristiana, y el siglo XVIII.Ejemplo de ello son la Real Acequia de Júcar y parte de laReal Acequia de Montcada en Valencia, el Canal Imperial deAragón en Zaragoza, o la Acequia de Manresa en Barcelona.Sin embargo, el periodo de la Reconquista supuso un estan-camiento en el desarrollo del regadío, tanto en la parte cris-tiana como en la musulmana. En la época feudal los ConcejosMunicipales y los Monasterios fueron los responsables de laestructuración de nuevas zonas irrigadas y se hizo necesariauna política hidráulica que garantizase el desarrollo econó-mico. El sistema económico feudal, deseoso de incrementarla productividad y por tanto sus rentas, codicia el agua paraaumentar el área irrigada (FURIO Y MARTÍNEZ, 2000).No obstante, se mantuvieron la administración del agua deriego musulmana.

La edad moderna (siglos XVI y XVII principalmente)conllevó la introducción de nuevas técnicas, que permitieronla construcción de importantes obras hidráulicas: azudes,galerías drenantes, canales y embalses como el de Almansa, el

de Tibi o el de Relleu. Acontecimientos como el descubri-miento de América supuso la llegada de nuevos cultivos quefomentaron la expansión de los sistemas de riego. Pero otroscomo la expulsión de los moriscos en 1609 dificultaron sudesarrollo. No obstante, el regadío se extendió por el territo-rio gracias al impulso de colectivos de agricultores y de unaburguesía, que financiaba las obras hidráulicas. Ya en sigloXVIII, el impulso que la monarquía pretende para el país seconcentra en la ampliación de los regadíos y en el incremen-to de una producción, que abasteciese a una población cre-ciente. Las actuaciones hidráulicas se generalizaron enEspaña, muchas de ellas de importante magnitud como laapertura de canales (Canal de Castilla, Canal del Real Cortijode San Isidro, Canal del Manzanares, Canal del Gran Prior,Canal de Urgell o el Canal Imperial de Aragón entre otros),el drenaje de humedales y su puesta en cultivo (Ampurdán,Ribera Baja del Júcar, Bajo Vinalopó…) y la construcción deazudes, presas y embalses (Presa de Mezalocha, embalse deValdeinfierno…).

En el siglo XIX se produjo un proceso de institucionali-zación de la gestión del agua, gracias a la aprobación de laLey de Aguas de 1879, que tuvo gran importancia en el des-arrollo de los regadíos. Se ordenaron los aprovechamientoscolectivos de las aguas superficiales las cuales quedaban ges-tionadas principalmente por las comunidades de regantes,que incrementan su autonomía e importancia. Las transfor-maciones en la agricultura fueron una consecuencia de losplanteamientos ilustrados del siglo anterior, y de la supedita-ción de la ganadería a la agricultura, tras la supresión de losprivilegios de la Mesta. Además los avances técnicos posibi-litaron la puesta en riego de mayor superficie de tierras. Seabrieron nuevos canales como el Canal de Esla, el Canal dela Litera, el Canal de las Bárdenas o los canales del Delta delEbro. Asimismo se iniciaron las captaciones de aguas subte-rráneas. A principios del siglo XX, tras las pérdidas de lascolonias y la crisis socioeconómica que experimentaba elpaís, el Regeneracionismo impulsó una política hidráulica enpro de la expansión de los regadíos y de la mejora de lasinfraestructuras hidráulicas.

3. Azudes, canales y acequias: el patrimonio hidráulico

La creación de un espacio hidráulico se enmarca en uncontexto geográfico de déficit hídrico, en el que para lasupervivencia de la actividad agrícola no eran suficientes losaportes pluviales. Ha sido necesaria la intervención humanaen un proceso de modificación de las escorrentías naturales,con el objeto de transformar el secano en tierras de regadío.A lo largo de la historia múltiples han sido las estrategias quelos campesinos han empleado para incrementar la presenciade agua en sus suelos. Una de las primeras acciones consistíaen favorecer la percolación del agua en el suelo con laboresde arado, que se complementaba con el aporte de agua extray un ordenamiento del espacio cultivable (MORALES,

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2004). Después, a partir del primer tercio del siglo XX, lasinnovaciones tecnológicas también alcanzan el campo espa-ñol, lo que permite incrementar los volúmenes de agua, regu-lar a lo largo del año la demanda y extender la superficie irri-gada. Todo este acervo tecnológico, material e inmaterial,representa una parte de la cultura agraria. Estructuras y com-ponentes que perduran en el tiempo, conocimientos que setransmiten generación tras generación, mejoras que se incor-poran y que favorecen la pervivencia de la actividad agrícolay del paisaje. En definitiva todo un patrimonio cultural entorno al agua que se nos presenta mediante diversas manifes-taciones: una arquitectura del agua más o menos compleja,un paisaje específico, un saber sobre el uso y regulación delas aguas y un ordenamiento ancestral de las mismas.

El patrimonio del agua ligado a los sistemas de regadío semanifiesta a través de numerosos elementos tangibles, quecuentan con un propósito en el seno del espacio hidráulico:captar el agua, almacenarla, conducirla o distribuirla.También se manifiesta este patrimonio a través de los cono-cimientos ancestrales, de los aspectos jurídicos y de los pai-sajes. Efectivamente, el regadío genera espacios singulares;nuevos paisajes cuya morfología y dimensiones dependen delorigen de las aguas, del la fisiografía del espacio analizado yde la disposición del parcelario. Un sistema de regadío esconcebido como tal, en áreas de escasez hídrica, cuando ungrupo humano o comunidad organiza la recuperación delagua para su uso agrícola. Para poder hablar de regadío unastierras deben recibir más agua de la que recibirían de formanatural, gracias al ingenio del hombre en el empleo de la téc-nica y los artefactos hidráulicos. Los espacios irrigados son elresultado de un diseño que exige comprender el territorio ylos objetivos agrícolas del grupo o comunidad campesina quelos construye. La transmisión de las técnicas de control ygestión de las aguas, de unas culturas a otras, han configura-do progresivamente los paisajes de regadío actuales.

Existen, según Barceló (1989) tres factores técnicos quearticulan el espacio hidráulico: localización del acuífero, laubicación de las tierras de cultivo y la pendiente existenteentre ambos. En este sentido hay una línea de rigidez quequeda definida por la acequia principal o madre, de la cual sederiva toda la red de acequias y canales menores que confi-guran el sistema de regadío. Esta acequia madre ha sido cons-truida a partir del nivel del acuífero, de las pendientes topo-gráficas y del terreno a irrigar. En definitiva, va a ser la fuer-za de la gravedad el concepto fundamental para el desarrollodel sistema de regadío. Además de los tres factores técnicosva a existir un factor social; a la hora de diseñar los períme-tros regados los constructores tenían que estimar la amplituddel sistema para el buen abastecimiento de la comunidad. Enfunción de las disponibilidades hídricas, de la topografía y delas técnicas empleadas, diferenciamos dos tipos de sistemasde regadío:

• Los sistemas mayores (macrohidráulica): caracterizadospor captar aguas superficiales de grandes cursos deagua perenne, que permiten la creación y expansión de

huertas en llanos fértiles. Como ya se ha mencionado,este tipo de sistema es típico de las zonas próximas a losllanos litorales.

• Los sistemas menores (meso y microhidráulica): a partirde pequeños manantiales y aguas superficiales de ram-blas y barrancos intermitentes, se capta el agua y seconduce hacia las parcelas localizadas junto a las már-genes. Suelen ser sistemas sencillos, pero dependiendode la topografía del área pueden ser más o menosimbricados, aumentando en complejidad. Este tipo desistemas son característicos de las zonas de interior.

Tanto en los sistemas mayores como en los menores pre-domina la hidráulica tradicional, es decir soluciones tecnoló-gicas sencillas que intentan aprovechar los recursos hídricosdisponibles. No obstante, son los sistemas mayores los que,mediante recursos técnicos que permiten la extracción deaguas subterráneas captadas a gran profundidad, y superfi-ciales a partir de la regulación de las cuencas con embalses ytransvases hacen un uso mucho más intensivo de los recur-sos. Pero la diferencia entre ambos sistemas no es exclusiva-mente técnica. Se trata también de diferencias culturales, his-tóricas y medioambientales.

Los sistemas menores asociados con la hidráulica tradi-cional y predominantes generalmente en el interior, loshallamos discontinuos en el espacio, localizados en estrechasvegas en pequeños valles o en terrazas de barrancos. La agri-cultura practicada se asocia a la subsistencia y al autoconsu-mo, observándose también en los últimos años una agricul-tura a tiempo parcial orientada al ocio. Otro rasgo de los sis-temas menores es la rigidez del espacio hidráulico. Delmismo modo, la reglamentación de la gestión del agua esmuy estricta y precisa. Desde una perspectiva social, el rega-dío tradicional es una solución local al control del recursopara una mejor producción agrícola. Desde un punto devista económico, los sistemas menores son intensivos en tra-bajo y menos en capital, además de no ser excesivamenteagresivos con el medio ambiente. En los sistemas menores,generalmente asociados a las áreas rurales del interior valen-ciano, se diferencian dos clases de sistemas hidráulicos: lossistemas de media hidráulica (mesohidráulica) y los sistemasde pequeña hidráulica (microhidráulica). A continuación, sepresentan algunas de las características más relevantes deéstos.

Los sistemas de regadío tradicionales y por ende los ele-mentos que configuran estos sistemas son una pieza funda-mental del patrimonio cultural del medio rural. Estos ele-mentos, heredados de nuestros antepasados y que fueroncreados con el único objeto de ser funcionales, forman partede unas costumbres y de un modo particular de gestionar elterritorio que habita una comunidad. El ingenio para captarlas aguas, almacenarlas, conducirlas y distribuirlas ha queda-do reflejado en el territorio. Así, podemos clasificar el patri-monio del agua en la siguiente tipología:

• Elementos de captación: constituido por elemen-tos cuyo fin es la introducción del agua en el siste-

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ma. Entre ellos destacan: azudes y presas, fuentes,minas y galerías, pozos y norias, boqueras...

• Elementos de acumulación: aquellos destinados aalmacenar las aguas para su correcta gestión.Algunos ejemplos son los pequeños embalses, bal-sas y albercas, depósitos, aljibes...

• Elementos de transporte y distribución: conducenlas aguas hasta las parcelas, y están formados porcanales y acequias, brazales y ramales, regadoras,alcavones, acueductos, canos, sifones...

• Elementos de uso: son aquellos artilugios que opti-mizan el sistema, bien en el riego de las tierras, enla gestión y control de las aguas de regadío o bienen la elaboración otros productos. Destacan lospartidores, medidores, galipuentes, molinos, bata-nes, martinetes, arietes...

4. El regadío tradicional del este y sureste peninsular. Casosde estudio.

4.1 Características generales

El manejo y gestión de las aguas para riego en laPenínsula Ibérica no es una cuestión sencilla ni territorial-mente homogénea. Los rasgos geográficos y los condicio-nantes climáticos, pero también el hecho cultural explican lasdiferencias entre unas regiones y otras. La superficie irrigadamediante sistemas tradicionales se distribuye de manera des-igual, concentrándose el 63 % en la cuenca del Ebro, en ellevante y en el sureste peninsular. Es por ello, por lo que parael presente artículo hemos considerado oportuno concen-trarnos en este sector de España, que reúne algunas de lasestructuras paisajísticas y arquitectura del agua, más signifi-cativas del país.

Consideramos sistemas de regadío tradicionales o histó-ricos, a aquéllos diseñados con anterioridad a las primerasdécadas del siglo XX. Hasta ese momento la intensificaciónde los regadíos había seguido unos ritmos pausados que, conel proceso de modernización, se acelera. El campo empieza aexperimentar un cambio al iniciarse el desarrollo de una agri-cultura comercial y competitiva, a la que acompañan innova-ciones tecnológicas. En este sentido, la disponibilidad demedios para la captación y elevación de las aguas y las posi-bilidades para su almacenamiento, regulación y transporte agran escala impulsó una nueva agricultura, en la que las tie-rras irrigadas se expandían sobre espacios tradicionalmenteocupados por el secano.

Según información de la Junta Consultiva Agronómica(1918), la superficie irrigada en España se situaba en torno a1.350.000 hectáreas, lo que suponía un 2,7% del territorionacional. Como arriba señalábamos, el regadío se distribuyede manera heterogénea, pues los sistemas de irrigación sefueron desarrollando especialmente donde se requería unaporte de agua adicional al proporcionado por las precipita-

ciones. Es por ello por lo que tradicionalmente han destaca-do los territorios del este y del sudeste peninsular, especial-mente las provincias de Lleida, Huesca, Zaragoza Valencia,Granada, Murcia, Alicante y Jaén, todas ellas con unas super-ficies superiores a las 40.000 hectáreas. En segunda instancia,con superficies irrigadas por encima de las 20.00 hectáreas,aparecen también territorios del este y sureste peninsular ycircundantes como son las provincias de Tarragona, Teruel,Castellón, Albacete, Almería y Málaga.

La mayor parte de los sistemas tradicionales (70%) eranalimentados por aguas superficiales, es decir, por aguas deri-vadas mediante azudes o presas desde ríos, arroyos y barran-cos. Por su parte, los sistemas alimentados por las aguas sub-terráneas también eran importantes (30%) ya provinieran demanantiales, galerías drenantes o de pozos. Este último tipo

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Figura 1. Mapa provincial de la superficie regada en España en 1915

Gráfico 1. Superficie agrícola de regadío por provincias

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de captaciones se fue incrementando desde mediados delsiglo XIX, gracias a la introducción de máquinas de vaporpara el bombeo de las aguas hipogeas. La consecuencia inme-diata fue la expansión de los cultivos de regadío, expansiónque no ha cesado en todo el siglo XX, generando cambios detipo socioeconómico, paisajístico y ambiental.

El análisis de los datos nos permite afirmar que la mayo-ría de los sistemas de regadío se situaban por debajo de las250 hectáreas, representando el 83% del total. De ellos, entorno a la mitad irrigaban un espacio inferior a las 50 hectá-reas, lo que pone de manifiesto la importancia de la meso ymicrohidráulica en la configuración del los regadíos (siste-mas menores) y de sus paisajes del agua. Por su parte, losgrandes sistemas de riego (macrohidráulica) a pesar de surelevancia económica e impronta paisajística son menosabundantes: los regadíos entre 250 y 1.000 hectáreas repre-sentan el 12,3% del total de los sistemas; los de superficieentre 1.000 y 2.500 hectáreas el 3,6%; y los sistemas quesuperan las 2.500 hectáreas apenas suponen el 1,1%.

Para el presente artículo se ha efectuado una selección desistemas tradicionales de riego, procedente de una investiga-ción llevada a cabo por la Unidad de Investigación ESTEPA(Estudios del Territorio, Paisaje y Patrimonio) delDepartament de Geografia de la Universitat de València, encolaboración con investigadores de otras universidades yfinanciada por el Ministerio de Medio Ambiente, MedioRural y Marino1. El deseo no es otro que plasmar las princi-pales características de algunos de los sistemas de riego ypatrimonio del agua, más representativos por sus valores

territoriales, históricos y patrimoniales, del este y surestepeninsular.

El elevado número de sistemas de riego existente en elárea propuesta no permite presentar un inventario completo.Aunque desde la unidad de investigación ESTEPA (Estudiosdel Territorio, Paisaje y Patrimonio) del Departament deGeografia de la Universitat de València se está llevando acabo una ardua labor de catalogación, cartografía y revalori-zación de los sistemas de regadío, sus paisajes y patrimonio,en colaboración con diferentes instituciones bien de carácternacional, autonómico, o local, la tarea aún no está finalizada.Sin embargo, las investigaciones efectuadas por el grupo en laúltima década ofrecen un buen muestrario de la variedad desistemas de riego, de componentes que lo articulan y de losdiversos conocimientos y estrategias utilizados para la ges-tión del agua. La tabla 1 es sólo una muestra de algunos delos sistemas de regadíos españoles que irrigaban, según laJunta Consultiva Agronómica, una superficie superior a las1.000 ha. en 1918. Por tanto, el establecimiento de unos cri-terios para la presentación de resultados, ha sido imprescin-dible en este artículo.

1 Los resultados del proyecto de investigación han quedado plasmados en la publi-cación “Los Regadíos Históricos Españoles: Paisajes culturales, paisajes sostenibles”,financiado por el Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino para elperiodo 2008-2009. La investigación ha contado con la participación del proyecto“Galerías drenantes: estudio, evaluación y revalorización de un patrimonio singu-lar del patrimonio del agua en la cuenca hidrográfica del río Júcar”, finaciado porla Secretaria General de Política Científica y Tecnológica. Ministerio de Educacióny Ciencia. HUM2007-62342.

Tabla 1 Sistemas de regadío españoles de más de 1.000 hectáreas

Sistema Provincia Municipio Superficie (has) Río

Barranco del Pulgarín Málaga Alfarnatejo 1.208 Vélez MálagaAguas Abajo Cortijo de la Reja Málaga Villanueva del Trabuco, Villanueva del

Rosario, Antequera, Archidona, Alozaina,Pizarra, Ardales, Alora, Cártama,Alhaurín de la Torre y Málaga

5.055 Guadalhorce

Aguas Abajo del Manantial Málaga Antequera 2.480 VillaAcequia de Los Labradores Málaga Málaga 1.067 GuadalhorceAcequia de Los Labradores Málaga Churriana 1.097 GuadalhorceCanal de Sociedad Anónima Málaga Casares y Manilva 1.500 GuadiaroAcequia Gorda Granada Granada, Maracena y Atarfe 2.790 GenilAcequia Arabuleila Granada Granada, Armilla, Churriana y Cúllar

Vega1.050 Genil

Acequia Monachil Granada Monachil y Cójar- Zubia 1.500 MonachilVarios Granada Guejar Sierra 1.050 GenilCaz Mayor, Caz Alto y Mimbrera Granada Baza 2.130 BazaAcequias Tohaita, Basmal,Noguerol, Jaufi, de Los Frailes, DeCúllar y Mata

Granada Benamaurel 1.080 Benamaurel

Acequia del Guadalentín Granada Caniles 1.185 GuadalentínAcequia Molinos Granada Aldeire 1.390 AldeireAcequia Comunal Granada Dolar 1.040 DolarAcequias Policar y Almendral Granada Huéneja 1.400 HuénejaAcequias Ermita, Jerez , Lugares yNul

Granada Jerez 1.370 Alcázar

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Acequia Principal Granada Motril 2.500 GuadalfeoAcequias Cañada, Santa Catalina yMairena

Granada Illora 1.930 Cañada, SantaCatalina yMairena

Acequias Nueva, Del Cerro,Ventanas, Tijola, Tablones, Barrera,Ramiralte Alto, Zute, Sortes, Sano yMalarachín

Granada Órgiva, Bayacas, Carataunas yPampaneira

2.500 Poqueira,Trévelez,Grande, Sucio yChico

Acequias del T.M. de Lanjarón Granada Lanjarón 2.060 LanjarónAcequias de Busquistar, Poqueira yTrévelez

Granada Trévelez 1.935 Trévelez

Acequias Aragón, Razones,Mimbres, Roma y Del Pueblo

Granada Fuente Vaqueros 1.434 Genil

Acequias de Pinos Puente Granada Pinos Puente 2.671 Cubillas,Velillos, y Genil

Acequias Colambor, Real y Nueva Granada Bérchules 1.800 GuadalfeoAcequias de Bérchules, Alta y Baja Granada Mecina Bombarón 1.020 Guadalfeo y

MeinaCanal de Pozo-Alcón Jaén Pozo-Alcón 1.096 GuadalentínRío Oviedo Jaén Cambil 1.000 OviedoDos Hermanos Jaén La Guardia 1.000 GuadalbullónAcequia de Poniente Almería Gádor, Benahadux, Viátor y Huércal 1.316 AndaraxAcequia de Levante Almería Santa Fé, Gador, Rioja y Pechina 1.278 AndaraxAcequia de Lorquí y Molina Murcia Lorquí- Molina 1.011 SeguraAcequia Mayor de Aljufia Murcia Murcia 5.225 SeguraAcequia Barreras o Alquiblas Murcia Murcia, Alcantarilla y Beniel 5.150 SeguraAcequia Alharabe Murcia Moratalla 1.026 AlharabeAcequia Mayor Murcia Mula 2.222 MulaAcequia Paretón Murcia Totana-Alhama 1.342 GuadalentínCanal de Riegos Alicante Banyeres, Benejama, Biar Campo y

Cañada1.400 Vinalopó

Canal de Novelda Alicante Novelda 1.850 VinalopóAcequia Alquibra Alicante Bigastro, Jacarilla, Benejúzar, Algorfa,

Almoradí y Rojales1.133 Segura

Acequia Callosa Alicante Redován, Callosa, Cox, Granja, Albatera,Catral y Rafal

4.630. Segura

Acequia Nueva AlmoradíAlicante Almoradí, Puebla, Daya Nueva, Dolores y

Rojales2.460 Segura

Azarbes de las Pías Fundaciones Alicante Dolores, S Fulgencio, S. Felipe Neri yElche

3.330 Segura

Acequia Comuna Alicante Rojales, Formentera y Guardamar 1.114 SeguraAcequia Vieja de Almoradí Alicante Rafal, Benejúzar y Almoradí 1.920 SeguraAcequia Mayor y del Molino Castellón Almazora 1.350 MijaresAcequia Mayor Castellón Castellón 2.241 MijaresAcequia Mayor Castellón Villarreal 2.604 MijaresAcequia Subirana Castellón Burriana 3.714 MijaresAcequia de la Humbría Albacete Caudete 1.200 (De Fuentes)Acequia Paraíso y San Vicente Albacete Idem Idem. (De Fuentes)Caz de las Aves Madrid Aranjuez 1.225 TajoReal Acequia del Tajo Madrid Colmenar de Oreja 1.000 TajoReal Acequia del Jarama Madrid San Martín y Ciempozuelos 3.033 JaramaCanal del Henares Guadalajara Humanes, Junquera, Fontanar,

Guadalajara, Marchamalo, Cabanillas,Azuqueca y Alovera

6.000 Henares

Canal del Henares Guadalajara Humanes, Junquera, Fontanar,Guadalajara, Marchamalo, Cabanillas,Azuqueca y Alovera

6.000 Henares

Canal del Esla Zamora San Miguel del Esla, Santa Colomba, SanCristóbal, Benavente y Villanueva deAzoague

4.700 Esla

Caño o acequia Zamora Alcubilla de Nogales, Morales de Rey,Arrabalde, Aomonte y Villa Ferrueña

2.329 Eria

Canal del Esla León San Millán, Villademor, Toral de losGuzmanes, Algadefe, Villarrabines,Villamandos, Cimanes de la Vega,Bariones y Lordemanos

2.000 Esla

Presa La Forera León Llamas de Ribera, Quintanilla y Carrizo 1.000 ÓrbigoPresa Cerrajera León Carrizo, Cimanes del Tejar, Villabante,

Acebes, Villarala y Santa Marina del Rey1.285 Órbigo

d d ll b l T b d

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Presa de Bernesga León Sariegos, Azadinos Villabalter, Trobajo deArriba, León, Trobajo de Abajo, Tornerosy Grulleros

1.400 Bernesga

Canal del Duero Valladolid Tudela de Duero, Villabáñez, Laguna deDuero, Valladolid, La Cistérniga,Santovenia, Renedo, Puente Duero ySimancas

1.600 Duero

Reguera de Perionda Palencia Barrios, Santa Olaja, Quintana Diez,Villarrodrigo, Bustillo de la Vega,Lagunilla, Villamoronta, Villaturde,Villotilla y Villoldo

1.242 Carrión

Canal de Victoria Alfonso Rioja Pradejón, Calahorra, rincón, Aldeanuela yAlfaro(y otras provincias)

7.732 Ebro

Canal del Najerilla Rioja Uruñuela, Cenicero y Fuenmayor 1.650 NajerillaRiegos Calahorra (Cumbrero) Rioja Calahorra 2.500 EbroRío Rebollo o Regadío de Ebro Rioja Alfaro y Rincón de Soto 1.436 EbroAcequia Ambilla Rioja Calahorra y Aldenueva 2.400 CidacosAcequia Gutur Rioja Cervera 1.100 AlhamaAcequia de Gualta Gerona Gualta, Serraultramún, Torroella y Pals 2.620 DaróAcequia del Molino de Pals Gerona Pals, Palau, Sator, Fontanillas y Torroella 2.000 TerCanal de Manresa Barcelona Sallent, Sampedor, San Fructuso de Bagés

y Manresa1.200 Llobregat

Canal de la Infanta Barcelona Molins de Rey, Santa Cruz Olorde, SanFeliu Llobregat, San Juan Despí, Cornellá,Hospitales y Sans

3.230 Llobregat

Canal de la Derecha Barcelona San Vicens dels Horts, Santa ColomaCervelló, San Baudilio, Prat, Viladecans,Gavá y Castelldefels

1.212 Llobregat

Canal de Aragón y Cataluña Lérida Alcarraz, Aytona, Almenar, Alfaviaz,Alguaire, Alpicat, Almacellas, Malpartit,Masalcoreig, Seros, Soses y Torrefanera.

22.000 Esera

Canal de Urgel Lérida VV. PP. 63.343 SegreAcequia del Cup Lérida Balaguer, Gerp y Menarguas 1.380 SegreAcequia de Fontanet Lérida Alcoletje y Lérida 1.552 SegreAcequia de Torres Lérida Albatanech, Lérida, Montolíu de Lérida,

Sudanell y Torres de Segre1.324 Segre

Canal de Piñana Lérida VV. PP. 10.433 NogueraRibagorzana

Canal de la Izquierda Tarragona VV.PP. 11.650 EbroAcequia de Gaén Teruel Urrea, Híjar y Puebla 1.600 MartínCanal Imperial de Aragón Zaragoza VV. PP. 22.000 EbroCanal de Tauste Zaragoza VV.PP. 5.281 EbroAcequia de Fuentes Zaragoza Fuentes de Ebro, Pina de Ebro, Quinto y

El Burgo de Ebro1.114 Ebro

Acequia de Pina Zaragoza Oseraes, Pina de Ebro 1.880 EbroAcequia Candeclu o Camarena Zaragoza Zuera, San Mateo del Gállego, Peñaflor,

Zaragoza y Villamayor5.980 Gállego

Acequia del Rabal Zaragoza Zuera, Villanueva del Gállego y Zaragoza 3.300 Gállego

Acequia de Urdán Zaragoza Zaragoza, Pastriz, Puebla de Alfidén,Alfajarín, Nuez de Ebro y Villafranca deEbro

6.594 Gállego

Acequia de Michen Zaragoza Ricla, La Almunia y Calatorao 1.162 JalónAcequia de Candor Zaragoza Rueda de Jalón, Urrea, Plasencia,

Bardallur y Barboles2.200 Jalón

Acequia de Toroñal Zaragoza Idem Idem JalónAcequia de Molinar Zaragoza Idem Idem JalónAcequia de Aliardilla Zaragoza Idem Idem JalónAcequia de Alagón Zaragoza Alagón y Pedrola 1.510 JalónAcequia de Lores Zaragoza Idem Idem JalónAcequia de Cascajo Zaragoza Idem Idem JalónAcequia de la Hermandad Zaragoza Sobradiel 1.415 Jalón2ª Acequia de la Hermandad Zaragoza Idem Idem JalónAcequia de Garfilán Zaragoza La Joyosa y Torres de Berrelén 1.086 JalónAcequia de Lores Zaragoza Idem Idem JalónAcequia de Almozara Zaragoza Zaragoza 1.540 JalónAcequia de Morata Zaragoza Villalengua, Moros y Ateca 1.000 ManublesAcequia de Sorbán Alto Zaragoza Borja 1.297 HuechaAcequia de Sorbán Bajo Zaragoza Idem Idem HuechaAcequia de Agua Baja Zaragoza Magallón, Agón, Bisiembre, Frescazo y

Mallén1.508 Huecha

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4.2 Criterios de selección y método de investigación

Los criterios empleados para la selección de los sistemasde riego han pretendido, en primer lugar, un equilibrio geo-gráfico en el área de estudio, es decir mostrar sistemas tantodel norte del levante peninsular como del sureste; en segundolugar mostrar la variedad de marcos geográficos que influyenen las dimensiones de los sistemas; y en tercer lugar la repre-sentatividad histórica de los mismos. En este sentido se hanescogido cinco sistemas de irrigación de la franja mediterrá-nea peninsular, de distintas escalas, de distintos periodos y dediferentes áreas geográficas: los riegos del Delta del Ebro, laHuerta de Valencia, los riegos de Abarán-Blanca, la Vega deGranada y las Huertas de Cortes de Pallás en Valencia.

La metodología empleada para llevar a cabo la investiga-ción se fundamenta en tres grandes pilares: primero, la cons-trucción de una buena base de datos que organiza las fuentesbibliográficas, la información procedente de archivos histó-

ricos y la cartografía y fotografía aérea, tanto analógica comodigital; segundo, el trabajo de campo, que comprende dife-rentes tareas tales como la cartografía de la red de acequias ycanales a escala 1:10.000, la catalogación de los componentesque estructuran el sistema de riego y las entrevistas con losagentes locales; y tercero, la caracterización del sistema deregadío acompañada de un inventario del patrimonio delagua gestionado mediante herramientas S.I.G.

4.3 Análisis de casos.

Tras analizar en profundidad los regadíos tradicionales endistintos ámbitos españoles, especialmente aquellos integra-dos en el seno de la Confederación Hidrográfica del Júcar yen la Confederación Hidrográfica del Segura, se presentaseguidamente una breve caracterización de los sistemas selec-cionados para el artículo.

82AREAS 28

Acequia de Marbadón Zaragoza Idem Idem HuechaAcequia Civán Zaragoza Caspe y Chiprana 4.000 GuadalopeAcequia Santa María Zaragoza Idem 1.290 MatarrañaAcequia Molinar Zaragoza Idem Idem MatarrañaAcequia Dellario Zaragoza Maella Idem MatarrañaAcequia Huerta Zaragoza Idem Idem MatarrañaAcequia Calatuna Zaragoza Idem Idem MatarrañaAcequia Anzuda Zaragoza Idem Idem. MatarrañaCanal de Jaca Huesca Jaca y Castiello 1.000 AragónAcequia alta de Monzón Huesca Fonz, Almunia de San Juan y Monzón 1.191 CincaAcequia Mayor de Monzón o dePaules

Huesca Monzón, Pueyo de Santa Cruz y Albalate 1.129 Cinca

Acequia de Albalate Huesca Albalate, Binaced y Bellver de Cinca 1.130 CincaAcequia de Fraga Huesca Velilla, Fraga y Torrente de Cinca 1.750 CincaAcequia de Alcolea Huesca Santa Lecina y Alcolea 1.000 CincaAcequia de Estadilla o la Barqueta Huesca Estada, Estadilla, Fonz, Cofita y

Ariéstolas1.021 Esera

Canal de Aragón y Cataluña Huesca VV. PP. 30.600 EseraAcequia de Sariñena Huesca Sariñena y Albalatillo 1.100 AlcanadreAcequia de Villanueva, Sena yOntiñena

Huesca Villanueva, Sena, Ontiñena y Ballovar 1.418 Alcanadre

Acequia de San Marcos Huesca Pozán, Castillazuelo y Barbastro 1.100 VeroAcequia de la Ribera Huesca Quicena, Huesca y Lascasas 1.440 FlumenAcequia de Sangarrén Huesca Sangarrén, Barbués, Almuniente y Grañén 1.830 FlumenAcequia Molinar Navarra Falces y Peralta 1.720 AragónAcequia de Regadío Navarra Santacara, Murillo el Cuende y Caparroso 1.582 AragónAcequia Molinar y de Riego Navarra Marcilla, Falces, Peralta y Funes 1.720 AragónAcequia de Congosto Navarra Villafranca, Milagro, Caderita, Salvatierra

y Arguedas4.856 Cidacos

Acequia Huerta Navarra Cintruénigo 1.100 AlhamaAcequia Cañete Navarra Corella 2.455 AlhamaAcequia Ampol Navarra Idem Idem AlhamaAcequia Aracil Navarra Idem Idem AlhamaAcequia Burcemay Navarra Idem Idem AlhamaCanal de Tauste Navarra Cabanillas, Justiñana y Buñuel 1.266 EbroCanal Imperial Navarra Fontellas, Ribaforada, Buñuel y Cartes 1.229 EbroAcequia Medienique Navarra Ablitas 1.350 QueilesAcequia Naón Navarra Monteagudo, Tulebras, Cascante, Barillas

y Tudela2.542 Queiles

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a) Los regadíos del Delta del EbroLos regadíos del Delta del Ebro se extienden sobre este

espectacular edificio sedimentario holoceno, que constituyeuno de los principales humedales del Mediterráneo. Susuperficie depende bien del control fluvial o bien del marino,lo que da lugar a diferentes ambientes que determinan el pai-saje agrícola. En los sectores más elevados la influencia es flu-vial y el tipo de depósitos ha posibilitado la implantación decultivos hortícolas, citrícolas y de olivos y otros frutales. Enlas zonas más bajas son frecuentes los espacios pantanosos yencharcados. Si bien la derivación de aguas del río es relati-vamente reciente (siglos XIX y XX) la agricultura se practi-caba en el delta captando el agua mediante norias de sangre.La construcción de un azud en Xerta data del siglo XV, perono será hasta el siglo XIX y como consecuencia del fracasode un proyecto ligado a la navegación fluvial cuando seestructure el sistema de riego.

Por tanto, desde el Assut de Xerta parten a ambas márge-nes del Ebro, dos grandes canales. El canal de la Dreta(Derecha) es el más antiguo y data de mediados del sigloXIX. Por su parte el de la Esquerra (Izquierda), aunque conproyectos ideados en siglos anteriores, no fue finalizadohasta la primera década del siglo XX. Con ellos el deltaquedó estructurado por una imbricada red de acequias queposibilita el riego de unas 25.000 ha en los municipios deL’Ampolla, Camarles, L’Aldea, Amposta, Sant Carles de laRàpita, Deltebre y Sant Jaume d’Enveja, situados en el cora-zón del Delta; y Aldover, Roquetes, Tivenys, Tortosa yXerta, en las zonas altas próximas a las riberas del Valle.

El sistema de riego del Delta del Ebro se caracteriza portratarse de un sistema fluvial de megaescala, que riega porgravedad e inundación el curso bajo y desembocadura delEbro. Se articula como un sistema de red-malla, en forma deespina dorsal, bien jerarquizado y con los componentesnecesarios (compuertas, partidores) que garantizan sucorrecto funcionamiento (ver figura 2) En un primer sectorsituado a una cota superior se combinan los cultivos de seca-no con los propios del regadío como son los cítricos, frutalesde hueso y hortalizas. En la zona central, donde se localiza elvalle y llanura aluvial, el cultivo principal son los cítricos conalgunos campos de arroz o de hortalizas intercalados.Finalmente en el edificio deltaico propiamente dicho esdonde se ha desarrollado el arrozal, limitado en sus bordespor cultivos de huerta. La consecuencia es un paisaje agríco-la mixto con unas marcadas unidades de paisaje que encie-rran valores ambientales, patrimoniales y productivos.

b) La Huerta de ValenciaLa Huerta de València es el espacio geográfico que

envuelve a la ciudad y al rosario de municipios que, desdeSagunto a Picassent, conforman el área metropolitana deValencia. Es la huerta un paisaje cultural, histórico, en cuyaarquitectura han intervenido naturaleza, pero sobre todo elsaber de los distintos grupos humanos que poblaron la llanu-ra aluvial del Turia. La Huerta, o como aquí se denomina,

l’Horta de València se localiza en el llano litoral de la depre-sión central valenciana. Un espacio central y estratégico porla multiplicidad de actividades socioeconómicas que aquí sedesarrollan, vinculadas al Área Metropolitana de Valencia.La Huerta de València nace con la ciudad; no se puedenentender la una sin la otra. Es la huerta la tierra de cultivo deValencia y pueblos aledaños, cuya estructura se ha ido confi-gurando paulatinamente, conforme aumentaba su superficiecomo espacio de producción de alimentos, de práctica deactividades artesanales (productos derivados del cáñamo olas plantaciones de moreras para la cría de gusanos de seda) oen la actualidad, como espacio de agricultura comercial confunciones ambientales, patrimoniales y recreativas. Sinembargo, en este espacio singular, cargado de valores ecoló-gicos, culturales y escénicos, la dinámica metropolitana hapuesto en peligro su conservación. Estamos ante un espaciocomplejo, donde los usos tradicionales de la huerta entran enconflicto con los procesos de urbanización vinculados al áreametropolitana (HERMOSILLA, 2007).

La Huerta de Valencia tiene su origen en el poblamientode la llanura litoral, en la fundación de la urbe valentina y enla articulación del sistema de regadío, a partir de las aguas demanantiales y del río Turia. Pero este constructo humanocuenta con unas bases físicas, que por supuesto son esencia-les en la conformación de su paisaje irrigado. Entre los facto-res explicativos de la configuración de la Huerta de Valènciatenemos los importantes recursos hidrológicos, geomorfoló-

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Figura 2. Canales y acequias principales del sistema de riego del delta.

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gicos, edáficos y climáticos de la llanura aluvial valenciana(CARMONA Y RUIZ, 2007). La Huerta se ubica en el sec-tor central de la “depresión valenciana”, en el extremo suro-riental de la zona levantina de la Cordillera Ibérica. Se tratade un espacio de carácter sedimentario, donde los materialesneógenos han cubierto las estructuras mesozoicas; y la tectó-nica de finales de la orogenia alpina da lugar a una depresiónen la que se acumulan depósitos cuaternarios de tipo fluvial,deltaico y albufereño. Las escorrentías y cursos de agua hanmodelado el llano litoral e incluso con sus aportes sedimen-tarios han cerrado y colmatado la Albufera y marjales coste-ras. De oeste a este, la topografía se torna cada vez más hori-zontal. Los relieves mesozoicos y terciarios que actúan debalcón de la Huerta, conectan a modo de rampa con el llano,mediante un extenso glacis compuesto por arcillas rojas,nódulos y materiales detríticos. Sobre este glacis el río Turia,el barranc de Carraixet, el barranc del Poyo-Torrent y el dePicassent han construido abanicos aluviales pleistocenos, altiempo que se encajan en sus propios sedimentos.

La disponibilidad de agua perenne y el potencial edáfico,con suelos pardo-rojizos, fluvisoles y gleisoles, especialmen-te fértiles en el caso de los fluvisoles, posibilitaron el desarro-llo de una agricultura de regadío. El río Turia es el responsa-ble de los máximos y regulares aportes hídricos, con un cau-dal al llegar a Manises de 15 m3/s. La climatología es otro delos factores clave en la conformación del paisaje de la Huerta.Sus características han posibilitado la práctica de una agricul-tura intensiva, con más de tres cosechas anuales. El clima esde tipo mediterráneo, irregular en sus precipitaciones. Seproduce un máximo otoñal y una sequía estival muy acusa-da, que justifica la necesidad de idear un sistema de irrigaciónque supla la escasez de agua de lluvia. Las precipitacionesregistradas fluctúan entre los 400 mm en la zona septentrio-nal y algo más de 500 mm en la meridional, manifestándosela especificidad mediterránea en el carácter torrencial. Elrégimen de temperaturas ejerce un notable papel en el núme-ro de cosechas anuales y en la productividad de la huerta. Lastemperaturas medias anuales se sitúan en torno a los 17oC.Los meses más calurosos, en los que se alcanzan valoresmáximos de 30oC, coinciden con el periodo de sequía, quepuede prolongarse hasta cinco meses. Esto explica la necesi-dad de domesticar las aguas fluviales. La construcción de lared de acequias ha asegurado el abastecimiento hídrico de loscampos y de los asentamientos de población, que conformanel paisaje rural de la Huerta de València.

Aunque el sistema de regadío es el factor clave en la con-figuración del paisaje de la Huerta, existen otros componen-tes importantes en su articulación paisajística. Cuenta éstacon elementos de tipo natural, de los que arriba hemos habla-do, pero también con otros artificiales como son la red deacequias y canales, la estructura del parcelario agrícola, consus lindes, la red viaria formada por multitud de caminos his-tóricos, que comunican los núcleos de población y dan acce-so a las parcelas y las construcciones y arquitectura, donde secombinan hábitat concentrado y disperso (alquerías y barra-

cas). Pero la Huerta es sobre todo un magnífico ejemplo depaisaje hidráulico, configurado a partir de la construcción deun sistema de captación, distribución y gestión social de lasaguas del río Turia, manantiales y ullals. El regadío es el ele-mento definidor y vertebrador de la Huerta. Aquí se des-arrolló un sistema producción agrícola basado en el aporte deagua, a partir de la construcción de una red de acequias.Sobre su origen se sigue investigando, pero los estudios indi-can que el sistema toma cierta estructura con la ocupaciónmusulmana (GONZALEZ, 2010). El sistema se organiza apartir de los nueve azudes situados en último tramo de Turia,presas de derivación que dan origen a las acequias que for-man parte del Tribunal de las Aguas (Quart, Tormos,Mislata, Mestalla, Favara, Rascanya y Rovella), además de laacequia de Montcada y la de l’Or. Paulatinamente, la incor-poración de nuevos canales de distribución de agua, comoson el Canal de Riego del Turia, la Reial Séquia de Montcaday los sistemas de elevación de aguas subterráneas, hanampliado el perímetro regado y transformado en huertasespacios tradicionalmente ocupados por secanos. El sistemade riego incluye además numerosos y variados elementos delpatrimonio hidráulico (azudes, acueductos, sifones, partido-res, brazales, molinos…), de los cuales hemos catalogado entorno al medio millar (ver ilustración 1)

En lo referente al tipo de agricultura practicada, cabeseñalar que los cultivos fueron cambiando con el paso deltiempo, lo que también ha significado una evolución en eltipo de paisaje presente. La necesidad de obtener produccio-nes más abundantes y rentables explica los cambios paisajís-ticos en la Huerta, desde un punto de vista agrícola. Durantemuchos siglos dominó el paisaje cerealícola, de camposabiertos y gran horizontalidad, acompañado de viñedos deuso particular. Por su parte, las hortalizas y forrajeras ocupa-ban un papel secundario, destinadas para el autoconsumo yel ganado. Se introdujo el arroz en las zonas inundables y apartir del siglo XVI productos procedentes del “nuevomundo”. Con la expansión de la cría del gusano de seda laHuerta experimentó un cambio paisajístico. El cultivo de lamorera supuso el paso de un paisaje diáfano y horizontal, aun paisaje arbolado, continuamente verde y denso. En elsiglo XIX las hortalizas y el arroz con carácter comercialadquieren protagonismo, mientras que en el siglo XX laexpansión del naranjo y el retroceso de la superficie agraria,por la expansión urbano-industrial, marcarán el carácterreciente de su paisaje (HERMOSILLA, 2007).

En este sentido, imagen de la Huerta no ha sido una foto-grafía fija. Es un paisaje que ha experimentado una constan-te evolución, con la introducción, transformación y desapa-rición continuada de elementos estructurantes del paisaje.Ha cambiado el paisaje, como han cambiado los cultivos, lossistemas de irrigación, los métodos de explotación agrícola,el tipo de asentamientos, la sociedad, el comercio y la con-cepción del uso del suelo (GALLUD Y DEL REY, 2002). Esla Huerta de Valencia un espacio mutable, pero que mantie-ne unas estructuras claves (red de canales y acequias, espacios

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abiertos…) que le otorgan un carácter y unos valores quedeben ser conservados. La situación actual es compleja, puesel crecimiento acelerado del área metropolitana de Valenciapodría provocar la desaparición de este paisaje hidráulicoexcepcional con el que cuentan los valencianos. La urbaniza-ción ha de compatibilizarse con la pervivencia de la Huerta,patrimonio singular, no solo en España sino en Europa.

c) Los riegos de Abarán-BlancaEn la Vega Alta del Segura, entre las poblaciones de

Abarán y Blanca, se configuró en el valle del Ricote, un sis-tema de regadío paradigmático de lo que hemos denominadomesohidráulica. Aunque en origen se trataba de un espaciode riego muy modesto, en torno a las 50 ha, su superficie fueprogresivamente ampliándose merced a la elevación del aguadel río Segura mediante distintos ingenios hidráulicos (nor-ias y bombas). Esta evolución ha generado un valle tradicio-nalmente irrigado, de una extensión en torno a las 1.300 ha,que se ha incrementado, por encima incluso de sus límitesestrictos, con el bombeo a motor hasta las 5.700 ha.; un pai-saje agrícola de regadío de vega sobre las terrazas superioresdel valle, que contrasta en un entorno caracterizado por laaridez.

El valle del río queda escoltado a ambas márgenes por losrelieves prebéticos al norte y por los subbeticos al sur: sierrasde Solán, de la Pila, del Oro y de Ricote. El río se ha encaja-do en los sedimentos terciarios que rellenan un valle de tipotectónico y sus depósitos han generado un rosario de vegas,adecuadas mediante bancales para su cultivo. El clima es

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Figura 3. Sistema de regadío por acequias de la Huerta de Valencia.

Ilustración 1. Ejemplo de ficha de catalogación del patrimonio del agua

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mediterráneo semiárido y por tanto existe la mayor parte delun año déficit hídrico, que explica el diseño del espaciohidráulico. La temperatura media anual se sitúa en torno a

los 18oC que se incrementa hasta los 28oC en agosto, lo queinvita a pensar en un incremento de la evapotranspiración yuna mayor necesidad de agua para los cultivos. Las precipi-taciones no alcanzan los 325 mm anuales y tienen caráctertorrencial; sus efectos son más perniciosos para los agriculto-res que beneficiosos, en tanto en cuanto ponen en riesgo lascosechas y al sistema hidráulico.

La red de riegos se configura en diferentes momentos his-tóricos y en diferentes espacios. Sin negar la presencia de ace-quias ya en la Edad Media, el sistema de la margen izquierdase crea en el siglo XVI mientras que el de la derecha no arran-ca hasta el siglo XVIII. El poblamiento es un factor clave enla configuración del sistema del valle del Ricote y tambiénfuente de conflictos por el aprovechamiento de las aguas delSegura. La disposición, Abarán aguas arriba de Blanca, en elvalle explica el secular enfrentamiento por la toma de aguas,que en el caso de la margen izquierda sólo se solucionó en1807, cuando las acequias de cada municipio, muy próximasentre sí en su origen, compartieron toma en el azud del

Menjú, Benimenjú o de Abarán. Por lo que respecta a la mar-gen derecha, la apertura de la acequia de la Charrara en tornoa 1734 posibilitó el incremento de la producción en un espa-cio anteriormente marginal. Pronto se constituyó un marcolegal para la gestión de la acequia, que en este caso evitó losconflictos entre las dos localidades.

Pero como el área irrigada era reducida como conse-cuencia de la estrechez de la vega, los agricultores de Abarány de Blanca se vieron en la necesidad de idear la manera deampliar la superficie de riego, generando un singular espaciohidráulico (ver figura 4). Un sistema basado en la elevacióndel agua del río Segura mediante aceñas o norias, y poste-riormente bombas a motor, que ha perdurado hasta nuestrosdías. El valle del Ricote posee la mayor concentración denorias de elevación de agua de España. La mayor parte delos artilugios catalogados en nuestro trabajo datan del sigloXIX. Pero no cabe duda que existieron otros anteriormente,ya fuesen norias de sangre o elevadoras de agua desde el río.Ejemplo de ello son la noria de la Cañada Hidalgo, construi-da en 1604, o las de Diego Fernández, de Francisco Molina,la Ceña de Arriba, la Ceña de Abajo, la Ceña del RegidorPascual o la aceña de José Galindo, todas ellas construidasentre los siglos XVII al XIX. Hoy en día son cuatro las fun-cionales en Abarán, quedando restos de una quinta y refe-rencias de dos más; por su parte en Blanca existe una restau-rada (la noria de Miguelico Núñez) y referencias de cuatroya desaparecidas.

Por tanto, el sistema de riego más tradicional del valle delRicote cuenta con una morfología de tipo escalonada en vallefluvial medio, articulado en su margen izquierda a través dede dos niveles de acequias, con trazas de “mural” por la mallade regueras y regadoras y de artilugios (40 entre aceñas, nor-ias y bombas de elevación), donde la acequia se configuracomo la primera vía de distribución, las regueras, ligadas a lasnorias, la segunda; y las regadoras como sistema menor quealcanza el parcelario. Existen otros elementos hidráulicossingulares como son los minados para salvar cantiles y talu-des del valle, acueductos como el de Tejera o de los Gitanos,sifones, molinos y centrales hidroeléctricas como de Nicoláso Sagrados Corazones. Paisajísticamente se pueden distin-guir dos sectores, los paisajes agrícolas de fondo de valle,caracterizados por el riego más histórico, el minifundismo yel cultivo de hortalizas, frente al sector resultante de laampliación del regadío, donde se practica una agriculturaarborícola más comercial.

d) La Vega de GranadaLa Vega de Granada tiene su origen en la depresión aluvial

del río Genil, de origen tectónico alpino, sobre la cual se fue-ron acumulando materiales sedimentarios. El río se encaja enlos mismos, configurando unos piedemontes de transición yuna llanura aluvial o vega sobre los que se ha desarrollado unpaisaje agrícola de secano en los piedemontes, y de regadío enla vega. La depresión del río Genil, enmarcada por los relie-ves béticos, recoge las aguas de escorrentía de los diferentes

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Figura 4. Sistema de regadío del valle de Ricote (Abarán-Blanca)

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cauces que descienden desde las sierras circundantes, organi-zándose las aguas en un flujo principal (río Genil) que articu-la el paisaje agrícola de la llanura. La ocupación y uso del aguatiene orígenes romanos, pero la configuración de la vegacomo espacio agrícola de regadío lo debemos a la comunidadmusulmana (MALPICA, 2006). El sistema de riego de la Vegade Granada es un sistema mayor o de macrohidráulica. Seorganiza principalmente en torno la Acequia Gorda cuyo ori-gen está en la Presa Real. De dicha acequia se derivan dos más,la de Arabuleila y la Tarramonta, y entre las tres irrigan unasuperficie de unas 4.600 ha. Los riegos del Genil se completancon los que proceden de los ríos Monachil y Dílar, afluentesdel primero, que generan un espacio agrícola en torno a las2.000 ha; y con los de la Acequia de Aynadamar con origen enla Fuente Grande. De las acequias principales se genera unadensa red de acequias menores y brazales que, condicionadospor la topografía o por los asentamientos, articulan un parce-lario agrícola tradicional de unas 15.000 ha.

Los sistemas de regadío de la Vega de Granada se mantu-vieron prácticamente inalterados, hasta bien entrado el sigloXX. Una serie de actuaciones de la ConfederaciónHidrográfica del Guadalquivir como son el embalse deCubillas y el canal de Albolote, por un lado; y el embalse ycanal de Cacín por otro transformaron en regadío unas 8.000ha. Completando la zona norte en los años 90 se regularonlas aguas del río Colomera, de manera que se aseguraba elriego de su vega. Además de las aguas superficiales tambiénhan jugado un papel importante en la configuración del pai-saje de regadío las aguas subterráneas, especialmente a partirde la segunda mitad del siglo XX.

Las nuevas infraestructuras de riego, los cambios en loscultivos y la creación de nuevos asentamientos (poblados decolonización) supusieron una transformación paisajísticaimportante en el sector central de la Vega. Los cultivos hansido cambiantes en función del periodo histórico, pero casisiempre se ha repetido el esquema de uno o dos cultivos bási-

cos de carácter comercial-industrial (morera, cereales, lino,cáñamo, remolacha, tabaco o forrajeras) acompañados de unpolicultivo de subsistencia. En los últimos años se ha produ-cido un incremento de los cultivos hortícolas, una expansióndel olivar, el mantenimiento de las choperas y una reducciónde los frutales de hueso. Todo ello en un contexto de reduc-ción del espacio irrigado de la Vega, como consecuencia de lapresión de los usos urbanos que genera la ciudad de Granaday su área metropolitana.

d) El regadío morisco de Cortes de PallásLa huerta histórica del municipio de Cortes de Pallás,

localizado en una zona abrupta del interior de la provincia deValencia, debe su origen al esfuerzo de sus agricultores quesupieron abancalar las laderas del barranco de San Vicente ode la Barbulla para crear espacios llanos cultivables; y mane-jar las aguas de una serie de manantiales dando lugar a unared de riego escalonada e interconectada que alumbra lashuertas de raíces moriscas. Se trata de un espacio hidráulicode reducidas dimensiones (microhidráulica), destinado alautoconsumo, en una zona de media montaña pero de difícilacceso y alejada de núcleos de población importantes.Efectivamente, Cortes de Pallás se ubica estructuralmente enel Sector Ibérico Valenciano, en la base del frente septentrio-nal de la plataforma cretácica del Caroig (Muela de Cortes) yel cañón del río Júcar. Es en un barranco tributario de ésteultimo donde tras la Reconquista, los moriscos valencianosdiseñaron un singular sistema de regadío.

La complejidad de la topografía de la zona se resuelveaquí, pero también en los numerosos sistemas tradicionalesde riego estudiados en diferentes territorios peninsulares,mediante numerosos artilugios y elementos hidráulicos des-tinados a la captación, transporte, acumulación y distribu-ción de las aguas: minas, acueductos, acequias colgadas, sifo-nes, partidores, balsas etc. Por su parte, el asentamiento depoblación de Cortes de Pallás se sitúa en la margen izquier-da del barranco y su estrecha relación con el espacio hidráu-lico se explica en su crecimiento urbano, allá donde la huer-ta no podía desarrollarse. Tiene la huerta de Cortes un origenislámico cuya estructura y funcionamiento fue mantenido,tras la Reconquista, por la comunidad morisca que se conti-nuó habitando este área.

El sistema de riego de Cortes y sus huertas han perdura-do prácticamente intactos hasta la actualidad, generando unpaisaje de huerta de montaña de excelente valor natural y

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Ilustración 2. Ejemplo de partidores en la Vega de Granada

Ilustración 3. Huertas moriscas al pie de la Muela de Cortes de Pallás

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Page 16: Censo de hidráulica tradicional en el mediterráneo peninsularLejos de pretender teorizar aquí sobre el origen o autoría de las redes hidráulicas para el riego, discusión tradicionalmen-te

patrimonial. Éste se articula mediante una red de acequiasque, a partir de manantiales situados a distinta cota, distribu-ye el agua en diferentes niveles. Las acequias discurren porambas márgenes del barranco paralelas entre sí, pero a distin-ta cota, de manera que las aguas sobrantes derraman y ali-mentan la acequia situada inmediatamente por debajo. Así laacequia de San Vicente derrama en la de la Solana, mientrasque la margen derecha la acequia de Jesús derrama en la ace-quia Alta y ésta a su vez en la del Trance y en la de Enmedio.A lo largo del sistema existen balsas y albercas que ayudan ala gestión del riego en momentos de escasez hídrica. Ademásel sistema integra otros elementos interesantes como el lava-dero, y dos antiguos molinos que utilizaban la fuerza delagua para la molturación del grano.

5. Conclusiones

El análisis efectuado nos insta a concebir los espacioshidráulicos como el resultado de una manera de pensar y deactuar, en equilibrio con los recursos disponibles. Sus com-ponentes están unidos a lo cotidiano, a pesar de su excepcio-nalidad velada, y a lo práctico. Se trata de espacios que por suestructura, morfología y por las actividades en ellos presen-tes generan patrimonio y paisajes singulares como son elpatrimonio y los paisajes del regadío.

Abordar una investigación sobre los regadíos históricosespañoles es un macroproyecto no exento de dificultadesde diverso signo. Además de contar con la financiaciónnecesaria es primordial disponer de investigadores capacesde manejar las fuentes, la cartografía y capaces de interpre-tar los paisajes derivados de la práctica de una agriculturade regadío. La bibliografía existente sobre la materia haresultado en ocasiones muy general. La recopilación dematerial documental específico de cada sistema ha resulta-do clave para suplir estas carencias, aunque no en todos loscasos ha sido posible recopilar toda la información necesa-ria. Consideramos que la labor iniciada de cartografía de lared de canales y acequias para el riego y de inventario delos elementos del patrimonio del agua, combinado con lasfuentes documentales, toponímicas y orales son funda-mentales para reconstruir los perímetros regados y efec-tuar análisis de tipo territorial e histórico, que ayuden a losdiferentes especialistas a indagar sobre los orígenes delhidraulismo o las dimensiones sociales, técnicas y ambien-tales del regadío.

El regadío es mucho más que una solución técnica alproblema geográfico de la escasez hídrica. Es un constructocultural que genera paisaje y que en su conjunto es un patri-monio rural. Los sistemas de regadío han perdurado en eltiempo, están activos, articulan el territorio y sirven paraestrechar los vínculos entre el pasado y el presente.Representa el conjunto de respuestas básicas que la sociedadefectúa ante las limitaciones hídricas para desarrollar unaactividad agrícola rentable. El patrimonio de los regadíos

nos sirve para comprender una cultura territorial concreta,los conocimientos y pretensiones de los habitantes de unespacio, y además puede y debe ser considerado como unrecurso social que ayude a impulsar el sentimiento de perte-nencia de una comunidad.

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