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UNIDAD 3 ROMA La República

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UNIDAD 3

ROMA

La República

1. La República(509 27 – a.C.)

En esta etapa se creó una nueva forma de gobierno, en la que el poder estaba repartido entre el Senado, las magistraturas y las asambleas populares: los romanos decían SPQR(Senatus PopulusQue Romanus)

Todavía en la actualidad aparecen las siglas:

Política exterior

Roma inició entonces su expansión territorial, que se vio obstaculizada por Cartago, con la que se enfrentó en las GUERRAS PÚNICAS (264-146 a.C.). Con la victoria final, Roma consiguió dominar el Mediterráneo.

CONQUISTAS REPUBLICANAS:

1. Hegemonía sobre el Lacio y conquista de los pueblos vecinos (509-350 a.C.)

La guerra latina (496 a.C.) Roma era la capital de una liga de ciudades latinas. Los latinos quisieron acabar con este liderazgo pero fueron derrotados en la legendaria batalla del lago Regilo, en la que Cástor y Polux, hijos de Júpiter, combatieron junto a los romanos.

Guerra contra los volscos (458 a.C.). El aristócrata Coriolano se alió con los enemigos, puso sitio a Roma y solo lo levantó ante las súplicas de su madre y esposa.

Guerra de los ecuos. Los romanos, en situación apurada, nombran dictador a Cincinato, que estaba arando sus campos. Vencidos los ecuos y cumplida su misión, Cincinato abandona toda actividad política y se retira a seguir cultivando sus tierras.

Cincinato abandona el arado para dictar leyes a Roma, c.1806 de Juan Antonio Ribera. Óleo sobre lienzo (160 x 215 cm.) Colección Real del Museo del Prado

Nicolas Poussin (1594–1665), circa 1652-1653. Óleo sobre lienzo (112 x 198,5 cm). Musée Nicolas Poussin, Les Andelys

CONQUISTAS REPUBLICANAS:

2. La conquista de Italia (350-265 a.C.):

LAS GUERRAS SAMNITAS

Los samnitas eran un pueblo que habitaba en el sur de los Apeninos y que con frecuencia saqueaba las ciudades de Campania. Las principales ciudades griegas, Capua y Nápoles, se pusieron bajo la protección de Roma, dándole así pretexto para intervenir en Italia central.

Los samnitas fueron reducidos a sus montañas, y Roma se anexionó Campania y Lucania, iniciando su marcha hacia el Adriático y el sur.

LAS GUERRAS PÍRRICAS

La ciudad de Tarento, en guerra con Roma, pidió ayuda a Pirro, rey del Epiro (Grecia), que acudió con la intención de expulsar a los romanos de la Magna Grecia. Tras una larga guerra, Pirro, aburrido por una serie de victorias inútiles, pactó la retirada y dejó a los tarentinos abandonados a su suerte.

Después de la toma de Tarento, Roma se apoderó de todas las ciudades griegas del sur de Italia. Pero mas importantes fueron las consecuencias culturales: la cultura griega entró en Roma.

Pasar por las horcas caudinas.La frase "pasar por (o bajo) las horcas caudinas" se utiliza cuando alguien tiene que soportar una gran afrenta o humillación, teniendo que hacer a la fuerza algo que no deseaba.La frase está relacionada con los duros y frecuentes enfrentamientos que, sobre todo en el siglo IV a. de C., se produjeron entre los romanos y los samnitas, pueblo muy belicoso de la región de la Campania.En el año 321 a. de C., un ejército romano intentó pasar los Apeninos por un estrecho desfiladero cercano a la ciudad de Caudio, llamado Horcas Caudinas. Los samnitas cortaron la salida con rocas y árboles cortados y rodearon a los romanos, que tuvieron que rendirse y aceptar las humillantes condiciones.Apiano describe con detalle la humillación sufrida por el ejército romano: los soldados fueron desarmados y despojados de sus vestimentas y, únicamente vestidos con una túnica, fueron obligados a pasar de uno en uno por debajo de una lanza horizontal dispuesta sobre otras dos clavadas en el suelo, que obligaban a los romanos a inclinarse para cruzarlas. De este episodio, también llamado "el paso bajo el yugo", nació la expresión pasar bajo el yugo o pasar por las horcas caudinas, que significa el tener que aceptar irremediablemente una situación deshonrosa.y pasar todo el ejército.

SignificadoPasar por (o bajo) las horcas caudinas: frase utilizada cuando alguien tiene que soportar una gran afrenta o humillación, teniendo que hacer a la fuerza algo que no deseaba.

Victoria pírrica.La expresión "victoria pírrica" se emplea para referirnos a los éxitos cuya consecución no ha merecido la pena por haber costado grandes esfuerzos y sacrificios. Es una victoria lograda con igual o más daño del vencedor que del vencido.

La expresión se refiere a Pirro, rey de Epiro, que lucho toda su vida contra los romanos, a los que derrotó en varias ocasiones.

En la batalla de Heraclea (280 antes de Cristo), Pirro obtuvo una gran victoria sobre los romanos en el sur de Italia. Había desembarcado con sus soldados y sus elefantes en Tarento, y los elefantes destrozaron a la caballería romana.

Sin embargo, la pérdida de cerca de cuatro mil soldados, entre ellos sus mejores generales, le hizo exclamar a Pirro, al conocer la buena noticia de su victoria: "si consigo otra victoria como ésta, estoy perdido".

SignificadoVictoria pírrica: victoria que se consigue con muchas pérdidas en el bando aparentemente o tácticamente vencedor, de modo que aun tal victoria puede terminar siendo desfavorable para dicho bando.

En 279 a. C. Pirro entabló la segunda mayor batalla de la guerra en Asculum. Durante dos días el general romano Publius Decius Mus intentó aprovechar el terreno de las colinas de Apulia para reducir la efectividad de la caballería y los elefantes griegos, pero no consiguió detenerlos, dejando sobre el campo 6.000 soldados, por 3.500 bajas del ejército de Pirro.Las victorias de éste a costa de tan elevado número de sus propias fuerzas le llevó a decir «otra victoria como esta y estará todo perdido» según relata Plutarco. De ahí la expresión «victoria pírrica».

CONQUISTAS REPUBLICANAS:

3. Conquista del Mediterráneo Occidental

LAS GUERRAS PÚNICAS

CARTAGO, situada cerca de Túnez, era una de las numerosas colonias fenicias. Los cartagineses, a su vez, fundaron colonias en Córcega, Cerdeña, Sicilia occidental y África.

Eran un pueblo de comerciantes, y hábiles marinos , que se limitaban a intercambiar productos con las poblaciones autóctonas desde sus factorías.

La expansión romana hacia el sur de Italia, provocó que en el siglo III a. C. sólo el estrecho de Mesina separase a ambas potencias… LA CONFRONTACIÓN ERA INEVITABLE.

Los romanos llamaron a los cartagineses “púnicos”, término relacionado con el griego phoinikioi, del que deriva fenicio. Significaba “purpúreo, rojo”, porque de las costas fenicias se extraía el molusco con el que se fabricaba este preciado color.

PRIMERA GUERRA PÚNICA (264-241 a.C.)

Por primera vez los romanos se vieron envueltos en combates navales, que desconocían. Después de largos años de lucha, el general cartaginés Amilcar Barca fue vencido por el cónsul Quinto Lutacio Catulo en la batalla de las islas Égates.

Cartago perdió toda su flota y tuvo que capitular, cediendo a los romanos una fuerte indemnización de guerra y sus posesiones en Sicilia, que se convirtió en la primera provincia romana.

Al principio de la guerra, Cartago decide emplear su mejor arma, donde tiene clara superioridad respecto a Roma: la armada. Los púnicos atacan y saquean ciudades costeras italianas para obligar a Roma a desviar efectivos desde Sicilia.

Roma, que apenas tiene experiencia marinera y cuenta sólo con una pequeña flota, se resiente. Consciente de su inferioridad marinera, Roma dota a sus barcos de guerra de un artefacto llamado corvus, que es pasarela que se engancha en la galera enemiga y permite el paso de la infantería y el combate cuerpo a cuerpo, donde los romanos son superiores.

Asdrúbal, yerno y sucesor de Amílcar, fundó Carthago Nova (Cartagena), que se convirtió en la capital de la España cartaginesa, y firmó con los romanos el Tratado del Ebro, que señalaba a este río como límite de influencia de ambas potencia. En el 221 a.C. murió asesinado.

Tras la primera guerra púnica, Cartago tuvo que afrontar la sublevación de sus mercenarios y se vio obligada a comprar la ayuda de Roma con la cesión de Córcega y Cerdeña, que formaron la segunda provincia romana. Para conquistar estas pérdidas, el Senado cartaginés ordenó a la familia de los Barca la conquista de Hispania, en concreto la zona sur y la costa de Levante. Esta zona tenía amplias posibilidades económicas: la agricultura, la minería, los tributos…

SEGUNDA GUERRA PÚNICA (219-202 a.C.)

Aníbal Barca, el hijo de Amílcar, sitió la colonia griega de Sagunto, que pidió ayuda a Roma; la ciudad fue destruida y Roma declaró la guerra a Cartago.

Se contaba que, después de dar término Amílcar a su guerra en África, estando ofreciendo sacrificios antes de trasladar su ejército a Hispania, el pequeño Aníbal, de nueve años de edad, trataba de ablandar a su padre para que lo llevase con él; este lo llevó ante el altar y se hizo jurar con su mano sobre la víctima que tan pronto como le fuera posible se declararía enemigo de Roma.

T. LIVIO, Ab urbe condita, XXI

Tan pronto Aníbal desembarcó en Hispania, se convirtió en el favorito de todo el ejército. Los veteranos creyeron ver nuevamente a Amílcar tal y como era en su juventud; veían su misma expresión determinada, la misma mirada penetrante, todas sus mismas cualidades. Pronto se demostró, sin embargo, que no fue la memoria de su padre lo que más le ayudó a ganarse la adhesión del ejército. Nunca hubo carácter más capaz de tareas tan opuestas como mandar y obedecer; no era fácil distinguir quién le apreciaba más, si el general o el ejército: Siempre que se precisaba valor y resolución, Asdrúbal nunca encomendaba el mando a ningún otro; y no había jefe en quien más confiasen los soldados o bajo cuyo mando se mostrasen más osados. No temía exponerse al peligro y en su presencia se mostraba totalmente dueño de sí. Ningún esfuerzo le fatigaba, ni física ni mentalmente; era indiferente por igual al frío y al calor; comiendo y bebiendo se sometía a las necesidades de la naturaleza y no al apetito; sus horas de sueño no venían determinadas por el día o la noche, siempre que no estaba ocupado en sus deberes dormía y descansaba, pero ese descanso no lo tomaba en mullido colchón o en silencio; a menudo le veían los hombres reposando en el suelo entre los centinelas y vigías, envuelto en su capa militar. Sus ropas no eran en modo alguno mejores que las de sus camaradas; lo que le hacía resaltar eran sus armas y caballos. Fue, de lejos, el mejor tanto de la caballería como de la infantería, el primero en entrar en combate y el último en abandonar el campo de batalla. Pero a estos grandes méritos se oponían grandes vicios: una crueldad inhumana, una perfidia más que púnica, una absoluta falta de respeto por la verdad, ni reverencia, ni temor a los dioses, ni respeto a los juramentos ni sentido de la religión. Tal era su carácter, compuesto de virtudes y vicios.

SEGUNDA GUERRA PÚNICA (219-202 a.C.)

Aníbal invadió el norte de Italia y se dirigió hacia el sur. Cruzó los Alpes con su ejército y venció a los romanos en Tesino, Trebia y en el lago Trasímeno y volvió a derrotar a los romanos en Cannas (216 a.C.). La derrota de Cannas supuso el mayor desastre militar sufrido por los romanos hasta ese momento. Sin embargo, rehusó atacar Roma a la espera de unos refuerzos de Hispania que nunca llegaron.

Los romanos, por su parte, evitaron librar una batalla decisiva en Italia, y llevaron la guerra a España, donde Publio Cornelio Escipión conquistó Carthago Nova, privando a los cartagineses de la plata con la que financiaban la guerra; tras esta toma, Hispania estaba perdida para los cartagineses.

Después, Escipión pasó a África, amenazando conquistar Cartago. Aníbal trasladó su ejército a África para salvar la capital púnica, pero fue derrotado en la batalla de Zama, que puso fin a la guerra.

Es descrito por las fuentes antiguas como un hombre de carácter benévolo, afable y magnánimo. Su genio militar se debió a la perspicacia y al ingenio, esparciendo además entre sus legiones, en varias ocasiones, la idea de que actuaba bajo la protección de los dioses del panteón romano.

Siendo joven todavía, tuvo su primer encuentro con Aníbal en la Batalla del Tesino. Acompañaba entonces a su padre, por entonces cónsul, y se le había asignado el mando de una turma (escuadrón de caballería) en la retaguardia, alejado del peligro. Durante la lucha su padre fue herido y Publio, que entonces tenía 18 años, ordenó a sus hombres que le siguiesen para rescatarlo. Viéndolos vacilar, cargó él solo, haciendo avergonzar a los soldados, que no tuvieron más opción que seguirle. Finalmente un grupo de jinetes rodeó al cónsul, logrando rescatarlo.

PROTAGONISTAS

Libremos a Roma de sus inquietudes, ya que no sabe esperar la muerte de un anciano.

Cartago tuvo que aceptar una paz humillante, desarme total, fuerte indemnización y cesión a Roma de todas sus posesiones, entre ellas Hispania.

El fin de Aníbal

Roma exigió su cabeza y Aníbal debió exiliarse; durante doce años vagó por diversas cortes orientales; Hasta que el Senado de Roma envió unos legados para capturar al cartaginés. Pero éste, antes de rendirse, prefirió suicidarse.

Corría el año 183 a.C., casualmente, el mismo año en que murió Escipión, el único hombre que le venció en el campo de batalla y con el que siempre había mantenido una relación de mutuo respeto.

La crisis social y económica de finales del siglo I a.C. provocó un cambio político: los triunviratos, o gobierno formado por tres personas:

El primer triunvirato (formado por Julio César, Pompeyo y Craso) acabó en una guerra civil al enfrentarse César y Pompeyo.

El segundo triunvirato (formado por Lépido, Marco Antonio y Octavio) también acabó en enfrentamiento; esta vez con la victoria de Octavio.

Política interior

FUE EL FIN DE LA REPÚBLICA Y EL COMIENZO DEL IMPERIO