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Domingo, 8 de febrero de 2009 12345678910111213141516 La Nueva España Andrés Montes Tomás Recio y el latín son términos indi- sociables para antiguos alumnos del Institu- to Alfonso II de Oviedo que ya superen los cuarenta. Pero hay otro Tomás Recio, de segundo Muñiz, ovetense de 1949, el mayor de nueve hermanos, que optó por enredarse con lenguajes muy distantes de los que manejaba su padre. Catedrático de Álgebra de la Universidad de Cantabria desde 1982, este matemático lidera un grupo de investigación con amplio recono- cimiento internacional cuya labor está detrás de las mejoras del GPS o de la opti- mización de determinados procesos indus- triales. De ello habló en Oviedo en el con- greso de la Real Sociedad Matemática Española. Recio defiende los valores clási- cos de la ciencia frente a una sociedad que, a su juicio, no los fomenta y una nueva orientación para la enseñanza de las mate- máticas. Y rompe con el discurso que acha- ca nuestra menguada producción científica a la falta de recursos económicos. –¿Llegó a las matemáticas huyendo del latín? –No. Estudié en el Instituto Alfonso II, donde daba clases mi padre y tengo un expediente de matrículas y sobresalientes en todo, no se me atragantaba ninguna asig- natura. Me interesaban las ciencias y el pri- mer año de Universidad era común a varias carreras. Cursé más materias de las progra- madas con el objetivo de decidir lo que que- ría hacer. Eso me sirvió para aclararme y opté por las matemáticas. Lo que de verdad me gustaba era el piano, pasaba más horas con él que estudiando la carrera pero al final tuve que dejar lo estudios musicales para dedicarme a las matemáticas, que son muy absorbentes. Conozco a gente brillan- tísima en todo el mundo, el equivalente a premio Nobel, y ninguno de ellos, por más listo que sea, les dedica poco tiempo. –Su línea de investigación es la geome- tría algebraica real algorítmica. Explí- quese de forma inteligible porque, de lo contrario, en este punto nos quedamos sin lectores. –En este congreso de la Real Sociedad Matemática Española nos hemos reunido en Oviedo veintiséis personas de mi grupo de investigación de la más variada proce- dencia, desde la Escuela Normal Superior de París hasta una chica de Perú que está cursando el doctorado. Pero en algunas de las sesiones yo me quedaba con la boca abierta porque no alcanzo a comprender en su totalidad aquello en lo que trabaja cada uno de ellos. Esto puede dar idea de la com- plejidad de traducir al común de la gente lo que hacemos. En líneas generales, nuestra labor científica tiene que ver con la mejora del GPS, con el avance en el diseño de las carrocerías de los automóviles o con opti- mización de la logística de los almacenes. Hace poco estudiamos el caso de una fábri- ca de ventanas. Intentaban optimizar el aprovechamiento de los listones de PVC para reducir al mínimo la pérdida de mate- rial derivada de la variabilidad del tamaño de los cierres y que apenas haya sobras. Estos problemas se resuelven con estas herramientas algorítmicas de geometría real, son polinomios que buscan soluciones tangibles y que funcionen de manera auto- mática, que no haya que estar realizando cálculos de forma continua y que lo haga una máquina. En eso trabajo desde hace treinta años y ahora dirijo este grupo que es puntero a nivel internacional en ese campo tan raro. –Esa proyección real que tiene su investigación, ¿le libra de llorar a la hora de buscar financiación? –No me voy a quejar. En este momento, hay un deseo de reconocer una tarea de innovación y de investigación y desarrollo. Esto no impide que en la práctica haya fallos pero desde hace años no tengo pro- blemas de dinero. Ninguno de los 26 inte- grantes de ese grupo de trabajo que vinie- ron a Oviedo puede decir que no obtiene mejores resultados por problemas de finan- ciación. Nos llegan fondos europeos, de proyectos españoles, ayudas del Gobierno de Cantabria y otras a través de la Adminis- tración central. Los investigadores casi nos damos por contentos con que nos dejen tra- bajar pero, en este momento, para hacerlo no nos falta dinero. –Quizá eso ocurra porque la matemá- tica necesita menos aparataje que otras disciplinas que requieren mayores inver- siones en equipos e instrumental. –Es posible, pero tengo mis dudas de que en España haya problemas de dinero para hacer investigación. Creo que el problema no son los fondos sino gastarlos bien. En mi caso, la financiación no es un obstáculo. –Sorprende esa afirmación cuando lo que más se escucha es el lamento contra- rio, que a veces se resume en la expresión ya acuñada de «becario-precario». –Hay chicos jóvenes que tienen una carrera muy inestable. Empiezas a los 22 años y te pueden dar los 35 y sigues de inte- rino, sin haber cotizado a la Seguridad Social ni un solo día. Pero si quieres ser cantante también te pasa eso. No es lo mismo ser investigador que dedicarse a hacer muebles. Esto ocurre con cualquier carrera que exija creatividad continua y una profesión de esas características no tiene un tratamiento regularizado. La investigación supone inseguridades y obligaciones fuera de hora pero también las satisfacciones son muy grandes. No creo que las cosas estén mal en España para investigar. –¿Cómo anda la cantera de jóvenes matemáticos? –Andamos mal. En los últimos ocho años se ha producido un cambio sociológi- co que hace que a los jóvenes españoles les interese menos la ciencia. Ahora pocos quieren hacer matemáticas. Las mejores cabezas para las matemáticas se van a carreras en las que no van a necesitar esa capacidad, se van a ingenierías o a econó- micas. No es sólo un problema español. La UE puso en marcha un programa con el objetivo de incrementar un quince por cien- to hasta 2010 el número de licenciados en Matemáticas, Ciencia y Tecnología. China ya produce más licenciados en estos ámbi- tos que toda la UE. En el conjunto de Euro- pa ese objetivo se ha cubierto, pero lo que es en España sigue bajando el número de los que completa los estudios en esas espe- cialidades. En la Universidad de Cantabria pasé de tener 300 alumnos en primero de Físicas hace quince años a los diecinueve a los que ahora doy clase. –¿Por qué ocurre eso?. –Como digo, es un cambio sociológico. La ciencia ya en los tiempos clásicos era Barrer para casa Tomás Recio Catedrático de Álgebra de la Universidad de Cantabria «Hay que enseñar menos matemáticas pero con mayor aprovechamiento» «Dudo que en España falte dinero para hacer investigación» «La ciencia exige dedicación y disciplina y ésos no son valores que coticen en la sociedad actual» Tomás Recio, reconocido por sus colegas con el premio de la Asocia- ción Española de Científicos, tenía dos citas en su reciente regreso a Oviedo. Por un lado estaba el encuen- tro que los matemáticos españoles celebran cada dos años. Pero además se reunía el Consejo Escolar del Esta- do ante el que Recio recibió la enco- mienda de Alfonso X El Sabio por presidir durante nueve años el Conse- jo Escolar de Cantabria. «Una doble satisfacción, la de la distinción y la de que, por casualidad, me la otorguen en mi ciudad». Los responsables de con- sejos escolares hablaron sobre algo que él domina con soltura, el aprendi- zaje a lo largo de la vida. –Un matemático lee el periódico. ¿Con qué se encuentra? –Leo el periódico de una manera especial porque hay una destreza que te facilita interpretar las magnitudes, ver los números de forma distinta. Con esta perspectiva, a veces las noticias se con- vierten en lo contrario de lo que apa- rentan y algunos titulares pueden situarse en su verdadera dimensión. Con sentido común y competencia matemática las noticias tienen otra lec- tura. Insisto mucho en aspectos prácti- cos como éste para poner de relieve que la destreza matemática aumenta nues- tra capacidad personal y eso llega a convertirse en una ventaja social. –Haciendo mejor los números, ¿la crisis en la que estamos inmersos lo sería menos? –La crisis tiene más que ver con la ética que con los números. No es un problema de matemáticas sino de modelo de crecimiento. Aunque si yo supiera desentrañar su origen seguro que estaba en otra esfera de responsa- bilidad. Dudo que alguien lo sepa pero, en cualquier caso, la interpretación de la crisis se escapa a la destreza mate- mática. NACHO OREJAS Tomás Recio. «Con destreza matemática,las noticias del periódico tienen una lectura distinta»

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Domingo, 8 de febrero de 2009

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La Nueva España

✒ Andrés MontesTomás Recio y el latín son términos indi-

sociables para antiguos alumnos del Institu-to Alfonso II de Oviedo que ya superen loscuarenta. Pero hay otro Tomás Recio, desegundo Muñiz, ovetense de 1949, elmayor de nueve hermanos, que optó porenredarse con lenguajes muy distantes delos que manejaba su padre. Catedrático deÁlgebra de la Universidad de Cantabriadesde 1982, este matemático lidera ungrupo de investigación con amplio recono-cimiento internacional cuya labor estádetrás de las mejoras del GPS o de la opti-mización de determinados procesos indus-triales. De ello habló en Oviedo en el con-greso de la Real Sociedad MatemáticaEspañola. Recio defiende los valores clási-cos de la ciencia frente a una sociedad que,a su juicio, no los fomenta y una nuevaorientación para la enseñanza de las mate-máticas. Y rompe con el discurso que acha-ca nuestra menguada producción científicaa la falta de recursos económicos.

–¿Llegó a las matemáticas huyendodel latín?

–No. Estudié en el Instituto Alfonso II,donde daba clases mi padre y tengo unexpediente de matrículas y sobresalientesen todo, no se me atragantaba ninguna asig-natura. Me interesaban las ciencias y el pri-mer año de Universidad era común a variascarreras. Cursé más materias de las progra-madas con el objetivo de decidir lo que que-ría hacer. Eso me sirvió para aclararme yopté por las matemáticas. Lo que de verdadme gustaba era el piano, pasaba más horascon él que estudiando la carrera pero alfinal tuve que dejar lo estudios musicalespara dedicarme a las matemáticas, que sonmuy absorbentes. Conozco a gente brillan-tísima en todo el mundo, el equivalente apremio Nobel, y ninguno de ellos, por máslisto que sea, les dedica poco tiempo.

–Su línea de investigación es la geome-tría algebraica real algorítmica. Explí-quese de forma inteligible porque, de locontrario, en este punto nos quedamossin lectores.

–En este congreso de la Real SociedadMatemática Española nos hemos reunidoen Oviedo veintiséis personas de mi grupode investigación de la más variada proce-dencia, desde la Escuela Normal Superiorde París hasta una chica de Perú que estácursando el doctorado. Pero en algunas delas sesiones yo me quedaba con la bocaabierta porque no alcanzo a comprender ensu totalidad aquello en lo que trabaja cadauno de ellos. Esto puede dar idea de la com-plejidad de traducir al común de la gente loque hacemos. En líneas generales, nuestralabor científica tiene que ver con la mejoradel GPS, con el avance en el diseño de lascarrocerías de los automóviles o con opti-mización de la logística de los almacenes.

Hace poco estudiamos el caso de una fábri-ca de ventanas. Intentaban optimizar elaprovechamiento de los listones de PVCpara reducir al mínimo la pérdida de mate-rial derivada de la variabilidad del tamañode los cierres y que apenas haya sobras.Estos problemas se resuelven con estasherramientas algorítmicas de geometríareal, son polinomios que buscan solucionestangibles y que funcionen de manera auto-mática, que no haya que estar realizandocálculos de forma continua y que lo haga

una máquina. En eso trabajo desde hacetreinta años y ahora dirijo este grupo que espuntero a nivel internacional en ese campotan raro.

–Esa proyección real que tiene suinvestigación, ¿le libra de llorar a la horade buscar financiación?

–No me voy a quejar. En este momento,hay un deseo de reconocer una tarea deinnovación y de investigación y desarrollo.Esto no impide que en la práctica hayafallos pero desde hace años no tengo pro-

blemas de dinero. Ninguno de los 26 inte-grantes de ese grupo de trabajo que vinie-ron a Oviedo puede decir que no obtienemejores resultados por problemas de finan-ciación. Nos llegan fondos europeos, deproyectos españoles, ayudas del Gobiernode Cantabria y otras a través de la Adminis-tración central. Los investigadores casi nosdamos por contentos con que nos dejen tra-bajar pero, en este momento, para hacerlono nos falta dinero.

–Quizá eso ocurra porque la matemá-tica necesita menos aparataje que otrasdisciplinas que requieren mayores inver-siones en equipos e instrumental.

–Es posible, pero tengo mis dudas de queen España haya problemas de dinero parahacer investigación. Creo que el problemano son los fondos sino gastarlos bien. En micaso, la financiación no es un obstáculo.

–Sorprende esa afirmación cuando loque más se escucha es el lamento contra-rio, que a veces se resume en la expresiónya acuñada de «becario-precario».

–Hay chicos jóvenes que tienen unacarrera muy inestable. Empiezas a los 22años y te pueden dar los 35 y sigues de inte-rino, sin haber cotizado a la SeguridadSocial ni un solo día. Pero si quieres sercantante también te pasa eso. No es lomismo ser investigador que dedicarse ahacer muebles. Esto ocurre con cualquiercarrera que exija creatividad continua y unaprofesión de esas características no tiene untratamiento regularizado. La investigaciónsupone inseguridades y obligaciones fuerade hora pero también las satisfacciones sonmuy grandes. No creo que las cosas esténmal en España para investigar.

–¿Cómo anda la cantera de jóvenesmatemáticos?

–Andamos mal. En los últimos ochoaños se ha producido un cambio sociológi-co que hace que a los jóvenes españoles lesinterese menos la ciencia. Ahora pocosquieren hacer matemáticas. Las mejorescabezas para las matemáticas se van acarreras en las que no van a necesitar esacapacidad, se van a ingenierías o a econó-micas. No es sólo un problema español. LaUE puso en marcha un programa con elobjetivo de incrementar un quince por cien-to hasta 2010 el número de licenciados enMatemáticas, Ciencia y Tecnología. Chinaya produce más licenciados en estos ámbi-tos que toda la UE. En el conjunto de Euro-pa ese objetivo se ha cubierto, pero lo quees en España sigue bajando el número delos que completa los estudios en esas espe-cialidades. En la Universidad de Cantabriapasé de tener 300 alumnos en primero deFísicas hace quince años a los diecinueve alos que ahora doy clase.

–¿Por qué ocurre eso?.–Como digo, es un cambio sociológico.

La ciencia ya en los tiempos clásicos era

Barrer para casaTomás RecioCatedrático de Álgebra de la Universidad de Cantabria

«Hay que enseñar menos matemáticaspero con mayor aprovechamiento»«Dudo que en España falte dinero para hacer investigación» ● «La ciencia exigededicación y disciplina y ésos no son valores que coticen en la sociedad actual»

Tomás Recio, reconocido por suscolegas con el premio de la Asocia-ción Española de Científicos, teníados citas en su reciente regreso aOviedo. Por un lado estaba el encuen-tro que los matemáticos españolescelebran cada dos años. Pero ademásse reunía el Consejo Escolar del Esta-do ante el que Recio recibió la enco-mienda de Alfonso X El Sabio porpresidir durante nueve años el Conse-jo Escolar de Cantabria. «Una doblesatisfacción, la de la distinción y la deque, por casualidad, me la otorguen enmi ciudad». Los responsables de con-sejos escolares hablaron sobre algoque él domina con soltura, el aprendi-zaje a lo largo de la vida.

–Un matemático lee el periódico.¿Con qué se encuentra?

–Leo el periódico de una maneraespecial porque hay una destreza que tefacilita interpretar las magnitudes, verlos números de forma distinta. Con esta

perspectiva, a veces las noticias se con-vierten en lo contrario de lo que apa-rentan y algunos titulares puedensituarse en su verdadera dimensión.Con sentido común y competenciamatemática las noticias tienen otra lec-tura. Insisto mucho en aspectos prácti-cos como éste para poner de relieve quela destreza matemática aumenta nues-tra capacidad personal y eso llega aconvertirse en una ventaja social.

–Haciendo mejor los números, ¿lacrisis en la que estamos inmersos losería menos?

–La crisis tiene más que ver con laética que con los números. No es unproblema de matemáticas sino demodelo de crecimiento. Aunque si yosupiera desentrañar su origen seguroque estaba en otra esfera de responsa-bilidad. Dudo que alguien lo sepa pero,en cualquier caso, la interpretación dela crisis se escapa a la destreza mate-mática.

NACHO OREJAS

Tomás Recio.

«Con destreza matemática, las noticiasdel periódico tienen una lectura distinta»

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La Nueva EspañaLa Nueva España

Domingo, 8 de febrero de 2009

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una tarea de esclavos, cultos pero esclavos,y la gente noble no se dedicaba a esascosas. Estados Unidos se convirtió en unapotencia científica en buena parte por lalabor de los emigrantes, de gente que ibaallí a buscarse la vida. Los grandes nego-cios y las mayores fortuna se amasan coneconomía o con industria, no con ciencia.Yen una sociedad próspera como la nuestra,en cuanto los jóvenes ven este proceso sevuelcan hacia carreras que les pueden faci-litar mejor el acceso a ese estatus. Lascarreras científicas exigen trabajo, dedica-ción, disciplina y éstos no son valores quecoticen mucho en una sociedad rica y avan-zada como la nuestra. Lo que la gente noquiere ser hoy es de profesión científico.

–Usted verá ese distanciamiento comoun cambio reciente pero las matemáticassiempre fueron un ogro académico.

–Las matemáticas son abstractas y noresultan fáciles, no se venden baratas. Ésteno es un mal privativo de España sino gene-ralizado. Los estudios ponen de manifiestoademás que da igual el partido que gobier-ne, los resultados en este ámbito, a nivelescolar, son siempre similares, estamos enla media europea. Cosa muy distinta es quelas matemáticas podrían y deberían ense-ñarse de otra forma. Hay que enseñarmenos matemáticas. Tenemos un nivel deconocimiento ficticio en nuestro currícu-lum escolar porque se pide mucho, pero esesaber se olvida con facilidad. En otros paí-

ses se exige menos pero se trabaja más eninteriorizar esas destrezas que adquiere elalumno. Ésta es la herencia de un sistemaeducativo orientado a una clase privilegiaday al que ahora accede todo el mundo porquees obligatorio. Se impone cambiar los plan-teamientos y la última reforma educativaavanza en esa línea de conseguir que losalumnos sean competentes en aquellas des-trezas que necesitan para la vida. Eso es loque está en marcha pero es algo que no seconsigue sólo con publicar una ley nueva enel BOE, es necesario que lo asuma la comu-nidad educativa. Hay que romper inercias yen esto Asturias fue pionera, se hizo unagran esfuerzo por avanzar hacia esa mayorcompetencia matemática de los alumnos.

NACHO OREJAS

Tomás Recio muestra algunas de las fórmulas matemáticas con las que trabaja.

❜❜Tenemos un nivel deconocimiento ficticioen nuestrocurrículum escolar;se pide mucho perose olvida pronto