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    EEllffuueeggooiinntteerrnnoo

    Carlos Castaneda

    Comentario [LT1]:

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    NDICE

    INTRODUCCIN................................................................................................................. 2

    I. LOS NUEVOS VIDENTES............................................................................................... 4II. LOS PINCHES TIRANOS............................................................................................... 7III. LAS EMANACIONES DEL GUILA............................................................................. 13IV. EL RESPLANDOR DEL HUEVO LUMINOSO............................................................. 19V. LA PRIMERA ATENCIN............................................................................................. 23VI. LOS SERES INORGNICOS...................................................................................... 28VII. EL PUNTO DE ENCAJE............................................................................................. 38VIII. LA POSICIN DEL PUNTO DE ENCAJE................................................................. 44IX. EL MOVIMIENTO HACIA ABAJO................................................................................ 49X. LAS GRANDES BANDAS DE EMANACIONES........................................................... 54XI.ACECHO, INTENTOY LA POSICIN DE ENSUEO............................................... 57XII. EL NAGUAL JULIAN................................................................................................... 62XIII. EL LEVANTN DE LA TIERRA................................................................................. 68XIV. LA FUERZA RODANTE............................................................................................ 73

    XV. LOS DESAFIANTES DE LA MUERTE....................................................................... 77XVI. EL MOLDE DEL HOMBRE........................................................................................ 85XVII. EL VIAJE DEL CUERPO DE ENSUEO................................................................. 90XVIII. ROMPER LA BARRERA DE LA PERCEPCIN..................................................... 95

    EPLOGO.......................................................................................................................... 98

    INTRODUCCIN

    En los ltimos quince aos, he escrito extensos relatos sobre mis relaciones de aprendiz con un brujoindio, don Juan Matus. A causa de lo extrao de los conceptos y prcticas que don Juan quiso que yocomprendiera e interiorizara, no he tenido otra alternativa sino presentar sus enseanzas en forma denarraciones descriptivas, relatos de lo que me ocurri, tal como sucedi.

    La organizacin total de las enseanzas de don Juan se basaba en la idea de que el hombre tiene dostipos de conciencia. El los nombr el lado derecho y el lado izquierdo, y de acuerdo a ello, dividi su

    instruccin en enseanzas para el lado derecho y enseanzas para el lado izquierdo.Describi el primero como lo normal de todos nosotros, o el estado de conciencia necesario para

    desempearse en el mundo cotidiano. Dijo que el segundo era algo que no es normal, el lado misteriosodel hombre, el estado de conciencia requerido para funcionar como brujo y vidente.

    Las enseanzas para el lado derecho las llev a cabo en mi estado de conciencia normal. He descritoesas enseanzas, a detalle, en todos mis relatos. Como parte de ellas, don Juan me dio a saber que lera un brujo. Incluso, me present a otro brujo, don Genaro Flores, y debido a la naturaleza de nuestraasociacin, lgicamente conclu que me haban tomado como aprendiz.

    Ese aprendizaje, en mi modo de pensar de aquel entonces, culmin con un acto incomprensible quedon Juan y don Genaro me hicieron ejecutar. Me hicieron saltar desde la cuna de una montaa a unabismo.

    En uno de mis relatos he descrito lo que me ocurri en aquella ocasin. Lo que yo cre que era elltimo drama de las enseanzas para el lado derecho fue representado all, en esa cima, por el propiodon Juan, don Genaro, dos aprendices, Pablito y Nstor, y yo. Pablito, Nstor y yo nos precipitamos, unopor uno, a un abismo.

    Durante aos despus, cre, a pie juntillas, que mi absoluta confianza en don Juan y en don Genaro

    fue lo que inexplicablemente me hizo sobrevivir. Hasta llegu a creer que el sobrepasar mi pnicoracional, al enfrentar mi inevitable aniquilacin, fue lo que me salv. Ahora s que no fue as. S que elsecreto estaba en las enseanzas para el lado izquierdo, y que impartir esas enseanzas implictremenda disciplina y perseverancia de parte de don Juan, don Genaro y sus otros compaeros.

    Me ha tomado casi diez aos recordar exactamente lo que ocurri en las enseanzas para el ladoizquierdo. Ahora s qu fue lo que me hizo estar tan dispuesto a realizar un acto de tal magnitud:precipitarme a un abismo.

    En sus enseanzas para el lado izquierdo, don Juan dej entrever lo que l, don Genaro y sus otroscompaeros realmente eran y lo que hacan conmigo. No me enseaban brujera, ni encantamientos, me

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    enseaban las tres partes de un antiqusimo conocimiento que posean; ellos llamaban a esas trespartes el estar conciente de ser, el acecho y el intento. Y no eran brujos; eran videntes. Y don Juan noslo era vidente sino que tambin era un nagual.

    En sus enseanzas para el lado derecho, don Juan ya me haba explicado muchas cosas acerca delnagual y acerca de los videntes. Entend que ser vidente era la capacidad que tienen los seres humanosde ampliar su campo de percepcin hasta el punto de poder aquilatar no slo las apariencias externassino la esencia de todo. Entre otras cosas, me haba explicado que los videntes ven al hombre como uncampo de energa, algo parecido a una bola de luz, o lo que l llamaba un huevo luminoso. Deca quepor lo general esos campos de energa estn divididos en dos secciones, y que la excepcin a esta reglason los hombres y mujeres que tienen sus campos de energa divididos en tres o cuatro partes. Debido aello, esas personas son ms fuertes y adaptables que el hombre comn y corriente, y por lo tanto,pueden convertirse en naguales al volverse videntes.

    Fue, sin embargo, en sus enseanzas para el lado izquierdo, donde don Juan elucid totalmente losintrincados detalles de ser un vidente y de ser un nagual. Recalc innumerables veces que ser unvidente implica el comando de recursos perceptuales imposibles de definir, y que ser un nagual es llegara un pinculo de disciplina y control. Ser un nagual significa ser un lder, ser un maestro y un gua.

    Como nagual, don Juan era el lder de un grupo, conocido como la partida del nagual, compuesto porocho videntes femeninas, Cecilia, Delia, Hermelinda, Carmela, Nlida, Florinda, Zuleica y Zoila; tresvidentes masculinos, Vicente, Silvio Manuel y Genaro; y cuatro propios o mensajeros, Emilio, Juan

    Tuma, Marta y Teresa.Pero don Juan no solamente era el gua de la partida del nagual, sino que tambin educaba y guiaba a

    un grupo de videntes aprendices conocidos como la partida del nuevo nagual. Consista ese grupo decuatro hombres jvenes, Pablito, Nstor, Eligio y Benigno, de cinco mujeres, Soledad, la Gorda, Lidia,Josefina y Rosa. Yo era el lder nominal de ellos, junto con Carol, la mujer nagual.

    Las enseanzas para el lado izquierdo me fueron dadas cada vez que yo entraba en un estado nicode claridad perceptual que l llamaba conciencia acrecentada. A lo largo de mis aos de asociacin condon Juan, repetidamente me hizo entrar en tales estados mediante un golpe que me daba con la palmade la mano, en la parte superior de la espalda.

    Don Juan me explic que, en un estado de conciencia acrecentada, la conducta de los aprendices estan natural como en la vida diaria. Su gran ventaja es que pueden enfocar sus mentes en cualquier cosacon fuerza y claridad descomunales; pero su desventaja esta en la imposibilidad de traer al campo de lamemoria normal lo que les sucede. Lo que les acontece en tales estados se convierte en parte de susrecuerdos cotidianos slo a travs de un asombroso esfuerzo.

    Mi interaccin con los videntes compaeros de don Juan fue un ejemplo de esta dificultad de recordar.Con la excepcin de don Genaro, yo slo tena contacto con ellos en estados de conciencia acrecentada;

    por ello, en mi vida normal, no poda recordarlos de ninguna manera. Despus de esfuerzos inauditos,llegu a recordar que siempre me reuna con ellos de un modo casi ritual. Comenzaba al arribar en micoche a la casa de don Genaro, en un pueblito en el sur de Mxico. De inmediato, don Juan se una anosotros y luego los tres nos empebamos en ejecutar las enseanzas para el lado derecho. Al cabo deun rato, don Juan me haca cambiar niveles de conciencia y yo los llevaba a los dos en mi coche a unpueblo cercano, ms grande, donde don Juan y don Genaro vivan con sus otros compaeros videntes.

    Cada vez que yo entraba en un estado de conciencia acrecentada no poda dejar de maravillarme dela diferencia entre mis dos lados. Siempre senta como si un velo se me quitara de los ojos, como siantes hubiera estado parcialmente ciego y ahora poda ver. La libertad, el absoluto regocijo que solaposesionarse de m en esas ocasiones no puede compararse con ninguna otra cosa que hayaexperimentado jams. Pero al mismo tiempo, haba un aterrador sentido de tristeza y aoranza que ibade la mano con aquella libertad y aquel regocijo. Don Juan me haba dicho que sin tristeza y aoranzauno no est completo, pues sin ellas no hay sobriedad, no hay gentileza. Deca que la sabidura singentileza y el conocimiento sin sobriedad son intiles.

    La meta final de sus enseanzas para el lado izquierdo fue la explicacin que don Juan, junto conalgunos de sus compaeros videntes, me dieron acerca de la tres facetas de su conocimiento: lamaestra del estar consciente de ser, la maestra del acechoy la maestra del intento.

    Esta obra trata de la maestra del estar consciente de ser. Yo la describo aqu como parte del arreglototal que don Juan us a fin de prepararme para llevar a cabo el asombroso acto de saltar a un abismo.

    Debido al hecho de que las experiencias aqu narradas tuvieron lugar en estados de concienciaacrecentada, no pueden tener la trama de la vida cotidiana. Carecen de contexto mundano, aunque hehecho lo mejor por proporcionarlo, sin hacerlo ficcin. En estados de conciencia acrecentada se tienemnima idea de lo que nos rodea, puesto que la concentracin total queda ocupada con los detalles de laaccin del momento.

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    En este caso, naturalmente, la accin del momento era la elucidacin de la maestra del estarconsciente de ser. Don Juan me dio a entender que dicha maestra era la versin moderna de unaantiqusima tradicin, que l llamaba la tradicin de los antiguos videntes toltecas.

    Aunque l senta que estaba unido, de modo inextricable, a aquella antigua tradicin se consideraba as mismo como uno de los videntes de un nuevo ciclo. Cuando una vez le ped que me describiera lascaractersticas esenciales de los videntes del nuevo ciclo, lo primero que dijo fue que son los guerrerosde la libertad total. Luego explic que son tales maestros del estar consciente de ser, del acecho y delintento, que la muerte no los alcanza como alcanza al resto de los seres humanos. Los guerreros de lalibertad total eligen el momento y la manera en que han de partir de este mundo. En ese momento seconsumen con un fuego interno y desaparecen de la faz de la tierra, libres, como si jams hubieranexistido.

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    I. LOS NUEVOS VIDENTES

    Haba pasado la noche en la ciudad de Oaxaca, en el sur de Mxico, iba camino a las montaas deIxtln a buscar a don Juan. Al salir en mi coche de la ciudad, temprano por la maana, tuve el buen tinode dar una vuelta por la plaza principal, y ah lo encontr, sentado en su banca favorita, como siesperase a que yo pasara.

    Par el coche y me reun con l. Me dijo que estaba en la ciudad atendiendo negocios, que se hallabahospedado en una pensin local y que con toda confianza poda quedarme con l, ya que tena quepermanecer en la ciudad por dos das ms. Por un largo rato hablamos de mis actividades y problemasen el mundo acadmico.

    Como era su costumbre, de repente me dio una palmada en la espalda, cuando menos me loesperaba, y el golpe me hizo entrar en un estado de conciencia acrecentada.

    Estuvimos sentados durante mucho tiempo, en silencio. Yo esperaba con ansia que comenzara ahablar y, sin embargo, cuando lo hizo me sorprendi.

    -Mucho tiempo antes de que los espaoles llegaran a Mxico -dijo- existan extraordinarios videntestoltecas, hombres capaces de actos inconcebibles. Eran el ltimo eslabn en una cadena deconocimiento que se extendi a lo largo de miles de aos.

    "Esos videntes toltecas fueron hombres extraordinarios; brujos poderosos, sombros y obsesionadosque desentraaron misterios y poseyeron conocimientos secretos que utilizaban para afectar o subyugar

    a quienes cayeran en sus manos. Saban como inmovilizar la atencin de sus vctimas y fijarla en lo quefuera.

    Dej de hablar y me mir. Sent que esperaba que yo le hiciera una pregunta, pero no saba qupreguntar.

    -Tengo que hacer hincapi en un hecho importante -prosigui-, el hecho de que aquellos brujos sabancmo inmovilizar la atencin de sus vctimas. No te diste cuenta, cuando yo lo mencion no significnada para ti. No es raro. Una de las cosas ms difciles de admitir es que el estar consciente de ser esalgo que puede ser manejado.

    Me sent confuso. Saba que me guiaba hacia algo. Senta una aprensin familiar, el mismosentimiento que siempre me asaltaba cuando don Juan comenzaba un nuevo ciclo de enseanzas.

    Le dije cmo me senta. Hizo un gesto vago de sonrisa. De costumbre, cuando sonrea, rezumabafelicidad; esta vez estaba definitivamente preocupado. Durante un momento pareci considerar si seguirhablando o no. De nuevo me mir atentamente, paseando su mirada con lentitud a lo largo de todo micuerpo. Aparentemente satisfecho, asinti con la cabeza y dijo que yo estaba listo para emprender laetapa final; el aprendizaje que todos los guerreros tenan que llevar a cabo para al fin entender el caminodel conocimiento.

    -Vamos a hablar del estar consciente de ser -continu-. Los videntes toltecas, de hecho, fueron losmaestros supremos del arte de estar consciente de ser. Cuando digo que saban cmo inmovilizar laatencin de sus vctimas, quiero decir que su conocimiento y sus prcticas secretas les permitieronromper el misterio del estar consciente de ser. Muchas de sus prcticas han sobrevivido hasta el da dehoy, afortunadamente, en una forma modificada. Digo afortunadamente porque esas actividades; comoya te lo explicar, no llevaron a los antiguos videntes toltecas a la libertad, sino a su ruina.

    -Usted conoce esas prcticas? -pregunt.-Claro que s -contest-. No hay manera de que nosotros no conozcamos esas tcnicas, pero eso no

    quiere decir que las practiquemos. Tenemos otras miras. Pertenecemos a un nuevo ciclo.-Pero, usted no se considera brujo, verdad, don Juan? -le pregunt.-No le hagas, -dijo-. Yo soy un guerrero que ve. En realidad, todos nosotros somos los nuevos

    videntes. Los antiguos videntes eran los brujos."Para el hombre comn -prosigui-, la brujera es asunto negativo, pero de todos modos fascinante.

    Por esa razn, siempre te anim, en tu estado de conciencia normal, a que pensaras que nosotrossomos brujos. Es recomendable hacerlo. Sirve para atraer el inters. Pero, para nosotros ser brujos seracomo entrar en un callejn sin salida.

    Quise saber que quera decir con eso, pero se neg a hablar al respecto. Dijo que se explayara en eltema conforme siguiera avanzando con su exposicin del estar consciente de ser.

    Le pregunt acerca del origen del conocimiento de los toltecas.-Al comer plantas de poder los toltecas dieron el primer paso en el camino del conocimiento -contest-.

    Ya fuera empujados por la curiosidad, o el hambre, o el error, las comieron. Una vez que las plantas depoder produjeron sus efectos, solamente fue asunto de esperar hasta que algunos de ellos comenzarana analizar sus experiencias. En mi opinin, los primeros hombres que recorrieron el camino delconocimiento fueron muy intrpidos y al mismo tiempo muy desacertados.

    -No es todo esto una conjetura de su parte, don Juan?

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    -No, esto no es ninguna conjetura ma. Yo soy vidente, y cuando me enfoco en aquella poca s todolo que ocurri.

    -Puede verlos detalles de las cosas del pasado? -pregunt.-Ver es un sentido peculiar de saber -contest-, de saber algo sin la menor duda. En este caso s lo

    que hicieron esos hombres, no solamente a causa de que veo, sino porque estamos tan estrechamenteligados con ellos.

    Don Juan explic entonces que su uso del trmino "tolteca" no corresponda a la manera como yo lousaba. Para m significaba una cultura, el imperio tolteca. Para l, el trmino "tolteca" significaba "hombrede conocimiento".

    Dijo que en la poca a que se refera, siglos o tal vez incluso milenios antes de la Conquista espaola,todos aquellos hombres de conocimiento vivan dentro de una vasta rea geogrfica, al norte y al sur delvalle de Mxico, y que se dedicaban a ocupaciones especficas: curar, embrujar, hacer relatos, bailar, serorculos, preparar alimentos y bebidas. Tales ocupaciones fomentaban un conocimiento especfico, unconocimiento que los diferenciaba del hombre comn y corriente. Por otra parte, esos toltecas eranpersonas que encajaban en la estructura de la vida cotidiana, muy a la manera en que lo hacen ennuestra poca los mdicos, artistas, maestros, sacerdotes y hombres de negocios. Practicaban susprofesiones bajo el estricto control de cofradas organizadas y llegaron a ser expertos tan influyentes queincluso dominaron todas las reas vecinas.

    Don Juan dijo que despus de siglos de usar plantas de poder, algunos de ellos aprendieron

    finalmente a ver. Los ms emprendedores comenzaron entonces la enseanza de cmo ver. Y ese fue elprincipio de su perdicin. Al pasar el tiempo aument el nmero de videntes, y la obsesin de ver lleg atal punto que dejaron de ser hombres de conocimiento. Se volvieron expertos en ver y en ejercer controlsobre los extraos mundos que atestiguaban, pero todo ello no sirvi de nada. El ver haba socavado sufuerza y los haba obligado a obsesionarse con lo que vean.

    "Sin embargo, hubo videntes que escaparon a ese destino -prosigui don Juan-, grandes hombresque, a pesar de ver, nunca dejaron de ser hombres de conocimiento. Estoy convencido de que, bajo sudireccin, las poblaciones de ciudades enteras penetraron en los mundos que vean, y de ellos novolvieron a salir jams.

    "Pero los videntes que podan slo ver fueron un fracaso, y cuando su tierra fue invadida por pueblosconquistadores se encontraron tan indefensos como todos los dems.

    "Esos conquistadores -continu- se apoderaron del mundo tolteca, se apropiaron de todo, pero nuncaaprendieron a ver.

    -Por qu cree usted que nunca aprendieron a ver? -pregunt.-Porque copiaron los procedimientos de los videntes toltecas sin tener el conocimiento interno que los

    acompaa. Hasta la fecha hay cantidades de brujos por todo Mxico, descendientes de esos

    conquistadores, que siguen imitando a los toltecas, pero sin saber lo que hacen, o lo que dicen, porqueno son videntes.-Quines fueron esos conquistadores, don Juan?-Otros indios -dijo-. Cuando llegaron los espaoles, los antiguos videntes haban desaparecido haca

    ya siglos. Lo que encontraron los espaoles fue una nueva casta de videntes que comenzaba ya aasegurar su posicin en un nuevo ciclo.

    -Qu cosa es una nueva casta de videntes?-Despus que el mundo de los primeros toltecas fue destruido, los videntes que sobrevivieron se

    recluyeron y empezaron un recuento de sus prcticas. Lo primero que hicieron fue establecer el acecho,el ensoar y el intento como los procedimientos claves, luego descontinuaron el uso de las plantas depoder; quizs eso nos da cierta idea de lo que realmente les sucedi con las plantas de poder.

    "El nuevo ciclo apenas comenzaba a establecerse cuando los conquistadores espaoles acabaron contodo. Afortunadamente, para entonces los nuevos videntes estaban completamente preparados paraenfrentar ese peligro. Ya eran practicantes consumados del arte del acecho.

    Don Juan dijo que los subsecuentes siglos de subyugacin les proporcionaron a los nuevos videnteslas circunstancias ideales para perfeccionar sus habilidades. Por extrao que parezca, fue el extremorigor y la coercin de dicho periodo lo que les dio el mpetu para refinar sus nuevos principios. Y gracias

    al hecho de que nunca divulgaban sus actividades, se les dej libres y pudieron explorar y delinear elcurso de sus actos.

    -Hubo un gran nmero de videntes durante la Conquista? -pregunt.-Al principio haba muchos. En la poca colonial slo qued un puado. El resto haba sido

    exterminado.-Y cmo est la cosa hoy en da?-Hay unos cuantos. Como t comprenders, estn dispersos por todas partes.-Los conoce, usted, don Juan?

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    -Una pregunta tan sencilla es la ms difcil de contestar -repuso-. Hay unos a quienes conocemos muybien. Pero no son exactamente como nosotros, porque se han concentrado en otros aspectosespecficos del conocimiento, tales como bailar, curar, embrujar, hablar, en vez de lo que recomiendanlos nuevos videntes: el acecho, el ensueo y el intento. Los que son exactamente como nosotros nocruzaran nuestro camino. As lo dispusieron los videntes que vivieron durante los tiempos colonialespara evitar ser exterminados por los espaoles. Cada uno de esos videntes fund un linaje. Y no todosellos tuvieron descendientes, de modo que quedan muy pocos.

    -Conoce usted a algunos que sean exactamente como nosotros?-Unos cuantos -contest lacnicamente.Le ped entonces que me diera toda la informacin posible; el tema me interesaba de manera vital; me

    era de suma importancia conocer nombres y direcciones con objeto de validar y corroborar todo lo queme estaba diciendo.

    Don Juan no pareca interesado en complacerme.-Los nuevos videntes pasaron por todas esas corroboraciones -dijo-. La mitad de ellos dej los huesos

    en el cuarto donde los corroboraban. As que ahora son pjaros solitarios. Dejmoslo as. Lo nico de loque podemos hablar es de nuestro linaje. Acerca de eso, t y yo podemos decir todo lo que queramos.

    Explic que todos los linajes fueron iniciados en la misma poca y de igual manera. Hacia fines delsiglo diecisis cada nagual se cerr en s mismo y aisl a su grupo de videntes para que no tuvieranningn contacto abierto con otros videntes. La consecuencia de esa drstica segregacin fue la

    formacin de linajes individuales. Dijo que nuestro linaje estaba compuesto de catorce naguales y cientoveintisis videntes. Algunos de esos catorce naguales tuvieron solamente siete videntes con ellos, otrostuvieron once y algunos hasta quince.

    Me dijo que su maestro, o su benefactor, como le llamaba, era el nagual Julin, y el anterior a Julinera el nagual Elas. Le pregunt si conoca los nombres de todos los catorce naguales. Los nombr y losenumer, a fin de que yo supiera quines eran. Dijo tambin que haba conocido personalmente a losquince videntes que formaron el grupo de su benefactor, y que haba conocido al maestro de subenefactor, el nagual Elas, y a los once videntes de su grupo.

    Don Juan me asegur que nuestro linaje era bastante excepcional, porque sufri un cambio drstico enel ao 1723. Una influencia externa vino a afectarnos y alter nuestro curso de manera inexorable. Enese momento no quiso hablar del evento en s, pero dijo que, a partir de ese entonces, nuestra lneatomaba en cuenta un nuevo comienzo, y que se consideraba que los ocho naguales que habangobernado el linaje desde ese instante, eran intrnsecamente diferentes a los seis que los precedieron.

    Don Juan debi tener negocios que atender al da siguiente, porque no lo vi hasta casi el medioda.Mientras tanto, llegaron a la ciudad tres de sus aprendices, Pablito, Nstor y la Gorda. Venan a comprar

    herramientas y materiales para el negocio de carpintera de Pablito. Los acompa y los ayud a cumplirtodos sus encargos. Luego regresamos todos a la pensin.Los cuatro estbamos sentados conversando cuando don Juan entr a mi cuarto. Nos dijo que

    partiramos despus del almuerzo, y que, inmediatamente, tena algo que discutir conmigo, en privado.Sugiri que nosotros dos diramos un paseo alrededor de la plaza antes de que nos reuniramos todosen un restaurante.

    Pablito y Nstor se pusieron de pie y salieron diciendo que an no terminaban sus quehaceres. LaGorda pareca estar muy disgustada.

    -De qu van a hablar? -chill, pero de inmediato reconoci su error y se ri nerviosamente.Don Juan la mir de manera extraa pero no dijo nada.

    Alentada por su silencio, la Gorda propuso que la llevramos con nosotros. Nos asegur que no nosmolestara en lo ms mnimo.

    -Estoy seguro de que no nos molestars -le dijo don Juan-, pero realmente no quiero que oigas nadade lo que tengo que decir.

    El enojo de la Gorda era muy obvio. Se sonroj. Cuando don Juan y yo salamos del cuarto, la mir ahurtadillas y not que tena la boca abierta y los labios resecos. Toda su cara se haba nublado conansiedad y tensin, distorsionndose al instante.

    El malhumor de la Gorda me caus una gran ansiedad. De hecho, senta una incomodidad fsica. Nodije nada, pero don Juan pareci darse cuenta de cmo me senta.

    -Deberas darle gracias a la Gorda da y noche -dijo de repente-. Ella te est ayudando a destruir tuimportancia personal. Ella es la pinche tirana en tu vida, pero an no te das cuenta de eso.

    Paseamos alrededor de la plaza hasta que todo mi nerviosismo se desvaneci. Entonces nos volvimosa sentar en su banca preferida.

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    -Vamos a continuar la discusin que comenzamos en Oaxaca -contest-. Entender esta explicacin vaa requerir tu esfuerzo mximo. Tienes que estar dispuesto a cambiar una y otra vez de niveles deconciencia, y mientras estemos envueltos en nuestra pltica exigir de ti total concentracin y paciencia.

    Quejndome a medias, le dije que me haba hecho sentirme muy mal al negarse a hablarme desde millegada a su casa. Me mir y arque las cejas. Una sonrisa apareci fugazmente en sus labios y sedesvaneci. Me di cuenta de que me daba a entender que yo estaba tan confuso como la Gorda.

    -Te estuve aguijoneando tu importancia personal -dijo frunciendo el ceo-. La importancia personal esnuestro mayor enemigo. Pinsalo, aquello que nos debilita es sentirnos ofendidos por los hechos ymalhechos de nuestros semejantes. Nuestra importancia personal requiere que pasemos la mayor partede nuestras vidas ofendidos por alguien. "Los nuevos videntes recomendaban que se deban llevar acabo todos los esfuerzos posibles para erradicarla de la vida de los guerreros. Yo he seguido esarecomendacin al pie de la letra y he tratado de demostrarte por todos los medios posibles que sinimportancia personal somos invulnerables.

    Mientras lo escuchaba, de pronto, sus ojos se volvieron muy brillantes. La idea que se me ocurri, deinmediato, fue que pareca estar a punto de rerse y que no haba motivo para hacerlo, cuando mesobresalto una repentina y dolorosa bofetada en el lado derecho de la cara.

    Me levant de un salto. La Gorda estaba parada a mis espaldas, con la mano aun alzada. Su caraestaba roja de ira.

    -Ahora si puedes decir lo que quieras de m, y con mas razn! -grit-. Pero si tienes algo que decir,

    dmelo en mi cara, hijo de la chingada!Su arranque pareci haberla agotado; se sent en el suelo y comenz a llorar. Don Juan estaba

    inmovilizado por un jbilo inexpresable. Yo estaba tieso de pura furia. La Gorda me fulmin con la miraday luego se volvi hacia don Juan y le dijo sumisamente que no tenamos ningn derecho a criticarla.

    Don Juan se ri con tanta fuerza que se dobl casi hasta el suelo. Ni siquiera poda hablar. Dos o tresveces trat de decirme algo, pero finalmente se incorpor y se alej, con el cuerpo aun sacudido porespasmos de risa.

    Yo estaba a punto de correr tras l, todava furioso contra la Gorda, quien en ese momento me parecadespreciable, cuando me ocurri algo extraordinario. Supe, instantneamente, que era lo que habahecho rer tanto a don Juan. La Gorda y yo ramos horrendamente parecidos. Nuestra importanciapersonal era gigantesca. Mi sorpresa y mi furia al ser abofeteado eran exactamente iguales a la ira y ladesconfianza de la Gorda. Don Juan tenia razn. La carga de la importancia personal es en verdad unterrible estorbo.

    Corr tras el, exaltado, lgrimas me brotaban de los ojos. Lo alcanc y le dije lo que habacomprendido. En sus ojos haba un brillo de malicia y deleite.

    -Qu puedo hacer por la Gorda? -pregunt.

    -Nada -contest-. Los actos de darse cuenta son siempre personales.Cambi el tema y dijo que los augurios nos decan que prosiguiramos nuestra discusin en casa, yafuera en una sala amplia con cmodos sillones o bien en el patio trasero, que tena un corredor techadoa su alrededor. Dijo que en cada ocasin que llevara a cabo sus explicaciones dentro de la casa esasdos reas quedaran vedadas para todos los dems.

    Regresamos a la casa. Don Juan le cont a todos lo que haba hecho la Gorda. El deleite de losvidentes y las bromas que le hicieron al respecto, aument el desasosiego de la Gorda.

    -La importancia personal no puede combatirse con delicadezas -coment don Juan cuando expres mipreocupacin acerca del estado de animo de la Gorda.

    Pidi luego a todos que abandonaran el cuarto. Nos sentamos y don Juan comenz sus explicaciones.Dijo que los videntes, antiguos y nuevos, se dividen en dos categoras. La primera queda integrada por

    aquellos que estn dispuestos a ejercer control sobre s mismos. Esos videntes son los que puedencanalizar sus actividades hacia objetivos pragmticos que beneficiaran a otros videntes y al hombre engeneral. La otra categora est compuesta de aquellos a quienes no les importa ni el control de smismos ni ningn objetivo pragmtico. se piensa de manera unnime entre los videntes que estosltimos no han podido resolver el problema de la importancia personal.

    -La importancia personal no es algo sencillo e ingenuo -explic-. Por una parte, es el ncleo de todo lo

    que tiene valor en nosotros, y por otra, el ncleo de toda nuestra podredumbre. Deshacerse de laimportancia personal requiere una obra maestra de estrategia. Los videntes de todas las pocas hanconferido las ms altas alabanzas a quienes lo han logrado.

    Me quej de que, aunque a veces me pareca muy atractiva, la idea de erradicar la importanciapersonal me era realmente incomprensible; le dije que sus directivas y sugerencias para deshacerse deella eran tan vagas que no haba modo de implementarlas.

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    -Estoy ya cansado de repetirte -dijo-, que para poder seguir el camino del conocimiento uno tiene queser muy imaginativo. Como lo ests comprobando t mismo, todo est oscuro en el camino delconocimiento. La claridad cuesta muchsimo trabajo, muchsima imaginacin.

    Mi zozobra me hizo argir que sus amonestaciones sobre la importancia personal me recordaban a loscatecismos. Y si algo era odioso para m era el recuerdo de los sermones acerca del pecado. Losencontraba yo siniestros.

    -Los guerreros combaten la importancia personal como cuestin de estrategia, no como cuestin de fe-repuso-. Tu error es entender lo que digo en trminos de moralidad.

    -Yo lo veo a usted como un hombre de gran moralidad -insist.-Lo que t estas viendo como moralidad es simplemente mi impecabilidad -dijo.-El concepto de la impecabilidad, as como el de deshacerse de la importancia personal, es un

    concepto demasiado vago para serme til -le coment.Don Juan se atragant de risa, y yo lo desafi a que explicara la impecabilidad.-La impecabilidad no es otra cosa que el uso adecuado de la energa -dijo-. Todo lo que yo te digo no

    tiene un pice de moralidad. He ahorrado energa y eso me hace impecable. Para poder entender esto,t tienes que haber ahorrado suficiente energa, o no lo entenders jams.

    Durante largo tiempo permanecimos en silencio. Yo quera pensar en lo que haba dicho. De repente,comenz a hablar de nuevo.

    -Los guerreros hacen inventarios estratgicos -dijo-. Hacen listas de sus actividades y sus intereses.

    Luego deciden cules de ellos pueden cambiarse para, de ese modo, dar un descanso a su gasto deenerga.

    Yo alegu que una lista de esa naturaleza tendra que incluir todo lo imaginable. Con mucha pacienciame contest que el inventario estratgico del que hablaba slo abarcaba patrones de comportamientoque no eran esenciales para nuestra supervivencia y bienestar.

    Yo aprovech la oportunidad para sealarle que la supervivencia y el bienestar eran categoras quepodan interpretarse de incontables maneras. Le arg que no era posible ponerse de acuerdo sobre loque era o no era esencial para nuestra supervivencia y bienestar.

    Conforme segu hablando, comenc a perder mi impulso original. Finalmente, me detuve porque me dicuenta de la inutilidad de mis argumentos. Me di cuenta de que don Juan estaba en lo cierto cuandodeca que mi pasin era hacerme el difcil.

    Don Juan dijo entonces que en los inventarios estratgicos de los guerreros, la importancia personalfigura como la actividad que consume la mayor cantidad de energa, y que por eso se esforzaban porerradicarla.

    -Una de las primeras preocupaciones del guerrero es liberar esa energa para enfrentarse con ella a lodesconocido -prosigui don Juan-. La accin de recanalizar esa energa es la impecabilidad.

    Dijo que la estrategia ms efectiva fue desarrollada por los videntes de la Conquista, los indiscutiblesmaestros del acecho, y que consiste en seis elementos que tienen influencia recproca. Cinco de ellos sellaman los atributos del ser guerrero: control, disciplina, refrenamiento, la habilidad de escoger elmomento oportuno y el intento. Estos cinco elementos pertenecen al mundo privado del guerrero quelucha por perder su importancia personal. El sexto elemento, que es quizs el ms importante de todos,pertenece al mundo exterior y se llama el pinche tirano. Me mir como si en silencio me preguntara si lehaba entendido o no.

    -Estoy realmente perdido -dije-. El otro da dijo usted que la Gorda es la pinche tirana de mi vida. Ques exactamente un pinche tirano?

    -Un pinche tirano es un torturador -contest-. Alguien que tiene el poder de acabar con los guerreros, oalguien que simplemente les hace la vida imposible.

    Don Juan sonro con un aire de malicia y dijo que los nuevos videntes desarrollaron su propiaclasificacin de los pinches tiranos. Aunque el concepto es uno de sus hallazgos ms serios eimportantes, los nuevos videntes lo tomaban muy a la ligera. Me asegur que haba un tinte de humormalicioso en cada una de sus clasificaciones, porque el humor era la nica manera de contrarrestar lacompulsin humana de hacer engorrosos inventarios y clasificaciones.

    De conformidad con sus prcticas humorsticas los nuevos videntes juzgaron correcto encabezar su

    clasificacin con la fuente primaria de energa, el nico y supremo monarca en el universo, y le llamaronsimplemente el tirano. Naturalmente, encontraron que los dems dspotas y autoritarios quedabaninfinitamente por debajo de la categora de tirano. Comparados con la fuente de todo, los hombres mstemibles son bufones, y por lo tanto, los nuevos videntes los clasificaron como pinches tiranos.

    La segunda categora consiste en algo menor que un pinche tirano. Algo que llamaron los pinchestiranitos; personas que hostigan e infligen injurias, pero sin causar de hecho la muerte de nadie. A latercera categora le llamaron los repinches tiranitos o los pinches tiranitos chiquititos, y en ella pusieron alas personas que slo son exasperantes y molestos a ms no poder.

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    Las clasificaciones me parecieron ridculas. Estaba seguro de que don Juan improvisaba los trminos.Le pregunt si era as.

    -De ningn modo -contest con expresin divertida-. Los nuevos videntes eran estupendos para hacerclasificaciones. Sin duda alguna, Genaro es uno de los mejores; si lo observaras con cuidado, te darascuenta exacta de como se sienten los nuevos videntes con respecto a las clasificaciones.

    Cuando le pregunt si me estaba tomando el pelo se ri a carcajadas.-Jams te hara eso -dijo sonriendo-. Quiz Genaro lo haga, pero no yo, especialmente cuando s lo

    serio que son para ti las clasificaciones. Lo malo es que los nuevos videntes eran terriblementeirreverentes.

    Agreg que la categora de los pinches tiranitos haba sido dividida en cuatro ms. Una estabacompuesta por aquellos que atormentan con brutalidad y violencia. Otra, por aquellos que lo hacencreando insoportable aprensin. Otra, por aquellos que oprimen con tristeza. Y la ltima, por esos queatormentan haciendo enfurecer.

    -La Gorda est en una categora especial -agreg. Es una repinche tiranita suplente. Te hace la vidaimposible, por el momento. Hasta te da de bofetadas. Con todo eso te est enseando a ser imparcial, aser indiferente.

    -Cmo puede ser eso posible? -protest.-Todava no has puesto en juego los ingredientes de la estrategia de los nuevos videntes -dijo-. Una

    vez que lo hagas, sabrs cun eficaz e ingeniosa es la estratagema de usar a un pinche tirano. Te

    aseguro que no slo elimina la importancia personal, sino que tambin prepara a los guerreros paraentender que la impecabilidad es lo nico que cuenta en el camino del conocimiento.

    Dijo que la estrategia de los nuevos videntes era una maniobra mortal en la cual el pinche tirano escomo una cspide montaosa, y los atributos del ser guerrero son como enredaderas que trepan hasta lacima.

    -Generalmente solo se usan los primeros cuatro atributos -prosigui-. El quinto, el intento, se reservasiempre para la ltima confrontacin, como diramos, para cuando los guerreros se enfrentan al pelotnde fusilamiento.

    -A qu se debe esto?-A que el intentopertenece a otra esfera, a la esfera de lo desconocido. Los otros cuatro pertenecen a

    lo conocido, exactamente donde se encuentran aposentados los pinches tiranos. De hecho, lo queconvierte a los seres humanos en pinches tiranos es precisamente el obsesivo manejo de lo conocido.

    Don Juan explic que slo los videntes que son guerreros impecables y que tienen control sobre elintentologran el engranaje de todos los cinco atributos. Una accin de esa naturaleza es una maniobrasuprema que no puede realizarse en el nivel humano de todos los das.

    -Cuatro atributos es todo lo que se necesita para tratar con los peores pinches tiranos -continu-. Claro

    est, siempre y cuando se haya encontrado a un pinche tirano. Como dije, el pinche tirano es elelemento externo, el que no podemos controlar y el elemento que es quizs el ms importante de todos.Mi benefactor siempre deca que el guerrero que se topa con un pinche tirano es un guerrero afortunado.Su filosofa era que si no tienes la suerte de encontrar a uno en tu camino, tienes que salir a buscarlo.

    Explic que uno de los ms grandes logros de los videntes de la poca colonial fue un esquema que lllamaba la progresin de tres vueltas. Los videntes, al entender la naturaleza del hombre, llegaron a laconclusin indisputable de que si uno se las puede ver con los pinches tiranos, uno ciertamente puedeenfrentarse a lo desconocido sin peligro, y luego incluso, uno puede sobrevivir a la presencia de lo queno se puede conocer.

    -La reaccin del hombre comn y corriente es pensar que debera invertirse ese orden -prosigui-. Esnatural creer que un vidente que se puede enfrentar a lo desconocido puede, por cierto, hacer cara acualquier pinche tirano. Pero no es as. Lo que destruy a los soberbios videntes de la antigedad fueesa suposicin.

    Es solo ahora que lo sabemos. Sabemos que nada puede templar tan bien el espritu de un guerrerocomo el tratar con personas imposibles en posiciones de poder. Solo bajo esas circunstancias puedenlos guerreros adquirir la sobriedad y la serenidad necesarias para ponerse frente a frente a lo que no sepuede conocer.

    A grandes voces, disent con l. Le dije que, en mi opinin, los tiranos convierten a sus vctimas enseres indefensos o en seres tan brutales como los tiranos mismos. Seal que se haban realizadoincontables estudios sobre los efectos de la tortura fsica y sociolgica sobre ese tipo de vctimas.

    -La diferencia est en algo que acabas de decir -repuso-. T hablas de vctimas, no de guerreros. Yotambin crea lo mismo que t. Ya te contar lo que me hizo cambiar, pero primero volvamos otra vez alo que te estaba diciendo acerca de los tiempos coloniales. Los videntes de aquella poca tuvieron lamejor oportunidad. Los espaoles fueron tales pinches tiranos que pudieron poner a prueba lashabilidades ms recnditas de esos videntes; despus de lidiar con los conquistadores, los videntes

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    Don Juan tuvo la certeza de que ahora si estaba perdido. Entendi las maniobras de los doscapataces: estaban de acuerdo para hacerse de indios pobres del molino, trabajarlos hasta la muerte ydividirse sus salarios. Al darse cabal cuenta de todo esto don Juan explot. Comenz a dar gritoshistricos; gritando atraves la cocina y entr a la casa principal. Sorprendi tan por completo al capatazy a los otros trabajadores que pudo salir corriendo por la puerta delantera. Casi logr huir, pero elcapataz lo alcanz y en medio del camino le peg un tiro en el pecho y lo dio por muerto.

    Don Juan dijo que su destino no fue morir; ah mismo lo encontr su benefactor y lo cuid hasta que serepuso.

    -Cuando le cont toda la historia a mi benefactor -prosigui don Juan-, apenas logr contener suemocin. "Ese capataz es un verdadero tesoro" dijo mi benefactor. "Es algo demasiado raro para serdesperdiciado. Algn da tienes que volver a esa casa".

    "Se deshaca en elogiar a mi suerte de encontrar un pinche tirano, nico en su gnero, con un podercasi ilimitado. Pens que el seor estaba loco. Me tom aos entender cabalmente lo que me dijo en eseentonces.

    -Este es uno de los relatos ms horribles que he escuchado en mi vida -dije-. Realmente volvi usteda esa casa?

    -Claro que volv, tres aos despus. Mi benefactor tenia razn. Un pinche tirano como aquel era nicoen su gnero y no poda desperdiciarse.

    -Cmo logr usted regresar?

    -Mi benefactor ide una estrategia utilizando los cuatro atributos del ser guerrero: control, disciplina,refrenamiento y la habilidad de escoger el momento oportuno.

    Don Juan dijo que su benefactor, al explicarle lo que l tena que hacer en la casa del patrn paraenfrentar a aquel ogro de hombre, tambin le revel que los nuevos videntes consideraban que habancuatro pasos en el camino del conocimiento. El primero es el paso que dan los seres humanos comunesy corrientes al convertirse en aprendices. Al momento que los aprendices cambian sus ideas acerca des mismos y acerca del mundo, dan el segundo paso y se convierten en guerreros, es decir, en serescapaces de la mxima disciplina y control sobre si mismos. El tercer paso, que dan los guerreros,despus de adquirir refrenamiento y la habilidad de escoger el momento oportuno, es convertirse enhombres de conocimiento. Cuando los hombres de conocimiento aprenden a ver, han dado el cuartopaso y se han convertido en videntes.

    Su benefactor recalc el hecho de que don Juan ya haba recorrido el camino del conocimiento losuficiente para haber adquirido un mnimo de los dos primeros atributos: control y disciplina.

    -En aquel entonces, me estaban vedados los otros dos atributos -prosigui don Juan-. El refrenamientoy la habilidad de escoger el momento oportuno quedan en el mbito del hombre de conocimiento. Mibenefactor me permiti el acceso a ellos a travs de su estrategia.

    -Significa eso que usted no hubiera podido enfrentarse al pinche tirano por su cuenta? -pregunt.-Estoy seguro de que hubiera podido hacerlo yo solo, aunque siempre he dudado que hubiera podidohacerlo con estilo y elegancia. Mi benefactor disfrut inmensamente dirigiendo mi tarea. La idea de usarun pinche tirano no es solo para perfeccionar el espritu sino tambin para la felicidad y el gozo delguerrero.

    -Cmo podra alguien gozar con el monstruo que describi usted?-Ese seor no era nada en comparacin con los verdaderos monstruos que los nuevos videntes

    enfrentaron durante la Colonia. Todo parece indicar que aquellos videntes se quedaron bizcos de tantadiversin. Probaron que hasta los peores pinches tiranos son un encanto, claro esta, siempre y cuandouno sea guerrero.

    Don Juan explic que el error de cualquier persona que se enfrenta a un pinche tirano es no tener unaestrategia en la cual apoyarse; el defecto fatal es tomar demasiado en serio los sentimientos propios, ascomo las acciones de los pinches tiranos. Los guerreros por otra parte, no solo tienen una estrategia bienpensada, sino que estn tambin libres de la importancia personal. Lo que acaba con su importanciapersonal es haber comprendido que la realidad es una interpretacin que hacemos. Ese conocimientofue la ventaja definitiva que los nuevos videntes tuvieron sobre los espaoles.

    Dijo que estaba convencido de que poda derrotar al capataz usando solamente la conviccin de que

    los pinches tiranos se toman mortalmente en serio, mientras que los guerreros no.Siguiendo el plan estratgico de su benefactor, don Juan volvi a conseguir trabajo en el mismo molino

    de azcar. Nadie record que l trabaj all; los peones trabajaban en el molino de azcar portemporadas.

    La estrategia de su benefactor especificaba que don Juan tenia que ser esmerado y circunspecto conquien fuera que llegara buscando otra vctima. Result que la misma seora lleg, como lo haba hechoaos antes y se fij inmediatamente en don Juan, quien tena an ms fuerza fsica que la vez anterior.

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    Tuvo lugar la misma rutina con el capataz. Sin embargo, la estrategia requera que don Juan, desde elprincipio, rehusara pago alguno al capataz. Al hombre jams se le haba hecho eso, y qued asombrado.

    Amenaz con despedir a don Juan del trabajo. Don Juan lo amenaz por su parte, diciendo que iradirectamente a la casa de la seora a verla. Le dijo al capataz que l saba donde viva ella, porquetrabajaba en los campos aledaos cortando caa de azcar. El hombre comenz a regatear, y don Juanle exigi dinero antes de aceptar ir a casa de la seora. El capataz cedi y le entreg algunos billetes.Don Juan se dio perfecta cuenta de que el capataz acceda slo como ardid para conseguir que aceptarael trabajo.

    El mismo me llev de nuevo a la casa -dijo don Juan-. Era una vieja hacienda propiedad de la gentedel molino de azcar; hombres ricos que o bien saban lo que pasaba y no les importaba, o erandemasiado indiferentes para darse cuenta.

    "En cuanto llegamos ah, corr a buscar a la seora. La encontr, ca de rodillas y bes su mano paradarle las gracias. Los dos capataces estaban lvidos.

    "El capataz de la casa me hizo lo mismo que antes. Pero yo estaba preparadsimo para tratar con l;tena yo control y disciplina. Todo result tal como lo plane mi benefactor. Mi control me hizo cumplircon las ms absurdas necedades del tipo. Lo que generalmente nos agota en una situacin como sa esel deterioro que sufre nuestra importancia personal. Cualquier hombre que tiene una pizca de orgullo sedespedaza cuando lo hacen sentir intil y estpido.

    Con gusto haca yo todo lo que el capataz me peda. Yo estaba feliz y lleno de fuerza. Y no me

    importaban un comino mi orgullo o mi terror. Yo estaba ah como guerrero impecable. El afinar el espritucuando alguien te pisotea se llama control.

    Don Juan explic que la estrategia de su benefactor requera de que en lugar de sentir compasin pors mismo, como lo haba hecho antes, se dedicara de inmediato a explorar el carcter del capataz, susdebilidades, sus peculiaridades.

    Encontr que los puntos ms fuertes del capataz eran su osada y su violencia. Haba balaceado a donJuan a plena luz del da y ante veintenas de espectadores. Su gran debilidad era que le gustaba sutrabajo y que no quera ponerlo en peligro. Bajo ninguna circunstancia intentara matar a don Juan dentrode la propiedad, durante el da. Su otra gran debilidad consista en que era hombre de familia. Tenia unaesposa e hijos que vivan en una casucha cerca de la casa.

    -Reunir toda esta informacin mientras te golpean se llama disciplina -dijo don Juan-. El hombre era undemonio. No tenia ninguna gracia que lo salvara. Segn los nuevos videntes, el perfecto pinche tirano notiene ninguna caracterstica redentora.

    Don Juan dijo que los dos ltimos atributos del ser guerrero, que l an no tenia en aquel entonces,haban quedado automticamente incluidos en la estrategia de su benefactor. El refrenamiento esesperar con paciencia, sin prisas, sin angustia; es una sencilla y gozosa retencin del pago que tiene que

    llegar.-Mi vida era una humillacin diaria -prosigui don Juan-, a veces hasta lloraba cuando el hombre mepegaba con su ltigo, y sin embargo, yo era feliz. La estrategia de mi benefactor fue lo que me hizoaguantar de un da a otro sin odiar a nadie. Yo era un guerrero. Saba que estaba esperando y saba quera lo que esperaba. Precisamente en eso radica el gran regocijo del ser guerrero.

    Agreg que la estrategia de su benefactor inclua acosar sistemticamente al hombre, escudndosesiempre tras un orden superior, as como haban hecho los videntes del nuevo ciclo, durante la Colonia,al escudarse con la iglesia catlica. Un humilde sacerdote era a veces ms poderoso que un noble.

    El escudo de don Juan era la seora duea de la casa. Cada vez que la vea se hincaba ante ella y lallamaba santa. Le rogaba que le diera la medalla de su santo patrn para que l pudiera rezarle por susalud y bienestar.

    -Me dio una medalla de la virgen -prosigui don Juan-, y eso casi aniquil al capataz. Y cuandoconsegu que las cocineras se reunieran a rezar por la salud de la patrona casi sufri un ataque alcorazn. Creo que entonces decidi matarme. No le convena dejarme seguir adelante.

    "A manera de contramedida organic un rosario entre todos los sirvientes de la casa. La seora creaque yo tenia todas las caractersticas de un santo.

    "Despus de aquello ya no dorma profundamente, ni dorma en mi cama. Cada noche me suba al

    techo de la casa. Desde all vi dos veces al hombre llegar a mi cama con un cuchillo."Todos los das me empujaba a los pesebres de los garaones con la esperanza de que me mataran a

    patadas, pero yo tenia una plancha de tablas pesadas que apoyaba en una de las esquinas. Yo meesconda detrs de ella y me protega de las patadas de caballo. El hombre nunca lo supo porque loscaballos le daban nuseas; era otra de sus debilidades, la ms mortal de todas, como result al fin.

    Don Juan dijo que la habilidad de escoger el momento oportuno es una cualidad abstracta que pone enlibertad todo lo que est retenido. Control, disciplina y refrenamiento son como un dique detrs del cualtodo est estancado. La habilidad de escoger el momento oportuno es la compuerta del dique.

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    El capataz slo conoca la violencia, con la cual aterrorizaba. Si se neutralizaba su violencia quedabacasi indefenso. Don Juan saba que el hombre no se atrevera a matarlo a la vista de la gente de la casa,as. que un da, en presencia de otros trabajadores y tambin de la seora, don Juan insult al hombre.Le dijo que era un cobarde y un asesino que se amparaba con el puesto de capataz.

    La estrategia de su benefactor exiga que don Juan estuviera alerta para escoger y aprovechar elmomento oportuno y voltearle las cartas al pinche tirano. Cosas inesperadas siempre suceden as. Derepente, el ms bajo de los esclavos se burla del dspota, lo vitupera, lo hace sentirse ridculo frente atestigos importantes, y luego se escabulle sin darle tiempo de tomar represalias.

    -Un momento despus -prosigui don Juan-, el hombre enloqueci de rabia, pero yo ya estabapiadosamente hincado frente a la patrona.

    Don Juan dijo que cuando la seora entr a su recamara, el capataz y sus amigos lo llamaron a laparte trasera de la casa, supuestamente para hacer un trabajo.

    El hombre estaba muy plido, blanco de ira. Por el tono de su voz don Juan supo lo que el hombrepensaba hacer con l. Don Juan fingi obedecer, pero en vez de dirigirse adonde el capataz le ordenabacorri hacia los establos. Confiaba en que los caballos haran tanto ruido que los dueos de la casasaldran a ver lo que pasaba. Saba quo el hombre no se atrevera a dispararle, y que tampoco seacercara adonde estaban los caballos. Esa suposicin no se cumpli. Don Juan haba empujado alhombre ms all de sus lmites.

    -Salt al pesebre del ms salvaje de los caballos -dijo don Juan-, y el pinche tirano, cegado por la

    rabia, sac su cuchillo y se meti tras de m. Al instante, me escond detrs de mis tablas. El caballo ledio una sola patada y todo acab.

    "Yo haba pasado seis meses en esa casa,. y durante ese periodo ejerc los cuatro atributos de serguerrero. Gracias a ellos haba triunfado. Ni una sola vez. sent compasin por m mismo, ni llor deimpotencia. Slo sent regocijo y serenidad. Mi control y mi disciplina estuvieron afilados como nunca loestuvieron. Adems, experiment directamente, aunque no los tena, lo que siente el guerrero impecablecuando usa el refrenamiento y la habilidad de escoger el momento oportuno."

    "Mi benefactor explic algo muy interesante. Refrenamiento significa retener con el espritu algo que elguerrero sabe que justamente debe cumplirse. No significa que el guerrero ande por ah pensando enhacerle mal a alguien, o planeando cmo vengarse y saldar cuentas. El refrenamiento es algoindependiente. Mientras el guerrero tenga control, disciplina y la habilidad de escoger el momentooportuno, el refrenamiento asegura que recibir su completo merecido quienquiera que se lo hayaganado."

    -Triunfan alguna vez los pinches tiranos, y destruyen al guerrero que se les enfrenta? -pregunt.-Desde luego. Durante la Conquista y la Colonia los guerreros murieron como moscas. Sus filas se

    vieron diezmadas. Los pinches tiranos podan condenar a muerte a cualquiera, por un simple capricho.

    Bajo ese tipo de presin, los videntes alcanzaron estados sublimes.Asegur don Juan que, en esa poca, los videntes que sobrevivieron tuvieron que forzarse hasta ellmite para encontrar nuevos caminos.

    -Los nuevos videntes -dijo don Juan mirndome con fijeza- usaban a los pinches tiranos no slo paradeshacerse de su importancia personal sino tambin para lograr la muy sofisticada maniobra dedesplazarse fuera de este mundo. Ya entenders esa maniobra conforme vayamos discutiendo lamaestra de estar consciente de ser.

    Le expliqu a don Juan que lo que yo le haba preguntado era si, en el presente, en nuestra poca, lospinches tiranos podran derrotar alguna vez a un guerrero.

    -Todos los das -contest-. Las consecuencias no son tan terribles como las del pasado. Hoy en da,por supuesto, los guerreros siempre tienen la oportunidad de retroceder, luego reponerse y despusvolver. Pero el problema de la derrota moderna es de otro gnero. El ser derrotado por un repinchetiranito no es mortal sino devastador. En sentido figurado, el grado de mortandad de los guerreros eselevado. Con esto quiero decir que los guerreros que sucumben ante un repinche tirano son arrasadospor su propio sentido de fracaso. Para m eso equivale a una muerte figurada.

    -Cmo mide usted la derrota?-Cualquiera que se une al pinche tirano queda derrotado. El enojarse y actuar sin control o disciplina, el

    no tener refrenamiento es estar derrotado.-Qu pasa cuando los guerreros son derrotados?-O bien se reagrupan y vuelven a la pelea con ms tino, o dejan el camino del guerrero y se alinean de

    por vida a las filas de los pinches tiranos.

    III. LAS EMANACIONES DEL GUILA

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    Al da siguiente, don Juan y yo dimos un paseo por la carretera a la ciudad de Oaxaca. A esa hora, elcamino estaba desierto. Eran las dos de la tarde.

    De pronto, mientras caminbamos tranquilamente, don Juan comenz a hablar. Dijo que nuestradiscusin acerca de los pinches tiranos slo haba sido una introduccin al tema de estar consciente deser. Yo coment que la discusin me haba revelado un nuevo panorama. Me pidi que explicara lo quequera decir.

    Le dije que tena que ver con una conversacin que habamos tenido algunos aos antes, acerca delos indios yaquis. En el curso de sus enseanzas para el lado derecho, l trat de explicarme lasventajas que los yaquis podan encontrar en su opresin. Yo afirm apasionadamente que no habaventajas posibles en las miserables condiciones en que vivan. Le dije que yo no poda entender cmo l,siendo un indio yaqui, no reaccionaba contra tan enorme injusticia.

    Me escuch con atencin. Y luego, cuando yo estaba seguro de que iba a defender su punto de vista,acept que las condiciones de los indios yaquis eran realmente miserables. Pero recalc que era intilaislar especficamente a los yaquis cuando las condiciones de vida del hombre en general eranhorrendas.

    -No solamente sientas lstima por los pobres indios yaquis -dijo-. Siente lstima por la humanidad. Enel caso de los indios yaquis, incluso puedo decir que son los afortunados. Estn oprimidos, pero al final,algunos de ellos hasta pueden salir triunfando. Los opresores son otra historia, los pinches tiranos quelos aplastan, no tienen esperanza alguna.

    De inmediato, le contest con una descarga de lemas polticos. Yo no haba entendido lo que queradecirme. De nuevo intent explicarme el concepto de los pinches tiranos, pero la idea se me escap porcompleto. Slo ahora todo encajaba en su lugar.

    -Nada ha encajado en su lugar todava -dijo, rindose de lo que yo le deca-. Maana, cuando ests entu estado de conciencia normal, ni siquiera recordars lo que has entendido ahora.

    ,Me sent completamente deprimido, porque saba que l tena razn.-Lo que te va a pasar a ti es lo que me pas a m -prosigui-. Mi benefactor, el nagual Julin, me hizo

    comprender, en estados de conciencia acrecentada, lo que t acabas de comprender acerca de lospinches tiranos. Y, en mi vida diaria, acab cambiando de opiniones sin saber por qu.

    "Toda mi vida me oprimieron, y por eso yo tena un verdadero odio contra mis opresores. Imagnate misorpresa cuando me di cuenta de que andaba buscando la compaa de pinches tiranos. Pens que mehaba vuelto loco.

    Llegamos a un lugar, a la vera del camino, donde unas enormes rocas estaban medio enterradas porun derrumbe; don Juan se sent sobre una roca plana. A

    seas, me indic que me sentara frente a l. Y sin mayores prembulos, comenz su explicacin de lamaestra de estar consciente de ser.

    Dijo que los videntes, tanto antiguos como nuevos, descubrieron una serie de verdades acerca deestar consciente de ser, y que esas verdades fueron arregladas en un orden especfico. La mayora deellas fueron descubiertas por los antiguos videntes. Pero el orden en que esas verdades estabandispuestas era obra de los nuevos videntes. Y sin ese orden, las verdades eran casi incomprensibles.

    Explic que la maestra de estar consciente de ser consista en entender y manejar dichas verdades,en el orden en que haban sido puestas. Dijo que la primera verdad era que ramos parte y estbamossuspendidos en las emanaciones del guila, y que era slo nuestra familiaridad con cl mando quepercibimos lo que nos forzaba a creer que estamos rodeados de objetos, objetos que existen por smismos y como s mismos, tal como los percibimos.

    Luego me dijo que antes de poder explicar qu cosa eran las emanaciones del guila, l tena quehablar acerca de lo conocido, lo desconocido y lo que no se puede conocer. Dijo que uno de los grandeserrores que cometieron los antiguos videntes fue suponer que lo desconocido y lo que no se puedeconocer eran la misma cosa. Fueron los nuevos videntes quienes corrigieron ese error y definieron lodesconocido como algo que est oculto, envuelto quizs en un contexto aterrador, pero aun as alalcance del hombre. En cierto momento, lo desconocido se convierte en lo conocido. Lo que no se puedeconocer, por otra parte, es lo indescriptible, lo impensable, lo irrealizable. Es algo que jamscomprenderemos y que sin embargo est ah, deslumbrante, y a la vez aterrador en su inmensidad.

    -Cmo pueden los videntes diferenciar el uno del otro? -pregunt.-Hay una simple regla prctica -dijo-. Frente a lo desconocido, el hombre es audaz. Una cualidad de lo

    desconocido es que nos da un sentido de esperanza y de felicidad. Frente a l, el hombre se sientefuerte, animado. Incluso la aprensin que despierta es muy satisfactoria. Los nuevos videntes vieron quelo mejor del hombre aflora cuando se enfrenta a lo desconocido.

    Dijo que cuando los videntes enfrentan a lo que no se puede conocer los resultados son desastrosos.Se agotan, se sienten confusos, sus cuerpos pierden tono, su razonamiento y su sobriedad vagan sinrumbo, porque lo que no se puede conocer no est dentro del alcance humano, y por ello no imparte

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    energa alguna. Los nuevos videntes se dieron cuenta de que tenan que estar preparados a pagarprecios exorbitantes por el ms leve contacto con lo que no se puede conocer.

    Don Juan explic que los nuevos videntes, a fin de separar lo desconocido de lo que no se puedeconocer, tuvieron que superar formidables barreras. En la poca en que comenz el nuevo ciclo, ningunode ellos saba con certeza cules procedimientos de su inmensa tradicin eran los correctos y cules no.obviamente, los antiguos videntes cometieron errores crasos, pero los nuevos videntes no saban culeseran. Los antiguos videntes fueron maestros de la conjetura. Haban, por ejemplo, supuesto que suhabilidad de ver era una proteccin; eso es, hasta que los invasores los aniquilaron. A pesar de su totalcerteza de que eran invulnerables, los antiguos videntes no tuvieron proteccin alguna.

    Los nuevos videntes no perdieron el tiempo especulando cul fue el error de sus predecesores yempezaron a delinear lo desconocido para separarlo de lo que no se puede conocer.

    -Cmo delinearon lo desconocido, don Juan? -pregunt.-A travs del uso controlado de ver -contest.Le dije que lo que haba querido preguntar era: qu implicaba delinear lo desconocido?Repuso que implicaba hacerlo accesible a nuestra percepcin. Mediante la prctica constante del ver,

    los nuevos videntes encontraron que lo desconocido y lo conocido tienen realmente la misma base;ambos quedan al alcance de la percepcin humana. En cierto momento, los videntes pueden penetrar enlo desconocido y transformarlo en lo conocido.

    Todo lo que queda ms all de nuestra capacidad de percibir es otro asunto. Y la distincin entre lo

    que se puede y lo que no se puede conocer es crucial. Confundirlos colocara a los videntes en unaposicin extremadamente precaria.

    -Cuando esto les sucedi a los antiguos videntes -prosigui don Juan- le echaron la culpa a sus proce-dimientos. Nunca se les ocurri que casi todo lo que nos rodea est ms all de nuestra comprensin.Ese fue el espeluznante error que les cost ms caro.

    -Qu pas despus de que qued establecida la distincin entre lo desconocido y lo que no se puedeconocer? -pregunt.

    -Comenz el nuevo ciclo -contest-. Esa distincin es la frontera entre lo antiguo y lo nuevo. Todo loque han hecho los nuevos videntes se origina all.

    Don Juan dijo que el verhaba sido el elemento crucial tanto en la destruccin del mundo de los anti-guos videntes como en la reconstruccin del nuevo ciclo.

    Fue gracias a que vean que los nuevos videntes descubrieron ciertos factores innegables queutilizaron para llegar a conclusiones, ciertamente revolucionarias para ellos, acerca de la naturaleza delhombre y del universo. Estas conclusiones, que hicieron posible el nuevo ciclo, eran las verdades queme estaba explicando acerca del estar consciente de ser.

    Don Juan me pidi que lo acompaara al centro del pueblo a dar un paseo alrededor de la plazaprincipal. Ya en camino, comenzamos a hablar de maquinarias e instrumentos de precisin. Dijo l, quelos instrumentos son extensiones de nuestros sentidos, y yo sostuve que hay instrumentos que nocorresponden a esa categora, porque llevan a cabo funciones que nosotros no estamos fisiolgicamentecapacitados para realizar.

    -Nuestros sentidos son capaces de todo -afirm.-Muy a la ligera, le puedo mencionar que existen, por ejemplo, instrumentos que captan las ondas de

    radio que provienen del universo -dije-. Nuestros sentidos no pueden captar ondas de radio.-Yo opino de otro modo -dijo-. Yo pienso que nuestros sentidos pueden captar todo lo que nos rodea.-Y qu ocurre en el caso de los sonidos ultrasnicos? -insist-. No tenemos el equipo orgnico

    necesario para escucharlos.-Es la conviccin de los videntes que slo hemos organizado una porcin muy pequea de nosotros

    mismos -contestGuard silencio por un largo rato. Pareca estar perdido en sus pensamientos, como si tuviera dudas

    de seguir hablando. Al fin, me sonri.-La primera verdad acerca del estar consciente de ser, como ya te lo dije -comenz-, es que el mundo

    que nos rodea no es en realidad como pensamos que es. Pensamos que es un mundo de objetos y no lo

    es.Hizo una pausa, como si midiera el efecto de sus palabras. Le dije que yo estaba de acuerdo con su

    premisa, porque todo poda concebirse como campos de energa. Dijo que yo solamente intua unaverdad, que razonarla no era verificarla, y que no daba un comino si yo estaba o no estaba de acuerdocon l. Lo que quera era mi esfuerzo por comprender lo que implicaba esa verdad.

    -T no puedes ver los campos de energa -prosigui-. No como hombre comn y corriente. Porque, sipudieras verlos, seras un vidente, y en ese caso t estaras explicando las verdades acerca del estarconsciente de ser. Entiendes lo que quiero decir?

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    Sigui adelante, diciendo que las conclusiones a las que llegamos mediante el razonamiento tienenmuy poca o ninguna influencia para alterar el curso de nuestras vidas. De ah los incontables ejemplosde personas poseedoras de las ms claras convicciones y que sin embargo actan diametralmente encontra de ellas una y otra vez.

    -La primera verdad dice que el mundo es tal como parece y sin embargo no lo es -prosigui-. No es tanslido y real como nuestra percepcin nos ha llevado a creer, pero tampoco es un espejismo. El mundono es una ilusin, como se ha dicho que es; es real por una parte, e irreal por la otra. Pon muchaatencin en esto, porque debe entenderse, no slo aceptarse. Nosotros percibimos. Este es un hechoinnegable. Pero lo que percibimos no es un hecho del mismo tipo, porque aprendemos qu percibir.

    "Lo que nos rodea afecta nuestros sentidos. Esta es la parte que es real. La parte irreal es lo quenuestros sentidos perciben como lo que nos rodea. Piensa en una montaa, por ejemplo. Tiene tamao,color, forma. Incluso tenemos categoras de montaas, que son, por cierto, precisas. No hay nada maloen todo eso; el error est en que nunca se nos ha ocurrido que nuestros sentidos slo juegan un papelsuperficial. Nuestros sentidos perciben como, lo hacen porque una caracterstica especfica de nuestraconciencia de ser los obliga a hacerlo as.

    De nuevo comenc a darle la razn, pero no porque estaba convencido, ya que no le haba yoentendido muy bien. Era simplemente mi reaccin ante algo incomprensible. l me hizo callar.

    -He usado el trmino el mundo -continu don Juan- para abarcar todo lo que nos rodea. Desde luego,hay un trmino mejor, pero va a ser totalmente incomprensible par ti. Los videntes dicen que debido

    nuestra conciencia de ser, nosotros pensamos que nos rodea un mundo de objetos. Pero lo que, enrealidad, nos rodea son las emanaciones del guila, fluidas, siempre en movimiento, y sin embargoinalterables, eternas.

    Con un gesto de la mano me detuvo justo cuando iba a preguntarle qu eran las emanaciones delguila. Explic que uno de los legados ms dramticos de los antiguos videntes era el descubrimiento deque los seres vivientes existen solamente para acrecentar la conciencia de ser. Don Juan lo llam undescubrimiento colosal.

    En un tono medio serio, me pregunt si yo conoca una mejor respuesta a la pregunta que siempre haperseguido al hombre: la razn de nuestra existencia. De inmediato adopt una posicin defensiva ycomenc a discutir que la pregunta careca de significado, porque uno no puede contestarla lgicamente.Le dije que para discutir ese tema tendramos que hablar de creencias religiosas y convertirlo todo en unasunto de fe.

    -Lo que los antiguos videntes dijeron no tiene nada que ver con la fe -dijo-. No eran tan prcticos comolos nuevos videntes, pero lo eran lo suficiente como para darse cuenta de lo que vean. Lo que yo tratabade hacerte ver con esa pregunta, que tanto te molest, es que nuestro raciocinio, por s solo, no puedeproporcionarnos una respuesta a la razn de nuestra existencia. Cada vez que trata de hacerlo, la

    conclusin es siempre un asunto de fe y credo. Los antiguos videntes tomaron otro camino, y por ciertollegaron a otra conclusin que no tiene nada que ver con la fe y el credo.Dijo que los antiguos videntes, enfrentndose a peligros incalculables, haban visto la fuerza

    indescriptible que es el origen de todos los seres conscientes. La llamaron el guila, porque alvislumbrarla brevemente, la vieron como algo que pareca un guila, negra y blanca, de tamao infinito.

    Ellos vieron que es el guila quien otorga la conciencia de ser. El guila crea seres conscientes a finde que vivan y enriquezcan la conciencia que les da con la vida. Tambin vieron que es el guila quiendevora esa misma conciencia de ser, enriquecida por las experiencias de la vida, despus de hacer quelos seres conscientes se despojen de ella, en el momento de la muerte.

    -Para los antiguos videntes -prosigui don Juan- no es un asunto de fe o de deduccin decir que larazn de la existencia es enriquecer la, conciencia de ser. Ellos vieron que era as.

    "Ellos vieron que la conciencia de ser se separa de los seres conscientes y se aleja volando en elmomento de la muerte. Y luego flota como una luminosa mota de algodn justo hacia el pico del guila,para ser consumida. Para los antiguos videntes esa era la evidencia de que los seres conscientes vivenslo para acrecentar la conciencia de ser: el alimento del guila.

    La elucidacin de don Juan se interrumpi porque tuvo que hacer un viaje corto de negocios. Nstor lo

    llev en coche a Oaxaca. Mientras los despeda, record que al principio de mi asociacin con don Juan,cada vez que mencionaba un viaje de negocios, yo pensaba que era un eufemismo. Al paso del tiempome di cuenta de que en realidad haca viajes de negocios. Cada vez que los haca, se pona uno de susmuchos trajes inmaculadamente cortados, y pareca cualquier cosa menos el viejo indio que yo conoca.Le haba comentado la sofisticacin de su metamorfosis.

    -Un nagual es alguien lo suficientemente flexible para ser cualquier cosa -haba dicho-. Entre otrascosas, ser un nagual significa no tener puntos qu defender. Recuerda esto, regresaremos al mismotema una y otra vez.

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    Dijo que haba una definitiva flojedad en esa versin, y que a l personalmente no le gustaba la idea deque algo nos devora. Para l, sera ms preciso si los videntes hubieran dicho que hay una fuerza queatrae nuestra conciencia, muy a la manera en que un imn atrae limaduras de hierro. En el momento demorir, todo nuestro ser se desintegra bajo la atraccin de esa inmensa fuerza.

    Que un evento de tal alcance fuese interpretado como el guila devorndonos, le pareca grotesco,porque convierte un acto indescriptible en algo tan mundano como comer.

    -Yo soy un hombre terriblemente mundano -dije-. La descripcin del guila que nos devora tiene un im-pacto aterrador para m.

    -El verdadero impacto no puede ser medido hasta el momento en que t mismo veasal guila -dijo-.Pero debes tener en cuenta que nuestros defectos permanecen con nosotros an despus deconvertirnos en videntes. As que cuando veasesa fuerza, es muy posible que ests de acuerdo con losvidentes flojos que la llamaron el guila, as como lo hice yo. Por otra parte, quiz resistas la tentacinde atribuirle un carcter humano a lo que es incomprensible, y a lo mejor le inventas un nuevo nombre,un nombre ms preciso.

    -Los videntes que venlas emanaciones del guila muchas veces las llaman comandos -dijo don Juan-.A m no me importara llamarlas comandos si no me hubiera acostumbrado a llamarlas emanaciones.Fue una reaccin ma a la preferencia de mi benefactor; para l eran comandos. Pens que ese trminole encajaba mejor a. l que a m, debido a su dominante personalidad. Yo quera algo impersonal.Comandos me parece demasiado humano, pero eso es lo que realmente son, los comandos del guila.

    Don Juan dijo que verlas emanaciones del guila equivale a cortejar el desastre. Los nuevos videntesmuy rpidamente descubrieron las tremendas dificultades que esto representaba, y slo despus degrandes tribulaciones, al tratar de delinear lo desconocido y separarlo de lo que no se puede conocer, sedieron cuenta de que todo est compuesto por las emanaciones del guila. Solamente una pequeaporcin de esas emanaciones queda al alcance del conocimiento humano, y esa pequea porcin se vereducida a una fraccin an ms minscula por los apremios de nuestras vidas diarias. Lo conocido esesa minscula fraccin de las emanaciones del guila; la pequea parte que queda a un posible alcancedel conocimiento humano es lo desconocido, y el resto, incalculable y sin nombre es lo que no se puedeconocer.

    Prosigui diciendo que los nuevos videntes, debido a su orientacin pragmtica, comprendieron deinmediato que las emanaciones posean una fuerza apremiante y obligatoria. Se dieron cuenta de quetodos los seres vivientes se ven obligados a usar las emanaciones del guila, sin jams saber lo queson. Y comprendieron que los organismos estn hechos para captar cierta porcin de esasemanaciones, y que cada especie tiene una gama definida. Las emanaciones ejercen enorme presinsobre los organismos, y a travs de esa presin, los organismos construyen su mundo perceptible.

    -En nuestro caso, como seres humanos -dijo don Juan- nosotros utilizamos esas emanaciones y las

    interpretamos como la realidad. Pero lo que el hombre capta es una parte tan pequea de lasemanaciones del guila que resulta ridculo dar tanto crdito a nuestras percepciones, y sin embargo noes posible pasarlas por alto. Llegar a entender sto, que parece tan simple, les cost inmensidades a losnuevos videntes.

    Don Juan estaba sentado donde generalmente se acomodaba en la sala grande de la casa. Nuncahubo muebles en ese cuarto, todos se sentaban en el suelo, sobre pequeos petates; pero Carol, lamujer nagual, haba logrado amueblarlo con sillones muy cmodos para las sesiones en las que ella y yonos turnbamos, leyndole a don Juan obras de los poetas de habla hispana.

    -Quiero que ests muy consciente de lo que estamos haciendo -me dijo en cuanto me sent-. Estamoshablando de la maestra del estar consciente de ser. Las verdades que estamos discutiendo son losprincipios de esa maestra.

    Agreg que en sus enseanzas para el lado derecho demostr esos principios a mi conciencia normalcon la ayuda de uno de sus compaeros videntes, Genaro, y que Genaro haba jugado con miconciencia normal con todo el humor y la irreverencia que caracterizaban a los nuevos videntes.

    -Genaro es el que debera estar aqu hablndote del guila -dijo-, pero sus versiones son demasiadoirreverentes. l piensa que los videntes que llamaron guila, a esa fuerza inconcebible, o eran muyestpidos o estaban haciendo una broma monumental, porque las guilas no slo ponen huevos, sino

    que tambin cagan mojones.Don Juan se ri y dijo que los comentarios de Genaro le parecan siempre tan apropiados que nunca

    poda resistir la risa. Agreg que, sin duda alguna, si los nuevos videntes hubieran sido los quedescribieron al guila, la descripcin se habra hecho medio en broma.

    Le dije a don Juan que en cierto nivel yo consideraba al guila como una imagen potica, y que comotal me encantaba; pero que en otro nivel me aterraba porque la consideraba como un hecho.

    -Una de las fuerzas ms grandes en la vida de los guerreros es el miedo -dijo-. Los impulsa aaprender.

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    Me record que la descripcin del guila provena de los antiguos videntes. Los nuevos videntesrehusaron descripciones, comparaciones y conjeturas de cualquier especie. Queran llegar directamenteal origen de las cosas, y para lograrlo se arriesgaron a peligros ilimitados. Vieron las emanaciones del

    guila, pero jams alteraron la descripcin del guila. Saban que requera demasiada energa veralguila, y que los antiguos videntes ya haban pagado muy caro por sus breves vislumbres de lo que nose puede conocer.

    -Cmo fue que los antiguos videntes llegaron a describir al guila? -pregunt.-Necesitaban unas guas mnimas de lo indescriptible a fin de instruir a sus aprendices -contest-. Lo

    resolvieron con una descripcin esquemtica de la fuerza que rige todo lo que hay, pero no de susemanaciones. Las emanaciones no pueden describirse, de ninguna manera, con un lenguaje decomparaciones. Personalmente, ciertos videntes s pueden tener la urgencia de hacer comentariosacerca de ciertas emanaciones, pero esa urgencia es siempre individual. En otras palabras, no existeuna versin conveniente de las emanaciones, como la hay del guila.

    -A m me parece que los nuevos videntes eran muy abstractos -coment-. Me suenan como ciertosfilsofos de hoy en da.

    -No. Los nuevos videntes eran hombres terriblemente prcticos -repuso-. No se dedicaban a urdirteoras racionales.

    Dijo que los que fueron pensadores abstractos eran los antiguos videntes. Construyeronmonumentales edificios de abstracciones, propias a ellos y a su tiempo. Y, al igual que los filsofos de

    hoy, no tuvieron control alguno sobre sus fabricaciones. En cambio, los nuevos videntes, imbuidos con loprctico, se ocuparon slo de ver. Y lo que vieron fue un flujo de emanaciones, y cmo el hombre y losotros seres vivientes las usan para construir el mundo que perciben.

    -Cmo utiliza el hombre esas emanaciones, don Juan?-Es tan simple que suena como una idiotez. Para un vidente, los hombres son seres luminosos.

    Nuestra luminosidad se debe a que una minscula porcin de las emanaciones del guila estencerrada dentro de una especie de capullo en forma de huevo. Nosotros somos huevos luminosos. Esaporcin, ese manojo de emanaciones que est encerrado es lo que nos hace hombres. Percibir consisteen emparejar las emanaciones encerradas en nuestro capullo con las que estn afuera.

    "Por ejemplo, los videntes pueden verlas emanaciones interiores de cualquier ser viviente, y puedensaber cules emanaciones exteriores hacen juego con ellas.

    -Las emanaciones son como rayos de luz? -pregunt.-No. De ninguna manera. Eso sera demasiado simple. Son algo indescriptible. Y, sin embargo, mi

    comentario personal sera decir que son como filamentos de luz. Lo que es incomprensible para laconciencia normal es que los filamentos estn conscientes de ser. No puedo decirte lo que significa eso,porque no s lo que estoy diciendo. Lo nico que puedo decirte con mis comentarios personales es que

    los filamentos estn conscientes de si mismos, vivos y vibrantes, que hay tantos que los nmerospierden todo sentido, y que cada uno es una eternidad.

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    IV. EL RESPLANDOR DEL HUEVO LUMINOSO

    Don Juan, don Genaro y yo acabbamos de regresar de recolectar plantas en las montaascircunvecinas. Estbamos en la casa de don Genaro, sentados a la mesa, cuando don Juan me hizocambiar niveles de conciencia. Don Genaro me haba estado mirando fijamente y comenz a rerse entredientes. Coment que era tan extrao que yo tuviera dos criterios completamente diferentes para tratarcon los dos lados de la conciencia. Mi relacin con l era el ejemplo ms obvio. En mi lado derecho, lera el respetado y temido brujo don Genaro, un hombre cuyos actos incomprensibles me encantaban y ala vez, me llenaban de un terror mortal. En mi lado izquierdo, l era simplemente Genaro, o Genarito, sinun don aadido a su nombre, un vidente simptico y amable cuyos actos eran totalmente comprensiblesy coherentes con lo que yo haca o trataba de hacer.

    Concord con l y agregu que en mi lado izquierdo, el hombre cuya mera presencia me haca temblarde pies a cabeza era Silvio Manuel, el ms misterioso de los compaeros de don Juan. Tambin dijeque, siendo un verdadero nagual, don Juan trascenda todos los criterios y en mis dos estados erarespetado y admirado.

    -Pero, es temido? -pregunt Genaro con voz temblorosa.-Muy temido -interpuso don Juan hablando en falsete.Nos remos todos, pero don Juan y Genaro se rieron con tanto abandono que inmediatamente

    sospech que saban algo que no me queran decir.

    Don Juan pareca leer mis sentimientos. Explic que en el estado de conciencia acrecentada, el cuales una fase intermedia antes de que uno entre de lleno en la conciencia del lado izquierdo, uno es capazde tremenda concentracin, pero tambin es uno susceptible a cualquier influencia. En m, estabainfluyendo la sospecha.

    -La Gorda siempre est en esta fase -dijo-, y por ello, la Gorda tiene extraordinaria facilidad para hacertodo, incluso para ser un verdadero dolor de cabeza. No puede evitar ser influenciada por cualquier cosaque cruce su camino, incluyendo, desde luego, cosas ejemplares, como la total concentracin.

    Don Juan explic que los, nuevos videntes descubrieron que durante esa fase intermedia es cuandotiene lugar el aprendizaje ms profundo, y que tambin es cuando hay que supervisar, a los guerreros ydarles explicaciones para que puedan evaluarlas debidamente. Si no reciben explicaciones antes deentrar por completo en el lado izquierdo, llegan a ser magnficos brujos pero malsimos videntes, comoles pas a los antiguos toltecas.

    Dijo que, en especial, las mujeres guerreras sucumben a la atraccin del lado izquierdo. Son tan gilesque pueden entrar en l sin necesidad de explicaciones y sin esfuerzo alguno, de una forma tan fcil quelas perjudica la mayora de las veces.

    Despus de un largo silencio, Genaro se qued dormido y don Juan sigui hablando. Dijo que los

    nuevos videntes haban tenido que inventar cierto nmero de trminos para poder explicar la segundaverdad del estar consciente de ser. Su benefactor haba cambiado algunos de esos trminos, y l habahecho lo mismo; los videntes crean que no importaba en absoluto cules trminos se usen siempre ycundo las verdades hayan sido verificadas, vindolas.

    Me interes muchsimo saber qu trminos haba cambiado l, pero no supe cmo plantear mipregunta. l entendi que yo dudaba de su derecho o habilidad para cambiarlos, y me explic que si lostrminos que proponemos se originan en nuestra razn, slo pueden comunicar el sabor mundano de lavida diaria. Por otra parte, cuando los videntes proponen un trmino, es ostensible que ese trmino seorigina en su capacidad de ver y, por lo tanto, es una expresin de todo lo que los videntes puedenalcanzar.

    Le pregunt por qu l y su benefactor haban cambiado ciertos trminos.-Es un deber del nagual buscar siempre mejores maneras de explicar -contest-. El tiempo lo cambia

    todo, y cada nuevo nagual tiene que incorporar nuevas palabras, nuevas ideas, para describir lo que ve.-Quiere decir que un nagual toma ideas del mundo cotidiano? -pregunt.-No. Quiero decir que un nagual habla de lo que ve en formas siempre nuevas -dijo-. Por ejemplo,

    como el nuevo nagual, t tendrs que decir que el estar consciente de ser da lugar a la percepcin.Diras lo mismo que dijo mi benefactor, pero de manera diferente.

    -Don Juan, qu es la percepcin para los nuevos videntes?-Dicen que la percepcin es una condicin del alineamiento; las emanaciones que estn en el interior

    del capullo se alinean con las que estn afuera y encajan con ellas. El alineamiento es lo que permiteque el estar consciente de ser sea cultivado por cada ser viviente. Los videntes pueden afirmar estoporque ven a los seres vivientes como son en realidad: seres luminosos que parecen burbujas de luzblanquecina.

    La pregunt cmo las emanaciones interiores del capullo encajaban con las de afuera para lograr lapercepcin.

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    -Las emanaciones de adentro y las emanaciones de afuera -dijo- son los mismos filamentos de luz.Los seres conscientes son minsculas burbujas hechas con esos filamentos; microscpicos puntos deluz, unidos a las emanaciones infinitas.

    Prosigui, explicando que la luminosidad de los seres vivientes se debe a la porcin particular de lasemanaciones del guila que tienen dentro de sus capullos: Cuando los videntes ven la percepcin, sontestigos de que la luminosidad de las emanaciones que estn afuera intensifican la luminosidad de lasemanaciones que estn dentro de los capullos. La luminosidad exterior atrae a la interior; la atrapa, poras decirlo, y la fija. Esa fijacin es el estar consciente de ser.

    Los videntes tambin pueden ver cmo las emanaciones exteriores ejercen una presin particularsobre las emanaciones interiores. Esta presin determina el grado de conciencia que tiene cada serviviente.

    Le ped que me aclarara cmo las emanaciones del guila que estn afuera del capullo ejercenpresin sobre las interiores.

    -Las emanaciones del guila son ms que filamentos de luz -contest-. Cada una de ellas es unafuente de energa ilimitada. Pinsalo de esta manera: puesto que la minscula porcin de lasemanaciones que estn dentro del capullo es igual a una minscula porcin de las que estn afuera, susenergas son como una presin continua, pero el capullo asla las emanaciones que estn adentro y deesa manera dirige la presin.

    "Ya te he dicho que los antiguos videntes eran maestros del arte de manejar la conciencia de ser -

    prosigui-. Ahora, lo que puedo agregar es que eran maestros de ese arte porque aprendieron a manejarla estructura del capullo del hombre. Te he dicho que ellos desenredaron el misterio del estar conscientede ser. Con eso quiero decir que vieron y comprendieron que la conciencia de ser es un resplandor en elcapullo de los seres vivientes. Y con toda razn lo llamaron el resplandor del huevo luminoso.

    Explic que los antiguos videntes vieron que la conciencia de ser del hombre es un resplandor deluminosidad ambarina, ms intenso que el resto del capullo. Ese resplandor se encuentra sobre unabanda angosta de luminosidad, al extremo del lado derecho del capullo, y corre a todo lo largo de laverticalidad del capullo. La m