caso 1. mujer de 38 años con dolor perianal en la defecación la escala de bristol es una ayuda...

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Caso 1. Mujer de 38 años con dolor perianal en la defecación María consulta por presentar desde hace unas dos semanas dolor perianal con la defecación, sobre todo cuando va más estreñida. Tiene 38 años y carece de antecedentes patológicos de interés con la excepción de un hábito intestinal con estreñimiento desde hace años y por el que nunca había consultado anteriormente. No es fumadora. Consumidora de alcohol de forma muy esporádica cuando hay alguna celebración familiar. Tiene dos hijos. Los dos embarazos a término y partos eutócicos sin complicaciones destacables aunque sí empeoró su estreñimiento habitual requiriendo tratamiento farmacológico, que no recuerda. Como definimos el estreñimiento El estreñimiento se caracteriza por la dificultad o la escasa frecuencia de las deposiciones, a menudo acompañado por esfuerzo excesivo durante la defecación o sensación de evacuación incompleta (1). En la mayoría de los casos no tiene una causa orgánica, por lo que se puede considerar como un trastorno funcional digestivo: estreñimiento crónico idiopático (ECI). El ECI comparte diversos síntomas con el síndrome del intestino irritable con estreñimiento (SII- E), siendo la presencia de molestia o dolor abdominal el síntoma que caracteriza al SII-E y necesario, para realizar el diagnóstico. La Asociación Americana de Gastroenterología (AGA) prefiere realizar una definición más sencilla, aunque en realidad es muy similar: defecaciones insatisfactorias caracterizadas por deposiciones infrecuentes, heces difíciles de evacuar, o ambas, durante al menos 3 meses. La dificultad en evacuar las heces incluye el esfuerzo, la sensación de evacuación incompleta, las heces duras, el tiempo prolongado para defecar y la necesidad de maniobras manuales (2). Seguidamente se muestran, respectivamente, los criterios diagnósticos según el consenso de Roma III, para el Estreñimiento Funcional (EF) (1) y el SII-E. De acuerdo a los criterios de Roma III el EF se define como: La presencia durante los últimos 3 meses de dos o más de los siguientes síntomas: o Esfuerzo defecatorio (≥ 25% deposiciones) o Deposiciones duras o caprinas (≥ 25% deposiciones) o Sensación de evacuación incompleta (≥25 % deposiciones) o Obstrucción defecatoria (≥ 25% deposiciones) o Maniobras manuales para la defecación (≥ 25% deposiciones) o Menos de 3 deposiciones/semana La presencia de heces líquidas es rara sin el uso de laxantes

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Caso 1. Mujer de 38 años con dolor perianal en la defecación

María consulta por presentar desde hace unas dos semanas dolor perianal con la defecación,

sobre todo cuando va más estreñida.

Tiene 38 años y carece de antecedentes patológicos de interés con la excepción de un hábito

intestinal con estreñimiento desde hace años y por el que nunca había consultado anteriormente.

No es fumadora. Consumidora de alcohol de forma muy esporádica cuando hay alguna

celebración familiar.

Tiene dos hijos. Los dos embarazos a término y partos eutócicos sin complicaciones destacables

aunque sí empeoró su estreñimiento habitual requiriendo tratamiento farmacológico, que no

recuerda.

Como definimos el estreñimiento

El estreñimiento se caracteriza por la dificultad o la escasa frecuencia de las deposiciones, a

menudo acompañado por esfuerzo excesivo durante la defecación o sensación de evacuación

incompleta (1).

En la mayoría de los casos no tiene una causa orgánica, por lo que se puede considerar como

un trastorno funcional digestivo: estreñimiento crónico idiopático (ECI).

El ECI comparte diversos síntomas con el síndrome del intestino irritable con estreñimiento (SII-

E), siendo la presencia de molestia o dolor abdominal el síntoma que caracteriza al SII-E y

necesario, para realizar el diagnóstico.

La Asociación Americana de Gastroenterología (AGA) prefiere realizar una definición más

sencilla, aunque en realidad es muy similar: defecaciones insatisfactorias caracterizadas por

deposiciones infrecuentes, heces difíciles de evacuar, o ambas, durante al menos 3 meses. La

dificultad en evacuar las heces incluye el esfuerzo, la sensación de evacuación incompleta, las

heces duras, el tiempo prolongado para defecar y la necesidad de maniobras manuales (2).

Seguidamente se muestran, respectivamente, los criterios diagnósticos según el consenso de

Roma III, para el Estreñimiento Funcional (EF) (1) y el SII-E.

De acuerdo a los criterios de Roma III el EF se define como:

La presencia durante los últimos 3 meses de dos o más de los siguientes síntomas:

o Esfuerzo defecatorio (≥ 25% deposiciones)

o Deposiciones duras o caprinas (≥ 25% deposiciones)

o Sensación de evacuación incompleta (≥25 % deposiciones)

o Obstrucción defecatoria (≥ 25% deposiciones)

o Maniobras manuales para la defecación (≥ 25% deposiciones)

o Menos de 3 deposiciones/semana

La presencia de heces líquidas es rara sin el uso de laxantes

No deben existir criterios suficientes para el diagnóstico de síndrome del intestino irritable

Estos criterios deben cumplirse al menos durante los últimos tres meses y los síntomas deben

haberse iniciado como mínimo 6 meses antes del diagnóstico.

El SII se diagnostica por la presencia de dolor o molestia abdominal recurrente (presente al

menos tres días por mes en los últimos 3 meses) y asociarse a dos o más de los siguientes:

Mejora con la defecación

El comienzo está asociado con un cambio en la frecuencia de las deposiciones

El comienzo está asociado con un cambio en la consistencia de las deposiciones

Se requiere que estos criterios se hayan cumplido durante los últimos tres meses y que los

síntomas hayan comenzado un mínimo de seis meses antes del diagnóstico.

Por lo tanto, el diagnóstico se efectuará en base a la identificación de síntomas característicos y

la exclusión de patología orgánica (3).

El SII se puede subdividir en varios subtipos, de acuerdo con la consistencia de las

deposiciones según la escala de Bristol (Figura 1). La escala de Bristol es una ayuda

gráfica para los pacientes y sus médicos, con el fin de caracterizar la consistencia de las

heces (4).

o Si más del 25% de las deposiciones corresponden a los tipos 1 ó 2 se considera

que el paciente padece SII con estreñimiento.

o Si más del 25% de las deposiciones son del tipo 6 ó 7 se considera que el

paciente tiene SII con diarrea.

o Si hay más del 25% de ambas (tanto 1 ó 2 como 6 ó 7) se establece el

diagnóstico de SII con hábito deposicional mixto.

o Si hay menos del 25% de ambas se habla de hábito deposicional no clasificable.

o El término “alternante” se reserva para los cambios a lo largo de periodos

prolongados de tiempo.

Figura 1. Escala de heces de Bristol

Fuente: Lewis & Heaton,1997 (5).

Nunca le ha dado importancia aunque admite que en ocasiones, es muy molesto. No piensa que

sea grave, de hecho varias amigas presentan el mismo problema e incluso en su família su madre

ha seguido diferentes dietas y ha tomado fibra por episodios de estreñimiento. Por suerte,

habitualmente no presenta dolor abdominal como una de sus amigas que incluso le impide ir al

trabajo.

Magnitud

El ECI es muy frecuente en la población general de todo el mundo con una prevalencia, media,

según se estima en dos revisiones sistemáticas, entre el 14% (IC 95% 12-17%) (6) y el 16% (IC

95%: 0,7-79%) (7).

Los estudios realizados en España indican una prevalencia del 14-30%.

El ECI es más prevalente en mujeres y aumenta progresivamente con la edad, a partir de los 60

años, con un incremento mayor a partir de los 70 años.

El estreñimiento es muy frecuente durante el embarazo.

Criterios gravedad. Derivación a atención especializada

El ECI es un problema de salud importante. La gravedad de estos tipos de trastornos funcionales

depende no sólo de la intensidad de los síntomas intestinales sino también de las repercusiones

sobre la calidad de vida y las limitaciones que puede ocasionar en las actividades de la vida

diaria: repercusiones sociales, laborales y económicas.

Sin embargo, sólo una minoría de pacientes con estreñimiento consultan al médico pero muchas

personas utilizan diferentes tipos de medicación o terapias alternativas para mejorar su

estreñimiento.

A pesar de ser considerados trastornos funcionales, siempre deberemos valorar la presencia de

signos y síntomas de alarma que obligan a descartar organicidad (Tabla 3)

El médico de familia siempre debe tener presente diferentes situaciones en las que ha de valorar

la derivación a la atención especializada fundamentalmente para descartar organicidad pero

también, en algunas ocasiones, para optimizar el seguimiento y el tratamiento de estos pacientes

en el marco de una atención integrada y compartida.

Para ello, resulta imprescindible una anamnesis adecuada incluyendo antecedentes familiares y

personales, investigar la presencia de síntomas y signos de alarma y una exploración física

minuciosa.

Diferentes documentos de consenso y GPC establecen diferentes motivos que obligan a

descartar patología orgánica aunque la precisión diagnóstica de alguno de ellos es controvertida:

Antecedentes familiares de cáncer colorrectal, poliposis intestinal, enfermedad

inflamatoria intestinal y enfermedad celíaca

Antecedentes personales de cáncer colorrectal, poliposis intestinal, enfermedad

inflamatoria intestinal y enfermedad celíaca

Inicio de los síntomas a partir de los 50 años

Presencia de signos y síntomas que pueden indicar organicidad (Tabla 1)

También pueden ser motivo de derivación a la atención especializada:

Síntomas persistentes o con mala respuesta al tratamiento

Deterioro importante de la calidad de vida

No accesibilidad a las pruebas diagnósticas

Dudas en el diagnóstico

Tabla 1. Presencia de signos y síntomas que pueden indicar organicidad

Presencia de síntomas nocturnos

Fiebre

Anemia

Pérdida de peso no intencionada y no explicable por otras causas

Presencia de sangre en heces

Dolor abdominal importante

Hallazgos en la exploración física como la presencia de una masa abdominal palpable,

visceromegalias o un tacto rectal patológico

En la herboristería donde en ocasiones compra productos dietéticos, le han comentado que

puede tener algún problema intestinal y al consultar en Internet piensa que pueda ser un intestino

irritable.También nos pregunta sobre los factores que pueden predisponer a

presentar estreñimiento como el suyo.

El SII-E y el EF presentan similitudes clínicas y no siempre resulta fácil distinguirlas. La diferencia

fundamental es la presencia de dolor en el SII.

Factores de riesgo

La edad y el sexo femenino.

Una dieta con poca fibra parece contribuir al estreñimiento y una de las

recomendaciones habituales es un aumento en la ingesta de fibra, junto con

modificaciones de estilo de vida tales como una adecuada hidratación y el ejercicio físico.

Sin embargo, las evidencias científicas son contradictorias.

Otros factores de riesgo que se asocian son el nivel educacional y socioeconómico bajo,

el sobrepeso y la obesidad (7).

Una historia familiar de estreñimiento, la ansiedad, la depresión y situaciones

estresantes también favorecen el estreñimiento.

María consultaba por dolor anal con la defecación, no estrictamente por el estreñimiento que ya

tenía asumido como algo habitual.

Al realizar la exploración física observamos a nivel perianal una hemorroide no congestiva, sin

signos de sangrado ni trombosis y una fisura anal.

En la valoración de un estreñimiento hemos de realizar una anamnesis y exploración física

minuciosas y protocolizadas.

Deben recogerse las características defecatorias de los pacientes (frecuencia, características de

las heces, presencia de productos patológicos... ), factores desencadenantes, y averiguar qué

síntomas son más molestos, así como indagar sobre la medicación que puede relacionarse con

el mismo (8). Los tratamientos efectuados con laxantes u otras terapias incluyendo tratamientos

de herboristería, homeopáticos o terapias alternativas.

Debemos preguntar también por antecedentes patológicos personales y familiares,

especialmente de estreñimiento o patología colónica y anorrectal.

Exploración física

Se debe realizar una exploración física general completa que incluya un examen abdominal, una

inspección visual de la región perianal y rectal y un tacto rectal para valorar la presencia de

organicidad y, más concretamente, la presencia de masas, prolapso, hemorroides, fisuras,

rectocele, etc..

El tacto rectal permite valorar el tono del esfínter anal, tanto en reposo como durante una

maniobra defecatoria y si hay ocupación de la ampolla rectal. Diferentes estudios muestran que

el tacto rectal tiene una alta probabilidad de detección de disinergia del suelo pélvico (9).

Pruebas complementarias

Analítica

La analítica estará indicada en aquellos pacientes que presenten signos de alarma, y en aquellos

en que la historia clínica nos haga sospechar un posible trastorno causal del estreñimiento. Se

recomienda una analítica general con hemograma, sideremia, ionograma, calcio y fosforo y

hormonas tiroideas; además de aquellos test específicos que se juzguen necesarios en función

de la sospecha clínica de la enfermedad causante del estreñimiento.

Pruebas de imagen

Colonoscopia: Diferentes GPC indican la colonoscopia en todos aquellos pacientes que

presenten estreñimiento y signos de alarma (10,11). Algunas GPC también indican la

colonoscopia en aquellos pacientes con estreñimiento que no responden al tratamiento

y en aquellos pacientes mayores de 50 años que tras el inicio de estreñimiento no han

sido sometidos a las pruebas de cribado de CCR. La colonoscopia permite la

visualización directa del colon y el diagnóstico de lesiones y la toma de biopsias

Enema opaco: Una RS concluye que no hay evidencia que el enema opaco sea eficaz

como prueba de rutina en todos los pacientes con estreñimiento. Su uso debería

reservarse para aquellos casos en los que la fibrocolonoscopia no se pueda realizar o

genere dudas diagnósticas

Complicaciones (10)

Las principales complicaciones relacionadas con el estreñimiento son la patología anorrectal

benigna y complicaciones colónicas

Complicaciones anorrectales

Hemorroides

Se ha descrito una asociación significativa entre el estreñimiento crónico y la aparición

de hemorroides. Una prolongada presión intraabdominal ejercida sobre los plexos

venosos y anastomosis arteriovenosas anorrectales podría ser la causa de las

hemorroides internas y/o externas.

Fisura anal

Existe una relación bien establecida entre el estreñimiento crónico y la aparición de

fisuras anales. Se ha sugerido que la lesión de la mucosa se produce por una acción

traumática por el paso de heces duras a través del canal rectal durante el esfuerzo

defecatorio habitual, por un compromiso isquémico local y por cierta disfunción

esfinteriana anal.

Prolapso

Consiste en la protrusión del recto a través del ano. La realización de ejercicios de

Valsalva mantenidos y frecuentes puede facilitar su existencia. El enlentecimiento del

tránsito colónico y una disfunción de la motilidad se han relacionado con la aparición de

un prolapso rectal.

Otras complicaciones que se han descrito relacionadas con el estreñimiento son la

úlcera rectal solitaria, la impactación fecal (fecaloma) y la incontinencia fecal.

Complicaciones colónicas

Enfermedad diverticular

Existen diferentes estudios retrospectivos que apoyan una discreta asociación entre

estreñimiento crónico y la enfermedad diverticular.. Se sugiere que el tiempo

prolongado del tránsito colónico y el bajo volúmen de heces se asocian con un

incremento de la presión intraluminal, lo que puede conducir pulsiones diverticulares en

puntos de debilidad de la pared colónica.

Megacolon

El megacolon crónico puede ser secundario a un estadio avanzado de un estreñimiento

crónico refractario o bien presentarse como una enfermedad colónica primaria.

Vólvulo

El vólvulo sigmoideo supone una causa frecuente de obstrucción intestinal. Su origen

es multicausal, y es más habitual en pacientes con un megacolon de larga duración.

Estudios retrospectivos han señalado que la presencia de un vólvulo es

significativamente más frecuente en el contexto de un estreñimiento crónico.

Cáncer colorrectal

Una revisión sistemática de estudios observacionales concluye que no existe

asociación entre estreñimiento y cáncer colorrectal.

Le explicamos a María que presenta una fisura anal causante del dolor y la importancia de

conseguir mejorar su estreñimiento. Comenta que ha realizado muchos tratamientos diferentes

que no recuerda y también productos homeopáticos pero nunca indicados por su médico de

familia.

Informamos de los diferentes tipos de tratamiento.

Tratamiento de primera línea (10)

El objetivo del tratamiento es aumentar el número de deposiciones y conseguir que la evacuación

sea completa, se realice sin esfuerzo, y que desaparezca la presencia de dolor y la distensión

abdominal asociada. El objetivo fundamental es mejorar la consistencia y el volumen de las

heces.

Educación sanitaria y estilos de vida

La educación de los pacientes con estreñimiento implica fomentar estilos de vida saludables y

reducir la dependencia de los laxantes. Los pacientes que son dependientes de los laxantes

deben tratar de disminuir su uso e introducir medidas higiénico-dietéticas y de estilo de vida que

les permitan mejorar su función intestinal.

Las personas con estreñimiento crónico deben de adoptar un horario regular para la defecación

y aprovechar los momentos postprandiales normales de mayor motilidad del colon (al

despertarse por la mañana y después de las comidas). Deben de tener un tiempo suficiente para

defecar y deben adquirir una posición adecuada (cuclillas), entrenando los músculos pélvicos y

esfínteres anales para conseguir realizar la maniobra expulsiva sin esfuerzos excesivos.

Dieta rica en fibra

Se recomienda consumir alimentos con alto contenido en fibra soluble (frutas, verduras,

hortalizas, legumbres, frutos secos). Se aconseja que la ingesta de alimentos ricos en

fibra se realice de forma gradual para que el tracto gastrointestinal se pueda adaptar. En

algunos pacientes (especialmente aquellos con estreñimiento de tránsito lento), la dieta

rica en fibra puede ocasionar hinchazón abdominal y flatulencia. Se aconseja empezar

con pequeñas cantidades e ir aumentando lentamente la ingesta de fibra de acuerdo con

la tolerancia y la eficacia.

Se recomienda ingesta adecuada de líquidos (mínimo 1,5 litros/día).

Se recomienda realizar ejercicio físico moderado de forma regular. Aunque los estudios

disponibles presentan defectos metodológicos la actividad física no presenta riesgos y

repercute de forma positiva en la salud.

Tratamiento farmacológico inicial

Laxantes formadores de masa

La fibra se puede tomar como suplemento. Estos laxantes mejoran el tránsito intestinal y la

expulsión de las heces, de manera similar a lo observado con la fibra alimentaria.

Disponemos del psyllium (o ispágula que se deriva de las cáscaras de plantago ovata) y de

diversos agentes semisintéticos como la metilcelulosa, el policarbofil cálcico y el dextrano.

Una revisión sistemática (12), concluye que la respuesta a estos laxantes no parece que sea

superior a las medidas higiénico-dietéticas. Además, los laxantes formadores de masa pueden

ocasionar molestias abdominales y otros efectos adversos como sobrecarga de líquidos. El uso

adecuado consiste en aumentar la dosis gradualmente.

Se sugiere el psyllium (plantago ovata) a dosis bajas como una opción de tratamiento en

personas con estreñimiento crónico idiopático

Se aconseja el uso de metilcelulosa como alternativa al psyllium

Laxantes osmóticos

Los laxantes osmóticos contienen iones o moléculas no absorbibles por lo que crean un gradiente

osmótico que favorece la secreción luminal de fluidos en el intestino.

Los principales laxantes de este grupo son el polietilenglicol (macrogol), la lactulosa y la crema

de magnesio.

Diferentes ECA han mostrado un efecto beneficioso en el número de deposiciones por semana

y en la consistencia de las heces en el grupo de los laxantes osmóticos, comparado con el grupo

placebo.

Tienen un buen perfil de seguridad por lo que se pueden utilizar en ancianos y en embarazadas.

Su uso excesivo de laxantes osmóticos puede producir una sobrecarga de electrolitos y de

volumen en pacientes con disfunción renal y cardíaca.

Se recomienda el Polietilenglicol como una opción de tratamiento en personas con

estreñimiento crónico

Se recomienda la lactulosa como una opción de tratamiento en personas con

estreñimiento crónico.

Aunque frecuentemente utilizado, no disponemos de estudios suficientes que aporten evidencia

sobre la eficacia del hidróxido de magnesio en el tratamiento de pacientes con estreñimiento.

Está contraindicado en pacientes con insuficiencia renal y puede causar hipermagnasemia.

La paciente ya realiza una dieta rica en fibra y ejercicio físico regular. Recomendamos un laxante

osmótico y control evolutivo.

En caso de no presentar una mejoría significativa valoraremos un tratamiento de segunda línea

y/o una derivación al especialista para realizar un estudio funcional.

Bibliografía

1. Longstreth GF, Thompson WG, Chey WD, Houghton LA, Mearin F, Spiller RC. Functional

bowel disorders.Gastroenterology. 2006;130:1480-91.

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2015;313(9):948-958.

4. Guía Práctica de Actuación Diagnóstico-Terapéutica en Estreñimiento Crónico

(Mínguez et al 2013).

5. Lewis SJ, Heaton KW. Stool form scale as a useful guide to intestinal transit time. Scand

J Gastroenterol. 1997;32:920-4.

6. Suares NC, Ford AC. Prevalence of, and risk factors for, chronic idiopathic constipation

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2011;106:1582-91; quiz 1581, 1592.

7. Mugie SM, Benninga M A, Di Lorenzo C. Epidemiology of constipation in children and

adults: a systematic review. Best Pract Res Clin Gastroenterol. Elsevier Ltd; 2011;25:3-

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8. Guía Práctica de Actuación Diagnóstico-Terapéutica en Estreñimiento Crónico

(Mínguez et al 2013)

9. Mínguez M, Herreros B, Sanchiz V, Hernández V, Almela P, Añón R, et al. Predictive

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10. Grupo de Trabajo de la Guía de Práctica Clínica sobre el manejo del estreñimiento

crónico en el paciente adulto. Año 2015. Guía de práctica clínica. Barcelona: Asociación

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Comunitaria (semFYC). Año 2015. (Pendiente de publicación).

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Manejo del paciente con síndrome del intestino irritable. Barcelona: Asociación Española

de Gastroenterología, Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria y Centro

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12. Ford A, Moayyedi P, Lacy B, Lembo A, Saito Y, Schiller F et al. American College of

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Chronic Idiopathic Constipation. Am J Gastroenterol 2014; 109:S2 – S26; doi:

10.1038/ajg.2014.187

Caso 2. Mujer de 31 años que acude por estreñimiento

Anamnesis

Antecedentes familiares

Cardiopatía isquémica en el padre.

Madre con dislipemia e hipertensión.

No antecedentes de cáncer, celiaquía ni de enfermedad inflamatoria intestinal.

Antecedentes patológicos

Apendicectomía a los 12 años de edad.

Asma durante la infancia.

Antecedentes personales

Casada.

1 hijo de 2 años de edad.

Trabaja de secretaria.

Realiza actividad física de manera habitual (hace pilates 2 veces por semana).

Bebe alcohol los fines de semana (vino durante las comidas, y alguna cerveza si sale

fuera).

Dejó de fumar hace 3 años a raíz del embarazo.

Ha consumido cannabis de forma ocasional, pero hace más de 5 años que no lo hace.

No otro consumo de drogas.

Dieta baja en calorías “cuando puede”, pero come todo tipo de alimentos.

Hábito miccional normal.

Hábito deposicional: desde la adolescencia refiere tendencia a ir estreñida.

Antecedentes farmacológicos

Toma anticonceptivos orales.

Laxantes que compra en herboristería.

Enfermedad actual

Desde la adolescencia ha sufrido episodios de estreñimiento. Al principio se hacían evidentes

cuando viajaba, y de forma leve, pero posteriormente incluso los fines de semana si cambiaba

de horarios.

Hace 3 años, durante su primer y único embarazo, se agudizó el estreñimiento. La paciente

realizaba sólo 1 ó 2 deposiciones espontáneas por semana. Las heces eran duras, “como las

cabras”, y tenía que hacer grandes esfuerzos para evacuar. A veces incluso precisaba extraer

manualmente las heces. Durante el tercer trimestre de embarazo tuvo hemorroides que le

sangraron en alguna ocasión. Acudió al médico que le aconsejó que aumentase el consumo de

fibra, y le recetó un laxante (polietilenglicol) con buen efecto. Mejoró tanto la frecuencia como la

consistencia de las deposiciones y no tuvo nuevas molestias relacionadas con las hemorroides.

Tras el embarazo, al retomar paulatinamente sus actividades normales, el estreñimiento remitió

y pudo dejar de tomar los laxantes, aunque ha continuado con un mayor consumo de fibras.

Sin embargo, el último año ha vuelto a empeorar, las heces son cada vez más duras, y presenta

evacuaciones muy dificultosas. Ha tenido que ayudarse con los dedos para extraer las heces en

alguna ocasión. Ha aumentado aún más el consumo de fibras, ahora toma pan integral y cereales

integrales pero el estreñimiento ha empeorado y comienza a tener distensión abdominal y

sensación de acumulación de gases. Los últimos 2 meses ha precisado purgarse con productos

de herboristería en alguna ocasión.

Acude porque ha planificado volver a quedarse embarazada y tiene miedo de que el embarazo

empeore aún más su estreñimiento y que tenga un problema hemorroidal más importante que

en el embarazo anterior.

Exploración

Pulso 72 ppm. TA 145/80. Exploración por aparatos normal. Abdomen algo distendido con

timpanismo generalizado pero blando y depresible, sin masas ni otros signos de patología

abdominal.

Tacto rectal en el que destaca ampolla llena de heces, de consistencia dura, casi pétrea. Le

solicitamos a la paciente que realice una maniobra defecatoria y notamos como el periné se

retrae hacia arriba, y el ano se contrae alrededor de nuestro dedo.

Diagnóstico diferencial

La paciente presenta un estreñimiento crónico. El estreñimiento es un síntoma que puede ser

primario o secundario. Por ello, ante un paciente con estreñimiento siempre se debe de valorar

la presencia de patologías u otros factores causales12.

Clasificación etiológica del estreñimiento

Estreñimiento secundario

Fármacos:

o Opiáceos

o Anticolinérgicos

o Antidepresivos tricíclicos

o Fármacos antidiarreicos

o Otros: Bloqueantes de los canales de calcio. Fármacos antiparkinsonianos.

Simpaticomiméticos. Antipsicóticos. Diuréticos. Antihistamínicos. Antiácidos

(hidróxido de aluminio). Suplementos de calcio. Suplementos de hierro.

Antiinflamatorios no esteroideos.

· Obstrucción mecánica intestinal (tumores, vólvulo, hernias, estenosis).

Neuropatías (traumatismo medular, meningocele, enfermedad de Parkinson, accidente

vascular cerebral, tumores, esclerosis múltiple, enfermedad de Hirschprung).

Miopatías (esclerodermia, dermatomiositis, amiloidosis).

Alteraciones metabólicas (hipercalcemia, hipopotasemia, uremia).

Enfermedades endocrinas (hipotiroidismo, hiperparatiroidismo, diabetes).

Otras causas: Depresión, alteraciones cognitivas, inmobilización, embarazo.

Estreñimiento funcional

El estreñimiento funcional puede clasificarse en función de la alteración fisiopatológica

predominante en1:

Estreñimiento asociado a trastornos de la defecación

Estreñimiento con tránsito colónico lento

Estreñimiento con tránsito colónico normal

Fisiopatologia del estreñimiento34

Trastornos de la defecación: Son una causa muy común de estreñimiento. Se produce

por una mala coordinación de los complejos movimientos a nivel rectoanal y de la

musculatura abdominal que permiten la evacuación. Pueden deberse a una mala

relajación o incluso a una contracción paradójica de los esfínteres anales durante la

evacuación, a una prensa abdominal deficiente o, en algunos casos, estar asociados a

patología anorrectal como los rectoceles.

Tránsito colónico lento: Se produce por una mala propulsión del contenido colónico. Es

frecuentemente de origen secundario, por ejemplo por consumo de fármacos opiáceos

o anticolinérgicos, o en el contexto de enfermedades endocrinas como el hipotiroidismo

o enfermedades que afecten la musculatura o la inervación colónica como la

esclerodermia o las neuropatías intestinales.

Tránsito colónico normal: Se trata de un estreñimiento idiopático. En ocasiones asociado

a déficit de consumo de fibras en la dieta, a un síndrome de intestino irritable, o a una

alteración de la sensibilidad visceral y la percepción.

Evaluación de la paciente5

La correcta evaluación de la paciente debe de contemplar una anamnesis completa, valorando

de forma especial:

1. La presencia de signos de alarma (véase Caso 1), la presencia de enfermedades

concomitantes o consumo de fármacos causantes de estreñimiento, y valorar la

presencia de otros factores como las dietas restrictivas, la inmovilización, el embarazo,

que puedan favorecer el estreñimiento y que sean tributarios de ser corregidos.

2. Ante la ausencia de los factores arriba mencionados, en una paciente joven y sin

antecedentes de interés interesa valorar si cumple criterios diagnósticos de

estreñimiento funcional (Criterios de Roma). En caso de que se cumplan las 2

condiciones anteriores (ausencia de signos de alarma y Criterios de Roma para

estreñimiento funcional), no es necesario realizar ningún estudio adicional.

Optativamente se podría realizar una analítica sanguínea simple que incluyera hormonas

tiroideas.

3. En tercer lugar, se debe de valorar la predisposición de la paciente a desarrollar

complicaciones, especialmente en la zona perineal, ya que en este caso estaría indicado

realizar una exploración de la función anorrectal para detectar, y en su caso corregir,

alteraciones funcionales que pudiesen predisponer a patología rectoanal.

En el caso de nuestra paciente tenemos:

Ausencia de signos y síntomas de alarma

Cumple criterios de Roma para estreñimiento funcional

Tiene riesgo de desarrollar patología del suelo pélvico:

o Ha padecido hemorroides en embarazo anterior.

o Existen estudios que muestran que las hemorroides y las fisuras anales se

producen en un 40 % de los embarazos, y que el estreñimiento es, junto al parto

dificultoso y prolongado y el tamaño del feto, factor independiente de desarrollo

de patología del suelo pélvico6.

o Durante el tacto rectal hemos observado signos de trastorno de la defecación

(ampolla llena de heces y contracción del ano durante la maniobra expulsiva).

Ante la sospecha de desarrollo de padecer complicaciones relacionadas con el estreñimiento en

el próximo embarazo, y debido a la mala respuesta a las fibras, la paciente se remite a

Gastroenterologia para valoración de estudio funcional de estreñimiento y tratamiento.

Estudio funcional del estreñimiento7

Manometría anorrectal: consiste en la medición de las presiones en el canal anal en

reposo, y durante las maniobras defecatorias. Se considera indicada en aquellos

pacientes que no responden al tratamiento con cambios de estilo de vida, agentes

formadores de bolo, laxantes osmóticos y procinéticos. También debería contemplarse

en aquellos pacientes en que sospechemos que existe riesgo de desarrollar patología

del suelo pélvico (fisuración o sangrado durante el esfuerzo defecatorio, prolapso rectal,

uterino o hemorroidal, incontinencia urinaria o fecal, rectocele o cistocele). La

manometría permite identificar diferentes tipos de trastornos de la defecación, y nos

identificará a los pacientes que pueden beneficiarse de tratamiento con biofeedback

anorectal.

Test de expulsión con balón: consiste en la introducción de un balón en el recto que se

infla con aire o líquido, y se le pide al paciente que lo evacue. Idealmente el balón debe

de inflarse con un volumen que produzca sensación de deseo de defecar, y el paciente

lo expulsará en un baño en condiciones de intimidad. Tiene las mismas indicaciones que

la manometría rectal, pero tiene la ventaja de que es sencillo de realizar, y permite

identificar de forma muy sencilla a los pacientes que tienen un trastorno de la defecación

y que se podrían beneficiar de un estudio completo de la función anorectal con

manometría para valorar la posibilidad de tratamiento con biofeedback.

Determinación del tiempo de tránsito colónico (TTC): Se define como el tiempo que

emplean las heces para pasar a través del colon. Se puede realizar mediante cápsula

inalámbrica (smart pill) y estudios gammagráficos, pero la manera más habitual consiste

en la ingesta de pequeños marcadores radioopacos de una sustancia plástica ligera

(generalmente polietileno), y la posterior toma de placas simples de abdomen seriadas

para calcular el tiempo de tránsito colónico. Está indicado en los pacientes que no

responden al tratamiento con cambios de estilo de vida, agentes formadores de bolo,

laxantes osmóticos y procinéticos. Permite identificar a los pacientes que tienen

estreñimiento por un tránsito colónico lento como causa del estreñimiento.

Videodefecografía: Consiste en la introducción de un enema baritado en el recto, y la

filmación de su expulsión mediante fluoroscopia mientras el sujeto lo evacua en un baño

radiotraslúcido. Es útil para identificar alteraciones anatómicas, por lo que su principal

indicación es en pacientes con un trastorno de la defecación en los que se sospecha

rectocele o enterocele como causa del mismo.

Diagnóstico

Se realiza manometría anorectal en la que se informa: Esfínter anal interno y externo con

presiones en reposo y durante contracción voluntaria normales.

Inervación intrínseca (reflejo rectoanal inhibitorio) y extrínseca (pudenda) normales.

Sensibilidad y compliance rectal normales.

Durante las maniobras defecatorias se aprecia una contracción paradójica del esfínter anal con

mal descenso perineal y gran prensa abdominal compensatoria.

El test de expulsión de balón: la paciente no consigue expulsar.

Conclusión: Trastorno de la defecación por disinergia defecatoria.

Tratamiento

Como en cualquier estreñimiento se revisa en primer lugar que se cumplan medidas generales

como una ingesta suficiente de fibras, ejercicio físico, no reprimir el deseo de defecar, etc…89

Además, en el caso concreto de esta paciente que presenta una alteración de la defecación, ésta

debe de corregirse mediante reeducación esfinteriana, que se realiza con biofeedback

anorrectal10.

El biofeedback es una técnica de tratamiento de aprendizaje que permite adquirir el control de

los movimientos fisiológicos mediante entrenamiento. Se realiza pidiéndole al paciente que

realice maniobras defecatorias mientras visualiza sus movimientos en un monitor, lo que permite

corregir las contracciones inadecuadas de los músculos del suelo pélvico y del esfínter anal

durante la defecación10.

En el caso de nuestra paciente, realizó 3 sesiones de biofeedback anorrectal durante un periodo

de 2 meses, consiguiendo una normalización de sus hábitos defecatorios, así como de la

consistencia de las heces.

En la actualidad acaba de tener su segundo hijo, tanto el embarazo como el parto han discurrido

sin complicaciones, si bien debió de ayudarse de polietilenglicol durante el tercer trimestre de

embarazo debido a una sequedad importante de las heces y a una dificultad para evacuar que

se ha resuelto tras el parto11.

Conclusiones

El estreñimiento es un síntoma que puede ser secundario a consumo de fármacos o a

enfermedades del colon, o a la afectación colónica por enfermedades sistémicas, neurológicas

o endocrinas.

El estreñimiento funcional puede estar ocasionado por trastornos de la defecación, por

alteraciones del tránsito colónico, o por alteraciones sensoriales y de la percepción.

Durante el embarazo, el estreñimiento es más frecuente y es un factor predisponente para

desarrollar patología del suelo pélvico

Ante el riesgo de desarrollar patología del suelo pélvico, está indicado el estudio funcional del

estreñimiento mediante manometría anorrectal y test de expulsión de balón.

El tratamiento con biofeedback anorrectal es el tratamiento de elección en los trastornos de la

defecación por disinergia defecatoria.

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Caso 3. Varón de 74 años con dificultades en la evacuación

Presentación

Varón de 74 años con los siguientes antecedentes personales: HTA en tratamiento con lisinopril

10 mgr/24 h, hipertrofia benigna de próstata en tratamiento con tamsulosina 0,4 mgr/24 h

e hipercolesterolemia sin tratamiento farmacológico.

Desde hace algo más de 1 año presenta “deposiciones insatisfactorias”, menos de tres veces

por semana, con dificultad para su evacuación la cual refiere como incompleta, precisando en

ocasiones de medios físicos para la expulsión de heces que define como “duras” (1).

Diagnóstico Diferencial/ Diagnóstico

Se trata, por tanto, de un paciente mayor de 50 años con alteración en las características de las

deposiciones de más de 3 meses de evolución que cumple los Criterios de Roma III para

establecer el diagnóstico de Estreñimiento Crónico Idiopático según se recoge en la siguiente

Tabla (2).

Tabla 1

1. Presencia de dos o más de los siguientes

1. Heces duras o caprinas

2. Esfuerzo defecatorio

3. Sensación de obstrucción / bloqueo anorrectal

4. Sensación de evacuación incompleta

5. Maniobras manuales para facilitar la evacuación

6. Menos de 3 evacuaciones por semana

2.Evacuaciones sueltas raramente presentes sin el uso de laxantes

3. Criterios insuficientes para el Diagnóstico de Síndrome de Intestino Irritable

Con la sospecha de Estreñimiento Crónico en un varón mayor de 50 años en tratamiento

farmacológico con antihipertensivos (lisinopril) que, si bien no está entre los fármacos antiHTA

con mayor incidencia de estreñimiento como efecto secundario, así como de tratamiento con un

fármaco alfabloqueante (tamsulosina) para la hipertrofia benigna de próstata (ver casos clínicos

1 y 2 sobre Etiología de Estreñimiento secundario y fármacos), solicito analítica para descartar

otras causas metabólicas de estreñimiento crónico con determinación de iones y especialmente

de hormonas tiroideas (diabetes, hipotiroidismo, insuficiencia renal crónica, hipercalcemia,

hipermagnesemia, hiperparatiroidismo, hipopotasemia e hipomagnesemia, entre otras) accesible

desde Atención Primaria. Aunque existen actualmente dudas sobre la utilidad clínica de esta

solicitud, algunas guías de práctica clínica las recomiendan por su accesibilidad y bajo coste (3).

La analítica del paciente no presentaba ninguna alteración electrolítica con función tiroidea

normal.

Iniciamos tratamiento con medidas higiénico-dietéticas ya comentadas en el caso clínico 1

(aumentar la ingesta de líquidos, y la ingesta de fibra en la dieta de forma gradual) y prescribimos

un incremento de la actividad física del paciente adaptada a su edad (caminar 30-45 minutos

diarios).

Al cabo de 1 mes el paciente consulta por reaparición de la sintomatología previa con una mayor

distensión abdominal y flatulencia que, en principio, atribuimos al incremento de fibra en la dieta.

Comenzamos con laxantes formadores de masa (plántago ovata, metilcelulosa) a las dosis

recomendadas en las guías de práctica clínica sin experimentar mejoría y empeorando aún más

de la flatulencia y de la distensión abdominal.

Ante la ausencia de mejoría, y por tratarse de un paciente mayor de 50 años en una población

en la que aún no existe cribado poblacional para la detección del cáncer colorrectal, solicitamos

colonoscopia diagnóstica a la vez que iniciamos tratamiento con laxantes osmóticos (lactulosa y

lactitiol) obteniendo buena respuesta al mismo.

Cuatro meses más tarde recibimos el informe de colonoscopia con diagnóstico de diverticulosis

de rectosigma, hemorroides internas y externas, papilas anales hipertróficas, complicaciones

descritas en el caso clínico 1.

Un año más tarde el paciente es diagnosticado de Enfermedad de Parkinson idiopática

comenzando tratamiento con diferentes fármacos (Stalevo, Mirapexin, Azilect, Sinemet plus

retard y Rivotril) que agrava el estreñimiento crónico lo que obliga a ir alternando entre los

laxantes formadores de masa, osmóticos y combinaciones de ambos, sin respuesta.

Ante la sospecha de un paciente con Estreñimiento Crónico Idiopático por un tránsito colónico

lento agravado en la actualidad por el diagnóstico de Enfermedad de Parkinson y la utilización

de fármacos para su control, con exploración física normal salvo la existencia de hemorroides

internas y externas que añaden el componente de alteración de la defecación por dolor y analítica

normal remitimos al gastroenterólogo de zona para la realización de:

Pruebas Complementarias (ver caso 2)

1. Manometría anorrectal

Está indicada en pacientes no respondedores a las medidas no farmacológicas,

laxantes formadores de masa, osmóticos y procinéticos, además de en aquellos

pacientes con riesgo de desarrollar patología del suelo pélvico (fisuras, sangrado,

prolapso rectal o uterino, hemorroides e incontinencia fecal o urinaria).

2. Test de expulsión del balón

Útil si sospechamos que el paciente presenta alteración en la defecación.

3. Determinación del tiempo de tránsito colónico (TTC)

Indicado en los casos donde las medidas no farmacológicas, el uso de laxantes

formadores de masa, osmóticos y procinéticos no logran la resolución del problema.

Determina el tiempo que necesitan las heces para pasar a través del colon. Consiste

en la ingesta de marcadores radioopacos y toma de radiografías seriadas al cuarto,

séptimo y, en ocasiones al décimo día para medir el tiempo de tránsito colónico

(4). Existe también una cápsula inalámbrica (smartpill) que se ingiere, es bien tolerada

y reduce la radioexposición pero a un mayor coste, así como los estudios

gammagráficos.

4. Video defecografía

Indicada en pacientes en los que se sospecha un trastorno defecatorio. Consiste en la

introducción de un enema baritado y la filmación de su expulsión con fluoroscopia.

En nuestro paciente, el gastroenterólogo solicitó manometría anorrectal por las lesiones

encontradas en la colonoscopia que puso de manifiesto un esfínter hipertónico y una

determinación del tiempo de tránsito colónico (TTC) que permitió establecer como causa

fundamental una alteración del tiempo de tránsito de las heces por el colon, probablemente

primaria, aunque agravada por el desarrollo posterior de Enfermedad de Parkinson y los

tratamientos necesarios para su control.

Tratamiento de Segunda Línea

1. Laxantes estimulantes

Son glucósidos inactivos que no se absorben en el intestino delgado pasando al colon

donde son hidrolizados y que alteran la absorción de agua y electrolitos por la mucosa

lo que produce un aumento del contenido de agua y electrolitos en la luz intestinal

ablandando el bolo fecal a la vez que aumentan el peristaltismo por acción sobre los

plexos murales del intestino (5).

Deben utilizarse por la noche y se debería intentar evitar su uso crónico en la medida

de lo posible.

Dentro de este grupo:

1. Senósidos A y B

2. Bisacodilo

3. Picosulfato sódico

4. Aceite de ricino

2. Laxantes procinéticos

1. Prucaloprida. Tiene una actividad selectiva por el receptor de serotonina 5HT4

estimulando el tránsito intestinal. No está disponible en EEUU pero sí en Europa

y en España (Resolor en dosis de 1 y 2 mgr). En España sólo está autorizado

para su utilización en mujeres mayores de 18 años en las que no existe

respuesta al tratamiento con los diferentes laxantes tras un periodo superior a

seis meses. Los efectos secundarios frecuentes, no graves, son cefalea, diarrea

y náuseas. Ocasionalmente, puede potenciar el riesgo cardiovascular (6).

2. Velusetrag.

3. Laxantes secretores

1. Lubiprostona. Perteneciente a la familia de las Prostonas, activa los canales de

cloro tipo 2 (CIC-2) sin afectar a la proteína reguladora de la conductancia

transmembrana de la fibrosis quística (CFTR) lo que produce un incremento del

cloro intestinal sin alterar el equilibrio electrolítico. Aprobado en EEUU a dosis

de 24 Ugr aún no comercializado en Europa (6). Tiene efectos secundarios como

náuseas y diarrea. Tiene un coste elevado. No existe información sobre su

utilización en ancianos.

2. Linaclotida. Es un péptido agonista del receptor de guanilatociclasa C (GC-C)

que está en la superficie del enterocito. Su activación conlleva la activación, a

su vez, del CFTR (regulador de la conductancia transmembrana de fibrosis

quística) provocando un aumento de la secreción de cloro y bicarbonato hacia la

luz intestinal lo que provoca un aumento del volumen de la secreción intestinal y

acelera el tránsito intestinal. En EEUU está aprobado por la FDA para el

Estreñimiento Crónico Idiopático, pero en la Unión Europea sólo está aprobada

su indicación para el subtipo estreñimiento del Síndrome del Intestino Irritable (

SII-E)(6).

Con un NNT de 6 en estudios de linaclotida frente a placebo consigue una

mejoría clínica definida como la realización de 3 o más de posiciones

espontáneas y completas a la semana o definida como más de una deposición

espontánea y completa a la semana más que en la situación previa al

tratamiento.

Los efectos secundarios son similares en ambos grupos del estudio.

4. Cirugía

Es la última alternativa en pacientes refractarios y con importante deterioro de su calidad

de vida. Se han descrito dos técnicas:

1. Colectomía subtotal. No exenta de complicaciones (la diarrea y escapes

nocturnos involuntarios no son infrecuentes). Es preciso descartar previamente

alteraciones neuropáticas a otros niveles del aparato digestivo para evitar

cuadros de oclusión intestinal severa tras la cirugía (7).

2. Ileostomía con enemas anterógrados. Menos agresiva pero sin muchos

estudios.

Tratamiento en Situaciones Especiales

Los laxantes formadores de volumen están financiados para pacientes con enfermedad

inflamatoria intestinal, Síndrome del Intestino Irritable y diverticulosis intestinal; y los laxantes

osmóticos en casos de encefalopatía hepática y paraplejia.

Anciano institucionalizado

La prevalencia de estreñimiento crónico en esta población oscila entre el 60 y el 80%, siendo en

España del 70,7% (8). Se han implicado múltiples causas siendo las más importantes:

polimedicación, fármacos anticolinérgicos, inmovilidad, disminución de la ingesta de fibra y

líquidos, mayor prevalencia de enfermedades neurológicas tipo enfermedad de Parkinson y

enfermedad de Alzheimer, y enfermedades metabólicas crónicas como la insuficiencia renal

crónica). Además, el uso de laxantes en esta población es muy elevado en España (63,3%) (8).

En los ancianos son más frecuentes las complicaciones tipo impactación fecal (9) e

incontinencia fecal (10) y trastornos conductuales secundarios al disconfort ocasionado por el

estreñimiento.

El tratamiento se basa en incrementar las medidas no farmacológicas ya conocidas (aumento de

fibra, ingesta de líquidos, garantizar la movilidad….) y no existen estudios comparativos entre los

diferentes laxantes que concluyan una mayor eficacia de un determinado grupo frente a otro,

pero parece que el uso combinado de diferentes mezclas de fibras puede reducir la necesidad

de laxantes en estos ancianos hasta en un 68%.

En la utilización de laxantes en la población institucionalizada se sugiere seguir las mismas

recomendaciones que en la población en general: tratamiento con laxantes de manera

individualizada y adaptada a la polimedicación y pluripatología que, con frecuencia, presentan

estos pacientes.

Estreñimiento y embarazo

Entre el 11 y el 38% de las embarazadas presentan estreñimiento crónico, sobre todo, en el 3er.

trimestre del embarazo.

La etiología es multifactorial:

Una mayor concentración de progesterona disminuye la concentración de motilina lo que

produce un enlentecimiento del tránsito colónico y éste, a su vez, favorece una mayor

absorción de agua en el intestino con mayor deshidratación de las heces y más dificultad

para su evacuación.

Efecto compresivo del útero sobre el colon.

Suplementos de hierro y calcio.

Patología anorrectal como hemorroides, fisuras anales…

Todo conlleva un riesgo aumentado para impactación fecal y fecaloma.

El tratamiento inicialmente recomendado (11) en embarazadas consiste en un incremento de la

fibra de salvado y de trigo para aumentar la frecuencia de la defecación.

El tratamiento con laxantes osmóticos tiene un buen perfil de seguridad y puede utilizarse en

mujeres embarazadas.

Sobre la seguridad de los diferentes laxantes descritos en los estudios:

Fármaco Tipo de Estudio Resultado

Psylium Vigilancia No riesgo de malformaciones

Docusato sódico Prospectivo/Vigilancia No riesgo de malformaciones

Lactulosa Farmacocinética Biodisponibiliad sistémica

Polietilenglicol Farmacocinética No se absorbe

Bisacodilo Farmacocinética Mínima absorción

Senna Casos control/Farmac. No riesgo de malformaciones

Biodisponibilidad sistémica

Adaptado de la Guía de Práctica Clínica sobre Estreñimiento semFYC/AEG 2015 (press).

Adaptada a su vez de Treating constipation during pregnancy (Trottier et al. 2012).

Estreñimiento en pacientes con lesión medular

La causa de la lesión medular suele ser traumática (accidentes de tráfico y laborales) o

secundaria a enfermedades (neurológicas, infecciosas, tumorales, vasculares y

degenerativas). En España, la incidencia anual es de 24 casos por millón de habitantes, siendo

el 74% varones. La edad media es de 32 años, para accidentes de tráfico y 44 años por otras

causas (12).

La sintomatología será mayor o menor según el nivel neurológico de la lesión, definiéndose éste

como el segmento más distal de la médula espinal con función motora y sensitiva normal.

Entre un 27-46% de las lesionadas medulares presentan estreñimiento, un 31-41% incontinencia

fecal, el 31% patología ano-rectal y un 18% disreflexia autónoma relacionada con la evacuación.

Según la gravedad de la lesión medular, de acuerdo con la escala de deficiencia ASIA

(Clasificación neurológica de la lesión medular de la American SpinalCord Injury Association), el

tipo de repercusión sobre la función digestiva será mayor o menor. El diagnóstico es,

esencialmente, clínico teniendo escaso protagonismo las pruebas complementarias funcionales.

El objetivo del tratamiento en estos pacientes debe ser:

Conseguir una evacuación completa, regular, predecible y en un intervalo de tiempo

razonable

Prevenir la incontinencia anal

Prevenir las complicaciones anorrectales

Para conseguir dicho objetivo podemos resumir el tratamiento, en este grupo de pacientes, en:

Recomendaciones generales:

o Mantener un horario regular y evacuar en sedestación si es posible

o Adaptación del cuarto de baño (silla, barras, alzas en el inodoro)

o Valorar la ayuda de otras personas

o Aporte adecuado de fibra y líquidos (tener presente el riesgo de vejiga

neurógena)

Métodos de evacuación

o Estimulación rectal mecánica (digitación anal) mediante masajes circulares del

recto para relajar el esfínter anal interno

o Estimulación rectal química mediante laxantes vía rectal

o Evacuación manual /digital

o Maniobra defecatoria mediante maniobras de Valsalva de la prensa abdominal

Laxantes de forma secuencial comenzando con los formadores de masa, luego

osmóticos y, si no hay respuesta, los laxantes estimulantes. Se pueden utilizar enemas

de limpieza si no existe deposición en varios días o en casos de impactación fecal.

Otras medidas de utilidad

o Irrigación transanal

o Estimulación de las raíces sacras en pacientes con lesión medular incompleta

o Colostomía si hay disfunción intestinal grave

o Biofeedback (rehabilitación del suelo pélvico) en los pacientes con lesión

medular incompleta (ASIA C y D)

o Toxina botulínica del esfínter anal externo en pacientes con lesión medular

completa (ASIA A Y B) con patrón fisiopatológico B y en pacientes con lesión

medular motora incompleta (ASIA C y D)

Tratamiento en impactación fecal

Más frecuente en pacientes encamados, ancianos o con lesiones medulares. Requiere tenerla

presente y sospecharla, para actuar lo más precozmente pues es una situación que deteriora la

calidad de vida del paciente.

Se debe proceder con desimpactación manual mediante fragmentación de las heces en el recto

digitalmente intentando no lesionar el canal anal mediante una correcta lubricación con lubricante

hidrosoluble o anestésico. Posteriormente, deben añadirse enemas de limpieza diarios para

conseguir limpiar el resto del colon utilizando agua a 35-36º introduciéndolos lentamente.

Debe complementarse con la toma vía oral o nasogástrica de una solución de polietilenglicol.

Con ello se puede conseguir limpiar todo el colon en 3-6 días.

De forma preventiva, para evitar una futura impactación debe implicarse a los cuidadores para la

utilización de laxantes diarios tipo lactulosa, sales de magnesio, polietilenglicol por vía oral o

rectal (supositorios de glicerina o de bisacodilo).

La única forma de verificar que no recidive la impactación fecal es mediante la realización

periódica de tacto rectal (13).

Estreñimiento y encefalopatía hepática

La encefalopatía hepática (EH) es un síndrome que incluye un espectro amplio de

manifestaciones neurológicas y psiquiátricas, secundarias al efecto tóxico sobre el sistema

nervioso de sustancias que, en condiciones normales, son eliminadas por el hígado (14, 15).

Se considera que el aumento del amoníaco en sangre con una alteración de la permeabilidad de

la barrera hematoencefálica y su metabolismo a glutamina en los astrocitos es el principal

mecanismo fisiopatológico de la EH (16).

La EH suele estar desencadenada por un factor precipitante o presentarse en pacientes con

grave disfunción hepática. La EH mínima se caracteriza por pequeñas alteraciones cognitivas

difíciles de precisar pero que suponen un riesgo para los pacientes (16).

El estreñimiento es un factor desencadenante bien conocido por la posibilidad de incrementar la

producción intestinal de amonio.

Para disminuir el nitrógeno absorbible en el intestino y disminuir la producción de amoníaco, el

tratamiento de elección en un episodio agudo de EH así como en la profilaxis de nuevos

episodios, consiste en la administración de disacáridos no absorbibles (lactulosa, lactitiol) y

rifaximina.

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