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CARTOGRAFÍA INICIÁTICAMaterial complementario
El protagonista del noble viaje de la oscuridad a la luz es un “peregrino”, palabra que en su etimología significa “extranjero”, es decir una entidad metafísica experi-mentando aventuras y desafíos en un plano material.
Esta condición de extranjería aparece en la Biblia como un exilio y esto queda en evidencia desde el Génesis, cuando Adán y Eva son expulsados del Paraíso. En verdad, toda la Biblia es un enorme viaje espiritual que empieza con el Adán del Edén y que finaliza con el Nuevo Adán del Apocalipsis.
El relato bíblico indica que en el Edén había dos árboles: el árbol del bien y del mal o del conocimiento, y el árbol de la vida.
Cuando Adán y Eva comen de la fruta prohibida del árbol del bien y el mal precipi-tan la caída y son expulsados del Edén, lo que significa la pérdida de una condición primigenia de total unidad con la Fuente, es decir con Dios.
Todos los sucesos relatados en la Biblia no son otra cosa que un drama simbólico que tiene como trasfondo un anhelo existencial: el deseo de regresar al Edén y de recuperar esa naturaleza adámica a fin de reintegrarnos con Dios.
Esta reintegración o re-unión con la divinidad se podrá lograr comiendo del fruto del recuerdo, el fruto del árbol de la vida. Por lo tanto, un árbol está relacionado con la ruptura de la Unidad con Dios mientras que el otro nos permite re-ligar-nos, restablecer el vínculo perdido.
Algunos autores cristianos de la Edad Media sostenían que la cruz del Monte Cal-vario había sido emplazada en el mismo sitio donde había estado plantado el árbol de la vida. Por lo tanto, esa cruz del Cristo puede ser considerada el nuevo árbol de la vida cuyo fruto es el propio Cristo. Por esta razón, no es extraño encontrar representaciones donde Cristo aparezca crucificado en un árbol, no en un made-ro ni en una cruz.
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En el Antiguo Testamento, específicamente en el Éxodo también puede apreciarse como trasfondo un proceso del Alma con varias instancias fácilmente reconoci-bles:
a) La esclavitud en Egipto (Khem=Tierra negra), que se co rresponde a la oscuri-dad de la caverna platónica, la prisión.b) El escape y cruce del Mar Rojo (traspaso del umbral, meta noia) c) Cuarenta años en el desierto (las pruebas, la cuarentena, la ascesis, el período de purificación)d) Llegada a la Tierra Prometida (iluminación, iniciación)
En las historias de la Biblia es posible hallar personajes que representan las dife-rentes etapas o estados de conciencia de este retorno a casa, pero el relato más acabado es –indudablemente– el que se cuenta en los Evangelios, donde el Cristo representa al Iniciado Perfecto que experimenta las cinco iniciaciones.
Siendo así, la vida del Cristo es también un mapa de este proceso interior que cada uno de nosotros está experimentando, aquí y ahora.
MAPA Nº 11 - LOS DOS ÁRBOLES
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Siempre en el marco de la tradición sapiencial de Occidente, los 22 Arcanos del Tarot son otra manera de representar este viaje de la conciencia.
Originalmente las cartas de tarot no estaban numeradas pero en el Renacimiento alguien –un personaje desconocido– buscó evidenciar una sucesión lógica mos-trando un orden determinado donde en primera instancia aparece un loco (el arcano 0) que se mantiene al márgen del resto de los 21 arcanos.
Este loco simboliza al buscador, a nosotros mismos, al peregrino que busca en-contrar el camino de regreso a casa y para eso debe hallar la puerta de acceso a los planos sutiles, cruzar el umbral a ese mundo maravilloso donde aparecerán los desafíos que necesita para crecer.
El loco debe dejar de ser loco para convertirse en mago, pasar del 0 al 1 y para ello necesita morir, despeñarse por el barranco.
El mago (arcano 1) tiene su cuerpo dispuesto como un puente, entre lo que está arriba y lo que está abajo, tomando una postura media. Su dedo índice señala al suelo como queriéndonos decir que el trabajo es aquí y ahora, en ese jardín que aparece frente a nosotros y que debemos cuidar. En la tradición esotérica es re-currente el uso del símbolo del jardín para referirse a nuestro interior y donde nosotros somos jardineros. Por lo tanto, nuestra misión no es otra que arrancar la mala hierba, podar, regar, espantar a las alimañas y cuidar de las flores.
Así como el mago tiene frente a sí los cuatro elementos desplegados en su mesa cuadrada (Tierra-Agua-Aire-Fuego), hay cuatro arcanos que lo complementan y donde aparecen personajes que están haciendo alusión al dominio de los cuatro elementos.
MAPA Nº 12 - DE EGIPTO A LA TIERRA PROMETIDA
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La Emperatriz aparece en un campo fértil luciendo ropas holgadas, dándonos la impresión de que está embarazada. El trigo refuerza esa idea de fertilidad y el sím-bolo de Venus la relaciona con la madre, y ésta (mater) está vinculada a lo material y lo físico, a la Madre Tierra.
La Sacerdotisa virginal es el complemento de la madre fecunda y representa el elemento Agua. Tanto la luna como el vestido en forma de cascada aluden a este elemento acuático. Por otro lado, la Emperatriz está en un espacio abierto y la Sa-cerdotisa en un ambiente cerrado, una clara alusión a lo de adentro y lo de afuera.
El Emperador marcial aparece en un ambiente montañoso que se vincula a lo alto, al elemento Aire y, al igual que la emperatriz, está sentado en un espacio abierto.
El Hierofante, ubicado en un espacio cerrado (otra vez aparece la dicotomía afue-ra y adentro) se relaciona al elemento Fuego e incluso en algunos mazos las ropas de hierofante representan las llamas de este fuego.
Estos cuatro personajes complementan al mago. Por lo tanto, si la Emperatriz, la Sacerdotisa, el Emperador y el Hierofante representan a los cuatro elementos, el quinto elemento, es decir el elemento espiritual, ¿dónde podrá ser hallado? ¡En el Mago por supuesto!
El arcano 6 (el Enamorado) nos muestra al héroe en la encrucijada, en esa pulsea-da entre lo conocido y lo desconocido, entre la materia y el espíritu. El enamorado debe elegir entre su madre (que representa la comodidad del hogar) y su amada (que representa la aventura). Si opta por la aventura, se tendrá que poner en mo-vimiento y subirse al Carro, que es el arcano 7.
El Carro alude a esa necesidad interior de ponernos en acción o de ponernos a prueba, y en este recorrido hay límites, leyes, que aparecen en la forma del arcano de la Justicia, que no es otra cosa que el Guardián del umbral, aquel que verifica que aquellos que van a pasar “al otro lado” sean dignos. La balanza es el equilibrio, la armonía, el justo medio que debe evidenciarse en todos nuestros vehículos.
La Justicia aparece a lo largo del camino en forma de retos a los que debemos dar respuesta y de esto se trata la responsabilidad: responder con habilidad.
Si logramos pasar las pruebas de la Justicia, podremos llegar hasta la cima de la
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montaña donde nos espera el Ermitaño que representa el Adepto, el maestro que ya recorrió el camino y que ayuda a todos los peregrinos manteniedo encendida la llama de un farol que alude a la iluminación, al punto final del proceso iniciado por el Loco.
El Tarot tiene más arcanos que complementan a estas 10 cartas iniciales y que brindan un marco más preciso a este proceso espiritual, pero abordar su estudio nos desviaría del presente trabajo.
Con mis mejores deseos de Paz Profunda,Phileas del Montesexto
MAPA Nº 13 - EL TAROT
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Bibliografía recomendada
Del Montesexto, Phileas: “El Tarot Iniciático” (inédito, de próxima aparición)
Del Montesexto, Phileas: “La Ciencia Arcana”
Varios autores: “La Biblia”, capítulos 1 a 3 del Génesis, Éxodo completo, capítulo 2 del Apocalipsis