carlos moyÀ

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32 Carles Moyà Llompart nació en el agosto del 76 en Palma de Mallorca. No hace tantos años que se le podía ver como un niño rubio y sonrien- te jugando en el Arenal, o en el Club de Tenis de Mallorca acompañan- do a su padre en lo que siempre fue su gran pasión: el tenis. El menor de tres hermanos, procedente de una familia unida y sencilla de la que él se manifiesta orgulloso y agradecido, el ahora empresario del Cen- tro Deportivo Profitness goza del mérito de ser uno de los deportistas españoles con un palmarés de éxitos más brillantes y alguien que de manera individual y colectiva condujo a nuestro país a los lugares más altos. Antiguo ganador del Roland Garros (1998) y los tres Master Se- ries de Montecarlo (1998), Cincinnati (2002) y Roma (2004) así como número uno del ranking de la ATP entre otros de sus muchos logros, llevó también al nombre de la isla de Mallorca a la fama mundial en el mundo del tenis a golpe de esfuerzo, siempre con una naturalidad y una asequibilidad tan humanas que uno no puede evitar preguntarse qué es más admirable en él, si sus triunfos deportivos o su alta calidad como persona. A su treintena, el tenista ha abandonado el mundo de la alta competi- ción para dedicarse de pleno a su nueva tarea de empresario deporti- vo y a su vida familiar, de la que él se confiesa enamorado. Gran amigo y compañero del también mundialmente reconocido tenista mallor- quín Rafael Nadal, Moyà es un deportista respetado y admirado por el resto de sus colegas tenistas y deportista de élite, además de un mo- delo de deportividad para los jóvenes, que aprenden con su ejemplo que los más grandes no se pierden en rivalidades absurdas sino que se alegran del talento del otro, trabajan en conjunto y son capaces de darlo todo por su equipo. Feliz padre de una preciosa niña junto a su mujer, la actriz y presentadora Carolina Cerezuela, Carlos Moyà ha demostrado lo lejos que se puede llegar con esfuerzo y manteniendo una actitud sana y esforzada, cercana a las personas de nuestro alre- dedor, valorando lo que uno tiene y luchando por lo que uno desea. Es un hombre que refleja muy bien el espíritu de Enki: el éxito conseguido a través de la dedicación que se encuentra en todo acto de amor y el esfuerzo implícito a la capacidad de trabajo. A partir de este número tendremos el gusto de contar en nuestra re- vista con la colaboración de Carlos Moyà, aportando su visión sobre la salud a través del ejercicio físico y el deporte y su relación con el desarrollo personal. Pues para él la educación, tanto individual como social, y más en los tiempos que corren, se ha convertido en un asun- to de primera prioridad. CARLOS MOYÀ ACTITUD DE ÉXITO FUERZA DE DEPORTIVIDAD

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Actitud de éxitoFuerza de deportividad

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Page 1: CARLOS MOYÀ

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Carles Moyà Llompart nació en el agosto del 76 en Palma de Mallorca. No hace tantos años que se le podía ver como un niño rubio y sonrien-te jugando en el Arenal, o en el Club de Tenis de Mallorca acompañan-do a su padre en lo que siempre fue su gran pasión: el tenis. El menor de tres hermanos, procedente de una familia unida y sencilla de la que él se manifiesta orgulloso y agradecido, el ahora empresario del Cen-tro Deportivo Profitness goza del mérito de ser uno de los deportistas españoles con un palmarés de éxitos más brillantes y alguien que de manera individual y colectiva condujo a nuestro país a los lugares más altos. Antiguo ganador del Roland Garros (1998) y los tres Master Se-ries de Montecarlo (1998), Cincinnati (2002) y Roma (2004) así como número uno del ranking de la ATP entre otros de sus muchos logros, llevó también al nombre de la isla de Mallorca a la fama mundial en el mundo del tenis a golpe de esfuerzo, siempre con una naturalidad y una asequibilidad tan humanas que uno no puede evitar preguntarse qué es más admirable en él, si sus triunfos deportivos o su alta calidad como persona.

A su treintena, el tenista ha abandonado el mundo de la alta competi-ción para dedicarse de pleno a su nueva tarea de empresario deporti-vo y a su vida familiar, de la que él se confiesa enamorado. Gran amigo y compañero del también mundialmente reconocido tenista mallor-quín Rafael Nadal, Moyà es un deportista respetado y admirado por el resto de sus colegas tenistas y deportista de élite, además de un mo-delo de deportividad para los jóvenes, que aprenden con su ejemplo que los más grandes no se pierden en rivalidades absurdas sino que se alegran del talento del otro, trabajan en conjunto y son capaces de darlo todo por su equipo. Feliz padre de una preciosa niña junto a su mujer, la actriz y presentadora Carolina Cerezuela, Carlos Moyà ha demostrado lo lejos que se puede llegar con esfuerzo y manteniendo una actitud sana y esforzada, cercana a las personas de nuestro alre-dedor, valorando lo que uno tiene y luchando por lo que uno desea. Es un hombre que refleja muy bien el espíritu de Enki: el éxito conseguido a través de la dedicación que se encuentra en todo acto de amor y el esfuerzo implícito a la capacidad de trabajo.

A partir de este número tendremos el gusto de contar en nuestra re-vista con la colaboración de Carlos Moyà, aportando su visión sobre la salud a través del ejercicio físico y el deporte y su relación con el desarrollo personal. Pues para él la educación, tanto individual como social, y más en los tiempos que corren, se ha convertido en un asun-to de primera prioridad.

CARLOS MOYÀActitud de éxitoFuerzA de deportividAd

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CuLTuRA

Cuerpo y mente. Salud y equilibrio. Sentirse bien, por dentro y por fuera, es el lema de su Centro. ¿Sería ese un mensaje exportable para la situación económica actual? ¿Se puede reequilibrar el sistema?

Sin duda alguna. Si no se tiene confianza en uno mismo, si uno no se ve capacitado para darle la vuelta a la situa-ción que está atravesando, muy difícilmente podrá con-seguirlo. Y pienso que esta convicción es extrapolable no sólo a la persona sino a la empresa, a los mercados y a los países.

Creo que el sistema nos ha dado un aviso muy serio de que nuestra forma de pensar y proceder no es correcta, pues no es sostenible, y si tomamos buena nota de ello, unido a lo comentado anteriormente, yo quiero pensar que sí.

“¿Si se puede luchar? Quiero pensar que lo estamos haciendo desde el primer día; es más, estoy convencido de que nunca hemos dejado de hacerlo”

“No te puedes rendir. Un último esfuerzo merece la pena… y lo haces… y te sientes bien”. Ese es el eslo-gan de la campaña promocional de su centro deporti-vo. ¿Se “salvarán” solo los que no se rindan? ¿Se pue-de luchar contra adversarios del tamaño de la crisis actual?

Por supuesto que quien tenga ilusión por continuar, por superarse, por esforzarse y, por tanto, por actualizarse y formarse tendrá más opciones de salir antes de esta situación.

¿Si se puede luchar? Quiero pensar que lo estamos ha-ciendo desde el primer día; es más, estoy convencido de que nunca hemos dejado de hacerlo.

Se dice que usted es metódico y concienzudo. Esta es una publicación dedicada a la salud, al arte y a la cul-tura. Tres cosas que requieren mucha dedicación y es-fuerzo, como casi todo en la vida, incluido el deporte, por descontado. No obstante, parece que hoy día solo convence aquello que sea sencillo y fácil. Las estra-

tegias deportivas aprendidas durante toda su carrera, ¿son útiles para orientarse en la vida familiar?

Las personas que hemos tenido la suerte de desarro-llar una carrera deportiva a nivel profesional, con inde-pendencia de su modalidad y la meta alcanzada, hemos vivido unas experiencias únicas, inolvidables, pero para llegar a ellas hemos tenido que basarnos en unos prin-cipios claves como son la dedicación, la constancia, la capacidad de soportar el sufrimiento y la superación, entre otras.

Por tanto, más que estrategias, que cada deporte tiene las suyas, lo esencial son esos valores que sólo florecen si realmente ansías y amas lo que estás desempeñando, y en el ámbito familiar pienso que los sacrificios vividos por mis padres por sus hijos, y los que Carolina y yo vivi-

remos por Carla en un futuro, serán más que recompen-sados por el amor que nos tenemos y las alegrías vividas.

Como aprendiz de padre que usted es en este momen-to, ¿ha pensado en cómo incorporar esos conceptos en la educación de su hija Carla?

Por supuesto intentaré darle a mi hija Carla la educación que en su día recibí yo, y que agradeceré de por vida a mis padres, Andrés y Pilar.

Se da por sentado que los jóvenes de ahora descono-cen lo que se llama la cultura del esfuerzo. Ese es un estado de cosas que se ha ido construyendo paso a paso, punto a punto… ¿Le parece reversible o hemos perdido ese partido?

Me parece totalmente reversible, siempre y cuando haya una buena educación detrás.

Puede que la crisis haya ayudado a valorar un poco más las cosas y a que los jóvenes de ahora se den cuenta de que sin esfuerzo no se consiguen las metas.

Usted es muy joven, pero ha vivido mucho y muy rápi-do… ¿qué le gustaría decir sobre eso que se llama el paso del tiempo?

(Risas). Gracias por lo de joven, creo que sí, que soy el veterano más joven del circuito. Probablemente mi pro-fesión tenga algo de culpa a la hora de valorar lo que he vivido, aunque pienso que el tiempo pasa muy, muy rá-pido para todos… aunque todavía me queda mucho por vivir y experimentar (más risas).

Si pudiera hacerse donante de experiencias, ¿qué es lo más importante que usted cree que puede legar?

Me han sucedido muchas cosas a lo largo de mi vida, pero, como creo que diría cualquier padre, el nacimiento de mi hija Carla es la experiencia más hermosa de mi vida.

Cuidar de la salud es algo que se hace bien desde el deporte bien llevado. ¿Le parece que el arte y la cultura contribuyen al buen estado general de las personas, o son un lujo para privilegiados?

Al igual que es muy importante cultivar tu cuerpo desa-rrollando alguna práctica deportiva también lo es cultivar tu mente, y con esto no digo que debamos obligarnos a culturizarnos, visitando museos o estudiando historia, sino que debemos aprender a descubrirnos, para aten-

der a nuestras inquietudes, las cuales nos van renovan-do interna y externamente, y esta necesidad la tenemos todos con independencia de la clase social de cada uno o su poder adquisitivo.

Uno puede pensar en el personaje Carlos Moyà como si lo tuviera todo. Eso no suele ser nunca cierto para nadie (aunque se diga; vamos, que como acostumbra a decirnos nuestro director, ¡que no falte la falta!) ¿Qué le falta? ¿Cuál es su objetivo ahora?

Soy de los que piensan que teniendo buena gente a tu alrededor, amor por la familia y salud, lo tienes todo.

Los títulos, premios, homenajes y demás pueden hacer-te feliz en momentos puntuales de tu vida, pero con lo que realmente te quedas y te llenas como persona es con lo otro.

Mi objetivo primordial es dedicarle el mayor tiempo posi-ble a mi familia, más una parte a mis negocios como es el Profitness y otra parte al circuito de tenis de veteranos, participación que me divierte y halaga.

Muchas gracias por su atención y por compartir con nosotros su experiencia. Desde Enki le deseamos mu-cha bienaventuranza y felicidad en todas las facetas de su vida.

“Debemos aprender a descubrirnos, para atender a nuestras inquietudes, las cuales nos van renovando interna y externamente, y esta necesidad la tenemos todos con independencia de la clase social de cada uno o su poder adquisitivo”