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CarhlS Eduardo dr JesUs SI(!rra Cuarlns. Farmnc/on bio/lt/co ,." In!,!t"mr r ia. 85 exigente habida cuenta que se trata, en el fondo, del destronamiento del superyo cultural de la descripcion freudiana por parte de un yo robuslecido que sustituya al yo debit y sum iso de siemp re, tan robuslec id o que, incluso, prepondere sabre el e ll a. En Olros terminos, eSlarnos ante la tarea. como educadores. como iOl electuales comprametidos, de sacar a la America Latina de una senidumbre mental que ya rebaso los cinco siglos. Y, para ello, lenemas que invenlar desde ce r as la Univers id ad lat inaamericana. En suma, he aqui una labor que acupanl a varias generaciones de latinoamericanos que esten di spuestos a tomar su herencia l at ina, 10 que les lego Atenas par in termedio de Roma, a fi n de im bri car la can la pa rt e po si tiva de 10 que nos heredo Jerusalen. Despues de todo, hemos de separar eI o ro de la paja. Cu an do par fin 10 logremos, podremos decir que habremos comenzado a incorporar el modo cientifico de ver el mundo y, par ende, a sef una sociedad del conoeimie nt o en sentida estriclo. Entretanla, no pasaremos de la machaconeria y el achabacanamiento que caracterizan a la ciencia deltip o de adoration a los aviones y al feud ali sma de alta tecno logia.

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Page 1: CarhlS Eduardo dr JesUs SI(!rra Cuarlns. Farmnc/on bio/lt ... · ciencias humanas estan a salvo, como bien nos 10 recuerda Edgar Morin en el epigrafe de este capitulo. En otras palabras,

CarhlS Eduardo dr JesUs SI(!rra Cuarlns. Farmnc/on bio/lt/co ,." In!,!t"mr r ia. 85

exigente habida cuenta que se trata, en el fondo, del destronamiento del superyo cultural p~ de la descripcion freudiana por parte de un yo robuslecido que sustituya al yo debit y sum iso de siempre, tan robuslec ido que, incluso, prepondere sabre el ella . En Olros terminos, eSlarnos ante la tarea. como educadores. como iOlelectuales comprametidos, de sacar a la America Latina de una senidumbre menta l que ya rebaso los cinco siglos. Y, para ello, lenemas que invenlar desde ceras la Universidad lat inaamericana. En suma, he aqui una labor que acupanl a varias generaciones de latinoamericanos que esten di spuestos a tomar su herencia lat ina, 10 que les lego Atenas par intermedio de Roma, a fin de imbricarla can la pa rt e positiva de 10 que nos heredo Jerusa len. Despues de todo, hemos de separar eI oro de la paja. Cuando par fin 10 logremos, podremos deci r que habremos comenzado a incorporar el modo c ient ifico de ver el mundo y, par ende, a sef una sociedad del conoeimiento en sentida estriclo. Entretanla, no pasaremos de la machaconeria y el achabacanamiento que caracterizan a la ciencia deltipo de adoration a los aviones y al feud ali sma de alta tecnologia.

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Carlos Edu(lrdo fk Jesus Sil'rNl CUllrrflS. Form()Clvn biah/N! t fl I!!f.?I'flh'rift

CAP!rULOlV

REGENERACION DE LA CONDICl6N HUly[ANA

"Lo Humano pcrmoneC(f cn.,:/mcnte dtVJdido, frogmrmado en pedozos de u11

rompecabezas que perdl6 sufigura. Aqui se enW1cio un problema epistcmo16gico: es Impos{bfe ~'oncLbir fa unfdad compleJo de 10 hllmano por

media dei pensamiemo dfsyuntivo que condb{! nuestro httlfiamdad de monera insular por foera de! cosmos que 10 rodeo, de fa marcria/isica y de!

espiritu del cual est01nOS cansiilwdos, nl tampoco por media del pensamicnto rcdllctor que reduce ic umdad humal1a a un sub.>tmto

puramente bioorJtJ!omico Las mismas ci~ncios hWfUmas eSfan dividldas J' compartimentadaj\ La camplejidad htlmana se vuefw: asi iJ'll!(uble y el hombre se desvanece 'como una hueifa en fa arena' Adem()/:;, el nuevo

saber, por no eSfar religado, fampoco est/; asilmhu}o ni integrad(j, Parad6jicamente, hay lin agravamienfo de 1a jgnoroncia del todo mimtras que hay /tno progrc:mjn del COJ1ocimienfo de (as panes ". (Edgar A/orin, en

Los side saberes necesarios para la educacidl1 del !liwro/

La Sex;ta Edad del frfundo

Bajo la inspiracion de la mitologia nordica, que conociQ tan bien y arne con pasion, John Ronald Reuen TolkJen, en su saga de E! SilmanJliofl y El Sej'jor de los Awl/os, propane una panicular crono]ogia de nuestrO planeta, dividida en seis edades, corrcspondientes a un laps:;) de Llnos 36000 3nos a partir del momento de 13 creaci6n de AIda, l1uestra Tierra En esta optka tan espe-eie!, estariamDs en la Sexta Edad del Mundo. En fiR con independencia de la cronologia pergenada por Tolkien 0 de Ja planteada por la geologia planetaria. con 130 denominacion de Sex13 Edad del1vkndo, Yolkien plantea, en el fondo, una era carac:erizada per !a devDd6n genutlexa a la maquina y el desme-,dro de 10 humano. De facto, en El Senior de los Anillos, estamos habJando de sucesos equiparables a los del medioevo europeo que, a la postre, darian lugar aJ nacimiento de las estados nacjonales y las revoluciones c!cntifica e industrial, 10 rnismo que al auge desaforado de 13 racionalidad instrumental y sus ex abrurtos De e$ta manera, 10 que nOS n1uestra Tolben en su lamosa saga es la perdlda que hemos sufrida del sentido deJ n:ligare. En ottos 1erminos, nues!ra especie fue realmenle creativ<l mientras mantuVQ mc6lume y enhiesto su sentldo de maravilla a1 comemplar la b6veda celeste De ahC nacieron grandes conceptos como los de infinite. cera y vacio_ Por el cofltrario, e! momento de hoy, !a Sexta Edad, se carac(eriza porque ya flO miramos aJ elelo, sino que hemos reducido nuestro espaclo visual a Jo que hay entre el sueJo y nuestros ojos, por 10 que se nos ha achicado la lmaginacion sobrernanera y los

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Carlos Eduardo de Je,\'us Sierra ('u(mas. Fomlt1cion bioenca ('II mgcnicria. 87

profesiona ies actuales han degenerado en birbaros modemos segun la sugestiva 6ptica de Ortega y Gassel.

Como si acaso cupiese dudar de 10 anterior, e1 panorama desolador que ofrecen a la vista las facultades lanlO de ingenieria como de ciencias de nuestras universidades, Jas mas de las veces, nos haee venir a la mente de inmediato las agudas percepciones de intelectuales serios y compro metidos como Marcel ino Cereijido, Mario Bunge, Carl Edward Sagan, Jorge Wagensberg, Richard Feynman y varios mas a cuyo pensamienlO hemos acudido en los capitulos previos. Pero, pear aun, ni siquiera las facuJtades de ciencias humanas estan a salvo, como bien nos 10 recuerda Edgar Morin en el epigrafe de este capitulo . En otras palabras, si alguien desea adquirir una formacion humanista digna de tal denominacion., se sentira defraudado con 10 que Ie brindarian en el grueso de nueslras universidades, es decir, Ja " formaci on" que Ie darian seria un prosaico ~eJo, una enganifa en todo el sentido de la palabra.

A todas estas, i.a que cabe Hamar formacion bumanisra? Bien, para dar respuesta a esta pregunta, hemos de retroceder hasta las primeras decadas del siglo X"Vl, justo e1 momento en eI cual nace el movimiento hurnani sta bajo la egjda de at lantes como Desiderio Erasmo y Juan Luis Vives. En especial, nos remitiremos al pensamiento de Juan Luis Vives, dado que pecos hombres lI egaron a definir el ideal humanista con tanla perfeccion como 61, ademas del hecho que ninguno 10 cumpli6 mejor y que destila tal ideal con vigor y lozania de la lectura de sus paginas. Por 10 demas, el pensamiento de Gregorio Maraiion respaldara a su vez el de Vives, maxJme que Maranon tuvo qu e ver con un nuevo movim iento humanista tIas la infausla Guerra Civil Espanola. De eSlo, nos ocuparemos en eJ siguiente aparte, 10 que nos permitira enlender mucho mejor cuti! es Ja prioridad de remozamiento educativo para el conte>..10 actual. caracterizado por el relo que Ie plantea a la educacion en los tiempos d6biles y aCiagos que corren.

EI almendr6n delltumanisnw

A grandes rasgos, son dos Jos tipos basicos de menle, a saber: la mente humanista y la mente especialista . Mientras que eSla es la que prepondera hoy dia y esta asociada a 10 que Onega y Gasset denomina como los barbaros modemos, aque!la es Ja que se encuentra en cali dad de pobre dama vergonzante y es la que deberia recobrarse en aras del remozamiento- de la educaci6n. En olras palabras, mientras la mente humanista esta en el centro del desarrollo del ser humano, la menle especiaJista constituye el centro de los intereses del capital sin ir mas Jejos. HisI6ricamente hablando, se trata de un debate que data de muy antiguo, desde Jos dias de Platon y Arisloteles, debate que se resume en la dialectica perenne entre formacion e instruccion.

Cuando hablamos de mente, estamos hablando, en forma consecuente, de un tipo de hombre asociado. Asi , desde eJ punto de vista epistemol6gico, la mente humanista supone el conocimienlo de la totalidad y un modelo integral de hombre, en marcado conlraste con la mente especialista, apenas dedicada al conocimiento de las panes cuando mas y al fomento de un tipo de hombre en el cual su humanidad se toma evanescente. En forma encantadora, Michael Ende reroge esta tragedia contemporanea

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('orlos Eduardo de Jc.ws Sf('rro ('/J(lrl{/.~. Pvrmncilm bioilico en mgcnicri(t 88

• en un libra fascinante, Aloma, en eJ que los hombres grises equivalen a los corifeos y proselitos del neoliberalismo de hoy dia.

Juan Luis Vives, el humanista par anlOnomasia, nacio en Valencia el 5 de marzo de 1492. Como todo hispano hamado, vivi6 siempre en el exi lio, al punto que la !ejania, el desarraigo, se vuelven para ei en un eSIi lo de vida m~ una profesi6n, como un emblema de su actividad filos6fica . En suma, todo verdadero pensador es el Distante. Su ideal humane es el del sabie, entendido en eJ sen1ido que Ie daban los fil6sofos antiguos, esto es, 10 que define a1 sabia no es tanto su erudicion como su postura vita!' Muy distinto a 10 que suele verse en la actualidad can su proliferacion de pretendidos humanistas engreidos con un enfermizo afan de vanaglaria. Por aSt decido, dime de 10 que presumes y te dire cuales son tus carencias, 10 que recoge todo un conocimiento decant ado por la modema psicologia,

Sin ambages alguna, la idea de sabia de Vives se compendia en Ires rasgos, los cuales son: (I) Sabia es aquel que pone la verdad par encirna de lOdas las casas; (2) eI sabia es sereno porque la razon eSla par encima del azar; y (3) es humane porque el desarrollo del pensamienlo genera humildad, la humildad nos conduce a la larea colectiva, y la larea colectiva y libre es la mas alta actividad del hombre. He aqui , pues, en pocas frases el ideal del humanismo renacenlisla ejemplificado can excelsitud par Juan Luis Vives. En una de sus obras de marcado semblante etico, e! apendice a De las disciplillas, que Beva par titulo J'ida y coslumbres del humaJlisla, Vives se detiene can profusion de detalles en los tres rasgos antedichos, En estas paginas, mereee [a pena ilustrar can mayor detenimiento e! pensamiento de nuestro fi!osofo va!enclano.

No poea indignacion Ie producia a Vives 1a arrogancia intelectual que, entonces como ahara, infestaba la vida cultural. FroIO de 1a reflexion a que Ie Jlevo taJ indignacion, decanto Vives una sene de normas etieas, muy a tono con 10 que hoy denominamos etica academica. En las mismas, ahunda el te>-10 de Vida y costllmbres del hllmanista.

Apenas comenzar dicho apendice, Vives fustiga asi: Suele pasar que los sabios, cuando ven, 0 par 10 menos imaginall, que aventajan a los dermis en ingenio, en pmdeflcia a en conocimienlos, se pOl1en mil)' huecos y ufallos, como si s610 ellosfllerol1 hombres y es(uvieral1 condenados a vivir entre bestias: es increible el valor can que se eleva 10 presunciol1. Como !J"QnfO hablO el aposlol San Pablo cuando dijo que fa ciel/cia /;tnclUlo los hombres y la caridad los edifica. Elocuentes palabras sin dud a, con las que pareciera que Vives se [eliere a los especimenes Que tanto abundao en nuestras universidades, ateneos y academias. En cualquier caso, Vives insisle sobremanera en el cuilivo de la humiJdad como vinud por pane de quien aspira a ser un humanista.

Es realmenle lIamalivo el an terior pasaje de Vives, puesto que estamos hablando de las primeras decadas del siglo XVI, como a mit ad del cam ino recorrido en su existencia por la institucion universitaria. L1amativo por cuanto. desde epoca Ian temprana, diriamos, la vanagloria era eJ pan de cada dia en la Universidad. Empero, semejante manifestacion de la proverbial e inagotable estupidez humana, contra la cual los propios dioses luchan en vano, data de mas antiguo. AJ respecto, el padre Alfonso Borrero, SJ ., destaca 10 siguiente: fA cieneia hahida Ilene el peligro de wllivar orgill/os, ufanias y vanas aspiraeiones. Plumas sa/irieDs y burlollas confra fan las arrogancias de

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Car/os Eduardo de Je.<:!is -,Iaro CUf/rfOS. FUTnlOcu) n biohicn en ingmicria. 89

arribismo acadJmico. Sf! al;aroll ell rislre. Cilado por e! padre Borrero, San Bernardo, monje deJ Cisler y abad de Clarava!. fu slig6 asi con pluma galana: Porqlle hay quiflles qllieren saber con t!/lll1ico fin de saher, )' es to/pe curiosidad. £sIOS tales no fscaparClI1 ciertamente al salirico bur/on qlle canto 01 que asi es: .. Tu saher nado es porqlle afro sepa que 10 sobes". Hay quiel1es quieren saber para l'ender suficiencia, a sea, para al/egar riquews 0 eonsegllir hOJlores con ella. y es /11/ fra/jeo 1'l!rgOfUOSO. Pero, hay lam bien quieJ/es desean sober para edifiear a OfrOS, y es caridad; /05 hay, fino/mente, que quieren saber para w propia edificacion, y es pmdel1cia. Estas palabras de Sa n Bernardo corresponden al siglo XlI.

Con posterioridad a !a epoca de Vives, la arrogancia intelectual no amamo en sus sintomas. Antes bien, ha crecido con e l tiempo, entre los academicos, la necesidad enfermiza de aJ imentar su propia vanidad con un plumaje de pav~ real. Un ejemplo de tantos que cabe encontrar tras mucho espigar en la literatura hist6rica universitaria nos 10 proporciona Paul Tabori en su ya chlsico libro Historia de 10 es/upidez humana. En el mismo, encontramos un pasaje aote eJ cual no se sabe si reu- 0 !lorar: lAs unil'ersidades alemallos de los siglos XVI y XVll produjeron bachilleres y doc/ores como si yo se hubiera inventado la producGioll ell serie. Se desarrollo 11110 lIueva clase social: 10 aris(ocracia de los sabios. Los hombres de Gieneia eran muy re.'Jpeiados (casi (al1lo como los cientiflcos de /0 era aromica): los principes honraban a los sabios, el pueblo les lemia y admiraba. No es de extrar1ar, pues, que se hillchararl de orgul/o; ese sentimiel1to se desarrollo con WI rihno desconocido IUISta entOllces. Pero, hahia un inCOllveniente: 10 I1l1em aristocracia carecia de los nombres disfinguidos y sonoros. de la patina de vejez de /a ariSlOcracia de cuna. TuvieroJ1 que conquisfar la inmortalidad COli los nombres sencillos y aun vulgares de SIIS padres; y eslos Ilombres se destacaban ingratamente a pesar de las montQl1as de pulido prosa latina con que pretendian cubrirlos. Hasta aqui Tabori, cuyo relato, en su esencia, no es solo valido para la AJemania de otrora_ En Colombia, se han vista, y, de heche, se ven todavia, historias del mi smo tenor.

Tras esta carta digresion can el padre Borrero y Paul Tabori, retememos con Juan Luis Vives.

Asi mismo, junto can la ya mencionada virtud de la hum ildad. predica Vi ves el cuidado, por parte del humanista, de no ir a envi!ecerse hasta el punt o de doraT los vicios de los poderosos por esperanza de un premio 0 por cualquier Olfa codicia, dado que esto es un mal enonne. En efeclo, estima Vives que esa es una conducta que empuja a los poderosos a obrar mal con mayor audacia, tanto a ellos como a otTOS que siguen su ejemplo 0 buscan la aprobacion del hombre de letras, 0, anadi endo para el con te>.10 de estos albores del siglo XXI, del hombre de numeros.

Tampoco, conside ra Vives que el sabio, el verdadero sabia, el humanista., deba buscar en el estudjo la gloria, pues, a su juicio, es vano fundar la gloria en la opinion de los vivos y en aetos aparentemente ilustres, pues, cuando se calma la excitacion del momento, Ja cordura ocupa eJ vado que dejan. En suma, Vives alerta sobre 10 frag il e incierto de Ja fama. iAh! Si tanlo engreido que puJula en las universidades latinoamericanas fuese consciente de esto ... Sirvan de ejemplo de esto los casos, citados

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G'or/os Eduardo de }/!.\-US Sierra CU()rI()s. Formnn6n biMflca en ill$:cnll'ria. 90

por Vives, de Tito Livio, Poli bio, Marco Varron y Tul io, cuyas obras apenas conocemos despedazadas.

En calidad de fin del estudio, seiiala Vives esto que sigue: que IIna ve: ellcolllradas las arIes provechosas a 10 "ida, las ejercdemos para el bien cormin, 10 que 1I0S 110 de dar un p remio elemo, y 110 para cOflsegllir dinero u otras velltajas temporoles, 1/i para enfangam os ell los p laceres jugitillos y despreciobles. iSeria recla nuestro vida y nuestros cOl1sejos Sl no tlll';esemos mas ideal que el dinero. y cambiasemos por fill

precio Ian ruin WI regalo tall magnifico de Dios? i. Es 10 g loria 1m, valiosa como para eSfe cmnbio? Desgraciado de mi si vo)' detras de ella jodeollle. pucs, es demasiodo espillosa e incierla SlI posesion. es fuga: y lIillgul1a sen'idllmbre es comparable a 10 que nos impone. Youn mas desgraciado si, COil 11110 joya lOll valiosa, compro los cOlil/eos de 10 gellle y preflero ser a/abado por los mar/ales que par Aquel que dispenso la inmortalidad, por los neeias que por el due/io [mica de toda sabiduria . jAhI, pesCtlmos anguilas podridas COli un anztlelo de oro. Hasta aqui est a sintesis de Vives, no s610 tan va lida para describir la situacion tenebrosa del presente, sino para expresar, de otro modo, 10 que es parte de la meta de 10 que debe ser una Universidad concebida en tanto matriz axioloEica. ,

Ahora bien, Vives, alga inconeebible en eI , no desdena las cualidades pedagogicas en el humanista . Si se observa con atencio n., hasta aqui hemos hablado, mas bien, mas no en excJusiva, de la dimension cient ifica del humanista . Pero, el humanismo trasciende 10 meramente tecnocientifico, Asi, hace sent ido para nosotros el esmero puesto por Vives eo los aspectos docentes del verdadero humanista. S610 asi puede concebi rsele como ser ell y con el mundo;

En cuanto a su dimension pedagogica, estima nuestro fiJ osofo que el humanista debe ser un hombre amable, tranquilo, sqlicito, superior a toda pasion baja, amen de ser un vivo ejemplo de todo 10 que puedehacer 1a sabiduria cuando se aduei'ia del pecho de un hombre, y de la enanne distancia que separa al sabio del estul.!9_En cuanto a la misi6n del humanista, Vives la concibe como consistenle en co munl car sus conocimientos a los demas y en encendef en e llos el fu ego de su propia hoguera. Asi, Vives es consciente de la dimension de alumnos en 10 que alaiie a aquellos que reeiben el bien de la luz del maestro, eI humanista.

PiOsigue Vive5""Con la enumeraci6n de las cualidades de 0 para con eJ humanista: se ha de ensefiar sin querella y se ha de aprender sin rubor; al maestro se Ie debe siempre gratitud; nadie debe atri buirse los descubrimientos de atras; los humanistas deben mantener reiaciones corteses y conservar entre eUos la concord ia: hay que ceder ante cualquier verdad, no solo las de fe, sino tambien las prafanas; es men ester obedecer al Sabia, asi, can ese mayUscula,. que nos manda no contradecir nunca a la palabra de la verdad; el sabio debe ser cuho, prudente y lento para defi nir, de ningiln modo pertinaz en el afirmar; debemos citar con especial carino a los aulores a los que debamos algU n progreso personal. En fi n, hay toda una miriada de ponnenores adic ionales abordados per Vives en el apendice antediehe, lodes del mismo tenor que los aqui seleccionados. Recordemoslo: estas ideas las planteo Juan Luis Vives en los primeros tiempos del siglo XVI, casi cinco siglos atras. "Cuantas y cuaJes de las cualidades destacadas por Vives para la persona de un verdadero humanista vemos en nuestros colegas de nuestras

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Car/os Eduardo de JcsUs Sierra ('liar/as. FormQmin blO<'rica en inRclllcri(l. 91

postradas universidades? ~Die2? iCinco? i Dos? iNinguna? Bueno, par si no pudiesemos apreciar ninguna cualidad, seamos benevolos con 10 que vemos en nuestras universidades, pues, al fln y al cabo, no hay que pedirle peras a\ olmo, y preguntemos mejor esto otro: i,Cucil es el equipo de furbol favorito de nuestros colegas?

Bromas apar1e, destaquemos ahara 10 que senala Vives a proposito del compromiso del humanista can la escrirura. la escritura galana, claro est a, la que pule, brilla y da esplendor a1 idioma. A este respecto, Vives es de 10 mas enfatico habida cuenta que considera a la escritura como una pane importante de la vida del humanista. Eso si, estima que el humanista no debe hacer publico todo 10 que escribe, sino 10 mejor de su coseeha inteleclual. AJ momento de tamar la pluma, aconseja nuestro filosofo que 13 mana no debe estar poseida par eJ odio, la ira, el miedo. la ambicion 0 cualquier aUa pasi6n desordenada. He aqul algo que, en el caso colombiano, no ha sido aplicable a 10 largo de nuestra historia literaria, pues, si nos fijamos con cui dado, la pluma se ha usado en Colombia como alternativa a1 fusil y a la espada, 0 sea, para destruir al otro. Y, por supueslo, nuestras uruversidades no han sido la excepci6n a esla regia tan execrable.

Concluyamos este aparte con Vives con unas palabras suyas a las que no se sustrae el caso colombiano: A la rica sabiduria no Ie fallaran ellvidiosos. La pdlida envidia alaca con sus dienles verdosos todo 10 hermosa y sublime, y deja illlociO 10 feo y vii. De nuevo, sorprende la frescura del pensamiento de Juan Luis Vives transcurridos cerca de cinco siglos de su muerte (falJeci6 en 1540). Por desgracia , los elegidos de los dioses muefen siempre jovenes,

Habiendo visto 10 esencial del humanismo de la epoca de Erasmo de Rotterdam, seria sencillamente imperdonable no detenernos as! mismo en el pensamiento de otro gran humanista, casi nuestro coetaneo, Gregorio Maranon y Posadillo. De esta forma, tendremos una visi6n s61ida de 10 que es eI humanismo, 10 que, a su vez, nos permit ira adentramos con toda confianza en 10 atinente al quid de la formacion humanista en estos tiempos debiles y oscuros que corren, formaci on imprescindible en 10 relativo a la formaeion etiC3 y bioetica propiamente dicha.

£1 human;snw de Gregorio Maraiion

La cullura hispana, tierra etema de persecuciones y exiiios, no 10 dudo, ha producido unos hombres maravillosos que no s610 no se los merece, sino que se los ha apreciado en toda su valia por pane de otras culturas. Tal el caso de Gregorio Maranon, igual de sumido en el olvido como en el caso de Juan Luis Vives. Por 10 general, los ejeroplares de sus libros existentes en bibliotecas suelen estar arrumbados en los dep6sitos respectivos, 0, Sl se trata de librerias, es de una gran diticultad encontrar ejemplares de sus obras. 5i aeaso, ya costa de una busqueda larga y paciente, se encuentra alguno que otro en librerias de viejo. Y eso que Maranoo es uno de los pensadores mas exquisitos que ha produeida la acienrifica y oscuranlista cullura hi spana.

No se puede decir que el humanismo de Maran6n se circunscriba a una obra deterrninada. En rea!idad. 10 topamos por doquiera a 10 largo de su nutrida producci6n escrita. No obstante, considero que la obra que mejor expresa su humanismo en la

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Carlos Edu(lftlo de Jesus SU.'TTt1 Cuarf(lS, Form(lClon blOf!flca en mgcmcria. 92

optica de la formacion elica que nos interesa aqui es VocociOI1 y elieo, por 10 que nos detendremos sobre todo en dicha obra del insigne intelectual espano\.

Desde el punto de vista del genero iiterario, conviene senalar de entrada que la obra de Gregorio Maranon suele corresponder al ensayo. De facto, Maranon fue un ensayista soberbio. Y no es gratuito ni casual que Maranon escribiese por la via del ensayo, ya que el ensayo es eJ mas humane de los generos literarios segun aguda apreciacion de Jaime Alberto Velez. En general , los grandes humanistas han sido a la vez grandes ensayistas, por 10 que e! genero ensayistico ha logrado su madurez y prestigio gracias a la pluma galana de intelectuales con una elevada estatura humans. Es mas, esto es asi desde los camienzos del ensayo con M ichel de Montaigne, su padre.

En rigor, Vocacion y hico apuma a la deb ida formaeion integral de los medicos, reflejo mismo de la preoeupacion de Gregorio Maranon aJ re specto. Sin embargo, esto no es obiee para que las ideas alii plasmadas siTVan por igual en 10 que concierne a la formacion en atros campos disciplinares y profesionales. Eso si, cuesti6n de no ir a perder de vista las naturales diferencias de matiz entre easo y caso. Ademas, est a obra de Maranon tiene una bondad de 1a que suelen carecer casi siempre las obras modemas de bioetica medica y clinica, esto es, al concebirla con sentido humanista genuino, Maranon nos ha legado un pensamiento de tal flexibilidad que no cuesta gran trabajo su adaptacion en otros campos. En cambio, los textos de bioetica medica y clinica del presente tienden a servir solamente para los medicos, las enfermeras y los dernas profesionales de la salud al girar, las mas de las veces, en toma a las bioeticas principialistas centradas en la relacion entre medico y paciente.

Con su franqueza caracteristica, Maranon hace runcapie en la neresidad de saber OITOS

cosas par parte del medico tanto en agraz como en ejercicio. Par ejemplo, SU}' SS son las siguientes palabras en tal sentido: Pero. yo creo importante que, ademtis, el hombre de ciencia en general y, desde luego, el medico. poseo WIG aficiol1 concreto y activo por algwlO afro actividad del espirilu 01 margen de st/ habitual ocupacion. Claro que debe hoar usa discreto y no pedantesco de ella; pero yo hablo s610 para discl'etos y no para pedantes. A 10 que, poco mas adelante, aiiade esto otro en la misma tonica: Noda mas desagradable que esos sobios em1jdiosos que vivell ell perpefuo aeecho de los fropiezos de los demos y, entre elias, ell permaneme rivalidad de plazuela. EI sabio. ell cambio, que ademas de su cieneia sobe fOear el violin, es probable que se siemo inqllieto por los \'iolinistas, pero mirara, seguramenle. a los olros invesligadores con generosidad. Esto es progreso moral y debemos fomentarlo. Pues, bien, he aqui un principia etieo que, mueho me temo, no se apliea, para efectos practicos, en las universidades del presente a 10 largo y ancha del mundo. Par su parte, la historia de la ciencia es rica a granel en ejemplos que apoyan Jo dicho por Maranon. Boton de muestra, un Albert Einstein que sabia tocar el violin. un Richard Feynman con su inseparable bongo; un Thomas Huxley, un Samiago Ramon y Cajal , un Stephen Jay Gould , un Jorge Wagensberg, un Carl Edward Sagan 0 un Alan Lightman con su vocacion de ensayislas, y asi por el estilo.

AI entrar mas en materia can 10 que es el humanismo, Gregorio Maranon es elocuente en la forma de denominar 10 que tiene que ver con el mismo. Pa r ejemplo. una expresi6n como humanismo de v;v;r es enfatica sobre eJ panicular. En este sencido, hace

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Carlos Eduardo de Je.llis Sierra C unrlfL~. rvrllJnci(m blOcl ien en tng<'nieria. 93

mucho hincapic en cuanlO a que e1 mejor humanismo se ha aprendido siempre, no en las bibliotecas, sino errando siempre por los caminos asperos del mundo. Justo en esla misma optica, veia las cosas nuestro pensador de Otraparte, Fernando Gonuilez Ochoa, cuando sostenia que "se apreode a caminar. caminando, a hablar, hablando, a encontrar, buscando, y a ser pendejo, Jeyendo , No leais, invest igad, buscad, vivid". No olvidemos que Fernando Gon.zalez hacia SU filosofia desde el Parque de Envigado, Anlioquia. Ahara bien. conviene aclarar aquJ que ni Maranon ni Gonza lez, ambos Jeetores consumados, despreciaban la lectura. No, nada de eso. Sencillamente, nos hacian ver que eJ mu ndo no se reduce a los libros, sino que los libros han de anicularse con la vida. Una bella leeeion de etica sin Ja menor duda. A su manera, 10 decia asi Fernando Gonzalez: La )'ida es /0 I'erdadera escue/a; /05 libros son para cOl/sllllor; ayudal/ en las dificulrades que 11110 esta venciel1do en el oflcio que prac(ica. [. ..j. Ayudantes del artista lIamaremos a /os libros. De aqui que Fernando Gonzalez afirmase, apoyado per la propia historia antioquena., que Antioquia ha producido genios en la Plaza de Mercado de Medellin, en la Feria y en el Parque de Bema, mientras que en las escuelas y universidades no ha producido ninguno. Triste, pero muy cieno.

Prosiguiendo con el pensamiento de Maranon en esta li nea, aseveraba nueSlrO intelectual que su patria, Espai'la., precisaba de esle tipo de humanismo mas alia de los libros e imbri cado en la vida como necesita la tierra seea el agua. Con toda naturaiidad. esta idea va le para todD el mundo hi spano dada su comunidad cultural . En fin, sigue Maranon de 'esta forma: Necesita hombres que hayan fimdido su saber en 511

personalidad y devuelvcm -en 51IS libras, en S1l acluoci611- uno y orra, hechas 11110 coso linico y viva: y como todo /0 vivo, jecul1do y a 10 vez humilde y fragil. Y no como dogmas. Aque/lo,es. humanismo. eslO, enJdicion seco 0 cnciclopedismo. Y digamos que enciclopedisrno de [res a1 cuano. En todo caso, Maranon hizQ de su vida un test imonio permanente de esta concepcion humanist3 suya. Mas aun, creo que no hay que insistir demasiado para apreciar el enorme parec ido entre eI humani smo de Maraiion. al igual que el de Fernando Gonzalez, y el de Juan Lu is Vives.

Esto ultimo aflora mejor todavia euando reparamos en que Maran6o., a fin de difereneiar al humanisla del simple enciclopedista, destaca que aquel solo pretende siruarse ante su justa valor, y que los demas no Ie admiren, sino que aprendan, mien tras que este aspira a producir la admiracjon en los hombres. Asi las cosas, bueJ e el enciciopedista a catedratico; el humanists., a maestro .

Siempre me ha parecido que el pasaje mas elocuente de Gregorio Marai'ion a prop6sito de la dialectica perenne entre fonnaci6n e instrucci6n es el siguienre: Un hombre de c;iencia que 56/0 es homhre de ciellcia, como un profesional que solo conoce su projesiol1, puede ser injiniromente litil en S1l disciplina; pero, icuidado COn elf Si I/O tiene ideas mils aIM de eso disciplina, se convertira irremisiblemente en un mOl1s(mo de engreimienlo y de slisceptibilidad. Creera que su obra es el celllro del universo y perdera el conlacto generoso con 10 verdad ajena, y mas atln call el ajeno error, que es €I que mas ellseiia, si 10 sabemos ocoger con geslo de humal1idad Como esas maquil1Gs perforodoras que lienen que trabojar bajo lin chorro de agua frio para no order e inulilizarse, el pellsamiento humono, 10calizado ell una actividad imica, acaba, par noble que esa actividad sea, abrasimdose en vanidad y pellllancio. Y ha menesler, para que no ocurra asi, del olivia de /Ina vena permanente y.fresco de preoCllpaciones

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Carlos Eduardo de Jesu~' Sierra Caartas. FOrlll(lcllm bioeltca ('n IngclII( rin. 94

IInil'ersales. He aqui por qllt;, a /a largo, 10 mente IlIImaJlista. OIfllqlle parae dispersa, tiene mucha mayor cafX1cidad de penelraci6n que /a tnt!lIfe radica/mente especialisla. Hasta aqui este pasaje a!tamente significative de Marai'l6rt mi prediJecte aI respecto De esta forma, salta a Ja "iSla que a/ fondo de /0 ciel/cia wrdadera 5610 se lIega COil t'I espirilll temp/ado de humanismo, segtin lapidaria sintesis de Maranon sabre esto que nos ocupa en estos precisos instantes. De modo que e! espi riru de Juan Luis Vives sigue VIVO.

La edllcacion en riempos dibiles J' el'anescenles: Consideracion del rumbo

En materia de Ijleralura educativa seria, es muy lIamalivo el hecho palpable que, la mayona de las veces, suelen ser intelectuales argent inas los que mayor lucidez y compromiso con la escritura exhiben acerca de la crisis eduC3ti va del presente en Latinoamerica y el resto del mundo. Con menor frecuencia, podemas encontrar escrilos de similar jaez de autona de inte lectuales mexicanos, venelolanos, chilenos, espanoles y colombianos. En concreto, me refiero a escritos cuyos aulores los han elaborado con seriedad, rigor intelectual, y desinfectados de toda ideologia postmodema que hace las veces de un obstaculo epistemal6gica de cui dado en toda regia. Por 10 demas, uno de los motivos principales de esta categoria de escritos sobre problematica educativa radica en fa preocupaci6n constante acerca del descuido funesto en el que ha caido la fonnacion humanista, en 10 que subyace una pane no precisamente despreciable de la crisis actual de la sociedad, par no habl ar de toda una tragedia educativa para ser mas precisos. En fin, me atrevo a suponer que la mayor presencia de los argentinos que seiiale a1 comienzo de], parrafo. obedece. a la presion que, sobre eJ1 os, ejerce la crisis delicada per la que pasa su pais desde haee varios anos , Como quiera que sea, sus reflexiones valen un Potosi a fln de que ganemos una mejor comprension sobre la crisis actual de la educacion en el mundo.

Es mas, mucho mas, Ja historia misma del ensayo hispanoameri:::ano conSlituye una memoria escrita de gran valor para enCQntrar alii retratada la crisis de! presente a partir de sus ya remotas raices. Pero, ironia de ironias, viene a ser justa un investigador norteamericano serio, John Skirius, can un amor sincero por nuestra cultura, quien nos hace ver, can ojo bien ilustrado, las plumas ga lanas y compromelidas que Ie han dado corporeidad al ensayo hispanoamericano, genero temido y persegu ido desde siempre pa r · los poderosos del subcontinente. En su soberbia compilac ion, EI ensayo hispanoamericano del siglo .rr. John Skirius afirma que los ensayos y las obras teatrales companen ahora el e~enario para la reforma, la revolucion 0 la simple reaccion social en Hispanoamerica. En panicular, los problemas de indole bioetica no se escapan al ojo iluslrado de los ensayistas de Hispanoamerica, comenzando par Jose Enrique Rodo y su Ariel, y pasando por Eduardo Caballero Calderon, Enrique Anderson [mbert, Jose Vasconcelos, Jose Carlos Marialegui y Cayetano Belancur.

De manera, pues, que Hi spanoamerica ha dado mLlcbo en materia de humanistas. Que se los merezca, eso es otra cosa. En cualquier caso, desde el punto de vista educativo, no podremos perder de vista que nuestra historia nos brinda productos de! la!ento humano de nuestros intelectuales que no cabe desaprovechar a la hora de replant ear en seri o la educacion a fin de recobrar su dimension humana.

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Carlos Eduardo dC' Jesus Sierra ('U(tr/OS. Formacion bioCtica en ingm;c:r;n.

Gonzalo Gutierrez, en su ensayo La eJllcacion ilt! la edllCGddll: Ideas para n:filJJdar IIl1a escuela hlllJlanisla, se ocupa, en clave compleja, de la forma como ha de abordarse el replantearniento de la educacion de hoy. Claro esta que ha de leerse a Gutierrez con gran cuidado, puesto que no se sustrae al pensamiento postmodemo y las implicaciones negativas del mismo sobre las que he advertido en el segundo capitulo. Con IOdo, podremos extraer de la lecture de Gutierrez algunos datos de suma utilidad.

En cuanto a la formacion et ica para estos tiempos que corren, senala Gutierrez que, en su concepcion y melodos, todos los aprendizajes habran de abrirse a una elica basada en el caracter lemana de la condicion humana, es decir, indi " iduo, saciedad )' especie. EslO lIeva a Gutierrez a desenmascarar las falacias inherentes a los planleamienlos educativos de moda orientados al desarrollo de competencias y Olros calambres mentales de similar faclura . En especial, ha arremetido lanza en ri slre contra las propuestas tanto de la CEPAL como de la UNESCO, 10 C]ue ha suscitado una reaccion vio lenta de parte de algUn administrador del pensamiento oficial, algun bienpensante de esos que jamas faltan, Por su inten!s y pertinencia, pienso que amenta reproducir en forma completa eJ punta de vista de Gonzalo Gutierrez al respecto :

." esa orienfacion acel1nia, en forma descolltexlllali::ada, 10 necesidad de una edllcaci6n centrad a en de ferminados aprendi:ajcs cOl1siderados ·/tfiles para el progreso economico; de alii se deduce un sistema de evaluacion que los mide y que -par 10 lanto- determina comportamiel1/os en la sala de close y en los sistemas esco/ares nocionales y su ellaluacion. Se jomenla 10 competilividad. los· logros· individuales. Se Sllpoll€ y espera qlle fodos plleden y deban lograr esos aprelldizajes y hacerlo en forma deslacada. Y que -como resullodo- lellciremos mlljeres y hombres compelilivos. palaJines de /0 modernidod y la globali:acivn de la economia. Se Irala de una propllesta fundada ell /a etica protestOl1fe de /0 illdillidualidad y la justificaci6n par las obras, alejada del ethos medilcn'alleo ell que se inscribe J1uestra experiencia latinoamericana. Es 1111 ill!eccioso vints qlle nos ha Ilegado y del que 110 hemos podido sanamos mIn.

Se alaba e/ logro de algullos poises asiat;cos qlle encabe:an los resultados de la prueha TlMSS y se 110S compara con esos esuindarr:s. Yen el camino olvidamos el ripo humano que lales programas y exigencias han logrado imp/an/or: el ejeclilivo "sel'en-elel'en " (como 10 /laman en Japim). que /lega a la oficina a las siele de /0 maiiollo y la deja a las once de la l1oche; que ademas jl/ega golf can los cliel1les losfines de semal1a. miCl1tras que sus hijos asislen a cursos adicionoles por las fordes y ell los dias de fiesta. Es 10 que L Express ha lIamado "el(cornizamienfo en el trabajo ". Yo no quiero que mis hijos y nielOs sean esc/avos: iY Iii ? Te digo s;nceramente: he vista mas calidad de vida en los bushmen del desierfv de Kalahari, que viven desnlldos, comen hormigas, y sabell Irabajar Call sus manos, camar y bailar, que en esos eslre.mdos ejeclIlivos seven-eleven. iQue ha quedndo del antiguo ideal de una educaci6n como acnvidad de ocio en /a que 10 humano se _solaza en 10 humal/o, 10 vida en sf mi:.ma? Sabemos que no eriste aprendizaje si no es en /0 gozosa adecuacion enlrlt larea y capacidad

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Carlos Eduardo de Jaus Sierro C urmas. Formncion biohu;n rn mgcnierin. 96

Bien, hasla aqui este pasaje lI amati vo de Gutierrez. de Oluy rec iente faclura. pero en perfecta consonancia con el punlo de vista de nuestro Gennan Arc in iegas. En efeeto. don German, en su primoroso Diario de 1111 pea/oil, publieado en \936, en un ensayo titulado £1 problema del ocio, e,,;presa justo la rni sma idea de Gutierrez a propOsito de la perdida de las bondades educatiyas del ocio, situacion que ha producido un nuevo tipo de delincuente en nuestras nauseabundas selvas de concreto, seglin la humoristi ca forma de decir las cosas de don German: el hombre que sale para matar el tiempo. En palabras de este buen senor: Mientras el hombre !rabaja, se aleja de su espirilll. En terminos concretos, aberraciones como las denunciadas por GU lierrez y Arciniegas demuestran que el hombre contemporaneo ha perdido su dimension ]udica. cuest ion de 10 mas ironica, dado que nueSlra especie lI ego a ser Ial por una via neoli.~nica por excelencia. En su perspect iva educarj \'a conerela, signifi ca 10 anterior que los flam antes reformistas educativos de moda no estin tomando en cuenta la imponancia de la ajectil'idad en la fo rmacion humana, 1a que va de la mana con la consideracion de la individualidad en el proceso educativo. A esta actirud pedagogica, la fi losofia antigua la denomino "amor", una denominacion bastante precisa, si bien algunos celosos del pensamiento " riguroso" la consideran como puramente "cualitativa" y, por eode. no cientifica segun diagnostica con tino Evald I1yenkov, nOlable intelectual ruso . Por 10 demas, la lectura de Alamo, de la pluma de Mjchael Ende, Ie da su buen espaldarazo a 10 di cho por Guriirrez y Arciniegas.

AJ lIevar a cabo un buen cotejo ent re los pensamienlos de Gonza lo Gutierrez y de Guillermo Jalm Etcheverry, encontramos que, a pesar de la diferencia de conlextos en los que ambos autores se mueven, las conclusiones son identicas en 10 esencial para ambos, a saber: es· meneSler recuperar la escuela y la figu ra del maestro; ha de recobrarse el sentido pristino de la educaci6n; la "educacion" de hoy esta !Ienando de paja picada las vidas de las nuevas generaciones y a\ejilOdolas de su encueotro con su propia humanidad; y asi POT el eSlilo. Diferentes miradas, perc las mismas conclusiones, que se resumen en una so la: ha de recuperarse eI sentido de una educacion del ser humane en 10 humano. Como nos recuerda eI propio GUl ierrez. desde bace 2500 ailos, la arete ha sido la base y el punlo al que apunta de la paideia.

Hasta ahora, hemos hablado del humanismo, del humanista y de la urgencia de la refundaci6n de la formadon humanista cual condicion indispensable para 1a formacion etica y bioetica, si bien no nos hemcs detenido en 10 re lativo a la definicion de Ja s humanidades. Claro eSla, podemos topamos cas i con tantas definiciones como humanistas. No obstante, no es el interes de este libra el agotar ad nauseam todas las definiciones habidas y por haber sobre tal asunto . No, apenas nos bastara con una sola definicion, eso si, practica y clara. En concreto, hago mia la planleada por Gutierrez: las humanidades se definen como la accion informadora ejercida por e l adulto sobre el ser humane que crece con el fin de ayudarJo a ser una persona y promover una sociedad de personas. Ahora bien, a esta definicion brindada por Gut ierrez, me permito anadirl e un par de requisitos : ". la accion informadorayJormadora.,. y promover uoa sociedad de personas en armonin can la biosjerd', Ademas, destaco en la misma eI uso del vocablo persona habida cuenta que el ideal de la formaci on humanista, expreso tanto en Vives como en Maranon, apunta a la formacion de 1a persona y la sociedad de personas, no al individuo y a la aglomeraci6n de individuos. Esto es de suma importancia para nOSOlros

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Carlos Eduardo de Je.l"u.~ Sierra CI/arlas. Formaci/in biohlcn en i1!,\!I'II! ('rin. 97

los lat inoamericanos, pues, a l fin y al cabo, somos herederos de la ranc ia cullura c/asica medilemi nea, no de la anglosajona.

Si nos fijam os bien, la definic ion anterior conlleva en si misma que la escuela, en sentido amplio, instituc ion universitaria incluida, no li ene monopolizada la formacion humanista. SegUn reza Ull antiguo proverbio africano, para educar a un nino, se necesita un pueblo eotero . Por otro lado, debe quedar sobreentendido desde este momento que los maestros de hurnanidades deben eSlar formados denlro de una vision humanista stricto sensu. Como dice eI viejo y conocido refran, nad ie puede dar de 10 que no liene.

En cuanto a la escuela se refiere, ~que cabe entender por una escuela de humanidades o una educacion humanista? La respuesta a esle interrogante!a brinda Gutierrez en estos termine s: poner en contacle a las nuevas generaciones con los grandes maestros, las grandes corrientes espirituales, las grandes pnicticas y obras de la humanidad. Si nos fij amos can cuidado , esta respuesta no es novedosa en el fondo. Con esto, no qu iero dec lr que Gonzalo Gutierrez la haya plagiado. No, en 10 mas minima . Sencillameme, si Jeemes, de Jules Verne, Paris ell el siglo XX; hal!aremos la esencia de la respuesla proporcionada por Gutierrez en boca del tlo Huguenin cua ndo pasa revista a los aulares fra nceses el domingo 15 de abril de 1961. En fin, Verne jamas deja de sorprendemos. En todo caso, la educacion humanista genuina habra de ser una educacion de la capacidad de ocio, pues, conviene no ohi darJo, el negacio aniqui la al ocio.

Par 10 que se va viendo hasta esta pane, Ja eSlralegia por exce lencia para la educacio n humanista es Ja hislon a de la humanidad, 10 que equivale a decir que la educacion humanista no puede prescindir del usa de la herramienta simbolica por antonomasia, el lenguaje. Despues de todo, como nos 10 lego el inolvidable y genial Lev Semionovitch Vygotsky, el seT hu mano ha adquirido su condicion de hu manidad gracias ados tipos de herramientas de Sll invencion, las herramjentas fisica s y las herramientas simbolicas. Con las primeras, ha fo rj ado la cultu ra materi al; con las segundas, todo eI resto, de hecho, la mayor parte del universe cu ltu ral .

No es nada gratuito ni casual que Gutierrez Ie conceda un papel tan relevante a la maestria de los lenguajes, no 5610 como un objetivo mas de la educacion humanista, sino como su primer objetivo. En un ensayo de 10 mas sugestivo y encantador, una escri tora e intelectual argentina, Ivonne Bordelois, fannada nada menDS que can Noa m Ch~msky -en li ngOistica en el M:1 T, desmenuza can cu idado las razones por las que es menester cu idar eJ legado del lenguaje. EI so lo Litu lo de su ensayo es de 10 mas elocuente: La palabra amenazado. Mas aun, eotra en perfecta consonancia con el ya mencionado Guillermo Jaim Etcheverry en 10 que atai'ie a1 buen cuidado y recuperacion del lenguaje como parte crucial de una educacion humanista digna de tal nombre. Perc, creo que es bueno escuchar de una buena vez 10 que nos recalca Ivonne con gran lucidez y mesura: EI1 clIol1fo 01 senlido melajorieo de las linieblas de las que habla Jllenl -el eV(}l1gelisla-. deberiamos dispol1ernos a U/1 estado de alerta, porqlle el hecho insoslayab/e es que estas finieb/as se Yen represenladas por 10 cllllUra global del capita/ismo sa/vale que viJlimos: una empresa deslinoda a demo/er IIl1eslra COllciencia delleng/laje, increfblemenle eficaz en eSfe sell/ida. No eslamos, par cierlo, postu/ol1da fa exislencia de 1111 con)unlo de Inullinacionoles pen 'ersas dedicadas a de feriorar el /enguaje, enarbolando programas especiflcos 01 respeclo. S f ('reemos que el presente

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Carlos Eduardo de JesUs SIerra CJlor/(ls. Formaci(in blodica en ingt'nll'ria, 98

sistema estd e/aramellfe decidido a formar esc/cn'os del frahoju, de /0 infimnclr.;icill y del COIJ$lImO, )' nada favorece y robllsleee mils 10 escltn'j/ud q/le 10 p,:rdida de/le/lguoj/!, de modo que fodas las tecl1icas de r/!c/ulomieltfo), orgoni:ocioll dd trahajo, as; como las de informacion y de 10 propaganda cOIII/!rcinl. ap ullfall, direClameme 0 illdir/!clamt!nle. a esa destruccioJ1, y 10 implican. Bien, hasta aqui Ivonne Bordelois. euyas im'estigaciones en el campo de la linguistics., sobre todo en el imologia, i1uslran sobremanera sobre la penineneia efectiva de la maesuia de los lenguajes en una fonnaci6n humanista propiamenle dieha.

Relomaodo a Gonzalo Gutierrez, juslifica enumerar los objeti vos que el concibe para la educaei6n humanista, los cua!es son: (1) la maestria de los lenguajes ; (2) la enseiianza del metodo, del camino por el cual una persona ha de transitar para !ograr un trabajo bien hecho; y (3) la coO\~vencia. En cuanto a la metodologia de la formacion humanista, Gutierrez la concibe como encie/opedica, Ahora bien. es bueno aclarar de una vez en este punto que el sentido del encic1opedismo defendido per Gutierrez difiere como la noche del dia con respecto al de Maranon. En forma bien concreta, Gutierrez entiende pa r una educacion humanista enciclopedica una pedagogia cic1ica que ret orne sus ensei'ianzas una y etra vez, en budes ilerativos de multiples dirnensiones, regresando a los origenes para, desde alii, volver a desarroJlarse. Sin darle mucha vuella a eSIO, se pereibe aqu! la ~ducacjon en clave compleja. En consecuencia, Ja leleologia de una formaeion humanista tiene asi un caracter inicialieo 0, 10 que viene a ser 10 mismo, propedeut ico. Es la introduccion de las generae iones no\'eles en su condicion hUOlana en la acei6n misma, Agenda agenda discGnlUr, como decia el insigne Comenio: Que aprendall a hocer hacienDa. He aqui, en suma, un afori smo que nos recuerda Jos planteamientos educativos de nuestro Fernando Gonzalez Ochoa.

Desde el punto de vista del program a para una formacion humanista en si, Gutierrez 10 present a compuesto por los siguientes elementos fundamental es: (1) cultivo del cuerpo; (2) cuitivo del silencio y del callar; (3) cultivo del observar: (4) cultivo de la individualidad y de Ja afectivldad; (5) cultivo de la veracidad; (6) cultivo del pensar, del decir y del comunicar; (7) cultivo del conocer y de la incel1idumbre; (8) cultivo del buscar; (9) cultivo del decidir; (10) cu/tivo del cambiar. En el fondo, un programa en amplia consonancia con los planteamienlos de los di versos intelectuales de cuyo pensamiemo nos hemos outride hasta ahora: Cereijido. Bunge, Feynman, Eco, Sagan, Wagensberg, Vives, Maranon, elc., etc, Y no debe sorprendemos esla consonancia a CQusa del hecho que Gonzalo Gutierrez ha tornado en considerac io n la cuhura humanista clasica y ha buscado volverla a poner a to no con ouestros desastrados liempos. Ademas, lodos los intelectuales que nos han se .....ido hasta ahora en calidad de atlantes son humanistas soberbios en lodo e) sentido de Ja palabra. En suma, estamos hablando de un programa que es mucho mas que eso. Mas bien. estamos hablando del concepto de curriculo en el sentido correcto de/termino, eJ sentido de caminar a pie,

Como se ha ido estab!eciendo con calma hasta este puoto, Ja formaci6n humani sta no se la concibe si no est! engastada en eJ fomento de los vaJores humanos. ESle es justo el sentido de la escuela, la Universidad en particular, como matriz axiologica. Pero, esto no tend ria el menor asidero para su cabal realizaci6n si no fue se por el pape! clave desempenado par el maestro, Ian en menoscabo hoy dia en buena parte del orbe. Permitamos que Goozalo Gutierrez nos diga en sus palabras 10 crucial del maestro :

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Carlos Eduardo d(' lesris Sierra e uar/os. Fonllocion hioe/lca eft ingellwria. 99

Podemos preglllltomos si esta capacidad del maestro rs tllJ dOli v el resfiltOilo de lIna buenQ jormaciol1, y , tal I'e:, 10 respucsla es que nada se saea COli 10 segundo si 110 sc tiel/e 10 primero: la pedagogla ell Sli sentido etimol6gico de "conducciol1 del lIIil0··

(pais agogein) es - bcisicamellle- uno ejloraciim de capacidades jllnalas qlle habrim de ellriquecerse par 10 adquisicion de modos y herramic11Ias, La educacion 110 es ulla ciel/cia, sil10 1111 orle de 10 relacion intencionada. Y esto, precisamente, es algo que se ha perdido de vista hoy por hoy cual [ruta de un c1ima de estupidez generalizada.

En cali dad de herramientas que propician el nacimiento y el cultivo de 10 humano en 10 humano, GUlierrez se permite presentar las siguienles categorias: (I) Disciplillas. esto es, campos del conocer que (ienen un valor en si mismos, con sus melodos propios, como las ciencias (orientadas al describir), las arIes (onenradas al hacer), y los canones (orientados al nonnar); (2) Transdisciplinas, 0 sea, campos del COnocer que atraviesan a las disciplinas y las metadisciplinas, como los lenguajes y las tecnicas; y (3) Mefadisciplinas, campos del conocer que se ubi can en los entrecruzamientos del conocer y del hacer humanos, como la histeria y la filosofia.

Por su parte, al hablar del ambiente en que se ha de afrecer una educacion de 10 humane en 10 humano, cabe dist inguir los siguienres elementos ineludibles: (1) Ja busqueda de la excelencia en tanlo ideal he\enico de la arete, vocablo que tiene que ver can ar/SIOS, "el meior", y que significa tanto la fuerza de quien hace 10 mejer como un ideal de vida que cumpl ir ori entado al mejor componamiento que es dable esperar de una persona; (2) Ja construceion de la armonia personal enue el "bombre- fisieo", e l "hombre gnoslieo" y el "hombre pneumatieo", 10 que connota aJ cuerpo humano; y (3) las herrarnientas didaeticas, entre las que entran como dignas de destacar el riempo en la escueJa, el estudio individual y silencioso, la prelecrura, Ja memorizacion, la repetieion, eJ ensayo y la evaluacion.

Aqui, no detallare los diversos elementos en relaeion con el ambiente, las herramientas y el curricula en la optica de la construccion de los estudiantes en tanto SI mismos como hombres que pertenecen a una tradicion de humanidad, 5i bien esto no es 6bice para anadir algunas precisiones que, en todo caso, no sobran.

En iA tragedia edllcativa, Guillermo Jaim Elcheverry, al destacar que la escuela riene una mision revolucionaria en su caJidad de baluarte de la resistenc ia de 10 humano, en 10 q....e concuerda -a plenitud con GonzaJo Gutierrez e Ivonne Bordelois, entre tantas OI ras intelectuales comprametidos, cita 10 siguiente del academico frances coetimeo Marc Fumarali: La educacion humanistica, basada en 10 cl.1pDcidad de inletprelar las polabras de los otros y de inventor las propias, no reduce la capacidad de estar abierto a todo 10 Iwevo. La tradicion Iwmanislica no es simiesca como 10 comunicacion de los medios, es una cultura I'iva que renl/eva continuQmeme ImeSlro mirada. La invel1ciol1 cienlijica presupone siempre una imaginacion ingelliosa, linD percepcion inluitim, una capacidad de s;luorse en mllndos poco habilllales. La cullum humanistica constituye WI exrraordinario campo de ejercilacion para afinar esta clIalidad. En ellogro arlioSfieo, original y crealivo, en 10 confrontocion de /0 polabra, se abrel1 lodas las posibilidades de invenciol1, inclllsive las del ambito tecnico 0 cienlifico. No es casual que muchos grandes cienfificos posean linD reflnado cU/llIra lileraria. Bueno, hasla aqui estas palabras tan oportunas de Fumaroli . Si las ap licamos a nuestra realidad academica,

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Carlos Edu(1rdo de JC.<:Iis S/erro ("/lorl(lS. Forlll(lciulI biCX;lica ('n il/go/iain 100

i,cuantas personas podemos distinguir que sean cientificos humanistas propiamente dichos? En el caso de America Latina, estamos hablando de una especie practicamente e>..1inta, por 10 que mejor nos vamos a buscar un torero en Alemania, empresa en la que, sin la menor duda, tendremos muchas mas probabilidades de ex ito en la pesqu isa.

La democracia; Una ohra de arte

En primera instancia, hagamos agui memoria de una idea que qued6 recogida en el segundo capitulo: el comun origen., etimol6gicamente hablando, de las palabras demoeracia y demos/rar, tan cara esta para el metodo de la ciencia, mientras que aquel1a para la convivencia. Nada e;"1rano si no perdemos de \iSla la avent ura de la etica por 1a cual nacio el metoda cientifico, con sus dos rruces en Atenas y en Jerusalen., aventura que implic6 la imbricacion entre los esta tulos eticos grecorromano y judeocristiano. En esta optica., cuando hablamos de un latino, de uno consciente de su Jegado, estamos hablando de un seT que no piensa en los griegos y en los romanos como seres ajenos a si mismo, sino que se siente grecorromano con un meslizaje no desdefiable con 10 hebreo. V Sl, por ventura y fortuna, ese ser lalino es un hispano, asi mismo consciente de esta pane de su legado, tendra en si mi smo 10 celtiberico, 10 visigodo, 10 canagines y 10 arabe por dccir 10 menos. De ahi que, en una palabra, nuest ra cultura sea pane de la cuhura clasica medi terranea, 10 cual no se pierde por el hecho de que ex istamos espar.oles venidos a America desde hace ya muchas generaciones. AJ fio y aL cabo, una colorUa es "mi patria lI evada a OlTO sitio". De esta forma, como condicion crucia l para la formadon de nuestra conciencia elica como colee/iva, no hemos de incurrir- en ese aUloodio tan ridiculo de pretender negar nueslros nexos con la Peninsula Iberica, cuestion que, no puede ser de Ol ra manera, no excluye la conciencia acerca de los desmanes perpelrados por los conquistadores en su momento. V, par supuesto, tampoco habremos de perder de vista e l mest izaje con los aborigenes americanos y los descendientes de africanos. Como bien 10 dice don German Arciniegas, somos el continente de los siele colores.

Ala luz de)o anterior, podemos captar con faciJidad la incongruencia que subyace en la pretension de cien os rnovimienlos de latante bioelico en cuanto a 1a const ruccion de un discurso bioetico latinoamericano, pero destetado de las raices grecorromanas y s610 inspirado en las cultu ras prehispanicas. Por ejemplo, tales ideas eSlan defendidas con atdcntia por aJgunos miembros de la Escuela de Vitalismo C6smico, orientada por e! profesor Dario Botero Uribe en la sede Bogota de la Universidad Nacional de Colombia. SegUn sus apologistas, las culturas prehispanieas vivian en perfecta armonia con 1a naturaJeza, cuestion que esu\ aun par verse a la luz de la histona, puesto que: (I) 1a cultura maya parece haber desaparecido p~r Ja explotaeion desmesurada impuesta al entomo de sus ciudades; (2) la base a!imenticia prehispanica, en general, esease6 en proteinas, 10 que lIevo a los sacrificios bumanos como fuente proteinica suplememaria, (3) si no hubo demasiada depredacion del ambiente 10 fue par la existeneia de ciertas barreras naturales que excedian las posibili dades de la teeno!ogia americana prehispanica, atrasada en 4000 anos frente a Europa, barreras tal es Como el Tapon del Darien. As; que, i,cual existencia paradisiaca en la America prehi spanica? La condicion humana es la condicion humana en todos los lugares y epocas.

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Corio.', Eduardo de JCSliS Slcrra CUOrl(Ls. Forlll(lClim biadlco en in,,,"<>nicria

Ahara bien, Latinoamerica no ha podido, en sus atgo n:as de cinco siglos de hisloria, acoplar eI estatuto e[ie-o judeocristiano, CUY3 ferula ha lenldo desde siempre, con el estatuto elieo greeorromano. Per ende. aun careee la America Latina del modo ciemifico de ver el mundo, rasgo demo strada can tozudez por nuestra pfopia historia habida cuenta de la into!erancia tan propia de la cultura hispana. Por asi decirlo, aqui cogen un libra y 10 abalean y, por ahi derecho, 10 cosen a maehelazos. Y al careeer de! modo cientifico de ver el mundo, se careee asi misrno de Ja democracia como fonna de convivencia, dado que esta es, en 10 fundamental, la aplicacion de! modo cientifico de ver el mundo al ane de gobemar a los pueblos. Baton de mueslra, la constitucion politica estadounidense es un bello ejemplo de carta magna que incorpor6 el mecanismo de correcci6n de crrores tan caracteristico del metoda cientifico, detalle manifiesto en

las enmiendas constitucionales correspondientes. AJ menos, en los prim eros tiempos de los Estados l.7nidos, las casas marcharon razonablemente bien a juzgar par e1testimonio aport ado par AJexls de Tocqueville en La democracia ell America, una obra hoy clasica en el campo de la filosofia pofilica. Otra cosa bien distinta son los Estados Unidos de los ultimos ciento cillcuenta anos segun 10 ac1ara can lujo de detalles Stephen Jay Gould en La fa/sa medida del hombre. De todos modas, no hemos de perder de vista que los padres fundadores de los Estados Unidos eran a la vez cieotificos consumados y miembros de la comunidad cier.tifica internacional de $V tiempo. Tales los casas de Thomas Jefferson y Benjamin Franklin.

De esta fonna, tenemos a Ja vista que la democr3cia ha sid a una instituci6n de 10 rnas enclenque en Ja historia latinoameriear,a. Por as! deeirlo, !a unica libertad que hemos tenido los latinoarnericanos es a dona Libertad Lamarque. De resto, nada mas.

En un librito de 10 mas elocuente, La democracia es una obm de arfe, que recoge un par de conferencias, el fil6sofo chilena Humberto Maturana deja bien claro tanto la debilidad de la democracia en nuestra America Latina como la necesidad perentoria de la educacion para la demoeracia en nuestra region, asunto en el eual estima en nada desdenable el culdado para con la nii'iez,

En la 6ptica de Maturana, i.por que tenemos una democracia enclenque? En suma, porque somos el presente de una ciena cu.ltura Hamada cultura patriarcal, caracterizada por estar centrada en la guerra, en Ja profesi6n, eo Ja jerarquia y en la autoridad en el co,ltrol de la s~xualidad. En una palabra, 10 mas opuesto aI modo cientifico de vcr el mundo, opuesto al dogma y al principio de autoridad,

Ademas, destaca }.·faturana, 10 humane se da en e! lenguaje y de una manera tan profunda que lIegamos a disITutar del fluir de la palabra. Asi, todo vivir humane se da en redes de conversaciones, habiendo surgtdo el conversar en ]a historia humana haee cosa de diez 0 veinte mil anos atras. Como quien dice, apenas ayer por la noche. En todo caso, esto es de suma importancla para la fonnacion etlca en ingeoieria. LPor que? Bueno, porque la ingenieria no es otra cosa que una red de conversaciones, de 10 que tenemos un bello ejemplo en el episodio biblico de la Torre de Babel, ya que Jehova, mas que confundir los idiomas, confundi6 eI conversar y, aSl, distorsiono las relaciones, Jas redes de conversaciones, con Jo que dio a1 traste con la consrn.Jeeion de Ja celebre Torre.

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CarIas Eduardo de Je.!:;ii:; .)/('"0 C uorlos. For macillll hioi'fica en Inf:cnleria. 102

Si,guiendo con Humberto Maturana. nueSlra educacion adolece de una dificultad fundamental con el paso de la ninez a la adolescencia, tn3..nsito que se caracteriza por el paso de una cultura matristica a olra patriarcal, culruras antagonicas entre si, pues, en aquella, se ereee dentro de relaeiones de celaboracion, de respeto, de participacion, de no apropiaci6n y de resolucion de confliclos en la conYersacion, luego de 10 cual se pasa a vivir en la competencia, en la negacion del otro, en la lucha. Por si acaso esto no fuese evidente de buenas a primeras, nos basta con fijarnos en el dia a dia en nuestras universidades, sobre todo las del sector publico, tipicos campos de Agramante, en 10 que lodo anda en dimes)' en diretes, en prosaicas dentelladas.

i,Que tanto se converso en nuestras universidades y demas instituciones educativas? Jorge Wagensberg, eI afable director del Museo de la Ciencia de la Ciudad Condal, responde a esla provocati va pregunta desde su experiencia: COIJI'ersar es qui;O el mejor eJltrenomielJlo que fJllede teller un ser hllmOIlO ... No reel/erda haber conversatio mflc/lo durallle los l'eillfe Gllos que he pasado ell las aulas. Y, por e l estilo, son las experiencias de millones de estud ianles a todo 10 largo y aneho del mundo hispano. Ahora. ( que torna tan valiosa a la conversaeion? Como bien 10 precisa Wagensberg, la conversacion tiene un curiosa caso particular y una notable variante . En cuanto aJ primero, se trata de cuando dos mentes conversadoras resultan ser la misma mente: estamos as) ante Ja reflexioll. Y sobre la segunda, se present a cuando una de las dos mentes resulta ser la propia naturaleza, esto es, la mente humana eonversa con una realidad: estamos de este modo ante Ja experimen/acion, por 10 que las virtudes y los vielos de un cientifico se parecen demasjado a las virtudes y los vieios de un conversador. Entre las vi nudes, destaquemos lao alegria por el cambio, incluso si afecta a la propia opinion., el panico al aburrimiento, la aficion par la diserepancia y, de hecho, la mas importante, la disposicion a reirse de uno mismo. Asi, el cientifico y eJ conversador yirtuosos creen en la conversacion y, para ambos, el buen interlocutor es un \"erdadero lujo.

Sencillamente fascinante: la ciencia es , ni mas n.i menos, conyersacion.

Al nacer la dernocracia en la antigua Grecia, cuando se inventaron Jas reglas del tener razon, seg6n vimos en el segundo capitulo. el Agora ecupo un lugar centraJ al ser eI Silio en el que se sentaban los c iudadanos a conversar de todo. i,De que conversaban? En una palabra, de los temas de la comunidad , con 10 que surge la coso publica, 10 que s:empre negara la monarquia, al igua l que los regimenes presidencialistas de hoy, hermanilOs gemelos de la monarquia. En fin, al enlrar en escena la cosa publica por yez primera en la historia humana, los (emas de 13 comunidad aparecen como temas accesibJes a la conversacion, a la mirad a., aJ escrutinio, a la opinion, a la aceion de todo ciudadano.

De acuerdo con 10 anterior, la democracia no esta en la rotacion., en la eJeccion, de representantes. Mis preciso aun, segUn adviene Maturana, los sistemas electorales son artifieios prosaicos para la apropiacion de las responsabilidades. As! [as cosas, la democracia esti en una convivencia en la cual (odos los ciudadanos tienen acceso a la cosa publica. Mis a6n, afiade esto Maturana: EI vivir democrclIico es una obm de ar/e, no liene que ver call eficiencia, 110 !iene que ver con la perfecci6n, tiene que ver COli el deseo de una cOllvivencia en la jrafemidad. Pero. en cuanto a su aprendizaje, el

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CnrlOJ J;:dunrti() dc Je.l'lis SIC'rra luarfaS. FonlloCilln bloC/icc (,n in~('III('rio, 103

emocionar que haee posible la convivenC13 democratica se desencadena desde la inrancia, se aprende en la misma cuando lodavia no se ha dado el paso funesto de la cuhura matrlstica a la pauiarcal. En este sentido. casi pod ria decirse que 10ro viejo no aprende a habJar.

La humano se da en ellenguaje, siendo la conversacion su manirestacion mas excelsa, y la ciencia, en 10 basico y ante lodo, es conversacion. De esta rorma, la ciencia, par ser una manera de interpretar la realidad antag6nica lTente al dogma y aJ principia de auloridad, cannata la funcion eminentemente crilica del lenguaje. He aqui una idea provocativa que no 5610 la podemos derivar de los pJanteamientos de Maturana en cansonancia con los de Cereijido, Sagan y \Vagensberg, entre algunos atras intelectuales. Tambien, la hallamas en el pensamienco de los expertos en e! lenguaje. Por ejempla, los etimologos. Sabre esto, prestemosle otra vez aidos a lvonne Bardelois: Pero si esta cullura maca la conciencia del leng/laje es, en gran medida, porq/le, de a/glm modo, se adivina que ell ella, ademas de 10 j/ler:a rejrescallle de la poesia, reside 10 raiz de loda critica. Para un sislema COllsum;Sla como el que nos tiral1i:a, es indispensable 10 reduccion del vocabulario, el aplallamieJllo y aplcslamienlo coleelillo dellellglloje, la exclusion de los malices -que, muehas "eees, significa eI olvido de los propios deseos- y, sabre ,odo, 10 perdido del seJJlido del gaee y 10 Illcidez que la lengllo pllede lIegar 0 proporcionamos. Par eso, /a empresa cOl/sllmisla es enemiga /rolllal de 10 autell/ica expresi6n /il1giiisfica, que erige libertad, dOli de avenlura y origillolidad., y desasimienlo 10101 de palllos exleriores para desplegar5e en lodo 511 esp/endor. En esto, se tiene toda una )dea fuerza que viene desde Saussure, el padre de la lingUistica contemporanea, a saber, que la lengua es eJ sistema social mas poderoso porque se halla grabado, nada menOS, en el inconsciente. Por 10 tanto, ·si de humanizar olra vez a nuestra civil izacion se trata, tan tecnificada, sera menester la recuperaci6n de nuestro lenguaje, tan empobrecido por la sociedad industrial merced a los malabari smos de la propaganda comercial. Al fin y al cabo, quieo cede en las palabras, cede en las intenciones.

La tecnico humo,,;zada: La misiolt de la Universidad de nutn'o

Ambrose Bierce, en su delicioso y refrescanle 771e Devil Dicliollary, define la etnologia como Ja ciencia que trata de las diversas tribus humanas, tales como los salteadores, los lad ranes, los estafadores, los zopencos, los de mentes, los tontos y los.. etnologos. Por-to que-parece, nada se Ie escap6 al ojo il"u strado de Bierce, 10 que eSla en buen acuerdo con las abras escritas sobre la historia de la estupidez humana por parle de Paul Tabori, Pedro VoJtes y Carlo Cipolla. En esta perspectiva humoristica, aunque tragica, podemos comprender el drama actual de la deshumanizaci6n de la tecnica ante el hecho indiscutible de la precaria sabiduria que ha caracterizado su uso par parte de las di versas tribus humanas.

De 10 vista hasta ahora en este capitulo, va quedando claro que la humanizacion de esla civi lizacion se impone como una urgencia perentoria, y que ta l humanizacion s610 puede caminar por el recto sendero de la educacion humanista en sus diversos ni ve les. Ahora bien, en e l caso de la institucion universi ts ria, el problema adquiere un ca ri z de 10 mas delicado, y esto por 10 siguien te: (I) los estudiantes universitarios han dado ya el paso de la cultura matristica a la patriarcal; (2) los proresores, en su gran mayoria,

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Carlos Eduardo de Je.~lj~ Sierra ('u(lnas. rurmac/I'", bioiliea en mgcnieria. 104

di slan mucho de ser humanistas en e l sentido crucial que nos brindan intelecluales de respeto como Vives y Marailon; (3) el analfabetismo funcional campa par sus respelos en todos los 6rdenes de las comunidades universitarias: (4) la otrora noble labor docenle anda reducida al innobJe rango de pobre dam a vergonzante; (5) no existe real cornprensi6n acerca de 10 que es e irnplica la ciencia, 10 que significa que no es dable encontrar un "cientifico" ducho en epistemologia, entre Olros saberes; (6) la "intelectualidad" mundial esta postrada ante el imperio del capital. As! las casas, la discusi6n rigurosa en 10 que ataii.e a la misien de la Universidad, se mantiene a la orden del dia, ademas de trascender mucho mas alia de los quince minutos que a duras penas Ie conceden los directi yos uni versilarios en cualquier reunion en la que 10 urgenle desplaza a 10 importante .

Par 10 anterior, nos convendra retomar aJ pensamienlO lucido y lozano de don Jose Ortega y Gasset, maxirne que jamas dejara de sorprenderme el hecho que la casi tota1idad de los flamantes uruversitarios hispanos 10 desconocen.

En Ortega, el problema de la cullura en la fonnaci6n universitaria de valia implica borron y cuenta nueva para la risible denominaci6n de "cuhura general". Al fin de cuentas, 1a cultura es general per se, no se es culto, digamos , en fisica 0 en matematicas. Mal pergenados par el magin inope de los reformistas de tumo, los planes de estudios que hablan de una componenle de "culrura general", Ilamese como se ilarne, par ejemplo, "cursos de comexto", han perd ido de vista., s i algona vez la ru vieron, que la denominacion de "cultura general" declara de entrada la intencion que el estudiante reciba algiln conocimiento ornamental y vagamente educativo de su caracter 0 de su inteligencia.- Por eode, la flamante "cultura general", aJ ser la rnenos general de las culturas, no fonna la conciencia etica stricto sensli. En todo caSD, eJ equivoco nace de Ja asimilaci6n de cultura a tecnociencia en los tiempos que corren. Sin embargo, cuhura no es ciencia seg-un aguda advertencia de Ortega, quien es enfatico al decir que la cuJtura es el sistema vital de las ideas en cada tiempo. En el fonda, importa un bledo e1 que esas ideas 0 convicciones no sean, en parte 0 en todo, cientificas. Pero, nuestra epoca, la de la lecnica del Ifcnico, la del mundo encuadrado en la herencia de Francis Bacon., liene como caracleristica que gran porcion de su contenido proceda de la ciencia. 0 de 10 que la genie cree que es ciencia, pueslO que no se la entie nde en realidad , detalle sabre el que tanto insisten Cereijido, Bunge, Feynman, Sagan. Wagensberg y tantos otrOS intelectuales coetaneos nuestros.

Ahora, Ortega aclara que, en otras culturas, no siempre fue asi, es decir, que la cultura estuviese marcada por la tecnociencia. Ni tampoco eSla dicho que nuestra cuitura permanecera marcada par la ciencia por los siglos de los siglos. Por desgracia, ante el descuido que ha sufrido el saludable estudio de la historia, se toman evanescentes estas visiones ctaves.

El capitulo previo dejo establecido que una inslituci6n universilaria que, real mente, sirva para la formacion del ser humane debe ser una m3Uu axio logica, una comunidad moral. Si bien Jose Ortega y Gasset no usa esta denominacion, es interesante notar que su vision converge hacia 10 mismo. Permitamosle ahora el uso de la palabra Can largueza:

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Carlos Eduardo de je.I1J.\· Sierra Cllar/as. FonllOClon bw,; /l co £'11 inSt"nlcrio. 105

QuiellllO posea la ideolisica (no 10 ciel/cia jisico lIIisma, sillo 10 idea \'ilol dcl IlIImdo que ella !to creodo), 10 idea his/orico y biolOgica, cse plan fllosofico, 110 es 1111 hombre C/I/to. Como I/O t'Sle compeusado por dores espolllimeas excepcioJUJles, es sobremanera im'erosimil que 1111 hombre as; pueda en verdad ser /111 buen !}]fidico 0 1111 b1/(:11 jlle= 0 1m buen fecJlic:o, Pera, es seguro que fodas las demos aell/ociones de S/I I'ido 0 ("U(1IIIo en las projesionales mismas rraseieJldall del eSlricro afieio, resllilarall deplarables. Sus ideas y aCias politicos sacm illep/os; SIIS amores, cmpezando por el /ipo de mujer que prf!jcrini, sl'nill eXlemporimeos y ridieulos; Ilevara a su vida familiar WI ambienle inoc/llal, mallialico y misem, que el1vcllellani para siempre a sus /ulos, y en fa ferllllia del cafe emanara pensamieJ1los mOl/sln/osos y una lorrel1cial chabacalleria.

Recordemos que es10 Jo expres6 Ortega en 1930, pero suena de reciente escritura dada su vigenc ia para nuestro momento. Ian s610 nos basta para apreciar 10 clicho por el insigne fiJ6sofo espaiio! con la observaci6n del dia a dia tanto de nuestras universidades, academias y ateneos como de los diversos ambit os empresariales. T odo 10 que vemos es un clima de ordinariez generali zada, de gentezueJas sin clase, sin cultura, sin exquisilez, sin proyeclO de vida, a despecho de sus titulos universilartOS y de Q( ra indo le Perc, no acaba aqui este diagnostico, pues, sigue Orteg~ un poco mas ade!ante con esto otro:

Ha sido mel1ester esperar has/a los cOmieu:os del siglo XK para que 5e presel/ciase un espec facillo inereible: el de 10 peculiarisima bnllalidad y 10 agresiva estupidez can que se comporfa un hombre cllondo sobe mucho de una cosa. e · igllora de raiz lod05.· las· demas. £I proiesionalismo y el espacialismo, 01 no compellSOTse debidamellle. hall rolO en pedazos 01 hombre europeo. que por 10 mismo esla aw;ellfe de Jodas los PUflfO!; donde prelellde y necesila estor. En el illgeniero eSICt 10 il1genieria, qlle e5 solo /Ill

trow y una dimension del hombre europeo: pero eSle, que es lin inlegrum, no se halla en SlJ jragmel1lo "ingeniero p. Y asi ell lodos los demas casas. Cuando, creyendo IIsar Ian solo una manera de deeir barroca y exagerada, se asegura que ''Europa esla hecha p edazos ", se eSlo diciendo mayor verdad que se presume. En eleelo: el desmorollamieJllo de Ifuesrra Europa, visible hoy, es el reS/if/ado de 10 invisible fragmenlacioll que progresh'OmelJle ha padecido el hombre ellropeo,

Y. en eslOs albores del siglo XXl. no s610 Europa est11 hecha pedazos, sino el planeta entero, y no tenemos e! consuelo de ser la excepci6n a Ian tenebrosa regia. EJ hombre de hoy esta desintegrado, fruto de una educaci6n que no es tal, que s610 forma para el mundo del trabajo, para Ja producci6n, y no para ser hombres en toda Ja riqueza antropol6gica del termino. Asi, Ja gran tarea que Ie compete a una instituci6n uni versitaria cual matriz axioJ6gica t iene alga de armaz6n de rompecabezas, de reconstruir can los pedazos di spersos, en nuestro case, la unidad vilal del hombre latinoamericano. SegUn aguda precision de Onega, es meneSler lograr que cada individuo 0 , evitando utopismos, muchos individuos lIeguen a ser, cad a uno por si, entero ese hombre. i,Quien puede Ilevar a cabo esto sino la Universidad? Y anadamos que la Universidad como matriz axiol6gica. Y no Ie [alta razon a Ortega habida cuenta que individuo, desde su etimologia, significa indil'i.'iible.