capitulo v. ptiscicultura marina.€¦ · bÚ 11anual prÁctico cunsh uidas en seco, de modo que se...

5
1iA1VUA1, NRACTICO CAPITULO V. Pisoioultura marias.-1Sitios donde pnede hacerae.-Enaenadae, aalas,eatanques, alfaques, albuferae, eateros, caños, deaembocaderos de loa rios, estarias y aorralea. -c^+sen<r.^-- Ptiscicultura marina. Los peces marinos, como los olros animales, tienen muy variadas costuan- bres y estaciones, habiéndolos especialmente sedeniarios, y oiros viajeros ó {ue emigran á mayores ó menores distancias con el íin de satisfacer necesi- dades imperiosas en su naturaleza: de esta clase son los atunes, por ejemplo, que viene^ á criar al Dlediterráneo y mar Negro atravesando los estrechos de Gibraltar y Dardanelos, siguiendo las costas hasta llegar á las a;uas donde desovan y puede prosperar su cria. La4 especies sedentarias, unas £ijan su vivienda en las playas bajas, arenosas, fangosas ó pedrenosas, oiras en los arrecifes ó peñascales subrnarinos, no pocas en los bajios cí bancos de arena, ya lejos de las costas ó en sus inmediacione^s, etc.; y si al pescador ]e es indispensable el conacimienio de tan variadas costumbres para e,jercer con fruto su arte> no lo serán menos al piscicultor, cuya industria consiste en sembrar en buenas condiciones para que el prilnero pueda recojer ópimas cosechas. La anchm•a de los mares no nos permite encerrar la pesca como en los lagos, albuferas ó pantanos; pero esto no nos impide sembrar las costas ^e escojidas especies, facilitar su lnultiplicacion, y evitar se dest+•uyan y desapa- i•ezcan. .1Ĵ n una palabra, la pi,cicultura del litoral está á nuestros alcances; la clel piélago ya es mucho mas dificil, y tambien nos interesa menos. ' Dos medios mu,y eGuaces pueden emplearse para multiplicar la pesca en ol litoral de la Peninsula: el 1.° solo está en la mano del Gobierno, y con- siste en revisar todas las leyes y orde^uanzas que se han pub1icado sobre pesca, formulando una nueva que comprenda los casos ya racionalmente pre- venidos en las anteriores, y otros que deben ahora l^^revenirse pur haber ocur- riclo de nuevo en nttestros iiempos; lisponiendo por iin su mas estricto cum- plimiento, ^ una esquisita vigilaucia, sin la cual cuanto sc mandase é hiciese seria de toclo punto in+ítil. El 2.° medio consiste en la hucna eleccion de ]os semilleros y viveras que se encuentran en las coslas, mejorando las condicio- nes de aquello^ que no las tuvíesen. h5tos silios los encontrarémos en las

Upload: others

Post on 11-Jun-2020

3 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

1iA1VUA1, NRACTICO

CAPITULO V.

Pisoioultura marias.-1Sitios donde pnede hacerae.-Enaenadae, aalas,eatanques, alfaques,

albuferae, eateros, caños, deaembocaderos de loa rios, estarias y aorralea.

-c^+sen<r.^--

Ptiscicultura marina.

Los peces marinos, como los olros animales, tienen muy variadas costuan-bres y estaciones, habiéndolos especialmente sedeniarios, y oiros viajeros ó►{ue emigran á mayores ó menores distancias con el íin de satisfacer necesi-dades imperiosas en su naturaleza: de esta clase son los atunes, por ejemplo,que viene^ á criar al Dlediterráneo y mar Negro atravesando los estrechos deGibraltar y Dardanelos, siguiendo las costas hasta llegar á las a;uas dondedesovan y puede prosperar su cria. La4 especies sedentarias, unas £ijan suvivienda en las playas bajas, arenosas, fangosas ó pedrenosas, oiras en losarrecifes ó peñascales subrnarinos, no pocas en los bajios cí bancos de arena,ya lejos de las costas ó en sus inmediacione^s, etc.; y si al pescador ]e esindispensable el conacimienio de tan variadas costumbres para e,jercer confruto su arte> no lo serán menos al piscicultor, cuya industria consiste ensembrar en buenas condiciones para que el prilnero pueda recojer ópimascosechas.

La anchm•a de los mares no nos permite encerrar la pesca como en loslagos, albuferas ó pantanos; pero esto no nos impide sembrar las costas ^eescojidas especies, facilitar su lnultiplicacion, y evitar se dest+•uyan y desapa-i•ezcan. .1Ĵn una palabra, la pi,cicultura del litoral está á nuestros alcances; laclel piélago ya es mucho mas dificil, y tambien nos interesa menos. '

Dos medios mu,y eGuaces pueden emplearse para multiplicar la pesca enol litoral de la Peninsula: el 1.° solo está en la mano del Gobierno, y con-siste en revisar todas las leyes y orde^uanzas que se han pub1icado sobrepesca, formulando una nueva que comprenda los casos ya racionalmente pre-venidos en las anteriores, y otros que deben ahora l^^revenirse pur haber ocur-riclo de nuevo en nttestros iiempos; ►lisponiendo por iin su mas estricto cum-plimiento, ^ una esquisita vigilaucia, sin la cual cuanto sc mandase é hicieseseria de toclo punto in+ítil. El 2.° medio consiste en la hucna eleccion de ]ossemilleros y viveras que se encuentran en las coslas, mejorando las condicio-nes de aquello^ que no las tuvíesen. h5tos silios los encontrarémos en las

i;1E PISCICULTURA.

enseuadas, calas, estanques, alfaques, albul'eras, esteros, c:a ŭos, desembucade-ros de los rios ^ oh•as localidade^ análogas de-^ñiiéstr^ litoral, á donde lospeces tieneu querencia natural para criar. a ellas les atraerémos no perturban-do su tranquilidad, sobre lodo en la época del cle^ove, y además facilitando laacumulacion de las plantas, animales marinos y demás su^tancias de que sue-len alimentarse. Destinados tales sitios solo á la multil^^licacion de la pescamarina, debería prohibirse de un modo absoluto que naclie pescase en ellos,puesto que el hacerlo equivaldria á inutilizar toclos los medíos que empleáse-mos para conseguirlo. Mas tarde, de estos sitios reservados saldrian á la marmillares de millones de peces, que repoblando nuestras aguas saladas resta-blecerian en ellas su antigua riqueza.

Fuera de estos medios generales, como en la piscicultura de agua dulce,podemos tambien adoptar en la del mar el si^tema de piscinas mas ó menosreducidas, y al alcance de la fortuna de los particulares ó de las asociacionesó com^midades vecinales que con este objeto quisieran tormarse. Estas pisci-nas, de mayor ó menor estension, no son mas que, los estanques que anteshemos citado, for ►nadon aprovecliando los recodos de las co5tas peiSascosas enque las aguas del mar avanzan tierra adentro, quebrantaudo su ímpetu lasrocas emergentes, entre las cuales se establecen los canales de comunicacioncon la piscina y el mar, como indica la ^i,yura ti2. En una palabra, son lasCetar•ias de que habla Plinio y otros naturalistas de la antigí^edad, que elP. Sarmiento llama buches, dique.^, ó lagos arli^ciales á la arilla del mar,designados por Sa ►►ez Ileguart con el nombre de corrales ', como hoy exis-ten cerca de Cadiz, Rota, San Litcar, etc., aunque no construidos con tal fin,,y sí para que entrando la pesca en ellos con la subida ó ílujo, al bajar la

' Creemos util á los piscicultoresque se dediquen á la cria y conscrvacion de peces

marinos vivos, la lectura del artículo que ^obre los corrales publicó Sañez Reguarten el hiccionario de la pesca nacional (t. 2." pa^. 313 y siguientes), pues en él, no solose ve el origen de estas pesqueraa, sino Stl utilld'dd y variada construccion en nuestrascostas, con el apruvechamiento que en algunos sitios pudiera hacerse de ellas para r.on-

vertirlas en verdaderas cetarias, análonas <► la represeutada an la ^igura 42. Dicho autor

cree que en un principio los corrales solo fuerou depcisitos natm•ales de agua del mar,renovada diariamente por las mareas, y en los cuales los peces que no se largan con elreflujo quedan retenidos hasta que la subida de las anua; les proporciona la salida de laspozas en que se habian encerrado, y á donde cou frecucncia los pescadores van á co-

jerlos con ^is,yas, espadillas, carnberas, salabres, espnr^il^eles, y otras artes. Mas tarde,

imitaudo los peacadores á la na^uraleza, ide^aron construirpesqueras semejanóes, que suinaenio fué variaudo y modificando de mil modos, solo con el lin do retener los peces yotros auin^ales marinos al reLirarse las a^;uas de laa playas, y no con el de couservarlosvivos para su uso'oportuno. Aosotros no no5 referimo5 á esta clase de corrr^les, quepuedeu llamarse secos, para distin^uirlos de aquello, depbsitos ó charcas que en.la >Jaja ^mar quedan llenas de agua ,alada todos los diati renovada, y pueden tener util aplica-cion en la piscicultura marina.

64 NAN[lAl. PBÁC'IICO

uE PISCICULrU^► a. (iii

U11CPá 1^11P(IC Pfl('1'1'1'íl(Iil \^1fP^i1. Ti1111^1IP q P q ^Il;^^i{ÍPI'f^1 P\Iti(ell iili('ti ^)Iti(•1118ti

para alm^cenar, ^i pn ► le ►uos ►^:^ ► r^+s^+rnus a;í, In; ^•ruslár^^^^s y ^ ►ecc^, vi^ u; ^ur► le lejos ^racn I ►► s fiur•cus ^oiua^^es (^i^. h:^), ^^ sir^^^^n ^^ai•a ^urtir I ► is n ► erra ► I^^^

Fŭ;ura 4,t.

(^0 ^ilS ^I'illll^l'ti ^0^)^i1CI0llPti il I11Cl^ll^i] f^U(` l'^ ('n11tiU1110 ^0 P(!1'^illllii. ti('llll'^ilI1^E'ti

f^0^)OSliOS fi(` ^1^;U^1 Ill^ll'1I18 q ^CNtil^.l q Rll`Ill^ll'C 8^n1111115 0^)f^15 ^)!11'^l ^l^IiICFI ► '^^9 71i

u^o á qt ►e ^e las dFSlina, ya s ►,a á la n ► ulliplicaciun ►í ^ ► ^lo á la ^•ri^ ► .

Si las crlnrias ií corral^s dE^ qu ► ^ I ► ;^hl^ ►► no^ ^i^ ►^^tablec ►^n ^^n el litor^il il ► ^I,1'ie ► literrán ►^o, basl,^ ► r^ por ^^unlo ^ ►^n ►^ral ^uar ► ^^• ► ^rl^ ► v ilcl oli^a^^e ^x^r mi^rliu il^^rorn^ie ►► t ►^^ qu ►^ le reri^ ►•en aun ► ^u lo^ ^ ► •;in ► I ►^^ I ► ^rn^ ►ora ►^s, di^^oni^^nilo a ► I ► ^-má^ las cosa, ► 1 ► ^ ► no ► lo ► ^u ►^ ►^l a^;ua il ► ^l ►u^► r ^^nlr ►^ ^^^+l^;a ^^uu fa ► •ilida ► I, par^►i^u^^ ^e refresi^u^^ ^ no i^orri ► in^ ►^ la ^I^^ d^^nlrn; ha^^ie^n^l^ ► ta ►ubi^^ q qu^^ I^ ► aP011í1^CS ^)UI' 1{ORf^C ^ll`li('^1'P Pr^l` q PI'1'I'i11^11ti I^P IIIU(^0 l^lll'^ SI q IOI^IP(^11' li1 tiiliVl^il

1^('^ B.̂T,Ili1^ 110 ^1PI'llll^illl PtiCil^lill'rl' ^il ^IP^I'il. T q ^ilti COti^ilti (^l'^ (^(•l'iI11U tiUll q I^U-

^ICICIItI'ti l'S^iIS ^)PP('iIUClO11C^^^ ^1U1'ti ^ilti lllilPkilti 1(' I1^11111P q il f'^^11^ ^ PS ^)1'(`('I511

orr^► nizarlo ► le olro n^► o ► I ►► , i•nn^lru^ cu ► lo vi^ril^ul ►^rus corrales ►^om ►► 1^ ►^ ► ^u ►^ ^r

^1i1C0p ^)^ll'á ^8 ^IPB('il l^t!^ il^Ull, ^IPPO IIIUI'^IO II1i11111'P^, ^" (^(' lllílll('1'il I^lll' 1!Il ^il

fla^il lllill' I10 ((Ul'(^Cll P^ q tiPCO, ^lill'i1 ^U l'U^l^ }l8^' 11PCf'SI(^iU^ (^(', il^ll'OV8('^]ilP ^i1N

ñraudes c,harcas de las ► ^osl; ► s y ►le la^ ri. ► s, ►^uns^r ►n i^n ►1o la^ cere^s ^1e I;il^^PVá('IOR (^llP l' q 1flS Illil}"QI'('S rilí1PE?^lS IilS 1^llílS ll0 fll('l1RPPIl 8^ q 1V('^ 5t1^)f.l'lllf

d ►+ las i^► ^ias, por ► ^ue entoure^ sF^ ^^rnlrian ^sca^ ►ar to ► 1 ►►^ l05 ^mc ►^^ il^^l corral.E^^^1'i1 (^111' ^i]ti ^lhllilti ^llll!.(^i^ll I'CIl11Vi11'SI` PIl P1^11^^ (^l'^I(Itil^,lh, ^il^ ^^I^llilti l'N^ill'^I11

bÚ 11ANUAL PRÁCTICO

cunsh•uidas en seco, de modo que se e^seurra por las rendijas ^^u^^ ^^ntre sí de-jan las picdras. Aquí no son necesarios los canales de r_omunicacion de lasotras celarias, veriticándose el refresi;o y ca ►nbiu de lus a^uas diariamenle pormedio dc las m,u^eas.

Para ^ioblar ^i^ ^ ►esca e^stas piscinas es ^ ►reciso tr^terla del niar, apa•acionf'acit de praclic^ar estando situada, en la misma eost^^, á dond^^ los barcosviveras (^q. ^3 bis) ►í pescadores pueden venir con sus re^les cargadas de pe-ces, los que se trasladau facilmente ^ ► los corrales lleváudolos en a^ortaderasll©nas del a^ua salada.

^sta maniobra solo debe liacerse eu la época de1 desove cuando se tratade la multiplicacion de los peces, y en estc caso, despues de verifieado> de-ben retirarse los padr^^^s, que ^^a no son necesarios y podrian ser p^^rjudicia-ses; pero si se tratase sulo de un depó5ito de pesca para tenerla á mano ydispuesta para la venta, como se hace en Inglaterra y como hicieron enotros tiempos los I^oniauos, entonces luda^ las épocas ►lel año son bue^nasesceptuadas las de la veda.

Las barbadas, Icn^aatlos, ralabaltos, con; ►•ios, rayas, an^uilas, morenas,lampreas y muchas otra5 especies 5e preslan perfec^^ ► uiente á este sistema,engordando y criándose con ^an^a facilidad como los animales de corral, cir-cuustancia ya reconocida por los anti^uos, pues Cayo Iíyrio prestó tle su^ ►iscin^► sola, ^ara las cenas tri ►mfales del dicta ►^(or C^s^^r, seis mil Iampreas,que no quiso vender ni cambiar t ►w• ninnuua otra ►uercaderia, segun noscuen^a I'linio.

l^i^urt^ ^F;; Gis.