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Reseña del libro de Eric WilliamsTRANSCRIPT
Universidad Nacional de Colombia
Historiografía Afro-Latinoamericana.
Jonathan Alexander Parra Guzmán. CC 1032472147.
Capitalismo y Esclavitud.Es muy estimulante poder leer la obra maestra de uno de los más importantes intelectuales antillanos del
siglo XX, quien fuera Primer Ministro de Trinidad y Tobago desde 1956 hasta su muerte en 1981.
Capitalismo y Esclavitud es una pieza fundamental para conocer y comprender la historia del Caribe y la
estrechísima relación de este con la esclavitud y el surgimiento del modelo económico capitalista.
Williams redacto este ensayo con una tesis polémica, novedosa, una tesis capaz de cambiar viejos y
desactualizados paradigmas acerca de lo que fue la esclavitud y lo que ella implico en la economía, la
política y la sociedad.
Principalmente, Williams nos dice que las razones para la esclavitud no son circunstancias morales, sino
económicas, no se relacionan con el vicio o la virtud sino con la producción y añade que, en su origen, la
esclavitud del negro nada tenía que ver con el color de su piel sino con lo barato de su trabajo. Con la
rentabilidad y la plusvalía. No era pues en su origen una cuestión racial sino económica. Sin la esclavitud
del negro, el gran desarrollo de las plantaciones de azúcar del Caribe, entre 1650 y 1850, sencillamente no
habría sido posible. De ahí Williams dice, “Por lo tanto la esclavitud no nació del racismo; más bien
podemos decir que el racismo fue la consecuencia de la esclavitud. El trabajador no libre en el Nuevo
Mundo fue moreno, blanco, negro y amarillo, católico, protestante y pagano”. (Williams 2011, 34)
Se aprecia claramente la caracterización del trabajo de este autor y su acercamiento metodológico más
hacia una historia económica que hacia una historia social o política del proceso esclavista y su
repercusión en el desarrollo de las economías europeas, principalmente la británica.
Desde el siglo XVII el azúcar pasó a ser el primer producto básico mundial; era la mercancía que ocupaba
el primer lugar en importancia partiendo del valor total de las transacciones del comercio internacional.
En una comparativa obvia, podríamos afirmar que el azúcar era entonces lo que hoy es para nosotros el
petróleo, por eso, entre otras cuestiones, Eric Williams dejó escrito: “... Es extraño que un artículo como
el azúcar, tan dulce y necesario para la existencia humana, haya tenido que ocasionar semejantes
crímenes y derramamiento de sangre...”. (Williams 2011)´
Contundentemente Williams resume el origen de la esclavitud del negro en tres palabras: azúcar, tabaco y
algodón. Los tres productos se cosechaban intensiva y extensivamente por todas las Antillas inglesas y
requerían una extensión de suelo cultivable ilimitado primero, y segundo, una mano de obra
absurdamente barata y dócil.
Al tiempo que se consolida la esclavitud negra por encima de la aborigen y blanca (ya sea por su
ineficacia, costos u abundancia) se inicia el tejido de un entramado comercial en torno al tráfico
esclavista, el llamado comercio triangular. Habían tres ejes comerciales: Europa, que proporcionaban
barcos e infinidad de productos para exportación; el continente africano, su principal recurso era la
mercancía humana; y América, que aportaba los productos de las plantaciones y las materias primas.
Gracias al monopolio que propiciaba el sistema mercantilista, además de las medidas proteccionistas, este
comercio se practicó con tal intensidad que dio un impulso astronómico a las economías europeas, lo que
produjo una gran acumulación de capital y en ultimas, la financiación de la revolución industrial,
principalmente la británica, gracias al tráfico de esclavos.
Desafortunadamente para todos aquellos interesados en perpetuar el sistema mercantilista (banqueros,
parlamentarios, colonos, industriales, comerciantes, etc.) este mismo contenía el germen de su
autodestrucción. La revolución e independencia norteamericana fue el detonante de su vertiginoso
declive. Este hecho afecto de tal manera al sistema mercantil que supuso la disminución exponencial de la
rentabilidad de las colonias azucareras británicas y en su lugar favoreciendo el crecimiento de las colonias
francesas, que eran bastante más productivas y rentables para este tiempo. Algo importante que debe ser
destacado, es que, a los ojos de Williams, fue también la economía lo que en ultimas ocasiono la
revolución americana, ya que las colonias no podían resistir los altísimos impuestos que Inglaterra les
imponía para de esta manera reducir el comercio con las colonias francesas, ya que esto perjudicaba
notablemente a la economía antillana y, por lo tanto, la británica. De cualquier manera, lo cierto es que las
consecuencias de la independencia norteamericana, unido a las propias maneras del sistema mercantilista
y monopolista, crearon las condiciones ideales para que el sistema capitalista industrial irrumpiera con
una fuerza abrumadora y acabase arrollando a su paso al pobre sistema mercantilista y de paso al sistema
colonial.
En este nuevo orden industrial la esclavitud y el monopolio dejan de tener sentido, puesto que eran cada
vez menos rentables y además restringían en desarrollo económico. El libre comercio se fue imponiendo
poco a poco y el proteccionismo perdía cada día más terreno. En 1807 Gran Bretaña puso fin al tráfico de
esclavos y en 1833 abolió definitivamente la esclavitud.
La abolición de la esclavitud siempre se consideró como el triunfo de sectores humanistas y filántropos de
distintos sectores y procedencias que abogaban por el fin de la crueldad e inhumanidad de la que eran
víctimas los esclavos y pedían su eliminación por completo, pero Williams desmitifica este hecho
rotundamente situándolo una vez más como una mera consecuencia del devenir económico del tiempo. La
abolición de la esclavitud no fue, en modo alguno, consecuencia de un sentimiento humanitarita, sino que
fue, de nuevo, fruto de una realidad económica que ya no necesitaba de dicha institución
En resumen, el valor histórico de la obra de Williams es incalculable. Su análisis económico de la
institución esclavista encuentra un vigencia tal en nuestros días que le hace una disección tal a la mismo
que aún no ha sido superada y que además demuestra la relación directa entre el desarrollo de la misma y
la aparición del capitalismo.
También hay que resaltar lo revolucionario que debió tener y tiene hoy en día la obra de Williams. El
hecho de transferir las culpabilidades hacia lo más profundo de un sistema económico, de difuminar esa
apología a la naturaleza humana como principal causa de la esclavitud y culpar a la intrínseca dinámica
económica del imparable sistema, es cuando menos, una manera de hacer justicia a todos aquellos que
fueron víctimas del yugo esclavista y recordamos a todos que instituciones como Bancos y compañías de
seguros, hoy investidos para muchos de cierta aura de respetabilidad, encontraron su origen en el tráfico
de seres humanos. Todo el sistema en el que nos encontramos esta irreparablemente manchado y
edificado con la sangre de los esclavos africanos.
Bibliografía
Williams, Eric. Capitalismo y Esclavitud. Traducido por Martin Gerber. Madrid: Traficantes de Sueños, 2011.