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21 REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA - VOL. 8 - Nº 1 (2007) ESTADO NUTRICIONAL Y HÁBITOS ALIMENTARIOS EN ADOLESCENTES DEL POLIMODAL DE LA ESCUELA MANTOVANI DE SANTA ANA Norry, Gabriel A. Asesor: Dr. Tolaba, Rene A. RESUMEN Introducción: Es vital que los adolescentes tengan una adecuada nutrición para que su desarrollo sea óptimo. Las alteraciones del estado nutricional están relacionadas con una mala alimentación y los hábitos sedentarios. Objetivos: conocer los hábitos alimentarios, el estado nutricional y la relación entre ambos, también los hábitos sedentarios y la opinión sobre su peso e imagen corporal. Materiales y Método: se realizó un estudio descriptivo de corte transversal a través de una encuesta y la toma de medidas antropométricas en los 196 alumnos entre 15 y 19 años, de ambos sexos, del Nivel Polimodal de la Escuela Mantovani de Santa Ana en julio y agosto de 2006. Resultados: Del análisis de las variables se obtuvo que un 91% de los alumnos tenía una alimentación inadecuada, un 21% se encon- traba con sobrepeso o riesgo de sobrepeso. El 73% veía TV o PC más de 2 horas diarias y el 91% comía durante esta actividad. El 56% no realiza actividad física y el 88% no realiza dieta alguna, el 23% respondió que conocía su peso, el 57% estaba conforme con su peso y el 61% con su imagen corporal. Se encontró asociación entre el hábito alimentario y el sexo (Test Chi cuadrado p=0,02). Discusión: Se observó que tanto las alteraciones del estado nutricional como los hábitos alimentarios y el sedentarismo son un problema vigente en esta comuna por lo que se debería implementar un programa de nutrición y un consultorio con especialistas en la materia en esta comunidad. PALABRAS CLAVE: ESTADO NUTRICIONAL - H ÁBITOS ALIMENTARIOS - ADOLESCENTES Contacto: Pje. Santiago del Estero 1494, Yerba Buena (C.P. 4107); Teléfono: (0381) 4252502; correo elect.: [email protected] INTRODUCCIÓN Es vital que los niños tengan una adecuada nu- trición y una dieta sana para que su potencial de desarrollo sea óptimo. Durante la infancia y la ado- lescencia, los hábitos dietéticos y el ejercicio pue- den marcar la diferencia entre una vida sana y el riesgo de sufrir enfermedades en años posterio- res (1). Entre otras citas Eveleth y Micozzi refieren que ”las enfermedades relacionadas con el medioambiente, como la desnutrición, represen- tan un tercio de la carga global de mortalidad en paises en desarrollo” (4). En otra refiere que un niño obeso tiene hasta el 40% de probabilidad de seguir cargando kilos de más en su adultez y se eleva a un 70% si per- manece en este estado durante su adolescencia (5). Varela y Lambruschini expresan que “La ten- dencia en la alimentación del niño se encuentra en una exagerada ingesta de alimentos grasos de origen animal y de carbohidratos y la pérdida de los alimentos de origen vegetal, con consecuen- cias a largo plazo de patologías cardiovasculares y endocrinológicas” (6). Con fines de aclarar mas la idea de este traba- jo se citará a Requejo y Ortega que expresan que “es difícil cumplir una dieta ideal, pero es muy im- portante acercarse a e ella para educar al niño en sus hábitos alimentarios, una cuestión que hasta la fecha no ha sido abordada” (7). Según la Academia Americana de Pediatría es- tima que el 22% de jóvenes entre 12 y 17 años está en riesgo de sobrepeso y el 11% ya lo tiene (8). Solorzano aclara “Los hábitos y prácticas nutricionales en adolescentes requiere especial cuidado porque es en esta etapa en la que alcan- za el 20% de la talla definitiva y el 50% del peso final del adulto” (9). Los niños que comen con sus padres adquie- ren hábitos alimentarios más saludables que los que no practican esta costumbre, según un estu- dio publicado por la revista Archivos de Medicina Familiar de los Estados Unidos. La investigación involucró a 16.000 chicos (hijos de enfermeras que participan del Nurses’ Health Study II, un trabajo monumental que incluye a 116.000 de estas pro- fesionales) y fue realizada por expertos de la Uni- versidad de Harvard. En los últimos años, la obe- sidad infantil mostró un incremento atribuido no sólo a las causas ya conocidas (como la obesidad familiar) sino al aumento en el consumo de fast- food o comida rápida. También el sedentarismo que implica sentarse a ver televisión o jugar con la computadora se potencia con el comer mientras ..., lo que repercute en forma negativa sobre la salud de los chicos (10). En España se ha comprobado que el sedentarismo y la televisión provocan más sobrepeso que ingesta de grasas, también los que ARTÍCULO ORIGINAL

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21REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA - VOL. 8 - Nº 1 (2007)

ESTADO NUTRICIONAL Y HÁBITOS ALIMENTARIOS EN ADOLESCENTESDEL POLIMODAL DE LA ESCUELA MANTOVANI DE SANTA ANA

Norry, Gabriel A.Asesor: Dr. Tolaba, Rene A.

RESUMENIntroducción: Es vital que los adolescentes tengan una adecuada nutrición para que su desarrollo

sea óptimo. Las alteraciones del estado nutricional están relacionadas con una mala alimentación y loshábitos sedentarios. Objetivos: conocer los hábitos alimentarios, el estado nutricional y la relaciónentre ambos, también los hábitos sedentarios y la opinión sobre su peso e imagen corporal. Materialesy Método: se realizó un estudio descriptivo de corte transversal a través de una encuesta y la toma demedidas antropométricas en los 196 alumnos entre 15 y 19 años, de ambos sexos, del Nivel Polimodalde la Escuela Mantovani de Santa Ana en julio y agosto de 2006. Resultados: Del análisis de lasvariables se obtuvo que un 91% de los alumnos tenía una alimentación inadecuada, un 21% se encon-traba con sobrepeso o riesgo de sobrepeso. El 73% veía TV o PC más de 2 horas diarias y el 91%comía durante esta actividad. El 56% no realiza actividad física y el 88% no realiza dieta alguna, el 23%respondió que conocía su peso, el 57% estaba conforme con su peso y el 61% con su imagen corporal.Se encontró asociación entre el hábito alimentario y el sexo (Test Chi cuadrado p=0,02). Discusión: Seobservó que tanto las alteraciones del estado nutricional como los hábitos alimentarios y el sedentarismoson un problema vigente en esta comuna por lo que se debería implementar un programa de nutricióny un consultorio con especialistas en la materia en esta comunidad.

PALABRAS CLAVE: ESTADO NUTRICIONAL - HÁBITOS ALIMENTARIOS - ADOLESCENTES

Contacto: Pje. Santiago del Estero 1494, Yerba Buena (C.P. 4107);Teléfono: (0381) 4252502; correo elect.: [email protected]

INTRODUCCIÓNEs vital que los niños tengan una adecuada nu-

trición y una dieta sana para que su potencial dedesarrollo sea óptimo. Durante la infancia y la ado-lescencia, los hábitos dietéticos y el ejercicio pue-den marcar la diferencia entre una vida sana y elriesgo de sufrir enfermedades en años posterio-res (1).

Entre otras citas Eveleth y Micozzi refieren que”las enfermedades relacionadas con elmedioambiente, como la desnutrición, represen-tan un tercio de la carga global de mortalidad enpaises en desarrollo” (4).

En otra refiere que un niño obeso tiene hastael 40% de probabilidad de seguir cargando kilosde más en su adultez y se eleva a un 70% si per-manece en este estado durante su adolescencia(5).

Varela y Lambruschini expresan que “La ten-dencia en la alimentación del niño se encuentraen una exagerada ingesta de alimentos grasos deorigen animal y de carbohidratos y la pérdida delos alimentos de origen vegetal, con consecuen-cias a largo plazo de patologías cardiovascularesy endocrinológicas” (6).

Con fines de aclarar mas la idea de este traba-jo se citará a Requejo y Ortega que expresan que“es difícil cumplir una dieta ideal, pero es muy im-portante acercarse a e ella para educar al niño en

sus hábitos alimentarios, una cuestión que hastala fecha no ha sido abordada” (7).

Según la Academia Americana de Pediatría es-tima que el 22% de jóvenes entre 12 y 17 añosestá en riesgo de sobrepeso y el 11% ya lo tiene(8).

Solorzano aclara “Los hábitos y prácticasnutricionales en adolescentes requiere especialcuidado porque es en esta etapa en la que alcan-za el 20% de la talla definitiva y el 50% del pesofinal del adulto” (9).

Los niños que comen con sus padres adquie-ren hábitos alimentarios más saludables que losque no practican esta costumbre, según un estu-dio publicado por la revista Archivos de MedicinaFamiliar de los Estados Unidos. La investigacióninvolucró a 16.000 chicos (hijos de enfermeras queparticipan del Nurses’ Health Study II, un trabajomonumental que incluye a 116.000 de estas pro-fesionales) y fue realizada por expertos de la Uni-versidad de Harvard. En los últimos años, la obe-sidad infantil mostró un incremento atribuido nosólo a las causas ya conocidas (como la obesidadfamiliar) sino al aumento en el consumo de fast-food o comida rápida. También el sedentarismoque implica sentarse a ver televisión o jugar con lacomputadora se potencia con el comer mientras...,lo que repercute en forma negativa sobre la saludde los chicos (10).

En España se ha comprobado que elsedentarismo y la televisión provocan mássobrepeso que ingesta de grasas, también los que

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22 REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA - VOL. 8 - Nº 1 (2007)

dedican más tiempo a dormir la siesta son los queven más la televisión y a menudo son tambiénquienes tienen más costumbre de comer muchoentre las horas de las comidas (11).

En una entrevista publicada en la Universidadde California informa que la comida chatarra, lasgaseosas y otras bebidas con demasiada azúcar,y sobre todo el sedentarismo asociado con la tele-visión y juegos que no requieren actividad física,está elevando las tasas de diabetes y otros pro-blemas de salud propiciados por el exceso de pesoentre la población infantil de México (12).

Un equipo de médicos de la Universidad deQueensland en Australia se propuso determinarla causa del aumento de peso en los empleadosde oficina. Para este estudio, tomaron como uni-verso alrededor de 1.600 hombres y mujeres, to-dos ellos trabajadores full time, es decir, que pa-san gran parte del día en la oficina. Una vez ter-minado el período de pruebas, los médicos deter-minaron que los empleados analizados pasan másde tres horas por día sentados, generalmente fren-te a una computadora y llevan a cabo un tipo detarea que no requiere ejercicio físico. La cantidadde tiempo durante el que se realiza trabajo seden-tario fue asociada con un incremento del 68% enel riesgo de ganar peso y llegar a la obesidad (13).

En un trabajo que se realizó en Buenos Airesse evaluaron 854 niños, la prevalencia desobrepeso y obesidad fue del 30%. Solo el 33%desayuna todos los días. Se hallaron diferenciassignificativas entre la presencia de sobrepeso yobesidad y: la no ingesta del desayuno (p 0,019),la baja ingesta de lácteos (p 0,048), y el consumodiario de jugos y/o gaseosas (p 0,029). Tambiénse halló significación entre baja ingesta de lácteosy alta ingesta de alimentos no nutritivos. No hubodiferencias entre estado nutricional e ingesta decarnes, amiláceos, vegetales y frutas (14).

Entre trabajos de pasantías rurales realizadospor alumnos de la Facultad de Medicina de la Uni-versidad Nacional de Tucumán, relacionados conestados nutricionales, en localidades del interiorde esta provincia, se pueden citar trabajos comoel realizado en Aguilares, en el 2004, sobre unapoblación de alumnos de 152 alumnos entre 12 y17 años se encontró que 24% padecía de obesi-dad (15).

En otro estudio realizado en Marapa en el año2004 sobre un total de 165 personas entre 25 y 69años se destaco que un 25% eran obesos y el 36%se encontraba con sobrepeso (16).

Además, en “Evaluación del estado nutricionaly características de la alimentación en escolaresde la localidad de Medinas” se destaca que un 23%de los alumnos se encontraba con bajo peso, el

5% con sobrepeso y el 4% con obesidad (17).En el trabajo “Hábitos dietéticos en adolescen-

tes de Villa Rio Hondo” (Santiago del Estero) seencontró que un 17% de estos se encontraba conBajo Peso y un 24% con sobrepeso (18).

Según el INDEC el 10% de la población de esde adolescentes entre 15 y 19 años constituyen-do 3.188.304 de habitantes en la Argentina (19).

Como se puede ver la problemática sobre elestado nutricional está en crecimiento permanen-te; no se encontraron trabajos acerca del estadonutricional y hábitos alimentarios en adolescentesde la Comuna de Santa Ana, por lo cual es deesencial valor epidemiológico el conocimiento deéstos, ya que las consecuencias a largo plazo dela alteración de los mismos en esta edad y la ni-ñez son determinantes en la calidad de vida deladulto.Objetivos:

-Determinar el estado nutricional de losalumnos del nivel Polimodal de la Escuela JuanMantovani en base a tablas de Índice de masacorporal según edad y sexo en Julio y Agosto de2006.

-Determinar hábitos alimentarios de di-chos alumnos.

-Determinar hábitos sedentarios.-Establecer si existe relación entre los

hábitos alimentarios y estado nutricional existen-te, y entre éstos, el sexo y la edad de los adoles-centes.

-Conocer la opinión de los alumnos so-bre su peso e imagen corporal.

MATERIALES Y MÉTODOSSe realizó un estudio descriptivo de corte trans-

versal, el mismo se llevó a cabo en la Escuela JuanMantovani de la Comuna de Santa Ana en losalumnos adolescentes del nivel polimodal (n=196)en el mes de julio y agosto 2006.

Los datos fueron obtenidos a través de una en-cuesta anónima autoadministrada, confeccionadapara tal fin.

La toma de medidas antropométricas (peso ytalla) se realizó en las instalaciones de la Escuela,previo consentimiento escrito del director del es-tablecimiento y de los padres informando laconfidencialidad y anonimato de los datos obteni-dos, como así también la preservación de la inte-gridad física de los alumnos.

Variables estudiadas:Edad: Edad de los alumnos en años cumpli-

dos desde su nacimiento hasta el momento de latoma de datos.

Sexo: Condición biológica que diferencia al

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hombre de la mujer, se consideró como femenino(F) y masculino (M).

Peso (P): Es la fuerza que ejerce el cuerpo deuna persona sobre la tierra, en este caso sobreuna balanza, el cual nos dio como resultado el pesode la persona en Kg.

Talla: Distancia que existe entre la planta delos pies al extremo superior de la cabeza de unapersona. Se consideró la altura del paciente encentímetros medido de pie en un tallímetro.

Estado nutricional: se utilizó el índice de masacorporal (IMC) según las tablas de IMC para niñosy adolescentes del Centro de Control de Enferme-dades (CDC). Se consideró Peso Normal (PN)cuando los valores de IMC se encontraron entrelos percentil 85 y 3; Bajo Peso (BP) cuando el IMCse encontró por debajo del percentil 3, Riesgo desobrepeso (RS) entre el percentil 85 y 95,Sobrepeso (SP) cuando el IMC se encontró porarriba del percentil 95.

Nº de comidas que consume diariamente: seconsideró si realizaba entre 1 y 6 comidas diarias,siendo estos: desayuno, media mañana, almuer-zo, media tarde, merienda y cena.

Hábitos alimentarios: Es el tipo de alimentacióndel paciente, se lo consideró: hábitos alimentariosadecuados 8 o más preguntas en forma correcta,hábitos alimentarios regulares entre 6 y 7, y hábi-tos alimentarios deficientes cuando contestó 5 omenos preguntas correctas.

Régimen de alimentos para bajar o subir depeso: Se consideró si la persona realizaba regu-larmente o no algún tipo de dieta en el último mes.

Horas de Televisión o computadora: Se consi-deró si la persona veía televisión o usa la compu-tadora: nunca, menos de 2 horas por día, entre 2y 4 horas por día o más de 4 horas por día.

Hábito de comer cuando ve Televisión o usa lacomputadora: Se consideró las respuestas: siem-pre, a veces o nunca.

Lugar donde come: se consideró si la personacomía generalmente: en su casa, bar, comedor,

negocios ambulantes u otros.Tipo de alimentación según opinión del alum-

no: Se consideró si la persona opina que la ali-mentación que estaba realizando al momento dela encuesta es adecuada o no.

Actividad Física: se consideró si la persona rea-lizaba otro tipo de ejercicio físico aparte del obli-gatorio realizado en la escuela.

Control de peso: se consideró si la persona sepesaba regularmente o no.

Opinión sobre su peso: se interrogó a la perso-na si estaba conforme con su peso o no.

Peso normal de la persona: se consideró se-gún opinión del encuestado que escriba en kilo-gramos y en valores numéricos cual opinaba quesería su peso normal.

Imagen corporal física: se interrogó alencuestado si estaba conforme con su imagencorporal o no.

ProcedimientoLos alumnos fueron pesados y tallados, con la

menor cantidad de ropa posible, descalzos y enpresencia de algún integrante de la comunidadeducativa, luego se realizará el cálculo del IMCsegún tablas de la C.D.C.

Procesamiento y análisis de los datosSe realizó un análisis descriptivo de las varia-

bles estudiadas y de asociación entre las de inte-rés a través del Test Chi cuadrado.

RESULTADOSSe encuestaron y realizaron la toma de medi-

das antropométricas a 196 alumnos (n=196) delnivel polimodal de la Escuela Mantovani de SantaAna en julio y agosto de 2006.

De este grupo de alumnos el 32% (62) fue de15 años en su mayoría, siguiendo en orden de-creciente las otras edades; un 57% (111) fue delsexo femenino.

Figura 1: Estado nutricional de los adolescentes de la Escuela Mantovani de Santa Ana (n=196).

8

147

23 18

020406080

100120140160

Bajo peso Peso normal Riesgo desobrepeso

Sobrepeso

En cuanto al estado nutricionalun 21% (41) IC95%=[15%-27%] seencontraba con riesgo desobrepeso y sobrepeso; un 75%(147) de los alumnos se encon-traba con peso normal, y el 4%(8) con bajo peso.

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Figura 4: Horas de TV o PC diarias en adolescentes de la Escuela Mantovani de Santa Ana (n=196)

Figura 5: Hábito de comer mientras ve TV o usa PC en adolescentes de la Escuela Mantovani de Santa Ana (n=196)

Figura 2: Hábitos alimentarios en adolescentes de la Escuela Mantovani de Santa Ana (n=196)

Figura 3: Número de comidas diarias en adolescentes de la Escuela Mantovani de Santa Ana (n=196)

179

12 50

20406080

100120140160180200

Inadecuado Regular Adecuado

Con relación a los hábitosalimentarios se concluyó que el91% (179) IC95%=[86%-95%]tiene hábitos inadecuados, soloel 9% (17) presentaba hábitosregulares o adecuados (Figura2).

En base a los datos obtenidos sobre los hábi-tos alimentarios se destacó que un 90% (177) co-mía carne todos los días, un 86% (168) no comíacarne de pescado nunca o casi nunca y un 66%

no consumía lácteos (129).También se puede citar que el 76% (148) de

los alumnos opinaba que recibía una alimentaciónadecuada.

En cuanto al número de co-midas diarias que realizan el35% (68) tomaba 4 comidasdiarias, el 38% (74) 5 o máscomidas diarias y el resto me-nos de 3 comidas diarias. Deestos se puede recalcar quesolo un 20% (40), generalmen-te, no desayunaba.

También se vio que el 73%(144) ven TV o usan la PC másde 2 horas diarias.

Se pudo observar que el91% (178) tiene el hábito decomer siempre o a veces mien-tras ve TV o usa la PC.

9 11

34

68

44

30

0

20

40

60

80

1 2 3 4 5 6

6

46

6876

0

20

40

60

80

casi nunca menos de 2 de 2 a 4 más de 4

18

124

54

0 50 100 150

Casi nunca

A veces

Siempre

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Figura 6: Hábito alimentario según sexos de los adolescentes del polimodal de la Escuela Mantovani deSanta Ana (n=196)

También se observó que el 56% (110) no reali-za otra actividad física que la del colegio y un 88%(172) no realiza ningún tipo de dieta.

Sólo un alumno respondió que generalmentese alimenta en el comedor escolar.

En cuanto a la opinión sobre el conocimiento

de su peso, el 23% (46) respondió que si lo cono-cía, en contraposición con la conformidad con supeso e imagen corporal que en su mayoría esta-ban conformes en un 57% (112) y 61% (120) res-pectivamente.

De la relación entre el hábi-to alimentario y el sexo, se en-contró que el 86% (73) de losalumnos de sexo masculino yel 95% (105) de los alumnos desexo femenino tenía hábitosalimentarios inadecuados, es-tando estas variablessignificativamente asociadas(Test Chi cuadrado p=0,02).56

7

105 73

0%

20%

40%

60%

80%

100%

Femenino Masculino

Adecuado Regular Inadecuado

El hábito alimentario inadecuado se presentóen el 100 % (7) de los alumnos de bajo peso, en el97% (142) y el 100% (42), respectivamente, teníapeso normal y sobrepeso. También presentaronHábitos alimentarios inadecuados el 95% (61) delos de 15 años, el 92% (46) de 16 años y 84% (21)de los de 18 años.

Se observó riesgo de sobrepeso y sobrepesoen el 30% (19) de los alumnos de 15 años, tam-bién en el 20% (10) y 16% (4) de los de 17 y 18años respectivamente.

El sobrepeso se presentó en el 20% (22) delas mujeres y el 22% (19) de los varones.

No se encontró evidencia suficiente para ase-gurar que el estado nutricional se encuentresignificativamente asociado con la edad (p=0,20)y el sexo (p=0,19). Tampoco se encontró asocia-ción significativa entre el hábito alimentario y elestado nutricional (p=0,42) y la edad (p=0,17).

DISCUSIÓNEn este trabajo se observó que tanto las alte-

raciones del estado nutricional como los hábitosalimentarios de los adolescentes son un proble-ma vigente en esta comuna, ésto sugiere que lasenfermedades relacionadas con el medioambiente(obesidad, desnutrición) están presentes en estelugar.

Según los resultados obtenidos se puede de-cir que esta comunidad no esta exenta de las ten-dencias que existen en cuanto a comer alimentos

ricos en grasa (como la carne vacuna), y a unabaja ingesta de pescado y lácteos, similar a lostextos citados.

Se encontró discordancia entre la referenciaque muestra que los adolescentes que comen consus padres adquieren hábitos alimentarios más sa-ludables que los que no lo hacen, ya que casi latotalidad de los alumnos comen en su casa e igual-mente tienen hábitos alimentarios inadecuados, losque a su vez no tienen el hábito de comer en ba-res o fast-food, costumbre tal vez poco difundidaen esta localidad, lo cual podría contribuir hasta elmomento como un factor protector.

Sin embargo, no es de menor importancia queestos alumnos tengan en su gran mayoría hábitosalimentarios inadecuados, que tal vez en esta eta-pa de la vida se puedan modificar a través de laeducación alimentaria, si bien se vio que el 75%se encuentra con peso normal, lo cual podría de-berse a las largas distancias recorridas a pie o enbicicleta, en el futuro estas personas (como granparte de la población adulta) se trasladarán enmoto o auto, aumentando el riesgo de obesidad ysobrepeso, así como las enfermedades relacio-nadas con los mismos.

Es de igual necesidad recalcar la presencia dehábitos sedentarios como factores de riesgo; lagran cantidad de horas diarias frente al televisor yla computadora o comer mientras realizan estasactividades, así como la falta de costumbre de rea-lizar actividad física (como hacer algún tipo de

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deporte) nos indica la alta probabilidad de los pro-blemas, ya nombrados, que puede llegar a teneresta población de adolescentes en su adultez,demostrado en textos relacionados con este tra-bajo.

En cuanto a las alteraciones del estadonutricional en la población de adolescentes deSanta Ana, se observó que el sobrepeso y la obe-sidad esta en concordancia con las cifras vistasen otros trabajos.

Si bien no se encontró evidencia suficiente deasociación entre el estado nutricional con el sexo,la edad y el hábito alimentario, así como el hábitoalimentario con la edad, habría que hacer un es-tudio de seguimiento de estos mismos alumnospara ver en que grado influirá verdaderamente eltipo de alimentación recibida.

Es posible que estos adolescentes en el futuromantengan este tipo de problemas, ya que, aun-que en su estado nutricional no se refleja esto, sílo está en sus hábitos alimentarios tanto como ensus hábitos sedentarios, y será una carga futuratanto para el Sistema de Salud como para sus fa-milias.

Se podría citar una frase de un autor anónimoque dice: “Los médicos trabajan para conservar-nos la salud, y los cocineros para destruirla, peroestos últimos están más seguros de lograr su in-tento”, frase en gran parte cierta, ya que estos ado-lescentes que sufren de una alimentación inade-cuada debido a comer comidas ricas en grasa du-rante años, hábito transmitido de generación engeneración, y a las nuevas costumbres de la so-ciedad, como el uso de Internet y ver programasde Televisión que imponen una moda, o el uso demedios de movilidad que no ponen exigencias fí-sicas a sus usuarios, serán un problema en creci-miento mayor con el paso de los años.

Es hora que se ponga manos a la obra y secomience a crear una sociedad que sepa comer ydar de comer no solo con alimentos sino tambiéncon cultura, por lo que se debería confeccionar yponer en marcha un programa nutricional paramejorar los hábitos alimentarios de los adolescen-tes para identificar anualmente alumnos de laescuela con alteraciones del estado nutricional yderivarlos posteriormente al especialista en nutri-ción, también habría que recomendar a las autori-dades responsables de la Salud de la zona la ne-cesidad de implementar un consultorio de Nutri-ción con especialistas en la materia para tratar alas personas con este tipo de problemas, tanto dela escuela como de la comunidad en general.

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