caos y azar

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Alejandro Madera Ing. Física Epistemología de la Física Caos y Azar - David Ruelle Más que claro es notorio, que el caos y el azar es vox populi. Basta prestar atención a los detalles más ínfimos para encontrarlos detrás de sus múltiples mascaras. Como películas, novelas literarias, narraciones y muchas más. Pero toda esta teoría aparece por la sed de conocimiento y explicación, que llena de vida al hombre. Nace de físicos, biólogos y por supuesto de matemáticos vinculando algunos axiomas y teoremas abstractos que relacionan cualquier sistema dinámico con la probabilidad. Sin embargo un sinsabor queda al conocer la esencia de toda esta teoría; pues bien, es un largo camino lleno de dificultades que conducen a un mar de hipótesis, cada una tan válida como las demás. Es entonces donde la naturaleza impone sus límites. Límites que impiden conocer la verdadera esencia de la denominada vida y la dinámica del universo en sí; límites que nos regresan los pies a la tierra, que recuerdan lo poco y nada que podemos comprender con nuestro enredo neuronal. Al parecer, todo lo que nos rodea es tan complejo como cualquier galaxia, que ni historias ficticias pueden recrear. Pues no son que fractales los que nos abarcan por doquier. Al fin y al cabo ser abofeteados por el caos, hace que nuestras despreciables hipótesis más que evolucionar, muten. De forma tal, que podamos tener la leve impresión de predecir los sistemas caóticos. Tratando de comprender la dinámica de las bolas de marfil en un juego de billar, el salto incesante de un centenar de pulgas encerradas en los blancos y negros de un tablero de ajedrez, el ir y venir de las nubes; es posible

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Page 1: Caos y azar

Alejandro Madera

Ing. Física

Epistemología de la Física

Caos y Azar - David Ruelle

Más que claro es notorio, que el caos y el azar es vox populi. Basta prestar atención a los detalles más ínfimos para encontrarlos detrás de sus múltiples mascaras. Como películas, novelas literarias, narraciones y muchas más.

Pero toda esta teoría aparece por la sed de conocimiento y explicación, que llena de vida al hombre. Nace de físicos, biólogos y por supuesto de matemáticos vinculando algunos axiomas y teoremas abstractos que relacionan cualquier sistema dinámico con la probabilidad. Sin embargo un sinsabor queda al conocer la esencia de toda esta teoría; pues bien, es un largo camino lleno de dificultades que conducen a un mar de hipótesis, cada una tan válida como las demás.

Es entonces donde la naturaleza impone sus límites. Límites que impiden conocer la verdadera esencia de la denominada vida y la dinámica del universo en sí; límites que nos regresan los pies a la tierra, que recuerdan lo poco y nada que podemos comprender con nuestro enredo neuronal. Al parecer, todo lo que nos rodea es tan complejo como cualquier galaxia, que ni historias ficticias pueden recrear. Pues no son que fractales los que nos abarcan por doquier. Al fin y al cabo ser abofeteados por el caos, hace que nuestras despreciables hipótesis más que evolucionar, muten. De forma tal, que podamos tener la leve impresión de predecir los sistemas caóticos. Tratando de comprender la dinámica de las bolas de marfil en un juego de billar, el salto incesante de un centenar de pulgas encerradas en los blancos y negros de un tablero de ajedrez, el ir y venir de las nubes; es posible que detrás de estos pequeños detalles se esconda la picara teoría del caos y el azar.