canto del ofertorio

11
1 CANTO DE CANTO DE CANTO DE CANTO DEL OFERTORIO OFERTORIO OFERTORIO OFERTORIO Por Wilson Cobaleda Cárdenas, Pbro. Por Wilson Cobaleda Cárdenas, Pbro. Por Wilson Cobaleda Cárdenas, Pbro. Por Wilson Cobaleda Cárdenas, Pbro. CANTO DEL OFERTORIO: 1.1 Ubicación 1.2 A lo largo de la historia 1.3 El canto del Ofertorio según la IGMR 1.4 Quiénes entonan este canto 1.5 El canto del Ofertorio hoy 1.6 Aspectos para tener en cuenta a la hora de elegir este canto ___________________________ 1. CANTO DEL OFERTORIO: 1.1 Ubicación La Misa consta de dos partes íntimamente relacionadas entre sí: la liturgia de la palabra y la liturgia eucarística. 1 Esta última inicia con la preparación de los dones: los ministros llevan el pan y el vino hasta el altar; el sacerdote prepara la mesa del Señor, recibe los dones y los coloca sobre el altar según el rito establecido. Mientras tanto se entona el canto del Ofertorio. Ante todo es preciso aclarar que el nombre dado a este canto crea cierta confusión. La IGMR y el Misal Romano actual lo llaman “canto del ofertorio” 2 (cantus ad offertorium). Por este motivo conservamos su nombre en el presente estudio. Con el término “ofertorio” pareciera atribuirse a los dones del pan y del vino un carácter sacrificial. Sin embargo, aquello que se ofrece en la Eucaristía no es pan y vino sino el Cuerpo y Sangre del Señor. La IGMR usa el título de “Preparación de los dones” (nums.73-76) para referirse al momento durante el cual se dispone el altar y a él se 1 Cf. Instrucción General del Misal Romano (IGMR), 3 a edición típica latina del Misal Romano, 2002, n.28. 2 Cf. IGMR 37b, 74, 142.

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Canto Del Ofertorio

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CANTO DELDEL OFERTORIOPor Wilson Cobaleda Crdenas, Pbro.

CANTO DEL OFERTORIO:1.11.21.31.41.51.6

UbicacinA lo largo de la historiaEl canto del Ofertorio segn la IGMRQuines entonan este cantoEl canto del Ofertorio hoyAspectos para tener en cuenta a la hora de elegir este canto

___________________________

1. CANTO DEL OFERTORIO:

1.1

Ubicacin

La Misa consta de dos partes ntimamente relacionadas entre s: la liturgia de lapalabra y la liturgia eucarstica.1 Esta ltima inicia con la preparacin de los dones:los ministros llevan el pan y el vino hasta el altar; el sacerdote prepara la mesa delSeor, recibe los dones y los coloca sobre el altar segn el rito establecido. Mientrastanto se entona el canto del Ofertorio.Ante todo es preciso aclarar que el nombre dado a este canto crea cierta confusin.La IGMR y el Misal Romano actual lo llaman canto del ofertorio2 (cantus adoffertorium). Por este motivo conservamos su nombre en el presente estudio. Con eltrmino ofertorio pareciera atribuirse a los dones del pan y del vino un carctersacrificial. Sin embargo, aquello que se ofrece en la Eucarista no es pan y vino sino elCuerpo y Sangre del Seor. La IGMR usa el ttulo de Preparacin de los dones(nums.73-76) para referirse al momento durante el cual se dispone el altar y a l se

1

Cf. Instruccin General del Misal Romano (IGMR), 3 edicin tpica latina del Misal Romano, 2002, n.28.

a

2

Cf. IGMR 37b, 74, 142.

1

llevan el pan y el vino. Decir entonces canto del ofertorio no es errado, si loentendemos como canto que acompaa el rito de preparacin de la mesa del Seor.3El canto del ofertorio durante el rito de la preparacin de los dones abre la segundaparte de la Misa. Es un canto de acompaamiento, ya que acompaa el rito de llevarel pan y el vino al altar antes de la oracin sobre las ofrendas. Este canto hacemeloda la intencin del pueblo de Dios que presenta los dones, tomados de losmismos bienes que el Seor le ha proporcionado, para que por la fuerza del EsprituSanto se conviertan en alimento espiritual, en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.1.2 A lo largo de la historia

Por el evangelista Lucas y por san Pablo especialmente, sabemos que el mandato delSeor en la ltima Cena Haced esto en memoria ma, era celebrado en lacomunidad cristiana desde los primeros siglos. En el culto ofrecan los mismos donestomados y compartidos por Jess aquella tarde: el pan y el vino. San Pablo recuerdaesta tradicin: Yo recib del Seor lo mismo que les transmit a ustedes: Que el Seor

Jess, la noche en que fue traicionado, tom pan, y despus de dar gracias, lo parti ydijo: Este pan es mi cuerpo [] hagan esto en memoria de m. De la misma manera,despus de cenar, tom la copa y dijo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haganesto, cada vez que beban de ella, en memoria de m.4 As pues, pan y vino eran los

dones puestos sobre la mesa all donde se celebraba la eucarista.Durante los tres primeros siglos de nuestra era, la eucarista se celebraba en algunascasas escogidas por los apstoles. El mbito cultual donde se celebraba la eucaristaera la casa de familia. Este espacio domstico, de dimensiones modestas, creado enprincipio para albergar un grupo familiar y no una comunidad de fieles, necesitarapara el culto una mesa, un ministro y la comunidad de creyentes reunida. Por esapoca, no era necesaria una procesin previa para depositar los dones sobre el altar.El anuncio del Evangelio trajo como consecuencia el aumento del nmero decreyentes en Cristo, quienes se reunan el domingo para celebrar la fraccin del pan.En el culto dominical se desarrollaron paulatinamente algunos ritos que fuerondando forma y ritmo a la celebracin. San Justino mrtir (+165) en su primeraApologa, al referirse a los recin bautizados que comenzaban a tomar parte en laeucarista afirma:3

El Ordo Romanus I (siglo VII) contiene la palabra offertorium para designar el rito de presentacin yrecepcin de las ofrendas. Este acto de presentar dones, proviene del verbo offerre (presentar, ponerdelante). Otros verbos derivan de este verbo: oblatas, oblationes. Cf. A. CHUPUNGCO, Scientia Liturgica,Manuale di Liturgia III LEucaristia, Piemme, Casale Monferrato 1998, p.19.4

1 Cor.11,23-25.

2

Por

nuestra parte, nosotros, despus de as lavado el que ha credo y se ha adherido anosotros, le llevamos a los que se llaman hermanos, all donde estn reunidos, con el finde elevar fervorosamente oraciones en comn por nosotros mismos, por el que acaba deser iluminado (bautizado) y por todos los otros esparcidos por todo el mundo, []Terminadas las oraciones, nos damos mutuamente el beso de paz. Luego, al que presidea los hermanos se le ofrece pan y un vaso de agua y vino, y tomndolos l tributaalabanzas y gloria al Padre del universo [] Y una vez que el presidente ha dado graciasy aclamado todo el pueblo, los que entre nosotros se llaman ministros o diconos dana cada uno de los asistentes parte del pan y del vino.5 Por lo que leemos en estetexto, no existe por esa poca una ceremonia especial para la entrega del pan y delvino; y es entendible ante la intencin de evitar todo aquello que rememorara lossacrificios judos y paganos. Es muy posible que los ministros o diconos fueran losencargados de acercar al presidente el pan y el vino, si es que estos dones ya noestaban puestos sobre la mesa del altar.

La Tradicin Apostlica, por mucho tiempo atribuida a san Hiplito (215), contieneun texto similar al texto de san Justino: Despus de orar ofrecern el beso de la paz.Entonces, los diconos presentarn la oblacin (pan y vino) al obispo, que dar gracias,

sobre el pan signo del cuerpo de Cristo; sobre el cliz con vino mezclado-imagen de lasangre que ha sido derramada por todos los que creen en l.6 Podemos notarentonces, que a quien presida la celebracin se le presentaban los dones del pan y elvino. No se habla hasta ahora de ningn canto para acompaar este rito.Por la poca de san Cipriano de Cartago (+258), del frica romana, los creyentesproporcionaban el pan y el vino para el sacrificio de la Misa. Baumann afirma: En

efecto, no es en Roma donde por vez primera aparece la entrega de ofrendas incorporadaal ncleo del culto. Las primeras noticias nos llegan del norte de frica. Tertuliano yCipriano hablan ya claramente de la oblacin de los fieles que se admite para elsacrificio. La entrega procesional, o sea la entrega que entra a formar parte de lasceremonias, la atestigua san Agustn. Tambin en Miln exista una ceremonia parecidaya en tiempo de San Ambrosio.7 Martimort agrega: Por lo dems, que los fielesproporcionaran la materia que se haba de consagrar, era una obligacin muy naturalpara la poca y en una civilizacin completamente agrcola, en que el pan y el vinorepresentaban los valores econmicos esenciales.85

SAN JUSTINO, Apologia I, 65.

6

Tradicin Apostlica, 21.

7

T. BAUMANN, S.J., La misa Romana, El mensajero del corazn de Jess, Bilbao 1954, p.169.

8

A.G. MARTIMORT, La Iglesia en oracin, Herder, Barcelona 1964, p.400-401.

3

La libertad religiosa alcanzada a partir del Edicto de Miln (ao 313) y el Decreto quereconoca al cristianismo como la religin oficial del Imperio romano (finales delsiglo IV), permitieron ms todava el aumento del nmero de creyentes. Con ellosurgi la necesidad de contar con recintos ms amplios para celebrar la eucarista.Este cambio de dimensiones cre a su vez ritos procesionales que suponan ciertaduracin, como aquel de llevar hasta el altar los dones del pan y del vino. Es aqu,entonces, donde aparece el canto durante el ofertorio. San Agustn (354-430) afirmaque durante la procesin con los dones se cantaban salmos. Esta procesin tuvo susinicios en frica (Cartago, Hipona) y luego pas a Roma a finales del siglo IV. Laprocesin sugera un canto que acompaara este momento y evitara un silencioprolongado en la celebracin. Lo ms seguro es que el canto del ofertorio surgiantes del Introito y del canto de Comunin, con caractersticas similares. As pues,en Occidente durante la alta Edad Media (siglos V al X) la entrega procesional de lasofrendas sola extenderse.La costumbre de los fieles de llevar los dones para la Misa, supona que no todos lospanes y el vino recibidos fueran ofrecidos en el altar dada la cantidad. As pues, losdones que no se consagraban eran tomados para alimentar a los ms pobres y alclero mismo. Adems de pan y vino, los creyentes llevaban otras ofrendas para losms necesitados y para la Iglesia. Posteriormente, comenz a diferenciarse la entregade las ofrendas de los fieles para los pobres y el traslado del pan y del vino hasta elaltar. El Ordo Romanus I seala que el Papa reciba las ofrendas de la aristocracia enla nave de la Iglesia. Luego, en el altar, reciba los dones del pan y del vino. El obispode turno reciba las ofrendas tradas por los fieles. Mientras tanto, la schola cantabaun salmo y luego presentaba el agua para participar as de la procesin. Una vez elPapa haba colocado su propia ofrenda sobre el altar, daba la seal a la schola paraque terminara el canto.9 Los siguientes Ordines romanos conservarn el canto delofertorio durante la ofrenda de los fieles. Baumann afirma: Como se ve, el Papasupone como idea admitida, que la entrega de las ofrendas (para los pobres) por partede los oferentes sea antes de la misa, sea durante ella- no es un acto sacrificial.[]

Esto no es obstculo, con todo, en Roma para que esta entrega de las ofrendas por partede los fieles sirva de punto de partida para la formacin del ofertorio.10 De todos

modos, en la procesin se llevaba pan y vino y las ofrendas para los pobres y el clero,aunque de esta ltima no siempre se tiene plena claridad del momento en el cual seentregaba; esto por lo menos en Roma.Durante los siglos VII-VIII el rito del ofertorio sufri variaciones, entre oraciones,cantos del salmo y momentos de silencio. En Roma por ejemplo, afirma S. Marsili, noera el pueblo quien se acercaba a presentar la ofrenda, sino el clero quien se9

Cf. MARTIMORT, La Iglesia en oracin, p.328-329.

10

Cf. BAUMANN, S.J., La misa Romana, p.170.

4

avecinaba a los fieles a recoger los dones.11 Esto durante los siglos antes dichos, yaque en tiempos de san Ambrosio (340-397) los fieles iban hasta el altar. Martimortafirma que en frica, Miln, Roma y quizs en Espaa, los fieles no entregaban losdones antes de la Misa en la sacrista cosa que s ocurra en Oriente y en la Galiasino durante la accin eucarstica, con una procesin similar a la de la Comunin.12 Yagrega: Sea que tenga lugar en la sacrista o durante la liturgia misma a la entrada del

santuario, la ofrenda del pan y del vino por los fieles en la disciplina antigua es underecho estrictamente reservado al bautizado. Se niega al pagano, al hereje, alcatecmeno.13

Los salmos entonados durante la procesin pocas veces coincidan con el sentido delrito, salvo algunas ocasiones como en la fiesta de la Dedicacin, de la Epifana y enPentecosts, entre otras. En cuanto al estilo del canto, al principio el canto delofertorio era antifonal de las mismas caractersticas del Introito. La schola, divididaen dos grupos, cantaba el salmo con su antfona. Luego pas a ser responsorial y, enese modo, el pueblo comenz a tomar parte del canto. Jungmann agrega: El

ofertorio se encuentra con esta forma responsorial en todos los antifonales de la altaEdad Media. El nmero de sus versos oscila entre uno y cuatro, lo cual es bastante msque en el resto de los cantos de la misa, y se debi, sin duda, a lo mucho que duraba laprocesin.14 El modo responsorial permita que la antfona o una estrofa del salmose cantaran ms de una vez, lo que ayudaba a tener qu cantar durante la largaprocesin. Jungmann afirma que posiblemente este salmo no terminaba con elGloria Patri como s ocurra en el Introito. Al parecer, exista en Roma por el siglo VIuna coleccin de salmos para ser entonados durante el ofertorio.Hacia el siglo XI comenz a disminuir el nmero de creyentes que comulgaban en laMisa. Al mismo tiempo, la presentacin de los dones por parte de los fieles se redujoen gran medida. De ese modo, la procesin comenz a tenerse solamente en algunasfechas especiales como Navidad, Pascua y Pentecosts.15 Tambin por esa poca seimpuso la costumbre de usar pan zimo para ser consagrado en la misa, por lo que elpan comn trado por los fieles ya no serva para el rito. Como consecuencia, elcanto del ofertorio qued reducido a la antfona del salmo. Posteriormente, laantfona del ofertorio alcanz brillantez y esplendor al vincularse el modo polifnico.

11

Cf. S. MARSILI, Anamnesis 3/2, la Liturgia, eucaristia: teologia e storia della celebrazione, marietti, Milano1989, p.225-229.

12

MARTIMORT, La Iglesia en oracin, p. 402.

13

MARTIMORT, La Iglesia en oracin, p. 403.

14

J.A. JUNGMANN, El sacrificio de la misa, BAC, Madrid 1951, p. 660.

15

Cf. J. JUNGMANN, Breve historia de la misa, Phase 157, Barcelona 2006, p.45-46.

5

El Ordo de Honorio III, anterior al ao 1227, no menciona el ofertorio como canto.16En las rbricas del Misal de Po V ya no se menciona la ofrenda de los fieles, y soloconserva el versculo del salmo para la Misa de difuntos. Righetti afirma: Existen

manuscritos del siglo XI que no contienen ya los versculos del ofertorio, sino slo laantfona; prueba manifiesta de que donde fueron escritos haba cesado del todo laofrenda del pueblo. Falta despus en la mayora de los cdices desde el siglo XII enadelante; solamente en algunas iglesias de Alemania se cantaban todava en el siglo XV.Durando (+1296) observa que la supresin de los versculos se deba a la necesidad deahorrar tiempo y al deseo de dejar a los clrigos y a los fieles un tiempo mayor para laoracin. De todos modos, la reforma piana del misal (1570) los aboli oficialmente,dejando apenas vestigio en el ofertorio antes citado de difuntos.17 As pues, en el

Misal anterior al Misal de Pablo VI, despus del Credo, el sacerdote vuelto hacia elpueblo haca el saludo habitual V/. Dominus vobiscum R/. Et cum spiritu tuo-;luego deca Oremus y recitaba la antiphonam ad Offertorium; acto seguido tomabala patena con la hostia y segua el rito.Con la reforma promovida por el Concilio Vaticano II, el Misal de Pablo VIreorganiz este rito. El Misal, en las rbricas que siguen a la liturgia eucarstica,seala:Acabada

la Liturgia de la palabra, los ministros colocan en el altar el corporal, elpurificador, el cliz y el misal; mientras tanto puede ejecutarse un canto adecuado.18Resaltamos la palabra puede ya que, otra opcin es no tener canto durante esemomento. En ese caso, el sacerdote puede decir en voz alta las palabras, que por logeneral dice en secreto, tanto por el pan como por el vino. Se indica en el Misal,adems, que los fieles pueden llevar los dones del pan y del vino para la celebracinde la eucarista o aportar otros dones para los pobres u otras necesidades de laIglesia. De este modo expresan su participacin en la ofrenda. En la IGMR, comoveremos ahora, se expresa ms en detalle esta parte del rito en el cual tiene lugar elcanto del ofertorio.

1.3

El Canto del Ofertorio segn la IGMR

La Liturgia Eucarstica inicia con la Preparacin de los dones. Esta primera partedel rito est indicada en los nmeros 73 a 76 de la IGMR. En esta parte se llevan alaltar el pan y el vino con el agua. Primero se prepara la mesa del Seor; luego se16

Cf. V.RAFFA, Liturgia Eucaristica. Mistagogia della Messa: dalla storia e dalla teologia alla pastoralepratica, CVL, Edizioni Liturgiche, Roma, 2003, p. 418-419.

17

M. RIGHETTI, Historia de la liturgia II, BAC, Madrid 1956, p. 279.

18

MISAL ROMANO, Rbricas de la Liturgia eucarstica.

6

reciben los dones del pan y del vino. Otro gesto significativo que se realiza durantela presentacin del pan y del vino, se refiere a las donaciones que hacen los fielespara los pobres o para las necesidades de la Iglesia. Y decimos significativo, puesdesde antiguo los cristianos reconocieron el llamado a vivir la caridad con loshermanos ms necesitados, a dar de lo suyo, al punto que este gesto, si no siempre,estuvo unido al momento durante el cual presentaban el pan y el vino para elsacrificio. La IGMR lo propone con estas palabras: Tambin se puede aportar dinero uotras donaciones para los pobres o para la iglesia, que los fieles mismos puedenpresentar o que pueden ser recolectados en la iglesia, y que se colocarn en el sitiooportuno, fuera de la mesa eucarstica.19 El Misal actual describe esta accin comoexpresin de la participacin en la ofrenda: Conviene que los fieles expresen suparticipacin en la ofrenda, bien sea llevando el pan y el vino para la celebracin de laeucarista, bien aportando otros dones para las necesidades de la Iglesia o de lospobres20. Lgicamente, en esta parte del rito, la fuerza est en preparar los donesdel pan y del vino y depositarlos en el altar. Las otras ofrendas se depositan en unsitio diverso del altar. Sin embargo, ofrecer de nuestros bienes en la Misa, no chocacon presentar el pan y el vino; al contrario, nos hace tomar mayor conciencia de quenuestro homenaje a Dios debe corresponder con nuestra caridad hacia la Iglesia yhacia los ms necesitados. Todo esto, est contenido en esta parte del rito, al puntoque Alcalde proclama: El sentido de estos ritos es, por lo tanto, alabar a Dios por losdones que hemos recibido de su generosidad y, a la vez, poner nuestros bienes alservicio de los pobres. Por tanto, un canto de hermandad, caridad, confraternidad,generosidad, es el ms indicado para acompaar este rito, en caso de que se cante.21El nmero 74 de la IGMR habla del canto del ofertorio durante la preparacin de losdones, como sigue:

Acompaa a esta procesin en la que se llevan las ofrendas el canto del ofertorio (cfr.n.37 b), que se alarga por lo menos hasta que los dones han sido depositados sobre elaltar. Las normas sobre el modo de ejecutar este canto son las mismas dadas para elcanto de entrada (cfr. n. 48). Al rito para el ofertorio siempre se le puede unir el canto,incluso sin la procesin con los dones.Lo primero que vemos es que la reforma litrgica mantiene el nombre de canto delofertorio para referirse al canto que se entona durante la preparacin de los dones.La primera palabra de este nmero, lo mismo que en el nmero 37 b de la IGMR, nosindica que este canto es un canto que acompaa un rito, como ocurre con los cantos19

IGMR 73.

20

MISAL ROMANO, Rbricas de la Liturgia eucarstica.

21

A. ALCALDE, El Canto de la Misa, Sal Terrae, Santander 2002, p. 110.

7

de Entrada, Cordero de Dios y Comunin. Podemos decir, entonces, que el canto delofertorio es un canto de acompaamiento. El canto comienza una vez el sacerdote oel dicono inicia el rito de preparacin del altar, y se extiende dice este nmeropor lo menos hasta que los dones han sido depositados en el altar. La expresinpor lo menos sugiere que este canto se puede extender un poco ms, hasta laconclusin del rito de la preparacin de los dones, es decir, hasta que el sacerdote selava las manos a un lado del altar, signo del deseo de purificacin interior.22 Estenmero nos remite al nmero 48 de la Instruccin, para comprender el modo deentonar este canto. De este aspecto hablaremos ms adelante.Segn el nmero 74 de la Instruccin se puede entonar el canto del ofertorio aunqueno haya procesin de dones. En este caso se debe prever que el canto sea breve parano alargar el rito de modo innecesario. El nmero 75 de la Instruccin menciona laposibilidad de incensar los dones ya colocados en el altar, luego la cruz, el altarmismo, el sacerdote y finalmente el pueblo. Esto hara que el canto del ofertorio seextendiera un poco ms.

1.4 Quines entonan este cantoEl nmero 74 de la IGMR nos remite al nmero 48 para indicar el modo de entonar elcanto del ofertorio, que viene a ser el mismo del canto de entrada: El canto deentrada lo entona la schola y el pueblo, o un cantor y el pueblo, o todo el pueblo, osolamente la schola.23

La schola. O el coro. Ella es la encargada de animar los cantos de la misa, de modoque la asamblea alcance una participacin ms activa en la celebracin.El pueblo. La comunidad de fieles halla en la presentacin de los dones, unmomento privilegiado para unirse a la ofrenda de la Iglesia. Por eso, participar enel canto del ofertorio expresa la comunin de aquellos que se han reunido paratomar parte luego en el nico sacrificio de Cristo.El cantor. Puede ser un integrante del coro o aqul, que como solista, anima loscantos durante la Misa.Este canto lo entona o solo el coro o solo el pueblo; o el coro y el pueblo o elcantor y el pueblo. De todos modos sobresale la intencin de que el pueblo tomeparte en el canto.

22

Cf. IGMR 76.

23

IGMR 48.

8

1.5 El Canto del Ofertorio hoyLos cantos procesionales (Introito, Ofertorio y Comunin), estn ntimamenteunidos al rito que acompaan. Su texto, a diferencia de los cantos del Ordinario de laMisa, no es fijo. El sentido del canto del ofertorio se halla en el contexto de lapreparacin de los dones ttulo que aparece ahora en la IGMR para referirse a estaparte de la Misa. Al respecto, el Papa Benedicto XVI afirma:

Los Padres sinodales han puesto tambin su atencin en la presentacin de las ofrendas.sta no es slo como un intervalo entre la liturgia de la Palabra y la eucarstica. Entreotras razones, porque eso hara perder el sentido de un nico rito con dos partesinterrelacionadas. En realidad, este gesto humilde y sencillo tiene un sentido muygrande: en el pan y el vino que llevamos al altar toda la creacin es asumida por CristoRedentor para ser transformada y presentada al Padre. En este sentido, llevamostambin al altar todo el sufrimiento y el dolor del mundo, conscientes de que todo esprecioso a los ojos de Dios. Este gesto, para ser vivido en su autntico significado, nonecesita enfatizarse con aadiduras superfluas. Permite valorar la colaboracin originariaque Dios pide al hombre para realizar en l la obra divina y dar as pleno sentido altrabajo humano, que mediante la celebracin eucarstica se une al sacrificio redentor deCristo.24El rito empieza con la preparacin del altar; le siguen la procesin con el pan y elvino por parte de los fieles y la recepcin y colocacin de estos dones por parte delsacerdote en la mesa del altar; y finaliza con la oracin sobre las ofrendas, antes delprefacio. El canto del ofertorio inicia con la preparacin del altar y se extiende hastael lavado de manos del sacerdote. Antonio Alcalde seala: La presentacin de losdones no es para ofrecer, sino para preparar la mesa del altar, despus de la liturgia dela Palabra, con la presentacin de los dones.25 Estas palabras de Alcalde tienensentido en cuanto que aquello que se ofrece a Dios Padre no es el pan y el vino sinoel Cuerpo y la Sangre de Cristo. Borobio por la misma lnea afirma: No se trata,pues, de una primera parte del sacrificio, sino de la preparacin de los dones para elsacrificio.26El canto del ofertorio es un canto de acompaamiento, lo cual significa que est enfuncin de aquello que se realiza en ese momento. Si el canto hace meloda lo que elrito ejecuta y simboliza, la asamblea podr sentirse ms implicada en los dones que24

BENEDICTO XVI, Exhortacin Apostlica Postsinodal Sacramentum Caritatis, n.47.

25

ALCALDE, El Canto de la Misa, p. 107.

26

D. BOROBIO, celebrar para vivir, Liturgia y sacramentos de la Iglesia, Sgueme, Salamanca 2003, p. 319.

9

llegan al altar, y que luego, transformados en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, sernalimento de vida eterna. Podemos decir, entonces, que el canto del ofertorio espedaggico, pues lleva a los creyentes a comprender y apropiarse del rito que en esemomento tiene lugar; que no anticipa el sacrificio de la Misa, sino que prepara lamesa para el sacrificio. Adems de ser un canto de acompaamiento es un cantoprocesional ya que los fieles en procesin se acercan con los dones del pan y delvino. Algunas veces no se realiza la procesin de los fieles sino que el sacerdote tomadirectamente el pan y el vino. En ese caso el canto conserva su carcter deacompaamiento.Vincenzo Raffa aclara que el Misal no contiene el texto de este canto; que durante lapreparacin de los dones puede o no cantarse; y que si se canta se toma de uno delos libros de canto.27 Justamente, el Graduale romanum contiene la Antfona delofertorio, tomada de un salmo y presentada en tetragrama. El Graduale Simplex porsu parte, contiene la antiphona ad offertorium con algunos versculos, tambin entetragrama, aunque este ltimo ms sencillo. Adems de los cantos contenidos enlos Graduales, se pueden tomar otros cantos, segn se indica en Musicam sacram:A juicio de la competente autoridad territorial, se podr conservar la costumbrelegtimamente vigente en algunos lugares y en diversas ocasiones sancionada con variosindultos, de substituir con otros los cantos sealados en el Gradual para el introito,ofertorio y comunin, con tal que tales cantos concuerden con las partes de la Misa, conla fiesta y con el tiempo litrgico. El texto de estos cantos deber ser aprobado por lamisma autoridad territorial.28 La misma Instruccin advierte: ahora bien no bastacon que ese canto sea "eucarstico", sino que es necesario que concuerde con las partesde la Misa, con la fiesta y con el tiempo litrgico29 As pues, el canto del ofertorio alser un canto de acompaamiento, y por ende, subordinado al rito que acompaa,debe concordar con el rito de la preparacin de los dones (1), con la fiesta que secelebra (2) y con el tiempo litrgico (3). Estas tres caractersticas son fundamentales.

1.6

Aspectos para tener en cuenta a la hora de elegir este canto

El canto del ofertorio acompaa al rito de la preparacin de los dones. El cantocomienza cuando inicia la preparacin del altar y termina con el rito del lavado demanos del sacerdote. Se debe evitar que el canto se prolongue ms de lonecesario.

27

Cf. RAFFA, Liturgia Eucaristica. Mistagogia della Messa, p.420.

28

SAGRADA CONGREGACION DE RITOS, Instrucin Musicam Sacram, n. 32.

29

Musicam Sacram, n.36.

10

Es muy significativo que el rito de la presentacin de los dones se acompae conel canto del ofertorio. Sin embargo, en cierta ocasin puede no cantarse. En esecaso, el sacerdote puede decir en voz alta las oraciones sobre el pan y el vino en elmomento de colocarlos sobre el altar, y los fieles se unen cada vez con laaclamacin: Bendito seas por siempre Seor.

El canto que se elija para este momento debe concordar con el rito que acompaa,es decir, con la presentacin y recepcin en el altar del pan y del vino. Debe,adems, concordar con la fiesta del da y con el tiempo litrgico.

Adems de estas tres caractersticas, Antonio Alcalde sugiere: Si cantamos en lapresentacin de las ofrendas, el canto debe tener un sentido comunitario de unidad,de caridad con los hermanos ms necesitados, de manera que el canto proyecte luzsobre el significado de la colecta (donaciones para la Iglesia y los pobres) y lapresentacin de los dones (pan y vino).30

Las oraciones que durante esta parte de la Misa dice el sacerdote en secreto,expresan la alabanza a Dios por los dones trados al altar y que en ese momentoson presentados al Seor. El canto del ofertorio podra ir por esta lnea.

Existen varios modos de ejecutar este canto, entre los cuales es de alabar aquelque favorece la participacin del pueblo.

El canto puede tomarse del Graduale romanum o del Graduale Simplex. Ademsde los cantos contenidos en los Graduales se puede tomar otro canto quecorresponda a las caractersticas de este canto.

Se debe estar atento para no hacer de un canto de Comunin el canto ofertorial,caso que ocurre mucho.

La presentacin de los dones puede prolongarse cuando se hace una procesinms solemne y larga, y cuando el sacerdote inciensa el pan, el vino, y el altar. Enese caso, el coro debe prever que el canto pueda acompaar el rito completo. Estosucede por lo general en las fiestas y solemnidades. Para ello, es preciso hablarantes con el sacerdote que presidir la celebracin.

Como siempre, es importante conocer el tipo de asamblea que participar en lamisa, para as escoger ste y los dems cantos de la Misa.

30

ALCALDE, El Canto de la Misa, 109.

11