cambio climático y desarrollo - siame.gov.co · con el permiso de su copyright holder, raymond...

251

Upload: trinhkiet

Post on 27-Apr-2018

216 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

Cambio Climático y DesarrolloUn proyecto en colaboración de la Oficina Regional para América Latina yel Caribe del PNUD y Yale School of Forestry & Environmental Studies.

Luis Gómez-Echeverri EDITOR EDITOR

YALE SCHOOL OF FORESTRY & ENVIRONMENTAL STUDIES2000

Edición del Volumen Luis Gómez-Echeverri

Editor de Serie Jane Coppock

Diseño gráfico Russell Shaddox y Peter W. Johnsonn

Diseño versión en español Manuel Díaz Loría (Costa Rica)La traducción del libro “Climate Change and Development” del inglés alespañol fue realizada con el apoyo y bajo la supervisión de la Oficina delPNUD en Cuba.

Producción Servicios Secretariales San Pedro, S.A. (COPIECO)

Impresión Servicios Secretariales San Pedro, S.A. (COPIECO),Impresión San Pedro de Montes de Oca, Costa Rica

Papel Bond/offset blanco, 20 lbs. Alta Blancura (SoporSet ISO-9002)

Fotografía de la portada, Amanecer Sobre la Jungla, Camboya, reproducidacon el permiso de su copyright holder, Raymond Paynter, Presidente y CEO deCare2.com, una comunidad en línea para consumidores ambientalmente con-scientes (sitio web: www.care2.com).

Las opiniones, los hallazgos y la interpretación de la investigación contenidaen este libro son propias de cada autor, individualmente, y no necesariamentereflejan las posiciones del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrolloo de Yale School of Forestry & Environmental Studies.

551.525T-175c Cambio climático y desarrollo/Ed. por Luis Gómez-Echeverri.-la.ed.-San José, C.R.: Copiedo de San Pedro S. A., 2002465 p

ISBN 9968-29-01-7

1. Cambio climático y desarrollo. 2. Meteorología. I Título.

Existe permiso para reproducir este libro con previo consentimiento escrito.

Tabla de Contenidos

Prólogo 1James Gustave Speth

Prólogo 3Elena Martínez

Nota del Editor 5Luis Gómez-Echeverri

I Cambio Climático: Revisión

Preguntas frecuentes acerca del Cambio Climático 9PNUMA y WMO

Elementos científicos y no científicos que conciernen al 31calentamiento climático producido por el hombreJ. D. Mahlman

La UNFCCC -historia y evolución de las 51negociaciones sobre el cambio climáticoKilaparti Ramakrishna

Evaluación del Protocolo de Kyoto desde la perspectiva 69de los países insulares pequeñosTuiloma Neroni Slade y Jacob Werksman

Cómo mitigar los impactos del cambio climático por 91medio de soluciones de desarrollo sostenibleThomas B. Johansson y Gail V. Karlsson

II Cambio Climático y sus vínculos

El Cambio Climático y la seguridad alimentaria 111M.S. Swaminathan

Salud y cambio climático 125Paul R. Epstein

Los bosques luego del Protocolo de Kyoto: 143Revisión de los principales aspectos y preguntasMark C. Trexler, Laura H. Kosloff, y Rebecca Gibbons

Adaptación y variabilidad al cambio climático en el 169contexto del desarrollo sostenibleIan Burton

III Inversiones, comercio y finanzas

Cambio climático y transferencia tecnológica 193R. K. Pachauri

Flujos del capital privado y cambio climático: maximizar 205las inversiones privadas en los países en desarrollo bajoel Protocolo de KyotoBradford S. Gentry

Í N D I C E

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

Puntos de vista de los inversionistas sobre el cambio climático 219Camilla Seth, Andrew Kasius

Cómo pueden beneficiarse los países en desarrollo 231por las políticas de control del cambio climáticoDavid Pearce

IVCambio climático y reforzamiento de lascapacidades nacionales

Aspectos institucionales y legales del comercio de emisiones 247Richard S. Stewart, Philippe Sands

El Mecanismo para un Desarrollo Limpio: La ‘Sorpresa de Kyoto’ 269Jacob Werksman, James Cameron

Modernización de la obtención de energía a partir de la biomasa 293Eric D. Larson

Servicios energéticos y desarrollo 317Lars J. Nilsson, Owen Bailey

La mayoría de los países no están ni preparados 335ni interesados en enfrentar el cambio climáticoLuis Gómez Echeverri

V Mitigación del Cambio Climático en América Latina

Revisión de la contribución de América Latina 349a la mitigación del cambio climáticoCarlos E. Suárez

Incorporación de las inquietudes sobre el desarrollo 365sostenible en la mitigación del cambio climático: Estudio de un caso en México.Omar R. Masera, Claudia Sheinbaum

Impacto potencial del mercado emergente de CO2: 381Creado sobre la experiencia de Costa RicaRené Castro-Salazar, Sarah Cordero Pinchansky, José A. Ibáñez

Biomasa: Energía y emisiones de carbono 397Carlos Américo Morato de Andrade

Apéndices

Apéndice I Convención Marco de las Naciones Unidas 417sobre el Cambio Climático

Apéndice II Protocolo de Kyoto de la Convención Marco de las 437Naciones Unidas sobre el Cambio Climático

Apéndice III Glosario 457

Prólogo

James Gustave SpethRector, Escuela de Estudios Forestales y del Medio Ambiente de Yale(Yale School of Forestry & Environmental Studies)

En 1896 Svante Arrhenius publicó On the Influence of Carbonic Acid in the Airupon the Temperature of the Ground (Acerca de la Influencia del Ácido Carbó-nico en el Aire sobre la Temperatura de la Tierra). En dicho trabajo, el autor uti-lizó modelos para demostrar su teoría de que las emisiones provenientes de lacombustión del carbón conducirían al calentamiento de La Tierra. Con este es-fuerzo, hace más de 100 años, surgió la ciencia del cambio climático.

En contraposición, la política sobre el cambio climático es mucho más joven.No fue hasta 1988, en una conferencia realizada en Toronto, Canadá -The Chan-ging Atmosphere: Implications for Global Security (La Atmósfera Cambiante:Implicaciones para la Seguridad Global) que se propuso la idea de realizar unaconvención internacional sobre el tema del cambio climático.

Dudo que las personas que propusieron la realización de dicha Convención,entre los que me incluyo, imaginaran la magnitud o toda la complejidad deaquella propuesta. Retrospectivamente, dudo igualmente que ninguno de noso-tros, debido a la actual comprensión de la enormidad e importancia del signifi-cado de los aspectos que se están negociando, hubiera soñado que sólo 15 me-ses después de la primera sesión de negociación intergubernamental, se hubierafirmado y ratificado la realización de una Convención. La Convención Marco delas Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se negoció, diseñó y presentó pa-ra ser firmada en la Cumbre de La Tierra de Río de Janeiro, en junio de 1992. Enjunio de 1993, 166 gobiernos habían firmado la Convención, y ella está vigentedesde marzo de 1994. Esta secuencia de eventos fue una contundente demostra-ción de la importancia política que existe tras el tema del cambio climático.

Las negociaciones globales que siguieron luego de que se ratificara la Conven-ción han estado entre las más álgidas y abarcadoras que hayan existido jamás.Más que cualquier otro aspecto, el cambio climático, y el debate que lo ha acom-pañado, han despertado la conciencia internacional acerca de los problemas glo-bales del medio ambiente. Debido a que éste es un aspecto pertinente al desa-rrollo, la calidad de vida y el bienestar humano, el cambio climático ha servidopara convencer, tanto a países ricos como pobres, sobre la necesidad de la coo-peración internacional.

El volumen que presentamos ha sido recopilado en colaboración con el Pro-grama de las Naciones Unidas para el Desarrollo como un esfuerzo para contri-buir a mejorar la comprensión de los vínculos existentes entre el cambio climá-tico y el desarrollo sostenible. Este volumen debe servir como herramienta paralas personas que toman las decisiones en los países en vías de desarrollo, puesellos tendrán, sin duda, enormes responsabilidades en el enfrentamiento de losdesafíos climáticos de los años venideros. Al propio tiempo, está destinado a serun recurso que deben utilizar las facultades universitarias y los estudiantes y

S PE T H 1

personas interesados en la exploración de las complejidades del debate sobre elcambio climático. El presente volumen, al desarrollar una perspectiva bien fun-damentada sobre el cambio climático, debe ser de gran valor tanto para los inte-resados en el desarrollo como para los que centran su atención en el medio am-biente.

2 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

Prólogo

Elena Martínez Administradora Asistente y Directora RegionalBuró Regional para América Latina y el CaribePrograma de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)

Las políticas que se están formulando en la actualidad en los países en desarro-llo son las que, en definitiva, tendrán mayor impacto sobre las fuentes naturalesy el medio ambiente al nivel regional, y sobre el cambio climático al nivel glo-bal. Al reconocer este hecho, el PNUD está definiendo el objetivo fundamentalde su capacidad y fuerza institucional, y, al hacerlo, está apoyando a los paísesen desarrollo en sus esfuerzos para adquirir los medios que les permitan partici-par en la lucha global contra el cambio climático, promoviendo de manera si-multánea el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza. Al propio tiem-po, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático(UNFCCC, por sus siglas en inglés) promete ser una herramienta decisiva paraenfrentar el desarrollo sostenible. Desdichadamente, tanto política como acadé-micamente, a menudo no se tiene en cuenta el vínculo entre el desarrollo soste-nible y el régimen del cambio climático.

Como el sistema del cambio climático es bastante reciente, y el sistema de go-bierno global del medio ambiente tiene aún que ser evaluado, la mayoría de losobjetivos fundamentales se han separado en categorías -esto hace que se tengala impresión de que el aspecto principal del cambio climático es todo lo concer-niente a la mitigación de la emisión de gases de efecto invernadero. Pero en rea-lidad no es así. Y no puede serlo. En primer lugar, existe muy poco incentivo pa-ra que un país, cualquiera que sea la región o el nivel económico, se compro-meta a desarrollar las actividades del cambio climático con el sólo propósito delograr la disminución de las emisiones. Éste, en especial, es el caso de los paí-ses en desarrollo, que es poco probable que sacrifiquen sus objetivos y priorida-des para el desarrollo doméstico, como son la disminución de la pobreza y la ins-talación de servicios de energía sostenible sólo en aras del beneficio del medioambiente global. Este elemento es especialmente crítico, ya que existe el consen-so de que la Convención sólo será efectiva si tanto los países desarrollados comolos países en desarrollo cumplen sus responsabilidades comunes pero diferencia-das. Segundo, se ha determinado que las consecuencias del cambio climático nosólo son muy reales, sino que ya se están sintiendo en todo el mundo, particu-larmente en los países en desarrollo, los que desde el punto de vista financierotienen menos capacidad para manejar eventos extremos de cambios inesperadosdel tiempo. Es por ello que las actividades para lograr la adaptación a los cam-bios climáticos deben situarse a la vanguardia.

A pesar de estas realidades, los recursos dedicados a las relaciones específicasentre el cambio climático y el desarrollo sostenible son limitados. Éste fue el mo-tor impulsor que llevó a que el Buró Regional para América Latina y el Caribe(RBLAC, por sus siglas en inglés) decidiera apoyar la publicación de este libro.

M A RT Í N E Z 3

4 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

Cambio Climático y Desarrollo no sólo elabora las relaciones entre el cambio cli-mático y los diversos componentes del desarrollo, como son la energía, ocupa-ción, tecnología, salud, silvicultura, agricultura, sino que considera las vías quedisponen los países en desarrollo, e incluye la discusión de logros ya han sido al-canzados y que pueden ser replicados.

Otra razón para la participación del RBLAC en este libro es la gran amplituden los extremos sociales y económicos que existen en América Latina y el Cari-be. Durante la década de los 90, la región experimentó un ritmo de crecimientomodesto pero incuestionable. Esta década estuvo marcada también por un incre-mento, aunque volátil, de la participación del capital privado. Por consiguiente,a pesar del crecimiento económico global de la región, aún existen áreas de po-breza en toda la región que carecen de infraestructura social y física, como sonlos servicios de educación, salud pública, suministro de agua potable y energía.El progreso regional en la erradicación de la pobreza en la década de 1990 no fuesuficiente para compensar el daño ocasionado en la década de 1980. De hecho,en 1999 el número absoluto de pobres en América Latina y el Caribe alcanzó unacifra superior a los 220 millones, a lo que se suma a un incremento de la desi-gualdad entre los grupos socioeconómicos.

El ciclo constituido por pobreza, escasez sistemática y degradación medioam-biental tiene la potencialidad de autoperpetuarse, particularmente en relacióncon los servicios energéticos. Sin la existencia de energía, el crecimiento econó-mico está severamente limitado, así como el empleo, las facilidades sanitarias ylos servicios educacionales, todos los cuales dependen, en grado variable, de laenergía. Así, junto con el crecimiento económico, los líderes de la región hanestado intensificando su labor para lograr la mejoría en la calidad de vida desus pobladores. El tema fundamental, común a todas las políticas que se estánimplementando para disminuir la pobreza, pasa a través del fomento del creci-miento. Por su parte, RBLAC ha puesto principal énfasis en el reforzamiento decapacidades nacionales y de las instituciones para facilitar la introducción de laspolíticas y de los sistemas que se basan en la generación de la energía sostenible.Además, ha estado promoviendo y apoyando las actividades sobre cambio cli-mático en toda la región. La región de América Latina y el Caribe se encuentraen la vanguardia en las actividades que integran al cambio climático y el desa-rrollo sostenible. Como revelan los autores de América Latina en este libro, lospaíses de toda la región han dado pasos significativos que demuestran el com-promiso de la región hacia un cambio en el camino para lograr el desarrollo.Desde la iniciativa de la biomasa del Brasil hasta las actividades de adaptaciónen el Caribe, desde la flota argentina de vehículos movidos por gas natural has-ta los proyectos de secuestro de carbono en Costa Rica, hay evidencias de que lasiniciativas para el cambio climático están ganando velocidad en toda la región.

Así, apoyados en el progreso obtenido, y en el trabajo que aún queda por ha-cer, RBLAC ha colaborado con la Escuela de Estudios Forestales y del Medio Am-biente de Yale para producir este volumen, el cual integra exitosamente no só-lo los amplios conceptos del cambio climático y del desarrollo sostenible, sinotambién los subtópicos de impacto financiero y mecanismos de flexibilidad. Es-te volumen es un recurso fundamental para los decisores de políticas de los paí-ses en desarrollo, pues sus acciones para lograr hoy progresos en el desarrollotendrán ciertamente un impacto sobre el cambio climático, ulteriormente, sobreel desarrollo sostenible de los seres humanos.

Nota del Editor

Luis Gómez-EcheverriPrograma de las Naciones Unidas para el Desarrollo

El cambio climático es uno de los problemas medioambientales más serios quedebe enfrentar la humanidad hoy día. De acuerdo con las evaluaciones del IPCC(por sus siglas en inglés), Grupo Intergubernamental de Expertos sobre CambioClimático, los países en desarrollo serán los que se afecten más seriamente. Sinembargo, desdichadamente, la mayoría de estos países no poseen las herramien-tas básicas, las instituciones ni la capacidad necesarias para enfrentarlo ni paramitigar sus efectos. Además, las terribles condiciones de pobreza y privación enlas que vive una gran parte de la población mundial ofrecen una pobre platafor-ma para lanzar un ataque importante contra el cambio climático.

En realidad, muchos de los países en desarrollo tendrán grandes dificultadespara enfrentar este aspecto, que pudiera ser causa de un problema para el soste-nimiento de la vida en el futuro lejano, dado que en el momento actual su preo-cupación principal es la preservación de la vida. Resulta comprensible que en laactualidad sea poco atractivo el pago de los costos de la mitigación pues sus be-neficios no serán evidentes hasta que transcurran los años. Este es un gran dile-ma, ya que los países en desarrollo tienen mucho que aportar a su solución. Loque resulta dudoso es que estos países lo hagan bajo la amenaza de condiciona-mientos o del incremento de gravámenes. Lo que parece ser más prometedor esla confección de una agenda que abordesoluciones tanto para el cambio climá-tico como para el desarrollo. Pero se hace necesario divulgar los nexos entrecambio climático y desarrollo y que esa agenda se conozca y resalte con accio-nes positivas. Con frecuencia se olvida que los proyectos que ayudan a los paí-ses a adaptarse al cambio climático o a disminuir las emisiones de gases de efec-to invernadero pueden ser también vehículos para promover una buena gober-nabilidad y para encarar la reducción de la pobreza y las prioridades del desarro-llo sostenible de los países en desarrollo.

En muchos casos estos vínculos no son promovidos debido simplemente a lafalta de conocimiento. El propósito de este libro es subrayar los vínculos y pro-mover una agenda de desarrollo que también incluya las preocupaciones sobrecambio climático. Como tal, constituye un tributo a aquellos que ya han decidi-do que un mejor comportamiento medioambiental es buen negocio, que un me-jor manejo y uso de la tierra, la reforestación, la mejora en el manejo de las cuen-cas hídricas, y una mejor infraestructura son la garantía de una vida mejor, deuna vida más productiva y de una mayor seguridad sobre sus propiedades.

La ciencia que aborda el cambio climático es joven y está llena de incertidum-bres. El mensaje que queremos dar con este libro es que ésta no es excusa paradejar de promover el buen manejo de los recursos y el buen comportamientomedioambiental que, a la postre, conducen a una adaptación al cambio climáti-co y una disminución de los GHGS. El argumento implícito es que será difícilque la mayor parte de las personas del mundo participen en este aspecto del

N OTA DEL EDITO R 5

cambio climático a menos que lo sepamos relacionar con nuestras vidas y acti-vidades económicas cotidianas. Además, debe contribuir al fortalecimiento deun sistema de cooperación internacional que pueda reforzar estos vínculos.Mientras que la mayoría de los libros se concentran o en la ciencia o en la ver-tiente política del cambio climático, pocos tratan de abordar los aspectos relacio-nados con ambos elementos como hacemos en este volumen. De ahí la decisiónde presentar el tema del cambio climático de forma tal que analice de conjuntolos aspectos científicos y sus relaciones con importantes aspectos del desarrollo,la capacidad de creación y la transferencia tecnológica, así como las opciones po-líticas.

En la última sección, el libro centra su atención en la región de América La-tina y en algunos de los retos y esfuerzos que se deben realizar para enfrentar losaspectos del cambio climático. Ésta es una región con grandes retos pero tam-bién con grandes oportunidades si se enfrentan correctamente. Como en las pró-ximas décadas se procederá a realizar inversiones por miles de millones de dóla-res en la energía y en sus opciones tecnológicas, cada una de esas decisiones se-rá un voto a favor o en contra del medio ambiente, no sólo de la región sinotambién del planeta.

AgradecimientosMuchas personas han contribuido al proceso de producción y edición de este li-bro, muchos de los cuales pero recibirán personalmente el agradecimiento porsu valiosa contribución a mi propia educación medioambiental y al desarrollode mi interés en estos tópicos, lo que me ha conducido a recopilar y a editar es-te volumen.

Me gustaría agradecer particularmente a las siguientes organizaciones y per-sonas por su apoyo durante los largos meses que llevó la terminación de este li-bro:

• La Escuela de Estudios Forestales del Medio Ambiente de Yale, que me apor-tó la más importante inspiración y apoyo a lo largo de mi educación sobre elmedio ambiente.

• James Gustave Speth, que era previamente Administrador del PNUD y hoy esDecano de la Escuela Estudios Forestales y del Medio Ambiente de Yale,quien ha desempeñado un modelo para muchos de nosotros por su dedica-ción y compromiso hacia el medio ambiente.

• Elena Martínez, Administradora Asistente y Directora del Buró Regional paraAmérica Latina y el Caribe del PNUD, cuya visión y efectiva administraciónestán convirtiendo al PNUD en una potencia regional en medio ambiente.

• Jane Coppock, Decana asistente de la Escuela de Estudios Forestales y del Me-dio Ambiente de Yale, sin cuya participación, apoyo intelectual y gestión es-te volumen no hubiera visto la luz.

• Melissa Goodall, por su confianza constante,y por el importante papel que ju-gó en su producción, por el brillante trabajo de edición, y por su efectiva re-lación con el editor y autores principales, sin la cual este libro no se hubieraterminado.

• Michael Gukovsky, por su constante y efectivo apoyo en hacer que éste yotros proyectos hayan comenzado y terminado exitosamente.

• Russell Shaddox y el equipo de producción del RIS de la Universidad de Yalepor permitir la terminación a tiempo de este libro, a la vez que han manteni-do un excelente estándar de calidad. .

• Gillian Boherer, cuya diligente corrección de las pruebas de galera y constan-te aliento contribuyeron a que este libro estuviera a un paso de la perfección.

6 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

I Cambio Climático: Revisión

Preguntas frecuentes acerca del Cambio Climático

Programa de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente (PNUMA)Organización Meteorológica Mundial (WMO, por sus siglas en inglés)

ResumenEste documento responde algunas de las preguntas más frecuentes realiza -das sobre el cambio climático, entre las que se incluyen si La Tierra se hacalentado, qué actividades humanas están contribuyendo al cambio climá -tico, qué otros cambios climáticos se espera que ocurran y qué efectos pue -den tener estos cambios sobre los humanos y el medio ambiente.

IntroducciónEl clima es el estado del tiempo promedio, entre sus cambios se incluyen las va-riaciones y cambios extremos en las estaciones, tanto local como regionalmenteo en todo el planeta. En cualquier lugar y aún dentro de un clima sin variación,el tiempo puede cambiar muy rápidamente, de día en día y de año en año. Es-tos cambios comprenden variaciones, por ejemplo, en temperaturas, precipita-ciones, vientos y nubes. En contraste con el tiempo, el clima está influido, ge-neralmente, por cambios lentos de elementos como el océano, La Tierra, la ór-bita de La Tierra alrededor del Sol y la energía que proviene del Sol.

El clima está controlado fundamentalmente por un equilibrio, a largo plazo,entre la energía de La Tierra y la de su atmósfera. La radiación que llega desde elSol, principalmente en forma de luz visible, es absorbida por la superficie terres-tre y por la atmósfera que la cubre. Como promedio, existe un equilibrio entrela radiación absorbida y la cantidad de energía que retorna al espacio en formade radiación infrarroja “caliente”. Los gases de efecto de invernadero, entre losque se encuentran el vapor de agua y el dióxido de carbono, así como las nubesy las partículas pequeñas (conocidas como aerosoles), atrapan parte del calor quese encuentra en las capas inferiores de la atmósfera terrestre. A este fenómeno sele conoce como efecto de invernadero. Si no existiera el efecto de invernaderonatural, la temperatura en la superficie de La Tierra sería alrededor de 34° C másfría (61° F) que lo que es en realidad.

Los vientos y las corrientes oceánicas redistribuyen el calor sobre la superficiede La Tierra. La evaporación del agua de la superficie y su posterior condensa-ción y precipitación en la atmósfera redistribuyen el calor entre la superficie te-rrestre y la atmósfera y entre sus diferentes partes.

Los eventos naturales producen cambios en el clima. Por ejemplo, las gran-des erupciones volcánicas depositan partículas pequeñas en la atmósfera quebloquean el paso de la luz solar, esto produce un enfriamiento de la superficieque dura algunos años. Las variaciones de las corrientes oceánicas cambia la dis-tribución del calor y de las precipitaciones. Los eventos El Niño (calentamientoperiódico del Océano Pacífico tropical en sus porciones occidental y central) du-ran típicamente de uno a dos años y cambian los patrones del tiempo alrededordel mundo produciendo fuertes lluvias en algunos lugares y sequías en otros. En

PNUMA y W M O 9

Este artículo se reproduce con elpermiso del Programa de las Na -ciones Unidas para el Medio Am-biente y la Organización Meteo-rológica Mundial, quienes co-pa-trocinaron su compilación y pu-blicación original en 1997.

períodos de tiempo prolongados, de decenas o cientos de miles de años, los cam-bios naturales en la distribución geográfica de la energía solar recibida y de lascantidades de gases de efecto de invernadero y de polvo atmosférico han produ-cido cambios en el clima que van desde etapas glaciares hasta períodos más cá-lidos, tal como el que estamos experimentando en la actualidad.

Las actividades realizadas por el hombre también pueden cambiar el clima.Las concentraciones atmosféricas de muchos gases de efecto de invernadero es-tán incrementándose, especialmente las de dióxido de carbono, la que ha au-mentado en 30% en los últimos 200 años, primariamente como consecuencia delas variaciones en el uso de la tierra (ejemplo, deforestación) y por la quema delcarbón, petróleo y gas natural (ejemplo, en automóviles, industrias y en la gene-ración de electricidad). De continuar la tendencia actual de emisiones, la canti-dad de dióxido de carbono en la atmósfera se duplicaría durante el siglo XXI,con incrementos mayores a posteriori. También se incrementarían, de manerasustancial, las cantidades de otros gases de efecto de invernadero.

La acumulación atmosférica de gases de efecto de invernadero producidos porlas actividades humanas hará que cambie el clima debido al aumento del efectode invernadero natural; esto llevará al incremento en la temperatura superficialpromedio de La Tierra. Esta contaminación del aire produce altas concentracio-nes de partículas pequeñas en la atmósfera que bloquean la luz solar.

Debido a que la mayoría de los gases de efecto de invernadero permane-cen en la atmósfera por períodos de tiempo prolongados el efecto de lasemisiones previamente acumuladas persistiría por siglos, aún cuando sedetuvieran de inmediato las emisiones producidas por las actividades hu-manas.

El mejor estimado actual para la elevación esperada de la temperatura prome-dio global de la superficie con relación a 1990 es de 1° a 3.5° C (alrededor de 2°a 6° F) para el año 2100, con incrementos continuos posteriores. Debido a quela mayoría de los gases de efecto de invernadero permanecen en la atmósfera porun período de tiempo prolongado, el efecto de las emisiones previamente acu-muladas persistiría por siglos, aún cuando las emisiones producidas por las acti-

10

Vista esquemática de los compo-nentes del sistema del cambioclimático, algunos de sus proce-sos e interacciones, y algunos as-pectos que pueden producir elcambio climático

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

vidades humanas se detuvieran de inmediato.El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC,

por sus siglas en inglés), co-patrocinado por el Programa de las Naciones Unidaspara el Medio Ambiente -PNUMA- y la Organización Meteorológica Mundial -OMM— y constituido por más de 2,000 científicos y técnicos expertos de todoel mundo, publicó su Primer Informe Evaluativo en 1990 y su Segundo InformeEvaluativo en 1995. El segundo informe contiene más de 10,000 referencias ytiene más de 2,000 páginas. Aunque nuestra comprensión de algunos detallesdel cambio climático aún está en desarrollo, el informe del IPCC es la recopila-ción más extensa y científicamente autorizada acerca del conocimiento actualdel cambio climático, de los impactos potenciales sobre los humanos y sobre elmedio ambiente natural, de la tecnología disponible en la actualidad para redu-cir las influencias humanas sobre el clima y de las implicaciones socioeconómi-cas así como de las posibles medidas a tomar para mitigar estos cambios. El do-cumento que presentamos a continuación ha sido escrito y revisado por cientí-ficos que participaron en el proceso del IPCC, y que, tomando como referenciala información contenida en esos informes, trata de responder algunas de laspreguntas más frecuentes acerca de estos aspectos,. Al final se presenta una rela-ción de los científicos que prepararon este documento.

¿Se ha calentado el planeta?Desde finales del siglo diecinueve, la temperatura promedio global del aire en lasuperficie terrestre se ha elevado entre 0.3 ° C y 0.6 °C (alrededor de 0.5° y 1° F).Desde que comenzó a registrarse la temperatura 1860, los cuatro años más ca-lientes han ocurrido a partir de 1990. El calentamiento en la superficie de La Tie-rra ha sido mayor en el Hemisferio Norte y durante las horas nocturnas en las la-titudes de medias a altas. El calentamiento durante el invierno y la primaveranórdicos ha sido mayor que en otras estaciones. En algunas áreas, principalmen-te sobre los continentes, el calentamiento ha sido varias veces superior que elpromedio global. En unas pocas áreas, como por ejemplo sobre la porción sur delValle del Mississippi en América del Norte,en realidad las temperaturas han descendi-do.

Otras evidencias que demuestran el in-cremento global de la temperatura desde elsiglo diecinueve incluyen la elevación ob-servada en el nivel del mar, de 10 a 25 cen-tímetros (alrededor de 4 a 10 pulgadas), eldeshielo de los glaciares de montañas, la re-ducción de las nieves que cubren al Hemis-ferio Norte (desde 1973 hasta el presente) yel incremento de las temperaturas por deba-jo de la superficie terrestre. La informaciónque se deriva de las mediciones de los ani-llos de árboles, de los núcleos de hielo su-perficial y de los corales, y las obtenidas porel uso de otros métodos que determinan demanera indirecta las tendencias del climasugieren que las temperaturas superficiales globales son en la actualidad tan omás calientes que en cualquier otro período de los últimos 600 años.

Para obtener el registro de las temperaturas que ocurrieron hace mucho tiem-po se puede utilizar la información de un reducido número de lugares. Por ejem-plo, los núcleos de hielo profundos y los sedimentos en los mares profundos delAtlántico Norte sugieren que el calentamiento reciente se presenta contra un re-gistro de temperaturas relativamente estable en los últimos diez mil años, con

PNUMA y W M O 11

Temperatura global de la superfi -cie medida con relación al pro-medio del período de 30 añoscomprendido entre 1961 y 1990(línea horizontal).

variaciones de temperatura de siglo a siglo que rara vez alcanzaron el incremen-to observado en el último siglo en la media de la temperatura global de alrede-dor de 0.3 ° a 0.6° C (alrededor de 0.5 ° a 1° F).

Recientemente y con el uso de instrumentos localizados en satélites, se hanpodido medir las temperaturas en altitudes muy elevadas (2 a 6 kilómetros, o al-rededor de 1 a 4 millas por encima de la superficie terrestre), y no en la superfi-cie. Estas observaciones indican que esta porción de la atmósfera puede que sehaya enfriado ligeramente, por encima de 0.1 ° C (alrededor de 0.2 ° F) desde1979 que fue cuando comenzaron a hacerse las mediciones. Aunque hay unaaparente variación con las temperaturas de superficie, en realidad no es así. De-bido a los diferentes factores que afectan, en altitudes diferentes, la variabilidady persistencia de los patrones climáticos, deben esperarse diferencias significati-vas en las tendencias a corto plazo entre las temperaturas de la superficie y lasatmosféricas en altitudes elevadas. Además, recientemente han surgido algunasinterrogantes que cuestionan la consistencia en las calibraciones de los instru-mentos que se encuentran en los satélites, por lo que se sugiere que lo que se cre-yó que era un pequeño enfriamiento, en realidad pudiera ser un discreto calen-tamiento.

¿Están contribuyendo las actividades humanas al cambio climático?La evaluación exhaustiva de las evidencias científicas, realizada por el IPCC, su-giere que las actividades humanas están contribuyendo al cambio climático, yque hay una influencia humana perceptible sobre el clima global.

Los cambios climáticos producidos por las actividades humanas, principal-mente la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural) y la de-forestación, se han superpuesto sobre, y en cierto grado han sido enmascaradas,por las fluctuaciones naturales del clima. Los cambios naturales del clima se pro-ducen por interacciones como las que ocurren entre la atmósfera y los océanos,denominadas factores internos, y por causas externas, como son las variacionesen la emisión de energía solar y en la cantidad de material inyectado en la at-mósfera superior por erupciones volcánicas explosivas.

Los estudios que intentan identificar las influencias humanas sobre el climatratan de separar los factores del cambio climático producidos por el hombre (laseñal) del ruido de fondo producido por la variabilidad climática natural. Talesinvestigaciones usualmente constan de dos partes: la detección de un cambioinusual, y la atribución del total o de una parte de dicho cambio a una o variascausas particulares.

Los conceptos de detección y atribución puede que se comprendan mejor entérminos de una simple analogía médica. Al medir la temperatura corporal de 40°C (104° F) se detecta la presencia de alguna condición anormal o síntoma pero

12

Tendencias en la temperatura delaire superficial medido a lo largodel siglo pasado. Los círculos r o-jos representan calentamiento;los círculos azules enfriamiento.No se dispone de datos para lasgrandes áreas que no tienen cír-culos.

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

en sí misma esta medición no señala la causa del síntoma. Para atribuir el sín-toma a una causa se requiere, a menudo, de pruebas adicionales y más comple-jas, como análisis químicos de sangre y orina, o hasta un Rayos X o exploracióncon Tomografía Axial Computarizada (CAT, por sus siglas en inglés).

Los primeros trabajos para detectar los cambios climáticos examinaron loscambios ocurridos durante el siglo pasado en la temperatura superficial prome-dio global de La Tierra. La mayoría de estos estudios llegaron a la conclusión deque el incremento observado, que era de aproximadamente0.5 ° C (alrededor de 1° F), era superior al que su hubiera es-perado como resultado de la variabilidad natural del clima.También se han analizado los cambios observados en la tem-peratura promedio global que se han producido fuera de lasuperficie de La Tierra. Las observaciones utilizadas provie-nen de instrumentos convencionales para la observación deltiempo (radiosondas) y satélites. Como se esperaba, debido alos diferentes factores que afectan la variabilidad y a la per-sistencia de las temperaturas en altitudes diferentes, existennotables diferencias entre las tendencias a corto plazo en lasuperficie y las encontradas en altitudes mayores. El registrode las temperaturas lejos de la superficie de La Tierra, que seha obtenido apenas en los últimos 40 años, comparado conel registro más prolongado de la temperatura de la superficie,son insuficientes para que los valores promedio globalesaporten una información definitiva acerca del papel de lasinfluencias humanas.

El otro elemento utilizado para atribuir parte de los cam-bios observados en la temperatura a la influencia humanason los modelos climáticos, los cuales se han empleado paraevaluar el efecto que ejercen sobre el clima una variedad defactores naturales inducidos por el hombre. Entre los facto-res humanos se incluyen cambios recientes en las concentra-ciones atmosféricas, tanto de gases de efecto de invernaderocomo de partículas de sulfato (llamadas “aerosoles”). Los fac-tores naturales considerados incluyen la variabilidad solar,los efectos de erupciones volcánicas y la variabilidad interna del sistema climá-tico que resulta de las interacciones entre sus componentes individuales.

Los cambios ocurridos en la temperatura promedio global de la superficie deLa Tierra a lo largo del siglo pasado son similares, en magnitud y tiempo, a lospronosticados por los modelos que analizan las influencias combinadas de losfactores humanos y de la variabilidad solar.

Para responder al elemento de la atribución se requiere la aplicación de mé-todos más potentes y complejos, que van más allá del uso de los promedios glo-bales. Nuevos estudios se han dedicado a comparar mapas o patrones de los cam-bios de temperatura en observaciones y en modelos. El análisis de estos patroneses el equivalente climatológico de las pruebas más exhaustivas en la analogíamédica mencionada previamente y hace posible identificar atribuciones defini-tivas hacia una o varias causas particulares de los cambios climáticos observados.

Se cree que la influencia que se espera produzca la actividad humana sea mu-cho más compleja que el calentamiento uniforme de toda la superficie de La Tie-rra a lo largo de todo el ciclo estacional. Los patrones de cambio en el espacio yel tiempo aportan, por tanto, una técnica de análisis más poderosa. La idea fun-damental que ampara los métodos basados en patrones es que las causas poten-ciales, que no son el cambio climático, tienen patrones característicos de res-puesta climática que son diferentes, o sea, que tienen sus huellas dactilares. Losestudios de atribución tratan de obtener un patrón de dichas huellas dactilaresentre los patrones de cambio climático pronosticados por modelos y aquellos

PNUMA y W M O 13

Cambios modelados y observa-dos en la temperatura atmosféri -ca desde cerca de la superficieterrestre hasta la estratósfera in -ferior. Los resultados de los mo-delos son dos grupos de experi-mentos: con los niveles ‘del díade hoy’ del CO2 atmosférico(panel a), y con los niveles deCO2 del ‘día de hoy’, las emisio-nes de azufre y la reducción deozono de la estratosfera (panelb). Ellos se dan como cambiosrelativos al estado pre-industrialde la atmósfera. Los cambios ob-servados (panel c)son tendenciasde la temperatura en el períodocomprendido entre 1962 y 1988,estimados por sondas de tiempo.Todos los resultados son de datosobtenidos por promedios anualesy están en unidades de ° C (pa-neles a, b) y ° C/25 años (panelc). Los patrones de cambio enlos paneles b y c son similares.

observados en la realidad.Ya se han realizado comparaciones entre los patrones observados en el cam-

bio de temperatura y los pronosticados por los modelos al nivel de la superficiede La Tierra y en secciones verticales a través de la atmósfera. Los modelos depredicción muestran una concordancia creciente cuando se consideran los cam-bios observados en los últimos 30-50 años. La mayor concordancia se obtuvocuando se consideraron los efectos combinados de los gases de efecto de inver-nadero y de los aerosoles de sulfato. Es altamente improbable que estas corres-pondencias hayan ocurrido por efecto del azar, como se demuestra por los aná-lisis estadísticos.

La concordancia entre los patrones de cambio pronosticados por los modelosy los que se observan en la realidad se produce por similitudes a gran escala es-pacial, como son, entre otros, los contrastes entre los cambios de temperatura enlos Hemisferios Norte y Sur o entre los diferentes niveles de la atmósfera. A estasgrandes escalas confiamos más en el funcionamiento del modelo. Más impor-tante aún es que muchos de los resultados de estos estudios concuerdan connuestra concepción física del sistema climático y no dependen únicamente demodelos numéricos o de técnicas estadísticas.

Existe aún cierta incertidumbre en estos estudios de detección y atribución.Ésta se debe primariamente al conocimiento incompleto de las verdaderas seña-les del cambio climático producido por las actividades humanas, a nuestro co-nocimiento incompleto del ruido de fondo de la variabilidad climática naturalcontra la cual debe detectarse esta señal y a lo inadecuado del registro de las ob-servaciones. Estos elementos hacen difícil determinar la cuantía exacta de lacontribución humana al cambio climático. No obstante, la evaluación científicamás reciente sugiere que las actividades humanas han determinado una influen-cia discernible sobre el clima global y que en el futuro estas actividades tendránuna influencia creciente sobre el clima.

¿Qué actividades humanas contribuyen al cambio climático?La quema de carbón, petróleo, y gas natural, así como la deforestación y diver-sas prácticas agrícolas e industriales están alterando la composición de la atmós-fera y contribuyen de esta manera al cambio climático. Estas actividades huma-nas han producido el incremento, en las partes inferiores de la atmósfera, de lasconcentraciones de algunos gases de efecto de invernadero entre los que se in-cluyen el dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso, los clorofluorocarbo-nos y el ozono.

El dióxido de carbono se produce cuando se quema carbón, petróleo y gas na-tural (combustibles fósiles) para generar la energía utilizada para el sector del

transporte, la industria manufacturera,la generación de calor, refrigeración,generación de electricidad y otras apli-caciones. La utilización de combusti-bles fósiles genera en la actualidad al-rededor del 80 al 85% del dióxido decarbono que se le está añadiendo a laatmósfera.

El efecto del uso de la tierra varía,ejemplo, desbrozar el terreno para laexplotación forestal, la ganadería, y laagricultura, también produce emisio-nes de dióxido de carbono. La vegeta-ción contiene carbono, cuando éstadisminuye o se quema éste se libera co-mo dióxido de carbono. Normalmen-

14

Importancia relativa de los diver -sos gases con efecto de inverna-dero y de las partículas pequeñasque están en la actualidad en laatmósfera. Las barras que se ex-tienden hacia la derecha de la lí-nea horizontal indican un efectode calentamiento. Los impactosdel ozono de la troposfera, delozono de la estratosfera y de laspartículas son muy inciertos. Elrango de efectos posibles paraestos gases se indica por la barraroja, es decir, el efecto está en elrango de un extremo de la barraroja al otro extremo.

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

te, la pérdida de vegetación debe ser reemplazada por la reforestación lo que ha-ría que se produjera poca o ninguna emisión neta de dióxido de carbono. Sinembargo, durante los últimos cientos de años, en muchos países, la deforesta-ción y los cambios en el uso de la tierra han contribuido sustancialmente al in-cremento del dióxido de carbono atmosférico.

El uso de combustibles fósiles genera en la actualidad alrededor del 80 al85% del dióxido de carbono que se le está añadiendo a la atmósfera.

Aunque en algunas partes del Hemisferio Norte aún ocurre deforestación, enconjunto, la reforestación de la vegetación en dicho hemisferio parece estar ex-trayendo alguna cantidad de dióxido de carbono de la atmósfera. En la actuali-dad, es en las regiones tropicales donde está ocu-rriendo la mayor parte de las emisiones netas dedióxido de carbono producidas por la deforesta-ción. Los cambios generados por el uso de la tierrason responsables del 15 al 20 % de las emisiones ac-tuales de dióxido de carbono.

El metano (gas natural) es el segundo gas deefecto de invernadero en importancia y éste se pro-duce como resultado de las actividades humanas.Este gas se genera como consecuencia del cultivode arroz, la cría de ganado vacuno y de ovejas y porla descomposición de materiales en los campos. Elmetano se emite también desde las minas de car-bón y durante la extracción de petróleo, así comopor los salideros de gas en los oleoductos. La activi-dad humana ha incrementado la concentración demetano en la atmósfera en alrededor de un 145% por encima de su concentra-ción natural.

La actividad humana ha incrementado la concentración de metano en laatmósfera en alrededor de un 145% por encima de su concentración na-tural.

El óxido nitroso se produce por el uso de diversas prácticas agrícolas e indus-triales. La actividad humana ha incrementado la concentración de este gas en laatmósfera en alrededor de un 15% por encima de su concentración natural.

Los cloroflurocarbonos (CFCS, por sus siglas en inglés) se han utilizado en re-frigeración, en los equipos de aire acondicionado y . Sin embargo, debido a laexistencia de un acuerdo internacional, la producción de estos gases se está eli-minando ya que agotan el ozono de la capa atmosférica. En algunas aplicacio-nes, como en la refrigeración y en los equipos de aire acondicionado, se estánutilizando otros fluorocarbonos como sustitutos de los CFCS, y éstos son tam-bién gases de efecto de invernadero. Aunque en la actualidad esta utilización esde poca magnitud, se piensa que en el futuro se eleve su contribución al cambioclimático.

El ozono en la troposfera, o sea, en la porción inferior de la atmósfera, es otroimportante gas de efecto de invernadero y es producido por las actividades in-dustriales. Éste se produce de forma natural y también por reacciones atmosfé-ricas en las que participan los gases resultantes de algunas actividades humanas,

PNUMA y W M O 15

Se muestran las emisiones dedióxido de carbono provenientesde la quema de carbón, petróleoy gas natural para el período1860 a 1992 por tres grupos depaíses.

entre los que se incluyen los óxidos de nitrógeno que se producen por los vehí-culos de motor y por las plantas energéticas. De acuerdo con informaciones ac-tuales, el ozono de la troposfera es un importante contribuyente al incrementodel efecto de invernadero. Sin embargo, la magnitud de su contribución es in-cierta, debido en parte a que el ozono también se produce de forma natural y aque su vida media en la atmósfera es relativamente corta.

En contra de la creencia popular, el agujero de la capa de ozono de la Antár-tica no produce calentamiento global. En realidad, ladisminución global del ozono de la estratosfera pro-ducida por los CFCS y por otros gases ha originadoun pequeño efecto de enfriamiento.

Las actividades humanas, como la quema de com-bustibles fósiles y los cambios en el uso de la tierrahan incrementado la presencia de partículas peque-ñas en la atmósfera. Estas partículas pueden alterar lacantidad de energía que se absorbe y refleja por la at-mósfera. Se cree que ellas también modifican las pro-piedades de las nubes al variar la cantidad de energíaque las mismas absorben y reflejan. Sólo reciente-mente comenzaron a realizarse estudios intensivossobre los efectos climáticos de estas partículas y, portanto, se desconoce aún todos sus efectos. Probable-mente, su efecto neto sea enfriar el clima y compen-sar así, parcialmente, el calentamiento producido

por las concentraciones crecientes de gases de efecto de invernadero.

¿Cómo sabemos que el incremento atmosférico de los gasesde efecto de invernadero es producido por la actividad humana?Cuatro conjuntos de evidencias prueban de manera concluyente que el recientecrecimiento de la concentración de dióxido de carbono proviene fundamental-mente de la actividad humana.

Primera, las características de los núcleos de los átomos de carbono en el dió-xido de carbono emitido por la quema de carbón, petróleo y gas natural (com-bustibles fósiles) difieren de las de los núcleos de los átomos de carbono del dió-xido de carbono emitidos en condiciones naturales. El carbón, el petróleo y elgas natural se formaron hace decenas de millones de años en lo profundo de LaTierra, y hace tiempo que la porción de su núcleo, que una vez fue radioactiva,cambió a carbono no radiactivo. Pero el dióxido de carbono emitido por lasfuentes naturales que se encuentran en la superficie terrestre retienen una por -ción mensurable de radioactividad. A medida que se emite dióxido de carbonogenerado por la quema de combustibles fósiles, desciende la fracción de carbo-no radioactivo en la atmósfera. Hace 40 años los científicos presentaron la pri-mera evidencia directa de que la quema de combustibles fósiles estaba ocasio-nando un incremento del dióxido de carbono pues se estaba diluyendo el carbo-no radioactivo de la atmósfera; esto lo comprobaron al medir, cada año, la dis-minución de la fracción radiactiva de carbono-14 captada por los anillos fores-tales durante los años 1800 y 1950.

Segundo, a finales de la década de 1950, los científicos comenzaron a realizarmediciones precisas de la cantidad total de dióxido de carbono en la atmósferade Mauna Loa, Hawaii, y en el Polo Sur. Desde entonces han extendido sus ob-servaciones a muchos otros lugares. Sus datos muestran, de manera convincen-te, un incremento en los niveles de dióxido de carbono, cada año y en todo elmundo. Además, estos incrementos son consistentes con otros estimados reali-zados de elevación de las emisiones de dióxido de carbono producidos por la ac-tividad humana durante este período.

16

Cantidades medidas de dióxidode carbono en la atmósfera

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

Desde 1980 se ha adicionado un tercer conjunto de evidencias. El hielo quese encuentra debajo de la superficie de los casquetes polares en Groenlandia y laAntártica contiene burbujas de aire que quedaron atrapadas desde la época enque se formó originalmente dicho hielo. Estas muestras de aire fósil, alguna delas cuales tienen más de 200,000 años, se han obtenido realizando excavacio-nes profundas en el hielo. Las mediciones de los segmentos más jóvenes y super-ficiales de los núcleos de hielo, que contienen aire de hace sólo unas décadas,muestran concentraciones de dióxido de carbono prácticamente idénticas a lasque se miden directamente en la atmósfera en el momento de la formación delhielo. Las porciones más antiguas del núcleo muestran que las cantidades de dió-xido de carbono, durante los diez mil años previos a la industrialización, eran al-rededor de un 25% inferiores a las actuales - y que durante dicho período varia-ron muy poco.

El último conjunto de evidencias proviene del patrón geográfico del dióxidode carbono medido en el aire. Las observaciones muestran que existe algo másde dióxido de carbono en el hemisferio norte que en el sur. La diferencia se pro-duce porque la mayor parte de las actividades humanas que generan el dióxidode carbono se realizan en el norte y debe transcurrir aproximadamente un añopara que las emisiones del hemisferio norte circulen a través de la atmósfera yalcancen las latitudes del sur.

El dióxido de carbono es liberado hacia la atmósfera desde una variedad defuentes, y más del 95% de estas emisiones ocurrirían incluso si no existieran se-res humanos en La Tierra. Por ejemplo, la descomposición natural del materialorgánico en bosques y prados como consecuencia de árboles muertos origina laliberación de alrededor de 220 mil millones de toneladas de dióxido de carbonopor año. Pero estas fuentes naturales están prácticamente equilibradas por losprocesos físicos y biológicos, que se conocen como depósitos o ‘sumideros’ na-turales, los cuales capturan el dióxido de carbono atmosférico. Por ejemplo, par-te del dióxido de carbono se disuelve en el agua del mar y parte es captado porlas plantas durante el proceso de crecimiento.

Como resultado de este equilibrio natural, los niveles de dióxido de carbonoatmosférico no habrían variado significativamente si las actividades humanasno hubieran añadido una cantidad cada año. Esta adición, que en la actualidadtiene un volumen de alrededor del 3% de las emisiones naturales anuales, es su-ficiente para que se sobrepase el efecto de equilibrio que producen los ‘sumide-ros’. Como resultado, se ha producido un incremento gradual en la concentra-ción de dióxido de carbono atmosférico hasta alcanzar el nivel actual en que laconcentración es un 30% superior a los niveles pre-industriales.

No se han tomado mediciones atmosféricas directas de otros gases de efectode invernadero producidos por el hombre en diferentes sitios o durante períodosprolongados de tiempo como se han registrado para el dióxido de carbono. Sinembargo, la información disponible para esos otros gases muestra que durantelas ultimas décadas se ha producido un incremento en las concentraciones demetano, óxido nitroso, y CFCS. Además, la información obtenida sobre el meta-no y el óxido nitroso a partir del estudio de los núcleos de hielo demuestra quelas concentraciones atmosféricas de estos gases comenzaron a incrementarse enlos últimos siglos luego de haber permanecido relativamente constantes duran-te miles de años. Los CFCS no se detectan en los núcleos profundos de hielo yaque ellos no son naturales y no se producían antes de 1930.

¿Qué cambios climáticos se pronostican?El IPCC ha pronosticado que para el año 2100, en comparación con el 1990, seproducirán incrementos globales mayores en la temperatura promedio superfi-cial que serán del orden de 1°C a 3.5° C (alrededor de 2° a 6°F). Esta proyecciónse basa en estimados de las concentraciones futuras de los gases de efecto de in-

PNUMA y W M O 17

vernadero y de las partículas de sulfato en la atmósfera.El ritmo promedio de calentamiento de la superficie

de La Tierra en los próximos cien años será probable-mente mayor que cualquiera que haya ocurrido en losúltimos 10,000 años -período en el que se desarrolló lacivilización. Sin embargo, los cambios específicos en latemperatura variarán considerablemente de región a re-gión.

Para el año 2100 y como resultado del calentamien-to se espera una elevación del nivel global del mar en unrango de 10 a 95 cm (alrededor de 6 a 37 pulgadas), yaque el agua de los océanos se expande por el calenta-miento y porque se derretirá el hielo de algunos glacia-res.

Aunque los pronósticos más seguros del IPCC son elincremento de la temperatura superficial promedio glo-bal y la elevación del nivel de los mares, con alguna se-guridad pueden pronosticarse otros efectos. Se esperaque el mayor calentamiento ocurra sobre la tierra quesobre los océanos. Se espera que el mayor calentamien-to ocurra en el invierno Ártico. Que las temperaturasnocturnas se incrementen más que las diurnas. En gene-ral, probablemente habrá un incremento en el númerode días muy calientes en lugares de latitud media duran-te el verano, como por ejemplo, en gran parte de Amé-rica del Norte, Europa y América del Sur con disminu-ción del número de días muy fríos en los mismos luga-

res durante el invierno.

Sin embargo, existen evidencias que sugieren que, de forma ocasional, elclima de La Tierra cambió en el pasado distante con bastante rapidez. Deforma similar pudieran ocurrir transiciones abruptas debido a cambiosclimáticos inducidos por las actividades humanas. Estas transicionesabruptas hacen que exista la posibilidad de que ocurran sorpresas impor-tantes a medida que el mundo se caliente en el transcurso del próximo si-glo, con la aparición quizás de cambios rápidos e inesperados en las co-rrientes oceánicas y en el clima regional.

Los eventos extremos como las lluvias intensas y las sequías son las formasmás destructivas del tiempo y probablemente, en la medida en que continúe elcambio climático, la duración de éstos eventos se incremente. Se esperan incre-mentos en los promedios globales tanto de evaporación como de precipitación.Se espera que en el invierno de las latitudes medias la elevación de la tempera-tura superficial produzca un incremento de la cantidad de precipitación que caecomo lluvia en lugar de en forma de nieve. Esto probablemente incremente, tan-to el escurrimiento como la humedad del suelo durante el invierno, dejandomenos escurrimientos para el verano. En primavera, el deshielo de la nieve ocu-rrirá más rápido lo que probablemente agrave las inundaciones. En verano, el in-cremento del calentamiento producirá un incremento en la evaporación lo quepudiera disminuir la humedad en los suelos; esta humedad es necesaria en mu-chos lugares, tanto para la vegetación natural como para la agricultura, incre-mentando así la posibilidad de sequías intensas. En todo el mundo las sequías einundaciones ocurren de manera natural asociadas, por ejemplo, con los even-

18

Se muestra el posible rango deincremento promedio global dela temperatura superficial para elperíodo de 1990 al 2100 (arriba)Se muestra el posible rango deelevación promedio del nivel delmar para el período 1990 a 2100(abajo).

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

tos El Niño, pero probablemente se tornarán más severas, lo que hará que el ma-nejo de las aguas se convierta en un problema más crítico aún.

Para el clima futuro las proyecciones más inciertas se relacionan con los cam-bios en regiones seleccionasdas, así como la forma en que se afectarán los even-tos del tiempo, entre los que podemos mencionar a los huracanes, tifones y ci-clones. Estos resultados inciertos se deben a que en la actualidad existen grandesvariaciones naturales regionales, así como a las limitaciones que tienen los mo-delos y a la escasa comprensión de las relaciones entre el clima global y el regio-nal.

El amplio rango estimado para el calentamiento de 1° a 3.5° C (alrededor de2° a 6° F) para el año 2100 surge porque se desconoce la respuesta climática a laelevación de la presencia de gases de efecto de invernadero y de partículas, asícomo la cantidad total de emisiones futuras de estos gases. Factores tales comolos estimados del crecimiento de la población humana, los cambios en el uso dela tierra, en los estilos de vida y de las fuentes de energía producen un rango po-sible de emisiones de gases de efecto de invernadero. Por ejemplo, los esfuerzosconjuntos para reducir las emisiones de gases de efecto de invernadero sin du-das producirán una elevación de la temperatura significativamente inferior a laproyectada.

Todas estas predicciones se basan en el supues-to de que el clima global cambiará gradualmente.Sin embargo, hay evidencias que sugieren que enel pasado lejano el clima de La Tierra ha variado,ocasionalmente, de manera bastante rápida. Def o rma similar pudieran ocurrir transicionesabruptas debido a la ocurrencia de cambios climá-ticos inducidos por las actividades humanas. Estastransiciones abruptas harán que surja la posibili-dad de que ocurran sorpresas importantes a medi-da que el mundo se caliente en el transcurso delpróximo siglo, con la aparición quizás de cambiosrápidos e inesperados en las corrientes oceánicasy en el clima regional. La probabilidad de quepuedan ocurrir estos cambios rápidos se incre-menta con el incremento de las emisiones de losgases de efecto de invernadero.

¿Cuán confiables son las predicciones del clima futuro?Las predicciones del cambio climático se calculan en computadoras con el usode modelos que simulan matemáticamente las interacciones de la tierra, losocéanos y el aire, los que juntos determinan el clima de La Tierra. Nuestra con-fianza en estos modelos descansa fundamentalmente en las leyes físicas acepta-das, en su capacidad de describir con certeza muchos aspectos del clima actual yen su capacidad de reproducir algunos de los hechos importantes del clima ocu-rridos en épocas pasadas.

Los modelos climáticos se basan en un conjunto de observaciones científicasy de leyes físicas bien establecidas, entre las que se incluyen las leyes de la gra-vedad y del movimiento de líquidos, de la conservación de la energía, del mo-mentum, masa, y agua. Es esta confianza en las leyes físicas básicas lo que le dagran seguridad a la predicción de que el incremento de los gases de efecto de in-vernadero llevará eventualmente a una alteración significativa en el clima de LaTierra.

Una segunda razón de importancia que nos hace confiar en los modelos cli-máticos es su capacidad de reproducir muchos de los eventos observados en laatmósfera y en los océanos. Para predecir el comportamiento atmosférico en los

PNUMA y W M O 19

Temperatura global promediocalculada del aire de la superficiees comparada con los valores ob-servados en el período de 1860 a1994.

días futuros, puede utilizarse un modelo en el que participa sólo la atmósfera, sinsimulación oceánica. Este es el método empleado para realizar pronósticos detiempo a corto plazo, cuya exactitud relativa demuestra la capacidad de este ti-po de modelo para reproducir algunos de los detalles importantes del comporta-miento de la atmósfera.

En tanto, los pronósticos confiables del tiempo sólo pueden hacerse para pe-ríodos de hasta diez días, la posibilidad de realizar un pronóstico para períodosde tiempo más prolongados puede obtenerse sólo para el tiempo promedio, osea, para el clima. Por ejemplo, con relación a períodos más prolongados (variosaños o más), los modelos climáticos en los que se representan tanto los océanoscomo la atmósfera son capaces de simular los eventos principales del clima ac-tual y su variabilidad, incluyendo el ciclo estacionario de temperatura, la forma-ción y desaparición de los principales monzones, los cambios estacionales de losprincipales anillos de lluvia y de las líneas de tormentas, el ciclo de temperaturapromedio diaria y las variaciones en la radiación emergente en altitudes eleva-das de la atmósfera medida por satélites. De manera similar, muchos de los as-pectos a gran escala que se observan en la circulación oceánica, han sido repro-ducidos por los modelos climáticos.

Es posible que un modelo pueda simular adecuadamente el clima actual pe-ro éste puede fallar al predecir el cambio climático. De modo que otra forma deprobar los modelos es comparar sus simulaciones de climas previos con los da-tos históricos, incluido el clima del siglo pasado. Estos esfuerzos han estado obs-taculizados por el conocimiento poco preciso de una variedad de factores, entre

los que se incluyen la alteración, por las actividadeshumanas, de las cantidades de pequeñas partículasen la atmósfera y las variaciones en la energía pro-ducida por el Sol.

No obstante, utilizando los estimados de algu-nos de estos factores, los modelos climáticos pue-den reproducir muchos cambios que fueron obser-vados a lo largo del siglo pasado, incluyendo el ca-lentamiento medio global de la superficie de 0.3° a0.6° C (alrededor de 0.5° a 1° F), la reducción en lasdiferencias de temperatura entre el día y la noche,el enfriamiento de la atmósfera por encima de los14 km (alrededor de 9 millas), el incremento de lasprecipitaciones en latitudes altas, la intensificaciónde los eventos de precipitaciones en algunas áreascontinentales y la elevación del nivel del mar. Ade-

más, el enfriamiento de la superficie y la recuperación posterior que se asoció ala erupción del volcán Pinatubo en 1991.

Los modelos climáticos pueden utilizarse también para reproducir los princi-pales eventos climáticos de la prehistoria, pero estos esfuerzos han estado limi-tados por la escasez y la naturaleza indirecta de las evidencias disponibles a par-tir de los núcleos de sedimentos, los anillos de los árboles, el polen preservado yla información de los núcleos de hielo utilizados para inferir el clima en dichasetapas. Aún así, los modelos han reproducido algunos de los eventos generalesdel clima que han sido reconstruidos, como es un monzón del Norte de Áfricaque ocurrió hace 6,000 a 9,000 años y el nivel aproximado de enfriamiento al-canzado durante la última glaciación.

La principal debilidad de los modelos es que confían en aproximaciones a al-gunos aspectos del clima. El procesamiento de los mismos consume muchotiempo de las computadoras, o simplemente algunos de estos modelos rebasanla capacidad hasta de algunas supercomputadoras para representar a pequeña es-cala algunos de los procesos claves que afectan al clima. Aún si se dispusiera delas computadoras adecuadas, la comprensión actual de los científicos sobre los

20

Se presenta el área (expresada enpor ciento) de Estados Unidos,excluyendo a Alaska y Hawaii,con una cantidad inusualmentegrande de precipitación anual to-tal proveniente de eventos deprecipitaciones extremas (aque-llas con más de 5.08 cm [2 pul-gadas] de precipitación [o suequivalente si la precipitación esen forma de nieve] en 24 horas).La línea continua muestra el mis-mo dato, pero promediado enperíodos de alrededor de 10años.

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

eventos físicos de tales procesos es limitada. Así, algunos aspectos del clima sonaproximados y se basan en la combinación de leyes físicas, experimentos de la-boratorio y observaciones directas del clima. Por ejemplo, no es posible repre-sentar los detalles de la formación y disipación de lasnubes. Una fuente importante de incertidumbre enlos modelos climáticos es la aproximación que se rea-liza con respecto al comportamiento de las nubes.

En resumen, el hecho de que los modelos se basenen leyes físicas de la naturaleza que son conocidas yque se puedan reproducir muchos eventos del climaactual y de algunos aspectos generales del clima delpasado hace que crezca la confiabilidad para proyec-tar, a gran escala. muchos eventos climáticos queocurrirán en el futuro. Sin embargo, debido a las de-ficiencias en los modelos climáticos actuales y, parti-cularmente, por su representación de las nubes, exis-te una sustancial incertidumbre acerca de la magni-tud exacta que se proyecta de la elevación promedioglobal de la temperatura resultante de la actividadhumana. Además, los científicos tienen poca con-fianza en los cambios climáticos que pronostican en el nivel local. Otras inexac-titudes, que no surgen de limitaciones específicas en los proyectos climáticos,como son los estimados del ritmo de crecimiento futuro de las emisiones de ga-ses de efecto de invernadero, restringen también la capacidad de predecir, de for-ma precisa, cuánto cambiará el clima en el futuro.

¿Son producidos por el calentamiento global los recienteseventos extremos del tiempo, como por ejemplo, el grannúmero de huracanes registrados en el Atlántico en 1995?Se espera que a medida que el mundo se caliente se produzca un incremento dealgunos eventos extremos del clima como son la frecuencia de olas de calor y delluvias muy intensas; pero aún sigue siendo incierto si se deben esperar o nocambios en la frecuencia de algunos eventos extremos. Además, es importanteseñalar que no es posible vincular definitivamente cualquier evento particulardel tiempo o del clima con el calentamiento global. Sólo el análisis estadísticode los datos a largo plazo puede determinar si existe un vínculo causal entre lafrecuencia de eventos extremos y el calentamiento global, ya que los sistemasnaturales del clima pueden producir eventos del tiempo y del clima que a me-nudo parecen no ser característicos del clima reciente.

En muchas regiones del mundo los datos sobre climas extremos no son ade-cuados para llegar a conclusiones definitivas acerca de los posibles cambios quepuedan haber ocurrido a escala global. Sin embargo, en regiones en las que sedispone de una adecuada información ha habido algunos incrementos y dismi-nuciones significativas en los eventos extremos del tiempo. Por ejemplo, se haobservado en décadas recientes una clara tendencia a la producción de pocastemperaturas mínimas extremadamente bajas en varias áreas muy separadas en-tre sí (ej., Australia, EE.UU, Rusia y China). El impacto de tales cambios puedemanifestarse por la existencia de pocos días muy fríos y una tardía etapa de con-gelación, tal como se ha comprobado en Australia y en EEUU. En realidad, espe-ramos que en la medida en que se eleve la temperatura global el número de díascon temperaturas extremadamente bajas continúe disminuyendo.

En resumen, también se espera que a medida que continúe el calentamientoglobal exista una mayor frecuencia de períodos de temperaturas extremadamen-te elevadas tales como las inusuales altas temperaturas que se produjeron duran-te las noches de la ola de calor registrada en Chicago, Illinois, en 1995 y en el

PNUMA y W M O 21

Número de todos los huracanesy los huracanes más severos quese internan en Estados Unidos; seexcluyen Alaska y Hawaii.

Medio Oeste de Estados Unidos, la que produjo un estimado de 830 muertes. Sinembargo, no se ha analizado la frecuencia global de tales olas de calor.

Las temperaturas elevadas producen mayor promedio de evaporación y pre-cipitación. Esperamos que a medida que La Tierra se caliente exista más precipi-tación, y es probable que l se produzca en intervalos de tiempo más cortos, porlo que se incrementaría la frecuencia de precipitaciones muy fuertes y de even-tos extremos. Sólo unos pocos países han realizado el análisis de los cambios ob-servados en la intensidad de las precipitaciones. Las mejores evidencias de incre-mento de las precipitaciones muy intensas y extremas provienen, probablemen-te, de los datos de América del Norte. En Australia, donde históricamente hayprecipitaciones intensas, se ha observado un incremento en la cantidad de llu-via caída durante las grandes tormentas. El análisis realizado por África del Surdemuestra también un incremento en el promedio de precipitaciones extremas.En otra área, China, donde se han analizado los datos durante las últimas déca-das, no existe una tendencia obvia aparente, pero la elevada concentración decontaminación atmosférica (como son las partículas de sulfato que pueden en-friar el clima) pudiera estar neutralizando los cambios en esta región.

Aún no existen evidencias de la existencia de un incremento mundial en lafrecuencia de sequías. Sin embargo, se espera que en el futuro muchas regionesexperimenten sequías más frecuentes, prolongadas o más severas, debido prima-riamente a la evaporación más rápida de la humedad desde plantas, suelos, la-gos y reservorios. Esto se espera que ocurra aún cuando se incrementen las pre-cipitaciones y se hagan más comunes los eventos de precipitaciones intensas.

A medida que se eleve la humedad atmosférica las ventiscas y tormentas denieve pueden incrementarse en intensidad y frecuencia lo cual será más eviden-te en algunas locaciones. En la mayoría de las latitudes templadas las tormentasde nieve probablemente disminuyan en frecuencia, pero su intensidad puede in-crementarse en la medida en que se caliente el mundo. Las observaciones de-muestran que las nevadas se han incrementado en las latitudes altas de Américadel Norte, pero que las acumulaciones de nieve se deshielan más rápido debidoa que el deshielo es más frecuente y más temprano.

Existen evidencias de que se ha producido un incremento en la frecuencia detormentas extratropicales extremas en el norte del Atlántico Norte y en las áreas

22

Las figuras muestran modelos delas áreas de riesgo potencial cal-culado de malaria para el tipo deparásito más peligroso productorde malaria (P. Falciparum). El pa-nel A muestra el promedio anualde “potencial epidémico” (EP,por sus siglas en inglés), que esuna medida del riesgo de con-traer malaria, para condicionesclimáticas basales (1931-1980).El panel B muestra el EP para unincremento medio global detemperatura de alrededor de1.2° C. Este incremento de tem -peratura se proyecta que ocurraen algún momento del marco detiempo comprendido entre el2040 y el 2100. Se espera un in-cremento tanto en la magnituddel riesgo en las áreas actualesde transmisión como del área detransmisión potencial.

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

adyacentes de Europa, como en las Islas Británicas, pero en las últimas décadasha habido una disminución de tales eventos en el sur del Atlántico Norte (al surde los 30° N). Aún no está claro si estos cambios son producidos por fluctuacio-nes naturales o si se relacionan con el calentamiento global, pues hay poco con-senso acerca de cómo el calentamiento global afectaría a estas, aún poderosas,tormentas no tropicales. Hay pocas evidencias para apoyar cualquier tenden-cia, significativa a largo plazo, en la frecuencia o intensidad, durante las últimasdécadas, de las tormentas tropicales o de los huracanes en el Atlántico Norte.Aunque la frecuencia de huracanes se elevó durante 1995 y 1996, en la etapacomprendida entre 1960 y la década de los ‘80 ocurrió un número anormalmen-te bajo de huracanes incluyendo los que llegaron a Estados Unidos durante eseperíodo. Los datos del Atlántico Norte son confiables desde la década de 1940 eindican que la fuerza pico de los huracanes más fuertes no ha variado, y que hadisminuido la intensidad media máxima de todos los huracanes. También hayalgunas evidencias acerca de la disminución, durante las últimas dos décadas, dela frecuencia de ciclones en el Océano Indico comparados con los primeros re-gistros y de un incremento en la frecuencia de tifones en el Pacífico Occidental.Se han observado grandes variaciones en el número total de tormentas tropica-les entre las que se incluyen huracanes, tifones y ciclones, que ocurren por dé-cada, sin que exista aparentemente una tendencia a largo plazo en la mayoría delas cuencas oceánicas. Existe poco consenso acerca de cómo el calentamientoglobal afectará la intensidad y la frecuencia de estas tormentas en el futuro.

¿Por qué los gases de efecto de invernadero producidospor los humanos son de importancia cuando el vapor deagua es el gas con efecto de invernadero más potente?La temperatura de la superficie de La Tierra sería alrededor de 34° C más fría quelo que es en la actualidad si no fuera por el hecho de gases de efecto de inverna-dero, como son el dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso y el vapor deagua, tienen la facultad de atrapar el calor. En realidad, el vapor de agua es el gasinvernadero natural más abundante e importante. Además de su efecto directocomo gas de efecto de invernadero, las nubes que se forman a partir del vaporde agua atmosférico afectan el equilibrio del calor de La Tierra al reflejar la luzsolar (efecto de enfriamiento) y al atrapar la radiación infrarroja (efecto de calen-tamiento).

Sin embargo, justamente debido a que el vapor de agua es el gas más impor-tante en la creación del efecto de invernadero natural esto no significa que losgases de efecto de invernadero producidos por el hombre no sean de importan-cia. En los últimos diez mil años, las cantidades de los diferentes gases de efectode invernadero de la atmósfera terrestre permanecieron relativamente estables;hasta hace sólo unos pocos siglos, cuando la concentración de muchos de estosgases comenzó a incrementarse debido a la industrialización, a la demanda cre-ciente de energía, al crecimiento de la población y a los cambios en el uso de latierra y de los patrones de los asentamientos humanos. Se espera que la acumu-lación de la mayoría de los gases de efecto de invernadero de origen humanocontinúe incrementándose, de modo que, en los próximos 50 a 100 años, sinque se tomen medidas de control, ellos producirán un efecto de atrapamientodel calor equivalente a más del doble del nivel del dióxido de carbono pre-indus-trial.

Cantidades crecientes de gases de efecto de invernadero producidos por elhombre llevarían a un incremento en el promedio de la temperatura superficialglobal del planeta. Sin embargo, en la medida en que la temperatura se eleve, sealterarán otros aspectos del clima, entre los que se incluye la cantidad de vaporde agua en la atmósfera. Aún cuando la actividad humana no añade directamen-te cantidades significativas de vapor de agua a la atmósfera, el aire más caliente

PNUMA y W M O 23

contiene más vapor de agua. Como el vapor de agua es de por sí un gas de efec-to de invernadero, el calentamiento global será aún mayor por el incremento delas cantidades de vapor de agua. A este tipo de efecto indirecto se le conoce co-mo retroalimentación positiva.

Se ha sugerido que a medida que se acumulan los gases de efecto de inverna-dero los eventos atmosféricos que generan la acumulación de nubes en las áreastropicales producirán el secado, más que la humedad, de las capas superiores dela troposfera (región inferior de la atmósfera). Sin embargo, las observaciones ac-tuales de la atmósfera aportan evidencias de que, a escala global, una atmósferamás caliente se humedecerá y que esto elevará al calentamiento producido porel efecto de invernadero.

Las nubes son otro factor importante en la determinación del clima. Los al-tos niveles de vapor de agua en la atmósfera, así como los cambios en la tempe-ratura y en los vientos, producirán también cambios en las nubes lo que altera-rá la cantidad de energía solar que se absorbe y se refleja por La Tierra, elevandoen algunos lugares y en otros disminuyendo el calentamiento producido por losgases de efecto de invernadero. Es incierto el papel de las nubes en el calenta-miento global y en la determinación de la magnitud y distribución del cambioclimático.

¿Por qué unos pocos grados de calentamientodeben ser causa de preocupación?La más reciente evaluación científica del IPCC sobre el cambio climático estimóque, para el año 2100, el promedio global de la temperatura superficial se incre-mentará de 1° C a 3.5° C (alrededor de 2° a 6° F) con una elevación asociada delnivel del mar de 15 a 95 cms (alrededor de 6 a 37 pulgadas). Estos cambios pue-den producir un número de consecuencias potencialmente serias. Por ejemplo,las regiones de latitudes medias y elevadas de gran parte de Estados Unidos, Eu-ropa y Asia, pudieran experimentar, a medida que se produzcan los cambios glo-bales del clima, un incremento en la incidencia de olas de calor, inundaciones ysequías. El impacto sobre el bienestar humano y sobre los ecosistemas naturalesde tales cambios extremos pudiera ser de importancia.

Los cambios climáticos probablemente tengan un amplio espectro de impac-tos, mayoritariamente adversos, sobre la salud humana. Se espera que el incre-mento pronosticado en la duración y frecuencia de las olas de calor incrementelas tasas de mortalidad como resultado del estrés producido por el calor, especial-mente en lugares donde no se disponga de aire acondicionado. En menor grado,los incrementos en las temperaturas durante el invierno en las latitudes altas pu-dieran producir una disminución en las tasas de mortalidad. También se esperaque el cambio climático produzca incrementos en la transmisión potencial demuchas enfermedades infecciosas, incluidas la malaria, el dengue y la fiebreamarilla, incrementándose la gama de organismos, así como de insectos, quetransmiten estas enfermedades en la zona templada, incluidas partes de EstadosUnidos, Europa y Asia. Por ejemplo, las proyecciones indican que la zona poten-cial de transmisión de malaria, en respuesta al incremento global de la tempera-tura superficial, se incrementará en la porción superior del rango proyectado ypuede aumentar desde un área que tiene alrededor del 45% de la poblaciónmundial a una con alrededor del 60% al final del siglo veintiuno, lo que produ-ciría anualmente 50-80 millones de casos adicionales de malaria.

Si se hicieran las adaptaciones adecuadas, pudiera ser posible que la produc-ción agrícola global alcance el ritmo de la demanda creciente en los próximos50-100 años, pero es probable que existan dificultades en algunas regiones. Estaconclusión tiene en cuenta los efectos beneficiosos de la fertilización con dióxi-do de carbono, es decir, en el supuesto que existan suficientes agua y nutrientes,el crecimiento de las plantas se incrementará por el aumento en la concentra-

24 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

ción de dióxido de carbono atmosférico. En esta evaluación no se reflejaron loscambios en la diseminación y abundancia de las plagas agrícolas y los efectos dela variabilidad climática. Se espera que en respuesta a los cambios climáticosocurran cambios regionales en los resultados de las cosechas y en la productivi-dad. Es probable que haya un incremento en el riesgo de hambrunas, particular-mente en lugares subtropicales y tropicales semiáridos y áridos.

Como en la actualidad el 50-70% de la población humana global reside enáreas costeras, la elevación futura de los niveles del mar, las alteraciones en losniveles de tormentas y de las olas de tormentas pudieran tener efectos significa-tivos. En la actualidad, alrededor de 46 millones de personas están en riesgo co-mo resultado de las olas de tormenta. Aún con la población actual y en ausen-cia de medidas adecuadas, una elevación de 50 cms (alrededor de 20 pulgadas)del nivel del mar elevaría a alrededor de 92 millones el número de personas cu-yas tierras estarían en riesgo de inundaciones severas o de inundación perma-nente, en tanto una elevación de 100 cms (alrededor de 40 pulgadas) incremen-taría este número a 118 millones. Si en las proyecciones se incorpora el creci-miento esperado de la población este estimado se incrementaría sustancialmen-te.

Entre los otros cambios proyectados para el año 2100 se incluye la desapari-ción de un tercio a la mitad de la masa de los glaciares de montaña existentes.Se ha observado que los glaciares alpinos están en rápido retroceso y muchas delas ciudades que se encuentran entre los 30° N y los 30 °S dependen de estos re-servorios naturales para el suministro de agua. Por ejemplo, en Lima, Perú, todoel suministro de agua para una población de 10 millones de habitantes dependedel deshielo de un glaciar durante el verano que en la actualidad está en rápidoretroceso por razones que pueden o no estar relacionadas con el cambio climá-tico global. En el futuro, el cambio climático pudiera producir también cambiosen el flujo de los ríos y en el suministro de agua, con serias implicaciones paralos asentamientos humanos y para la agricultura.

Probablemente, el cambio climático también afecte a la infraestructura crea-da por los humanos incluyendo la transportación, la demanda de energía, losasentamientos humanos (especialmente en los países en desarrollo), la industriadel seguro de la propiedad y el turismo.

¿Por qué los ecosistemas no pueden adaptarse?El cambio climático tiene el potencial de alterar, en el transcurso del siglo XXI,muchos de los ecosistemas naturales de La Tierra. Aún cuando el cambio climá-tico no constituye una influencia nueva sobre la biosfera, ¿por qué no puedenadaptarse los ecosistemas para que no se produzcan efectos significativos sobresu forma o productividad?. Hay tres razones básicas.

Primera, se proyecta que el ritmo del cambio climático global sea más rápidoque el ocurrido en los últimos 10,000 años. Segundo, los humanos han alteradola estructura de muchos ecosistemas del mundo. Se han destruido bosques, ara-do la tierra, utilizado tierras para pastorear sus animales domésticos, introduci-do especies no nativas en muchas regiones, han pescado de manera intensiva enlagos, ríos y océanos y han construido represas. Estos cambios relativamente re-cientes en la estructura de los ecosistemas del mundo los hace menos adaptablesa otros cambios. Tercero, la contaminación, así como otros efectos directos deluso de los recursos naturales, también se ha incrementado desde el comienzo dela revolución industrial. Por consiguiente, es probable que muchos ecosistemasno sean capaces de adaptarse al estrés adicional que produce el cambio climáti-co sin perder algunas de las especies que contienen o de los servicios que apor-tan, como son el suministro de suficiente agua potable para beber, comida paracomer, terrenos apropiados en los que obtener cosechas y madera para utilizarcomo combustible o para las construcciones.

PNUMA y W M O 25

Durante millones de años, las especies han estado cambiando el lugar dondecrecen y se reproducen en respuesta a los cambios de las condiciones climáticas.Durante el próximo siglo, el calentamiento global puede que haga que aproxi-madamente un tercio del área forestal de La Tierra sufra transiciones importan-tes en su composición de especies. Utilizando el registro de fósiles disponemosde una indicación del ritmo máximo con el cual varias especies vegetales migrana áreas más apropiadas: desde 0.04 km/año (alrededor de 0.03 millas/año) paralas más lentas hasta 2 km/año (alrededor de 1.3 millas/año) para las más rápidas.Sin embargo, el cambio proyectado en la temperatura superficial de muchas par-tes del mundo puede requerir que las especies vegetales migren a ritmos aún másrápidos (1.5 a 5.5 km/año o alrededor de 1 a 3.5 millas/año.) Así, puede que mu-chas especies no sean capaces de moverse lo suficientemente rápido para pros-perar. Estos cambios en la vegetación y en la estructura de los ecosistemas pue-den, a su vez, originar la liberación adicional de carbono hacia la atmósfera, ace-lerando aún más el cambio climático.

Además, a medida que desaparezca la vegetación antigua en las áreas másafectadas por el cambio climático como en los bosques de las latitudes septen-trionales, ésta probablemente sea reemplazada por especies de crecimiento rápi-do que a menudo no son nativas. Estas especies producen, por lo general, me-nos madera, suministran forraje de menor calidad para los animales domésticos,aportan menos alimentos para los animales salvajes y ofrecen un hábitat pobrepara muchos animales nativos. También puede incrementarse la prevalencia deespecies de plagas como malas hierbas, ratas y cucarachas.

Los humanos utilizan y manipulan, de forma activa y productiva, grandesáreas de la superficie terrestre, ya sea en la agricultura, para residencias, en la pro-ducción de energía o en la silvicultura. Estas prácticas han creado un mosaico deusos diferentes de la tierra y de tipos de ecosistemas, lo que trae como conse-cuencia que cada vez, como existieron en el pasado, queden menos áreas gran-des y contiguas de hábitat de tipo único. Por tanto, si las especies fueran capa-ces de emigrar, cada vez será más difícil moverse con suficiente rapidez, para lasplantas y los animales, a lugares con un clima más apropiado. Esta no era la si-tuación hace miles de años, que fue la última vez que los ecosistemas experimen-taron un cambio climático rápido. Ahora, muchos de los ecosistemas del mun-do están esencialmente atrapados en islas pequeñas, separadas entre sí y sóloson capaces de viajar a través de un número limitado y cada vez menor de puen-tes. A medida que ésto se produce, es más probable que las especies queden atra-padas en un medio ambiente en el cual no puedan sobrevivir y/o no pueden re-producirse.

Para complicar aún más la respuesta frente al cambio climático de muchos delos ecosistemas terrestres y acuáticos de La Tierra está la prevalencia del estrésproveniente de otros trastornos asociados con el uso de los recursos. En el casode los árboles, por ejemplo, muchas especies ya están débiles por la contamina-ción del aire. El incremento de la concentración de dióxido de carbono atmos-férico elevará la capacidad fotosintética de muchas plantas, pero no es claro suefecto neto sobre la productividad del ecosistema, particularmente cuando secombina con temperaturas más elevadas del aire o donde los nutrientes del sue-lo son limitados.

Entre los ecosistemas que experimentarán con mayor probabilidad los efec-tos más severos a partir del cambio climático se encuentran los de las latitudesmás elevadas, como son los bosques septentrionales (boreales) o tundras, así co-mo aquellos donde convergen tipos de hábitat diferentes, como en sitios dondelos prados se encuentran con los bosques, o los bosques dan paso a la vegetaciónalpina. Los ecosistemas costeros también están en riesgo, particularmente las cié-nagas salinas, los manglares, las tierras pantanosas costeras, los arrecifes corali-nos y los deltas de los ríos. Muchos de estos ecosistemas, que ya se encuentranbajo estrés debido a las actividades humanas, pueden alterarse significativamen-

26 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

te o disminuir en términos de extensión y productividad como resultado delcambio climático futuro.

PNUMA y W M O 27

CréditosLos científicos relacionados abajo han trabajado voluntariamente para escribir yrevisar el folleto a partir del cual se obtuvo este artículo. El folleto fue co-patro-cinado por el Programa de las Naciones para el Medio Ambiente y por la Orga-nización Meteorológica Mundial. Además, el Programa de las Naciones Unidaspara el Medio Ambiente, la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional, elPrograma de Investigación de Estados Unidos para el Cambio Global y la Funda-ción de los Hermanos Rockefeller contribuyeron con financiación para la reali-zación y la impresión del folleto. Leonie Harrison y Christine Ennis ayudaron enla edición y Elizabeth C. Johnston y Julianne Zinder diseñaron la estructura delfolleto.

Autores

Steven P. Hamburg John F.B. MitchellBrown University, USA Hadley Centre for Climate

Prediction and Research, UKNeil HarrisEuropean Ozone Research Michael OppenheimerCoordinating Unit, U.K. Environmental Defense Fund, EUA

Jill Jaeger Benjamin O. SanterInternational Institute for Applied Lawrence Livermore NationalSystems Analysis, Austria Laboratory, USA

Thomas R. Karl Stephen SchneiderNational Oceanic and Atmospheric Standford University, USAAdministration, USA

Kevin E. TrenberthMack McFarland National Center for United Nations Environment Atmospheric Research, USAProgramme (on loan from theDuPont Company), Kenya Tom M. L. Wigley

National Center for AtmosphericResearch, USA

28 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

Revisores/contribuyentes

Daniel L. Albritton John HoughtonNational Oceanic and Atmospheric Co-Chair, IntergobernmentalAdministration, U.S.A. Panel on Climate Change

Working Group II, U.K.Bert BolinChairman of the Intergobernmental Phil JonesPanel on Climate Change, Sweden University of East Anglia, U.K.

Theresa Cookro Igor L. KarolNational Oceanic and Atmospheric Main Geophysical Observatory, RussiaAdministration, U.S.A.

Murrai LaiSusana B. Diaz Indian Institute of Technology, IndiaOzone and UV La oratory,cadic/conicet, Argentina Jerry D. Mahlman

National Oceanic and AtmosphericRobert E. Dickinson Administration, U.S.A.University of Arizona, U.S.A.

Pim MartensChristine A. Ennis University of Limburg,National Oceanic and Atmospheric The NetherlandsAdministration, U.S.A.

Mario J. MolinaPaul J. Fraser Massachusetts InstituteCommonwealth Scientific of Technology, U.S.A.and Industrial ResearchOrganization, Australia Henning Rodhe

University of Stockholm, SwedenHartmut GrasslWorld Meteorological Keith P. ShineOrganization, Switzerland University of Reading, U.K.

Ann Henderson-Sellers Peter E. O. UsherRoyal Mel ourne Institute United Nations Environmentof Technology, Australia Programme, Kenya

La misión del PNUMA es liderar y alentar la participación en el cuidado del me-dio ambiente por medio de la inspiración, información y permitiendo que lasnaciones y personas mejoren su calidad de vida sin comprometer a las genera-ciones futuras.

El propósito de la WMO es facilitar la cooperación internacional para el estable-cimiento de redes de estaciones para la realización de observaciones meteoro-lógicas, hidrológicas y de otro tipo; y promover el rápido intercambio de la in-formación meteorológica, la estandarización de observaciones meteorológicas yla publicación uniforme de las observaciones y estadísticas.

PNUMA y W M O 29

Elementos científicos y no científicos que conciernenal calentamiento climático producido por el hombre1

J. D. Mahlman Laboratorio de Geofísica de Fluidos DinámicosNOAA, Universidad Princeton, Princeton, Nueva Jersey, EUA

ResumenEn la actualidad, el problema del calentamiento global producido por elhombre es objeto de intensa atención internacional en muchos sectores so -ciales. A medida que se incrementa el conocimiento científico sobre este te -ma se acrecienta el sentido del debate acerca del estado de la ciencia, loque, lo que ha sido mucho más evidente en la última década. Este ensayodestaca los aspectos fundamentales de las ciencias básicas que conciernenal calentamiento global. Igualmente, destaca el importante papel de losmodelos climáticos y de la información climática en el logro de una mejorcomprensión científica. Finalmente, presenta el papel que juega el debatecientífico y sociológico de este problema y se ofrecen nuevos puntos de vis -ta pues es inevitable que surjan conflictos y mayores debates en el futuro,en la medida en que la sociedad se enfrente a la necesidad de reducir con -siderablemente el uso de combustibles fósiles o de adaptarse a los cambiossustanciales del clima de La Tierra.

¿Por qué este ensayo?Soy un científico de larga carrera que se ocupa de los problemas de la atmósferay del clima, y mi interés es llegar a comprender cómo funciona el sistema climá-tico. Mi primera investigación, a finales de la década de 1960, versó sobre el aná-lisis directo de las observaciones disponibles entonces para aislar los mecanis-mos de mayor importancia que gobiernan el comportamiento atmosférico. Esetrabajo me hizo comprender plenamente que las mediciones atmosféricas dispo-nibles y que las teorías atmosféricas acompañantes no eran suficientes para su-ministrar la profunda comprensión cuantitativa que se requiere para predecirlos cambios que se efectuaban dentro del sistema climático. Para mi se hizo evi-dente que tendrían que ser añadidos modelos matemáticos para lograr una com-prensión más profunda y mejorar así las habilidades para elaborar pronósticos.

En 1970, me uní al Laboratorio de Geofísica de Fluidos Dinámicos (GFDL, porsus siglas en inglés) de la Administración Nacional de los Océanos y la Atmósfe-ra (NOAA, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Princeton, que liderabaen el mundo el nuevo esfuerzo de utilizar los métodos que empleaban modelosmatemáticos para comprender todo el sistema climático y su variación. El GFDLestaba tratando de incluir y comprender diversas partes del sistema climático,entre ellos aspectos tan fundamentales como los sistemas oceánicos y de la su-perficie terrestre. Mi tarea fue estudiar la estratosfera y los efectos climáticos dela química atmosférica, incluido el ozono, gas que absorbe eficientemente la ra-

M A H L M A N 31

1 Publicado originalmente enAnnual Review: Energy Environ-ment 1998.23:83-105. El Gobier-no de EUA tiene el derecho deretener una licencia no exclusivalibre de derecho de autor y decualquier propiedad intelectualque cubra este artículo. Puedereimprimirse con permiso del au-tor. Visite la Página Principal deAnnual Reviews en http://ww-w.AnnualReviews.org

diación solar e infrarroja. Aprendí rápidamente que la única forma de lograr unacomprensión totalmente cuantitativa del sistema climático es, en esencia, recon-ciliando la teoría y las observaciones con el uso de modelos matemáticos. Másimportante aún, aprendí también que los retos que deben vencerse para utilizarlos modelos matemáticos son atemorizantes, y que requieren del esfuerzo deequipos dedicados, que trabajen durante una década o más en aspectos indivi-duales del sistema climático.

Es este elevado grado de dificultad y complejidad el que aporta un contextosignificativo para la realización de este ensayo personal que aborda el “calenta-miento producido por los gases de efecto de invernadero” ocasionados por elhombre2 y algunas de sus principales implicaciones. El sistema climático es lo su-ficientemente complejo y abarcador como para que no existan expertos “que losepan todo” sobre este problema. Sin embargo, un equipo de talentosos científi-cos que trabajen juntos puede, y de hecho lo hace, llegar a convertirse en el equi-valente de un experto abarcador. Yo soy una persona afortunada porque estoyrodeado en el GFDL de un equipo de científicos de renombre mundial y que es-tá muy bien informados acerca de casi todos los aspectos del calentamiento pro-ducido por los gases de efecto de invernadero. La mayoría de los elementos queofrezco se han obtenido por su investigación a lo largo de toda la vida y por me-dio de provechosos encuentros con este extraordinario grupo de colegas.

Revisión de la ciencia del calentamiento globalContexto histórico

Desde el famoso trabajo de Ar rhenius realizado en 18963, se reconoció que exis-te la posibilidad del calentamiento neto del clima global debido al incrementoen la concentración del dióxido de carbono (CO2) atmosférico que se producepor la quema de combustible fósiles. El planteamiento maduró con la publica-ción en 1967 por Manabe y Wetherald4 del primer modelo de cálculo, íntegra-mente consistente por sí mismo, sobre el calentamiento producido por el efectode invernadero. Los autores utilizaron un modelo unidimensional simple (sóloaltitud) de la atmósfera global. En las tres décadas que han transcurrido desdeentonces, se han realizado una inmensa cantidad de investigaciones de obser-vación, teóricas y utilizando modelos, dirigidas al sistema climático y a los po-sibles cambios que se producen debido a la actividad humana. Estas investiga-ciones han demostrado fehacientemente que el cambio climático potencial quese había pronosticado que ocurriría tenía el suficiente valor para merecer lapreocupación y atención colectiva.

Este conocimiento básico, que es de gran valor, le ha aportado un considera-ble estímulo a las propuestas y al desarrollo de abarcadores esfuerzos internacio-nales dirigidos a mitigar el impacto del calentamiento producido por los gasesde efecto de invernadero por medio de la disminución sustancial del uso decombustibles fósiles que se utilizan para suministrar la creciente necesidad mun-dial de energía. Sin embargo, estos mismos esfuerzos de investigación han de-mostrado que al pronosticar los cambios climáticos futuros aún persisten impor-tantes dudas en el campo científico. Algunos consideran que estas dudas son ra-zones válidas para ser extremadamente cautelosos en la aplicación de cualquierpolítica diseñada para reducir las emisiones de CO2. Otros, sin embargo, argu-mentan que el riesgo que se corre al permanecer inactivos es muy grande y queentre las incertidumbres científicas actuales se incluye la posibilidad de que elproblema del calentamiento producido por el efecto invernadero pudieran serpeor que el mejor estimado realizado hasta este momento. Así, en el estado ac-tual de la ciencia del calentamiento producido por el efecto de invernadero pu-dieran magnificarse debates políticos serios que parten desde perspectivas dife-rentes.Algunos aspectos fundamentales de la ciencia del calentamiento producido por el efec-

32

2 En este artículo, el término ca-lentamiento producido por elefecto de gases invernadero seutiliza para describir el calenta-miento global del clima terrestreen respuesta a las emisiones, pro-ducidas por el hombre, de dióxi -do de carbono y de otros gasesinvernadero como el metano,óxido nitroso y los clorofluoro-carbonos.

3 Arrhenius S. 1896. On the in-fluence of carbonic acid in the airupon the temperature of theground. London Edinburgh Du-blín Philos. Mag. J. Sci. 41:237-76

4 Manaabe S., Wetherald RT.1967. Thermal equilibrium of theatmosphere with a given distri -bution of relative humidity. J. At-mos.Sci.24:241-59.

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

to de invernadero

Cada día La Tierra se calienta mucho como consecuencia de la radiación solarque incide sobre ella. Este calentamiento se compensa ya que una cantidadigualmente grande de radiación infrarroja abandona el planeta. Es interesante elhecho de que si La Tierra no tuviera atmósfera, y si la reflectividad de su super-ficie no cambiara, la temperatura global promedio de la superficie terrestre seríaaproximadamente 33° C más fría que lo que es hoy día. Esta gran diferencia sedebe a la fuerte absorción atmosférica de la radiación infrarroja que abandona lasuperficie terrestre. Los principales elementos atmosféricos que absorben esta ra-diación infrarroja son las nubes, el vapor de agua y el CO2. Este intenso efectode absorción de la radiación infrarroja (y elevada re-emisión) es extremadamen-te potente. Se mide fácilmente en el laboratorio y puede medirse directamentedesde los satélites que se encuentran en órbitas circunterrestre. Dicho de mane-ra sencilla, cuando se añade CO2 a la atmósfera le estamos añadiendo otra“manta” al planeta y, así, se cambia directamente el equilibrio del calor en la at-mósfera terrestre.

Las personas que son escépticas acerca de la realidad del calentamiento glo-bal han señalado correctamente que, el vapor de agua es, con mucho, en térmi-nos de atrapar la radiación infrarroja que se escapa, el gas de efecto de inverna-dero dominante sobre La Tierra. Como el vapor de agua es en realidad el domi-nante en el equilibrio de la radiación, ¿cómo puede ser que el CO2 sea algo másque un pequeño contribuyente de la absorción terrestre de la radiación infrarro-ja? Parte de la respuesta a esta interrogante proviene del conocido resultado delmodelo obtenido por espectroscopia infrarroja, este modelo muestra que el cam-bio neto de las fuerzas de radiación del planeta es aproximadamente lineal enrespuesta a variaciones logarítmicas del CO2.5 Así, al cuadruplicarse el CO2 seproduce un calentamiento directo aproximado de 1°C por sobre el calentamien-to directo de 1°C para la duplicación del CO2, lo que es válido para la hipótesisextrema de que no hay cambios en los promedios de vapor de agua mezclados6

y de las nubes. Es interesante que esta relación aproximada se cumple tambiéna lo largo de un amplio rango a medida que el CO2 disminuye7.

Por ello resulta difícil eludir la conclusión de que el CO2 aporta una adicióndirecta y mensurable a la captación atmosférica de la radiación infrarroja queabandona la superficie de nuestro planeta. Sin embargo, una comparación sim-ple de la eficiencia del efecto invernadero producido por el vapor de agua y elCO2 es de inmediato problemática ya que el vapor de agua entra al sistema cli-mático fundamentalmente como gas de “retroalimentación”. Todos los modelosy observaciones realizadas en la actualidad indican que a medida que el clima secalienta o enfría, con bastante buena aproximación, a medida que el clima cam-bia, la humedad relativa promedio global del vapor de agua calculada y observa-da permanece casi constante, en tanto, no sucede igual con sus proporcionesmezcladas8. Así, en la medida en que el clima se calienta (se enfría), se incremen-ta (decrece) de forma exponencial la capacidad de retención del vapor de aguaatmosférico. Éste es un poderoso mecanismo de retroalimentación positiva delvapor de agua -o sea, es un proceso que actúa amplificando el calentamiento ori-ginalmente producido por el incremento de los niveles de CO2. Con esta impor-tante retroalimentación positiva, la “sensibilidad climática” modelada9 se incre-menta por un factor de alrededor de tres, a aproximadamente 3° C. Lindzen10

formuló la hipótesis de que este efecto de retroalimentación del vapor de aguapodía, en realidad, ser negativo en la troposfera superior. Si éste fuera el caso, en-tonces el efecto amplificador de la retroalimentación positiva del vapor de aguasería aproximadamente de un tercio a la mitad menor que lo proyectado en laactualidad. Una dificultad potencial para hacer que esta hipótesis se cumpla esque la humedad relativa de la troposfera superior debe tornarse entonces aguday progresivamente inferior en la medida en que se caliente y humedezca la tro-

M A H L M A N 33

5 Los científicos del GFDL realiza-ron recientemente los cálculos deun modelo de radiación/convec-ción unidimensional sobre losefectos de la reducción del CO 2.La relación log-lineal se encontróque se cumplía para concentra -ciones de CO2 tan bajas como1/64 de los niveles preindustria-les. A medida que disminuye laconcentración de CO2, la capaci-dad atmosférica de soportar va-por de agua se colapsa y la tem-peratura global cae abruptamen-te.

6 Humedad relativa es la relación(en por ciento) de la presión devapor de agua del aire con supresión de saturación del vapor.La presión de saturación del va -por del aire, determinada a partirde la Ecuación de Clausius-Clape-ron de la termodinámica clásica,es una potente función exponen-cial de la temperatura, que apro-ximadamente se duplica cada10°C. La relación de vapor deagua mezclado es la masa de va-por de agua del aire dividida porla masa de aire seco; general-mente se conserva por unos po-cos días siguiendo a una parcelade aire cuando no hay condensa-ción presente.

7 Ver nota 6

8 Humedad relativa (ver nota 6)determinada en la troposfera porla interacción ente la evapora -ción en la superficie terrestre,transferencia hacia arriba del va -por de agua (por turbulencias depequeña escala, convección de lahumedad a escala de tronadas,movimiento de ascenso de granescala), y la eliminación neta porla precipitación. Igualmente im-portante es la disminución localde la humedad relativa en la tro-posfera debido al calentamientoadiabático en regiones donde elaire desciende bajo condicionesaproximadas de conservación dela relación de vapor de aguamezclado. Cualquier recurso queproduzca un cambio abrupto enla media de la humedad relativanecesariamente lleva a la hipóte-sis de un cambio sustancial en elcomportamiento dinámico de latroposfera, en este caso un grancambio en los movimientos de latroposfera en respuesta a pertur -baciones comparativamente pe-queñas de la termodinámica delsistema climático

posfera inferior en respuesta a la adición de elementos que absorben la radiacióninfrarroja.11 De manera opuesta, si hubiera algo que actuara enfriando al plane-ta la humedad relativa de la troposfera superior debe tornarse progresivamentesuperior. En efecto, esta hipótesis establece que el comportamiento dinámico dela atmósfera cambiaría marcadamente en respuesta a la alteración de los elemen-tos que absorben las radiaciones infrarrojas. En la actualidad, las evidencias ob-tenidas a través de la observación son, en general, consistentes con los resulta-dos de los modelos que proyectan una fuerte relación de retroalimentación po-sitiva con el vapor de agua mezclado bajo una humedad relativa aproximada-mente constante a medida que el clima cambia.12 Sin embargo, la calidad de losdatos sobre el vapor de agua en la troposfera superior no es particularmente bue-na, y ninguna de las pruebas de observación actuales pueden responder defini-tivamente al aspecto manejado -cómo pudiera actuar la retroalimentación delvapor de agua dentro de una centuria.

El asunto básico sobre el calentamiento producido por el efecto de inverna-dero inducido por el hombre es sencillo. El incremento de la capacidad de ab-sorción de las radiaciones infrarrojas debido al incremento del CO2 y de peque-ñas proporciones de otros gases produce un efecto neto de calentamiento sobrela superficie terrestre debido, fundamentalmente, al incremento de la radiacióninfrarroja que incide. El efecto no difiere de la disminución del enfriamientonocturno que se produce cuando el cielo está cubierto de nubes o cuando exis-te un patrón de tiempo muy húmedo. El efecto de retroalimentación positiva delvapor de agua actúa amplificando el efecto de calentamiento tanto local comoglobalmente.

Un efecto positivo adicional, pero más pequeño, es la interrelación entre elhielo (o su ausencia) en la superficie terrestre y su capacidad de reflejar (albedo)la radiación solar. En esencia, si la cubierta de hielo o nieve se derrite, la super-ficie de La Tierra (la tierra, vegetación o agua) queda expuesta y, por tanto, re-fleja menos la radiación solar incidente. Esto lleva a que se produzca mayor ab-sorción de la radiación solar, y por tanto, a mayor calentamiento, menos hielo,y así sucesivamente.

La inclusión de este proceso de retroalimentación “hielo-albedo” en los mo-delos matemáticos del clima amplifica aún más la respuesta del calentamientodel clima calculada a concentraciones elevadas de CO2 y de los gases que absor-ben la radiación infrarroja; también amplifica cualquier enfriamiento calculado.Otros tipos de retroalimentación, tanto positivas como negativas, resultan de lainteracción de las propiedades de la superficie terrestre (ejemplo, cambios de ve-getación que producen albedo y cambios de evaporación) con los mecanismosde calentamiento/enfriamiento del clima producidos por la variación de la cap-tura del CO2 por la biosfera.

La principal fuente de incertidumbre en la determinación de la retroalimen-tación del clima consiste en el impacto de las nubes sobre el equilibrio radiantedel sistema climático. 13 El incremento, inducido por el CO2, de nubes bajas ac-túa principalmente reflejando más radiación solar y así aporta una retroalimen-tación negativa al calentamiento global. El incremento en las nubes altas se su-maría, principalmente, a la absorción de la radiación infrarroja que trata de es-capar del planeta y aportaría, por tanto, una retroalimentación positiva. Uncambio en las propiedades microfísicas y ópticas de las nubes podría expresarseen cualquier sentido. ¿Cuál de ellos dominará en un mundo en el que el CO2 seincremente? No estamos seguros. Nuestra incapacidad de responder con certezaa esta interrogante es la principal fuente de incertidumbre en las proyeccionesactuales de cómo responderá el clima al incremento de los gases que absorbenradiación infrarroja. Además, independientemente de los compromisos que sehagan, de las expectativas que se declaren, o de los reclamos que se soliciten esimprobable que esta incertidumbre nube-radiación se resuelva en los próximoscinco años.

34

9 El término sensibilidad climáti-ca se refiere típicamente al niveldel equilibrio del incremento dela temperatura media global delaire de la superficie que experi-mentaría el sistema climático enrespuesta a la duplicación delCO2. Cada modelo tiene su pro-pia sensibilidad climática casi ga-rantizada que es algo diferente alvalor desconocido para el mundoreal.

10 Lindzen RS. 1990. Some cool-ness concerning global warming.Bull. Am. Meteorolog. Soc.71:288-99.

11 Humedad relativa es la rela -ción (en por ciento) entre la pre-sión de vapor en el aire y su pre-sión de saturación de vapor. Lapresión de saturación del vaporen el aire, determinada a partirde la ecuación de la termodiná-mica clásica de Clausius-Clape-ron, en una fuerte función expo-nencial de la temperatura, queaproximadamente se duplica porcada 10°C. La relación de vaporde agua mezclado es la masa delvapor de agua del aire divididapor la masa de aire seco; gene-ralmente se conserva duranteunos pocos días siguiendo a unaparcela de aire cuando no haycondensación.

12 Oort AH, Liu H, 1993. Upperair temperature trends over theglobe. J. Clim. 6:292-307 y SunD-Z, Held IM. 1996. A compari-son of modeled and observed re-lationships between interannualvariations of water vapor andtemperature. J. Clim. 9:665-75.

13 Las nubes absorben y reflejande manera efectiva la radiaciónsolar (visible más ultravioleta) einfrarroja. Su efecto neto es en-friar el planeta, pero el efecto esmuy pequeño con relación a ladiferencia de 33°C entre “atmós-fera/no atmósfera” notada arriba.Sin embargo, para la predicciónde los cambios del más peque-ños clima producidos por los hu -manos, el efecto de las nubes setorna de importancia crucial.

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

Aunque las nubes tienen un papel dominante en la inexactitud del modeloclimático, también es necesario mejorar la comprensión y la capacidad de mo-delar otros importantes procesos. Un ejemplo es el efecto de las partículas sus-pendidas en el aire producidas por el hombre (aerosoles) las cuales están com-puestas, fundamentalmente, de sulfatos (se originan a partir de la oxidación delsulfuro de los combustibles fósiles) y carbono (a partir de fuegos a cielo abierto).Los aerosoles de sulfato fundamentalmente reflejan la luz solar produciendo unefecto de enfriamiento, en tanto, los aerosoles derivados del carbono fundamen-talmente absorben la radiación solar produciendo un efecto de calentamientoneto. Los esfuerzos para reducir la inseguridad actual están limitados por las me-diciones inadecuadas. Aún más inseguros son los llamados efectos indirectos delos aerosoles atmosféricos. Por efecto indirecto se entiende el no bien determi-nado papel que juega la presencia de estos aerosoles en la determinación de lacantidad de nubes y de sus propiedades ópticas.

Otra importante dificultad se encuentra en el modelo de la respuesta oceáni-ca al cambio de los gases de efecto de invernadero. Esto afecta la proporción dela respuesta climática calculada sobre, digamos, el próximo siglo, así como la po-sibilidad de cambio de la circulación oceánica, que es un factor potencial de im-portancia en la formulación del cambio climático regional.

Un aspecto del problema del calentamiento producido por el efecto de inver-nadero producido por el hombre y que frecuentemente no se toma en cuenta esque su escala de tiempo es muy larga. El promedio actual de adición de CO2 at-mosférico es poco más de la mitad del uno por ciento por año. Así, el tiemponecesario para que la cantidad de CO2 alcance el doble de los niveles de la eta-pa preindustrial es de aproximadamente un siglo, proceso que está en progreso(ahora es alrededor de 30% superior). También, y debido a la larga inercia térmi-ca de los océanos, no se espera que el clima responda rápidamente al CO2 aña-dido. Este efecto pudiera producir un retraso en el calentamiento obtenido en es-calas de tiempo que oscilan desde décadas a siglos. Además, el océano profundotiene miles de años de “memoria” térmica. Así, tomará mucho tiempo para queeste problema alcance su potencial total.

Esta gran inercia en el clima es también un factor de importancia en el otroextremo del problema. ¿Qué sucedería si tomamos un clima que no nos gusta yqueremos volver al “normal”? En la actualidad, el tiempo de vida media atmos-férica neto del CO2 producido por los combustibles fósiles es de alrededor de trescuartos de siglo. Así, el descenso natural del CO2 extra tomaría un largo perío-do de tiempo. También, al océano, que se ha calentado gradualmente, le toma-ría un largo período de tiempo ceder el calor acumulado en un clima al que sele brinda la oportunidad de retornar a su estado esencialmente no alterado.

¿Por qué los modelos climáticos son imperfectosy por qué son de todas formas cruciales?Durante las tres últimas décadas, se ha producido una revolución silenciosa queha cambiado de manera fundamental la forma en que trabaja gran parte de lainvestigación en la ciencia del clima. En épocas previas, el paradigma que con-trolaba a la ciencia era el intercambio entre la teoría y la observación en lo queconcernía a la estructura y comportamiento de los fenómenos naturales. Hoy endía, gran parte de la investigación sobre el clima es dirigida por las interaccionesentre la teoría, la observación y los modelos. Al decir modelos, nos referimos asimulaciones, realizadas en computadoras, de diversos fenómenos que se basanen soluciones numéricas de ecuaciones teóricas que gobiernan los fenómenosbajo investigación. Estos enfoques combinados se extienden en la actualidad alas ciencias físicas. Es importante señalar que el modelo matemático del tiempoy del clima literalmente fue el pionero de este nuevo enfoque de la investigacióncientífica.

M A H L M A N 35

Los modelos matemáticos del clima pueden abarcar desde simples descripcio-nes de procesos sencillos a simulaciones completas del sorprendentemente com-plejo sistema climático. Los modelos acoplados del sistema atmósfera-océano-hielo-la tierra se acercan al límite más complejo de tales modelos. Esta gran com-plejidad de los modelos climáticos puede llevar a que los humanos reaccionende manera divergente frente a ellos, estas posiciones varían desde, son una ba-sura hasta casi son venerables. Pero la verdad está muy lejos de estas caracteri-zaciones no científicas.

Los que comienzan a enfrentar el problema del calentamiento producidopor el efecto de invernadero tienden a ignorar la larga y rica historia de la con-fección de modelos matemáticos sobre la atmósfera y el océano. A finales de ladécada de 1940 e inicios de 1950, se crearon modelos matemáticos simples paraenfrentar el problema del pronóstico del tiempo. Modelos más avanzados seconstruyeron a finales de la década de 1950 e inicios de 196014 debido a la exis -tencia de un gran interés investigativo en la comprensión de la circulación en laatmósfera. Poco después, se creó el primer modelo con gran parecido a los mo-delos atmosféricos actuales15 Ese primer modelo, así como todos los modelos ac-tuales, resuelve las ecuaciones de la física clásica que son de importancia para laatmósfera, el hielo, el océano y la superficie de la tierra. Estas ecuaciones son laconservación del momentum (segunda ley del movimiento de Newton), conser-vación del calor (primera ley de la termodinámica) y conservación de la materia(aire, agua, productos químicos, etc., los que pueden ser lanzados por el vientoo las corrientes, pueden cambiar su fase, ser transferidos a través de comparti-mentos, o convertirse químicamente, pero el número de átomos de cada tipopermanece inalterable).

Así, el método de los modelos ofrece un elevado potencial para las pruebasfundamentales de las aplicaciones de estos primeros principios teóricos. Este mé-todo de modelos parece decepcionantemente simple: pues estas ecuaciones seenseñan en la física del preuniversitario. Sin embargo, hay algunos retos que re-sultan intimidantes. Cuando se acoplan y aplican a fluidos en movimiento (yque son deformantes) como el aire y el agua, estas ecuaciones forman sistemascontinuos que intrínsecamente no son lineales y que pueden mostrar, de modosorprendente, comportamientos opuestos a los intuitivos. Además, su soluciónen los modelos del clima requiere una red, a escala razonablemente pequeña, depuntos computacionales que abarquen todo el sistema atmósfera-hielo-océano-superficie terrestre. Además, procesos importantes a pequeña escala como son laconvección de la humedad (ejemplo, tronada) y la disipación turbulenta conti-núan siendo extremadamente difíciles de incorporar sobre la base de los prime-ros-principios. Aún peor, ninguna solución significativa de un estado en equili-brio se resuelve directamente para el clima promedio. En efecto, el clima prome-dio en un tal modelo debe describirse como un estado de equilibrio estadísticode un sistema inestable que muestra una importante variabilidad natural deacuerdo con la escala de tiempo de horas (tronadas), días (sistemas del tiempo),semanas a meses (olas a escala planetaria/meandros de corrientes en chorro),años (el Niño) y décadas a centurias (variaciones de la circulación oceánica ycambios del hielo en los glaciares). Claramente, los modelos de un sistema tangrande y complejo requieren de poderosas computadoras. Afortunadamente, lassupercomputadoras actuales son miles de veces más rápidas que las de hace 30años. Debido a que se ha crecido la disponibilidad de potencia computacionalrelativamente barata, el número de modelos climáticos atmósfera-océano total-mente acoplados que existen en el mundo se ha incrementado y los mismos hanpasado desde unos pocos a principios de la década de 1980 a aproximadamen-te 10 modelos concebidos independientemente en la actualidad. Aproximada-mente otros 20 se basan esencialmente en estos 10 modelos.

En el transcurso del último medio siglo, el uso de estos modelos matemáti-cos, que descansan en la física, ha producido una considerable mejoría en la

36

14 Phillips NA. 1956. The gene-ral circulation of the atmosphere;a numerical experiment. Q.J.R.Meteorolog. Soc. 82:123-64 ySmagorinsky J. 1963. General cir -culation experiments with theprimitive equations. I. The basicexperiment. Mon. Weather Rev.41:99-164.

15 Smagorinsky J, ManabeS, Ho-lloway JL Jr. 1965. Numerical re-sults from a nine-level generalcirculation model of the atmosp-here. Mon. Weather Rev. 43:727-68.

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

ciencia del pronóstico del tiempo. Mejorías muy ostensibles se han alcanzado enla obtención de un pronóstico útil a corto plazo en un sistema que es esencial-mente caótico (con lo que quiero decir que los detalles de las variaciones deltiempo se tornan esencialmente impredecibles luego de un lapso de tiempo su-ficiente, digamos un par de semanas).16 Por ejemplo, casi se ha convertido enuna rutina predecir la intensidad y el paso de un sistema de intensas tormentasinvernales mucho antes de que se haya formado el área de bajas presiones de lasuperficie (mostrados frecuentemente en los pronósticos de televisión).

Recientemente se ha hecho evidente que las variaciones más lentas del siste-ma acoplado océano-atmósfera-la tierra aportan un potencial para realizar unpronóstico útil en escalas de tiempo más prolongadas que las dos semanas carac-terísticas de los sistemas de tiempo individual. El ejemplo más visible es el po-der conocer que el evento El Niño, que produce calentamiento en el Océano Pa-cífico tropical oriental, puede pronosticarse, bajo ciertas circunstancias, con máso menos un año de antelación.17 La existencia de esta “mancha posible de pro-nosticar” de océano caliente sugiere una mejoría “de segunda mano” en la pre-dicción de las anomalías del tiempo en las estaciones (por ejemplo, un inviernoen California más húmedo que lo normal).

La existencia de ese potencial de predicción de mayor rango en el sistema cli-mático genera preguntas obvias acerca de la validez de dichos modelos para lapredicción de cambios sistemáticos en el equilibrio estadístico del clima (diga-mos en un promedio de 20 años) que resulte del incremento inexorable de losgases infrarrojo-activos que están actualmente en camino. Primero, debemos re-conocer que éstos son elementos conceptualmente muy diferentes: El pronósti-co del tiempo trata de trazar y predecir los trastornos específicos y el medio am-biente inestable; la proyección del clima trata de calcular el cambio del equili-brio estadístico del clima que se produce al aplicar al sistema un nuevo mecanis-mo de calentamiento (ejemplo, la absorción infrarroja por CO2). Sorprendente-mente, predecir esto último es en muchos aspectos más sencillo que predecir loprimero.

Como ejemplo de la diferencia fundamental que existe entre el pronósticodel tiempo y el cambio climático, consideremos el siguiente experimento depensamiento, sencillo y realizable, que utiliza la máquina de billar romano.18 Amedida que la bola que se lanza en la máquina de billar romano se tambalea através de un camino repleto de obstáculos hacia su inevitable pérdida en el ca-nalón, su camino detallado, luego de una serie de colisiones con los ‘amortigua-dores’ se hace determinísticamente impredecible. Piense que este comporta-miento es el “tiempo” de la máquina de billar romano. Por supuesto, las proba-bilidades de alcanzar el éxito pueden cambiarse dramáticamente a favor del ju-gador al elevar el nivel de la máquina por el extremo donde se encuentra el ca-nalón, cambiando de hecho el “clima” de la máquina de billar romano. Al redu-cir la pendiente del campo de juego, la aceleración efectiva de la gravedad se hareducido, y se incrementa el número de colisiones que acumulan puntos antesde que se produzca la victoria final inevitable de la gravedad. De forma intere-sante, en este “clima” alterado de la máquina de billar romano, la trayectoria in-dividual de las bolas es, finalmente, tan impredecible como lo era en la versiónno alterada. La señal diagnóstica de un “clima” alterado de la máquina de billarromano es un incremento altamente significativo del numero de juegos librespremiados. Una señal diagnóstica secundaria, por supuesto, es la disminuciónnotable en los ingresos recibidos por dicha máquina. Así, conceptualmente, esfácil cambiar el “clima” de la máquina de billar romano. Detectar los cambios enel “clima” de la máquina de billar romano y determinar sus causas, sin embar-go, puede obstaculizarse fácilmente por la inmensa estadística del azar en un sis-tema que es esencialmente caótico, no disímil al clima real.

¿Qué tienen que ver estos experimentos de las máquinas de billar romanocon la comprensión de los modelos del clima real? Las proyecciones para el ca-

M A H L M A N 37

16 Lorenz EM. 1963. Determinis-tic non-periodic flow. J. Atmos.S-ci.20:130-41.

17 Cane M, Zebiak SE, Dolan SC.1986. Experimental forecast of ElNiño. Nature 321:827-32.

18 La máquina de billar romanoes un equipo diseñado para la re-creación y distracción que permi-te al jugador golpear pelotas deacero (aproximadamente de 1pulgada de diámetro) dentro deun campo lleno de obstáculosconstituidos por resortes eléctri -cos que, cuando son golpeadospor la bola, actúan incrementan-do su velocidad neta. (tiene unacubierta súper elástica). El campode juego está inclinado de modoque la bola entra al punto máselevado. Cuando las cinco bolashan quedado atrapadas en la tro-nera, se termina el juego. El ob-jetivo del juego es mantener lasbolas en juego el mayor tiempoposible (haciendo uso de las ale-tas que están cerca de la troneraque impulsan de nuevo la pelotahacia arriba y lejos de la fatal tro-nera). Mientras la bola esté ma-yor tiempo en juego, más entraen contacto por las colisionescon los obstáculos que añaden elnúmero de puntos obtenidos.Una puntuación suficientementeelevada gana nuevos juegos gra-tuitos. Así, el objetivo del juegoes, por la habilidad del jugador,superar la gravedad por el mayortiempo posible, algo análogo alo que hacen los saltadores deesquís y los saltadores de gar ro-cha.

lentamiento de los escenarios por el efecto de invernadero dependen de un nú-mero de procesos físicos (ver arriba) que son sutiles, complejos y que no son deimportancia para el pronóstico del tiempo. Sin embargo, a las personas que seencuentran fuera del campo climático se les oye decir con frecuencia que los mo-delos climáticos están mal utilizados y que son irrelevantes pues tratan de pro-nosticar el comportamiento climático que está mucho más apartado de la pre-dicción determinística y que si uno no puede pronosticar el tiempo con más deuna semana de antelación, es imposible hacerlo con el cambio climático. Talesaseveraciones son científicamente incorrectas. El problema de la “predicción deltiempo” es esencialmente un problema del valor inicial donde la predicción delos detalles interesantes (es decir, el tiempo) está fundamentalmente limitadapor inexactitudes en las condiciones iniciales, errores en los modelos y por lainestabilidad en la propia atmósfera. En contraste, las proyecciones del cambioclimático son, en realidad, problemas del valor limítrofe (es decir, de interferen-cias con la aceleración de la gravedad de la máquina de billar romano), donde elobjetivo es determinar los cambios en las condiciones promedio (incluyendo lascaracterísticas promedio de la evolución hacia un nuevo equilibrio) en la medi-da en que el planeta se calienta o enfría por procesos de reciente adición (ejem-plo, el incremento del CO2).

Las diferencias entre los modelos del tiempo y del clima son aún más instruc-tivas cuando uno considera cómo se evalúan sus fortalezas y debilidades. Graciasa la inmensa cantidad de información existente sobre el tiempo y el clima, am-bos tipos de modelos pueden evaluarse por comparación detallada con datos rea-les. Sin embargo, en la práctica, son muy diferentes los enfoques, superficial-mente similares, para mejorar estos modelos,. Los modelos del tiempo se eva-lúan comparando los pronósticos basados en modelos que se han confecciona-do a partir de datos reales en un día dado con lo sucedido horas o semanas mástarde. De manera interesante, uno de los principales problemas de estos mode-los del tiempo es que los mismos pueden rechazar sus condiciones iniciales aldesviarse hacia un modelo climático que es muy diferente al de los datos realesque se utilizaron para iniciar el cálculo detallado del pronóstico. En efecto, talmodelo de pronóstico del tiempo es deficiente en el clima que produciría si seliberara de las ataduras de sus datos iniciales.

En agudo contraste, un modelo climático tiene la responsabilidad de simularel clima promedio en el tiempo para, digamos, las condiciones de hoy (o por losalrededores, digamos, del año 1800). En este caso, el objetivo de la pesquisa cien-tífica es bien diferente. Aquí, la atención se dirige hacia la simulación apropiadade las estadísticas del clima, como son los ciclos de temperatura diaria y anualproducidos por el Sol, el número e intensidad de ciclones extratropicales, la lo-calización de las áreas desérticas y lluviosas, la fuerza y localización de las co-rrientes en chorro y de las ondas planetarias, la fidelidad de la simulación El Ni-ño, la localización y características de las nubes y el vapor de agua, la fuerza ylocalización de las corrientes oceánicas, la magnitud y localización de la acumu-lación de nieves y de su deshielo, y, finalmente, las amplitudes y patrones de lavariabilidad natural de todos ellos en una amplia gama en la escala de tiempo(de días a siglos).

El lograr todo esto en un modelo de cambio climático es una labor incon-mensurable ya que la enorme cantidad de fenómenos que se producen en el sis-tema climático requieren, virtualmente, el uso de una juiciosa sintonía y/o elajuste de varios procesos pobremente definidos (como son las nubes o los flujosde calor entre la atmósfera y el océano) para mejorar la concordancia entre elmodelo y las estadísticas observadas del clima. Tales sintonías y ajustes tienenun amplio rango, especialmente para el balance de la media-global de las radia-ciones y a menudo se hacen para asegurar que el modelo concuerde con la ca-racterística media-global del clima. Si esto no se hiciera, un modelo acopladopuesto en marcha con el clima de hoy tendería a desviarse hacia un clima me-

38 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

nos realista. Estas prácticas han sido criticadas como evidencia de que los mode-los climáticos no tienen la credibilidad necesaria para evaluar el problema del ca-lentamiento producido por el efecto de invernadero. Es de interés señalar, quetales sintonías y ajustes (o la falta de ellos) pudieran tener poco que ver con lacapacidad de un modelo para reducir sus inexactitudes fundamentales en la pre-dicción del cambio climático antropógeno. Debemos recordar que las principa-les inexactitudes ya señaladas (vapor de agua, nubes, y retroalimentación produ-cida por el albedo del hielo), giran alrededor de cómo tales propiedades puedenalterarse bajo la adición de los gases de efecto de invernadero. Este es un conjun-to de problemas que no pueden evadirse por la sintonía o ajuste juicioso del mo-delo. A la larga, probablemente se comprobará que es más beneficioso mejorarel modelo fundamental de los procesos principales que gobiernan los procesosde retroalimentación de mayor importancia en el clima como son el incremen-to del CO2 (es decir, nubes, vapor de agua, hielo, circulación oceánica).

O sea, los modelos son herramientas imperfectas con los cuales se realizanlas predicciones del cambio climático. ¿Significa esto que debemos desviar nues-tra atención hacia otras herramientas? Definitivamente no. Los modelos basadosen estadísticas que utilizan datos históricos son alternativas posibles, pero de va-lidez marginal, debido principalmente a que La Tierra nunca ha experimentadola proporción de calentamiento que se espera se produzca por el actual creci-miento acelerado de los gases de efecto de invernadero y que son activos frentea la radiación infrarroja. En este sentido, la gran desviación climática media-glo-bal, pero muy lenta, de las épocas geológicas pasadas es instructiva, pero estámuy lejos de ser definitiva como directriz o análoga para el próximo siglo.

Las consideraciones realizadas previamente esclarecen que no hay alternativaviable a los modelos climáticos acoplados para proyectar el estado futuro del cli-ma y cómo éste pudiera desenvolverse. Los modelos climáticos basados en la fí-sica tienen la inmensa ventaja de estar sustentados básicamente por una teoríaconocida y evaluada frente a todas las observaciones disponibles. En realidadexisten razones para ser escépticos acerca de la capacidad que tienen tales mode-los de realizar proyecciones cuantitativamente exactas de los estados del climafuturo que se producirán como resultado de la adición en varios escenarios degases de efecto invernadero. Afortunadamente, los puntos débiles de tales mo-delos climáticos pueden analizarse, evaluarse y mejorarse con mediciones apro-piadamente seleccionadas orientadas a los procesos y complementadas por ex-perimentos numéricos bien diseñados con formulaciones diversas de los mode-los climáticos.19 En resumen, el uso de dichos modelos climáticos permite un en-foque sistemático con el objetivo de cerrar la brecha existente entre la teoría ylas observaciones del sistema climático. No hay ningún método alternativo quese le aproxime.

¿Por qué los datos sobre el clima son imperfectosy por qué de todas maneras son de importancia crucial?La disponibilidad de datos sobre el clima es, en muchas formas, crucial en la bús-queda de la comprensión, simulación y predicción del sistema climático y paraconocer cómo puede cambiar en el futuro. Tales datos aportan la base para rea-lizar nuestras caracterizaciones del estado del clima en tiempo-promedio usandodiversas estadísticas de temperatura, presión, viento, cantidades de agua, nubo-sidad y precipitación en función de la localización geográfica, el tiempo y la al-titud. Más importante aún, tales datos aportan incalculable información sobre lavariabilidad natural del clima, que va desde las estaciones hasta décadas.

Estos grupos de datos tienen la facultad de proporcionar una visión directa eimportante de cómo funciona el sistema climático. Por ejemplo, los rangos ob-servados de temperatura promedio diaria y a lo largo de las estaciones aportanvaliosas evaluaciones sobre nuestra comprensión teórica de cómo cambia el cli-

M A H L M A N 39

19 De los muchos de estos ejem-plos, uno de los más interesanteses suministrado por el Departa-mento del Programa para la Me-dición de la Radiación de la Ener-gía Atmosférica. En un sitio conmuchos instrumentos en Oklaho-ma (y en otros sitios menores) serealizan mediciones intensivasdel viento horizontal, de la velo-cidad vertical, de la temperatura,el vapor de agua, las nubes, elcalentamiento latente, las preci-pitaciones, los flujos de radiaciónde ondas cortas y largas y los flu-jos de calor superficial, el mo-mentum y el vapor de agua. Esteconjunto exhaustivo de medicio-nes se está utilizando para eva-luar nuestra capacidad actual demodelaje y sus deficiencias sobreel proceso de las nubes, la trans-ferencia radiante ‘nubosa’, laconvección (a escala de trona-das), y la turbulencia. Estas áreasrepresentan algunos de los as -pectos más débiles de las partesatmosféricas de los modelos cli -máticos.

ma en respuesta a las circunstancias del cambio radiante (es decir, día a noche,verano a invierno). En escalas de tiempo más prolongadas, las inferencias indi-rectas (o mediciones sustitutas) aportan valiosa información de cómo las erasglaciares y las épocas más calientes parecen depender sensiblemente de cambiossutiles producidos en el calentamiento de La Tierra debido a variaciones aparen-temente pequeñas de la orientación precedente de La Tierra hacia el Sol y de laórbita elíptica de La Tierra alrededor del Sol. De manera interesante, el adveni-miento de las eras glaciares y su terminación parece responder más sensiblemen-te a estos pequeños cambios del calentamiento solar que lo que se calcula pornuestros modelos climáticos actuales. Por ejemplo, los registros de los núcleos dehielo muestran que el CO2 atmosférico disminuye a medida que el clima se en-fría, este efecto de retroalimentación positiva debemos esperar que sea de im-portancia durante el próximo siglo. Sin embargo, tales observaciones del climaprehistórico son lo suficientemente ambiguas para que no justifiquen ningunaconclusión segura acerca de que nuestros modelos actuales del clima pudieranestar subestimando el incremento de temperatura global a escala del siglo gene-rado por los gases de efecto de invernadero añadidos.

Hay miles de lugares sobre La Tierra donde se toma información diaria acer-ca de la atmósfera y que tienen el fin primario de pronosticar el tiempo. Afortu-nadamente, toda la información recolectada con estos fines es también de granimportancia para caracterizar el clima a largo plazo. Desdichadamente, granparte de la información atmosférica de importancia no está fácilmente disponi-ble en las redes del tiempo. Entre éstas se incluyen la velocidad vertical, calen-tamiento/enfriamiento radiante, características de las nubes, evaporación y pro-piedades de las especies trazas críticas, como son las partículas que contienensulfato y carbono.

Muchos sitios locales aportan información sobre la nieve, el agua almacena-da, escurrimientos y humedad de los suelos, datos todos de la superficie terres-tre. Desdichadamente, la cobertura espacial dista mucho de ser la adecuada y lamayoría de las estaciones aportan poca información acerca del estado de la ve-getación que la cubre y de su papel en el gobierno del presupuesto de agua su-perficial y de la capacidad de reflejar la radiación solar.

La obtención de datos oceánicos es irregular y episódica con relación a la ne-cesidad de caracterizar el estado del océano y su papel en la variabilidad climá-tica y en el cambio climático. Por ejemplo, aún estamos esperando ver el primer“mapa del tiempo” instantáneo de las olas oceánicas internas, chorros y vórti-ces, privilegio que disfrutan, por descontado, los científicos atmosféricos. Afor-tunadamente, la superficie oceánica es parcialmente accesible por intermedio delas mediciones de los satélites que circundan La Tierra. Esto permite realizar me-diciones remotas de la temperatura de la superficie oceánica, del estado del mar,de la altura oceánica y medir la densidad integrada sobre una capa bastante pro-funda que permite hacer algunas inferencias de las corrientes oceánicas.

Para todas las partes integrantes del sistema climático, la capacidad de carac-terizar las tendencias a largo plazo de las principales variables del clima es pocoadecuada en el mejor de los casos e inexistente en el peor. Muy pocos de los sis-temas actuales de medición climática están configurados para cumplir lo que de-nomino los requerimientos para el monitoreo del clima.

El monitoreo del clima lo definimos aquí como la recogida sistemática y a lar-go plazo de mediciones climáticas claves, en las que se ponga cuidadosa aten-ción al mantenimiento de la calibración y de la continuidad de los registros porintervalos de tiempo muy largos y donde se haga gran énfasis en la interpreta-ción de los datos recogidos. Muy pocos de los sistemas actuales de medición cli-mática satisfacen estos requisitos estrictos. Esto se debe, fundamentalmente, aque casi todas las mediciones climáticas de importancia son recogidas para cum-plir objetivos a corto plazo, como es el pronóstico del tiempo, o con el propósi-to de comprender procesos específicos como lo son las nubes o El Niño.

40 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

Así ¿por qué debemos preocuparnos de estas deficiencias de monitoreo?¿quién tiene interés en mejorar el monitoreo del clima? Los científicos, que to-man los datos sobre el clima, pues su objetivo es utilizar estos datos para apren-der acerca de cómo el clima y el cambio climático funcionan realmente. Los teó-ricos del clima y los que construyen los modelos también tienen interés porquelas proyecciones actuales del calentamiento producido por el efecto de inverna-dero tienen un fundamento teórico, como se manifiesta en los modelos climáti-cos matemáticos (lo que hace que las proyecciones del cambio climático, sin in-tentar evaluarlas frente al mundo real en evolución, sea contrario a la ética dela ciencia). Los decisores de políticas también están interesados porque ya estánenfrentando el proceso de dictar políticas (o no políticas) frente a algo que se co-noce de manera imperfecta, pero que es potencialmente muy serio, la amenazadel medio ambiente global. Los decisores de políticas, al igual que los científicos,siempre necesitan evaluar sus conclusiones contra nuevas informaciones.

A pesar de la acuciante necesidad de mejorar el monitoreo del clima, en la ac-tualidad no se está haciendo mucho nacional o internacionalmente, para mejo-rar las deficiencias actuales del monitoreo. Peor aún, muchas capacidades impor-tantes se están deteriorando en Estados Unidos y en otros lugares debido a pre-siones presupuestarias. ¿Por qué esto es así? Este es un asunto que continúa des-concertándome. Sospecho que la respuesta está cercana a la imposibilidad quetienen muchos altos funcionarios de contraer compromisos frente a un proble-ma que requiere de atención permanente y durante muchas décadas.20 También,el problema padece de una evidente falta de encanto. “¿Qué? ¿No hay un resul-tado inmediato?” Es posible también que algunos puedan sentir la necesidad deelegir la respuesta adecuada si sus mentes son frívolas, fenómeno no extraño enambos extremos del espectro político.

Este resumen de algunas de las barreras existentes para mejorar el monitoreodel cambio climático revela el serio reto que está produciendo, en la actualidad,la reducción neta en la capacidad global de monitoreo del clima en un momen-to en que los negociadores de políticas internacionales están encarando seria-mente el problema del calentamiento producido por el efecto de los gases inver-nadero. Claramente, se requiere mejorar la información para guiar la atemori-zante y tortuosa mitigación (o su falta) de las emisiones de gases de efecto de in-vernadero a lo largo del próximo siglo. La información sobre el monitoreo delclima emergente puede revelar que nuestras proyecciones del calentamientoproducido por el efecto de invernadero fueron o altas o muy bajas. Dada estainformación, las futuras decisiones de la mitigación pueden afectarse profunda-mente. Sin poseer esta información que es de vital importancia, estaremos vo-lando en la oscuridad durante mucho tiempo.

Papel del debateContexto para el debate

Los debates y controversias son hechos fundamentales en el diálogo público enla mayoría de los grandes retos políticos, sociales y del medio ambiente que he-mos enfrentado en nuestra era. Una buena regla empírica es que la intensidaddel debate tiende a ser inversamente proporcional al conocimiento que se tienesobre el tema. Sin embargo, hay grandes excepciones a esta regla. Consideremosel debate del aborto con sus dos vertientes pro-vida y pro-selección. Aquí los de-bates han sido prolongados y clamorosos, aún cuando la ciencia de la reproduc-ción y su prevención son bastante bien conocidas. Obviamente, el incrementocontinuo del conocimiento científico de las ciencias reproductivas tendrá pocoque ver con el cambio de tono de este debate. El debate sobre el aborto tiene quever con la validación de los conflictos del sistema de valores que el nuevo cono-cimiento científico probablemente no disminuirá.

Este ejemplo extremo provee un contexto instructivo para la comprensión

M A H L M A N 41

20 Es un privilegio personal reco -nocer los primeros esfuerzos deCharles D. Keeling para asegurarla presencia actual de los impr e-sionantes registros de CO2. Élnos ha enseñado que el monito-reo apropiado del clima es difícil,e inapreciable. Quizás pronto elmundo comience a tomar seria -mente su mensaje.

del carácter del intenso debate y de las controversias que se han producido alre-dedor del calentamiento producido por el efecto de invernadero generado porlos humanos. Este debate no sería de tanta importancia si el incremento de losgases de efecto de invernadero en la atmósfera se percibiera como productor deun efecto de curiosidad teórica -sino un efecto considerado irrelevante por loscambios serios en el clima. Puedo ver a científicos en desacuerdo, como lo ha-cen típicamente, en las conferencias científicas sobre aspectos que explican co-rrecta o incorrectamente varios fenómenos. Cómo algunos pueden apasionarsealrededor de sus propios puntos de vista, pero los desacuerdos no impedirán nor-malmente que los contendientes salgan luego a tomar una cerveza, un café o acenar juntos.

De manera interesante, ésta es, aún en la actualidad, una razonable caracteri-zación de lo que sucede en las conferencias sobre el clima. Sin embargo, las co-sas cambian cuando un miembro de la comunidad científica está argumentan-do a favor de una posición política “en nombre de la ciencia”. Aún en este caso,la disposición generalmente es cortés, pero las preguntas al conferencista típica-mente son agudas y en ocasiones emocionales. Mi interpretación es que en eltrabajo, los científicos del clima no se sienten cómodos con la relación a la in-terfase ciencia/no ciencia que no le es familiar. Nuestros instintos son continuarbatallando en el terreno de la ciencia y admitir abiertamente las inexactitudes,aún cuando se emplee un arsenal no científico. En efecto, los científicos seriosestán tratando de encontrar la verdad científica, en tanto los opositores, de ma-nera típica, recurren a la ciencia para promover sus agendas personales. Lo ex-puesto anteriormente lleva, a menudo, a que se tenga un concepto ampliadodel debate “científico”, al menos para observadores no informados.

Inexactitud y controversias científicas genuinas

Las observaciones realizadas previamente no se ofrecen con el objetivo de aseve-rar que los científicos no debieran discutir. Por el contrario, toda la cultura de lasciencias físicas gira alrededor de desacuerdos y de explicaciones alternativas. Pe-ro la disciplina de la ciencia se centra alrededor de conciliar los desacuerdos uti-lizando el método científico. La verdadera ética de la ciencia está diseñada paraalcanzar la verdad a través de la comprobación de la hipótesis utilizando unacuidadosa experimentación.

Una prueba adecuada para determinar si se ha utilizado o no el método cien-tífico y para evaluar las afirmaciones acerca de la ciencia del problema es deter-minar si las afirmaciones previas se alteran o no frente a evidencias contrarias.Muchos ejemplos instructivos de legitimación de desacuerdos científicos hanacelerado la producción de nuevos conocimientos a la luz de una mejor infor-mación.

El ejemplo de la explicación física del fenómeno del espectacularmente gran-de “agujero de ozono “ de la Antártica es especialmente instructivo en este con-texto. La nueva información acerca del descubrimiento del agujero de ozonocambió en el transcurso de dos años la forma ya establecida en que la cienciacomprendía la disminución del ozono. Mi pequeña participación en este even-to fue aconsejar una hipótesis comprobable acerca de sí el agujero de ozono eraun fenómeno natural.21 Nuestra hipótesis (la única alternativa plausible “natu-ral” identificada) fue comprobada y se encontró que era físicamente consisten-te; sin embargo, falló por casi un factor de 10 como explicación del agudo des-censo del ozono. En la ciencia real, si los números están equivocados, la hipóte-sis falla. Existen “científicos” autoproclamados que aún utilizan términos como“la broma del agujero de ozono” para describir el estado de la ciencia del ozono.Claramente, tales “científicos” ignoran la urgencia que constituye la gran y con-vincente disminución del ozono, así como las fuertes evidencias científicas dis-ponibles para explicar dicha disminución.

42

21 Mahlman JD. Feis SB. 1986Antarctic ozone decreases: a dy-namical cause? Geophys. Res.Lett. 13:1316-19.

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

Es importante reconocer que los desacuerdos entre los científicos son un ele-mento fundamental de la ética científica. En oposición a nuestras tradiciones le-gales, toda la teoría, todos los modelos y todos los datos son, en efecto “culpa-bles hasta que se compruebe que son inocentes”. Además, la prueba de inocen-cia en ciencia es inevitablemente relativa. Einstein, en principio, “destruyó” lasleyes de Newton sobre el movimiento. En la práctica, sin embargo, vivimosnuestra vida diaria asumiendo de forma implícita lo virtualmente correcto de lasleyes de Newton sin miedo a que la desviación de las “leyes físicas” pudiera pro-ducirnos problemas observables. Así, vivimos tranquilos con la comprensióncientífica de que es “suficientemente bueno” para la aplicación de los propósi-tos que están a la mano.

Sugiero que este principio “suficientemente bueno” aporte una guía útil parael abordaje del problema del calentamiento provocado por el efecto de inverna-dero de origen humano. Obviamente, cualquier fenómeno que sea tan interac-tivo y complejo como lo es el clima ofrece muchas oportunidades para legitimarlos desacuerdos científicos. Mi propio punto de vista es que la comunidad cien-tífica que estudia el clima ha sido muy directa en reconocer las importantes in-certidumbres que aún quedan en las proyecciones de los posibles cambios futu-ros del clima. De mayor importancia es que aún reconocemos un factor de ran-go tres (1.5° C -4.5° C) de imprecisiones en el equilibrio de la temperatura me-dia global de la superficie en respuesta a la duplicación del CO2. 22 Además, heafirmado que hay un chance mayor del 90% de que la duplicación del CO2 pro-duzca un calentamiento que se encuentra dentro de ese rango.23 Nosotros loscientíficos reconocemos que los efectos adicionales de las partículas de sulfato(como resultado de la quema de combustibles fósiles) producen un efecto com-pensador de enfriamiento que es incierto. Reconocemos libremente también queal efecto de enfriamiento de los aerosoles se le dio poca importancia en el Infor-me del IPCC de 1990. 24

Uso inapropiado de la información científica

Los enérgicos debates que existen en la actualidad sobre el calentamiento pro-ducido por el efecto de invernadero van mucho más allá de los debates científi-cos. Los mismos están guiados por argumentos que no son científicos, al menosen el sentido en que los científicos prácticos utilizan el término. Los argumen-tos frecuente y legítimamente, se centran alrededor de conflictos de valores yprioridades. Desdichadamente, sin embargo, las afirmaciones que se realizanacerca del cambio climático “en nombre de la ciencia” no se basan en la cienciaclimática fundamental y cuantificable. ¿Cómo es esto? Hoy disponemos de mu-chas técnicas para usar o ‘mal usar’ el conocimiento científico disponible con elfin de que apoye el punto de vista personal, lo que puede o no tener que ver conlas lecciones que provienen de la propia ciencia. En realidad, es fácil “socavar”la enseñanza que aportan los hechos climáticos para justificar la presentaciónde un punto de vista particular.

El más evidente mal uso del conocimiento sobre el clima proviene de la in-certidumbre expresada públicamente en la predicción del incremento de la tem-peratura media global de la superficie para la duplicación del CO2 atmosférico.El amplio rango que existe entre 1.5° C-4.5° C lleva a algunos argumentos queresultan curiosos. Aquellos que legítimamente temen las consecuencias econó-micas del descenso del CO2 (a quienes llamo “avestruces”, con sus cabezas en laarena), casi independientemente de la evidencia científica, tienden a recurrir ala información que refuerza el fenómeno para las cifras que están en o por deba-jo del extremo final del rango “Sé que el resultado real estará en el lado inferiorporque.....” Aquellos que están legítimamente preocupados con las consecuen-cias sobre el medio ambiente de los niveles elevados de CO2 (a quienes les lla-mo “Pequeños Pollitos”, que ven al cielo cayendo), casi independientemente de

M A H L M A N 43

22 Houghton JT, Meira Kilko LG,Callender BA, Harris N, Kathen-berg A, Mackell K, eds. 1995.Climate Change 1995: TheScience of Climate Change.Cambridge, UK: CambridgeUniv. Press. 572 pp.

23 Mahlman JD. 1997. Uncer-tainties in projections of human-caused climate warming. Science278:1416:17.

24 Houghton JT, Jenkins GJ, Eph-raums JJ, eds. 1990. ClimateChange: The IPCC Scientific As -sessment. Intergovernmental Pa-nel on Climate Change. Cam-bridge. UK: Cambridge Univ.Press. 364 pp.

la evidencia científica, tienden a recurrir a la información que refuerza el fenó-meno para las cifras de calentamiento que están al nivel o por encima del extre-mo superior del rango. “solo sé que los resultados reales estarán en el lado altoporque... “

Les guste o no, la realidad es que no conocemos la verdad sobre dónde se en-contrará la respuesta final. La inconveniente realidad es que la incertidumbre “esasí”. Si conociéramos que nuestros mejores estimados previos estarían, digamos,en el lado elevado, la comunidad científica, con certeza, disminuiría su mejor es-timado. No sería científico hacer otra cosa. Está claro que las personas bien in-tencionadas, pero guiadas por una agenda, no estarán aún legítimamente deacuerdo por razones no científicas. En efecto, estas son posiciones guiadas porvalores que tienen poco que ver con el estado real del conocimiento científico.Las personas que utilizan dicha “ciencia” para reforzar sus opiniones personalesno están interpretando a la ciencia como la ciencia los interpreta a ellos.

Con frecuencia y a través del uso de intrigas en los debates sobre el calenta-miento producido por el efecto de invernadero se hace una mala utilización dela variabilidad natural del sistema climático, en forma sorprendentemente aná-loga al mal uso de la incertidumbre científica, como se explicó previamente. Eneste caso, los avestruces dicen que la variabilidad espontánea y natural del climaes tan grande que la tendencia observada del calentamiento durante el siglo pa-sado pudiera explicarse acudiendo a la variabilidad natural de, digamos, la tem-peratura media global del aire de la superficie. Así, para el calentamiento obser-vado de aproximadamente 0.6° C en los últimos 130 años, los avestruces pudie-ran argumentar correctamente que ésta sería la expresión de un ciclo natural decalentamiento que no tiene nada que ver con el incremento de los gases de efec-to de invernadero. Sin embargo, los pequeños pollitos pueden señalar que pu-diéramos haber estado en un ciclo de enfriamiento natural en los últimos 130años y, por tanto, que el efecto de invernadero es probablemente mayor de loque parece en realidad a partir de estos datos. El problema con ambos argumen-tos es que no existen evidencias para confirmar ninguno de los dos. Ésta es unade las razones por la que es muy difícil apelar al registro de temperaturas paradisminuir los límites inexactos de las proyecciones del efecto de calentamientoproducido por los gases de efecto de invernadero. La variabilidad natural, aligual que la incertidumbre, “son así”. Ningún truco utilizado en los debates yque esté guiado por valores hará que desaparezca esta realidad. Sea cautelosocuando se utiliza sistemáticamente o la incertidumbre o la variabilidad naturalpara hacer que prevalezca una posición pre-establecida. Puede que se le haya da-do un mal uso a la ciencia, con lo que netamente se pierde un esfuerzo racionalpara establecer lo que realmente está sucediendo en la ciencia de este acucianteproblema.

Papel primordial de las evaluaciones “oficiales”

A lo largo de las dos últimas décadas se han publicado, aproximadamente, uncentenar o más de evaluaciones y contribuciones acerca del calentamiento pro-ducido por el efecto de invernadero. Casi todas han sido preparadas por gobier-nos u organizaciones no gubernamentales. Casi todas tienen las perspectivas ypuntos de vista de las entidades que los produjeron. Casi todas han sido virtual-mente ignoradas en el escenario global, debido, aparentemente, a que dichasevaluaciones fueron o se percibieron como no creíbles para el resto de las enti-dades, exceptuando la que la confeccionó. Es claro que las evaluaciones realiza-das en los EUA, incluyendo las más recientes,25 fueron consideradas con ciertadesconfianza por otros países.

En el problema de la disminución del ozono, existe una historia similar. Sinembargo, este patrón desapareció con la primera evaluación sobre el ozono quese realizó con un carácter realmente internacional26 y que estuvo auspiciada por

44

25 Evans DJ. 1992. Policy impli-cations of Greenhouse Warming.Washington, DC; Natl. Acad. 918pp.

26 World Meteorological Organi-zation. 1985. Atmospheric Ozo-ne 1985, Assessment of Our Un-derstanding of the ProcessesControlling its Present Distribu-tion and Change. World Meteo-rolog. Org., Global Ozone Res.Monitoring Proj. Resp. 16.478pp.

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

la Organización Meteorológica Mundial. Este esfuerzo fue potenciado por ungran incremento en la participación de la comunidad científica mundial del ozo-no y, por tanto, de la autoridad de la evaluación. Un resultado prometedor fueel marcado incremento en el nivel de atención y acción de la comunidad políti -ca mundial. Sin embargo, en contraste con la situación actual del calentamien-to producido por el efecto de invernadero, poco después, la toma de concienciaacerca del agotamiento del ozono se elevó rápidamente, con la documentacióndel “agujero de ozono” de la Antártida en 1985, la que fue una verdadera bom-ba de humo que mostró que el problema real era mucho más severo de lo quepreviamente se había pronosticado por la comunidad científica del ozono.27

La viabilidad del proceso evaluativo del calentamiento producido por el efec-to de invernadero mejoró marcadamente luego de la creación del Grupo Inter-gubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas eninglés) en 1988 y su informe sobre Climate Change: The IPCC Scientific Asses-ment realizado en 1990.28 El proceso del IPCC cambió sustancialmente la formaen que las comunidades mundiales trazadoras de políticas y los que toman deci-siones manejaron el aspecto del calentamiento producido por el efecto de inver-nadero. La internacionalización del proceso llevó a una plataforma común en lacual los principales contribuyentes de este problema (esencialmente todos los se-res humanos) pueden comenzar a discutir las formas de manejar sus implicacio-nes. A pesar de la predecible escrupulosidad (muy agresiva, muy tímida, muy po-lítica, insuficientemente política), el IPCC ha probado, al menos en mi opinión,tener un enorme éxito internacional.

El proceso del IPCC y sus productos de evaluación sobrepasaron al éxito delprimer instante. Cuando se publicó el Informe de 1990 del IPCC, éste recibióuna pequeña mención en la última página del New York Times. Casi ningúnotro periódico reseñó la historia. En efecto, ésto constituyó un evento para losmedios masivos de comunicación de los EUA. Irónicamente, el amenazante in-forme de 1990 del IPCC ha sido un evento de mucha importancia en la vida per-sonal de los periodistas que cubrieron las muy diversas historias que incentiva-ron la controversia sobre el calentamiento producido por el efecto de invernade-ro. Los reporteros han perseguido los hechos que le dieran valor al informe de1990 del IPCC y que llevaron a alcanzar algunas nuevas y asombrosas conclusio-nes. Los que fuimos entrevistados casi a diario por los reporteros antes de que sepublicara el informe del IPCC de 1990 experimentamos una caída vertiginosa enla frecuencia de solicitud de entrevistas luego de su publicación. Mis colegas yyo inferimos que el Informe del IPCC, aparentemente, fue “demasiado aburrido”para que recibiera un marcado interés por parte de la prensa. En efecto, el IPCCestaba diciendo lo mismo que los científicos del clima habíamos dicho durantealgún tiempo. El problema del calentamiento producido por el efecto de inver-nadero es real; el cambio climático causado por el hombre puede ser sustancial;los modelos climáticos son creíbles; y la ciencia tiene importantes incertidum-bres que deben ser reconocidas. Posteriormente, le pregunté a algunos reporte-ros acerca de ésto y ellos corroboraron que nuestras inferencias eran correctas.Sin que se produjeran cambios de importancia en la percepción pública de esteproblema, el reporte no se vio por los periodistas como una noticia de interés pa-ra ellos. En efecto, el debate fue una “noticia” más interesante que el propio pro-blema. La necesidad de los medios masivos de comunicación de encontrar his-torias intensas y novedosas, desdichadamente, ha sobrepasado las obligacionesque pudieran haber tenido de informar a sus lectores sobre la importancia de lasconclusiones del IPCC.

Desar rollo del debate del calentamiento realproducido por el efecto de invernader oEn los meses que precedieron a la Conferencia del Clima de Kyoto realizada en

M A H L M A N 45

27 Farman JC, Gardiner BG,Shanklin JD. 1985. Large lossesof total ozone in Antarctica r e-veal seasonal Clox/Nox interac-tion. Nature 315:207-10.

28 Houghton JT, Jenkins GJ, Eph-raums JJ, eds. 1990. ClimateChange: The IPCC Scientific As -sessment. Intergovernmental Pa-nel on Climate Change. Cam-bridge Univ. Press. 364 pp

diciembre de 1997, ocurrió un sorprendente cambio en la atención de los me-dios masivos de comunicación hacia el problema del calentamiento producidopor el efecto de invernadero. En los principales medios masivos de comunica-ción apareció una avalancha de artículos que estaban diseñados, específicamen-te, a informar al público acerca de la ciencia que sustentaba al calentamientoproducido por los gases de efecto de invernadero. Súbitamente la ciencia se ha-bía convertido en una noticia de interés para la prensa, y la obligación de edu-car al público había asumido una prioridad muy elevada.

¿Qué fue lo que produjo este importante cambio en la atención de los mediosmasivos de comunicación hacia este aspecto por otra parte tan antiguo? La res-puesta es obvia: fue la Conferencia de Kyoto. A esta asamblea de representantesen la que participaron esencialmente todas las naciones del mundo se le encar-gó comenzar a realizar lo inimaginable -cambiar la forma en que el mundo uti-liza los combustibles fósiles para cumplimentar su masiva demanda de energía.Súbitamente, participaban todas las personas del planeta, y el calentamientoproducido por el efecto de invernadero ya no era más un juego. De manera lite-ral, el proceso de Kyoto estaba amenazando con cambiar el mundo personal decada cual, en forma grande, amenazante e impredecible.

La implicación del proceso de Kyoto produjo una avalancha de grandes co-merciales e infomerciales destinados a apoyar y/o defender puntos de vista par-ticulares. Las personas y grupos defensores del medio ambiente enfatizaron lasamenazas que pudieran producir los niveles elevados de gases de efecto de inver-nadero sobre la vida en La Tierra, sobre los humanos y sobre otros elementos.Los usuarios y productores de combustibles fósiles enfatizaron el daño potencialpara las economías y para las industrias específicas que produce el uso directo decombustibles fósiles. Ambas posiciones expresaban una preocupación válida.

De forma fascinante, los medios masivos de comunicación se retractaron yabordaron el problema del calentamiento a un nivel que excedía sustancialmen-te el que ellos habían planteado en las controversias originales. Los medios acep-taron ahora que había miles de anécdotas en la ascendente historia del inverna-dero, fase dos.

Este dramático cambio en la atención que dispensaron los medios masivos decomunicación puede comprenderse si se realiza un experimento simple del pen-samiento. Imagine, por algún milagro de brujería científica, que la ciencia del ca-lentamiento producido por el efecto de invernadero está ahora definitivamentecompleta, que los científicos del clima pueden establecer con precisión sorpren-dente las formas en que cambiará el clima bajo cualquier variedad de escenariode concentraciones atmosféricas futuras de los gases de efecto de invernadero yde las partículas suspendidas en el aire que son activas desde el punto de vistaradiante. ¿Desaparecería el debate sobre el calentamiento producido por el efec-to de invernadero? Difícilmente. En realidad, yo planteo que los debates delefecto de invernadero se incrementarían de manera sustancial, por un conjuntode razones fácilmente comprensibles. Algunas de las cuales señalamos más ade-lante.

Para ilustrar la primera razón, debemos asumir que el estado “definitivo” dela ciencia del clima está siendo utilizado para evaluar el escenario “de juego” es-tándar del IPCC de llegar a una concentración de CO2 que duplique los nivelespreindustriales y mantenerlos ahí indefinidamente. Asume también que el ran-go medio del estimado medio global para este problema (3° C para el doble deCO2) es en realidad la respuesta correcta. ¿Qué clase de cambios climáticos espe-cíficos esperaríamos ver? De acuerdo con Manabe y Stouffer29 y el IPCC30, obser-varíamos (a) que la tierra se calentaría más que los océanos, (b) habría una reti-rada considerable de los hielos oceánicos del hemisferio norte, (c) se elevaría elnivel del mar más de un metro en los próximos cientos de años, (d) habría unamarcada reducción en la circulación de recambio del Océano Atlántico Norte, y(e) se producirían reducciones sustanciales en la humedad del suelo durante el

46

29 Manabe S. Stouffer R. 1994.Multiple-century response of acoupled ocean-atmosphere mo-del and increase of atmosphericcarbon dioxide. J. Clim. 7:5-23

30 Houghton JT, Meira Filko LG,Callender BA, Harris N, Kathen-berg A, Mackell K, eds. 1995.Climate Change 1995: TheScience of Climate Change.Cambridge, UK: CambridgeUniv. Press. 572 pp

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

verano en el centro de los continentes ((25%). También, esperaríamos incremen-tos en la intensidad de los huracanes/tifones tropicales, al menos para aquellosque tienden a alcanzar etapas maduras.31 En las áreas húmedas subtropicales se-ría probable la producción de marcados incrementos en el índice del calor en elverano (medida del nivel efectivo de temperatura que el cuerpo siente en un díahúmedo).32 Si se produjeran los cambios antes mencionados, se generarían im-portantes tensiones en muchos aspectos de la vida en La Tierra. Probablementehabría muchos perdedores y algunos ganadores. El enfrentamiento de los valo-res y de la equidad que resultaría de este tipo de escenario producido por el cam-bio climático, probablemente sería intenso y prolongado.

La segunda razón por la que esperamos un debate de gran intensidad, noteque persiste una importante posibilidad de que la sensibilidad real del clima pu-diera estar cerca del límite inferior del generoso rango de los mejores estimadosactuales (1.5° C para la duplicación del CO2). No obstante, aún este bajo nivelde sensibilidad climática al CO2 añadido puede ser problemático. Como se se-ñaló en el Informe del IPCC de 1994 acerca de Radiative Forcing of ClimateChange,33 nuestra tendencia actual de uso de los combustibles fósiles está apun-tando hacia alcanzar el cuádruplo de los niveles de CO2 por encima de los nive-les preindustriales. A esos altos niveles de CO2, aún con este bajo nivel de res-puesta de calentamiento a los incrementos del CO2, sus impactos potencialesse hacen sorprendentemente “no pequeños” (vea previamente los efectos de laduplicación del CO2 para el rango medio estimado).

La tercera razón es que, cerca de los límites superiores actuales de la sensibi-lidad climática para la trayectoria actual del CO2 proveniente de la sociedad, losgrandes cambios climáticos proyectados indican que los impactos potencialesprobablemente serían impresionantemente grandes.34

Los casos hipotéticos señalados previamente señalan que se producirá, casiinevitablemente, un creciente requerimiento global de que se realice un cambioen el uso mundial de los combustibles fósiles. Eso, por supuesto, fue lo que ocu-rrió en la conferencia de Kyoto -fue el comienzo del proceso de toma de concien-cia del mundo para variar el perfil de uso actual de los combustibles fósiles eninterés de prevenir cambios climáticos sustanciales.

El proceso de Kyoto fue muy criticado bien por hacer demasiado, por hacermuy poco o por ser muy indulgente con las emisiones de CO2 producidas porotros (países, industria, generación...... Obviamente, ¿Quién paga y cuánto ycuándo? El debate ya es el origen de una importante disputa que se garantiza seincrementará en la misma medida en que estos “acuerdos” evolucionen haciacompromisos reales por países reales, industrias reales y personas reales. Ahoraes que comenzaron los debates reales. Ahora los conflictos de valor se tornansustantivos y ubicuos. La mayoría de nosotros desea asegurar que nuestro con-junto particular de deseos y necesidades no se afectan desproporcionadamente.Los debates de valores dirigidos por la equidad inevitablemente serán conten-ciosos y emocionales. Nos quedamos, por tanto, con la conclusión de que el pro-pósito real de Kyoto fue iniciar los esfuerzos para alejarnos en algo de nuestratrayectoria social actual que está señalando hacia cuadruplicar los niveles deCO2.35 Decisiones realmente difíciles tendrán que tomarse en una serie de futu-ras “Conferencias de Kyoto”.

Luego del proceso de Kyoto está casi garantizado que los debates se incremen-ten aún más. Apoyar al enfoque de Kyoto es lo que a mí me parece es una hipó-tesis implícita. Podemos avanzar razonablemente en el ala política si todos po-demos asumir tranquilamente, al menos por ahora, que la duplicación eventualde los niveles de CO2 produciría un nivel aceptable de cambios climáticos, peroque niveles superiores de CO2 serían progresivamente problemáticos. Partiendode la información científica básica existente en la actualidad, ¿cuáles de las en-tidades importantes han llegado a esta conclusión? Ciertamente la Evaluacióndel IPCC de 199536 no lo ha hecho. La respuesta es inquietante pues ningún or-

M A H L M A N 47

31 Knutson TR, Tuleya RE, Kuri-hara Y. 1998. Simulated increaseof hurricane intensities in a CO2-warmed climate. Science279:1018-20.

32 Delworth TL, Mahlman JD,Knutson TR. 1998. Changes inheat index associated with CO2-induced global warming. Clim.Change. In press.

33 Houghton JT, Meira Filko LG,Bruce J, Lee H, Callander BA ycols., 1994. Climate Change1994: Radiative Forcing of Clima-te Change. IntergovernmentalPanel on Climate Change. Cam-bridge, UK: Cambridge Univ.Press. 339 pp.

34 Manabe S. Stouffer R. 1994.Multiple-century response of acoupled ocean-atmosphere mo-del and increase of atmosphericcarbon dioxide. J. Clim. 7:5-23.

35 Hougton JT, Meira Filko LG,Bruce J, Lee H, Callander BA, ycols., eds. 1994. Climate Change1994: Radiative Forcing of Clima-te Change. IntergovernmentalPanel on Climate Change. Cam-bridge, UK: Cambridge Univ.Press. 339 pp

36 Hougton JT, Meira Filko LG,Callender BA, Harris N, Dathen-berg A, Mackell K, eds. 1995.Climate Change 1995: TheScience of Climate Change.Cambridge. UK: CambridgeUniv. Press. 572 pp.

ganismo importante ha llegado a dicha conclusión. Por ello, ¿qué está sucedien-do? Sospecho que esta hipótesis, implícita en realidad, está guiada por la amplia,pero no unánime percepción de lo enormemente difícil que resulta el impedir laduplicación de los niveles de CO2, sólo dejarlo al niveles inferiores. El procesode Kyoto parece haber concluido tranquila y juiciosamente que es necesario ini-ciar desde algún punto que permita iniciar acciones crecientes, aún cuando lasmismas sean pequeños pasos con relación al problema real.

Así, está casi garantizado que el debate real sobre el calentamiento producidopor el efecto de invernadero se incremente aún más. Para lograr que el procesode Kyoto tenga una perspectiva de éxito racional, la otra mitad de este esfuerzodebe postergarse. ¿La otra mitad? Bien, sí. Los debates de Kyoto se centraron al-rededor de quién paga los gastos iniciales de reducción en las emisiones del CO2.La parte que no se discutió en el debate fue quién “paga” los impactos causadospor las emisiones de CO2 no reducidas. El acuerdo tácito para permitir el cam-bio climático significativo (duplicación o más del CO2) no fue abordado en elproceso de Kyoto. Esto pone de relieve otro debate de valor fundamental que se-guramente añadirá sorprendentes niveles de complejidad y emoción al proceso.Los aspectos de equidad son multidimensionales: ganadores vs. perdedores delcambio climático; ricos vs. pobres; medio ambiente vs. economía; nuestras ge-neraciones vs. generaciones futuras... En resumen, los valores, debates efectua-dos de equidad e impacto acerca del costo del cambio climático se dirigirán ine-vitablemente en forma sustancialmente más concentrada que lo que está ocu-rriendo en la actualidad. Los aportes y niveles emocionales de los argumentos se-rán muy elevados. Probablemente habrá ganadores y perdedores evidentes. Arre-glar todo esto tomará mucho tiempo, décadas a siglos. Pues los costos de las ac-ciones agresivas que produzcan una disminución suficiente probablemente seanmuy elevados, y lo es claramente, si las emisiones globales netas de CO2 se vana reducir bruscamente. Sin embargo, los “costos” de hacer poco para prevenir elcalentamiento significativo del clima también serán, probablemente, muy eleva-dos y se impondrán por muchos siglos.

Dicho de manera sencilla, este problema no tiene una zona de aterrizaje sua-ve. Este es el debate real del calentamiento producido por el efecto de inverna-dero. Piense en él como nuestro “presente” para nuestros bisnietos.

48 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

Literatura citada

Arrhenius S. 1896. On the influence of carbonic acid in the air upon the tem-perature of the ground. London Edinburgh Dublin Philos. Mag. J. Sci. 41:237-76.

Cane M, Zebiak SE, Dolan SC. 1986. Experimental forecast of El Niño. Nature321: 827-32.

Delworth TL, Mahlman JD, Knutson TR. 1998. Changes in heat index associat-ed with CO2 -induced global warming. Clim. Change. In press.

Evans DJ. 1992. Policy Implications of Greenhouse Warming. Washington, DC:Natl. Acad. 918 pp.

Farman JC, Gardiner BG, Shanklin JD. 1985. Large losses of total ozone inAntarctica reveal seasonal Clox /NOx interaction. Nature 315: 207-10.

Houghton JT, Jenkins GJ, Ephraums JJ, eds. 1990. Climate Change: the IPCCScientific Assessment. Interg o v e rnmental Panel on Climate Change.Cambridge, UK: Cambridge Univ. Press. 364 pp.

Houghton JT, Meira Filko LG, Bruce J, L H, Callender BA, et al, eds. 1994.Climate Change 1994: Radiativ Forcing of Climate Change.Intergovernmental Panel on Climate Change. Cambridge, UK: CambridgeUniv. Press. 339 pp.

Houghton JT, Meira Filko LG, Callender BA, Harris N, Kathenberg A, Mackell K,eds. 1995. Climate Change 1995: the Science of Climate Change. Cambridge,UK: Cambridge Univ. Press. 572 pp.

Knutson TR, Tuleya RE, Kurihara Y. 1998. Simulated increase of hurricane inten-sities in a CO2 -warm d Climate. Science 279: 1018-20.

Lindzen RS. 1990. Some coolness concerning global warming. Bull. Am.Meteorolog. Soc. 71: 288-99.

Lorenz EM. 1963. Deterministic non-periodic flow. J. Atmos. Sci. 20: 130-41.Mahlman JD, F ls SB. 1986. Antarctic ozone decreases: a dynamical cause?

Geophys. Res. Lett. 13: 1316-19.Mahlman JD. 1997. Uncertainties in projections of human-caused Climate

warming. Science 278: 1416-17.Manabe S, Stouffer R. 1994. Multiple-century response of a coupled ocean-

atmosphere model and increase of atmospheric car on dioxide. J. Clim. 7: 5-23.

Manabe S, Wetherald RT. 1967. Thermal equilibrium of the atmosphere with agiven distribution of relative humidity. J. Atmos. Sci. 24: 241-59.

Oort AH, Liu H. 1993. Upper air temperature trends over the globe. J. Clim. 6:292-307.

Phillips NA. 1956. the general circulation of the atmosphere: a numericalexperiment. Q. J. R. Meteorolog. Soc. 82: 123-64.

Smagorinsky J, Mana S, Holloway JL Jr. 1965. Numerical results from a nine-level general circulation model of the atmosphere. Mon. Weather Rev. 43:727-68.

Smagorinsky J. 1963. General circulation experiments with the primitiveequations. I. The basic experiment. Mon. Weather Rev. 41: 99-164.

Sun D-Z, H ld IM. 1996. A comparison of model d and observed relationshipsbetween interannual variations of water vapor and temperature . J. Clim. 9:665-75.

World Meteorological Organization. 1985. Atmospheric Ozone 1985,Assessment of Our Understanding of the Processes Controlling Its PresentDistribution and Change.World Meteorolog. Org., Global Ozone R s.Monitoring Proj. Rep. 16. 478 pp.

M A H L M A N 49

AgradecimientosDeseo agradecer a los siguientes colegas del GFDL quienes han sido de muchovalor para mí en mi lucha para comprender los trabajos inmensamente com-plejos y los diversos aspectos del sistema climático: Anthony Brócoli, Kirk Bryan,Thomas Delworth, Leo Donner, Kevin Hamilton, Isaac Held, Stephen Klein, Tho-mas Knutson, Ngar-Cheung Lau, Hiram Levy II, Syojuro Manabe, ChristopherMilly, V. Ramaswamy, Jorge Sarmiento, M. Daniel Schwarzkopf, Brian Soden, Ro-nald Stouffer, J. Robert Toggweiler, Richard Wetherald, R. John Wilson, y GarethWilliams. Con relación a la redacción de este artículo, agradezco a Antoni Bro-colli, Mack McFalrland y Robert Socolow por sus comentarios y recomendacio-nes sobre las primeras versiones. Dos personas anónimas que realizaron la revi-sión fueron muy útiles en las numerosas sugerencias que realizaron para mejo-rarlo. Betty M. Williams ofreció una valiosa asistencia en la preparación del ma-nuscrito. Finalmente, estoy en deuda con la legión de científicos que han traba-jado incansablemente para realizar el proceso de trabajo del IPCC. Sin ellos, elmundo no estaría aún listo para este ensayo.

J.D. Mahlman es Director del NOAA Laboratorio Geofísico para la Dinámica delos Líquidos de la Universidad de Princeton en Estados Unidos. En 1994 recibióla Medalla Carl-Gustaf Rossby Research que otorga la Sociedad Americana deMeteorología por encabezar el trabajo para la aplicación de los modelos de cir-culación general para la comprensión de la dinámica y el transporte de la estra-tosfera. Ha sido Conferencista con el rango de Profesor en Geociencias y Cien-cias Atmosféricas y Oceánicas en Princeton desde 1980.Geophysical Fluid Dynamics Laboratory/NOAA, Princeton University, Princeton,New Jersey 08542; e-mail:[email protected].

50 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

La UNFCCC -historia y evolución de lasnegociaciones sobre el cambio climático

Kilaparti RamakrishnaCentro de Investigación de Woods HoleWoods Hole, Massachussets, EUA

ResumenLa Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático(UNFCCC, por sus siglas en inglés), adoptada en la Conferencia de las Na -ciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desar rollo realizada en Río deJaneiro en 1992, tiene una historia rica y casi única, y una estructura poten -te y persuasiva. En los años transcurridos desde que se adoptó la Conven -ción, las partes han realizado progresos en la aplicación de muchas de suscláusulas. Se creó suficiente confianza entre las más de 175 Partes que ra -tificaron la Convención para comenzar un nuevo proceso que llevó a laadopción de un instrumento legal para limitar las emisiones de gases deefecto invernadero en los países industrializados. El resultado de este pr o-ceso fue el Protocolo de Kyoto, que se adoptó en Diciembre de 1997. Estetrabajo revisa de manera crítica la historia del sistema climático en evolu -ción y evalúa al UNFCC y al Protocolo de Kyoto en el momento en que lasPartes se preparan para la Sexta Conferencia de las Partes a efectuarse enNoviembre del 2000. Cómo puede juzgarse este sistema, que “patrón” deéxito debe emplearse, y qué debe mantenerse en el futuro para su exitosaaplicación así como las lecciones que podrán extraerse cuando la humani -dad se enfrente con otro aspecto del medio ambiente global -estos y otroselementos son evaluados en este trabajo.

IntroducciónLa ciencia del cambio climático se caracteriza por la existencia de profundas in-certidumbres y de rápidos avances que resultan del progreso de la investigación.Es por ello que cualquier sistema de gobierno en esta área debe aspirar no sólo aestimular el avance del conocimiento sino también a crear mecanismos que in-tegren los nuevos conocimientos al sistema sin que sea necesaria la adopción deun prolongado proceso legislativo. En el caso del cambio climático, lograrlo re-quiere reconocer el reto y determinarse a enfrentarlo. Tal dinámica probable-mente comprenda la articulación de un nuevo punto de vista mundial que rede-fina las aspiraciones humanas y que produzca la reestructuración del sistema éti-co que guía las relaciones hombre/medio ambiente. Este nuevo punto de vistamundial, casi con certeza, tomará como punto de partida la perspectiva ecoló-gica, la cual enfatiza los vínculos entre los elementos de sistemas complejos, encontraste con la perspectiva tecnológica, que enfatiza la separación de estos sis-temas complejos en partes discretas que pueden ser manejadas como entidadesauto-contenidas. El éxito en el desarrollo de un sistema de gobierno efectivo pa-

RA M A K R I S H NA 51

ra el clima de la Tierra requerirá de un esfuerzo mancomunado para nutrir estosnuevos puntales intelectuales así como de un esfuerzo para diseñar los elemen-tos específicos del sistema climático que se está estableciendo.

Hubo un tiempo en que se discutió la necesidad de que existiera un instru-mento formal como la Convención. De acuerdo con este punto de vista, la me-jor opción era dejar que el sistema evolucionara informalmente a través del de-sarrollo de lo que comúnmente se conoce como “ley floja”. Los que abogabanpor la formalización le daban gran valor al papel que pueden jugar los tratadosy convenciones en el establecimiento de compromisos legales y en la disminu-ción de las oportunidades para que los miembros ignoren impunemente los dic-tados de los regímenes. Aquellos que apoyaban las “leyes flojas”, en contraste,enfatizaban las virtudes de órdenes más informales: que evitan las complicacio-nes del proceso de ratificación y le permitían a los regímenes adaptarse, de for-ma flexible, a las circunstancias cambiantes. La conclusión es que no es necesa-rio pensar que estas alternativas son mutuamente excluyentes.

De acuerdo con ello, se acordó que para que el sistema climático fuera efecti-vo se requeriría la constancia de todos los actores del mundo, tanto públicos co-mo privados. Parcialmente, esto le dio oportunidad a todos los miembros de lacomunidad internacional de participar, de forma significativa, en la formulaciónde medidas a implementar en el marco de un acuerdo internacional para prote-ger la atmósfera terrestre. Sin embargo, más profundamente hubo la necesidad,crítica para el sistema de gobierno emergente, de tener el apoyo tanto del siste-ma internacional estatal como de los participantes no estatales. Además, delibe-raciones de esta importancia requieren, en cierto aspecto, la participación a tra-vés de algún método reconocido de aquellos que están directamente afectados,para que su voz llegue hasta el proceso.

El sistema climático no puede lograr su propósito sin que exista un esfuerzoconjunto que dirija la prioridad de la preocupación hacia los países del mundoen desarrollo. Mientras que los residentes ricos de los países industrializados cen-tran cada vez más su atención en los aspectos de la calidad del medio ambiente,muchos líderes de los países en desarrollo están comprensiblemente preocupa-dos, pues, al centrar la atención mundial en los aspectos del medio ambiente, lamisma se desvía de los acuciantes problemas económicos que están enfrentan-do sus países, o en todo caso, se llevará a la promulgación de reglas restrictivasque obstaculicen los esfuerzos que ellos realizan para lograr un crecimiento eco-nómico sostenido y un estándar de vida razonable para sus ciudadanos. Dado elhecho de que el incremento en la concentración de los gases de efecto inverna-dero (GHG, por sus siglas en inglés) que se encuentran en la actualidad en la at-mósfera terrestre es, en gran medida, atribuible a la industrialización de los paí-ses del ‘Primer Mundo’, y que ningún sistema climático puede ser efectivo sinque exista la aceptación de una participación efectiva por parte de los principa-les países del mundo en desarrollo, se hace necesario reconciliar las preocupacio-nes acerca del desarrollo de los países en desarrollo como parte del pacto del pla-neta relacionado con el cambio climático.

Casi ciertamente, este punto de vista mundial tomará como punto de par-tida la perspectiva ecológica, que enfatiza los vínculos entre los elementosde sistemas complejos, en contraste con la perspectiva tecnológica, que en-fatiza la separación de los sistemas complejos en partes que pueden serenfrentadas como entidades auto-contenidas.

En tanto, resulta atractivo concentrar la atención de las consecutivas rondasde negociaciones, por lo que gran parte del trabajo que hace que los términos

52 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

del sistema resultante se refieran a problemas concretos debe ocurrir en contex-tos más circunscritos. Ésta es, parcialmente, una forma de alentar a las personas,a las empresas industriales y a los gobiernos de países específicos para que varíenlos patrones de comportamiento actual. En parte, también es cuestión de facili-tar los esfuerzos de parejas o de pequeños grupos de estados para superar la rí-gida insistencia acerca de los principios simplistas, tales como la doctrina de pa-gar por la contaminación, y la participación en acuerdos mutuamente beneficio-sos que lleven a reducciones netas en las emisiones de gases de efecto inverna-dero. En apoyo a todos estos enfoques se encuentra la necesidad de poder de-jar a un lado cualquier expectativa acerca de que las cláusulas del sistema climá-tico, en la práctica, serán aprobadas sólo porque ellas están protegidas por unaconvención, y comenzar a pensar en el desarrollo de un orden de aplicación yde técnicas para su fortalecimiento

El sistema climático no puede ser un éxito si no se realizan esfuerzos con-juntos dirigidos hacia las prioridades que conciernen a los países del mun-do en desarrollo.

Resulta infructuoso pedirle a los gobiernos de los estados miembros que rea-licen acciones que no son factibles en términos económicos, técnicos o adminis-trativos. En tanto, con frecuencia se asume que los gobiernos que desean lograrobjetivos definidos tienen la capacidad de alterar el comportamiento de sus ciu-dadanos decretando una prohibición, lo que a menudo no es real. Esto es parti-cularmente cierto en muchos países en desarrollo y en los países que previamen-te fueron socialistas cuyos gobiernos pueden estar muy limitados en su capaci-dad de liberarse de compromisos contraídos de buena fe en el contexto de lacreación de regímenes internacionales. Por ello, un sistema efectivo de gobiernopara lograr la mitigación del cambio climático debe suministrar ayuda sustanciala los gobiernos que están preparados para realizar un esfuerzo conjunto paraaplicar, dentro de sus propias jurisdicciones, las reglas del sistema. Las herra-mientas apropiadas para realizar dicho esfuerzo incluyen transferencias tecnoló-gicas, entrenamientos y asistencia para el desarrollo adicional para aquellos quese empeñen en aplicar los términos del sistema del cambio climático.

Historia de las negociaciones sobre el cambio climáticoEn tanto la ciencia y la política del cambio climático tienen más de 100 años, elmejor momento para comenzar a documentar la historia es la Conferencia deToronto sobre “The Changing Atmosphere: Implications for Global Security” (Laatmósfera cambiante: implicaciones para la seguridad global) realizada en Juniode 1988. La rápida sucesión de hechos ocurridos a partir de este momento tieneuna historia que es única para el desarrollo del sistema climático. Para puntuali-zar -cuando en esta conferencia, en 1992, se realizó la sugerencia de adoptar unaconvención internacional sobre el cambio climático, muchos estados, incluyen-do a los Estados Unidos (que ha tenido una importante influencia, aunque mix-ta, en el desarrollo del sistema climático), creían que era extremadamente tem-prano y, por tanto, que era un objetivo poco alcanzable. Estados Unidos fue elanfitrión de la primera sesión de negociaciones en Febrero de 1991, en Washing-ton, D.C. Estados Unidos fue también uno de los primeros países de importan-cia en ratificar la Convención.

Una de las principales razones para que ocurriera este rápido cambio fue lainnovación institucional que tuvo lugar durante este tiempo. En este aspectomerece especial atención el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre elCambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). El IPCC se estableció por la

RA M A K R I S H NA 53

Organización Meteorológica Mundial (WMO, por sus siglas en inglés) y por elPrograma de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, por sus siglasen inglés) en Noviembre de 1988. El Secretario General de la WMO, en su dis-curso de apertura de la sesión, enfatizó la naturaleza científica del trabajo de laWMO en su ayuda a los 160 países miembros para medir, estandarizar, coleccio-nar y diseminar la información atmosférica. A pesar de este énfasis científico, ydebido a que el calentamiento global pronosticado es uno de los retos más im-portantes a que se enfrenta la humanidad a largo plazo, el secretario general ex-presó que la WMO no podía mantenerse inactiva en tanto se consideraran lasconsecuencias de los estudios científicos. El Director Ejecutivo del UNEP coinci-dió con esta evaluación y llamó a la formación y al lanzamiento del IPCC comoel elemento fundamental en la cooperación global para enfrentar el reto delcambio climático.

Antes de la adopción del Primer Informe de Evaluación realizado por el IPCC,se aprobaron resoluciones por la WMO y el UNEP para convocar a la primera se-sión de negociaciones abiertas para la convención marco sobre el cambio climá-tico. La primera serie de estos encuentros se realizó en Ginebra en Septiembre de1990 y a la misma asistieron más de 70 países. En estos encuentros, el DirectorEjecutivo del UNEP enfatizó que tanto a él como al Secretario General de laWMO le habían solicitado sus cuerpos de gobierno a “prepararse para realizarnegociaciones ahora”. La proclama del UNEP/WMO establecía un número deaspectos que debían ser tomados en consideración durante el proceso de nego-ciación, entre los que se incluían:• Gases que debían incluirse en las concentraciones atmosféricas;• Objetivos de estabilización y reducción de emisiones; y• Fechas propuestas, basadas en años, y criterios para calcular los niveles de

emisiones (per cápita por unidad de GNP o GPD (por sus siglas en inglés), deacuerdo con el área del país, sus condiciones climáticas, el tamaño de sus su-mideros naturales de carbono, consumo de energía por unidad de producción-o una mezcla de criterios.

Aparte de los detalles sobre lo que debía lograr la Convención, en gran medi-da hubo consenso de que “un objetivo debía ser lograr un acta legal significati-va para ser adoptada en 1992”. La cuestión era, sin embargo, si ésto debía lograr-se a costa de un instrumento de naturaleza puramente declaratoria.

A medida que se desarrollaba este debate en el UNEP/WMO, la Asamblea Ge-neral de las Naciones Unidas creó, bajo sus auspicios, un Comité de NegociaciónIntergubernamental único para la preparación de una convención marco efecti-va sobre el cambio climático. La misma autorizó al Secretario General de las Na-ciones Unidas, con ayuda del Director Ejecutivo del UNEP, y del Secretario Ge-neral de la WMO, a convocar la primera sesión negociadora en Febrero de 1991en Washington, DC. El trabajo sobre la Convención Marco, conforme a la Asam-blea General, debía terminarse antes de la

La Primera Sesión del INC convocó en Febrero de 1991, y en Mayo de 1992a que se concluyeran las negociaciones en la Quinta Sesión. Así, aproxi-madamente quince meses después de comenzar su trabajo, el INC habíaterminado las negociaciones sobre la convención marco. La Convención,firmada en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambientey Desarrollo en Junio de 1992 (Cumbre de Río), recibió el número necesa-rio de ratificaciones para el 22 de diciembre de 1993, y entró en vigor apartir del 21 de marzo de 1994.

54 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo enJunio de 1992 y debía estar lista para ser firmada durante la Conferencia a reali-zarse en ese mes. Así, la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde los paí-ses en desarrollo constituyen una abrumadora mayoría, retó a sus miembros adesarrollar y concluir un acuerdo internacional de enormes consecuencias en untiempo bastante limitado.

A diferencia de la historia de participación típica de los países en desarrolloen asuntos internacionales sobre el medio ambiente, la participación de estospaíses en las negociaciones climáticas fue muy viva y constructiva. El Comité Es-pecial del IPCC de los Países en Desarrollo trató de canalizar este interés por víasque llevaran a la participación activa a largo plazo de los países en desarrollo. Es-te aspecto fue, y aún continúa siendo, trasladar lo que en la actualidad se acep-ta como preocupación sobre los aspectos críticos hacia medidas políticas especí-ficas. Como señaló directamente Mostafa Tolba, entonces Director Ejecutivo delUNDP, los tres aspectos que podían impedir el crecimiento o desarrollo de todoel proceso negociador eran los requerimientos financieros, la transferencia tec-nológica y las reformas económicas.

Las negociaciones climáticas han sido complejas y de extrema significaciónpara el futuro de las relaciones internacionales. En su discurso durante la prime-ra sesión del INC, el Secretario General de las Naciones Unidas caracterizó la im-portancia de las negociaciones climáticas al decir que existe un paralelo entre laConferencia de San Francisco que creó a las Naciones Unidas y el proceso que seestá poniendo en marcha en los encuentros del INC. De forma similar, en térmi-nos de complejidad de la materia que se discute, muchos han realizado un para-lelo entre las negociaciones climáticas y la Conferencia de las Naciones Unidassobre el Derecho del Mar (UNCLOS, por sus siglas en inglés) que tardó nueveaños en negociar y adoptar la Ley de la Convención del Mar. Algunos han idomás lejos y han dicho que el régimen del cambio climático es más complejo queel UNCLOS. Un observador casual de las negociaciones podría atestiguar tantola importancia como la complejidad de los aspectos que se manejaron por el INC-primero en la realización del bosquejo de la Convención, y ahora en su aplica-ción.

Desde el punto de vista real, el progreso que se alcanzó durante la primera se-sión fue menos que satisfactorio, particularmente en la organización del traba-jo. Muchos países pusieron énfasis en la importancia que tenía abordar el aspec-to del cambio climático global de forma integral y exhaustiva tomando en cuen-ta las circunstancias y necesidades especiales de los países en desarrollo. Aún así,hubo una importante oposición a considerar, en grupos de trabajo separados, lareducción de emisiones, la preservación y expansión de sumideros y la asisten-cia financiera y tecnológica. En particular, los países en desarrollo temían que siestos tópicos se abordaban en grupos separados, se le diera menor importanciaa la reducción de las emisiones y a la asistencia técnica y financiera. Otra preo-cupación era que los bosques de los países en desarrollo serían considerados co-mo el remedio universal para el problema del calentamiento global ya que losmismos consumen gran parte del dióxido de carbono, principal gas de efecto in-vernadero. Sin embargo, quedó claro que todos estos aspectos no podían abor-darse en la plenaria. Luego de profundas discusiones, se llegó al acuerdo de esta-blecer dos grupos de trabajo: uno que trataría los compromisos y el otro los me-canismos. El progreso alcanzado por los grupos de trabajo se integró en la plena-ria y el texto final se trató en conjunto.

Este breve resumen del proceso que llevó a la construcción del sistema climá-tico indica que el enfoque que adoptó la comunidad internacional para abordarel calentamiento global fue diferente a los adoptados previamente. La PrimeraSesión del INC adoptó en Febrero de 1991 y en Mayo de 1992 la Quinta Sesiónconcluyó las negociaciones. Así, en apenas 15 meses, luego de que el INC co-menzara su trabajo, se terminaron las negociaciones sobre la convención mar-

RA M A K R I S H NA 55

co. Esta Convención, firmada en la Conferencia de las Naciones Unidas sobreMedio Ambiente y Desarrollo en Junio de 1992 (Cumbre de Río), recibió el nú-mero requerido de ratificaciones para la fecha del 22 de Diciembre de 1993 y en-tró en vigor el 21 de Marzo de 1994. En el momento de realizar este trabajo, elnúmero total de ratificaciones es de 176.

Naturaleza única de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre elCambio ClimáticoLa cláusula principal de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre elCambio Climático (FCCC, por sus siglas en inglés) es su objetivo, el cual se esta-blece en el Artículo 2:

El objetivo último de la presente Convención y de todo instrumento jurí-dico conexo que adopte la Conferencia de las Partes, es lograr, de confor-midad con las disposiciones pertinentes de la Convención, la estabiliza-ción de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfe-ra a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en el sis-tema climático.

En otras palabras, el objetivo llama a lograr un cuidadoso equilibrio, que lo-gre estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfe-ra en un período de tiempo suficiente para:• Permitir que los ecosistemas se adapten de manera natural al cambio climá-

tico;• Asegurar que la producción de alimentos no peligre; y• Permitir que continúe el crecimiento económico de forma sostenible.

El otro elemento de importancia, que tomó toda la energía combinada de lospaíses industrializados, y casi logró que fuera imposible adoptar la FCCC en laCumbre de Río, comprende los tipos de compromisos que debían hacer los paí-ses industrializados para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Departicular importancia en este aspecto son los Artículos 4.2(a) y 4.2(b). Estos ar-tículos dicen lo siguiente:

Las Partes que son países desarrollados y las demás Partes incluidas en elAnexo I se comprometen específicamente a lo que se estipula a continua-ción:

a) Cada una de esas Partes adoptará políticas nacionales 1/ y tomará lasmedidas correspondientes de mitigación del cambio climático, limitan-do sus emisiones antropógenas de gases de efecto invernadero y prote-giendo y mejorando sus sumideros y depósitos de gases de efecto inver-nadero. Esas políticas y medidas demostrarán que los países desarrolla-dos están tomando la iniciativa en lo que respecta a modificar las ten-dencias a más largo plazo de las emisiones antropógenas de maneraacorde con el objetivo de la presente Convención, reconociendo que elregreso antes de fines del decenio actual a los niveles anteriores de emi-siones antropógenas de dióxido de carbono y otros gases de efecto in-vernadero no controlados por el Protocolo de Montreal contribuiría atal modificación, y teniendo en cuenta las diferencias de puntos de par-tida y enfoques, estructuras económicas y bases de recursos de esas Par-tes, la necesidad de mantener un crecimiento económico fuerte y sos-tenible, las tecnologías disponibles y otras circunstancias individuales,así como la necesidad de que cada una de esas Partes contribuya de ma-nera equitativa y apropiada a la acción mundial para el logro de ese ob-jetivo. Esas Partes podrán aplicar tales políticas y medidas conjunta-

56 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

mente con otras partes y podrán ayudar a otras Partes a contribuir alobjetivo de la Convención y, en particular, al objetivo de este inciso;

b) A fin de promover el avance hacia esa meta, cada una de esas Partes pre-sentará con arreglo al Artículo 12, dentro de los seis meses siguientes ala entrada en vigor de la Convención para esa Parte y periódicamentede allí en adelante información detallada acerca de las políticas y me-didas a que se hace referencia en el inciso a) así como acerca de las pro-yecciones resultantes con respecto a las emisiones antropógenas por lasfuentes y la absorción por los sumideros de gases de efecto invernade-ro no controlados por el Protocolo de Montreal para el período a quese hace referencia en el inciso a), con el fin de volver individual o con-juntamente a los niveles de 1990 esas emisiones antropógenas de dió-xido de carbono y otros gases de efecto invernadero no controlados porel Protocolo de Montreal. La Conferencia de las Partes examinará esainformación en su primer período de sesiones y de allí en adelante enforma periódica, de conformidad con el Artículo 7;

Un aspecto realmente único de la UNFCCC, que ha sido desde entonces imi-tado en otros foros, es el “rápido comienzo” acordado por las Partes, lo que per-mitió la inmediata preparación de la Primera Conferencia de las Partes (COP-1,por sus siglas en inglés). Debido al rápido comienzo, el INC continuó sesionan-do y se reunió más de seis veces antes de que se realizara la COP-1. Durante es-tos encuentros los países industrializados, liderados por los Estados Unidos, co-menzaron a plantear a viva voz el criterio de que la FCCC tenía serias imperfec-ciones. Específicamente, y a pesar de la cláusula adoptada en 1992 de “respon-sabilidades iguales pero diferenciadas” entre países desarrollados y en desarrollo,los Estados Unidos mantenían que era vital que los países en desarrollo se unie-ran en la fase siguiente de compromisos.

La convención entró en vigor en 1994. La primera Reunión de la Conferen-cia de las Partes (COP-1) se realizó en Berlín, Alemania en Marzo y Abril de 1995.Debido al “rápido comienzo”, esta reunión se convirtió en la más importante delas primeras reuniones COP de cualquiera de las reuniones internacionales sobremedio ambiente. Los logros principales incluyeron:• Las partes acordaron que Bonn, Alemania fuera la sede del Secretariado de la

FCCC• Las partes aprobaron el “Mandato de Berlín;”• Las partes acordaron realizar una “fase piloto” de Actividades de Implemen-

tación Conjunta (AIJ, por sus siglas en inglés); y• El establecimiento de un Grupo Ad Hoc del Mandato de Berlín (AGBM, por

sus siglas en inglés).

El Mandato de BerlínEntre estos resultados, la adopción del Mandato de Berlín fue objeto de debatesmuy intensos. Los países en desarrollo lograron asegurar que el resultado fueraun reflejo adecuado de sus preocupaciones. El Mandato llama a las Partes a:

Definir, como prioridad en el proceso de fortalecimiento de los compromisosen el Artículo 4.2(a) y (b) de la Convención, para países desarrollados/otras Par-tes incluidas en el Anexo I, ambos

• elaborar políticas y medidas; así como• establecer compromisos cuantificados de limitación y reducción dentro de

marcos específicos de tiempo, como 2005, 2010 y 2020, para sus emisionesantropógenas por el desarrollo y la eliminación de sumideros de gases de efec-to invernadero no controlados por el Protocolo de Montreal, tomando encuenta las diferencias en el inicio y los enfoques, estructuras económicas y re-

RA M A K R I S H NA 57

cursos básicos, y la necesidad de mantener un crecimiento económico fuertey sostenible, así como la necesidad de que existan contribuciones equitativasy apropiadas de cada una de estas Partes al esfuerzo global, y también al pro-ceso de análisis y evaluación referido en la sección III, párrafo 4, infra; no in-troducir ningún compromiso nuevo para las Partes que no estén incluidas enel Anexo I, pero reafirmar los compromisos existentes en el Artículo 4.1 ycontinuar avanzando en la aplicación de los mismos con el fin de lograr eldesarrollo sostenible, teniendo en cuenta los Artículos 4.3, 4.5 y 4.7.

Mientras se producía el debate entre los países industrializados y en desarro-llo acerca del momento para cumplir los compromisos, varios actores que son lí-deres de sectores privados formaron la Coalición del Clima Global y comenza-ron a plantear el punto de vista de que las incertidumbres en la ciencia del cam-bio climático global eran tales que cualquier acción que se realizara por cual-quier grupo de países, desarrollados o en desarrollo, era injustificada. Como re-sultado, las Partes consideraron importante que en la Segunda Reunión de laConferencia de las Partes (COP-2), realizada en Ginebra, Suiza en Julio de 1996,se adoptara una Declaración Ministerial que estableciera firmemente que la cien-cia del cambio climático es precisa, y que los compromisos contraídos legalmen-te estaban justificados. Se hizo particular énfasis en el Segundo Informe de Eva-luación (SAR, por sus siglas en inglés) del IPCC. La Declaración reconocida y res-paldada posteriormente “el SAR del IPCC como la evaluación más exhaustiva yautorizada hasta este momento de la ciencia del cambio climático, de sus impac-tos y opciones de respuesta de que se disponga hasta el presente”. Así, luego dela COP-2, quedó claro que toda la preparación para la siguiente COP debía cen-trarse en la aprobación de los compromisos legalmente adquiridos. Esto produ-jo un conjunto de actividades alrededor del mundo. Ejemplos sólo en los Esta-dos Unidos son:• La Declaración de los Economistas sobre el Cambio Climático en Enero de

1997;• La Declaración de los Ecologistas sobre las Consecuencias del Rápido Cambio

Climático en Mayo de 1997; y• La Declaración de los Científicos sobre la Desorganización Climática Global

en Junio de 1997.

Una Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que serealizó en Nueva York en 1997 entre el 23 y el 27 de Junio revisó los avances al-canzados desde la Cumbre de Río y aportó mayores evidencias del deseo globalde la comunidad de hacer del cambio climático el aspecto definitorio en térmi-nos de demostrar su capacidad de enfrentar el reto del medio ambiente global.En esta Sesión, virtualmente todos los líderes mundiales enfatizaron la necesidadde tener un Protocolo abarcador, el cual se adoptó en Kyoto en la COP-3. Ade-más, el discurso que realizó el Presidente Bill Clinton en esta Sesión Especial es-tuvo completamente dirigido al cambio climático. Posteriormente, en el trans-curso de ese mismo año, el Presidente de los EUA propuso la Iniciativa de la Ca-sa Blanca para el Cambio Climático. El Senado de los EUA, por otra parte, tuvoserias reservas acerca de las actividades de la Casa Blanca. Esta preocupación sereflejó en la Resolución Byrd-Hagel, resolución independiente que restringe se-veramente la posición negociadora de EUA, la cual se adoptó por el senado deEUA mientras que las Partes se estaban preparando para adoptar el Protocolo deKyoto en la COP-3. El Senado resolvió que:

1. Los Estados Unidos no debían ser signatarios de ningún protocolo o decualquier otro acuerdo relacionado con la Convención Marco de NacionesUnidas sobre el Cambio Climático de 1992, en las negociaciones de Kyo-

58 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

to en Diciembre de 1997, o en cualquier momento posterior, que:

A. contrajera nuevas obligaciones para limitar o reducir las emisiones degases de efecto invernadero para las Partes incluidas en el Anexo I, amenos que el protocolo u otros acuerdos contrajeran también nuevosesquemas específicos de compromisos para limitar o reducir las emisio-nes de gases den efecto invernadero para las Partes de Países en Desa-rrollo dentro del mismo período acordado; o

B. resultara un serio daño para la economía de los Estados Unidos; y

C. cualquier protocolo u otro acuerdo que requiera del consejo y consen-timiento del Senado para su ratificación debe estar acompañado de unaexplicación detallada de cualquier legislación o acciones reguladorasque puedan requerirse para implementar el protocolo o el acuerdo ytambién deben acompañarse de un análisis detallado de los costos fi-nancieros y de otros impactos sobre la economía de los Estados Unidosque se incurrirían por la aplicación del protocolo o de otros acuerdos.

A lo largo de estos acontecimientos el AGBM sostuvo ocho reuniones prepa-ratorias de la COP-3 en Kyoto. Además, el 30 de Noviembre de 1997 se realizóen dicha ciudad la octava sesión “resumen” que duró todo un día. Al final de es-ta sesión las perspectivas de llegar a un acuerdo parecían muy pobres.

Logros del Protocolo de KyotoEl Protocolo de Kyoto se aprobó el 11 de Diciembre de 1997 luego de once díasde intensas negociaciones en las que participaron Ministros del Medio Ambien-te, de Relaciones Exteriores, de Finanzas y el Tesoro y en algunos casos Jefes deEstado y Gobierno, además de los delegados a la Conferencia. Los delegados tra-bajaron hasta altas horas de la noche durante tres noches seguidas, y el últimoartículo se aprobó el 11 de Diciembre, luego de una sesión que duró toda la no-che, y que se realizó después que había expirado el tiempo asignado para la Con-ferencia.

El Protocolo resultante contiene 28 artículos y 2 anexos. Las decisiones 1, 2 y3, adoptadas también en la COP-3, pertenecen directamente al Protocolo deKyoto.

• Decisión 1: Apoya al trabajo de implementación.• Decisión 2: Apoya a la determinación de aspectos metodológicos.• Decisión 3: Apoya la implementación del Artículo 4.8 de la FCCC, el cual eva-

lúa las necesidades de los países en desarrollo, específicamente aquellos queestán en riesgo por los impactos del cambio climático, y el Artículo 4.9, quediscute la financiación para la transferencia tecnológica a los países en desa-rrollo.

El Protocolo, por primera vez desde el desarrollo del sistema del cambio cli-mático, requiere los compromisos de emisiones asumidos legalmente por las Par-tes incluidas en el Anexo I. Cubre a los seis GHG principales que se relacionanen el Anexo A del Protocolo:• Dióxido de carbono;• Metano;• Óxido nitroso;• Hidrofluorocarbonos;• Perfluorocarbonos; y• Hexafluoruro de azufre

RA M A K R I S H NA 59

El objetivo de cada una de las Partes incluidas en el Anexo I se relaciona enel Anexo B. Los objetivos oscilan desde una reducción de 8% a un incrementodel 10%, calculado como promedio sobre el período del compromiso 2008-2012.Si todas las Partes alcanzan sus compromisos, la reducción global en las emisio-nes sería alrededor de 5.2%, partiendo del nivel de 1990 para dicho grupo.

Las sesiones de Buenos Aires y Bonn: El camino a La HayaMucho ha ocurrido desde la adopción del Protocolo de Kyoto-particularmentedurante la Cuarta y Quinta Reunión de la Conferencia de las Partes realizadasen Buenos Aires, Argentina y en Bonn, Alemania, respectivamente. En la reu-nión de Buenos Aires los gobiernos adoptaron un plan conocido como el Plande Acción de Buenos Aires (BAPA, por sus siglas en inglés). El contenido prima-rio del BAPA fue una larga lista de aspectos que era necesario que enfrentaranlas Partes a medida que se preparaban para la Sexta Sesión de la Conferencia delas Partes programada para realizarse en la Haya, Holanda en Noviembre del2000. En otras palabras, el BAPA no priorizó los aspectos de forma significativa.Sin embargo, las reuniones de las Partes que llevaron a la adopción del BAPA ylas que le siguieron lograron estrechar el alcance sin sacrificar ninguno de los as-pectos de importancia para lograr los objetivos de la Convención. En la medidaen que las Partes se preparaban para la Sexta Sesión los siguientes aspectos y ele-mentos habían ganado el nivel requerido para lograr un acuerdo.

En preparación para la COP-6, deben tenerse en mente unos pocospuntos importantes. La mayor parte de la atención se pondrá en los detalles ne-cesarios para hacer operativas las cláusulas del Protocolo de Kyoto. Pero no se de-be perder de vista el trabajo que es necesario hacer para aplicar muchas de lascláusulas de la FCCC, que ya han sido ratificadas por más de 175 países y que es-tán vigentes.

¿Cuáles son los “compromisos” contraidos en la FCCC?Los países incluidos en el Anexo I concuerdan en adoptar las políticas naciona-les y en tomar las medidas correspondientes para mitigar el cambio climático allimitar sus emisiones antropógenas de gases de efecto invernadero y al protegere intercambiar sus sumideros y depósitos de gases de efecto invernadero. Ade-más, los países incluidos en el Anexo I acordaron tomar el liderazgo para modi-ficar las emisiones a largo plazo consistentes con los objetivos de la Convención,reconociendo que el retorno a los niveles previos de emisiones antropógenas degases de efecto invernadero (no controlados por el Protocolo de Montreal) parael final de la década contribuiría a tales modificaciones.

Los países desar rollados (no incluidos los países que están sufriendo el trán-sito hacia la economía de mercado) acordaron aportar fuentes de financiaciónnuevas y adicionales para cumplir totalmente con los costos que incurrirán lasPartes de los países en desarrollo para cumplir con los compromisos contraídosen las comunicaciones e información. Las Partes de los países desarrollados secomprometen también a aportar los recursos que necesitan las Partes de los paí-ses en desarrollo, incluida la financiación para la transferencia tecnológica, conel objetivo de alcanzar lo acordado en cuanto al incremento de los costos de apli-cación de sus compromisos.

Existe consenso general de que el grado en el cual las Partes de los países endesarrollo sean efectivamente capaces de ejecutar sus compromisos con la Con-vención dependerá de la aplicación efectiva de los compromisos por las Partesde los países en desarrollo. Este es especialmente el caso con relación a los recur-sos financieros y de la disponibilidad de los países a transferir la tecnología,mientras que, simultáneamente, se tiene en cuenta que el desarrollo económicoy social y la erradicación de la pobreza son las prioridades primeras y apremian-tes de las Partes de los países en desarrollo. Así queda aún la cuestión de cómo

60 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

alcanzar estos objetivos.Previo a la COP-4, en un taller en el que participaron varios miembros de las

negociaciones climáticas se identificaron las siguientes medidas con el fin de al -canzar el éxito del Protocolo de Kyoto:

• estimular la firma y ratificación del Protocolo de Kyoto• estimular la aplicación del protocolo pendiente su entrada en vigor• estimular la participación más directa y formal del sector privado• crear confianza e incrementar la cooperación• expandir la participación a Partes no incluidas en el Anexo I• formular el plan de acción de Buenos Aires.

A medida que nos preparábamos para la COP-6, es instructivo resaltar quefuera de la formulación del Plan de Acción de Buenos Aires, que se centraba prin-cipalmente en la flexibilidad de los mecanismos, virtualmente todo lo demáspermanecía alrededor del desarrollo del sistema de cambio climático elemental.Antes de entrar en los detalles de qué o cómo enfrentar estos aspectos, pudieraser útil observar los aspectos específicos identificados durante la COP-4 en el BA-PA.

Plan de Acción de Buenos AiresEl BAPA contiene una relación de 140 aspectos que debían cumplimentarse enlos dos años posteriores a la COP-4. Además de los llamados “mecanismos de fle-xibilidad,” hay un número de aspectos que se abordaron en el BAPA. De mane-ra que todos los acuerdos concertados son justos y equitativos, el BAPA hablacon cierta extensión sobre el diseño de los mecanismos para lograr la proteccióndel clima a largo plazo. Sin embargo, existen otros aspectos que deben ser con-siderados. Estos incluyen el cambio en el uso de la tierra y los bosques y los as-pectos de la transferencia tecnológica, los que se abordan en informes especialesdel IPCC. Otros aspectos incluyen el rol que desempeñarán los países en desa-rrollo en el sistema climático emergente, creando un efectivo sistema de obe-diencia, en el que se incluyen vínculos e interdependencias.

¿Qué puede hacerse mientras desar rollamoslos detalles mencionados previamente?Es importante impulsar cualquier posible esfuerzo para reducir las emisiones degases de efecto invernadero. Aún cuando los países relacionados en el Anexo Bacepten o no, en el futuro cercano, sus obligaciones cuantitativas, es de crucialimportancia que comiencen a reducir lo más rápidamente posible sus emisionesdomésticas de gases de efecto invernadero si se quiere que se mantenga la espe-ranza de lograr los propósitos de reducir los gases de efecto invernaderos pro-puestos para el período de compromiso del 2008-2012. En algunos casos, las re-ducciones se han obtenido o pueden lograrse por razones no relacionadas, o co-mo resultado de otras políticas. Cualquiera que sea la razón, estos resultados sonimportantes para alcanzar los objetivos del Protocolo.

Al menos, hay tres caminos por los que los países del Anexo B pueden bene-ficiarse en la reducción de las emisiones domésticas de gases de efecto inverna-dero en tanto transitan los procesos formales de ratificación del Protocolo y es-peran su entrada en vigor. Primero, al documentar y publicar sus esfuerzos en lareducción de emisiones, la nación elevará su reputación internacional. Segundo,si ayuda a que otros países conozcan el esfuerzo realizado, hará más probable lasreducciones en esos otros países. Por ejemplo, puede que un país se estimule areducir sus propias emisiones cuando comprenda la magnitud de los beneficioseconómicos que el cambio de combustible le ha proporcionado a un país veci-no. Tercero, una nación puede desarrollar apoyo político doméstico para reducir

RA M A K R I S H NA 61

las emisiones de gases de efecto invernadero si con sus acciones puede mostrarcostos económicos bajos o negativos y beneficios sustanciales para el medio am-biente. En tanto se efectúa el proceso de ratificación, parece ser que la disponi-bilidad actual de mecanismos flexibles, una vez que se han esclarecido sus ope-raciones, puede jugar un importante papel en propiciar la acción voluntaria. Alofrecerle incentivos a la industria, ellos, a su vez, estarán deseosos de alentar alos gobiernos a actuar si existe una recompensa financiera suficiente y corres-pondiente. En consecuencia, para alentar la acción voluntaria es importante al-canzar mayor desarrollo y aplicación de los mecanismos de flexibilidad discuti-dos en Kyoto.

Es el momento de propiciar la participación más formal de los sectores priva-dos en la ejecución de los objetivos de la Convención del Cambio Climático,particularmente en el diseño de los mecanismos de flexibilidad contenidos en elProtocolo de Kyoto. Probablemente, no sólo su participación sea crítica para eléxito de los nuevos mecanismos de flexibilidad, sino que el sector privado pu-diera realizar significativos estímulos en países que no han firmado aún, o quepueden estar renuentes a ratificar el Protocolo de Kyoto.

¿Por qué las corporaciones pudieran convertirse en un apoyo activo del pro-ceso de la FCCC? En diversas partes del mundo, para sorpresa de los gobiernosnacionales, las corporaciones están solicitando en la actualidad el esclarecimien-to de las “reglas” gubernamentales acerca de los tratados de emisiones e indagan-do acerca de los esfuerzos domésticos para reducir las emisiones de gases de efec-to invernadero. El alto grado de incertidumbre, tanto global como doméstica, decuáles acciones recibirán créditos en la reducción de las emisiones de gases deefecto invernadero, está haciéndole difícil a las corporaciones hacer un plan pa-ra dirigir sus esfuerzos comerciales, y los está desalentando a tomar acciones pre-maturas. Además, un número de compañías se ha dado cuenta que se puedenobtener sustanciales ganancias económicas por corporaciones listas a poner atrabajar para ellos el sistema global del tratado. Si se les diera la oportunidad, al-gunas corporaciones preferirían que la Convención sobre el Cambio Climáticonunca se hubiera firmado. No obstante, al reconocer que más de 175 países yahan ratificado la Convención Marco sobre el Cambio Climático muchas de lascorporaciones con liderazgo mundial centran ahora su atención en las oportu-nidades que ésto pudiera crear.

Es importante que todas los partes confíen en que cada uno está haciendo sumayor esfuerzo para implementar la Convención Marco sobre el Cambio Climá-tico. Ninguno de los países no incluidos en el Anexo I ignora los esfuerzos queestán haciendo los países incluidos en el Anexo I para cumplir el mandato de laConvención sobre el Cambio Climático. Con el llamamiento realizado por algu-nas de las Partes incluidas en el Anexo I para expandir la participación de las Par-tes que no están incluidas en dicho Anexo en intervenir en los próximos esfuer-zos para implementar a la FCCC, resulta de gran importancia que estos paísesque no están incluidos en el Anexo I tengan confianza en el hecho de que lasPartes incluidas en el Anexo I están tomando seriamente sus compromisos, co-mo se demuestra por sus acciones domésticas.

Hay varias formas de vincular la obtención de confianza y el incremento dela cooperación de las Partes no incluidas en el Anexo I. La primera es la imple-mentación del Mecanismo para un Desarrollo Limpio (CDM, por sus siglas eninglés) que se creó en la Conferencia de Kyoto. El CDM va a ser de importanciapara los esfuerzos que hacen ciertos países que no están incluidos en el Anexo Ipara reducir durante los próximos años el crecimiento de las emisiones. Así, esimportante diseñar esta herramienta con la vista puesta en los incentivos másefectivos y que el mismo responda más a los intereses de los países en desarro-llo. Además, la participación de parte de los países incluidos en el Anexo I paraayudar a lanzar al CDM enfatizará su deseo de apoyar la participación volunta-ria de los países no incluidos en el Anexo I en la implementación de la Conven-

62 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

ción. Los países en desarrollo están muy preocupados acerca del diseño del sistema

de gobierno del CDM. Si su creación se va a ver como una medida creadora deconfianza que llevará a incrementar la cooperación y la participación de las Par-tes no incluidas en el Anexo I, su estructura necesita responder a estas expecta-tivas. Esta es la razón por la que se le está dando un gran énfasis al diseño de laestructura institucional que se instalará para supervisar la designación de los re-cursos del CDM.

Otra estrategia para ganarse la confianza y expandir la participación de lospaíses no incluidos en el Anexo I pudiera ser un proceso de revisión voluntaria,independiente del que ya está funcionando en los países en desarrollo. Tal revi-sión abriría los esfuerzos en desarrollo a los expertos foráneos. Esto ayudaríatambién a ampliar la comprensión internacional, de manera independiente-mente documentada, de los sustanciales esfuerzos que ya están realizándose. Es-to respondería, al menos en parte, a las preocupaciones expresadas por el Sena-do de los EUA de que el mundo en desarrollo no está actuando sobre sus com-promisos para reducir las emisiones.

El proceso de reporte de los VIR pudiera hacer mayor uso de expertos inde-pendientes que los que requiere el informe del país bajo la FCCC. Por otra par-te, sería menos extenso y/o menos demandante que el proceso de revisión na-cional, sectorial y del proceso que se requiere al solicitar financiación por algu-nas instituciones multilaterales y bilaterales. El VIR se centraría exclusivamenteen las actividades directamente relacionadas con los objetivos de la Convencióny del Protocolo. Los objetivos del VIR serían:• asegurar que los países no incluidos en el Anexo I pueden aprender mucho

entre sí; • garantizar que se aporte información consistente a todo el conjunto de insti-

tuciones multilaterales que buscan documentación sobre los esfuerzos parareducir las emisiones de gases de efecto invernadero en los países no inclui-dos en el Anexo I; y

• aportar a los políticos escépticos de países incluidos en el Anexo I informa-ción confiable sobre los esfuerzos sustanciales que ya se están realizando enpaíses no incluidos en el Anexo I para lograr los objetivos originales de laFCCC.

¿Cómo se evalúa a la FCCC y al Protocolo?En general, los acuerdos internacionales y, en particular, los acuerdos internacio-nales sobre el medio ambiente están sujetos a críticas. Desdichadamente, y encierta medida injustamente, la FCCC y el Protocolo de Kyoto no han escapadode esta manía de ‘encontrar la falta’. Las concesiones resultantes de sesiones ne-gociadoras que se han extendido hasta altas horas de la noche y la simple inca-pacidad de “atar todos los cabos sueltos” hace que estos instrumentos sean pre-sa fácil. Sin embargo, estas críticas difícilmente sirven a un objetivo útil, dadoque estos instrumentos deben considerarse como “trabajo en progreso.”

Es decir, aún es importante responder al criticismo de que Kyoto no fue ni si-quiera un logro modesto. Se ha sugerido que: (a) los países incluidos en el Ane-xo I no cumplirán sus obligaciones; y (b) que aún si lo hicieran, no habría unimpacto beneficioso. La implicación de estas afirmaciones es que Kyoto no harádiferencias -ni siquiera nos ayudará a avanzar por el camino de la reducción delas emisiones de GHG a los países incluidos en el Anexo I. Que aún cuando to-dos los países incluidos en el Anexo I fueran a vivir para los compromisos quecontrajeron en Kyoto las emisiones totales de estos países en el 2010, de hecho,serían casi las mismas a las que tienen hoy día.

La otra falta que señala la crítica es la insistencia de las Partes de utilizar alaño 1990 como el punto de partida. La sugerencia es que hay un error funda-

RA M A K R I S H NA 63

mental en el enfoque global, y que tomar el año 1990 como el punto de partidaes un error fatal. La mayoría de los países incluidos en el Anexo I concuerdancon esta aseveración pero por razones muy diferentes y a menudo contradicto-rias. La comunidad de las Organizaciones no Gubernamentales (NGO, por sus si-glas en inglés) examinó este aspecto detenidamente, y llegó a la conclusión quetomar a 1990 como punto de partida o año base no es lo ideal, pero que cual-quier intento de cambiarlo causaría dificultades que trastornarían aún más el ob-jetivo de la Convención.

Será suficiente un ejemplo en este contexto: Un estudio de la FCCC evaluó alas proyecciones de los “negocios usuales” para el 2010 a partir de los niveles de1990 y concluyó que habría un incremento de emisiones de entre 19% y 33%.El rango medio fue un incremento del 24% a partir de los niveles de 1990. Cuan-do se toman las reducciones globales acordadas en Kyoto y se le añade al rangomedio del incremento proyectado, las reducciones en el 2010 serían aproxima-damente del 29%. Al mantenerse con el nivel base de 1990, las Partes retroce-derían a sus legislaturas respectivas y señalarían que sólo se han comprometidocon logros modestos -entre un 8% de disminución y un incremento del 10%. Enlos Estados Unidos, aún estas llamadas reducciones que se han considerado mo-destas fueron recibidas con gritos de protesta.

En cierto sentido, el designar al año 1990 como punto de partida fue una vic-toria para la comunidad ambientalista. Sin embargo, la presencia de potencialesfisuras en el Protocolo fue de importancia crítica para la obtención de la acepta-ción por parte de los países industrializados y del sector privado, así como de unamayor aceptabilidad política en general. Kyoto aportó un equilibrio delicado. Enla actualidad, desdichadamente, este balance pudiera inclinarse en uno u otrosentido de forma que vaya contra el logro de los aún modestos objetivos conte-nidos en el Protocolo. La manera de enfrentarse a este problema no es identifi-cando lo que está mal en el Protocolo, sino determinando los mejores modos deasegurar que los mecanismos de flexibilidad se utilicen para lograr reduccionesnetas para los países incluidos en el Anexo I.

Hay cosas sorprendentes, el Protocolo adoptado en Kyoto es quizás uno de losacuerdos internacionales de mayor importancia sobre el medio ambiente que sehaya creado jamás. Luego de la Cumbre de la Tierra, probablemente no ha habi-do otro cónclave de gobiernos que haya atraído a más personas o que haya pro-ducido un documento de tanta importancia como Kyoto. Una ausencia notableen el protocolo es la existencia de cualquier compromiso de los países en desa-rrollo. El Protocolo contiene nuevas obligaciones sólo para países industrializa-dos, pero su impacto se sentirá en el mundo en cada paso de la vida humana. Enigual sentido, si algunos de los detalles del Protocolo no se trabajan con sumocuidado, es muy probable que el Protocolo de Kyoto pudiera llegar a no tenerningún significado. ¿Cómo puede un acuerdo contener tales posibilidades extre-mas?

Está fuera de cualquier duda razonable que la Cumbre de la Tierra de 1992 fueun evento histórico y una prominente piedra filosofal en la gobernación globaldel medio ambiente. Aunque en dicha Cumbre se adoptaron un grupo de instru-mentos legales, el más activo y prominente entre ellos fue la adopción de laFCCC. El éxito o fallo de la Cumbre se juzga por el éxito o fallo de la FCCC.

Todos los países participantes en la Cumbre de la Tierra de Río estuvieron deacuerdo en que el cambio climático es uno de los problemas ambientales y eco-nómicos más serios al que debe enfrentarse la humanidad. Ellos acordaron coo-perar entre sí sobre la base de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”.En este caso, esto se expresó por la aceptación voluntaria de los países industria-lizados de compromisos para alcanzar en el año 2000 los niveles de emisión de1990, en tanto los países en desarrollo se unieron en algún compromiso generalde cooperación internacional.

En la Primera Reunión de las Partes realizada en Berlín, quedó claro que los

64 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

países industrializados no serían capaces de alcanzar sus compromisos volunta-rios. También fue evidente que las Partes que asistieron a la Convención necesi-taban prepararse para los compromisos de reducción posteriores al 2000. Lacomprensión compartida en Berlín fue doble: Primero, los compromisos volun-tarios no funcionarían, serían necesarios compromisos legalmente contraídos.Segundo, no sería suficiente para aquellos compromisos incluir sólo a los paísesindustrializados. Se hizo evidente que las emisiones de los países en desarrolloigualarían o excederían a la de los países industrializados para el año 2030 o susalrededores. Esta aseveración, en el nombre de países con “responsabilidades co-munes pero diferenciadas” llevó al acuerdo en Berlín de que la primera ronda decompromisos contraídos legalmente incluiría sólo a países industrializados.

Esta decisión aportó municiones para aquellos que se oponían a cualquier ti-po de acción doméstica para reducir las emisiones de dióxido de carbono en losEUA. También hizo que se animara la esperada reacción de la industria de EUAasí como de una muestra representativa de la élite política. Al ir a la Reunión deKyoto, el principal aspecto fue cómo asegurar que el resultado de Kyoto fuera“justo”. Los Estados Unidos consideraron que todo lo que no incluyera a los paí-ses en desarrollo era “injusto”. La amplia influencia de los actores que se opo-nían a los empeños de EUA fue significada por la facilidad con que se aprobó laresolución de Hagel.

Al mismo tiempo, los países en desarrollo hicieron su mejor papel para ase-gurar que ellos no contrajeran ningún compromiso legal en Kyoto. Al final, tu-vieron éxito, aunque la coalición dentro de la que trabajaron, el G-77, casi llegóal punto de desmenuzarse en varias ocasiones. Las tensiones dentro del mundoen desarrollo sobre este tópico fueron obvias. Por otra parte, estaban los paísesproductores de petróleo, preocupados acerca del impacto que tendrían sobre suseconomías las acciones para limitar al dióxido de carbono; y por el otro lado,las naciones isleñas, vulnerables a la elevación del nivel del mar y a las olas detormentas. Los países del África subsahariana vieron su interés relacionado conel de las islas porque ellos también son vulnerables a los impactos dañinos delcalentamiento global. Los grandes países en desarrollo como China, India y Bra-sil sintieron que sería injusto esperar que ellos se unieran a cualquier obligaciónlegal para limitar sus emisiones de GHG a menos que los países industrializados,liderados por los Estados Unidos, tomaran la iniciativa. Aún hay otros países, in-cluidos varios de América Latina, con aspiraciones de unirse, bien a la expansióndel Acuerdo de Libre Comercio Americano (NAFTA, por sus siglas en inglés) y/oa la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OECD, por sussiglas en inglés). Para estos países, una opción aceptable pudiera ser seguir el li-derazgo de los países industrializados con relación a la limitación de las emisio-nes.

El mensaje de Kyoto es claro. Eventualmente, todos los países tienen queaceptar compromisos legales para asegurar que la concentración de GHGs en laatmósfera permanezca a un nivel aceptable. Pero la cuestión de justeza, y cómoellos se dirigen dentro del marco del régimen del cambio climático que emerge,determinará la etapa en la cual se unirán los países en desarrollo a los industria-lizados. Cualquier duda acerca del papel primordial que los Estados Unidos jue-gan en los asuntos internacionales fue dejada de lado en Kyoto. El acuerdo serealizó porque los Estados Unidos estaban deseosos en acordar reducciones. Entanto, las presiones de la Unión Europea y de la comunidad de NGO juegan unimportante papel, el crédito final del logro del acuerdo es debido, fundamental-mente, al papel que los Estados Unidos fue capaz de jugar.

ConclusionesLuego de que se dijo e hizo todo, y de que se adoptó el Protocolo de Kyoto, lasperspectivas de los países industrializados y de los países en desarrollo eran muy

RA M A K R I S H NA 65

diferentes en términos de lo que se había alcanzado. La tabla siguiente identifi-ca por qué los mensajes “llevados a casa” fueron en términos de prioridades cla-ves para los diferentes grupos de países. Estas impresiones están vinculadas a lainfluencia de cómo se tomarán los siguientes pasos en la evolución del régimenclimático. Aún cuando el Mecanismo para un Desarrollo Limpio aparece en am-bas listas, ello no significa que ambos grupos concuerden sobre el significadoreal del concepto y sus implicaciones operativas.

La tarea a la que nos enfrentamos es ver cómo obtener el máximo delProtocolo: lograr reducciones reales de las emisiones de los países industrializa-dos; hacer posible que los países en desarrollo se unan en este ejercicio; y en con-junto, alcanzar los objetivos de la Convención.

Por tanto, el éxito del Protocolo de Kyoto dependerá mucho de lo que seancapaces de hacer los países industrializados en los próximos meses y años. • Primero, ellos necesitan demostrar a sus legislaturas y al sector privado que la

ejecución del Protocolo de Kyoto no dañará a sus economías.

• Segundo, debieran ser capaces de trabajar junto a los países en desarrollo enuna forma constructivo, con el fin de expandir y profundizar sus compromi-sos constructivos.

La celeridad con la que los países en desarrollo sean capaces de unirse a esoscompromisos depende, por tanto, de los países industrializados. Los países in-dustrializados debieran mostrar su buena fe en asegurar que el Protocolo de Kyo-to entre en vigor rápidamente. Ellos debieran enfrentar sus compromisos redu-ciendo sus emisiones de GHG como se acordó en el Protocolo. Además, debie-ran implementar otras medidas, contenidas en la FCCC o en el Protocolo deKyoto, que aborden sus compromisos con los países en desarrollo aportandoasistencia financiera y técnica. En la primera fase, esto significa identificar aque-llas iniciativas que se están llevando a cabo que cumplan los objetivos socioeco-nómicos de los países en desarrollo para el desarrollo sostenible, mientras que si-multáneamente se libera menor cantidad de GHGs en la atmósfera. Una vez quese hayan identificado, debe suministrarse la asistencia necesaria para asegurarque los proyectos realizables sean replicados en mayor escala y para introducirtecnologías nuevas, más rápidas y eficientes. Los países en desarrollo estaráncontentos con la idea de reducir las emisiones de GHG sólo cuando se haya de-mostrado que la reducción de las emisiones no necesariamente entorpecen suobjetivo de desarrollo sostenible. Sólo cuando se alcance este nivel confortableellos se abrirán a las sugerencias de los compromisos legales.

Kilaparti Ramakrishna , natural de la India, obtuvo su Ph.D. en Leyes Interna-cionales sobre Medio Ambiente en la Universidad Jawaharlal Nehru, Nueva Del-hi, India. Fungió como Consejero Especial en las Naciones Unidas para la con-fección de la Convención Marco sobre el Cambio Climático. Además del calen-tamiento global y los aspectos del cambio climático, ha contribuido extensa-

66 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

CUADRO 1 PRIORIDADES PRINCIPALES PARA LOS PAÍSES INDUSTRIALIZADOSY EN DESARROLLO DESPUÉS DE KYOTO

P A Í S E S I N D U S T R I A L I Z A D O S P A Í S E S E N D E S A R R O L L OEmisiones mercantiles EquidadImplementación conjunta Transferencia TecnológicaSumideros Asistencia FinancieraCumplimiento y verificación Circunstancias EspecialesParticipación de países en desar rollo Responsabilidad común pero diferenciadaMecanismo para un Desarrollo Limpio Mecanismo para un Desarrollo Limpio

mente en una variedad de campos entre los que se incluyen: tendencias en latoma de decisiones nacionales e internacionales; marcos legales e instituciona-les para los mecanismos de resolución de disputas alternativas; creación y ma-nejo de reservas marinas; y conservación y utilización de los bosques mundialesy de la biodiversidad. Ha ocupado cargos como profesor e investigador en unnúmero de instituciones/universidades en la India y en los EUA. Actualmente esDiputado Director del Centro de Investigación de Woods Hole y ostenta el car-go de profesor invitado en la Escuela de Leyes de Harvard y en la Escuela de Le-yes y Diplomacia Fletcher.

Centro de Investigación de Woods HoleApartado Postal 29613 Church StreetWoods Hole, MA 02453EUAEmail: [email protected]

RA M A K R I S H NA 67

Evaluación del Protocolo de Kyoto desdela perspectiva de los países insulares pequeños

Tuiloma Neroni SladeRepresentante Permanente de Samoa en las Naciones Unidas;Alianza de los Estados de Países Insulares Pequeños (AOSIS, siglas en inglés)

Jacob WerksmanFundación para la Ley Internacional del Medio Ambiente y el Desarrollo(FIELD, siglas en inglés), Londres.

ResumenTanto desde el punto de vista físico como económico, los países que de in -mediato son más vulnerables a los impactos del calentamiento global sonlos estados insulares pequeños en desar rollo (SIDS, por sus siglas en in -glés). Los SIDS ya están comenzando a sentir sobre sus economías, sus cul -turas y sus sistemas ecológicos, los efectos del calentamiento global y de -bieran servir como heraldos para el resto de la comunidad global. Aúncuando la geografía establece que los SIDS serán los primeras en confron -tar los efectos tangibles del cambio climático, éste pronto será un proble -ma universal. Un factor importante en el establecimiento de la Alianza delos Estados de Países Insulares Pequeños (AOSIS) en 1990 fue la vulnerabi -lidad compartida. Desde ese momento, la AOSIS ha sido un participantemuy activo en las negociaciones sobre el cambio climático -apoyando ma -yores compromisos de los países industrializados y el incremento de la par -ticipación de los países en desar rollo.

Los autores sostienen que el Protocolo de Kyoto es un logro importantey superior al de la Convención del Cambio Climático ya que contiene com -promisos y objetivos cuantificables. Sin embargo, las directrices que esta -blece no se consideran tan severas como los que la AOSIS juzgó que erancientíficamente necesarias o políticamente factibles. Además, el Protocoloaún contiene algunas deficiencias y ambigüedades que pudieran interferirpotencialmente en su efectividad. Es imperativo que los pasos que se to -men no sólo fortalezcan y ajusten el lenguaje del Protocolo, sino que per -mitan el incremento en la participación de los países no incluidos en elAnexo I. Este trabajo realiza un minucioso examen de las fortalezas y debi -lidades del Protocolo al examinar los artículos que pertenecen a acuerdos,cooperación y flexibilidad. Se pone particular atención a los Artículos 2, 3,4, 6, 13 y 17.

IntroducciónTodos los diez años más calientes que se han registrado en la historia, han ocu-rrido después de 1980. La Organización Meteorológica Mundial identificó a1996 como el decimoctavo año consecutivo con anomalías positivas globales. El

S LADE Y W E R K S M A N 69

Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, porsus siglas en inglés) anunció en su Segundo Informe de Evaluación en 1995 queel planeta había entrado en un período de inestabilidad climática que probable-mente produciría “amplia destrucción económica, social y del medio ambientea lo largo del próximo siglo”.

Los países que de inmediato son más vulnerables, económica y físicamente,al impacto del calentamiento global son los estados insulares pequeños en desa-rrollo (SIDS). Existen muchas desventajas que se asocian con el tamaño peque-ño, magnificadas por el hecho de que los estados insulares pequeños no sólo sonpequeños, sino que generalmente están diseminados en un número de peque-ñas islas. Las Islas pequeñas poseen una cantidad limitada de recursos, lo que lle-va a la especialización y a que las mismas tengan una alta dependencia de la im-portación así como del uso indiscriminado y del agotamiento de los recursos na-turales. Los límites en el suministro de agua potable son a menudo palpables. Ladensidad de la población es alta al igual que los costos de la administración pú-blica y de la infraestructura, especialmente en los sectores de comunicación y deltransporte. El tamaño y el aislamiento limitan también la capacidad institucio-nal y los mercados domésticos. Cada una de estas condiciones se combina conla amenaza del cambio climático, los SIDS están ya comenzando a sentir los efec-tos del calentamiento global sobre sus economías, sus culturas y sus sistemasecológicos. La geografía establece que los SIDS serán los primeros en afrontar lasconsecuencias del cambio climático, pero se espera que también algunas econo-mías mayores y menos aisladas sientan pronto el impacto.

¿Cuáles son las amenazas más inminentes del cambio climático?Para los SIDS la elevación del nivel del mar es quizás la amenaza más crítica delcambio climático, éste concierne a las fuerzas vivas de las comunidades isleñas.Una elevación del nivel del mar de sólo veinte centímetros tendría efectos de-vastadores sobre las islas pequeñas. En algunos grupos de islas como las Kiriba-ti, Seychelles y Maldivas, más del 80% del área terrestre está a menos de un me-tro por encima del actual nivel del mar. Las islas más altas también experimen-tarán serios impactos sobre sus comunidades, actividades económicas y desarro-llo de la infraestructura como resultado del cambio climático. Para la mayoría delos SIDS, entre las amenazas más inmediatas producidas por el cambio climáti-co se incluyen las siguientes:

Clima: Se pronostica que el cambio climático probablemente producirá un in-cremento en la frecuencia e intensidad de los eventos extremos del tiempo co-mo son las tormentas tropicales. También se esperan mayores daños como con-secuencia de olas de tormentas. Las tormentas tropicales están ocasionando de-vastación sin precedentes en los SIDS de casi todas las regiones del mundo yaque las mismas son más frecuentes, más severas y mucho más dañinas en térmi-nos de costo financiero y daños a la infraestructura.

Erosión: En la mayoría de los casos, la mitad de la población de las comuni-dades de las islas residen en un límite comprendido entre la costa y dos kilóme-tros de distancia. Esta porción de la población isleña es muy vulnerable a la ele-vación del nivel del mar y la pérdida de las propiedades y medios de vida produ-cidos por la erosión de la costa.

Agua Potable: El suministro inadecuado de agua potable y la conservación delagua son elementos críticos en todos los países en desarrollo. Este aspecto es deespecial importancia para los SIDS, ya que el suministro de agua potable puedeestar particularmente limitado en las islas. La vulnerabilidad de las islas peque-ñas está compuesta por las amenazas de sequías debido al cambio climático ypor la invasión salina de pozos y manantiales de agua potable debido a la eleva-ción del nivel del mar.

Biodiversidad: Las islas pequeñas tienden a tener un alto grado de endemismo

70 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

y nivel de biodiversidad. Sin embargo, las poblaciones de diversas especies estántípicamente limitados en cuanto a su tamaño y enfrentan un alto riesgo de ex-tinguirse. Hasta los cambios pequeños en la temperatura y en el nivel del marpudieran producir serias alteraciones del hábitat. Las barreras coralinas, que amenudo se describen como los árboles del océano, debido a su rica biodiversi-dad son particularmente vulnerables al incremento de la temperatura y puedenser seriamente dañadas.

Agricultura: Las cosechas son extremadamente sensibles a factores climáticoscomo la temperatura y los niveles de agua. Los tiempos más cálidos, las sequías,la precipitación excesiva, las inundaciones, todas ellas producidas como resulta-do del cambio climático, pudieran dar como resultado pérdidas significativas encosechas que previamente fueron florecientes en las islas.

Industria: Las economías pequeñas son extremadamente susceptibles a loscambios económicos externos y del comercio. Esto crea dificultades reales paralos SIDS en el desarrollo sostenible del comercio y de los sectores industriales. Elimpacto potencial del cambio climático sobre la economía y el medio ambienteen los SIDS eleva los niveles de riesgo percibidos en la inversión industrial.

Cultura: La falta de vida, la falta de medios de vida, el descenso en la produc-tividad y los trastornos económicos pueden todos ser resultado de los efectos delcambio climático. Además de las dramáticas implicaciones económicas de estascircunstancias toda la cultura puede estar afectada.

Economía: Las cargas financieras que emanan de los efectos del calentamien-to global probablemente tengan un tremendo impacto sobre las economías de lamayoría de los SIDS. Los costos incluirán el reasentamiento de poblaciones, lapérdida de cosechas, pérdida de recursos naturales, pérdida de tierras y de otraspropiedades, incremento de enfermedades, pérdida de recursos humanos, incre-mento de los costos de seguros, pérdida del turismo y escasez de alimentos y deagua potable.

El principio 6 de la Declaración de Río de Janeiro promete que a ‘los países endesarrollo más vulnerables’ se les daría una prioridad especial. Todos los SIDS de-bieran estar dentro de esta categoría. Probablemente, las presiones financieras re-sultantes del enfrentamiento de los efectos del cambio climático serán agobian-tes para el promedio de los países en desarrollo. Debido a su creciente vulnera-bilidad, para los SIDS ésta puede ser mucho más que una batalla. Un estudio re-ciente examinó los probables impactos que produciría la elevación acelerada deun metro del nivel del mar sobre las Islas Marshall para el año 2100. El estudiodeterminó que entre diez y treinta por ciento del borde de la playa se erosiona-ría y que se perdería el 60 por ciento de las tierras cultivables. Habría tambiénun incremento significativo en la frecuencia de inundaciones severas y el aguadulce subterránea en la que confían los isleños se tornaría crecientemente esca-sa. El costo para la protección de la costa se estima que será de cuatro a seis ve-ces el producto interno bruto actual del país.

¿Cuál es el papel de la AOSIS en las negociaciones del cambio climático?Para las islas pequeñas el cambio climático es un tema de supervivencia. Estavulnerabilidad compartida fue un factor determinante para el establecimiento,en 1990, de la Alianza de los Estados de Países Insulares Pequeños (AOSIS). LaAOSIS está constituida en la actualidad por 43 estados miembros de todo elmundo, incluyendo a África, el Caribe, el Mediterráneo, el Atlántico, el Pacíficoy el Mar del Sur de China.

Como los SIDS son particularmente vulnerables al cambio climático global,la variabilidad climática y la elevación del nivel del mar, las preocupaciones delas que han sido voceros los miembros de la AOSIS poseen la genuina calidad delos que se enfrentan a una amenaza real e inmediata. Sin embargo, las muy tan-gibles consecuencias del cambio climático que las islas pequeñas están comen-

S LADE Y W E R K S M A N 71

zando a experimentar serán eventual e inexorablemente amenazas que enfren-tarán las islas mayores y los países continentales. Los llamados de la AOSIS a laacción no son egoístas. Son el reflejo de preocupaciones que serán imperativosde todo el planeta en los años venideros. A la comunidad internacional debe co-rresponderle tomar nota de las acciones y recomendaciones de las naciones in-sulares pequeñas.

A través de las negociaciones, la Alianza ha mantenido una fuerte y activapresencia en el diseño del régimen del cambio climático. El gobierno del peque-ño estado de la Isla de Malta fue el primero en respaldar una resolución de laAsamblea General de las Naciones Unidas en la que se hizo un llamado para es-tablecer un comité negociador intergubernamental para un tratado marco desti-nado a combatir el calentamiento global. En la primera sesión de este comité, en1991, la AOSIS presentó un marco de conceptos y de principios que sirvieron deguía a las negociaciones de lo que sería el primer tratado conjunto internacionaldirigido al cambio climático. Muchos de los elementos esenciales del diseño dela Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 1992(UNFCCC, por sus siglas en inglés) incluidos su énfasis en la ciencia, precaucióny equidad, fueron apoyados por o derivados de las proposiciones de la AOSIS.Aunque la Alianza fue incapaz de superar la oposición que los países industriali-zados hicieron para realizar en ese momento compromisos concretos en la re-ducción de emisiones, trabajó diligentemente para asegurar que la Convención,una vez que estuviera en vigor, proporcionara una rápida revisión de la suficien-cia de las obligaciones de las Partes, a la luz de los últimos logros científicos y re-quería de los mismos ‘tomar las acciones apropiadas’.

La AOSIS era poderosa por el número de sus miembros, lo que no fue un fac-tor insignificante a la hora de lograr la rápida puesta en vigor de la Convenciónen 1994. Para 1995, en la primera reunión de la Conferencia de las Partes (COP-1), las obligaciones en los procedimientos de la UNFCCC forzaron a considerarlas proposiciones para un nuevo instrumento legal que fortaleciera los compro-misos de los países industrializados. Justamente antes de la COP-1, la AOSIS pre-sentó a consideración de la Convención una propuesta de protocolo, en la cualse incluía una proposición para que las Partes de los países industrializados (Ane-xo I) integrantes de la Convención redujeran sus emisiones de CO2, para el año2005, en un 20% de los niveles de 1990. Como en la COP-1 no se adoptó un ins-trumento legal, el protocolo propuesto por la AOSIS aportó un punto de partidapara los países en desarrollo y las Organizaciones no Gubernamentales (NGOS,por sus siglas en inglés) así como fue un centro de atención para los medios ma-sivos de comunicación de todo el mundo. El momentum que ayudó a generar elprotocolo de la AOSIS llevó a la adopción del Mandato de Berlín, el cual estable-ció los términos de referencia para la negociación de un instrumento legal quecontenía objetivos cuantificados y períodos de tiempo para las Partes incluidasen el Anexo I.

En 1997, en la COP-3, se acordó que los países industrializados se esforzaríanpor lograr para el año 2012 una reducción del 5% de los niveles de emisiones degases de efecto de invernadero que existían en 1990. Este objetivo resultó peque-ño, no sólo a la luz de las propuestas realizadas por la AOSIS, sino también por-que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC,por sus siglas en inglés) había recomendado una reducción del 60%. No obstan-te, la AOSIS continúa confiando en que el Protocolo de Kyoto era la mejor espe-ranza para lograr una respuesta de la comunidad internacional a la amenaza delcalentamiento global. Desde Kyoto, la AOSIS ha puesto todas sus energías en lalucha para esclarecer y desarrollar aún más el Protocolo, para asegurar que el sis-tema del cambio climático se beneficie completamente por la reducción del 5%.

72 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

¿ Por qué es insuficiente el Protocolo?El protocolo desarrollado en Kyoto contiene los compromisos contraídos legal-mente para limitar y reducir las emisiones de gases de efecto de invernadero. Es-ta sola característica lo define como una mejora inconmensurable en relacióncon la Convención que resultó ser extremadamente superficial. Los innovadoresmecanismos de ‘flexibilidad’ que se incluyeron en el Protocolo, aunque en sumayoría no comprobados, tienen el potencial de permitir considerable ahorroen los costos de los sumideros de emisiones, y permite que el sector privado searticule directamente en la ejecución de acuerdos internacionales sobre el medioambiente. Sin embargo, debido a las políticas y al limitado tiempo de negocia-ción, quedaron en el Protocolo muchas ambigüedades y potenciales pretextospara eludir responsabilidades. El trabajo realizado por la AOSIS desde que seadoptó el Protocolo se ha encaminado a cubrir cuatro aspectos de particular im-portancia: • diseñar un sistema robusto y efectivo de acuerdos que apoyen los compromi-

sos aprobados por el Protocolo• promover el uso de un riguroso análisis científico, en combinación con el

principio preventivo, para asegurar que las imprecisiones metodológicas queexistan se resuelvan de manera que promuevan el mejor resultado desde elpunto de vista del medio ambiente;

• asegurar que la complejidad de los mecanismos de flexibilidad del Protocolono creen oportunidades para que los Gobiernos eviten los sumideros genui-nos de emisiones; y

• mantener a largo plazo el momentum del régimen en el fortalecimiento delos compromisos de los países industrializados y en la búsqueda de fórmulasque comprometan a los países en desarrollo en la medida en que sus emisio-nes comiencen a crecer.

Tanto el componente científico como el regulador del Protocolo son grandeslogros comparados con la Convención. Sin embargo, aún existen muchas am-bigüedades sustanciales. Por tanto, es necesario examinar detalladamente laagenda establecida en Kyoto e identificar las áreas con debilidades. Entre las másimportantes se incluyen:• adopción de objetivos comprometidos legalmente y de sus cronogramas;• quedan por negociar los compromisos multilaterales de las iniciativas desple-

gadas con mecanismos no comprobados;• gran confianza en métodos vinculados a considerable imprecisión metodo-

lógica y a incertidumbre institucional y científica; y• vulnerabilidad, resultante de las incertidumbres políticas, que puede influir

sobre el desarrollo futuro del régimen.

La AOSIS está realizando un esfuerzo conjunto para facilitar la solución de es-tas ambigüedades. La Alianza está trabajando también para asegurar que los me-canismos no comprobados se desarrollen de la forma más transparente, respon-sable y efectiva posible. La sección siguiente aborda estas ambigüedades a travésde la discusión de las fortalezas y debilidades del Protocolo de Kyoto. Las seccio-nes posteriores examinan los componentes específicos del Protocolo con mayordetalle.

¿Cuáles son las fortalezas y debilidades del Protocolo de Kyoto?Compromisos y cronogramas

El tema de los compromisos y cronogramas fue crucial en las negociaciones deKyoto. Fue también lo más difícil, y por tanto, lo último en resolverse. Al eva-luar la suficiencia de los compromisos y cronogramas establecidos por el Proto-colo, es importante considerar su suficiencia legal, científica y la equidad entre

S LADE Y W E R K S M A N 73

las partes.

Suficiencia legal

Los términos del Artículo 3 del Protocolo resaltan el carácter legal de los com-promisos del Anexo I. El texto se refiere específicamente más que a objetivos alas limitaciones de emisiones y a los compromisos en la reducción. Los compro-misos son claros y cuantificables. De esta forma, las Partes se han apartado de loscompromisos ‘suaves’ que existieron bajo la Convención, con lo que han resuel-to una debilidad esencial suya.

Durante las negociaciones, la AOSIS defendió con fuerza las reducciones pla-nas, en lugar de compromisos diferenciados. La razón para ello fue que parecióque era más probable que las reducciones planas fomentaran esfuerzos igualesde todas las Partes incluidas en el Anexo I. En este punto, el Protocolo contieneuna tasa lo más plana posible para las tres Partes más importantes -Estados Uni-dos, la Unión Europea y Japón. La diferenciación entre las otras Partes fue nece-sariamente aceptada como un compromiso político.

En resumen, ha habido un importante progreso en el logro de la ‘suficiencialegal’, pero aún falta un régimen efectivo de cumplimiento. El Artículo 18 ana-liza los aspectos del incumplimiento, pero deja la discusión de las directrices es-pecíficas para negociaciones posteriores. Se ha realizado un gran esfuerzo en lapreparación de dichos mecanismos. Sin embargo, es evidente que es necesarioun enfoque más abarcador. El aspecto se complica, específicamente, por el he-cho de que la imposición de los requerimientos legales debe descansar en laaceptabilidad, confianza y exactitud de las medidas científicas correspondientes.La AOSIS ha estado estrechamente vinculada con las negociaciones relacionadascon el cumplimiento y ha recalcado la necesidad de que el sistema revisado sea:• preventivo y de precaución, que debe tratar de prevenir el incumplimiento

antes de que ocurra, y realizar evaluaciones basadas en un enfoque preventi-vo;

• exhaustivo y coherente, que debe enfocar aspectos relacionados con todoslos compromisos contraídos bajo el Protocolo;

• verosímil, que debe ser capaz de asumir, examinar y resolver efectivamentelos aspectos relacionados con el cumplimiento, sin intervención política;

• transparente, que sus reglas y procedimientos deben estar expresados de for-ma clara y simple, y los razonamientos y resultados deben estar basados eninformaciones seguras y que estén disponibles de forma pública;

• gradual y proporcionado, que los procedimientos y mecanismos deben teneren cuenta la causa, tipo, grado y frecuencia del incumplimiento, así como lascaracterísticas comunes pero diferenciadas de los compromisos y capacidadesde las Partes;

• pronosticable, en que las Partes deben ser informadas, con antelación, delrango de consecuencias que pudieran estar vinculadas a las diferentes catego-rías de incumplimientos; y

• basados en los principios de eficiencia y en los procesos de vencimiento, conel fin de que se le permita a las Partes tener la oportunidad de resolver los as-pectos relacionados con el cumplimiento de forma total, justa y de acuerdocon el cronograma.

Suficiencia científica

El carácter legal del Protocolo sólo es tan conocido como la ciencia correspon-diente. Los componentes más importantes a examinar, cuando se considera lasuficiencia científica del acuerdo de Kyoto, incluyen la magnitud de los objeti-vos, su cobertura, el cronograma y la inclusión de sumideros.

Objetivos. El artículo 3 del Protocolo requiere, para el año 2012, una reduc-ción de al menos un 5% de las emisiones globales de seis gases tomando como

74 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

base los niveles de 1990. Esto está muy lejos de la reducción global del 60% so-licitada por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climáti-co (IPCC, por sus siglas en inglés) y de la proposición de una reducción del 20%de CO2 realizada por la AOSIS. La AOSIS considera que las implicaciones de es-ta discrepancia son extraordinarias. Aunque existen algunos desacuerdos, la in-mensa mayoría de los científicos han aceptado, inequívocamente, que el siste-ma climático global está cambiando. En realidad, el Protocolo de Kyoto es el res-paldo político a estas evaluaciones científicas. Además, existe una amplia acep-tación de lo insuficiente que resultan las iniciativas actuales sobre el cambio cli -mático global. En los futuros períodos de presentación será necesario tener másen cuenta los parámetros científicos, para asegurar que la capacidad de realizarsumideros no sea eclipsada por la renuencia política a tomar las medidas nece-sarias.

Cobertura. Es notable que el Protocolo cubrirá, eventualmente, seis gases deefecto de invernadero (GHGS, por sus siglas en inglés). Sin embargo, la inclusiónde todos estos gases pudiera engendrar mayores dudas con relación al cálculo deemisiones a partir de fuentes menos conocidas y la convertibilidad de estos ga-ses a unidades equivalentes de CO2, utilizando las estimaciones aportadas porsus potenciales de calentamiento global.

Cronograma. Otro aspecto del Protocolo es el uso nuevo e innovador de perío-dos de financiación o períodos de compromiso. La proposición de la AOSIS su-giere un límite de tiempo para el 2005. Este período de tiempo, relativamentecorto, está basado en lo que parece ser científicamente necesario y políticamen-te factible. Los miembros de la AOSIS se disgustaron cuando se designó al año2012 como el final del primer período de compromiso del Protocolo. De acuer-do con el Artículo 3.2, para el año 2005 cada una de las Partes incluidas en elAnexo I habrá obtenido un ‘progreso demostrable’ hacia el logro de sus compro-misos bajo el Protocolo. Aún no se ha determinado cómo se medirá dicho pro-greso.

Sumideros. El acuerdo sobre los sumideros, que siguió siendo un aspecto dediscusión hasta las once horas, fue el elemento final que permitió la negociaciónde los objetivos del Protocolo. Sin esta medida, el Protocolo de Kyoto no hubie-ra sido posible. La cláusula acordada asegura que el trabajo posterior del IPCCacerca de los sumideros se realizará inmediatamente. También requiere que losGobiernos enfrenten las incertidumbres y los problemas metodológicos. Ade-más, una vez que comience el proceso de revisión del Protocolo, este mecanis-mo asegurará que los sumideros se traten de forma verificable y transparente.

Un estudio reciente examinó los posibles impactos que implicaría una ele-vación acelerada, para el año 2100, de un metro del nivel del mar en lasIslas Marshall. El estudio determinó que entre diez y treinta por ciento dela línea de la costa se erosionará y que el 60% de las tierras cultivables seperderían. También puede haber un incremento significativo en la fre-cuencia de inundaciones severas, y el agua dulce subterránea en la queconfían los isleños se tornará cada vez más escasa. El costo de protecciónde la costa se estima que será cuatro a seis veces el valor del Producto In-terno Bruto doméstico actual.

Sin embargo, aún existen problemas potenciales. Mientras que la inclusiónde los sumideros pudiera incrementar la efectividad del Protocolo, también pu-diera introducir algunas inexactitudes metodológicas y posiblemente distraiga alrégimen de centrarse en su principal objetivo político que es lograr que la eco-nomía global cambie su dependencia de los combustibles fósiles. La propuesta

S LADE Y W E R K S M A N 75

donde se expresa que los sumideros son un medio de lograr los compromisos pa-ra mitigar las emisiones, pudiera también aportar la errónea idea de que los su-mideros son una alternativa aceptable y menos costosa que la eficiencia energé-tica o las tecnologías de la energía renovable. De esta forma, la opción más ba-rata que se apoya en los sumideros crea una falta de incentivo para el desarro-llo y la expansión de estas otras tecnologías. Esto significa que los países en de-sarrollo probablemente perderán la oportunidad para la transferencia tecnológi-ca, lo que se añade a los problemas de emisiones futuras en la medida en que es-tas economías continúen creciendo. Además, no existen predicciones o garan-tías acerca del período de tiempo durante el cual los árboles continuarán secues-trando el carbono atmosférico. La AOSIS ha tratado estos aspectos y otro núme-ro de problemas en varias presentaciones relacionados con los sumideros.

Equidad.

La distribución de los compromisos de reducción de las emisiones varía marca-damente entre los países incluidos en el Anexo I. Por ejemplo, la Unión Europease ha comprometido a -8% de los niveles de 1990, y Estados Unidos a -7%, entanto la meta de Australia es +8% y de Islandia de +10%. Estas distribuciones nose basan en ningún criterio identificable consensuado. Mas bien, se derivaron,en lo fundamental, de negociaciones altamente politizadas y que en su mayorparte surgieron de la percepción de la ‘capacidad’ política y económica de sopor-tar esta obligación.

La equidad demandaría que las Partes con la capacidad de hacer más debie-ran empeñarse y hacerlo. En esta etapa, existen razones muy sólidas, basadas enla equidad para los países en desarrollo, que en la actualidad no poseen obliga-ciones bajo el Protocolo, de no aceptar responsabilidades. Sin embargo, la inca-pacidad de los países incluidos en el Anexo I de desarrollar un método basadoen reglas para la diferenciación, como se ha demostrado por la ambigüedad delos objetivos existentes, complicará el acuerdo y la distribución de las obligacio-nes cuando el régimen se expanda para incluir a nuevas Partes.

Mecanismos innovadores, pero no comprobados

El Protocolo de Kyoto compendia varias innovaciones importantes acerca de lasformas de alcanzar los compromisos de reducción de emisiones. Los mismos in-cluyen:• Compromisos conjuntos o el acuerdo burbuja bajo el Artículo 4, el cual, en

efecto, formaliza el acuerdo sombrilla de la Unión Europea. Esta cláusula es-tá abierta también para otros países (dos o más) que estén deseosos de com-prometerse en un período de cinco años de cumplimiento.

• Implementación conjunta entre los países incluidos en el Anexo I a través detratados basados en proyectos para la compensación de emisiones bajo el Ar-tículo 6.

• Implementación conjunta entre las Partes incluidas en el Anexo I y los paí-ses en desarrollo utilizando el Mecanismo para un Desarrollo Limpio detalla-do en el Artículo 12.

• Comercio de las emisiones concedidas no utilizadas entre los países incluidosen el Anexo I bajo el Artículo 17.

Cada uno de estos mecanismos abre nuevos horizontes para las leyes interna-cionales y tratan de permitir que los países incluidos en el Anexo I utilicen me-canismos basados en el mercado y mecanismos de cooperación al utilizar lasventajas que brindan las opciones de menor costo para la reducción de emisio-nes. Cada una es también un reto a la comprensión tradicional de las obligacio-nes soberanas y de las responsabilidades estatales, ya que le permite a las Partescumplimentar los compromisos a través de actividades que se realizan fuera de

76 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

su territorio y en algunos casos les permite subcontratar sus responsabilidades alsector privado. El rastreo de estas obligaciones y la conservación de la responsa-bilidad de los estados contratantes de cualquier déficit en la ejecución serán losretos primordiales para el régimen climático.

¿Cuáles son los componentes específicosdel Protocolo que necesitan ser evaluados?En el período posterior a Kyoto, la AOSIS ha determinado que su principal tareaes la identificación y eliminación de los puntos débiles del Protocolo con el finde asegurar que se reduzcan lo más posible las incertidumbres científicas y de re-gulación. Afortunadamente, el texto del Protocolo de Kyoto ofrece significativasoportunidades para introducir mayor rigor en los compromisos del Protocolo y,en particular, en la flexibilidad de sus mecanismos. Esta sección examina loscomponentes específicos de los Artículos del Protocolo. La siguiente secciónconsidera el potencial para combinar las medidas solicitadas bajo diferentes ar-tículos.

Artículo 2: Políticas y medidas

En el Protocolo de Kyoto no existe vinculación entre las políticas y las medidas(PAMS, por sus siglas en inglés). El lenguaje utilizado para describir las posiblesacciones es relativamente suave. Por ejemplo, el término ‘tal como’ en el Artícu-lo 2.1(a) implica que las PAMs se presentan sólo como ejemplos de acciones quelas Partes pudieran desear utilizar para cumplir sus compromisos cuantificadosde limitación y reducción de emisiones (QELRCS, por sus siglas en inglés). Sinembargo, es posible que las PAMS relacionadas en el Artículo 2 puedan ser losmedios preferidos a través de los que las Partes alcancen sus QELRCS. Este usode PAMS pudiera proporcionar un importante hito provisional para evaluar elcumplimiento de las Partes, las que pudieran, a su vez, probar que son útiles pa-ra lograr los objetivos a largo plazo del Protocolo. El artículo 2 no recibe unamención expresa en las cláusulas del protocolo sobre la información (Artículo 7)o en la ‘revisión profunda’ (Artículo 8). Sin embargo, está claramente cubiertoen el Artículo 7 (2) por una referencia a la obligación de cada una de las Partesincluidas en el Anexo I de aportar ‘la información suplementaria necesaria parademostrar el cumplimiento de los compromisos contraídos en virtud del presen-te Protocolo’.

Durante las negociaciones, la AOSIS y la Unión Europea apoyaron un meca-nismo para la coordinación internacional de las PAMS. La idea era estimular laarmonía al mayor nivel estándar que fuera posible, y evitar cualquier impactonegativo potencial sobre los países en desarrollo. Dicho mecanismo no fue in-cluido. Sin embargo, el Artículo 2.1 (b) capta el espíritu de las preocupacionessugeridas por la AOSIS. La última frase del Artículo 2.3 y del Artículo 2.4 preser-va también el derecho a reintroducir propuestas para un mecanismo de coordi-nación.

El Artículo 2.2 requiere de las partes incluidas en el Anexo I la negociación delas limitaciones y reducciones de los combustibles derivados del carbón que seutilizan para la aviación y la marina. En tanto éste es uno de los sectores dondelas emisiones crecen con mayor rapidez, los negociadores no fueron capaces deponerse de acuerdo en cómo atribuir las responsabilidades de las emisiones delos barcos y aviones que pueden ser vertidos en el espacio aéreo internacional oen las aguas internacionales. Con respecto al cambio climático, la AOSIS apoyala regulación de estas emisiones. Sin embargo, la mayoría de los SIDS, que sontan vulnerables a los impactos del calentamiento global, también son particu-larmente dependientes del transporte aéreo y marítimo para el comercio y el tu-rismo. Este ‘impedimento-22’ está compuesto por el hecho de que las reglasacordadas por los países incluidos en el Anexo I ayudarán a predeterminar las re-

S LADE Y W E R K S M A N 77

gulaciones que pueden aplicarse posteriormente a los países en desarrollo.El Artículo 2.3 refleja un esfuerzo, en el contexto de la ejecución de las PAMs,

para balancear los intereses de aquellos países preocupados sobre los impactosdel cambio climático, como los SIDS, y de países que están preocupados por losimpactos de las respuestas al cambio climático, como son los exportadores decombustibles fósiles. Los países exportadores de petróleo pueden tratar de utili-zar este párrafo para objetar las PAMs que afectan al mercado del petróleo. Sinembargo, esta cláusula se compensa con otras que enumeran la vulnerabilidadde las Partes en una forma que es aplicable a esta situación.

En el mismo contexto, el Artículo 2.3 se refiere a ‘otras acciones, como apro-piadas’ que pueden tomarse por la Conferencia de las Partes en calidad de reu-nión de las Partes (COP/MOP, por sus siglas en inglés) pero no se detalla nada enespecífico. El Artículo 3.4 contiene un lenguaje similar y requiere de preparaciónpara tomar una decisión en la COP-4 basada en la consideración de ‘acciones re-lacionadas con la financiación, seguridad y transferencia de tecnología’. Esto haaportado la oportunidad para que la AOSIS presente aspectos que conciernen ala seguridad relacionada con los impactos y para que los países que pertenecena la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEC, por sus siglas en in-glés), por ejemplo, soliciten la posibilidad de revisar las propuestas relacionadascon la compensación por pérdidas económicas ocasionadas por las medidas derespuesta. Queda por decidir si esta última acción va a considerarse ‘apropiada’para ‘una acción ulterior’.

Artículo 3, Anexos A y B: Limitación de emisiones y compromisos de reducción.

Quizás el logro más importante del Protocolo por sobre la Convención descan-sa en el carácter legal de la limitación de las emisiones y de los compromisos dereducción, que están claramente establecidos en el Artículo 3 y en el Anexo B.Estos compromisos cuantificados de limitación y reducción de emisiones (QEL-RCS, por sus siglas en inglés) están constituidos por períodos de compromiso du-rante los cuales una de las Partes incluida en el Anexo I no puede exceder la ‘can-tidad asignada’ de emisiones de gases de efecto de invernadero indicada en elAnexo B. Esta discusión del Artículo 3 revisa el diseño específico de los aspectosmedulares del QERLCS.

Cobertura de gases

En el Artículo 3.1 y en el Anexo A del Protocolo se relacionan los seis gases deefecto de invernadero que deben ser monitoreados y controlados bajo el Proto-colo. La inclusión del metano y del óxido nitroso generará importantes retosmetodológicos, tanto en relación con la determinación de las emisiones a partirde las fuentes como de la eliminación por los sumideros de estos gases menosconocidos. La conversión de estas determinaciones en ‘equivalentes de carbono’por comparación de sus potenciales de calentamiento global (GPS, por sus siglasen inglés) presenta también alguna dificultad. Aunque el Artículo 5 del Protoco-lo establece que las determinaciones y las metodologías de los GWP aceptadaspor el IPCC y refrendadas en la COP servirán como método de elección, aunqueéstas se asocian a rangos significativos de incertidumbre. En la conferencia deKyoto se realizaron propuestas para rebajar las reducciones de emisiones recla-madas para los gases con niveles superiores de inexactitud. Sin embargo, no sellegó a un acuerdo.

Cobertura de sumideros

La AOSIS no apoyó la inclusión de los sumideros como manta en el Protocolode Kyoto sin preocuparse porque los beneficios de la flexibilidad reguladora se-rían sobrestimados por la ambigüedad causada por las incertidumbres metodo-

78 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

lógicas. Además, al centrar la atención en el secuestro del carbono y no tomaren cuenta la biodiversidad y los principios forestales neutrales o positivos delmedio ambiente se pudiera dañar, a largo plazo, el manejo sostenible de la silvi-cultura, en especial en los países en desarrollo. Bajo inmensas presiones proce-dentes de una coalición de delegaciones del Anexo I interesada en el incremen-to de la flexibilidad, el tratamiento de la ‘eliminación de las emisiones’ por lossumideros se ha dividido, dentro del Protocolo, en dos categorías de activida-des:

El Artículo 3.3 autoriza a las Partes incluidas en el Anexo I a incluir en sus in-ventarios las emisiones de fuentes y la eliminación por sumideros de los gases deefecto de invernadero que se derivan de las actividades humanas. Esta cláusulaes la primera de tal categoría, y se refiere sólo al cambio del uso de la tierra in-ducido por humanos y de la silvicultura, limitada a la forestación, reforestacióny deforestación desde 1990;

El Artículo 3.4 anticipa que la COP/MOP decidirá sobre las modalidades, re-glas y directrices para una segunda categoría de ‘actividades adicionales induci-das por humanos’ entre las que se incluyen las que afectan a los suelos agrícolasy a otros cambios del uso de las tierras y de las categorías forestales.

Bajo estas condiciones las Partes pueden comenzar a calcular y sustraer las eli-minaciones de sus inventarios sin que se necesite otra autorización de la COP-/MOP. Una vez que la COP/MOP haya aprobado las categorías adicionales. LasPartes pueden aplicar éstas al primer período de compromisos y deben aplicarlasen los períodos de compromiso subsiguientes.

El Artículo 3.7 es una fuente adicional de preocupación para la AOSIS, ya quepermite que los países que experimentaron un incremento neto de emisiones, apartir del uso de la tierra y de la silvicultura en 1990, incluyan esas emisiones ne-tas en su período de base de 1990. En efecto, esta cláusula genera una mayor in-dulgencia para los países que participaron durante dicho año en la extracción in-tensiva de madera y en el desbroce de la tierra permitiéndoles un nivel de baseen 1990 más elevado a partir del cual medir las reducciones netas.

Cronogramas y períodos de compromiso

El Artículo 3.2 estipula una revisión intermedia del progreso hacia los compro-misos del Protocolo para el 2005. El uso innovador de los períodos de compro-misos del protocolo le proporciona a las Partes incluidas en el Anexo I mayor fle-xibilidad con relación al momento oportuno y, al propio tiempo, parece permi-tir que se realice una medición más precisa de la reducción de emisiones. Sin em-bargo, la extensión del primer período de compromisos hasta el 2012 tiene el po-tencial de retrasar las acciones más allá del cronograma del 2005 para cuya ins-talación la AOSIS trabajó intensamente. Las implicaciones de este retraso pudie-ran estar compuestas por una inseguridad en la reducción de las emisiones al-canzadas antes del 2008.

El Artículo 3.13 calcula la ‘acumulación en el banco’ de los sobre cumpli-mientos. Esto significa que un exceso en la reducción de emisiones en el con-junto de objetivos de una de las Partes durante el primer período de compromi-sos puede trasladarse hacia el segundo período de compromisos. Claramente, sila reducción de emisiones alcanzadas antes del 2008 son parte de una tendenciaglobal, las mismas facilitarán los esfuerzos gubernamentales de permanecer pordebajo de la cantidad asignada durante el primer período de compromiso. Sinembargo, debe señalarse que no es posible ‘guardar en el banco’ las emisiones re-ducidas por una de las partes previo al advenimiento del primero período y uti-lizarlas para equiparar la cantidad asignada en el primer período de compromi-sos. Sólo existe una excepción a esta restricción. Las unidades de reducción deemisiones generadas a través de un mecanismo para un desarrollo limpio (verdebajo Artículo 12) pudieran, a partir del año 2000, ser ‘guardadas en el banco’

S LADE Y W E R K S M A N 79

y se pudieran utilizar para compensar alguna ‘parte de’ la cantidad , aún no de-finida, asignada a dicha Parte.

Diferenciación en el año base

El Artículo 3.5 permite a las Partes que se consideran como economías en tran-sición (EITS, por sus siglas en inglés) utilizar un año base diferente a 1990, el cualse estableció de manera uniforme en el Protocolo para medir la cantidad de re-ducción asignada. Este mecanismo está condicionado a la aprobación de la COPde un año base específico o de un año base promedio. Sin embargo, cuando seejecute, esta medida permitirá a las EITS utilizar el año base especial como pun-to de partida para medir el avance hacia las obligaciones a largo plazo con el Pro-tocolo. Además, cualquier EITS que se una en el futuro al Protocolo y que no ha-ya presentado su comunicación nacional bajo la Convención puede tambiénpresentar, con la aprobación de la COP/MOP, un año base diferente a 1990.

En la actualidad, Bulgaria va a utilizar 1989 como año base, Hungría usará unpromedio entre 1985 y 1987, Polonia utilizará 1988, y Rumania 1989. Esta va-riación puede ser perjudicial para la efectividad global del Protocolo ya que es-tas variaciones del año base disminuyen las obligaciones de estos países, y pue-den producir un incremento de la cantidad de ‘aire caliente’ que estos paísespueden comerciar en el futuro con otras Partes incluidas en el Anexo I. Este ar-tículo establece también un precedente interesante para cualquier compromiso‘voluntario’ futuro contraído por los países en desarrollo en una etapa posteriordel desarrollo del Protocolo. Además, el Artículo 3.8 permite a cualquiera de lasPartes incluidas en el Anexo I seleccionar a 1995 como año base con el fin demedir las reducciones de emisiones de los tres gases ‘traza’ de vida prolongadaque se incluyen en el Anexo A. Este es un aspecto que causa cierta preocupaciónya que, a diferencia del Artículo 3.5, que delega la autoridad para la aprobaciónde los cambios del año base a la COP/MOP, los cambios del Artículo 3.8 puedenrealizarse sin la aprobación de una autoridad superior.

¿Cuáles son los pros y los contras de los mecanismos de flexibilidad?Los aspectos más innovadores y menos comprobados del Protocolo de Kyotopueden agruparse en los cuatro ‘mecanismos de flexibilidad’. Estos incluyen alArtículo 4, burbuja; Articulo 17, comercio; Artículo 6, implementación conjun-ta (JI, por sus siglas en inglés); y Artículo 12, mecanismo para un desarrollo lim-pio (CDM, por sus siglas en inglés). Aunque todos ellos tienen importantes ca-racterísticas distintivas, todos se basan en el principio de que el Protocolo ope-rará mas eficientemente si a las Partes y/o entidades privadas se les permite in-vertir en las oportunidades para la reducción de emisiones que se alcancen conun menor costo. En efecto esto permitirá a las Partes incluidas en el Anexo I, yen algunos casos a entidades privadas, comprar o invertir en la creación de ‘uni-dades de reducción de emisiones’ que puedan entonces utilizarse para compen-sar las obligaciones que ellas han contraído bajo el Protocolo. El Cuadro 1 esta-blece los aspectos fundamentales que han surgido o que probablemente surjany puntualiza dónde convergen y divergen los aspectos del diseño.

Luego de una breve explicación de cada una de estas cláusulas se revisará, enforma transectorial algunos aspectos seleccionados que surgen a partir de cadamecanismo.

Artículo 4: Burbuja

El artículo 4 permite que dos o más Partes participen en un acuerdo, antes delinicio del primer período de compromisos, para compartir las responsabilidadescon el fin de alcanzar sus QUELRCS combinados. El texto se introdujo por la

80 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

Unión Europea para aportar un claro fundamento legal a la burbuja bajo la cualvan a combinar sus esfuerzos y compromisos los 15 estados miembros a travésde las reglas e instituciones de la Comunidad Europea, que es una Organizaciónde Integración Económica Regional (REIO, por sus siglas en inglés).

La AOSIS y otros fueron extremadamente críticos de las primeras versiones deeste texto, principalmente en lo relacionado con su aplicación potencial a lasPartes incluidas en el Anexo I que no pertenecen a la Unión Europea. A diferen-cia de otros mecanismos de flexibilidad, no hay oportunidad bajo el Artículo 4para la vigilancia internacional de la cantidad de obligaciones de las Partes quepudieran ser transferidas a través de un acuerdo burbuja. Ni existe oportunidadpara que la disciplina del mercado establezca los términos de dichas transferen-cias.

La principal preocupación de la Alianza es que una de las Partes, con una obli-gación de reducción bastante grande, pudiera agruparse con otra Parte que ten-ga la libertad de incrementar sus emisiones. Por ejemplo, Rusia pudiera determi-nar que con la estabilización de las emisiones al 100% de los niveles de 1990 en

S LADE Y W E R K S M A N 81

CUADRO 1 RESUMEN DE LAS CARACTERÍSTICAS Y ASPECTOS DE LOS MECANISMOS DEFLEXIBILIDAD

C A R A C T E R Í S I T I C A S TR ANSF EREN CIA B ASADA EN I NVE NTA R I O TRA NSF ERENCIA BAS ADA EN P ROYECTO

Artículo 4Burbuja

Artículo 17Comercio deemisiones

Artículo 6JI

Artículo 12CDM

Inversionista/Cesionario Anexo I Anexo I Anexo I Anexo I

Hospedero/Cesionario Anexo I Anexo I Anexo I no incluidos en el Anexo I

Limitación de uso enrelación con lacantidad asignada ninguno ‘suplementario a la ‘suplementario a la ‘parte de’ los

acción doméstica’ acción doméstica’ compromisosdel Artículo 3

Cobertura de sumideros no explícita no explícita si no explícita

Adicionalidad las emisiones reales las emisiones reales ‘adicional a cualquiera ‘adicional a cualquiera ambiental deben ser menores que deben ser menores que que pudiera ocurrir’ que pudiera ocurrir en

la ‘cantidad asignada’ la ‘cantidad asignada’ ausencia de la actividad’

Adicionalidad financiera ninguna no clara no clara no están claras lasdiferentes a los gastosadministrativos, costospara adaptación

Aprobación Gobierno si si si si (voluntario)

Otorgamiento de ex ante/ ex ante/ ex post/ ex post/certificación notificación al verificación de las reglas ‘aprobación’ por las ‘verificación

secretariado bajo negociación partes que participan independiente’

Condicionalidad del notificación al verificación de las reglas si, bajo los bajo negociacióncompromiso secretariado bajo negociación Artículos 5.7 y 8

Cláusula obligatoria alerta al cesionario/ bajo negociación bajo negociación bajo negociaciónalerta• a REIO

Transferencia de lasunidades de reducciónde emisiones no claro si bajo negociación bajo negociación

Participación delsector privado N/A bajo negociación ‘entidades legales’ bajo negociación

Característicasinstitucionales cláusulas especiales bajo negociación bajo negociación junta ejecutiva del CDM

para REIOS

*Organización de Integración Económica Regional, REIOS (por sus siglas en inglés).

un 4% lograría un sobrecumplimiento de sus compromisos. Utilizando los po-tenciales del calentamiento global (GPS), este ‘sobrecumplimiento’ puede trasla-darse a toneladas de carbono equivalente. Estas unidades de carbono pudieranentonces ser determinadas para representar una porción, digamos el 2%, de lasemisiones de 1990 en Estados Unidos. Bajo la burbuja del Artículo 4, Rusia acor-daría reducir su ‘cantidad asignada’ del 100% al 96% de sus niveles en 1990, y lepermitiría a Estados Unidos incrementar su cantidad asignada desde el 93% al95% de sus niveles en 1990. Estados Unidos y Rusia tendrían que notificar al se-cretariado la nueva distribución de QELRCS que resultaría de su acuerdo, perono habría oportunidad para otras Partes de objetar los términos del acuerdo. Es-tos nuevos QELRCS modificados reemplazarían la cantidad asignada a dichasPartes en el Anexo B como sus compromisos legales.

Aunque el Artículo 4 fue claramente diseñado para que se adaptara a la UniónEuropea, cualquier dúo u otra combinación de las Partes pudiera declarar una‘burbuja’ antes del comienzo del primer período de compromisos. Como tal, lospaíses como Estados Unidos y/o Canadá pudieran constituir un acuerdo, diga-mos con Rusia, con el fin de desembarazarse de algunas de sus obligaciones. Es-to produciría un incremento significativo y potencialmente no regulado en lacantidad de emisiones de América del Norte que no pudiera ser objetado porninguna otra Parte.

Hay algunos que no valoran apropiadamente los riesgos que se asocian conla creación de una burbuja entre Estados Unidos y Rusia. Aún más, ha habidocierta especulación acerca de que sin la participación de Estados Unidos los paí-ses, que de otra manera quisieran establecer acuerdos burbuja con Rusia, consi-derarían muy riesgoso, debido a la economía y a otras consideraciones, el vincu-lar la implementación exitosa del Protocolo a una economía que en la actuali-dad es inestable. El factor de riesgo se hace aún más importante por la exigenciade que la burbuja es válida a lo largo de los cinco años que conforman el perío-do de compromisos. A diferencia del régimen comercial anticipado por el Artí-culo 17, el intercambio de obligaciones bajo el Articulo 4 permanecería estáticodurante el período de compromisos, y no puede variarse en respuesta a fluctua-ciones del valor comercial de las unidades de reducción de emisiones. El aspec-to más restrictivo del Artículo 4 pudiera hacerlo menos atractivo para EstadosUnidos. Sin embargo, las cláusulas de obligatoriedad incluidas en el Articulo 4colocan los riesgos legales asociados con el fallo de cumplir los compromisos ba-jo la burbuja sobre el cesionario o vendedor de las unidades de reducción de emi-siones, en este caso Rusia.

Artículo 17: Comercio de emisiones

Los artículos 3.10 y 3.11 autorizan a las Partes incluidas en el Anexo I a ‘comer-ciar emisiones’ al adquirir unidades de reducción de emisiones y transferir cual-quier parte de la cantidad asignada, de acuerdo con lo acordado en el Artículo17. Los principios principales, modalidades, reglas y directrices, particularmentepara la verificación, el informe y la contabilidad deben ser definidos por la COP.Las concepciones de cómo deben ser estas modalidades, y la magnitud en la queellas han tenido previamente cualquier posición detallada, probablemente varia-rá marcadamente.

En este momento, la mayor parte de los trabajos conceptuales disponiblesacerca del comercio de emisiones ha sido realizado por organizaciones académi-cas e intergubernamentales. La Organización para la Cooperación Económica yel Desarrollo (OECD, por sus siglas en inglés) y la Conferencia de las NacionesUnidas sobre Comercio y Desarrolla (UNCTAD, por sus siglas en inglés) han es-tado particularmente involucradas en este aspecto. La literatura de la OECD haexaminado, hasta el momento, un sistema de comercio entre los estados. Esta se-ría, en esencia, una forma más dinámica que la burbuja europea donde los go-

82 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

biernos soberanos pudieran renegociar regularmente el intercambio de sus can-tidades asignadas. Aunque potencialmente complejo, tales arreglos pudieransustentarse en forma bastante tradicional con instrumentos y mecanismos inter-nacionales. Otras variantes incluyen algunos de los trabajos comisionados por laUNCTAD, que llaman al establecimiento de instrumentos fiscales que pudieranser comprados y vendidos en un mercado abierto tanto por gobiernos sobera-nos como por actores privados. Este método nos llevaría hacia los métodos delos mercados financieros internacionales, entre los que se incluyen la bolsa devalores y el intercambio de mercancías. De hecho, la mayoría de los diversos es-cenarios mercantiles que se han discutido están modelados sobre la base de lasreglas del mercado de valores. Sin embargo, cada bolsa nacional de valores utili-za criterios de seguridad diferentes, lo que puede hacer difícil conciliar los diver-sos métodos en aspectos tales como el acuerdo con las reglas del comercio de lasemisiones. Cualquiera que sea el método favorecido, es posible que un métodopueda evolucionar para incluir al otro.

Para aquellos que están en busca de reducir las incertidumbres reguladorasasociadas con el sistema de comercio de emisiones, es útil que el Artículo 17 en-fatice la necesidad de la existencia de reglas para la verificación, informe y con-tabilidad. El proceso negociador puede ser ayudado aún más por el hecho de queEstados Unidos, que es el proponente mas obstinado del comercio de emisiones,ha expresado la necesidad de que existan mecanismos de cumplimientos más se-veros. Esto se hace con el fin de asegurar que las Partes que comercien con lospermisos de emisiones aseguran que las obligaciones de emisiones en la que sesustentan esos permisos estén avalados por consecuencias legales. Sin embargo,aún cuando estos principios son ampliamente aceptados existe la preocupaciónimplícita de que algunas Partes tienen mayor experiencia que otras en la explo-tación de excusas.

Probablemente los países en desarrollo no participarán en el comercio deemisiones hasta, y a menos que, realicen compromisos. Para ellos, un objetivoprincipal será el grado en el cual la popularidad de este mecanismo pudiera re-ducir las oportunidades que se les ofrecen, especialmente bajo el Artículo 12(CDM). El texto del Artículo 17 establece claramente que el comercio de emisio-nes debe ser suplementario a las acciones domésticas y hay cláusulas similaresen los Artículos 6 y 12. Como tal, la COP/MOP puede seleccionar el limitar lacantidad de las Partes incluidas en el Anexo que pueden utilizar la compensa-ción de sus obligaciones a través del comercio de emisiones.

Artículo 6: Implementación conjunta

El artículo 6 y el Artículo 12 son los dos ‘proyectos en los que se basan’ los me-canismos de flexibilidad definidos en el Protocolo. Junto con el Artículo 3.11, elArtículo 6 permite a los países integrantes del Anexo I compensar con unidadesde reducción de emisiones obtenidas por proyectos en otros países incluidos enel Anexo I. A corto plazo, la mayoría de las inversiones del Artículo 6 se esperaque provengan de los países más acaudalados que están incluidos en el Anexo IIo de los accionistas, y que se lleven a cabo en los países incluidos en el Anexo Icon EITS, donde son mayores las oportunidades de que las inversiones relacio-nadas con la energía sean menos costosas. A diferencia de los otros mecanismosde flexibilidad bajo el Artículo 6, las Partes no están obligadas a delinear reglasque no sean las establecidas en el Artículo. La cláusula establece sólo que la COP-/MOP debe ‘elaborar’ otras directrices, incluyendo las de verificación.

Los países en desarrollo, incluidos los miembros de la AOSIS, pueden consi-derar al Artículo 6 como un competidor y precursor de las actividades de los pro-yectos con una base conceptualmente similar a la del mecanismo para un desa-rrollo limpio (CDM). La diferencia más clara entre el Artículo 6 y el Artículo 12se encuentra en sus características institucionales. El Artículo 6 parece estar des-

S LADE Y W E R K S M A N 83

tinado solamente para operar, principalmente, de forma bilateral. Aunque lasPartes e instituciones del Protocolo pudieran intervenir para hacer cumplir as-pectos de este convenio bilateral, incluidos los relacionados con la condiciona-lidad del acuerdo, el Artículo 6 no requiere una estructura administrativa com-pleta como la ‘junta ejecutiva’ establecida para supervisar las actividades del Ar-tículo 12.

El método menos intervencionista reseñado en el Artículo 6 pudiera reflejarla percepción de los negociadores de que los riesgos científicos y la regulaciónasociados con las inversiones para la reducción de emisiones en los países inclui-dos en el Anexo I son inherentemente inferiores que en los países en desarrollo.A todos los países incluidos en el Anexo I, incluyendo los hospederos del Artícu-lo 6, se les solicitará informar anualmente sus emisiones, y demostrar su progre-so hacia el logro de los compromisos contraídos bajo los Artículos 2 y 3. Esto su-giere que los proyectos relacionados con el cambio climático iniciados bajo elArtículo 6 tendrán lugar bajo un marco regulador que pudiera no estar presenteen los proyectos del Artículo 12.

Además del método de no-interferencia del Artículo 6, sus proyectos no esta-rán sujetos a la sobrecarga administrativa obligatoria y de adaptación impuestapor el Artículo 12. En el Artículo 6 no se hace referencia, como sí lo hace el Ar-tículo 12, a la verificación independiente o a procesos de certificación. Esto pu-diera hacer que las inversiones del Artículo 6 sean más atractivas para los paísesincluidos en el Anexo I que los proyectos del Artículo 12. Este es un aspecto im-portante para los países en desarrollo, en particular para la adaptación de la fi-nanciación. Por consiguiente, la AOSIS y muchos otros países en desarrollo abo-gan por el interés en trabajar para asegurar que los menores costos de transac-ción asociados con el Artículo 6 no atraigan la atención y que alejen las inver-siones de las actividades del Artículo 12. Por tanto, ha sido fuertemente defen-dida por la AOSIS la posibilidad de añadir un recargo de adaptación a las activi-dades del Artículo 6 y 17.

Artículo 12: Mecanismo para un Desarrollo Limpio

El Concepto de ‘fondos para un desarrollo limpio’ se introdujo, por la delegaciónde Brasil, al final de las negociaciones del Protocolo de Kyoto. Originalmente te-nía el doble propósito de servir como incentivo al cumplimiento de las Partes in-cluidas en el Anexo I y para aportar una fuente de ingresos para la ejecución, enlos países en desarrollo, del Protocolo al imponer penalidades financieras contralas Partes incluidas en el Anexo I que excedieran las cantidades de emisionesasignadas.

El Mecanismo para un Desarrollo Limpio (CDM) se aprobó en su forma ac-tual porque sus patrocinadores jugaron su papel en el reforzamiento de losacuerdos del Protocolo. En realidad, el CDM se tomó prestado del convenio pi-loto para ‘actividades de implementación conjunta’ como lo es el programa na-cional de Costa Rica de ‘certificados de compensación comerciables’ y de la ini-ciativa de EUA sobre la implementación conjunta. Se espera que el CDM goce demayor apoyo que el que tuvieron versiones previas de ‘implementaciones con-juntas’ pues surgió a partir de una propuesta de un país en desarrollo e incorpo-ra un número de principios de diseño propuestos por las delegaciones del sur,.

Como se mencionó previamente, la presencia de una ‘junta ejecutiva’ es lacaracterística principal que distingue al ‘proyecto de actividades’ del Artículo 12de los ‘proyectos’ del Artículo 6. Un número de países en desarrollo apoyó lainclusión de un mecanismo para la supervisión multilateral, no porque las in-versiones en los países en desarrollo sean inherentemente más riesgosas, sinoporque se percibió la necesidad de desarrollar un proceso consistente y transpa-rente para la negociación de los proyectos del Artículo 12. En realidad, varias de-legaciones sugirieron que las incertidumbres científicas y de regulación asocia-

84 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

das con los proyectos del Artículo 12 fueron, probablemente, más explotadas porlos países incluidos en el Anexo I en busca de obtener un mayor retorno de susinversiones financieras que por los países en desarrollo que trataban de venderproyectos cuyas características eran menos que satisfactorias. La intervención deuna junta ejecutiva, así como una auditoría independiente y un proceso de cer-tificación, se instauraron para reducir los riesgos potenciales.

A pesar del amplio apoyo que tuvo el Artículo 12, el acuerdo de Kyoto ocul-ta importantes diferencias políticas e ideológicas que quedan aún entre los paí-ses con relación a cómo funcionaría mejor el CDM. Hay muchas preguntas in-herentemente complejas por responder. Hay también tensión entre los que de-sean ver que el CDM crezca y se desarrolle rápidamente, con los menores costosposibles de transacción, y aquellos que son cautelosos y están dispuestos a incre-mentar los costos a cambio de lograr mayor responsabilidad. Las Partes que secolocan en ambos extremos de este espectro ponen en riesgo al CDM, bien alsocavar su credibilidad o presionándolo con una excesiva burocracia.

Se esperaba que en la COP-4 se analizaran las implicaciones del comercio ocu-rrido en el período previo a los compromisos. Sin embargo, ni la COP-4 ni laCOP-5 llegaron a conclusiones al respecto. En este aspecto, el Artículo 12.10 au-toriza a las Partes incluidas en el Anexo I a compensar las obligaciones contraí-das por el Artículo 3 utilizando los certificados de reducciones de emisiones ‘ob-tenidos’ a comienzos del 2000. Como las decisiones finales acerca del CDM só-lo pueden tomarse por la COP/MOP habrá considerable presión, tanto de loshospederos potenciales como de los accionistas potenciales, para establecer un‘CDM ínterín’ que pudiera preautorizar proyectos y precertificar la reducción deemisiones.

Las delegaciones de la AOSIS jugaron un importante papel en el diseño y apo-yo de la inclusión del CDM. Está claro que algunas delegaciones vieron a la cláu-sula del recargo de adaptación en el Artículo 12.8 como el precio que demandóla AOSIS para la creación de un incentivo que creara mayor entusiasmo para laejecución conjunta con los países en desarrollo. Sin embargo, otros esperabanque la AOSIS continuara manteniendo una posición escéptica frente a la imple-mentación conjunta y que demandara el más alto nivel de transparencia y con-tabilidad con respecto a las unidades de reducción de emisión generadas en lospaíses en desarrollo para equilibrar los compromisos de los países incluidos enel Anexo I.

¿Cuáles son los principales aspectos a considerar conel fin de optimizar los mecanismos de flexibilidad?Esta sección analiza brevemente un número de aspectos importantes del diseñoque conciernen a cada uno de los mecanismos de flexibilidad ya discutidos. Ca-da uno de ellos se discute dentro del contexto de cómo pudieran complementaro competir con el otro. Esta discusión trata de aportar las bases para conciliar latransparencia y los aspectos de la contabilidad de cada mecanismo en el mayornivel posible.

Limitación sobre el uso: preservando asignaciones equitativas

El convenio logrado en Kyoto, aunque imperfecto, representa una asignación decompromisos basados, en cierta medida, en una asignación apropiada de obliga-ciones entre los países incluidos en el Anexo I y entre los países incluidos en elAnexo I y los países en desarrollo. Cada uno de los mecanismos de flexibilidaddel Protocolo aporta una oportunidad de redistribuir estos compromisos utili-zando el principio de costo-efectividad. Con el fin de mantener un sentido deequidad y, más específicamente, asegurar que los países incluidos en el Anexo Itomen acciones domésticas, los Artículos 6 y 17 requieren que la implementa-ción conjunta y el comercio de emisiones estén suplementados por acciones do-

S LADE Y W E R K S M A N 85

mésticas. El Artículo 12 establece que el CDM puede ‘contribuir’ al cumplimien-to sólo como parte de las obligaciones del Artículo 3, como se determina por laCOP/MOP. Cada uno de estos calificadores puede aportar una oportunidad paralimitar el uso de los mecanismos de flexibilidad para preservar los aspectos de lasasignaciones identificadas en el Anexo B.

Cobertura de sumideros

Los Artículos 4 y 17 no contienen referencia a la ‘eliminación por sumideros’.Sin embargo, ellos probablemente están sujetos a las mismas restricciones quecualquier otro esfuerzo del Artículo 3. La ausencia de cualquier mención a los su-mideros en el Artículo 12 proporciona una sólida base para asegurar que el CDMse centra exclusivamente en proyectos para la mitigación de emisiones que seanconfiables y de alta calidad a menos que y hasta que las Partes concuerden concriterios y metodologías suficientemente robustos para que puedan incluirse loscambios en el uso de la tierra o en la silvicultura.

Adicionalidad ambiental o financiera:

La adicionalidad requiere la propuesta de proyectos para establecer que la inver-sión proporcionará reducciones netas de emisiones que serían adicionales a loque hubieran ocurrido de otra forma. Estos criterios son importantes principal-mente para la transferencia basada en los proyectos de los Artículos 6 y 12. Adi-cionalmente pueden malograrse en los conceptos íntimamente relacionados dela adicionalidad ambiental y financiera.

La adicionalidad ambiental requiere que los que proponen el proyecto de-muestren que las inversiones producirán genuinas reducciones netas de emisio-nes que no hubieran ocurrido sin la inversión. En el contexto de un proyecto delArtículo 6, la adicionalidad ambiental se establece fácilmente, en la medida enque el hospedero incluido en el Anexo I, esté operando bajo sus propios límitesde emisiones. Así, cualquier inversión que lleve al sobrecumplimiento de la re-ducción definida en el Anexo B estaría disponible para ser certificada y transfe-rida.

La adicionalidad ambiental es mucho más difícil de establecer en proyectosde países que no están incluidos en el Anexo I que operan bajo el Artículo 12.Debido a que los países en desarrollo no están sujetos a compromisos en la re-ducción de emisiones no existe un valor base predeterminado, que sea confiablecontra el cual pueda medirse el progreso. Por tanto, resulta imposible conocer silas unidades de reducción de emisiones producidas por dichas inversiones hu-bieran sido alcanzadas de cualquier manera, o si las mismas no han sido ‘cance-ladas’ por el crecimiento de las emisiones en cualquier otra parte del país.

La adicionalidad financiera requiere evaluar si las inversiones se hubieran rea-lizado en ausencia del incentivo regulador proporcionado por la Convención delProtocolo. La adicionalidad financiera es importante para los reguladores ya quepuede proporcionar importante evidencia para la adicionalidad ambiental; o sea,los recursos financieros adicionales que están fluyendo hacia los proyectos rela-cionados con el clima pueden aportar importantes evidencias acerca de que lareducción de las emisiones resultantes de una inversión pudieran no haber ocu-rrido de otra manera.

La prueba de la adicionalidad financiera es importante en particular para lospaíses en desarrollo, ya que ayuda a dar seguridad a las fuentes financieras comoel Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés), los flu-jos ‘regulares’ de la Ayuda Oficial al Desarrollo (ODA, por sus siglas en inglés),o la Inversión Extranjera Directa, que los mismos no están siendo redirigidos ainversiones relacionadas con el CDM desde inversiones que de otra forma ha-brían recibido una mayor prioridad nacional. Las referencias explícitas a la adi-cionalidad financiera en los documentos preliminares realizados durante las dis-

86 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

cusiones del Grupo Ad Hoc en el Mandato de Berlín (AGBM, por sus siglas en in-glés) y en las actividades de implementación conjunta (AIJ, por sus siglas en in-glés) no incorporaron directrices al Artículo 12. De hecho, no está claro si elCDM incluirá la transferencia de fondos en cualquier sentido tradicional de laODA.

Esta ausencia de definiciones hace que surja la posibilidad de que las corpo-raciones internacionales ‘laven’ sus emisiones utilizando técnicas similares a latransferencia de precio utilizada para evitar los impuestos. Una corporaciónprincipal que pertenezca a uno de los países incluidos en el Anexo I pudiera pa-gar por sus inversiones en la eficiencia energética en una subsidiaria que tengasu sede en un país que no esté incluido en el Anexo I al permitir simultáneamen-te el incremento de emisiones en dicha subsidiaria que tiene por sede otro paísno incluido en el Anexo I. Las reducciones generadas en el primer país no inclui-do en el Anexo I pudieran entonces ser utilizadas para compensar las emisionesde la corporación principal en el país sede, lo que llevaría a un incremento glo-bal del total. Este tipo de ejemplo indica claramente que las ambigüedades de lasresponsabilidades del sector privado y las responsabilidades que surgen de suparticipación en mecanismos de flexibilidad tendrán que ser considerados y eva-luados en el proceso post-Kyoto.

Otorgamiento de certificaciones

Cada uno de los mecanismos de flexibilidad del Protocolo requiere alguna for-ma de ‘aprobación gubernamental’. Esto puede ocurrir en el momento de latransferencia o en el momento en que se adiciona o reduce la porción de la can-tidad asignada, o de las unidades de reducción de emisiones del compromiso delas Partes incluidas en el Anexo I, por el Artículo 3. Sin embargo, sólo el Artícu-lo 12 proporciona un proceso de verificación y certificación que requeriría unaevaluación objetiva de si la transferencia resulta en reducciones netas de emisio-nes. Las directrices y reglas adicionales que serán desarrollados para los Artícu-los 6 y 17 deben incorporarse al grupo precedente del Artículo 12.

Condicionalidad del cumplimiento

Otra inconsistencia en la forma de abordar la flexibilidad del Protocolo es quelas medidas de condicionalidad del cumplimiento establecidas por las transfe-rencias del Artículo 6 son bastante estrictas, en tanto, las otras son mucho másindulgentes. Bajo el Artículo 6.1 (c), a las Partes incluidas en el Anexo I se le pro-híbe adquirir unidades de reducción de emisiones a menos que esté de acuerdocon el inventario y obligaciones reportadas bajo los Artículos 5 y 7. Además, desurgir un asunto a través de los procedimientos de ‘revisión profunda’ del Pro-tocolo en relación con el cumplimiento de las Partes con el Artículo 6.4, puedeque no se apliquen sus unidades de reducción de emisiones hasta que el asuntose resuelva. Como tal, el papel que la condicionalidad del cumplimiento juegaen la ejecución del Protocolo pudiera servir como un fuerte argumento para lainclusión de dicha medida dentro de los Artículos 12 y 17.

Otorgamiento de responsabilidad: ¿Quién carga con el riesgo?

Como instrumento legal público e internacional, negociado, firmado y ratifica-do por los estados, el Protocolo de Kyoto representará un intercambio de obliga-ciones soberanas y debe estar sujeto a las reglas internacionales clásicas de lasresponsabilidades de los Estados. Sin embargo, los mecanismos de flexibilidadmencionados previamente se formularon con antelación a las obligaciones está-ticas reflejadas en la asignación de compromisos del anexo B que las harían másfluidas. Esto permitirá la realización de una serie, potencialmente infinita, detransacciones a través de las cuales las unidades de reducción de emisiones que

S LADE Y W E R K S M A N 87

representan los compromisos del Anexo B serán compradas, vendidas y reasig-nadas.

El Artículo 4.5 contiene la única asignación clara de obligaciones relaciona-das con los mecanismos de flexibilidad del Protocolo. Opera bajo el principio deque el vendedor o el que transfiere el crédito de las emisiones carga con todo elriesgo de la transacción. Por ejemplo, en el escenario teórico discutido previa-mente, si Rusia no cumple con su cantidad recién calculada, estaría violando elProtocolo. Sin embargo, bajo el Artículo 4.5, a Estados Unidos se le permitiríaemitir todo el 95% que comerció en el acuerdo burbuja, en lugar del 93% acor-dado en Kyoto.

Hay una lógica considerable en el principio de ‘cuidado al vendedor’ por elcual, a través de las reglas de obligatoriedad, se mantiene responsable a la Parte‘hospedero’, ya que el huésped es quien está en la mejor posición de asegurarque las reducciones de emisiones comerciadas tengan lugar en realidad. La mis-ma lógica justificaría igualmente la extensión de estos principios a las emisionescomercializadas bajo el Artículo 17. Sin embargo, las economías en transición yen desarrollo que desean participar en el Artículo 6 o en los proyectos CDM de-ben conocer que el Artículo 4.5 puede aportar un precedente para cualquier re-gla de obligatoriedad que emerja bajo dicho mecanismo. De acuerdo con ello,los países hospederos pudieran ser responsables si los proyectos de los que sonresponsables no producen la reducción de emisiones prometidas. En estas tran-sacciones, un amplio rango de actores puede ser responsable del éxito o fallo delproyecto, incluidos aquellos que participan en el diseño, financiación y certifi-cación. Esto complica considerablemente las interrelaciones legales y la cadenade responsabilidades asociadas con una ‘unidad de reducción de emisiones’. Pue-den surgir disputas entre y dentro de los estados, entidades privadas y organiza-ciones intergubernamentales, cada una de las cuales puede compartir interesesen y responsabilidades para el éxito o el fallo de un proyecto.

Una manera de reducir el riesgo de regulación asociado con los mecanismosde flexibilidad vinculados a los proyectos es permitir que las unidades de reduc-ción de emisiones sean certificadas y transferidas sólo después que se haya com-pletado la actividad. Por ejemplo, si un proyecto consiste en una inversión quecomprenda el re-equipamiento de una planta de energía con una duración má-xima de 20 años de vida, sólo pueden compensarse las emisiones reducidas du-rante el período de compromiso especificado contra la cantidad asignada al pe-ríodo. Hay algunas bases para este método ‘ex post’ en los textos de los Artícu-los 6 y 12, los que se refieren a reducciones de emisiones ‘resultantes de’ activi-dades de proyectos. Este lenguaje sugiere que los mismos ya deben haber ocurri-do para que sean acreditados. Sin embargo, habrá presión por parte de los inver-sionistas para compensar lo más rápidamente posible, todo el valor proyectadode su inversión.

ConclusiónAún cuando en Kyoto se alcanzó un importante avance, no hay lugar para lacomplacencia. El cambio climático está ocurriendo. Los efectos devastadores queéste pudiera tener, desde los bosques del sudeste asiático hasta las áreas de inun-dación de África y China, hasta el inmenso calor de los recientes veranos ameri-canos, debe continuar guiando el desarrollo de la Convención y de su Protoco-lo.

La existencia del Protocolo es una demostración de que la comunidad inter-nacional ha reconocido la necesidad de acción. Sin embargo, hay una fuerte evi-dencia para sugerir que los compromisos contraídos no son lo suficientementefuertes. La ciencia es abrumadora y las consecuencias de la inacción son claras.El IPCC ha descrito repetidamente que las acciones de mitigación no sólo sontecnológicamente posibles, sino económicamente beneficiosas. Para aquellos de

88 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

nosotros que nos preparamos a observar la desaparición de nuestras cosechas,nuestra tierra, nuestra ecología y nuestras culturas, es imposible contemplar quefallemos en la toma de acciones. El futuro de los Estados insulares pequeños re-presenta el futuro del planeta. Las islas son las barreras coralinas de La Tierra,ellas están ofreciendo las primeras señales de alerta las que sólo podrán ser ig-noradas por los negligentes.

El nivel de esfuerzo que se requiere para resolver las incertidumbres que sehan descrito en este artículo deben colocarse en el contexto de la posibilidad realde que el Protocolo pueda no alcanzar éxito. El Protocolo pudiera fallar si no re-cibe las combinaciones requeridas de número y niveles de emisiones requeridaspor las Partes para hacer que entre en vigor. El fallo también será inminente siEstados Unidos, que es el país con el nivel de emisión más elevado, no puede al-canzar el apoyo político necesario en el Congreso para convertirse en parte delProtocolo.

Las evidencias científicas confirman que el uso de los combustibles fósiles porlas naciones industrializadas es la principal causa del calentamiento global. Sinembargo, dado el ritmo de crecimiento de los países en desarrollo, a menos quese adopten de inmediato medidas efectivas, las emisiones de los países en desa-rrollo excederá a la de los países industrializados en los próximos 25 años. Debi-do a ello, es imperativo que se den pasos no sólo para fortalecer y tensar el len-guaje del Protocolo, sino para permitir su ampliación a países que no están in-cluidos en el Anexo I. El principio empleado debiera ser en realidad el de las res-ponsabilidades comunes pero diferenciadas.

A este nivel y debido principalmente a los objetivos comparativamente bajosestablecidos para los países desarrollados, parece que los países incluidos en elAnexo I deben estar bastante circunspectos en establecer el medio apropiado pa-ra la participación de los países en desarrollo en términos de esfuerzos de emi-siones del Anexo I y en la transferencia de recursos financieros y de las tecnolo-gías apropiadas. La participación de los países en desarrollo será, en gran medi-da, dependiente del desarrollo y de la transferencia de tecnologías apropiadas,económicamente realizables y ecológicamente racionales.

Muchos países en desarrollo, incluidos los miembros de la AOSIS, ya están de-dicándole considerable tiempo, esfuerzo y financiamiento a este trabajo. El apo-yo político, financiero y tecnológico que proviene de la comunidad internacio-nal será vital para que este trabajo continúe progresando. También es importan-te reconocer que muchos de los mayores países en desarrollo están realizandonumerosas actividades para reducir y economizar las emisiones. Entre estosejemplos se incluye el programa ‘Gazol’ en Brasil, la investigación sobre la bio-masa y su aplicación práctica en la India, la energía eólica en China y los calen-tadores solares de agua en Barbados.

La AOSIS presentó una proposición para contraer compromisos voluntariospor parte de los países en desarrollo, pero no sobrevivió a Kyoto. Es necesariorealizar un trabajo político en la base para convencer a muchos países en desa-rrollo para que realicen compromisos dirigidos a Kyoto. El reconocimiento deque muchos países en desarrollo ya están dando pasos hará que otros se conven-zan de hacer lo mismo. Las acciones tempranas de los países incluidos en el Ane-xo I ayudarán a los países en desarrollo a lograr avances y a evitar pasos en fal-so o errores por medio del uso de un proceso de ‘saltos’ tecnológicos.

Tenemos por delante un período interino de limbo legal e institucional. Loque se realice en esta etapa para mantener el momentum y para asegurar la in-tegridad del régimen climático será un genuino reto. Está fuera del alcance de lasnormas actuales y de las instituciones legales internacionales. En el centro de es-te elemento político está el elemento personal de obligación. Como individuos,y aún como gobiernos, muchos de nosotros sentimos la obligación de asegurarun futuro mejor para nuestros niños. Esta necesidad humana debe sufrir el muydifícil proceso de ser trasladada a la política internacional.

S LADE Y W E R K S M A N 89

Referencias

Intergovernmental Panel on Climate Change (I CC), 1996. Climate Change1995: Impacts, Adaptations, and Mitigation of Climate Change; Scientific-Technical Analyses, R.T. Watson, M.C. Zinyowera, R.H. Moss (eds), Chapter19, Cambridge University Press, Cambridge.

Slade, Tuiloma Neroni, 1997. ‘Scaffolding or Scaffold?’ Our Planet: The UNDPMagazine for Sustainable Development, Vol. 9, No.3: 13-15.

United Nations Framework Convention on Climate Change, 1997, Report of theAd Hoc Group on the Berlin Mandate of the Work of its Sixth Session,FCCC/AGBM/1997/3/Add. l/Co . 1.

United States Bu eau of Oceans and International and Scientific Affairs, January15, 1998, Fact Sheet: Kyoto Protocol on Climate Change.

Tulioma Neroni Slade es el Representante Permanente del Estado Independien-te de Samoa en las Naciones Unidas. El Embajador Slade quien fuera previamen-te Fiscal General de Samoa ha participado desde hace mucho tiempo en un sin-número de asuntos internacionales políticos y legales, relacionados en particu-lar con la ley del mar, la ley del medio ambiente y del desarrollo y los aspectosrelacionados con los estados pequeños. Es el Jefe de la Alianza de los EstadosInsulares Pequeñas (AOSIS). Como portavoz de la AOSIS sobre el cambio climá-tico y otros aspectos del medio ambiente, ha estado íntimamente ligado a lasnegociaciones y al desarrollo del Protocolo de Kyoto.

Tuliona Nerón SladeRepresentante Permanente del Estado Independiente de Samoa en las Nacio-nes Unidas800 Second Avenue, Suiete 400DNew York, NY 10017Teléfono: 599-6196,6197 / Telefax: 599-0797,[email protected]://www.interwebinc.com/samoa/

Jacob Werksman es Abogado Principal en la Fundación Internacional de Leyesy Desarrollo (FIELD), donde comparte responsabilidades en la ejecución del Pro-grama del Cambio Climático, y es Conferencista de Leyes Económicas Interna-cionales en el Colegio de Estudios Orientales y Africanos de la Universidad deLondres. El Profesor Werksman suministra asistencia legal a los gobiernos de lospaíses en desarrollo, y a las organizaciones intergubernamentales y no guberna-mentales sobre aspectos institucionales y financieros del diseño y aplicación delos acuerdos internacionales económicos y sobre el medio ambiente. Desde1990 ha realizado asistencia legal a la Alianza de los Estados Insulares Pequeñas(AOSIS) en apoyo del desarrollo y aplicación de la Convención Marco de las Na-ciones Unidas sobre el Cambio Climático, y el Fondo para el Medio AmbienteMundial (GEF).

Jacob WerksmanFIELDSOAS, University of London46-47 Russell SquareWC1B 4JP London, UKTel:+44-171-637-7950 / Fax: [email protected]

90 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

Cómo mitigar los impactos del cambio climáticopor medio de soluciones de desarrollo sostenible.

Thomas B. JohanssonPrograma de Energía y Atmósfera,Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo

Gail V. KarlssonAbogado y Consultante del Medio Ambiente

ResumenLa energía es el centro actual de las discusiones internacionales sobre elcambio climático pues es la actividad humana que más contribuye al incr e-mento de los gases de efecto de invernadero en la atmósfera. También esen los países más pobres del mundo, un elemento crítico en los planes na -cionales para el desar rollo económico y social; a estos países en la actuali -dad, les falta la energía suficiente para mover las ciudades, industrias y sis -temas de transporte modernos. La transformación de los sistemas energé -ticos mundiales para promover la eficiencia energética, incrementar el usode fuentes de energía renovable y el uso de una energía convencional máslimpia puede estimular al desar rollo económico y social global y, al mismotiempo, a enfrentar de manera efectiva los retos del cambio climático. Losesfuerzos para controlar las emisiones de gases de efecto de invernader opueden ir de la mano con las medidas que enfrenten las necesidades de lospaíses en desar rollo para incrementar los servicios energéticos. El enfrenta -miento de los aspectos positivos del desar rollo sostenible del medio am -biente será mucho más efectivo en la creación de las bases para mitigar elcambio climático que el realizar una estrategia que enfatice de forma prin -cipal la necesidad de limitar las emisiones mundiales. El incremento de laeficiencia energética, la adopción de fuentes renovables de energía y el usomás limpio de los combustibles convencionales son las opciones más pr o-metedoras para obtener el nivel de servicios energéticos necesarios en elmundo en desar rollo, mientras que al propio tiempo se limitan las emisio -nes de gases de efecto de invernadero relacionados con la energía.

Introducción: ¿Cuáles son los retos ambientales, sociales yeconómicos a los que nos enfrentamos con el cambio climático?Entre los impactos potenciales del cambio climático se incluyen el incrementoen la frecuencia de eventos extremos del tiempo como son sequías, inundacio-nes y tormentas severas; la elevación del nivel del mar; el deshielo de glaciares ydel casquete de hielo Ártico; y la desorganización de una gran variedad de eco-sistemas naturales. Es muy probable que tales cambios del medio ambiente pro-duzcan consecuencias económicas y sociales adversas, que afectarán la agricul-tura y la producción de alimentos, la silvicultura, la pesca, las fuentes de agua

JOHANSSON Y KA R L S S O N 91

potable y la salud humana.Por ello, el elevado por ciento de la población mundial, que vive cerca de las

áreas costeras, se tornará cada vez más vulnerable al daño producido por las tor-mentas y a la pérdida de la infraestructura. La elevación del nivel del mar debi-do al calentamiento de los océanos y al deshielo de los glaciares pudiera produ-cir grandes inundaciones costeras, lo que forzaría a grandes poblaciones a migrary produciría así la eliminación de culturas enteras que están asentadas en áreasbajas. Las áreas secas estarán propensas a que se produzca un incremento de ladesertificación, y bosques completos pudieran desaparecer ya que los cambios detemperatura en dichas zonas ocurren más rápidamente que lo que naturalmen-te pueden migrar los bosques. La reducción de los suministros de agua en las re-giones áridas pudiera provocar conflictos internacionales, mientras que la faltade alimentos tiende a desestabilizar a gobiernos inestables. Los efectos directossobre la salud pudieran incluir muertes por ondas intensas de calor así como ladiseminación de la transmisión de enfermedades infecciosas como son la mala-ria y la fiebre amarilla, que en la actualidad están confinadas a las áreas tropica-les.

Algunos de los países en desarrollo más pobres serán especialmente vulnera-bles a los impactos adversos del cambio climático sobre la producción agrícola,el suministro de agua y los ecosistemas naturales sobre los que descansan parasatisfacer sus necesidades básicas. Mucho de estos países están localizados en re-giones que ya padecen olas de calor, sequías, desertificación, deforestación,inundaciones, enfermedades tropicales y desastres naturales, así como pobreza yfalta de infraestructura. Algunas de las Islas del Pacífico más bajas probablemen-te se inundarán completamente por la elevación del nivel del mar. En su granmayoría, estos países no han obtenido aún los beneficios de la industrializaciónque produjo la interferencia de los sistemas climáticos. Además, en general, es-tos países poseen muy pocas fuentes financieras y de planeamiento como paraque puedan llevar a cabo las medidas paliativas necesarias para protegerse con-tra los retos ambientales de largo alcance.

El incremento de la eficiencia energética, la adopción de fuentes de ener-gía renovables y el uso más limpio de los combustibles convencionales sonlas opciones más prometedoras para proveer el nivel de servicios energéti-cos necesarios en el mundo en desarrollo, mientras que al propio tiempose limitan las emisiones de los gases de efecto invernadero relacionadoscon la energía.

La mayor parte de la investigación científica que se ha realizado sobre el cam-bio climático ha sido compilado y analizado por el Grupo Intergubernamentalde Expertos sobre el Cambio Climático, que es un grupo de más de 2,000 cien-tíficos organizado en 1988 por el Programa de las Naciones Unidas para el Me-dio Ambiente y por la Organización Meteorológica Mundial. Su primer informeconfirmó la seriedad del problema y aportó los fundamentos científicos para laConvención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Su segun-do informe, publicado en 1996, concluyó que existe una influencia humana dis-cernible sobre el sistema climático que está magnificando el efecto de inverna-dero natural. Los esfuerzos para prevenir estas amenazas requerirán la reducciónde las emisiones de dióxido de carbono, metano, óxido nitroso y de otros gasesde efecto de invernadero generados por las actividades humanas.

Las temperaturas en la superficie de La Tierra se han incrementado durante elúltimo siglo, particularmente durante la última década. Si la tendencia actualcontinuara inalterable, las emisiones de gases de efecto de invernadero conti-

nuarán elevándose sustancialmente durante el próximo siglo. Con el fin de es-tabilizar las concentraciones de gases de efecto de invernadero será necesario re-ducir las emisiones por debajo de los niveles actuales. Además, como el dióxidode carbono y algunos de los otros gases de efecto de invernadero se acumulan ypermanecen en la atmósfera por muchas décadas, el reto de enfrentar el asuntodel cambio climático implicará a varias generaciones.

Se ha hecho gran énfasis en los costos económicos que representa el cambioclimático. Aunque es importante reconocer que las políticas diseñadas para esta-blecer los sistemas sostenibles de energía pueden promover el desarrollo econó-mico y social sostenible y al propio tiempo mitigar los impactos del cambio cli-mático. Los beneficios producidos por la reducción de la pobreza, el mejora-miento de la salud humana y el mejoramiento de las condiciones locales y re-gionales del medio ambiente proveen de fuertes incentivos para adoptar las po-líticas de energía sostenible, aún sin considerar los factores del cambio climáti-co.

¿Cuáles son las fuentes de los gasesde efecto de invernadero antropógenos?El conjunto de las emisiones humanas de la mayoría de los gases de efecto de in-vernadero proviene del sector energético, principalmente, como resultado de laquema de los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural) para propor-cionar energía eléctrica, calor, transporte y la energía para los procesos de pro-ducción industrial. El dióxido de carbono es el gas de efecto de invernadero másimportante, y más del 80% del dióxido de carbono añadido a la atmósfera porlas actividades humanas puede atribuirse al uso de los combustibles fósiles.1 Elmetano y el óxido nitroso son otros gases de efecto de invernadero de importan-cia, que son liberados, en parte, por el uso de combustibles fósiles. Fuera del sec-tor energético, hay otros gases de efecto de invernadero que son potencialmen-te significativos, entre los que se incluyen los hidrofluorcarbonos, perfluorocar-bonos y el hexacloruro de azufre, los cuales se utilizan para la refrigeración y losequipos de aire acondicionado así como para fines industriales. El impacto de es-tos gases es pequeño hoy en día, pero pudiera ser mayor a largo plazo.

El dióxido de carbono se emite a partir de muchas fuentes naturales, funda-mentalmente por la descomposición de materiales orgánicos. Estas fuentes gene-ralmente están equilibradas por los ‘sumideros’ naturales que absorben el dióxi-do de carbono. Más importante aún, las plantas nuevas que están creciendo cap-tan el dióxido de carbono en el proceso de crecimiento. En resumen, cantidadesmuy grandes de carbono se intercambian anualmente entre los océanos, la at-mósfera y la vegetación terrestre. Las actividades humanas, incluida la quema decombustibles fósiles así como los cambios en el uso de la tierra y la agricultura,añaden dióxido de carbono a la atmósfera en cantidades que exceden la capaci-dad de absorción de los ‘sumideros’ naturales que existen. Este dióxido de car-bono extra se acumula en la atmósfera de año en año y reduce la cantidad de ca-lor irradiado desde la superficie de La Tierra hacia el espacio, lo que hace que seatrape más calor en los niveles inferiores de la atmósfera terrestre.

El desmonte de la tierra con fines agrícolas es un factor importante que afec-ta la liberación de dióxido de carbono en la atmósfera y la disminución de la ab-sorción de dióxido de carbono por los sumideros naturales. Globalmente, loscambios en el uso de la tierra constituyen aproximadamente el 20% de las emi-siones de dióxido de carbono producidas por las actividades humanas. La expan-sión de las tierras cultivadas se ha realizado generalmente a expensas de los bos-ques y zonas silvestres que tienen mayor capacidad de absorción. Muchas de es-tas tierras de cosechas posteriormente se han degradado, debido a que las prác-ticas no sostenibles del manejo de tierras producen la pérdida de la capa supe-rior de los suelos, erosión por el viento y el agua y salinidad. Además, la defores-

JOHANSSON Y KA R L S S O N 93

1 Todas las estadísticas acotadasse derivan de documentos cita-dos en la sección de Materialesde Referencia que se encuentraal final del artículo.

tación a gran escala se acelera por la recolección comercial de madera, las opera-ciones industriales y mineras en áreas boscosas, y la construcción de carreteras yautopistas a través de tierras boscosas.

Se ha hecho mucho énfasis en los costos económicos percibidos por la aten-ción del cambio climático. Aunque es importante reconocer que las políti-cas diseñadas para establecer los sistemas de energía sostenibles puedenpromover el desarrollo social y económico sostenible y al propio tiempo mi-tigar los impactos del cambio climático. Los beneficios de la reducción dela pobreza, mejoramiento de la salud humana y mejores condiciones lo-cales y regionales del medio ambiente proveen fuertes iniciativas paraadoptar políticas energéticas sostenibles, aún sin considerar los factoresdel cambio climático.

Sin embargo, el elemento principal en el incremento en la emisión de gasesde efecto de invernadero proyectado para el futuro es la continua utilización delos combustibles fósiles para la producción de energía. Para lograr estabilizar lasconcentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera y con el fin de reducir elritmo de las emisiones futuras, se requerirán cambios sustanciales en las tecno-logías y en los sistemas energéticos mundiales. El reto fundamental para enfren-tar los impactos a largo plazo del cambio climático será encontrar la forma deproveer los servicios energéticos necesarios sin incrementar la acumulación degases de efecto de invernadero en la atmósfera.

¿Existen razones, además de la amenaza del cambio climático,para considerar los cambios en los sistemas energéticos?En muchas partes del mundo las limitaciones en la disponibilidad de los servi-cios energéticos crean barreras para el desarrollo socioeconómico. Se necesita unincremento al acceso de energía para promover actividades que generen ingre-sos, para el avance educacional, la disponibilidad de los servicios de salud y pa-ra lograr mayores oportunidades para las mujeres.

Mundialmente, mas de 1,5 00 millones de personas carecen de electricidad yaproximadamente dos mil millones utilizan combustibles sólidos tradicionalescomo la leña o el estiércol para calentar y cocinar. La considerable cantidad detiempo y energía física consumida por mujeres y niños en la búsqueda de com-bustible y su transporte a largas distancias reduce su capacidad de participar enotras actividades sociales, económicas y educacionales. Además, los fuegos gene-rados con madera o estiércol sin chimeneas o salidas al exterior contribuyen a lacontaminación del aire en el interior de los hogares y a la producción de proble-mas respiratorios. Las infecciones respiratorias agudas son la principal causa demuerte en los niños pequeños en todo el mundo y generan más de 2 millonesde muertes al año.

Debido a que es necesario realizar una gran inversión de capital y a la necesi-dad de la transmisión extensiva y de las líneas de distribución, hay muchos paí-ses donde, simplemente, no ha sido posible cumplimentar las necesidades ener-géticas de las poblaciones rurales utilizando plantas de energía convencional degran escala que utilicen combustibles fósiles. Las oportunidades económicas li-mitadas en estas áreas rurales alientan la migración hacia áreas urbanas ya super-pobladas. Por ello cubrir las necesidades de energía de las comunidades rurales através del incremento de la disponibilidad de tecnologías de pequeña escala yque no produzcan contaminación pudiera elevar el estándar de vida en estasáreas y también mitigar el impacto del cambio climático y de otras amenazas lo-

94 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

cales del medio ambiente.Además de contribuir al cambio climático, la quema de los combustibles fó-

siles produce smog, ozono al nivel de la tierra, partículas y otros formas de con-taminación local del aire que son directamente perjudiciales para la salud huma-na. La quema de combustibles fósiles produce también emisiones de óxidos denitrógeno y azufre que forman la lluvia ácida, la cual puede dañar los bosquessensibles y los lagos aún en lugares muy alejados de la fuente de contaminación.Las minas de carbón y la extracción de petróleo dañan a los ecosistemas consti-tuidos por tierras frágiles y a las aguas, mientras que el escape de petróleo es unaamenaza continua para las aguas superficiales, las líneas costeras y los sistemasde aguas profundas.

Aunque los países industrializados son responsables, en la actualidad, demás de las dos terceras partes de las emisiones anuales de gases de efectode invernadero, para el año 2025 los países en desarrollo probablementecontribuyan con las dos terceras partes de las emisiones anuales, a menosque transiten por una vía energética diferente. La acumulación de emisio-nes por los países en desarrollo, sin embargo, no alcanzará a la de los paí-ses industrializados en aproximadamente otros cien años. Como lo que ge-nera el cambio climático es la acumulación de gases de efecto de inverna-dero en la atmósfera, las emisiones acumuladas por un país son mejor in-dicador de su nivel de responsabilidad que su ritmo de emisión anual.

Además de lo concerniente al medio ambiente y a la salud, los aspectos delsuministro energético pueden jugar un importante papel en las tensiones geopo-líticas y en los asuntos de seguridad internacional. Como las principales reservasde combustibles fósiles están concentradas en relativamente pocas áreas, los es-fuerzos para controlar y explotar estos recursos han producido crisis políticas yconflictos militares. Los países sin suministro doméstico de combustibles fósilesestán sujetos a amenazas en su seguridad energética debido a la dependencia deproductores externos. Algunos países pobres gastan gran cantidad de dinero enla importación de combustibles, reduciendo su capacidad de intercambio exter-no para otras inversiones domésticas esenciales y añadiendo una acumulacióninsostenible a su deuda.

Debido a que otras fuentes de energía, como son el viento, la luz solarr, losríos y los residuos de cosechas están distribuidas más ampliamente, su uso comoalternativa a los combustibles fósiles pudiera reducir la dependencia energética.El comercio, distribución y servicio de estas nuevas tecnologías energéticas pu-dieranaportar nuevas oportunidades económicas para los empresarios locales asícomo para las corporaciones internacionales.

¿Por qué los países en desar rollo y los países industrializadostienden a tener perspectivas diferentes frente al cambio climático?En general, los países en desarrollo están más preocupados con los apremiantese inmediatos problemas domésticos como son el proveer desarrollo económico,empleos, salud pública, alimento seguro y agua potable, sanidad y transporte. Lapobreza es su preocupación principal. Alrededor de 1.300 millones personas enlos países en desarrollo viven con menos de $1 U.S. dólar por día.

En muchos países en desarrollo, los costos financieros que se incurren al su-ministrar electricidad por medio de la extensión de las redes hacia regiones queen la actualidad no poseen servicios, son prohibitivos. Además, ellos están enca-rando la perspectiva de un rápido crecimiento poblacional. Por consiguiente, es-

JOHANSSON Y K A R L S S O N 95

tos países están preocupados, pues los planes para mitigar el cambio climáticopudieran incrementar sustancialmente el costo del suministro de energía, o por-que se les ponga un límite en su capacidad de suministrar energía para el desa-rrollo.

En negociaciones internacionales sobre el cambio climático, los países en de-sarrollo han argumentado que debido a que los países industrializados son losresponsables de más del 75% de los gases de efecto de invernadero acumuladosen la atmósfera, ellos debieran también llevar el liderazgo en las reducción de lasemisiones. (Las emisiones de dióxido de carbono pueden permanecer en la at-mósfera hasta cien años). Históricamente, los países industrializados fueron losque produjeron la mayoría de las emisiones de gases de efecto de invernaderoque se acumulan en la actualidad en la atmósfera. Ellos también generan sufi-ciente riqueza, en sus economías industrializadas, para ser capaces de enfrentarlas medidas que produzcan la protección del medio ambiente. Muchos de lospaíses industrializados de hecho han aceptado el reto de los países en desarrolloy están trabajando dentro de los términos de la Convención Marco de las Nacio-nes Unidas sobre el Cambio Climático y del Protocolo de Kyoto para reducir susemisiones de gases de efecto de invernadero.

Aunque los países industrializados son en la actualidad responsables de másde las dos terceras partes de las emisiones anuales de gases de efecto de inverna-dero, se espera que para el año 2025 los países en desarrollo probablemente con-tribuirán con las dos terceras partes de las emisiones anuales, a menos que tran-siten por una vía energética diferente. Sin embargo, la acumulación de emisio-nes por los países en desarrollo, no alcanzará la de los países desarrollados enaproximadamente otros cien años. Como la acumulación de los gases de efectode invernadero en la atmósfera es la que produce el cambio climático, las emi-siones acumuladas por un país son mejor indicador de su nivel de responsabili-dad que su ritmo de emisión anual.

El uso de la energía es de tanta importancia para las economías nacionalesque la cantidad de energía consumida per cápita se ha convertido en uno de losindicadores de mayor importancia para medir la modernización y el progreso.Este, sin embargo, es un indicador falso. Es la disponibilidad de los serviciosenergéticos lo que constituye una medida real del desarrollo, no el consumo deenergía. Para los países en desarrollo, las medidas que promueven la eficienciaenergética, las fuentes de energía renovable y las tecnologías alternativas pudie-ran permitirles dar el salto por sobre la ruta, relativamente ineficiente, de creci-miento económico seguido por los países industrializados y alcanzar un alto ni-vel de servicios energéticos sin incurrir en el mismo costo económico, social yambiental.

¿Qué esfuerzos internacionales se están haciendopara avanzar hacia un futuro de energía sostenible?La mayor parte de las recientes discusiones internacionales sobre energía hanpuesto su atención en lo concerniente al cambio climático, más que en los otrosimportantes beneficios económicos, sociales y ambientales que se obtendrían alalterar los patrones existentes de producción y consumo. En relación con laConvención sobre el Cambio Climático, han existido intensos debates acerca dela necesidad de reducir la dependencia mundial de los combustibles fósiles asícomo la necesidad de crear nuevas tecnologías y métodos para el suministro deenergía.

Sin embargo, en este punto no sólo las preocupaciones por el cambio climá-tico aportan la motivación suficiente para dirigir la transición hacia políticas deenergía sostenible. Por supuesto, esto pudiera cambiar si se comenzaran a sentiren realidad los impactos de la variabilidad climática y los mismos pudieran serdefinidos, de manera concluyente, como producidos por la acumulación de ga-

96 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

ses de efecto de invernadero producidos por las actividades humanas. Entretan-to, centrar la atención en el papel crítico de la energía sobre el desarrollo soste-nible pudiera brindar una vía más aceptable y efectiva para que se produzca elreconocimiento mundial de la necesidad del cambio de patrones y políticas exis-tentes en la actualidad acerca de la energía.

Debido a su mayor responsabilidad en la acumulación de gases de efecto deinvernadero y a que poseen mayores recursos para enfrentar los problemas delcambio climático la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el CambioClimático realizada en 1992 estableció objetivos para la reducción específica deemisiones sólo para los países industrializados. La convención reconoció tam-bién que las emisiones per cápita en los países en desarrollo son aún relativa-mente bajas, y probablemente necesitan crecer para que dichos países logren susobjetivos sociales y de desarrollo. Al reconocer que la protección del medio am-biente no puede enfrentarse aislada del desarrollo económico, la convenciónsolicitó ayuda financiera y tecnológica para los países en desarrollo así como latransferencia de tecnologías amigables al medio ambiente con el fin de impulsarsu participación en los esfuerzos internacionales para mitigar el cambio climáti-co.

El uso de la energía es de tanta importancia para las economías naciona-les que la cantidad de energía consumida per cápita se ha convertido enuno de los indicadores de mayor importancia para medir la moderniza-ción y el progreso. Este, sin embargo, es un indicador falso. En realidad, ladisponibilidad de los servicios energéticos es la que mide realmente el de-sarrollo y no el consumo de energía. Para los países en desarrollo, las me-didas que promuevan la eficiencia energética, el uso de fuentes de ener-gía renovable y de tecnologías alternativas pudieran permitirles dar el sal-to por sobre la ruta, relativamente ineficiente, del crecimiento económicoseguido por los países industrializados y lograr un nivel elevado de servi-cios energéticos sin incurrir en los mismos costos económicos, sociales yambientales.

La demanda mundial para la producción de una energía más limpia, en cier-ta medida, ya ha sido estimulada por la Convención. Teniendo en cuenta quegran parte de las inversiones futuras para las nuevas capacidades energéticas serealizará en los países en desarrollo es importante que los recursos internaciona-les se dirijan hacia inversiones que promuevan la energía de bajas emisiones endichos países. El Protocolo de Kyoto de la Convención ofrece nuevas iniciativasque incentivan a los inversionistas de los sectores públicos y privados de paísesindustrializados a participar en proyectos de eficiencia energética y con tecnolo-gías que produzcan bajas emisiones las cuales llevarán a un mínimo las emisio-nes adicionales de gases de efecto de invernadero en los países en desarrollo.Además, los mercados en los que se comercian las emisiones pudieran, eventual-mente, generar grandes flujos de capital hacia los países en desarrollo, los cualespudieran ser utilizados para proyectos que mitiguen el cambio climático, inclui-das inversiones en sistemas de energía sostenible.

Aún así, la mayoría de los países no seleccionarán opciones energéticas queno le sean familiares o que sean más caras sólo por el hecho de que las mismasayudarán a mitigar los impactos sobre el cambio climático. Las personas tiendena adoptar las nuevas tecnologías que producen bajas emisiones porque estas su-ministran una energía que ellos pueden costear y que son, además, confiables,efectivas y convenientes. Las preocupaciones que existen en la actualidad acer-ca de la calidad del aire local y las condiciones adversas para la salud son, pro-

JOHANSSON Y K A R L S S O N 97

bablemente, más apremiantes que las consecuencias potenciales a largo plazo so-bre el medio ambiente.

En la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1997que abordó el tema del desarrollo sostenible, los líderes mundiales reconocieronque la energía es esencial para mejorar la calidad de vida. Ellos recomendaronuna mayor cooperación internacional en la promoción de la conservación y laeficiencia energética, en el uso de fuentes no fósiles de energía y en el desarro-llo de nuevas tecnologías relacionadas con la energía. Para lograr estos objetivosdecidieron que la novena sesión de la Comisión de las Naciones Unidas sobre elDesarrollo Sostenible, a celebrarse en el 2001, debía versar sobre la energía y susdiscusiones y negociaciones.

Una Evaluación de la Energía Mundial patrocinada por el Programa de las Na-ciones Unidas para el Desarrollo, el Departamento de las Naciones Unidas paraAsuntos Económicos y Sociales y el Consejo Mundial de Energía proporciona lainformación científica y tecnológica básica para evaluar los aspectos sociales,económicos, del medio ambiente y de la seguridad relacionados con la energía,así como el análisis de las opciones tecnológicas y políticas para el uso y la pro-ducción más sostenible de energía. 2

¿Cuáles son las mejores formas de conservar la energía yde reducir las emisiones de gases de efecto de invernadero?Al mejorar el rendimiento tecnológico se pueden obtener oportunidades paraque las personas disfruten de niveles satisfactorios de servicios energéticosmientras consumen mucho menos combustible y se generan menos niveles deemisión. La calefacción y el acondicionamiento de los edificios, el transporte yla producción industrial se encuentran entre las áreas más promisorias para ga-nar en eficiencia energética.

El diseño de los edificios es un área con tremendo potencial para el ahorro deenergía. Un mejor aislamiento, combinado con técnicas pasivas de diseño solar,pueden, virtualmente, eliminar la necesidad de la calefacción tradicional o delos sistemas de enfriamiento. Medidas simples como plantar árboles de sombra,orientar los edificios para lograr una exposición óptima y colocar las ventanaspara que se establezca la ventilación pueden reducir dramáticamente los reque-rimientos de energía. Las nuevas tecnologías como son las ventanas que permi-ten la entrada de la luz solar pero que bloquean el indeseable calor pueden ele-var el confort en tanto reducen los costos y el uso de energía. Dentro de las ca-sas y oficinas, el gasto total de energía puede alcanzar un mínimo si se utilizanrefrigeradores súper-aislados, bombillos compactos de luz fluorescente y otro ti-po de equipos que sean energéticamente eficientes.

El rediseño de los vehículos de motor puede aportar también sustanciales re-ducciones en las emisiones. Entre las tecnologías más prometedoras se incluyenlos vehículos híbridos que combinan los motores pequeños de combustión in-terna con generadores eléctricos, así como carros movidos por baterías. Variosproductores importantes ya están produciendo y comercializando vehículos hí-bridos y algunos de ellos tienen planes de introducir motores con baterías parael 2003. Además, pueden reducirse las necesidades de transporte al realizar dise-ños urbanos que eliminen las grandes extensiones urbanas y los largos transbor-dos y en su lugar que enfaticen el acceso a pie así como las facilidades para eltransporte masivo. Además, en algunos casos, las necesidades de transporte pue-den eliminarse virtualmente por las tecnologías de las comunicaciones que pue-den convertir al hogar en un sitio de trabajo efectivo.

En operaciones de manufactura hay oportunidades sustanciales de mejorar laeficiencia energética de las industrias que son grandes consumidores como laproducción de hierro y acero, las industrias de procesamiento químico, el refi-namiento de petróleo, la producción de papel y pulpa y la producción de cemen-

98

2 Para mayor información veahttp://www.undp.org/seed/ea-p/activities/wea/images/weaho-me.gif.

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

to. Las mejoras en los procesos productivos pueden elevar significativamente laeficiencia energética y, al mismo tiempo, reducir los requerimientos de materia-les. Otra forma promisoria de disminuir las emisiones es la cogeneración de ca-lor y energía.

¿Qué tipo de fuentes de energía alternativapueden utilizarse para producir energía?Entre las fuentes renovables de energía que ya se utilizan se encuentran la solar,la eólica, las tecnologías hidráulicas y geotérmicas, además de la biomasa. Jun-tas, las tecnologías de energía renovable constituyen en la actualidad alrededordel 16% del consumo mundial de energía. En la medida en que estas tecnologíasse tornen más de avanzada y más ampliamente distribuidas, ellas podrán pro-veer alternativas costo-efectivas capaces de cubrir un porcentaje elevado de losrequerimientos energéticos mundiales. Además, pueden ayudar a solucionarproblemas locales y nacionales del medio ambiente como son la contaminacióndel aire urbano y la lluvia ácida así como el cambio climático.

El uso de la biomasa como combustible para reemplazar los combustibles fó-siles es otra forma de reducir las emisiones netas de carbono. Los combustiblesde la biomasa se derivan de los desechos agrícolas y orgánicos, o de cosechas es-pecialmente cultivadas para ese fin. La biomasa capta el dióxido de carbono amedida que las plantas crecen y lo liberan nuevamente cuando se queman, demodo que las emisiones de dióxido de carbono no se añaden a las concentracio-nes atmosféricas totales emitidas. La biomasa puede utilizarse para producircombustibles líquidos o gaseosos y para generar electricidad.

Los generadores hidroeléctricos son muy utilizados como sistemas de energíarenovable, los mismos aportan alrededor del 20% del suministro mundial deelectricidad. Ellos casi no producen gases de efecto de invernadero y no generancontaminación local del aire. Las ruedas colocadas en el agua de ríos con flujorápido aportaron la energía para las primeras fábricas textiles. En la actualidadgrandes plantas hidroeléctricas generan la electricidad en ríos represados las quepermiten que el agua almacenada caiga desde cientos de pies a través de turbi-nas. Estos proyectos de gran escala son muy criticados en la actualidad porquerequieren la inundación de grandes áreas de tierra detrás de la presa, interfierencon el flujo de las aguas río abajo e impiden la migración de peces y el desove.Sin embargo, las pequeñas plantas hidroeléctricas son menos destructivas paralos ecosistemas naturales ya que tienen depósitos más pequeños, o en algunoscasos, simplemente canalizan la corriente que fluye a través de las turbinas. Al-gunos de los otros impactos negativos al medio ambiente que producen las hi-droeléctricas pueden reducirse por el uso de escaleras para ayudar a los peces amigrar por encima de las cortinas de las presas y mantener un flujo mínimo deagua para evitar el daño corriente abajo.

El sistema energético comercial del mundo se reemplazará al menos dosveces durante los próximos cien años debido a la vida útil proyectada delas plantas y de las redes de energía. Dicho recambio en la infraestructu-ra energética, combinado con el reemplazo de las facilidades industriales,comerciales y residenciales existentes, dará oportunidad para que se rea-lice una transición gradual a sistemas energéticos sostenibles y de bajaemisión. La cuestión, en términos de mitigación del cambio climático, essi dicha transición tendrá lugar lo suficientemente rápido para prevenirla peligrosa interferencia con el sistema climático.

JOHANSSON Y KA R L S S O N 99

La energía del viento ha sido utilizada por siglos para bombear agua, molergranos y en los barcos. Actualmente se promueve como una fuente renovable deenergía eléctrica que no produce contaminación. Las turbinas eólicas de alta efi-ciencia ya se están utilizando para producir electricidad y para la distribucióncomercial. En la actualidad, la capacidad energética instalada en todo el mundoexcede los diez gigawatts y su uso está creciendo alrededor de un 30% por año.

En áreas barridas por el viento, el costo de la electricidad producida por lasestaciones eólicas es competitivo con las nuevas plantas de energía que utilizancombustibles fósiles. Las pequeñas turbinas eólicas diseñadas para el uso residen-cial y comercial a pequeña escala son opciones atractivas para las áreas ruralesalejadas. La electricidad puede almacenarse en dichos lugares en baterías (parasistemas muy pequeños) o por medio del almacenamiento de aire comprimido,para aplicaciones más grandes. En áreas en las que existe una red eléctrica, laelectricidad puede alimentar directamente al sistema de distribución comercial.

Los paneles solares colectan la energía del Sol y la convierten directamente enelectricidad por medio de celdas fotovoltaicas. Como con la energía eólica, laelectricidad producida puede almacenarse en baterías y utilizarse en sistemas ais-lados de energía de pequeña escala. Aunque la producción de electricidad con eluso de paneles solares es aún cara, es el método menos costoso y por tanto el deelección en algunos rincones muy alejados. El mercado fotovoltaico es en la ac-tualidad de 200 megawatts por año, y se espera que crezca en alrededor de un30% por año. Los paneles solares se utilizan con mayor frecuencia en áreas re-motas donde no llegan los sistemas de transmisión eléctrica existentes. Ellospueden ser conectados también al servicio público comercial, considerando laenergía que es necesaria en las horas de demanda pico y evitando los costos -ylas emisiones- de nuevas centrales de energía. La construcción de aplicacionesintegradas de tecnologías fotovoltaica reduce los costos al incorporar los panelessolares en las estructuras y superficies de hogares y oficinas. Otra forma tecnoló-gica de energía solar concentra los rayos solares sobre receptores que usan espe-jos o lentes especiales. La energía térmica solar recolectada se usa entonces paracalentar un líquido que posee un sistema de conversión de energía eléctrica con-vencional.

La energía geotérmica almacenada en la corteza terrestre puede utilizarse di -rectamente para calentar los edificios y para generar electricidad. El calor se libe-ra parcialmente por la degradación radiactiva de elementos como el uranio y elpotasio. En áreas donde hay roca fundida localizada cerca de la superficie terres-tre, se han descubierto depósitos hidrotérmicos llenos de agua caliente. Estos de-pósitos pueden ser desviados hacia generadores de energía eléctrica para la pro-ducción de energía comercial o para suministrar calefacción.

Estos tipos de tecnología limpia pueden aportar fuentes de energía sosteniblesdesde el punto de vista del medio ambiente. A través de la adopción de estas tec-nologías energéticas nuevas y renovables, de forma simultánea y en la medidaen que se realicen nuevas inversiones en la infraestructura energética pudierancumplirse las necesidades para la protección del medio ambiente y el desarrolloeconómico. El sistema energético comercial del mundo se reemplazará al menosdos veces durante los próximos cien años debido a la vida útil proyectada de lasplantas y las redes de energía. Dicho recambio en la infraestructura energética,combinado con el reemplazo de las facilidades industriales, comerciales y resi-denciales existentes, dará oportunidad para que se realice una transición gra-dual a sistemas energéticos sostenibles y de baja emisión. La cuestión, en térmi-nos de mitigación del cambio climático, es si dicha transición tendrá lugar lo su-ficientemente rápido para prevenir la peligrosa interferencia con el sistema cli-mático.

100 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

¿Existen formas alternativas de utilizar los combustibles fósiles quepuedan ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto de invernadero?En algunos casos es posible reducir las emisiones de gases de efecto de inverna-dero haciendo el cambio para combustibles fósiles con poco contenido de car-bono como es el gas natural. El gas natural produce poco más de la mitad de lasemisiones de dióxido de carbono que se genera por unidad de energía produci-da al quemar carbón. En la actualidad ha sido adoptado como el combustible deelección para las nuevas plantas de generación de electricidad por su bajo costoy baja emisión. En forma comprimida puede utilizarse como combustible alter-nativo para vehículos de motor.

También existen técnicas para utilizar los combustibles fósiles de forma queproduzcan menos contaminación. Un ejemplo es la producción de ‘syngas’, quees una mezcla gaseosa limpia constituida fundamentalmente por monóxido decarbono e hidrógeno, el cual puede producirse a partir del gas natural, carbón,petróleos pesados, coque de petróleo y un número de otras sustancias. El ‘syn-gas’ puede utilizarse para producir electricidad y calor, así como combustibles al-ternativos gaseosos y líquidos, con bajos niveles de contaminación. Con un ma-yor procesamiento, el ‘syngas’ puede convertirse en una fuente de hidrógeno pa-ra el uso de pilas de Grove.

Las pilas de Grove son elementos electroquímicos que convierten los com-bustibles como el hidrógeno y el gas natural directamente en electricidad alcombinar los combustibles con el oxígeno del aire, sin que ocurra combustión;por consiguiente, ellos casi no producen emisión, excepto de agua. En el futuro,además de ser utilizadas para la energía de vehículos eléctricos que no producencontaminación, pudieran usarse también para la producción centralizada y des-centralizada de electricidad. Como las emisiones de los vehículos de motor re-presentan un gran por ciento de la emisión total de dióxido de carbono, la co-mercialización de vehículos con pilas de Grove tendrá un dramático impacto enla acumulación de gases de efecto de invernadero y sobre la calidad del aire ur-bano.

En la medida en que se popularicen estos sistemas el hidrógeno se convertiráen el combustible preferido para el transporte y la producción de electricidad. Elhidrógeno puede ser producido a través del procesamiento a vapor del gas natu-ral o del ‘syngas’, por la gasificación del carbón o de otros forrajes compuestospor carbono y a través de la electrolisis del agua. El procesamiento de los com-bustibles fósiles para generar hidrógeno es en la actualidad la técnica menos ca-ra y es la que puede suministrar la manera de utilizar los combustibles familia-res en forma de tecnologías nuevas de baja emisión sin incremento significativode los costos de energía.

¿Cómo pueden los países en desar rollo cumplir la creciente demandade servicios energéticos para alcanzar el progreso económico y socialy limitar, a la vez, el impacto sobre el cambio climático?Para establecer los sistemas de energía sostenible son esenciales esfuerzos e in-versiones para lograr la eficiencia energética con tecnologías de energía renova-ble, tanto en los países en desarrollo como en las naciones industrializadas. Pe-ro hay considerables diferencias económicas y sociales entre las naciones más ri-cas, altas consumidoras, y los países más pobres. Los países en desarrollo requie-ren una mayor disponibilidad de servicios energéticos que puedan ser utilizadospara las necesidades domésticas y con propósitos productivos, lo cual llevará aun incremento del uso de energía.

En lugar de poner el centro de atención en el incremento global de los sumi-nistros de energía, los países en desarrollo debieran utilizar técnicas de fuentesintegradas para identificar las opciones de menor costo y mayor eficiencia paralograr sus objetivos energéticos. Este concepto implica realizar comparaciones de

JOHANSSON Y K A R L S S O N 101

diversas tecnologías para el suministro de energía, como son las plantas conven-cionales de carbón, las turbinas eólicas, las facilidades de generación hidroeléc-trica y las instalaciones fotovoltaicas y considerar también la instalación de tec-nologías de uso final que reducen los niveles de demanda de energía, como losbombillos compactos de luz fluorescente y el incremento del aislamiento. Lue-go de evaluar todas las opciones potenciales, se podrá identificar la mezcla me-nos costosa de tecnologías y adoptarla como prioritaria para las inversiones. Enmuchos casos, las tecnologías que parecen ser las más baratas y más fáciles a cor-to plazo no resultan ser las más costo-efectivas o eficientes desde una perspecti-va algo más prolongada, especialmente cuando se consideran sus costos sociales,ambientales y de salud.

Las inversiones en las nuevas facilidades de producción y distribución que en-fatizan la eficiencia energética pueden reducir de forma dramática los requeri-mientos de energía en comparación con las plantas energéticas convencionalesy las operaciones de manufactura. Los costos adicionales atribuibles a la intro-ducción de estas tecnologías, eficientes desde el punto de vista energético, secompensarán generalmente, por reducciones en el precio de la energía. Comolas fuentes tradicionales de energía se utilizan de forma ineficiente, y como lospaíses que están construyendo medios modernos tienen la oportunidad de utili-zar nuevas tecnologías y equipos que son energéticamente eficientes, ellos pue-den lograr mejoras sustanciales en el estándar de vida sin incrementar significa-tivamente el uso per cápita de energía por encima de los niveles actuales. Si-guiendo este ritmo, los países en desarrollo pudieran perseguir sus objetivos eco-nómicos y de desarrollo social sin incrementar sustancialmente su consumo deenergía o sus niveles de emisión.

La mayor parte de los dos millones de personas que carecen de servicios mo-dernos de energía viven en las áreas rurales de países en desarrollo. Los costosproyectados de capital para extender las redes convencionales de energía eléctri-ca hacia estas áreas son prohibitivamente caros, de manera que sus esperanzasde obtener servicios eléctricos a través de las redes, en el futuro cercano, no sonmuy prometedoras. Sin embargo, los sistemas descentralizados de energía reno-vable pudieran suministrar energía eléctrica a estas áreas remotas más rápida-mente y a menos costo -sin producir emisiones de gases de efecto de invernade-ro. La introducción de estos sistemas pudiera promover oportunidades de em-pleo y educacionales en áreas rurales, así como mejorar el acceso a los serviciosde atención de salud, agua potable y facilidades sanitarias.

Los sistemas de energía renovable que utilizan a pequeña escala el viento, elSol, la biomasa o la energía hidroeléctrica se adaptan, con particular facilidad, alos propósitos de la electrificación rural. Los consumidores rurales que dependendel uso ineficiente de combustibles fósiles como el keroseno y el diesel ya estánpagando, a menudo, altos precios por la energía y estarían mejor servidos y concostos inferiores por tecnologías modernas renovables, si las mismas estuvierandisponibles para ellos. Otros, particularmente las mujeres, pudieran ganar tanto,tiempo como energía eléctrica que pudiera ser aplicada a otros fines productivospues las mismas consumen ahora muchas horas cargando y utilizando los com-bustibles tradicionales.

¿Qué bar reras existen para la adopciónde tecnologías de energía sostenible?Los principales obstáculos para la aplicación extensiva de las medidas de eficien-cia energética y para la instalación de sistemas de energía renovables incluyen:los bajos precios de las mercancías en los mercados de combustibles fósiles; sub-sidios gubernamentales que apoyan las tecnologías convencionales para el usode combustibles fósiles; precios de la energía que no incorporan los costos socia-les y del medio ambiente; discriminación en los mercados de capitales de los

102 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

proyectos de energía a pequeña escala y de eficiencia energética; y escasez gene-ral de información acerca de los nuevos diseños para los sistemas de energía re-novables y de baja emisión. Además, hay formidables fuerzas económicas e ins-titucionales opuestas a la transición en los mercados de la energía mundial y quecontinúan confiando en las tecnologías de los combustibles fósiles.

Los actuales debates nacionales e internacionales acerca de los peligros pers-pectivos del cambio climático, en cierta medida han hecho que surja la preocu-pación pública sobre la necesidad de alterar la producción de energía y los pa-trones de consumo. Pero aún no existe un consenso general acerca de los impac-tos del cambio climático y la necesidad de concertar esfuerzos para mitigarlos.Es necesaria mucha más educación pública con relación a las alternativas de laenergía de baja emisión.

Los subsidios existentes para las tecnologías de combustibles fósiles hacenmuy difícil que los productos de la energía alternativa entren a los mercados oalcancen posiciones competitivas. Mundialmente, estos subsidios alcanzan alre-dedor de 200 mil millones de US dólares por año y en realidad incentivan al de-rroche ya que los costos comerciales reales de la obtención de energía a partir deestos combustibles no caen sobre los consumidores. Los subsidios directos delgobierno toman a menudo la forma de pagos diseñados para mantener bajos losprecios de la energía al consumidor. Por el lado de la producción, los subsidiosfrecuentemente aportan incentivos y apoyan la exploración y el procesamientode los combustibles fósiles. Aunque tratan de elevar la disponibilidad y la posi-bilidad de afrontar los gastos que incurren en los servicios energéticos, estos sub-sidios limitan la elección de la energía al favorecer a los suministradores de com-bustibles fósiles y a los sistemas existentes.

A los que suministran energía convencional se le ofrecen subsidios indirectosadicionales en forma de créditos de impuestos y exenciones, depreciación deconcesiones, préstamos y garantías preferenciales y el otorgamiento de preferen-cias. La financiación pública de las utilidades convencionales por medio de laexención de obligaciones de impuestos por préstamos con bajos intereses haceque los competidores potenciales que están tratando de introducir sistemas com-petitivos de energía renovable tengan que pagar cantidades mucho mayores porel capital necesario. Muchos países también conceden el monopolio a las utili-dades nacionales, eliminando así la posibilidad de cualquier competencia real enel mercado energético. La reestructuración del mercado energético para introdu-cir la competencia puede reducir los costos pero, sin las medidas de regulaciónacompañantes, puede también que sea menos probable que los suministradoresde energía respalden los beneficios públicos.

Aún sin que exista el descenso artificial de los precios, logrado por los subsi-dios gubernamentales, los precios de los combustibles fósiles ya son irrealmentebajos porque los mismos no incluyen todos los costos asociados de produccióny uso. Los costos ambientales y de la salud pública son exteriorizados, o sea, sepagan por la sociedad en su conjunto en lugar de ser asumidos por los produc-tores, distribuidores o consumidores de los combustibles fósiles. Estos costos in-cluyen a la salud pública, los gastos de saneamiento atribuibles a la contamina-ción atmosférica y a la contaminación del agua, los efectos de la lluvia ácida, losdaños a La Tierra y a los ecosistemas producidos por la extracción y distribuciónde los combustibles fósiles y, por supuesto, el impacto y los costos relacionadoscon la mitigación del cambio climático. A menos que los daños infringidos almedio ambiente se le carguen a los gobiernos responsables, los mecanismos deprecios del mercado estimularán a la destrucción de las fuentes y no a su conser-vación.

Se hace necesario diseminar la información acerca de las ventajas de la efi-ciencia energética y sobre las tecnologías de energías alternativas para que secree conciencia y confianza entre los inversionistas, prestamistas, gobiernos yconsumidores. A menudo, la ignorancia acerca de la eficiencia energética y de

JOHANSSON Y K A R L S S O N 103

las tecnologías de la energía renovable hace que las mismas no se consideren se-riamente en los procesos de planeamiento energético.

¿Qué tipos de políticas crearían un marco apropiadapara promover sistemas energéticos sosteniblesdesde el punto de vista del medio ambiente?Puede que los gobiernos establezcan un marco global para la actividad econó-mica, pero claramente el desarrollo de la energía sostenible no puede lograrse só-lo con el apoyo del gobierno. En su mayoría, los gobiernos están dejando de ac-tuar como proveedores directos de los servicios energéticos. En su lugar, muchosestán dando pasos para establecer mercados de energía más eficientes y sosteni-bles desde el punto de vista del medio ambiente. En general, esto requerirá la de-sintegración de los monopolios y la promoción de mercados competitivos. Conel fin de atraer a prestamistas e inversionistas, pues se requerirá de capital priva-do, una prioridad fundamental será el mantenimiento de inversiones estables,los bancos y las instituciones legales. También serán necesarios nuevos incenti-vos para que inversionistas y empresarios arriesgados promuevan productos yservicios amigables al medio ambiente.

Una de las medidas más importantes que pueden tomar los gobiernos es ayu-dar al nivelar el campo de acción para permitir la competencia entre las tecno-logías energéticas. Como primer paso, se requerirá la eliminación o redireccio-namiento de los subsidios para las tecnologías convencionales con combustiblesfósiles. Los subsidios al precio de la energía se diseñan generalmente para ayu-dar a los hogares de bajos ingresos, pero a menudo aquellos que debieran ser losbeneficiarios sólo reciben una pequeña porción del subsidio total, mientras otrosconsumidores que pueden pagar más, obtienen la mayor parte del beneficiootorgado por el gobierno. Si las medidas se tomaran con mayor cuidado se lepudiera brindar el deseado apoyo a las familias más pobres sin distorsionar todoel mercado energético. Los subsidios temporales para las medidas de eficienciaenergética y para la instalación de sistemas de energía alternativa pudieran tam-bién ayudar a establecer oportunidades competitivas para atraer la entrada denuevos valores.

Otro paso importante en lal nivelación del campo para las tecnologías ener-géticas será establecer mecanismos que tengan en cuenta los costos sociales yambientales vinculados con el uso de los combustibles fósiles. Estos costos exter-nos pueden ser cargados a aquellos que disfrutan de las ganancias y beneficiosdel uso de la energía a través de impuestos a las emisiones de carbono, el uso dehonorarios o de multas por daños. La recaudación que se obtenga podrá utilizar-se para apoyar a otras empresas sostenibles desde el punto de vista del medioambiente. Los gobiernos también pueden adoptar regulaciones que limiten lasactividades perjudiciales para el medio ambiente, incluidas las emisiones de ga-ses de efecto de invernadero, presionando de esta forma a las compañías energé-ticas a desarrollar y comercializar nuevas alternativas. Otras alternativas de inter-vención gubernamental incluyen los impuestos de incentivos, la investigacióncooperada y las empresas de desarrollo y esquemas ‘con marca verde’.

Una de las medidas más importantes que pueden tomar los gobiernos esayudar al nivelar el campo de acción para permitir la competencia entrelas tecnologías energéticas. Como primer paso, se requerirá la eliminacióno redireccionamiento de los subsidios para las tecnologías que utilizancombustibles fósiles.

Los subsidios gubernamentales, el apoyo y la obtención de preferencias pue-

104 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

den ayudar a que se abran mercados para las nuevas tecnologías y que se cree laconciencia pública sobre los beneficios que esto traerá para la economía y parael medio ambiente. Pudiera ser necesario el apoyo gubernamental directo parademostrar las ventajas de algunas nuevas tecnologías energéticas. Sin embargo,con el propósito de avanzar más allá de los proyectos demostrativos, es necesa-rio que se establezca el comercio, distribución y las redes de servicio para los nue-vos productos energéticos. La reestructuración de la industria energética es unaestrategia para introducir la competencia y descentralización en el mercadoenergético. Con regulaciones y políticas adecuadas que apoyen las inversiones yla competencia los gobiernos pueden promover la eficiencia económica y la di-versificación en el sector energético y a la vez estimular el desarrollo sostenibleasí como enfrentar las necesidades de los grupos en desventaja. Las reformas co-merciales pueden ir acompañadas de medidas que hagan que se cumplan los re-querimientos para el funcionamiento adecuado, desde el punto de vista am-biental, los equipos energéticos, los comercios con certificados verdes o las car-petas de negocios con estándares renovables que determinen que un por cien-to específico de energía sea producido utilizando fuentes renovables, y los reque-rimientos de que las redes energéticas estén abiertas para que se alimenten deproductores independientes de energía.

Una opción para promover la eficiencia energética es a través de la creaciónde compañías de servicios energéticos. Estas compañías introducen medidas deeficiencia diseñadas para reducir el uso de la energía en edificios comerciales yresidenciales, y cobran a partir de los ahorros que son capaces de lograr. Losusuarios continúan pagando las mismas facturas regulares y la compañía de ser -vicio energético financia su operación al ser capaz de producir el ahorro energé-tico. Luego que la compañía de servicio energético ha terminado su trabajo, losusuarios disfrutarán de facturas más bajas y el edificio producirá menos emisio-nes.

Son de gran importancia los mecanismos de financiación apropiados para losproductores y consumidores de energía alternativa. En las áreas rurales, el finan-ciamiento por micro-créditos para los sistemas de energía renovables puede ayu-dar a proveer el acceso a los servicios energéticos de usuarios que no los utilizanen la actualidad y que no pueden enfrentar los elevados costos iniciales de capi-tal, pero que sí pueden pagar las facturas mensuales similares a una cuenta regu-lar de utilidades. En algunos casos, los hogares pobres están pagando altos cos-tos por cantidades pequeñas de servicios energéticos ineficientes que se basan enel uso de keroseno, velas, leña o generadores con diesel. Aunque ellos pudieranno afrontar el pago de los paneles solares o de generadores eólicos, probable-mente muchos sí pudieran pagarlos en el tiempo si dispusieran de facilidades decrédito. Al facilitar la organización de bolsas de inversiones, diseñadas para rea-lizar pequeños préstamos para proyectos de electrificación a pequeña escala, losgobiernos pudieran contribuir a la diseminación de las tecnologías energéticasde baja emisión y promover también el empleo, la educación y la salud pública.

¿Qué estructura ofrece el Protocolo de Kyoto para lograr el acuerdointernacional sobre la reducción de la amenaza sobre el cambio climático?El protocolo de Kyoto estableció planes para que los países industrializados re-dujeran las emisiones de gases de efecto de invernadero al acordar la adopciónde compromisos de emisión legalmente adoptados, que deben cumplirse en elperíodo comprendido desde el año 2008 al 2010. En total, los países industriali-zados se comprometieron a realizar una reducción de aproximadamente un 5%de sus emisiones combinadas tomando como base los niveles de 1990. No obs-tante, los objetivos específicos varían de país en país. El compromiso de reduc-ción para Estados Unidos es de 7% por debajo de los niveles de 1990, y el de Ja-pón del 6%. La Unión Europea tiene un compromiso general de 8% por debajo

JOHANSSON Y KA R L S S O N 105

de los niveles de 1990, pero éste es un promedio entre los miembros del grupode modo que algunos de los miembros más pobres en realidad se les permitiráincrementar sus emisiones en tanto otros requerirán hacer reducciones sustan-cialmente mayores. El compromiso de Rusia es la estabilización de las emisionesal nivel de 1990. El Protocolo entrará en vigor cuando sea ratificado por 55 paí-ses, incluidos los países responsables de al menos el 55% de las emisiones globa-les de dióxido de carbono en 1990 que forman parte del grupo de países indus-trializados.

El Protocolo contiene compromisos legales sólo para los países industrializa-dos. Bajo la Convención sobre el Cambio Climático de 1992, los países en desa-rrollo acordaron facilitar la reducción de emisiones. Muchos ya están promo-viendo activamente la eficiencia energética y las tecnologías de energía renova-ble, pero no se comprometieron a cumplir objetivos específicos de reducción.

El Protocolo de Kyoto contiene disposiciones para lograr un “Mecanismo pa-ra un Desarrollo Limpio”, el cual está dirigido a ayudar a los países no industria-lizados a alcanzar el desarrollo sostenible y a contribuir al objetivo final de laConvención sobre el Cambio Climático, mientras que ayuda a los países indus-trializados a alcanzar sus compromisos cuantificados de limitación de las emisio-nes y la reducción de las obligaciones bajo la Convención. El mecanismo le per-mitirá a los países industrializados financiar los proyectos de reducción de emi-siones en los países en desarrollo como medio de cumplir sus obligaciones conel Protocolo. Los países en desarrollo pudieran beneficiarse al recibir los fondospara la adopción de tecnologías energéticas de baja emisión, mientras que lospaíses desarrollados cumplirían sus obligaciones de reducción de emisiones a uncosto más bajo.

A menudo resulta menos costoso lograr la reducción de emisiones en áreasdonde se construyen nuevos sistemas de suministro de energía antes de que seestablezcan las infraestructuras que utilizan energía, en lugar de tratar de limitarlas emisiones en facilidades ya existentes. Así, los países en desarrollo pudieran,potencialmente, obtener inversiones sustanciales en tecnologías energéticas quepromoverían sus propios programas nacionales de desarrollo y, al mismo tiem-po, ayudarían a los países industrializados a cumplir, con un menor costo, lasmedidas de mitigación del cambio climático. Aunque los detalles del Mecanis-mo para un Desarrollo Limpio están por desarrollarse aún, persiste la promesade la cooperación internacional de apoyo mutuo para enfrentar tanto el desarro-llo sostenible como los retos del cambio climático.

ConclusiónLa energía es un elemento fundamental para el crecimiento económico, pero lospatrones actuales de producción, distribución y uso de la energía no ayudan aalcanzar los objetivos del desarrollo sostenible, de la protección del medio am-biente y de la equidad social. Lograr la transición de los nuevos modelos para elcomercio de la energía en todo el mundo es una enorme tarea que requiere es-trategias complejas y a largo plazo y en la que deben intervenir los consumido-res y productores así como los gobiernos. No obstante, es un objetivo alcanzablesi se reconcilia el crecimiento económico con el acceso más amplio a fuentes deenergía confiables y que puedan ser costeables pero que, además, sean menos da-ñinas al medio ambiente.

Utilizando la cooperación internacional y mediante la adopción de estructu-ras políticas y económicas apropiadas, los gobiernos pueden promover la efi-ciencia energética, el uso de fuentes renovables y de tecnologías de uso más lim-pio del combustible convencional. Quizás el impacto más importante de estasmedidas sea el permitir que países que aún no son industrializados transiten porvías más limpias hacia el desarrollo -vías que aporten los servicios energéticosnecesarios para elevar la atención de la salud, la educación, los medios de vida,

106 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

el agua potable, el transporte, y las comunicaciones en tanto limitan las emisio-nes de gases de efecto de invernadero.

Materiales de referencia

UNDP. Energy After Rio: Prospects and Challenges. New York: United NationsPublications, 1997.

UNDP. Issues and Options: The Clean Development Mechanism. New York:United Nations Publications, 1998.

UNDP and The World Resources Institute. Trends and Baselines: PromotingDevelopment While Limiting Greenhouse Gas Emissions. New York: UnitedNations Publications, 1998.

UN Department of Social and Economic Affairs, UNDP, and the World EnergyCouncil. World Energy Assessment, available atwww.undp.org/seed/eap/activities.

JOHANSSON Y KA R L S S O N 107

Thomas B. Johansson es el Director del Programa de Energía y Atmósfera de laDivisión de Energía Sostenible y del Medio Ambiente en el Buró para el Progra-ma y los Servicios de Políticas del Programa de las Naciones Unidas para el De-sarrollo (PNUD). Al abandonar la Universidad de Lund, en Suecia, en la prima-vera del 2001, el Profesor Johansson enseñará política energética en la Escuelade Estudios Forestales y del Medio Ambiente de Yale. Es el Autor Principal de lasOpciones para Mitigar el Suministro de Energía del IPCC (Grupo de Trabajo IIA);Vicepresidente del Comité de las Naciones Unidas para el Desarrollo de FuentesNuevas y Renovables de Energía y del Desarrollo energético (UNSEGED, por sussiglas en inglés); Director del Vatenfall que es la Junta Sueca Estatal de Energía;y Copresidente Internacional del Grupo de Trabajo sobre las Estrategias y Tec-nologías energéticas del Consejo Chino para la Cooperación Internacional sobreel Medio Ambiente y el Desarrollo. Sus publicaciones incluyen La Energía des-pués de Río: Perspectivas y Retos, Energía Renovable: Fuentes de Combustiblesy Electricidad, y Energía para un Mundo Sostenible.

Profesor Thomas B. JohanssonDirector, Programa de Energía &AtmósferaPrograma de las Naciones Unidas para el Desarrollo304 East 45th Street, Room 9100New York, NY 10017Teléfono: 212.906.5030Fax: 212.906.5148E-mail: [email protected]

Gail V. Karlsson es abogada del medio ambiente radicada en la Ciudad de Nue-va York. Es asesora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo enel Programa de Energía y Atmósfera. Ms. Karlsson ha sido abogada de la Agen-cia para la Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos y ha participadoen todas las sesiones de la Comisión de las Naciones Unidas para el DesarrolloSostenible (CSD, por sus siglas en inglés) en calidad de representante de la Aso-ciación de las Naciones Unidas-USA y, durante los últimos años, como conseje-ra no gubernamental de la delegación de Estados Unidos al CSD. También haescrito innumerables trabajos sobre la protección del medio ambiente y el desa-rrollo sostenible.

Gail V. Karlsson258 Broadway 5ANew York, NY 10007Teléfono: 212.267.4239Fax: 212.587.1148E-mail: [email protected]

108 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

II Cambio climático y sus vínculos

El Cambio Climático y la seguridad alimentaria

M.S. SwaminathanFundación para la Investigación M.S. Swaminathan, Madras, India.

ResumenLa seguridad alimentaria para el siglo veintiuno tiene tres componentesfundamentales: la disponibilidad de alimentos en el mercado; el adecuadopoder adquisitivo para obtener los alimentos; y la capacidad humana paradigerir y absorber los nutrientes. A medida que nos adentramos en el nue -vo milenio, la población global continúa creciendo y surgen temores acer -ca del desbalance potencial entre el número de seres humanos y las nece -sidades alimentarias -especialmente en países con gran población como laIndia y China.

Además de la preocupación sobre la tendencia del crecimiento poblacio -nal enfrentamos el posible impacto del cambio climático sobre la agricultu -ra. Los modelos globales predicen que el impacto global en este sector par -ticular debe ser mínimo. Sin embargo, regionalmente, las repercusionesson potencialmente devastadoras. El Sur y el Sudeste de Asia son particu -larmente vulnerables a las condiciones que inducen al cambio climático. Elcambio climático tendrá un impacto directo sobre la productividad de lascosechas y sobre la fertilidad del suelo. Asimismo muy probablemente for -zará también la migración agrícola en muchas áreas.

Mientras que los países industrializados son en gran medida responsa -bles de los daños atmosféricos inducidos por los humanos, las naciones po -bres y los pobres de todas las naciones son los que sufrirán las peores con -secuencias. La comunidad global - juntos los países industrializados y en de -sar rollo - debiera trabajar de conjunto para enfrentarse a los aspectos delcambio climático y a su mitigación, y asegurar que todos los miembros dela familia humana tengan la oportunidad de disfrutar vidas productivas.

IntroducciónEl concepto de seguridad alimentaria ha evolucionado en las últimos 50 años.Inmediatamente después de la II Guerra Mundial, la principal preocupación encuanto a la seguridad alimentaria era el incremento de la producción de alimen-tos para cubrir las necesidades de una población en expansión. Posteriormente,el acceso económico a los alimentos se convirtió en materia de preocupación, yaque en el mundo millones de personas se acostaban con hambre no necesaria-mente porque no hubiera alimentos, sino porque ellas no tenían suficiente po-der adquisitivo para lograr dietas balanceadas. En años recientes, otro elementoimportante lo constituye la capacidad humana de absorber y digerir los alimen-tos debido a la pobre higiene ambiental y porque el agua de beber no es potable.Así, la seguridad alimentaria tiene hoy tres componentes esenciales:• la disponibilidad en el mercado;

S WA M I NAT H A N 111

112 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

• el adecuado poder adquisitivo;• la absorción facilitada por el agua de beber limpia y la higiene ambiental.

Basada en estas condiciones, la Cumbre de las Academias de Ciencia realiza-da en la Fundación para la Investigación M.S. Swaminathan (MSSRF, por sus si-glas en inglés) en Madras, India, en 1996, recomendó la siguiente definición deseguridad alimentaria:

• que cada persona tenga acceso físico, económico, social y medioambiental auna dieta balanceada que incluya los micro- y macro constituyentes necesa-rios, agua de beber segura, medidas sanitarias, higiene ambiental, atenciónprimaria de salud y educación para llevar una vida sana y productiva.

• que los alimentos se originen a partir de tecnologías de producción eficientesy benignas para el medio ambiente, que conserven y mejoren las fuentes na-turales básicas de las cosechas, la crianza de animales, la silvicultura y la pes-ca marina y en aguas interiores.

Existen evidencias de que los niños con bajo peso al nacer están en des-ventaja en relación con el desarrollo cerebral. Como el nuevo milenio seráel “milenio del conocimiento ésta puede ser la forma más cruel de inequi-dad -pues la información, el conocimiento y la propiedad intelectual de-terminarán el ritmo y la dirección del crecimiento y del bienestar huma-no.

‘Alrededor del 50% de las muertes de niños pequeños están asociadas con ladesnutrición’ (WHO 1998). La Cumbre de 1996 de la Organización de las Nacio-nes Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés)estableció como objetivo reducir a la mitad para el año 2015 el número de per-sonas que se acostaban con hambre. Varios expertos han expresado sus dudas so-bre si este modesto objetivo puede ser alcanzado. Además de la desnutrición pro-

teico-calórica, la FAO estima que cerca de dos mil mi-llones de personas sufren deficiencia de hierro. Tam-bién se ha determinado que son muy frecuentes lasdeficiencias de yodo, vitamina A y otros micronu-trientes. Esa “hambre escondida” afecta la salud y laproductividad. Además, debido a la existencia deanemia nutricional en las mujeres embarazadas untercio de los niños del Sur de Asia y de la región delÁfrica Subsahariana nacen con bajo peso. Existenevidencias de que los niños con bajo peso al nacer es-tán en desventaja en cuanto al desarrollo cerebral.Como el nuevo milenio será el “milenio del conoci-miento”, ésta pudiera ser la forma más cruel de ine-quidad, ya que la información, el conocimiento y lapropiedad intelectual determinarán el ritmo y la di-rección del crecimiento económico y del bienestarhumano.

¿Cuál ha sido la experiencia de la India en la luchacontra el hambre y cómo impacta su futuro manejo?En 1798 Thomas Malthus publicó su Essay on the Principle of Population, en elcual concluyó que la pobreza y la hambruna eran resultados naturales del creci-miento poblacional pues la población humana crecía más rápidamente que lo

Fuente: Brown, State of the World 1999 tomado de la Base de Datos Glo-bal de la OMS sobre Crecimiento infantil, Ginebra, 1997, basado en en-cuestas nacionales tomadas entre 1987 y 1995.

CUADRO 1 Cantidad de niños menores de 5 años deedad que padecen de bajo peso en algunospaíses seleccionados

PA Í S %B A J O P E S O PA Í S % B A J O P E SO

Bangladesh 66India 64Vietnam 56Etiopía 48Indonesia 40Paquistán 40Nigeria 36

Filipinas 33Tanzania 29Tailandia 26China 21Zimbabwe 11Egipto 10Brasil 7

que las fuentes utilizadas para la subsistencia podían tolerar. Alrededor de cien-to cincuenta años después, en los veinte años posteriores a la II Guerra Mundial,en la India se comenzaron a cumplir las predicciones de Malthus. El país habíasufrido trágicas pérdidas en 1943 cuando murieron de hambre un estimado decuatro millones de personas en la hambruna de Bengala, que es el peor desastrealimentario que registra la historia. A partir de 1947 el nuevo gobierno indepen-diente de la India realizó ingentes esfuerzos, pero mayormente infructuosos, pa-ra mitigar el hambre a través de la expansión de lasáreas de cultivo. No fue hasta 1968, con el adveni-miento de la Revolución Verde -que incluyó la con-tinuación de los esfuerzos para la expansión deáreas agrícolas, cosechas dobles en áreas agrícolasexistentes y el uso de semillas genéticamente mo-dificadas- que la situación mejoró. (Los preceptosde la Revolución Verde se aplicaron en ese momen-to en todos los países en desarrollo del mundo, pe-ro en la India su implementación fue particular-mente exitosa). Sin embargo, en la medida que nosadentramos en el nuevo milenio, continúa crecien-do la población mundial y de nuevo están surgien-do preocupaciones pues pudiera haber un desequi-librio entre el número de personas y las necesida-des alimentarias. El ritmo de crecimiento poblacional en Asia desde 1995 al 2000promedió 1.4% por año (Red de Información Poblacional de las Naciones Uni-das). Hay preocupación de que las grandes hambrunas de países en desarrollopuedan requerir que países muy populosos como China y la India recurran a im-portaciones elevadas de alimentos (Brown 1995). Algunos de los principales fac-tores en los que se basan estas preocupaciones incluyen:• disminución estable de la disponibilidad per cápita de la irrigación de agua y

de tierra arable como resultado del continuo crecimiento poblacional, así co-mo del desvío de tierras previamente agrícolas a otros usos;

• incremento en la demanda de alimentos para cubrir las necesidades del cre-cimiento poblacional, que incluye cerca de 800 millones de niños desnutri-dos, mujeres y hombres;

• incremento en la demanda proporcional de alimentos y mayor demanda deproductos de origen animal debido al mayor poder adquisitivo y al incremen-to de la urbanización;

• estancamiento o disminución de la producción de pescados de mar,• retraso del cambio tecnológico;• agotamiento de la Revolución Verde debido a factores ambientales, económi-

cos y sociales;• cambio climático que produce alteraciones potenciales de las precipitaciones,

temperaturas y del nivel del mar, y posiblemente, del incremento de las ra-diaciones ultravioletasß.

No hay espacio para la complacencia pues estos factores representan retosreales tanto para científicos como para los decisores de políticas. La RevoluciónVerde, que ha salvado millones de vidas, fue posible por la colaboración de cien-tíficos agrícolas de todo el mundo que legítimamente pueden por haber conver-tido una atmósfera de desesperanza en otra de esperanza al transformar en pro-ducción el desaprovechado potencial agrícola de los países en desarrollo. Al ob-servar los últimos 30 años, se ve claramente que a pesar de que exista un rápidocrecimiento poblacional la organización nacional e internacional de la investi-gación agrícola, consagrada al bienestar público y apoyada fundamentalmentepor el financiamiento público y por contribuyentes multilaterales y bilaterales,puede contribuir de manera significativa a alcanzar el equilibrio entre la deman-

S WA M I NAT H A N 113

da y el suministro de alimentos.

Aprendiendo de las prácticas de los países industrializadosGeneralmente se asume que los principales impactos potenciales del cambio cli-mático incluyen la elevación de la temperatura, el incremento y la disminuciónde las precipitaciones, la elevación del nivel del mar, la intensificación de la ra-diación de luz ultravioletaß y el incremento de la frecuencia y fuerza de los even-tos extremos del tiempo. Es innegable que los países industrializados son respon-sables de la inmensa mayoría de las emisiones de gases de efecto de invernade-ro y que los países en desarrollo se encuentran entre los más vulnerables a estosefectos. Específicamente, e independientemente de su culpabilidad proporcionalen las emisiones, las pequeñas naciones isleñas y las regiones semiáridas carga-rán con la mayor parte de los impactos que se han pronosticado.

A medida que las economías en desarrollo continúan creciendo, las de-mandas asociadas al incremento del acceso a la electricidad y el transpor-te que acompaña a la expansión de la infraestructura producirán grandesincrementos de las emisiones de CO2.

A medida que las economías en desarrollo continúan creciendo, las deman-das que se asocian al incremento del acceso a la electricidad y el transporte queacompaña a la expansión de la infraestructura producirán grandes incrementosen las emisiones de CO2.

En 1992, el Instituto del Cambio Climático encabezó un estudio realizado enocho países en desarrollo que, juntos, constituyen alrededor del 25% de la po-blación global -India, Sri Lanka, Bangladesh, Paquistán, Indonesia, Vietnam,Malasia y Filipinas. Se obtuvo el financiamiento del Banco de Desarrollo Asiáti-co y de los gobiernos de Australia, Japón y Noruega. Un componente obligadodel estudio de estos países fue el desarrollo de los perfiles de emisiones.

114 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

Fuente: Informe del Estudio en los Países, citado por Topping, 1997 (Preparado por Gibbs). El estudio de Mala-sia sólo analizó el uso de combustibles fósiles.

CUADRO 2 RESUMEN DEL INVENTARIO DE EMISIONES

P A I S E M I S I O N E SA C T U A L E SG g- equiv alent e-C O2

E M I S I O N E SPER CÁPI TAt o n / p e r -s o n a / a ñ o

C O M E N TA R I O S

Bangladesh 51,389-88,048 0.46-0.78

India 809,432 0.93

Indonesia 708,682 3.7Malasia 121,367 7.1Paquistán 114,557-128,637 0.95-1.1

Filipinas 75,196-88,638 1.3-1.5

Sri Lanka 17,677 1.0

Viet Nam 84,938-112,438 1.3-1.7

Total 1,941,823-2,033,504 1.1-1.2

La agricultura constituye alrededor del 76% de las emi-siones.La quema de combustibles fósiles constituye alrededordel 79% de las emisiones.El uso de la tierra constituye el 72% de las emisiones.Emisiones sólo por la quema de combustibles fósiles.La quema de combustibles fósiles constituye alrededordel 55% de las emisiones.La quema de combustibles fósiles constituye alrededordel 45% de las emisiones.La agricultura constituye alrededor del 38% de las emi-siones.La agricultura constituye alrededor del 44% de las emi-siones.Quema de combustibles fósiles constituye alrededordel 52% de las emisiones

En tanto más de la mitad de los gases de efecto de invernadero emitidos porlos ocho países participantes pueden atribuirse a los combustibles fósiles, la agri-cultura resultó ser la principal fuente para Bangladesh, Sri Lanka y Viet Nam yel cambio en el uso de la tierra fue el más problemático en Indonesia (Topping1997).

¿Cuál es la importancia del cambio climático para la seguridad alimentaria?Como detallado, en 1997, por Qureshi y Richards en su contribución a la publi-cación del MSSRF (por sus siglas en inglés), Impact of Climate Change on Foodand Livelihood Security: An Agenda for Acting, las principales consecuencias po-tenciales del cambio climático para la agricultura se encuentran en tres catego-rías: efectos directos sobre la productividad de las cosechas, efectos sobre la fer-tilidad de los suelos y efectos a larga escala sobre las zonas agrícolas.

Efectos directos sobre la productividad de las cosechas• incremento de la fertilización de los suelos por la elevación de los niveles de

CO2;• variación en la temperatura y en la disponibilidad de agua al niveles lejanos

de los óptimos para el cultivo de algunas cosechas;• pérdida de cosechas debido a la fuerza, frecuencia y duración elevada de

eventos extremos del tiempo, como sequías y monzones;• incremento en la amenaza de plagas ya que los inviernos más cálidos y el in-

cremento de la humedad les proporcionan mejores condiciones reproducti-vas

Efectos sobre la fertilidad de los suelos

En tanto los niveles elevados de CO2 pueden, en cierto grado, mejorar la fertili-dad del suelo, factores como las temperaturas elevadas probablemente excedanlas ventajas potenciales de este efecto al alterar dramáticamente los ciclos hidro-lógicos y los tiempos extremos. Además, la elevación del nivel del mar planteala amenaza de la salinización de los suelos y posiblemente produzca erosión delas tierra cultivables.

Efectos a larga escala sobre las zonas agrícolas

A medida que la temperatura se eleva y que las zonas costeras se inundan, la agri-cultura será desplazada hacia los polos y hacia el interior de La Tierra. No se hadeterminado de forma concluyente si el cambio climático disminuirá en reali-dad la cantidad de la tierra cultivable ya que los cambios en la temperatura y enlos patrones hidrológicos pudieran elevar la productividad potencial de algunasáreas. Sin embargo, la migración agrícola pudiera representar una competenciapor las tierras que en la actualidad se utilizan para la cría de ganado y que pro-bablemente tendrán un efecto perjudicial sobre el hábitat natural. Además, talescambios traerán como consecuencia tremendos cataclismos sociales y culturales.

Debido a las circunstancias, también es importante promover anticipada-mente la investigación de tecnologías y políticas públicas para países endesarrollo que puedan ayudar a mitigar las consecuencias adversas de lassequías e inundaciones y al propio tiempo aprovechar al máximo los be-neficios favorables de las temperaturas y las precipitaciones.

El Sur y el Sudeste de Asia son particularmente vulnerables a los impactos delcambio climático sobre la agricultura. Específicamente, sentirán las consecuen-

S WA M I NAT H A N 115

Fuente: Quereshi y Hobbie,1994b (citado como Qureshi yRichards 1997)

CUADRO 3 Agriculturacomo porciento delPIB enPaíses selec-cionados

P A Í S % D E L P I B

Bangladesh 38India 33Viet Nam 42

cias aquellos países donde la agricultura es responsable de una importante pro-porción de su Producto Interno Bruto (PIB).

En la mayoría de los países en desarrollo, la contribución de la agricultura alPIB está descendiendo, pero no existe una caída proporcional en el papel de laagricultura como fuente de oportunidades laborales y de subsistencia. Como tal,gran parte de la responsabilidad del suministro de alimentos, trabajo e ingresosrecae en el sector agrícola.

El crecimiento económico regido por el trabajo es la necesidad de este tiem-po. En tanto los retos son grandes, el progreso en la ciencia y la tecnología haabierto oportunidades nuevas para un mundo seguro desde el punto de vista ali-mentario. Los avances en los campos de la biotecnología y la información, el es-pacio, la energía renovable y el manejo de tecnologías han sido espectacularesen años recientes. Al propio tiempo, existe creciente comprensión de que el es-fuerzo para el desarrollo sostenible debe dirigirse bajo los principios ecológicos,económicos, de equidad de género y éticos. Esto conlleva a que se combinen lastecnologías tradicionales y la prudencia ecológica con lo más adelantado de laciencia, lo que conducirá al desarrollo de la eco-tecnología. Dadas las circunstan-cias, también resulta importante promover de forma anticipada la investigaciónde tecnologías y políticas públicas para que los países en desarrollo puedan ayu-dar a mitigar las consecuencias adversas de las sequías e inundaciones y al pro-pio tiempo aprovechar al máximo los beneficios favorables de las temperaturasy las precipitaciones.

¿Cuál es el papel de los modelos computacionales?Los modelos de simulación en computadoras pueden aportar directrices antici-padas para dichas investigaciones. Los Modelos Generales de Circulación(GCMS, por sus siglas en inglés) se han desarrollado para demostrar el sistemaactual global del tiempo y para simular las consecuencias de las alteraciones at-mosféricas -cuyos resultados pueden compararse con los eventos observados ylas tendencias históricas. En general, los GCMS no tienen un alto nivel de exac-titud en la predicción de los cambios de las precipitaciones y son limitados paraanomalías extremas del tiempo. Sin embargo, hay un consenso general entre losGMCS de que las precipitaciones se incrementarán en el Sur de Asia en los pró-ximos años. De hecho, hay concordancia en que la duplicación de los niveles at-mosféricos de CO2 producirá mayores temperaturas, lo que originará mayor hu-medad y por consiguiente un incremento de las precipitaciones [(Parry 1990),como se cita en Qureshi y Richards, 1997].

En la década de los 80, las tormentas de El Niño causaron daños que pro-dujeron pérdidas de alrededor de $8 mil millones de dólares US. Posterior-mente, se han invertido al menos $800 millones de dólares US globalmen-te en predecir la aparición de El Niño, alrededor de la mitad de este dine-ro se le atribuye a Estados Unidos (CNN 1997).

En 1998, precipitaciones extremas e inundaciones ocurridas en la Florida yCalifornia produjeron cuantiosas pérdidas de cosechas así como la atención glo-bal de los medios masivos de comunicación en Estados Unidos, debido a losefectos del fenómeno de la Oscilación del Sur El Niño (ENSO, por sus siglas eninglés). Al propio tiempo, áreas como Indonesia, Australia, América Central y delSur, y el sudeste de África experimentaron un tiempo caliente y seco muy pococomún en dichas zonas. La ENSO es una perturbación del sistema océano-atmós-fera del Océano Pacífico tropical que se desata por un calentamiento periódicodel océano. Las consecuencias de El Niño incluyen sequías, inundaciones y fluc-

116 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

tuaciones de temperatura que pueden sentirse alrededor de todo el mundo. Seespera que con el deterioro atmosférico, la ENSO ocurrirá con mayor frecuenciay fuerza.

El Niño de 1998 fue, probablemente, el peor del siglo veinte. Sin embargo, nofue completamente inesperado. Se utilizaron modelos y satélites para pronosti-car los probables fenómenos extremos del tiempo. En ese momento, se demos-tró que era difícil trasladar las predicciones y convertirlas en acciones preventi-vas. Sin embargo, en la actualidad se realizan discusiones para utilizar el análisisprevio de los ENSOS junto con los modelos de computadoras para determinarcon antelación las mejores medidas para la prevención de daños. Estas medidasincluyen el refuerzo de represas y diques en áreas de posibles inundaciones, ase-gurar que los equipos para la prevención de incendios estén al alcance en áreasdonde probablemente se producirán sequías, y la plantación de más árboles ode cosechas menos susceptibles a las condiciones extremas.

En 1991 Bangladesh fue azotada por una tormenta que mató unas 138,000personas. Tres años después, una tormenta comparable azotó la misma zona ysólo se perdieron unos pocos cientos de vidas debido al sistema de alerta que sehabía establecido con la ayuda de la Organización Meteorológica Mundial (Qu-reshi y Richards, 1997).

En la actualidad muchos países industrializados disponen de modelos de si-mulación por computadoras del impacto potencial de los cambios de tempera-tura, precipitación y nivel del mar. También están disponibles los datos sobreel crecimiento de la incidencia de la radiación ultravioleta-( sobre las cosechas ytambién de la productividad de los animales de cría. El mandato de los centrosde investigación agrícolas nacionales e internacionales incluye la atención a laestabilidad de las cosechas y de la producción animal. Muchos de dichos centrosmantienen también muchas colecciones ex situ de germen plasma, lo que signi-fica que comparativamente están en posición ventajosa para ayudar a iniciar in-vestigaciones anticipadas con el fin de evitar y mitigar los cambios potencial-mente adversos en el tiempo y en el nivel del mar. Varios Centros Internaciona-les de Investigación Agrícola (IARCS, por sus siglas en inglés) como es el Institu-to Internacional de Investigaciones del Arroz (IRRI, por sus siglas en inglés) tie-nen también una gran experiencia en el estudio de la relación entre el clima y laproductividad de las cosechas.

El manejo del clima y la seguridad alimentaria sostenible:¿Cómo podemos construir la experiencia de la India?En 1979, en la India hubo una sequía intensa. La reacción del gobierno fue de-sarrollar una estrategia detallada para el manejo de los monzones. Los tres prin-cipales componentes de esta estrategia fueron:

Primero; el gobierno estableció, en cada distrito, un Grupo de Observaciónde Cosecha/Tiempo integrado por meteorólogos, científicos agrícolas, represen-tantes de organizaciones de agricultores y de mujeres, funcionarios del gobierno,representantes de instituciones financieras y miembros de los medios masivos decomunicación. Las tareas a enfrentar por cada grupo incluían el monitoreo deldesarrollo y progresión de los monzones, los planes de contingencia y las estra-tegias alternativas de cosechas apropiadas para las diferentes probabilidades deltiempo, construcción de reservas de semillas de diversas cosechas e intensifica-ción de los esfuerzos en áreas de recolección de agua y de poca irrigación. El ob-jetivo era lograr el máximo de los efectos beneficiosos de un buen monzón so-bre la productividad agrícola y a su vez llevar al mínimo los efectos adversos delas precipitaciones excesivas mediante la conservación y el uso eficiente delagua, buenas prácticas para salvar la vida de las cosechas y el uso de planes decontingencia de las tierras.

Segundo, en cada distrito se identificaron las áreas más favorables (MFAs; por

S WA M I NAT H A N 117

sus siglas en inglés), con la idea de intensificar la producción agrícola a través depolíticas e inversiones públicas apropiadas, utilizando particularmente poca irri-gación y el manejo del agua. Las MFAs eran aquellas áreas con alta capacidad delsuelo para retener la humedad y en las que existían o podían crearse facilidadesde irrigación. Se diseñaron programas de producción compensatoria para equili-brar, en la medida que fuera posible, las pérdidas de cosechas en las áreas afec-tadas por sequías o inundaciones.

Tercero, se desarrollaron estrategias para introducir medidas efectivas de ayu-da y rehabilitación en las áreas más seriamente afectadas (MSA, por sus siglas eninglés) tanto por sequías como por inundaciones. En las áreas crónicamente pro-pensas a sequías, tales medidas incluyeron también la asignación de áreas a lacomunidad dirigidas a concentrar y salvar la vida de los animales de cría e iden-tificar los mantos freáticos subterráneos que podían ser conservados como “san-tuarios de agua” para ser utilizados para el suministro de agua potable sólo cuan-do fuera absolutamente esencial.

En 1991 Bangladesh fue azotada por una tormenta que mató alrededorde 138,000 personas. Tres años más tarde, una tormenta comparable azo-tó la misma área y sólo se perdieron unos pocos cientos de vidas debido alsistema de alerta que había sido establecido con el apoyo de la Organiza-ción Meteorológica Mundial (Qureshi y Richards 1997).

Las tres estrategias mencionadas previamente han ayudado a reducir al míni-mo tanto el sufrimiento humano como las pérdidas de cosechas cuando el com-portamiento de los monzones ha sido anormal y se han producido sequías oinundaciones. En 1979 se introdujo también el Esquema Rural de Almacena-miento, diseñado para promover la descentralización del almacenamiento de losproductos cosechados con el fin de prevenir la “angustia de ventas” por los agri-cultores cuando las cosecha es buena y el pánico de los consumidores cuandoson elevadas las pérdidas de la cosecha. Esta estrategia es especialmente impor-tante, en la actualidad, de manera global, pues el hambre es el resultado del ina-decuado poder adquisitivo y no de la escasez de alimentos.

¿Qué es y qué debiera hacerse para predecir el impactodel cambio climático sobre la seguridad alimentaria?Aún cuando las precipitaciones, a escala nacional, a menudo pueden ser norma-les, es evidente la necesidad de comprender y manejar a pequeña escala la tem-peratura y la precipitación ya que la producción total de granos alimenticios pu-diera decaer debido a las variaciones climáticas locales. Este manejo promueveel uso de técnicas agrícolas precisas lo que conlleva a una agronomía específicabasada en las plantas en lugar de usar metodologías basadas en las áreas. La agro-nomía a escala de plantas es el conocimiento e información intensivos y brindaoportunidades para hacer que la agricultura sea intelectualmente estimulanteademás de ser económicamente recompensante. Estos métodos serán muy útilespara enfrentar los retos que surgen por el cambio climático ya que están diseña-dos para anticiparse y ajustarse a cambios locales del ambiente a medida en quevayan ocurriendo y no requieren que la actividad se origine al nivel nacional.

Gracias al rápido progreso en el mapeo del genoma y de la reproducción mo-lecular podemos en la actualidad diseñar cosechas apropiadas para diferentescondiciones de crecimiento. La Fundación para la Investigación M.S. Swaminat-han ha establecido un Centro de Recursos Genéticos para la Adaptación a la Ele-vación del Nivel del Mar en un bosque de mangles cercano a Chidambaram enTamil Nadu, India. El centro está dirigido a crear un conjunto de genes con el

118 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

fin de reproducir variedades de cosechas que toleren el agua de mar. Este desa-rrollo del diseño de cosechas debiera recibir alta prioridad para enfrentar los re-tos del cambio climático. Las investigaciones genéticas son muy prometedorastanto para la productividad agrícola como para el mejoramiento nutricional. Porejemplo:• En Estados Unidos se han logrado éxitos en ensayos de campos de algodón

transgénico -alterado para transportar la bacteria Bascillus thuringiensis (Bt),el cual es letal para ciertas plagas de insectos. Este método de control de pla-gas es relativamente exitoso y no tiene los efectos colaterales perjudiciales delos aerosoles de insecticidas.

• En concordancia con el IRRI, un tercio de la población global depende delarroz para cubrir más de la mitad de su dieta feculenta básica. Algo que debeconsiderarse seriamente es el hecho de que el proceso de trillado de la mayorparte del arroz que se consume elimina con la cáscara los beta-carotenos, queson precursores de la vitamina A. En Enero del 2000, un grupo de científicoseuropeos anunció que habían comenzado a enfrentar este problema utilizan-do un arroz modificado genéticamente que tiene el beta-caroteno en su en-dosperma.

• El Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y el Trigo (CIMMMYT),que es un proyecto del Grupo Consultivo de Investigación Agrícola Interna-cional (CGIAR, por sus siglas en inglés), ha estado realizando también inves-tigaciones regionales alrededor del mundo en un esfuerzo por desarrollar se-millas de trigo y maíz que sean más resistentes a los elementos; enfermeda-des y fluctuaciones extremas del tiempo, como por ejemplo sequías prolon-gadas.

Es probable que las cosechas modificadas genéticamente crezcan, en las pró-ximas décadas, tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados. Portanto, sería útil organizar una red internacional para fomentar la investigaciónanticipada para abortar el impacto potencial del cambio climático sobre la se-guridad alimentaria. Esta red sería serviciada por una unidad coordinadora, laque aconsejaría acerca de las prioridades para las pruebas de germen plasmáticopara la tolerancia a los cambios climáticos. Entonces pueden identificarse los ge-notipos que deben usarse en cepas en reproducción para la tolerancia al calor, lasalinidad costera, las inundaciones, etc.

El CGIAR ya ha establecido una entidad facilitadora para los Centros Interna-cionales de Investigación Agrícola (IARCS, por sus siglas en inglés), Sistemas Na-cionales de Investigación Agrícola (NARSS, por sus siglas en inglés), llamada Gru-po de Entrenamiento IARC/NARSS (INTG, por sus siglas en inglés). Este grupoexiste desde 1991 (se conoció previamente como Grupo de Entrenamiento In-ter-Centros), con el propósito de fortalecer la investigación agrícola y el entrena-miento a investigadores. Utilizando el INTG como fundación, pudo establecer-se, dentro del sistema del CGIAR, una red internacional, compuesta por IARCS,NARSS e institutos de investigación avanzada, que se serviciaban por una uni-dad coordinadora. Esta acción sería un importante paso en la ayuda de losNARSS para optimizar los beneficios de condiciones de crecimiento favorables ypara minimizar los impactos adversos de los cambios climáticos desfavorables.El costo de servicio de la red podría mantenerse bajo por medio de los vínculoslogrados por la información electrónica con las instituciones de investigación deavanzada y los departamentos meteorológicos apropiados.

El Centro Coordinador podría también aconsejar a las IARCS sobre los pro-gresos obtenidos en el pronóstico del tiempo a corto y mediano plazo y sobre lasimplicaciones para el manejo científico de los sistemas de cultivo. El pronósticodel tiempo en un área donde se está obteniendo un considerable progreso y losIARCS debieran tomar el liderazgo en el desarrollo de estrategias para elevar laestabilidad en la producción de cosechas basadas en el uso efectivo del pronós-

S WA M I NAT H A N 119

tico del tiempo. De esta forma, una pequeña iniciativa en esta área pudiera apor-tar múltiples beneficios hacia el logro del objetivo que es acoplar el ascenso dela productividad con la estabilidad de la producción.

Además de utilizar los avances de ciencias como la ingeniería genética, exis-te igual necesidad de preservar y utilizar la sabiduría tradicional. Por ejemplo, laacumulación tradicional de agua y las técnicas para reservarla, adoptadas en elpasado en la India, fueron muy efectivas en poblaciones aisladas que sufren es-casez aguda de agua. Anil Agarwal y Sunita Narain (1996) señalan que en las re-giones desérticas de Jaisalmer en la India hay un promedio de precipitaciónanual de 100 mm, pero hay suficiente cantidad de agua potable para las perso-nas aún en años de sequía severa debido al hábito de almacenar el líquido en es-tructuras tradicionales que reservan el agua de lluvia, conocidas como Kunds. Encontraste, Cherrapunji, una villa en el noreste de la India, que tiene una preci-pitación promedio anual de 15,000 mm, sufre de escasez de agua durante los me-ses de verano debido a que los bosques que la rodean han sido derribados y lapoblación local no tiene tradición de acumular y conservar el agua.

Acción Local: Los Gobiernos debieran auspiciar el entrenamiento de almenos un voluntario, hombre o mujer, de cada poblado en la ciencia y elarte del manejo del clima. Estos pobladores entrenados pudieran ser desig-nados como “Manejadores del Clima”. Siempre que sea posible, una insti-tución técnica apropiada debiera proporcionarle a los Manejadores del Cli-ma en cada poblado la información que se derive de los modelos de simu-lación en computadoras, de modo que los ayuden a estar preparados paramanejar tanto las precipitaciones normales como las anormales.

ConclusiónSi bien es cierto que los países industrializados son, en gran medida, responsa-bles de la situación actual donde las actividades humanas están comenzando ainfluir sobre el clima, las naciones pobres y los pobres de todas las naciones sonlos que más sufrirán.

Una dieta balanceada y beber agua segura figuran entre las más esenciales ne-cesidades humanas. En el pasado, la producción de alimentos se describió, enmuchos países, como el “vaivén de las precipitaciones” . Hoy en día, estamos enla privilegiada posición de ser capaces de aprovechar nuevas herramientas cien-tíficas para disminuir el componente del “azar” de la agricultura. El vínculo en-tre la ciencia moderna y la sabiduría tradicional ayudará a que la seguridad ali-mentaria se mantenga bajo diversos escenarios climáticos. El impacto del cam-bio climático sobre la agricultura probablemente será mayor en los países tropi-cales que en las naciones de las zonas templadas, y, como tal, probablemente in-crementará la diferencia nutricional entre los países desarrollados y en desarro-llo.

Estrategias exitosas para enfrentar el cambio climático deben agrupar los es-fuerzos, tanto de países desarrollados como en los países en desarrollo. Las estra-tegias para evitar y mitigar deben desarrollarse al niveles locales, nacionales, re-gionales y globales con el fin de sentar las bases para un futuro más feliz.

Los países en desarrollo deben formular planes diseñados y aceptados nacio-nalmente para alcanzar el equilibrio entre las emisiones y la absorción de car-bón. La acción doméstica efectiva y el énfasis externo sobre el principio de “pa-gos al que contamina” debieran ser la estrategia de las naciones desarrolladas enel tratamiento de los aspectos del cambio climático. La prevención de la defores-tación y la promoción de lo ‘verde’ ayudará a incrementar el secuestro de carbo-no.

La comunidad global debiera trabajar de forma concertada para evitar gran-des cambios en el clima inducidos por los humanos y enfrentar las consecuen-

120 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

cias que ya se sienten. La comunidad internacional y los gobiernos nacionalesdeben hacer todos los esfuerzos para asegurar que todos los miembros de la fa-milia humana tengan la oportunidad de disfrutar de vidas productivas y saluda-bles.

Referencias y fuentes sugeridas

Achanta, Amrita N., ed. The Climate Change Agenda: An Indian Perspective.New Delhi, India: Tata Energy Research Institute, 1993.

Agarwal, Anil and Sunita Narain. Dying isdom. New Delhi: Centre for Scienceand Environment, 1996.

Asian Development Bank. Manila Declaration, Asia Pacific Leaders Conferenceon Climate Change. Manila, Philippines: Asian Development Bank, 1995.

Balaji, V., ed. Impact of Climate Change on Food and Livelihood Security: anAgenda for Action. Proceedings No. 19. Chennai, India: M. S. SwaminathanResearch Foundation, 1997.

Brown, Lester R. "Feeding Nine Billion." In State of the World 1999: AWorldwatch Institute Report on Progress Towards a Sustainable Society,edited by Lester Brown, Christopher Flavin, and Hilary French. New York:W.W. Norton and Company, 1999: 115-132.

Brown, Lester. Who will feed China? Wake-up Call for a Small Planet. New York:W.W. Norton and Company, 1995.

CSIRO. Climate Change Scenarios for South and Southeast Asia: AsianDevelopment Bank Regional Study on Global Environmental Issues.Mordialloc, Australia: Climate Impact Group, CSIRO Division o AtmosphericResearch, 1992.

Daniel, R.R., editor. Global Change Report No. 18:1. Recommendations of theAsian Workshop. New Delhi, India:

Deekshatulu, B.L. Indian National Geosphere Biosphere Programme Impact ofClimate Change on Food and Livelihood Security: an agenda for action.P roceedings No. 19. Chennai, India: M. S. Swaminathan Researc hFoundation, 1997.

Food and Agriculture Organization o the United Nations. Food Insecurity: WhenPeople Must Live with Hunger: The State of Food Insecurity n the World1999. Rome, Italy: Food and Agriculture Organization o the United Nations,1999.

Pachauri, R.K. Climate Change in Asia: India. Manila, Philippines: AsianDevelopment Bank, 1995.113 SWAMINATHAN

P a rry, M.L. Climate Change and World Agriculture. London: Eart h s e a nPublication Limited, 1990.

Qureshi, A. and D. Hobbie, editors. Climate Change in Asia: Executive Summary.Manila, Philippines: Asian Development Bank, 1994(a).

Qureshi, A. and D. Hobbie, editors. Climate Change in Asia: Thematic Overview.Manila, Philippines: Asian Development Bank, 1994(b).

Qureshi, Ata and Greg Richards, Food Security Implications of Climate Changefor South and Southeast Asia. Impact of Climate Change on Food andLivelihood Security: an Agenda for Act on. Proceedings No. 19. Chennai,India: M. S. Swaminathan Research Foundation, 1997.

Rosenzweig, C., M.L. Parry, G. Fischer, and K. Frohberg. "Climate Change andWorld Food Supply." Research Report No.3. Environmental Change Unit,University of Oxford, 1993.

Rosenzweig, C; and D. Hillel, Potential Impacts of Climate Change onAgriculture and Food Supply. Consequences, Volume 1, Number 2 1995.

Swaminathan, M.S. "Abnormal Monsoons and Economic Consequences: TheIndian Experience." In Monsoons, edited by J.S. Fein and P.L. Stephens. John

S WA M I NAT H A N 121

Wiley & Sons, Inc.: 1987. 121-133.The Committee on Science and Technology in Developing Countries and

The Indian National Commitee or the International Geosphere-BiosphereProgram. Stockholm, 1991.

Topping, John C. Jr. Translating Asian Regional Climate Change Initiatives intoEffective Local Action. Impact of Climate Change on Food and LivelihoodSecurity: an agenda for action. Proceedings No. 19. Chennai, India: M. S.Swaminathan Research Foundation, 1997.

World Health Organization. World Health Report 1998. Geneva, Switzerland:World Health Organization, 1998.

World Resources Institute. World Resources: A Guide to the Global Environment1998-1999. New York: Oxford University Press, 1999.

–––, Precision Agriculture in the 21st Century: Geospatial and InformationTechnologies in Crop Management. Washington, D.C.: National AcademyPress, 1998. 149-157.

Artículos nociticiososAltman, Kyoko, contributor. El Niño: Preparing Is Harder than Forecasting.

CNN Interactive, 1997.Kellan, Ann, contributor. Computer Models Were Right About El Niño. CNN

Inter-active, 1998.

Sitios WebConsultative Group on International Agriculture Research

www.cgiar.orgFood and Agriculture Organization o the United Nations

www. ao.orgIARC/NARS Training Group

www.cgiar.org/intg International Rice Research Institute

www.cgiar.org/irriNational Oceanic and Atmospheric Administration

www.noaa.govUnited Nations Population Information Network

www.undp.org/popinM.S. Swaminathan Research Foundation

www.mssr .orgWorld Health Organization

www.who.orgWorld Meteorological Organization

www.wmo.ch/home.html

M.S. Swaminathan es el Presidente de la Fundación de Investigación M.S. Swa-minathan (MSSRF, siglas en inglés). El Dr. Swaminathan ha recibido el PremioAnual de Alimentos, el Premio Tyler, el Premio Honda y el Premio PNUMA-Sasa-kawa del Medio Ambiente por su trabajo en la genética de las cosechas y en eldesarrollo de la agricultura sostenible en la India y en el Tercer Mundo. Utilizólos fondos de estos premios para establecer en 1988 el MSSRF. El MSSRF es unacompañía no lucrativa o política que tiene la misión de utilizar la ciencia y la tec-nología para el desarrollo sostenible y con equidad social del medio ambiente.Desde 1984 a 1990, el Dr. Swaminathan fue Presidente de la Unión Internacio-nal para la Conservación de la Naturaleza y de los Recursos Naturales. Él laborócomo Director General del Instituto Internacional para la Investigación del Arrozde 1982 a 1988. Desde 1981 a 1985 fue Presidente Independiente de la Ofici-

122 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

na del Consejo de Alimentos y Agricultura, y desde 1972 a 1978 Director Gene-ral del Consejo Indio de Investigación Agrícola.

M.S. Swaminathan Research FoundationThird Cross RoadTaramani Institutional AreaCPT CampusChennai (Madras) 600113IndiaTeléfono: +91.44.2351698,2350698Fax: [email protected]

S WA M I NAT H A N 123

Salud y cambio climático

Paul R. EpsteinCentro para Salud y Medioambiente Global, Escuela de Medicina de HarvardBoston, Massachussets, EUA

ResumenEl clima limita el área en que aparecen las enfermedades infecciosas, entanto el tiempo afecta la duración y la intensidad de los brotes. El área enque se encuentran varios importantes vectores de enfermedades se está ex -pandiendo conjuntamente con el cambio de las plantas de las comunidadesy la retirada de los glaciares alpinos. Además, a menudo, los eventos extr e-mos del tiempo crean condiciones que conducen a brotes de enfermedadesinfecciosas: las lluvias severas propician la reproducción de insectos, sacana los roedores de sus madrigueras y contaminan los sistemas de agua pota -ble. Por el contrario, las sequías pueden diseminar esporas de hongos yocasionar fuegos. Los eventos extremos del tiempo relacionados con El Ni -ño 1997-98 produjeron “grupos” de brotes de enfermedades en muchas r e-giones del mundo. Los avances en el pronóstico del clima y de los sistemasde alerta temprana de salud forman la base para que las intervenciones desalud se realicen en el momento apropiado. Si el cambio climático se con -tinúa asociando con los eventos El Niño, que cada vez son más frecuentese intensos, y con los incidentes más severos y volátiles que lo acompañan,comenzaremos a ver las profundas consecuencias que el cambio climáticopuede tener sobre la salud pública y la economía internacional.

Introducción al calentamiento global: Alteración del ciclo hidrológicoEn el cambio climático existen tres aspectos importantes a la hora de determinarlos impactos sobre la salud: 1) la tendencia del calentamiento global; 2) el ca-lentamiento desproporcionado durante la noche y los inviernos; y 3) el incre-mento de climas severos y extremos. En este trabajo comenzamos analizando al-gunos de los hallazgos esenciales relacionados con el ciclo del agua. Este es fun-damental para la discusión del impacto del calentamiento global sobre la saludhumana, pues los cambios en la distribución del agua y el calor pueden utilizar-se para ayudar a evaluar los cambios en el alcance de las enfermedades y en laintensidad de crecimiento de los brotes de enfermedades asociadas con el cam-bio climático.

Muchas regiones del mundo están experimentando incrementos de clima se-vero. Algunas áreas han sido afectadas por sequías prolongadas, en tanto otrassufren de lluvias intensas e inundaciones. Los días cálidos y húmedos están in-crementándose en los veranos nórdicos y australes. Los datos obtenidos por elCentro de Información Nacional del Clima de Estados Unidos demuestran queen ese país y en la mayor parte del mundo los intervalos secos y las ondas de ca-lor se han hecho más largos a lo largo del siglo pasado, pues el calentamiento

E P S T E I N 125

global seca los suelos. Al propio tiempo, los aguaceros súbitos y las inundacio-nes repentinas se han incrementado también en ese tiempo. La pregunta es: ¿és-to se debe a la variabilidad natural o ha comenzado a alterarse el clima de La Tie-rra?

Al comparar los datos sobre el calentamiento se producen algunas confirma-ciones de interés, sobre los niveles de humedad y los eventos extremos del tiem-po y los modelos de proyección de cómo se afectará el incremento del calor enLa Tierra por la acumulación progresiva de los gases de efecto de invernadero(GHGS, por sus siglas en inglés) en la porción inferior de la atmósfera (ejemplo,troposfera, que se extiende hasta alrededor de 10 kilómetros por encima de la su-perficie terrestre)1. Los modelos realizados en computadoras proyectan que alduplicarse el CO2 atmosférico el ciclo hidrológico (tiempo de residencia prome-dio del vapor de agua en la troposfera) se incrementará de 7 a 15%. Los datos in-dican que el ciclo hidrológico se ha incrementado globalmente. Entre 1973 y1993 se incrementó un 10% sobre Estados Unidos continental.2

Otros tres estudios de “huellas dactilares” indican que la acumulación atmos-férica de GHGS producido por la quema de combustibles fósiles es responsablede: 3

• Los modelos realizados en computadoras proyectan que la acumulación pr o-gresiva producirá el calentamiento más pronunciado en la porción media dela atmósfera, de tres a cinco kilómetros por encima de la superficie ter restre.Los datos de las estaciones del tiempo indican que a esa altura y en las regio-nes montañosas está ocurriendo mayor calentamiento -por encima de la ca-pa de nubes ricas en azufre.Estas nubes pueden producir enfriamiento localizado al nivel de la tierra albloquear la radiación incidente y al producir lluvia.

• Los modelos que siguen el incremento de los GHG pronostican mayor calen -tamiento durante la noche y los inviernos (temperatura mínima o tmins) quedurante el día o el verano.Los datos de las estaciones del tiempo alrededor de La Tierra indican que des-de 1950 las tmins se han elevado el doble más rápido que los máximos de losdías -1.86° C cada 100 años vs 0.88 ° C cada 100 años. En Dallas, Texas y enotros lugares, se alcanzaron nuevas plusmarcas de calentamiento nocturno enel verano de 1988. La primavera también está comenzando una a dos sema-nas antes en el Hemisferio Norte.Las temperaturas del día y de la noche no están cambiando una tras otra, co-mo se esperaría que ocurriera por la variabilidad natural.

• Los modelos proyectan mayor variabilidad en los patrones del tiempo y máseventos extremos del tiempo a medida que el calor se incrementa en el sis -tema climático.Los datos demuestran que existen sequías más prolongadas y eventos de llu-vias más intensos (más de 2 pulgadas por día) lo que lleva a más inundacio-nes rápidas.Esta variabilidad -como se demuestra por las mayores oscilaciones del tiem-po- puede reflejar la creciente inestabilidad y el paso por encima de los me-canismos de retroalimentación que estabilizan al sistema climático.

¿Cómo pueden explicarse estos hallazgos?

¿Están calentándose los océanos?De acuerdo con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Cli-mático (IPCC, por sus siglas en inglés), de acuerdo con el IPCC las temperaturasde la superficie oceánica se han elevado durante el siglo pasado. En dicho siglo,la temperatura de la superficie del mar se ha incrementado. Sin embargo, tam-

126

1 Hay varios estudios de impor-tancia donde las proyecciones delos modelos se corroboran pordatos. Estos se consideran estu-dios de “huellas dactilares.”

2 K.E. Trenberth “The ExtremeWeather Events of 1997 and1998,” Consequences 5(1999):3-15.

3 National Climatic data Center:http://www.ncdc.noaa.gov

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

bién se ha detectado calentamiento en las regiones profundas de los OcéanosAtlántico, Pacífico e Índico, y alrededor de ambos polos. Los océanos pueden lle-gar a ser el depósito a largo plazo del calentamiento global del siglo.

Una atmósfera más caliente puede soportar más agua (6% más por cada 1° Cde calentamiento), y sabemos que el 85% de la evaporación proviene de losocéanos -el resto de las plantas y los suelos. En general, las nubes altas calientan,mientras que las nubes bajas enfrían. Sin embargo, en conjunto, el incrementodel vapor de agua atrapa más calor (elevación del mecanismo de retroalimenta-ción) y se produce mayor humedad (“bochorno”) y nubosidad. La mayor canti-dad de vapor de agua atmosférico y de nubes produce lluvias más intensas yfuertes, “semejantes a las tropicales”, cuando la atmósfera se enfría lo suficientepara producir condensación. El incremento de la nubosidad también bloquea elescape del calor (radiación de onda larga que emerge) durante la noche, lo quecontribuye a que existan temperaturas más cálidas durante las noches.

¿Cómo se relacionan los eventos El Niño con el calentamiento global?Regla del dedo pulgar: Temperatura, presión, viento, tiempo.

El aire sube a medida que se calienta sobre la superficie caliente de La Tierra, y amedida que la presión atmosférica desciende. Temperaturas más elevadas produ-cen mayores gradientes de presión. Así, las presiones bajas generan vientos, quealimentan a los sistemas del tiempo, como los tornados. Entretanto, las superfi-cies oceánicas más calientes alimentan a las tormentas tropicales más intensascomo los huracanes en las Américas, los tifones en el Este Lejano, y los ciclonesen el Océano Índico.

En otras palabras, puede haber calentamiento debajo de nosotros en los océa-nos y encima de nosotros en la atmósfera media, en tanto sobre la superficie delplaneta estamos experimentando el incremento del calor como tiempo inusual,severo e inestable. Los eventos extremos del tiempo son las manifestaciones másprofundas -y más costosas- del cambio climático.

Frecuencia e intensidad de El Niño

El fenómeno de la Oscilación Sur, o El Niño, ocurre cuando la Corriente Calien-te del Pacífico Occidental cambia hacia el este, hacia las Américas, y rompe el pa-trón de tiempo “normal”. Los registros que se han mantenido desde 1877 indi-can que el evento El Niño se ha hecho más frecuente y más severo desde media-dos de la década del 70. Este evento ocurría cada 4.2 años como promedio, perolas condiciones El Niño han estado presentes en la mitad de los años desde1976.4 ¿Hubo un “cambio de régimen”, como pudieran sugerir las presiones delnivel del mar, los registros de los corales, y los cambios de vida marina en Cali-fornia?

Los océanos pueden llegar a ser el depósito a largo plazo del calentamien-to global del siglo.

Eventos El Niño mayores y más prolongados, y el clima severo que se asociaal mismo, pudieran ser debido también al calentamiento del océano. Los even-tos La Niña, cuando las superficies más frías del agua en el este del Pacífico, amenudo siguen a El Niño. El Niño es un modo climático natural. Sin embargo,debido a la quema de combustibles fósiles y a la pérdida de los bosques, puedeque la absorción del calor por los Océanos del mundo esté alterando el modo na-tural y afectando la distribución del calor y del tiempo a lo largo del planeta. De-bido al impacto que tiene el calentamiento de las aguas oceánicas sobre las co-

E P S T E I N 127

4 CLIVAR. “A Study of ClimateVariability and Predictability,”Programa de Investigación delClima Mundial. Wmo, Ginebra(1992).

rrientes en chorro, esta corriente de aire que se genera en la atmósfera superiorestá también cambiando su patrón. Así, algunas áreas del globo experimentanintensas sequías, ondas de calor y fuegos, en tanto en otras hay diluvios.

Nadie sabe aún si el reciente y severo El Niño está indicando que el calenta-miento global puede continuar incrementando e intensificando a este fenóme-no, pero los datos de temperatura indican que la tendencia al crecimiento del ca-lentamiento se asocia con picos más intensos durante los últimos veinte años.Los registros de principios del siglo veinte sugieren que la tendencia al calenta-miento puede asociarse con el incremento de la variabilidad. Adicionalmente,los estudios de los núcleos de hielo pertenecientes a una época cercana al finalde la última Era Glacial indican que períodos de creciente variabilidad e inesta-bilidad pueden preceder “a rápidos eventos del cambio climático.” Así, la normapuede ser que ocurran amplias variaciones en los patrones del tiempo, en la me-dida en que el agua de la superficie y el agua profunda del mar continúa absor-biendo y circulando el calor que se acumula en la troposfera. Al propio tiempo,puede que estén en reserva los cambios bruscos del clima -esperanzadamente losuficientemente pequeños para que sean una alerta y sin que produzcan dañosextensos.

¿Cuáles son los impactos del calentamiento global sobre la salud?El calentamiento global puede tener graves consecuencias para el control futurode las enfermedades. En las próximas décadas, conjuntamente con otros proble-mas ambientales y sociales, es probable que la tendencia actual del calentamien-to global incremente la exposición de millones de personas a nuevas enfermeda-des y riesgos para su salud. Existen algunos indicios de que ya ha comenzado es-te preocupante cambio.

A escala mundial las enfermedades infecciosas ya están emergiendo, resur-giendo y sufriendo una redistribución. De hecho, de acuerdo con el informe dela Organización Mundial de la Salud de 1996 (WHO)5, al menos 30 nuevas en-fermedades han emergido en los últimos 20 años. Enfermedades que son trans-mitidas persona a persona, como la difteria y la tos ferina, han resurgido en mu-chos países donde las estructuras sociales se han deteriorado. El dengue, o fiebrequebrantahuesos, que había casi desaparecido en el Hemisferio Occidental, hareaparecido ahora en las Américas, infectando a más de 200,000 personas en1995.6 También en 1995, ocurrió en Perú la más grande epidemia de fiebre ama-rilla en las Américas desde 1950.7

Los cambios biológicos en los organismos, los bajos presupuestos en los sis-temas de salud pública y las inequidades sociales están contribuyendo a la emer-gencia de las enfermedades infecciosas. Sin embargo, los cambios ambientales,incluidos el calentamiento global y la mayor volatilidad del tiempo, están jugan-do también un importante rol en este resurgimiento global de enfermedades.Por ejemplo, las enfermedades en las que participan especies de plagas comovectores (portadores) responden más rápidamente a los cambios ambientales. Entanto otras enfermedades, como el sarampión y la influenza, que son transmiti-dos de persona a persona pueden ser más afectadas por las condiciones socialesy el incremento de la población. Sin embargo, la meningitis epidémica se asociacon las condiciones de sequías severas, que aparentemente reseca las membra-nas mucosas y las hace más vulnerables a la penetración y colonización de losorganismos. De hecho, en el África subsahariana, el brote de 1995-96 estuvo en-tre los mayores que se hayan registrado jamás; más de 100,000 personas contra-jeron la enfermedad y 10,000 murieron.8

Otra tendencia excepcional es que algunas enfermedades infecciosas estánemergiendo por primera vez en las naciones desarrolladas. El síndrome pulmo-nar por hantavirus (HPS, por sus siglas en inglés) y la enfermedad Lyme apare-cieron por vez primera en Estados Unidos. La E. Coli 0157 tóxica ha sido un pro-

128

5 Organización Mundial de la Sa -lud. The World Health Report1996-97: Fighting Disease, Foste-ring Development. OrganizaciónMundial de la Salud, Ginebra,Suiza (1996)

6 Organización Panamericana dela Salud: http://www.paho.org

7 ibid.

8 Howard W. French “Wide Epi-demic of Meningitis Fatal to10,000 in West Africa,” New YorkTimes 8 de Mayo de 1996.

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

blema particular de Estados Unidos, Europa y Japón. Los grandes brotes de en-fermedades trasmitidas por los alimentos tienden a incrementarse en el verano.Muchas de las enfermedades transmitidas por el agua acompañan a las lluviasintensas y a las inundaciones.

Las implicaciones de los impactos a los humanos son enormes. Como con lamayoría de los riesgos a la salud humana, los más vulnerables son los niños yancianos, y particularmente los pobres. Desde la perspectiva de la política inter-nacional, el resurgimiento y la diseminación de las enfermedades pudiera afec-tar al comercio, los viajes y al turismo, y dificultar las ya frágiles relaciones Nor-te-Sur. En el pasado han existido períodos de olas incontrolables de enfermeda-des que alteraron radicalmente a la civilización humana, como cuando la pobla-ción europea fue devastada por la plaga bubónica en la Edad Media. Este proble-ma se asoció con el crecimiento de la población y de la urbanización. En la ac-tualidad un clima que se calienta rápidamente, conformado por cambios ecoló-gicos que se extienden, pudiera estar estimulando, a gran escala, el cambio de lospatrones de las enfermedades.

Los ecosistemas saludables, que conservan la relación entre depredador/pre-sa, poseen los controles biológicos naturales sobre las enfermedades infecciosasy sus portadores. Las lechuzas, coyotes y serpientes, por ejemplo, ayudan a regu-lar las poblaciones de roedores. Algunos roedores participan en la transmisión dela enfermedad Lyme, hantavirus, arenavirus (fiebres hemorrágicas), leptospiro-sis, y plagas humanas. Igualmente, los peces de agua dulce, aves, reptiles y mur-ciélagos limitan la presencia de mosquitos -algunos de los cuales transmiten lamalaria, fiebre amarilla, dengue, y encefalitis. Los cambios en el uso de la tierray el uso excesivo de pesticidas pueden alterar esta relación. El incremento de lavariabilidad climática puede alterar también el balance funcional entre los de-predadores y las presas, el cual es importante para el control de la proliferaciónde pestes y patógenos.

Temperaturas más calientes y enfermedades transmitidas por vectores

El cambio de las condiciones sociales, como lo es el crecimiento de las “mega-ciudades”, y el amplio cambio ecológico, están contribuyendo a la diseminaciónde las enfermedades infecciosas. Sin embargo, el clima restringe el área en la quepueden ocurrir las enfermedades transmitidas por vectores (VBDS, por sus siglasen inglés), y el tiempo afecta el momento y la intensidad de sus brotes. El pro-medio de picadas de insectos y el grado de maduración de los microorganismos

E P S T E I N 129

FIGURA 1:PREDICCIÓNDE BROTES DEENFERMEDADESEl mapa muestra regiones de llu-vias intensas y de sequías duran-te 1997-98 y la asociación deconjuntos de brotes de enferme-dades infecciosas emergentes.Los eventos extremos del tiempohan producido brotes de epide -mias, particularmente en las re-giones tropicales. Utilizando losdatos del clima para predecir elarribo a condiciones que proba-blemente favorezcan los brotesde enfermedades se pueden faci -litar las intervenciones de saludpública, como la vacunación ylas preparaciones y facilidadespara el tratamiento.

dentro de ellos depende de la temperatura, y ambos se incrementan cuando elaire se calienta. El calentamiento puede incrementar también el número de in-sectos, si existe la humedad adecuada, aunque el calentamiento excesivo puededisminuir la supervivencia tanto de los microorganismos como de sus hospede-ros. Entre los límites de muy caliente y muy frío existe un rango óptimo de tem-peratura en el cual el aire más caliente eleva el metabolismo y las oportunidadespara la transmisión de la enfermedad.

La mayoría de los insectos son altamente sensibles a los cambios de tempera-tura: por ejemplo, las hormigas aceleran su paso en tiempos más cálidos. Los ha-llazgos de estudios paleoclimáticos (fósiles) demuestran que los cambios en latemperatura, y especialmente en las tmins, se correlacionan íntimamente conlos cambios geográficos de los escarabajos en las épocas cercanas al final de la úl-tima Era Glacial, hace alrededor de 10,000 años. En realidad, los registros fósilesindican que cuando ocurren cambios del clima, los insectos cambian su área mu-cho más rápidamente que lo que lo hacen las hierbas, arbustos y bosques. Losinsectos también se mueven a latitudes más favorables y hacia las elevacionescientos de años antes de lo que lo hacen los animales. Los “escarabajos,” conclu-ye un climatólogo, “son mejores paleotermómetros que los osos.”9

Los mosquitos son insectos del tiempo cálido que tienen umbrales fijos de su-pervivencia. El mosquito Anopheles y la transmisión de la malaria Falciparum semantienen sólo cuando la temperatura del invierno está siempre por encima de16° C (61° F), en tanto la variedad de mosquito que transmite el dengue, Aedesaegypti, está limitada por una isoterma de invierno de 10° C (50° F.) Los cambiosen los límites geográficos de igual temperatura (isotermas) que acompañan al ca-lentamiento global pueden extender las áreas que son capaces de mantener latransmisión de éstas y otras enfermedades. También puede extenderse la esta-ción de transmisión en regiones que ahora yacen en los márgenes de las condi-ciones de temperatura y humedad que permiten que los transmisores de las en-fermedades se reproduzcan. Consideraciones similares se aplican también a lasplagas agrícolas de sangre-fría, llamadas estenotermas, que requieren temperatu-ras específicas para su supervivencia.

Malaria

Aproximadamente 270 millones de personas padecen de malaria en todo elmundo, y más de dos mil millones de la población mundial están en riesgo decontraer la enfermedad. Cada año entre uno y dos millones de personas muerenpor esta enfermedad transmitida por el mosquito.

Generalmente, la malaria se extiende sólo a lugares donde las temperaturasmínimas en el invierno no son inferiores a los 16° C. Sin embargo, se predice queel calentamiento global lleve a que en muchos lugares ocurran inviernos máscálidos, incrementando de esta manera el potencial para su transmisión en luga-res de mayor latitud y más elevados. La malaria ya se está reportando en eleva-ciones inusualmente altas en las montañas del África Central así como en Etio-pía y en partes de Asia. Los centros urbanos que están en tierras altas, como Ha-rare, Zimbabwe y Nairobi, Kenya tienen un incremento del riesgo de brotes, yfundamentalmente no están preparados para enfrentarse a ellos.

Un estudio sugiere que, con la duplicación de las emisiones de CO2, la pro-porción del mundo que pudiera sufrir la transmisión de la malaria se incremen-taría de 45 a 60%.10 El mosquito anófeles, que puede trasmitir la malaria, ya seencuentra presente en Estados Unidos, y a comienzos del siglo XX la enferme-dad era frecuente en este país. En décadas recientes, la enfermedad ha estado ensu mayoría bajo control. En la década de los 80, sólo ocurrió transmisión localen California. Sin embargo, pequeños brotes de malaria, transmitida localmen-te, comenzaron a aparecer en la década de los 90 en Texas, Georgia, Florida, Mi-chigan, Nueva Jersey, Nueva York, Virginia, California y en Toronto, Canadá -

130

9 S.A. Elias, Quaternary Insectsand Their Environments, Smith-sonian Institution Press, Washing-ton, D.C. (1994). [Basado en eltrabajo de R. Coope y de otros.]

10 W.J.M. Martens, T.H. Jetten, yD. Focks “Sensitivity of Malaria,Schistosomiasis and Dengue toGlobal Warming,” ClimaticChange 35 (1997):145-156.

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

fundamentalmente durante temporadas cálidas y húmedas. Esto significa quelas condiciones que conducen a la transmisión están cambiando; por ejemplo,el incremento de las lluvias y de la humedad en algunas áreas engendra grandespoblaciones de mosquitos; y las temperaturas cálidas incrementan el ritmo demaduración de los parásitos dentro de los mismos. La persistencia de condicio-nes climáticas similares, combinadas con métodos inadecuados o inefectivos decontrol, pudieran llevar a la aparición de más brotes localizados.

Dengue

El dengue o fiebre quebrantahuesos es una enfermedad prolongada y severa, se-mejante a la influenza, que puede en ciertas formas ser fatal. A diferencia de lafiebre amarilla, que es producida por un virus relacionado y diseminado por elmismo mosquito, no existe vacuna contra el dengue. El dengue y el dengue he-morrágico existen hoy regularmente en Asia y en toda América Latina. Los in-vestigadores han demostrado que en muchas regiones ocurren grandes brotesdurante los eventos El Niño. Las inundaciones pueden crear nuevas condicionesde reproducción, aunque en la etapa inicial las lluvias intensas pueden arrastrarlas larvas de los mosquitos. En áreas montañosas donde las corrientes pueden se-carse o donde el agua se almacena en depósitos, las sequías pueden precipitar losbrotes.

Los mosquitos que transmiten el dengue (Aedes aegypti) y la malaria (Anop-heline ssp.) están limitados por las temperaturas. Las heladas matan a las larvasy a los adultos. Así los eventos extremos del tiempo pueden precipitar los bro-tes, en tanto el calentamiento -especialmente durante las noches y los inviernoscálidos -pueden estar alterando el área en que existan las condiciones permisi-bles. Otros tres grupos complementarios de factores biológicos y físicos son con-sistentes con la reaparición observada del VBDS en las regiones altas, todas su-gieren que el calentamiento global ya está teniendo consecuencias biológicas(ver Recuadro)

Se proyecta que el calentamiento global incrementará significativamente elárea propicia para la transmisión tanto del dengue como de la fiebre amarilla.Como para confirmar estas predicciones, recientemente se ha reportado dengueen mayores elevaciones que antes, a 1,240 metros en América Central, 1,700 me-tros en México y el Aedes aegypti se encontró a 2,200 metros en los Andes co-lombianos.11

Cambio global en las regiones montañosasTanto los insectos como las enfermedades transmitidas por ellos (entre lasque se incluyen la malaria y el dengue) están comenzando a reportarsehoy en día en elevaciones más altas de África, Asia, y América Latina. Lamalaria en las tierras altas está convirtiéndose en un problema para lasáreas rurales en Papua Nueva Guinea y para las tierras altas de África Cen-tral. En 1995, el dengue cubrió toda América Latina, y la enfermedad o sumosquito vector, el Aedes aegypti, están apareciendo ahora a mayores al-turas. Además, el desplazamiento de las plantas a mayores elevaciones seha documentado en treinta picos de los Alpes europeos, y se ha observa-do también en Alaska, la Sierra Nevada en Estados Unidos y en Nueva Ze-landa. Esta tendencia botánica, índice del calentamiento sistemático y gra-dual, se acompaña de otros cambios físicos extendidos: los glaciares demontaña están en retroceso en Argentina, Perú, Alaska, Islandia, Noruega,los Alpes Suizos, Kenya, el Himalaya, Indonesia y Nueva Zelanda. Algunospuede que desaparezcan pronto.

De acuerdo con los datos de las radiosondas analizados por el Labo-ratorio de Investigación Nacional del Océano y de la Administración At-mosférica del Medio Ambiente, el nivel más bajo al que ocurre la congela-

E P S T E I N 131

11 P.R. Epstein, H.F. Diaz, S. Elias,G. Grabherr, N.E. Graham,W.J.M. Martens, E. MosleyThompson, y J. Susskind, “Biolo -gical and Physical Signs of Clima-te Change: Focus on Mosquito-Borne Disease,” Bull AmericanMeteorological Society 78(1998)_409-417.

ción se ha elevado desde 1970 alrededor de 160 metros en las montañasque se encuentran entre los 30° N y los 30° S de latitud. La variación al ni-veles más elevados en las laderas de las montañas corresponde a un calen-tamiento a estas alturas (troposfera media) de alrededor de 1° C (casi 2° F),lo que casi es el doble del calentamiento promedio que se ha comprobadosobre La Tierra como un todo. Notablemente, los modelos atmosféricosque incorporan las tendencias observadas en el ozono de la estratosfera,los aerosoles de sulfato y los GHGS predicen que, al menos en el Hemisfe-rio Sur, la tendencia del calentamiento en las altas montañas debe excedera la de la superficie terrestre. Así, las regiones montañosas -donde los cam-bios en las isotermas son especialmente evidentes- pueden servir comoáreas centinelas para monitorear el cambio climático global.

Encefalitis

Los mosquitos pueden transmitir varios virus que ocasionan enfermedades infla-matorias en el cerebro de los humanos. Entre estas encefalítides están la japone-sa, la equina del este (en Estados Unidos), la equina venezolana y otras. La máscomún de estas infecciones en Estados Unidos, por ejemplo, es la encefalitis deSt. Louis (SLE, por sus siglas en inglés.) Los brotes epidémicos generalmente seasocian con períodos de unos pocos días en los que la temperatura excede los30° C. Particularmente, se puede exacerbar el peligro, en los últimos meses de uninvierno tardío, seguido por veranos secos.

El calentamiento global en Estados Unidos pudiera traer por consecuencia laocurrencia más frecuente y más hacia el norte -aún puede llegar hasta Canadá-de una enfermedad que en la actualidad está limitada principalmente a las regio-nes del sur del país. La SLE pasa a través de varias especies de aves, entre las quese incluyen gorriones, palomas y mirlos. Los mosquitos son, a menudo, su vec-tor endémico los que normalmente se reproducen en aguas de albañales o en la-gunas de aguas de desecho. Es por esta razón que el SLE tiende a aparecer enáreas urbanas o suburbanas. La primera gran epidemia ocurrió en St. Louis en1933, que fue el año más seco desde 1837. A partir de 1980, han ocurrido brotesen Florida, Mississippi, Nueva Orleáns, Texas, Arizona, California y Colorado.

Variabilidad climática y salud

Desde los finales del 1800 se ha comprobado una tendencia al calentamientoglobal. Muchos climatólogos proyectan ondas más intensas de calor y precipita-ciones intensas acompañando a dicha tendencia.

El Segundo Informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre elCambio Climático (IPCC) asevera que es probable que se incrementen elnúmero de días muy calientes, lo que traerá como consecuencia la dupli-cación de las muertes relacionadas con el calor en las ciudades afectadas.

Los eventos extremos, como sequías, inundaciones, tormentas e incendios,producen directamente muertes y daños, y pueden contribuir a situaciones quepueden llegar a ser devastadoras para la salud humana. Las ondas de calor y lastormentas en el invierno producen, ambas, un incremento de las muertes porenfermedades cardíacas y respiratorias. Las crecidas inundan los campos agríco-las, crean charcos y zanjas llenas, con lo que se incrementa el crecimiento dehongos y aportan nuevos sitios de reproducción para los insectos que transmi-ten las enfermedades. Las inundaciones también pueden diseminar los microor-ganismos que ocasionan diarreas al contaminar las fuentes de agua potable con

132 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

aguas de albañales y con las aguas de las corridas. Las sequías prolongadas, acen-tuadas por las lluvias incrementan el surgimiento de “organismos perjudiciales,”como insectos y roedores, al suministrarle alimentos y sitios de reproducción.

Las ondas de calor no son saludables para los humanos ni para los animalessalvajes. Muchos escenarios de cambio climático proyectan ondas de calor másprolongadas e intensas. En los veranos de 1995 y 1998, ocurrió un incrementoen las muertes producidas por ondas de calor en todo el mundo, desde la Indiahasta Estados Unidos. En Chicago en 1995, cientos murieron por la intensa olade calor que afectó a la región. Una humedad elevada, el incremento del índicede calor y la falta de descanso en las noches fueron los principales factores me-teorológicos.

El Segundo Informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cam-bio Climático (IPCC)12 asevera que es probable que se incrementen el número dedías muy calientes, lo que traerá como consecuencia la duplicación de las muer-tes relacionadas con el calor en las ciudades afectadas. Con mayor frecuencia,clima más caliente significa más efectos adversos más frecuentemente.

La bacteria del tétano prospera en suelos cálidos, al igual que muchos hon-gos, como el que produce la fiebre del Valle de San Joaquín. Australia sufre de unproblema de meningoencefalitis amebiana, relacionada con las estaciones, queprolifera en las aguas tibias del interior del país en verano. El calentamiento quese proyecta en las temperaturas nocturnas será crucial para la supervivencia deinsectos y puede hacer que se expanda el área en la que existen muchos de losvectores de enfermedades. También el calentamiento de los depósitos de aguaque están en la superficie de la tierra es una preocupación.

¿Cuáles son los impactos biológicos que producela prolongación de un evento El Niño?El período más prolongado de El Niño en la historia reciente persistió durantecinco años (1990 a 95), produciendo miríadas de impactos ambientales. El Niñocambió por la fase fría La Niña en 1996 y 1997 y luego retornó con uno de loscomienzos más tempranos, y ciertamente el más largo y fuerte El Niño del siglo,de 1997 a 1998. Globalmente, el impacto en eventos extremos del tiempo fueprofundo. Entonces retornó La Niña, e introdujo clima severo con patronesopuestos -lluvias donde había estado seco y sequías donde habían habido fuer-tes lluvias.

Tanto El Niño como La Niña producen climas extremos en muchas regionesalrededor del mundo. Durante la fase fría desde 1995 a 1996, muchas regionesdel mundo experimentaron intensas lluvias e inundaciones, luego de prolonga-das sequías. Dichas lluvias se han asociado con brotes de encefalitis del ValleMurray y del virus Ross River en Australia, y con malaria en Argentina, sur deÁfrica y Paquistán. En Nueva Orleáns, por ejemplo, cinco años sin que se produ-jera una helada asesina (1990 a 1995) engendró una explosión de mosquitos, cu-carachas y termitas. Con grandes poblaciones establecidas, las termitas han per-manecido en el interior de los robles y de las casas a pesar de la helada de 1995.

Los impactos meteorológicos y ecológicos que se acumularon en el medioambiente marino como consecuencia del prolongado El Niño de comienzos delos 90 tienen que evaluarse aún en su totalidad. En 1995, el calentamiento delCaribe produjo un blanqueado de los corales por vez primera en Belice, debidoa que la temperatura de la superficie sobrepasó el valor umbral de 29° C (84 ° F)que puede dañar los tejidos de animales y de las plantas que forman parte de labarrera coralina. En 1997, las temperaturas superficiales del Mar Caribe alcanza-ron los 34° C (93° F) en el sur de Belice, y el blanqueado de los corales se acom-pañó de un alto nivel de mortalidad de las estrellas de mar y de otras formas devida marina. Las enfermedades del coral están ahora barriendo todo el Caribe.Como estas enfermedades perturban el habitat marino, como los corales y las

E P S T E I N 133

12 Grupo Intergubernamental deExpertos sobre el Cambio Climá -tico (ipcc): J.T: Houghton; L.G.Meiro Filho, B.A. Callander, N.Harris, A. Kattenberg y K. Maskell(Eds.), Climate Chante’95: TheScience of Climate Change. Con-tribution of Working Group I tothe Second Assessment Report ofthe ipcc, Cambridge UniversityPress, Cambridge, Reino Unido(1996).

hierbas del mar, ellos pueden afectar también la población de peces para los queestas aguas sirven de criadero.13

Grupo de enfermedades: Evento El Niño 1997-98.

En Junio de 1995 hubo una ola de calor en Colombia durante un El Niño, segui-do por los aguaceros más fuertes en 50 años en agosto con el comienzo de LaNiña. Lo que siguió fue un conjunto de enfermedades en las que intervinieronmosquitos (dengue y encefalitis equina venezolana), roedores (leptospirosis) yalgas tóxicas.

El evento El Niño 1997-98 fue el más fuerte del siglo. Sus impactos se sintie-ron en todo el mundo. Sequías extremas e incendios ocurrieron en Asia, a lo lar-go de las naciones Mediterráneas, en la Amazonia, en los bosques de lluvias tro-picales de México, en América Central y en la Florida, en Estados Unidos. Las en-fermedades respiratorias, cardiovasculares e irritaciones oculares crecieron dra-máticamente en muchas de estas regiones. Las sequías llevaron al incrementodel cólera en muchas regiones tropicales. Las olas de calor mataron a miles en laIndia y a cientos en Estados Unidos y en Europa Central. El Cuerno Africano su-frió grandes inundaciones y experimentó brotes de cólera, malaria y Fiebre delValle Rift, la que mató tanto a humanos como a animales de cría. En AméricaLatina, las inundaciones a lo largo de la costa del Pacífico y del sur de Brasil pro-dujeron incrementos del cólera y de VBDA, y muchas naciones de América delSur experimentaron brotes de hantavirus transmitidos por roedores. En el su-roeste de Estados Unidos, la población de roedores experimentó una explosiónen Enero y Febrero de 1998, la que se produjo muy temprano, y casos de HPSocurrieron durante esa primavera. Las inundaciones más devastadoras desde1949 ocurrieron en China a medida que El Niño se desvanecía y que La Niña co-menzaba su enfriamiento del Océano Pacífico Occidental.

Nota sobre los factores componentes

La quema excesiva de bosques, la deforestación y otras prácticas también contri-buyen a los incendios e inundaciones. Estos cambios del medio ambiente localpueden incrementar la vulnerabilidad a los eventos extremos del tiempo. Así laspolíticas ambientales y energéticas pueden combinarse e incrementar de estaforma los impactos sociales y sobre la salud pública.

Roedores y enfermedad

En todos Estados Unidos, América Latina, Sur de África, India y Europa los roe-dores se están incrementando como plagas de cosechas y como portadores deenfermedades. La variedad del clima, los cambios en el uso de la tierra y la defo-restación incrementan las fuentes de alimentos para los roedores y disminuyenel número de depredadores. La combinación de estos factores está contribuyen-do al incremento de la población de roedores en muchas áreas. La afectación deuno de los factores puede causar el desequilibrio; las perturbaciones múltiplespueden afectar la resistencia y la adaptabilidad de todo el sistema.

Este tipo de sinergia se evidencia en la región sudoeste de Estados Unidos.Luego de las fuertes lluvias de la primavera de 1993, la población de roedores semultiplicó diez veces, y emergió el síndrome pulmonar por hantavirus (HPS, porsus siglas en inglés), que es una nueva enfermedad mortal. Más de 150 personasen Estados Unidos han sufrido esta enfermedad viral y casi la mitad de ellos hanmuerto. Desde 1995 han ocurrido brotes de HPS también en muchas nacionesde América Latina.

En Estados Unidos, una sequía prolongada precedente pudo reducir la pobla-ción de los depredadores de ratones como las lechuzas, coyotes y serpientes. Alpropio tiempo, las lluvias fuertes suministraron una cosecha de saltamontes y de

134

13 C.D. Harvell, K. Klim, J.M.Burkholder, R.R. Colwell, P.R. Eps-tein, J. Grimes, E.E. Hoffmann, E.Kipp, A.D.M.E. Osterhaus, R.Overstreet, J.W. Porter, G.W.Smith y G. Vasta, “Diseases inthe Ocean; Emerging Pathogens,Climate Links, and Anthropoge-nic Factors, “Science 285(1999):1505-1510.

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

nueces de pino, que sirven para alimentar al ratón venado que es el portador delhantavirus. Así, el HPS puede ser considerada una “nueva enfermedad”, cuyatransmisión y diseminación son en su mayor parte atribuibles al incremento dela variabilidad climática que acompaña al cambio climático.

En el sur de África la población de roedores experimentó una explosión en1994, luego de que se produjeran lluvias intensas en 1993 que habían sido pre-cedidas por una sequía prolongada. Como resultado, la cosecha de maíz en Zim-babwe era débil, y la plaga apareció en Zimbabwe, Malawi y Mozambique. EnÁfrica del Sur un virus transmitido por roedores fue responsable de la muerte de81 elefantes en el Parque Kruger. Otras formas de hantavirus han resurgido envarias naciones Europeas, particularmente en la antigua Unión Soviética y en laantigua Yugoslavia desgarrada por la guerra. En 1994, la plaga volvió a surgir enla India luego de un sofocante verano, cuando las temperaturas alcanzaron 51°C (124 ° F), y de una temporada monzónica inusualmente fuerte.

¿Están incrementando las enfermedades relacionadas con el mar?En los sistemas marinos, los peces, mariscos y mamíferos marinos ayudan a re-gular las algas -algunas tóxicas, otras anóxicas; aún otros son transportadores dela bacteria del cólera. La destrucción del habitat en todo el mundo está reducien-do la población de depredadores, y el calentamiento global puede estar incre-mentando la capacidad de muchos vectores de enfermedades de sobrevivir y re-producirse. Las costas marinas en todo el mundo están sujetas a crecientes pre-siones por el desarrollo residencial, recreativo y comercial. Este estrés puede tor-narse más severo, porque las poblaciones humanas en la vecindad de las costasmarinas están creciendo a un ritmo que duplica al de la población de tierra aden-tro. Algunas de las presiones que ejercemos sobre los ecosistemas costeros se re-sumen en el recuadro acompañante. Todas pueden incrementar el crecimientode las algas.

El calentamiento a largo plazo de la superficie y del océano profundo, encombinación con la contaminación de las costas, puede promover la prolifera-ción de las “mareas rojas” que son tóxicas y puede producir otras enfermedades,como el cólera a partir de bacterias que residen y se refugian en el plancton. Lamuerte de los manatíes en las costas de la Florida en 1996 fue, aparentemente,resultado de una marea roja tóxica producida por el suministro excesivo de nu-trientes y el calentamiento de la superficie del mar.14

Los datos de la costa este de Estados Unidos y del Caribe sugieren que las en-fermedades de los organismos marinos y del habitat (barreras coralinas y plan-tas del mar) se están incrementando, al igual que el número de humanos que seexponen a ellas. Entre las posibles consecuencias de su aparición en casi cual-quier ecosistema marino se encuentra un incremento en los patógenos oportu-nistas que pueden inducir la diseminación de enfermedades humanas, en oca-siones en proporciones no sospechadas. Un ejemplo es el cólera.

Estrés de los ecosistemas marinos• Cantidades excesivas de mineral disuelto y de nutrientes orgánicos en

las aguas costeras, particularmente por la sobrecarga de nitrógeno -de-rivado de aguas de albañal, fertilizantes agrícolas, y de la precipitaciónácida -que resulta en un ambiente que favorece la vida de las plantassobre la de los animales.

• Reducción del área de humedales, que sirven como “riñones naturales”para filtrar el nitrógeno y otros desechos que fluyen desde los ambien-tes costeros.

• Pesca excesiva, que puede reducir la población de depredadores benefi-ciosos de las algas y del plancton animal (zooplancton).

• Contaminación química e incremento de la penetración de la radia-

E P S T E I N 135

14 P.R. Epstein, T.E. Ford y R.R.Colwell, “Marine Ecosystems,”Lancet 342 (1993):1216-1219.

ción ultravioleta fl, la cual puede incrementar los niveles de mutacio-nes en todos los tipos de vida marina cercana a la costa, y dañar de for-ma desproporcionada al zooplancton y a las larvas de peces.

• Calentamiento de las aguas costeras y tendencia asociada hacia capastérmicas estables que inhiben el incremento de la circulación vertical eincrementan el metabolismo y crecimiento de las algas, y conducen amás especies tóxicas de algas como la cianobacteria y los dinoflagela-dos. El calentamiento puede comprometer también al sistema inmunede los mamíferos marinos y de los corales, y estimular el crecimientode bacterias y virus dañinos en sus tejidos.

Cólera

Nosotros solemos pensar que nuestro mundo moderno está libre del azote de lasepidemias de las épocas pasadas. Aún el cólera -enfermedad aguda y algunas ve-ces fatal que se acompaña de diarreas severas- afecta a más naciones hoy día quenunca antes. La Séptima Pandemia comenzó cuando la cepa El Tor abandonó suhogar tradicional en la Bahía de Bengala en la década de los 60, viajó hacia el es-te y el oeste a través de Asia, y penetró en el continente de África en los 70. En1991, la pandemia de cólera alcanzó a las Américas, y durante los primeros 18meses se reportaron más de medio millón de casos en América Latina con 5,000muertes.15 La rápida institución del tratamiento de rehidratación oral con aguapotable, azúcar y sales limitó el número de muertes en las Américas a alrededorde una en cada cien casos. Sin embargo las epidemias tienen también serias con-secuencias económicas. Por ejemplo, en 1991 Perú perdió $770 millones de dó-lares US en la exportación de mariscos y otros $250 millones de dólares US eningresos por turismo debido al miedo a la enfermedad. 16

El microbio que transmite el cólera, Vibrio cholerae, se encuentra en estadodormido o “hibernado” en las algas y en el plancton animal microscópico, don-de puede ser identificado utilizando modernas técnicas microbiológicas. Sin em-bargo, una vez que se ha introducido en las personas a través del consumo deaguas contaminadas o de pescado o mariscos contaminados, el cólera puede re-ciclar a través de la población cuando las aguas de albañales se mezclan con elsuministro de agua potable.

A finales de 1992, una nueva cepa de Vibrio cholerae, O139 Bengala, surgióen la India a lo largo de la costa de la Bahía de Bengala. Como las poblacionesno estaban protegidas por inmunidad previa, esta cepa resistente se diseminó rá-pidamente por las naciones cercanas, amenazando en convertirse en el agentede la Octava Pandemia de Cólera. Con el tiempo, en 1994, El Tor volvió a tomarel dominio, pero en 1996, O139 Bengala se reafirmó. El surgimiento de esta nue-va enfermedad, como todas las otras, conlleva la interrelación de factores micro-bianos, del hospedero humano y ambientales.

El brote de cólera más prolongado e intenso que se haya registrado ocurrió enRwanda en 1994, donde mató a más de 40,000 personas en un lapso de sema-nas, en una nación ya asolada por la guerra civil y las rivalidades étnicas. La tra-gedia del cólera en Rwanda es un recordatorio de los impactos de los conflictospolíticos, así como climáticos y ecológicos, sobre la inestabilidad de la salud pú-blica y de la seguridad biológica. También la epidemia puede, por si misma, afec-tar directamente la estabilidad policía y económica.17

¿Cómo se afectarán las plagas de las plantas, los patógenosy las malas hierbas por el cambio climático?En conjunto, las plagas de las plantas, los patógenos y las malas hierbas destru-yen anualmente alrededor del 50% de la producción agrícola en crecimiento yla que está almacenada, en todo el mundo. Estas cantidades constituyen unapérdida de alrededor de $242 mil millones de dólares US anuales.18 En el contex-

136

15 Organización Panamericanade la Salud. http://www.pa-ho.org

16 Ibid.

17 David F. Gordon, Don Noah,y George Fidas, The Global Infec-tious Disease Treta and its impli -cations for the Unites States.Nie99-17d, Enero 2000:http://www.cia.gov/cia/publica-tions/nie/reoirt/nie99-17d.html

18 Oerke, E.C., H. W. Dehne, F.Schohnbeck, y A. Weber, CropProduction and Crop Protection:Estimates Losses in mayor Foodand Cash Crops, Elsevier, Amster-dam y Ciudad de Nueva York(1995)

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

to de la salud humana, el cambio climático constituye una preocupación parti-cular por las siguientes razones:

• El calentamiento global pudiera incrementar el área de acción de las plagasde plantas y de los patógenos.

• Eventos extremos del tiempo pudieran incrementar la intensidad de los bro-tes. Las inundaciones propician el crecimiento de hongos, en tanto las se-quías favorecen a los saltamontes, áfidos, la mosca blanca, y los roedores.

• Hay evidencias de que las especies de malas hierbas y de insectos herbívorospueden incrementarse en los suelos más fértiles que se asocian con el incre-mento de los niveles de CO2.

Los suelos pueden afectarse también por el calentamiento haciendo a los sis-temas agrícolas más vulnerables. Este mismo peligro existe para los bosques. Eldeshielo y la fusión que están ocurriendo en la actualidad en Alaska, por ejem-plo, han debilitado a los pinos. Al ser ahora más vulnerables, los que quedan es-tán siendo devastados por el gusano del brote del abeto y el escarabajo de la cás-cara del abeto.

¿Cómo interactúan la contaminación del aire y el calentamiento global?Los efectos de la contaminación del aire por la quema de combustibles fósiles yel impacto agregado del cambio climático pueden actuar conjuntamente en va-rias formas para incrementar enfermedades respiratorias como el asma y la bron-quitis. Entre los efectos combinados e interacciones se encuentran:

• partículas de materia que provienen directamente del aire contaminado inva-den las vías aéreas;

• los óxidos de nitrógeno (NOXS) contribuyen al ozono al nivel de la tierra, elcual daña los sacos de aire de los pulmones (alvéolos). Esta reacción es depen-diente del calor, es decir, el calentamiento incrementa la conversión;

• mayor humedad con el cambio climático proporciona más gotas de aire quetambién incrementan los NOX para la reacción del ozono;

• más inundaciones asociadas con el cambio climático incrementan la forma-ción de moho en suelos y casas;

• mayor humedad aporta mayor superficie para la transmisión de alergenos co-mo son el polen y los hongos, y de microorganismos;

• inviernos más cálidos y primaveras más precoces pueden producir mayor so-brecarga de polen y hongos;

• más ondas de calor y masas de aire no saludables pueden concentrar a loscontaminantes por períodos de tiempo significativos; y

• las sequías y los incendios asociados causan a corto y a largo plazo una can-tidad incalculable de enfermedades respiratorias y cardiovasculares.

En estas sinergias y efectos combinados participan también las ciudades encrecimiento y el “efecto de islas calientes”. Algunos, como la diseminación defuegos de 1997 a 1998, están entre las “sorpresas” inesperadas que pueden ocu-rrir que afectan a la salud pública.

Costos de las enfermedades y de la variabilidad climática

El resurgimiento global de la malaria, el dengue, y el cólera junto con la emer-gencia de enfermedades relativamente nuevas como el Ébola y la enfermedad delas vacas locas (aunque no atribuible al cambio climático), afectan la salud glo-bal y el bienestar humano, así como al comercio, turismo, política y seguridadeconómica. El impacto de las enfermedades sobre los humanos, la agricultura y

E P S T E I N 137

el ganado es costoso. El costo de la epidemia de cólera ocurrida en Perú en 1991estuvo por encima de mil millones de dólares US debido a las pérdidas en la ex-portación de mariscos y en el turismo.19 En la India, la industria hotelera y las lí-neas aéreas perdieron más de $2 mil millones de dólares US por la plaga que ocu-rrió en 1994.20 Los cruceros no están visitando las islas donde hay dengue. Estopudiera ser una amenaza para los $12 mil millones de dólares US que recibe laindustria turística caribeña, por ejemplo, que emplea a 500,000 personas.

En Estados Unidos, el brote de Pfeisteria piscida, que ha causado la muerte depeces y enfermedades humanas (pérdida prolongada de la memoria y síntomasrespiratorios), le ha costado millones de dólares a las compañías pesqueras y deturismo y a las agencias federales. Estos brotes ocurren en el verano cuando lasaguas se calientan, y a menudo siguen a lluvias intensas, que proveen nuevosaportes de nutrientes al pfesiteria piscida. 21

El incremento de vientos severos y los eventos relacionados con las inunda-ciones han causado mundialmente pérdidas extraordinarias para los asegurado-res de la propiedad. En Estados Unidos, la Agencia Federal para la Gerencia delas Emergencias cuadruplicó los pagos en los 90 con relación a los 80.22 Antes de1989, las pérdidas por seguros producidas por un acontecimiento único nuncahabían excedido mil millones de dólares US por año. Desde entonces, las pérdi-das anuales por seguros se han elevado en cuatro a cinco veces. Los eventos cau-sales incluyen:

• Huracán Hugo, 1989 -$5.4 mil millones de dólares US• Huracán Andrew, 1992 -$16.5 mil millones de dólares US• Las tormentas invernales de 1993 -$1.8 mil millones de dólares US• Las inundaciones del verano de 1993 -$10 mil millones de dólares US• Huracán Opal, 1995 -$2.1 mil millones de dólares US23

Si continúa la variabilidad climática extrema y la diseminación de las enfer-medades, los costos ambientales y de salud pueden crecer. Las entidades asegu-radoras ya estiman que los reclamos relacionados con la salud y el medio am-biente en los próximos 30 años podrían alcanzar de $50 a 125 mil millones dedólares US.

ConclusionesEl cambio climático tendrá un amplio rango de impactos que serán, en lo fun-damental, dañinos sobre la salud humana. Olas de calor más prolongadas y ca-lientes pueden tomar anualmente más vidas humanas en las grandes ciudades.El tiempo extremo como las tormentas y los huracanes pueden matar y dañar amás personas, contaminar el agua potable, e infligir trauma psicológico. La com-binación del cambio climático y de la degradación del medio ambiente puedecrear condiciones ideales para la emergencia, resurgimiento y diseminación deenfermedades.

Un tiempo más cálido y húmedo puede ya estar extendiendo el rango de en-fermedades infecciosas como la malaria y el dengue más allá de las regiones don-de ellas son endémicas y los habitantes tienen alguna inmunidad. Otras enfer-medades que probablemente se incrementen y cambien en conexión con el cli-ma incluyen la lombriz de Guinea, leishmaniasis, filiasis linfática, oncocerciasis,y enfermedad de Chagas que en conjunto afectan ya a más de 147 millones depersonas.

Los costos de salud, sociales y económicos que ocasionará el tiempo severoe inestable son claramente crecientes. En 1997 y 1998, las sequías y los incen-dios devastaron bosques (los “pulmones de La Tierra”) desde Indonesia hasta elAmazonas, desde Grecia y España hasta México y la Florida. Al mismo tiempo,las tormentas de hielo y las inundaciones han causado daños severos en Estados

138

19 Organización Panamericanade la Salud. http://www.pa-ho.org

20 D. Gubler, cdc, comunicaciónpersonal, 1996.

21 Experimentalmente, la Pfeiste-ria va a la superficie en los tan-ques, cuando los peces suscepti -bles están presentes y se eleva latemperatura del agua.

22 Federal Emergency Manage-ment Agency http://www.fema-.gov

23 Todas las cifras provienen delCentro Nacional de Informaciónsobre el climahttp://www.ncdc.noaa.gov

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

Unidos y Europa.Los impactos combinados de extracción, minería, refinación, transporte y

combustión de combustibles fósiles no son saludables ni para los ecosistemas nipara el medio ambiente global. No podemos afrontar la continuidad de seguirhaciendo “los negocios usuales” (BAU, por sus siglas en inglés). Cambiar el cur-so no será fácil, pero es necesario. Existen costos asociados con el actuar ahorapara tratar de detener el calentamiento global. Sin embargo, en términos de lafutura atención de salud, productividad, comercio internacional, turismo y cos-tos de aseguramiento, los ahorros pudieran ser enormes.

La transición hacia una energía limpia pudiera ser saludable para el ambien-te y para la economía. Algunos análisis económicos sugieren que el cambio delas políticas energéticas será costoso, pero estos estudios omiten los daños aso-ciados que podemos producir si continuamos con los BAU. Ellos tampoco inclu-yen la innovación tecnológica. Los estudios que sí incluyen los beneficios de laeficiencia energética y de las nuevas tecnologías encuentran que la energía detransición puede estimular el nuevo crecimiento en Estados Unidos y en la eco-nomía global.

El desarrollo, el agua potable y las fuentes de energía aportan el sustento dela salud pública. Así la pregunta implícita no es si desarrollarse sino cómo ha-cerlo limpiamente -y ¿cómo hacer la necesaria transición energética de forma talque se eleve la economía global?

Una mayor eficiencia energética y la recaptura del calor emitido para su uso(co-generación) son políticas de “no-lamentación”. Estos cambios pueden aho-rrar dinero a industrias, gobiernos e individuos, mientras que reducen la conta-minación del aire y el reto del cambio climático. Los nuevos mercados genera-dos por las industrias energéticamente eficientes y las naciones en desarrollo confuentes de energía limpia pudieran ser el motor que impulse a la economía glo-bal en el próximo siglo.

La creación de un fondo internacional para impulsar al Mecanismos para unDesarrollo Limpio del Protocolo de Kyoto pudiera ayudar a catalizar el desarro-llo de las “industrias infantiles” pero renovables, estimular la transferencia detecnologías e impulsar el desarrollo diseminado y equitativo. Una solución quese ha propuesto es imponerle a la transferencia financiera diaria que alcanza $1.5millones de millones de dólares US un impuesto que sea una fracción del unopor ciento. Dicho impuesto, que también disminuiría las inversiones especulati-vas que han estimulado los préstamos inmanejables en los 90, generaría mil mi-llones de dólares anualmente que se utilizarían para el desarrollo limpio. Estefondo podría dirigirse a alcanzar el aseguramiento económico y la estabilidad so-cial en el Siglo XXI, y permitiría la re-estabilización del sistema climático, delcual dependemos todos.

Puntos principales• Las enfermedades infecciosas están emergiendo, resurgiendo y sufriendo una

redistribución a escala global.• El cambio climático está jugando un importante papel en el resurgimiento

global de las enfermedades infecciosas.• Las enfermedades infecciosas matan a más de 17 millones de personas anual-

mente.• La meningitis epidémica se está asociando con las sequías severas en el Áfri-

ca subsahariana. Esta es la mayor epidemia que ha acompañado a una sequíaque se haya registrado jamás. En 1996 más de 100,000 personas contrajeronla enfermedad, y 10,000 murieron. 24

• En el sur de África y en la India en 1994, lluvias intensas, precedidas por se-quías, produjeron la explosión de la población de roedores y brotes posterio-res de la plaga.

E P S T E I N 139

24 Centro Nacional de Informa -ción sobre el climahttp://www.ncdc.noaa.gov

• Luego de una epidemia de dengue en México, tres casos de la enfermedad sereportaron en Texas en Octubre de 1995.

• Se ha pronosticado que el calentamiento global incrementará significativa-mente el área de La Tierra afectada por la malaria. Aproximadamente 270 mi-llones de personas están infectadas con malaria en el mundo. El calentamien-to global pudiera ocasionar un millón de muertes adicionales por malaria ca-da año.25

• Luego de lluvias intensas en 1993, la población de roedores se multiplicó diezveces y el síndrome pulmonar por hantavirus, una nueva enfermedad mor-tal, emergió en Estados Unidos.

• El calentamiento del océano profundo ha sido reportado y a largo plazo pue-de dañar la vida marina.

• El calentamiento de los océanos, particularmente en combinación con lacontaminación de las costas, puede promover la proliferación de “mareas ro-jas” tóxicas y puede estimular a otras enfermedades.

• La muerte reciente de manatíes en las costas de la Florida puede haberse pro-ducido por una marea tóxica roja, creada por el suministro excesivo de nu-trientes y la superficie caliente del mar.

• Los reclamos de seguros relacionados con la salud y con el restablecimientodel medio ambiente en los próximos 30 años pueden alcanzar $50 a $125 milmillones de dólares US.

Datos del Calentamiento Global 26

• El mundo se ha calentado en casi 1.0° C a lo largo del último siglo y se pro-nostica un promedio de 2 a 3° C de calentamiento en algún momento del si -glo XXI.

• En el pasado han ocurrido cambios de clima rápidos, con cambios de 2 a 3 °C que han ocurrido en décadas.

• El consenso científico es que la contaminación del aire por las actividades hu-manas es parcialmente responsable del calentamiento global.

• El nivel global del mar se ha elevado entre 10 y 25 cms. en los últimos 100años y se elevará más rápido aún en las próximas décadas.

Referencias y lecturas sugeridas

Climate Variability and Predictability (CLIVAR). "A Study of Climate Variabilityand Predictability." World Climate Research Pr gram. World MeteorologicalOrganization, Geneva (1992).

Elias, S.A. Quaternary Insects and Their Environments. SmithsonianInstitution Press, Washington, D.C. (1994) [based on work of R. Coope andothers].

Epstein, P.R., T.E. F rd and R.R. Colwell. "Marine Ecosystems." Lancet 342 (1993):1216-1219.

Epstein, P.R., H.F. Diaz, S. Elias, G. Grabherr, N.E. Graham, W.J.M. Martens, E.Mosley Thompson, and J. Susskind. "Biological and Physical Signs of ClimateChange: Focus on Mosquito-Borne Disease." Bull American MeteorologicalSociety 78 (1998): 409-417.

Federal Emergency Management Agency: http://www.fema.g v/French, Howard W. "Wide Epidemic of Meningitis Fatal to 10,000 in West Africa"

New York Times. (8 May 1996): International Desk.Gordon, David F., Don Noah, and George Fidas. The Global Infectious

Disease Th eat and Its Implications for the United States. NIE 99-17D,Washington, D.C. (2000): http://www.cia.g v/cia/publicati ns/nie/re prt/nie99-17d.html.

Harvell, C.D., K. Kim, J.M. Burkholder, R.R. Colwell, P.R. Epstein, J. Grimes, E.E.

140

25 W.J.M. Martens, T.H. Jetten, yD. Focks “Sensitivity of Malaria,Schistosomiasis and Dengue toGlobal Warming.” ClimaticChange 35 (1997):145-156.

26 Las cifras provienen del Gru-po Intergubernamental de Exper-tos sobre el Cambio Climático(IPCC): J.T. Houghton, L. G. Mei-ro Filho, B. A. Callander, N. Ha -rris, A. Kattenberg y K. Maskell(Eds.) Climate Change’95: TheScience of Climate Change. Con-tribution of Working Group I tothe Second Assessment Report ofthe ipcc, Cambridge UniversityPress, Cambridge, Reino Unido(1996).

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

Hofmann, E. Lipp, A.D.M.E Osterhaus, R. Overstreet, J.W. Porter, G.W. Smith,and G. Vasta. "Diseases in the Ocean: Emerging Pathogens, Climate Links,and Anthropogenic Factors." Science 285 (1999): 1505-1510.

Intergovernmental Panel in Climate Change (IPCC): Houghton, J.T., L.G. MeirFilh , B.A. Callander, N. Harris, A. Kattenberg, and K. Maskell (Eds.). ClimateChange ‘95: The Science of Climate Change. Contribution of Working GroupI to the Second Assessment Report of the IPCC. Cambridge University Press,Cambridge, U.K. (1996).

M a rtens, W.J.M., T.H. Jetten, and D. Focks. "Sensitivity of Malaria,Schistosomiasis and Dengue to Global Warming." Climatic Change 35(1997): 145-156.

National Climatic Data Center: http://www.ncdc.noaa.g v/Oerke, E.C., H.W. Dehne, F. Schohnbeck, and A. Weber. Crop Production and

Crop Protection: Estimated Losses in major Food and Cash Crops. Elsevier,Amsterdam and New York City. (1995).

Pan American Health Organization: http://www.paho.org/World Health Organization. The World Health Report 1996: Fighting Disease,

Fostering Development. World Health Organization. Geneva, Switzerland(1996).

Trenberth, K.E. "The Extreme Weather Events of 1997 and 1998." Consequences5 (1999): 3-15.

Paul R. Epstein, MPH, es el Director Asociado del Centro para la Salud y el Me-dio Ambiente Global de la Universidad de Harvard. Es instructor de la Escuela deMedicina de Harvard así como conferencista invitado en la Escuela de Salud Pú-blica de Harvard. El Dr. Epstein es miembro del Grupo de Trabajo de Harvard delas Enfermedades Infecciosas Nuevas y Reemergentes y está en el Comité sobrelas Dimensiones Humanas del Cambio Global de la Academia Nacional de Cien-cias. Posee una subvención de la Oficina de los Programas Globales para la Ad-ministración Nacional Oceánica y Atmosférica y de la NASA para estudiar las di-mensiones sobre la salud, ecológicas y económicas del cambio global en los am-bientes marinos. La experiencia del Dr. Epstein es en las áreas de los ecosiste-mas marinos, enfermedades infecciosas y el cambio climático global. Ha publi-cado numerosos trabajo entre los que se incluyen la Sección de Salud del Se-gundo Informe de Evaluación del IPCC, y el informe de WHO/WMO/´PNUMAsobre Cambio Climático y la Salud Humana.

Center for Health and the Global EnvironmentHarvard Medical School260 Longwood Avenue, Room 262ABoston, Massachussetts 02115Teléfono: 617-432-0493Facsimil: 617-432-2595E-mail: [email protected]

E P S T E I N 141

Los bosques luego del Protocolo de Kyoto:Revisión de los principales aspectos y preguntas

Mark C. Trexler, Laura H. Kosloff, y Rebecca GibbonsTrexler y Asociados, Inc.

ResumenLos bosques son una valiosa pieza en la carpeta para la mitigación del cam -bio climático. Las actividades humanas relacionadas con los bosques y lossuelos son responsables de aproximadamente el 20% del total de las emi -siones antropogénas. La pérdida y degradación que están ocurriendo enlos bosques y suelos no sólo contribuirá al cambio climático futuro; sino queimpone también tremendos costos económicos, sociales y ambientales,particularmente a las personas y a los recursos de muchos países en desa -rrollo. Estos costos incluyen pérdida de las especies y de la biodiversidad,degradación de las cuencas, obstrucción por cieno de las facilidades hidroe -léctricas, disminución de la productividad agrícola e incremento en la esca -sez de madera para combustible. Este trabajo discute el estado actual de lasilvicultura como estrategia para la mitigación y su tratamiento potencialbajo el Protocolo de Kyoto y después dede él. basa parcialmente en el T a-ller para la Evaluación del Equilibrio Biótico realizado en Baltimore, cuyopropósito fue, para los expertos en silvicultura y expertos en la obtencióndel equilibrio, llegar a algún acuerdo con relación al estado de la ciencia yde la política del equilibrio de los bosques. Se incluye un apéndice, con lasconclusiones fundamentales de la Conferencia de Baltimore, para que seanutilizadas por los decisores de políticas.

IntroducciónEn los primeros trabajos que se realizaron acerca de la mitigación del cambio cli-mático, los bosques se proclamaron como la panacea potencial. En años recien-tes, la discusión acerca del papel que los bosques desempeñan en la mitigaciónse ha hecho más pragmática y sofisticada. La literatura seria ya no se refiere mása los bosques como la “solución” al problema del cambio climático, pero conti-núa citándolos así como a los otros usos de la tierra como piezas de valor en lacarpeta de medidas para la mitigación global.

Sin embargo, como consecuencia del Protocolo de Kyoto, firmado durante lacuarta Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Uni-das sobre el Cambio Climático (FCCC), no quedó muy claro el papel que en elfuturo jugarían los bosques como medios para lograr la mitigación. Aunque ba-jo el Artículo 3 del Protocolo se pone en evidencia la construcción de sumiderosen la “red” de las emisiones de los países del Anexo B, el tratamiento de éstos enlas intervenciones para la mitigación que están en el ámbito de los proyectos rea-lizados bajo los Artículos 3, 6 y 12 se dejaron para que se esclarecieran poste-riormente. En cierto grado, las ambigüedades del Protocolo de Kyoto son resul-

T R E X L E R , KO S LOFF Y GIBB O N S 143

tado de la brevedad de la conferencia de Kyoto. Sin embargo, en gran medida eltratamiento ambiguo que se le da a los sumideros en el protocolo es el resultadode los aspectos políticos y tecnológicos que surgieron; hay grupos y países inte-resados que confían que los bosques y las intervenciones de mitigación relacio-nadas con los mismos pueden ser un medio de alcanzar los compromisos de re-ducción contraídos con el Protocolo. Estos aspectos serán discutidos posterior-mente en este trabajo.

Al tiempo que los críticos están formulando preguntas, numerosos estudios,incluidos los del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climá-tico (IPCC, por sus siglas en inglés), han concluido que las medidas para lograrla mitigación del cambio climático que se basan en los bosques y en otros ele-mentos relacionados con las ciencias biológicas debieran jugar un importantepapel en la mitigación de las emisiones de gases de efecto de invernadero (GHG,por sus siglas en inglés) y del cambio climático. De acuerdo con el IPCC, las me-didas que se tomen en los bosques y en otras áreas relacionadas con las cienciasbiológicas pueden disminuir las emisiones de carbono hacia la atmósfera al re-ducir el ritmo de deforestación y la degradación de los bosques. Además, estasmedidas tienen la potencialidad de incrementar el secuestro de carbono en laflora terrestre por medio de actividades como la reforestación, la regeneraciónasistida y la ingeniería agroforestal.

Una revisión de la literatura sobre el cambio climático y del debate sobre eltema de los bosques y los sumideros lleva inevitablemente a la conclusión deque existe una gran incomprensión acerca del uso de los bosques como estrate-gia potencial para la mitigación del cambio climático. Este trabajo presenta unaserie de preguntas importantes acerca del estado actual de los bosques como es-trategia para lograr la mitigación y de su tratamiento potencial bajo el Protoco-lo de Kyoto y en la etapa posterior al mismo. El artículo se basa parcialmente enel trabajo realizado por el Proyecto sobre el Uso de la tierra y las Políticas de Mi-tigación Bióticas (Proyecto), que es una iniciativa política y técnica desarrolladapor Trexler y Asociados, Inc. en 1997 y con el objetivo fundamental de lograr unavance en la comprensión política y técnica de sí y cómo las medidas tomadaspara la mitigación del cambio climático en bosques y en otros elementos bioló-gicos asociados pueden contribuir de manera creíble y efectiva hacia los objeti-vos sociales en la arena del cambio climático. El Proyecto está laborando para de-sarrollar respuestas, técnica y políticamente creíbles, a preguntas formuladas enel debate del cambio climático y para mejorar la comprensión de los aspectos deltema.

Particularmente, se han organizado muchos talleres alrededor de los proyec-tos de implementación conjunta (JI, por sus siglas en inglés) y de la fase pilotode las “actividades de implementación conjunta” (AIJ, por sus siglas en inglés)sobre el tema del equilibrio del carbono. En estas reuniones y talleres se discu-ten, de manera rutinaria, los proyectos de las áreas boscosas y otros aspectos re-lacionados pero raramente los mismos han tenido una atención exclusiva. En1997 el Proyecto convocó a un taller que reunió alrededor de 30 expertos inter-nacionales para considerar los principales aspectos relacionados con el uso de losbosques como medio para mitigar el cambio climático. El objetivo del Taller pa-ra la Evaluación del Equilibrio Biótico realizado en Baltimore fue reunir a exper-tos bien informados e influyentes en el área de los bosques y su equilibrio paratratar de llegar a algún acuerdo con relación al estado de la ciencia y de la polí-tica con respecto al logro del equilibrio basado en los bosques. El taller de Balti-more centró su atención en los proyectos que se fundamentaban en estrategiaspara la mitigación del cambio climático mediante el uso de los bosques, más queen la incorporación de cambios en las áreas cubiertas por bosques al nivel nacio-nal en el nivel base de emisiones del país o en los presupuestos de emisiones fu-turas (la llamada vía de “red”). Los participantes del taller eran un grupo de per-sonas excepcionalmente calificadas, de diversos orígenes, provenientes de secto-

144 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

res académicos, gubernamentales, no lucrativos, y privados. Las conclusiones deltaller se utilizan para ayudar a esclarecer algunas de las preguntas formuladas acontinuación.

¿Son importantes las áreas boscosas y los cambios en el usode la tierra para el problema del cambio climático y para losobjetivos de la mitigación de dicho cambio?Desde antes de la Revolución Industrial, los cambios en el uso de la tierra, pri-mero en las zonas templadas y luego en las tropicales, han contribuido a la ele-vación de los niveles atmosféricos de gases de efecto de invernadero. En realidad,las emisiones de carbono asociadas con el cambio del uso de la tierra han sidoresponsables de casi la tercera parte del incremento neto de la carga atmosféricade dióxido de carbono desde la Revolución Industrial. En la actualidad, la im-portancia relativa de las emisiones provenientes del cambio en el uso de la tie-rra está decreciendo en la medida en que continúan aumentando las emisionesproducidas por los combustibles fósiles. Aún hoy en día se estima que las activi-dades humanas emiten anualmente entre 1 y 2 giga toneladas (GT, por sus siglasen inglés) de carbono provenientes de los bosques y de los suelos del mundo.Esto constituye aproximadamente el 20 por ciento de las emisiones antropóge-nas totales. Adicionalmente, el cambio del uso de la tierra contribuye tambiéncon emisiones de metano y de óxido nitroso, principalmente como productossecundarios generados por la combustión de biomasa.

Los vínculos entre las tendencias del uso de la tierra y el cambio climático po-tencial van mucho más allá del hecho de que la deforestación y la degradaciónde los bosques son una fuente importante y en actividad de las emisiones de losgases de efecto de invernadero, acelerando así la acumulación progresiva en laatmósfera de estos gases. Otros vínculos muy importantes que continúan sien-do centro del debate político y científico son:

• La evidente importancia de la fertilización con CO2 para disminuir la acumulaciónprogresiva del CO2 en la atmósfera. El efecto de la fertilización por CO2 -por elcual los niveles elevados de CO2 en la atmósfera contribuyen a estimular elcrecimiento de las plantas- se cree que sea responsable del secuestro de milmillones de toneladas de carbono por año en los bosques del mundo, lo quehace que sea más lento el futuro cambio climático. Sin embargo, existen al-gunas preguntas con relación a cuánto tiempo este efecto de fertilización ten-drá este papel sobre la mitigación del cambio climático.

• La importancia potencial de las medidas internacionales tomadas para la mitiga-ción del cambio climático que se basan en las áreas boscosas y en otras medidas so-bre el uso de la tierra. Numerosos estudios, incluidos aquellos del IPCC, hanconfirmado la importancia potencial de las medidas de mitigación en estesector. Un ejemplo particularmente notable es el papel potencial que pudie-ra jugar la energía proveniente de la biomasa en la sustitución de las emisio-nes provenientes de los combustibles fósiles en naciones industrializadas y endesarrollo.

• El potencial para el incremento de las emisiones de GHG producido por el uso de latierra en los años futuros debido a las alteraciones inducidas por el cambio climá-tico en temperaturas, cambios en el régimen de incendios, las tasas de oxidación delcarbono del suelo, y otras variables, y la importancia asociada de comprender cómolos sistemas biológicos pudieran adaptarse al cambio climático. Pudiera requerirgrandes esfuerzos en algunas áreas con el fin de mantener la cubierta de bos-ques que ya tenemos.

Esta es una breve revisión de las formas en que se vinculan los bosques y elcambio del uso de la tierra al gran tema del cambio climático. Esta revisión de-

T R E X L E R , KO S LOFF Y GIBB O N S 145

be ilustrar la necesidad de realizar una cuidadosa consideración de estos aspec-tos como facetas del esfuerzo para comprender el futuro del cambio climático,mitigarlo y adaptarse al mismo.

¿Cuál es la futura contribución de la deforestación y del cambiodel uso de la tierra proyectado sobre el cambio climático?No hay razón para creer, bajo las circunstancias de “todo sigue igual”, que des-cienda significativamente la contribución absoluta de la deforestación y de la de-gradación de los bosques sobre las emisiones globales de GHG en algún períodocercano. Grandes áreas de bosques tropicales, que son en la actualidad almacénde cientos de mil millones de toneladas de carbono, permanecen amenazadaspor la deforestación o la degradación. De acuerdo con el Segundo Reporte Eva-luativo del IPCC de 1995, más de 650 millones de hectáreas de bosques proba-blemente desaparezcan para el año 2050. Es probable que más de 75 GT de car-bono se emitan sólo por la deforestación. Además, cientos de millones de hectá-reas adicionales de bosques y de las tierras agrícolas se degradarán, produciendola liberación hacia la atmósfera de una porción del carbono que se almacena allíen la actualidad.

La pérdida y degradación de los bosques y suelos que está ocurriendo no só-lo contribuirá al cambio climático futuro; éste impone también un tremendocosto ambiental, económico y social, particularmente para las personas y los re-cursos de muchos países en desarrollo. Estos costos incluyen pérdida de especiesy de la biodiversidad, degradación de las cuencas hidrológicas, enlodamiento delas facilidades hidroeléctricas, descenso en la productividad agrícola, e incre-mento en la escasez de la madera como combustible.

¿Cómo pueden contribuir las medidas tomadas en los bosquesy las que se basan en el uso de la tierra sobre los objetivosde mitigación del cambio climático?Numerosos estudios realizados en los últimos 10 años han discutido cómo lasmedidas tomadas sobre los bosques pudieran o debieran contribuir a los esfuer-zos para mitigar el cambio climático tanto en los países industrializados comoen desarrollo. Estos estudios han incluido trabajos realizados por el IPCC, agen-cias gubernamentales, institutos de investigación y organizaciones no guberna-mentales como el Instituto de Recursos Mundiales. Gran parte de esta investiga-ción respalda la conclusión de que los bosques pueden ser una estrategia paramitigar tanto el cambio climático potencial como para producir beneficios adi-cionales socioeconómicos y sobre el medio ambiente que acompañarían a la re-ducción de los ritmos de deforestación y a la expansión de los programas de re-forestación en tierras apropiadas. Las intervenciones basadas en las áreas bosco-sas y las basadas en el uso de la tierra que tienen el potencial de contribuir sig-nificativamente a las opciones de mitigación del cambio climático caen en unade las tres categorías siguientes:

• Protección de los reservorios de carbono existentes de pérdidas asociadas con ladeforestación, la degradación de los bosques y los suelos, la urbanización yotras prácticas del manejo de la tierra

• Elevación del secuestro de carbono y expansión de los almacenes de carbono en bos-ques, otras biomasas, suelos y productos maderables (a través de la reforesta-ción, la repoblación de árboles, y los esfuerzos para la gestión forestal).

• Utilización de la biomasa para sustituir el uso de combustibles fósiles, bien direc-tamente (producción de energía a partir de la biomasa) o indirectamente(substituyendo la madera por acero, cemento u otros productos similares).

146 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

Los decisores de políticas internacionales han llamado repetidamente a dis-minuir la pérdida de áreas boscosas y a restaurar los bosques o las áreas cubier-tas por árboles. En 1989, 68 ministros del medio ambiente de todo el mundo fir-maron la Declaración de Noordwijk, en los Países Bajos, en la que se llama a al-canzar un incremento neto en la cubierta global de bosques de 12 millones dehectáreas por año para ayudar a detener el cambio climático. Ideas similares sehan reflejado en iniciativas políticas internacionales entre las que se incluyen elPlan de Acción de los Bosques Tropicales, el Programa Global de los Bosques, elGrupo Intergubernamental sobre Bosques y la Convención sobre Diversidad Bio-lógica. La FCCC y el Protocolo de Kyoto mencionan también explícitamente es-tos objetivos.

La literatura que aborda los esfuerzos para alcanzar la mitigación basada enlos bosques hace gran énfasis en el potencial de la reforestación, tanto en las zo-nas tropicales como en las templadas. Sin embargo, los esfuerzos para disminuirla deforestación y para la gestión de los bosques existentes son probablementede mayor importancia para la mitigación del cambio climático a largo plazo quelos esfuerzos para acelerar la reforestación. Aún aquellos que critican la planta-ción de bosques reconocen que la conservación de los mismos es una prioridad.Barnett (1992) concluye, “la protección de los bosques existentes [más que laplantación de nuevos] debiera ser una acción prioritaria en el combate contra elcambio climático. Esta consideración de vital importancia debe reconocerse encualquier lugar en que surjan los temas del cambio climático y la conservaciónde los bosques.” En tanto en cierto modo es fácil la disminución del ritmo dedeforestación, los esfuerzos para la reforestación a gran escala deben alcanzarsepor medio de una tenaz lucha contra severas represiones económicas y de in-fraestructura y además hasta con preocupaciones ambientales. En realidad, debi-do a que la protección de los bosques amenazados puede servir a muchos inte-reses ambientales, económicos y sociales, muchos analistas argumentan que laprotección de los bosques ofrece una de las tecnologías socialmente más costo-efectivas para la mitigación del cambio climático.

No obstante, la reforestación y las variantes de este tema -entre las que se in-cluyen la regeneración natural en casos donde puede controlarse el fuego en pas-tizales y en otras áreas- tiene un mayor potencial para la mitigación. Grandescantidades de tierras están potencialmente disponibles para la reforestación tan-to en zonas templadas como tropicales. Las opciones que se han explorado in-cluyen:

• reforestación de tierras de pastos, tierras de labranza o áridas;• reforestación de sitios que se han cosechado recientemente;• plantar a los lados de carreteras y de corredores ribereños; y• plantar en cortinas rompevientos y otras aplicaciones de la ingeniería agríco-

la

La utilización de combustibles provenientes de los bosques o de otras bioma-sas para desplazar o sustituir el uso actual o futuro de los combustibles fósiles tie-ne también un tremendo potencial como estrategia para mitigar el cambio cli-mático. Existen oportunidades, por ejemplo, utilizar grandes cantidades de resi-duos agrícolas y forestales que de otra manera serían desechos. También hayoportunidad de desarrollar cosechas especializadas para biomasa destinadas fun-damentalmente a la producción de energía. Si se unen los esfuerzos para incre-mentar, tanto la eficiencia con la cual la biomasa se convierte en energía comoél consumo por los usuarios finales, en principio, la energía producida por la bio-masa pudiera suplir una gran proporción de la energía comercial que será de-mandada en los países tropicales en las próximas décadas. No obstante, debe re-conocerse que tal proyecto enfrenta inmensos retos tecnológicos y económicos.

T R E X L E R , KO S LOFF Y GIBB O N S 147

¿Qué ha dicho el IPCC acerca del potencial de los bosquespara ayudar a mitigar el cambio climático?En el Segundo Reporte Evaluativo realizado en 1995, el IPCC identificó que losbosques y otras medidas de mitigación basadas en el uso de la tierra eran capa-ces de disminuir las emisiones de carbono al reducir el ritmo de deforestación yde degradación de los bosques en tanto se incrementaba el recambio ascenden-te del carbono por la flora terrestre a través del uso de medios como la reforesta-ción, la regeneración y el uso de técnicas de ingeniería agrícola (Brown y cols.,1996). El IPCC concluyó que la intervención podía, de manera realista, reducirla acumulación neta de las emisiones antropógenas durante los próximos 50años en más de 70 GT de carbono. Entre los años 1995 y 2050, al disminuir ladeforestación, promover la regeneración natural de los bosques en los trópicos eimplementar un programa de forestación global, el IPCC concluyó que se equi-libraría entre el 12 y 15 por ciento de las emisiones acumuladas por los combus-tibles fósiles.

¿Cuáles son las preocupaciones técnicas que surgencon relación al uso de los proyectos forestales ydel uso de la tierra para mitigar el cambio climático?El debate acerca del papel potencial de los bosques en los esfuerzos para mitigarel cambio climático ha variado mucho en la última década, desde la aseveraciónde que los bosques podían resolver virtualmente el problema del cambio climá-tico hasta la posición de que los bosques no tienen absolutamente ningún papelen la carpeta para las políticas y medidas de mitigación. Aunque muchos de es-tos aspectos ya han surgido en este debate, los mismos pueden agruparse en va-rias categorías:

• Si los proyectos sobre los bosques y el cambio del uso de la tierra pueden sercuantificados, monitoreados y verificados de manera confiable.

• Si las medidas de mitigación basadas en el uso de la tierra se perdieran pre-maturamente, se pudiera producir una reversión de los beneficios de la miti-gación.

• Si la consecución de esfuerzos de mitigación sobre los bosques y el cambio deluso de la tierra impide el progreso para lograr la reducción real de las emisio-nes y los objetivos de transferencia tecnológica en el sector energético.

La siguiente sección aborda los aspectos técnicos relacionados con el uso delos esfuerzos de mitigación basados en los bosques y en el uso de la tierra. La dis-cusión refleja las conclusiones del taller técnico mencionado previamente sobrelas opciones para la mitigación biótica.

¿Existen dificultades particulares asociadas con la cuantificación,verificación y cumplimiento para alcanzar el equilibriobasándose en los bosques y en el uso de la tierra?Se ha alcanzado un progreso sustancial en la definición y redefinición de los en-foques y métodos para monitorear las reservas y los flujos de carbono en los bos-ques. La experiencia alcanzada en un pequeño número de proyectos JI y laspruebas de monitoreo de campo sugieren que algunos de los principales retos seestán enfrentando y que el monitoreo del carbono en los bosques puede reali-zarse con un costo razonable y con niveles relativamente elevados de exactitudy precisión.

Los participantes del taller acordaron que sigue siendo necesaria la existenciade metodologías estandarizadas para que las personas que desarrollan los pro-yectos las puedan aplicar de forma relativamente fácil y consistente en los pro-

148 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

yectos potenciales. Los participantes concluyeron que la ausencia de metodolo-gías estandarizadas es atribuible a la evolución que está ocurriendo en este cam-po más que a la evidencia de lo que es tecnológicamente posible.

¿Cuán importante es la permanencia de los beneficios y de los factoresde riesgo bióticos asociados para los proyectos de mitigación biótica?Adicionalidad

La suplementariedad de los proyectos individuales de mitigación continúa sien-do una fuente de debate para la mayoría de los proyectos tipo. Notablemente, laadicionalidad raramente ha sido una preocupación en los proyectos de los bos-ques, ya que muy pocos de los proyectos existentes han tenido una motivacióneconómica. No hay dudas de que muchos de los proyectos de bosques serán ca-paces de cumplir o exceder cualquier estándar de adicionalidad que se acuerdeen el futuro.

Pérdida

La posibilidad de que esfuerzos indirectos y por retroalimentación que ocurrenfuera de los límites de un proyecto reduzcan los beneficios de otro proyecto co-múnmente se identifica como una preocupación en los proyectos de mitigación.Aunque la pérdida es un problema potencial para casi todos los tipos de proyec-tos de mitigación, los proyectos en los bosques se caracterizan a menudo como“propensos a pérdidas.” Sin embargo, el pensamiento actual sugiere que las op-ciones disponibles para manejar estas pérdidas son similares para todos los tiposde proyectos de mitigación, incluidos aquellos en los que participan los bosques.

Confiabilidad

Los diferentes riesgos a los que se enfrentan algunos tipos de proyectos de miti-gación a través de los bosques hacen particularmente relevante la confiabilidady permanencia de los beneficios. Los proyectos que tratan de ser permanentes(es decir, conservación de bosques, regeneración de cuencas hidrológicas y debosques naturales, restauración de suelos) se enfrentan a factores de riesgo quepudieran interferir con dicha permanencia. Las intervenciones que no tratan deser permanentes (ejemplo, reforestación con el uso de la agroingeniería para ob-tener madera y otros productos económicos) hacen que nos enfrentemos a pre-guntas sobre el valor del retraso y acerca del período de tiempo necesario paraque una intervención se considere equivalente a una medida de reducción deemisión. Para algunas opciones de mitigación por bosques (ejemplo, sustituciónde productos de madera por materiales de construcción intensivos de energía,energía a partir de biomasa), los aspectos no son diferentes a los que enfrentanotros tipos de proyectos de mitigación.

Los críticos de los bosques frecuentemente plantean el problema de la perma-nencia de los proyectos de mitigación basados en el uso de la tierra. Sin embar-go, hay muy poca literatura o análisis disponible sobre este aspecto. Hay pocaevaluación sistemática de las variables de riesgo biótico que pudieran interferircon la permanencia de los beneficios de los proyectos aún cuando un proyectoesté diseñado para generar beneficios permanentes. La permanencia de los bene-ficios es un tema particularmente complejo cuando se consideran proyectos enlos que participa la tala de madera u otra biomasa. El destino del carbono cose-chado es crucial para determinar los impactos del proyecto a largo plazo o “per-manentes” o el tipo de medida evaluada. Los participantes del taller concluye-ron rápidamente que la permanencia es el aspecto más engañoso en los esfuer-zos de mitigación basado en los bosques. Los participantes determinaron tam-bién que aunque puede formularse técnicamente, el debate de la permanenciase basa fundamentalmente en la política. Los decisores de políticas son los que

T R E X L E R , KO S LOFF Y GIBB O N S 149

finalmente necesitarán determinar qué significa la permanencia para el equili-brio y cómo estas definiciones se aplicarán a los proyectos en los que participenlos bosques y el uso de la tierra.

Cuantificación, monitoreo y verificación de los beneficios de los proyectos

La facilidad y exactitud con la cual pueden cuantificarse, monitorearse y verifi-carse los beneficios de las opciones de mitigación varía mucho. Están disponi-bles un grupo de métodos para monitorear los cambios de carbono en los bos-ques, incluida la percepción remota y lo verídico en la tierra, monitoreo basadoen inventarios y monitoreo basado en investigaciones. Un área de particularconfusión, y que debe evitarse, es considerar idéntica la cuantificación de los su-mideros al nivel nacional a través de la llamada red con la cuantificación de losbeneficios al nivel de proyectos. Los aspectos involucrados son muy diferentes.

Es importante reconocer que no todos los tipos de bosques y no todos los pro-yectos de bosques son intercambiables en el contexto del cumplimiento de losobjetivos para la mitigación del cambio climático. Diferentes tipos de bosques yproyectos tendrán diferentes características de mitigación. Es inapropiado englo-bar todos los tipos de bosques juntos como lo es agrupar otras grandes catego-rías de opciones para la mitigación. En cualquier caso, las intervenciones de mi-tigación varían dramáticamente en su posibilidad de ser cuantificadas, en sus re-sultados a largo plazo y en cuanto al costo-efectividad.

Las estrategias de mitigación basadas en los bosques ¿acercano alejan los objetivos para el desar rollo sostenible de los países?Algunos críticos de las iniciativas forestales expresan su preocupación acerca deque los proyectos forestales pudieran impedir el desarrollo socioeconómico enlos países en desarrollo, y que aún pudieran causar daños al medio ambiente. Losaspectos que surgen comúnmente son:

• Que la tierra que dedica al equilibrio de los bosques de alguna manera priva-rá a los países de oportunidades alternativas para el desarrollo económico ypotencialmente obstruye la soberanía nacional sobre esos recursos naturales;

• Los recursos que se utilizan en los bosques desplazarán de alguna manera losfondos que de otra forma estarían disponibles para actividades que directa-mente son más beneficiosas para el desarrollo económico.

Estos problemas potenciales están fundamentalmente vinculados a las pers-pectivas de las plantaciones de bosques a gran escala para la mitigación del cam-bio climático. Sin embargo, no existen razones para anticipar que los proyectosde reforestación tropical masiva serán los favorecidos para la mitigación delcambio climático. Más allá de los aspectos políticos y ambientales que han sur-gido, estos se alejan del enfoque de costo-efectividad. Hasta ahora, no existe unproyecto forestal que se haya implementado para la mitigación del cambio cli-mático en el que participen los tipos de plantaciones que han sido fuente fun-damental de preocupación para los que critican estos proyectos.

En este debate a menudo se pasa por alto el tremendo papel que pueden ju-gar los proyectos apropiadamente diseñados e implementados del sector forestalen las áreas de prioridad social como son la conservación de la biodiversidad, eldesarrollo sostenible, la conservación de las cuencas hidrológicas y la produc-ción de alimentos. La inclusión dentro de las estrategias para enfrentar las preo-cupaciones internacionales sobre el cambio climático de proyectos para el balan-ce biótico del carbono pudieran incrementar la disponibilidad de los recursos pa-ra apoyar las practicas del uso sostenible de la tierra y de los bosques, pues enausencia de dichos mecanismos es poco probable que ambos estén adecuada-mente financiados. En realidad, los proyectos para el balance biótico del carbo-

150 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

no, entre los que se incluyen opciones para el manejo de los bosques y el uso dela tierra, aportan una oportunidad para apoyar los esfuerzos que reduzcan la de-forestación y protejan los ecosistemas forestales vulnerables, muchos de los cua-les, de no contar con un apoyo adicional, se perderán o degradarán a corto omediano plazo (muchos en los próximos 20 años).

Los críticos de los bosques, en tanto plantean las preocupaciones citadas, re-conocen que los proyectos forestales pueden producir beneficios sociales y am-bientales, entre los que se incluyen una mejoría en la seguridad de los suminis-tros de alimentos, disponibilidad de materias primas para la industria, protec-ción de los servicios hidrológicos, conservación de la diversidad biológica y pro-tección de los suelos (Barnett 1992). Los participantes en el taller concluyeronque en tanto se pueden diseñar los proyectos forestales para maximizar los be-neficios negativos, como pudieran sugerir los ejemplos citados, no sería particu-larmente difícil evitar estos resultados durante el diseño y aprobación de los pro-yectos. Ellos sienten también que los beneficios potenciales de los proyectos fo-restales existentes son importantes y suficientemente observables y que es ina-propiado centrarse excesivamente en los hipotéticos impactos negativos.

Un participante en el taller planteó que un problema fundamental en el de-bate actual es que los participantes tienen a menudo visiones de proyectos ex-tremos en lugar de tratar de trabajar con el conjunto de proyectos promedio. Di-jo: “Veo dos conjuntos de tipos de proyectos. Nosotros estamos interesados enproyectos que se encuentren en la intersección de estos dos tipos. No queremosplantaciones simples, y no queremos proyectos que son de naturaleza tan socialque el beneficio para el carbono es ‘virtual.’ En el centro hay ciertos tipos de pro-yectos que pueden realizarse, pueden verificarse y que son socialmente relevan-tes. El problema es que las personas tienen visiones de extremos, y tienden a quelas discusiones tengan una excesiva influencia política.”

¿Impedirá el balance forestal el progreso hacia el logro de losobjetivos de reducción de las emisiones actuales y de latransferencia tecnológica en el sector energético? Algunos observadores de los esfuerzos basados en los bosques para la mitigacióndel cambio climático expresan preocupación acerca de que el seguimiento de losplanes forestales y del cambio en el uso de la tierra para la mitigación detendránel progreso hacia el logro de reducciones reales de emisiones e interferirán conlos objetivos de la transferencia tecnológica. A veces se describe a los bosques co-mo un contribuyente negativo para el cambio climático, aún cuando es induda-ble la capacidad técnica de los proyectos forestales individuales para equilibrarlas emisiones de CO2. Esta preocupación comprende tres aspectos:

• La reducción de emisiones basadas en el uso de la tierra es algo menos signi-ficativa que otras reducciones. No obstante, no hay dudas de que los cambiosen el uso de la tierra liberan anualmente a la atmósfera mas de 1 GT de car-bono. La necesidad de reducir estas emisiones es tan real como la de otros ti-pos de emisiones.

• Las oportunidades de mitigación basadas en los bosques reemplazarán otrosproyectos de mitigación. Hay poca evidencia empírica para apoyar este argu-mento. En tanto los bosques han sido una popular medida para la mitigación,ha sido diverso el rango de proyectos realizados a través de fases piloto de AIJ.No hay razón para creer que cualquier categoría individual de intervencióninundará el campo de los esfuerzos para la mitigación.

• Los proyectos forestales ofrecen poca o ninguna oportunidad para la transfe-rencia tecnológica. Por el contrario, la combinación de gestión forestal, la re-ducción del impacto de la explotación forestal, la conservación de bosques ylas medidas de reforestación ofrecen grandes oportunidades para la transfe-

T R E X L E R , KO S LOFF Y GIBB O N S 151

rencia tecnológica.

Muchos de estos aspectos técnicos y políticos pueden, con toda probabilidad,dirigirse hacia el desarrollo y la diseminación de una mejor información acercadel papel de los equilibrios bióticos sobre la estrategia global para la mitigacióndel cambio climático. Hay pocas dudas de que los proyectos sobre el uso apro-piado de la tierra produzcan un avance en lugar de impedir los objetivos econó-micos y ambientales de los países.

¿Por qué se enfatizan tanto los co-beneficios en los proyectos forestales y del uso de la tierra destinados a mitigar las emisiones?El término “co-beneficios” ha sido creado en el debate forestal para describirapropiadamente los beneficios que no tienen que ver con el carbono y que a me-nudo acompañan a los proyectos de balance biótico. Las discusiones profesiona-les y en la literatura raramente centran la atención en los beneficios de las op-ciones bióticas más allá del costo-efectividad. Aún cuando son de gran impor-tancia los beneficios, que no tienen que ver con el carbono, asociados con lasopciones bióticas.

Muchas intervenciones forestales ofrecen grandes oportunidades para mejo-rar la conservación de la biodiversidad, la conservación de los suelos y las cuen-cas hidrográficas, el desarrollo económico rural y los intereses de las poblacionesindígenas. El financiamiento para la mitigación del cambio climático tiene el po-tencial de expandir dramáticamente el financiamiento para estos objetivos ymejorar las prácticas forestales, todos ellos, de otra manera, muy probablemen-te tendrían pocas asignaciones económicas.

Los participantes del Taller de Biótica concluyeron que los co-beneficios nohan sido suficientemente evaluados en el debate sobre el equilibrio y la mitiga-ción del cambio climático. Esta omisión ha ido en detrimento de las oportuni-dades de la mitigación basada en el uso de la tierra. Los participantes llegaron avarias conclusiones con respecto a los co-beneficios:

• Basados en la experiencia de los proyectos existentes sobre el equilibrio, losco-beneficios de las opciones disponibles de mitigación forestal son numero-sos

• Los co-beneficios son de interés tanto para los ambientalistas como para lospaíses en desarrollo y pueden generar el apoyo necesario para ciertas opcio-nes de mitigación en el sector forestal.

• Los co-beneficios le permiten a los países en desarrollo cumplir múltiples ob-jetivos, incluidos objetivos para el desarrollo rural y de la biodiversidad. Estasituación es análoga a los co-beneficios de transferencia energética que seaceptan comúnmente en los proyectos energéticos.

La amenaza del cambio climático es sólo una variable en la ecuación que es-tá motivando un interés político renovado en los programas forestales tropica-les. Tan importante como ésto es la percepción de que el uso a gran escala de losbosques para mitigar el cambio climático podría producir la inyección de los re-cursos necesarios en los sectores forestales de los países del mundo. La disminu-ción de la pérdida de los bosques y la degradación del uso de la tierra pueden ha-cer avanzar al desarrollo sostenible, la producción de energía y los objetivos am-bientales en los países tropicales, en tanto aumentan los depósitos terrestres decarbono. Es concebible que mil millones de dólares se pudieran gastar anual-mente en la protección de los bosques, el manejo de los bosques, la reforestacióny los programas de obtención de energía a partir de la biomasa con el fin de ayu-dar a mitigar el cambio climático global. Gran parte de este dinero casi de segu-ro fluiría desde los países industrializados a los no industrializados, bien a tra-

152 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

vés de inversiones directas no gubernamentales, pagos de gobierno a gobierno,condonación de deudas o por otros medios.

¿Cuánta experiencia se ha acumulado a través de los esfuerzosexistentes de mitigación forestal y los basados en el uso de la tierra?Desde finales de los 80, en el sector forestal se han implementado más de dosdocenas de proyectos pilotos para la mitigación del cambio climático en los quese han realizado inversiones de más de $50 millones de dólares US. Esta cifra pu-diera ser pequeña de acuerdo con los estándares internacionales de ayuda y flu-jo de capitales, pero resulta importante en el contexto de los gastos para la mi-tigación del cambio climático. Hay varias razones por la que los bosques han si-do una opción popular para el cambio climático:

• Los primeros inversionistas del equilibrio deseaban diferenciar claramentesus proyectos de las actividades comerciales diarias del sector energético.

• Se vio que el equilibrio basado en los bosques era costo-efectivo y que se im-plementaba fácilmente a escala de proyectos pilotos.

• En un régimen de mitigación estrictamente voluntario, los muchos co-bene-ficios de los proyectos forestales han sido particularmente atrayentes para losinversionistas del equilibrio.

En la actualidad hay en vías de realización proyectos de mitigación con el usode la tierra y de los bosques tanto en países industrializados como en desarrollo.Los mismos se basan en una variedad de intervenciones forestales y de otroscambios en el uso de la tierra, entre los que se incluyen:

• Reforestación y agroingeniería;• Establecimiento o refuerzo de áreas protegidas;• Expansión forestal sostenible;• Reducción del impacto de la explotación forestal;• Conservación de las facilidades;• Mejoramiento del carbono del suelo; e• Investigación y desarrollo de árboles de crecimiento rápido.

A continuación se suministra una breve introducción acerca de la experien-cia con estas categorías de proyectos:

Reforestación en zonas templadas

Más de una docena de proyectos se están llevando a cabo en países incluidos enel Anexo I entre los que se incluyen Estados Unidos, Rusia, República Checa ylos Países Bajos. Aunque los proyectos individuales son generalmente de tama-ño modesto, en conjunto constituyen miles de hectáreas. Las tierras selecciona-das para estos proyectos de reforestación son ecológica y económicamente sen-sibles e incluyen parques nacionales, otras tierras públicas y de terratenientesprivados no industriales. Los beneficios de los proyectos incluyen la conserva-ción del suelo y del agua, el mejoramiento del hábitat de la fauna silvestre y eldesarrollo económico rural. Los convenios a largo plazo del carbono, que en oca-siones duran 99 años, aseguran que los beneficios de los proyectos del carbonotengan vida prolongada.

Reforestación tropical

Los proyectos de reforestación se están realizando en varios países tropicales. Es-te grupo de proyectos incluye el primer proyecto para el equilibrio del carbono,que es un proyecto de agroingeniería y desarrollo sostenible que se realiza en

T R E X L E R , KO S LOFF Y GIBB O N S 153

Guatemala y que se inició hace casi 10 años. Las tierras que intervienen en estosproyectos de reforestación incluyen parques nacionales, otras tierras públicas ycomunales y tierras privadas. Al igual que con los proyectos de reforestación enzonas templadas, los beneficios de los proyectos de reforestación tropical inclu-yen la conservación de los suelos y del agua, el mejoramiento del hábitat de lafauna silvestre y el desarrollo económico rural.

Manejo de los bosques y de las cosechas

De estos, quizás el más conocido es el Proyecto del Impacto de la Reducción dela Tala en Malasia (RIL, por sus siglas en inglés), que se inició en 1994. Los esti-mados sugieren que a través de un planeamiento cuidadoso y por el entrena-miento del personal pudieran reducirse las emisiones durante la cosecha en unacuantía de hasta el 50% en algunas regiones del mundo. Componentes del RILpueden encontrarse también en el Proyecto de Conservación del Río Bravo y elManejo de los Bosques que se realiza en Belice y en el proyecto de Noel KempffMercado de Bolivia.

Conservación de los bosques tropicales

Aunque esta categoría de proyectos es la intervención forestal para el cambio cli-mático que más se ha discutido, el número de proyectos que se están realizandoen esta área es bastante pequeño. Los proyectos actuales incluyen la Conserva-ción del Río Bravo y el Manejo de los Bosques en Belice, el proyecto ECOLANDde Costa Rica, el proyecto Mbaracayu en Paraguay y el Proyecto Noel KempffMercado de Bolivia. Cada uno de ellos conlleva un enfoque diferente. Ejemplosde estos enfoques son:

• La adquisición de propiedades dentro de un parque nacional;• La compra de concesiones de madera y la duplicación del tamaño de los par -

ques nacionales; y• La adquisición y transferencia de tierras privadas a la protección pública a lar-

go plazo.

Cada proyecto incluye importantes beneficios a la biodiversidad así comootros co-beneficios. El apoyo del país hospedero a estos proyectos ha sido impor-tante. En varios casos, se espera que los beneficios del carbono sean compartidosentre el país hospedero y los que financian el proyecto. La mayoría de los pro-yectos han demostrado la capacidad que tienen los proyectos del sector forestalde ajustarse a los criterios evaluativos sobre el equilibrio del carbono.

Además de estas intervenciones individuales basadas en proyectos, hay variasiniciativas y programas forestales innovadores que se están siguiendo para finesdel cambio climático. Un ejemplo puede encontrarse en Costa Rica, que ha es-tablecido su programa Certificado de Equilibrio Negociable (CTO, por sus siglasen inglés). El programa CTO se basa en un sistema nacional de protección debosques e iniciativas de reforestación. Otro ejemplo es la Corporación de Recur-sos Forestales en el estado de Oregón en Estados Unidos, en el cual un gran nú-mero de intervenciones de reforestación individual se agregarán a lo largo de to-do el estado y formarán un conjunto que asegura el riesgo del conjunto del car-bono.

Utilización de la biomasa

Un pequeño número de proyectos se están realizando tanto en países industria-lizados como en países en desarrollo para experimentar y demostrar las oportu-nidades en la utilización comercial de la biomasa en el sector energético comomedio de desplazar a los combustibles fósiles.

154 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

Elevación del carbono en los suelos.

Unos pocos proyectos persiguen la elevación de las reservas de carbono de lossuelos. Un proyecto, en Saskatchewan, Canadá, le paga a los propietarios de tie-rras que logren prácticas agrícolas en tierras no cultivadas. El Proyecto de Culti-vo de Halofitos propuesto en Sonora, México, producirá también el reemplazodel carbono del suelo.

Estos pocos ejemplos aportan alguna idea del tipo de medidas que se estánrealizando alrededor del mundo con el objetivo de lograr el equilibrio. A travésde estos proyectos se está aprendiendo mucho acerca del uso de los bosques pa-ra lograr la mitigación del cambio climático. Esta experiencia ha ayudado a es-clarecer las interrogantes que aún necesitan ser resueltas con respecto al uso delos bosques para lograr la mitigación del cambio climático.

¿Cómo difieren sistemáticamente los proyectos forestalesy los basados en el uso de la tierra para la mitigación deaquellos que se basan en la energía?La mayoría de los observadores evalúan los proyectos de mitigación del cambioclimático a través de su capacidad de responder a varias preguntas importantes:

• ¿Son ellos adicionales a lo que hubiera sucedido si no se realizara el proyec-to?

• ¿Son los beneficios del proyecto confiables a largo plazo?• ¿Se pueden cuantificar, monitorear y verificar con seguridad los beneficios de

los proyectos?• ¿Producen los proyectos co-beneficios de importancia?

Usualmente se discute si las medidas forestales y las basadas en el uso de latierra para lograr la mitigación son fundamentalmente diferentes a la de los pro-yectos de mitigación que se realizan en la arena energética. Los participantes enel Taller de Baltimore concuerdan, en general, que muchos de los balances bió-ticos podrían ser de igual cualidad para la mitigación. Ellos concluyeron tambiénque la implementación de iniciativas sobre el uso de la tierra tendría el mismogrado de dificultad que la mayoría de los proyectos energéticos.

Sin embargo, los participantes en el taller expresaron cierta preocupaciónacerca de la controversia que rodea a las características generales de diferentes ti-pos de intervenciones para la mitigación y hay declaraciones afirmativas de quealgunas categorías son inherentemente mejores que otras. En el caso de las in-tervenciones forestales, este debate estuvo apoyado por una comunidad nativade expertos forestales que han compartido abiertamente las fortalezas y debili-dades de las capacidades de medición con una comunidad política que no estásuficientemente preparada para interpretar esta discusión. Como dijo un parti-cipante: “Nosotros [los expertos forestales] hemos hecho daño al involucrarnosdemasiado en las discusiones técnicas. Como resultado, hemos confundido a losdecisores de políticas. Los aspectos técnicos para los bosques no dejan más per-plejos a las personas que los aspectos del balance de energía.” Las voces apoyaneste punto de vista, otro participante señaló “el aspecto central que debemosabordar no es cuál es el nivel de confianza que tenemos en nuestras medidas fo-restales, sino poner bien claro que el balance forestal puede lograr los mismosniveles de seguridad que la energía con niveles de esfuerzo equivalentes. El asun-to es de comparabilidad”.

Como resultado de estas discusiones, una conclusión fundamental de los par-ticipantes en el taller fue que los proyectos de equilibrio en el sector forestal noson diferentes a los proyectos del sector energético. Hay relativamente pocas di-ferencias sistemáticas entre estas categorías de proyectos, y las mismas pueden iren direcciones diferentes (es decir, adicionalidad vs. permanencia). Los partici-

T R E X L E R , KO S LOFF Y GIBB O N S 155

pantes concluyeron que no es posible hacer afirmaciones al nivel sectorial acer-ca de la calidad comparable de los proyectos del sector energético y del sector fo-restal. Los participantes concluyeron que los proyectos forestales no se deberíanconducir en estándares tan elevados de realización como los proyectos energéti-cos, ni debieran ser descontados genéricamente contra los proyectos del sectorenergético. Los participantes del taller concluyeron que deben tomarse en cuen-ta las características específicas de los proyectos individuales cuando se está juz-gando el cumplimiento con cualquier sistema acreditado que esté establecidopara la mitigación del cambio climático. Si un proyecto se encuentra dentro delsector forestal o del sector energético, se requeriría comprobar el cumplimientoindividual de los estándares de equilibrio.

¿Cómo se tratan los proyectos forestales y del usode la tierra bajo la FCCC y el Protocolo de Kyoto?La reducción de los cambios en el uso de la tierra que producen altas emisionesde GHG y la elevación del uso de sumideros son importantes componentes dela FCCC y del Protocolo de Kyoto. Provisiones importantes de estos dos instru-mentos incluyen:

• FCCC Artículo 4(2)(a): Las Partes adoptarán políticas nacionales y tomaránlas medidas correspondientes para la mitigación del cambio climático por...la protección y elevación de sus sumideros de gases invernadero y de reservo-rios.

• Protocolo de Kyoto, Artículo 2.1(a)(ii): Las Partes incluidas en el Anexo I im-plementarán políticas relacionadas con la protección y el incremento de su-mideros y reservorios, y la promoción de prácticas para el manejo sosteniblede los bosques, gestión forestal, forestación, y reforestación.

• Protocolo de Kyoto, Artículo 3.3: Las Partes que son países industrializadosdeberán contar con sus recursos forestales y sumideros al calcular sus emisio-nes.

• Protocolo de Kyoto, Artículo 6.1: Cualquier Parte incluida en el Anexo I pue-de transferir o adquirir unidades de reducción de emisiones obtenidas a par-tir de proyectos destinados a reducir las emisiones antropógenas por las fuen-tes o a elevar la eliminación antropógena por medio de sumideros.

• Protocolo de Kyoto, Artículo 12.3(b): Las Partes incluidas en el Anexo I pue-den utilizar los certificados de reducción de emisiones acumuladas por las ac-tividades de los proyectos para contribuir al cumplimiento de parte de suscompromisos cuantificados de reducción de emisiones.

Con respecto a las estrategias de mitigación basadas en los bosques, se consi-dera que los resultados de la Tercera Conferencia de las Partes (COP-3, en la cuallas Partes adoptaron el Protocolo de Kyoto) son muy ambiguos. Las discusionessobre los sumideros en la COP-3 no se realizaron en el contexto de los esfuer-zos de mitigación basados en proyectos. Más bien, ellos se centraron fundamen-talmente en sumideros dentro del contexto de sí y cómo los bosques constitui-rían una red contra las emisiones de los combustibles fósiles con el fin de deter-minar el cumplimiento de los objetivos de reducción de emisiones.

Los resultados forestales del Protocolo de Kyoto pueden resumirse como si-gue:

• La forestación, repoblación forestal y deforestación desde 1990 constituiráuna red contra otras emisiones de GHG de los países incluidos en el anexo B(previamente Anexo I)

• Los proyectos “sumideros” de forestación y repoblación forestal que puedencumplir la prueba inespecífica de “a no ser por” o “adicionalidad” serán ele-

156 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

gibles para acreditarse bajo el Articulo 6 del Protocolo (implementación con-junta), aunque no lo harán hasta el período del primer presupuesto.

• Los Mecanismos para un Desarrollo Limpio (CDM, por sus siglas en inglés)aportan créditos para “certificados de reducción de emisiones”, pero no defi-nen los tipos de reducción de emisiones que serán incluidas. En tanto algu-nas organizaciones medioambientales y de países no desarrollados han plan-teado que esto significa que los proyectos del sector forestal debieran excluir-se, esta es una opinión que se ha debatido intensamente. Es interesante seña-lar que un número potencial de intervenciones forestales constituyen de he-cho proyectos de “reducción de emisiones” mas que proyectos de incremen-to de sumideros.

La primera respuesta a la ambigüedad, que rodea a los proyectos del uso de latierra, que dejó el Protocolo de Kyoto se produjo durante los encuentros de se-guimiento del Órgano Subsidiario en Junio de 1998 en Bonn, Alemania. Una delas pocas áreas en las que se progresó fue en el área forestal y en la del cambiodel uso de la tierra. Aún así, los avances fueron de procedimientos y no esencia-les. Como resultado de los encuentros en Bonn, se le encomendó al IPCC prepa-rar un informe especial acerca de varios aspectos importantes sobre temas fores-tales y del uso de la tierra. Este informe especial, conjuntamente con el trata-miento que le dio la IPCC a las opciones forestales en el Tercer Informe Evalua-tivo, debería contribuir significativamente a la discusión del papel que son capa-ces de jugar los sumideros bajo el Protocolo de Kyoto tanto doméstica como in-ternacionalmente.

¿Cuál es la diferencia entre los sumideros “en redes” al estimarlas emisiones nacionales de GHG (Artículo 3.3 del Protocolo deKyoto) y la creación de proyectos de sumideros individuales(Artículos 6 y 12)?Cuando se considera el papel de la reducción de emisiones basadas en el uso dela tierra y de los proyectos de secuestro, es importante diferenciar entre la red na-cional de emisiones bajo el Artículo 3.3 del Protocolo y el seguimiento de las me-didas forestales y de otro tipo al nivel de proyecto. El Artículo 3.3 delinea cómolos bosques caen dentro de los cálculos industrializados del cumplimiento de losobjetivos de reducción de emisiones:

Los cambios netos en las emisiones de gases de efecto de invernadero pro-veniente de las fuentes y de la eliminación por sumideros resultantes deactividades forestales y del cambio del uso de la tierra inducidas por loshumanos, limitados a la repoblación forestal, la reforestación y la defores-tación desde 1990, se medirán como cambios verificables en los depósitosen cada período de obligaciones y serán utilizados para cumplir los com-promisos de este Articulo por cada una de las Partes incluidas en el AnexoI.

Hay aún considerable ambigüedad en cómo será aplicado este párrafo. Lo quesí está claro, sin embargo, es que el lenguaje del Artículo 3.3 se aplica “a la red”de ciertas categorías de intervenciones forestales y del cambio del uso de la tie-rra en los países incluidos en el Anexo B contra aquellos países que toman lasemisiones de combustibles fósiles con el fin de evaluar el cumplimiento de lasobligaciones de las Partes bajo el Artículo 3.3. Hay una evidente diferencia entrelos beneficios cuantificables al nivel de proyecto. Las metodologías son diferen-tes, las incertidumbres son diferentes y la exactitud y precisión de los procesosde cuantificación probablemente sean muy diferentes. De particular importan-

T R E X L E R , KO S LOFF Y GIBB O N S 157

cia, el miedo a las grandes fisuras en el Protocolo probablemente sea mayor enel caso de la red al nivel nacional que lo que lo es en la cuantificación de los be-neficios proyecto a proyecto. Como resultado, las preocupaciones tecnológicas ypolíticas y los debates que han caracterizado a las discusiones de la red antes ydurante el proceso del desarrollo del Protocolo no pueden simplemente transfe-rirse a la discusión de las intervenciones de la mitigación basada en proyectos.

¿Qué papel jugarán los bosques en los esfuerzosfuturos para la mitigación del cambio climático?Históricamente el cambio del uso de la tierra ha sido un contribuyente de sumaimportancia en las emisiones antropógenas de CO2, totalizando casi un terciode todas las emisiones desde la Revolución Industrial. La pérdida y degradaciónde los bosques continuará liberando a la atmósfera, con futuro indefinido, másde mil millones de toneladas de carbono por año. Esto crea claramente un lugarpara que los bosques se encuentren en el menú social de las opciones para la mi-tigación del cambio climático. Tanto la FCCC como el Protocolo de Kyoto reco-nocen la importancia de los bosques.

Como con la mayoría de las opciones de mitigación, el potencial total de lasmedidas forestales depende de muchas variables y es difícil de predecir con exac-titud. Un grupo de estudios sugiere que puede alcanzarse un beneficio de 1 a 2GT de carbono por año por medio de la conservación, regeneración y reforesta-ción de los bosques de zonas templadas y tropicales. La expansión comercial dela utilización de la biomasa para productos y energía pudiera añadirse a esta ci-fra. Aún cuando no es permanente, los beneficios de los proyectos bióticos pue-den ayudar a retardar la elevación de las concentraciones atmosféricas de CO2en varias décadas o más. Muchas intervenciones forestales ofrecen grandes opor-tunidades para incrementar la conservación de la biodiversidad, la conservaciónde los suelos y de las cuencas hidrográficas, el desarrollo económico rural y losintereses de las poblaciones indígenas. El financiamiento para la mitigación delcambio climático tiene el potencial de expandir dramáticamente los recursos pa-ra cumplir estos objetivos y mejorar las prácticas forestales, que de otra maneraprobablemente permanecerían con pocos recursos económicos.

Como el nivel prioritario de los esfuerzos para mitigar el cambio climáticocontinúa creciendo, se pondrá mayor atención en la necesidad de explorar todoel rango de opciones disponibles para lograr la mitigación. Los grupos más inte-resados reconocen la importancia y el valor de las medidas forestales y del cam-bio del uso de la tierra para lograr la mitigación. Docenas de organizaciones me-dioambientales, de conservación y de desarrollo sostenible, así como entidadesdel sector privado han demostrado su creciente conocimiento del valor de lasopciones forestales al firmar el Llamado para la Inclusión de la ImplementaciónConjunta basada en los Bosques en el Protocolo de Kyoto, el que urge a los de-legados a no despreciar todos los beneficios de las intervenciones del sector fo-restal.

Al igual que con el resto de las medidas para la mitigación, se requiere de untrabajo profundo para que las intervenciones del sector forestal se desarrollen enforma de protocolos y modalidades con el fin de implementar de forma confia-ble y consistente los esfuerzos de mitigación al nivel de protocolos. ¿Cómo pue-den identificarse realmente las áreas forestales que están amenazadas?¿Cómopueden ser efectivamente protegidas a largo plazo? ¿Cómo puede la reforesta-ción y otros proyectos contribuir efectivamente a los objetivos a largo plazo pa-ra la mitigación del cambio climático? Estas preguntas merecen una atenciónpolítica y analítica concentrada. El Proyecto para la Política del Uso de la tierray la Mitigación Biótica le está comenzando a brindar dicha atención y ha alcan-zado varias conclusiones preliminares:

158 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

• Para la reducción y el secuestro de emisiones basadas en el uso de la tierra, esimportante diferenciar entre la red nacional de emisiones bajo el Artículo 3.3del Protocolo y el seguimiento de las medidas forestales y otras de mitigaciónal nivel de proyectos.

• Los aspectos que enfrentan las intervenciones forestales son a menudo losmismos que encaran otras opciones de mitigación. En la mayoría de los ca-sos, los retos a los que se enfrentan los esfuerzos de mitigación al nivel fores-tal y de otros proyectos requieren soluciones políticas y no técnicas (es decir,definición de adicionalidad, soluciones de pérdida, permanencia).

• Algunos aspectos, como la cuantificación de los beneficios al nivel de proyec-to, plantean menos que un problema analítico ya que las técnicas para la me-dición exacta son cada vez más asequibles y la inexactitud que aún quedapuede ser enfrentada efectivamente.

Desde el punto de vista del país hospedero, se implementará el manejo de losbosques si los beneficios del proyecto, tanto para las tierras gubernamentales co-mo para las privadas, son mayores que los que se producen por otras alternati-vas para el uso de la tierra (ej., explotación forestal, pastos). En otras palabras,los beneficios del equilibrio del carbono deberán ser mayores que los costos delas oportunidades. Los beneficios deben incluir la conservación de la biodiversi-dad, la protección de las cuencas hidrográficas, elevación del potencial de eco-turismo y expansión del comercio de los productos forestales no maderables. Es-tos co-beneficios se pondrán en una balanza contra los costos de oportunidad dela disminución de las ventas de madera y las oportunidades de procesamientosecundario, como son los ingresos de valor añadido, empleos y otros multiplica-dores.

¿Cuáles son las prioridades para hacer avanzar los aspectos forestales?La mayoría de las prioridades para hacer avanzar los objetivos de los proyectosbasados en la mitigación en el sector forestal son las mismas que las que existenen otros proyectos de mitigación de otros sectores. Basados en las conclusionesdel taller de Baltimore a los que se refiere en este trabajo, sin embargo, puedenadelantarse los siguientes aspectos prioritarios:

• Permanencia del beneficio del CO2: La permanencia se identificó por los par-ticipantes en el taller, quizás, como el aspecto que, entre los considerados tec-nológicamente produce mayor reto. También es el aspecto mas señalado porlos críticos forestales. La permanencia es también, fundamentalmente, un as-pecto político que requiere consideración adicional con respecto a los aspec-tos técnicos como el valor de las emisiones retardadas, “cuánto es suficiente-mente largo”, y cómo incorporar los factores de riesgo (ej., el fuego) en lacuantificación y evaluación de los beneficios del proyecto.

• Estandarización de las Directrices y Criterios de los Proyectos basados en laMitigación: Los participantes en el taller concluyeron que la mayoría de losaspectos que enfrentan los equilibrios basados en bosques son iguales a losque enfrentan otros tipos de equilibrios. La falta de estandarización en elcampo contribuye a la preocupación y confusión que rodea a los equilibriosbasados en bosques. Una vez que comience la estandarización, será más fácilevaluar sistemáticamente el funcionamiento del equilibrio basado en los bos-ques contra otros tipos de proyectos y determinar el grado con que los esfuer-zos forestales pueden integrarse en un régimen a largo plazo post-Kyoto demitigación del cambio climático.

• Pérdida: Las preocupaciones sobre la pérdida pueden aportar un reto signifi-cativo para la incorporación de los esfuerzos de mitigación en el sector fores-tal en regímenes basados en créditos. Aunque la pérdida afecta también a los

T R E X L E R , KO S LOFF Y GIBB O N S 159

proyectos del sector energético, hay desacuerdo en si algunos tipos de pérdi-da son únicos para los proyectos forestales y si la magnitud de este aspecto esmayor para los proyectos forestales que para los basados en el sector energé-tico. Aún queda por resolver algo muy importante y es el aspecto de sí laevaluación de la pérdida específica de los proyectos es apropiada tanto en elsector forestal como en el energético.

• Protocolos para Analizar el Destino de los Productos Forestales: El tratamien-to de los productos forestales para la mitigación en el sector forestal está vin-culado a las tres prioridades ya identificadas. También es importante el aspec-to en sí mismo, y en este sentido no se ha realizado un proceso para su estan-darización.

• Proyectos Forestales benefician la Cuantificación, Monitoreo y Verificación:Recientemente se ha realizado gran cantidad de trabajo que ha beneficiado lacuantificación, el monitoreo y la verificación en las opciones para la mitiga-ción en el sector forestal. No obstante, pocos, si es que alguno, de los proto-colos estandarizados han sido desarrollados de manera que sean accesibles atodos los que desarrollan los proyectos o a los que trazan las políticas sobreel cambio climático. Aún se necesita un trabajo práctico extensivo en estaárea. Al propio tiempo, parece que se están haciendo menos importantes losaspectos de cuantificación de los proyectos como aspecto para el futuro de lamitigación forestal.

160 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

Apéndice: Conclusiones para los decisores de políticas provenientes del T a-ller de Evaluación de Biótica, Baltimore; Maryland, Septiembre de 1997.Extractado de: 1998. Trexler and Associates, Inc. The Role of Forestry as a Cli-mate Change Mitigation Strategy: Report of a Workshop Held in Baltimore,Maryland, September 5-7, 1997. Preparado para la Agencia de Protección delMedio Ambiente de Estados Unidos.

Los participantes en el taller estimaron que ciertas conclusiones tomadas por es-te conjunto inusual de expertos relacionados con los bosques debían ser infor-madas a la comunidad política. Durante el transcurso del taller, los participan-tes concluyeron también que un número de preguntas y aspectos técnicos quehabían surgido en relación con lo apropiado y la posibilidad de lograr el equili-brio a través del uso de la tierra y de los bosques deberían enfrentarse abierta-mente teniendo en cuenta el conocimiento técnico ya existente. Las conclusio-nes siguientes reflejan estas dos categorías de hallazgos.

Los proyectos de equilibrio forestal y los basados en el uso de la tierra pue -den ser un arma efectiva que pudiera aportar un componente importantepara cualquier estrategia nacional o internacional de mitigación del cambioclimático.Hubo consenso general de que los proyectos de equilibrio biótico podían apor-tar contribuciones de importancia y costo-efectivas para las estrategias naciona-les o globales de mitigación del cambio climático. Los participantes sintieronque uno de los beneficios particulares de los bosques es que ésto puede hacer-se a pequeña escala. Sin embargo, se llamó repetidamente la atención de quelos equilibrios bióticos no eran una panacea o “la” respuesta al cambio climáti-co y que los bosques y otros proyectos basados en el uso de la tierra eran pro-bablemente un pequeño componente en toda la carpeta para lograr la mitiga-ción. Al propio tiempo, las estrategias bióticas para la mitigación tienen una fle-xibilidad inherente que pueden construirse sobre experiencias y ser adaptadas alas circunstancias especiales de una locación o situación cultural o política par-ticular.

Hay tres tipos de proyectos de equilibrio basados en los bosques o en el usode la tierra: aquellos dirigidos a proteger los reservorios y sumideros de car -bono existentes (es decir, evitando las emisiones de carbono producidaspor la deforestación y otros cambios del uso de la tierra); aquellos dirigidosa añadirse a los reservorios de carbono ya existentes; y aquellos dirigidos asustituir los productos basados en combustibles fósiles por biomasa (ejem -plo, energía, cemento, y productos de acero).Los participantes reconocieron que es importante evitar que se traten a las op-ciones de mitigación forestal como un bloque monolítico y que es inapropiadoagrupar todas las tecnologías de mitigación biótica bajo la misma carpa con elfin de abarcar o disminuir su potencial de mitigación del cambio climático. Enla actualidad existen muchas estrategias potenciales diferentes de mitigaciónque se basan en los bosques. Disminuir la deforestación, por ejemplo, puede sertan real como los proyectos de reducción de emisiones de CO2 al igual que lasustitución de los combustibles fósiles o un proyecto que se ocupe del aspectode la demanda en el sector energético.

No hay dudas de que los proyectos de equilibrio del carbono basados enlos bosques pueden ayudar a retardar la elevación de las concentracionesatmosféricas de CO 2 en varias décadas o más. Esto aportará un tiempo pa -

T R E X L E R , KO S LOFF Y GIBB O N S 161

ra implementar políticas y medidas que permitan mitigar el CO 2 que r e-quieren un tiempo prolongado, incluida la conversión a tecnologías de ge -neración eléctrica más eficientes.Los participantes del taller están de acuerdo en que los proyectos bióticos parael equilibrio del carbono pueden ayudar a aportar tiempo para realizar inversio-nes y cambios a largo plazo. Aún la eliminación a corto plazo de carbono atmos-férico obtenida por proyectos de equilibrio basados en bosques puede tener unimpacto sobre la elevación de las concentraciones atmosféricas de CO2. Se hallegado al acuerdo que en tanto la permanencia de los beneficios del carbonoes de importancia y no deben ser ignorados, un servicio que el equilibrio bióti-co puede aportar -comprando tiempo en tanto retrasa las emisiones de GHG-es un importante beneficio científico y político. También se acordó que se pue-den ver ciertos proyectos forestales como permanentes en el sentido de que ase-guran el almacenamiento o secuestro del carbono por períodos de tiempo muyprolongados.

La inclusión de proyectos de equilibrio biótico entre las estrategias para en -frentar las preocupaciones internacionales acerca del cambio climático glo -bal puede incrementar los recursos disponibles para apoyar prácticas fores -tales y el uso sostenible de la tierra, los que probablemente sean inadecua -damente financiados en ausencia de dicho mecanismo.Los participantes del taller crearon el término “co-beneficios” para describirapropiadamente los importantes beneficios que no están relacionados con elcarbono que acompañan a menudo a los proyectos de equilibrio biótico. El gru-po discutió cómo el debate sobre estos aspectos tiende a tomar la posición depor qué en los bosques “no todo está mal”. Raramente se oye en las discusio-nes profesionales o en la literatura por qué las opciones bióticas son buenas porrazones diferentes a la del costo-efectividad (ejemplo, avance de los objetivos dela biodiversidad). Aún así los beneficios que se asocian con las opciones bióticasy que no tienen que ver con el carbono son importantes. Se concluyó que lasopciones bióticas aportan importantes beneficios subordinados y que existenmuchas razones por las que deben realizarse estas opciones. Como señalaron al-gunos en el grupo, el equilibrio del carbono podría considerarse realmente elbeneficio subordinado: a menudo las razones por la que estos proyectos se rea-lizan son -o a menudo debieran ser- otras razones que promueven objetivos so-cioeconómicos y del medio ambiente.

Los proyectos de equilibrio biótico del carbono, entre los que se incluyenlas opciones del manejo de los bosques y del uso de la tierra, brindan laoportunidad de apoyar esfuerzos para reducir la deforestación y protegera ecosistemas forestales vulnerables, muchos de los cuales se perderían odegradarían a corto o mediano plazo (dentro de ~20años) sin un apoyoadicional.Los participantes del taller consideran que los proyectos de equilibrio bióticopueden aportar un mecanismo de apoyo para las prácticas del desarrollo soste-nible en países en desarrollo. La inclusión de opciones bióticas entre las estrate-gias para enfrentar la preocupación internacional acerca del cambio climáticoglobal incrementará los recursos disponibles para apoyar las prácticas sosteni-bles del uso de la tierra y de los bosques. También se acordó que es tiempo deir a lo esencial, ya que muchos bosques enfrentarán severas amenazas en el fu-turo cercano. Los participantes en el taller sienten que la JI es un mecanismo úni-co de financiamiento que pudiera ayudar a salvar las áreas amenazadas antes deque desaparezcan. El tiempo es de crucial importancia en este aspecto. Varios

162 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

participantes están de acuerdo con la observación de que “sería una oportuni-dad perdida si no la asimos mientras que esté allí. El asunto no es si la podemoscapturar posteriormente, es si finalmente la podemos capturar.”

Los proyectos forestales y energéticos para el equilibrio del carbono apor -tan beneficios al carbono en diferentes marcos de tiempo. Algunos aportanbeneficios relativamente inmediatos pero a largo término (ejemplo, la pr o-tección de los bosques), en tanto otros aportan la mayor parte de sus be -neficios en varias décadas (ejemplo, las plantaciones de bosques con rota -ción a largo plazo). Sin embargo, en los proyectos del sector energético, losbeneficios de los proyectos con respecto al carbono no debieran acreditar -se al proyecto hasta que se hayan logrado en realidad y sean verificables.Los proyectos de equilibrio biótico pueden aportar beneficios a corto o largoplazo. El aspecto de la perpetuidad en conexión con los proyectos de equilibriobiótico -el marco de tiempo en el cual el proyecto ofrece sus beneficios- ha si-do contencioso y a menudo se plantea por los críticos. Se ha señalado que aúnlos proyectos energéticos no pueden reclamar que producen reducciones per-petuas de emisiones; en un marco de tiempo de 200 años antes de que las re-servas de gas se agoten (y el gas que se conserva hoy se haya emitido) sólo en-tonces habría un retraso de las emisiones.

La precisión con la que podemos medir el acúmulo de carbono en la vege -tación in situ asociada con los proyectos forestales de equilibrio del carbo -no es muy elevada -de hasta 10%, con un límite de confianza de 95% en lamayoría de los casos.Los beneficios sobre el carbono de un proyecto pueden medirse con alto gradode precisión. Un número de participantes en el taller, con gran experiencia enel trabajo en el terreno en esta área, se sienten confiados en que se puede al-canzar una cifra de ±10%. Los esfuerzos para alcanzar este elevado nivel de pre-cisión variarán entre los proyectos. Los participantes en el taller señalaron queeste nivel de precisión es comparable al encontrado en muchos proyectos delsector energético.

Cualquiera que sea la preocupación asociada con el nivel alcanzado en laprecisión de la determinación para un proyecto dado, siempre es posiblereportar los beneficios netos de carbono basados en el límite inferior delintervalo de confianza alcanzado. Hacer esto hace que los beneficios decarbono señalados sean altamente creíbles en relación con los proyectosenergéticos, para los que los estimados deben ser más precisos.Los participantes consideran que aún cuando algunos proyectos forestales noserán capaces de cumplir la precisión en la cuantificación que tienen muchosproyectos energéticos, no hay fundamentos para argumentar que los proyectosforestales no debieran jugar un papel en los esfuerzos de mitigación o en un ré-gimen de comercialización del CO2. Si se considera apropiado por los decisoresde políticas, están fácilmente disponibles los medios para ajustar los beneficioscuantificados de diferentes tipos de proyectos para inexactitudes de este tipo.Siempre que sea apropiado, tales ajustes debieran aplicarse al sector energéticoasí como a los proyectos del sector forestal.

Es relativamente fácil, y los costos son a menudo modestos, medir in situ elcarbono almacenado o secuestrado como resultado de los proyectos fores -tales para el equilibrio del carbono. Las mediciones son similares al costo yfacilidad de los ahor ros de medir el carbono asociados con muchos proyec -

T R E X L E R , KO S LOFF Y GIBB O N S 163

tos energéticos de equilibrio de carbono.Los participantes concluyeron que, como aspecto técnico y práctico, el costo demedir el carbono en los proyectos de equilibrio biótico no es significativo; encualquier caso, es comparable a los aspectos técnicos y al costo práctico asocia-do con muchos proyectos de equilibrio energético. Se concluyó de forma gene-ral que éste no era un problema a pesar de que se señala comúnmente por loscríticos.

Algunas categorías de proyectos bióticos son capaces de cumplir con un ré -gimen de acreditación, cualquiera que sea dicho régimen.Los participantes al taller consideran que aún cuando las características de losproyectos de equilibrio basados en los bosques varían ampliamente con respec-to a la posibilidad de ser medidos, las pérdidas, persistencia y las otras variables,hay medidas basadas en los bosques que pueden conformarse exitosamente acualquier régimen de acreditación que se desarrolle en el futuro.

Si hubiera pérdida de los beneficios del carbono, la contabilidad asociada conlos proyectos bióticos de equilibrio del carbono es similar a la asociada con mu-chos otros proyectos energéticos.Los participantes concluyeron que la pérdida es un aspecto a considerar tantoen los proyectos forestales como energéticos y que las fuentes potenciales depérdidas a que se enfrentan ambas categorías de proyectos son a menudo simi-lares (aunque puede diferir la magnitud).

La verificación por terceras partes del carbono acumulado presenta aspec -tos técnicos similares, tanto en los proyectos forestales como energéticos.Para ambos tipos de proyectos, la verificación eleva la exactitud de los r e-clamos de carbono; ellos pueden elevar y verificar los beneficios ambienta -les y sociales de los proyectos de equilibrio bióticos.Los participantes generalmente concuerdan que la verificación por terceras par-tes es deseable, de manera general, para los proyectos de equilibrio. Algunoscuestionan si tal solicitud no añade otra etapa burocrática a estos proyectos. Losparticipantes observaron que la verificación por terceras partes es un aspecto decredibilidad de la determinación y el análisis, más que de establecer un están-dar.

Referencias y lecturas seleccionadas

Brown, P., Cabarle, B., and Livernash, R. 1997. Carbon Counts: EstimatingClimate Change Mitigation in Forestry Projects, World Resource Institute,Washington, DC.

Brown, S., et al. 1996. Management of Forest for Mitigation of Greenhouse GasEmissions. In Intergovernmental Panel on Climate Change, Climate Change1995: Impacts, Adaptations and Mitigation of Climate Change: Scientific-Technical Analyses, 773-97.

Carter, L. 1997. Modalities for the Operationalization of Additionality. InU.N. Framework Convention on Climate Change, Determination ofEnvironmental Benefits: Part Two, The Act al Project Case, backgrounddocumentation for Work hop on Determination of Environmental Benefit ,Paris, September 9-10, 1997.

Center for Clean Air Policy 1993. The Role of Forestry Offsets in ReducingCO2 Levels, Washington, DC.

Dale,V., Houghton, R.A., and Hall, C.A.S. 1991. Estimating the Effect of Land-Use Change on Global Atmospheric CO2 Concentration, in Oak Ridge

164 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

National Laboratory, The Global Carbon Cycle, 85-89.Dixon, R.K., Brown, S., Houghton, R.A., Solomon, A.M., Trexler, M.C. and

Wisniewski, J., 1994. Carbon Pools and Flux of Global Forest Ecosystem , in:Science, American Association for the Advancement of Science, vol. 263, 185-190.

Electric Power Research Institute 1990. Reforestation to Offset CarbonDioxide Emissions, EPRI Final Report #EN-6910, Palo Alto, California.

Faeth, P. Cort, C. and Livernash, R. 1994. Evaluating the Carbon SequestrationBenefit of Forestry Project in Developing Countries. World ResourceInstitute.

F e a rnside, P. 1997. "Monitoring Need to Tr a n s f o rm Amazonian Fore s tMaintenance into a Global Warming Mitigation Option," Mitigation andAdaptation Strategies for Global Change 2(2-3 :285-302.

Fearnside, P. 1996. Socioeconomic actors in the Management of TropicalForests for Carbon, Forest Ecosystems, Forest Management, and the GlobalCarbon Cycle, NATO ASI Series 40: 349-61.

IEA. 1997. "Additionality of Global Benefit and Financial Additionality inthe Context of the AIJ Negotiation ." Draft International EnergyAssociation Working Paper.

Intergovernmental Panel on Climate Change 1992. Climate Change: TheIPCC Response Strategies; WMO/UNEP, Island Press: Washington, D.C.

Intergovernmental Panel on Climate Change, Climate Change 1995: TheScience of Climate Change, Cambridge University Press, Cambridge (1996).

Kosloff, L.H. 1997. Climate Change Mitigation and Sustainable Development.Natural Resources & Environment 12: 93-96, 143-145.

Lee, R., et al. 1997. "Understanding Concern About Joint Implementation,"Joint for Energy and Environment, Oak Ridge National Lab .

MacDicken, K. 1997. Project-Specific Monitoring and Verification: State of theArt and Challenge. Mitigation and Adaptation Strategies for Global Change2(2-3): 191-202.

Pinard, M., and Putz, F. (1997) Monitoring Carbon Sequestration BenefitAssociated with a Reduced-Impact Logging Project in Malaysia. Mitigationand Adaptation Strategies for Global Change (2-3):203-15.

P u r k e y, A.T. 1989. Combating the Greenhouse Effect Through Fore s t ryActivities in Developing Countries: A Project Evaluation Process, WorldResource Institute, Washington, DC.

Sathaye, J.A., et al. 1998. Concerns About Climate Change Mitigation Projects:Summary of Findings from Case Studies in Brazil, India, Mexico, and SouthAfrica. Ernest Orlando Lawrence Berkeley National Laboratory, LBNL-41403.

Trexler and Associates, Inc. 1998. Innovative Forest Financing Options andIssues: Forest Conservation and Management for Climate ChangeMitigation. Prepared for the United Nation Development Programme,Programme on Forest.

Trexler and Associates, Inc. 1998. Final Report of the Biotic Offsets AssessmentWork-shop.

Sponsored by U.S. Environmental Protection Agency, Utility Forest CarbonManagement Program, and the Electric Power Research Institute, Baltimore,Maryland, September 5-7, 1997.

Tre x l e r, M.C. 1991. "Minding The Carbon Store: Weighing U.S. Fore s t ryStrategies to Slow Global Warming." World Resource Institute.

Trexler, M.C. and Broekhoff, D.J. 1996a. Biodiversity Conservation and JointImplementation: An Action Agenda. Presented at Workshop on Financingthe Conservation of Biological Diversity and the Sustainable Use ofBiological Resources, Centre for Social and Economic Research on the GlobalEnvironment (CSERGE), Harare, Zimbabwe, September 13-15, 1995.

Trexler, M.C. and Broekhoff, D.J. 1996b. Biodiversity Conservation Through

T R E X L E R , KO S LOFF Y GIBB O N S 165

Joint Implementation Under the Framework Convention on ClimateChange: Advancing Common Agenda Elements. Presented at Workshop onInvesting in Biodiversity, Fifth Session of the Global Biodiversity Forum,Buenos Aires, Argentina, November 1-3, 1996.

Trexler, M.C., Faeth, P.E., and Kramer, J.M. 1989. Forestry as a Response toGlobal Warming: An Analysis of the Guatemala Agroforestry and CarbonSequestration Project, World Resource Institute, Washington, DC.

Trexler, M.C. and Gibbons, R.L. 1998. Land Use Change and Forestry Under theKyoto Protocol: Looking Forward to cop-4, in Carpenter, C. (ed.), LinkagesJournal, International Institute for Sustainable Development. Available fromTAA or at http://www.ii d.ca/linkage / journal/.

Trexler, M.C. and Haugen, C. (1995) Keeping it Green: Global WarmingMitigation Through Tropical Fore s t ry, World Resource Institute,Washington, DC.

Trexler, M.C. and Kosloff, L.H. 1998."The 1997 Kyoto Protocol: What Does itMean for Project-Based Climate Change Mitigation?" in Mitigation andAdaptation Strategies for Global Change, Kluwer Academic Publishers, 3:1-58.

Trexler, M.C. and Kosloff, L.H. 1997. "The Role of Forestry and Land Use-BasedOffset Project in an Evolving Joint Implementation Regime," in 1997Proceedings of the Air and Waste Management Association, June 8-12, 1997,Toronto, Canada.

Trexler, M.C. and Meganck, R. (1993) Biotic Carbon Offset Program : Sponsor ofor Impediment to Economic Development? Climate Research 3: 129-136.

U.N. Framework Convention on Climate Change, Conference of the Parties,Third Session 1997. Kyoto Protocol to the United Nation FrameworkConvention on Climate Change, Agenda Item 5,FCCC/CP/1997/L.7/Add.1.1997.

U.S. Initiative on Joint Implementation 1996. Activities Implemented Jointly:First Report to the Secretariat of the United Nations Framework Conventionon Climate Change: Accomplishments and Description of Project AcceptedUnder the U.S. Initiative on Joint Implementation, Washington, DC.

U.S. Initiative on Joint Implementation 1997. Activities Implemented Jointly:Second Report to the Secretariat of the United Nations FrameworkConvention on Climate Change: Accomplishments and Descriptions ofP rojects Accepted Under the U.S. Initiative on Joint Implementation,Washington, DC.

Mark C. T rexler es el Presidente de Trexler and Associates, Inc. (TAA, por sus si-glas en inglés), Compañía privada de Servicios para la Mitigación del CambioClimático. Antes de crear TAA, el Dr. Trexler dirigió la investigación sobre el car-bono forestal como una opción para la mitigación del cambio climático en elInstituto de Recursos Mundiales. También participó en el desarrollo del AES/CA-RE Proyecto de Agroingeniería y Secuestro de Carbono en Guatemala, que fueel primer proyecto para el equilibrio del carbono. Se ha publicado, incluyendoMinding the Carbon Store, un extenso estudio acerca de las opciones para el se-cuestro del carbono en Estados Unidos, y Keeping it Green, una evaluación delpotencial de los bosques tropicales para la mitigación del cambio climático glo-bal.

Laura H. Koslof f es Fiscal y Analista Principal de TAA cuya área de trabajo sonlas leyes domésticas e internacionales sobre el medio ambiente. De 1989 a1991, Ms. Kosloff sirvió como fiscal de jurado en el Departamento de Justicia pa-ra el Medio Ambiente y la División de Recursos Naturales de Estados Unidos. Po-see extensa experiencia en litigios y negociaciones sobre el medio ambiente, y

166 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

ha realizado conferencias y publicado acerca de tópicos sobre leyes nacionalese internacionales sobre el medio ambiente.

Rebecca Gibbons es Analista de Política del TAA. Participa en una amplia ga-ma de proyectos energéticos y relacionados con el cambio climático del TAA, yparticipa activamente en el trabajo de mitigación forestal del TAA. Ms. Gibbonsposee un BA en ciencias políticas concentrándose en Política Medioambiental enla Universidad de Connecticut.

Trexler and Associates, Inc.1131 SE River Forest RoadPortland, OR 97267-3513USATel.: 1-503-786-0559Fax: [email protected]

T R E X L E R , KO S LOFF Y GIBB O N S 167

Adaptación y variabilidad al cambio climáticoen el contexto del desarrollo sostenible1

Ian Burton Universidad de TorontoOntario, Canadá

ResumenEn 1992, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Cli -mático (UNFCCC, por sus siglas en inglés) demostró que existe consenso in -ternacional sobre la necesidad de la cooperación global para formular yaplicar las estrategias de adaptación. Sin embargo, el desar rollo de una ma -yor comprensión sobre la adaptación, y del movimiento tendiente a adop -tar el acuerdo internacional que determine los pasos que deben darse pa -ra facilitarla, se ha retrasado mucho con respecto a la mitigación.

Este trabajo describe una variedad de perspectivas actuales sobre laadaptación. Luego, informa acerca del estado del conocimiento y del pen -samiento, como reflejados en investigaciones recientes realizadas en Ugan -da, Antigua y Barbuda y Paquistán. Es sobre esta base que el trabajo con -cluye con la identificación de varios medios posibles para desar rollar la coo -peración internacional en el aspecto de la adaptación en el contexto de laConvención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y elProtocolo de Kyoto.

IntroducciónLa Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático reco-noce que la adaptación y la mitigación son las respuestas esenciales a los ries-gos del cambio climático. La mitigación es la reducción de las emisiones de ga-ses de efecto de invernadero y el secuestro de dióxido de carbono por la vegeta-ción y los suelos para ayudar a estabilizar la concentración atmosférica de losgases de efecto de invernadero. La adaptación está constituida por todos los ajus-tes en los sistemas socioeconómicos diseñados para reducir la vulnerabilidadfrente al cambio climático. Desde que se firmó la Convención en Río de Janeiroen 1992, la mayor atención ha recaído en la mitigación, y se ha tratado poco laadaptación. Sin embargo, está creciendo el reconocimiento de que la adaptaciónal cambio climático es imperativa y urgente. Este trabajo discute el espectro delas posibles respuestas de adaptación y cómo las mismas pueden integrarse a losplanes e inversiones para el desarrollo económico nacional.

Adaptación en países desar rollados y en países en desar rolloLa adaptación puede reducir los impactos del cambio climático tanto en paísesdesarrollados (incluidos en el Anexo I) como en los países en desarrollo. Se haconcluido de forma autorizada que en los países desarrollados la capacidad deadaptación es elevada (Academia Nacional de Ciencias 1992). Esta aseveración

BU RTO N 169

1 Este trabajo se basa en una in-vestigación que fue financiada,en parte, por la Agencia para elDesarrollo Internacional de Esta-dos Unidos trabajando para elInstituto Mundial de Recursos,Washington D.C. y para el Pro-grama de las Naciones Unidaspara el Medio Ambiente con elapoyo del Fondo para el MedioAmbiente Mundial (GEF, por sussiglas en inglés).

puede limitarse en tres formas:

• Primera, la adaptación se aplica mejor en sectores socioeconómicos fuerte-mente controlados. En el Informe Nacional de la Academia estos sectores sonla agricultura, el manejo de bosques y de tierras de pastoreo, los recursos hi-dráulicos, turismo y recreación, estructuras costeras y asentamientos, migra-ción humana y seguridad doméstica. Los paisajes naturales y los ecosistemasmarinos están delineados en el Informe como áreas sensibles al cambio cli-mático y donde la adaptación es cuestionable.

• Segundo, los costos de adaptación permanecen en gran medida, inexplora-dos (Rothman y cols., 1998; Bein y cols., 1999). Comúnmente se asume quelos costos serán relativamente bajos en relación con el bienestar nacional, pe-ro puede que éste no sea el caso. Los costos dependerán de la magnitud y delgrado del cambio climático, y éste aún es incierto.

• Tercero, la confianza en la capacidad de adaptación asume que el cambio cli-mático será lento y creciente, y que no se producirán eventos dramáticos co-mo son los cambios súbitos en la circulación oceánica. Presumiblemente, laprobabilidad de estos eventos es baja, pero los mismos pudieran ser catastró-ficos.

Estas advertencias son ampliamente aceptadas, no obstante el criterio de quelos países desarrollados pueden realizar la adaptación necesaria sin que se tomenacciones por acuerdos o arreglos internacionales. Sin embargo, cada vez es ma-yor el reconocimiento de que las medidas de adaptación adoptadas en un paíspudieran tener consecuencias en otros países. Esto se aplica más claramente ensituaciones fronterizas. Por ejemplo, cuando se hacen adaptaciones para cambiarlos regímenes hidrológicos en un país que comparte la cuenca de un río con paí-ses vecinos, las repercusiones que se obtienen son probablemente regionales.Las políticas y medidas de adaptación pueden afectar también los términos co-merciales, tanto regionalmente, como en los casos del tipo de la Unión Europeay bajo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte; parece probable queeventualmente serán requeridos algunos acuerdos o entendimientos regionales.

En los países en desarrollo, especialmente en los más pobres, menos desarro-llados y más vulnerables a los efectos de la variación climática, la capacidad deadaptarse es generalmente inferior a la de los países desarrollados Esto se debea la falta relativa de recursos financieros; menor acceso a las tecnologías; menorinvestigación científica y capacidad de desarrollo; menor organización de insti-tuciones sociales y gubernamentales efectivas; y menor desarrollo de recursoshumanos capacitados. Además, no sólo la cantidad real de bienestar nacional esun factor, sino también es importante su distribución. Los países en los que lamayor proporción de su población se encuentra en la pobreza tienen menos ca-pacidad de adaptación. La incertidumbre acerca de la respuesta de los ecosiste-mas naturales y la pérdida potencial de la biodiversidad es otro impedimento pa-ra el desarrollo de una eficaz política de adaptación, especialmente en los paísestropicales.

La amplia divergencia en la capacidad de adaptación entre los países total-mente desarrollados y los menos desarrollados es la principal razón por la cuallos impactos del cambio climático probablemente serán mucho mayores enaquellas regiones donde se proyecta que el cambio climático, medido en térmi-nos de cambio de la temperatura media, será menor (IPCC 1996a). Estas regio-nes se describen como de baja latitud o tropicales. Se proyectan cambios signifi-cativamente mayores en la temperatura media anual para las latitudes medias yaltas. Sin embargo, el hecho de que los países más altamente desarrollados, conmayor capacidad de adaptación, están fundamentalmente localizados en estasregiones hace que se espere que los impactos sean menores.

Desde el acuerdo de la UNFCCC en 1992, se ha hecho mayor énfasis en tra-

170 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

tar de reducir las emisiones de gases con efecto de invernadero. En el momentoen que se escribía este trabajo (Junio 2000), los negociadores estaban buscandola ratificación y la aplicación del Protocolo de Kyoto. El objetivo es completar es-tas negociaciones para la fecha de la sexta reunión de la Conferencia de las Par-tes (COP.-6) a celebrarse en La Haya en los Países Bajos en Noviembre del 2000.Hasta ahora, ha habido poca discusión sobre la cooperación internacional paraalcancar la adaptación, con excepción de las Comunicaciones Internacionalesbajo la Convención.

Este trabajo trata de colocar más firmemente a la adaptación dentro del con-texto del desarrollo sostenible. Al atraer la atención hacia la importancia, tantode la mitigación como de la adaptación, como componentes que intervienen enuna carpeta balanceada de respuestas, la intención del autor es ayudar a estimu-lar aún más el debate y a que se realice un rápido progreso. Alcanzar la mitiga-ción sustancial tomará un tiempo considerable. Ahora pueden tomarse las me-didas de adaptación para enfrentar la vulnerabilidad existente y futura.

El contexto de la Convención ClimáticaDesde el comienzo de las negociaciones para el UNFCC a finales de los 80, se tra-tó la adaptación al cambio climático como secundaria a la mitigación. El objeti-vo final de la Convención se estableció como la “estabilización de las concentra-ciones de gases de efecto de invernadero en la atmósfera a un nivel que preven-dría las interferencias antropógenas dañinas con el sistema climático”. Lo que si-guió a esta formulación inicial fue una abrumadora concentración sobre la mi-tigación: ¿qué cantidad de mitigación era necesaria, cuándo, en qué proporcióny cuál es la distribución apropiada de la responsabilidad para alcanzar un acuer-do sobre los objetivos planeados? El requerimiento de que el acuerdo fuera in-ternacional surgió debido a la naturaleza global del cambio climático. Como quetodos los países contribuyen a la acumulación de gases de efecto de invernade-ro de la atmósfera, aunque en cantidades desiguales, es imperativo que todos lospaíses concuerden en sus responsabilidades respectivas con el fin de evitar queel problema “se desboque libremente” -donde las no-Partes disfrutan, sin parti-cipar realmente, de los beneficios que se obtengan por los pasos dados por otros.

No obstante, la Convención reconoció la necesidad eventual de la adapta-ción. Esto se especifica en el Artículo 4.1 de la Convención y en el Artículo 4.4,que establece que “las Partes incluidos en el Anexo II también ayudarán a las Par-tes de los países en desarrollo que son particularmente vulnerables a los efectosadversos del cambio climático a cubrir los costos de adaptación a estos efectosadversos.” De acuerdo con un comentarista, “Esta provisión es la expresión másclara de que la aceptación por parte de la Convención valora tanto a la adapta-ción como a la mitigación” (Yamin 1998).

Durante los primeros cinco años de vida de la Convención, hasta lograr elacuerdo en el Protocolo de Kyoto, se dedicó una desproporcionada cantidad deatención a la mitigación. Seis consideraciones ayudan a explicar la renuencia deenfrentar la adaptación:

• Se ha pensado que la adaptación es una estrategia a largo plazo que puedeser retrasada hasta que los efectos del cambio climático sean más evidentes ymenos inciertos.

• La adaptación se ha definido tan ampliamente que el rango potencial de me-didas es extremadamente grande. Al propio tiempo, no hay aún una informa-ción adecuada sobre el costo de la adaptación ni existen acuerdos sobre lasbases para la determinación de las prioridades.

• Las Partes de los países desarrollados están preocupadas por exponerse a de-mandas sustanciales y mal definidas para la asistencia bajo el Artículo 4.4. Lasguías suministradas por los países desarrollados para el mecanismo financie-

BU RTO N 171

ro de la Convención, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sussiglas en inglés), lo que han logrado es refrenar la provisión de asistencia pa-ra la adaptación.

• Al inicio, el GEF se estableció en respuesta a las demandas de países en desa-rrollo para obtener la financiación internacional con el fin de cubrir los cos-tos adicionales para responder a las necesidades para la protección global delmedio ambiente. Por tanto, uno de los criterios para el financiamiento por elGEF, ha sido que para que una iniciativa sea elegible deben ser demostrableslos beneficios globales para el medio ambiente. En general, se cree que, en elcaso de la adaptación, los beneficios son en su mayoría domésticos, y por tan-to, que el financiamiento adicional, más allá de la asistencia normal para eldesarrollo, no está justificado excepto en aquellos casos donde puedan de-mostrarse beneficios genuinamente globales.

• Muchas actividades de desarrollo ya tienen en cuenta el clima actual así co-mo su probable variabilidad futura y sus extremos (al menos en teoría). Aligual que con las ciencias atmosféricas aún no es posible, y quizás nunca losea, distinguir con certeza entre la variabilidad climática normal y los cam-bios climáticos, tanto a escala local como regional, se ve que no hay un fun-damento científico para distinguir entre las medidas de adaptación a los fac-tores climáticos naturales (y sus costos) y el cambio climático.

• Por medio de negociaciones internacionales, los representativos de los paísesen desarrollo han considerado la adaptación como una fuente potencial deflujos externos o de costos. Las medidas de mitigación, sin embargo, se hanvisto como fuentes potenciales de flujo hacia dentro o de asistencia financie-ra (a través de la Implementación Conjunta y del Mecanismo para un Desa-rrollo Limpio).

De estas seis consideraciones contra el enfrentamiento más agresivo a laadaptación, dos han perdido gran parte de su credibilidad: la falta de urgenciay la falta de beneficios globales.

Falta de urgencia

El reciente y dramático incremento de los costos financieros de los desastres na-turales relacionados con el tiempo han ayudado a crear el sentido de urgencia.En tanto no se puede probar científicamente que la magnitud de la variabilidadclimática y de los eventos extremos que se están experimentando en la actuali-dad se vinculan directamente con el cambio climático, en realidad existe la po-sibilidad de que éste sea el caso. Los científicos de la atmósfera generalmenteconcuerdan que este patrón es consistente con los cambios que pudieran espe-rarse como resultado de la desestabilización atmosférica y de la intensificacióndel ciclo hidrológico que son causados por el cambio climático. El costo de losdesastres relacionados con el tiempo en 1998 excedió los costos acumulados detodos esos desastres que ocurrieron en la década de los 80 (Annan 1999). Las pér-didas por eventos extremos en 1998 pueden atribuirse a la fuerza sin preceden-tes del evento El Niño 1997-98. Aquí, de nuevo, es posible que exista un víncu-lo con el cambio climático pero no está comprobado. A pesar de estas necesariascualidades, el vínculo entre el cambio climático y los eventos extremos actualeses suficiente causa de alarma y ha incentivado el sentido de urgencia.

Falta de beneficios globales

El argumento de que las medidas de adaptación no producen beneficios globa-les sustanciales se equilibra con el reconocimiento de que los costos de adapta-ción al cambio climático, en efecto, se han impuesto en todos los países por lasemisiones históricas de gases de efecto de invernadero fundamentalmente a par-tir de las Partes que son países desarrollados. En realidad, la aceptación de la res-

172 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

ponsabilidad para cubrir los costos de adaptación, como se establece en el Artí-culo 4.4, es el reconocimiento tácito de su culpabilidad (Fankhauser 1996). Ade-más, la prevención de las pérdidas a gran escala producida por los desastres na-turales relacionados con el clima pueden tener beneficios globales sustanciales.En el caso del Huracán Mitch, por ejemplo, las pérdidas económicas en Guate-mala y Nicaragua igualaron, aproximadamente, a diez años de crecimiento eco-nómico. Tales retrasos están ocurriendo con más y más frecuencia, y son el cos-to real del desarrollo económico global. Esto se añade a los costos crecientes deeliminación de las emergencias y de la rehabilitación de los desastres, la crecien-te amenaza que se le plantea para la estabilidad política y social y los incremen-tos potenciales de refugiados a través de las fronteras terrestres y transoceánicas.

En el caso del Huracán Mitch, las pérdidas económicas en Guatemala yNicaragua igualaron, aproximadamente, a diez años de crecimiento eco-nómico. Tales retrasos están ocurriendo con más y más frecuencia, y sonel costo real del desarrollo económico global. Esto se añade a los costos cre-cientes de la eliminación de las emergencias y de la rehabilitación de losdesastres, la creciente amenaza que se plantea para la estabilidad políti-ca y social, y los incrementos potenciales de los refugiados a través de lasfronteras terrestres y transoceánicas. En el caso del Huracán Mitch, porejemplo, las pérdidas económicas en Guatemala y Nicaragua igualaronaproximadamente a diez años de crecimiento económico.

En este trabajo se discuten las cuatro restricciones restantes acerca de la adap-tación. Aunque aún no se disponen respuestas totalmente satisfactorias, se estáhaciendo cada vez más claro que los costos de adaptación al cambio climáticono necesitan ser un gran agujero negro con capacidad ilimitada para absorber losrecursos financieros. Se han diseñado formas para distinguir los costos de adap-tación al cambio climático. Esta diferenciación no puede basarse en una riguro-sa distinción científica entre el clima, la variabilidad climática y el cambio cli-mático, está emergiendo el sentido de lo que pudiera considerarse un incremen-to razonable de los costos. Al propio tiempo, los países en desarrollo están reco-nociendo que debe hacerse especial énfasis en la asistencia adicional de sus es-fuerzos para lograr los costos de adaptación. El resultado probablemente depen-de más de la negociación que de la ciencia, pero ya no es insalvable la diferen-cia en las posiciones.

¿Qué significa ‘adaptación al cambio climático’?La UNFCC no define la adaptación, y en general hay ausencia de definición for-mal. Lo que más se acerca a una definición autorizada se encuentra en el textodel Análisis Técnico del IPCC donde se establece que “la adaptación se refiere alos ajustes en los sistemas ecológicos, sociales o económicos en respuesta a estí-mulos climáticos reales o esperados, sus efectos o impactos. Se refiere a cambiosen los procesos, prácticas y estructuras para moderar los cambios potenciales opara beneficiar algunas oportunidades asociadas con el cambio climático” (IPCC1996b).

En la literatura y en la investigación reciente acerca de la adaptación al cam-bio climático algunas veces se plantea que la adaptación es un nuevo campoacerca del que se conoce muy poco o del que hay poca experiencia. Esto es cier-to, si se aplica estrictamente al cambio climático antropógeno. Sin embargo, se-ría un error asumir que se está creando un campo totalmente nuevo de las cien-cias. Mientras que la amplitud del campo de la adaptación evidentemente es

BU RTO N 173

muy grande, este se reduce dramáticamente si se distingue entre la adaptaciónal clima y la adaptación al cambio climático (Burton 1997).

La adaptación al clima ha sido siempre parte esencial de la evolución y de lasupervivencia, tanto de los sistemas humanos como naturales. En todas las re-giones, el patrón y el diseño de los asentamientos y de la infraestructura huma-na, las prácticas agrícolas y la selección de cosechas, y un rango de otras variasactividades se ha adaptado durante siglos, de forma exitosa, al clima prevalecien-te. En cada uno de los sectores socioeconómicos en riesgo por el cambio climá-tico existe un conocimiento, tanto teórico como práctico, relacionado con lasrespuestas al clima así como de la variabilidad climática y de los eventos extre-mos (Grupo Asesor de Washington 1999). El carácter de este conocimiento difie-re de sector a sector. En la agricultura, por ejemplo, hay un gran volumen de co-nocimiento práctico y de experiencia local en cada comunidad agrícola. Esta esla base de las decisiones que se toman de día en día por los agricultores indivi-duales acerca de factores como qué plantar, en qué fechas, y los métodos de cul-tivo. Este conocimiento elemental se enriquece por un volumen considerable deconocimientos contenidos en los modelos de cosechas, los que correlacionanlas respuestas de varios tipos de cosechas con un amplio rango de variables cli-máticas y del tiempo.

Al diseñar los estándares para los componentes de la infraestructura siemprese toman en cuenta las variables del clima y del tiempo. Por ejemplo, en el ma-nejo del agua, la transportación, los bosques, el turismo y la recreación, la pro-tección de la salud y el manejo de las zonas costeras, los factores de la variabili-dad climática y los extremos siempre son, tanto formal como informalmente,un elemento en el diseño y en la toma de decisiones. Además, las propiedadesresidenciales, comerciales e industriales, los puentes, autopistas, canales de dre-naje, diques y bahías frecuentemente están sujetos a estándares del tiempo y delclima oficialmente aprobados, y cuya aplicación comúnmente es responsabili-dad de las compañías constructoras y de otros miembros del sector privado. Así,la adaptación al cambio climático no es algo que debe comenzar de la nada. Esun proceso creciente que se puede construir sobre una larga historia de adapta-ción previa. Lo que es nuevo es la necesidad de adaptarse mucho más rápida-mente debido al impacto de las actividades humanas sobre el clima. Probable-mente sea más difícil y más caro, y es una carga legítima sobre los recursos eco-nómicos globales que están disponibles a través de los mecanismos financieroscomo son las Facilidades Globales para el Medio Ambiente.

Con el fin de desarrollar la ciencia de adaptación al cambio climático, será ne-cesario incrementar el conocimiento existente, para poder lograr nuevos y pro-bablemente más amplios rangos de variabilidad y de eventos extremos que losque se habían considerado previamente. Sin embargo, hay un nuevo elementode importancia que implica que la ciencia de la adaptación al cambio climáticorequerirá de un incremento en los cambios más que de la suma de los métodosempleados previamente para adaptarse al cambio climático. El manejo del ries-go para la variabilidad climática, del tiempo y de sus eventos extremos previa-mente ha estado muy compartimentada. Diferentes variables del tiempo produ-cidas por causas diferentes afectan a sectores diferentes. De acuerdo con esto,aquellas que conciernen al tiempo y a la variabilidad climática han desarrolladosus ciencias que están muy separadas una de otras. De esta forma, las priorida-des agrícolas, y por tanto sus técnicas, probablemente sean distintas a las aplica-das en los bosques, el manejo de los recursos hidráulicos, y el diseño de cons-trucciones e infraestructura. Por ejemplo, los agricultores están más preocupadosacerca de la probabilidad de la ocurrencia de heladas o sequías, y menos preocu-pados con la calefacción y la ventilación de los grandes edificios de residencia.Las ciencias de la agronomía, hidrología, silvicultura, arquitectura, diseño e in-geniería constructiva, y salud humana todas han desarrollado formas y termino-logías propias para la evaluación del riesgo. Ahora las mismas se enfrentan a un

174 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

riesgo a la que todas son vulnerables, aunque en formas y grados diferentes. Es-ta amenaza común las está forzando a la convergencia de metodologías y termi-nologías hacia lo que pudiera llamarse la evaluación integrada del riesgo para elcambio climático. Este proceso sólo está comenzando, y su momentum es evi-dente en el creciente campo de los modelos de evaluación integrados.

Necesidades para la identificación de la adaptación y su evaluaciónDentro de este amplio concepto de adaptación al cambio climático se hace ne-cesario especificar, dentro de cada país y localidad, cuáles son las necesidades deadaptación y priorizarlas. En los países desarrollados se ha asumido hasta ahoraque los diversos grupos socio-económicos tendrán la capacidad de adaptarse, yque se requiere poco o ningún plan o política. En la medida en que se cree quees necesaria la acción preparatoria, esta ha tendido a centrarse en la investiga-ción para la adaptación futura que se ha concentrado en los estudios del impac-to climático.

Así, la adaptación al cambio climático no es algo que debe comenzar dela nada. Es un proceso creciente que puede construirse sobre una historialarga de adaptación previa. Lo que es nuevo es la necesidad de adaptarsemucho más rápidamente debido al impacto de las actividades humanassobre el clima.

En los países en desar rollo la búsqueda de las necesidades de adaptación y eldesarrollo de prioridades ha recibido un poco más de atención. Las razones pa-ra ello son que la necesidad de adaptación probablemente sea mayor y se cono-ce que la capacidad es menor. Los gobiernos de los países en desarrollo tambiénse han sentido esperanzados, y en algunos casos han solicitado, que las Partes in-cluidas en el Anexo II los ayuden a cubrir los gastos de adaptación. Por tanto és-tos tienen gran interés en ser capaces de demostrar que existen las necesidadesde adaptación y que las mismas pueden ser evaluadas. Las decisiones de la Con-ferencia de las Partes (COP) reflejan este reconocimiento.

Las Facilidades Globales del Medio Ambiente han estado diseñando el meca-nismo financiero para la Convención, y sus funciones están bajo la guía y el cui-dado de la COP. En la primera reunión de la Conferencia de las Partes (COP-1),realizada en Berlín en 1995, se acordó en la Decisión 11/CP.1 que la adaptaciónse realizaría en los países en desarrollo en tres etapas secuenciales, utilizando es-trategias a corto, mediano y largo plazo. Las etapas se especificaron de la siguien-te forma:

• Etapa I se definió como el nivel de planeamiento, para realizar estudios queidentificaran los impactos del cambio climático, aquellos países o regionesque son particularmente vulnerables, y las opciones políticas para la adapta-ción y el reforzamiento de las capacidades nacionales.

• Durante la Etapa II, como se contempla en el Artículo 4.1(e) de la Conven-ción, deben ejecutarse medidas en aquellos países/regiones que se han iden-tificado en la Etapa I como particularmente vulnerables. Aquí se debe incluirel fortalecimiento de capacidades nacionales a fin de prepararse para la adap-tación.

• Etapa III se concentrará en medidas para facilitar la adaptación, incluidos se-guros, como se contempla en el Artículo 4.1(b) y en el Artículo 4.4 de la Con-vención.

En la cuarta reunión de la COP en Buenos Aires en 1998, que trató sobre la

BU RTO N 175

comunicación entre las Partes del Secretariado de la Convención, se acordó queya era tiempo de pasar de la Etapa I a la Etapa II.

Durante los primeros años de la Convención sobre el Cambio Climático, elapoyo a los países en desarrollo que estaban en la Etapa I (con pocas excepcio-nes) se limitó a la asistencia en la preparación de las Comunicaciones Naciona-les. Se espera que esto continúe bajo las Etapas II y III. Un comentarista cita “Larenuencia por parte del GEF a financiar las medidas de adaptación” (Yamin1998), lo que se dice está “incentivado por la preocupación de los donantes acer-ca de su responsabilidad con los costos de adaptación” (Yamin 1998). La renuen-cia surge, en parte, del mandato constitucional del GEF para financiar las accio-nes que conlleven a “beneficios globales del medio ambiente”. Se asume que losbeneficios de la adaptación deben estar concentrados domésticamente y que nogeneren beneficios globales de fácil cuantificación para el medio ambiente(Werksman 1993).

Para los estudios de adaptación ha habido algún apoyo adicional. Entre ellosresulta de importancia el Programa de Estudio de los Países de Estados Unidos(Smith y cols., 1996), y los Estudios de los Países financiados por el GEF a travésdel Programa del Medio Ambiente de las Naciones Unidas, el cual apoyó el aná-lisis en Camerún, Paquistán, Estonia y Antigua y Barbuda en 1998. Además, losPaíses Bajos han apoyado un número de Estudios de Países, y se ha realizado unproyecto en Uganda en asociación con el Instituto de Recursos Mundiales con elapoyo de la Agencia Internacional del Desarrollo de Estados Unidos (Apuuli ycols., 2000). El GEF financió también una importante iniciativa regional en elCaribe (GEF 1995), y el Banco Mundial y otros han apoyado el desarrollo de unaestrategia de adaptación para Bangladesh (Banco Mundial, próximo). Sin embar-go, éstas son excepciones que demuestran que hasta el presente la regla ha si-do la falta relativa de apoyo, grande o extenso, para la adaptación.

Las ciencias de la agronomía, hidrología, silvicultura, arquitectura, dise-ño e ingeniería constructiva, y salud humana, todas han desarrollado for-mas y terminologías propias para la evaluación del riesgo. Aunque en for-mas y grados diferentes ahora se enfrentan a un riesgo a la que todas sonvulnerables. Esta amenaza común las está forzando a la convergencia demetodologías y terminologías y hacia lo que pudiera llamarse la evalua-ción integrada del riesgo para el cambio climático. Este proceso sólo estácomenzando, y su momentum es evidente en el creciente campo de los mo-delos de evaluación integrados.

Una revisión de estos estudios revela que no hay un caso en el que se hayaidentificado una medida específica de adaptación que se aplique claramente alcambio climático sólo, y que no produzca también co-beneficios adicionales pa-ra la reducción de daños por la variabilidad climática conocida. La mayoría delos estudios se han centrado primariamente en los impactos potenciales del cam-bio climático y han puesto poca atención en la adaptación mas allá de la crea-ción de largas listas de medidas de adaptación necesarias. No obstante, las discu-siones de los contenidos de los tres estudios, que pueden considerarse como ex-cepcionales, se incluyen aquí.

UgandaEn el curso del estudio de Uganda, surgió una útil distinción entre medidas tran-sectoriales, con relación a una variedad de programas y políticas de gobierno queson multisectoriales, y a medidas que se realizan en un solo sector. Estas medi-

176 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

das sectoriales pueden subdividirse aún más en grupos y pueden ser considera-dos como generales y específicas. Cuando se aplican estos tres grupos de medi-das de adaptación a otros estudios de adaptación, casi invariablemente se iden-tifican ejemplos de los tres tipos. En el caso de Uganda, en un taller al que asis-tieron expertos gubernamentales, decisores de políticas, científicos de Universi-dades, y organizaciones no gubernamentales del medio ambiente se propusieronlas siguientes medidas transectoriales (República de Uganda 1997).

Medidas propuestas, multisectoriales y transectoriales

• fortalecimiento de los servicios meteorológicos de Uganda de manera quepuedan realizar notificaciones confiables a mediano o largo plazo sobre se-quías e inundaciones;

• fortalecimiento de la capacidad para la Información del Alerta Precoz, espe-cialmente para la seguridad alimentaria y la predicción climática a corto pla-zo;

• incorporación de la información y proyecciones sobre cambio climático y va-riabilidad en los planes de desarrollo a largo plazo de Uganda, como el Plande Acción Nacional sobre el Medio Ambiente (NEAP, por sus siglas en inglés),el Plan de Acción de las Aguas (WAP, por sus siglas en inglés), el Plan de Ac-ción Forestal (FAP, por sus siglas en inglés), el Plan de Acción para la Erradi-cación de la Pobreza (PEAP, por sus siglas en inglés), y el proceso de descen-tralización;

• realización de un inventario de prácticas y políticas existentes utilizadas paraadaptarse a diferentes climas en todas las agencias y sectores con el propósi-to de comenzar con una identificación más detallada, para su evaluación yadopción, de las medidas de adaptación;

• asegurar que el Comité de Uganda para la Preparación frente a Desastres(UDPC, por sus siglas en inglés) incluya en su plan de trabajo la reducción delos peligros que producen, a largo plazo, el cambio climático y la variabilidadclimática.

• promover la conciencia de la variabilidad y del cambio climático y las alter-nativas potenciales de respuesta en toda la sociedad de Uganda.

Medidas sectoriales generales propuestas

• revisar las políticas agrícolas para hallar las formas de reducir la vulnerabili-dad existente y evitar la creación de nuevas vulnerabilidades;

• renegociar el Acuerdo de las Aguas del Nilo para incluir los planes de respues-ta al cambio climático;

• revisar el plan de Acción Forestal de Uganda para asegurar que la variabilidady el cambio climático se han considerado de forma adecuada

Medidas sectoriales específicas propuestas

• reducir la confiabilidad en las plantaciones de monocultivo de banano;• ampliar la irrigación e incrementar su eficiencia;• adoptar planes de contingencia dirigidos a manejar la variabilidad actual del

clima, tanto para sequías como para inundaciones, y tanto al nivel nacionalcomo local, pero especialmente en los distritos más vulnerables;

• asegurar que el desarrollo de sitios potenciales de diques a lo largo del Río Ni-lo y de otros embalses esté controlado para asegurar el desarrollo futuro sinimpedimentos;

• estimular la conservación del agua en todos los niveles comunitarios, utili-zando métodos apropiados, incluidos los sistemas basados en el comercio;

BU RTO N 177

• elevar y fortalecer el Proyecto de Semillas de Árboles de Uganda para asegu-rar que se proteja la biodiversidad original contra el cambio y la variabilidadclimática;

• reducir la fragmentación geográfica de los bosques para asegurar que los tiposde bosques puedan migrar libremente como modo de enfrentarse al cambioclimático;

• estimular la protección de la biodiversidad fuera del lugar con el fin de evitarla extinción de las especies.

Antigua y BarbudaProbablemente el estudio más extenso realizado hasta la fecha sobre los impac-tos del cambio climático y las necesidades de adaptación en el ámbito nacionalse terminó en Antigua y Barbuda en 1998. Esto se debe, fundamentalmente, aque el país es relativamente pequeño, con alrededor de 170 millas cuadradas(440 km2) y con una población de alrededor de 64,000 habitantes, lo que signi-fica que, en el estudio, no se excluyó ninguna parte del territorio nacional. Así,los seis sectores examinados constituyen virtualmente toda la actividad econó-mica y los recursos ambientales del país. El estudio comprendió zonas costeras,de pesca, agrícolas (incluidos bosques y ganadería), recursos hidráulicos, saludhumana y asentamientos humanos y turísticos.

Para cada sector, se realizaron estudios detallados de los impactos potencia-les, y se confeccionó una lista de más de 60 necesidades de adaptación. No se hi-zo ninguna acción para establecer prioridades para la adaptación entre los secto-res, aunque dentro de los sectores se realizó una prueba preliminar de las medi-das de adaptación.

El informe concluye que las fuentes principales de impactos probablementeserán los huracanes, la elevación del nivel del mar y las sequías. No es posibledecir con exactitud en qué medida los huracanes pueden incrementarse en fre-cuencia y severidad, o cuan rápidamente ocurrirá la elevación del nivel del mar,ni cuánto más frecuentes e intensas se tornarán las sequías recurrentes en el áreabajo el cambio climático. Sin embargo, está claro, que estos tres fenómenos pro-ducen ahora un daño sustancial a la economía y que las medidas actuales deadaptación son insuficientes. Antigua y Barbuda presenta un claro caso de adap-tación de “ganar-ganar” o de “no lamentación”. Es necesario aumentar las me-didas actuales, y estas producirán mayor beneficio en la medida en se relacionencon más rapidez con la intensificación de los impactos. Los recursos hidráulicosy los asentamientos humanos así como el sector turístico ilustran la situación.

Recursos hídricos

El suministro de agua potable en Antigua y Barbuda ya está limitado, especial-mente en la estación de sequía y durante los años recurrentes de sequía. Existeuna competencia entre los usuarios por el agua disponible. Cuando los suminis-tros no son suficientes para todos, los usos municipales y el sector hotelero co-mercial reciben servicios de agua en detrimento de la agricultura. La alta varia-bilidad entre las estaciones y entre los años es un elemento que dificulta el ma-nejo del agua. De acuerdo con el informe, “No hay una política nacional para elmanejo del agua ni una estrategia para enfrentar esta situación ni los posiblesimpactos sobre el cambio climático.” El informe propone un enfoque de adap-tación amplio y general que requerirá la creación de un Programa de Acción pa-ra el Manejo de los Recursos Hidráulicos que incluiría, pero que no estaría limi-tado a, los siguientes componentes:

• manejo más eficiente de los suministros y de la infraestructura existente;• inicio de acuerdos institucionales para limitar las demandas futuras y para es-

tablecer el manejo integrado de los recursos hidráulicos;

178 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

• fortalecimiento del monitoreo de los recursos hidráulicos y de los sistemas deinformación;

• promover la conservación.

En Antigua y Barbuda, como en cualquier otro lugar, el mejoramiento en elmanejo del agua es una necesidad urgente. Tales acciones producirán beneficiosa corto plazo, independientemente del cambio climático. Con el cambio climá-tico probablemente estas acciones sean aún más beneficiosas. Inversamente, amenos que se mejore el manejo hidráulico, los impactos del cambio climáticoserán mucho mayores.

Se han propuesto un número de medidas específicas además de las medidasgenerales trazadas por el Programa de Acción para el Manejo de los Recursos Hi-dráulicos, entre ellas se incluyen:

• equipos de reemplazo que reducen la cantidad de agua que tienen los tanquesde agua de los servicios sanitarios;

• grifos de agua de flujo bajo;• rehabilitación de las cuencas hidráulicas;• establecimiento de nuevas capacidades de reserva para capturar y almacenar

el exceso del flujo producido por la alteración en las precipitaciones, patro-nes de escurrimientos, y tormentas;

• cavar pozos profundos

Estas son adicionales a los planes existentes en la Autoridad de Servicio Pú-blico de Antigua (APUA, por sus siglas en inglés), la que hace un llamado al in-cremento de la capacidad de desalinización, exploración de las aguas profundas,control automático de la transmisión del agua y disminución de los “escapes” através de medidas de control de las pérdidas y disminución de las conexiones ile-gales.

Asentamientos humanos y turismo

Los huracanes y las tormentas tropicales son los principales riesgos para los asen-tamientos humanos y la infraestructura en Antigua Y Barbuda. Aún un incre-mento pequeño en la frecuencia o intensidad de tales tormentas pudiera produ-cir efectos severos sobre la economía nacional. En Septiembre de 1989, el Hura-cán Hugo produjo un estimado de $154.1 millones de EC (Dólar Caribeño delEste) en daños directos, incluidos $130 millones de EC a las edificaciones. Estoasciende al 17.6% del Producto Interno Bruto (GPD, por sus siglas en linglés), loque es comparable a cinco o más años de crecimiento económico al ritmo pro-medio actual. En Septiembre de 1995, el Huracán Luis tuvo consecuencias peo-res, y el costo de los daños directos se estimó en $364.5 millones de EC, lo queconstituye el 30.5% del GDP, lo que es igual a alrededor de diez años de desarro-llo económico.

Se han propuesto las siguientes medidas de adaptación para reducir la vulne-rabilidad de los asentamientos humanos y de la infraestructura frente al cambioclimático:

• mapas de peligro, que comprende la identificación en mapas de las áreas másvulnerables a los efectos del cambio climático;

• control de inundaciones, que incluye la limpieza de las vías de agua y de dre-najes y la prevención del llenado del sistema de drenaje natural;

• controles e imposición en el uso de la tierra, los que incluyen:

• implemento de las regulaciones de zonas para demarcar las áreas específi-cas para los tipos diferentes de uso de la tierra, como son densidad de

BU RTO N 179

construcciones y altura límite dentro de cada zona;• creación de códigos de construcción y planeamiento así como estándares

de infraestructura; y• establecimiento de los requerimientos a cumplir para las zonas costeras;

• restaurar las estructuras existentes, lo que conlleva a la renovación de estruc-turas viejas para llevarlas a los códigos estándares de construcción y, de ma-yor importancia aún, fortalecer su resistencia contra huracanes y sequías;

• capacidad de construcción, que conlleva el fortalecimiento de institucionescomo la Autoridad para el Control del Desarrollo y de otras agencias respon-sables del manejo del medio ambiente. También comprende el mejoramien-to de la coordinación Inter-agencias;

• mejoramiento del pronóstico y de los sistemas de alerta temprana con el finde incrementar la preparación;

• programas con sistemas de educación pública e información, para elevar laconciencia pública sobre el calentamiento global y sus efectos.

PaquistánEl estudio en Paquistán se realizó también en 1998, y se concentró en el agua, laagricultura y los sectores forestales. Dentro de estos tres sectores, este estudio esuno de los más sofisticados que se hayan realizado, especialmente por el uso deescenarios socio-económicos del crecimiento futuro y del desarrollo y su trata-miento de adaptación al cambio climático en el contexto del desarrollo econó-mico. Paquistán tiene un clima árido y caliente que sostendría una poblaciónmenor si no fuera por el flujo exógeno del río, que le permite una irrigación ex-tensiva. Las Plantaciones Indus de Paquistán poseen el mayor sistema de riegocontinuo del mundo, y hay cosechas a lo largo de todo el año en la mayor par-te de su área. El potencial hidráulico, las inundaciones y la salinidad, así comola eficiencia en el uso del agua son los aspectos claves actuales, y continuaránsiéndolo en el futuro. El crecimiento de la población ha sido rápido, de 32.5 mi-llones en 1947 en el momento de la independencia a un estimado de 138 millo-nes en 1999 y se proyecta que alcance aproximadamente los 229 millones parael 2020.

En el estudio se emplearon un número de escenarios de cambio climático dePaquistán. En general,

...los resultados muestran que mientras que el agua total almacenada en elsistema sea insuficiente, la operación de las fuentes de agua bajo diversosescenarios climáticos muestra que el problema se tornará más agudo en elfuturo. El problema será aún más serio si el incremento en la temperaturase acopla con la disminución de las precipitaciones. La capacidad neta to-tal del sistema para suministrar agua disminuirá en Paquistán con el pasodel tiempo a menos que se tomen algunas medidas urgentes (Gobierno dePaquistán 1998).

La estrategia para la adaptación en el sector hidráulico puede resumirse como“el uso conservador y eficiente del agua de manera informada y eficiente” (Go-bierno de Paquistán 1998). El informe incluye que los administradores del aguaestarán forzados a reevaluar las operaciones de todo el sistema y revisar la distri-bución del agua para la agricultura en varias zonas irrigadas. Las opciones deadaptación revisadas en el informe incluyen:

• mitigar los peligros de las inundaciones;• alterar el régimen de flujo de la corriente por la construcción de reservorios;• aliviar los daños económicos de las inundaciones y de la salinidad;• aumentar los suministros;

180 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

• redistribuir los recursos disponibles (Gobierno de Paquistán 1998).

Con respecto a la agricultura, el estudio de Paquistán informa que la produc-ción de grandes cosechas como trigo, arroz, algodón y azúcar de caña tendránque duplicarse para el año 2020 para cubrir las necesidades del crecimiento po-blacional del país. “...el cambio climático demandará un incremento aún mayordel ritmo de crecimiento agrícola anual de alrededor de 0.1% y 0.2% para los pe-ríodos de 1997-2020 y 2021-2050 respectivamente” (sic.)(Gobierno de Paquis-tán, 1998). El estudio concluye que son factibles esta expansión de la produccióny el suministro de agua que lnecesitará. Sin embargo, necesitará la adaptación desistemas de irrigación altamente eficientes así como el mejoramiento de las prác-ticas agronómicas. Como ejemplo de esto el estudio utiliza el acoplamiento desistemas de riegos por rocío y por goteo con facilidades de fumigación química.

Conclusiones que deben sacarse de los estudios de estos paísesA pesar de los diferentes factores políticos y geográficos que diferencian a Paquis-tán, Uganda y Antigua y Barbuda, existe una conclusión general que puede ex-traerse de estos tres estudios: de cualquier manera muchas de las actividades re-comendadas para la adaptación al cambio climático serían necesarias. Hay un ni-vel de riesgo que mantiene cada país con respecto a los factores elementales co-mo son la disponibilidad de agua potable y la seguridad de las cosechas. Si se de-sea mantener dicho nivel de riesgo, la amenaza del cambio climático es una ra-zón para acelerar la toma de las acciones recomendadas. En este punto, los nive-les de riesgo en muchos países ya no son consistentes con el desarrollo sosteni-ble, lo que significa que el cambio climático debe añadir aún más fuerza al argu-mento para acelerar la adaptación. Sin embargo, la adaptación al cambio climá-tico no se limita a la simple aceleración de las actividades del desarrollo que entodo caso hubieran ocurrido. El éxito sólo se logrará si se complementan concambios paralelos en la política, las prácticas en el manejo y por innovaciones yel monitoreo, prevención e investigación. Además de la concurrencia de resulta-dos entre los tres estudios discutidos aquí, estas conclusiones son consistentescon aquellas que están surgiendo de otros estudios, como el Programa de Estu-dios de Países de Estados Unidos, así como los estudios de adaptación, más limi-tados, que se han completado en los países desarrollados.

Evaluación de las medidas de adaptaciónLos intentos de asegurar los costos de adaptación para el cambio climático sonpocos y están muy alejados entre sí. En los estudios de impacto y adaptación ci-tados, el patrón común es que el énfasis principal se ha hecho en los impactos,y entonces se generan listas de posibles opciones de adaptación. En algunos ca-sos se ha realizado una prueba preliminar de las medidas, pero hasta el presenteno ha habido una evaluación exhaustiva de la adaptación. Esto no es por faltade metodologías o lineamientos de cómo proceder, ni por la ausencia de teoríasobre el costo. Es simplemente un asunto producido por el tiempo necesario pa-ra que sean comunes los estimados bien fundamentados de los costos de adap-tación.

En 1999, Stratus Consulting preparó el Compendio de Herramientas solicita-da por el Secretariado de la UNFCC para la Decisión de Evaluar las Estrategias pa-ra la Adaptación al Cambio Climático.

A pesar del uso de la palabra “estrategias” en el título, la mayoría de las he-rramientas se refieren en realidad a la evaluación de proyectos específicos. ElCompendio describe nueve herramientas que son aplicables a múltiples sectores,incluidos el análisis de costo-beneficio, análisis del riesgo, evaluación de exper-tos, y un grupo de técnicas de tamizaje. Se describen veintitrés herramientas adi-cionales para sectores seleccionados: agua (5), zonas costeras (5), agrícolas (11),

BU RTO N 181

y salud humana (2). Estas consisten fundamentalmente en modelos físicos y eco-nómicos, así como algunas metodologías generales.

Una descripción más detallada de la aplicación de los análisis de costo -bene-ficio ha sido preparada también por el GEF (Smith y cols., 1997). Además, se hanpreparado y diseminado las directrices para la evaluación del impacto y de laadaptación en programas de estudios nacionales (Reenstra y cols., 1998; Cartery cols., 1994; Benioff y cols., 1996).

Se han desarrollado otros trabajos teóricos de terreno sobre los costos poten-ciales de la adaptación en un grupo de trabajos (Frankhauser y Tol 1996; Yohe1996). En el trabajo del IPCC, y en muchos otros, también se tratan los aspectosmetodológicos con respecto a los costos de adaptación.

En una demostración práctica de la aplicación de los métodos de costo-bene-ficio, Smith y otros (Smith y cols., 1998) discutieron tres tipos de estudio: medi-das de prevención de inundaciones en el río Meuse en los Países Bajos; aumen-to de la capacidad de almacenamiento de un reservorio, en un 25%, propuestopara suministrar agua en el oeste de Estados Unidos; una adaptación al aumen-to de un metro del nivel del mar en la altura de un puente entre New Brunswicky las Islas Prince Edward en Canadá. En teoría, en estas tres situaciones deben to-marse medidas de prevención o de adaptación anticipadas que conllevan cam-bios en el diseño de los proyectos. Sin embargo, en cada caso, los beneficios deestas medidas sólo justificarían el costo bajo la suposición más severa de queocurran los eventos extremos y el descuento de los ritmos más favorables al pro-yecto. Ritmos de descuento mayores del 5% darían un resultado que virtualmen-te es de cero del valor presente para los impactos evitados del cambio climáticoen la parte media y última del próximo siglo. Para que se justifique la elevacióndel puente y el aumento del reservorio de agua, sería necesario asumir una pro-babilidad del 100% para la elevación de un metro en el nivel del mar o una dis-minución del 10% en las precipitaciones, respectivamente.

El análisis Smith no niega el argumento de que las medidas de adaptaciónpreventivas o anticipadas merecen consideración, especialmente cuando se con-sideran a largo plazo las inversiones en la infraestructura. El mismo grupo de ex-pertos ha propuesto tres “reglas simples”, para guiar las decisiones de adapta-ción:

• Las medidas de adaptación debieran ser consideradas ahora, en lugar de pos-ponerlas cuando existan evidencias más concretas de los impactos climáticos;

• Las medidas para incrementar la flexibilidad y solidez en el diseño de los pro-yectos son justificables; y

• Son necesarias acciones públicas (gubernamentales), porque sin su adapta-ción autónoma o bien no se realizarán o no serán óptimas (Fankhauser ycols., 1999)

Sin embargo, en la literatura también se sugiere que es probable que haya po-ca justificación para invertir masivamente en medidas de adaptación a corto pla-zo. Parece que las medidas de adaptación pueden justificarse, pero al nivel deproyecto los costos se limitarán a incrementos marginales en los costos agrega-dos de proyectos justificados por derecho propio, independientemente de losimpactos del cambio climático o de su velocidad.

Esta conclusión probablemente parece ser viable al nivel de proyecto, es de-cir, cuando se relaciona con medidas específicas de adaptación, y en cierto gra-do dentro de los sectores. Sin embargo, como se demuestra en los estudios de ca-sos de adaptación terminados hasta la fecha, debe haber un razonamiento pararealizar un enfoque más estratégico de la adaptación. Hasta este momento nin-guna de la literatura sobre adaptación discute los costos de las medidas multisec-toriales y transectoriales que están siendo promovidas para fortalecer la capaci-dad de adaptación. Cuando se va a medidas de adaptación específicas, parece ra-

182 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

zonable realizar evaluaciones basadas en los incrementos marginales que puedenestar justificados en el diseño del proyecto para reducir las pérdidas potencialesproducidas por impactos relacionados con el cambio climático. Donde existenprogramas nacionales amplios basados en el manejo del agua (Paquistán), ma-nejo de las zonas costeras (Antigua y Barbuda), y manejo de las inundaciones ysequías (Uganda), no está totalmente claro cómo van a medirse los beneficiosobtenidos por el incremento en el reforzamiento o en la aceleración. Aún, en es-ta etapa de la evolución del régimen del cambio climático, lo que se requiere conmayor urgencia para tomar en cuenta el cambio climático es el reforzamiento dela capacidad nacional a la adaptación y la modificación de los planes de desarro-llo existentes.

Adaptación y mitigación en el contexto del desar rollo sostenibleEl punto de vista convencional ha sido que el cambio climático es, fundamen-talmente, un problema producido por la contaminación. El problema comienzacon la emisión de gases de efecto de invernadero a partir de las actividades hu-manas, lo que produce un incremento de las concentraciones atmosféricas, estoda lugar al cambio climático y a impactos adversos sobre las actividades socio-económicas humanas y sobre los sistemas naturales. Es este punto de vista sobrela “contaminación” el que ha llevado al énfasis sobre la mitigación o la reduc-ción de las emisiones. Y en realidad es más que una perspectiva lineal de causay efecto. De hecho, la relación entre las personas y el clima es interactiva y hayuna larga historia de adaptación al clima (clima de cambio lento) que ha estadosucediendo a lo largo de miles de años, mucho tiempo antes de que surgiera elcambio climático antropógeno como aspecto de la política pública.

La Figura 1 es una visión simplificada del proceso interactivo entre el clima yla sociedad. El ciclo climático se representa por óvalos (C1 a C8), y la interven-ción humana en el ciclo se representa por rectángulos (HI-1 a HI-7). Uno puedeentrar al ciclo por cualquiera de los puntos, y todos los componentes operan deforma continua. Siguiendo la convención, la figura “comienza” con el estado de

BU RTO N 183

FIGURA 1

Investigación atmos-férica, biogeoquími-cas y otras

HI-2

Medición y controlde las emisiones

HI-1

Nivel 3 de adap-tación. Vías parael desarrollo sos-tenible.

HI-7

Nivel 2 de adaptación.ESTRATÉGICA - PÚBLICA

HI-6

Nivel 1 de adaptación.TÁCTICA - PRIVADA

HI-5

Evaluación del im-pacto

HI-4

Investigación at-mosférica

HI-31

2

3

5

6

4

7

8

Actividades humanas.POBLACIÓN - RIQUEZA

- TECNOLOGÍA

Emisión de gases conefecto de invernadero

Concentración de ga-ses con efecto de inver -

nadero

Cambio climáticos ex-tremo/variabilidad

2xCO2

Impactos potencialesgrandes

Cambio de las activida-des humanas con los Nive-

les 1,2 & 3 de adapta -ción.

Impactos netos luegode los Niveles 1&2 de

adaptación

Vulnerabilidad redu-cida e impactos luego del

Nivel 1 de adapta -ción

las actividades humanas en lo que puede asumirse que es el presente (C1). El im-pacto de las actividades humanas sobre el medio ambiente (I) puede describirsepor la fórmula I=PAT, donde el impacto ambiental es una función del nivel de lacontaminación (P), la afluencia o nivel de consumo que prevalece en la pobla-ción (A), y la tecnología que se utiliza para extraer los recursos naturales, produ-cir los bienes de consumo y los servicios, y desechar (o reciclar) los desperdicios(T). En el caso del cambio climático, la consecuencia de importancia es la emi-sión de gases de efecto de invernadero. El almacenamiento del carbono en labiomasa también es un resultado, aunque no se representa en la Figura 1. La In-tervención Humana 1 (HI-1, por sus siglas en inglés) consiste en la medición deemisiones (y secuestro de carbono) y en los esfuerzos para controlarlos o redu-cirlos por medio de actividades como el incremento en la eficiencia energética,cambio de combustible y la plantación de árboles.

Como consecuencia de la población, la riqueza y la tecnología, así como delos esfuerzos de reducción, en cada momento prevalece un nivel de emisión degases de efecto de invernadero, lo que ha dado origen a las concentraciones degases de efecto de invernadero de la atmósfera (C3). La segunda IntervenciónHumana (HI-2, por sus siglas en inglés) está constituida por investigaciones at-mosféricas, oceanográficas, biogeoquímicas y de otro tipo dirigidas a compren-der mejor la relación entre los niveles de emisión (acumuladas en un tiempo) ylas concentraciones reales registradas de los gases de efecto de invernadero. El ci-clo del carbono, por ejemplo, aún tiene que ser medido de forma completa yconsistente. Algunos estimados muestran que, dada la cantidad de dióxido decarbono que se ha emitido desde las fuentes antropógenas, las concentracionesatmosféricas debieran ser más elevadas que lo que realmente son. Esto se refiereal problema del carbono perdido.

Las concentraciones de gases de efecto de invernadero (C3), más que sus emi-siones, se utilizan en los modelos atmosféricos globales. El desarrollo de dichosModelos Atmosféricos Globales (GCMS, por sus siglas en inglés) (HI-3, por sus si-glas en inglés) es un paso necesario en la vinculación de las concentraciones conlas proyecciones del cambio climático (C4). Mientras que durante la última dé-cada los modelos se han hecho cada vez más sofisticados, aún están muy lejosdel nivel de detalle y confiabilidad necesarios para predecir la cantidad y el rit-mo del cambio climático, Los GCMS son especialmente criticados por la falta deespecificidad a escala regional y local, nivel al que son estudiados los impactos,y por suministrar mucha más información sobre los promedios que sobre loscambios en variabilidad y eventos extremos. Los modelos a menudo tambiénson diseñados para suministrar proyecciones de las condiciones climáticas quese espera prevalezcan bajo una condición de “equilibrio” que se alcance con eldoble del nivel pre-industrial de los gases de efecto de invernadero. Sin embar-go, esta hipótesis puede ser extremadamente inexacta.2

La tarea de los “impactos de la comunidad” es evaluar los impactos sobre loshumanos y los sistemas naturales sobre la base de la información disponible através de los modelos climáticos y de los estudios de la variabilidad climática yde sus eventos extremos (HI-4, por sus siglas en inglés). Como los GMCS, la pri-mera generación de estudios de impactos también confió mucho en un escena-rio con CO2 duplicado. Sin embargo, más recientemente, los impactos de la co-munidad han comenzado a poner mayor atención sobre las repercusiones de lavariabilidad climática y de los eventos extremos, incluido el clima actual así co-mo el cambio a largo plazo.

Los resultados de algunos estudios de impactos, especialmente sobre ecosiste-mas naturales, aportan nuevos conocimientos de los mecanismos de retroali-mentación (C5) los que pueden afectar las concentraciones de GHG. Por ejem-plo, la variabilidad climática puede producir la fusión de los permafrost en lati-tudes elevadas, los cuales, a su vez, se espera que liberen cantidades sustancialesde metano, que es un gas de efecto de invernadero, que se añade así al efecto de

184

2 Para mayor información sobrelos modelos de cambio climático,ver Mahlman, este volumen.

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

invernadero.El conocimiento de los impactos puede obtenerse por estudios basados en es-

cenarios climáticos así como por la variedad climática actual y de los eventos ex-tremos, y también por experiencias directas. Los agricultores, por ejemplo, ajus-tan sus prácticas agrícolas de acuerdo con el tiempo, incluyendo sus recientespérdidas relacionadas con el tiempo. También hay ajustes similares en otros sec-tores económicos que a menudo son menos obvios. Estos constituyen los prime-ros pasos en el proceso de adaptación (HI-5, por sus siglas en inglés).

La adaptación no se opone a la mitigación o es una alternativa. Progresi-vamente una adaptación más agresiva es también una vía hacia la miti-gación efectiva y a largo plazo.

La adaptación al cambio climático puede romperse en tres niveles de activi-dad (Smith y cols., 2000). Se han utilizado un número de términos diferentes pa-ra describir estos niveles. Para esta discusión se utilizan los términos Táctico, Es-tratégico y Metabólico. Las adaptaciones Tácticas o de Nivel 1 (HI-5), son aque-llas que pueden tomarse por individuos, comunidades pequeñas o por empresa-rios del sector privado. Ellas no requieren necesariamente de la intervención gu-bernamental, aunque la elección de la adaptación adoptada puede afectarsegrandemente por la política del gobierno. Las adaptaciones tácticas pueden re-ducir la vulnerabilidad al cambio climático, y reducir así los impactos (C6).

Sin embargo, es probable que el cambio climático produzca impactos que so-brepasen la capacidad de los actores al nivel individual y privado. Además, la in-fraestructura pública y los bienes públicos también son vulnerables al cambioclimático. Esto hace que las acciones gubernamentales reduzcan la vulnerabili-dad por intervenciones estratégicas. Así, el segundo nivel de adaptación es el Ni-vel Estratégico. La participación del gobierno puede ser en el ámbito del sector,incluyendo iniciativas tales como el mejoramiento del manejo de los recursosnaturales, la conservación de los recursos hidráulicos, o la protección de la bio-diversidad. También pudiera suceder que sea más amplia, por el uso de una es-trategia de adaptación global. Ningún país ha adoptado aún una estrategia deadaptación entre sectores, pero se han realizado estudios preliminares en Ugan-da y en Bangladesh. Este trabajo, quizás con el apoyo del GEF, pueda eventual-mente llevar a la preparación de estrategias de adaptación transectoriales y mul-tisectoriales (HI-6).

Como con el Nivel 1, algunos impactos permanecerán luego de la ejecucióndel Nivel 2 de adaptación, los que representan vulnerabilidades que no puedeneliminarse fácilmente a corto plazo por intervenciones políticas (C7). Esto poneen juego la idea del Nivel 3, que es la adaptación al nivel fundamental, al nivelMetabólico. El término Metabólico se utiliza para sugerir el funcionamiento dela sociedad como un todo, desde la escala local a la global. Incluye las medidasde adaptación adoptadas en el Nivel 1 y 2, pero se extienden también hasta unaamplia gama de cambios entre los que se incluyen el estilo de vida, los valores yla tecnología. Las prescripciones precisas varían y a menudo son fuertemente de-batidas, pero incluyen medidas tales como la adopción de “la simplicidad volun-taria” en sociedades de altos ingresos; el comportamiento amistoso con el medioambiente como son acciones para reducir las huellas ecológicas individuales; elamplio desarrollo y despliegue de tecnologías amigable con el medio ambiente;y la “desmaterialización” de la economía. Estas y otras medidas se han visto co-mo los elementos fundamentales en el movimiento hacia el desarrollo sosteni-ble. En la medida en que dichas adaptaciones sean existosas, las personas seráncon mayor probabilidad menos vulnerables al cambio climático y a la variabili-

BU RTO N 185

dad. Estas mismas medidas también cambiarán profundamente la fórmulaI=PAT, lo que trae como consecuencia que se reducirán las emisiones de gases deefecto de invernadero.

A partir de esta perspectiva es que se discute la distinción entre adaptación alcambio climático y mitigación. La adaptación no se opone a la mitigación ni esuna alternativa. Una adaptación progresivamente más agresiva es también unavía hacia la mitigación efectiva y a largo plazo.

Atravesando lo nubladoGradualmente, se están eliminando las razones que en el pasado explicaban lafalta de atención a la adaptación. En la actualidad se reconoce cada vez más quealgunas inversiones marginales son justificables, crecientes en medidas de adap-tación al nivel de proyecto. Los estudios muestran que los costos de dichas me-didas probablemente no son elevados, al menos a corto plazo. La difícil pregun-ta de cómo distinguir entre los impactos de la variabilidad normal del clima ydel cambio climático antropógeno puede esclarecerse suficientemente a travésde investigaciones, con hipótesis razonables y transparentes, para estimular lacreencia de que las negociaciones pueden ser manejables y que pueden tomarsedecisiones razonables sobre la base de las proyecciones y modelos sobre el cam-bio climático y sus impactos potenciales. Las preguntas restantes tienen más quever con los mecanismos de adaptación, y en qué grado puede dirigirse efectiva-mente y por sí misma la adaptación, o puede ser dirigida simultáneamente conla mitigación. Llegará el día en que la adaptación sea de tal importancia para elrégimen climático y en que la necesidad de cooperación internacional sea tanurgente y necesaria que haya que negociar un Protocolo especial para la Adapta-ción.

En el Protocolo de Kyoto el financiamiento para la adaptación está vincula-do, especialmente en la primera etapa, al de la mitigación. El Artículo 12, quedefine que el Mecanismo para un Desarrollo Limpio (CDM, por sus siglas en in-glés), aporta una recaudación para que los acuerdos de mitigación ayuden a cu-brir los costos de adaptación a los países en desarrollo más vulnerables. En la ac-tualidad se están realizando negociaciones sobre las reglas precisas para la apli-cación del CDM, en anticipación al día en que se ratifique el Protocolo de Kyo-to y que entre en vigor. Mientras que estas negociaciones se centran, natural-mente, en los aspectos de la mitigación del CDM, surgen un número de impor-tantes preguntas con respecto a la adaptación.3 En el contexto del desarrollo sos-tenible y las negociaciones que se están desarrollando, muchas otras preguntasestán demandando atención.

¿Se extenderá la recaudación para la adaptación, que existedentro del texto del CDM, a otras herramientas del Protocolo?

El Protocolo de Kyoto contiene las directrices para tres mecanismos de coopera-ción internacional en la reducción de las emisiones de GHG. Estos son:

• Implementación Conjunta (JI, por sus siglas en inglés), como se discute bajoel Artículo 6, que comprende la transferencia de las unidades de reducción deemisiones (ERUS, por sus siglas en inglés) creadas por la reducción de emisióno acciones de secuestro en uno de los países del Anexo B a fuentes de otrospaíses del Anexo B como compensación por la asistencia financiera o de otrotipo.

• Comercio internacional de emisiones (IET, por sus siglas en inglés), como sedetalla en el Artículo 17, que permite la transferencia de cantidades de uni-dades asignadas (AAUS, por sus siglas en inglés) entre países del anexo B.

• El Mecanismo para un Desarrollo Limpio (CDM, por sus siglas en inglés) cu-bierto en el Artículo 12, que comprende la generación de certificados de re-

186

3 Muchas de estas preguntas seencuentran en Farhana Yamin,“Adaptation and the Clean Deve -lopment Mechanism. Draft Wor-king Papers, World Resources Ins-titute, Washington D.C.:1998:43.

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

ducción de emisiones (CERS, por sus siglas en inglés) en países en desarrolloque se transfieren desde las Partes de los países en desarrollo a una Parte in-cluida en el Anexo B en compensación por la asistencia financiera o de otrotipo.

Uno de los obstáculos en la aplicación de la UNFCCC ha sido la renuen-cia de las Partes de los países en desarrollo de hacer cualquier concesiónen la reducción de sus propias emisiones. Al propio tiempo, las Partes delos países desarrollados han sido lentas en responder a la necesidad de laasistencia para la adaptación. Una forma de avanzar pudiera ser desarro-llar un enfoque que abarque la mitigación y la adaptación en el que lospaíses en desarrollo se comprometan con alguna reducción de emisionesde GHG (e inicialmente cualifiquen para participar en JI y en IET), entanto los países desarrollados estarían de acuerdo en aportar una asisten-cia más flexible para la adaptación.

De estas herramientas, sólo el CDM lleva la recaudación para adaptación.Otras cosas son iguales, esto parecería que desvía la selección hacia la direcciónde la JI y el IET, y por tanto reduce el grado en el cual se utiliza el CDM, y co-rrespondientemente reduce la generación (o no incrementa) del financiamientopotencial para la adaptación. De acuerdo con esto, existen algunas preguntasacerca de cómo, en interés de la equidad y de la generación del financiamientopara la adaptación, debiera extenderse la recaudación para la adaptación hacialos tres mecanismos. Esto es, por supuesto, un aspecto para decidir por los go-biernos, pero la respuesta dependerá, en parte, de la necesidad de asistencia quetenga la adaptación.

¿Qué cantidad de dinero se generará para la adaptación?

Aún cuando la recaudación para la adaptación se extendiera a los otros tres me-canismos, no está claro cuánto dinero es probable que se genere para la adapta-ción, o si es probable que esta sea la cantidad adecuada. Los estimados prelimi-nares sugieren que haciendo uso de las hipótesis más favorables es probable queel CDM no genere un financiamiento sustancial en un término cercano (Haites1999). En el momento en que se escribía este artículo, no existían estimados delos costos agregados de adaptación necesarios en los países en desarrollo. Sin em-bargo, la investigación sugiere que la necesidad, sin límite de vigencia, que se haconjeturado para el financiamiento por algunos es improbable que se materiali-ce, asumiendo que se hagan hipótesis razonables y transparentes acerca de losimpactos y del ritmo del cambio climático.

¿Se logrará disponer de suficientes fondos para la adaptación de los paísesmás vulnerables?En el COP-4 realizado en Buenos Aires se acordó que es el momento de avanzarhacia la Etapa II de la adaptación. La implicación de esto es que los países en de-sarrollo que han sido identificados como particularmente vulnerables a los im-pactos del cambio climático debieran comenzar a recibir asistencia para mejoraras capacidades nacionales. Debido a las dificultades que se experimentan en laactualidad con el Protocolo de Kyoto y el CDM, la cantidad de recursos que se lehan asignado a estos países a través del GEF, en realidad deben incrementarse pa-ra lograr el progreso en la implementación de la Etapa II, independientementedel nivel de los esfuerzos de mitigación.

BU RTO N 187

¿Cómo deben asignarse los fondos entre los países vulnerables?

Si el Protocolo de Kyoto entra en vigor como está propuesto, y si los fondos pa-ra la adaptación se generan por el CDM (o por los tres mecanismos), ¿cómo de-be proceder la comunidad internacional con la asignación de los fondos entrelos países más vulnerables?

Hasta ahora la premisa ha sido que los fondos serían asignados sobre la basede proyecto-por-proyecto, conjuntamente con los estudios de factibilidad. Ladistribución financiera pudiera estar influida también, en cierto grado, por uníndice de vulnerabilidad.4 Una forma adicional sería desarrollar una fórmula o li-neamiento vinculado a los esfuerzos de mitigación.

Uno de los obstáculos en la implementación de la UNFCCC ha sido la re-nuencia de las Partes de los países en desarrollo de hacer cualquier concesión enla reducción de sus propias emisiones. Al propio tiempo, las Partes de los paísesdesarrollados han sido lentas en responder a la necesidad de la asistencia para laadaptación. Una forma de avanzar pudiera ser desarrollar un enfoque que abar-que la mitigación y la adaptación en el que los países en desarrollo se compro-metan con alguna reducción de emisiones de GHG (e inicialmente cualifique pa-ra participar en JI y en IET), en tanto los países desarrollados estarían de acuer-do en aportar una asistencia más flexible para la adaptación.

¿Cuál es la relación apropiada entre la mitigación y la adaptación?

Como se comprende, en la medida en que el CDM sea más efectivo, y mientrasmás se utilice, se espera mayor obtención de fondos para la asistencia a la adap-tación. La lógica sugiere que una relación inversa también debe ser verdadera.Presumiblemente, en la medida en que se implemente más la mitigación, habrámenor necesidad de adaptación. Una relación apropiada sería entonces aquellaen la cual los fondos para la adaptación se incrementen en relación inversa conlos logros de los objetivos y esquemas de mitigación. Esta lógica surge de unaperspectiva económica de optimización, en la que la mitigación y la adaptaciónse ven como alternativas en competencia en un juego en el que la “suma es ce-ro”. En otras palabras, necesariamente, cuando más hay de uno, menos hay delotro. En términos prácticos, más que en teoría, parece más cercano a la verdadsugerir que la comunidad global, al igual que los países individuales, encontra-rán difícil alcanzar lo suficiente de ambos. Hay una fuerte perspectiva de que elcambio climático no se disminuirá a un ritmo lo suficientemente rápido paraprevenir los impactos significativos. El principio de precaución debiera, por tan-to, extenderse al desarrollo de una estrategia mixta de mitigación y adaptación,ninguna de las cuales será dependiente de la otra por su apoyo financiero o porsu ritmo de implementación acordado.

Referencias

Apuuli, B., J. Wright, C. Elias, and I . Burton. 2000. "Reconciling National andGlobal Priorities in Adaptation to Climate Change: An Illustration fromUganda." Environmental Monitoring and Assessment, 61(1): 145-159.

Annan, Kofi. 1999."An Increasing Vulnerability to Natural Disasters." TheInternational Herald Tribune, September 10, 1999.

Benioff, R., S. Guill, and J. Lee, editors. 1996. Vulnerability and AdaptationAssessments: An International Guidebook. Prepared for the U.S. CountryStudies Program. Dordrecht, The Netherlands: Kluwer Academic Publishers.

Burton, I. 1997. "Vulnerability and Adaptive Response in the Context of Climateand Climate Change." Climate Change, 36(1/2): 185-196.

Burton, I. and M.Van Aalst. 1999."Come Hell or High Water:" IntegratingClimate Change Vulnerability and Adaptation into Bank Work. EnvironmentDepartment Papers. Paper No. 72 Washington, D.C., U.S.A: The World Bank.

188

4 Actualmente se está realizandoalgún trabajo en esta dirección(Moss 1999).

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

Bein, P., I. Burton, Q. Chiotti, D. Demeritt, M. Dore, D. Rothman, and M.Vandierendonck. 1999. Costing Climate Change in Canada: Impacts andAdaptation. Tokyo, Japan: Prepared for IPCC Expert Meeting on Costing ofMitigation and Adaptation.

Carter, T.P., M.L. Parry, H. Harasawa and N.Nishioka. 1994. IPCC TechnicalGuidelines for Assessing Climate Change Impacts and Adaptations. London,U.K.: Department of Geography, University College London.

Feenstra, J. F., I. Burton, J. B. Smith, and R. S. J. Tol, eds. 1998. Handbook onMethods for Climate Change Impact Assessment and Adaptation Strategies.N a i robi, Kenya and Amsterdam, The Netherlands: United NationsEnvironment Programme and Vrije Universiteit Amsterdam, Institute forEnvironmental Studies.

Fankhauser, S. 1996. The Potential Costs of Climate Change Adaptation in J.B.Smith et al., editors, Adapting to Climate Change. New York, NY, U.S.A.:Springer.

F a n k h a u s e r, S. and R. S. J. Tol. 1996."Climate Change Costs: RecentAdvancements in the Economic Assessment." Energy Policy, 24: 665-673.

Fankhauser, S., J. B. Smith, and R. S. J. Tol. 1999. "Weathering Climate Change:Some Simple Rules to Guide Adaptation Decisions." Ecological Economics,30(1): 67-78.

Global Environment Facility. 1995. Caribbean: Planning for Adaptation toClimate Change. Brochure #2, October 15, 1995.

Government of Antigua and Barbuda, Ministry of Planning. 1998. Country CaseStudy on Climate Change Impacts and Adaptations Assessment. B.Challenger and J. T. Sebastian, editors. St. John, Antigua and Barbuda: St.John’s Press.

Government of Pakistan, Ministry of Environment. Local Government andRural Development, 1998. Study on Climate Change Impact Assessment andAdaptation Strategies for Pakistan. Mehboob Elahi, (Country Coordinator)and Shams l Haq (Senior Technical Advisor). Islamabad, Pakistan.

Houghton, J. T. et al., editors. 1996. Climate Change 1995: The Science ofClimate Change. Contribution of Working Group I to the Second AssessmentReport of the IPCC. Cambridge, U.K: Cambridge University Press.

IPCC. 1996a. Climate Change 1995: The Science of Climate Change.Contribution of Working Group I to the Second Assessment Report .Cambridge, UK: Cambridge University Press.

IPCC. 1996b. Climate Change 1995: Impacts, Adaptation, and Mitigation ofClimate Change: Scientific-Technical Analysis. Contribution of WorkingGroup II to the Second Assessment Report. Cambridge, UK: CambridgeUniversity Press.

National Academy of Sciences. 1992. The Policy Implications of GreenhouseWarming. Washington D.C., U.S.A.: National Academy Press.

Republic of Cameroon, Climate Change Unit of the Ministry of Environmentand Forestry and United Nations Environment Programme.1998. CameroonC o u n t ry Case St dies on Climate Change Impacts and AdaptationsAssessments.

Republic of Estonia, Ministry of the Environment, and the StockholmEnvironment Institute-Tallinn. 1998. Country Case Study on ClimateChange Impacts and Adaptation Assessments in the Republic of Estonia.Andres Tarand and Tiit Kallaste, editors. Tallinn, Estonia.

Republic of Uganda, Department of Meteorology. 1997. Workshop Proceedings.Towards the Development of an Adaptation Strategy to Climate changein Uganda. Ministry of Natural Resources. Kampala, Uganda.

Rothman, D. S., D. Demeritt, Q. Chiotti, and I. Burton. (1998) Costing ClimateChange: The Economics of Adaptations and Residual Impacts for Canada, inN. Mayer, ed. The Canada Country Study: Climate Impacts and Adaptation,

BU RTO N 189

Environment Canada, Volume VIII.Smit, B., I. Burton, R. J. T. Klein, and J. Wandel. 2000. An Anatomy of

Adaptation to Climate Change and Variability. Climatic Change, 45: 223-251Smith, J.B. et al., editors. 1996. Vulnerability and Adaptation to Climate Change.

Interim Results from the U.S. Country Studies Program. EnvironmentalScience and Technology Library. Dordrecht, The Netherlands: KluwerAcademic Publishers.

Smith, J. B., S. E. Ragland, R. S. Ra cher, Hagler Bailly Services, Inc., and I. Burton.1997. Assessment Adaptation to Climate Change: Benefit-Cost Analysis.Prepared for Global Environment Facility.

Stratus Consulting. 1999. Compendium of Decision Tools to Evaluate Strategiesfor Adaptation to Climate Change. Report prepared for the UNFCCCSecretariat. Bonn, Germany. Boulder, Colorado, U.S.A.

Yamin, F. 1998. Adaptation and the Clean Development Mechanism in TheClean Development Mechanism. Draft Working Papers. Washington D.C.,U.S.A.: World Resources Institute and others.

Yohe, G. 1996. The Economic Cost of Greenhouse-Induced Sea-Level Rise forDeveloped Property in the United States. Climatic Change 32: 387-410.

Washington Advisory Group. 1999. Adaptation to Climate Change: A ResearchAgenda. Washington D.C., U.S.A.

Werksman, J. 1993. FI LD Working Papers on the relationship between theConvention and the GEF. London, U.K.: FIELD.

World Bank, forthcoming. Considering Adaptation to Climate Change in theSustainable Development of Bangladesh. Washington, D.C., U.S.A.: WorldBank.

Ian Burton es Científico Emérito en el Servicio de Meteorología de Canadá, yProfesor Emérito de la Universidad de Toronto. Ha trabajado recientemente co-mo consultante sobre vulnerabilidad y adaptación con el PNUD y el Banco Mun-dial, y es Autor Principal en el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climá-tico.

72 Coolmine RoadToronto, Ontario M6J 3E9CanadáTeléfono: 426 739 4314Fax: 416 739 [email protected]

190 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

III Inversiones, comercio y finanzas

Cambio climático y transferencia tecnológica

R.K. PachauriInstituto de Investigación Energética Tata, Nueva Delhi, India

ResumenEn siglos recientes, el incremento de la productividad económica se ha lo -grado predominantemente como resultado del cambio tecnológico, lo quepermite la obtención de resultados mayores a partir de determinados nive -les de trabajo y de capital. Sin embargo, a menudo el progreso humano seha logrado a expensas de los recursos naturales y del medio ambiente, co -mo se evidencia por la concentración excesiva de gases de efecto de inver -nadero (GHGs) en la atmósfera ter restre, lo que produce un incremento enla amenaza al cambio climático.

En tanto la tecnología se encuentra en el origen del cambio climático,puede también ser parte integral de su mitigación. La Convención Marcode las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (FCCC, por sus siglas eninglés) enfatiza que la transferencia tecnológica es un elemento importan -te en la mitigación del cambio climático. Aunque, para que la tecnologíasea una herramienta efectiva, será esencial formular una estrategia mundialque asegure el desar rollo apropiado de la transferencia y la adaptación detecnologías.

Este trabajo es una exploración del papel potencial de la transferenciatecnológica en el régimen del cambio climático. La discusión comienza exa -minando los elementos fundamentales de la transferencia tecnológica, es -pecíficamente como componente de un ciclo económico mayor. Entonces,se consideran los pasos que facilitarán la transferencia tecnológica, segui -dos por una discusión de cómo está evolucionando el concepto de transfe -rencia tecnológica dentro del régimen del cambio climático. El autor deta -lla luego varios tópicos que merecen cuidadosa atención en las negociacio -nes futuras, entre las que se incluyen la creación de capacidades, el desa -rrollo de recursos de información, el establecimiento de redes de conoci -miento, y el establecimiento de nuevos mecanismos para el financiamientoinnovador. El capítulo concluye con una discusión de los elementos especí -ficos del Mecanismo de Desar rollo Limpio y de la FCCC en la medida en quese relacionan con las capacidades de los países en desar rollo de tomar par -te en las actividades de mitigación del cambio climático, y un resumen delpotencial para la participación de los países en desar rollo.

Introducción. ¿Cuál es el papel de la transferencia tecnológicaen la mitigación del cambio climático?El papel de la tecnología en la toma de decisiones económicas generalmente nose comprende completamente. Esto es debido, quizás, a que la mayoría de losavances tecnológicos a lo largo de la historia de la humanidad han surgido co-

PAC H AU R I 193

194

1. La Economía, DecimosextaEdición, 1998. Paul Samuelson,William D. Nordhaus, TataMcGraw-Hill Publishing Co.Ltda.. Nueva Delhi, 323.

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

mo resultado de iniciativas individuales más que como resultado directo de ac-ciones gubernamentales específicas. Ha habido algunos casos donde las políticaso inversiones gubernamentales han producido directamente el desarrollo de tec-nologías específicas, como lo son las tecnologías espaciales y militares. Sin em-bargo, en general, el tiempo transcurrido entre las acciones iniciales que estimu-laron el desarrollo de una tecnología y su diseminación real es tan prolongadoque el público casi nunca conoce su interrelación. También con frecuencia losgobiernos se embarcan en estos programas con una notable falta de transparen-cia, lo que distancia al público de lo que realmente está ocurriendo. Aún, el cam-bio tecnológico es una parte importante y en desarrollo del progreso humano,tanto en sus manifestaciones positivas como negativas.

La tecnología le ha aportado a la población humana un medio de evitar lapredicción Maltusiana del desastre total. Thomas Malthus dijo que

“...a medida que la población se duplique y vuelva a duplicarse, es exacta-mente como si el globo terrestre se redujera en tamaño a la mitad y de nuevo ala mitad hasta que finalmente se ha encogido tanto que los alimentos y la sub-sistencia caen por debajo de los niveles necesarios para mantener la vida. Debi-do a la ley de disminución del retorno aplicado al suministro fijo de La Tierra dela naturaleza, la producción de alimentos tiende a no mantenerse en ascensocon ritmo igual a la progresión geométrica del crecimiento de la población.”1

Sin embargo, Malthus creyó que el capital y el trabajo estaban encerrados enuna relación rígida y lineal. Él en realidad no se dio cuenta del papel que con eltiempo podía jugar la tecnología en la alteración del escenario de la productivi-dad. En siglos recientes, el incremento de la productividad económica ha sidofundamentalmente producto del cambio tecnológico que ha permitido mejoresresultados con niveles dados de trabajo y capital.

Desafortunadamente, mientras que las predicciones Maltusianas han sidoevadidas efectivamente, el papel de los recursos naturales y del medio ambien-te en el proceso de producción generalmente ha sido ignorado. Por consiguien-te, el progreso humano ha estado acompañado de una creciente mala utilizacióny abuso de los recursos naturales, una de cuyas repercusiones es la concentraciónexcesiva de gases de efecto de invernadero (GHGS, por sus siglas en inglés) en laatmósfera terrestre, lo que lleva al crecimiento en la amenaza del cambio climá-tico.

En tanto la tecnología es lo primordial del cambio climático, debiera ser tam-bién parte integral de su mitigación. Sin embargo, la efectividad de dicha aplica-ción descansará no solo en las nuevas direcciones del desarrollo tecnológico, si-no también en el mejoramiento del proceso de diseminación -permitiendo unadistribución global eficiente y rápida. La importancia de la transferencia tecno-lógica, por tanto, surge del hecho de que el sistema actual tiene debilidades in-herentes que frecuentemente obstaculizan su adecuada distribución, particular-mente desde los países desarrollados hacia los no desarrollados. Si el problemadel cambio climático va a ser enfrentado, entonces será necesaria una estrategiamundial que asegure la apropiada transferencia, adaptación y desarrollo de tec-nologías.

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático(FCCC, por sus siglas en inglés), que fue aceptada durante la Cumbre de Río so-bre el Cambio Climático en 1992, enfatiza a la transferencia tecnológica comoun elemento importante en la mitigación del cambio climático. Aunque, desdeentonces, el progreso en esta área ha sido lento. De hecho, no se ha establecidouna definición precisa de lo que es necesario hacer. En la Primera Conferenciade las Partes (COP I) realizada en Berlín, se determinó que el Secretariado de laConvención tendría que

“...preparar un informe del progreso por acápites (de acuerdo con los tipos deactividades especificadas en los párrafos 34.15 y 34.28, inclusive el Capítulo 34en la Agenda 21) tomada por las Partes relacionadas en el Anexo II de la Con-

vención con respecto a sus compromisos relacionados con la transferencia de lastecnologías relacionadas con el medio ambiente y con el conocimiento prácticonecesario para mitigar y facilitar la adaptación adecuada al cambio climático.”2

En sesiones posteriores de la COP y de sus diversos subcomités, se hizo énfa-sis en el software y en los aspectos políticos de la transferencia tecnológica. Ha-ce tanto tiempo como en la reunión del Cuerpo Subsidiario para la Implemen-tación (SBI, por sus siglas en inglés) en Febrero y Marzo de 1996, se esclareció eltérmino transferencia tecnológica al incluir las prácticas y los procesos que ele-van el secuestro con sumideros así como que facilitan la adaptación al cambioclimático. Estos pueden incluir tecnologías ‘blandas’ como el reforzamiento delas capacidades nacionales, las redes de información, el entrenamiento y la in-vestigación; y tecnologías ‘duras’ como el equipamiento para el control, la re-ducción o prevención de las emisiones antropógenas de GHGS en los sectoresenergéticos, de transporte, forestales, agrícolas e industriales.

¿Qué participa en la transferencia tecnológica?Para tener una total comprensión del proceso de transferencia tecnológica, esimportante examinar a la tecnología dentro del contexto mayor de la economía.En un análisis detallado, el apoyo del gobierno para el desarrollo o diseminaciónde la tecnología que sólo se hará hasta ahora. La fase final de la adaptación y deluso de cualquier proceso tecnológico o innovación sucederá sólo si hay un mo-tivo económico principal para su uso. Típicamente, por tanto, siempre que losprogramas gubernamentales se centren o no en el desarrollo de una tecnologíaparticular, pudieran no tomarse los pasos finales cruciales requeridos para la co-mercialización, simplemente debido a que un agente económico pudiera no ha-llar que la tecnología sea económicamente beneficiosa.

Las mismas consideraciones pueden aplicarse también a la transferencia de latecnología desde los países desarrollados hacia los países en desarrollo, debidoprincipalmente a que el movimiento actual del hardware o de los equipos desdeun país a otro es sólo un componente en el proceso económico. La tecnologíaque se está transfiriendo debe encajar de forma efectiva en el ciclo total. Una tec-nología transferida puede fallar si las habilidades y la capacidad de mantenerlaa un nivel que es económicamente ventajoso son caras o no están disponibles.Si una tecnología es económicamente viable, entonces es esencial aportar los re-cursos necesarios para el mantenimiento del equipamiento y de los procesos in-herentes a dicha tecnología, a un costo que hace que su adaptación sea econó-micamente beneficiosa.

A lo largo de estas líneas se ve que una tecnología que inherentemente aho-rra trabajo no puede estar justificada en una economía con exceso de trabajado-res, y un equipo que posee eficiencia energética no se aceptará o diseminará amenos que el precio de la energía sea reflejo de escasez en un grado que justifi-que económicamente las medidas de ahorro energético. Por tanto, es importan-te comprender que el desarrollo apropiado y la transferencia de tecnologías pa-ra la mitigación del cambio climático debe estar precedido por el establecimien-to de condiciones que hagan que la tecnología sea económicamente atractiva.Hay dos prerrequisitos importantes en este contexto:

• El desarrollo de la capacidad local, de las habilidades y de los conocimientosprácticos debe encajar con los niveles requeridos por el cambio tecnológico,la innovación y las mejoras.

• Los precios, tanto de los materiales como de los productos del proceso pro-ductivo de una tecnología dada, deben estar racionalizados para eliminarcualquier distorsión que pudiera falsear la selección de la tecnología.

El desarrollo de la capacidad local no debe estar limitado por el entrenamien-

PAC H AU R I 195

2. Decisión 13 / CP. 1.1 (a) deUNFCCC, Documento FCCC /CP/ 1995 / 7 Addendum 1,Informe de la Conferencia de losParticipantes, sobre su primerasesión, Berlín, 28 Mar - 7 Abr,1995. Parte dos: Acción toma-da por la Conferencia de losParticipantes, en su primerasesión, Addendum 1.

to científico y tecnológico. Mas bien, debiera ayudar al desarrollo de la infraes-tructura que permitirá la introducción racional y el uso de la tecnología apropia-da. Los países desarrollados tienen, en su mayor parte, un incremento de sus in-gresos utilizando tecnologías con altos niveles de contaminación. Sólo cuandolos ingresos han alcanzado un cierto pico se le ha dado mayor atención al mejo-ramiento del medio ambiente y se le han asignado recursos apropiados. Sin em-bargo, la experiencia ha demostrado que los derechos de propiedad, apropiada-mente definidos, que crean conciencia de los costos y beneficios de la calidadmedioambiental, y el fortalecimiento del marco institucional para la regulacióny el monitoreo de las leyes medioambientales puede disminuir significativamen-te el pico de la Curva del Medio Ambiente de Kuznets.3

Históricamente, en los países desarrollados, se ha deteriorado la calidad delmedio ambiente hasta que los ingresos alcanzan niveles extraordinariamenteelevados antes de que la protección del medio ambiente se convierta en un ob-jetivo central. Los países en desarrollo debieran ser capaces de llevar a cabo me-joras en la calidad del medio ambiente al niveles de ingreso muy inferiores. Lospaíses en desarrollo están ahora en una posición única para beneficiarse a partirde las experiencias de los países desarrollados, con las innovaciones institucio-nales para preservar y mejorar el medio ambiente. Al propio tiempo, los paísesdesarrollados tienen la oportunidad de ayudar a crear esta capacidad para mejo-rar el medio ambiente en los países en desarrollo, la cual es un prerrequisitoesencial para la adopción de las tecnologías apropiadas.

¿Cuáles son los pasos que facilitarán la transferencia tecnológica?El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) ha enfatizado laimportancia de la transferencia tecnológica como elemento en la estrategia demitigación del calentamiento global. En respuesta a las necesidades de los go-biernos que son parte del FCCC, el Panel terminó un profundo informe socialque cubre todos los aspectos de la transferencia tecnológica en el contexto delcambio climático.

Teóricamente, en un mundo perfecto, los mercados operarían sin restriccio-nes o coacciones, entre las que se incluyen las barreras políticas. Bajo dichas cir-cunstancias, la transferencia tecnológica ocurriría de forma que condujera a laeficiencia en todas las áreas productivas. En un mundo ideal, esperaríamos quela tecnología, el capital y otros factores productivos fluyan hacia aquellos luga-res donde los costos de producción, bienes y servicios sean mínimos. Desdicha-damente, este no es el caso. Aún en los sistemas económicos más progresistas ba-sados en el mercado, la transferencia tecnológica está restringida -tanto explíci-ta como implícitamente- de acuerdo con la legislación existente o con las polí-ticas específicas de los gobiernos.

El mercado global existente es el dominante y tiene imperfecciones que lo ha-cen no propicio para el flujo sin restricciones de tecnologías entre los estados.Adicionalmente, ha existido otro elemento detractor desde antes de la era indus-trial -el uso excesivo y el tratamiento inadecuado de los recursos naturales y delmedio ambiente. En esencia, estos recursos no se han valorado como bienes quedeben ser mantenidos y preservados. Como se mencionó previamente, siemprees importante examinar los avances tecnológicos en el contexto de un mayormarco económico y de desarrollo. Por ejemplo, la concentración excesiva deGHGS en la atmósfera terrestre es el resultado directo de las exterioridades: elcosto para remediar el daño hecho no se está incluyendo en el precio de uso oen los procesos de producción de los combustibles fósiles. Debido a la naturale-za de las emisiones, el costo de enfrentar estos efectos no se ha impuesto sobrela población global.

El futuro de la transferencia tecnológica dependerá, en gran medida, de lacreación de la capacidad adecuada en los países en desarrollo y de los arreglos

196

3. La Curva Medioambiental deKuznets es básicamente una rep-resentación de la relación entrela calidad del medioambiente yel ingreso.

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

institucionales que se realicen para la implementación exitosa de las políticasmedioambientales. Sin embargo, otra iniciativa que pudiera producir importan-tes beneficios conllevaría la asociación, para la investigación y el desarrollo, en-tre países industrializados y en desarrollo. Este arreglo no sólo tendría ventajasen cuanto al costo generalmente menor de los grupos de trabajo técnico y cien-tífico en los países en desarrollo, sino que crearía también las condiciones parala absorción de la tecnología en los países en desarrollo. Ahora que los derechosde la propiedad intelectual están definidos al nivel global de forma más precisa,hay un mayor incentivo para realizar acuerdos contractuales entre las entidadesen países desarrollados y en desarrollo.

Con el objetivo de facilitar la transferencia tecnológica entre los países desa-rrollados y en desarrollo, las organizaciones bilaterales y multilaterales debencentrarse en crear las capacidades que también requieren la asociación con ins-tituciones en los países receptores. Estos esfuerzos debieran esencialmente con-llevar el desarrollo de redes de conocimiento que combinen el conocimiento yla comprensión de organizaciones selectas con la responsabilidad para la imple-mentación de tecnologías sostenibles seleccionadas en otras organizaciones.

¿Cómo está evolucionando el concepto de transferenciatecnológica en el régimen del cambio climático?Si va a mitigarse el cambio climático, entonces deben desarrollarse los métodospara poder aprovechar lo más rápida y eficientemente posible las tecnologíasapropiadas. Esto es de particular importancia para aquellos países que no tienenlos medios para desarrollar o adquirir las tecnologías eficientes desde el punto devista del medio ambiente. El texto de la FCCC enfatiza que la futura mitigaciónde las emisiones de GHG, particularmente en el mundo en desarrollo, sólo ten-drá lugar si se facilita la transferencia tecnológica hacia los países en desarrollo.Esto será realidad aún para países que están experimentando una gran expan-sión industrial o una modernización económica sistémica.

Como se mencionó previamente, la transferencia tecnológica no es un meromovimiento del hardware o de equipos. El hardware, o capital físico, es sólo uncomponente de todo el proceso económico. Si la transferencia tecnológica va aser exitosa, entonces es esencial el desarrollo de la capacidad local antes de quese efectúe el flujo real de cualquier hardware. Esto se aplica no sólo para la adop-ción de las tecnologías que llegan, sino también posiblemente para la adapta-ción de las tecnologías a las condiciones locales.

La capacidad local puede construirse esencialmente por medio de dos gruposde actividades. El primer grupo de actividades está dirigido al desarrollo de losrecursos humanos; el segundo se relaciona con los aspectos del software de latecnología, los cuales, con frecuencia, son ignorados tanto en los países desarro-llados como en desarrollo. En este contexto, el software puede definirse como lacadena global de medidas políticas, y el marco institucional por medio de la cualse facilita y asegura la adopción y el uso adecuado de la tecnología apropiada. Enun mundo donde el principio económico es la base del uso de tecnologías espe-cíficas o de procesos productivos, ignorar los aspectos del software produciríaefectivamente la inundación del mercado (DUMPING) de equipos o de hardwa-re capitales. Sin el fundamento económico de base para mantener y utilizar di-cho hardware de forma eficiente, esto sólo llevaría con el paso del tiempo a unamala utilización o a su rechazo.

En las negociaciones para la implementación de la FCCC se ha alcanzado unaetapa crucial, en la cual los países en desarrollo, las Partes no incluidas en el Ane-xo I, deben articular exacta y claramente lo que se requiere para promover elconcepto de transferencia tecnológica de la forma que se prometió en la FCCC.Desdichadamente, en tanto se ha puesto considerable atención a las necesidadespolíticas para facilitar la transferencia tecnológica desde que se escribió y adop-

PAC H AU R I 197

tó la FCCC, generalmente han estado ausentes las medidas y recomendacionesconcretas. Se espera que en las deliberaciones de la COP VI se ponga alguna aten-ción a este aspecto, particularmente en el resurgimiento del informe de la trans-ferencia tecnológica del IPCC.

¿Cuáles son los aspectos de la transferencia tecnológicaque deben tratarse en las negociaciones futuras?En cierto sentido, la ambigüedad que la FCCC le ha otorgado a los países delAnexo I es un medio muy conveniente para argumentar que la transferencia tec-nológica no puede ser asegurada por los gobiernos del Anexo I. Sus argumentosson que las tecnologías están comercialmente disponibles y que pueden ser ad-quiridas por los países en desarrollo que quieran utilizarlas. Sin embargo, en tan-to esta simple postura ha sido expresada en muchos foros, la realidad es muchomás compleja. La transferencia de tecnología puede, de hecho, acelerarse a tra-vés de acciones gubernamentales. La política de los gobiernos no traspasaría oaventajaría a los procesos comerciales por medio de los cuales ocurre, en reali-dad, la transferencia tecnológica. Más bien, ayudaría al proceso de comercializa-ción -reteniendo las iniciativas y beneficios que normalmente busca el que de-sarrolla la tecnología cuando se realizan inversiones en la investigación y el de-sarrollo y en la evolución de las soluciones tecnológicas. Sería útil para las Par-tes no incluidas en el Anexo I formular un conjunto de propuestas concretas pa-ra su consideración futura. Estas soluciones pudieran cubrir el conjunto siguien-te de actividades:

La creación de capacidades locales en los países en desarrollo

Como se mencionó previamente, el desarrollo de capacidades locales requiere deprogramas de entrenamiento y del desarrollo de recursos humanos. Estos pue-den iniciarse dentro de los departamentos gubernamentales que son responsa-bles de formular los mecanismos y políticas que incentiven y faciliten la trans-ferencia tecnológica. Al nivel popular, puede construirse la capacidad en el sec-tor corporativo entrenando a personas en innovaciones tecnológicas específicasque pueden no estar fácilmente disponibles en algunos países en desarrollo. Enel pasado, los programas de entrenamiento se favorecieron por un número de or-ganizaciones de asistencia bilateral. Sin embargo, ha habido una reducción ge-neral en estas actividades. Esto puede estar ocurriendo conjuntamente con elprogreso de la industrialización en un número de países en desarrollo.

En tanto que puede que las formas tradicionales de entrenamiento técnico nose requieran en igual forma que anteriormente, actualmente existe al nivel po-pular una necesidad creciente de especialistas y gerentes entrenados que tenganexperiencia en la evaluación de los beneficios medioambientales y de los costo-beneficios relacionados con opciones tecnológicas específicas. Idealmente, el en-trenamiento para este tipo de posiciones no debiera realizarse enviando especia-listas de países en desarrollo hacia los países desarrollados, sino a través de em-presas de colaboración en las que el proceso de entrenamiento tome en cuentalas habilidades y talentos que ya están disponibles en los países en desarrollo. Es-ta sería la forma más duradera y sostenible de entrenar y desarrollar los recursoshumanos.

Con relación a la capacidad de edificar el software local, el mero entrena-miento de los trazadores gubernamentales de políticas pudiera no ser adecuado.En algunos casos, pudiera existir la necesidad de crear instituciones fuera del go-bierno, o fortalecer las organizaciones existentes de forma apropiada. Un ejem-plo de esto son las comisiones reguladoras que se encargan de la responsabilidadde ponerle precio a los servicios aportados por los monopolios naturales comoson las utilidades eléctricas. El entrenamiento de los reguladores y oficiales endichos organismos tiene una importancia creciente si se va a incorporar, en los

198 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

precios de los servicios, la internalización de los costos medioambientales, comopor ejemplo, en la electricidad u otras formas de energía que está siendo utiliza-das en cantidades crecientes en el mundo en desarrollo. Un precio razonable,que incluya la internalización del uso de los recursos y los costos para disminuirla contaminación, es un prerrequisito esencial para el uso de la tecnología co-rrecta.

Desarrollo de recursos de información

Aunque generalmente está disponible la información comercial acerca de la tec-nología y se transfiere eficientemente por todo el mundo, ciertos aspectos de di-cha información no se obtienen fácilmente. Por ejemplo, los beneficios, especí-ficos para el medio ambiente, de estas tecnologías no se conocen con facilidad yrequieren de una evaluación cuidadosa, específicamente bajo condiciones loca-les. La factibilidad práctica de utilizar cierta tecnología varía de un lugar a otroya que las condiciones bajo las cuales se usa pueden variar sustancialmente. Porejemplo, los refrigeradores que operan en un país donde el suministro de elec-tricidad tiene grandes fluctuaciones de frecuencia y voltaje necesitarán un com-presor diferente que aquellos que se utilizarán en un país donde la estabilidaddel voltaje y la calidad del suministro de energía puede asegurarse. Compresoresdiferentes utilizarán cantidades de energía diferentes, lo que significa que las im-plicaciones de la tecnología para el medio ambiente variarán de un lugar al otro.

La diseminación de tecnologías que puedan tener sólo beneficios globales,es decir, la reducción de emisiones de GHG, probablemente no sea exitosaen los países en desarrollo. Sin embargo, los decisores de políticas en lospaíses en desarrollo deben comprender que la tecnología que está dirigidahacia los problemas locales del medio ambiente, generalmente, son tam-bién positivas desde el punto de vista global. Los proyectos que centran suatención en los niveles de contaminación local y en la eficiencia energéti-ca reducirán también los niveles de las emisiones globales de GHG.

Debiera enfatizarse también que en un número de países en desarrollo, entanto pudiera estar disponible la información sobre tecnologías específicas, pu-diera a su vez producirse un costo elevado, en términos de tiempo y dinero, aso-ciado con la obtención real de la información. El establecimiento de redes parasuministrar dicha información a bajo o a cero costo produciría una diferenciasustancial en la comprensión, evaluación y lanzamiento de las iniciativas tecno-lógicas para la protección del medio ambiente. La Agencia Internacional deEnergía (IEA, por sus siglas en inglés) tiene varios programas para suministrar in-formación a sus miembros, pero la mayoría de ellas requieren de honorarios. Se-ría útil si las organizaciones de asistencia bilateral y multilateral ayudaran a lospaíses en desarrollo a obtener el acceso a la información de la IEA la cual pudie-ra ser de importancia para las necesidades e iniciativas de los países.

Establecimiento de redes de conocimiento

La importancia del flujo de conocimientos en las redes que soportan dichos flu-jos no puede sobreestimarse. Debido a la cosecha de plantas y equipos en los paí-ses en desarrollo, hay mucho espacio para el mejoramiento de la eficiencia ener-gética. Si las tecnologías existentes se mejoran, las emisiones de GHG se reduci-rán sustancialmente. Sin embargo, el capital es escaso en la mayoría de los paí-ses en desarrollo, y no hay un marco institucional para financiar la innovacióny el reemplazo de los equipos energéticamente ineficientes. Como tal, estas in-

PAC H AU R I 199

novaciones probablemente no ocurrirán sin que existan redes de información einiciativas integradas, así como medidas para crear capacidades.

Como con el uso de dichas innovaciones los beneficios económicos son po-tencialmente enormes, no sería difícil motivar al dueño de una industria a par-ticipar en dichos programas de innovación. Sin embargo, esta motivación sóloexistirá si los beneficios son, esencialmente, de naturaleza local. La diseminaciónde tecnologías que puedan tener sólo beneficios globales, es decir, la reducciónde emisiones de GHG, probablemente no sea exitosa en los países en desarrollo.Sin embargo, los decisores de políticas en los países en desarrollo deben com-prender que la tecnología que está dirigida hacia los problemas locales del me-dio ambiente generalmente también serán positivas desde el punto de vista glo-bal. Los proyectos que centran su atención en los niveles de contaminación lo-cal y en la eficiencia energética reducirán también los niveles de emisiones glo-bales de GHG.

Casos exitosos de desarrollo local de tecnología y de transferencia de conoci-miento para enfrentar problemas del medio ambiente, particularmente en el sec-tor industrial, se han beneficiado de forma demostrable de las redes que facili-tan la creación y el flujo del conocimiento.

El Instituto de Investigación de Energía Tatra (TERI, por sus siglas en in-glés) es parte de un esfuerzo conjunto entre las industrias de pequeña es-cala de la India, cuya premisa es una red de conocimientos entre las indus-trias locales de pequeña escala que requieren innovaciones tecnológicas si-milares. Los socios industriales que participan se caracterizan por ser ungran número de unidades de pequeña escala, particularmente fundiciones,industrias de vidrio y productores de ladrillos.Trabajando conjuntamente con la organización de asistencia, la AgenciaSuiza para el Desarrollo y la Cooperación (SDC, por sus siglas en inglés), ycon un experto en cúpulas proveniente del Reino Unido, TERI fue capazde facilitar una importante mejora en el diseño de las unidades de fundi-ción pequeña cercanas a Calcuta. Este desarrollo de la industria de fundi-ción, en conjunto con el gerente industrial y el propietario, ha tenido re-sultados sorprendentes en términos del mejoramiento de la eficienciaenergética y en la reducción de emisiones. Como la unidad piloto indus-trial está situada dentro de un conjunto de unidades similares, es eviden-te la posibilidad de alcanzar una diseminación rápida. Se espera que la me-jora tecnológica establecida en esta sola unidad será ahora emulada porotras unidades del mismo conjunto.Esta innovación no hubiera sido posible sin los esfuerzos conjuntos de lasinstituciones de investigación y la organización de asistencia progresivabilateral, y el asesor experto del Reino Unido. El ingrediente final, la esen-cia, fue el espíritu emprendedor del propietario de la fundición y su deseode participar en un ejercicio innovador.

Financiamiento innovador de nuevas tecnologías

La transferencia de nuevas tecnologías desde el mundo desarrollado hacia elmundo en desarrollo puede facilitarse a través de métodos de financiamiento in-novador que no necesariamente subvertirán los flujos desde el mercado. Porejemplo, el Departamento de Energía de Estados Unidos (USDOE, por sus siglasen inglés) en sus diversos programas desarrolla tecnologías superiores que pue-den ser emuladas al nivel internacional. Si hay una nueva tecnología que es sig-nificativamente superior a la que está disponible en la actualidad, el USDOE so-licita una licitación para su adquisición en gran escala para la producción y elsuministro de la tecnología. Una vez que se acepta la licitación, el USDOE colo-ca una orden para las unidades, y entonces las comercia bajo las condiciones de

200 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

mercado existentes.El precio del mercado pudiera ser muy inferior al precio de compra pagado

por el USDOE. Si este fuera el caso, el gobierno subsidiaría las nuevas unidadesde manera que no distorsionaría el mercado, y por tanto apoyaría las innova-ciones similares en compras y ventas posteriores. Las organizaciones bilateralesy multilaterales debieran dirigirse específicamente a programas de esta naturale-za donde las tecnologías pueden recibir un muy buen inicio por medio de ven-tas que utilizan estos métodos financieros innovadores.

¿Cuál es la importancia del Mecanismo para unDesar rollo Limpio cuando se considera la transferencia tecnológica?El Mecanismo para un Desarrollo Limpio (CDM) se solicita a menudo como unaoportunidad financiera por la cual los países en desarrollo pueden promover eluso de tecnologías de avanzada desde el punto de vista del medio ambiente. És-te, sin embargo, no es el objetivo central del CDM. Como se articuló con clari-dad en el párrafo 2 del Artículo 12 del Protocolo de Kyoto, el propósito del CDMes básicamente promover el desarrollo sostenible en los países no incluidos en elAnexo I. De aquí que, la transferencia tecnológica que se realiza sólo para redu-cir las emisiones de GHG sea realmente secundaria para los objetivos del desa-rrollo sostenible, como están definidos por la sociedad hacia la que se realiza di-cha transferencia tecnológica.

Es importante recordar que si el CDM va a utilizarse como vehículo para latransferencia de tecnología, debe cumplir los objetivos, tanto del desarrollo sos-tenible como de la reducción de emisiones de GHG en los países hospederos.Con el fin de lograr estos objetivos, se requiere un entrenamiento adecuado delos decidores que participarán en cada uno de estos proyectos. Esto es de impor-tancia en los países desarrollados al igual que en los países en desarrollo. Sin em-bargo, en los países en desarrollo el objetivo central tendrá que ser no el simpleentrenamiento de los decidores y los que desarrollan los proyectos para evaluarla reducción de las emisiones de los GHG para cada proyecto, sino que esta ta-rea es indudablemente tan compleja que también debe permitirle medir su va-lor para cumplir con el objetivo global del desarrollo sostenible.

¿Por qué la transferencia tecnológica es integral al FCCC?En el contexto de la tecnología bajo el FCCC deben discutirse otros dos aspec-tos.

Primero, por el establecimiento de asociaciones de investigación entre los paí-ses desarrollados y en desarrollo deben haber beneficios tangibles y duraderos.La Organización Mundial del Comercio (WTO, por sus siglas en inglés) y el régi-men actual de patentes cubre ahora la mayoría de los países, lo que significa quelos derechos de la propiedad intelectual son bastante seguros internacionalmen-te. Por tanto, debiera ser posible asegurar los arreglos contractuales entre las or-ganizaciones de países desarrollados y en desarrollo, disminuir la posibilidad dedisputas o realizar un uso inadecuado de los derechos de propiedad intelectual.Esto creará un número de oportunidades para el desarrollo de tecnologías con-juntas, las cuales pudieran lograrse con costos sustancialmente inferiores si latecnología se desarrollara sólo en un país industrializado. La industria de softwa-re de computación ya está dándose cuenta de las ventajas de este escenario. Unnúmero de compañías de software que están ubicadas en países desarrollados es-tá estableciendo facilidades en países como la India, donde la ciudad de Banga-lore ya está adquiriendo las características de un nuevo Silicon Valley.

Segundo, mientras que todas las iniciativas y programas de nivel micro pue-den llevarse de la mano, como ya se discutió previamente, es de vital importan-cia para los países en desarrollo comenzar a diseñar y desarrollar una visión tec-nológica para el futuro, incluyendo las iniciativas para asegurar la protección del

PAC H AU R I 201

medio ambiente y la conservación de los recursos naturales al nivel local. Esta esun área en la que deben hacerse esfuerzos para que participen tanques pensan-tes y organizaciones de investigación tanto en países desarrollados como en paí-ses en desarrollo. El Instituto Memorial Batelle y el Instituto de Investigación dela Energía Eléctrica realizaron recientemente una importante iniciativa que ce-rró instituciones y organizaciones en economías en desarrollo. Dado que el im-pacto de las innovaciones tecnológicas en el próximo siglo será mayor en lospaíses en desarrollo, esto es bastante extraordinario. El mundo en desarrollo pro-bablemente experimentará una gran expansión relacionada con la energía, espe-cíficamente en los sectores industriales y de transporte, así como con el incre-mento de las ventas del uso de equipos duraderos para consumidores domésti-cos (es decir, grandes dispositivos eléctricos).

ConclusiónLos gobiernos y las organizaciones de los países en desarrollo deben tomar la ini-ciativa para articular políticas tecnológicas a largo plazo y visiones tecnológicaspara el desarrollo en el futuro. Las organizaciones multilaterales y bilateralespueden jugar un importante rol al apoyar estos esfuerzos. Aún pudiera ser nece-sario pensar en términos de que éste sea el primer paso para que países clavesen el desarrollo donde, los gobiernos, entidades corporativas domésticas, y lasorganizaciones de investigación local pueden colaborar con organizaciones mul-tilaterales y bilaterales para examinar los prospectos para el crecimiento econó-mico futuro. Para lograr el éxito, las políticas tecnológicas tendrán que asegurarque los proyectos con beneficios locales producirán también resultados positivosglobales para el medio ambiente.

Estamos en el momento en que los países en desarrollo comienzan a com-prender los beneficios de dicho ejercicio y de articular la necesidad para la ac-ción cooperada en la que participen los principales participantes. También es elmomento para que, en el contexto de la transferencia tecnológica, el Grupo delos 77 y China desarrollen una propuesta detallada para el COP VI, y para losejercicios posteriores que se realizarán para implementar el Protocolo de Kyotoy la FCCC. Esta es un área en la cual instituciones como el TERI tienen una granexperiencia. Sería ideal que el TERI pudiera unirse con otras organizaciones pa-ra desarrollar un mapa de caminos para el futuro que serviría tanto a los intere-ses de los países en desarrollo como a largo plazo a la comunidad global.

202 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

R K Pachauri es el Director del Instituto de Investigación de Energía Tata /TERI,por sus siglas en inglés) que se encuentra en Nueva Delhi. El Dr. Pachauri es uningeniero convertido en economista y científico del medio ambiente. Es Investi-gador Invitado en el Grupo del Banco Mundial, y asesor a tiempo parcial del Ad-ministrador para la Energía y el Manejo Sostenible de los Recursos naturales delPrograma de las Naciones Unidas para el Desarrollo. El Dr. Pachauri ha servidoen numerosas ocasiones en varios comités y juntas internacionales, incluida laJunta de la Sociedad Internacional de Energía solar; El Consejo del Instituto deRecursos Mundiales; el Grupo de Trabajo A - Comité de los Países en Desarrollodel Consejo de Energía Mundial (Presidente, 1988, Presidente de la Junta Direc-tiva 1989-90); La Asociación Internacional para la Economía de la Energía (Pre-sidente, Instituto Asiático de Energía); y el Panel Intergubernamental sobre elCambio Climático, vicepresidente, 1997-2001). También es autor de 20 libros ynumerosos trabajos y artículos. En el otoño del 2000, recibió la beca de Mc-Clusky en Conservación de la Escuela de Yale de Silvicultura y Estudios del Me-dio Ambiente.

Tata Energy Research InstituteDarbari Seth BlockHabitat PlaceLodhi RoadNew Dehli - 11 0003/IndiaTeléfono: +91.011.462.2246/460.1550Fax: +91.11.462.1770/463.2609E-mail: [email protected]://www.terrin.org/index.htm

PAC H AU R I 203

Flujos del capital privado y cambio climático:maximizar las inversiones privadas en lospaíses en desarrollo bajo el Protocolo de Kyoto

Bradford S. GentryYale/PNUD Programa de Colaboración para el Medio Ambiente Urbano

ResumenLa comprensión y creación de vínculos entre el flujo internacional del ca -pital privado y el cambio climático es creciente e importante esfuerzo paraun número cada vez mayor de decidores. Para los países en desar rollo éstaes una verdad debido (i) a que el capital privado es el motor impulsor fun -damental del crecimiento económico y, por tanto, del desar rollo sostenible,y (ii) porque el Protocolo de Kyoto tiene el potencial de incrementar sus -tancialmente las inversiones privadas en los países en desar rollo.

Este trabajo describe los vínculos entre los flujos del capital privado y eldesempeño del medio ambiente. Comienza con una revisión de la historiareciente del flujo de los capitales privados hacia los mercados emergentes.Luego se describen los impactos de los aspectos del medio ambiente sobr elos decidores inversionistas. Finalmente, se hacen algunas sugerencias ini -ciales sobre las vías incluidas bajo el Protocolo de Kyoto para integrar losmarcos del medio ambiente y de la inversión, con particular atención sobr eel Mecanismo para un Desar rollo Limpio.

RevisiónEl flujo de capitales privados y el cambio climático -¿cuáles son sus vínculos? Pa-ra los que pertenecen a la comunidad del medio ambiente, esta pregunta tienepoco significado, pues ellos centran su atención en el uso del dinero público -particularmente la Asistencia Oficial para el Desarrollo (ODA, por sus siglas eninglés)- cuando piensan en cambio climático y países en desarrollo. Para otros,la respuesta es fácil pues todos los vínculos son negativos. En su punto de vista,un incremento en la inversión privada significa sólo la expansión de la actividadindustrial y de la explotación de los recursos naturales y, así, un incremento enlas emisiones de gases de efecto de invernadero y destrucción de los sumiderosde carbono, como son los bosques tropicales muy densos donde llueve todo elaño.

Sin embargo, para un número creciente de decidores el asunto ni es fácil nitiene sentido. De hecho, cada vez más ésta se considera como una de las pregun-tas más importantes que se han realizado. Desde la perspectiva de un país en de-sarrollo, la comprensión de los vínculos entre el flujo de capitales privados y elcambio climático es crucial por dos razones principales:

• El capital privado es el motor impulsor principal del crecimiento económicoy por tanto debe reconocerse también como el vector central del desarrollo

G E N T RY 205

sostenible• El Protocolo de Kyoto tiene el potencial de incrementar sustancialmente las

inversiones privadas en los países en desarrollo.

Este trabajo tiene un enfoque instrumental. No trata de enfrentar los aspec-tos científicos, éticos o políticos que rodean al Protocolo de Kyoto y a sus flexi-bles mecanismos de implementación. Más bien, asume el objetivo de lograr elmayor número posible de inversiones privadas en los países en desarrollo bajoel Protocolo y desde ahí avanza. El trabajo comienza revisando la historia recien-te del flujo de capitales privados hacia mercados emergentes. Se describen enton-ces los impactos de los aspectos del medio ambiente sobre los inversionistas de-cidores. Finalmente, se realizan algunas sugerencias iniciales sobre las formas deintegrar los marcos del medio ambiente y de las inversiones, incluyendo las for-mas en que pudieran ser aplicadas para el Protocolo de Kyoto. Se hace especialatención en el Mecanismo para un Desarrollo Limpio.

¿Por qué se produjo el cambio de atencióndesde la ODA al flujo de capitales privados?Los números son rigurosos y hablan por sí mismos. Como se muestra en la Figu-ra 1, las transferencias a través de la ODA a los países en desarrollo promedió al-rededor de $50 mil millones de dólares US por año desde 1990 hasta 1999. Alpropio tiempo, hubo una explosión en las inversiones privadas en los países endesarrollo desde menos de $50 mil millones de dólares US en 1990 hasta un va-lor de más de $300 mil millones de dólares US en 1997.

Aún con la reciente crisis financiera, el flujo neto de capital privado hacia lospaíses en desarrollo fue cuatro a cinco veces mayor que el flujo oficial tanto en1998 como en 1999. Esta diferencia seguirá incrementándose en la medida enque se incremente la recuperación económica en muchas partes del mundo,.

En general, el cambio desde la ODA hacia la inversión privada internacionalcomo vehículo principal para la transferencia de recursos desde los países indus-trializados hacia los países en desarrollo es una buena señal. Los gobiernos de los

países en desarrollo no pueden lograr eld e s a rrollo sostenible actuando aislada-mente. Ellos no pueden crear o suminis-trar todo o la mayor parte del capital de lanación. Más bien, como se discute másadelante, su papel debiera ser establecer einspeccionar el marco para la actividadeconómica privada, incluyendo tanto fac-tores ambientales como de inversiones.

Sin embargo, este cambio no disminu-ye la importancia de la ODA aplicadaefectivamente. Muchos países en desarro-llo han quedado fuera del flujo global delcapital privado. Entre 1990 y 1996, casi el80% de las inversiones privadas en elmundo en desarrollo fue hacia tres regio-nes: Asía, América Latina, y Europa Cen-tral, y dentro de ellos, a doce países: Ar-

gentina, Brasil, China, Hungría, India, Indonesia, Corea, Malasia, México, Rusia,Tailandia y Turquía. Aún cuando estos países representan un elevado por cientode la población mundial total, son pocos en número. Otras naciones en desarro-llo están luchando para elevar su porción de flujos privados. Aquellos que nohan tenido éxito hasta el momento -particularmente en el África subsahariana oen partes del Sur de Asia- tienen el serio peligro de quedarse económicamente

206

FIGURA 1Flujo de Capital Privado hacia losPaíses en Desarrollo vs. ODA de1990 a 1999. Fuente: BancoMundial (2000). Global Develop-ment Finance 2000. Washington,D.C. (los datos de 1999 son pre-liminares).

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

muy atrasados. En la medida en que la ODA pueda utilizarse para ayudar a quemás países en desarrollo construyan la capacidad para atraer a una parte mayorde la inversión privada global -alterando así los conflictos inherentes-se está con-tribuyendo al uso apropiado e importante del presupuesto público. Esto es espe-cialmente cierto en la arena del cambio climático, dadas las raíces históricas delproblema en los países industrializados.

¿De qué manera se vinculan el medio ambientecon las diferentes formas de inversión internacional?No toda la inversión privada internacional es igual -ni lo son los efectos ambien-tales de las diferentes formas de inversión. Es importante distinguir entre los trescomponentes principales del flujo de capital privado: (1) inversiones extranjerasdirectas (FDI, por sus siglas en inglés); (2) inversiones de la carpeta de equidad;y (3) deuda. Cada una tiene vínculos diferentes con el desempeño del medio am-biente. Cada una constituye una respuesta diferente a la crisis financiera. De ma-nera interesante, las recomendaciones políticas de cómo manejar el flujo de ca-pitales privados que proviene de comunidades del medio ambiente y de inver-sionistas parecen estar convergiendo, con su centro en marcos legales predeci-bles y efectivos, mayor acceso a la información, e inversiones públicas aplicadasestratégicamente.

Inversión extranjera directa

Como se muestra en la Figura 2, la FDI es el componente mayor y más durade-ro del flujo de capital privado para los países en desarrollo. Una FDI típica poruna compañía multinacional -procedente tanto de un país industrializado comode un país en desarrollo- sobre una compañía local, que puede ser propia en suconjunto o producto de una asociación empresarial. La FDI se efectúa en mu-chos sectores, entre los que se incluyen la ex-tracción de recursos, la manufactura, la in-fraestructura y los bancos. Los datos prelimina-res de 1999 sugieren que la FDI constituyó el89% de toda la inversión extranjera en los paí-ses en desarrollo. Se espera que la cantidad to-tal de FDI que va hacia los países en desarrollocontinúe creciendo en el futuro.

La FDI tiene también vínculos más directoscon el desempeño del medio ambiente, ya quea menudo va hacia operaciones productivas. Eldaño del medio ambiente puede producirsepor el incremento del uso de la tierra, incre-mento en la descarga de materiales que produ-cen contaminación y por los efectos secunda-rios del incremento de la producción (es decira lo largo de corredores de transportación o ennuevos asentamientos). Sin embargo, el de-sempeño del medio ambiente también puedemejorarse por medio del incremento de la eficiencia en el uso de materias pri-mas, mayor atención a las características de los productos para el medio ambien-te y por una protección más efectiva de las áreas sensibles.

Inversiones de la carpeta de equidad

Estas inversiones se encuentran en el otro extremo del espectro, y han sido lasmás pequeñas y los componentes más volátiles en el flujo de capital privado ha-cia los países en desarrollo, con vínculos menos directos -pero aún así críticos-

G E N T RY 207

FIGURA 2 Flujos de FDI, Carpeta de Equi-dad y Deuda de los Países en De-sarrollo de 1990 a 1999. Fuente:Banco Mundial. Global Develop-ment Finance 2000. Washington,D.C. (los datos de 1999 son pre-liminares).

con el medio ambiente. Las mismas consisten en títulos de propiedad comercia-lizados de forma pública compartidos en compañías privadas, a los que a menu-do se le conocen como acciones. Mientras que las inversiones de la carpeta deequidad crecieron rápidamente en los países en desarrollo a principios y media-dos de los 90, el por ciento de acciones compartidas descendió abruptamente an-tes de comenzar la reciente recuperación.

Muchos países en desarrollo se han quedado fuera del flujo global de ca-pital privado. Entre 1990 y 1996, casi el 80% de las inversiones privadasrealizadas en el mundo en desarrollo fueron hacia tres regiones: Asia,América Latina y Europa Central, y dentro de ellas, a doce países: Argen-tina, Brasil, China, Hungría, India, Indonesia, Corea, Malasia, México,Tailandia y Turquía.

Los vínculos entre las inversiones en la carpeta de equidad y el desempeñodel medio ambiente son menos claros y más complejos que los de la FDI. Lasofertas públicas iniciales para la participación en compañías (IPOS, por sus siglasen inglés) suministran nuevo capital a las firmas participantes, y , por tanto, pue-den actuarcomo FDI. El comercio posterior en los mercados secundarios, comoen los intercambios de acciones, puede ayudar a estimular el crecimiento econó-mico, con efectos buenos y malos sobre el medio ambiente (es decir, mayor pre-sión política para la protección del medio ambiente versus incremento del con-sumo de recursos del medio ambiente). La actividad del mercado secundariopuede ayudar también a disminuir el crecimiento económico -por ejemplo, a tra-vés de la rápida retirada de los países en desarrollo observada en los últimosaños- con buenos y malos efectos sobre el medio ambiente (reducción del con-sumo versus uso inapropiado de los recursos estimulado por la necesidad econó-mica).

Aún, es extenso el flujo de oportunidades que se presentan en la carpeta pa-ra estabilizar las políticas ambientales. Mundialmente, el flujo de la carpeta tan-to de equidad como de deuda constituye el mayor segmento de transacciones através de las fronteras -55 por ciento en 1996. La carpeta de inversiones de equi-dad y deuda mantiene los hilos de las finanzas hacia la mayor cantidad de dine-ro que pueda disponerse en el mundo a partir de cualquier otro tipo de fuentede inversión, y hace pequeños los recursos que potencialmente son disponiblespor la FDI. Por ejemplo, de acuerdo con el IFC, en 1996 la capitalización totaldel mercado mundial llegó al nivel tope de $18 millones de millones de dólaresUS, muchísimo más que el flujo global total de la FDI que fue de $320 millonesde dólares US.

Deuda

La deuda, en la que se incluye tanto los préstamos de bancos comerciales comolas deudas de los instrumentos de la carpeta (como son los vínculos), es el tercercomponente del flujo de capital privado hacia los países en desarrollo. En 1999,parece que disminuyó dramáticamente el valor desde los altos niveles de 1997que fue de $103 mil millones de dólares US, a $19 mil millones de dólares US.De forma interesante, durante la reciente crisis financiera, el préstamo de losbancos comerciales fue uno de los más volátiles de todos los tipos de flujo de ca-pital privado.

Existen muchos tipos diferentes de instrumentos de deuda, desde los présta-mos de bancos comerciales hacia las estaciones de energía hasta vínculos de me-diano plazo emitidos por grandes compañías. Los efectos de la deuda sobre el

208 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

medio ambiente comprenden toda la gama desde la FDI hasta la carpeta de equi-dad. Los vínculos gubernamentales presentan los mayores misterios en términosde puntos de influencia para afectar su desempeño ambiental. Algunos se utili-zan para financiar mejoras en la infraestructura del medio ambiente. Sin embar-go, la mayoría van hacia los ingresos generales del gobierno, los inversionistaspotenciales no tienen, esencialmente, razón de considerar el desempeño del me-dio ambiente en las operaciones gubernamentales implícitas.

¿Cómo afecta el medio ambiente a la toma de decisiónde los inversionistas a partir de los riesgos de oportunidades,identificando los puntos de influencia política?Debido a que se pueden encontrar ejemplos legítimos de inversiones privadasque son buenas o malas para el medio ambiente, la pregunta de gran importan-cia crítica es cómo pueden capturarse mejor las oportunidades para mejorar eldesempeño del medio ambiente.

Existen un grupo de respuestas para comprender y construir las formas porlas cuales los factores del medio ambiente afectan la toma de decisión de los in-versionistas. Para la FDI, el mejoramiento del desempeño del medio ambientesólo ocurre cuando se incrementan las ventajas comerciales de los inversionis-tas. En los países en desarrollo, esto sucede usualmente por una de estas cincorazones principales:

• mejorando el acceso a mercados de exportación, como es a través de la adop-ción de sistemas de gerencia del medio ambiente o por la concesión de pro-ductos “eco-marcados”;

• incrementando la productividad, a través del uso más eficiente de materialesno elaborados;

• manteniendo una “licencia social” para operar, frente a las presiones localese internacionales de los vecinos, NGOS, accionistas y clientes;

• accediendo al financiamiento, ya que los financieros internacionales requie-ren cada vez más que se enfrenten los riesgos ambientales y, en casos comoen los préstamos del Banco Mundial, separan las directrices ambientales acumplir;

• haciendo inversiones “ambientales”, como la de los sistemas hidráulicos o laproducción de energía más limpia.

Estas ventajas comerciales para los inversionistas foráneos directos aportanpuntos de influencia para los decidores de política del medio ambiente. Esto escierto tanto en los países en desarrollo que reciben las inversiones como en lospaíses que son las fuentes de las inversiones, los que son usualmente, pero nosiempre, países industrializados.

Cuando se considera cómo utilizar mejor el Protocolo de Kyoto para incre-mentar las inversiones privadas en los países en desarrollo debieran tomarse encuenta todos estos factores. Las valoraciones acerca de cómo construir mejor losvínculos entre el flujo de capital privado y el desempeño del medio ambiente seofrecen en las secciones siguientes.

¿Cómo se crean las oportunidades para las inversionesprivadas y cómo ésto cambia el papel del gobierno?El cambio hacia las inversiones privadas está variando también el papel de mu-chos gobiernos, ya que los mismos van desde ser los proveedores de servicios aser los que permiten y supervisan su provisión por las partes privadas. Los go-biernos autorizan las inversiones privadas al establecer el marco o escenario den-tro del cual ocurren dichas actividades económicas privadas. Los gobiernos su-pervisan las inversiones privadas al monitorear tanto los escenarios como las ac-

G E N T RY 209

tividades privadas, y realizan acciones cuando cualquiera de ellos no funciona.Los escenarios básicos para las inversiones primarias y otras actividades mer-

cantiles incluyen las definiciones de los diversos derechos de propiedad, la for-ma en la cual van a conservarse o transferirse dichos derechos, y cómo debe pro-tegerse cualquier derecho particular. La inversión privada sólo con una adecua-da definición de los derechos legales básicos. Esto se logra tomando estos ele-mentos básicos y ordenándolos en una miríada de formas que incrementan elvalor a los clientes potenciales. Muchos de estos arreglos cambian con el tiem-po, en formas imposibles de predecir cuando se crean derechos fundamentalesde la propiedad.

Esta combinación de flexibilidad dentro de un marco comercial global, per-mite la creatividad a los actores privados en formas consistentes con los valoresde la sociedad. Aquí es donde se vinculan las recomendaciones políticas de lascomunidades del medio ambiente y de los inversionistas. Ambos desean un es-cenario regulador que sea claro, predecible, transparente y que se aplique consis-tentemente. Ambos desean ver que la ODA se utilice para crear las capacidadesde los países hospederos para adoptar y mantener tales escenarios. De forma cre-ciente, está en el interés de cada uno tener integradas las consideraciones del me-dio ambiente en el marco de las inversiones nacionales.

El concepto de que el marco comercial permite la implementación flexible esel que permite también el comienzo de la unión entre las inversiones privadasy el Protocolo de Kyoto. Uno de los elementos de mayor importancia para losgobiernos es ayudar a crear la demanda para las inversiones privadas, particular-mente aquellas con contenido positivo para el medio ambiente. Esto significadesarrollo tanto para el marco comercial como para los mecanismos de interna-lización de los costos ambientales. En el contexto del cambio climático, el esta-blecimiento de los marcos comerciales incluye la definición del rango de intere-sés de propiedades que puede ser comerciado. La internalización de los costosambientales significa crear demanda para aquellos intereses de propiedades al li-mitar o reducir las emisiones permitidas de gases de efecto de invernadero a par-tir de las operaciones en países industrializados.

Muchos países en desarrollo se oponen al Mecanismo para un DesarrolloLimpio y a otros mecanismos “flexibles” de implementación creados por el Pro-tocolo de Kyoto. Algunos lo hacen debido a la falta de equidad que resulta al de-jar que los países industrializados “compren sus absolución” al problema queocasionaron. Algunos están preocupados porque pudieran perder su capacidadfutura de desarrollarse al vender sus derechos de utilizar hoy el aire. Aún otrosse preocupan porque dichos sistemas de comercio serán tan complicados que se-rá imposible administrarlos. Todas estas son preocupaciones muy importantes.

Al propio tiempo, muchos de estos países están buscando, de forma activa,atraer más inversiones privadas hacia otras partes de sus economías, frecuente-mente en operaciones que explotan otros recursos naturales como minerales, pe-tróleo y madera. Muchas de las inversiones en estas operaciones provienen depaíses industrializados. Muchos de los productos de estas operaciones se consu-men en el mundo industrializado. Los gobiernos deciden los términos en loscuales se ponen los recursos a disposición de los inversionistas, tanto directa-mente a través de concesiones o indirectamente a través de escenarios regulado-res e impuestos. Presumiblemente ellos lo logran sólo cuando las operacionespropuestas se ven como beneficiosas para la economía local o cuando ayudan acumplir otros objetivos gubernamentales. Dentro de este contexto, los gobiernosde los países hospederos pueden monitorear las actividades privadas y tomar ac-ciones, y las mismas pudieran suspenderse si se decretara hacerlo.

Un enfoque conceptual similar es apropiado para cualquier venta de intere-ses en las emisiones reducidas de gases de efecto de invernadero. Corresponde alos países hospederos determinar si ellos desean poner a disposición dichos in-tereses de propiedad. Ellos sólo deberían hacerlo en términos con los cuales se

210 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

sintieran cómodos. Por ejemplo, pudieran seleccionar el permitir sólo interesesa plazos relativamente cortos para ser desarrollados y vendidos. Pudieran redu-cirse las preocupaciones acerca de las diferencias en el poder de negociación en-tre los gobiernos y los inversionistas internacionales por medio de esfuerzos pa-ra armonizar los tipos de intereses que se ponen en venta.

Sin embargo, aún cuando un país en desarrollo decida poner a disposición di-cha oportunidad de inversión queda aún comprender y negociar los detalles delCDM. Algunos de los aspectos son científicos -¿cómo debiera castigarse a los paí-ses industrializados que violan sus compromisos de reducción de emisiones?

El objetivo de este trabajo, sin embargo, es cómo diseñar el CDM con el finde maximizar las oportunidades de los inversionistas privados en los países endesarrollo. Algunos principios para ayudar a lograr este objetivo se sugieren enla siguiente sección.

¿Cómo pueden maximizarse las inversiones privadas a travésde los marcos comercial y de vigilancia, en lugar de porprocesos aprobados de manera centralizada?El Artículo 12 del Protocolo de Kyoto define que los elementos básicos del CDMincluyen los siguientes aspectos:

• beneficiar a los países en desarrollo con actividades de proyectos que generenreducción de emisiones;

• uso de certificados de reducción de emisiones (CERS, por sus siglas en inglés)para que los países incluidos en el Anexo I cumplan parte de sus compromi-sos de limitación y reducción de emisiones;

• desarrollo por la Conferencia de las Partes (COP) y supervisión por una Jun-ta Ejecutiva;

• certificación de reducciones de emisión elegibles por entidades operacionales,incluidas las partes privadas y públicas, a diseñarse por el COP;

• certificación de acuerdo a los requerimientos especificados, incluida la parti-cipación voluntaria, así como los beneficios reales, mensurables y a largo pla-zo que son adicionales a aquellos que ocurrirían de cualquier manera;

• auditoría y verificación de los proyectos de actividades bajo las reglas deter-minadas por el COP;

• uso de un conjunto de procedimientos a partir de las actividades del CDM pa-ra cubrir los gastos administrativos, así como contribuir con financiamientopara la adaptación en países particularmente vulnerables.Aunque estos elementos básicos deben incluirse en el CDM, cualquiera que

sea la forma que tome, deben definirse un inmenso número de detalles críticos.

G E N T RY 211

FIGURA 3Aprobación centralizada vs. mar-cos centralizados para la imple-mentación descentralizada -im-plicaciones para el flujo de inver-siones.

En la manera en que los mismos sean reflejados en la estructura final se hará ladiferencia para el éxito o el fallo del CDM.

Por ejemplo, hasta el presente parece que gran parte del proceso se centra enla identificación de los organismos gubernamentales que aprobarán los derechoscomerciales y en cómo lo harán.

La forma más rápida de estrangular el potencial del CDM para incrementar lainversión privada en los países en desarrollo es forzando a todas las transaccio-nes a través de procesos de aprobación centralizados globales o nacionales. Co-mo se ilustra en la Figura 3, la mejor forma de maximizar todo el potencial deinversión del CDM es a través de marcos centralizados para la generación des-centralizada, transferencia y supervisión de los créditos de reducción de emisio-nes. Este enfoque es consistente también con el papel fundamental del gobier-no en la definición de los marcos comerciales y entonces supervisar el desempe-ño de miles de actores comerciales.

Encontrar un equilibrio entre la necesidad de asegurar que los términos delProtocolo se cumplan y que dejen espacio para que funcionen los mercados enforma flexible y a tiempo es el principal reto para los negociadores. Cualquier es-fuerzo para desarrollar los marcos para la implementación descentralizada delCDM necesita considerar tres componentes esenciales:

• marco sobrevalorado para el CDM;• métodos para maximizar la generación de certificados de reducción de emi-

siones; y• métodos para maximizar los recursos transferidos con su venta y uso.

Cada uno de estos componentes enfrenta un inmenso número de aspectos.En las secciones siguientes se ofrecen algunas ideas para los negociadores.

Creación del marco comercialLa estructura global del CDM es el marco dentro del cual ocurrirá y será super-visada la inversión privada. Como se ilustra en la Figura 4, comienza con la de-finición, por parte de la junta Ejecutiva del COP/CDM, de las reglas para garan-tizar los créditos contra las obligaciones para la reducción de emisiones por losgobiernos de los países incluidos en el Anexo I.

Requiere también que los gobiernos incluidos en el Anexo I pongan en lugarlos requerimientos de la re-ducción de emisiones domés-ticas y que ofrezcan los crédi-tos contra aquellos requeri-mientos para cualificar las in-versiones en los países en de-sarrollo. Hasta que estén ensu lugar dichos requerimien-tos y créditos, los inversionis-tas privados sólo tendrán in-centivos limitados para inver-tir en los CERS.

De acuerdo con el Artículo12, los gobiernos de los paísesincluidos en el Anexo I debensuministrar también los re-cursos al CDM, tanto para losgastos administrativos comopara el Financiamiento de laAdaptación. Si ellos no hacen

212

FIGURA 4Créditos, recursos e inversionesprivadas maximizadas.

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

los pagos requeridos, no recibirán los créditos. Estas finanzas provendrán, enparte, de honorarios pagados por los usuarios de Certificados de Reducción deEmisiones (CERS). Pudiera incluir también cantidades tomadas del ingreso de losimpuestos generales, como la ODA. Ellos también buscarían imponer un im-puesto sobre todas las ventas de CERS si los países participantes y/o la Junta Eje-cutiva del CDM desea tomar una parte mayor de los ingresos directos del CDM.Un aspecto crítico para cualquiera de dichos mecanismos de impuestos es cómobalancear la carga administrativa adicional de recolectar dicho impuesto con eldeseo de permitir que los mercados muestren la mayor cantidad posible de opor-tunidades diferentes para transferir CERS.

La Junta Ejecutiva del COP/CDM establecerá también el marco para la crea-ción y comercio de los CERS entre los desarrolladores, vendedores, compradoresy usuarios. Algunos de las posibles características de estas actividades se mues-tran en las Figuras 5 y 6.

Sin embargo, antes de avanzar hacia esos aspectos mas detallados es impor-tante retornar al objetivo descrito en este trabajo -maximizar las inversiones pri-vadas bajo el CDM en tanto se logran los términos del Protocolo. En resumen,esto significa crear marcos predecibles y verificables que permitan y promuevanacciones descentralizadas por una gran variedad de partes, públicas y privadas.Sólo al permitir que florezca la creatividad del sector privado se logrará la reali-zación total del potencial del CDM.

Maximización de la generación de los CERSPara los que desarrollan y venden CERS, se requieren mecanismos que funcio-nen para definir y supervisar los derechos de propiedad que van a venderse, de-jando el mayor espacio posible para lograr flexibilidad en la conducción del co-mercio real. Como se observa en la Figura 5, esto puede hacerse a través de la cer-tificación descentralizada y por programas de verificación similares a los utiliza-dos bajo una amplia gama de productos estándares internacionales.

Las características básicas de dicho sistema incluyen las funciones de certifi-cación y verificación. Ambas comienzan con y suministran un vehículo para im-plementar reglas y guías creadas por la COP y la Junta Ejecutiva del CDM a lolargo de una amplia gama de transacciones individuales. Para la certificación dereducción de emisiones, aquellas reglas son inicialmente supervisadas por laacreditación nacional y por organismos de seguimiento (utilizando posiblemen-te las organizaciones estándar nacionales que ya existen en la mayoría de los paí-ses alrededor del mundo). Aquellas organizaciones nacionales acreditarán los

G E N T RY 213

FIGURA 5Maximización de la generaciónde Certificados de Reducción deEmisiones.

certificados y darán seguimiento a las certificaciones realizadas a través de notasy honorarios enviados a los certificadores. Si un certificador no cumple con lasreglas, su derecho a certificar será revocado. Los certificadores acreditados seránpagados por los desarrolladores (públicos o privados) para revisar la reducción deemisiones propuestas a certificación. Si cumplen las reglas establecidas por lajunta Ejecutiva COP/CDM, se emitirá una certificación y el CER puede ser co-mercializado libremente.

Idealmente, dicho comercio debe hacerse libremente para que tome una am-plia variedad de formas, incluidas:

• ventas por los desarrolladores directamente a los usuarios terminales en paí-ses incluidos en el Anexo I (similar al escenario de la FDI descrito previamen-te);

• ventas por los desarrolladores a corredores y a otros intermediarios que loca-lizan compradores;

• ventas a “conjuntos” de créditos, cuyas partes se ofrecen a la venta por par-tes públicas o privadas (similares a la carpeta del escenario de inversión des-crito previamente).

Para la auditoria y verificación, se utiliza una estructura básica similar, peroque tiene una diferencia fundamental: su función primaria es chequear muestrasa partir del proceso de certificación, y no aprobar cada CER. Sólo si se encuen-tran problemas se realizarán investigaciones más profundas. Los organismos na-cionales o internacionales pueden acreditar a los auditores. Ellos luego conduci-rán auditorías periódicas para verificar que los organismos de acreditación nacio-nal y los certificadores individuales están realizando sus funciones como se pres-cribe por la junta Ejecutiva de la COP/CDM. Los inspectores del gobierno y, po-siblemente también, las NGOS autorizadas pudieran aportar un chequeo suple-mentario sobre los CERS ofrecidas para la venta.

El resultado es un sistema que maximice la generación de CERS que cumplantanto los requerimientos del Protocolo como que estén disponibles para su co-mercialización en una gran variedad de formas.

Maximizar las oportunidades para las inversiones privadas en los CERSDicho resultado cubre claramente las necesidades de los compradores potencia-les y de los usuarios de los CERS, maximizando las oportunidades para la inver-sión privada y la transferencia de recursos hacia las partes en los países en desa-

214

FIGURA 6Maximización de la transferenciade recursos

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

rrollo. Como se muestra en la Figura 6, bajo esta estructura el dinero fluye enambas vías: primero, hacia los que venden los CERS (y luego hacia la cadena decertificación nacional); y segundo, a los fondos de adaptación a través de los go-biernos incluidos en el Anexo I. Como se señaló previamente, existen tambiénotras alternativas, como son los impuestos sobre cada venta de un CER.

Los compradores de CERS debieran pagar directamente a los vendedores elprecio de mercado, ya sea que fueran desarrolladores, intermediarios o “conjun-tos”, públicos o privados. Los propios compradores pueden ser públicos o priva-dos, “conjuntos”, intermediarios, o aún usuarios finales. Finalmente, los CERSserán adquiridos por aquellos que los deseen -incluidos los gobiernos incluidosen el Anexo I y las firmas que necesitan ayuda para cumplir las obligaciones do-mésticas de reducción de emisiones, o por NGOS y otros que desean forzar aúnmás las reducciones al sacar del mercado los derechos de emisiones.

Los usuarios de los CERS aportarán entonces notas y pagarán honorarios a ungobierno incluido en el Anexo I en intercambio por un crédito contra los reque-rimientos domésticos. A su vez, el gobierno incluido en el Anexo I debe haceruna contribución a expensas de la Junta Ejecutiva de la COP/CDM y los Fondosde Adaptación en intercambio por el crédito contra sus obligaciones con el Pro-tocolo. Como con el sistema de certificación, el sistema de uso de los CERS paralograr los objetivos de reducción de las emisiones domésticas sería supervisadopor auditores internacionales acreditados.

¿Cuáles son los beneficios potenciales de los marcoscentralizados con implementación y supervisión descentralizada?La implementación y supervisión descentralizada dentro de un marco centrali-zado es una de las mejores formas de maximizar las inversiones privadas bajo elCDM. Ella maximiza las oportunidades de generar CERS. Maximiza la flexibili-dad entre los vendedores y compradores. Se basa en los requerimientos del Pro-tocolo. El cumplimiento de esos requerimientos se verifica regularmente.

¿Funcionará este arreglo? Es muy temprano para decirlo. Aún es necesario en-frentar los aspectos políticos y técnicos que surgirán con la creación y verifica-ción de la reducción de emisiones. Los aspectos políticos que determinan laesencia de los requerimientos para la certificación, al igual que los detalles de lasreglas de “adicionalidad”, necesitan aún ser resueltos. Asumiendo que se adopteel enfoque que planteamos a lo largo de estas líneas, será necesario que mejoresustancialmente la capacidad de muchas partes gubernamentales y privadas pa-ra administrar tal sistema con efectividad.

Lo que hace este enfoque es aportar la base para discusiones concretas entrelos países en desarrollo y la comunidad de inversionistas privados en cómo elCDM pudiera cumplir mejor con las inversiones privadas. Hasta hace poco, aúncuando una institución financiera privada hubiera oído mencionar al CDM (ymuchas no lo han hecho), lo vería como muy mal definido o muy lejos de quese le prestara alguna atención. En la medida en que se alcancen enfoques másconcretos, particularmente aquellos que se basan en la conducta actual de los in-versionistas, estas actitudes irán cambiando y surgirán oportunidades para eldiálogo.

¿Dónde se está alcanzando el progreso?En el CDM se ha logrado aún poco progreso a través del proceso de negociaciónformal. En la COP-4 de Noviembre de 1998 realizada en Buenos Aires, se acordóque hubiera un período de dos años para realizar más estudios. En la COP-5 deOctubre de 1999 realizada en Bonn, fue aparente un mayor acuerdo con los con-ceptos básicos, pero no se adoptaron acuerdos específicos. La Sexta Conferenciade las Partes, realizada en la Haya en Noviembre y Diciembre del 2000, será unasesión de vital importancia para el futuro del CDM.

G E N T RY 215

En su lugar, se está realizando un progreso real en el diseño e implementa-ción de los mecanismos de comercio a través de una serie de experimentos rea-lizados por firmas privadas, gobiernos nacionales y organizaciones multilatera-les. Entre ellos se incluyen:

• establecimiento de programas comerciales de emisión interna dentro de lascompañías de producción multinacional como BP/Amoco y Shell;

• desarrollo de protocolos para la certificación, por terceras partes, de reduccio-nes de la emisión de CO2 por firmas como Ecosecurities y SGS;

• producción y venta de créditos de compensación de carbono por organizacio-nes de todo el mundo, desde Costa Rica a los Bosques Estatales de Nuevo Ga-les del Sur en Australia;

• compra directa de créditos de compensación de carbono por utilidades deenergía eléctrica (como la Corporación AES) e indirectamente a través de losmercados de utilidades (como la Junta de Comercio de Chicago y el Intercam-bio Futuro de Sydney);

• formación de fondos de inversiones diseñados específicamente para invertiren propiedades de carbono como el Fondo Prototipo de Carbono del BancoMundial; y

• diseño del programa nacional de comercio de CO2 en países como el ReinoUnido y Noruega.

Estos “experimentos en aprendizaje social” están ayudando a descubrir losobstáculos y las oportunidades para convertir en realidad, a escala global, la teo-ría del comercio de emisiones. Ellos están comenzando a aportar una fundamen-tación concreta al progreso sobre el diseño global del CDM. Estas actividades del“mundo real” ayudan a poner al descubierto el posible interior de un mecanis-mo “descentralizado” del CDM, es decir los procedimientos para desarrollar losCERS, la comercialización de los CERS, y maximizar las inversiones privadas enlos proyectos del CDM (Figuras 5 y 6).

¿Hacia donde debieran ir ahora los negociadores?Con el fin de estimular más las inversiones privadas en los países en desarrollo,se necesita que los gobiernos se pongan de acuerdo acerca del marco “centrali-zado” para el CDM dentro del cual ocurrirán las negociaciones específicas (Figu-ra 4). Los países industrializados necesitan establecer requisitos domésticos queeleven el valor de las inversiones de los CERS en los países en desarrollo. Los paí-ses en desarrollo necesitan adoptar marcos específicos para el CDM así como ge-nerales que incentiven las inversiones privadas.

Tanto los países industrializados como los países en desarrollo necesitan reco-nocer que es en su auto-interés mutuo deben romper con el problema del “hue-vo y la gallina”, de quién actúa primero, y ponerse de acuerdo y transitar juntoslos caminos del CDM o uno similar. Aún quedan por responder muchas pregun-tas específicas acerca del CDM. Deben realizarse esfuerzos para desarrollar dichasrespuestas a la luz de los objetivos del incremento de las inversiones globales,tanto públicas como privadas, en los países en desarrollo.

Los negociadores de los países en desarrollo debieran explorar y comprenderlos vínculos entre los flujos de capital privado y el desempeño ambiental, parti-cularmente al considerar su posición con respecto al CDM. Al hacerlo se aporta-rá una base sólida para decidir si, y si así fuera en qué términos, ellos desean tra-bajar en el diseño del CDM para ayudar a lograr el máximo de inversiones pri-vadas en sus países.

216 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

Referencias y lecturas sugeridas

Beck, T. "Australia Shows the Way," Environmental Finance. London, U.K.:Fulton Publishing, 2000.

Center for Sustainable Development in the Americas. Working Papers onthe CDM. http://www.csdanet.org.

Confederation of British Industry. "UK Emissions Trading Could Start from April2001—CBI/ACBE." London, U.K.: Press Release, 1999.

Cooper, G. "Shell Steps off the Gas," Environmental Finance, (February 2000).Delphi International Ltd. The Role of Financial Institutions in Achieving

Sustainable Development. London, U.K.: Report to the Euro p e a nCommission, 1997.

" N o rway Unveils Emissions Report,""Carbon Fund has Japanese Appeal,""European Emissions Trading Goes to Round Two," Environmental Finance,(February 2000).

F e rnandez, L., B. Gentry, and D. Esty. The Environmental Effects ofInternational Portfolio Flows and the Actors Who Drive Them. WorkingPaper. Paris, France: OECD, 1998.

Ganzi, J., F. Seymour, and S. Buffet. Leverage for the Environment: StrategicMapping of the Private Financial Services Industry. International FinancialFlows and the Environment Project. Washington, D.C.: World ResourcesInstitute, 1998.

Gentry, B. "Foreign Direct Investment and the Environment: Boon or Bane,"Foreign Direct Investment and the Environment. Paris: OECD, 1999.

——, ed. Private Capital Flows and the Environment: Lessons from LatinAmerica. Aldershot, U.K.: Edward Elgar Press, 1998.

Gutner, T. International Mechanisms Shaping the Environmental Impact ofTransboundary Capital Flows. Washington, D.C.: World Resources Institute,1998.

Institute for International Finance. Capital Flows to Emerging MarketEconomies: September 29, 1998. Washington, D.C.: Institute forInternational Finance, 1998.

I n t e rnational Finance Corporation. Emerging Stock Markets Factbook.Washington, D.C.: International Finance Corporation, 1996.

International Finance Corporation. Investment Funds in Emerging Markets.Washington, D.C.: International Finance Corporation, 1996.

Kaplan, M. and J. Mein. Early Start Carbon Emission Reduction Projects:Challenge and Opportunity. Proceedings of the Brazil/U.S. Aspen GlobalForum. Institute for Policy Research and Im lementation. Denver, Colorado,U.S.A.: University of Colorado, 1999.

Pew Center on Global Climate Change. Papers on the CDM. http://www.pew-climate.org.

S c h m i d h e i n e y, S. and F. Zorraquin. Financing Change: The FinancialCommunity, Eco-Efficiency and Sustainable Development. Cambridge,Massachusetts, U.S.A.: MIT Press, 1996.

SGS.Carbon Offset Verification Service. Oxford, U.K.: Oxford Center forInnovation, 1999.

Toman, M. and J. Hourcade. "From Bonn to The Hague, Many QuestionsRemain," Resources (Winter 2000). Washington, D.C.: Resources for theFuture, 2000.

Werksman, J. and J. Cameron. The Clean Development Mechanism: The "KyotoSurprise." Working paper for The Brazil/U.S. As en Global Forum, held June1998, Sao Paulo, Brazil. Washington, D.C.: The Aspen Institute, 1998.

World Bank. Global Development Finance 2000. Washington, D.C.: The WorldBank Group, 2000.

G E N T RY 217

——."Environment in Crisis: A Step Back or a New Way Forward?," East Asia: TheRoad to Recovery. Washington, D.C.: The World Bank, 1998.

——. Private Capital Flows to Developing Countries: The Road to FinancialIntegration. Washington, D.C.: The World Bank Group, 1997.

——."Portfolio Investment Funds—Assessing the Impact on Emerging Markets,"Public Policy for the Private Sector, September. Washington, D.C.: The WorldBank Group, 1996.

Stuart, M. and L. Fretz. Financial Tools and the Clean Development Mechanism:A Preliminary Working Paper. Prepared for the International Working Groupof the CDM, UNCTAD CDM workshop. Buenos Aires (November 1998),http://www.ecosecurities.com/, 1998.

Bradford S. Gentr y es el director del programa de investigación sobre InversiónPrivada y el Medio Ambiente del Centro de Yale para las Leyes y Política del Me-dio Ambiente, así como co-director del Programa de Colaboración de Yale/P-NUD sobre el Medio Ambiente Urbano, así como conferencista en la Escuela deYale de Silvicultura y Estudios del Medio Ambiente y de la Escuela de Leyes deYale (invitado). Estuvo en la práctica privada como abogado en Boston y Lon-dres por 15 años. Ahora es Consejero de la firma de abogados Morrison y Foers-ter. Las publicaciones del profesor Gentry incluyen Private Capital Flows y las En-vironment: Lessons from Latin America (Edward Elgar, 1998), así como nume-rosos artículos y trabajos sobre política.

Yale/UNDP Collaborative Program on the Urban EnvironmentYale Center for Environmental Law and Policy285 Prospect StreetNew Haven, CT 06511USATel: +1203-432.9374Fax: +1203-432.9375Email: [email protected]

218 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

Puntos de vista de los inversionistassobre el cambio climático

Camilla Seth, Fundación SurdinaAndrew Kasius, EA Capital 1

ResumenEl protocolo de Kyoto tiene cláusulas que poseen el potencial de movilizarsignificativos recursos financieros para mitigar el cambio climático global.Sin embargo, la reducción de emisiones a las que llama el Protocolo reque -rirán una amplia colaboración pública y privada así como la existencia deuna clara política nacional e internacional para ayudar a establecer nuevosmecanismos e instituciones comerciales. Debido a que ésta es la primeraocasión en que se está llamando al sector privado a participar en un esfuer -zo global de tal magnitud, existen algunas dudas de cómo responderá lacomunidad de inversionistas y cuando comenzará a participar de forma sig -nificativa en el mercado del carbono. Este trabajo realiza observaciones ge -nerales acerca de cómo la comunidad de inversionistas ha respondido alcambio climático y el grado en que las importantes discusiones sobre polí -ticas están teniendo un impacto sobre las actividades inversionistas. El artí -culo discute también las inversiones que son compatibles con los objetivosde mitigación del cambio climático pero que se están realizando de formatotal o parcialmente independientes del marco de la política global. Lospuntos de vista de los inversionistas que se describen se basan en entrevis -tas realizadas en una variedad de subsectores de inversión, así como sur -gen de la impresión acumulada durante varios años de trabajo en la inter -sección de las finanzas y el medio ambiente.

IntroducciónEl Protocolo de Kyoto contiene cláusulas que tienen el potencial de movilizarsignificativos recursos financieros para mitigar el cambio climático global. Losmecanismos de flexibilidad que se establecen en el Protocolo, incluidos los deimplementación conjunta (JI; por sus siglas en inglés), el Mecanismo para unDesarrollo Limpio (CDM, por sus siglas en inglés) y el comercio de créditos deemisiones, permiten la colaboración internacional en la reducción de gases deefecto de invernadero (GHGS, por sus siglas en inglés), estableciendo así el cami-no por el cual transitará gran parte de los recursos financieros para lograr elavance del desarrollo limpio en los países en desarrollo. Las reducciones de emi-siones a las que llama el Protocolo requerirán de una amplia colaboración públi-ca y privada. Deben establecerse políticas nacionales e internacionales claras, lasreglas deben ser lo más simple posibles y deben crearse estructuras apropiadaspara crear incentivos y para la comunicación. Debe señalarse que ésta es la pri-mera oportunidad en que el sector privado está siendo llamado a participar enun esfuerzo global de gran escala que requiere el establecimiento de nuevos me-

SETH Y K A S I U S 219

1 Los autores escribieron la ma-yor parte del artículo cuando tra-bajaban para EA Capital, que esuna firma de servicios financieroscon sede en la Ciudad de NuevaYork. Camilla Seth es en la actua-lidad funcionaria del ProgramaAsociado para el Medio Ambien-te en la Fundación Surdna. An-drew Kasius es Asociado Principalen EA Capital.

canismos e instituciones comerciales, nuevas evaluaciones de emisiones, e inver-siones tipo. Sin embargo debemos preguntar. ¿ha escuchado el sector privado elllamado, y se ha utilizado el lenguaje apropiado?

La supervisión y representación de la “perspectiva” de un sector tan grande ydiverso como lo es el sector financiero es una tarea extremadamente difícil; al-canzar este objetivo en un aspecto del medio ambiente como aún es más proble-mático el cambio climático. Con excepción de unas pocas instituciones e indi-viduos seleccionados, la corriente principal de inversionistas de la comunidadno parece estar convencida de que los aspectos del medio ambiente tienen algoque ver con sus negocios. En particular en Estados Unidos existe una limitadadiscusión del cambio climático en el sector de los servicios financieros. Por tan-to resulta difícil arribar a conclusiones acerca de la percepción que tiene la in-dustria sobre este aspecto. Así, este trabajo se centra en algunas observaciones ge-nerales acerca de cómo se está discutiendo el asunto, dónde y el grado en el cualestá teniendo algún impacto sobre las actividades de los inversionistas.

Los puntos de vista que se describen se han obtenido a partir de entrevistasrealizadas en una variedad de sub-sectores de inversiones, así como de la impre-sión acumulada desarrollada tras varios años de trabajo en la intersección de fi-nanzas y medio ambiente. Al investigar los puntos de vista de la comunidad fi-nanciera sobre el cambio climático global como un aspecto de negocios, solici-tando opiniones de personas específicas a menudo fue más fácil que identifican-do la política de las firmas que ellos representan. Con frecuencia, estos indivi-duos solicitaron que sus comentarios permanecieran en el anonimato hasta queellos fueran capaces de normar mejor la política de sus firmas sobre este aspec-to.

¿Qué segmentos de la comunidad inversionista estánparticipando en el aspecto del cambio climático?En total, el aspecto del cambio climático no ha provocado el interés activo de lacomunidad de inversionistas. Debiéramos esperar que los inversionistas que par-ticipan en los sectores que poseen las mayores responsabilidades con el carbono,como son las de energía eléctrica, construcción y transporte, serán los más preo-cupados. Después de todo, si emergieran regulaciones obligatorias globales, es-tos son los sectores que serán el objeto central para las reducciones de emisio-nes, a través de la actualización de tecnologías y procesos o por el comercio decréditos. Sin embargo, sólo un pequeño subgrupo de estos inversionistas está in-corporando activamente el cambio climático en sus criterios de inversión. Estosincluyen:

• Inversionistas corporativos (estratégicos): Liderando inversiones estratégicas enel sector energético en particular han iniciado notables esfuerzos de emisio-nes de base y un comercio explorador compensatorio para establecerse ellosmismos en lo que ven como un mercado emergente. Varios han hecho tam-bién titulares alrededor del mundo que contienen sus compromisos financie-ros para el desarrollo de tecnologías de energía alternativa.

• Algunos inversionistas institucionales: De este gran grupo de inversionistas, só-lo un grupo selecto de compañías de seguro, primariamente europeas, ha co-menzado a explorar en inversiones en fuentes de energía alternativa y otrastecnologías de “carbono bajo”. Debido a que la industria de seguros operacon el manejo de ahorro e inversiones a largo plazo, no puede ignorar los po-sibles efectos del cambio climático sobre las pensiones a largo plazo y los por-tafolios de inversiones del seguro de vida. Aún así los fondos de inversión so-cialmente responsables (SRIS, por sus siglas en inglés) están muy al tanto deestos aspectos y con mayor probabilidad lo incorporarán como un criterio deinversión, en conjunto, ellos representan un por ciento muy pequeño del ca-

220 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

pital institucional.2

• Capital empresarial y fondos privados de equidad: solo hay cuatro fondos de ca-pital empresarial en Estados Unidos3 que están interesados en las tecnologíasde energía emergentes. Las ventajas climáticas de estas tecnologías son un as-pecto de la fortaleza de las mismas y de sus ventajas comerciales, pero en nin-gún sentido el criterio único o principal.

¿Por qué ciertos segmentos de la comunidad de inversionistasno participan en el aspecto del cambio climático?Los bancos inversionistas, los bancos comerciales y la mayoría de los inversio-nistas institucionales (fondos de pensiones, fondos mutualistas, universidades yfundaciones con grandes dotes, etc.) no han reconocido aún la importancia delcambio climático como sus intereses fundamentales de negocio. Las explicacio-nes de la falta de interés por estos inversionistas incluyen:

• Vacío político: Al nivel federal, Estados Unidos no posee un marco político cla-ro alrededor del cambio climático. Este vacío político está contribuyendo a lainacción por la parte del sector financiero privado. En Europa, donde los go-biernos han articulado un mayor número de políticas claras sobre el cambioclimático, la industria privada y el sector financiero han comenzado a respon-der más seriamente. En Estados Unidos están emergiendo algunos adalidesindustriales notables y están reconociendo que la contribución humana alcambio climático global será un importante negocio en el futuro. Sin embar-go, estas firmas constituyen una minoría. Estas firmas fueron particularmen-te inflexibles acerca del fallo del gobierno federal en proveer un liderazgo su-ficiente en esta área. Puede que con el tiempo, los mercados financieros apo-yen o rechacen a estos líderes industriales.

• Conflicto de intereses con los clientes: Las firmas en el sector bancario de inver-siones o comerciales que representan a compañías con la mayor responsabi-lidad potencial del carbono estarán indecisas en anunciar públicamente queellos perciben el cambio climático como un aspecto legítimo digno de inte-rés regulador. Los bancos de inversiones y los servicios de consejo financieroprobablemente seguirán en este aspecto a los líderes de sus clientes y al pen-samiento convencional dentro de cada industria.Es decir, los principales bancos inversionistas están desarrollando mayor in-terés en el mercado de la energía alternativa. El suministro de servicios asegu-ramiento para ofertas públicas iniciales y secundarias es un negocio altamen-te lucrativo. El análisis principal en las principales casas inversionistas comoCIBC, Goldman Sachs y Robertson Stephens ha garantizado cobertura paraesta industria y están incorporando ahora los criterios del cambio climáticoen sus análisis.

• Neutralidad de la estructura/política de incentivos del mercado de capitales: La es-tructura de incentivos dentro de la industria de los servicios financieros leotorga valor a los ingresos generados a corto plazo, con bonos ajustadosanualmente. Como un aspecto de inversiones el cambio climático global es,muy al comienzo, un aspecto de mediano a largo plazo. Los analistas, comer-ciantes y los que manipulan el dinero probablemente no pondrán en riesgoel horizonte de sus inversiones. Las inversiones institucionales o prestamistasprobablemente estarán preocupados con los riesgos en el horizonte pero, has-ta el presente, han mostrado poco interés en este aspecto.

SETH Y K A S I U S 221

2 Aún cuando más de un millónde millones de dólares US, o el10% del dinero que se manejaprofesionalmente, es ahora inves-tigado de alguna manera, la frac-ción de dichos fondos investiga-dos desde el punto de vista delmedio ambiente es muy peque -ña.

3 Hay aproximadamente 800fondos de capital empresarialcon sede en Estados Unidos cadauno con más de $25 millones dedólares bajo administración. EnEuropa hay mucho menos.

Para aquellos inversionistas que están preocupados o queparticipan activamente en este aspecto, ¿cuáles son los principalesfactores que han influenciado en ellos?Varios factores han estimulado el interés de aquellos pocos inversionistas intere-sados en el cambio climático. Ellos incluyen:

• Beneficios de relaciones públicas: Muchas inversiones en las primeras etapas delas Actividades de Implementación Conjunta (AIJ, por sus siglas en inglés) yde los proyectos de Implementación Conjunta (IJ, por sus siglas en inglés) einiciativas similares relacionadas con el carbono han, discutiblemente, sidoestimuladas primariamente por los intereses de la compañía en ser vistos porsus consumidores, depositarios y gobiernos como buenos ciudadanos corpo-rativos. Hay indicaciones de que otros factores que se describen más adelan-te están comenzando a ser de mayor importancia.

• Beneficios estratégicos de ser uno de los primeros actores: Varios de los primerosinversionistas participaron en los proyectos AIJ e IJ para aprender de primeramano acerca del rango de oportunidades disponibles y cómo podían trabajaresos proyectos. Esto, ellos creen, los pone a la cabeza del juego una vez quese desarrollen los marcos formales, y les permitirá identificar las compensa-ciones más baratas y efectivas.

• Oportunidades de inversión potencial en tecnologías de bajo carbono: Pocos inver-sionistas se estimularon primariamente por lo que vieron como buenas opor-tunidades de inversión en nuevas tecnologías, incluidas las tecnologías dedistribución y energía renovable. Las mayores compañías energéticas tam-bién vieron esto como una diversificación en los valores de la tecnologíaenergética o como un seguro contra la acción reguladora en su área principalde negocios.

• Cumplimiento de sus propios objetivos políticos medioambientales internos: Algu-nas de las principales compañías han desarrollado su propia política me-dioambiental, incluidas las dirigidas a reducir emisiones de CO2 a partir desus propias operaciones. Shell, BP Amoco, Elf y Totalfina se encuentran entrelos líderes en reducciones de emisiones logradas y en términos de desarrollotecnologías alternativas y de combustibles de bajo carbono.

• Oportunidades de mitigación del riesgo: Algunos inversionistas han revisado lasformas de mitigar su riesgo de exposición a sectores y compañías de alta emi-sión de carbono. Las compañías de seguro, primariamente en Europa, han re-conocido que el horizonte en el tiempo para los efectos proyectados del cam-bio climático no es tan diferente al de los horizontes de tiempo incorporadosa los cálculos realizados por los actuarios de seguro en la industria.

¿Cómo difiere el nivel de conocimiento de cambio climático en elsector de los servicios financieros entre Estados Unidos y Europa?El conocimiento del cambio climático es de manera general elevado en Europa,particularmente entre las industrias de seguro y de reaseguramiento. Esto puedeatribuirse a la historia política en Europa que ahora complementa los objetivosdel clima, y a un apoyo general de la población europea a la existencia de unapolítica fiscal más activa. Por ejemplo, en un número de países europeos, ya seha implementado un impuesto al carbono (o a la energía. En Estados Unidos seacepta de forma general en las comunidades políticas y de defensa que impues-tos similares son poco probables, debido a la resistencia de muchos grandes sec-tores de intereses corporativos, así como a la poca aceptación por parte de la po-blación a realizar cambios en los hábitos de consumo. Impuestos de incentivosson la herramienta fiscal preferida para redirigir las inversiones y el consumo enEstados Unidos.

Dentro de la industria del seguro, las compañías de Estados Unidos y de Eu-

222 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

ropa ven este aspecto a través de lentes diferentes. Por ejemplo, la industria ase-guradora de Estados Unidos está centrada más en la mitigación de los daños yreclamaciones relacionados con el clima, y ha invertido en esfuerzos para estu-diar códigos constructivos y revisar datos de actuarios de seguro sobre estas po-líticas. Han emergido soluciones financieras innovadoras como vínculos de de-sastres y seguros de tiempo.4 En Europa hay más interés y apertura en la consi-deración de las causas del cambio climático -y las firmas han comenzado a in-vertir en tecnologías y compañías que puedan enfrentarse a dichas causas. Haytambién unas pocas compañías seleccionadas donde las decisiones de inversio-nes estratégicas se han hecho, en parte, teniendo en cuenta el cambio climáticocomo un criterio en la inversión.

¿Cómo perciben los inversionistas el medioambiente político del cambio climático?En general, los inversionistas ven la política del medio ambiente como muy dé-bil y como un factor primario que está limitando su participación en el debate.Cuando se les pregunta acerca del cambio climático, muchos inversionistas enEstados Unidos señalan que la fortaleza del sector financiero está en su neutrali-dad política y en la capacidad de responder a las oportunidades creadas por unmarco político dado. Dado el debate actual en Washington, D.C., la mayoría delos inversionistas no ven a la regulación del carbono como una posibilidad a cor-to plazo y por tanto no están dirigiendo los recursos aún al enfrentar implicacio-nes de negocios potenciales. Los inversionistas estratégicos e institucionales hanexpresado sus esperanzas de que el gobierno de Estados Unidos ocupe una me-jor posición en el liderazgo de este aspecto.

¿Qué tipos de oportunidades de inversión se están creando por elcambio climático y cómo están respondiendo a ellas los inversionistas?Inversiones “sin lamentaciones” en las tecnologías de bajo carbono

Donde se han realizado inversiones de capital, no hay “lamentos” a las inversio-nes, es decir, aquellos que tienen sentido estratégico y económico, que están ais-lados del riesgo regulador por los tratados del cambio climático, y que puedentener algún ‘crédito’ potencial. Por ejemplo, tienen sentido para utilidades quemejoren la eficiencia de sus calderas y equipos generadores con vistas a compe-tir en el mercado competitivo emergente para la electricidad. La optimizacióndel ritmo de calentamiento de una planta de energía desde 33% a 40% tiene sen-tido desde la perspectiva comercial, y reduce también el riesgo de los requeri-mientos reguladores basados en el cambio climático.

Desde la perspectiva de las inversiones tecnológicas, el cambio climático essólo uno de los diversos factores que influyen en el desarrollo de nuevas áreas deoportunidad. La reestructuración global y la privatización, desregulación en Es-tados Unidos, que hace que surjan estándares medioambientales en general, ylas crecientes necesidades energéticas de los países en desarrollo todos son im-pulsores que crean oportunidades para tecnologías que pueden tener tambiénbeneficios climáticos. Estas tecnologías de carbono bajo incluyen la eficienciaenergética, energía renovable y ciertos tipos de generación distribuida.

A lo largo de los últimos años, las inversiones corporativas en el campo de laenergía alternativa han proliferado. BP Amoco, por ejemplo, ha centrado granparte de su estrategia de inversión alrededor de la siguiente generación de com-bustibles y tecnologías. Esto ha incluido no sólo la expansión de sus negociostradicionales de exploración de petróleo y gas, desarrollo y distribución corrien-te abajo, sino también moviéndose hacia nuevas áreas como la fotovoltaica y eltransporte limpio de combustibles en los principales mercados.

Los competidores como Shell, Texaco y Suncor Energy tienen en progreso ini-ciativas similares para acumular reclamaciones en el mercado energético futuro.

SETH Y K A S I U S 223

4 Los desembolsos por desastresestán vinculados al nivel de pér-didas financieras debido a desas -tres naturales durante un períodode tiempo dado y si los reclamosdes seguro resultante de estosdesastres exceden una cantidadde dólares prescritas. En recom-pensa, los inversionistas recibenuna buena recompensa y sólopierden sus dividendos o princi-pal en el caso de daños masivosrelacionados con el tiempo. El se-guro relacionado con el tiempoha probado ser una forma popu-lar para que las compañías eléc-tricas y de gas se protejan contrael tiempo ligero. Un tiempo cáli-do en invierno reduce el consu -mo de gas natural en tanto untiempo frío en verano reduce elconsumo de electricidad. Los se -guros estructuran pagos en casode dichas eventualidades. Otrascompañías están afectadas deforma similar, incluidas, porejemplo los productores de ven-tiladores de nieve, de aire acon-dicionados, etc.

Shell ha hecho público su compromiso de invertir $500 millones de dólares USen el desarrollo en su quinto centro de negocios, Shell International Renewables,durante los próximos cinco años. También ha sido desarrollada la Shell Hydro-gen para crear las soluciones de infraestructura para cumplir con el crecimientoque se espera de celdas combustibles, que es una fuente de electricidad eficien-te y que no produce polución y que muchos creen que crecerá rápidamente enlas próximas décadas futuras. La ESACO Emergí Systems ha sido creado para in-fluir sobre la gasificación de Texaco y su experiencia en la catálisis y aplicarlasen las celdas de combustible. Suncor anunció en Enero del 2000 que ellos lanza-rían un fondo de $100 millones para invertir en el lanzamiento de proyectos deenergía renovable y alternativa.

En general, los inversionistas ven la política del medio ambiente comomuy débiles y como factor primario limitante en su participación en el de-bate.

Las empresas de generación eléctrica han expandido también sus actividadesde negocios. PG&E Corporation anunció recientemente la formación de un fon-do de $500 millones destinados a inversiones de segunda y tercera ronda deenergía basadas en combustibles no fósiles y en tecnologías de telecomunicacio-nes. Sempra Energy, Duquesne Enterprises, DTE Energy, y otros han hecho in-versiones significativas en negocios similares.

Más recientemente, los mercados de equidad pública se han prendado de losvalores de la energía alternativa. En Estados Unidos, las acciones de los construc-tores de celdas combustibles Plug Power, Ballard, y Fuel Cell Energy dispararonsu valor en el 2000. Capstone Turbines, líder en la producción de microturbinas,vio que sus acciones ascendieron un 200% el día inicial de su oferta pública.(Aunque, al igual que las acciones Internet, estas a menudo caen al niveles pordebajo de la estratosfera luego de la euforia inicial de los inversionistas.) Otrasacciones relacionadas con la energía alternativa como la Astropower, un líder enla manufactura fotovoltaica, y Unique Mobility, productor de componentes pa-ra la tecnología de los automóviles de nueva generación, han ganado tambiénterreno. Las compañías europeas como la Jonson Matey, productores de reforma-dores de combustible para las celdas de combustible, y Vestas, el productor líderde grandes turbinas de viento, han experimentado un crecimiento similar en susacciones.

Numerosos productores de automóviles como Ford, DaimlerChrysler, Gene-ral Motors, Honda y Toyota han hecho también considerables inversiones en lasnuevas tecnologías como las celdas de combustible, vehículos con flexibilidad alos combustibles, vehículos eléctricos y vehículos eléctricos-híbridos. Ford yDaimler Benz han invertido cientos de millones en Ballard para el desarrollo deltren movido por celdas de combustible. Los vehículos eléctricos híbridos comoel Honda Insight y el Toyota Prius ya están en el mercado en una producción li-mitada, en tanto el modelo Precept de GM y el Prodigy de Ford se espera que es-tén en el mercado para el 2003. Continúan desarrollándose los vehículos conceldas de combustible y es probable que se vean por primera vez en aplicacionesde tránsito como los ómnibus.

Equilibrio de carbono inversiones/comercio

Algunos participantes más activos y emprendedores están buscando en las opor-tunidades del comercio del carbono que están surgiendo del Protocolo. Los in-versionistas de Estados Unidos parecen estar más interesados en esto que los in-versionistas de Europa, debido quizás a su mayor familiaridad con los regímenes

224 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

de comercio de emisiones como el mercado de SO2 creado por el Acta de AireLimpio.5

Los corredores del carbono en Estados Unidos indican que se están aceleran-do las actividades comerciales para el equilibrio del carbono. Los compradoresde créditos y de opciones de crédito han estado participando en el comercio conun énfasis en los créditos para los años 2006 a 2010. Esto refleja alguna conside-ración al cronograma del Protocolo de Kyoto.

En Enero del 2000, el Banco Mundial lanzó su Fondo Prototipo de Carbono(PCF, por sus siglas en inglés) como mecanismo comercial disponible dentro delmercado de equilibrio global del carbono. El fondo está cubierto a $150 millo-nes de dólares US y está programado que termine para el 2012. El PCF aportaráun mecanismo por el cual los compradores y vendedores del equilibrio del car-bono pueden invertir en un conjunto de inversiones de carbono, generadas porlas reducciones de emisiones de carbono creadas por proyectos en países dondelos costos de los proyectos son bajos. El PCF no existe sin controversias y haymuchos que cuestionan su estructura e impacto potencial. Aún así, el PCF estáatrayendo significativo interés de los gobiernos y del sector privado. En la actua-lidad, el PCF ha recibido compromisos de seis naciones y quince compañías.6

Veinte países han expresado interés en propiciar proyectos del PCF, y se buscanco-inversionistas adicionales del sector privado. Este fondo es un ejemplo de par-ticipación pública-privada, creada para enfrentar las necesidades financieras delmercado del carbono.

La Coalición del Clima Global, que es el lobby corporativo más potente enEstados Unidos que se ha opuesto al Protocolo de Kyoto y las regulacionesrelacionadas, se ha debilitado significativamente en el último año.

Otros fondos conjuntos probablemente se desarrollen en la medida en quese establezcan las reglas del mercado del carbono -especialmente aquellos quebrindarán créditos para la acción temprana. Entretanto, Credit Lyonnais y Art-hur Anderson planean lanzar un fondo de $400 millones de dólares US para in-vertir en proyectos de la infraestructura energética que tratan de generar crédi-tos de carbono. En el momento de escribir este trabajo el fondo está aún en laetapa de planeamiento y se intenta lanzar a finales del 2000. Las primeros obje-tivos de inversión probablemente sean proyectos en los países en desarrollo quecalifiquen como proyectos CDM bajo el Protocolo de Kyoto. Existen varios fon-dos más pequeños, como el de $150 millones de dólares US de DexiaFondElecEnergy Efficiency and Emissions Reduction Fund y el fondo de Union Bank deSuiza que es de %65 millones de dólares US.

Dada la mucho mayor inexactitud que rodea el potencial de las inversionespara el equilibrio del carbono basado en los bosques, pocas compañías de pro-ductos forestales o inversionistas en el sector forestal, han, aún, mostrado inte-rés en las oportunidades generadas por el Protocolo de Kyoto y los CDM.7 Ha-cock Timber Resources, que es una división del Hancock Natural ResourcesGroup (HNRG, por sus siglas en inglés), es una notable excepción. El HNRG esla organización líder en el manejo de inversiones agrícolas y forestales paraclientes institucionales, con $3.200 millones de dólares US y 3.2 millones deacres bajo su administración. El Fondo tendrá su sede en Sydney para realizar sutrabajo en State Forests, compañía de comercio gubernamental de Nuevo Galesdel Sur que tiene una gran cantidad de acres de bosques bajo su manejo y que espionera en el comercio de créditos de carbono. Esta localización le permitirátambién acceder al nuevo mercado de créditos de secuestro que se están desarro-llando por el Sydney Future Exchange, que tiene el mayor intercambio futuro en

SETH Y K A S I U S 225

5 La evolución del mercado deSO2 en Estados Unidos propor-ciona un ejemplo útil sobre la efi-ciencia potencial del mercado enalcanzar los objetivos del medioambiente. Se esperaba que unmercado secundario en el comer-cio emergería como forma máscosto-efectiva de alcanzar lasobligaciones en el sector privado.Hubo estimados industriales queproyectaron que el costo de in-versión necesario para cumplirlas obligaciones sería cercano alos $500 mil millones de dólaresUS. A comienzos de la década delos 90 el Gobierno de EUA y losconsultantes del la Agencia parala Protección del Medio Ambien-te estaban pronosticando que elprecio promedio de los créditosde SO2 oscilaría entre $600 y$1500 dólares US por tonelada.Todas las predicciones fueronerradas. Hasta este momento, elprecio medio en el mercado deSO2 es de $100 dólares US portonelada. El volumen total de in-versiones en créditos SO2 duran-te los últimos tres años ha sidoaproximadamente de $4 mil mi -llones de dólares US.

6 Canadá, Finlandia, Japón, losPaíses Bajos, Noruega y Sueciahan acordado participar en elPCF. Los participantes de corpo-raciones incluyen BP Amoco yseis compañías de energía eléctri -ca japonesas. La lista completade los participantes puede en -contrarse en el sitio web de laFundación: www.prototypecar-bonfund.org

7 Equilibrio basado en bosques yotros detalles de los mecanismosde Kyoto deben mejorarse en laSexta Conferencia de las Partesde la Convención Marco de lasNaciones Unidas sobre el cambioclimático proyectada para no-viembre del 2000 en La Haya,Holanda.

la región.

¿Ven los inversionistas que el cambio climático les creanuevas responsabilidades y cómo están respondiendo a ellas?La mayoría de los inversionistas están aún inseguros de cuáles serán exactamen-te sus responsabilidades. En Europa, debido a la mayor claridad que rodea a lapolítica pública del cambio climático se ha propiciado mayor nivel de diálogo -lo que parece indicar que las responsabilidades potenciales puede que se tomenmás seriamente.

Las actividades de algunos inversionistas estratégicos indican que ellos estántratando activamente de mitigar las responsabilidades potenciales -aunque pue-de decirse también que están persiguiendo nuevas oportunidades. Ellos están to-mando acciones tempranas para familiarizarse con las posibles alternativas delequilibrio, para desarrollar estimados de niveles base de los promedios de emi-sión actuales y pasadas, para comprender y obtener experiencias acerca de losmecanismos de comercio y para aportar elementos al debate político. Entre losejemplos se incluyen:• Sistema interno de comercio de BP Amoco para las emisiones de carbono, su

participación en un proyecto de equilibrio forestal, y solicitudes voluntariaspara reducir los niveles de emisión de la compañía de 1990 en un 10% parael 2010.

• Esfuerzos de la American Electric Power (AEP, por sus siglas en inglés) paramejorar las medidas de eficiencia interna incluyendo las operaciones de laplanta de energía y los proyectos de eficiencia de los consumidores, su parti-cipación en el Centro Pew sobre el Cambio Global y en proyectos forestalespioneros para alcanzar el equilibrio. AEP sintió que ellos no estaban prepara-dos para tratar con los requerimientos de las emisiones de azufre del Acta deAire Limpio y están tratando de estar mejor preparados para enfrentar los re-sultados del debate sobre el cambio climático.Los argumentos de ciertos grupos industriales de que las regulaciones del car-

bono pondrían gran parte de su valor corporativo en riesgo parece indicar queestas compañías deben estar revelando este riesgo potencial a sus inversionistas.Esta área merece recibir mayor atención por parte de los consejeros financieros.Debe notarse que la Coalición Global del Clima, que es el lobby corporativo máspoderoso en Estados Unidos que se opone al Protocolo de Kyoto y a las regula-ciones con él relacionadas, se ha debilitado significativamente en el último año.Los fabricantes de automóviles Ford y DaimlerChrysler abandonaron la coali-ción en Diciembre de 1999, seguidos por Texaco en Febrero del 2000. Estas com-pañías aún reclaman que es demasiado costoso el abordaje regulador del Proto-colo. Como ya se indicó, todos están incrementando voluntariamente ahora susinversiones en tecnologías alternativas.

¿Qué puede hacerse para estimular el surgimiento de mayor interésy del nivel de respuesta entre la comunidad de inversionistas?Marco político que apoye a las inversiones en tecnologías con bajo carbono y otras so-luciones de mitigación

Una variedad de medidas políticas pueden ayudar, incluyendo los impuestos conincentivos de producción para los combustibles alternativos, un mejor vínculoentre las investigaciones gubernamentales y los fondos de desarrollo, financia-miento para la comercialización privada de tecnologías de bajo carbono, divul-gación de las regulaciones de emisiones, apoyo al establecimiento de los regis-tros nacionales y de información sobre las tendencias del carbono e impuestosal carbono. Algunas medidas, como el impuesto a combustibles, será más o me-nos practicable, dependiendo del país. La creación de mecanismos políticos quepermitan que los inversionistas en tecnologías de bajo carbono del capital de in-

226 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

versiones, estratégico y de equidad privada reciban créditos de carbono por susinversiones elevaría el retorno a este tipo de inversiones y movilizaría más capi-tal hacia él.

Un resultado particularmente interesante en las entrevistas con los inversio-nistas de Estados Unidos fue el amplio consenso de que el gobierno de EstadosUnidos debería evitar los subsidios dirigidos a tecnologías específicas. Los inver-sionistas mantienen que esos viejos programas han sido extremadamente incon-sistentes y el éxito ha sido limitado -quizás han hecho más daño que bien a lar-go plazo. Con palabras de un inversionista experimentado, “La inestabilidad delos impuestos de incentivos hace imposible el interés del mercado de capitales alargo plazo”.

Se han sugerido otras alternativas a los subsidios. Una de ellas es aportar unarenta de crédito cuando se han obtenido ganancias del capital a largo plazo. Loscréditos que se realizan a inversionistas que han experimentado dichas ganan-cias apoyarán -y no distorsionarán- las inversiones en proyectos y compañíasimportantes y rentables. Los créditos de producción se piensa que sean tambiénmás efectivos en la estimulación del desarrollo y éxito del mercado a largo pla-zo que los créditos de impuestos de inversión simple. Finalmente, como la ma-yoría de estos proyectos tienen altos costos de capital, será muy útil cualquiermecanismo financiero que pueda ayudar a reducir los costos de capital y quepermita que los proyectos sean financiados en el tiempo de las partidas de acti-vos (maximizando el financiamiento de las deudas a largo plazo).

Diseminación de la educación e información

Una información segura es crítica para tomar sabias decisiones en las inversio-nes. La explotación de nuevas oportunidades de inversiones requerirá de unacreciente disponibilidad de información acerca de las tecnologías, mercados y re-gulaciones para ayudar a las compañías y a los inversionistas a tomar las decisio-nes e identificar las oportunidades relacionadas con el cambio climático. Comoresultado, deben dirigirse los recursos a sobrepasar las barreras de informaciónpara el desarrollo y financiamiento de tecnologías de bajo carbono.• Seminarios CEO de alto nivel: Educar a los CEOs de las compañías de gene-

ración de energía y de automotores en encuentros privados, exclusivos y nopolítico acerca del consenso existente sobre el papel que desempeña la que-ma de combustibles fósiles sobre el cambio climático sería de altísimo valor.Esto ayudaría a los líderes a comprender la magnitud del problema al que seenfrentan, y pudiera incentivarlos a discutirlo con sus financieros.

La explotación de nuevas oportunidades de inversión requerirá la dispo-nibilidad de información sobre las tecnologías, mercados y regulacionespara ayudar a las compañías y a los inversionistas a tomar decisiones enlas inversiones y a identificar las oportunidades relacionadas con el cam-bio climático.

• Foros de inversionistas: La diseminación de la información pudiera realizarsea través de facilitar foros de inversionistas para tecnologías emergentes, y através del apoyo a estudios objetivos que puedan cuantificar los riesgos y lasoportunidades de las inversiones. Pudieran seleccionarse los patrocinadoresprincipales dentro de la comunidad de inversionistas y el gobierno pudierajugar un papel en suministrar información a este grupo o ayudar a apoyar laconvocatoria del foro (los inversionistas entrevistados dijeron que serían es-cépticos a foros convocados por el gobierno).

• Hacer públicos los éxitos de las inversiones: Se pudiera lograr un mayor inte-

SETH Y K A S I U S 227

rés en las inversiones si se publicaran los éxitos alcanzados por los inversio-nistas en las tecnologías de bajo carbono dentro de la comunidad de inver-sionistas. Los proyectos que han cumplido exitosamente el retorno-sobreequidad (ROE, por sus siglas en inglés) y las expectativas de la deuda debenser perfilados y presentados a la gran comunidad de inversionistas.

Documentación y divulgación• Documentos y riesgos potenciales cuantificables para diferentes clases de in-

versiones: Las diferentes clases de inversiones estarán afectadas por el cambioclimático y las diferentes formas de regulaciones asociadas. Para ayudar aidentificar estos diferentes riesgos, deben prepararse estudios que ayuden ainformar a los inversionistas y analistas acerca de los riesgos financieros po-tenciales a sus inversiones y cómo pueden valorar ese riesgo. Los prestamis-tas con préstamos de vencimientos a largo plazo pudieran ver cómo las re-gulaciones futuras afectarán su portafolio si ellos están muy involucrados enlas fuentes de energía basadas en los combustibles fósiles. Los inversionistasinstitucionales con propiedades de equidad a largo plazo pudieran ver dismi-nuida la evaluación de sus seguros como resultado de la regulación. Tanto laindustria de seguros como la de reaseguramientos pudieran afectarse en los ti-pos de políticas que ofrecen sobre la propiedad y desastres así como el poten-cial para el incremento de las demandas. Además, los aseguradores puedenver afectados también su portafolio de inversiones por las regulaciones que li-mitan las emisiones de GHG. Un estudio bien diseñado para analizar cómopudieran ayudar los diferentes sectores dentro de la industria financiera aidentificar sus responsabilidades y sugerir estrategias para mitigar el riesgo.

• Divulgación de las responsabilidades con el carbono: Si los gobiernos o la Co-misión de Intercambio de Seguro (o sus equivalentes) fuera a tomar una po-sición más enérgica con respecto a la divulgación de las responsabilidades pa-ra con el medio ambiente, incluidas las responsabilidades potenciales con elcarbono, se debiera esperar una mayor respuesta de la industria y de los in-versionistas. Una sugerencia sería convocar a foros nacionales o regionales delos consejeros de finanzas y de los analistas de equidad para examinar el as-pecto del valor, del riesgo a largo plazo, en los portafolios de las grandes com-pañías energéticas y de los inversionistas de energía -particularmente aque-llos que han sido tan clamorosos en su oposición al Protocolo de Kyoto y acualquier otra regulación de las emisiones. Como mínimo, debe desarrollarseuna forma sistemática de exponer las tendencias del carbono y permitir quelas mismas sean seguidas por los analistas de la energía.

Conclusión La discusión del cambio climático en el sector de los servicios financieros previa-mente fue muy limitada. Sin embargo, durante los últimos dos años el debatesobre el cambio climático ha ido más allá del simple cuestionamiento de la exis-tencia del fenómeno del calentamiento global. Es creciente el reconocimiento delos inversionistas de los aspectos y oportunidades. Aunque los objetivos o sensi-bilidades del cambio climático pueden no ser aún un factor motivador de impor-tancia tras la toma de decisión de los inversionistas, un número creciente deellos están dispuestos a mencionar los beneficios del cambio climático de sus in-versiones con bajo carbono.

Las políticas nacionales insuficientes sobre el cambio climático, los conflictospotenciales con los intereses de los clientes y los horizontes en el tiempo que noencajan con las eventualidades del cambio climático continúan limitando el in-terés de los inversionistas en las actividades orientadas hacia el cambio climáti-co. Sin embargo, estos factores están siendo superados gradualmente por el re-conocimiento de la responsabilidad pública de la inacción u oposición al Proto-

228 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

colo de Kyoto, las ventajas estratégicas de la acción temprana, y la creciente di-versificación en las oportunidades de las inversiones. Un cambio en las condi-ciones del mercado, como es la reestructuración de las utilidades en Estados Uni-dos, han creados oportunidades significativas para la inversión en las tecnolo-gías de bajo carbono, y continuamente se están intensificando las actividades enesta área. Estas inversiones “no-lamentables” ya son estratégica y económica-mente sólidas y, además, sirven para salvaguardarse contra las futuras regulacio-nes sobre el cambio climático. Varias corporaciones grandes han comenzado ademostrar interés en probar en el mercado y ganar experiencia con el desarrollode tecnologías de bajo carbono al comprometerse con objetivos de la políticamedioambiental e invertir en el desarrollo de tecnologías de energía alternativa.Varios importantes constructores de automóviles han iniciado también a tomarprecauciones en anticipación a las regulaciones futuras al invertir en vehículosde nuevas tecnologías. Además, el interés de los inversionistas en las inversionesse está desarrollando para lograr el equilibrio del carbono y su comercio, y porvez primera se están estableciendo mecanismos internacionales para el comerciode carbono.

Con el fin de fomentar un interés aún mayor en el sector de los servicios fi-nancieros en la inversión en las tecnologías de bajo carbono, las políticas nacio-nales e internacionales no deben ser ambiguas y deben acompañarse de sistemasapropiados de incentivos. La diseminación de la información sobre las tecnolo-gías emergentes, los mercados y las regulaciones será crucial para que exista unamayor participación del sector privado, como lo será la publicidad de inversio-nes exitosas en los mercados donde dichas tecnologías ya están jugando un pa-pel importante. Finalmente, con el fin de capitalizar sobre el creciente reconoci-miento de los aspectos del cambio climático y las áreas de oportunidades en elsector privado, sería importante alentar una mayor sincronización entre la per-cepción de las compañías de sus intereses principales de negocios y sus interesespotenciales en el cambio climático.

Camilla Seth es funcionaria del Programa Asociado para el Medio Ambiente enla Fundación Surdna en la Ciudad de Nueva York. El trabajo de la Sra. Seth secentra en desarrollar la estrategia de la fundación y la confección de fondos di-rigidos a las soluciones orientadas al mercado de la pérdida de la biodiversidady del cambio climático. Ella crea fondos en las áreas de preservación de la bio-diversidad en ecosistemas marinos y forestales, energía, transporte y reformasdel uso de la tierra, así como alienta a los gobiernos, al sector privado y a los in-dividuos a adoptar prácticas costo-efectivas y sostenibles desde el punto de vis-ta del medio ambiente. Antes de integrar la Fundación Surdna, la Sra. Seth fueAsociada Principal en EA Capital, LLC. En EA, trabajó en un conjunto de aspec-tos en la transformación financiera y comercial en los sectores energéticos y fo-restales.

Camilla SethSurdna Foundation330 Madison Avenue30th FloorNew York, [email protected]

Andrew Kasius es Asociado de EA Capital, LLC. El Sr. Kasius ha sido consultan-te de una variedad de clientes públicos, privados y no gubernamentales en te-mas de energía renovable y desarrollo de negocios sobre eficiencia energética y

SETH Y K A S I U S 229

en aspectos financieros. Su trabajo reciente se ha centrado tanto en inversionese implicaciones medioambientales de la transición a un mercado eléctrico máscompetitivo en Estados Unidos. Antes de unirse al EA en 1996, el Sr. Kasius tra-bajó en el área de los sistemas de información geográfica. Antes de esto, sirviócon el Cuerpo de Paz de Estados Unidos en Ecuador, administrando el manteni-miento y la actualización de los sistemas hidráulicos regionales y de otros pro-yectos de infraestructura.

Andrew KasiusEA Capital20 Exchange Place32nd FloorNew York, NY10003USATel: [email protected]

230 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

Cómo pueden beneficiarse los países en desarrollopor las políticas de control del cambio climático

David PearceCentro para la Investigación Social y Económicasobre el Medio Ambiente GlobalUniversidad College Londres

ResumenLa Convención Marco sobre el Cambio Climático (1992) y el Protocolo deKyoto (1997) establecieron los fundamentos para el control global de lasemisiones de gases con efecto de invernadero, y a partir de ellos del con -trol del calentamiento global. Mientras que los países en desar rollo no tie -nen aún objetivos de reducción de emisiones bajo el Protocolo, ellos co -mienzan a obtener sus condiciones. Primero, el daño del calentamientoglobal se distribuye desigualmente y es probable que afecte más a los paí -ses en desar rollo que a los países desar rollados. Segundo, las cláusulas delProtocolo para la ‘implementación conjunta’ -que es una forma limitada decomercio de emisiones- pudiera facilitar en gran medida la transferencia detecnología limpia y más eficiente al mundo en desar rollo. Hay perspectivasreales para una ganancia mutua.

Introducción. Países en desar rollo y cambio climáticoLa Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (FCCC,por sus siglas en inglés) de 1992 estableció que el cambio climático acelerado, oel ‘calentamiento global’ que surge a partir de la emisión de ‘gases con efecto deinvernadero’ (GHGS, por sus siglas en inglés) crea retos para la integridad de losecosistemas y al bienestar humano; que, aún cuando la naturaleza de estos retossea incierta, deben tomarse acciones que se anticipen a la certeza científica (el‘principio de precaución’); que las economías desarrolladas debieran liderar la re-ducción de emisiones de GHGS,1 y que el ‘incremento de costos’ de cualquierade los acciones tomadas por los países en desarrollo bajo la Convención debieraafrontarse por la comunidad internacional a través de mecanismos financieroscreados en consecuencia como con el Fondo para el Medio Ambiente Mundial(GEF, por sus siglas en inglés). Los objetivos de reducción de emisiones de GHGestablecidos bajo la FCCC no se establecieron legalmente, pero se centraron enel retorno para el año 2000 de las emisiones de CO2 que tenían los países in-dustrializados de los niveles de 1990. Un tema que preocupa seriamente es queestos objetivos voluntarios para el 2000 no han sido cumplidos por muchos sig-natarios.

El Protocolo de Kyoto de la FCCC fue acordado en Diciembre de 1997 y estáabierto en la actualidad para su ratificación. En contraste con los objetivos parael año 2000, el Protocolo estableció objetivos obligatorios, ratificados por leyesinternacionales, que usan el período comprendido entre el 2008 y el 2012 como

PE A RC E 231

1 Los GHGs más importantesson: dióxido de carbono (CO2),metano (CH4), óxido nitroso(N2O), clorofluorcarbonos(CFCS, por sus siglas en inglés),hidrofluorocarbonos (HFCS, porsus siglas en inglés), perfluoro-carbonos (PFCS) y hexafluorurode azufre (SF6). Los CFSs estánregulados por el Protocolo deMontreal sobre la Protección dela Capa de Ozono Estratosférica.

el primer ‘período de compromiso’. Estos objetivos se muestran en el Cuadro 1.Los países que tienen objetivos obligatorios son los países del ‘Anexo B’ -prima-riamente, países industrializados y las economías en transición (EITs, por sus si-glas en inglés). Bajo el Protocolo, los países en desarrollo no tienen objetivos,aunque unos pocos países han adoptado posteriormente sus propios objetivos(ejemplo, Argentina). Esto es un reflejo del acuerdo bajo el FCCC, de que la res-ponsabilidad principal del cambio climático descansa en las economías desarro-lladas, aunque cada vez más se reconoce que el ritmo de crecimiento de las emi-siones de GHG provenientes de países en desarrollo muestra que a corto plazoellos serán los ‘guías’ sustanciales del ritmo futuro del calentamiento global.

Como los países en desarrollo no asumen en la actualidad responsabilidades

para el cambio climático y como sus prioridades políticas caen en el asegura-miento económico sostenido y del desarrollo social, las políticas dirigidas haciael control del cambio climático parece que sacarán pocos beneficios de estos paí-ses. Sin embargo, este no es el caso, y es importante comprender que los paísesen desarrollo pueden lograr ventajas significativas para el desarrollo al participaren diversos mecanismos establecidos bajo la FCCC y el Protocolo de Kyoto.

¿Cómo pueden beneficiarse los países endesar rollo por el control del cambio climático?Esencialmente hay cuatro formas en la que los países en desarrollo pueden be-neficiarse por el control del cambio climático:

1. Algunos países en desarrollo están especialmente amenazados por el cambioclimático: notablemente, aquellos que son vulnerables a la elevación del ni-vel del mar y los que están en riesgo de padecer de eventos extremos del tiem-po, como los huracanes, que se espera se incrementen en frecuencia y severi-

232 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

CUADRO 1 OBJETIVOS DE REDUCCIÓN DE EMISIONES BAJO EL PROTOCOLO DE KYOTOY EL ACUERDO DE COMPARTIR LA CARGA DE USA

% DE REDUCCIÓN APARTIR DE LOS NIVELES DEEMISIÓN EN 1990 DE 6GHGS ENTRE EL 2008 Y2012

PAÍS OBJETIVOAustralia +8Canadá -6Islandia +10Japón -6Liechtenstein -8Mónaco -8Nueva Zelanda 0Noruega 1Suiza -8Estados Unidos -7Unión Europea -8

ECONOMÍASEN TRANSICIÓN

Bulgaria -8Croacia -5República Checa -8Estonia -8Hungría -6Latvia -8Lituania -8Polonia -6Rumania -8Federación Rusa 0Eslovaquia -8Eslovenia -8

CARGA COMPARTIDACON USA

TODOS GHGS OBJETIVOSPAÍS (2010) DE C02

DOMESTICOAustria -13 (2010) Bélgica -25Dinamarca -21Finlandia 0Francia 0Alemania -21Grecia +25Irlanda +13Italia -6.5Luxemburgo -28Países Bajos -6Portugal +27España +15Suecia +4Reino Unido -12.5 -20

dad. Así, si se redujera el ritmo del calentamiento, estos países pudieran espe-rar beneficios, aún cuando ellos no tomen acciones directas.

2. La FCCC permite el proceso de ‘implementación conjunta’ (JI, por sus siglasen inglés) por el cual un país con un objetivo de reducción de emisiones pue-de reducir las emisiones en otro país y contar la reducción de emisiones con-tra su propio objetivo. Bajo el Protocolo de Kyoto se permiten varias formasde implementación conjunta. Hay lineamientos para los participantes entrelos países con objetivos de emisiones y entre los países del Anexo B y los delno-Anexo B. Esta última forma de JI se conoce como Mecanismo de Desarro-llo Limpio (CDM, por sus siglas en inglés). Los países en desarrollo pudieran,por tanto, obtener ganancias al asociarse a países industrializados bajo elCDM. Un hecho esencial del CDM es que cualquier negociación debe contri-buir al desarrollo sostenible de la nación hospedero.

Como los países en desarrollo no asumen en la actualidad responsabilida-des para el cambio climático y como sus prioridades políticas caen en elaseguramiento económico sostenido y del desarrollo social, las políticasdirigidas hacia el control del cambio climático parece que sacarán pocosbeneficios de estos países. Sin embargo, este no es el caso, y es importantecomprender que los países en desarrollo pueden lograr ventajas significa-tivas para el desarrollo al participar en diversos mecanismos establecidosbajo la FCCC y el Protocolo de Kyoto.

3. El Protocolo de Kyoto permite también el comercio de emisiones, proceso porel cual a los países se les otorgan ‘permisos’ para emitir GHGS y estos permi-sos pueden comprarse o venderse en el mercado abierto. Actualmente, lospaíses en desarrollo probablemente no se incluirán en el otorgamiento depermisos, pero se argumenta que los mismos serán capaces de entrar en el fu-turo en este sistema de comercio de permisos.

4. El CDM también tiene una cláusula para la creación de un fondo que esen-cialmente se genera por un impuesto sobre los proyectos CDM. Este fondodebe usarse para medidas de mitigación en aquellos países que son especial-mente vulnerables a los impactos del cambio climático.

La siguiente sección analiza brevemente el primero de estos beneficios -la ga-nancia directa de países en desarrollo a través de la reducción del calentamien-to global. El comercio de emisiones no se discute aquí porque es probable quealgún tiempo antes se establezca un sistema de comercio.2 En contraste, ya exis-ten los esquemas de implementación conjunta y pueden iniciarse de maneramás formal luego de la ratificación del Protocolo.

¿Cuál es el impacto del cambio climático sobre el mundo en desar rollo?En tanto la responsabilidad inicial de abordar el cambio climático descansa enel mundo desarrollado, proporcionalmente, es el mundo desarrollado el que conmayor probabilidad sufra más como consecuencia del impacto del cambio cli-mático. Así, los países en desarrollo están listos para obtener los beneficios direc-tos provenientes de las políticas de control del cambio climático.

El Cuadro 2 muestra dos estimados de la escala de daños expresados comopor ciento del Producto Interno Bruto (GNP, por sus siglas en inglés) para diver-sas regiones del mundo. El estimado de Fankhauser muestra a países no-OECD(Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo, por sus siglas eninglés), en tanto los estimados de Tol presentan el daño como el 70% proporcio-nalmente mayor. Los estimados de Tol proyectan daños significativos en regio-

PE A RC E 233

2 Para una discusión más detalla-da acerca del comercio de emi-siones, ver Stewart y Sand, en es-te mismo volumen.

nes de países en desarrollo individuales: África, ca-si 9%; Asia Sur y Sudeste, mas del 8%; China, masdel 5%; y América Latina, alrededor del 4%. Estosson los daños asociados con la duplicación de lasconcentraciones de dióxido de carbono atmosféri-co (‘2xCO2’), el cual puede ocurrir alrededor de lamitad del siglo veintiuno. Es importante compren-der que los efectos del calentamiento global no ce-sarán a concentraciones -este es sólo un puntoapropiado para medir los impactos. El daño pro-porcional será aún peor si no se controla el calen-tamiento.

Los estimados de pérdidas monetarias que estántras las cifras del Cuadro 2 no merecen mucha con-fianza ya que la medición de estos impactos escompleja e incierta. Sin embargo, las mismas ilus-tran apropiadamente la magnitud, y sustentan los

puntos de vista de que los países en desarrollo pudieran ser los principales bene-ficiarios del control del control del cambio climático. Esta conclusión se refuer-za cuando consideramos el grado en el cual los países pueden tomar medidas de-fensivas contra los efectos del cambio climático. Los daños mostrados por lospaíses OECD son discutibles, por ejemplo, se considera que son exageradas por-que aquellos países pueden tomar acciones, como mejor defensa del mar, inver-siones en cosechas resistentes a los eventos del tiempo, una infraestructura másrobusta, etc... Los países en desarrollo tienen mucha menos capacidad para mi-tigar el daño de esta forma.

En tanto la responsabilidad inicial de abordar el cambio climático des-cansa en el mundo desarrollado, proporcionalmente, es el mundo desarro-llado el que con mayor probabilidad sufra más como consecuencia del im-pacto del cambio climático. Así, los países en desarrollo están listos paraobtener los beneficios directos provenientes de las políticas de control delcambio climático.

Puede alcanzarse un mejor conocimiento de la vulnerabilidad de los países endesarrollo a partir de los estimados de las poblaciones en riesgo por la elevacióndel nivel del mar. El Cuadro 3 aporta algunos estimados de costos para la protec-ción de estados vulnerables contra la elevación del nivel del mar, y los probablesbeneficios en términos del riesgo a la población. Se muestra que las islas del losOcéanos Pacífico e Indico tienen un alto riesgo de exposición, el cual sólo pue-de reducirse consumiendo en la protección una proporción sustancial de su PIB.En otros casos, como en las islas del Océano Atlántico, pueden reducirse riesgossustanciales a costos bastante modestos.

Otros beneficios directos del control del cambio climático

Mientras que los países en desarrollo pudieran no desear priorizar al cambio cli -mático en sus políticas domésticas, es importante señalar que las políticas dise-ñadas para reducir las emisiones de GHG producen a menudo efectos beneficio-sos locales. Por ejemplo, un esquema de conservación de energía reduce la polu-ción local, en forma de partículas de materia y óxidos de azufre y nitrógeno, pe-ro también reduce las emisiones de dióxido de carbono. El hecho de que el con-trol del calentamiento global no sea una prioridad para la política doméstica no

234 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

CUADRO 2 ALGUNOS ESTIMADOS DEL DAÑO PRODUCIDOPOR EL CALENTAMIENTO GLOBAL PORREGIONES DEL MUNDO

R E G I Ó N FA N K H A U S E R T O L% PIB PARA 2XC O2 % PIB PARA 2XC O2

Países OECD 1.3 1.6Países no-OECD 1.6 2.7

África - 8.7América Latina - 4.3Oriente Medio - 4.1EITs 0.07 -0.3China 4.7 5.2S/SE Asia - 8.6

Mundo 1.4 1.9

Fuente: Fankhauser (1995), Tol (1995)

es razón para ignorar los efectos beneficio-sos conjuntos de muchas de estas políticas.Esto se conoce como es aspecto de los ‘be-neficios auxiliares’. Cuán elevados son es-tos beneficios es el objeto de un fuerte de-bate en la actualidad y , por supuesto, pu-diera ser más eficiente si se adoptaran me-didas que directamente asegurarán estosbeneficios en lugar de tratar de obtenerlosa través de las políticas del cambio climáti-co. No obstante, los beneficios auxiliaresaportan algunos elementos para que lospaíses con obligaciones de emisiones ac-túen más temprano que tarde.

El Fondo para el Mecanismo para un Desarrollo Limpio

El Artículo 12.83 del Protocolo de Kyoto es de interés potencial para los países endesarrollo ya que requiere que algunas fracciones no definidas de ingresos delproyecto sean asignadas a lo que es efectivamente el fondo de ‘impuestos CDM’que ‘...ayudará a los países en desarrollo que son particularmente vulnerables alos efectos adversos del cambio climático a cubrir los costos de adaptación.’4

Esta cláusula se añadió debido a la presión ejercida por la Alianza de los Pe-queños Estados Isleños. Se parece ligeramente a una propuesta brasileña realiza-da previamente para la creación de un Fondo para un Desarrollo Limpio, el cualincluía efectivamente un impuesto al incumplimiento y este impuesto iba a unfondo para el beneficio de las medidas de mitigación y adaptación en los paísesen desarrollo. Algunos comentaristas han expresado que si dicho impuesto fue-ra de una magnitud significativa, se elevarían los costos de los proyectos CDM,lo que iría contra el propósito principal de este mecanismo.

¿Cómo pueden beneficiarse los países endesar rollo de la implementación conjunta?La Implementación Conjunta (JI, por sus siglas en inglés) está integrada por unpaís que paga para que la reducción de emisiones se realice en otro país.5 El país‘inversionista’ toma un proyecto en un país ‘hospedero’ y la reducción de emi-siones de GHG asociadas a dicho proyecto se acreditan (o acreditan parcialmen-te, ver más adelante) al país inversionista.

Razón fundamental para la Implementación Conjunta

La razón fundamental para la JI es doble. Primera, una tonelada de GHG ocasio-na el mismo daño global independientemente del lugar geográfico donde seemita. Así, la localización de las emisiones no tiene valor: si un país paga paraque se reduzca una tonelada de emisiones en otro país, el efecto de reducciónpara el calentamiento global será el mismo que si dicho país redujera una tone-lada doméstica. Segundo, los costos de la reducción de emisiones varían signifi-cativamente entre los países, las EITS y los países en desarrollo tienen costos muyinferiores que los países desarrollados (ECON, 1997).6 Así, los costos totales paracumplir con los objetivos de emisiones serán inferiores si la reducción de emi-siones puede realizarse por implementación conjunta.

La combinación de estos aspectos significa que desde el punto de vista glo-bal, es más costo-efectivo cumplir las obligaciones de la FCCC participando enJI. El principio de la eficiencia global es reconocido en la FCCC de las NacionesUnidas. El Artículo 3.3: ‘...las medidas para enfrentar al cambio climático debenser costo-efectivas de modo que aseguren beneficios globales al menor costo po-

PE A RC E 235

3 El Artículo 12.8: La Conferenciade las Partes ha servido para elencuentro de las Partes de esteProtocolo asegurará que una par-te de las actividades proyectadascertificadas se utilicen para cubrirlos gastos administrativos así co -mo para ayudar a las Partes delos países en desarrollo que sonparticularmente vulnerables a losefectos adversos del cambio cli-mático a cumplir los costos deadaptación.

4 Para discusiones más comple-tas del CDM, ver Gentr y, tam-bién Werksman y Cameron, eneste volumen.

5 El término ‘ImplementaciónConjunta’ se usa aquí general-mente para referirse a los tiposde actividades mencionadas enesta sección.

6 ECON (1997) usa el modelo‘VERDE’ de OECD para indicar lasdiferencias entre los costos demitigación en los países. A suvez, el modelo ‘VERDE’ estimuladisminuciones (marginales) delos costos sobre la base ‘de bajoentre lo alto’, a través de la im-posición hipotética de un im-puesto al carbono. Para una re-ducción del 12% de las emisio-nes de carbono, el modelo mues-tra costos marginales de dismi-nución en el 2020 de alrededorde $60 dólares US por tC (portonelada de Carbono) en paísesOECD, $50 dólares US por tC eneconomías en desarrollo que nosean China, y sólo $4 dólares USpor tC en países en desarrollo.Para mayores reducciones deemisiones estas diferencias seamplían considerablemente. Mu-

CUADRO 3 RIESGOS POR LA ELEVACIÓN DEL NIVEL DEL MAR

% DE POBLACIÓN EN RIESGOAL ELEVARSE EL NIVEL DEL MAR

COSTO DESIN CON PROTECCIÓN

REGIÓN PROTECCIÓN PROTECCIÓN (% DE PIB)

Islas del Océano Indico 21.5 2.3 0.74Islas del Océano Atlántico 10.8 1.2 0.09Islas del Caribe 9.5 1.1 0.19Islas del Océano Pacífico 6.8 0.8 0.73Oriente Medio 5.5 0.8 0.03Sur de Asia 4.2 0.5 0.10

sible.’En términos políticos y económicos, es importante la eficiencia global por al

menos dos razones:

• Si se asignaran mayores recursos de los necesarios para un objetivo dado enel control del calentamiento global, existe un costo del mundo como un to-do en términos de las actividades previas que pudieran haberse realizado conlos recursos dilapidados. Así, si los costos para el control eficiente del calen-tamiento global en Estados Unidos fuera de mil millones de dólares US, perose gastaron $2 mil millones debido a un grupo de políticas ineficientes, en-tones esos mil millones se perdierom para, por ejemplo, la ayuda exterior oprotección del medio ambiente, atención de salud, etc...

• Si se utilizan más recursos que los necesarios, el control del calentamientoglobal será innecesariamente caro y esto desanimará a los países a participaren el acuerdo para el control de las emisiones. Los países pudieran tambiéndesertar si descubren que el control de las emisiones es más caro que lo quepensaron cuando entraron en el acuerdo.

Estas son razones muy poderosas para apoyar a la JI. Pero la distribución delos costos y beneficios que se originan en la JI también es de importancia. Unacuerdo puede ser beneficioso globalmente pero aún no ser atractivo para cadauna de las Partes negociadoras del acuerdo. La esencia de la JI, entonces, es quedebe beneficiar a todas las Partes.

La necesidad de la adicionalidad

Una condición de importancia crítica para que un proyecto de JI sea admisiblees que debe ser ‘adicional’. La adicionalidad tiene dos significados, cada uno másimportante.

El primero es que cualquier proyecto debe ser adicional desde el punto de vis-ta financiero. En otras palabras, no debe ser una impedimento para los fondosde ayuda para el desarrollo ya existentes, sino por el uso de fondos nuevos y adi-cionales. De otra forma, los beneficios potenciales para los países en desarrollopor un proyecto JI se perderían a través de la reducción del flujo de ayuda.

Demostrar la adicionalidad financiera es una tarea compleja y difícil. Hay al-gunas sospechas, por ejemplo, que los fondos de Facilidades Globales para elMedio Ambiente no son dinero ‘nuevo’, sino que se han tomado de fondos deayuda oficial. Esta conjetura es difícil de probar debido a que la ayuda oficial pa-ra el desarrollo ha descendido en los últimos años.

El segundo requerimiento es que los proyectos de JI sean adicionales desde elpunto de vista del medio ambiente, es decir deben producir reducción de emi-siones de GHG que de otra manera no se hubieran producido. De nuevo, si esteno fuera el caso, entonces el medio ambiente global no habría ganado con laadopción del proyecto de JI. La adicionalidad medioambiental hace que surja elcomplejo aspecto de la línea de base, es decir la determinación de lo que hubie-ra sucedido si el proyecto no hubiera existido. Por ejemplo, un país pudiera ha-ber quemado carbón para generar energía eléctrica hasta que un proyecto de JIlo estimuló a cambiar para gas natural o energía renovable. La reducción de emi-siones de GHG es entonces adicional, considerando que exista alguna garantíade que el país hospedero hubiera quemado carbón en lugar de usar el combusti-ble alternativo.

La adicionalidad es quizás el elemento más complejo que necesita enfrentar-se en los proyectos de JI. No se discute más aquí, pero es importante señalar quelos países en desarrollo no pueden obtener ganancias de la JI a menos que se ase-gure la adicionalidad financiera. Ellos aún pueden ganar si la adicionalidad me-dioambiental no se cumpliera, es decir, ellos aún pueden asegurar beneficios ne-

236

longoy y cols. (1998) sugirieronque los proyectos forestales enpaíses del Anexo B podrían se-cuestrar carbono a $9-65 dólaresUS por tC comparados con losproyectos de bosques tropicalesa $2-25 dólares US por tC, o seauna relación de 3:1. La extensarevisión realizada por el IPCC(Hourcade 1996) demuestra unconjunto de estimados que cubreun rango tan amplio que no pa-rece posible realizar una conclu-sión específica acerca de los cos -tos relativos. No obstante se pro-yecta que la disminución de loscostos en EITS estará por debajode los de los países OECD y queexistirán muchas opciones de‘bajo costo’ en los países en de-sarrollo. Wyand (1997) concluyeque el comercio pudiera reducirlos costos en un 60%, y la Admi-nistración de EUA (1998) estimaque los costos de cumplimientoen los EUA se reducirán al menosal 57% (comercio sólo dentro delAnexo I) y posiblemente alcanza-rá hasta el 87% para una ‘burbu-ja’ entre Estados Unidos y Europadel Este y los principales paísesen desarrollo.

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

tos a partir de los proyectos, pero entonces no se alcanza el objetivo global de laJI.

Tipos de proyectos de JI que pudieran ser elegibles bajo el Protocolo de Kyoto

Desdichadamente, el Protocolo de Kyoto no es claro cuando va a delinear los ti -pos de proyectos que pueden ser elegibles para la JI entre los países del Anexo By de no Anexo B. En cualquier lugar del Protocolo, la JI entre los países del Ane-xo B parece incluir a la reducción de emisiones de GHG más las emisiones evi-tadas por la deforestación, secuestro de carbono por repoblación forestal, y refo-restación. Aún aquí, los términos no están totalmente definidos. El Artículo 12del Protocolo, que trata de los CDM, no describe lo que se incluye o excluye através de los proyectos. La Conferencia de las Partes eventualmente decidirá so-bre estos aspectos.

Existe una justificación para tomar una visión amplia y asumir que deben cu-brirse una amplia gama de proyectos. La razón fundamental para ello es quecualquier forma de evitar emisiones y cualquier forma de secuestrar carbono de-biera, prima facie, calificar debido ya que todos ellos producen beneficios parael medio ambiente global. Algunos pueden ser a corto plazo, algunos puedenser permanentes, pero cualquier cosa que contribuya a la reducción de emisio-nes parece válida. Cualquier lista puede modificarse posteriormente debido aotras consideraciones, pero la exclusión de ciertos proyectos desde el principiono parece ser racional.

Desde esta amplia perspectiva, el CDM pudiera entonces abarcar cualquierade los proyectos relacionados en el Cuadro 4.

El Mecanismo de Desarrollo Limpio y el desarrollo sostenible

El Artículo 12 requiere que los proyectos del CDM contribuyan al desarrollo sos-tenible en los países hospederos. En otras palabras, que contribuyan al desarro-llo sostenible en los países hospederos es una condición para permitir que dichocomercio sea elegible para acreditarse contra los objetivos de emisiones naciona-les. La dificultad estriba en cómo evaluar este aspecto.

Obviamente el CDM es sólo uno de los instrumentos disponibles para alcan-zar el desarrollo sostenible, y pudiera no ser el más importante. En gran medidadepende del tamaño que alcance el ‘mercado’ de JI para los proyectos CDM. Sinembargo, es esencial asegurar que el CDM es compatible con el desarrollo soste-nible. Si no fuera así, entonces el mundo en desarrollo tiene poco o nada que ga-nar con su uso. El Artículo pone bien en claro que los ‘proyectos’ CDM debendemostrar consistencia con el desarrollo sostenible. Los Artículos 2.3 y 3.14 re-quieren que cualquier impacto social, ambiental o económico negativo sea mi-nimizado. Desdichadamente, como no existe un acuerdo universal del grupo deindicadores para el desarrollo sostenible, la demostración de que los proyectosCDM son consistentes pudiera ser difícil (debido a que los proyectos pudieranser consistentes con al menos uno de muchos indicadores). Mulongoy y colabo-radores (1998) sugirieron que los proyectos CDM podían ser evaluados contra lalista de indicadores publicados en 1996 por la Comisión de las Naciones Unidaspara el Desarrollo Sostenible (CSD, por sus siglas en inglés). El problema con es-to es que pudiera ser difícil considerar proyectos que no mejoren al menos unode los indicadores del CSD, haciendo redundante la ‘prueba’ del desarrollo sos-tenible. Tampoco queda claro que sucedería si un proyecto logra mejoras parauno de los criterios, pero falla en otros.

Parece preferible practicar un enfoque diferente. Existen dos posibilidades:una en la cual el problema de defender el desarrollo sostenible se evita totalmen-te, y la otra que utiliza un marco general para evaluar la contribución de los pro-yectos CDM para el desarrollo sostenible.

El primer enfoque se basa en la participación del CDM como un proceso vo-

PE A RC E 237

luntario. Así, si un país hospedero selecciona participar, presumiblemente lo es-tá haciendo sobre la base de que asegurará beneficios netos, los cuales puedenser construidos como la afirmación suficiente para los objetivos del desarrollosostenible. No se requerirán lineamientos o pruebas adicionales. En tanto esto esen muchas formas atractivo, se asume que el país hospedero debe ser capaz deconducir lo que pudiera ser un análisis bastante detallado de los posibles impac-tos, y sin lineamientos. Esto también hace que surja la posibilidad de la imple-mentación inconsistente de los proyectos CDM.

El segundo enfoque requiere que se ofrezcan algunos lineamientos sobre lasostenibilidad de los proyectos CDM. El marco esencial para evaluar si los CDMson consistentes con el desarrollo sostenible en los países en desarrollo pudieraser de la siguiente forma:

Primero, cualquier país en desarrollo que participe en un proyecto CDM de-be asegurar obtener beneficios de dicho proyecto que excedan a los costos deoportunidades del mismo. Este es el principio más básico y más importante. Es-pecifica que un país que participe en un proyecto debe asegurar que el flujo debeneficios, ya sean monetarios o no monetarios, excedan a los que tiene que en-tregar debido al proyecto. El estrés del costo de oportunidad ayudará a evitar si-tuaciones donde los proyectos parezcan beneficiosos pero que fallen en aportarmedios de vida alternativos para los que se afectan adversamente por los proyec-

238 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

CUADRO 4 TIPOS POTENCIALES DE PROYECTOS DE IMPLEMENTACIÓN CONJUNTA PARALA ELEGIBILIDAD EN EL CDM

Línea basal

Reducción de emisiones de energíaNegocios usuales

consumo de energía

Mezcla de combustibles prevaleciente

Energía no recuperable

Reducción de emisiones no energéticasDeforestación continuada

Tierras degradadas

Bosques no sostenibles

Administración de bosques existentes

Baja productividad

Incendios, plagas

Secuestro/almacenamientoTierra Degradada

Tala y quema

Opción de CDM

Administración del lado de la Demanda(DSM, por sus siglas en inglés): sector doméstico

DSM: Sector industrialDSM: transporte

Reducción de las pérdidas de transmisiónMejoras en la eficiencia de generaciónCambio de combustibles en la generaciónCambio de combustibles en el transporteRecuperación de tierras productoras de metanoRecuperación de metano a partir del carbonoRecuperación de energía/calor por incineración

La deforestación evitada por medio de usos agroforestales, deconservación y otros usos sostenibles de bosques

Plantaciones de combustible de biomasa que sustituyen loscombustibles fósiles intensivos en carbono

Bosques sostenibles

Mejorar las prácticas de administraciónReducir el impacto de la tala sobre los bosques naturales

Elevación de la productividad para reducir los incentivos paraexpandir la agricultura en áreas forestales, evitando así las emi-siones por deforestación

Reducir el peligro de incendios cambiando de cortar y quemara las técnicas agroforestales, etc.

Repoblación forestal por plantaciónReforestación por plantaciónRegeneración natural de bosques secundarios

Conversión a técnicas agroforestales

tos (ejemplo desplazamiento de agricultura de tala y quema).Segundo, los beneficios y costos pueden aparecer como ingresos monetarios

por la ‘venta’ de créditos de GHG, y/o como efectos no monetarios. Un efectono monetario puede ser negativo o positivo. En este caso, un efecto negativo ori-gina daños contra una de las partes a la que no se le paga compensación; un efec-to positivo es cuando una de las partes recibe los beneficios sin tener que pagarpor ellos. El énfasis sobre estos efectos auxiliares ayudará a evitar los proyectosque, aún cuando produzcan significativas ganancias en el secuestro o la reduc-ción de emisiones, lo hacen dañando algunos otros bienes sociales o del medioambiente. Las plantaciones de monocultivos, por ejemplo, debieran disminuir-se (aunque no necesariamente excluirse) debido al daño potencial que ejercensobre la biodiversidad.

Tercero, los beneficios y costos se acumulan en personas diferentes. Debido ala necesidad de asegurar que el CDM es consistente con la disminución de la po-breza, es de importancia evaluar la incidencia de los costos y beneficios. Existenvarias posibilidades:

• Un proyecto de CDM puede asegurar beneficios netos globales para el país endesarrollo, y puede ayudar a disminuir la pobreza debido a los que los bene-ficios netos se dirigen hacia los pobres. En este caso, no existe conflicto en-tre el proyecto y el desarrollo sostenible. Como promedio, se eleva el bienes-tar y la calidad de vida de los pobres mejora.

• Un proyecto pudiera no alcanzar beneficios netos globales y ser especialmen-te dañino para los pobres. En este caso el proyecto claramente es incompati-ble con el desarrollo sostenible.

• Un proyecto pudiera asegurar beneficios netos globales pero ser perjudicialpara los intereses de los pobres. Existe un comercio potencial, pero la altaprioridad que se le da a la disminución de la pobreza significa que este pro-yecto es improbable que sea considerado como consistente con el desarrollosostenible.

• Un proyecto puede no asegurar un beneficio neto nacional para el país en de-sarrollo, pero produce elevados beneficios para los pobres. Si la disminuciónde la pobreza es considerada como una prioridad, dicho proyecto pudiera pa-sar una ‘prueba de sostenibilidad’, aunque este aspecto está abierto a debate.

PE A RC E 239

Prueba 1: La Prueba de Costo Beneficio¿Sobrepasan los beneficios monetarios y no monetarios a los costos de oportunidad?Si: proceda No: desechar

Asegúrese que los costos de oportunidad están medidos de modo apropiado para incorporar, tantocomo sea posible, cualquier impacto macroeconómico de los proyectos y cualquier ganancia o pérdi-da medioambiental.

Prueba 2: La Prueba de Incidencia Social/Pobreza¿Están los grupos de mayor desventaja afectados adversamente o beneficiosamente?

Afectados beneficiosamente: proceda Afectados adversamente: desechar o volver a diseñar el pro-yecto teniendo en cuenta sus preocupaciones, es decir, compensación, modificación de la naturalezadel proyecto, inversiones de mitigación.

Prueba 3: La Prueba de Incentivos¿Están los incentivos de forma que aseguren que el proyecto es sostenible?

¿Tenencia de la tierra? ¿Precios?¿Propiedad de recursos? ¿Participación local?¿Otras estructuras legales? ¿Capacidad?

CUADRO 5 RESUMEN DE LAS ‘PRUEBAS’ PARA LA SOSTENIBILIDADDE LOS PROYECTOS CDM

Cuarto, y como medio de lograr lo antes expuesto, los proyectos de CDM de-bieran identificar los incentivos para la sostenibilidad del proyecto. Deben ha-ber incentivos que aseguren que los perdedores serán compensados y que son re-queridas las fuerzas que tienen responsabilidades en el incremento de las emisio-nes de GHG. De otra manera, los proyectos enfrentarán serios riesgos de fallar.El elemento central de los incentivos debe ayudar a aliviar la pobreza ya que amenudo son los desposeídos o los pobres con menos facultades a los que se lesniegan sus intereses, pero que tienen la capacidad precisamente de destruir losproyectos debido a que sus preocupaciones no se toman en cuenta. Los mecanis-mos de incentivos debieran incluir fundamentalmente muchos factores tales co-mo la tenencia de la tierra y los recursos y sus precios. Ellos también debieranincorporar la participación, promulgación de leyes y el fortalecimiento de capa-cidades nacionales.

Beneficios ‘estáticos’ para los países en desarrollo

Los requerimientos básicos estáticos para que un país que no pertenece al Ane-xo I se beneficie por el CDM son:

[Créditos de GHG de hospederos + Costos Auxiliares Evitados] > Costo deOportunidad

El primer aspecto -créditos de GHG- se refiere al potencial de los países en desa-rrollo de tener alguna parte de los créditos (CERS, por sus siglas en inglés) crea-dos por el proyecto. Un país en desarrollo que reduzca sus emisiones o que se-cuestre carbono comparado con su nivel basal, o por lo que hubiera ocurrido deotra manera, crea un crédito que se define por el Artículo 12 del Protocolo deKyoto como ‘un certificado de reducción de emisiones’ (CER, por sus siglas eninglés). El CER se vende de forma efectiva a un ‘inversionista’ del Anexo I, y lasreducciones se añaden a los objetivos de reducción de emisión de Kyoto del paísinversionista. El país inversionista paga los costos (incrementados) de un proyec-to en el país hospedero -este es el ‘ingreso’ que va al país en desarrollo. El comer-cio de JI ha estado permitido desde la Conferencia de las Partes en 1995. Estosproyectos son previos a la fecha e incluyen ‘Las Actividades ImplementadasConjuntamente’ (AIJ, por sus siglas en inglés). En los comercios existentes de JI,los créditos se han compartido a menudo entre el inversionista y el hospedero.Aún cuando los países en desarrollo no tienen objetivos a cumplir bajo el Proto-colo de Kyoto, ellos pueden elegir y mantener algunos créditos, que tienen unvalor potencial en el mercado ya que pueden venderse en épocas posteriores. ElArtículo 3.12 parece permitir que dichos créditos sean vueltos a vender ya que‘cualquier certificado de reducción de emisiones que adquiera una de las Partesproveniente de otra de las Partes en concordancia con las provisiones del Artícu-lo 12 deberá añadirse a la cantidad asignada de la Parte que lo adquiere.’

El Artículo 3.12 parece que permite también que los créditos (CERS) asegura-dos bajo el CDM sean revendidos a otra de las Partes. Como los países en desa-rrollo no tienen obligaciones en esta etapa del Protocolo de Kyoto, puede asu-mirse que la opción de ‘reventa’ se relaciona a los créditos de CDM adquiridospor los países inversionistas. Sin embargo, parece que no hay nada que detengaa las naciones hospedero a compartir sus CERS generados por un proyecto CDMy revenderlos. De esta forma, los créditos se tornan fuente potencial de ingresospara los países en desarrollo. Con esta interpretación, entonces, los ‘beneficios’a los que se refiere el Artículo12.3a7 incluyen los ingresos por las ventas de cré-ditos. Para decirlo claramente, esta es una interpretación, pero tiene la virtud dereflejar la práctica de AIJ existente -por la cual los países hospedero a menudocomparten los créditos con los inversionistas.

Si se llegara a compartir los créditos, desde el punto de vista del inversionis-

240

7 Artículo12.3a : Las Partes noincluidas en el Anexo I se benefi-ciarán de las actividades de losproyectos que resulten en certifi-cados de reducción de emisio-nes.

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO

ta esto equivale a un ‘impuesto’ sobre el proyecto CDM, donde el impuesto igua-la al valor de los créditos compartidos con el país hospedero. Los créditos com-partidos elevan los costos de la inversión y reduce concomitantemente el mer-cado global de los proyectos CDM. Se ha sugerido que la Conferencia de las Par-tes debiera determinar la relación universal de crédito-compartido que se aplica-rá a todos los proyectos CDM. Si así fuera, el efecto que queda es el de reducir eltamaño global del mercado. Sin embargo, el compartir créditos probablementesolo surja cuando el país hospedero contribuye en el costo del proyecto. Los ar-gumentos entonces son bastante sutiles. Si el país hospedero contribuye al cos-to pudiera argumentarse que los costos para el inversionista son menores en di-cha cantidad, es decir, aunque el hospedero retenga créditos, el costo global pa-ra el inversionista pudiera ser en realidad menor. De otro lado, si el país hospe-dero contribuye, entonces es importante asegurarse que está contribuyendo só-lo en una parte ‘adicional’ del proyecto: pudiera no ser el caso que la entrada delpaís hospedero hubiera ocurrido independientemente del proyecto CDM. Si elpaís en desarrollo paga por componentes no adicionales del proyecto, entoncespor los lineamientos de adicionalidad del Protocolo, no debiera recibir créditos.La regla general aquí es determinar si la re-venta potencial de los créditos es elmotivo para la reducción de emisiones. Si así fuera, el proyecto es prima facieadicional.

Los países hospederos con mayor probabilidad tendrán interés en compartirlos créditos si los mismos pueden ser vendidos. Sin embargo, ellos pudieran es-tar interesados también si planean adoptar un compromiso ‘voluntario’ de re-ducción de emisiones, o piensan tener que adoptar tal obligación en las fasesposteriores de compromiso del Protocolo. Si los países en desarrollo por regla ge-neral esperan adoptar obligaciones en los períodos de compromiso posteriores,entonces el ‘guardar en el banco’ dichos créditos (es decir, acumularlos en eltiempo para la re-venta o el crédito contra una obligación futura), pudiera muybien ser una estrategia adecuada. Es importante comprender que los créditos tie-nen un valor económico y que su precio puede cambiar con el tiempo. Estoscambios estarán a favor de los países en desarrollo ya que los países del anexo Bse mueven sobre curvas de descuento que son crecientemente costosas.

Un país en desarrollo pudiera financiar también sus propios proyectos y lue-go vender los créditos. Costa Rica ha hecho esto al implementar un impuesto alcombustible, los ingresos del mismo se utilizan para financiar la reducción deemisiones y los proyectos de secuestro. Entonces los proyectos se certifican y los‘certificados de equilibrio comerciables’ (CTOS, por sus siglas en inglés) puedenvenderse en el mercado. De nuevo, los inversionistas sólo estarán interesados encomprar dichos CTOS si los mismos están reconocidos como reducciones adicio-nales de emisiones. En este caso, la adicionalidad parece ser legítima si Costa Ri-ca no planea vender los CTOS entonces no hubiera realizado los proyectos o im-plementado el impuesto sobre combustibles -el impuesto a los combustibles ylos proyectos de reducción de emisiones no forman parte de los valores basales.Como resultado, el valor comercial de los créditos debiera incluirse en el aspec-to ‘crédito’. Note que estos beneficios directos dependen de las partes negocia-das de los créditos entre los países del Anexo I y los hospederos.

Ganancia dinámica neta para los países en desarrollo

A estas ganancias y pérdidas estáticas debe añadirse cualquier ganancia dinámi-ca obtenida por el comercio JI. De estos, la de mayor importancia es la transfe-rencia tecnológica, es decir, la importación ‘hacia el país hospedero de tecnolo-gía de avanzada’. La tecnología puede ser física -ejemplo equipamiento capitalen el que participe una tecnología nueva; o de administración -ejemplo mejora-miento de las técnicas de administración de bosques. En tanto las ganancias ypérdidas estáticas son difíciles de cuantificar, el estimar los beneficios dinámicos

PE A RC E 241

de las ji será extremadamente difícil.Una vez que se analice la condición global para alcanzar un beneficio neto

para los países en desarrollo, debe ponerse toda la atención en cada uno de loscomponentes de la ecuación de beneficio neto para ver quien experimenta lasganancias y las pérdidas. Por ejemplo, un proyecto CDM pudiera desplazar a laagricultura de tala y quema. Prima facie, el costo de oportunidad caerá sobre losrelativamente pobres, y será necesario dar pasas para asegurar que los beneficiosnetos del proyecto serán reinvertidos cuidadosamente para asegurar que mejoreel bienestar de los grupos desposeídos. Si un proyecto CDM desplaza a la quemade carbón, esto pudiera tener efectos sobre cualquier industria indígena minera.De nuevo, los grupos involucrados probablemente sean de bajos ingresos.

Más sobre la adicionalidad del Mecanismo de Desar rollo LimpioPara que un proyecto de CDM sea adicional de acuerdo con los términos ya de-finidos, debe ser un proyecto que el país hospedero no hubiera implementadosin la ayuda del CDM. De otra forma el proyecto no produce beneficios globalesen términos de reducción de ghg. Sin embargo, si el país hospedero sólo tieneun incentivo para participar en el proyecto CDM si los beneficios exceden a loscostos, ¿no hubiera de todas formas realizado el proyecto? La adicionalidad deun proyecto CDM puede evaluarse determinando si los beneficios del proyectohubieran excedido a los costos si el país hospedero hubiera enfrentado todos loscostos por sí mismo. Si los beneficios exceden a los costos en este escenario, elproyecto no es adicional. Si el proyecto del CDM le representa al hospedero be-neficios que son superiores a los costos del hospedero una vez que se incluya elfinanciamiento del inversionista, entonces el proyecto cumple los requerimien-tos del desarrollo sostenible -es adicional (globalmente beneficioso) y producebeneficios para el desarrollo del país hospedero.

También es necesario asegurar que los beneficios se obtienen realmente y queson sostenidos. Esto presenta el aspecto de la incidencia social de los costos y be-neficios, y el diseño de los sistemas de incentivo. La incidencia social y los in-centivos pueden verse como condiciones para la realización de los beneficios ne-tos de los proyectos de CDM.

ConclusiónEl control del cambio climático ha sido adecuadamente orientado hacia el mun-do desarrollado ya que ellos han tenido la responsabilidad primaria en las emi-siones de ghg. El punto de vista actual de la mayoría de los países en desarrolloes que ellos no debieran tener obligaciones para la reducción de emisiones deghg. Tales obligaciones pudiera traer como consecuencia que se desviaran recur-sos de los objetivos primarios del desarrollo socio-económico basado en inver-siones domésticas de bienes de capital, salud y educación, e intereses sociales.Además, las preocupaciones sobre el medio ambiente de los países en desarrolloprobablemente centren su atención en la esfera doméstica del control de la po-lución local y de la conservación de recursos.

No obstante los países en desarrollo pueden beneficiarse con el control delcambio climático. Los caminos están abiertos para crear alianzas entre las eco-nomías desarrolladas y en desarrollo que puedan producir ganancias mutuas.

Primero, un número de países en desarrollo son especialmente vulnerables alos impactos del cambio climático -especialmente a la elevación del nivel delmar y a la creciente incidencia de eventos severos del tiempo. Por tanto los paí-ses en desarrollo tienen un interés directo en asegurar que se cumplan las provi-siones de la FCCC y del Protocolo de Kyoto. Las evidencias sugieren tambiénque el Protocolo no tendrá un impacto significativo en el ritmo de incrementode la temperatura global hasta que los países en desarrollo tengan también obli-gaciones en el control de las emisiones. Por tanto es oportuno realizar un traba-

242 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARR O L LO

jo que se anticipe a los futuros controles con las economías desarrolladas. Segundo, el Protocolo de Kyoto abre el camino para la Implementación Con-

junta. Bajo el Artículo 12 del Protocolo de Kyoto, los países en desarrollo pue-den participar en la implementación conjunta a través de los CDM. Los paísesen desarrollo están listos para ganar en tres formas:

• A través de los ‘impuestos del CDM’, los cuales pueden generar fondos quepueden usarse para mitigar el impacto del cambio climático en países vulne-rables;

• A través de compartir créditos que serán bienes comerciales cuando ellos pue-dan venderlos a través del mercado mundial; y

• A través de los beneficios auxiliares que se acumularán a partir de los proyec-tos del CDM -estos incluyen tanto beneficios ‘estáticos’, como la reducciónde la polución del aire, y beneficios ‘dinámicos’ que surgen de la transferen-cia de tecnología y del reforzamiento de las capacidades nacionales.

En conjunto, los beneficios que se acumulan en los países en desarrollo de-penderán del grado en que operen los CDM sin restricciones. Por ejemplo, losCDM competirán con otras formas de JI, que pudieran no involucrar a países endesarrollo. Además, los CDM estarán compitiendo con cualquier esquema depermiso comercial que esté establecido. Un CDM que tenga muchas limitacio-nes por tanto no prosperará, y los países en desarrollo pudieran ser derrotadosen las oportunidades para la ganancia neta. No obstante, hay problemas con losproyectos de JI, fundamentalmente el complejo aspecto del establecimiento dela adicionalidad financiera y del medio ambiente. Muchos de estos problemasestán siendo valorados por los esquemas de JI existentes, los cuales se han esta-blecido debido a la solicitud de una ‘imagen verde’ entre los inversionistas, de-bido al deseo de ver cómo tales esquemas pueden trabajar, y, ocasionalmente,debido a que los inversionistas anticipan recibir créditos retrospectivos bajo elProtocolo de Kyoto. Más importante, sin embargo, es que ellos han producidoun conjunto de experiencias y práctica, las que pueden ponerse a disposición delos diseños del CDM. Mientras que es improbable que sea un estímulo importan-te para el desar rollo económico, el CDM tiene todos los sellos distintivos de unpotencial convenio mutuamente beneficioso entre los países desarrollados y endesarrollo.

Referencias

ECON. Joint Implementation: Theoretical Consideration with Perspective fromthe Industrial and Land-Use Sector . Report prepared for the World Bank.Oslo, Norway: ECON Centre for Economic Analysis 1997.

Fankhauser S. Valuing Climate Change. London: Earthscan 1995.Hourcade J. ‘A review of mitigation cost studies’ Climate Change 1995:

Economic and Social Dimension of Climate Change. Edited by J. Bruce H. Leeand E. Baites. Cambridge: Cambridge University Press (1996): 297-366.

Intergovernmental Panel on Climate Change. Global Climate Change and theRising Challenge of the Sea: Report of the Coastal Zone ManagementSubgroup of the IPCC Response Strategies Working Group. The Hague TheNetherlands: National Institute for Coastal and Marine Management 1992.

Mulongoy K. J. Smith P. Allrol and A. Witthoeft-Muehlmann. Are JointImplementation and the Clean Development Mechanism Opportunities forSustainable Forest Management through Carbon Sequestration Pro j e c t ?Geneva: International Academy of the Environment 1998.

Tol R. ‘The Damage Costs of Climate Change—Towards More ComprehensiveCalculations,’ Environment and Resource Economics, 5 (1996): 353 -374.

PE A RC E 243

U.S. Administration The Kyoto Protocol and the President’s Policies to AddressClimate Change, U.S. President’s Office July 1998.

Weyant J. Economic Impact of Annex I Action on All Countries. Paper for IPCCWorkshop Oslo August 1997.

David Pearce es Profesor de Economía del Medio Ambiente en la UniversidadCollege de Londres. Él es autor o editor de casi 50 libros así como de muchostrabajos sobre la economía del medio ambiente y el análisis del costo-beneficio.Fue autor principal en el Segundo Reporte Evaluativo del IPCC en 1995-96.

University College LondonGower StreetLondon WC1E 6BTEnglandTel +440.20.7679.2000

244 CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARRO L LO