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EDIC. NACIONAL SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSA Nº 279/1-XI-2001 Calidad de muerte Calidad de muerte

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EDIC. NACIONALSEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSANº 279/1-XI-2001

Calidaddemuerte

Calidaddemuerte

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Sumario

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Etapa II - Número 279Edición Madrid

Delegado episcopal:Alfonso Simón Muñoz

Redacción:Pza. del Conde Barajas,1.

28005 Madrid. Téls: 913651813/913667864

Fax: 913651188

Dirección de Internet:http://www.archimadrid.es/

alfayomega.htmE-Mail:

[email protected]

Director:Miguel Ángel Velasco Puente

Redactor Jefe:José Francisco Serrano Oceja

Director de Arte:Francisco Flores Domínguez

Redactores:Benjamín R. Manzanares,Anabel Llamas Palacios,

Inés Vélez FragaJesús Colina Díez (Roma)Secretaría de Redacción

y Archivo:Cristina Ansorena Anza

-Imprime y Distribuye:Prensa Española, S.A. -

Depósito legal:M-41.048-1995.

Edita:Fundación San Agustín.Arzobispado de Madrid 3/7

Llorar no estáde moda.

EscribenAlfredo

Amestoyy monseñor

Delicado Baeza

18-19

III Congreso Católicos y vida pública:

De la sociedad de la información,a la del conocimiento

21

Juan Pablo II tiende la mano a China:

La valentía del perdón

8 La foto

9 Criterios

10 Cartas

Aquí y ahora

12 Ver, oír y contarlo.

13 Ordenadores encendidos;

se habla de Jesús

13 Inmigrantes... y a mí, ¿qué?

Iglesia en Madrid

12 Carta del Papa al cardenal Rouco

en sus Bodas de Plata

episcopales.

13 La voz del cardenal arzobispo

14 Testimonio

15 El Día del Señor

16-17 Raíces

Toledo:

El Entierro del Señor de Orgaz

20 Mundo

Concluye la Asamblea sinodal

sobre la figura del obispo

22-23 La vida

Desde la fe

24-25 El pequealfa.

26 Hamlet en el purgatorio.

27 El hombre y el tiempo:

Reflexiones del cardenal Martini.

28 Cine.

29 Libros.

30 Con ojos de mujer.

31 No es verdad

32 Contraportada

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Como todos los años al llegar estas fechas,las almas dormidas avivan el seso y des-piertan «contemplando cómo se pasa la vi-

da, cómo se viene la muerte/ tan callando». Ante es-te recuerdo, que el resto del año suele ser olvido, seorganiza la movida nacional de los cementeriosque tanto temen los muertos. Guirigay y algarabíaque rompe su descanso y que pone en marcha la fe-ria de las flores, que este año superará los cientoveinte millones de euros, los dos mil millones depesetas.

Se trata de un fabuloso negocio basado en unatradición que a mi madre, vasca medular, no le gus-taba demasiado. Solía decir: «Las flores se marchi-tan, las lágrimas se evaporan, las oraciones subenal cielo». He hecho mío este aforismo, pero hoy día,convencido de que las oraciones suben al cielo, soyindulgente con el homenaje floral y me muestro par-tidario de las lágrimas, aunque se evaporen.

No llora el que quiere sino el que puede

En teoría, el llanto está al alcance de todo el mun-do. Y, como vamos a ver, es algo bueno, bonito ybarato. Los médicos recomiendan llorar tanto co-

mo reír. El llanto de un recién nacido es la pruebairrefutable de salud, el primer estallido de vida. Vi-tal es también el test del llanto que realiza con sus pa-cientes adultos el afamado neurólogo doctor Fer-nández Armayor. A través del llanto de los niños seestán descubriendo carencias o problemas de los pa-dres que, por ejemplo, transmiten el estrés y la an-gustia a sus hijos. Se empieza a aceptar unánime-mente que las lágrimas liberan ciertas hormonas dela tensión, como la prolactina, y alivian otros sín-tomas del estrés, como palpitaciones, la ansiedad yla depresión.

En torno al estado de ánimo, y para medir la tris-teza, se recomienda a los médicos que pregunten alpaciente si tiene ganas de llorar, si llora a menudo, siel llanto le produce algún alivio, si puede controlarel llanto, si lo hace o prefiere, por el contrario, dejarsellevar por el llanto.

Se trata, y al parecer no siempre se consigue, deque se resuelvan las depresiones con el llanto. Me co-mentan que las mujeres obtienen mejores resulta-dos que los hombres, que no pueden romper a llorarahogados en gemidos y sofocación del espíritu. ¿Esla consecuencia de haberse contenido durante ge-neraciones? Porque hasta los tratadistas morales

aconsejan que las lágrimas no deben ser reprimidaspero sí «esconderlas de la vista de las gentes».

Los hombres no lloran; las mujeres tampoco

Da la impresión de que llorar no está de moda. Lasecreción o excreción de lo que sea no es social-mente correcto. Malo segregar lágrimas, y peor su-dor. En esta sociedad epicúrea y hedonista, el peorpaisaje es el de «este valle de lágrimas», y nunca sehan conjurado tanto las maldiciones de «parirás condolor» y «ganarás el pan con el sudor de tu frente».

Estoy seguro de que la simpatía y popularidadde Eva Perón aumentó porque pidió que no llora-ran por ella. Evita, claro, era una mujer moderna, dearmas tomar, de las que quieren ser como los hom-bres y no caer en la lágrima fácil. Menos mal queEspaña es un poco diferente, y lo mismo que, aunqueparezca mentira, hay chicas que, se ponen colora-das, hay también hombres que no tienen inconve-niente en llorar en público. Por ejemplo, el rey.

Se ha escrito mucho sobre la lágrima fácil delmonarca español. Su hija, la infanta Elena, ha he-redado esta emotividad de su padre, pero el caso de

En portada Alfa y Omega 1-XI-2001 3

Llorar no está de modaCada vez menos lágrimas por los muertos. El llanto alivia el estrés, la ansiedad y la depresión. De la capilla ardiente al frigorífico.

La lección del rey al llorar en público. Aplausos en los entierros y, pronto, testamentos vitales. Jesús lloró ante el cadáver de su amigo Lázaro antes de resucitarlo: estas frases podrían ser otros tantos subtítulos periodísticos para este,

a nuestro juicio, tan oportuno tema de portada en vísperas de la conmemoración de Todos los Santos y de todos los difuntos

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don Juan Carlos no es frecuente. Don Juan Carlos nose ha recatado de mostrar su dolor y secar con unpañuelo sus lágrimas, cuando falleció su padre, cuan-do despidió a su amigo Hassan II de Marruecos,cuando enterró a su madre y cuando le anunciaron lamuerte de un joven policía, padre de un niño de 17meses, asesinado por ETA. Hay que agradecer alrey que nos recuerde la conveniencia y bondad de ex-presar con lágrimas el sentimiento que nos producela muerte.

Insensibles ante la muerte ajena y la propia

Los cambios sociales producidos a mediados delsiglo XX, la prisa y los avances tecnológicos, nosquitan a algunos la vida, pero a todos la muerte,nuestra muerte. El moriremos solos de Pascal, apar-te de axioma, era una amenaza que no se había cum-plido hasta nuestros días, en que la gente muere ensalas reservadas a enfermos terminales. O en cáma-ras acristaladas dedicadas al cuidado intensivo del pa-ciente, donde raras veces tienen acceso los familia-res.

Muy pocas personas mueren en sus casas y, aun-que así fuese, la familia nuclear de hoy día estaría le-jos de componer la asamblea/reunión que se inte-graba en torno al moribundo. Sin esa oportunidadno se pueden expresar despedidas, consejos, reco-mendaciones y, mucho menos, la famosa recomen-dación del alma… Tampoco paliar el dolor del tran-ce con palabras de esperanza, o formular, tanto elque se va como los que se quedan, ese hasta pronto,tan consolador por no haber nada más real y cierto.

La finalidad de los sentimientos, casi la conge-lación del dolor, no es debida tan sólo a la esterili-zación del duelo que proporcionan las cámaras fri-goríficas donde pernocta el cadáver (en la antípodade lo que se llamó capilla ardiente), y al clima rei-nante en los tanatorios, tan distinto del que casi sedisfrutaba en los velorios, sino a la ausencia del pro-tagonista (y nunca mejor dicho) en el final de su pe-lícula. Las condiciones en que se encuentran los en-fermos graves, bajo esos cuidados intensivos que sedispensan en los centros hospitalarios, entubados,sedados y hasta con respiración/ventilación mecá-nica, reducen al mínimo la actividad bioeléctricadel cerebro. En una unidad de reanimación es im-posible manifestar ni el más leve gesto de despedi-da, ni el deseo de que, por piedad, le desconecten

En portadaAlfa y Omega4 1-XI-2001

Llorar o no llorar

Aveces tengo la lágrima inexplicablemente fácil, siempre reflejo incontrolable de la vís-cera cordial sobre los lagrimales. Esta facilidad lagrimal, sobre todo en su primer pe-

ríodo (la humectación) que es lo que hace más efecto, me ha valido algunas escenas deadversión femenina, que quizás me hubiera convenido más eludir.

Otras veces la segregación se me hace extremadamente difícil. En estos casos, ningúnargumento dialéctico sería capaz de ponerme los lagrimales en funcionamiento. Así, en elterreno sentimental, no soy hombre de términos medios, bien administrados, convencio-nales y basculados. Soy un hombre del todo o nada: aut Cesar, aut nihil…

José Plade Cuaderno Gris

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de los aparatos y le dejen morir tranquilo.El testamento vital permite que un adulto, en uso

de sus plenas facultades, establezca para los médicosy para sus familiares una frontera en los tratamien-tos que la Medicina aplica, in extremis, a enfermosterminales. Aquí estamos ante el derecho a cómomorir, que difiere bastante del cuándo morir, que eslo que distinguiría a la eutanasia. No vendrá mal eltestamento vital para humanizar de nuevo el últimocapítulo de nuestra existencia. Porque, en estos mo-mentos, a los modernos procesos de reanimación,paradójicamente con el enfermo sumido en la in-consciencia, se une la conspiración general entresanitarios y familiares para ocultar al paciente la in-minencia de su muerte. Reina la simulación y lamentira, y, en pacto tácito entre todos, renunciamosa nuestra propia muerte y sólo aceptamos la de losdemás, la ajena.

Alienante situación que, sin invocar otros valoresmorales, atenta, en nuestra opinión, contra los de-rechos humanos. Y no es el menos importante el te-ner una muerte digna.

No corren buenos tiempos para la lírica de lamuerte. Y no son las UVIS y las UCIS los lugaresmás idóneos para pronunciar palabras como las di-

chas por Cervantes cuando vio próximo su fin:«Adiós, gracias; adiós donaires; adiós regocijadosamigos; que yo me voy muriendo y deseando verospresto en la otra vida».

El sabor de las lágrimas

Cervantes no era sólo un poeta. Era un gran co-nocedor del alma humana, y en esta despedida, des-provista de amargura, entonó un canto a la esperan-za. No le faltaba tampoco a don Miguel un gran sen-tido del humor. Un humor, un líquido son las lágri-mas. Por cierto, «mendrugos de pan con salsa delágrimas», decía Cervantes que habían sido su ali-mento muchas noches. A pesar de todo, no fue unhombre amargado, porque las lágrimas son más sa-ladas que amargas. Y, quizás, fertilizantes.

García Márquez, en su If, implora:«Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida…,regaría con mis lágrimas las rosas,para sentir el dolor de sus espinasy el encarnado beso de sus pétalos…»¿Quién guarda los pétalos secos de una rosa en-

tre las hojas de un libro de poemas? ¿Quién lleva

junto a su foto un mechón del pelo de la mujer ama-da? ¿Quién, como solían los romanos, conserva enun vaso lacrimatorio las lágrimas vertidas en el due-lo de su ser querido? Nadie, amigo mío. Queda lejos,al otro lado de la Historia, ese elogio al llanto que po-ne Zorrilla en labios de don Juan:

«Y esas dos líquidas perlasque se desprenden tranquilasde tus radiantes pupilasconvidándome a beberlas…»Hay paz, casi placer, en esta endecha propia de un

tiempo en el que se prefería vivir con pena pero congloria. Hoy, como ha dicho Saramago: «Jamás unalágrima emborronará un e-mail».

La frase es genial, y en el mismo tono que el chis-te de Chumy Chúmez en el que se ve a dos políticosen un cocktail y con el vaso en la mano. Uno dicemuy serio: «Me molesta que maten a alguno de losnuestros: el whisky se me llena de lágrimas».

Entre los políticos, tan habituados a asistir a hon-ras fúnebres, abundan ya más los suspiros que laslágrimas. Consumados actores, exhiben sus lágri-mas de cocodrilo y, gracias al tipo de llanto, se lesdescubre de qué pie cojean… No en vano se adver-tía en la España maldiciente: «Desconfía de cojera deperro y de lágrima de mujer».

¿Tanto y tan bien llora la mujer? Sabemos quequien ríe el último ríe mejor. Pero ¿quién llora me-jor, el hombre o la mujer?

El llanto como arte y como terapia

Desde el antiguo Egipto a nuestros días (recor-demos que casi en 1960 la revista Life publicó fotosde un velatorio español en la Deleitosa, con su-puestas plañideras alrededor de un cadáver), se ha re-servado a la mujer el fingimiento del llanto, la exal-tación pública del dolor y el alarde de histérico des-consuelo ante la muerte.

Quizás no debamos conceder demasiada impor-tancia a este rol adjudicado a la mujer. Pensemosque esta actuación pertenece también a esas funcio-nes rituales que la mujer se reservó siempre y que, sindarse cuenta, le convertían en importante sacerdoti-sa: el nacimiento y la muerte. Es ahora, con el pro-greso, cuando la mujer ha renunciado a la posesiónde las llaves de la vida. Alfa y omega, el parto y lamortaja, eran dominios femeninos. La figura de laplañidera y su labor interpretativa se inscribía enese marco. Hoy, no. Pero, entonces, llorar figurabaen el guión. Si bien en los duelos se llora menos y pe-or, en el cine las lágrimas recobran su antigua im-portancia. Cuenta Robert de Niro que «hay actoresque matan por un papel que les permita llorar, a ve-ces sin venir a cuento», y que él, en la película Unaterapia peligrosa, lloró de verdad y se negó a que sele provocaran las lágrimas con colirios, o a que le me-joraran el llanto con lágrimas digitales creadas enordenador.

Si en el cine no va a estar mal visto que los hom-bres lloren, parece que las mujeres también quierenvolver a llorar. El cineasta Pedro Almodóvar, res-ponsable de desnaturalizar y desvirtuar a la mujertantas veces, reconoce que la personalidad de la mu-

En portada Alfa y Omega 1-XI-2001 5

Las primeraslágrimas

Enfermó Adán el primer invierno después de su salida del paraíso y, asustado con los sín-tomas de la tos, la fiebre, el dolor de cabeza, se echó a llorar igual que años más tarde

lo haría María Magdalena, y dirigiéndose a Eva: «No sé qué me ocurre –gritó–. Tengo mie-do, amor mío; ven aquí, creo que ha llegado la hora de la muerte…» La hora de la muerte,la verdadera, le llegó a Adán siendo ya muy viejo…

…Sobre la tumba de Adán se derramaron lágrimas corrientes, de agua y sal, que cayerona tierra y no criaron jacintos, ni rosas, ni flores de ninguna clase, y de todos ellos fue Caín elque, paradójicamente, con más desgarro lloró.

Bernardo Ataxgade La vida según Adán

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jer aflora con las lágrimas: «No hay nada más per-sonal que la risa o el llanto, y para mí no hay mayorespectáculo que ver llorar a una actriz. He tenido lasuerte de que, además de Cecilia Roth, me lloraronlas mejores: Carmen Maura, Marisa Paredes, VictoriaAbril, Penélope Cruz, Ángela Molina, Julieta Se-rrano…»

Los cámaras y fotógrafos nos dirían que «los ojosbrillan más después del llanto y adquieren más be-lleza, a pesar del enrojecimiento que se produce». Larazón de este embellecimiento sería que las lágri-

En portadaAlfa y Omega6 1-XI-2001

La muertey lo que sigue

El cementerio, en estos dos primeros días del mes de noviembre,es la inmensa plaza pública de las más grandes manifestaciones y

de los más extraños encuentros entre vivos y difuntos. A los cristianosnos importa mucho vivir, desde la fe, estas conmemoraciones.

F. Savater inicia su libro Las preguntas de la vida con un capítulotitulado La muerte para empezar. ¿Y después? Se trata sólo de com-probar que la muerte nos hace pensar, nos convierte es seres pen-santes, pero después de esto seguimos sin saber qué pensar de lamuerte. Porque filosofar no es salir de dudas, sino entrar en ellas. Ahítienen lo que da de sí la sola razón pensante.

¿Es la fe cristiana un consuelo que proyectan nuestros deseos?¿Nuestros seres queridos viven sólo en nuestra memoria mientrasnosotros seamos capaces de acordarnos de ellos? ¿Estamos desti-nados a desaparecer para siempre cuando nos llegue esa muerte quenos hace pensar mientras vivimos? He aquí las grandes preguntasdel corazón humano, cuyo sentido nos ha revelado el Hijo de Dioshecho hombre, Cristo muerto y resucitado por nuestra salvación. To-do parte de este núcleo de nuestra fe cristiana. Sin Cristo, Señor de lavida, el pecado y la muerte serían los grandes dominadores de la Hu-manidad en todos los tiempos, los dueños despóticos de la Historia. Pe-ro nosotros creemos que, al vivir y morir con Él, somos protagonistasde nuestra propia historia de salvación, en comunión con todos loscreyentes sinceros.

Sólo Dios es el Santo, pero desea comunicar su santidad a su pue-blo, el cual está llamado a convertirse a Él para seguir los caminos desu voluntad providente y amorosa. Los que siguen el camino de losmandamientos del amor comprenden en seguida que son incapaces deperseverar en esa fidelidad si no son ayudados por Aquel que les llama,pero anhelan sinceramente esa pureza de corazón que les hace ca-paces de participar en la misma vida de Dios. Y esto es lo que sigue des-

pués de la muerte. Los que han llegado al término de su vida temporalen ese camino de la fidelidad en conciencia a la voluntad de Dios, pue-de que no estén del todo purificados por ser herederos de su propia his-toria y, por no haber amado según sus posibilidades y dones recibi-dos, tengan que purificarse misteriosamente. Pero son ya de la mu-chedumbre de los salvados, a los que llamamos los fieles difuntos, porlos cuales ofrecemos oraciones, sacrificios y limosnas, que adquierensu valor más profundo en el sacrificio redentor del mismo Cristo. Por esoes tan importante participar en la misa.

Cristo transmite su santidad a la Iglesia especialmente por el amory los sacramentos, que aportan al hombre la misma vida de Dios. Es-ta convicción era tan viva en los primeros siglos, que los cristianos nodudaron en llamarse los santos y en considerar a la misma Iglesia co-mo la comunión de los santos, artículo de fe que nosotros seguimos con-fesando en le Credo. Esta designación tiene su origen en la asambleaeucarística, en la que los santos participan en las cosas santas. Lagran asamblea es el Cielo, en torno al Cordero inmolado y glorioso. ElPapa nos recuerda al comienzo de este nuevo milenio, con el VaticanoII, la vocación universal a la santidad: «Todos los cristianos, de cualquiercondición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la per-fección del amor».

El automarginarse consciente y obstinadamente de ese camino esel gran riesgo que corre el hombre de renunciar para siempre a la sal-vación ofrecida por Cristo a tan alto precio: su propia sangre. Por eso,antes de la muerte, pensemos en nuestro destino con el compromisoque exige nuestra vocación, y después llegará la alegría de la plenitudde vida en comunión con Dios y con los seres queridos.

José Delicadoarzobispo de Valladolid

San Pedro en lágrimas, de Murillo

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mas humedecen el globo ocular y barren los cuerposextraños que se depositan en la superficie. Próximasiempre la fisiología a la filosofía, un refrán griegoafirma que «sólo las mujeres que han lavado los ojoscon lágrimas pueden ver las cosas con claridad».

Las tres clases de lágrimas

Si las lágrimas ayudan a limpiar los espejos del al-ma, el alma se sirve también de las lágrimas paraexpresar sus sentimientos.

No todas las lágrimas son iguales; dicen que, si lasanalizáramos, no siempre su composición sería esade 89% de agua, 1,46 de albúmina y de 0,4 a 0,8 desales minerales. Seguro que variaría según pertene-cieran a la primera clase, en la que la lágrima pro-viene de la ira y de la desesperación; a la segunda,que engloba a las lágrimas de la emoción, de la im-presión, de la ternura, y donde encontraríamos las lá-grimas que nos produce la muerte de un ser querido;y, por fin, la tercera clase, a la que pertenecen lasllamadas lágrimas sobrenaturales.

Las sobrenaturales no son otras que las que vier-te quien recibe el don de lágrimas, cuando Dios per-mite llorar con provecho del espíritu.

En ese vino de los ángeles, que decía san Ber-nardo que eran las lágrimas, en una metáfora quesiguió Pablo Neruda cuando llamó al foi, al confitde pato, el hígado de los ángeles, se pueden hacergrandes guisos. Un teólogo dijo que «no basta cul-tivar la conciencia; a veces hay que ablandarla y co-cerla en una olla de lágrimas». Esta alta gastronomía,a base de lágrimas, sería del gusto de la mística co-cina teresisana, con Dios entre los pucheros.

Las lágrimas de un alma arrepentida, de Cal-derón de la Barca, es uno de los grandes temas de laEspaña de la Contrarreforma, y coinciden con eltema de Murillo San Pedro en lágrimas y otros SanPedros que el año pasado se reunieron en una ex-posición pictórica sobre el arrepentimiento. En elfondo, la confesión frente a la justificación fue labandera de Trento. Las lágrimas de san Pedro y lasde la Macarena (de diamantes) coinciden en queson sevillanas. Aunque está por ver si es Sevilla oMálaga la que posee la imagen más bella de la Vir-gen llorando la muerte de su Hijo. María santísi-ma de consolación y lágrimas, de San Felipe, deMálaga, tiene una expresión difícil de olvidar. An-dalucía entiende de lágrimas porque todavía llora.Yo no he visto llorar más, y mejor, que en un entie-rro gitano en Granada.

Maldita la gracia –pero no me dirán que no tienegracia– que el bailarín Antonio Canales declararaque, «en el aeropuerto de Nueva York, fue abofete-ado por una policía negra…, porque no dejaba dellorar…»

«¡Ay, mi niño! ¡Malo es que nos quiten lo bai-lao, pero, por favor, que no nos quiten… de llorar!»

A Ti suspiramos...

Cuando Gerald Brenan volvió al pueblo grana-dino de Yegen cincuenta años después, tuve la suer-te de acompañarle en aquel viaje. Muchas cosas lellamaron la atención al escritor inglés, pero lo quemás, «que los españoles no cantáramos». Que has-ta los labradores fueran al campo con el transistor.Hoy le sorprendería que los españoles ya tampocolloraran. Ni siquiera en los entierros. Ahora en los en-tierros lo que hacemos es… aplaudir. Tengo ami-gos extranjeros que alucinan viendo cómo aplaudi-mos en España a todos, por todo y a todas horas. Latelevisión con su horror al vacío sonoro, ha con-vertido un país de jaleadores en un país de aplau-didores. El consuelo de los muertos que no han triun-fado en la vida es que antes de enterrarles les aplau-dan. Algo es algo. En esta tierra de Toros, hasta ha-ce poco los muertos salían de su casa a hombros,hoy tienen que conformarse con una ovación. De-

saparecido el luto (hoy nadie llevaría luto por ti, Ma-nuel Benítez), que no desaparezca el llanto: tan be-néfico, tan consolador, tan terapéutico, tan conta-gioso… Dicen que más que la risa. (A propósito dela risa y del llanto. La Biblia, que sí se refiere a la ri-sa en treinta pasajes, no apunta jamás que Cristoriera. Quizás sonriera en todo momento. Sí se dacuenta, sin embargo, de que Cristo lloró. Precisa-mente en la muerte de un amigo, de Lázaro. Y tan-to debió sentir su muerte, que lo resucitó).

Coinciden los protestantes, cuando descubren elcatolicismo, que con la confesión no necesitan psi-coanalistas. Ni, con llanto, Prozac. Más lágrimas ymenos Prozac. Este país siempre se desahogó consuspiros (de España). Lo aprendimos en la SalveRegina: «Ad te suspiramus, gementes et flentes, inhac lacrimarum valle».

No hace falta que los cementerios se conviertanhoy en valles de lágrimas. Pero bien estaría que,además de las oraciones, el llanto regara un pocolas flores. Las lágrimas serán como gotas de rocíocuando esta noche la luna llena riele sobre millonesy millones de flores que cubren las tumbas de nues-tros seres queridos.

Alfredo Amestoy

En portada Alfa y Omega 1-XI-2001 7

Rostro de la imagen de la Virgen Macarena, de Sevilla

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La fotoAlfa y Omega8 1-XI-2001

IRA: Adiós a las armas

Intolerable

No sólo es la noticia de la semana y del mes, sino quizás la no-ticia de muchos años; lo que pasa es que, como es positiva, y, pordesgracia, estamos tan mal acostumbrados a considerar noti-cia sólo lo negativo, a lo peor no se le da la importancia que re-almente tiene: el IRA irlandés se desarma, renuncia a la violen-cia de las armas. Habrá tenido mucho que ver lo del 11 de sep-tiembre; pero, por lo que sea, los terroristas del IRA se han con-vencido de que, por el camino de las armas, no hay nada quehacer, no se llega a nada. Si cundiera el ejemplo...

David Trimble, el líder unionista norirlandés, ha declarado:«Éste es el día que ninguno de nosotros pensábamos que íbamosa vivir, el día que hemos esperado durante toda la vida»; y GerryAdams, líder del Sinn Fein, Partido Republicano, ha comentado:«El anuncio del IRA es revolucionario y sin precedentes; quierorendirle homenaje por lo que ha hecho». El Premier británico,Blair, ha sentenciado: «Se trata de un hito histórico».

En la foto, altamente elocuente, un niño irlandés juega en la ca-lle ante carteles beligerantes, que ojalá hayan pasado definiti-vamente al baúl de los tristes recuerdos. Tiene un futuro nuevoy diferente ante él

Es absolutamente indignante e intolerable que cual-

quier Gobierno que quiera ser considerado digno

de tal nombre y tener el respeto de los demás, sea

incapaz de impedir, por todos los medios a su al-

cance, actos de barbarie como el de los seres hu-

manos, entre ellos muchos niños, masacrados, por

ser cristianos, mientras acudían a la misa domini-

cal en una iglesia de Pakistán. Es absolutamente

intolerable esa otra barbarie de los niños afganos

asesinados por error de unas bombas llamadas in-

teligentes. No se nos olvida que en las Torres ge-

melas también murieron, intolerablemente, seres

humanos, aunque la barbarie no fuera fotografiada,

como ésta, en las portadas de los periódicos. Una

vez más, la voz del Papa, tan cargada de razón y de

sensatez, no está siendo escuchada. Quienes cre-

en que con bombas se va a arreglar el hambre, la in-

justicia, y va a desaparecer el burka de las muje-

res, se equivocan

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Es habitual, en los tiempos quecorren, hablar de calidad de vi-da, en referencia a las comodi-

dades y a las bondades de las presta-ciones que la ciencia y la técnica ofre-cen a los ciudadanos del llamado pri-mer mundo, o sociedad avanzada...Después del 11 de septiembre parecehaberse puesto especialmente en crisisesta calidad, un tanto disminuida porla inevitable dosis de miedo, pero lascapacidades del progreso tienen tam-bién recursos para las emergencias:algunas dosis de marketing de pro-ductos de evasión, y una buena terapiacon los últimos adelantos psico-so-máticos, pueden fácilmente mantener,e incluso incrementar, esa calidad, queparece haberse convertido en la másesencial aspiración humana, y que se-ría admirable si fuese para todos y siese modo de vida no exigiera no pen-sar. La calificación de humana, portanto, no parece que corresponda pre-cisamente a tal aspiración...

Esta calidad se pretende inclusopara el momento de la muerte, de laque, por otra parte, no se consideracorrecto hablar, pues no lo permite lacultura nihilista en la que vivimos,donde no hay lugar para Dios y la vi-da eterna. Como se sabe que ni si-quiera los mayores avances científi-cos son capaces de vencer a la muerte,no se deja de luchar para que pase de-sapercibida. Y como hay que evitartodo trauma que disminuya calidadde vida, como hay que evitar todo do-lor, como no puede haber nada malo,por eso las sociedades evolucionadassólo hablan de muerte buena, que esoes lo que significa eutanasia. Sóloquien ha dejado de pensar, y de sentircomo verdadero ser humano, puededejarse arrastrar por esta ceguera.¿Qué clase de bondad puede haber enque la vida se termine?

Sólo la calidad de muerte ilumina-da por la esperanza cierta de la eter-nidad, que enunciamos en nuestra por-tada, evidencia la auténtica calidad dela vida, con la que los seres humanospodemos mirar a la muerte de frente, ytambién gozar en su auténtico valorde los adelantos científicos y técnicos,sin necesidad de adormecer la con-ciencia, es decir, de un modo verda-deramente humano. Esta calidad noes producto que podamos fabricar loshombres, y, sin embargo, constituyeel deseo más hondo de nuestro cora-zón. He aquí la paradoja humana, quesólo en el hecho cristiano encuentracumplida explicación.

En el monte Calvario de Jerusalénse encontraba –según una tradicióncristiana palestinense de los primerossiglos– la tumba de nuestro padre

Adán. Sobre ella fue colocada la cruzde Cristo, y cuando, en aquel primerViernes Santo, la sangre del Salvadorcorría a lo largo del madero y empa-paba aquella tierra expectante del díade la Redención, el hombre expulsadodel Paraíso a causa del pecado, pro-bando así la amargura del polvo de lamuerte, recobró la vida para siempre.Desde entonces, desde que el Crucifi-cado resucitó y vive para siempre, lamuerte ya no tiene la última palabra

sobre nosotros, sino que queda tras-pasada por esa luz indestructible que laconvierte en puerta de la vida eterna, laúnica que merece tal nombre. ¿Cómopuede llamarse vida aquella que tie-ne la muerte como horizonte?

No es coincidencia fortuita el he-cho de que la Iglesia celebre la con-memoración de los fieles difuntos pre-cisamente a continuación de la so-lemnidad de Todos los Santos. Éstosson los que contemplaban la muerte

incluso con deseo; no porque tuvie-ran fastidio de vivir, ¡por todo lo con-trario!, porque esta vida, ésta, graciasa esa Sangre redentora que rescató dela muerte eterna a la Humanidad na-cida de Adán, se llenó para ellos de laluz y de la esperanza de vivir parasiempre. Y no se trata de ignorar elhumanísimo dolor que lleva consigoel trance de la muerte, pues es un do-lor transido de esperanza. Jesús lo ex-presó con sus lágrimas ante la tumba

de su amigo Lázaro. Se trata de vencerotro dolor, y éste sí realmente terrible,tanto más cuanto más inconsciente,aquel de la Jerusalén rebelde aliadacon el Maligno, sobre la que Jesús tu-vo que derramar, poco antes de sumuerte, otras lágrimas distintas, cuyoolvido es ciertamente letal. Es el ol-vido de una sociedad que no quieretener tiempo para pensar en la muerte,¡como si el mayor asunto de la vidano fuera su destino!

Criterios Alfa y Omega 1-XI-2001 9

Una solaIglesia

Jamás ha habido cristianismosin Iglesia. Jamás ha habido

Iglesia universal sin Iglesias par-ticulares. Donde quiera que secelebre la Eucaristía, está laIglesia católica entera. El obispode la más pequeña aldea es, aeste respecto, como decía sanJerónimo, igual al obispo de Ro-ma. Pero, al mismo tiempo, ja-más ha habido Iglesias particu-lares autónomas, que se hayanfederado en una Iglesia univer-sal; al igual que los doce discí-pulos, escogidos por Jesús, nose han federado entre sí. En lamultiplicidad de sus realizacio-nes, la Iglesia es fundamentalde sus miembros, el Colegioepiscopal es fundamentalmenteuno.

El Colegio episcopal sucede,en todo lo que tenía de transmi-sible, al Colegio de los Doce.Los que ejercen la función epis-copal son conscientes del ori-gen apostólico de la misma.

Exactamente igual que el delos Doce, el Colegio de los obis-pos no existe de forma intermi-tente. Es una realidad perma-nente, como también indivisible.En este doble sentido, es uni-versal. Por tanto, nada tiene quever con un gobierno de asam-blea, y mucho menos con unsistema de reuniones particula-res, nacionales o regionales;aunque la historia de la Iglesiaestá llena de tales asambleas,frecuentemente muy útiles. Sucohesión se manifiesta de di-versas formas, concretamente,por los lazos que establecen en-tre sí, en nombre de sus Igle-sias, obispos o grupos de obis-pos; lazos que en tiempos fue-ron estrechos, y cuya costum-bre debemos lamentar se hayaperdido hoy casi por completo.Pero su labor más esencial seejerce día a día, por el simplehecho de que cada obispo en-seña en su propia Iglesia la mis-ma fe y conserva la misma dis-ciplina fundamental que losotros obispos en las suyas .

Henry de Lubac, S. J.de la Conferencia

en el Centro de estudios «San Luis de Francia»

Roma, 28-X-1971

ΑΩ ¿La muerte como horizonte?

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Seamos sensatos

Nuestro pasado, tan cercano y vital y cultural-mente al Islam en nuestro propio suelo, y el

presente, con una imparable y necesaria inmigra-ción de muchos musulmanes, empieza a ser cues-tionado en estos días, y se convierte en fuente demiedos infundados, juicios disparatados y activi-dades hostiles.

Después de lo ocurrido el 11 de septiembre enNueva York y Washington, hemos empezado a creertontamente que nuestro pasado musulmán no fuetan real y glorioso, y que la actual presencia, cadavez mayor, de ellos entre nosotros es un peligrosocaballo de Troya, cuando la verdad es que no fueasí, no son un peligro, y los necesitamos.

No tanto los sucesos en sí, cuanto el modo comolos medios nos los han presentado, está contribu-yendo a crear una visión popular del Islam y sus se-guidores como bárbaros, crueles, histéricos e igno-rantes. Esto es falsear totalmente la realidad. ¿Quésignifican 50 afganos enfurecidos frente a 50 millones,o mil millones, de musulmanes moderados?

Un pequeño grupo que actúa enloquecidamenteante las cámaras, o quema una bandera o una ré-plica de un líder de Occidente, a las pocas horases presentado en las pequeñas pantallas de millo-nes de hogares de todo el mundo como fiel repre-sentación de lo que son todos los musulmanes. Na-da más falso.

Esta necesidad de los reporteros de ofrecer co-sas esperpénticas para ganar audiencia televisiva,por desgracia, está apagando la voz suave y equili-brada de la mayor parte de los líderes musulmanes,que hablan como fidedignos representantes de la in-mensa mayoría. El público (nosotros) poco sabe/sa-bemos de las líneas de la política interna del Islam, noapreciamos el considerable peso de la opinión mo-derada de la mayoría, y nos contentamos con creerlo último que vemos en la pequeña pantalla. Esto síque es peligroso. Por Dios, ¡seamos sensatos!

Antonio Maldonado CorreaCórdoba

CartasAlfa y Omega10 1-XI-2001

Las cartas dirigidas a esta sección deberán ir firmadas y con DNI, y tener una extensión máxima de 20 líneas. Alfa y Omega se reserva el derecho de resumir su contenido

Ésta es una buena noticia

Alas diez jóvenes misioneras oblatas de María mi felicitación y estima, poresta opción personal, dejando en un segundo plano su fama como pro-

fesionales universitarias.¡Habéis elegido lo mejor! Evangelizar a los pobres. Desde luego, traba-

jo no os faltará, sabiendo de sobra la situación de marginación y pobreza quenuestra sociedad actual nos ofrece. ¡No tengáis miedo, queridas herma-nas, porque habéis escogido bien! ¡Vuestra sonrisas lo dicen todo! Dicen quela cara es el espejo del alma; y yo digo que sí es verdad.

Este paso vuestro será luz que abrirá horizontes para dar más valor y sen-tido a nuestra esperanza cristiana, hoy. Como veis, mi alegría es radiante,por ese paso a la vida religiosa; pues no me cansaré de darlo a conocer. Eldía 4 de octubre di la noticia en una conferencia de teología en Sabadell. Eltema era Razones y sentido de ser cristiano; el profesor, don Antonio Gon-zález, español, profesor de Teología de la Universidad de Centroamérica deEl Salvador. En ruegos y preguntas di la buena noticia de las jóvenes reli-giosas. ¡La noticia le impresionó tanto...! No conocía la revista Alfa y Ome-ga.

Gracias a vosotras, y a Alfa y Omega, por expresar mis pensamientos eideas de amor.

Juana Moreno Molina Sabadell (Barcelona)

Últimos sacramentos

Deseo hacerme eco de la carta publicada el pasado 6 de septiembre que, sobre es-te tema, escribía don Luis Trinchán, de Alicante. Efectivamente, hay familias que, en

caso de peligro de muerte de uno de sus integrantes, se ven en dificultad para obtenerlos servicios del sacerdote, incluso aquí en Madrid, donde puede parecer que tenemostodo más fácil. Por eso desearía aportar la idea de que el propuesto teléfono de guar-dia, para recibir llamadas de auxilio espiritual, podría estar situado en un lugar determinadode cada Vicaría, con lo que las distintas parroquias adscritas a cada una de ellas tendríancubierto ese fin. El número de teléfono sería, por tanto, único para todas las parroquiasde esa Vicaría, y el puesto podría estar cubierto, por turno rotatorio, entre los sacerdo-tes de cada una de las parroquias, ya fuera por días, semanas, o como se establecie-ra. Naturalmente, ese número de teléfono se difundiría convenientemente entre los fie-les, además de figurar bien a la vista en cada uno de los tableros de avisos parroquia-les. Se trata, en definitiva, de dar facilidades a las familias que viven la angustia de verun familiar en sus últimos momentos, sin saber bien cómo deben actuar.

Manuel ImbertMadrid

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José Francisco [email protected]

La Asociación Católica de Propa-gandistas, organizadora del recien-temente celebrado Congreso Católi-

cos y vida pública, dedicado a los Nuevosretos de la sociedad de la información, ha sa-bido conjugar, una vez más, los tiempos ver-bales del pasado con los del presente parapreparar el futuro. El Congreso de este fin desemana se inició con una de las mayorescargas de profundidad que se han oído últi-mamente sobre la anorexia cultural de nues-tros días, al ritmo de la magistral ciencia yconciencia del filósofo Alenjandro Llano.El horizonte de comprensión de esta po-nencia, y del resto de las allí pronunciadas,nos retrotraía al origen en el pensamientode Ángel Herrera Oria. Sus palabras ad-quieren hoy nuevo significado. He aquí unejemplo extraído del libro recopilatorio deSimón Tobalina Meditación sobre España,de Ángel Herrera: «Nuestra cultura y ac-tividad social colectiva es inferior a la que pi-den las circunstancias, y la conciencia na-cional en este aspecto se halla atrasada. Exis-te en la derecha española un sector extensoque vive en una completa ignorancia de lasactuaciones sociales del mundo católico. (...)Yo creo, sin embargo, que entra en un mo-mento crítico la conciencia nacional, por-que, de otra parte, la mayor cultura del paíshace que, en los medios más vitales –aludoa la juventud universitaria y al mundo deltrabajo y de las profesiones–, se exija cadavez con más apremio una posición clara ydefinida en las cuestiones de derecho públi-co económico».

O este otro texto de la homilía de He-rrera Oria con motivo del falleciemientodel padre Ángel Ayala, pronunciada el 22de febrero de 1960: «Recojo de esa oraciónalgunos conceptos, que el tiempo no me per-mite desarrollarlos todos. El primero, el de laabnegación. Abnegación individual, abne-gación colectiva. La Asociación no se creópara buscar su propio provecho ni el prove-cho de los propagandistas. Necesario es queresplandezca bien el desinterés con que sir-ve la causa de Jesucristo. Ejemplos insignestenéis en la Asociación. Algunos de los pro-pagandistas actuales pudieron haber obteni-do mayores lucros en el orden temporal sihubieran entrado en la vida pública buscán-dose a sí mismos. Seguid ese ejemplo. Man-tened el espíritu de unión. Cabe la discre-pancia en las opiniones con la perfecta uniónde las voluntades. El ideal es un solo pen-sar, un solo querer, un solo obrar. Mas el te-ner distinto criterio en las cosas opinables,y más en el orden práctico, es perfectamen-te compatible con el espíritu de caridad entrelas personas. ¿Será preciso que yo recuerdeaquí el magnífico texto de san Pablo que le-

éis al final de vuestras asambleas? Un solocuerpo y un solo espíritu, así como estáisunidos en la misma esperanza de vuestra vo-cación. Un solo Señor, una sola fe, un solobautismo (Ef 4, 4-5)».

En el erial informativo sobre uno de losacontecimientos sociales –por no decir cató-licos– en este año 2001, hemos tenido unavoz, la de Ramón Pi, en su columna de la Ga-ceta de los Negocios, del pasado lunes, en laque leemos: «Se ha celebrado en Madrid, alo largo de tres días, el III Congreso Católicosy vida pública, organizado por la FundaciónUniversitaria San Pablo-CEU, de la Aso-ciación Católica de Propagandistas. La ACdP,bajo la presidencia de Alfonso Coronel dePalma, ha emprendido una nueva etapa nosólo muy activa, sino también hondamenteanclada en la exigencia de una sólida vida in-terior y, al mismo tiempo, abierta a todos losmovimientos cristianos. Corren tiempos demucha presión para que la religiosidad quederecluida en la intimidad de las conciencias, ypara que toda su expresión social alcance, a losumo, al ámbito familiar de cada cual. Loscatólicos españoles, que seguimos siendo ma-yoría, a pesar del ruido que organizan las mi-

norías, han de recuperar la conciencia de serlos protagonistas de la Historia, y no unos me-ros espectadores que contemplan cómo otrosdiseñan el marco de la convivencia, como siDios no existiera, por usar la expresión queJavier Solana empleó en recordada ocasión».

Los alumnos de Ciencias de la Informa-ción hicieron, durante los días del Congreso,el titánico esfuezo de sacar a la calle una edi-ción de El Rotativo, publicación de la Uni-versidad San Pablo-CEU. En la edición delsábado 27 se lee en su editorial: «Son mu-chas la instituciones que se encuentran in-defensas, sin ninguna capacidad de respues-ta ante la opinión pública, cuando sufren unaacometida de los medios de comunicaciónsocial. No se puede consentir que, en una so-ciedad que pregona a los cuatro vientos las re-glas democráticas y los derechos humanos,contemplemos cómo, día a día, se va ras-gando, desgastando, horadando la imagende aquellas personas o instituciones que no si-guen la corriente de unos determinados gru-pos multimedia. De ahí la importancia quetienen estos días de reflexión y estudio so-bre los medios».

Aquí y ahora Alfa y Omega 1-XI-2001 11

y contarlooír...Ver

Frente a la anorexia cultural

Fotograma de Solo anteel peligro

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Anuestro venerable hermano Antonio María,S.E.R. cardenal RoucoVarela, arzobispo deMadrid: Por muchos y diferentes motivos,

venerable hermano nuestro, tenemos Nos y tiene laIglesia universal razones indudables de alegría y deestima máxima hacia tu persona. Pero un aconteci-miento singular te trae ahora a nuestro ánimo y ha-ce que te recordemos gozosos de una manera espe-cial: el hecho de que, en breve, vas a recordar el vi-gésimo quinto aniversario de tu consagración epis-copal, honrosa meta para un pastor de almas, queserá celebrado con mayor realce el próximo treintay uno de octubre.

No sólo, pues, pasará ante tus ojos todo tu mi-nisterio episcopal, sino que también se grabará, ycon profundidad, en nuestro corazón: ministerio in-coado en la comunidad de Compostela por voluntadde Pablo VI, de inmortal memoria. Ni se borrará denuestra memoria la importantísima misión que, contu preparación notable en Teología y Derecho Ca-nónico, desempeñaste en la Universidad de Sala-manca, impartiendo sólida y sana doctrina a mu-chos otros.

Nombrado obispo diocesano en la misma comu-nidad de Compostela y, posteriormente, establecidopor Nos arzobispo en la insigne sede de Madrid,diste comienzo a tus publicaciones escritas, muestrade tu amor a los fieles; y al mismo tiempo empren-diste proyectos dignos de alabanza, que tu ánimoponderado suele poner en marcha. Las frecuentesconcentraciones de jóvenes, armoniosamente reu-nidos por tu diligencia y trabajo, han dado admira-

bles muestras de fe y de piedad y han ofrecido una ju-venil y hermosa imagen de la Iglesia.

Por otra parte, tus virtudes pastorales han brilla-do entre los prelados de tu nación y en el SínodoEuropeo de Obispos, proyectando así un más vastocampo de acción. Por eso no es de admirar que Noshayamos querido gustosos contarte entre nuestrosmás cercanos consejeros como cardenal, para des-tacar más claramente las esperadas posibilidades detu alma de pastor.

Por todo ello, al tiempo que celebramos con lasdebidas alabanzas este acontecimiento de tu vida y

no menos tus méritos para con la Iglesia, imploramosde Dios su celestial consuelo y una abundante re-compensa de tus virtudes pastorales; y te enviamosnuestra Apostólica Bendición, venerable hermanonuestro, como testimonio de nuestra unión contigoy de nuestra gran estima hacia tu persona, de la quehacemos gustosamente partícipes a todos tus fieles.

del Vaticano, día 1 de octubre del año 2001, vigésimotercero de nuestro Pontificado

Juan Pablo II

Iglesia en MadridAlfa y Omega12 1-XI-2001

Propuestas pastorales para el curso 2001-2002

«Nuestra fe, la fe de la Iglesia»Ha comenzado un nuevo curso. Como es habitual, nuestro cardenal

arzobispo presentó unas propuestas pastorales, para este curso2001-2002, con el título: «La transmisión de la fe: ésta es nuestra

fe, ésta es la fe de la Iglesia»

El amor de Jesús a los hombres y mujeres, de todo tiempo y lu-gar, es el mismo ayer, hoy y siempre. Éste es el mensaje que

la Iglesia no se cansa de repetir. «A pesar de las dificultades –es-cribe el cardenal arzobispo de Madrid al presentar sus propuestaspastorales–, no dejamos de profesar y anunciar con gozo y es-peranza la fe en Cristo en el seno de la Iglesia. Esta profesiónde fe pone de relieve la íntima e irrenunciable conexión entreanuncio del Evangelio y celebración litúrgico-sacramental de losMisterios, cúlmen y fuente de donde brota toda la vida cristiana. LaIglesia realiza la transmisión de la fe a través de toda su vida; pe-ro de un modo especial y preeminente por medio de la IniciaciónCristiana. Mediante el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía seponen los fundamentos de toda la vida cristiana».

La Eucaristía dominical es la fiesta primordial de los cristia-nos. Por eso urge una intensa tarea pastoral para conseguir quela Eucaristía dominical sea una verdadera celebración.

Otra de las principales propuestas del cardenal se refiere a lafamilia: «La transmisión de la fe encuentra en la familia un entra-mado de comunicación, afecto y exigencia que permite hacerla vi-da».

9 de noviembre, fiesta de la Almudena

Éste es el programa de actos en honor de Nuestra Patrona,Santa María la Real de la Almudena, para celebrar su fiesta:

Vigilia para los jóvenes. El 8 de noviembre, a las 20:30 h.,el cardenal Antonio María Rouco Varela presidirá una vigilia pa-ra los jóvenes, en la catedral

Día de la Almudena: 9 de noviembre. A las 11:30 h., el car-denal de Madrid presidirá la Eucaristía en la Plaza Mayor; al co-mienzo, el Alcalde renovará el Voto de la Villa. Al terminar la Eu-caristía, comenzará la procesión con la imagen de la Almudenapor las calles de Madrid (Plaza Mayor, calles de la Sal, Postas, Es-parteros, Puerta del Sol, calle Arenal, Plaza de Isabel II, calleCarlos III, Plaza de Oriente, calle Bailén, hasta la catedral). Todoel día, tanto la catedral como la cripta permanecerán abiertaspara que los fieles que lo deseen puedan subir a venerar la ima-gen de la Virgen de la Almudena en su altar. Habrá misas, este día9 de noviembre, en la catedral: a las 9, 10, 17, 18, 19, 20 y 21 h.;y en la cripta: a las 10, 11, 17,30 y 18, 30 h.

Ofrenda floral. El día 9 de noviembre, desde las 9 hasta las21 h., se invita a todos los madrileños a participar en la ya tradi-cional ofrenda floral a la Patrona, ante la fachada de la catedral,en la calle Bailén.

Días 10, 11 y 12 de noviembre, a las 19 h.: en honor de laAlmudena, el Vicario episcopal del Clero, don Justo Bermejo,celebrará la Eucaristía en la catedral.

Carta de felicitación del Papa al Cardenal Rouco Varela, en sus 25 años de religión

Dios recompense tus virtudespastorales

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El teorema del Sínodo habla de que elobispo es ministro y servidor delEvangelio de Nuestro Señor Jesu-

cristo. Es la tesis. Con un fin: para la es-peranza del mundo. Este servicio y esteintrumento valen y son actuales en cual-quier situación del mundo, también en és-ta. Participar del miedo a una catástrofe,del miedo a una gran conmoción mundial,de la pérdida de la paz, de la amenaza de laguerra, se resuelve o se aclara cuando unocree claramente y plenamente en Jesu-cristo. Entonces, primero, el miedo cedea la esperanza, y la falta de visión de futu-ro y de sentido de la vida cede a una afir-mación clara, serena y llena de amor, a unaoferta plena de sentido para la paz y para laconcordia que viene del Evangelio.

Entre las tareas del obispo, las más im-portantes son las que tienen que ver justa-mente con lo que él es, ministro del Evan-gelio. Sucede a los Apóstoles en el encar-go y en la misión del dar a Jesucristo a to-dos los hombres, en todo el mundo, y entoda situación, animándoles y ofreciéndo-les la vida nueva que viene a través del sa-cramento del Bautismo y de todo el itine-rario sacramental de la Iglesia y de la ex-periencia del amor de la Iglesia. Por lo tan-to, un obispo ocupa su tiempo, en primerlugar, en el anuncio del Evangelio, direc-tamente, o tratando de que sus presbíte-ros, su diócesis proclame, y en ella se es-cuche, el Evangelio; preocupándose de laeducación en la fe, que es la respuesta del

hombre a ese Evangelio, de todos los quelo han hecho; se preocupa de la celebra-ción de los sacramentos, de una maneramuy singular del sacramento culminantede toda la vida sacramental de la Iglesia,que es la Eucaristía; se preocupa de queesa vida que viene de Cristo Palabra, deCristo Sacramento, configure la vida per-sonal y también la vida social y comuni-

taria del hombre: de la fe, de la esperanza,del amor, de la caridad. Y eso lo lleva, so-bre todo, a aquellos que más lo necesitan,por diversas razones, o bien porque hanroto con el Evangelio, o bien porque sonvíctimas de rupturas del Evangelio, lo quesiempre básicamente se ha expresado conla palabra pobre; a los que viven sus ne-cesidades personales, familiares y socia-

les bajo el signo del dolor, de la injusticia,bajo el signo del olvido, de la falta de cer-canía y amor por parte de los hombres; yeso llena su vida.

Una visión equivocada de las cosas

La vocación, la consagración, la tra-ducción al ejercicio del ministerio que unobispo vive desde el día de su consagra-ción episcopal, es todo un camino de gra-cias y de dones; en definitiva, uno ha sidoobjeto de una predilección muy grande porparte del Señor. Por lo tanto, en conjunto yen el fondo, no hay por qué decir que su vi-da es especialmente dramática, o espe-cialmente complicada, o especialmente sa-crificada, sino que yo creo que hay que ca-lificarla como una gracia que el obispo harecibido para vivir su vocación cristiana, enunas circunstancias y en unas condicionesen las que él puede responder al amor deCristo con la plenitud de una vida entre-gada, donada y, por lo tanto, fuente de mu-chas satisfacciones.

En el ejercicio del ministerio episco-pal, la necesidad de vivirlo en comunióncon el Colegio episcopal y con su Cabezaestá en función de nuestro testimonio y denuestro servicio a la predicación del Evan-gelio, a la vivencia de sus consecuencias yde sus exigencias, a la hora de llevar a lacomunidad, y a la Iglesia, por el caminode la identificación con él, sobre todo en laEucaristía y en el testimonio del amor cris-tiano en el mundo. De eso se trata, y paraeso son las estructuras, y para eso son lasformas concretas de relación entre obis-pos extendidos por todo el mundo, rela-ción entre sí, y sobre todo con el Papa. Esun asunto al que muchas veces se le da unaimportancia muy acentuada en los mediosde comunicación, porque se ve a la Iglesiay se ve al obispo y su ministerio, la relaciónde los obispos entre sí y con el Papa, conesquemas extraídos de lo que puede lla-marse la sociología del poder, de la visiónpolítica del hombre y del mundo, que setraslada, sin más, a la Iglesia, y se piensaque en la Iglesia también se vive así. No esasí, no son así las cosas.

La función del obispo como maestrode la fe procede de su consagración y de suelección para ser testigo de Jesucristo, tes-tigo que mantiene vivo el testimonio pri-mero de los Doce, de Pedro y de los Doce,sobre todo acerca del hecho y del miste-rio de Jesucristo, que ha muerto en la cruzy ha resucitado por nosotros. Si el obisporecibe la gracia, la facultad y el ministe-rio de testimoniarlo apostólicamente, re-cibe también de una forma implícita la ta-rea y la misión de enseñarlo, comenzan-do por los que han respondido con el sí dela fe a ese anuncio, por si vacilan, por sino lo confiesan en plenitud, por si no soncapaces, o necesitan, o necesitamos todos,la ayuda para transmitirlo y proclamarloclara y netamente. Ahí está la raíz de laobligación y de la tarea del obispo comomaestro de la fe.

Iglesia en Madrid Alfa y Omega 1-XI-2001 13

La voz del cardenal arzobispo

El obispo, maestro de la fe

Ofrecemos una primera síntesis del Sínodo de los Obispos, celebrado durante todo el pasadomes en Roma, que nuestro cardenal arzobispo, Antonio María Rouco Varela, hizo para TMT,

el canal de televisión de la archidiócesis de Madrid

Entre las tareas del obispo,las más importantes son las que tienen que ver justamente con lo que él es,ministro del Evangelio

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Aquí y ahoraAlfa y Omega12 1-XI-2001

Ha sido la videoconferencia mundial más gran-de realizada hasta estos momentos en elmundo, y constituye el inicio de una serie

de cursos para sacerdotes ofrecidos por la Congre-gación para el Clero, organismo vaticano presididopor el cardenal Darío Castrillón Hoyos, quien seña-ló que, «con esta videoconferencia, la Congrega-ción para el Clero, acogiendo la voluntad del Papa,ofrece a través de Internet un instrumento para pro-fundizar el amor y el conocimiento de Jesucristo,Rey de la paz, su mensaje y su Iglesia».

Entre las 12.30 y las 13.30 horas del pasado 29 deseptiembre intervinieron 13 teólogos, que fueronvistos y escuchados por miles de personas, reuni-dos en centros de estudio de Roma, Madrid, NuevaYork, Bogotá, Abidján, Johannesburgo, Taipei, Ma-nila, Samoa y Sydney. El debate, además, pudo se-guirse en directo en la página web de la Congrega-ción para el Clero, donde se puede seguir viendo yescuchando toda la videoconferencia:http://www.clerus.org

Desde Roma, hablaron los obispos Angelo Sco-la y Rino Fisichella, así como los padres Bruno For-te y Jean Galot (jesuita). En representación de Áfri-ca, y desde allí, intervinieron monseñor Joseph Aké,de Abidján, y el oblato de María Inmaculada StuartBate, de Johannesburgo. Desde América participa-ron el jesuita Silvio Cajiao, de Bogotá, y MichaelHull, desde Nueva York. Los asiáticos fueron LuisAntonio G. Tagle, de Manila, y Aloysius Chang, deTaipei. El representante de Europa fue el profesormadrileño Alfonso Carrasco, conectado desde la ca-pital española. Dos teólogos aparecieron en las pan-tallas desde la lejana Oceanía: el capuchino GaryDevery, de Sydney, y Alapati L. Mataeliga, de lasIslas Samoa.

En su intervención, Bruno Forte apuntó hacia«una cristología más teológica; una cristología máshistórica; una cristología más capaz de conjugar es-tas dos dimensiones en la confesión de la singulari-

dad de Jesucristo, que funda al mismo tiempo la ur-gencia de la proclamación del Evangelio y la nece-sidad del diálogo con el otro, quienquiera que seay de dondequiera que venga. Es ésta la triple insis-tencia que parece emerger de los desarrollos de la re-flexión cristológica postconciliar: una insistenciaque se hace eco de la permanente exigencia de la feen Cristo de confesar en Él la unión de lo humano ylo divino, sin confusión ni mezcla, sin división niseparación (cf. Concilio de Calcedonia de 451). Setrata de desarrollar una reflexión de fe que una lafidelidad a la tierra y la fidelidad al cielo, la fidelidadal mundo presente y fidelidad al mundo que ha de ve-nir, como ha acontecido una vez para siempre enAquel que es la Alianza en persona. A Él se dirige,por lo tanto, la invocación del teólogo –unida a lade toda la Iglesia– para que el logos de la fe pen-sante se una al himno de la fe adorante, que escu-cha, celebra, proclama y vive el Misterio, revelado enÉl, el Verbo venido entre nosotros, en cuyo segui-miento hemos puesto en juego toda nuestra vida».

El profesor Alfonso Carrasco, de la Facultad deTeología San Dámaso, agradeció al relator que hu-biese introducido tan bien el reto fundamental de lacristología en la actualidad: «superar la sospecha,cuando no la ruptura, entre la confesión del Hijo deDios, de su encarnación, y la humanidad de Jesúsde Nazaret; pues, sin ello, el conocimiento de Jesu-cristo se queda en los inicios, en la afirmación deun dogma que permanece abstracto: se confiesa queel Hijo de Dios se hizo hombre, pero no se explica loque eso significa realmente». El profesor Carrascoseñaló cómo «hoy día puede decirse que el trabajohistórico de generaciones de teólogos ha dado mag-níficos frutos, mostrando la credibilidad de los datosfundamentales de la predicación apostólica, así co-mo la legitimidad hermenéutica del kerygma cris-tiano. Cierta de esta base crítica, la teología refle-xiona de nuevo sobre lo acontecido en la plenitudde los tiempos, que el Concilio nos describía con

acentos adecuados a nuestra época: Cristo, Adánnovísimo, en la misma revelación del misterio delPadre y de Su amor, manifiesta plenamente el hom-bre al propio hombre y le descubre la grandeza de suvocación (Constitución Gaudium et spes, 22). Estemisterio de Cristo fue comprendido por los Apóstolesgracias a la historia vivida con Él, y decisivamentegracias al paso de la Cruz, Resurrección y Don delEspíritu. No es posible acceder al conocimiento deCristo sin entrar en la comunidad de sus discípulos,y sin situar en el centro los acontecimientos de laPascua, como lugar donde culmina la revelación deDios. En Jesucristo, la humanidad se convierte así enfuente de salvación, de vida y de gloria para todos loshombres. Con la entrega de su Cuerpo y de su San-gre, con el don de su Espíritu, llama a los hombres asu seguimiento, a una verdadera comunión de laspersonas, signo e instrumento del destino del uni-verso».

Monseñor Rino Fisichella afirmó en su inter-vención cómo «la cristología constituye el cora-zón de toda teología, porque señala el punto ini-cial de toda reflexión de la fe sobre sí misma, y re-presenta su punto final como experiencia de la con-templación y la adoración e la figura divina. Pero enel centro de toda cristología está la afirmación: Je-sús es el Cristo, que expresa al mismo tiempo elinicio de la fe de la comunidad primitiva y su con-tenido. La teología fundamental debe hacer de lacristología su centro de atracción y el punto de re-ferencia ineliminable, si quiere ser plenamente unateología capaz de comunicar al hombre contem-poráneo el misterio de la salvación cristiana y sucredibilidad. Es importante entonces advertir la re-lación existente entre teología fundamental y teo-logía dogmática con respecto a la cristología, y verla especificidad de análisis que le corresponde a lafundamental».

Alfa y Omega

La Congregación vaticana para el Clero organizó la primera videoconferencia mundial sobre Jesucristo

Ordenadores encendidos; se habla de Jesús

El 29 de septiembre de 2001 pasará a la Historia como un día decisivo para elanuncio del Evangelio con los medios de comunicación: teólogos de los cincocontinentes ante miles de personas, conectadas por videoconferencia,hablaron sobre Cristo

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En las coordenadas del tiempo ydel espacio, el hombre tiene unameta trascendente que hay que

alcanzar a través de un recorrido quese desarrolla en la tierra y en la His-toria. Esta misión doble se está olvi-dando, y el hombre se está convir-tiendo en un tirano prepotente para losdemás posibles competidores, crean-do una sociedad fracturada y lacera-da por problemas como la no resolu-ción positiva de la inmigración, im-parable en esta aldea global». Son pa-labras del obispo de Salamanca yPresidente de la Comisión episcopalde Apostolado seglar, monseñor Brau-lio Rodríguez Plaza, en la sesión inau-gural de las XIII Jornadas sobre Teo-logía de la Caridad, que durante el finde semana pasado cuestionaron lasresponsabilidades y problemas reales de las personas implicadas enla inmigración en España. En la inau-guración participaron también el obis-po de Barbastro-Monzón y Presiden-te de la Comisión episcopal de Pasto-ral social, monseñor Juan José Omella,y el Presidente de Cáritas Española,don José Sánchez Faba.

Para abordar de manera integral lareflexión sobre este fenómeno, los 250participantes a las Jornadas contaroncon las aportaciones de tres expertosen temas de inmigración: don Barto-lomé Burgos, director del Centro deInformación y Documentación Afri-canas (CIDAF), el jesuita españolmonseñor Enrique Figaredo, obispode la diócesis camboyana de Batam-bang y profundo conocedor de la rea-lidad de los refugiados del sureste asiá-tico, y el obispo auxiliar de San Sal-vador (El Salvador), monseñor Gre-gorio Rosa Chávez.

En la primera ponencia, Los inmi-grantes en el origen, don BartoloméBurgos apuntó las causas de este fe-nómeno en el que confluyen norte ysur: «Ante la acumulación de rique-za, el envejecimiento de la población,una situación general de paz y de se-guridad, el respeto fundamental de losderechos humanos y la existencia deabundantes puestos de trabajo noatractivos para la población local»,que se dan en el norte, en el sur coin-ciden factores como «el empobreci-miento creciente, la explosión demo-gráfica, la inseguridad, los conflictosarmados y los abusos masivos de losderechos humanos». A ello se añaden

algunos elementos negativos más, co-mo el proteccionismo del que gozanlas mercancías de los países desarro-llados y la crisis de la deuda. El po-nente se refirió también al magisteriode la Iglesia sobre migración –unacuestión en la que coincidiría conmonseñor Figaredo–, en el que, re-cordó, se afirma que «los bienes crea-dos son para todos y todo ser humanotiene el derecho de usar de los bienesindispensables para tener una vida dig-na», y que «el derecho a emigrar llevaconsigo el derecho al trabajo sin serdiscriminado, el derecho a convivircon la propia familia, a conservar ydesarrollar el propio patrimonio étni-co, cultural y lingüístico, a profesarpúblicamente su religión y a organi-zarse en colectividades y grupos».

Refiriéndose al tema de las políti-cas de inmigración vigentes en laUnión Europea, el director del CIDAFafirmó que el denominador común detodas ellas es la integración de los emi-

grantes ya instalados, y el rechazo denuevas inmigraciones. Para el señorBurgos, «las soluciones que se impo-nen son de orden político y económi-co: cambios de las políticas del FMI ydel Banco Mundial, la condonaciónde la deuda, correcciones políticas ala globalización y al libre mercanti-lismo a ultranza; y elaborar un nuevoconcepto de ingerencia humanitaria,controlada por la ONU y llevada a ca-bo a través de instituciones locales pa-ra proteger a las poblaciones en peli-gro, intervenir contra las dictadurasdestructivas, el comercio ilegal de ar-mamento y en casos de emergenciapor catástrofes naturales».

El obispo de Batambang, monse-ñor Figaredo, coincidió en el diag-nóstico de las causas socioeconómi-cas de la migración, que completó,desde su personal experiencia en Cam-boya, con las razones políticas del asi-lo y del refugio. Abordó el tema dela acogida desde el punto de vista

evangélico y bíblico. La propia figurade Jesús de Nazaret está marcada porla impronta vital de la inmigración,que define su trayectoria desde la cu-na hasta su muerte, pasando por su in-fancia en el exilio de Egipto.

Imaginación de la caridad

El domingo 28, monseñor GregorioRosa Chávez, Presidente de CáritasCentroamericana y del Caribe y obis-po auxiliar de San Salvador –en su díaestrecho colaborador de monseñor Os-car Romero–, expuso su reflexión so-bre el tema Los inmigrantes y la inte-gración. Animó, apelando a la interpe-lación de Juan Pablo II en la Carta apos-tólica Novo millennio Ineunte, a activar«una nueva imaginación de la caridad,que promueva, no tanto y no sólo la efi-cacia de las ayudas prestadas, sino lacapacidad de hacerse cercanos y soli-darios con quien sufre, para que el ges-to de ayuda sea sentido no como li-mosna humillante, sino como un com-partir fraterno». Es esta nueva imagi-nación de la caridad el instrumento quenos puede permitir dar una respuestaplenamente humana al fenómeno de lainmigración, que «trae como conse-cuencia la convivencia inevitable dehombres y mujeres de distintas cultu-ras y religiones, que, fácilmente, hacesurgir barreras como la desconfianza,los prejuicios, el miedo».

«¿Cómo derribar esas barreras?»,se preguntaba monseñor Rosa Chá-vez; y responde: «Mediante el diálogoy la tolerancia. Decir esto en los tiem-pos que corren es casi una blasfemia.Por eso es un desafío a la imaginaciónde la caridad». El obispo auxiliar deSan Salvador se refirió al desafío pas-toral que entraña la acogida a los in-migrantes cuando éstos no son cris-tianos. «Aquí se planea un gran desa-fío a los países de antigua cristiandad–afirmó–; la respuesta tiene que serde acogida, diálogo, ayuda y fraterni-dad: se trata ni más ni menos que deldiálogo interreligioso, lo cual impli-ca el testimonio de la fe cristiana, laaceptación mutua de las diferencias yel respeto profundo a la fe del otro».Se trata de una exigencia, la de la li-bertad religiosa, que, como recordó,«es fundamental en la doctrina del Va-ticano II, y en el reciente Sínodo casise le puso al nivel del respeto a la vi-da».

Sobre el ámbito estatal español,los participantes en las Jornadas hancriticado algunos aspectos de la Leyde Inmigración, que contempla al in-migrante como fuente de mano deobra barata y aborda el problema dela inmigración desde una óptica exce-sivamente restrictiva.

Carmen María Imbert

Aquí y ahora Alfa y Omega 1-XI-2001 13

XIII Jornadas de Teología sobre la Caridad

Inmigrantes... y a mí, ¿qué?La capital charra se convirtió en el marco de la decimotercera edición de las Jornadas sobreTeología de la Caridad que organiza Cáritas cada cuatro años. Del 26 al 28 de octubre, y bajo eltítulo: Inmigrantes… y a mí, ¿qué?, Cáritas diocesana de Salamanca y Cáritas España reunieron aexpertos en cuestiones relacionadas con el tema de la inmigración, una cuestión con un pesoespecífico cada vez mayor en el conjunto de los programas de asistencia e inserción desarrolladospor las Cáritas diocesanas de toda España, que han tenido que adecuar sus respuestas a lascrecientes demandas sociales planteadas por los inmigrantes que llegan a nuestro país.

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Desde aquí, desde mi casa, pocopuedo hacer para evitar que losaviones surquen los cielos de Af-

ganistán, o que sus bombas golpeen la tie-rra, o que los soldados se batan cuerpo acuerpo entre sí, o que una amenaza mayore irreparable se cierna sobre el mundo en-tero. No puedo evitar físicamente que mue-ran inocentes ni que mueran culpables. Asíque he decidido que ésa no es mi guerra.Pero no me rindo a dejar de combatir. Nome rindo a que la vida sea amenazada, nime rindo a que esta vida sea el infierno,porque creo que ésta vida puede conver-tirse en el cielo. Por ello he decidido hacerla guerra del amor. Mi guerra es psicoló-gica, mental. He decidido que éste es elmomento que la Historia nos ofrece paraque cambien el hombre y el mundo. Noacudiré a manifestaciones en las que seodia a buenos y malos que hacen la guerray se pide el fin de la guerra sin proponer so-luciones a la maldad. El odio, por sí mis-mo, ya es guerra, porque no es amor. Porello he decidido hacer la guerra del amor.(¡Qué fácil es decir guerra y qué miedonos da decir amor!)

Ben Laden y los suyos no necesitan másodio, porque un incendio no se puede apa-gar con fuego. He decidido que ha llegadoel momento de hacer uso de la razón, y desorprender a los que odian, amándolos. Hedecidido dejar de caer en su trampa y dejarde alimentarlos y fortalecerlos. El hechode que mirar el periódico o el telediario yver el rostro de Ben Laden o de los suyosme produzca una grave quemadura en mimente y en mi corazón, se debe a que des-de allí, desde algún rincón escondido delas montañas de Afganistán, Ben Laden ylos suyos han enviado influencias negativasa todo el mundo. Ellos son los inteligentes,pero nosotros podemos ser los razonables.Odiar a Ben Laden y los suyos sólo les be-neficia a ellos, agranda el incendio y sa-

tisface estúpidamente mi propio orgullotraidor; no soluciona ningún problema yperjudica a la conciencia de la tierra y a lade todos los hombres. En lugar de pedir elfin de la guerra y de practicar el derecho ala libre expresión con la palabra y el actopasivo, prefiero quedarme en silencio, con-migo mismo o con un grupo de cientos omiles de personas y concentrar en la men-te un mismo pensamiento, una misma ora-ción: la del amor a los enemigos. (¿Quiéndijo esto tan razonable?) Echemos millonesde cubos de agua sobre el incendio.

Igual que Ben Laden y los suyos hanlogrado hacer llegar sus influencias nega-tivas a nuestra mente y nuestro corazóndesde tan lejos, nosotros también pode-mos hacerles llegar las nuestras. Ellos di-cen: ¡Odiadnos!, y su poder mental nosdomina, y los odiamos. Pero ahora cono-cemos ese poder, y nuestros pensamien-tos llevarán influencias positivas para con-trarrestar aquéllas, pero necesitamos que

miles, cientos y millones de personas ha-gan lo mismo a cada instante, diciendomentalmente... Te amo (sin necesidad decompartir sus atrocidades, por favor). ¡Quéinmenso daño hacemos a todos, y a noso-tros mismos, y a la tierra, y a la vida, cuan-do millones y millones de personas gene-ramos al mismo tiempo pensamientos devenganza, de muerte y de odio! Nuestrasconciencias hacen una gran conciencia, lade la Humanidad, y ésta, dejándose tocarpor el odio, es la que crea nuestra perdi-ción... aunque puede crear nuestra salva-ción. Sorprendámosles en nuestra guerrasilenciosa; ellos no esperan que los ame-mos; desarmémoslos. Mientras no poda-mos evitar otras guerras, hagamos noso-tros que esta guerra silenciosa, con el ar-ma del amor, sea la más efectiva, porquesólo ataca al objetivo concreto, y ademásno mata a nadie.

Es el momento de empezar a creer quela mente del hombre, al igual que ha con-seguido crear todo este caos actual, es máspoderosa que todo el potencial militar deun país como Estados Unidos. Con aguase vence al fuego, con vida se vence a lamuerte, y al odio se le vence con amor. Esuna guerra de energías. La energía del odiose ha materializado en aviones suicidas.Apaguemos el fuego con agua y ningunallama podrá quemarnos. Es preciso que laconciencia de cada uno se armonice conla energía que usamos para estar vivos,que se adapte a esa pureza y no la conta-mine con el desvarío de la mente incons-ciente arrastrada por el orgullo. Es la úni-ca manera de contribuir a la armonía de laconciencia de la Humanidad para que su-peremos, por fin, el límite entre la negati-vidad y la positividad. Salta a la vista quedurante 2.000 años, desde el primer toque,nuestra conciencia y nuestra evolución nose han desarrollado en la misma vibraciónque esa energía del amor que está en no-sotros mismos y que Dios nos ha regaladoen forma de vida, y de la cual hemos per-dido completamente la consciencia. ¡Yaes hora de respirar amor, de pensar en tér-minos de amor, de hablar de amor...! Yaes hora de pensar en lo de Ama a tus ene-migos... como dice el Nazareno.

Pablo Rivas Calvar

TestimonioAlfa y Omega14 1-XI-2001

Un buen amigo

Se llamaba Santiago, sumaba sólo 33 años y se ha ido. Todo el que lo conocía lo sentía amigo, porel amor que destilaba su presencia y su acompañamiento al enfermo, a cualquiera. Nada di-

charachero, ni especialmente dotado para relacionarse con facilidad, irradiaba paz su manera de vi-vir la fe cristiana, su modo de llevar la enfermedad, que le atacaba inmisericorde: el propio rostro he-cho bondad. Vivo ejemplo de cómo el dolor –que tantas veces, ¡ay!, hunde al hombre, al no encon-trarle sentido a ese tremendo misterio– puede engrandecer a otros –gozoso misterio– que, como San-tiago –poeta y religioso camilo él–, son capaces de salir fuera de sí para compartir el sufrimiento delos otros, único modo que tiene el ser humano –dada su textura social– de seguir adelante.

Era de esas personas que no ocupan espacio –parece– y que, cuando se van, no dejan vacío –síancha pena por su pérdida–, porque el aura de amor que le envolvía, la deja aquí, con todos aque-llos a quienes cuidó, con todos a los que escuchó, sereno, sin otra ambición –en medio de tanta am-bición torpe– que hacerse sentir hermano del otro.

No le gustaba que se hablase de él. Pero, en estas páginas que frecuentaba, seguro que sí.

Manuel Gómez Ortiz

La fuerza del perdón a los enemigos

... como dice el Nazareno

... como dice el Nazareno

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El Día del Señor Alfa y Omega 1-XI-2001 15

Qué jovial y campechano era Je-sús! ¡Qué capacidad la suyay qué simpatía para ganarse

a las gentes! ¡Ojalá fueran hoy así laIglesia y los curas! Tales pueden serlos comentarios al leer el evangelio deeste domingo: Jesús se va a comer conel pecador, no le importa saltarse lasbarreras. Y es verdad: Jesús se saltóalgunas barreras; pero sería un errorver en su conducta únicamente el fru-to de su simpatía o jovialidad, juz-gando su manera de comportarse con

los pecadores por lo que hoy se llevaen nuestra sociedad, que tiende a la ho-mologación de todo, porque cualquiercomportamiento moral se justifica sinmás en el mundo pluralista en que valetodo.

Debemos saber que por pecadoresse entendía, en el ambiente de Jesús,no sólo los hombres y mujeres que des-preciaban notoriamente los manda-mientos de Dios, sino también aque-llos que ejercían profesiones despre-ciadas, de las que se pensaba que lle-

vaban necesariamente a la inmorali-dad o a la injusticia: jugadores de da-dos, prestamistas, cobradores de im-puestos como Zaqueo (los llamadospublicanos), e incluso los pastores. Elevangelio, cuando habla de pecado-res, se refiere, pues, no sólo a hom-bres de mala conducta, sino a aquelloscuya profesión estaba proscrita. Perohay más: en la piedad judía de la épo-ca casi era un deber mantenerse sepa-rado de tales gentes. Y no porque losfariseos o el judaísmo desconocieran lamisericordia de Dios, sino porque pen-saban que esa misericordia estaba re-servada al justo. ¿Y al que se convertíade sus pecados? También, pero enton-ces ya es justo. Lo que sucede es queesa clase de hombres –pensaban losfariseos– es imposible que se convier-ta, porque eso entrañaba el abandonode su profesión y la obligación de res-tituir lo robado más un quinto. ¿Y có-mo podía saber un publicano o un pas-tor a quiénes y en qué cantidad habíaestafado?

Ahora comprendemos el motivo delescándalo que producía la conducta deJesús: Él llama, por ejemplo, a publi-canos a su seguimiento, y anuncia queDios se ocupa de los pecadores. ¡Ah! Y

no olviden que en Oriente, incluso hoy,el comer juntos y la comunidad de me-sa significaba concesión de paz, her-mandad y perdón. En una palabra, co-munidad de vida. Para un fariseo esoera la destrucción de toda ética. ¿Y pa-ra nosotros? Para Zaqueo, como paraotros muchos, la conducta de Jesús sig-nificó la llegada de la salvación. Su go-zo lleva a repartir la mitad de sus bienesentre los pobres. Un agradecimientoque los fariseos no conocían.

+ Braulio Rodríguez PlazaObispo de Salamanca

XXXI Domingo del tiempo ordinario

El evangelio y los pecadoresEvangelio

En aquel tiempo en-tro Jesús en Jericó yatravesaba la ciu-

dad. Un hombre llamadoZaqueo, jefe de publicanosy rico, trataba de distinguirquién era Jesús, pero lagente se lo impedía, por-que era bajo de estatura.Corrió más adelante y sesubió a una higuera paraverlo, porque tenía que pa-sar por allí. Jesús, al llegara aquel sitio, levantó losojos y dijo: «Zaqueo, bajaen seguida, porque hoy ten-go que alojarme en tu ca-sa».

Él bajó en seguida, y lorecibió muy contento. Alver esto, todos murmura-ban diciendo: «Ha entradoa hospedarse en casa de unpecador». Pero Zaqueo sepuso en pie, y dijo al Se-ñor: «Mira, la mitad de misbienes. Señor, se la doy alos pobres; y si de algunome he aprovechado, le res-tituiré cuatro veces más».Jesús le contestó: «Hoy hasido la salvación de esta ca-sa; también éste es hijo deAbrahán. Porque el Hijodel hombre ha venido abuscar y a salvar lo que es-taba perdido».

Lucas 19, 1-10

Ilustración del pasaje evangélico de Zaqueo. Arte copto

El máximo enigma de la vida humana es la muerte. El hombre sufre con el dolor y con la disolución pro-gresiva del cuerpo. Pero su máximo tormento es el temor por la desaparición perpetua. Juzga con ins-

tinto certero cuando se resiste a aceptar la perspectiva de la ruina total y del adiós definitivo. La semilla deeternidad que en sí lleva, por ser irreductible a la sola materia, se levanta contra la muerte. Todos los es-fuerzos de la técnica moderna, por muy útiles que sean, no pueden calmar esta ansiedad del hombre: laprórroga de la longevidad que hoy proporciona la biología no puede satisfacer ese deseo del más allá quesurge ineluctablemente del corazón humano.

Mientras toda imaginación fracasa ante la muerte, la Iglesia, aleccionada por la Revelación divina,afirma que el hombre ha sido creado por Dios para un destino feliz situado más allá de las fronteras de lamiseria terrestre. La fe cristiana enseña que la muerte corporal, que entró en la Historia a consecuenciadel pecado, será vencida cuando el omnipotente y misericordioso Salvador restituya al hombre en la sal-vación perdida por el pecado. Dios ha llamado y llama al hombre a adherirse a Él con la total plenitud desu ser en la perpetua comunión de la incorruptible vida divina. Ha sido Cristo resucitado el que ha gana-do esta victoria para el hombre, liberándolo de la muerte con su propia muerte. Para todo hombre que re-flexione, la fe, apoyada en sólidos argumentos, responde satisfactoriamente al interrogante angustioso so-bre el futuro del hombre, y al mismo tiempo ofrece la posibilidad de una comunión con nuestros mismosqueridos hermanos arrebatados por la muerte, dándonos la esperanza de que poseen ya en Dios la vidaverdadera.

Constitución Gaudium et spes, 18

Esto ha dicho el ConcilioEsto ha dicho el Concilio

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l Greco ha logrado plasmar en su obra maestra, El Entierro del Señor de Orgaz (1586), esta impresionan-te verdad de la vida del hombre: ha conseguido en esta obra cumbre de la pintura universal transmitirnos lafe de la Iglesia en la vida eterna; ha sabido introducirnos con maestría en el misterio del hombre, que, abier-to a los dones de arriba, es elevado en el momento de su muerte a lo más alto de la gloria.

El personaje histórico al que se refiere este cuadro es don Gonzalo Ruiz de Toledo, Señor de la villa deOrgaz (un pueblo a 40 kilómetros al sur de Toledo). Noble influyente en la corte del rey Sancho IV, notariomayor del reino, alcaide de la ciudad de Toledo, consejero de la reina viuda María de Molina, ayo del rey ni-ño Alfonso XI. Caballero cristiano, fundador del monasterio de san Esteban de los padres agustinos en To-ledo, restaurador de las iglesias de Santo Tomé y de los Santos Justo y Pastor de la ciudad, fundador del hos-pital de San Antón para la enfermedad del fuego. Murió el 9 de diciembre de 1323. Había dotado la iglesiade Santo Tomé y su fiesta con limosnas para el culto y para los pobres.

Cuando iba a ser enterrado en esta iglesia, bajaron del cielo san Agustín y san Esteban, que con sus pro-pias manos lo depositaron en el sepulcro, mientras una voz del cielo decía: «¡Tal galardón recibe quien a Diosy a sus santos sirve!» Quisieron premiarle estos santos la devoción que por ellos sintió en su vida. Y es quelos santos son nuestros hermanos mayores con los que ya desde esta vida podemos mantener una amistad quenos beneficia.

El sepulcro de este caballero cristiano se convirtió enseguida en lugar de devoción de los fieles. Situadoen el último rincón del templo, expresión de la humildad del siervo de Dios, con el paso de los años, quisoser honrado por el párroco Andrés Núñez de Madrid, que reconstruyó la capilla de su enterramiento, la co-ronó con una cúpula, dignificó el lugar y encargó al mejor pintor del momento la que ha resultado obramaestra de El Greco, en el año 1586. Detrás de esta obra de arte hay una vida, hay una historia de amor queha traspasado los siglos.

El cuadro representa en su parte inferior un cortejo de caballeros y nobles que acuden al entierro. Enestos personajes hay lágrimas y dolor, pero no desesperación ni rabia. Predomina la serenidad ante la muer-te que brota de un corazón creyente. Todos ellos nos invitan también a nosotros a afrontar la muerte con lasmismas actitudes. En medio de todos ellos, san Agustín y san Esteban, bajados del cielo, que con toda ter-nura depositan el cadáver de don Gonzalo en un sepulcro que ahora ha quedado visible a todo visitante.Destaca la armadura del noble caballero, en cuya pechera se refleja el busto de san Esteban. Destacan las ri-cas ropas litúrgicas. En la ropa de san Estaban, la representación de su martirio. En la de san Agustín, san-ta Catalina, san Pablo y Santiago. El Greco nos mira de frente. A su lado el conde de Orgaz de esta época,don Juan Hurtado de Mendoza y Guzmán, caballero de la Orden de Santiago. El párroco de espaldas, estu-pefacto por el acontecimiento, luce una sobrepelliz que le da pie a El Greco a lucir su maestría en la técni-ca de la transparencia. A la izquierda dos frailes: un franciscano y un agustino (fray Luis de León?) dialo-gan desde la fe sobre lo que contemplan sus ojos. Debajo un niño: Jorge Manuel, hijo de El Greco, en cu-yo pañuelo lleva la firma de su padre. Francisco de Pisa, Diego de Covarrubias, y otros retratos de personajesde la época. Seis antorchas, símbolo de la fe, iluminan la escena.

En el centro, un ángel lleva en sus manos el alma de don Gonzalo hasta la presencia de Cristo juez mi-sericordioso. Ese tránsito es presentado como el trance de un parto, donde el alma atraviesa un recinto estrechoa manera de útero materno. María actúa de comadrona, ocupada en la hora estrecha de nuestra muerte de es-te trance doloroso y esperanzador. El alma va a ser dada a luz, es decir, va a ser iluminada definitivamentecon la luz de Cristo que saciará su corazón para toda la eternidad. Jesucristo, con rostro amable y miseri-cordioso, indica con elegancia al apóstol Pedro que abra las puertas del cielo. Los ángeles rodean al Juez queha de venir a juzgar a vivos y muertos. En primera fila como intercesores, san Juan Bautista, san Pablo y San-tiago, los tres mártires degollados. Los mártires ocupan la primera fila en el reino de los cielos, porque nosmuestran la heroicidad del amor. En el grupo de los santos, aparece incluso Felipe II, que no había muertoaún.

Para el hombre de nuestro tiempo, este cuadro es como un grito de esperanza, una proclamación bellísi-ma de las verdades del hombre en el momento final de dejar este mundo: Jesucristo juez misericordioso quenos espera para darnos su reino, María madre que nos acompaña especialmente en la hora de la muerte,los santos a cuya familia pertenecemos, el sacramento del Orden (obispo, presbíteros, diácono) como garantíade la sucesión apostólica y de la obra redentora de Cristo, los ángeles que adoran a Dios y están a nuestro ser-vicio, la actitud creyente de los personajes que son testigos de la sorpresa de lo divino y asisten con la serenidadante la muerte, la dignidad del cuerpo humano que es enterrado como el grano de trigo a la espera de su re-surrección.

Estamos ante «la más bella expresión de la escatología católica», ha dicho el cardenal Ratzinger. Estamosante «la obra más ingeniosa del espíritu humano» decía Einstein. Estamos ante la mejor expresión artísticadel espíritu católico de la Reforma, de la época de Cervantes y Lope de Vega, de san Juan de la Cruz y de san-ta Teresa, del Siglo de Oro español.

Demetrio FernándezPárroco de Santo Tomé, Toledo

RaícesAlfa y Omega16 1-XI-2001

El Entierro del Señor de Orgaz

El Entierro del Señor de Orgaz

ELa muerte ha sido vencida. Cristo

glorioso y resucitado nos espera

en el cielo para darnos parte en su

victoria. Él es todo luz, carne lumi-

nosa que ilumina el misterio del

hombre. Jesucristo ilumina el mis-

terio de la muerte con la luz de una

vida feliz más allá de este límite

temporal. También nuestro cuerpo,

que se rompe, será reconstruido

para el gozo eterno, nuestra carne

resucitará, por eso es enterrada

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Raíces Alfa y Omega 1-XI-2001 17

Durante casi 300 años estuvo expuesto el sepulcro del Señor de Orgaz, sin existir el cuadro. Sin embargo, una vez realizado el lienzo, el sepulcro se tapó, y quedó en el olvido durante más de 400años. El hallazgo del sepulcro tuvo lugar a raíz de un responso que un día de los difuntos acudió el párroco a rezar en la capilla funeraria que aloja el cuadro del Greco. Muchos feligreses desconocían que allí realmente se encontraba el sepulcro del don Gonzalo Ruíz de Toledo, señor de Orgaz. El pasado mes de marzo se halló el sepulcro y los restos de ocho cuerposidentificados por los investigadores como los del conde de Orgaz y su familia. Ahora, por iniciativa del actual párroco de Santo Tomé, se expondrán por primera vez el cuadro y el sepulcro juntos,subrayando el sentido originario de la pintura. Actualmente, la parroquia está preparando un montaje audiovisual que transmita el mensaje de la vida y de la muerte del Conde de Orgaz

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Benjamín R. Manzanares

El Congreso Católicos y vida pública cele-brado durante el pasado fin de semana hacontado, en ésta su tercera edición, con una

importante novedad: la retransmisión en directo,a través de internet, de las cinco ponencias marcoy de la clausura. Los asistentes on-line pudieronformular preguntas a los ponentes. Ha sido nume-rosa y activa la participación de los congresistas,que han aportado sus puntos de vista a través delas ponencias y de las 126 comunicaciones pre-sentadas. 800 congresistas asistentes y cerca de300 congresistas on-line, con 74 ponentes y parti-cipantes de mesas redondas, y con un Comité Or-ganizador formado por más de 200 personalidadesde los diferentes ámbitos de la vida pública espa-ñola, entre las que se encuentran 30 políticos y eu-rodiputados, 44 directores y responsables de mediosde comunicación y 26 académicos, testimonian eléxito y la incidencia del Congreso. Fue inauguradopor el Nuncio de Su Santidad, monseñor ManuelMonteiro de Castro, quien recordó cómo «todosestamos llamados a construir desde nuestra fe elmundo globalizado por los medios de comunica-ción, para hacer un mundo más solidario y másjusto», y señaló que tanto la Iglesia como los me-dios de comunicación deben servir a la familia hu-mana. «El comunicador cristiano –añadió– tieneuna tarea profética de clamar contra el materialis-mo, el hedonismo y el nacionalismo extremo, y di-fundir valores morales basados en la dignidad ylos derechos humanos».

En la misma sesión inaugural, el Presidente de laFundación Universitaria San Pablo-CEU, don Al-fonso Coronel de Palma, sostuvo que «no podemosvivir de espaldas a la sociedad de la información», einsistió en que «los hombres y las noticias nuncapueden ser mercancías». Mostró su deseo de que es-te Congreso anual se convierta «en un foro de en-cuentro, un lugar de vivencia pública de la fe católi-ca, en el que aprendamos a mirarnos bien los unos alos otros; un lugar para escucharnos y fomentar eldiálogo recíproco». Abogó por «romper la dualidadentre vida privada y pública, y fomentar una mayorparticipación de los católicos en la vida pública». Elseñor Coronel de Palma destacó cómo el Congreso hasido pro-positivo y ha insistido en la «necesidad de irde una sociedad de la información a una del conoci-miento, donde juega un papel fundamental la for-mación humanística y la libre elección, para poder se-leccionar con criterio la información que se recibe».

¿Qué hacer con la información?

La magistral conferencia inaugural, El hombreante la sociedad de la información, corrió a cargo delex Rector de la Universidad de Navarra don Ale-jandro Llano, quien animó a participar activamenteen la sociedad actual y a no hacer una división entrela vida privada y pública de cada individuo. Desta-có, asimismo, la diferencia entre «la sociedad de lainformación y la sociedad del saber. La informaciónes algo externo, frente al conocimiento, que es unaactividad vital, un crecimiento interno». Por eso,«la información sólo tiene valor para el que sabe

qué hacer con ella: dónde buscarla, cómo seleccio-narla y cómo utilizarla». Calificó de «debilidad no-toria del catolicismo español de las últimas déca-das» su «anorexia cultural, su escasa sensibilidadpara las cuestiones ideológicas y su menguada agi-lidad para participar en la vida filosófica, científica,artística y literaria de nuestro país». El profesor Lla-no, catedrático de Metafísica, destacó que, actual-mente, «el eje decisivo se encuentra entre lo huma-no y lo no humano; lo humano del humanismo cívicoes el desarrollo de la persona en toda su envergadu-ra cultural y social, mientras que lo no humano, quese opone al humanismo cívico, es la masificaciónalienante del individuo irresponsable que ya no sa-be dónde está la fuente de una identidad en la que elfactor religioso juega un papel clave».

Don Alfonso López Quintás, académico de laReal Academia de Ciencias Morales y Políticas, de-nunció que «ante la masiva manipulación que sufrenuestra sociedad, la solución pasa por que los jóve-nes conozcan más acerca de lo que es exactamentela manipulación y cómo hacerle frente». Don DiegoArmario, director adjunto a la presidencia del Insti-tuto de Crédito Oficial, declaró que, aunque existe lapluralidad informativa, «los medios de comunica-ción tradicionales están sometidos al control ideo-lógico, pero no ocurre lo mismo con Internet, yaque esta nueva tecnología no está sometida a estecontrol».

La segunda jornada comenzó con la conferenciadel Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de laPontifica Universidad Católica de Chile, el profe-sor Pedro Morandé. Analizó el papel del hombre enla sociedad de la información, y afirmó que «la pre-gunta sobre el sentido del hombre no procede de lainformación; sabemos mucho sobre cada a uno denosotros, biológicamente y antropológicamente, pe-ro la información en sí no nos la da el saber en sí;buscamos la sabiduría y la sabiduría sólo procededel sentido religioso. Sólo la libertad de la inteli-gencia puede ser la esperanza para el mundo». Hayque apostar por la conciencia humana, que «no pue-de separar o aislar la inteligencia de la condiciónhumana, la cual determina propiamente el qué y elpor qué del aprendizaje. Reducir la finalidad del

EspañaAlfa y Omega18 1-XI-2001

Gran éxito del III Congreso Católicos y vida pública

De la sociedad de la información,a la del conocimiento

El pasado domingo fue clausurado el III Congreso Católicos y Vida pública,dedicado este año a los Retos de la nueva sociedad de la información,organizado con gran éxito por la Fundación Universitaria San Pablo-CEU en Madrid, durante los pasados días 26, 27 y 28 de octubre

El Nuncio Apostólico presidió la apertura del Congreso

El profesor Morandé durante su ponencia

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proceso educativo a la fórmula aprender a apren-der implica censurar en la inteligencia humana aque-llo que, en última instancia, es lo único que le inte-resa saber: qué sentido tiene estar en la existenciay cómo se armoniza este sentido con el significadode todo lo que existe».

Uno de los aspectos más abordados durante elCongreso ha sido el de la necesidad de pasar de la so-ciedad de la información a la sociedad del conoci-miento, de la educación y de la formación, para queel hombre pueda mejorar y aumentar su capacidad depercepción, recepción y selección de la informa-ción, en base a unos criterios morales. Respecto alos medios y profesionales, se ha resaltado la im-portancia de buscar la verdad, ya que, aunque es devital importancia la rentabilidad empresarial, éstano debería de ir en perjuicio de los contenidos in-formativos. Es lo que, en concreto, afirmó don Al-fonso Sánchez Tabernero, Decano de la Facultad deCiencias de la Comunicación de la Universidad deNavarra, denunciando lo que para él es una falacia:«No es verdad que los medios de comunicación emi-tan y publiquen lo que la audiencia pide, sino que lasempresas de comunicación utilizan criterios de ren-tabilidad; por eso producen lo que resulta más barato,aunque una audiencia mayor desee una calidad su-perior en la programación. Si pensamos a largo pla-zo, podemos compatibilizar la responsabilidad eco-nómica con el afán de servir».

En su intervención, don Genaro González delYerro, Director General de la Cadena COPE, des-tacó que «las empresas de comunicación tienen quecombinar la creación de valor con la defensa de mo-delos de sociedad»; es importante que tengan «unaclara finalidad cultural», que permita «incidir en laformación de hombres críticos para que sean libres».

El director del Ente Público Radio Televisión deMadrid, don Francisco Giménez-Alemán, aseguróque «vamos hacia una sociedad donde todo está ala vista y sometido al dictamen de la opinión públi-ca. Los responsables delos medios de comunica-ción no podemos ignorarque tenemos una máqui-na de creación de opi-nión, por lo tanto nues-tros argumentos exigenrigor, y los datos queaportemos, precisión».En opinión de doña Con-suelo Álvarez de Toledo,consejera de RTVE, «seha incumplido el com-promiso de la creacióne implantación del Con-sejo Audiovisual, lo quellevaría a una mayor par-ticipación de los agentes sociales».

En esta complicada situación, juega un papel fun-damental la educación familiar. Para doña IsabelTocino, presidenta de la Comisión de Asuntos Ex-teriores del Congreso de los Diputados, es muy im-portante «educar a las nuevas generaciones. Losnuevos jóvenes del futuro tienen que ser libres, pe-ro también responsables, y con el suficiente crite-rio para saber discernir lo positivo y lo negativo delo que ofrecen los medios de comunicación».

En su conferencia del sábado por la tarde, el se-nador y catedrático de Opinión Pública, de la Uni-versidad San Pablo-CEU, don Alejandro Muñoz-Alonso, afirmó que «los medios de comunicaciónson el principal mecanismo de socialización de lasnuevas generaciones, porque transmiten mensajesy modelos de socialización. Han desbancado así a lafamilia y al Estado, instituciones que jugaban tra-dicionalmente ese papel». Para el senador, «en Es-paña los medios están sometidos a un proceso depolitización, se convierten en un campo de batalla po-lítico y pierden independencia». Añadió que «no

hay democracia sin medios libres», denunció la au-sencia de crítica de los medios, y abogó por una ins-titución «que critique constantemente a los mediospara que se produzca un reciclaje ético de los pro-fesionales. El buen periodista es el que reflexionay procesa la información que le llega».

Don Carlos Maribona, subdirector de ABC, afir-mó cómo hoy se considera información real, ver-dad, lo que «se reproduce con frecuencia en los me-dios de comunicación». Sin embargo, «no son losmedios de comunicación los que tienen que acabarcon el terrorismo, los malos tratos o las desgracias,

sino la propia socie-dad, ya que los me-dios sólo son un me-ro espejo de la so-ciedad». Otra cosaes «la forma que re-fleje la luz este es-pejo».

Para don RamónPi, periodista, «enmuchas ocasionesno se debe de con-fiar de lo que se diceen los medios, por-que están influen-ciados por todo loque les rodea, lo que

provoca que, en ocasiones, los medios de comuni-cación son inadecuados para la función que se lespresupone. Sin embargo, «hoy la ocultación de laverdad sucede menos de lo que se piensa, porque,con esta gran capacidad de la información, la verdaden poco tiempo se sabrá. La verdad siempre tiende aabrirse camino».

La última jornada empezó con la celebración eu-carística presidida por el cardenal Rouco Varela.Extrañamente, y a pesar del interés demostrado conmucha antelación por los organizadores del Con-greso, los responsables del espacio dominical ElDía del Señor, de TVE, no consideraron oportunoretransmitir la Eucaristía, culminación de este Con-greso. El cardenal Rouco afirmó que «existe una es-trecha relación entre el fiel laico y el Evangelio, enla vida pública»; y exhortó a todos a «ser testigosen la vida pública del Evangelio, que transforme larealidad. La vida pública y el Evangelio tienen comofinalidad la salvación del hombre». El arzobispo deMadrid explicó, además, que una de las últimas con-clusiones del Sínodo de los Obispos, que se clau-

suró el sábado en Roma, fue precisamente este tema:«Proponer la vocación del seglar en su vida pública;que éste la asuma con fortaleza, verdad, gozo y es-peranza». En palabras del cardenal, «el Evangelio esla buena noticia que debe difundirse, tiene una vo-cación completamente pública. El Evangelio es pa-ra proclamarlo desde los tejados, no para gozarloen una pequeña habitación. Debe impregnar toda larealidad pública, social, política y económica. Paralograr los retos de la sociedad de la información,los seglares deben tener fe, esperanza y caridad. Elperiodista católico debe vivir como testigo de la fe ydebe situarse como gran servidor del hombre en to-dos los aspectos de la vida».

El ministro de Política Comunitaria de Italia, pro-fesor Rocco Buttiglione, clausuró este Congreso Ca-tólicos y vida pública. Afirmó que «la cuestión másdecisiva de la sociedad de la información es la de laverdad, porque el hombre necesita comunicar, pero lacomunicación tiene un contenido, y ese contenido, oes verdadero, o está equivocado. Cuando está equi-vocado, no puede fundar juicios justos y no se puedentomar decisiones justas. El problema de la demo-cracia es hacer que se conozca la verdad. El puebloescoge bien cuando conoce la información veraz, yésta es la esencia fundamental para que las demo-cracias occidentales sigan viviendo». Vivimos enuna sociedad con «exceso de información y con po-cos criterios de juicio. El exceso de comunicaciónconverge en comunicación sin contenido. No pode-mos clasificarla ni distinguir la verdad de la false-dad, ni entender cuál es la información que necesi-tamos. La sociedad de la información se transforma,así, en sociedad de la desinformación». Para el pro-fesor Buttiglione, «la sociedad de la información co-rre el riesgo de convertirse en la sociedad del cotilleo.Hay más cosas en la vida y en el mundo que las quedan de sí un cabaret o en una retransmisión de GranHermano». Destacó, por último, que «la sociedadde la información necesita una formación universitariafuerte para permitir procesar el contenido de los me-dios. Necesitamos una política educativa que de-fienda la vocación humanística de la Universidad.La tarea de la Universidad no es preparar a los jóve-nes para el trabajo –para eso están las empresas–,sino para enseñarles a pensar con juicio crítico. Ur-ge una política de comunicación y de medios de co-municación que defienda al ser humano contra todotipo de comunicación deshumanizante». Las televi-siones –dijo también– deben recordar «su funciónde servicio público».

España Alfa y Omega 1-XI-2001 19

El profesor y ministro italiano Rocco Buttiglione, en la conferencia de clausura

«Es preciso romper la dualidadentre vida privada y pública,

y fomentar una mayorparticipación de los católicos

en la vida pública»(Alfonso Coronel de Palma)

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MundoAlfa y Omega20 1-XI-2001

Jesús Colina. Roma

Después de las polémicas más o menos es-quematizadas bajo etiquetas ajenas a la Igle-sia (izquierdas y derechas, progresistas y

conservadores...), con las que se trató de presentar losencuentros y reuniones eclesiales tras el ConcilioVaticano II, el Sínodo de los Obispos, que concluyóel sábado pasado, ha constituido una prueba de queestos esquemas y planteamientos, definitivamente,han dejado de tener peso en la Iglesia católica.

Desde las primeras intervenciones hasta las úl-timas proposiciones presentadas, entre el 30 de sep-tiembre y el 26 de octubre, por los 280 padres si-nodales, independientemente de su origen geográficoo de sus sensibilidades teológicas, la palabra másrepetida en absoluto ha sido comunión.

El primero en hacer pública esta constatación fueel mismo Juan Pablo II, al presidir la concelebra-ción eucarística conclusiva, asegurando, al igual quelos participantes en la asamblea sinodal, que «lafuerza de la Iglesia está en la comunión, su debilidadestá en la división y en la contraposición». La frasese encontraba ya en el Documento de trabajo (Ins-trumentum laboris) de las sesiones y fue subraya-da hasta en las conclusiones.

«Sólo si se hace perceptible claramente una pro-funda y convencida unidad de los pastores entreellos y con el sucesor de Pedro, como también delos obispos con sus sacerdotes, podrá darse una res-puesta creíble a los desafíos que provienen del actualcontexto social y cultural», constató el Papa JuanPablo II en su homilía conclusiva.

El cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Con-gregación para la Doctrina de la Fe, al hacer un ba-lance sobre la asamblea sinodal, llega a una con-clusión análoga. «Ha sido un Sínodo muy cordial–aclara–. Quizás no ha habido grandes intuiciones ysorpresas: las ideas y los problemas son conocidos,nada de sorprendente. Me da la impresión, sin em-bargo, de que se ha llegado a un gran entendimien-to y a una profunda colegialidad, forjados en estos úl-timos veinte años. He participado en los Sínodosdesde 1977 y he vivido Sínodos con tensiones muyfuertes. Haciendo una comparación entre este Sí-nodo con el fermento de los años que siguieron alConcilio, se puede constatar una tranquilidad, quenos dice que nos encontramos con una nueva gene-ración que ha asimilado el Concilio y busca los ca-minos para una nueva evangelización».

A inicios del Sínodo, como el mismo Santo Padrehabía propuesto en su Carta apostólica para iniciosde milenio, se preveía un debate sobre la colegiali-dad, es decir, sobre las relaciones entre Papa, Curiaromana, Conferencias Episcopales y obispos. El te-ma se puso sobre el tapete de la discusión, desde laperspectiva de la comunión. Algunos vaticanistasprofetizaron la rebelión de algunos episcopados,especialmente de algunos países de Europa. La rea-lidad ha sido, y es, muy diferente. Los representan-tes de Alemania, Francia o Bélgica insistieron, ensus conclusiones por grupos de trabajo, en que, en laIglesia católica, no puede haber colegialidad sin elPapa, ni sin aceptar la autoridad del Papa.

El Mensaje final del Sínodo, hecho público elviernes pasado, hizo esta propuesta: «La colegiali-

dad, al servicio de la comunión, se refiere al Colegiode los Apóstoles y de sus sucesores, los obispos,unidos estrechamente entre ellos y con el Papa, su-cesor de Pedro. Siempre y en todas partes, ellos en-señan conjuntamente la misma fe con un carismacierto de verdad».

«Comunión y colegialidad, plenamente vividas,concurren para el equilibrio humano y espiritual delobispo, y favorecen la gozosa irradiación de la es-peranza de las comunidades cristianas y su entu-siasmo misionero», concluye el texto aprobado pormayoría aplastante.

Cinco rasgos claros

El primer Sínodo de los Obispos sobre el obispoque celebra la Iglesia ha perfilado, en cinco rasgos,la figura del obispo del nuevo milenio: debe ser san-to; pobre con los pobres; tiene que vivir en comunióncon el resto de la Iglesia; ser vigía y profeta de laverdad; artífice de la unidad: en definitiva, misio-nero. Los cinco trazos aparecen en el mensaje final.Al referirse al primero, una vida santa, insiste enque «una forma muy actual de la santidad, que ne-cesita el mundo, es esta apertura a todos que es ca-racterística distintiva del obispo, en la paciencia y enla audacia de dar razón de la esperanza».

La pobreza de vida es la segunda virtud que elSínodo pide al obispo: «Así como existe una po-breza que aliena, y que es necesario luchar para li-berar de ella a los que la padecen, también puedehaber una pobreza que libera y potencia las energí-as para el amor y para el servicio, y es esta pobrezaevangélica la que intentamos practicar», afirma elMensaje sinodal. De hecho, según los obispos, «elobispo es el padre y el hermano de los pobres. No de-

be dudar, cuando es necesario, en hacerse portavozde los que no tienen voz, para que sus derechos se-an reconocidos y respetados».

En tercer lugar, la Asamblea pidió a los 4.390obispos del mundo que vivan su ministerio en «co-munión y colegialidad» con los demás «obispos,unidos estrechamente entre ellos y con el Papa, su-cesor de Pedro».

En un mundo relativista, el Sínodo ha insistidoen afirmar que el obispo debe ser vigía y profetade la verdad, para «alertar a su pueblo acerca delas distorsiones que amenazan la pureza de la es-peranza cristiana». El sucesor de los apóstoles, hoy,debe «oponerse a todo eslogan o actitud que, pre-tendiendo reducir a nada la cruz de Cristo, vela a lavez el verdadero rostro del hombre y su vocaciónsublime de criatura, llamada a compartir la vidadivina».

Tras insistir en la urgente necesidad de que elobispo sea hoy artífice de la unidad en su diócesis(entre sus sacerdotes, religiosos, parroquias, movi-mientos, pequeñas comunidades, servicios de for-mación o de caridad...), el Mensaje final concluyepresentando al pastor de la diócesis como auténticomisionero, que «no es otra cosa que anunciar a todosel designio salvífico de Dios, celebrar su misericor-dia, comunicándola por los sacramentos de la vidanueva, y enseñar su ley de amor atestiguando su pre-sencia todos los días hasta el fin del mundo».

En el Sínodo no se han dado rebeliones, ni afir-maciones efectistas capaces de hacerse espacio en lasprimeras páginas de los periódicos. De la Asam-blea, sin embargo, salen obispos misioneros, y aun-que esto no haya impresionado a los medios de co-municación, la importancia que este nuevo espíritutendrá, sin embargo, para la Iglesia será decisiva.

Concluye la Asamblea sinodal en Roma sobre la figura del obispo

«La fuerza de la Iglesia está en la comunión»

Un aspecto del Aula sinodal

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J. C. Roma

Los encargados de pasar el men-saje pontificio al Gobierno dePekín fueron los participantes

en el Congreso internacional, cele-brado el 24 y 25 de octubre en la Pon-tificia Universidad Gregoriana de Ro-ma, sobre Matteo Ricci (1552-1610),el misionero jesuita italiano que, haceexactamente 400 años (en 1601), sehizo chino con los chinos, para anun-ciar el Evangelio y transmitir el saberoccidental de la época al imperiooriental. El régimen comunista sigueinaugurando periódicamente monu-mentos y reconocimientos a este per-sonaje decisivo de su historia.

El Pontífice pide perdón, en parti-cular, por dos errores que cometieronlos católicos en China en siglos pasa-dos: en primer lugar, las disputas teo-lógicas sobre la inculturación del cris-tianismo en la cultura budista y deConfucio. El mismo Ricci, en procesode beatificación, fue objeto de estasdisputas. Adoptó, por ejemplo, la for-ma china de vestirse y ciertas cos-tumbres locales que suscitaron críti-cas de importantes exponentes de laIglesia. El respeto de las tradicioneschinas suscitó tremendos debates teo-lógicos que provocaron escándalo en-tre los chinos. En segundo lugar, elPontífice pide perdón por la protec-ción que buscaron cristianos chinosen Gobiernos coloniales europeos con-tra China. Entre 1898 y 1900, porejemplo, durante la revuelta de los Bo-xers, muchos cristianos defendieron

la presencia extranjera en el país. En1934 el Vaticano reconoció el Estadode Manchkuo, controlado por los ja-poneses.

«Pido perdón y comprensión aquienes se han sentido heridos de al-guna forma por estas maneras de ac-tuar de los cristianos –afirma el Pa-pa–. La historia nos recuerda, por des-gracia, que la acción de los miembrosde la Iglesia en China no ha quedadosiempre exenta de errores, fruto amar-go de los límites propios del espíritu yde la acción humanos, y ha sido con-dicionada además por situaciones di-fíciles, ligadas a acontecimientos his-tóricos complejos y a intereses polí-ticos en contraste».

«Siento profundo pesar por estoserrores y límites del pasado –recono-ce oficialmente el obispo de Roma–, yme disgusta que hayan generado enmuchos la impresión de una falta derespeto y estima de la Iglesia católicapor el pueblo chino, llevándole a pen-sar que se mueve por sentimientos dehostilidad en relación con China».

Tras pedir perdón, Juan Pablo IIconstata que los atentados del 11 deseptiembre demuestran la necesidadde crear nuevas relaciones de amistady colaboración entre pueblos, cultu-ras y religiones. Por este motivo pro-pone una nueva era de relaciones entreel catolicismo y China: «La Iglesia ca-tólica de hoy no pide a China ni a susautoridades políticas ningún privile-gio, sino únicamente volver a em-prender el diálogo para llegar a una

relación entretejida de recíproco res-peto y de conocimiento profundo».

«China debe saberlo –asegura elPapa–: la Iglesia católica tiene el vivopropósito de ofrecer, una vez más, unhumilde y desinteresado servicio parael bien de los católicos chinos y para elde todos los habitantes del país».

Aunque no hay fuentes oficiales,se calcula que son entre once y docemillones los católicos en China, de losque algo menos de la mitad formanparte nominalmente de la Asociaciónpatriótica china, una especie de Iglesiacontrolada por el régimen comunista.Los católicos clandestinos han sufridoen varias regiones una durísima re-presión en los últimos cinco años.

Pekín ha respondido al mensaje delPontífice poniendo dos condicionesal Vaticano para la normalización delas relaciones. El portavoz del Minis-terio chino de Asuntos Exteriores, SunYuxi, afirmó el jueves pasado que, pa-ra restablecer relaciones diplomáticascon Roma, Pekín plantea al Vaticanodos sorprendentes exigencias: romperrelaciones con Taiwán y que no utili-ce la religión como pretexto para in-tervenir en los asuntos interiores chi-nos. El régimen comunista se niega areconocer el derecho del Papa a nom-brar obispos. «En estos momentos es-tamos haciendo un examen en pro-fundidad del mensaje de Juan PabloII», señaló Sun, lo que podría indicarque Pekín no ha dado aún una res-puesta definitiva a la voluntad de re-conciliación expresada por el Papa.

Tras 23 años de difíciles relaciones, Juan Pablo II ha descubierto, en un gesto inesperado, su cartasecreta a Pekín, en nombre de la Iglesia católica, actualmente perseguida: ha pedido perdón porlos errores que han cometido sus hijos a lo largo de la historia de China

Juan Pablo II tiende la mano a China:

La valentía del perdón

Mundo Alfa y Omega 1-XI-2001 21

El caminode la paz

He acogido con profundatristeza las noticias de la

terrible violencia en la iglesiacatólica de Bahawalpur, enla diócesis de Multan, dondeun grupo de hombres arma-dos ha abierto fuego sobrelos cristianos reunidos enoración. Expreso la condenamás absoluta de este ulterioracto trágico de intolerancia yle pido que haga llegar sumás encarecido pésame alas familias de las víctimas aquienes encomiendo al Se-ñor. Manifiesto mi cercaníaen la oración a todos losafectados por este acto ma-ligno y, como prenda de con-suelo y fortaleza, invoco so-bre toda la comunidad lasbendiciones de Dios Todo-poderoso.

(A monseñor Francis,obispo de Multan)

Al finalizar el mes de octu-bre, durante el cual nues-

tra devoción mariana se hamanifestado con intensidadparticular en el rezo del Ro-sario para implorar al Señorla paz, confiamos de maneraespecial a la protección ma-terna de la Santísima Virgena la población de Afganistán:que se ahorren las vidas delos inocentes y que la comu-nidad internacional ayudecon prontitud y eficacia a tan-tos prófugos, expuestos a pri-vaciones de todo tipo, mien-tras nos adentramos en el in-vierno inclemente.

No podemos olvidar tam-poco a cuantos siguen pa-deciendo violencia y muerteen Tierra Santa. Que María,Reina de la Paz, ayude a to-dos a deponer las armas y aemprender resueltamentepor fin el camino hacia unapaz justa y duradera!

(28-X-2001)

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Dos católicos chicos en Pekín

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La vidaAlfa y Omega22 1-XI-2001

La dirección de la semana

Se acaba de fundar la primera Universidad del mundo especia-lizada en contenidos de defensa de la vida humana, que di-

fundirá su formación gratuitamente por Internet. Se trata de la Uni-versidad Libre Internacional de las Américas, con un total de 65profesores de 16 Universidades en 7 países, que desarrollarán sudocencia voluntariamente a través de la ULIA. Su objetivo es fun-damentar la defensa de la vida humana y dotar de los pertinentesconocimientos a quienes deseen orientar su actividad hacia la pro-moción de la dignidad de las personas, sin excluir a nadie.

http://www.ulia.org

Internethttp://www.ulia.org

Nombres propios

Más de 870 solicitudes, de las que han sido seleccionados 15alumnos, se presentaron este año a la 3ª edición del Máster en

Acción Política y Participación en el Estado de Derecho, co-orga-nizado por el Centro universitario Francisco de Vitoria, las Uni-versidades Rey Juan Carlos y Miguel Hernández, y el ilustreColegio de Abogados de Madrid.

Don Fernando Fernández Rodríguez, Presidente de AEDOS,y don Rafael Rubio de Urquía, catedrático de Teoría Económicay Presidente del Capítulo de Economía de AEDOS, presentarán pa-sado mañana, 3 de noviembre, el VII seminario Economía y co-munión, que se celebrará en Madrid, en la biblioteca de la Asocia-ción Católica de Propagandistas (calle Isaac Peral 58; inscripciones:Tel. 91 555 34 29), en colaboración con el Instituto de Humanida-des Ángel Ayala, la Fundación Universitaria San Pablo-CEU, laCátedra de Ciencias Sociales, Morales y Políticas de la UniversidadCatólica San Antonio, de Murcia, y el Instituto de InvestigacionesEconómicas y Sociales, del Centro universitario Francisco de Vitoria.

Artículos de Julián Marías, Josef Pieper, C. S. Lewis, y Al-fonso López Quintás, entre otros, han sido reunidos en home-naje al doctor Antonio Linage Conde, con ocasión de su 70 cum-pleaños, en una página (http://www.hottopos.com/4.htm) de pen-samiento cristiano. Don Antonio Linage es profesor de Historia delDerecho en la Universidad San Pablo, de Madrid, y un prestigiosomedievalista, autor de una Historia general de los benedictinos.

Juan Pablo II ha concedido el título honorífico de ProtonotarioApostólico al sacerdote burgalés don Feliciano Gil de las Heras,Decano del Tribunal de la Rota en Madrid.

Tiene lugar en Madrid, organizado por la Asociación de Univer-sitarias Españolas (ADUE), el ciclo El catolicismo en la Historia deEspaña, por el profesor don Luis Suárez. La primera parte del ci-clo, titulada Conformación de desarrollo de la monarquía españo-la, se impartirá en conferencias semanales que tendrán lugar ca-da miércoles durante los meses de noviembre y diciembre, en el Sa-lón de la Asociación (calle Alfonso XI, 4 - 6º. Tel. 91 521 14 02).

Monseñor Joseph Wang Yu-Jung, obispo de Tai Chung y Pre-sidente de la Comisión episcopal de Taiwán para la canonizaciónde santos y mártires, ha enviado a la Santa Sede información acer-ca de más de 2.000 católicos que murieron por su fe en la Chinacontinental durante la segunda mitad del siglo XX.

El padre carmelita Enrique Llamas es el nuevo Presidente dela Sociedad Mariológica Española y ha presidido en Huelva una Se-mana de Estudios Marianos, en la que se estudió la maternidad di-vina de María bajo los aspectos teológico, bíblico, patrístico, históricoy pastoral. Participaron más de 30 mariólogos, y el obispo de Huel-va, monseñor Ignacio Noguer, clausuró la Semana en el santua-rio de Nuestra Señora de la Cinta.

Mohammed Omer, de 26 años, ha confirmado que fue ame-nazado de muerte tres días antes de ser arrestado en Jartum (Su-dán), y que fue torturado por la policía, acusado de haberse con-vertido al catolicismo. Su familia le obligó a dejar de ir a la iglesia ya las reuniones con los cristianos, pero el joven muchacho se ne-gó a renunciar a su fe católica.

NombramientosEpiscopales

La Nunciatura Apostólica comuni-ca: «El Santo Padre ha aceptado

la renuncia al gobierno pastoral de ladiócesis de Gerona, que le ha pre-sentado monseñor Jaume Campro-dón Rovira en conformidad con el ca-non 401, párrafo 1 del Código de De-recho Canónico, y se ha dignadonombrar obispo de la mencionada Se-de Episcopal de Gerona a monseñorCarlos Soler Perdigó, en la actuali-dad obispo auxiliar de Barcelona.Asímismo el Santo Padre ha nom-

brado Obispo Titular de Semsele yAuxiliar de Barcelona a don JoséÁngel Sáiz Meneses, actualmente

Secretario Canciller del Arzobispado de Barcelona.»El recién nombrado obispo de Gerona, monseñor Carlos Soler, es

natural de Barcelona, y ha desempeñado, entre otros muchos, los car-gos de profesor en los Seminarios Mayor y Menor de Barcelona, Rectordel Seminario Menor, Vicario episcopal y obispo auxiliar de Barcelona.

Don José Ángel Sáiz Meneses procede de Cuenca, y después dedesempeñar diversos cargos en Toledo, pasó a hacerse cargo, comopárroco de diversas Iglesias, responsable de la Pastoral Universitariade la Universidad Autónoma de Barcelona, Consiliario Diocesano delMovimiento Cursillos de Cristiandad, y Secretario General de la Curia deBarcelona.

Congreso de la Familia, en Madrid

Como ya hemos informado, el Congreso Nacional La familia, esperanzade la sociedad se celebrará los días 16-18 de noviembre, en el Pa-

lacio de Exposiciones y Congresos de Madrid. Según nos informa laSub-Comisión de Familia y Vida, de la Conferencia Episcopal Españo-la, la inscripción de los participantes es gratuita, pero obligatoria para unamejor organización. Su plazo se ha ampliado. Información e inscripcio-nes en las Delegaciones diocesanas de Familia, o en la propia Confe-rencia Episcopal Española (Tel. 913439669 /71).

Directorio sobre religiosidadpopular

La religiosidad popular, expresión de una extraordinaria riqueza espi-ritual, cae, sin embargo, en ocasiones, en costumbres muy pintores-

cas y originales pero poco cristianas. Como una ayuda para discernirentre todas estas prácticas, la Santa Sede está preparando un Directo-rio sobre la religiosidad popular. El Prefecto de la Congregación para elCulto divino y la disciplina de los sacramentos, cardenal Jorge Medina Es-tévez, chileno, tras la reciente asamblea de la Congregación, explicó aRadio Vaticano que el cardenal arzobispo primado de México, NorbertoRibera Carrera, presentó ante la asamblea el texto que sirve de primerborrador. Con las propuestas añadidas en la asamblea fue presentadoal Papa Juan Pablo II para su aprobación.

Un aviso muy oportuno

El futuro de la vida religiosa en Occidente ha entrado en un ya no. Noes sostenible un pasado. No llegan las fuerzas; pero a la vida reli-

giosa le queda un todavía sí, que es importante». Quien esto suscribe–informa IVICON (Agencia Española de Noticias de Vida Religiosa)– esel padre Jesús María Lecea, Presidente de la Conferencia Española deReligiosos (CONFER) y de la Unión de Conferencias Europeas de Su-periores Mayores. En un artículo que publica la revista Vida religiosa,pronostica que, en la sociedad y en la cultura occidentales, un tipo devida religiosa va a desaparecer, lo que no significa que desaparezcanlos religiosos. La vida religiosa no va a desaparecer en su conjunto, aun-que puedan extinguirse familias religiosas concretas, pero sí va a cam-biar de configuración; en todo caso, es algo que no se puede dejar amerced de los fatalismos o al juego mecánico o arbitrario de los acon-tecimientos.

Monseñor Sáiz Meneses

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La vida Alfa y Omega 1-XI-2001 23

He aquí un libro difícilmente superable.Dicho así, a alguien puede parecerle

hasta una exagera-ción; pero hace mu-chísimo tiempo que nose editaba en españolun libro de esta cate-goría. La BibliotecaCastro, de la Funda-ción de José Antoniode Castro, nos tieneacostumbrados: sabeaunar la calidad de losautores con la elegan-

cia de la edición; pero, en este caso, tantopor el autor, Alfonso X el Sabio, como porla cuidadísima edición, ha rizado el rizo y elfruto de su arduo esfuerzo son estos dosespléndidos volúmenes de la primera partede la General Estoria del Rey Sabio (el pri-mer volumen: Génesis; y el segundo: Éxo-do, Levítico, Números y Deuteronomio). Setrata de una edición con amplia e intere-santísima introducción y aparato crítico acargo de Pedro Sánchez-Prieto Borja, quien,tras constatar que «al filo del siglo XXI nocontamos todavía con una edición íntegra dela General Estoria», afirma que esta edición«pretende llenar uno de los vacíos inexcu-sables de la filología medieval española».Esta primera parte, aunque publicada ha-ce más de medio siglo, está agotada hacemuchos años, por lo que increíblemente fal-ta, incluso, en los anaqueles de las biblio-tecas de muchas universidades. No hacefalta, pues, insistir más sobre la trascen-dencia histórica y cultural de este admira-ble esfuerzo editorial de la Biblioteca Castro.

Hubo un tiempo en el que se pensó que latelevisión podía ser una magnífica he-

rramienta de conocimiento»: así de incisi-vamente comienza elprólogo (personal, manon troppo) de JoséJavier Esparza, autorde este interesante In-forme sobre la televi-sión. El invento del Ma-ligno, que la EditorialCriterio acaba de edi-tar. El autor, periodis-ta, escribe a diario lacrítica de televisión enlos periódicos del Grupo Correo, precisa-mente bajo la rúbrica El invento del Maligno.Y basta echar un vistazo al Indice de estosdos centenares de páginas para percibir lainteligente ironía y el lúcido realismo conque el autor aborda la cuestión: La tele ya noes lo que era; La tele es magia (a veces esnegra); El medio es el masaje; ¿Dejaréisque los niños se acerquen a ella?; La so-ciedad de la desinformación; Miseria de losintelectuales; Miseria de los políticos y has-ta miseria de la crítica. Hay una coda alta-mente sugestiva: Ocho razones para pres-cindir del televisor (y algunas otras para con-servarlo). Padres, educadores, gente inteli-gente en general no debe perderse estelibro. Y, si no quieren pasar un mal rato, abs-tenerse los adictos, tele-idiotas y similares.

M.A.V

El chiste de lasemana

Libros de interés Nota de Prensa de la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española

«Monseñor Setién: opiniones a título exclusivamente personal»

Con ocasión de las manifestaciones de monseñor José María Setién, obispo emérito de SanSebastián, en dos conferencias pronunciadas en Palma de Mallorca y Vic, la Conferen-

cia Episcopal Española ha recibido diversas consultas. Para responder a todas ellas, la Ofi-cina de Información desea precisar los siguientes extremos:

La Conferencia Episcopal Española no ha tenido noticia previa de dichas conferencias,ni en estos momentos conoce su texto completo. Su única fuente de información han sido losmedios de comunicación social.

Monseñor Setién ha expuesto sus opiniones a título exclusivamente personal. La Conferencia Episcopal Española se ha manifestado en muchas ocasiones sobre el te-

rrorismo. El último pronunciamiento procede de la Comisión Permanente, que, en su reu-nión de los días 18 y 19 de septiembre pasado, condenó los atentado de Nueva York y Was-hington en una nota que fue leída en todas las iglesias de España. A ella pertenece el párra-fo que se transcribe a continuación:

«Con la misma rotundidad con que hemos condenado siempre el terrorismo de ETA, con-denamos estos crueles atentados, que constituyen también una gravísima ofensa a Dios,una violación de los derechos fundamentales a la vida, a la seguridad y la libertad de las per-sonas y de los pueblos y degradan a quienes los cometen, proyectan o encubren. El terrorismo,en cualquiera de sus formas, lugares y expresiones, no tiene jamás justificación ni es cami-no para la consecución de fin alguno. Sólo la conversión de los corazones, el trabajo y elcompromiso por la justicia y por la paz y la solidaridad entre los pueblos podrán conducirnosa una nueva civilización, más justa y fraterna, la civilización del amor».

Madrid, 24 de octubre de 2001

Recuerde el alma dormida...

Las coplas que hizo don Jorge Manrique a la muerte del Maestre de Santiago, don RodrigoManrique, su padre, son sin duda –y así quedarán para la mejor historia de la literatura universal–

una de las más altas cumbres líricas de la poesía en lengua castellana. Bien consciente de ello,y con evidente oportunidad temporal, Plaza y Janés Editores acaba de editarlas en su colecciónde bolsillo. Nunca mejor que en estas fechas para recordar algunos de estos versos inmortales:«Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida, comose viene la muerte tan callando. Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el mo-rir; allí van los señoríos derechos a se acabar y consumir; allí los ríos caudales; allí los otros,medianos y más chicos; allegados, son iguales los que viven por sus manos y los ricos. Partimoscuando nacemos, andamos mientras vivimos y llegamos al tiempo que fenecemos; así que cuan-do morimos, descansamos».

El Papa distingue a dos teólogos alemanes

El Papa Juan Pablo II ha nombrado Protonotario Apostólico al profesor Winfried Aymans, yPrelado de Honor al profesor Gerhard Ludwig Müller. Para la entrega de la distinción pontifi-

cia el pasado 8 de octubre, coincidiendo con el Sínodo de los Obispos celebrado en Roma, los ar-zobispos de Colonia y Madrid, cardenales Joachim Meisner y Antonio María Rouco, invitaron a uncírculo de ilustres personalidades en la venerable sala capitular del Colegio Teutónico en la Ciu-dad del Vaticano. Asistieron los cardenales Ratzinger y Kasper, el arzobispo Paul Josef Cordes,así como los participantes alemanes en el Sínodo de los Obispos, el Presidente de la Conferen-cia Episcopal Alemana, cardenal Karl Lehmann, el arzobispo de Munich y Freising, cardenal Frie-drich Wetter y el obispo auxiliar de Fulda, Ludwig Schick .

Martinmorales, en ABC

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Isaac en-vejecía, y a

medida que pasaba eltiempo sus ojos se debilita-ban cada vez más. Ya casi no veía.

Entonces llamó a su hijo mayor, Esaú,y le dijo: «Hijo mío, yo ya soy viejo y veo cercael día de mi muerte. Así que coge tus armas ysal al campo a cazar. Hazme un guiso comoya sabes que me gusta, y me lo traes para quelo coma. Después tendrás mi bendición».

Rebeca, la mujer de Isaac y madre de losdos gemelos, había oído esto; cuando vió queEsaú salía al campo a cazar, como le había di-cho su padre, avisó a Jacob: «Acabo de oir a tupadre hablar a Esaú. Le ha dicho que fuera decaza, y le hiciera un guiso como a él le gusta pa-ra que se lo comiera. Después le bendecirá.Así que, hijo mío, haz lo que yo te diga. Vete alrebaño y coge dos cabritos. Yo los guisaré co-mo sé que le gustan a tu padre».

«Pero, madre –le replicó Jacob–, Esaú esun chico muy velludo, y yo tengo poco pelo.Cuando mi padre me toque, verá que soy yo,Jacob, y no Esaú. Me llamará mentiroso y, envez de bendecirme, me maldecirá».

De nuevo, Rebeca le contestó: «Pues que

cai-ga so-

bre mí esamaldición, pero

tú hazme caso».Así lo hizo Jacob, le llevó

dos cabritos del rebaño a su madre, que loscocinó. Luego, Jacob se vistió con prendas desu hermano Esaú, y en las manos y el cuello sepuso la piel de los cabritos, para que su padre,si le tocaba, pensara que era su hermano ve-lludo, y no él.

De esta manera, se presentó Jacob ante supadre:

–«Aquí estoy, padre»–«¿Quién eres, hijo mío?»–«Soy Esaú –mintió Jacob–, tu primogénito.

He hecho tal y como me dijiste. Te ruego, padre,que comas de mi caza».

–«¿Pero cómo has podido cazar tan pron-to?»

–«Pues porque Dios hizo que se me pusie-

ra delante el animal, padre».–«Anda, hijo, acércate para que te pueda

tocar y saber de verdad que eres Esaú».Y Jacob se le acercó, pero su padre no pu-

do conocerlo porque sus manos estaban cu-biertas de pelo. Le dijo:

–«¿De verdad que eres mi hijo?»–«Sí, padre, yo soy tu hijo».–«Bueno, pues acércame ya el guiso para

que pueda bendecirte».Y Jacob le llevó el guiso, y también le llevó vino.–«Acércate –le dijo su padre– y bésame, hi-

jo mío».Cuando Jacob se acercó, Isaac, su padre,

pudo oler la fragancia de los vestidos de Esaú,y ya no le quedó más duda. Así que le bendijodiciendo:

«¡Éste es el olor de mi hijo,como el olor de un campo bendecido por Yavé!Que Dios te dé el rocío del cielo y la fertilidad de la tierra.

Que te dé abundancia de trigo y mos-to. Que te sirvan los pueblos.Sé señor de tus hermanos

y que ante ti se postren loshijos de tu madre.

Maldito quien te mal-diga

y bendito quien te bendiga».Cuando Jacob salió de estar con

Isaac, llegó el verdadero Esaú di-ciéndole: «Aquí estoy, padre, con la caza

para que me bendiga».Isaac se quedó atónito: «¿Pero, entonces,

quién es el que me ha traído la caza y he ben-decido?»

Esaú, al oír a su padre, rompió a llorar y le di-jo: «Por favor, padre, bendíceme a mí tam-bién».

Pero Isaac le dijo: «Jacob vino con engaño,y ya se llevó la bendición».

«Dos veces me ha suplantado ya Jacob. Pri-mero me quitó la primogenitura, y ahora se lle-va mi bendición. ¿No tienes ya bendición paramí?», decía, llorando, Esaú.

«Mira –le dijo su padre–, tu morada estaráfuera de la tierra, y fuera del rocío que baja delos cielos. Vivirás de tu espada y servirás a tuhermano. Pero, cuando te reveles, podrás rom-per su yugo de tu cuello».

Esaú empezó a odiar a su hermano profun-damente. Se dijo que, cuando su padre falle-ciese, mataría a Jacob. Pero Rebeca, la ma-dre de los dos, se enteró de sus propósitos yavisó a Jacob: «Huye de aquí. Vete junto a mihermano, hasta que se aplaque la ira de Esaú».

Desde la feAlfa y Omega24 1-XI-2001

EEll ppeeqquueeaallffaaTextos: A. Llamas Palacios. Ilustraciones: Elena de la Cueva

¡¡¡¡DDDD iiiioooossss tttteeee ddddéééé eeee llll rrrroooocccc ííííoooo ddddeeee llll cccc iiiieeee lllloooo yyyy llllaaaa ffffeeeerrrr tttt iiiillll iiiiddddaaaadddd ddddeeee llllaaaa tttt iiiieeeerrrrrrrraaaa !!!!

Colorea esta frase:

La bendiciónLa bendiciónde Jacobde Jacob

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Desde la fe Alfa y Omega 1-XI-2001 25

Este cuento tan bonito, jun-to con la ilustración, los ha he-cho Raquel Sorriguieta To-rre, de 8 años, que vive en Va-lladolid

Había una vez la luna y elsol, que siempre estaban

juntos. Eran una pareja muyfeliz y daban la vuelta a la tie-rra juntos. Cuando salían, latierra se calentaba, y cuandose iban, la tierra se enfriaba yse quedaba en terrible oscuri-dad.

Entonces nacieron los dra-gones de los días calurosos,que provocaban terremotos,quemaban gente, hacían vol-canes y destruían casas.

Se reunieron los hombrescon el jefe real para arreglarel asunto y decidieron subir ahablar con el sol y la luna. Lespidieron que se separaran yque cada uno saliera por sucamino, porque los dragonesacabarían con ellos si seguían

calentando la tie-rra. Ellos

ya ni podíansalir de

sus casasni de suscuevas.El sol y la lu-na no querí-an separar-se. Siempre

habían estado juntos; ¿quéharían el uno sin el otro? Y losdragones seguían creciendoy naciendo, y el sol y la lunaseguían calentando.

Un día, el sol se puso en-fermo y no pudo salir. Y la lunase dio cuenta de que los hom-bres agradecían su luz. Cuan-do la luna cayó enferma, el solse dio cuenta de que su calorera bueno. El sol empezó achulearse frente a la luna, y laluna no soportaba que el solsiempre se creyera el mejor.Empezaron a discutir y nuncase ponían de acuerdo.

Así que un día decidieron,como el jefe real les había pe-dido, salir cada uno por sepa-rado para ver lo que pasaba. Ylos dos vieron que eran útilesy que los dragones de los díascalurosos morían, y que elagua corría de los manantialesa los ríos, y que los hombresvivían en sus casas y salíana verlos y a saludarles, dán-doles las gracias.

Y desde entonces existe eldía y la noche».

Oración de la noche:

Ésta es laoración queAna MaríaAsensi, de8 años, deMadrid, rezapor las no-ches, y nosla envía porsi algún niñola quiereaprender.¡Muchasgracias,Ana!

Antes de cerrar los ojos, los labios y elcorazón, al final de la jornada: ¡buenasnoches, Padre Dios!

Gracias por todas las gracias quenos ha dado tu amor.

Si muchas son nuestras faltas, in-finito es tu perdón.

Antes de cerrar los ojos, los labiosy el corazón, al final de la jornada:¡buenas noches, Padre Dios!

Gloria al Padre omnipotente, glo-ria al Hijo Redentor, gloria al EspírituSanto, tres Personas, sólo un Dios».

¡Ar¡Arribaribael el telón!telón!

Ya están en Madrid las XVI Semanas In-ternacionales del Teatro. Desde el pa-

sado 17 de octubre, y durante todo el mesde noviembre, los niños y jóvenes que lo

deseen pueden acudir a disfrutar de es-tas representaciones

teatrales, distribuidaspor varios teatros dela capital de España,como la Sala Pradi-

llo, el Centro Cultural Pa-lomeras Bajas, San Mi-

guel Arcángel, el CentroCultural el Pozo, o Buena-

vista. Muchas de estas obras sonadaptaciones de textos clásicos, cuen-

tos, leyendas…, escritos especial-mente para los niños. Cinema Cinema, una obra que rin-de homenaje a la historia del ciney su música; La danza del sapo;

Vuela mariposa; El hombre justo…y un montón de obras para ver de

cerca a auténticos actores sobre el es-cenario, aprender mucho y llenarse derisas. ¡Acercaos al teatro! ¡Arriba el te-

lón!Para más información, llamad al teléfono91 429 50 20.

CCCCaaaajjjjaaaa ddddeeee SSSSoooorrrrpppprrrreeeessssaaaassss¿Por qué no os animáis y escribís al Pequealfa? Podéis enviar todo lo que queráis: relatos, dibujos, fotosdivertidas... Os lo publicaremos, ¡y podréis verlo más tarde aquí! Algunos amigos ya nos han enviado

sus creaciones. Sólo tenéis que escribir a:Pequealfa. Alfa y Omega. Pza. Conde de Barajas,1. 28005 Madrid

Título: Lori, BiloriAutor: Marisa López SorioIlustraciones: Carmen QueraltEditorial: Punto Juvenil

Pilar ha llegado a una ciudad nueva, loque implica colegio nuevo y amigos

nuevos. Al principio, no le hace muchagracia la idea de los cambios. Pero lo me-jor es que, poco a poco, va descubriendo

gente estupendaque le acompa-ñará en sus jue-gos. Los descu-brimientos, lasaventuras y la vi-da cotidiana dePilar con sus fa-milia y su nuevapandilla engan-chará a los lecto-res, a partir de 9años.

Libros

La luna y el sol

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Un crucifijo enorme que pendíasobre el escenario, fue lo pri-mero que llamó mi atención

en una reciente representación deHamlet por el National Royal Thea-tre de Londres. Después, el extraor-dinario actor británico Simon RussellBeale encarnó un Hamlet distinto deotras interpretaciones famosas. Cer-cano al hombre ordinario, parecía másel estudiante universitario en Witten-berg, que el noble príncipe de Dina-marca. La música religiosa subrayóel misterio de una obra que, en la opi-nión de muchos, es la más genial detoda la literatura.

Von Hugel decía que el arte dra-mático de Shakespeare no satisfacíaal creyente cristiano en cuanto cre-yente (¿qué arte puede satisfacer esased y hambre de justicia y belleza?), yse quejaba de ausencia de la dimen-sión teológica. Y no remedia la situa-ción el que la interpretación psicoló-gica y freudiana de su obra haya sidola norma exclusiva. Por eso, aquellanoche en Boston, ver a un Hamlet máscercano al hombre común y ademásreligioso, fue una sorpresa considera-ble, y una feliz coincidencia el queesos mismos días leía yo Hamlet enel purgatorio (editado en PrincetonUniversity Press), un nuevo libro delhistoriador Stephen Greenblatt, pro-fesor en la Universidad de Harvardque, en su deseo de entender uno delos personajes más misteriosos de laliteratura, ha visto con claridad el cen-tro teológico de Hamlet.

El título del libro se refiere al padrede Hamlet y a su famosa aparición deultratumba con que se inicia la obra.Lejos de ser un mero efecto teatral, lavisión fantasmal está en el centro de latragedia. En el lugar que la tradicióncatólica llama purgatorio, Greenblattha descubierto el secreto para entendera Hamlet, y dada, la importancia deHamlet en el canon literario, esto esnoticia importante. Hay que ser pa-ciente, porque sólo al final del librollegamos a Shakespeare, pero la lar-ga antesala por lugares literarios im-portantes sobre el purgatorio en laEdad Media es fascinante. «En el ca-so del purgatorio –concluye Green-blatt–, fuerzas importantes habían es-tado luchando sin descanso durantedécadas para preparar el banquete deldramaturgo». La doctrina católica so-bre las benditas ánimas del purgato-rio se descubre como esencial al textode Hamlet y explicaría la motivacióndel artista para escribirlo.

El padre de Shakespeare era cató-lico, y en cierta manera tuvo que ser-lo también el poeta, aunque lo másprobable es que, en algún momento,se hiciera anglicano. Pero nadie dejade ser católico, o lo que sea, de la no-che a la mañana, y menos la culturaen la que uno crece. La supresión de laIglesia católica en Inglaterra ocurrióen poco tiempo, en un brutal manota-zo del gobierno Tudor, pero la mayo-ría del pueblo inglés mantuvo el espí-ritu católico durante décadas y el cam-bio de religión no ocurrió de manerasuave. Nada humano muda sin dolor

de agonía y parto al mismo tiempo. Shakespeare empezó a escribir pa-

ra el teatro al final de un siglo que ha-bía visto la abo-lición de lo cató-lico y la imposi-ción de loanglicano más omenos protestan-te. Y pocas doc-trinas católicasfueron más vitu-peradas y odia-das que la delpurgatorio, a noser la figura delPapa en Roma.Por eso resultatan asombrosa eindicativa la pre-sencia del espíritu de ultratumba enHamlet. En su camino hacia el miste-rio de Hamlet, Greenblatt da gran im-

portancia a La súplica de las almas,una obra de 1529, en la que la voz deTomás Moro habla desde el purgatorioen nombre de los espíritus ahí encar-

celados. Este truco retórico fue su ma-nera expresiva de afirmar la realidaddel lugar contra quienes lo niegan, y

los reformadoresprotestantes lo ne-garon con pasión.(Calvino diría quele parecía terribley detestable labreve oración quedesea a las almasde los difuntosque descansen enpaz.) Greenblattdice que es posi-ble que Shakespe-are conociera estaobra en la queMoro describe lasalmas purgantes

con un patetismo feroz, aterrorizadasante la posibilidad de ser olvidadaspor parientes y amigos en la tierra, y

así quedarse privadas de la oración ylimosna que les llega de la Iglesia mi-litante. Moro, católico devoto, vio enlas ánimas del purgatorio a los seres

más indigentes, cuya pobreza no te-nía comparación con la pobreza ma-terial en este mundo. Pero, para 1563,la Iglesia anglicana había rechazadopor entero la doctrina del purgatorio, yShakespeare escribió Hamlet casi cua-renta años más tarde, en 1601. Ese lu-gar de ultratumba aparece en otros tex-tos de la época, pero sólo como algo ri-dículo, fantasioso o un mero artificioteatral, algo así como los efectos es-peciales del cine moderno.

No ocurre así en Hamlet, diceGrenblatt. Hamlet es un creyente queha crecido en ambiente protestante(como Shakespeare), pero que, casisin saberlo, mantiene cierta añoran-za, y tal vez necesidad, por la antiguafe católica, sajada sin miramientos yahora perseguida. El protestantismoes religión de discontinuidad y Sha-kespeare no sólo se vería separado dela tradición católica de sus padres an-tes de la Reforma, sino también delculto primitivo a los muertos que hatenido siempre lugar esencial en laHumanidad. Shakespeare creció enuna familia católica; así sería más fá-cil entender el texto de la obra. Su au-tor, como su protagonista, habría es-tado también bajo el faro de la fe ca-tólica de su padre, como algo que unoha creído siempre y que, de repente,es abolido. Detrás de la famosa apa-rición, Shakespeare vería a su propiopadre, católico piadoso, invocandosufragios para la salvación de su al-ma en el purgatorio. Me atrevería aresumir la tesis de Greenblatt dicien-do que Hamlet es la apropriación te-atral de La súplica de las almas deTomás Moro. Hay momentos en losque su lenguaje en Hamlet parece tanesperanzado y familiar a un católico,como sospechoso y peligroso a unprotestante en la Inglaterra de 1601.Shakespeare, como otros grandes es-critores antes y después, sabía cómollegar al límite sin arriesgarse a la cen-sura o a la cárcel. Greenblatt puedeentonces asegurar que, en Hamlet, «lopsicológico en la tragedia de Shakes-peare se construye casi por entero delo teológico»

Su idea conclusiva del teatro, co-mo el lugar en que, ahora mismo, serealiza el antiquísimo culto de losmuertos, no me parece bien deducidade su exploración histórica ni de laesencia de la representación teatral,pero esto no quita valor a una obra es-pléndida de análisis literario e histó-rico. Con su énfasis en la dimensiónteológica de Hamlet, en el tema delrecuerdo de los muertos y de nuestrapropia mortalidad, Greenblatt alza eltelón de manera irresistible, fuerza allector creyente a una nueva reflexiónsobre el significado de la doctrina delpurgatorio, y nos ayuda a entender,mejor que nunca, por qué esta tragediaes una de las obras de arte más mis-teriosas que ha creado la mente hu-mana, y la fascinación universal porun personaje que cumple ahora cua-tro siglos.

Alvaro de SilvaBoston

Desde la feAlfa y Omega26 1-XI-2001

Hamlet en el purgatorio

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Desde la fe Alfa y Omega 1-XI-2001 27

La relación que el cristiano vive con el tiempoparece, a primera vista, paradójica; para elcristiano el tiempo es, por una parte, algo pre-

cioso, denso, pleno, y, por otra, algo ligero y relati-vo. Pienso en la palabra provocadora de Angelo Si-lesius (Johann Scheffler, 1624-1677) para quien eltiempo es más noble que mil eternidades; expresiónenigmática, que en cambio muestra claramente có-mo para el cristiano el tiempo es el lugar precario yfrágil en el que hay ya semilla de eternidad.

La concepción cristiana del tiempo, ya presenteen el Nuevo Testamento, en el que se habla de la re-lación entre escatología y salvación, entre el finalde los tiempos con el juicio de Dios y el pleno sig-nificado del momento presente, es subrayada de mo-do incisivo en la Carta a Diogneto, del siglo II denuestra era. Es un texto que nos recuerda la paradojadel discípulo de Cristo que vive en el tiempo, peroque es también ciudadano del tiempo eterno:

«Los cristianos no se diferencian de los demáshombres ni por la región en que habitan, ni por sulengua, ni por sus costumbres. De hecho, no viven enciudades propias, ni usan una jerga distinta, ni llevanun tipo de vida especial. Su doctrina no está en eldescubrimiento del pensamiento de hombres vario-pintos, ni ellos se adhieren a una corriente filosófi-ca humana, como lo harán los demás. Viviendo enciudades griegas y bárbaras, como todos, con lascostumbres propias del lugar en cuanto a vestido,comida, etc., testimonian un modo de vida socialadmirable e indudablemente paradójico. Viven ensu patria, pero como forasteros; participan en todocomo ciudadanos, y están desapegados de todo co-mo extranjeros. Toda patria extranjera es su patria, ytoda patria es extranjera. Se casan como todos y tie-nen hijos, pero no se deshacen de los recién naci-dos. Comparten la mesa, pero no el lecho. Son decarne, pero no viven según la carne. Habitan en la tie-rra, pero tienen su ciudadanía en el cielo. Obedecenlas leyes establecidas, y con su vida las superan.Aman a todos, y por todos son perseguidos. No se losconoce, pero se los condena. Se les mata, y vuelvena la vida. Son pobres, y hacen ricos a muchos; ca-recen de todo, y abundan en todo. Son desprecia-dos, y en el desprecio encuentran gloria. Son ultra-jados, y proclamados justos. Son injuriados y ben-dicen; son maltratados y rinden honores. Haciendoel bien son castigados como malhechores; cuandoson condenados gozan como si recibieran la vida».

Me parece oportuno detenerme en las objecio-nes y, sobre todo, en las tentaciones que sufro tam-bién dentro de mí, en relación a esta dimensión tancomprometedora del tiempo. Cada tentación es-conde, aunque sea de forma inconsciente, una cier-ta concepción del tiempo. Entre las muchas posi-bles, me limito a considerar algunas que podrían serdefinidas de la siguiente manera: tiempo de ansiedad,tiempo de frustración, tiempo que se repite, tiempoque se cierra.

Empiezo por la más común, la que más fácil-mente se considera una enfermedad: la ansiedad, obien la preocupación porque el tiempo nunca es su-ficiente, porque las cosas que hacer son muchas, de-

masiadas, etcétera. Más de una vez, para eludir uncompromiso, aducimos la excusa, cierta o falsa, deno tener tiempo: «No llego a tiempo»; «No tengotiempo siquiera para respirar». Tiene razón el filósofofrancés Michel Serras cuando observa que, si bien to-do el mundo lleva reloj, nadie parece ser dueño deltiempo; y cuando invita aintercambiar ambas co-sas: dejad el reloj y co-ged el tiempo. ¿Peroquién tiene el valor dehacerlo?

Una segunda ten-tación, auténtica desvia-ción, es el tiempo de lafrustración: el tiempohuye, se escurre entre lasmanos y caemos en ladepresión o apatía, porusar un término estima-do por Gabriel Brunge;o bien somos presa deldesasosiego por hacer cosas, del cinismo, del ins-tinto de posesión, de la sed de poder. Lo que sub-yace a todos estas actitudes es la percepción oscurade la finitud del tiempo, del fantasma de la muerte co-mo inexorable cancelación de toda posibilidad.

Hay una tentación todavía más grave: la deltiempo que se repite, podríamos decir, del tiempodado. Es el miedo a una conclusión definitiva, elmiedo a llegar a una conclusión, sin posibilidad deapelación. De aquí el atractivo de la reencarnación,que de nuevo está en algunos movimientos contem-poráneos incluso en Occidente. La reencarnaciónda la percepción de tener todavía una posibilidad,de poder posponer las decisiones radicales a la exis-

tencia próxima, de no estar obligados a escoger laeternidad. Es más fácil y menos comprometedorpensar en nuestra vida si no hay en ella un momen-to de decisión definitiva e irrevocable. Es la con-cepción cíclica o circular del tiempo, el mito deleterno retorno de lo mismo.

Tentación al menosigual de grave es la deltiempo que se cierra odel tiempo negado, por laque se reduce el propiofuturo a los ámbitos visi-bles del tiempo biológi-co, considerando que nohay nada más allá de lavida física, o por encimadel hombre. Vale la penahacer notar que esto noes otra cosa que el corre-lativo existencial del en-foque metodológico delreduccionismo tan habi-

tual en el área de la práctica científica. No se trata,obviamente, una simple cuestión teórica. De hecho,de esta reducción de horizonte nace la petición delderecho a disponer de la propia vida y de poder pla-nificar la propia muerte en determinadas circuns-tancias.

Estas y otras tentaciones o desviaciones corres-ponden a distintas intuiciones del tiempo. Es inevi-table que cada uno de nosotros, aunque no nos demoscuenta, tenga en sí una cierta visión del tiempo, quea su vez es expresión de una particular concepción dela vida.

Avvenire-Alfa y Omega

El hombre y el tiempo

Las tentaciones de un pobre cristiano

Las intervenciones en la XI Cátedra milanesa de los no creyentes han sido recogidas en un volumen, que contiene también un ensayo inédito del arzobispo de Milán, cardenal Carlo María Martini. Lo anticipamos en parte

Eclipse

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Visconti ya es historia. Hoy comemos ham-burguesas, consumimos reality shows, y con-gelamos el arte en los DVD interactivos. En

todo caso dejamos la música clásica para el CD delautomóvil y para hacer más llevaderos los atascos. Ysi hoy alguien es homosexual, ¿es preferible frivo-lizar locamente o vivir su drama con la dignidadexistencial de un Pasolini o de un Visconti? La aris-tocracia de entonces, la de los Visconti de Modrone,ha sido sustituida por grupos financieros, y los me-cenas de antaño son hoy fundaciones bancarias ylobbies políticos.

Hoy no hay fascismo ni marxismo, sino sucedá-neos de todo; no hay tradición ni ruptura, sino asep-sia universal; ya no hay cultura del ideal, sino neu-tralidad total. El ímpetu y el coraje han dejado si-tio al prudente preservativo y al incienso new age.Extrañas suenan hoy estas palabras pronunciadaspor Visconti poco antes de morir: «Ni los años ni laenfermedad han acabado con mis ganas de vivir y deluchar... Películas, teatro, comedias musicales, quie-ro hacerlo todo. Con pasión. Porque siempre hayque arder de pasión cuando se enfrenta uno a cual-quier cosa». ¿Quedan maestros así? ¿Con una afir-mación tan radical del ser y de la vida? Esas decla-raciones demuestran que el ateísmo es una decisiónintelectual que se desmiente con la vida. Hoy ocurreal revés: se es ateo con una vida amorfa y sin relie-ve.

Visconti nació en otro mundo. Su familia, desdegeneraciones, había gobernado la Scala de Milán, ysu familiaridad con el buen gusto fue tal, que al finalde su vida había dirigió unas cincuenta obras tea-trales, de la categoría, por ejemplo, de Chejov, deTennesse Williams o de Arthur Miller; había mon-tado unas veinticinco óperas y ballets, como la ver-sión de La Traviata de Giuseppe Verdi, que estrenóen 1955 en la Scala de Milán, con la soprano griegaMaria Callas. Y, cómo no, había firmado una dece-na de películas que han pasado al deparatamento deInmortales de la historia del Cine con mayúsculas.

Educado en el seno de una familia religiosa, yacostumbrado a las discusiones teológicas con elconfesor, su dilatada relación con los intelectuales deizquierda parisinos le van a alejar de la fe de sus pa-dres adentrándose, además, en el solitario caminode la homosexualidad. En París, y bajo la protec-ción de Coco Chanel, entra en contacto con Dalí,Cocteau, Cartier-Bresson..., y fundamentalmentecon Jean Renoir. Entonces el famoso cineasta fran-cés estaba haciendo un film financiado por el Parti-do Comunista. Un tiempo más tarde Visconti estaríatrabajando como ayudante suyo en el film Toni(1935), de tendencia neorrealista, y lo haría despuésen otros títulos, como Une partie de campagne(1936). Su primera etapa tiene mucho de neorrea-lismo, lo que le va a suponer una cierta reconciliación

con la clase obrera, a la que abandonaría en otraspelículas más romanticistas y de época. Hasta esemomento había compaginado el trabajo artístico consu actividad militante antifascista, lo cual le acarreóno pocos problemas y censuras. En realidad, el cinede Visconti de esos años estaba en las antípodas delcine oficial que se hacía entonces.

Pero será Il Gattopardo de 1963, ambientada enla Italia del XIX, la película que marcará un girodecisivo en su filmografía. Incomprendido por unosy por otros –los comunistas le tacharán de conser-vador–, Visconti se convierte, paulatinamente, enun retratista del declive, un pintor genial del cre-púsculo humano. Y es así porque se torna observa-dor de su propia decadencia. En ese período dirigeSandra (1965), sobre una trama incestuosa; El ex-tranjero, de Camus, con Mastroianni; y, en 1969,La caída, en la que establece un paralelismo entre ladecadencia nazi y la de la burguesía que incauta-mente le había dejado nacer.

Pero su testamento definitivo será Muerte en Ve-necia (1971), a partir de su amada novela de ThomasMann, en la que describe la soledad y acabamientode un hombre homosexual, al que la belleza se leescapa, inalcanzable, de las manos. Probablemen-te su película más íntima, más expresiva de su pro-pia realidad de artista homosexual, que se siente

apagar. Un año después, otra figura también pocoejemplar, Luis II de Baviera, va a ser el objeto desu película Ludwig. Por último, en El inocente, delmismo año que su muerte, 1976, y basada paradóji-camente en una obra del precursor del fascismo,D´Annunzio, va a retratar el extremo de la decaden-cia humana, cruel y destructiva. Visconti nunca tu-vo miedo de filmar el dolor real de la vida, el dramaagudo sin concesiones. Nunca hizo cine para entre-tener.

Fumador de un centenar de cigarros por día, la sa-lud empezó a abandonarle en 1972. El día que murióhabía estado escuchando la segunda sinfonía deBrahms toda la mañana. Falleció rodeado de garde-nias, como había pedido. Se celebró un funeral cató-lico, mientras en la plaza de la iglesia ondeaban ban-deras rojas. El mismo Berlinguer se acercó a despedirel cadáver; paradojas de la cultura italiana que Viscontiencarnó en su vida como nadie. Hoy le recordamoscon agradecimiento porque su obra y su cine nos de-vuelven la conciencia de nuestra grandeza y de nues-tro drama. ¡Lástima que los enemigos de la Iglesiaya no sean como ellos, como Visconti y Pasolini, cu-ya equivocación era amar al hombre con pasión, pe-ro sin Cristo! Ahora ya no aman al hombre así.

Juan Orellana

Desde la feAlfa y Omega28 1-XI-2001

A los veinticinco años de su muerte

Una provocaciónllamada Visconti

Este año celebramos el veinticinco aniversario de la muerte de Luchino Visconti, queprecisamente la próxima semana cumpliría noventa y cinco años. Luchino es uno de esospersonajes que, como Pasolini, a pesar de participar de una mentalidad atea, suponen unainteligente provocación a la conciencia católica. La amplitud de su cultura, alimentada hasta el último aliento de su vida, le permitió exprimir el jugo –bueno y malo– del siglo XX y beberlohasta el final.

Alain Delon y Claudia Cardinale, en Il gattopardo, de Luchino Visconti

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Desde la fe Alfa y Omega 1-XI-2001 29

Políticamente incorrectos

Dios, la que se armó! O la que armó doña Oriana Fallaci al salirde ese rincón de Manhattan donde lucha animosamente contra

el cáncer. No padeció nunca, en cambio, la enfermedad del miedo,y se jugó varias veces su vida, riesgo grave de perderla. Guardabaun largo silencio, ella que había escrito sobre el ancho mundo mu-chos libros que conmovieron a millones de lectores.

Tres artículos en italiano bien traducidos al español y publicadospor El Mundo (29 de septiembre a 2 de octubre de 2001) han sidosu respuesta a la barbarie asesina –y suicida– de las Torres ge-melas y el Pentágono. Fueron escritos desde la indignación y elfuror, no desde la serenidad y la mansedumbre. Aunque ella, des-pués del ardoroso desahogo, volvió al silencio, eran inevitables lasrespuestas, y algunas, muy acerbas, le han llegado; pero respaldólo esencial de su tesis una gran autoridad académica, el profesorGiovanni Sartori.

Descontado algún disculpable exceso pasional, permanece enesa serie una creencia válida y razonada que muy pocos se hanatrevido a defender porque, en la jerga del tiempo actual, no espolíticamente correcta. De esta supuesta corrección se sabe sóloque la dictan ciertos periódicos en boga, algunos redactores y con-tertulios radiofónicos o televisivos y unos cuantos profesores detemas internacionales, políticos y socioeconómicos que colaboranen esos medios. Una de las reglas de este pensamiento es muy cla-ra y se resume así: no hay, no puede haber, no habrá nunca, cho-que de civilizaciones, y don Samuel Huntington se equivocó al ad-mitir su posibilidad; todas ellas valen igual y no es lícito criticarninguna de sus manifestaciones o de sus peculiaridades; tantomontan, montan tanto, los valores que todas ellas han aportado ala doliente Humanidad; por fin, si unas son inferiores a otras en ri-queza material, ello no se debe a culpas propias, sino a la maldady codicia de las más ricas, que las expoliaron antes y nunca lesayudan hoy bastante.

Leídos esos artículos y sus réplicas, cabe afirmar algo: al mar-gen de la rabia legítima de quien vivió muy de cerca el crimen bár-baro del once de septiembre, el texto de Fallaci recoge y defiendeuna convicción que ella afirma no sólo porque siempre lo hizo así,sino porque ya ha perdido cualquier sombra de respeto a lo políti-camente correcto. Y es ésta su verdad: la civilización cristiana yoccidental, esa que atacaron los bárbaros suicidas, es superior a laislámica y oriental de la que ellos proceden. Es superior porqueha dado a los hombres y a las mujeres, a los niños y a los ancianos,una vida más larga, más rica y más libre. No es, ni doña Oriana lopretende, la perfección sobre la tierra, pues no son pocas las in-justicias, los egoísmos y los errores que la contaminan, que noscontaminan; pero la comparación no admite dudas. La verdad, la jus-ticia, la libertad, la prosperidad, la ciencia, las artes, las letras, la vi-da en fin, brotan con más fuerza en nuestra civilización que encualquier otra. Doña Oriana cree ser atea: pero no duda en escri-bir que su patria «no está dispuesta a prescindir de una religiónque se llama la religión católica y de una Iglesia que se llama laIglesia católica» porque, dice además, le gustan mucho la músicade las campanas, los Cristos, las Vírgenes, los santos, los con-ventos, los monasterios… ¡Singular ateísmo!

Con más humor y sin furia alguna, don Manuel Aznar Lópeztambién se ha rebelado. Lo ha hecho en La Vanguardia (18 de oc-tubre de 2001) –que su abuelo dirigió de mano maestra y concilia-dora–, al contarnos con muy buena pluma que, si un español resi-dente en Buenos Aires viene a España, no recibirá la asistenciasanitaria gratuita en la Seguridad Social a la que, en cambio, sítendrá derecho –sin haber cotizado nunca– el amigo argentino quele acompañe en el viaje; y al rechazar que se nos niegue nuestro de-recho a preferir al inmigrante de nuestra familia hispánica sobre elque procede de otra lengua, otra fe y otra civilización. Ese inefableinvento hispánico, este masoquismo xenófilo, conduce a la absur-da preferencia por el otro, por el más ajeno, sobre nosotros mismosy sobre los nuestros, los otros hispanos. Como don Manuel dice,sostener esto puede hacerle reo de excomunión a manos de lopolíticamente correcto. Gracias a Dios, parece importarle poco:tan poco como a doña Oriana, a quien guarde y aguarde muchosaños el Señor al que ella se resiste a aceptar.

Carlos Robles Piquer

Punto de VistaL I B R O SHan sido los diccionarios enciclopédicos una

de las claves del quehacer teológico con-temporáneo, y de las relaciones entre el pensa-miento y la reflexión de la fe –siendo realistas,con más de un claroscuro–. Habría que recordarla contribución de la New Catholic Encyclope-dia, la colección de los Diccionarios de Oxford,las varias ediciones del Lexikon für Theologieund Kirche, o los especializados de Bernardino,Viller o Bauer, entre otros. Tener una buena co-lección de diccionarios a mano es siempre ga-rantía del tratamiento sistemático de cualquiercuestión que aparezca en la vida ordinaria dela pastoral parroquial y diocesana. En este sen-tido, traemos a estas páginas tres recientes no-vedades editoriales del género Diccionario. Laprimera, el Diccionario de Ecclesiología, de C.O´Donell y S. Pié-Ninot, tiene como valor fun-damental su actualidad, y la traducción y am-pliación de algunas voces en su edición en len-gua española. Es lo suficientemente claro, sis-temático y profundo que su lectura, incluso lalectura completa a modo de tratado de Eclesio-logía que se propone en los apéndices finales,puede facilitar una comprensión cierta de la pa-norámica de la Eclesiología en nuestros días.Sorprenden algunas, vamos a llamarlo, inge-nuidades que se distancian del equilibrio quese manifiesta respecto a sensibilidades y mo-dos de interpretación teológicas, o modos deinterpretación de las nuevas realides eclesiales.Pondré sólo dos ejemplos. El primero se refie-re al último párrafo de la voz Leonardo Boff,que dice: «La teología de Leonardo Boff, másintuitiva que rigurosamente argumentativa, co-mo la de muchos teólogos de la liberación, cons-tituye un desafío para toda la Iglesia». ¿Seguro?¿No será la realidad de la vida de los cristia-nos, de la pobreza en el mundo, lo que consti-tuye el desafío para los creyentes, más que la te-ología de un autor? El otro ejemplo es la pri-mera línea de la voz Opus Dei, que dice: «ElOpus Dei es un instituto secular fundado en1928 (...)». Sorprendentemente se define al Opuscomo instituto secular, cuando en la voz dedi-cada a las Prelaturas personales se aclara qué esel Opus Dei. En este sentido nos encontramoscon algunas afirmaciones discutibles en la vozMovimientos eclesiales, sobre todo las referi-das a algunos nuevos movimientos, a los quecreo no se les hace justicia en su descripción.Sentimos que, en el altísimo nivel de clarifica-ción argumental de la mayoría de las voces, sehayan colado estas imprecisiones en núcleostan sensibles de la realidad eclesial.

La editorial carmelitana Monte Carmelo halanzado al mercado dos nuevos diccionarios.

El primero, en todos los sentidos, es la magní-fica obra de Allan D. Fitzgerald Diccionariode san Agustín, una auténtica delicia para losapasionados en quien, según palabras de KarlJaspers, «pensaba haciendo preguntas». Unaauténtica joya que robará más de una noche desueño a muchos lectores. El segundo Diccio-nario, dedicado a la pastoral y a la evangeliza-ción, considero que no está a la altura de sus di-rectores. Y como toda generalización es injustacon la realidad, me pregunto: ¿cuáles serán losfrutos de este esfuerzo personal y editorial? Y notengo una clara respuesta.

José Francisco Serrano Oceja

Título: Diccionario de EclesiologíaAutor: C. O`Donnell, S.Pié-NinotEditorial: San Pablo

Título: Diccionariode San Agustín. San Agustín a través del tiempo Autor: Allan D. FitzgeraldEditorial: MonteCarmelo

Título: Diccionario depastoral y evangelizaciónAutores: Vicente MaríaPedrosa, Jesús Sastre y Raúl BerzosaEditorial: MonteCarmelo

Teologíaenpalabras:

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Desde la feAlfa y Omega30 1-XI-2001

Gentes

Manuel de Castro, nuevo Secretario General de FERE

«Tras muchos años de conflictividad y de reformas, veo la situación de laenseñanza católica en España necesitada de estabilidad y de nuevos ob-jetivos. La demanda que tenemos del alumnado en nuestros centros im-plica una valoración muy positiva por parte de los padres; pero en otros sec-tores de la sociedad se detectan problemas de información y comunica-ción. Entre los desafíos que FERE debe afrontar está la adecuada aten-ción a la pluriculturalidad existente en nuestros colegios, la educación envalores, la interrelación con familias, la atención personalizada a los alum-nos y la profundización de la autonomía de los Centros».

Antonio del Moral García, Fiscal del Tribunal Supremo

«Un principio básico del proceso penal es el de la búsqueda de la verdad,pero eso no puede hacerse a cualquier precio, sino que se debe respe-tar la dignidad de las personas. Podemos poner ejemplos clásicos, comoel uso de la tortura o el del suero de la verdad. Si se interfieren derechosfundamentales, como el de la intimidad a la hora de intervenir una líneatelefónica, es necesario hacerlo siguiendo unas normas muy precisas ypor motivos muy graves. Por muy legítimo que sea, no justifica los medios,y menos aún cuando éstos pasan por encima de los derechos de laspersonas. El juez debe, en la medida de lo posible, no dejarse llevar porel impacto emocional en un momento dado».

Antonio Algora Hernando, obispo de Teruel-Albarracín

«En el caso Gescartera no sólo no hay interés en informar bien, sino quehay un decidido y reiterado intento de decir que la Iglesia es una mafia cle-rical monolítica y anquilosada. Los mismos que siempre calumnian a laIglesia y la acusan de moverse con estructuras y funcionamientos tras-nochados, ahora la han acusado de emplear los medios financieros mo-dernos. La reprobación la merecen únicamente los que han estafado a ins-tituciones y personas privadas, o los que tenían obligaciones de vigilan-cia para dar confianza a los inversores».

Dos fiestas entrañables

Noches tristesy tópicos hispanos

Es mucha y densa historia la que la Iglesiaacumula en España, y quien lo niegue

renuncia a la España histórica y a la Espa-ña posible. Este año no merece llamarse suannus horribilis por esas pequeñas convul-siones adversas a que se vio sometida; alo sumo son esas noches del mundo y nopocas de Bernardo de Claraval. Pero sí sir-vió para que aflorasen los tópicos hispanosmás rancios con los que se intenta desvirtuarla verdadera faz de nuestra Iglesia.

No se puede pedir al mundo de la reli-gión el hacer suyos los principios cambian-tes de la política y de la economía, o arro-dillarse ante la ciencia y la tecnología. Lossistemas humanos pasan, la tecnología yla ciencia caminan en superación constan-te. La Iglesia trasciende el tiempo y ha de ilu-minar con sus principios espirituales los or-denamientos políticos y económicos que encada momento histórico se realizan. Vemosque hasta lo bélico está sujeto a cambiosradicales. Ya la guerra de las galaxias esobsoleta ante el terrorismo ejercido contralas Torres gemelas. El genial teórico de laciencia militar Von Clausewitz queda yaarrumbado.

Todo pasa y cambia, el todo fluye grie-go. Sólo los planes de Dios perduran comohilo conductor, las más veces invisible, de laHistoria. Y éstos han de inyectar a los va-lores humanos unos principios duraderos.Los principios de la trascendencia y de laética que han de superar las circunstanciascoyunturales que a cada hombre puedeaportarle la cultura de cada etapa históricao sociológica. Esto no es óbice para quetambién la sociedad civil cree reglas que in-tenta sean inamovibles: sus legislaciones,sus constituciones, ante las que creen hade doblegarse todo. Pero tales normas nollevan en sí el germen de la perennidad. Lasconstituciones están sujetas a los vaivenespolíticos, sociológicos, generacionales, yaque son fruto de la libre voluntad humanaen épocas concretas, máxime cuando sedestierra el derecho natural. Derecho al queAntígona ofrece su vida.

No podemos asumir que todo lo legal seajusto. Sería imponer incluso en las demo-cracias –reino del relativismo– el totalitaris-mo de los más. Respetarnos, sí. Pero ¿te-nemos que aceptar como justo la pena demuerte o el aborto u otros principios porqueun país pragmático y hedonista en un mo-mento concreto así lo estipule como legal?Se intenta trasladar el relativismo a lo reli-gioso. Las varias religiones tienen princi-pios coincidentes y también discrepantes.Estos últimos no se resuelven con un cam-balache a lo político, según las tablas devalores del mundo civil coyuntural. Todoslos creyentes vivirán en el desacuerdo elgozo de la fraternidad en Dios. No son so-lución movimientos como la New age. Sóloun ecumenismo como el que encarna JuanPablo II es capaz, en proceso constante eirreversible, de hacer realidad el ut unumsint por medio del diálogo.

Ramón Rodríguez Otero

Punto de Vista

El penúltimo mes del año se abre con dos fiestas tan solemnes como entrañables, de esasque llegan al corazón de todos los cristianos: la de los Santos, de larga tradición, se celebra

desde mediados del primer milenio y la creó el Papa San Bonifacio. Día a día conmemoramos alos hombres y mujeres canonizados o beatificados en reconocimiento de sus virtudes heroicas,pero el primero de noviembre lo hacemos no sólo con ellos, sino con todas las mujeres y loshombres anónimos que nos precedieron, conocidos y desconocidos, que gozan ya de la eternabienaventuranza, después de «haber triunfado de la gran tribulación y de bañar sus túnicas en lasangre del Cordero». Los santos son nuestros aliados, además de nuestros modelos. Una verdadmuy estimulante de nuestra fe es la que confesamos en el Credo al decir: «Creo en la comuniónde los santos», lo que significa algo así como los vasos comunicantes de la santidad entre los queya están en el cielo (Iglesia triunfante) y los que peregrinamos aún en la tierra (Iglesia militante).Si estamos en gracia de Dios, participamos de esa formidable realidad mística, nos explica elCatecismo. Meditada a fondo, es muy reconfortante.

En cuanto a los Difuntos, nuestros queridos difuntos de cada uno y los de todos, con una uni-versalidad sin fisuras como son las realidades de nuestra Madre la Iglesia, el segundo día denoviembre son ellos los protagonistas, los beneficiarios de las plegarias y oraciones de todos.

Están estas dos fiestas cristianas muy arraigadas en el pueblo sencillo, a pesar de seculari-zaciones y consumismos. Son días de visitas a los cementerios, de vivencias familiares, de re-cuerdos. Es bueno vivirlas con intensidad.

Mercedes Gordon

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Desde la fe Alfa y Omega 1-XI-2001 31

Algunos de los comportamientos profesionalesde la mayoría, por no decir todos, de los llama-dos medios de comunicación social españoles dehoy, constituyen para mí un auténtico misterio.Doloroso. Se pasan la vida pidiendo, por ejem-plo, a la Conferencia Episcopal Española, una to-ma de posición concreta sobre las opiniones polí-ticas de determinado obispo; y cuando la Confe-rencia Episcopal, en este caso con absoluta nitidezy rapidez de reacción, hace público ese comuni-cado, prácticamente ningún medio lo publica. Nosólo no lo publican, sino que siguen diciendo loque les da la gana, desconociendo, por completo,lo que le habían exigido a la Conferencia Episco-pal. ¡Misterio! Esto hace sospechar que, en reali-dad, lo único que les importa es decir lo que ellosquieren decir, y que la exigencia de esclareci-mientos es mera careta, excusa o camelo. O sea, undeleznable paripé profesional. No quieren, o noles interesa, diferenciar cuándo alguien habla ennombre de la Iglesia, o cuando alguien habla re-presentándose únicamente a sí mismo, a lo quetiene todo el derecho democrático del mundo; elmismo que los demás a no estar de acuerdo. Evi-dentemente, como muy bien dice don José MaríaSetién, la identidad nacional no debe ser «el re-sultado de una imposición estatal». Obvio: de nin-gún Estado, tampoco del pretendidamente vasco, si-no «un producto del ejercicio de las libertades».Lo que pasa es que en ese ejercicio de las libertadesse puede uno quedar mostrenca y paletamente enlos límites del propio txoko, o ser católico, es decir,universal. Ya Maquiavelo se carcajeaba del cam-panilismo de quienes no son capaces de oír otrascampanas que las de su pueblo. Hay quienes, ine-quívocamente progresistas, rinden homenaje a quie-nes, según ellos, jamás cuestionaron a la Iglesia;pero no caen en la cuenta de que hay muchas for-mas de cuestionar a la Iglesia: por ejemplo, per-mitiendo cosas que cuestionan a la Iglesia, o tole-

rando y favoreciendo que otras personas que noson ellos cuestionen a la Iglesia. Eso es mucho mássibilino y peligroso que enseñar el plumero abier-ta y descaradamente, como hace por ejemplo untal Fernando Iwasaki, que escribe cosas tan pere-grinas como que «la doctrina católica jamás haconsiderado iguales a los hombres»; o como que,«sin un enemigo que machacar (sic) desde la fe,España no existiría como nación». Son sandecestan de bulto que se desacreditan por sí solas.

Se celebra con éxito rotundo un congreso ca-

tólico sobre medios de comunicación, y la mayo-ría de los medios de comunicación y de los con-troladores de medios de comunicación, que másque medios quieren ser fines –ellos sabrán porqué–, deciden que no quieren enterarse. Difícil-mente cabe mayor fracaso en el intento de ocultarinformación. Hay silencios clamorosos. ¡Otromisterio! También doloroso. Aunque menos.

Gonzalo de Berceo

NO ES VERDADNO ES VERDAD

TELEVISIÓNTELEVISIÓN

Es éste el nombre del futuro canal diocesanode televisión en Tenerife. Sin duda, una bue-

na noticia. Con la exclusiva finalidad de desa-rrollar más adecuadamente su misión evange-lizadora, la Iglesia en Tenerife ha tomado estadecisión: la puesta en marcha de un nuevo ca-nal de televisión. Nivaria Televisión será un ca-nal confesional. Su programación alternará con-tenidos estrictamente religiosos con otros ge-neralistas, concediendo especial relevancia ala educación, la solidaridad, los valores familia-res, el diálogo fe y cultura, el mundo de la culturay el pensamiento, entre otros.

La diócesis ha formalizado este proyecto através de la compra de Radio Televisión Bahía,estación emisora con anterioridad a 1995, an-tes propiedad de Bahía Producciones. Se tra-ta de una empresa familiar a la que se ha com-

prado el cien por cien de las acciones y equi-pamientos técnicos, por un coste de 70 millo-nes de pesetas (420.708,47 euros). La inver-sión diocesana inicial prevista para la puestaen marcha de Nivaria Televisión asciende a150 millones de pesetas, incluyendo en ellosel precio de compra de la empresa matriz.

El obispo de Tenerife, monseñor Felipe Fer-nández García, principal impulsor, ha escritouna Carta pastoral informando sobre este pro-yecto a todos los fieles, al tiempo que les so-licita su cooperación económica de forma li-bre, responsable y generosa. Nivaria Televi-sión se financiará principalmente a través de lapublicidad y del patrocinio.

En principio, el canal diocesano comenza-rá su emisión en los primeros meses de 2002,con cinco horas diarias de contenidos propios

y con producción ajena, susceptibles de serreemitidas en otros momentos del día. Encuanto a la cobertura de recepción, se estátrabajando en estos momentos para cubrir latotalidad de la isla de Tenerife.

Este proyecto televisivo diocesano ha sidodiseñado en total consonancia con el pensa-miento de la Iglesia en este terreno. La Iglesiaes consciente de la gran necesidad de trans-mitir el mensaje del Evangelio a través de losactuales medios de comunicación: los gran-des formadores de la opinión pública. NivariaTelevisión quiere ser, ante todo, un vínculo decomunión, formación e información para to-dos los diocesanos de la isla.

Alfa y Omega

Nivaria Televisión

Máximo, en El País

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Para un laico como yo, que, desde fuera de lafe, mira con atención a la Iglesia, este Papaviejo y enfermo, pero fuerte y contagiador de

energía espiritual, merece toda la admiración y res-peto del mundo: defensor de una fe y, a la vez, por-tador de una cultura histórica y moral, ha redibujadola geografía del planeta, ayudado por los medios decomunicación que amplifican su palabra. Gracias a él,hoy la Iglesia, en y no contra la Historia, no es unainstitución curial; él ha anegado el mundo con lafuerza específica de una institución depositaria dealgunas de las más preciosas realidades de la Hu-manidad». Lo dice, al cumplirse los 23 años del pon-tificado de Juan Pablo II, en Il Foglio, un singularperiódico italiano, su director Giuliano Ferrara, unprestigioso intelectual laico, de los que tanto se echande menos entre nosotros.

La mañana del pasado 16 de octubre, ante el Sí-nodo de los Obispos que le felicitaba, Juan Pablo IIdesveló con humor: «Van ustedes con un cier-to adelanto. A estas horas todavía no sehabía decidido nada. Fue hacia lascinco o seis de la tarde…» 23años después no ha escon-dido, sino que hace

fructificar el tesoro del esplendor de la Verdad, yaquella poderosa energía liberada del «No tengáismiedo» jamás ha desilusionado. Ahí está, en la foto,en cualquier esquina del mundo, su parroquia, a bor-do de la barca, con su ropa de pescador sobre lasotana blanca, anciano y enfermo, pero fuer-te y contagiando esperanza, como dice Fe-rrara al recordar la impresión que le cau-só en el 78, siendo él dirigente comu-nista, la elección de este Papa pola-co «que sabe mancharse las manoscon los problemas del mundo».

Otro periodista italiano, cató-lico en este caso, Domenico delRio, explica en el diarioAvvenire el secre-to de JuanPablo

II: «Se muestra al mundo como lo que es, un hombreseducido por Cristo, por el Rostro querido del Resu-citado, como escribió en su Carta Novo millennioineunte. Todos los demás hablan de miedo, de terror, deguerra. El habla de Dios, de María, y lo hace desdehace 23 años, a un mundo que, por el espantoso ruidoinútil con que se atonta, apenas consigue oír esta vozque grita a los hombres el amor y la paz de Dios». Enverdad es sorprendente, casi, casi provocadora ésta suactualísima inactualidad: a un mundo que cierra fron-teras físicas y espirituales él lo invita, en su mensaje pa-ra la Jornada de los emigrantes, que acaba de ser hechopúblico, a pasar «de la desconfianza, al respeto; y delrechazo, a la acogida». Es la alegría perenne del man-damiento nuevo, el gozoso sello específico del autén-tico cristianismo, el de amar incluso al enemigo. «Laaceptación recíproca de las diferencias, y hasta de lascontradicciones –insiste–, es el único modo para ali-mentar la esperanza de alejar el espectro de la guerra».Este impresionante hombre de Dios ofrece cada día alatormentado y esperanzado mundo de hoy, en directo,unido a Cristo, su silencioso sufrimiento físico y la luzmisteriosa de su palabra viva.

Y dice Ferrara que, para los lai-cos, la defensa de la vida que hace

este Papa revolucionario y hu-manísimo –que en su último

viaje a las fronteras mismasde la guerra quiso fotogra-

fiarse con cadauno de los 60

periodistas

en el avión papal, y todos pudieron comprobar conqué lúcida fluidez pasa de un idioma a otro– es supalabra más fuerte y convincente, su testimoniomás creíble, y que su mancharse las manos con elmundo lo convierte en Papa no sólo de la Iglesia, si-no de todos, intelectuales y periodistas, de quienestienen pasiones justas o equivocadas, de comunis-tas y de ex; hasta los militantes del laicismo a ul-tranza, llenos de prejuicios y tópicos, aunque re-negando, le aprecian.

Con razón lo llaman el Papa de las sorpresas; pero,si Dios quiere, no son de excluir sorpresas aún ma-yores. De momento, los jóvenes del mundo le esperanpara agosto en Toronto, y el obispo de Moscú, mon-señor Kondrusiewicz, da por hecho que el año queviene Juan Pablo II rezará en la Plaza Roja…

«No hay justicia sin paz; no hay paz sin amor; yno hay amor sin Dios», gritó un día; pero este mun-do nuestro, es decir, todos o casi todos nosotros se-guimos crucificando cada día al amor. Por eso nohay paz.

Miguel Ángel Velasco

Alfa y Omega

Alfa y Omega agradece la especial colaboración de:

«Por eso no hay paz»

Juan Pablo II ha iniciado su vigésimo cuarto año de pontificado