cadencia
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Revista independiente de ciclismo y expresión / Independent magazine of cycling and opinion. La carretera de la muerte, Bolivia + La vuelta al mundo de Colorado on the Road + Belchite + 20 años después en la Casa de Campo.TRANSCRIPT
Cadencia
Belchite * Aventura en Escocia * Colorado on the Road *
How To: ser un Villano * la Casa de Campo de hace dos decadas
ESPECIAL DIA DE LOS MUERTITOS, COMPADRE
OTOÑO2014
Índice nummer 3 DREI Imágenes La vergüenza del olvido
PORTADA El Descenso más largo del mundo
HOW TO Ser un supervillano
PERSONAJE Javier Colorado “on the road”
AVENTURA Españoles por el mundo: Escocia (II)
Escena final El Resplandor (1980).
Para muchos fue la película de terror que marcó una época. El genial Stanley Kubrick
hizo posible que 35 años después sigamos cagándonos de miedo al ver El Resplandor.
Reconócelo. Especialmente la escena en la que Danny
abre la habitación 237.
Editorial UNA LÍNEA ENTRE DOS PUNTOS
Hay veces que a uno le cambian el tercio en plena
faena, utilizando la comparación taurina. O se en-
cuentra con un sendero inesperado, con la bici.
Son esas veces en que vas por tu camino, haciendo
la ruta habitual y de repente, sin saber cómo, te
has metido en un sendero desconocido que no
sabes hacia dónde te llevará.
En este caso, yo también estoy en medio de un
nuevo camino en el que acabo de meterme. Este
es el primer número de Cadencia que hago en Ma-
drid. Después de comenzar en Barcelona esta ab-
surda aventura en mayo de este año, en julio tras-
ladamos la producción de la revista a la capital por causas que no vienen al caso. Nuevos proyectos,
nuevas cosas.
El caso es que aquí estoy, entre un sitio y otro. Quizás sea el primer caso de revista digital de ciclis-
mo y expresión que se hace a medias entre dos ciudades como Madrid y Barcelona. Apuesto a que
no hay muchas más que además se llamen Cadencia.
Hacer una revista como esta, minoritaria y pequeña, es un placer. Es un placer doble hacerla ahora
entre dos ciudades. Con dos puntos de vista. Y es una suerte hacerla en este momento. En un mo-
mento de cambios, de incertidumbres, de vértigo a todos los niveles. Una vía de tren, dos largas vi-
gas de hierro unen dos realidades muy distintas entre sí, pero en el fondo muy similares. Tan simila-
res que forman parte de la misma vía, pero cada una en una punta. Sin embargo, los que transita-
mos entre esos dos puntos, como fotones en un haz de luz, a menudo ya no estamos ni en un punto
ni en el otro, sino en la línea. En la vía que comunica ambos puntos distantes. Vivimos una realidad
sintetizada en un delgada línea apenas perceptible, que por no decantarse por uno o por otro extre-
mo resulta sospechosa de favorecer al opuesto. Ahí es donde vivimos algunos, en ese camino. Aves
en peligro de extinción porque su ruta de migración está en medio de un fuego cruzado que sospe-
chamos que está bastante amañado o provocado.
Si se borra o se destruye ese camino que algunos hacemos a menudo, como la ruta de una migra-
ción recurrente, esa diversidad de aves pequeñas, frágiles y raras, que van y vienen entre un punto y
otro, que están de paso y anidan por temporadas, quedarán encerradas en sus hábitats endogámi-
cos, se asfixiarán y desaparecerán. Es, por tanto, un problema de biodiversidad el problema este.
Happy trails. Alfonso.
Cadencia
Ducados Country Ven donde está el sabor.
Ven a
imágenes
belchite Texto y fotos: Tony
Al comenzar la guerra civil española, el
avance del ejército golpista llegó hasta
más allá de Zaragoza. En agosto de 1937,
el ejército republicano quiso responder
con una contraofensiva desde Levante y el
Norte con varias divisiones, incluidas las
Brigadas Internacionales. El avance hacia
Zaragoza se topó con una localidad en
medio de la nada. Belchite, con casi 4.000
habitantes en 1935, era un foco de resis-
tencia franquista que los republicanos no
se esperaban. La población quedó cercada
a finales de agosto, sufriendo el sitio del
ejército regular republicano, mientras los
franquistas utilizaban posiciones en los
edificios para instalar nidos de ametralla-
Arromanches (pág. Anterior, arriba)
y Gold Beach.
En esta página: batería antiaérea nazi,
interior y perspectiva de la costa desde
el puesto de tiro.
Un obús incrustado en la torre de la iglesia, se
mantiene intacto 77 años después.
Pasear por Belchite
te deja un nudo en
el estómago difícil
de explicar.
Parece que no ha
pasado el tiempo
en este museo al
horror, al aire libre.
doras. El asedio a Bel-
chite incluyó comba-
tes callejeros cuerpo
a cuerpo, mientras la
población permane-
cía sin suministro de
agua ni alimentos.
Finalmente, el asalto
Cúpula de la igle-
sia. Ningún edificio
de Belchite quedó
en pie durante el
combate.
En 14 días de combate, se calcula que murieron
4.000 combatientes de ambos bandos.
a Belchite le es encomendado a la XV Bri-
gada Internacional, y a principios de sep-
tiembre, Belchite cae y es recuperada por
el ejército republicano. Aunque su avance
hasta Zaragoza acabó siendo neutralizado
más adelante en la Batalla del Ebro.
Terminada la guerra, el dictador Francisco
Franco decidió no reconstruir el pueblo de
Belchite y mantenerlo como una especie
de santuario a los mártires del bando fran-
quista. En su lugar, ordenó construir un
Belchite nuevo a pocos kilómetros, que
actualmente es un pueblo más de la pro-
vincia de Zaragoza. Sin embargo, a unos 2
km sigue el Belchite Viejo, del cual hace
años que ninguna institución se interesa o
se preocupa por mantenerlo. Puede visi-
tarse y está abierto al público, aunque las
ruinas cada vez se encuentran en peor es-
tado, y sin duda se echa en falta algún ti-
po de actividad, plan, promoción… algo
que se parezca a un mínimo afán por re-
cordar el testimonio de Belchite como una
de las masacres de la guerra civil.
¿Memoria histórica?
Es triste que un pueblo se enfrente en una
guerra civil de tres años. Pero aún es más
triste que ni siquiera sea capaz de apren-
der de sus errores y enseñar sus conse-
cuencias a otras generaciones.
Las lamentables condiciones de Belchite
Viejo son tan desgarradoras que ya son un
testimonio del horror que debió ser aque-
lla guerra. Y sin embargo, avergüenza por
partida doble: por el horror que fue en-
tonces y por el olvido que es ahora. Cad*
Entretiempo
portada
Bolivia esconde un montón de rincones que te dejan con
la boca abierta. No sólo porque a 4.500m de altitud necesi-
tas respirar por cualquier orificio, y uno boquea como un
pez fuera del agua. Sino porque los paisajes bolivianos son
absolutamente extremos. Los Andes, la selva, el desierto, el
altiplano… todo cabe en este país empobrecido y sin em-
bargo tan rico. Y por encima de todos estos paisajes desta-
ca uno: la carretera más peligrosa del mundo, la tumba pa-
ra CIENTOS de personas durante años. La temida Carretera
de la Muerte. Este es el cuaderno de bitácora de esta ex-
periencia.
Texto y fotos: Jack Torrance
La Paz, 6.30 de la mañana.
El despertador del móvil me pilla
desvelado. Las noches a 3.500m en
La Paz son de todo menos placente-
ras. Es difícil pillar el sueño. A esta
hora de un sábado de julio me reco-
gen los muchachos del Team Mad-
ness, con quienes he contratado el
tour en bici por la Ruta de la Muerte.
Un autobús más o menos dentro del
estándar boliviano asoma por la os-
curidad de las calles pacenses y me
transporta junto a otras personas
igual de ojerosas como yo, hasta el
garaje que tiene la empresita, en el
mismo centro histórico de La Paz. Allí
guardan todo el equipamiento nece-
sario para hacer la actividad
(¡incluido casco integral!).
El parque de bicis de descenso y rígi-
das me impresiona. Su estado parece
bastante bueno y fiable. Los chicos
del tour cargan las bicis en una espe-
cie de baca preparada en el techo del
autocar, nos reparten pantalones,
chaqueta, casco integral y guantes
para cada uno, y ocupamos nuestros
asientos.
A 4.500m se nota la falta de oxígeno.
Especialmente si quieres hacer un
descenso de 4 horas por la carretera
más peligrosa del mundo.
7.30 de la mañana.
Desde La Paz ascendemos por sinuosas y
empinadísimas calles hasta alcanzar los
suburbios y la salida de la gran ciudad. El
día está despejado y en el iPod suenan Foo
Fighters para ir calentando. El frío es inten-
so. El aire se hace cada vez más fino.
Llegamos a la cota máxima desde la que
nos tiraremos con las bicis: 4.490m. Corre
un viento frío que, junto con la falta de
oxígeno, aturde. Apenas puedo pronunciar
frases con sentido (más que de costum-
bre). Pero estoy aquí, somnoliento y a pun-
to de hacer un descenso interminable.
8.53 am.
Las bicis que alquila Team Madness son
unas Specialized de descenso de gama ba-
ja. El recorrido del amortiguador está
“capado”, pero todo parece estar en orden.
Paso revista personalmente a mi bici: pre-
sión de neumáticos, frenos y tornillería.
Los primeros 20km de ruta se realizan por la nueva carretera que se ha
construido para evitar el paso de los Yungas o Ruta de la Muerte. Sólo en
2011 se registraron 42 fallecidos en esta carretera.
9 de la mañana.
Comenzamos a bajar por la carretera asfal-
tada. En este tramo de 20km hay tráfico
rodado. Es una carretera ancha y no es pe-
ligrosa, pero más vale no fiarse de los con-
ductores bolivianos....
De los 65km de bajada que vamos a hacer,
estos primeros son de “calentamiento”, pe-
ro realmente resultan divertidos para ir
probando la bici. Uno no sabe qué coño se
va a encontrar en la Carretera de la Muer-
te, así que es toda una incertidumbre.
Pienso que si vamos un grupo tan nume-
roso, con un solo guía, no puede ser muy
peligrosa la ruta. Pero aún así, tengo la
mosca detrás de la oreja.
9.45 am.
Terminamos el asfalto y nos subimos al au-
tobús para un enlace de unos 10 km que
ascienden ligeramente y nos lo evitamos.
Pasamos por un puesto de control de en-
trada al parque de los Yungas, y salimos de
la carretera. Entramos a una pista.
El paisaje se abre de repente a un valle
inundado de nubes. Las pulsaciones se dis-
paran cuando veo el cartel “La carretera
del a muerte”. Todos en el autocar excla-
mamos: “Oooh, aaahh, uuuhhh”.
El abismo está ahí abajo.
Cualquier pequeño fallo puede ser
mortal. Bajar con esa sensación
te hace estar concentrado. Sólo
existe ese momento y nada más.
Las excursiones que se contratan en
La Paz son todas una globerada. Pero
es la única forma de hacer la Ruta
con ciertas garantías de seguridad.
En algunas curvas hay guardarraíles. Sin duda,
algo que a uno le deja tranquilo.
¡Una caída de 1.000m sabiendo que hay
guardarraíl no es nada, hombre!
10 de la mañana.
Una vez avituallados, hechas las fotos de
rigor y observado el impresionante paisaje
de los Yungas, cogemos las bicis y comen-
zamos a bajar La Carretera de la Muerte.
Las normas de seguridad son básicas: no
adelantar al guía e ir por la izquierda de las
roderas de los vehículos, para anticiparse
en las curvas.
La carretera está cerrada al tráfico desde
hace unos años, pero sigue teniendo trán-
sito de vehículos y de otros grupos de tu-
ristas en bici, por lo que hay que ir con
precaución.
El ancho de la pista es de entre 1,5 metros
en los tramos más estrechos, hasta 3 me-
tros, que es lo habitual.
No resulta realmente peligroso manejar la
bici en esta pista, aunque la gravilla y la
tierra de la pista dura hace que vaya con
cuidado al entrar en las curvas.
Lo jodido es mirar al lado izquierdo y dar-
se cuenta del precipicio que se abre y que
no tiene fin. Es una caída sin remedio, 90
grados, a la mierda. A los que se caen por
ahí no se les puede rescatar, de tan profun-
do e inaccesible que es el terreno.
Pero de vez en cuando hay un guardarraíl.
Toda una ironía para esta carretera.
Coroico, 14.35 del mediodía.
Con las paradas y a ritmo tranquilo, se tardan 4
horas en completar los 40km de descenso en
pista por la Carretera de la Muerte. 3.000m de
desnivel y una diferencia de 20º C entre Las
Cumbres y Coroico.
La Ruta termina en un colorido chiringuito de
Coroico, en plena jungla. Las botellas de cerve-
za Paceña empiezan a salir por todas partes, y
es que... ¡has hecho la Carretera de la Muerte!
Más que la adrenalina del recorrido en bici,
que es espectacular pero no es de taquicardia,
el subidón es por superar la prueba y el “mito”
de esta ruta.
La vuelta hacia La Paz en el autobús es memo-
rable. El ambiente entre somnoliento y nervio-
so de la mañana ha dado paso a un botellón
como Dios manda entre todos los guiris que
hemos hecho la ruta. Brasileños, australianos,
holandeses, ingleses… No hay nada como un
guía cachondo y borrachín, cuatro botellas
preparadas de ron con coca cola, y un MP3
con tecno a toda tralla para disfrutar del increí-
ble paisaje de vuelta en estado ebrio.
La Paz, 18.30
Las carreteras de montaña envueltas en una
espesa niebla, nos acompañan hasta La Paz,
donde terminamos un día épico. Cad*
1 El sincretismo religioso es palpable en los pueblos.
2 Una “cholita” vendiendo chucherías en La Paz
3 Lo más parecido a una tienda de bicis.
4 Barrio colonial de La Paz.
BOLIVIA, UN PAIS TREMENDO El segundo país más pobre de América Latina es una combinación entre
altiplano y selva. Altitudes extremas en plena cordillera de los Andes.
Amabilidad y trato familiar con el guiri, y comida bastante aceptable.
Un país por descubrir, especialmente para los amantes de la montaña.
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COMPETICIÓN
Sí, veinte años sí que es tiempo. Y si no, que se lo di-
gan a Tinker Juarez, John Tomac, Thomas Frischknecht
o Ned Overend. Todos esos tipos estuvieron un fin de
semana juntos corriendo con sus bicis en la Casa de
Campo de Madrid. Hace 20 años.
Este año se han cumplido 20 primaveras desde que el
17 de abril de 1994 John Tomac cruzara la meta del la-
go de la Casa de Campo, seguido por Thomas Frischk-
necht y Tinker Juarez, en un día de carreras que con-
gregó a 60.000 personas.
Era cuando la copa del mundo se llamaba “La Grun-
dig”, sólo existían dos formas de estar un poco al día:
el Solo Bici y el Bike, y los que asistimos a ese espec-
táculo creíamos estar en otro planeta viendo esas bi-
cis, ese ambiente y a esos corredores que hasta ese
momento eran sólo fotos en las revistas.
La carrera de la Casa de Campo puede que marcase
un hito en el MTB de este país, como antes ya lo mar-
có en 1993 la primera prueba que se disputó en Espa-
ña: en Llinars del Vallés.
Como curiosidad, en ambas pruebas ganó la misma en
categoría femenina: la gran Juli Furtado.
Cad*
HOW TO
Por Danny
EL MAL ESTÁ POR TODAS PARTES. EL REVERSO TENEBROSO SUELE PASEARSE
A NUESTRO ALREDEDOR INVITÁNDONOS A ESA RISA DESCONTROLADA PROPIA DEL
DOCTOR MALIGNO. ES HORA DE SER MALOS. ¡APRENDE LAS ENSEÑANZAS DE LOS
SITH Y CONVIÉRTETE EN UN SUPERVILLANO!
SER UN VILLANO
Hoy en día el rostro de los
supervillanos es el de mu-
chos personajes de la vida
pública. Los reconocerás
fácilmente por su risa es-
tridente y su falta de es-
crúpulos para hacer lo que
les sale de las pelotas y
salir airosos.
Cómo ser un villano Busca un tema. Un gran supervillano tiene que tener
una marca y un valor añadido que lo diferencie del
resto de villanos. Tener el superpoder de estar forrado no
basta, debes ganarte el villanismo robando, extorsionando,
manipulando, especulando… Convierte tu especialidad de delito
en tu marca de supervillano y triunfarás cual Doctor Muerte.
Existen superpoderes contra los que no se puede com-
batir. Tener la sangre azul, por ejemplo. Los supervilla-
nos de sangre azul (reyes y nobles) son los más letales e in-
destructibles villanos, y acumulan generaciones de superpode-
res a todos los niveles. Es muy difícil llegar a ser un supervi-
llano de sangre azul, pero si pegas un braguetazo como la
reina Letizia, puedes ser El Elegido.
Un villano (excepto los de sangre azul) no nace; se ha-
ce. El villano acumula miedo a las cosas. Fabrica lenta-
mente un gran muñeco de ira, lo cuece al fuego lento del odio y
después lo caga violentamente en la forma que desea. Este es
el camino al Lado Oscuro que todos llevamos dentro. ¡Tú tam-
bién puedes fabrica tu propio muñeco de odio! ¡Y de barro!
Aprende artes marciales y ponte una capa. Algunos
piensan que las capas están pasadas de moda, pero no
saben lo que dicen. Un buen supervillano siempre tiene una
capa en su fondo de armario. Y las artes marciales vienen bien
para aparentar, aunque luego casi siempre la mejor arma se-
creta de un buen villano es una cartera bien llena de billetes.
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Hoy en día el rostro de los
supervillanos es el de mu-
chos personajes de la vida
pública. Los reconocerás
fácilmente por su risa es-
tridente y su falta de es-
crúpulos para hacer lo que
les sale de las pelotas y
salir airosos.
AVENTURA
ESPAÑOLES POR EL MUNDO: ESCOCIA (II)
Single tracks & Single malts Segunda entrega de las aventuras de Javi Cruz en tierras escocesas. Esta vez nos
cuenta cómo son las rutas en Inverness y Torridon.
Texto y fotos: Franciso Javier Cruz
Inverness. Cercanía
A escasas millas del celebérrimo y
misterioso lago de donde toma
parte de su nombre, se encuentra
la localidad de Inverness, que es al
mismo tiempo la ciudad más
grande y la capital de las High-
lands.
Aunque para ser
honestos, sería me-
jor decir que es la
única ciudad en las
Highlands.
Destino turístico de
frikis busca-monstruos, jubilados
en busca de tranquilidad, golfistas
adinerados y mochileros con ga-
nas de aventura, la ciudad bulle
con multitud de sonidos locales y
acentos extranjeros.
A escasos 15 minutos de la esta-
ción de tren podemos encontrar la
colina llamada Craig Dunain, que
nos ofrece una buena forma de
montar sin alejarnos de la ciudad.
En ella podemos encontrar multi-
tud de descensos diferentes con
todo tipo de saltos, peraltes e in-
cluso alguna pasarela, pero per-
fectamente integrados en el en-
torno natural.
Se nota que los locales respetan
su monte, lo cual no impide que
se puedan construir descensos di-
vertidos y exigentes. Subidas por
pista o zigzagueantes senderos
nos permiten enlazar tramos si
montamos bicis polivalentes.
Si, por el contrario, lo tuyo es el
descenso, seguro que disfrutarás
como un enano en la multitud de
diferentes líneas con las que pue-
des darte de bruces cuando subes
empujando la bici.
La proximidad a la ciudad hace
que sea un punto de encuentro
habitual para los riders locales,
siempre dispuestos a aconsejarnos
cuáles son las mejores bajadas y a
reírse un poco de nuestro horrible
acento español.
Una vez más, las rutas discurren
casi siempre a través de un denso
bosque de enormes pinos caledo-
nios y otras especies de coníferas.
Muy recomendable si no tenemos
vehículo o tiempo.
Es como darse una
vuelta por un par-
que de la ciudad,
pero a lo bestia.
Torridon & Apple-
cross. Pequeño
Así es como te sientes aquí. Pe-
queño, minúsculo, insignificante.
Lo habréis podido ver en multitud
de vídeos promocionales, pero no
es hasta que uno llega aquí cuan-
do realmente nota esa extraña
majestuosidad de la costa noroes-
te escocesa. Aquí podrás experi-
mentar esa casi olvidada sensación
de aislamiento, de estar literal-
Inverness es la ciudad más grande y la capital de las Highlands.
O más bien, la única.
mente en mitad de la nada más ab-
soluta y a millas de distancia en
cualquier dirección de algo vaga-
mente relacionado con eso que lla-
man civilización.
Resulta complicado a día de hoy
pararte en mitad de una ruta, mirar
a tu alrededor y no ver un pueblo,
una carretera, ganado, personas o
incluso algún árbol en trescientos
sesenta grados a la redonda. Ese
tipo de conmoción que te recuerda
lo pequeños que somos.
Lo que sí encontrarás son kilóme-
tros de singletracks pedregosos y
divertidos. La geología de esta par-
te del mundo es peculiar. Resulta
muy curioso rodar sobre algunas
de las rocas más antiguas del mun-
do y que hace millones de años
pertenecieron al continente ameri-
cano y no al europeo. Piedras suel-
tas que no permiten que te relajes
ni un momento se combinan con
lanchas de roca con el aspecto de
helado derretido y que ofrecen un
grip excepcional. Majestuosos pi-
cos redondeados y con mil tonos
de gris, blanco y verde son salpica-
dos — continúa en la pág. 54
PERSONAJE
Colorado on the Road Estoy dando la vuelta al mundo en bici y soy feliz.
Texto: Alfonso Hernández / Fotos: Juanjo Alonso
El madrileño Javier Colorado cumple un año de
vuelta al mundo y nos responde una pequeña
entrevista desde México.
El 1 de octubre de
2013, un chaval de 28 años de
Madrid, Francisco Javier Colo-
rado, se montaba en su bici
cargada de petates, y salía
desde el kilómetro cero de la
Puerta del Sol, con destino…
el mundo.
Javier, diplomado en ingenie-
ría técnica industrial, especiali-
dad en Química Industrial; y
licenciado en Ingeniería Quí-
mica, dejó atrás familia, ami-
gos y se lanzó a llevar a cabo
un proyecto largamente per-
seguido. Francia, Italia, Cro-
acia, Bosnia, Albania, Eslove-
nia, Grecia, Turquía, Irán, Pa-
kistán, India, Laos, Camboya,
Vietnam, Tailandia, Canadá,
Estados Unidos, México...
Un año después, Javier nos
responde con amabilidad y
buen humor a un pequeño
cuestionario que nos envía
desde Baja California, México.
P.- Cumples un año de viaje
alrededor del mundo ¿Cómo
te sientes? ¿Vas a hacer algo
especial hoy?
R.- Alcanzar el 50% del pro-
yecto y llevar vivido un año de
Aventura alrededor del mundo
es una sensación que sólo se
puede explicar con una pala-
bra: felicidad. No creo que ha-
ga nada en especial, ni nada
extravagante, ya que cada uno
de los días que he vivido des-
de que di la primera pedalada,
han sido especiales, no hay
dos días iguales.
P.- ¿Cómo se te ocurrió este
proyecto? ¿Te costó mucho
dar el salto?
R.- Dar la vuelta al mundo es
un sueño que he tenido desde
muy joven, y el deporte me ha
acompañado en mía día a día
desde siempre, por lo que de-
cidí juntar un sueño con una
pasión, y convertir esta gran
aventura en un reto personal y
deportivo a la vez. Para dar el
salto y luchar por ello, lo único
que necesite y que nece-
sitamos todos a la hora de
perseguir un objetivo, es sim-
plemente tener confianza en
uno mismo.
P.- ¿Has tenido algún mo-
mento en tu viaje en el que
hayas dicho "me doy la vuel-
ta"?
R.- No he tenido uno, sino que
he tenido dos. Cuando mis
dos hermanas mayores fueron
madres, me dieron ganas de
dejar el viaje por un momento
para poder estar con ellas.
Pero ellas siempre me han
apoyado en todo momento, al
igual que toda mi familia, y
me animaron a seguir ade-
lante, ya que mis sobrinos
siempre estarían esperando a
que el aventurero de su tio
volviera a casa.
P.- Hasta ahora, ¿qué país te
ha gustado más?
R.- Estados Unidos me ha
parecido increíble, ya no sólo
por las grandes ciudades, sino
por lo que mas estoy disfru-
tando del mundo, la natura-
leza. Sin duda alguna los
Parques Nacionales de Estados
Unidos y lo bien conservados
que están, me han dejado con
la boca abierta.
P.- ¿Cuál es tu rutina diaria,
preparas las etapas de algu-
na forma?
R.- Mi rutina empieza con el
sonido del despertador a las
06:30 am, si me hago el remo-
lon en el saco de dormir, el
calor del sol en la tienda de
campaña se encarga de po-
nerme en pie.
Después de un desayuno de
legionarios y de estirar como
es debido, me subo a la bi-
cicleta para enfrentar todos los
nuevos desafíos que se me
presentan en todas las etapas.
A lo largo del día no hay una
rutina con res-pecto a los pai-
sajes, personas, culturas o cli-
matología que voy viviendo,
ya que cada día es un día nue-
vo.
Me gusta finalizar la etapa an-
tes de que se ponga el sol, pa-
ra poder escoger el lugar mas
idóneo para plantar la tienda
de campaña y encontrar el
descanso que me dará fuerzas
a la mañana siguiente. Siem-
pre procuro disfrutar al máxi-
mo del mundo que voy cono-
ciendo, y mi parte favorita es
la gastronomía.
P.- Finalmente, Javier, dinos
cómo te financias, tus spon-
sors, y cómo se puede cola-
borar para que continúes tu
viaje alrededor del mundo.
R.- Al inicio del viaje y en una
ocasión a lo largo de este, la
marca Orbea me proporcionó
el material de ciclismo para
poder llevar acabo el proyecto.
Gracias al dinero que ahorré
antes de dar la primera peda-
lada, pude financiarme cada
día hasta llegar a Los Ángeles,
pero después de mucho lu-
char por un sponsor que se in-
volucrara en mi manutención,
decidí crear una campaña de
Crowdfunding para poder re-
cibir las donaciones de los fo-
llowers y continuar luchando
por el sueño.
Gracias a ellos he recaudado
lo suficiente para luchar 200
días más y avanzar hasta Su-
damérica.
Mis followers son mi único
sponsor, ellos son los que más
se preocupan por mí.
Si a raiz de esta entrevista hay
más personas interesadas en
viajar junto a Javier a través de
sus publicaciones en el blog y
quieren apoyar el proyecto
Colorado On The Road, pueden
visitar su página web:
www.coloradoontheroad.com
Tirana, capital de Albania.
Estambul
“
Atravesando partes de la mítica Ruta 66 en Estados Unidos.
El desierto de Death Valley puso a prueba a Javier con temperaturas de hasta 50º C.
— viene de la pág. 42 con cientos de
Lochs y zonas de barro perenne, los fa-
mosos boggies.
La situación de la costa noroeste escoce-
sa hace que el promedio de lluvia sea de
veintidós de cada treinta días, así que
mejor no te fíes y lleva siempre tu chu-
basquero en la mochila, así como los re-
cambios necesarios para cualquier pe-
queña avería. Recuerda que estarás a
muchas millas de cualquier tienda de bi-
cicletas. En general, de cualquier tipo de
tienda ya que esta es la zona con menor
densidad de población de toda Europa.
Una perfecta opción para alojarse es el
Torridon Youth Hostel, con precios in-
teresantes y todas las comodidades, in-
cluyendo manguera para limpiar el ba-
rro, un cobertizo para que duerman se-
guras y un más que necesario cuarto de
secado para la ropa.
Vale la pena acercarse al pueblo costero
de Shieldaig, ver el atardecer y probar la
deliciosa lasaña de pescado en el Shiel-
daig Bar and Coastal Kitchen.
EN EL PRÓXIMO NÚMERO:
SKYE Y AVIEMORE
Cad*
FELIZ DIA DE MUERTOS,
COMPADRITO
Próximo número Portada: Ya veremos.
Aventura: Todo se andará.
Imágenes: Cualquiera sabe. . . .
Personaje: El que menos te lo esperas. . . .
y mucho más, compadre.
Cadencia
―No seas decadente y pedalea. Cadencia