cadencia mag

65
Cadencia COMPETICIÓNDESCENSODESANTANDREUDELABARCA imágenesESPACIOSVACÍOSenFIXIE HOWTOCERVEZAartesanal Untemalapublicidadenelciclismo AVENTURALACARANORTEDELEIGER Viaje a ninguna parte Salir de las autopistas para adentrarse en la cultura popular de la España interior

Upload: cadenciamag

Post on 22-Mar-2016

247 views

Category:

Documents


2 download

DESCRIPTION

Revista independiente sobre ciclismo, mountain bike, aventura, opinión y fotografía / Independent magazine about cycling, mountain bike, adventure, opinion and photography.

TRANSCRIPT

Page 1: Cadencia Mag

Cadencia

COMPETICIÓN DESCENSO DE SANT ANDREU DE LA BARCA

imágenes ESPACIOS VACÍOS en FIXIE

HOW TO CERVEZA artesanal

Un tema la publicidad en el ciclismo

AVENTURA LA CARA NORTE DEL EIGER

Viaje a ninguna parte Salir de las autopistas para adentrarse

en la cultura popular de la España interior

Page 2: Cadencia Mag

PRIMAVERA2014

Índice

Imágenes Espacios vacíos en fixie

COMPETICIÓN Descenso de Sant Andreu de la Barca

PORTADA Viaje a ninguna parte

HOW TO Fabricar cerveza en casa

Un TEMA La publicidad en el ciclismo

AVENTURA La cara norte del Eiger

Page 3: Cadencia Mag

Escena final La vida secreta de Walter Mitty (2013).

Page 4: Cadencia Mag
Page 5: Cadencia Mag
Page 6: Cadencia Mag

TEORÍA Y PRAXIS

Llevo muchos años leyendo revistas de bicis y también de

otro tipo. Cada deporte, afición o colectivo de personas pare-

ce tener su propia revista dedicada. Es como si todos los co-

lectivos tuvieran que tener su boletín informativo, su gaceta

propia. Tiene sentido, no voy a negarlo. A todos nos ha gusta-

do identificarnos con una tribu y saber qué ocurre en ella, qué

novedades hay y qué nuevos productos existen. Pero pasar

todo el tiempo en la misma tribu tiene algo de endogamia. Al

final, no vivimos sólo de cine, de fútbol o de bicis. Vivimos en

un mundo en el que suceden otras cosas y todas están rela-

cionadas.

Hoy en día está todo relacionado, sí. Todo un océano de fenómenos suceden a diario en nuestro

entorno, y el cemento que une a todo ese caos informativo y nos mantiene cuerdos es la actitud con

la que cada uno afronta la vida. El sentido de pertenencia a una tribu puede sernos útil para afrontar

la vida. Sentirnos parte de un colectivo (a los que les gusta el ciclismo, por ejemplo) y conocer, bus-

car modelos y patrones de inspiración, forma parte de salir de la rutina y de eso que se llama la bús-

queda de la felicidad. Pero no nos engañemos. Cada vez más esa tribu tiene sus propios intereses y

su vida propia. Ya no es una tribu inocente de gente libre que se asocia solidariamente. ¿Quizás al-

guna vez lo fue?

La tribu enseña y socializa, pero también hace sus propias selecciones naturales en función de quien

destaca o quien no. El triunfo deportivo, el éxito social están impulsados por potentes resortes, diga-

mos naturales y humanos (superarse a uno mismo o llegar más lejos, por ejemplo) pero a menudo

también por resortes camuflados en bonitas escenas cotidianas cuya última finalidad es hacernos

consumir. Renovarse, buscar la afirmación social… en definitiva, seguir moviendo la rueda de la civili-

zación.

De la misma forma que existen tribus cada vez más fuertes y poderosas, siempre existen espíritus

libres que no se conforman con beber de una única fuente de sabiduría, y que tienen contacto con

otras tribus y de formas diversas. Incluso quienes no tienen contacto alguno con ellas, aparentemen-

te. Individuos que han sido expulsados de ellas, las han abandonado o no se adaptan a sus normas

escritas o tácitas, y que van a su aire. Parece que forman parte de una tribu a los ojos de otros, pero

no es así. Van por libre. Sea lo que sea lo que implique eso hoy en día.

Por esta razón (y no necesariamente para quienes piensan así), nace CADENCIA. Una publicación

independiente, libertina si se quiere acudir a las etiquetas que utilizan las tribus. No busquen en esta

revista una ideología convencional según los estándares. Busquen, si quieren, un territorio entre el

anarquismo bakunista, el escepticismo y el fenomenismo. Y aún así, se equivocarán.

CADENCIA se denomina a la soltura con la que realizamos el pedaleo sobre la bici. Curiosamente es

un término que proviene del italiano y de la danza. La música. “Repetición de fenómenos que se su-

ceden regularmente”, dice la RAE. Y curiosamente, su palabra antónima u opuesta (aunque no literal)

es DECADENCIA. Es decir, CADENCIA debería ser lo contrario a la decadencia. En teoría.

Editorial

Cadencia

Page 7: Cadencia Mag

ESPACIOS VACIÍOS en FIXIE Las periferias de las grandes ciudades ofrecen perspectivas insólitas y reflejos

de un sistema fallido en unos casos, y olvidado en otros. Lugares que llaman

a gritos ser visitados en compañía de un vehículo de dos ruedas, sencillo

y urbano como es una fixie.

imágenes

Page 8: Cadencia Mag

Los planes urbanIsticos y años de desarrollismo e industrialización han

dibujado el paisaje de nuestras queridas y odiadas

ciudades. Localidades donde habitualmente tra-

bajamos, hacemos negocios, estudiamos, nos re-

lacionamos, vamos al cine o a conciertos. Y tam-

bién grandes espacios donde caben los desper-

fectos de la sociedad. Aquello que ya nadie quie-

re, o que ha fracasado o se ha hundido por el pa-

so del tiempo, de las crisis o del destino.

Son estos sitios, oscuros y sórdidos, lo suficiente-

mente atrayentes para culos inquietos que

aprovechan un domingo cualquiera para hacer

una visita cultural por la otra ciudad. La alejada de

los turistas, no por estar apartada físicamente,

Page 9: Cadencia Mag

sino por estarlo emocionalmente. Resulta feo y

desalentador ir con la familia a visitar fábricas

abandonadas un domingo de sol radiante. Igual

de desalentador y triste que un perro callejero

deambulando por un sucio callejón con charcos.

Y sin embargo, estos lugares existen. Algunos

incluso aparecen en Google Maps, salen sus calles

y tal. Pero cuando los ves, sólo consisten en es-

combros, paredes tiradas, suciedad y un caos que

poco o nada tiene de bello. Excepto si se busca

en ellos la estética de la destrucción.

Page 10: Cadencia Mag

Probablemente no haya mucho de estético

en ver escombros o edificios destartalados

y abandonados. Pero quiero pensar que

algún día esos lugares albergaron proyec-

tos, trajín de mercancías, ir y venir de per-

sonas. También enfados, marrones, movi-

das y explotación. Putadas entre compañe-

ros. En fin, la vida moderna. Pero en esos

lugares había vida. Ahora ya no, son ce-

menterios urbanos o ni siquiera eso. Son

vagabundos y homeless de cemento que

a nadie le importan.

Page 11: Cadencia Mag

Paseando con mi bici por esos sitios dejados de la

mano de Dios, detecto una gran falta de amor.

En el fondo es eso. Ni siquiera alguien se molestó

en derribar estos mamotretos, que me recuerdan

a las apabullantes estructuras abandonadas de la

Europa del este. Ni siquiera eso. Simplemente los

dejaron ahí tirados para que alguna civilización

futura quizás los encuentre algún día, sumergi-

dos bajo el agua, y diga: “mirad lo que hicieron

nuestros antepasados”.

Page 12: Cadencia Mag

Luego están las paradojas. Como ese carril bici deli-

neado en un bulevar industrial, por el que ninguna bici

puede circular puesto que está interrumpido el paso

cada 100 metros. Son las paradojas extrañas, capricho-

sas, de las ciudades y sus gestores, que parecen querer

recordarnos cada cierto tiempo que tienen sentido del

humor, y que nos tomemos con una sonrisa todas las

cosas absurdas e inútiles que hacen a nuestra costa.

Este carril bici absolutamente inútil es el resumen

perfecto de esta visita urbana industrial. Una buena

intención, seguramente alentada por la corrección polí-

tica que exige el ganar votos, pero del todo ridícula.

Incluso divertida, de puro patética.

Da igual; aunque quienes dibujan los carriles indiquen

por dónde circular, no siempre hay que hacerles caso.

Sobre todo cuando esos carriles marcados no condu-

cen a ninguna parte.

Page 13: Cadencia Mag

Lo mejor de todo es que la vida siempre se abre

paso, incluso entre los paisajes y los entornos más

hostiles. Como este pequeño sendero, que de re-

pente ha florecido entre la acera y la calzada, sor-

teando durante unos cuantos metros la normativa

vigente y la destrucción que le rodea.

Se diría que es el brote de una flor entre el ce-

mento y los escombros. El único rastro de vida por

aquí cerca. Alguien se molestó en caminar un

día por la hierba, y fue abriendo camino. Ahora

es un sendero breve, humilde y pequeño. Una jo-

dida margarita en un solar inmenso. Y probable-

mente perdure. Cad*

Page 14: Cadencia Mag

GP SANT ANDREU DE LA BARCA

1º BERNAT GUARDIA

2º STEVE PEAT

3º IVÁN OULEGO

Page 15: Cadencia Mag

Sant Andreu de la Barca (BCN) acoge cada año la inauguración oficiosa

de la temporada de descenso nacional. Los invitados a esta fiesta suman

varias decenas de campeonatos nacionales, pódiums de copa del mundo

y títulos nobiliarios varios. Es una fiesta selecta de la nobleza del descen-

so, pero abierta también a las clases medias e incluso a la plebe.

La organizan dos grandes anfitriones, los Oulego y los Guardia, congrega

a 300 invitados, y es un éxito desde hace 21 años. Estos sí que saben

organizar una fiesta en el jardín de casa.

COMPETICIÓN

Page 16: Cadencia Mag
Page 17: Cadencia Mag

La biografía de Iván Oulego va paralela a la historia del des-

censo en nuestro país. El corredor de Sant Andreu de la Barca,

que recientemente ha sido padre, cumplirá 21 temporadas

en activo este año, y se ha ganado un nombre propio y varios

apodos (O’Show, Caballo Loco) en el circuito de descenso na-

cional e internacional gracias a su carisma y su estilo inconfun-

dible.

Lejos quedan sus primeros años,

con aquella mítica Amerbik Air

que era la envidia de muchos de

nosotros. Oulego pasó después

por el Sintesi-Marzocchi y recaló en el equipo

Kastle, ya disputando habitualmente la Copa del Mundo y ha-

ciendo buenas actuaciones. Su estilo “a muerte” le convertía

siempre en un rival a tener en cuenta, pero al final su fogoso

pilotaje le jugaba malas pasadas y no terminaba de asentarse

en el pódium aunque siempre fuese uno de los favoritos.

Sobre todo para el público, que siempre ha aplaudido su es-

pectáculo y su cercanía.

Hoy en día, y dentro de la casa Masferrer y el equipo de desa-

rrollo de Massi, Oulego sigue al máximo nivel de pilotaje y re-

aparece con su Massi Toro en descensos puntuales como el

clásico de Sant Andreu, los campeonatos de España y las copas

del mundo europeas. Su objetivo es competir en los mundiales

de Andorra en 2015. Verle ahí sería un colofón digno a su bri-

llante carrera.

Palmarés destacado de IVÁN OULEGO

3 Campeonatos de España (2002, 2005, 2008).

1 victoria en Copa del Mundo de DH (2003).

1 quinto puesto en Copa del Mundo de DH

(2000).

1 quinto puesto en Europeo de DH

1 sexto puesto en Copa del Mundo de DH

(2002).

Foto

: Ph

un

kt.com

Page 18: Cadencia Mag

Si en las motos es Valentino Rossi o en el surf Kelly Slater, en el

descenso la leyenda andante es Steve Peat. Podría ser Sir, duque o barón,

pero es simplemente Peaty.

El británico no vino a España como muchos de sus compatriotas a torrarse al sol

y privar hasta la muerte, sino a competir y calentar motores para la copa del mun-

do, que será la 21ª (vigésimo primera) que disputa.

Steve Peat es un símbolo británico como los Rolling Stones.

Siempre parece que van a retirarse pero nunca lo hacen.

Así que cuando Steve Peat se retire (algún día) sucederá como con los

Stones o con John Tomac: habrá quien pueda decir que pudo verlos en directo.

Page 19: Cadencia Mag

Palmarés de Steve Peat

Campeón del Mundo DH (2009)

3 Copas del Mundo DH (2002, 2004, 2006)

9 Campeonatos de Reino Unido DH

2 Campeonatos de Europa DH

17 Victorias en pruebas de Copa del Mundo

52 Podiums en Copa del Mundo 107 pruebas de Copa del Mundo disputadas hasta 2014.

Page 20: Cadencia Mag

Bernat Guardia afronta una nueva

temporada con el objetivo de consoli-

dar su trayectoria internacional. Con-

seguir un resultado destacado en la

Copa del Mundo cada vez se vende

más caro, pero Bernat es hoy por hoy

el descender más sólido y con más ex-

periencia en nuestro país. Su victoria

en Sant Andreu le viene muy bien para

empezar fuerte esta temporada.

Palmarés

de Bernat Guardia

5 veces en el Top 10 de Copa del Mundo 2 veces Top 15 Campeonato del Mundo

6 veces Campeón de España 2 Maxxis Cup International 10 veces Campeón de Cataluña

El hombre a batir

Bernat Guardia

Page 21: Cadencia Mag

en Sant Andreu le viene muy bien para

Multiplicación milagrosa

El milagro de los panes

y las hostias

Por norma, nunca me río de ningún colega cuan-

do se cae con la bici, ni me gusta que otros lo hagan.

Primero, siempre que uno puede reírse significa que

la caída no ha sido grave., por lo que habría un moti-

vo para reírse, pero no es eso. Sobre todo porque

reírse o señalar al que se ha caído es bastante cobar-

de, y una mofa que puede volverse en contra nuestra

en la curva siguiente. Eso sí, hay veces en que uno no

puede menos que soltar una carcajada ante caídas

absurdas o torpes que nos pasan a todos.

La última curva de entrada a meta en el DH de Sant

Andreu se convirtió en una trampa para muchos pilo-

tos, que rodaban por el suelo ante la sequedad y ero-

sión del terreno. El momento de captar la caída de

estos corredores sirva de homenaje a esas veces en

que las hostias sientan tan mal, y que no puede ser

peor que entrando en meta.

Page 22: Cadencia Mag

Víctor Esplugas Madrileños por el mundo

La primera prueba del Open de España de DH atrajo

a muchos corredores de otras comunidades como la

madrileña, con algunos destacados representantes

Page 23: Cadencia Mag

Alberto Ferreras “Turro”

Madrileños por el mundo La primera prueba del Open de España de DH atrajo

a muchos corredores de otras comunidades como la

madrileña, con algunos destacados representantes

Page 24: Cadencia Mag

Toni Ferreiro

Destacó el año pasado

con varias actuaciones

en la Copa del Mundo.

El gallego, campeón de

España 2013 con su

Evil, puede confirmar

su candidatura a

“rookie” del año.

Page 25: Cadencia Mag

David Vázquez

El niño prodigio del

DH español ha vuelto.

Tras su retirada

oficial del circuito,

David retoma la

competición en enduros

y descensos puntuales

dentro de la escuadra

Evil-XMS. Cad*

Page 26: Cadencia Mag

Viaje a ninguna parte

El hombre de estos campos que incendia los pinares

y su despojo aguarda como botín de guerra,

antaño hubo raído los negros encinares,

talado los robustos robledos de la sierra.

Hoy ve a sus pobres hijos huyendo de sus lares;

la tempestad llevarse los limos de la tierra

por los sagrados ríos hacia los anchos mares;

y en páramos malditos trabaja, sufre y yerra.

portada

Page 27: Cadencia Mag

stos versos los escribió un tal Antonio

Machado en 1912. Hace más de 100

años, Machado ya hablaba de una

estirpe de gente pobre y áspera, que

maltrataba la tierra que le daba de

comer y de la que vivía. Gentes po-

bres e ignorantes, a la que no le quedaba más

remedio que ver a sus hijos huir en busca de otro

destino un poco más próspero. Porque en la tie-

rra propia sólo les esperaba ingratitud y desati-

nos.

Machado se refiere, también, a un tipo de España

que no es la que habitualmente tenemos en

mente si no es cuando sale en las noticias por

alguna reyerta o altercado siniestro. Entonces sí

nos acordamos de “la España profunda”, “la Espa-

ña negra” y otros calificativos para referirse a to-

do ese páramo que queda entre las grandes ciu-

dades y capitales de provincia. Machado se refie-

re, en fin, a los pueblos. Donde no se toman deci-

siones trascendentales, donde no hay congresos

ni senados ni manifestaciones ni atascos. Lugares

que pasan desapercibidos, pero que siempre es-

tán ahí. Fueron la cantera de emigrantes para

jugar en la primera división de la ciudad, han sido

y siguen siendo lugares para ir de vacaciones a

ver a los abuelos, y ahora también son la terapia

natural de los urbanitas estresados.

Pasar un fin de semana en una casa rural, en un

pueblo perdido de las montañas, bucólico y pas-

toril se ha convertido en el ideal de descanso y

hedonismo para el white collar común, incluso lo

fue para los proletarios normales

hasta antes de que todo se fuera a la

mierda con la crisis. Desconectar de la

rutina con una dosis de naturaleza y

pan de hogaza, y volver con las pilas

cargadas a la ciudad. Una puta mier-

da.

La gente va al campo hoy en día a lo

mismo que va al zoo. A ver especíme-

nes puestos en un gran escaparate al

aire libre y hacerles fotos. A cubrir una

necesidad propia introduciéndose en

la vida de los demás por un par de

días. A demostrarse a sí mismos lo

humanos y sencillos que son al in-

teresarse por las labores del campo o

por comer un cochinillo en una mesa

con mantel de papel. Después, Vi-

llafáfila de Abajo y sus habitantes

quedarán como un bonito recuerdo

del que hablar a los compañeros de

oficina antes de entrar a una reunión

en la que van a sacarse los ojos.

E

Pasar un fin de semana en una casa rural se ha convertido

en el ideal de descanso y hedonismo para el white collar

común. Una puta mierda.

Page 28: Cadencia Mag

No hace falta ir a Whistler o a los Alpes para

vivir auténticas aventuras sobre la bici.

Basta con desviarse de la autopista unos

kilómetros y perderse en el interior

de sierras, pueblos y valles de nuestro

vetusto y complejo país.

Page 29: Cadencia Mag
Page 30: Cadencia Mag

La España interior no suele entenderse porque no

hay voluntad de entenderla. La gente de los

pueblos sigue llamando a los extraños que vie-

nen de visita “forasteros”, y no es en vano. A pe-

sar de lo quieran hacernos creer, existe la misma

distancia entre el campo y la ciudad como la que

existe cuando un lugareño (un paleto, en la jerga

urbana) osa adentrarse en la jungla de asfalto.

Está perdido. Sigue siendo un Paco Martínez So-

ria. De hecho sólo han pasado treinta o cuarenta

años de esas escenas, que no es nada (por cier-

to, qué buena película habría sido un “el pueblo

no es para mí”). Y no entiende nada ni lo enten-

derá nunca, sencillamente, porque uno de esos

mundos cada vez va más deprisa y se aleja en

dirección opuesta al otro.

Los modernillos descubren

el vintage rural. ¡Socorro!

Lo que hace más visible este gap hoy en día, pre-

cisamente, es ese supuesto y ridículo acercamien-

to entre el campo y la ciudad. Mucha gente ha

redescubierto que tiene un pueblo al que ir a

pasar unas vacaciones low cost en tiempos de

crisis, y eso une. Para muchos, incluso, el medio

rural es la quintaesencia de todo lo bueno y dulce

que hay en el mundo, la reserva espiritual del

capitalismo perverso o el paraíso perdido de

Milton. Hubo incluso aquella campaña en la que

le buscaban “un pueblito bueno” a los esclaviza-

dos urbanitas. Qué ingeniosos. Pero exceptuando

los veraneantes (que son otra categoría propia en

la escala social rural), el ciudadano urbano medio,

sin raíces rurales, y orgulloso de pertenecer al

primer mundo con su iPad y sus gadgets, sigue

sin entender o interesarse por esa España interior.

Ese concepto queda etiquetado en la categoría

de cosas bizarras, horteras o estrafalarias. Vin-

tage. Incluso cometen la torpeza de convertirla

en el spot de una bebida de agua con polvos.

Los publicistas y los modernos han descubierto el

encanto de las alpargatas y las batas de guatiné,

y las han convertido en moda y en cosas cool.

Otra puta mierda. Hace sólo 40 años muchos

pueblos ni siquiera estaban asfaltados y apenas

había luz o agua corriente. Entonces nadie busca-

ba refugio en ellos, porque las casas eran de ado-

be, hacía frío y olía a mierda de vaca. Ahora que

hay bebidas isotónicas la mierda de vaca huele a

experiencia olfativa natural, y esos entrañables

viejecitos ya no son unos pueblerinos en alparga-

tas, sino unos gurús que avisaban de que iba a

haber una crisis, y lo hacían a su manera pero

clavando las verdades una tras otra, como si estu-

vieran cavando la tierra con su azada.

La España interior, la de los pueblos y las carrete-

ras mal asfaltadas, la que tiene sus propios códi-

gos y valores, sólo existe cuando otros la usan de

diván o de retrato costumbrista. Para comer y

beber, para divertirse cazando sus animales o

haciendo fotos a sus iglesias. Y lo cierto es que

todo se ha organizado para que así sea, y todos

participamos de ello. El vino y los alimentos que

bebemos y comemos no vienen sino de esa gran

despensa y ese enorme granero que son los cam-

pos de la meseta. Y van a los mercados y a las

ciudades porque es donde hay más gente que

demandan esos productos. Y en esos sitios hay

más gente porque hay trabajo, cines y tiendas.

Progreso desigual

El progreso no es democrático ni hace referén-

dums. No da a elegir entre una cosa u otra. Ins-

taurar el progreso como unidad de medida supo-

ne optar por unas cosas y renunciar a otras. Pun-

to. Elegir entre el primer mundo, con sus reunio-

nes para sacarse los ojos, sus transportes públi-

Page 31: Cadencia Mag

cos y sus terrazas de moda para tomar cañas, y

ese otro mundo que se extiende más allá de las

autopistas y las carreteras. El que se ve bajo el

avión de alguien que viaja desde una ciudad a

otra.

Es que las distancias hoy en día se han acortado.

Vivimos en un mundo veloz que va demasiado

deprisa, dicen. Es natural. Vemos la realidad en

forma de titulares y en letreros con orígenes y

destinos. Madrid-Barcelona. Valencia-Sevilla. Tra-

yectos de punto a punto. Lo que queda entre

esos puntos nos importa una mierda. No existe

más que lo que aparece en las pantallas. Nos mo-

vemos y nos trasladamos con gran facilidad. Te-

nemos los medios y la evolución para ello. Somos

capaces de viajar a Nueva York o Shangai y no

desentonar. Siempre que haya una wifi y un

adaptador para enchufar el cargador del móvil

podemos sobrevivir, da igual como vayas vestido,

lo que digas o lo que hagas. Pero si te sueltan en

Villafáfila de Abajo, en el bar del pueblo, a con-

versar con sus vecinos, tendrás un problema muy

Los cretinos pasan desapercibidos e incluso gozan

de cierto prestigio en las ciudades. En los pueblos

se quedan al descubierto a la primera de cambio.

Page 32: Cadencia Mag

románico

soportal

Page 33: Cadencia Mag

corzos

contemplación

Page 34: Cadencia Mag

serio. No entenderás una mierda. Aunque tengas

el último iPhone.

Cada uno entiende la España interior de una for-

ma. Para algunos siempre será una tierra de pale-

tos, para otros será el escenario de episodios sór-

didos, capítulos de la España profunda: la Sema-

na Santa, las procesiones, la matanza del cerdo,

los toros. Para otros, en cambio y de la misma

manera irracional y falsa que los anteriores, la

España interior será un símbolo casi místico de

una España pura, en la que todo era más ordena-

do y tradicional, y en la que se

vivía mejor a pesar de ser más

ignorantes y más pobres. Todas

estas ideas, tanto las que se mo-

fan de la España profunda como

las que la ensalzan y hasta las que

la ignoran, tampoco se enteran de

nada. ¿Qué hay que hacer, enton-

ces, para entender algo de esta

España?

Hay algunas respuestas

a estas cuestiónes,

y yo no soy ningún

gurú para contestarlas

Pero intuyo que todas ellas tienen

que ver con dos cosas muy senci-

llas y al mismo tiempo tremenda-

mente complicadas para el co-

mún de la población posindus-

trial: observar y escuchar. Por si

no lo sabías, los valores que se

manejan en los pueblos son lige-

ramente distintos a los de las ciu-

dades. Sutiles y matizadamente

diferentes. El valor del tiempo, el

de la conversación, el de los salu-

dos. El del silencio.

El dicho “donde fueres, haz lo que vieres” en-

cierra una sabiduría en seis palabras como pocos

mantras han sido capaces de condensar. En un

supuesto botiquín de primeros auxilios para in-

tentar aprender o comprender algo de lo que

llamamos “la España profunda”, esta frase sería la

aspirina. Los ojos del forastero están demasiado

habituados a su entorno, a su círculo de comodi-

dad. Es un error intentar comprender otras reali-

dades con los usos y costumbres del quien llega

nuevo a un sitio. Incluso si no eres del todo nue-

vo y quieres llevar el progreso y el pensamiento

libre a quienes no lo tienen. Si quieres quitarle

la peineta y la mantilla a una señora, primero

pregúntale por qué las lleva.

Por eso, lo mejor es escuchar, dejar los prejuicios

sean cuales sean, apartados. Y observar, tantear.

Sin evitar el debate o si hace falta la dialéctica, no

vayas a ser un mojigato agachando la cabeza.

Pero con la suficiente mesura como para no pa-

sarte de listo y quedar todavía peor que un foras-

tero timorato. En los pueblos, la figura del indivi-

duo (hombre o mujer) de paja susci-

ta tanto desprecio como la del bo-

cazas. Y tú no quieres ser ninguna

de las dos cosas.

Observar y escuchar, humildemen-

te, pero también con templanza y

carácter cuando hace falta, es una

cualidad muy apreciada por cual-

quier entorno humano. Quizás

aproximada de

Page 35: Cadencia Mag

la composición real de ese país que algunos lla-

man España y otros estado español. Como via-

jar al centro de la Tierra y descubrir el núcleo del

planeta, así se entiende el sustrato básico en que

consiste nuestro rico y desdibujado país.

Un país contradictorio, de luces y sombras, go-

yesco y daliniano al mismo tiempo, y que cada

vez se encuentra más perdido nadando en círcu-

los alrededor de la decadencia de unos pocos

iluminados de clases dominantes, políticos,

jueces y empresarios, que marcan el rumbo.

Respuestas

Muchos otros ya lo hicieron antes, cuando hubo

tiempos más confusos. Desde clásicos como Ba-

roja hasta vanguardistas como Buñuel: volver la

mirada hacia la tierra para buscar explicaciones. El

pensamiento libre y la intelectualidad hace ese

viaje cada cierto periodo.

Precisamente, cuando el pensamiento libre y el

progresismo intelectual se pasa de rosca y se

convierte en pensamiento convencional, retró-

grado y hasta reaccionario.

Comprender el costumbrismo, sumergirse en lo

rancio y palpar la caspa. Digerir todo eso y enten-

der que esas tradiciones y lo cutre que a menudo

escuece a algunos, avergüenza a otros y enorgu-

llece a otros pocos, en el fondo no es más que lo

que somos.

Miserables y grandiosos, como vasta y yerma es

la tierra de Castilla. Simplemente humanos. Nada

especiales ni diferentes al resto del mundo. Pero

eso sí, únicos en ignorar lo que vemos cuando

nos miramos en el espejo.

Cad*

Page 36: Cadencia Mag

HOW TO

EL CLUB DE LOS QUE ELABORAN SU PROPIA CERVEZA CRECE CADA DÍA. EN PLAN

BREAKING BAD (BREWING BAD, EN ESTE CASO) TÚ TAMBIÉN PUEDES CONVERTIRTE

EN UN WALTER WHITE DE BARRIO Y HACERTE EL JEFE DE LAS CERVEZAS LOCALES

CON UN POCO DE HABILIDAD Y UNOS POCOS CACHARROS.

Page 37: Cadencia Mag

Un buen bigote siempre viene bien para fabricar cualquier co-

sa. Te dará un aire de respetabilidad y autoridad ante los ele-

mentos que vas a manipular. Agua, fuego, malta. Son elemen-

tos rebeldes y díscolos, y un bigote recortado les recordará

quién manda en la cocina.

Las gafas son necesarias por dos cosas: para evitar que te ex-

plote algo en los ojos, y para evitar que caigan cosas biológi-

cas de tus cuencas oculares a los bidones o a cualquier objeto

del proceso cervecero. Además, por supuesto, cuando dices

que fabricas cerveza no te tomarán en serio a menos que uses

gafas. Con bigote aún mejor.

La cerveza escucha, y cuando la fabricas debes tener en cuenta

que la banda sonora que tengas puesta en ese momento le

dará un carácter u otro. Esto es así y no cabe discusión posible.

De ti depende si quieres conseguir una cerveza que te recuer-

de a Luis Cobos o a Foo Fighters.

¿No es paradójico? Pude ser, pero para fabricar cerveza, debes

estar tomándote una. La inspiración que se necesita para esta

liturgia que es fabricar cerveza sólo se consigue con… cerveza.

Los estadounidenses, que serán muchas cosas pero no tontos (al menos la

mayoría), han puesto de moda el rollo de fabricar cerveza casera como quien

hace torrijas o monta una estantería. En eso, la verdad es que los yankis tienen

ventaja. Con esos garajes que sirven para todo, desde inventar ordenadores

personales hasta tunear coches destartalados, ya pueden hacer en casa lo que

se les ponga por delante. Y fabricar cerveza no iba a ser menos.

Con sus garajes que parecen Bricomanía o Leroy Merlin, los norteamericanos

se han lanzado en masa a hacer cerveza desde hace unos años. Hemos visto

en películas y series que la familia que no produce su propia marca de cerveza

es poco menos que una familia triste y aburrida. Es hasta patriótico en estados

del interior, pero puede

ser también un símbolo

de modernillo y hipster

en Brooklyn. Fabricar

cerveza en los USA une

a los paletos y a los

gafapasta, vamos.

Sin embargo, Estados

Unidos en esto tampo-

co es original. En Euro-

pa se viene fabricando

cerveza casera desde

tiempos antiguos. De

hecho siempre fue así,

desde que los celtas o

los egipcios (o ambos)

la inventaran en sus

casas. Y aún hoy en día

los pioneros en esto

siguen siendo los muy

de andar por casa

monjes trapenses de

Bélgica, que con sus

cientos de cervezas y variedades lideran el rango de cerveceros mayores en

medio mundo. Así que, como en casi todo, los europeos innovan y descubren,

y los estadounidenses copian y venden.

Normalmente uno no aspira a competir con una Grimbergen o una Orval

cuando piensa en fabricar su propia cerveza. Basta con que las primeras bote-

llas no estallen o que el brebaje resultante tenga un color no demasiado dis-

tinto a las cañas que te ponen en un bar. Y está bien no aspirar a mucho, por-

Page 38: Cadencia Mag

que realmente el proceso de fabricar cerveza

tiene bastante de artesanal. Eso quiere decir que

está sometido a fallos, experimentos y cagadas.

Pero que cuando sale bien, sabe el doble de

bueno.

En los últimos años se han comercializado y he-

cho populares muchas formas e instrumentales

para hacer cerveza en casa sin necesidad de

montar un pifostio. No tiene nada que ver con

montar un laboratorio clandestino en la cocina,

ni con hacer explotar tubos de ensayo. En reali-

dad sólo hacen falta un par de bidones grandes

y un par de cazuelas para cocinar 20 litros de

cerveza. Porque efectivamente, como Walter

White vamos a cocinar nuestra propia metacer-

veza. Nuestra Cerveza Azul.

Hecha la compra del instrumental en alguna de

las varias tiendas online de cerveza casera que

existen en Internet, pasamos a la acción. Conve-

nientemente remangados y ataviados con un

mandil cuanto más retro mejor, seguimos las

Bidón de fermentación y de maceración con

sus grifos correspondientes.

Airlock (también

llamado Air Force

One)

Condensador de fluzo

Chapitas

Cuchara sopera de Darth Vader

Preparado de malta

Bastoncillo para el oído

de un señor de Burriana

Legajos y prospectos

variopintos con la

bandera de Bélgica

1 grifo y 1 bote de

polvos mágicos

Una movida

alargada y otra

redonda

Page 39: Cadencia Mag

Para los norteamericanos, fabricar cerveza puede ser

patriótico y hipster al mismo tiempo, según lo haga un

paleto de Kentuky o un gafapasta de Brooklyn.

El presidente Obama metiendo mano a una pinta de

tostada y a otra de rubia. Se desconoce si Michelle

Obama estaba ensayando la bronca en el lavabo

o si se lo chivó el de la camisa azul.

A mi me ha invitado

Obama a una pinta…

¿cómo lo ves?

Page 40: Cadencia Mag

de 20 grados. Aquí, una vez

más, dependerá del tipo de

cerveza deseada. A menos

grados, más tardará la fer-

mentación cuando echemos la

levadura. Las cervezas Lager,

por ejemplo, necesitan más

tiempo de fermentación y por

tanto una temperatura baja. Al

contrario las cervezas con más

graduación.

Este punto del proceso es el

más delicado, precisamente.

La temperatura del bidón de

fermentación determinará el

inicio del proceso. Por eso el invierno, con un

alto contraste de temperaturas entre el exterior

y el interior de las casas, es muy propicio para

elaborar cerveza, ya que necesitamos enfriar

rápidamente la mezcla de la malta y el agua

antes de verter la levadura.

La levadura, que viene junto al preparado de

malta que hemos comprado, es la que provoca

la chispa de la fermentación de todo el mejunje.

Con el airlock y la tapa del bidón cerrados, sólo

tenemos que esperar a que comience el proce-

instrucciones. Es importante destacar

que cada tipo de cerveza tiene un

proceso. Normalmente hay muchas

cosas en común en todos ellos, pero

hay que asegurarse de que seguimos

el que corresponde a la variedad que

hemos elegido fabricar. Así, las tem-

peraturas de una Lager variarán res-

pecto a una Tostada, por ejemplo.

Elegir el tipo de cerveza que quere-

mos hacer es primordial. Como lo es

el agua que vamos a utilizar. El 80%

del brebaje que vamos a fabricar es

agua, por lo que es importante elegir-

la bien. A menos que queramos darle

un toque especial, lo conveniente es hervir cual-

quier agua antes de empezar el proceso. Pero

hay mucha gente que no lo hace para intentar

darle un toque autóctono al tipo de cerveza que

va a fabricar.

El recipiente de malta preparada será la base

para nuestro caldo. Cocido al baño maría, se

vierte la malta en el bidón de fermentación, aña-

diendo una buena cantidad de azúcar (hasta 1

kg), y mezclándolo con tantos litros de agua co-

mo recomiende la proporción de cada tipo de

cerveza.

Normalmente,

con cada lata de

malta de 750g se

pueden hacer

entre 15 y 20

litros de cerveza.

Se rellena con

más agua hasta

completar la

producción que

queremos hacer

y se enfría hasta

una temperatura

so, en unas horas. A partir de ahí, la fermenta-

ción dura entre 7 y 10 días, e irá soltando el gas

a través del airlock al mismo tiempo que mantie-

ne el vacío. Una vez que deje de soltar burbujas,

la fermentación habrá terminado y con ella la

primera parte de nuestra fabricación cervecera.

La segunda parte comienza cuando trasegamos

el contenido del bidón de fermentación al de

macerado. En este proceso, las impurezas y gru-

mos más gruesos quedarán en el fondo del pri-

mer bidón, y el caldo pasará al bidón de macera-

do para reposar y coger cuerpo. Esta segunda

parte puede durar otros 10 a 20 días. Aquí se

puede jugar con más o menos tiempo para con-

seguir distintos resultados, aunque la parte fun-

damental ya está hecha. Previamente a este paso

es conveniente medir la densidad de la cerveza y

comprobar que esté en los niveles que reco-

mienda el tipo de cerveza, así como la gradua-

ción preliminar.

Una vez pasada la maceración, también en vacío,

y de nuevo midiendo la densidad y graduación

del tema, podemos embotellar. Para eso, antes

añadimos una pequeña cantidad de azúcar a

toda la mezcla, que será la que genere espuma y

una burbuja consistente a la cerveza, cuando la

embotellemos.

En nuestras botellitas lle-

nas de cerveza tendrá

lugar el último paso de

todo el proceso, la post-

fermentación. Esto dura

entre 6 y 8 semanas, y

suele hacerse eterno. Pe-

ro merece la pena porque

al terminar, ya podemos

abrir las botellas y tomar-

nos una cerveza hecha en

casa.

Cad*

Page 41: Cadencia Mag
Page 42: Cadencia Mag

La publicidad y el ciclismo Para muchos, los anuncios en las revistas son un verdadero coñazo y una pérdida de tiempo. Sin embargo,

antes de Internet la publicidad era mucho más que anuncios. La creatividad publicitaria en el mundo de la bici

a lo largo de los años ha dado lugar a muchos anuncios brillantes. Vamos a hacer un viaje en el tiempo dando

un repaso a algunas inserciones de ayer y hoy sobre el mundo de la bici y del MTB.

Un TEMA

Estos dos simpáticos albiones aprovechan

para hacer estiramientos de espalda

mientras anuncian estas dos Raleigh.

Lo cierto es que 30 años después, hay

testigos que afirman haberlos visto

llevándolas por las calles de la localidad

de Yorkshersterwinchester-on-Thames.

Page 43: Cadencia Mag

Las ilustraciones en blanco y negro Los primeros ejemplos de publicidad gráfica sobre bicicletas datan del siglo XIX, pero se empiezan

a popularizar en los años 10 y 20 del siglo XX. Son publicidades ilustradas a mano, en sintonía con los

movimientos artísticos de la época: modernismo fundamentalmente.

Tres marcas históricas como Raleigh,

Bianchi y Schwinn fueron pioneras en

los anuncios de bicis en revistas, y en

marcar tendencia y estilo. Especialmente

los norteamericanos, quienes destacaron

también en la publicidad por anuncios

inolvidables como el de la izquierda.

Page 44: Cadencia Mag

En esta época uno no sabe si anun-

ciaban bicicletas, licor o pastas de

mantequilla. El estilo publicitario

que impregnaba esos años estaba

claramente influenciado por el arte

y las vanguardias pictóricas del

momento. Mucho texto en general,

cuidada tipografía y diseños inno-

vadores servían para anunciar esos

curiosos vehículos nuevos que es-

taban poniéndose de moda entre

la gente.

Llega el color Las revistas y magazines de principios del siglo XX comenzaban a publi-

car en color, y la publicidad era mucho más que un anuncio. Era el

escaparate para conocer las novedades y los avances tecnológicos en un

mundo que avanzaba a pasos acelerados. La publicidad era arte y como

tal mostraba verdaderas obras de autor.

Page 45: Cadencia Mag

Una bicicleta Bianchi con neumáticos

Pirelli: el regalo perfecto para los niños

en Navidad. ¡Casi nada! Una Bianchi con

cubiertas Pirelli hoy en día sería un

jodido bólido a pedales y costaría un

riñón y uno de la cara.

La otra publicidad muestra a un alegre

burguesito francés fumando un Gitanes

y dando un paseo burgués por alguna

villa burguesa. Sólo que la marca Omega

es quizás desafortunada. No perduró.

Page 46: Cadencia Mag

Shimano, una empresa japonesa de carretes

para cañas de pescar, revoluciona el

mercado de los cambios para bicicleta, hasta

entonces casi monopolio de Campagnolo,

creando un grupo ligero para unas bicicletas

que empezaban a ver la luz en Estados

Unidos.

Los años 70 fueron el boom definitivo de

nuevos tipos de bicicleta, y la publicidad

tenía que dar a conocer estos artefactos

estrambóticos a la gente joven.

Los inicios del MTB Pasada la mitad del siglo XX y dos guerras mundiales, el ciclismo está estancado, pero no va a tardar mucho en

sacudirse de frenos de varilla y ruedas tubulares, para dar lugar a su mayor

revolución. El BMX primero y el mountain bike después,

fueron un revulsivo de gran impacto, que se refleja en la publicidad.

Page 47: Cadencia Mag

Años 70, California. La peña se empieza

a flipar mucho con esos cacharros de

ruedas gordas que fabrican tipos como

Joe Breeze o Tom Ritchey, y que co-

mienzan a forrarse vendiendo bicis a

pequeña escala, fabricadas por supuesto

en el garaje de sus casas. La publicidad,

aquí, deja de mostrar la estética y el di-

seño, y se centra en explicar qué coño es

eso de la bici de montaña.

La publicidad en estos años 70 se centra

en explicar en qué consisten esos apara-

tos, cómo funcionan y qué tienen. En

plan catálogo. Algo fundamental para el

norteamericano medio, con un garaje

donde cacharrear y flipado con todo

tipo de estas cosas. Publicidad para-

freaks, en definitiva.

Nosotros también tenemos nuestra pu-

blicidad de bicicletas, aunque distinta a

la de otros países. Y como en este caso,

muchas veces asociados a publicidad de

promociones y ofertas: compra una bici,

y de regalo una cámara de fotos. Algo

que años después explotó en el fenó-

meno de “te regalamos una mountain

bike al abrir tu cuenta bancaria”. La pu-

blicidad, una vez más, refleja muchos

hábitos sociales y económicos. Compa-

ren el anuncio de Ritchey (años 70) y el

de Orbea (años 80). ¿Notas las 8 diferen-

cias?

Page 48: Cadencia Mag

Sí, los 70 fueron duros, pero

los 80 pegaban fuerte, Estados

Unidos eran los dueños del

mundo y estaba guay cuidarse

y hacer deporte. La MTV lo

sabía. Y por eso la publicidad

le dijo a todo el mundo que el

mountain bike molaba. No se

trataba tanto de si la bici era

más o menos buena como de

la actitud. Cualquiera podía

divertirse en el mundo libre.

Como en el skate o el BMX,

que ya había sido un boom

años atrás.

Y el embajador de la palabra

de Dios fue el profeta

John Tomac.

La época dorada Los años 80 fueron una gran orgía de drogas, tecnopop y colores fosforitos… Ah, bueno, y también de bicis.

El estilo de vida americano tenía una sola cosa buena, y era que te permitía tener una bici molona, y hacer mu-

chas de las cosas que hacían esos tíos enrollados que salían por la tele y en las revistas, que se divertían con

unos aparatos que no tenían nada que ver con los aburridos hierros que tenían sus padres en el garaje de casa.

Page 49: Cadencia Mag

Las personalidades o prescriptores siem-

pre han sido aliados de la publicidad. En

el mundo del mountain bike ha habido

muchos, pero probablemente ninguno

como los de la época dorada de la publi-

cidad: John Tomac, Tinker Juárez, Greg

Herbold, Hans Rey… fueron los iconos

de un deporte naciente que buscaba ca-

ras frescas y un tipo de usuario acorde

con los tiempos: decidido, individualista

y con ganas de comerse el mundo y de

tener los mejores productos posibles.

Por supuesto, las chicas

y el sexo también ha servido

publicitariamente a la bici de

montaña. Con mayor o menor

fortuna, como en el caso de

Schwinn a la derecha.

Veremos ejemplos de

publicidad “picante” de mucha

más calidad, en los años 90.

Page 50: Cadencia Mag

Anunciar productos es más

aburrido que anunciar marca.

Esto lo saben todos los creati-

vos y publicistas del planeta.

Pero también hay que hacerlo.

Y en la bici se comenzó a hacer

en los 90, o se volvió a hacer

porque ya está todo inventa-

do. Entre el anuncio de GT

arriba y el de Klein abajo, ¿qué

diferencias hay?

GT vende “velocidad. Es políti-

ca de empresa”. Klein vende

aluminio de calidad como para

aguantar un Porsche 911.

Creatividad y sensaciones Además de promocionar el producto, la publicidad también transmite sensaciones que las marcas quieren

asociar con sus productos. Esto, simplificando, es la identidad de marca. Y esto es lo que se hizo en los años 90

en general, y también en el mundo del MTB.

Page 51: Cadencia Mag

Cuando la creatividad entra en la publi-

cidad se producen grandes anuncios que

nos hacen pensar e impactan en nuestro

subconsciente. Eso es lo que pretenden

las marcas. Algunos de estos ejemplos

fueron los de Trek, Specialized o GT, es-

pecialmente posicionados en buscar el

guiño simpático y la complicidad con el

público.

Page 52: Cadencia Mag

Sensaciones más fuertes En los últimos tiempos, las fotos espectaculares de grandes fotógrafos han pasado a formar parte

de la publicidad de las grandes marcas. Una buena noticia para los que disfrutamos con la estética.

Sterling Lorence es uno de los

grandes fotógrafos de MTB de

todos los tiempos (Whistler).

Abajo, las chicas siguen siendo

un buen reclamo.

Page 53: Cadencia Mag

Creatividad y arte en este anuncio de

Merlin.

Al lado, la publicidad que más nos ha

alegrado ver en muchos años: Hermida

campeón del mundo.

Page 54: Cadencia Mag

El poder de la imagen La publicidad actual muestra fotos espectaculares de paisajes que evocan superar los límites, al igual que otros

deportes outdoor. La bici es un instrumento para alcanzar unas prestaciones y unas experiencias únicas. Son

bicis caras, sí, pero no importa. Lo que importa es lo que puedes hacer con ellas.

Libertad, sensaciones, su-

peración… son algunos de

los conceptos que la pu-

blicidad en la industria del

mountain bike ha maneja-

do desde siempre. Ahora

las nuevas técnicas y tec-

nologías de la fotografía

permiten mostrar imáge-

nes impactantes que invi-

tan a buscar esos lugares y

a hacer esos trucos que las

marcas ponen como ejem-

plos de esos conceptos.

Un poco exagerados a ve-

ces, pero efectivos. Pocos

pueden hacer backflips

como los de la foto, pero

¿a que mola verlo?

Page 55: Cadencia Mag

El poder de la imagen sobrepasa hoy en

día cualquier copy o claim que se utilice

en publicidad. Eso la convierte en un

escaparate a la creatividad y la belleza

de paisajes y del deporte en definitiva.

En el futuro seguiremos viendo publici-

dades con cada vez mayor peso de la

fotografía y del paisaje. Y para muchos,

los denostados anuncios que invaden las

revistas se convertirán en catálogos y

álbumes de fotos espectaculares con los

que decorar la habitación. La publicidad

es un reflejo de nosotros mismos y de la

bici. Cad*

Page 56: Cadencia Mag

AVENTURA

La cara norte del Eiger

Page 57: Cadencia Mag

Cada vez que una expedición alpinista

intentaba escalar el Eiger, fracasaba.

La montaña emblemática del pequeño

pueblo suizo de Grindelwald empezó

a ganarse fama de imposible, y de

maldita.

Para los aldeanos y montañeros loca-

les, el Eiger (ogro en alemán) signifi-

caba mucho más que un muro de gra-

nito de 3.970m. Era una montaña que

a nadie se le ocurría escalar, porque

era un infierno de rocas, hielo, ríos y

cascadas. No había por dónde cogerla.

Y era junto a los otros picos de la zo-

na, el Jungfrau y el Mönch, los reyes

majestuosos de los Alpes.

Con ese aura sagrada, una expedición

tras otra fracasaba en el intento de

ascenderlo. Hasta que llegó un grupo

de alpinistas austriacos y alemanes en

plena guerra deportiva (y militar) con

los británicos, que competían por ver

qué potencia conquistaba más cum-

bres de los Alpes.

Uno de estos alpinistas era Heinrich

Harrer, el amigo del Dalai Lama inter-

pretado por Brad Pitt en Siete años en

el Tibet. La épica aventura de estos

hombres se narra en el libro La Araña

Blanca (Desnivel, 2005). El libro, del

que se extraen aquí varios fragmen-

tos, no solamente habla del Eiger, sino

de la aventura, de la montaña y del

ser humano ante la naturaleza.

“Desde que existe el ser humano, los hombres intrépidos y emprendedores

siempre han tenido que llevar a la práctica sus inusuales empresas balanceándose entre los extremos, siempre entre la burla, el des-precio y el reconocimiento y la admiración.”

Page 58: Cadencia Mag

CRÓNICA

La pared norte del Eiger se yergue como

una muralla interminable de roca

y hielo, desafiando al osado que quiera

adentrarse en esa maraña de piedras.

Page 59: Cadencia Mag

“Lo sedujo la gran aventura, el perpetuo deseo del hombre creativo de penetrar en nuevos territo-rios, de adquirir nuevos conocimientos, también sobre sí mismo. Ésta es la chispa de la ignición, ese manantial secreto de energía vital que nos ca-pacita para realizar empresas fuera de lo común. ¿Cordura o locura? ¿Quién puede enjuiciarlo? ¿A quién le está permitido pronunciar un veredicto al respecto?”

Page 60: Cadencia Mag

CRÓNICA

“Alguna vez tiene que conseguirse”

Page 61: Cadencia Mag

“Alguna vez tiene que conseguirse”

Page 62: Cadencia Mag

La ruta original de Harrer, Heckmair,

Kasparek y Vörg que en 1938 les llevó a

hacer la primera cumbre en el Eiger por

la cara norte.

La superación del ser humano no tiene

límites. El gran alpinista suizo Ueli Steck

ostenta hoy en día el récord de ascen-

sión a la cara norte del Eiger con 2 horas

47 minutos. La primera ascensión de Ha-

rrer duró nada más y nada menos que

61 interminables horas.

Page 63: Cadencia Mag

“No creo en un destino ciego al que estemos sometidos, ni tampoco puedo estar completa-

mente de acuerdo con la frase de Schopen-hauer: el destino mezcla las cartas y nosotros las jugamos. También nosotros mezclamos las cartas, estoy convencido. Más bien es co-

mo lo describió el ateniense Menandro hace más de dos mil años: la forma y condición de una persona forman su destino; y lo que éste llama destino no es sino la predisposición de

su carácter. (…) Entrenamiento, preparación esmerada y equipamiento sólo fueron nues-tra necesaria aportación complementaria.”

La superación del ser humano no tiene

límites. El gran alpinista suizo Ueli Steck

ostenta hoy en día el récord de ascen-

sión a la cara norte del Eiger con 2 horas

47 minutos. La primera ascensión de Ha-

rrer duró nada más y nada menos que

61 interminables horas.

Page 64: Cadencia Mag

Cadencia

Próximo número Portada: Monegros y Bardenas: desiertos

en largo recorrido.

Aventura: Templarios en tierras de Castilla.

Imágenes: Qué bicis lleva la gente por la ciudad.

Un tema: Acabar con el mundo es posible

si lo intentas. . . . y mucho más, compadre.

Page 65: Cadencia Mag

―Pedalea, COPÓN. Cadencia