cabot, mateu. la redefinición postmoderna de la estérica wolfgang welsch

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CABOT, Mateu. La Redefinición Postmoderna de La Estérica Wolfgang Welsch

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  • LA GREDEFINICI~N POSTMODERNA' DE LA ESTTICA

    A P R O P ~ S I T O DE LA PROPUESTA DE WOLFGANG WELSCH

    Mateu Cabot Universitat de les Illes Balears

    RESUMEN: Bajo el nombre de "estetizacin" y similares se han agrupado una serie, no siempre definida, de fenmenos y procesos que han sido el punto de partida de las reflexiones de un amplio conjunto de tericos de los ms diversos campos. Junto a desarrollos ms bien vacuos, hay otros en el campo de la filosofa que reformulan los medios y los objetivos de la esttica con la finalidad no slo de dar cuenta de la cultura del tiempo de la "postmodernidad" sino de hacer de la esttica la filosofa que mejor puede responder a una realidad que se construye, creciente y hegemnicamente, de modo ficcional. ABSTRACT: Under the name of "aesthetitation" and sirnilars a series has been grouped, not always defined, of phenomena and processes that have been the departure point of the reflections of an ample assembly of theoreticians of diverse fields. Nest to rather empty developments. there are others in the field of the philosophy that reformulate the means and the objectives of the aesthetic one with the purpose not only of giving account of the culture of time of "potmodemity" but to do of aesthetic the philosophy that more good cari respond to a reality that are constructed, flood and hegemonically, of ficcional way.

    1. Punto de partida

    En los textos recientes nos podemos encontrar fcilmente con la expresin "estetizacin generalizada".' En muchas ocasiones la generalidad e incluso imprecisin de la expresin conecta con la confusa referencia a la que alude. En general se refiere

    ' Como regla general, y como recurso para facilitar el discurso, dejar entre comillas aquellos trminos que. por las dudas tericas que me provocan. solo utilizar precisando el sentido en que los utilizo en el texto. Por ejemplo: en el mismo ttulo utilizo "redefinicin postmoderna" entre comillas, pues aunque una "redefinicin" es lo que se pretende en los crculos tericos a los que aludo, me parece necesitada de una discusin y aclaracin de su sentido concreto y de una valoracin de si sta es tal y si su utilidad terica consiste en realizar la funcin que se le da. Ms grave es lo que ocurre con "postmodernidad: me resulta enormemente confuso y vacuo su significado si 110 se determina en cada uso dada su generalidad, e incluso su utilidad pues, en ocasiones, parece ser slo una etiqueta fcil para lo que menos fcilmente pero ms comprensiblemente se puede denotar usando un lenguaje moderno en lugar de postmoderno.

  • tanto al conjunto de objetos cuya funcionalidad primaria parece ser un embellecimiento o engalanamiento (si no queremos utilizar directamente el substantivo bello y sus derivados) del mundo de la vida, esto es: de nuestro entorno inmediato, como a los procesos que o bien muestran claramente la participacin motriz de los valores estticos en lugar o al lado de los cognitivos, ticos o instrumentales, o bien la utilidad socio- econmica se realiza a travs de una forma en la que los valores estticos funcionan como un plus de valor ms en el proceso de produccin.

    El uso de la expresin "estetizacin generalizada" ira ligada entonces a la interpretacin de que en los ltimos decenios (precisamente la poca de la "postmodernidad") estos objetos o procesos o bien acentan su presencia, siendo desde entonces una presencia ineludible, o bien aparecen ex rlovo y se convierten en los nuevos objetos de nuestra reflexin.

    En este sentido, "estetizacin generalizada" se convierte en el marco y en el punto de arranque de anlisis estticos que, pretendiendo dar cuenta de nuestro presente, y no simplemente acomodar las producciones y las experiencias actuales a esquemas conceptuales previos de una esttica mejor o peor interpretada, deben dejar de lado, para poder cumplir su objetivo, categoras y formulaciones ya caducas en lo terico pero que siguen existiendo en los discursos e incluso prevaleciendo en el gusto esttico comn.

    De esta manera, con algunas reservas podra formularse as, lo interesante de estas nuevas propuestas no tiene porque ser la profundidad de la formulacin sino el efecto de shock (o cuando menos de incomodidad) que obliga a replantear algunos temas del discurso esttico, una vez ms algunos de ellos pues han sido puestos en discusin ya en el pasado.

    Por tanto me interesa debatir alguna de estas propuestas filosficas que parten de la constatacin de un presente de "estetizacin generalizada" y de la afirmacin del carcter ficcional de la realidad fundamentalmente por dos razones u objetivos: (1) recalcar aquello que me parece fructfero, concretamente (a) sus ataques y argumentos anti-esencialistas en la crtica de la teora esttica ms tradicional, y (b) la ampliacin del mbito de lo artstico que realizan por su atencin a esos nuevos fenmenos del arte o la experiencia esttica que, sea por su soporte material, sea por su diferente modo de insercin en la vida cotidiana, caen fuera de los cnones de lo artstico en la consideracin esttica tradicional; (2) aprovechar las posibilidades que ofrecen en la tarea de reformular desde la esttica filosfica, o metaesttica, el lenguaje de la filosofa, orientada an demasiado hegemnicamente segn los esquemas de fundamentacin- explicacin-verificacin.

    La propuesta de Wolfgang Welsch

    En este camino me apoyar en las propuestas de Wolfgang Welsch pues renen, a mi parecer, los planteamientos que antes he adjudicado a las teorizaciones estticas en lo que se refiere a la crtica de posiciones tradicionalistas mediante la ampliacin del campo de lo artstico a nuevos medios y escenarios, con una teorizacin elaborada y f~ndamentada .~

    Wolfgang Welsch, actualmente profesor en la universidad de Jena, se habilit en 1982 con el trabajo titulado Aistitesis. Grilndzge drr Ari~totelisciien Sinneslrlire. Entre sus obras destacan, adems de su tesis de

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    Welsch est comprometido desde el principio con la presencia del arte que se manifiesta como elemento realmente vivo de la cultura. Frente a l una filosofa del arte que, lejos de revitalizarse en su contacto, sigue aferrndose a sus concepciones apriricas, provenientes la mayora de las veces de una metafsica construida deductivamente a partir de unos primeros principios, dejando de lado no slo la tarea de entender el presente de la cultura -vertebrada fundamentalmente por esas nuevas propuestas artsticas- sino desperdiciando tambin con ello la posibilidad de revitalizar la filosofa, esto es, de sacarla del estrecho mundo en que parece recluirla definitivamente el paradigma cientifista aceptado disimuladamente por la propia filosofa.

    El marco en que se dan los fenmenos y procesos que pueden dar lugar a plantear las cosas de forma diferente recibe el nombre de "postmodernidad", aclarando Welsch que la postmodernidad no es un adis a la modernidad, sino su radical cuestionamiento, no por una ruptura superadora de la modernidad, sino unida con ella por especficos entrelazarniento~.~ Esto es, y a falta de ulteriores precisiones y desarrollos del trmino, una modernidad plenamente moderna, no autocomplacindose en sus resultados sino siempre conscientemente transitoria, y en ella ejerciendo no una razn que pueda en algn momento dejar de ser razn, esto es, dejar de ser crtica, y por tanto ser apologtica o mitolgica, sino siempre ilustrando y autoilustrndose, una razn insatisfecha que tiene su mejor expresin ya en Kant. En definitiva, el mefistoflico "detente instante" es la muerte de la crtica, esto es, de la razn, de la modernidad (y tambin puede tomarse esto como un antdoto contra el fatalismo en ocasiones agazapado en los cnticos de crisis de la razn).

    Adems de la ya aludida necesidad de volcar la esttica hacia el universo del arte como objeto primario de reflexin, el pensamiento de Welsch muestra claramente su enfoque de la esttica en el anlisis de la nocin de sentido que realiza desde sus ms tempranas obras.

    La crtica de este concepto parte de que el sentido es, fundamentalmente, sentido sensorial o no es nada, concepto ampliado respecto a su significado tradicional, ampliacin en la que el contacto con el arte es de mucha ayuda. Esto es, la gran filosofa del arte no es de mucha ayuda en el trato con el arte porque est mas interesada en el establecimiento de sus propios conceptos generales que en el anlisis de las obras de arte concretas, estando prisionera de un conjunto de problemas que ni ha criticado ni ha superado, todo ello achacable a una inteleccin de sentido vuelta de espaldas a su realidad sensorial."

    Partiendo del anlisis de obras defiende en su disertacin de 1974 que, en primer lugar, no hay ninguna constitucin de sentido sin momentos sensoriales y que, en

    habilitacin mencionada, Uri~ere posrr~iodrrrze Moderne (1987), Arrlietisc1ic.s Drnkrn (1990), Ln [erra e l 'opera d'arte. Heidrgger e il Crepitaculo di Miclirlanyrlo (1991), Vernirnft. Die zeirgrriossisclie Verrzimfrkririk irrid das Konzept der rrnnsvrrsalen Vernurzfr (1996), Grerzzgange drr Asrlterik (1996), y la edicin de liieye aus drr Moderne. Scliliis~rlrnrte der Postrnoderrze- Diskussiori (1988), ~ ~ t h e t i k irlz Widentrrit . Interventiorzen zitni 1lier.k i ~ o n Jeari-Frai~coi~ Lyotard (1991), Die Akti~n/irar de5 ~atlietisclietz (1993) y )Medien-14trltrn-Wirkliclikeiter7 (1998). ' Wolfgang Welsch: Astlieti~ciies Denkeri, Reclam, Stuttgart 1990, pag. 79.

    "Die traditionelle Kunstphilosophie iind Asthetik stellen elier philosopische Aneignungs- und Bemachtigungsunteniehrnen der Kunst dar, als daB sie deren Eigenes exponieren und wahren wurden"

  • segundo lugar, los momento de la produccin de sentido son esencialmente ineliminables. En paralelismo con lo que posteriormente Derrida llevar a cabo, Welsch somete a crtica la concepcin tradicional del sentido de la fenomenologa husserliana en nombre de la materialidad, como Derrida, sino de la sensibilidad.

    La concrecin y prosecucin de este planteamiento lo lleva a cabo en dos ensayos, uno dedicado a Dubuffet5 y el otro dedicado a Leonardo da V i n ~ i . ~ En ellos intenta mostrar que la filosofa puede aprender mucho del arte en la cuestin de la constitucin de sentido, pero que para poder aferrar su concepto tradicional de un sentido puro lo que hace es perder de vista o exorcizar los correspondientes impulsos del arte. En este camino considera a Dubuffet como el fenomenlogo pictrico de la sensibilidad, y a Leonardo como el terico y prctico de una experiencia de sentido explcitamente antimetafsica. En estos ensayos ya muestra que la relacin entre percepcin y pensamiento se resuelve en un pensamiento esttico, esto es, un pensamiento relativo fundamentalmente a la aisthesis que por todas partes va en unin con la percepcin y que de esto proviene el que est capacitado de un modo especial para captar la realidad actual.

    En su tesis de habilitacin7 prosigue su anlisis del concepto y del proceso de la constitucin de sentido remontndose hasta Aristteles, con el fin de escribir una historia de la sensibilidad. Una historia que mostrara, ante todo, la prdida del significado eminente y original que Aristteles haba atribuido a la percepcin: el sentido sensorial es para l completo y, en cuanto tal, superado; despus que Aristteles introduce, ms all del concepto de percepcin ligado a la sensibilidad, un concepto general de percepcin al cual atribuye gran significacin, ya que a todo tipo de conocimiento pertenece un tipo propio de percepcin que juega para este tipo de conocimiento un papel constitutivo, de tal manera que el sentido se debe por doquier a una actividad perceptiva. Welsch lo resume todo en una frase: el sentido sin percepcin no existe en ninguna parte.

    Creo que podemos tomar toda esta parte del trabajo de Welsch no tanto en calidad de nueva interpretacin de los textos filosficos del pasado, como de su objetivo de fundamentar un giro de la esttica hacia la concrecin de las obras como punto de partida y hacia los elementos sensibles, materiales o singulares del material artstico en cuanto no slo teorticamente no errneos o absurdos, sino incluso ms pertinentes para la comprensin del sentido del arte y de la realidad.

    Para m resuena desde el principio en Welsch el eco de aquella frase de Friedrich Schlegel que deca que cuando se habla de filosofa del arte, falta la filosofa o falta el arte.8 Este dict~~rrl romntico que apunta, en su sentido descriptivo, a la falta de mediacin entre la imagen y el concepto y, en su sentido programtico, a la muy romntica aspiracin a cancelar la escisin entre lo material y lo intelectual, o entre la

    An detl Grenzen des Sinns, 1979. Das Zeiclierz des Spiegels. Platons pliilosopiiisclie Kritik der Kurist und Leonardo da Vitlci knstlerisclie

    Uberlioll

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    razn y la sensibilidad, queda recogido en su crtica a la esttica tradicional, encarnada de forma ejemplar en los sistemas estticos de casi todo el siglo XIX e incluso los aos de inicio del XX.

    Dicho de otra forma: el problema heredado de la esttica es haber tenido mucho de filosofa (de una determinada filosofa: intelectualista, apriorista, fundamentalista) y poco de "artstica" (de tomar el arte como objeto de la reflexin y no como mero ejemplar de los conceptos ya acuados o como concrecin o "prueba" de lo ya establecido), debido tanto a la orientacin generalmente cientifista de la filosofa como del problema subsiguiente de la separacin en pares de categoras enfrentadas abstractamente y sin posibilidad de mediacin. La investigacin de Welsch sobre el sentido, y de hecho sobre la relacin entre entendimiento y sensibilidad, creo que incide en este punto.

    Por eso, y por otras razones, no puede encuadrarse fcilmente a Welsch en la ola que abraza el carcter actual de "moda" de la esttica que la hace estar presente en primera lnea en los debates filosficos. Segn esta muy publicitada pero poco consistente opinin ello es debido tanto a su carcter teorticamente dbil, que la hace aparecer en los momentos histricos de cansancio de la razn dura (lase metafsica, epistemologa o sociologa), como, y por otra parte, en los momentos crticos en que la ausencia de alternativas claras, contundentes y sistemticas deja lugar al aspecto ldico de la teora, al d i~er t imento .~

    Cualquiera de estas dos interpretaciones me parecen simples, pero no despreciables, pues apuntan a un problema, el problema de que pueda concebirse as, que es preciso si no resolver si al menos mostrar, pues pertenece a la tendencia que ha convertido lo que haya de valioso tras las etiquetas "esttica", "pensamiento dbil" (uso tan alejado del que hiciera Vattimo) o "postmodernidad" en mercanca marcada.

    Por contra, Welsch ha mantenido que la actual "estetizacin", o la constatacin de los procesos de estetizacin como procesos operantes no solamente en el mbito cultural, tiene anclajes firmes, lejos de la moda y de frivolidades como las apuntadas anteriormente. Ante estas posturas, que esconden poco disimuladamente un reproche minusvalorando la esttica, Welsch ha manifestado que el pensamiento moderno se ha inclinado crecientemente, desde Kant, hacia la idea de que los fundamentos de aquello que llamamos realidad son de naturaleza ficcional. La realidad se muestra siempre ms como constituida no "realisticamente", sino "estticamente". Donde esta idea se abre paso -y esto sucede hoy ampliamente- la esttica deja el carcter de una disciplina especial y se convierte en un medio general de comprensin de la realidad. De ello resulta el actual significado del pensamiento esttico.1

    Esta constatacin del modo diferente de construccin de la realidad va seguida de la distincin entre una estetizacin "superficial" (Oberflicken) y una profunda (Tiefen): la primera englobara fenmenos globales como el embellecimiento o engalanamiento esttico de la realidad, el hedonismo como nueva matriz de la cultura y la estetizacin como estrategia econmica; el segundo incluira las transformaciones en el proceso productivo conducidas por la nuevas tecnologas y la constitucin de la realidad por los

    Esta es la interpretacin del auge de la esttica que puede leerse, por ejemplo, en Van deti Braembussche, A.A. : Denken ber Kitnst, Die Blaue Eule, Essen 1996.

    'O W. Welsch: Astlietisclies Denken, op. cit., p. 7.

  • medios de comunicacin. Dentro de este escenario global Welsch analiza repetidamente lo que llama "estetizacin epistemolgica" en los ltimos doscientos aos, que se inicia con el establecimiento de la esttica como disciplina epistemolgica basal, interpretando as a Kant, pasa por la configuracin nietzscheana del carcter esttico-ficcional del conocimiento y termina en el siglo XX con la estetizacin epistemolgica que puede rastrearse en la teora de la ciencia, la hermenutica, la nueva filosofa analtica y la historia de la ciencia.

    Partiendo de lo anterior y de la constatacin que en muchos de los filsofos predominantes actualmente, juega un papel importante para el pensamiento el cumplimiento de la percepcin, Welsch intenta determinar con precisin el tipo propio del pensamiento esttico: el pensamiento esttico parte en su diagnstico y observaciones de la realidad de las percepciones y ensaya entonces en que medida partiendo de ellas es posible en general una conceptualizacin de la realidad. En segundo lugar, explica la fuerza cognoscitiva del pensamiento esttico para las relaciones actuales a partir de que la realidad misma hoy est constituida estticamente, de tal modo que el comportamiento esttico deviene el medio adecuado para el conocimiento de tal realidad. En tercer lugar llama la atencin, en vistas de los procesos globales de estetizacin en los que nos encontramos, sobre los peligros de un cambio brusco de la estetizacin en "anestetizacin"."

    En Spannungen des Asthetischen12 sigui esta perspectiva bajo tres puntos de vista. En primer lugar seal, en el marco de los diversos procesos de estetizacin, a la estetizacin epistemolgica como el proceso de estetizacin ms fundamental: nuestros modos de conocimiento se revelan crecientemente como estticos en su aspecto fundamental; se puede llamar esto "giro esttico", que en su opinin forma el legado ineludible de la modernidad. En segundo lugar trata el influjo de la estetizacin condicionada por los nuevos medios electrnicos en nuestros cotidianos comportamientos y comprensin de la realidad. De aqu indica -en contraposicin a la crtica cultural tradicional- los rendimientos positivos de esta nueva tcnica cultural para la vida individual y social. En tercer lugar esboza un programa de como podra realizarse hoy la esttica: teniendo en cuenta los mltiples procesos de estetizacin extraartsticos y las modificaciones en la constelacin y jerarqua de nuestros sentidos y nuestras formas de percepcin, en una transdisciplinareidad fundamental y ante todo con la predisposicin a analizar tambin el entrelazamiento extraartstico y los efectos del arte. Es su convencimiento que muchas formas antiguas y actuales del arte slo pueden

    ' l Welsch ha definido este concepto en A~t i~e t i s c i i e~ Denkerz. op. cit., pags. 10-1 1: Utilizo 'Ariesttica' como contraconcepto de 'Esttica'. 'Anesttica' menta aqul estado en el que estn superadas las condiciones elementales de lo esttico (capacidad de sensacin). Mientras la esttica fortalece el sentir, la anestitica tematiza la falta de sensaciones, en el sentido de una prdida, de una interrupcin o de una imposibilidad de la sensibilidad, y tambin esto a todos los niveles: desde la apata fsica hasta la ceguera espiritual. Anestitica tiene que ver, dicho brevemente, con el revs de la esttica. De aqu que anestetica se ha de diferenciar de otras tres posiciones vecinas. En primer lugar no es ninguna antiesttica: no recusa globalmente la dimensin de lo esttico. En segundo lugar. tampoco se trata de lo In-esthtico, esto es, segn criterios estticos calificado negativarnerite. Y en tercer lugar tampoco tiene que ver con lo No-estetico, esto es, con lo que ninguna relacin con cuestiones estticas tendra. Bajo el ttulo de lo anestitico se trata ms bien del doble fronterizo de lo esttico mismo. (...) Anestetica problematiza por tanto la capa elemental de lo esttico, su condicin y lmite.

    '' Ter~~ iorze~ de lo e~r4ric.o. 1996.

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    ser entendidas adecuadamente cuando se las capta y se las tiene en cuenta en su dialctica entre opciones intraartsicas y extraartsticas. Dicho brevemente: no slo a causa del significado actualmente creciente de lo esttico fuera del arte -esto es, en los mbitos como mundo de la vida y poltica, economa y ecologa, ciencia y epistemologa- vale ampliar el campo de la esttica, sino que una abertura tal es ya el tema nuclear convencional de la esttica que el arte mismo quiere ofrecer pero que poco se ha recogido.

    Esto enlaza con lo que ya constat en su ensayo sobre Dubuffet: en ste se muestra ya la crtica del postestructuralismo, en cuanto coinciden cuatro crticas: la crtica del antropocentrismo, la critica del logocentrismo (o sea, del primado de la lgica), la crtica de la monosemia (primado de la monocultura del sentido) y la crtica del primado visual, prevalencia de la vista.

    Desde esta posicin, radicalmente antimetafsica y orientada a subvertir el primado de la presencia en la constitucin de la realidad, puede hablarse de un "giro esttico" en filosofa, a condicin de que determinemos, pausadamente, aquello que de verdadero (aceptable) y de falso (criticable) hay en esta expresin ya vuelta comn.

    Verdadero en cuanto es una calificacin apropiada para buena parte de las propuestas que podemos atisbar en la filosofa del presente, en cuanto no dejan a la esttica, a los problemas y propuestas que se acogen bajo este nombre, en un lugar eternamente secundario y dependiente de los mbitos privilegiados del pensamiento, recusando as la jerarquizacin de los diversos mbitos del pensar (jerarquizacin que supone o presupone el establecimiento de un primer principio).

    Falso, criticable, en cuanto es en muchas ocasiones, adems de una etiqueta de oportunismo filosfico, un juicio demasiado generalizante e interesado, que suspende demasiado rpidamente las diferencias en favor de una fcil sistematicidad y claridad. Pero tambin porque -no siempre- se esconde tras l una intencin fundamentalista, de conseguir un primer principio infundado del cual se deriven, deductivamente, las restantes proposiciones. En esto ltimo apunto a los comentarios crticos de Rorty acerca del giro lingstico, en cuanto simplemente substituye un primer principio, antes la conciencia, despus el lenguaje, ahora la ficcin, por otro pero deja intacto el modo de operar y la estructura del pensar.

    Con ello se abre enormemente el significado de una "redefinicin postmoderna de la esttica", pues se tratara en realidad de una redefinicin de la filosofa a travs de la esttica entendida en su sentido "postmoderno", que en este caso significara posiblemente criticar la filosofa entendida como sistema estructurado desde primeros principios racionales (unilateralmente racionales, esto es, de una Razn que slo es Entendimiento), filosofa que posiblemente muri con el siglo XIX, desde una razn pluralista, abierta, interdisciplinar que atendera en su principio al carcter sensible y ficcional de la realidad.

    Por otra parte, y como muestra de los mrgenes entre los que se mueve, Welsch ha defendido una posicin que si bien es crtica frente a todo tipo de esttica sistemtica, no ha dejado de manifestarse crticamente frente a las propuestas pragmatistas, y por esto declaradamente antiesencialistas, de Rorty.13 En esto se basa, en ltima instancia, lo

    l 3 La posicin de Welsch respecto de Rorty est explicitada en el artculo "Richard Rorty: Philosophy beyond Argument and Truth?": puede encontrarse en www.uni-jena.de/welsch/papers/Rorty.html.

  • interesante de las propuestas de Welsch, siempre ledas en el carcter provisorio y tentativo que insista al principio y que constituyen, a mi entender, no un defecto sino una salvaguarda crtica en el actual estadio de las discusiones estticas: crtica con las divisiones heredadas tradicionalmente y demasiado estrictas entre filosofa y arte, o filosofa y literatura, o entre los conceptos subyacentes de sensibilidad y razn o entendimiento, pero crtica asimismo frente a la declaracin de imposibilidad de determinacin de estos conceptos o de su determinacin pragmtica. Cuestin aparte es la posibilidad de defender coherentemente una postura semejante, cuestin en la que no entraremos.

    De todas maneras, y con las salvaguardias expuestas, su propuesta del pensamiento esttico tal vez deba entenderse, o simplemente, la podamos entender si nos parece provechoso y fructfero, como el tipo de pensamiento que responde a la hiptesis sobre la realidad, sobre el es o como de la realidad, diciendo que debemos entenderla como una realidad construida, y construida ficcionalmente, como la mejor ficcin actualmente posible, dejando de lado un tipo de pensamiento determinante, objetivista, fisicalista, que responde a una realidad concebida como siempre dada, inmutable y encarnada en esencias intemporales y transmundanas.

    Este pensamiento esttico debe construir al final una esttica de nuevo tipo, que rehuya los planteamientos criticados, a la que ha denominado "esttica fuera de la esttica" y que Jos Luis Molinuevo ha analizado en las ltimas secciones de La experiencia esttica r~zoderna.'~ Se tratara, en definitiva y en resumen, de una esttica no metafsica, entendiendo por tal una esttica construida segn los cnones del siglo XVIII, esto es, como sistema deductivo desde principios generales no deducidos de la prctica sino puestos a priori, de una esttica abierta, interdisciplinar, con el objetivo de mantener una relacin no coactiva con lo sensible y, ms particularmente, con lo artstico.

    Quiero entender, as, la propuesta de Welsch, como otras tantas, dentro de ese difuso planteamiento o mbito que se llama "postmodernidad", entendido ahora este no como urln filosofa o una corriente de pensamiento sino como el nombre que responde al "aire de familia" que tienen en comn las propuestas que, con una densidad mayor, se dan en estos tiempos de algo que se da y se ha ejercitado en todo tiempo, la crtica de la razn.

    Y ello, en primer lugar, porque Welsch plantea, explcitamente desde el actual momento de desarrollo de la cultura, los ya "viejos" problemas de la esttica filosfica, sea en la formulacin del problema como relacin entre arte y filosofa, sea como relacin entre imagen y concepto. En cualquier caso los plantea (a) teniendo una concepcin no reduccionista de "pensamiento", esto es, no reducible a entendimiento que reduce a conceptos la multiplicidad de las intuiciones, y (b) planteando una relacin entre la filosofa y el arte, en cuanto la esttica es filosofa del arte,15 en la que el arte y

    l 4 Josi Luis Molinuevo: La e.uperiencia estitica tiloderna, Sntesis, Madrid 1998, esp. cap. 6 . '"AJietik O K~~11.stpllil0~0pl~ie la denominan en alemn, en el sobreentendido de que el arte es para la

    filosofa un objeto de reflexin que ya lleva en s la posibilidad de tal reflexin, de la misma manera como no sera posible. o simplemente nada fructfera o interesante, una "filosofa del alpinismo", tomando la idea de Georg Siminel (vid. su "Introduccin", de 191 1, a Culiitra,fetilenitia y ofro.s et~sayos, Alba, Barcelona 1999, PP. 9-13).

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    la experiencia esttica es objeto de reflexin filosfica, y no un mero ejemplo o una excusa para el desenvolvimiento de un esquema especulativo vaco.

    Y en segundo lugar, porque su ca.rcter declaradamente postmoderno, en el sentido dicho, deja a la vista aquello que en otros lugares pretende colarse como crtico y no es ms que un intento de legitimacin de un estado de confusin. Pues creo que en los momentos de "crisis de la razn", en la noche del pensamiento, el peligro es ms que todos los gatos filosficos sean grises, y no tanto que uno de esos gatos malle con decisin, siendo por esto que no es despreciable el intento de defender una esttica plural pero no relativista, crtica para mantener su capacidad de comprender el presente (y, de esta manera, siempre utpica).

    Esttica y filosofa, otra vez, una vez ms

    Hemos mantenido un discurso metaesttico. Wittgenstein argument contra la utilidad y real posibilidad del discurso esttico y de la necesidad de una crtica del lenguaje de la esttica, de un discurso metaesttico crtico como parte del programa general de limpieza de la filosofa en un momento de profunda revisin, o de crisis, si se prefiere.16 Sin embargo no han sido las razones wittgensteinianas las que nos han empujado a hacerlo. Respondiendo al ttulo de este congreso, Crisis de la razn, conectndolo con el diagnstico del presente como "estetizacin generalizada", nos vemos abocados a la discusin metaesttica, esto es, a un intento de reflexin filosfica sobre la filosofa, en este caso, del arte o de la experiencia esttica.

    No concebimos este tipo de reflexin como la reaccin ante una supuesta crisis que mostrara la debilidad o flojedad de la razn y que, a la postre, tuviera que mostrar la conexin esencial entre crisis y esttica o, dicho ms directa y brutalmente, mostrar la esttica como, otra vez, la hermana pequea de la filosofa, que solo apareciera cuando la mayor est convaleciente y pudieran permitirse los juegos y chiquilladas de la menor.

    Pues en tiempos de crisis tal vez lo que se muestra no es la "flojedad" de la razn, sino precisamente lo contrario, la presencia, y la necesidad, de una razn vigorosa que se pone en cuestin a s misma, que pone en cuestin sus presupuestos y problemas "normales" (en el sentido que Kuhn aplica a la historia epistemolgica de la ciencia), mostrando precisamente en ello su capacidad y, a la vez, razn de ser.

    Evidentemente los resultados de reflexiones metaestticas se abocan sobre las estticas, pus no puede olvidarse que estas ltimas son el objetivo de las primeras y las realmente interesantes y productivas.

    Pues comprender el presente es comprender la obra de arte y, en nuestro presente, es comprender la vida estetizada o pretendidamente estetizada. La esttica es y sigue siendo filosofa en el sentido de "filosofa de...", esto es, una reflexin sobre un objeto que, como deca Simmel, a diferencia del alpinismo, por ejemplo, tiene "substancia filosfica", y la metaesttica es "filosofa de la filosofa de...", esto es, una reflexin de segundo grado. Siempre es, pero, reflexin, esto es, anlisis crtico con un objetivo: la

    l 6 Vase mi artculo "La esttica de Wittgenstein a la sombra de Kant", Taula. Quadrnls de pensanzetlt, 29-30 (1998), pp. 155-165, Actas de las Jornadas de Filosofa 1997, donde analizo esta propuesta.

  • comprensin del objeto en cada caso dado, esto es, histricamente situado. Es decir, en presente.

    Y en el presente lo que se nos da es una determinada forma de "arte" o, si se quiere, de "experiencia esttica", que desborda los mrgenes que estas nociones tenan en los siglos precedentes y que, hoy, se extiende al conjunto de la vida cotidiana, cultural y social, del hombre, en lo que se llama "estetizacin" o "procesos de estetizacin generalizada", como en otras pocas se podan encontrar, y se daban como lo primero, procesos de formalizacin de la vida o de "racionalizacin" (en cuanto opuesta a "mitificacin").

    En esta direccin las propuestas de Wolfgang Welsch abren una va de anlisis que, a mi entender, tiene fundamentalmente dos efectos beneficiosos. Por una parte permite devolver la discusin metaesttica al terreno propiamente filosfico en cuanto sus anlisis apuntan a los procesos de estetizacin como una forma de constitucin de la realidad que se ha venido fraguando y manifestando en los ltimos doscientos aos en el pensamiento europeo, siendo, por tanto, una interpretacin metafsica. Por otra paste realiza anlisis de las figuras artsticas como muestra de la anterior interpretacin, pero lo hace a nivel substancial, y no como mero ejemplo. Con ello devuelve a la esttica su consistencia, su razn de ser filosfica: como filosofa. En esta lnea decrece la importancia que puedan tener los extravos, a veces etiquetados como postmodernos, de la razn y que hacen que la crisis de la razn, esto es, su vuelta contra sus propios defectos (autoilustracin), se convierta en mitologa, esto es, renuncia a o prdida de vista del propio poder de la razn que demostramos ponindola en crisis.