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su vez se convirtió en amenazademocracia argentina.
Sarmiento emigró, y desde el extranjero se dedicó a atacar al gobierno deUrquiza. En la Campa1ía demostró, puntopor punto, el doblez de la conducta delgeneral, y cómo se había insinuado sucarácter despótico aun cuando fingía serenemigo de los tiranos. .
Mientras Sarmiento oestuvo bajo lasórdenes de U rquiza, toleró las humillaciones que le infligió éste. Pero las observaciones directas que realizó durante' lacampaña le permitieron desquitarse delgenera1. Sarmiento ridiculizó a Urquiiáante los ojos de la historia; 10 señaló parasiempre como prototipo de "caudillo bárbaro": débil, voluntario y crue1.':'
En fin, Sarmiento pensaba que la tarea del historiador no consiste sólo 'enrecoger documentos, y en ordenar los 'he:'chos' conforme a una cronología, sino acle:más en ofrecer interpretaciones. El títulode "romántico del progreso" s~ le' puedecon ferir a Sarmiento como elogio, y nocomo sinónimo de soñador. Sarmientosiempre procuró justificar con los hechos lo que predicaba en los libros.
c. V.
Raúl FLORES GUERRERO, Antologías de Artistas Mexicanos. Pintores. Buró Interamericano de Arte. México, 1958. 120 pp.
El arquitecto Carlos Obregón Santa-cilia, además de su importantísima obraarquitectónica, participa activamente 'enotros aspectos culturales, uno de, éstoses la creación del Buró Interamericanode Arte, que tiene como finalidad "alzaral aire libre de las corrientes mundialesde opinión las maduraciones artístoicas decada predio nacional de América". ,
Con su boletín número cuatro 'i'nic'ia ~lBuró una serie de antologías dedicadas alos artistas mexicanos -arquitectqs,~,pintares, escultores y grabadores del. ,sigloxx-o Esta primera antología, reservada alos pintores, está precedida .por un estudio: Medio siglo de pintura mexica1UJ,debido al d?ctor Justino Fernández, y Uru,L
Presentacion de Raúl Flores Guerreroque con paciente erudición reunió las fí-'~~ ,
El estudio del doctor Femández es unaadmirable síntesis de interpretación histó~ica .?el arte pi.ctórico mexicano y suublcaclOn en el trempo y en el espacio.Los antecedentes del siglo XIX son vistosen un análisis muy concreto, puesto queello~ son los que dan, justamente, sura~0I?- y ser a esta pintur~ por )a cualMexlco destaca, con valores propios, enel arte contempo:áneo. Sus breves juiciossobre los muralrstas son certeros, comoveraces son también sus observacionessobre los pintores de caballete, pues tantounos como otros ~an variedad y riquezaa esta gran manrfestación artística ,denuestro siglo. Estudio sereno, sintétiéo ysustancioso es éste. Su autor es una auto-'ridad en la crítica de arte.
La acuciosidad de Flores Guerrero parareunir e.1 material, se ve recompensadacon la l11dudable utilidad que prestar~
e~ta. Antol~gía. Supera, desde luego, toaos~mll publIcado anteriormente. Adolece,S111 embargo, de perfección, pues ya se~abe que ~n toda antología las omisiones111voluntanas no pueden escapar. La intenci~n de Flores Guerrero' al prepararsus fIchas fue en este caso, la común, Osea, el hacer una selección más, una
:DOMINGO F. SARMIENTO, Campaña del Ejército Grande. Fondo de Cultura Económica. México, 1958. 320 pp.
Sarmiento había escrito varios libroscontra la tiranía rosista -entre ellos Facundo-luego publicó Campaiía del Ejército Grande para combatir al gobierno delgeneral U rquiza.
Indudablemente Facundo posee másméritos literarios que la Campaiíao El"ga~cho malo" Facundo Quiroga alcanzaperfIles de gran personaje, mientras queel retrato de Urquiza es empequeñecidomediante el análisis implacable de sus actos. Pero dentro de la literatura socialista
que Sarmiento intentaba hacer, la eficacialiteraria, tiene otro sentido.' Es cierto quedesde el punto de vista histórico 'la Campaña no presenta un panorama claro delos acontecimientos. Pero no hay que olvidar que Sarmiento no fue un merobiógrafo ni un mero historiador, sino quepara él las letras fueron armas políticas.Ya en una polémica con Bello había demostrado sir calidad de escritor comprometido; repudió los preceptos del purismolingüístico. ,en favor del plan~eamiento yla resolUClOn de los problemas sociales.
A pesar de sus diferentes calidadesFacundo y la Campaña están unidas porun espíritu común: el p'rogreso y la democracia.
El historicismo romántico ofrece la clave pa.ra la c01;nprensión de la Campaña.SarmIento crela que a través de todos lostiempos se había venido desarrollando unaimplacable lucha entre civilización y barbarie, y que aún continuaba en 'el campode la vida y la política argentina. La Campaña no es, pues, una simple serie dep'eripecias enlazadas por una '~ronologí~,smo que todo suceso encuentra explicacióndentro del marco del historicismo romántico. Para Sarmiento no hay actos grandesni pequeños sino acciones bárbaras o acciones civilizadas. De esta manera soncalificados los movimientos del EjércitoGrande, lo mismo que la conducta delgeneral Urquiza. Ni el paisaje y los accidentes geográficos escapan a la interpretación. Sarmiento no se conmtieve tantopor la belleza de los ríos como por suutilidad histórica: ellos son las vías pordonde entrará la civilización a los lejanosterritorios en que reina la barbarie.
El Ejército Grande estaba dirigido contra Rosas; el jefe de la campaña era Urquiza. Sarmiento siguió el itinerario delas tropas; era el encargado de imprimirlos Boletines oficiales. Rosas fue derrotado; pero Urquiza aprovechó el triunfode la r,evolución en beneficio propio; aA. B. N."'. -- ,.'
premos medios de expresión del hombre.Con esto 'llegamos al punto tal vez másinteresante del texto: el valor que tienecomo punto de apoyo para acercarse a 10que podríamos llamar poética personal delautor. poética que establece la estrecharelación que .debe haber entre las ideas,la forma elegida para expresarlas, la vida personal del poeta y el marco históricoen que esta se desarr<;>lla y que, al mi~motiempo, aclara las obligaCIOnes del artistapara con su obra y el valor que esta puedellegar a tener como mundo estético inde-pendiente. . ,
Hablar de la profunda comprensión deltema escogido que el autor demuestraposeer, de la amenidad que ha. l?gradoinsuflarle al texto y de la efectlVldad ybelleza de su prosa, resultaría por demássuperfluo. Basta. con dejár asentado q.uecontribuye con mdudable fuerza a a~rr-
. rúar la exactitud de la frase de Baudelarre,'que el mismo ~ernuda ci~,a ,en el capítulodedicado a Swmburne: solo los poetaspueden comprender tan bien a los poetas".
J. G. P.
GUADALUPE DUEÑAS, Tiene la noche un árbol. Letras Mexicanas, 41. Fondo de Cultura Económica. México, 1958. 124 pp.
Sobre este libro se cierne una emociónde desconcierto. ¿ Por qué? Tal vez porque sus temas funcionan dócilmente enel sentido que la autora desea; de modoque cualquier trivialidad, cualquier insignificancia se transforma en sus manos, yya no es una insignificancia ni una trivialidad, sino el insoluble problema del hom~bre el mal puro, desenmascarado comola l~lZ al pasar por un prisma.
Tal vez podría decirse, en efecto, quepara esta escritora el cuento es CÓ:TIO unprisma que arranca su secreto al mas levefulgor que 10 atraviesa. Sólo que el espectro que este prisma arroja no es unamariposa de siete colores, porque_ la luzque recoge no viene del cielo, sino de lasprofundidades más tenebrosas del mundo.Las líneas de este espectro desnudan lasescalas frías del horror, el miedo, la tristeza, la muerte.
Tal vez el procedimiento más efectivoconsiste en centrar como punto de atracción del mal irrestricto a un personajeinocente e indefenso. A un personaje, dicho 'con las palabras de la autora, "tanfrágil que incita al destrozo". y bien mirado esto es tan significativo, que por símismo explica la razón del desconciertoque fácilmente causan estos cuentos.
He aquí el personaje más frecuente:una niña. Una nii:a tan real, que en ocasiones parece que fuera la misma autorade la ficción. Una niña que no puede subir sobre las alas de una golondrina, nirescatar a ningún cautivo del palacio delas nieves, ni redimir a nadie de un encantamiento. Una niña, en fin, que no sirve para nada, sino para ser triturada porlas fauces sedientas de víctimas. Y la niña sucumbe siempre, hasta cuando parece'que se salva.
Ahora bien; ¿por qué había de salvarse? Aunque su personaje predilecto seauna niña, Guadalupe Dueñas no escribepara niños sino para personas mayores.y ella es, plenamente, una escritora denuestro tiempo, en que todo exceso senti-
omental raya en cursilería anacrónica, ytoda falta de sinceridad es· una transacción de mala fe.
UNIVERSIDAD DE MEXICO . .31
Por Francisco MONTERDE
En cuanto a las bellas letras, el cultivode la'liter'atura y, especi¡ilmente, la poesíacon temas profanos, cualquier antecedente femenino hubiera tenido que buscarseentre las poetisas paganas.
Hros\4tha, cuando se inició en la poesía, pudo conciliar su afición con el hábito que llevaba y con la comunidad de lacual formó parte, al elegir con acierto latemática de sus poemas.
Sus poesías, de entonación épica, estaban destinadas a 'celebrar a los santos; arecordar acontecimientos históricos, relacionados con el Imperio Germánico y ahonrar la institución que le había abiertosus puertas.
Son esos últimos cantos, incluidos enel tercer tomo de sus obras, los tituladosGesta Ottonis y Primordia coenobii Gandesheimensis, en los que respectivamenteexalta a Othón I, y evoca la fundacióndel convento, por el Duque de SajoniaLiudulfo, al mediar el siglo IX.
El territorio que dentro de la distribución de los llamados géneros literarios corresponde a la poesía dramática, no habíasido explorado ni menos aún explotado,desde la antigüedad greco-romana, pormujer alg-una.
Hrosvitha aparece. como se ha dicho,en algunas de las historias de literaturauniversal -y Jaime García Terrés lo recordó aquí oportunamente en su "Feriade los Días"- situada en una eminencia.
Es "la primera mujer Doeta al norte delMediterráneo y el segundo poeta (a secas,sin distinción de género)" en Alem¡l.I1ia;y esa posición de mujer solitaria, ~en vezde restarle mérito, aumenta su responsabilidad y la importancia de su obra._. En un medio y una época en que estávedado a la mujer el acceso al ambienteen que se desarroUan las actividades relacionadas -con la interpretación de obrasdramáticas -olvidados, a excepción deTerencio, los clásicos latinos-, aun dentro de los asuntos sacros, Hrosvitha es-cribe sus obras. ,
La monja de Gandersheim se atreve airrumpir en ese medio, que no está preparado para recibi'rla; penetra de pronto,con obras originales, dentro del primitivoteatro medieval, cuvo titubeante curso nollegaba aún a los milagros y misterios.
y. entra en ese coto prohibido, en buscade caza mayor: va, como innovadora, aimitar a Terencio -el comediógrafo preferido no solamente por ella:'-. aunquetome en cuenta la distancia que 10 separade aquél, y sepa guardarla.
Hrosvitha va' a seguir de cerca los pasos del modelo elegido, al recorrer -se¡Tún advierte- los meandros de aquel"mismo género de composiciones con quelos antiguos representaban el torne impudor de. mujeres desvergonzadas".
A pesar suyo -10 confiesa con rubor-,obligada por la naturaleza de su obra. tendrá que someter su espíritu y su estilo "adescribir la deplorablé locura de las almas abandonadas a los ilícitos amores y ladulzura engañosa de los coloquios a, loscuales [ella1 no se ha permitido nuncaprestar oído".
Por esa razón, después de haber puesto a salvo su prestigio,. para Que no seempañe con 'cualquier sospecha la blancura de la vida monástica, aún escribirá esacarta dedicada a "algunos sapientes protectores de este libro", con la.que ~uscará
amparo y "seguridad para sus dramas ycomedias.
X.M.
LEuHROSVITHA
Hrosvitha - "sus sapientes protectores"
otras maneras de ver la vida y otras sensibilidades artísticas.
Una última observación sobre esta Antología pulcramente editada; en ella se incluye a pintores extranjeros residentesaquí considerándolos como mexicanos, loque no sucedió, por cierto, con la Bienal.El propio autor nos da la razón de ello:"Hemos considerado tanto a los artistasnacidos en México como a aquellos otrosque, extranjeros de origen, se han nacionalizado o han produci90 la mayor partede su obra identificados emotiva y artísticamente con este país."
a su comunidad, si acaso olvidarci su condición femenina, al sobresalir del grupo demonjas; si tratara de alcanzar alturas su-periores. ,
El hecho de que Hrosvitha haya constituido una excepción, dentro de su ambiente, en aquella época, parece demostrarque los días medievales no eran propiciospqTa que un talento de mujer se destacaraen a,quel medio.
Las tareas de pluma -fuera del sencillo trabajo de copista, que contribuía amultiplicar los ejemplares de las obraspredilectas-, parecían reservadas únicamente a los varones.
QDE
AN
AC.TITUD
·A
lección que "entraña'a su vez un criterioestético" para lo cual exigió de los artistas "un mínimo de calidad estética en,su obra". Y por 10 que respecta a lasnoticias, sobre los ciento veinticuatro pintores.-reunidos -edad, formación, exposiciónes, obras- todo hábilmente lo compendió como el caso 10 requería; emp'erono faltarán malentendidos que vean mínucias de más o de menos.
La aparición de esta Antología de Pintores Iv!exicanos no podía ser más oportuna, puesto que en estos días celébraseaquí la Primera Bienal de Pintura y Grabado, en la cual están frente a la nuestra,
DE LOS DIVERSOS móviles que haya podido abrigar 'Hrosvitha, la. monjaalemana del siglo x, al escribir su
carta "a algunos sapientes protectores deeste libro", existe desde luego uno quepredomina sobre los restantes.
Buscó probablemente, con esa 'carta,algo que equivaldría para ella al amparo,la protección que el escritor desea parasu obra: la generosidad de Mecenas habíasido el precedente, invocado más tarde, enlos días del Renacimiento.
Pero al colocar ese libro "fiajo su égida" -según dirán, pensando en las .divinidades griegas, los autor~s que vengan.después-, no sólo piensa' Hrosvitha enque, al salir a luz, su obra quede a cubier-to de posibles ataques. ,
Su estado, la condición de humilde religiosa en que vi.vía; dentro de la comunidad germana, la impulsa a rebajar conscientemente los méritos que pueda haberen sus -escritos, y que ella simula ignorar,a ratos.
De seguro no procede así· por falsamodestia. Si se ha esforzado en pasar. casiinadvertida, según dice, no lo háce únicamente llevada por el afán cristiano de disminuir su propio valer, de empequeñecer-se y humillarse. .
La monja que escribe poemas y obrasdramáticas -de igual modo que Sor Juana Inés de la Cruz 10 hará en la NuevaEspaña, transcurridos unos seis siglos-,no desea quizá asumir, sin defensa, posición tan destacada en su tiempo.
Hrosvitha comprende, por la situación,en que se halla. la actitud que le cor~esponde adoptar dentro de su orden. Si, conaparente contradicción, se llama "la vozdescollante en Gandersheim", es porqueadvierte el papel que le·ha tocado repre-sentar allí. ¡
La circunstal1cia de que su voz descllelIe 'sobre las· restantes de la comunidad a Si en alguna actividad literaria se hala cual pertenece, es un grave compromiso· - bían distinguido antes, y se distinguiránpara aquelfa mon,ja singular a quien todos después, algunas mujeres de las que visescuchan cuando habla, o leen cuando es- ten hábito, esa actividad era la epistolarcribe. o se relacionaba con interpretaciones de
Ocupa un sitio privilegiado en aquella las sagradas escrituras, preferentemente.congregación. y no olvida que sólo así po- Sólo por excepción figuraba, entre lasdrá seguir siendo la más destacada va;>; costumbres del medievo, la de que unaque los demás perciban, dentro de aquel mujer se distinguiese en el campo del ar-.conjunto de mujeres del que ella forma te, fuera del canto y la música sacras;parte. pues no se menciona, por ejemplo, a las
Su fina percepción le advierte el peli- pintoras, ni aun por los cuadros de asungro al cúal se expondría ella y expondría .to religioso.