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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
I.S.S.N 2250-4176 (versión en línea)
I.S.S.N. 0326-9574 (versión impresa)
BREVES CONTRIBUCIONES
DEL I.E.G.
Nº 21
Universidad Nacional de Tucumán
Facultad de Filosofía y Letras
2009/10
2
DirectoraANA ISABEL RIVAS
(Instituto de Estudios Geográficos Facultad de Filosofía y Letras - UNT)
Comité EditorialPAOLA VANESA HERRERA (IEG-Universidad Nacional de Tucumán)
ANA TERESA CUSA (IEG-Universidad Nacional de Tucumán)SILVIA LORENA CATTANIA (IEG-Universidad Nacional de Tucumán)
ColaboradoresROXANA KASIAÑUK (IEG-Universidad Nacional de Tucumán)
EUGENIA GARCIA POSSE (IEG-Universidad Nacional de Tucumán)
Revisión de Abstract: Prof. Paola Soledad Soria
INFORMACIÓN SOBRE SUSCRIPCIÓN Y CANJE A:HEMEROTECA del INSTITUTO DE ESTUDIOS GEOGRÁFICOSAV. BENJAMÍN ARÁOZ 800 (4000). SAN MIGUEL DE TUCUMÁN
TEL. (0381) 410-7348 - FAX (0381) [email protected]
Diseño de cubierta: Lic. Cecilia Carlino
La Revista Breves Contribuciones del IEG se ha puestoen línea desde el mes de diciembre de 2011
ISSN 2250-4176 (versión en línea)ISSN 0326-9574 (versión impresa)
N° 21
Hecho el depósito que proviene la ley 11.723Impreso en Argentina
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
BREVES CONTRIBUCIONES DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS GEOGRÁFICOS
Decana
Dra. JUDITH CASLI de BABOT
Director del Instituto de Estudios Geográficos
Lic. ALEJANDRO LLANES NAVARRO (desde año 2010)
Dra. ANA ISABEL RIVAS (año 2009)
Directora de la revista
Dra. ANA ISABEL RIVAS
Comité Académico
Dr. ENRIQUE D. BRUNIARD (Universidad Nacional del Nordeste)
Dr. ALFREDO BOLSI (Universidad Nacional de Tucumán)
Dr. RICARDO G. CAPITANELLI (Universidad Nacional de Cuyo) �
Lic. ANALIA CONTE (Universidad Nacional de La Plata-CONICET)
Dr. WILFRIED ENDLICHER (Universidad de Berlín-Alemania)
Prof. MABEL GALLARDO (Universidad Nacional del Litoral) �
Dr. GREGORY KNAPP (University of Texas at Austin-EE.UU)
Dr. ERNESTO J. MAEDER (IIGHI-CONICET)
Dra. NORMA MEICHTRY (Universidad Nacional del Nordeste)
Dr. JUAN JOSÉ NATERA RIVAS (Universidad de Málaga-España)
Prof. JOSEFINA OSTUNI (Universidad Nacional de Cuyo)
Dr. CARLOS REBORATTI (Universidad de Buenos Aires)
Dra. CONCEPCIÓN SANZ HERRAIZ (Universidad Autónoma de Madrid)
Lic. SUSANA M. SASSONE (PRIGEO-CONICET)
Dr. MARIANO ZAMORANO (Universidad Nacional de Cuyo) �
Dr. ROBERTO BUSTOS CARA (Universidad Nacional de Cuyo)
Dra. ANA ÁLVAREZ MANZINI (Universidad Nacional de Cuyo)
Mg. OLGA LILIANA SULCA (Universidad Nacional de Tucumán)
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
INDICE
Presentación .......................................................................................................... 7
Artículos
El mosaico pampeano: geografía y bienestar según
subregiones (1991-2001) ...................................................................................... 9
Guillermo Velázquez, Santiago Linares
La segregación por pobreza en las capitales provinciales del
Norte Grande Argentino. Un análisis cuantitativo a partir del IPMH .................... 40
Aníbal Marcelo Mignone
Electrificación rural, desarrollo territorial y pequeñas localidades.
El caso de Tandil (Provincia de Buenos Aires, Argentina) ................................... 60
Guillermina Jacinto, María Luciana Nogar
Comunicaciones
Disputas en torno a la Ciudad Sagrada-Ruinas de Quilmes.
Memoria e identidad en la Comunidad India Quilmes ......................................... 85
Karina Bidaseca, Santiago Ruggero
Nuevas dinámicas residenciales en los asentamientos rurales del
litoral sudeste pampeano .................................................................................. 104
Sofía Estela Ares, Claudia Andrea Mikkelsen
Caracterización del periurbano en países centrales y periféricos a través de
cuatro autores. Breve recopilación y análisis bibliográfico ................................ 135
Graciela Puebla
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Construcción de un índice de competitividad territorial de las
regiones chilenas incluidas en el corredor bioceánico norpatagónico .............. 156
Pablo Andrés Forgia
La planificación del ahorro energético. Interrogantes y trasfondos en la
cuestión eléctrica de la Costa Atlántica Bonaerense......................................... 180
Adriano Furlan
Reflexiones en torno a la nueva geografía económica en la
perspectiva de Paul Krugman y la localización de la actividad económica ....... 206
Marco Antonio Merchand Rojas
Reseñas
Cuando el territorio es la vida: la experiencia de los sin tierra en
Brasil (Norma Garriacca et al.) .......................................................................... 224
Yanina Paola Villalobo
Postgrado
Identidad y territorio: aportes para el desarrollo local en áreas rurales de la
provincia de Mendoza. Estrategias con identidad territorial .............................. 228
M. Andrea Benedetto
Los cambios en la distribución espacial dela pobreza en el territorio del
Norte Grande Argentino durante la década de 1990. Una aproximación al
proceso a partir de la mortalidad infantil ............................................................ 231
Fernando Longhi
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
Presentación
Estimados lectores,
con gran placer volvemos a compartir con ustedes un nuevo número de la
Revista Breves Contribuciones del Instituto de Estudios Geográficos “Dr. Guillermo
Rohmeder” de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de
Tucumán.
En esta edición se perfilan muchos cambios y continuidades. Los cambios
se expresan mediante la respuesta obtenida de la última convocatoria, que fue
difundida por las principales universidades nacionales y extranjeras. En este sen-
tido, se destacan los aportes recibidos desde las universidades de Chile y México.
Asimismo, se ha logrado completar cada una de las secciones que componen la
estructura de la revista, obteniéndose trabajos para los ítems que corresponden al
postgrado y reseñas.
Por otra parte, cabe destacar que luego de mucho esfuerzo y trabajo respon-
sable del Comité Editorial se ha logrado, a partir de esta edición, disponer de una
versión digital. La misma se accede mediante la página web de la Facultad de
Filosofía y Letras. Esta nueva propuesta permite extender la visibilidad de cada
uno de los aportes ofrecidos en las secciones de la revista.
Otro rasgo destacable del contenido de esta edición es nuevamente el perfil
multidisciplinar logrado mediante un conjunto de trabajos que provienen de distin-
tas disciplinas que conforman el cuerpo de las Ciencias Sociales. De esta mane-
ra, hemos dedicado mucho tiempo a convocar a investigadores de diferentes for-
maciones disciplinares cuya respuesta ha sido inmediata y han aportados los re-
sultados de sus investigaciones. Así, el lector podrá acceder al análisis de temáti-
cas referidas a la pobreza, la calidad de vida, discusiones teóricas sobre el periur-
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bano y la geografía económica, estudios de los servicios en ámbitos rurales, como
también el análisis de la identidad a partir del estudio de una Comunidad India en
Tucumán.
Finalmente, merece una especial mención y agradecimiento el trabajo res-
ponsable desarrollado por el Cuerpo de Árbitros, quienes con una actitud abierta
han mantenido un contacto fluido con el Comité Editorial y siempre han manifesta-
do buena predisposición con miras a obtener una producción con calidad científi-
ca.
DRA. ANA ISABEL RIVAS
Directora de la Revista
Ana I. Rivas I Presentación - pp. 7-8
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EL MOSAICO PAMPEANO:GEOGRAFÍA Y BIENESTAR SEGÚN
SUBREGIONES (1991-2001)
GUILLERMO VELÁZQUEZ - [email protected] de Investigaciones Geográficas - FCH - UNCPBA -
Investigador Principal CONICET
SANTIAGO LINARES - [email protected] de Investigaciones Geográficas - FCH - UNCPBA -
Becario CONICET
Más allá de la imagen positiva que, en términos generales, se
tiene de la Región Pampeana, se reconoce que posee fuertes
asimetrías internas. Este trabajo se propone medir y contribuir a
la explicación de estas inequidades a través del análisis de un
conjunto de indicadores socioeconómicos y ambientales
significativos del grado de bienestar de la población para el último
período intercensal (1991-2001). La información a nivel
departamental (219 unidades) se ajustará mediante el uso de SIG
a cada una de las subregiones, empleando particularmente dos
capacidades funcionales específicas: la de ajuste difuso de
información entre diferentes unidades espaciales y la capacidad
de análisis de distribuciones espaciales de datos censales,
estadísticas vitales e información ambiental.
Palabras Clave: Desigualdad socio-territorial - Bienestar - SIG -
Región Pampeana - subregión.
Res
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Beyond the positive perception people have of the Pampas we
have to admit that this region has strong internal asymmetries.
This work aim to measure and contribute to the explanation of
these inequalities through the analysis of a set of significant
environmental and socioeconomic indicators of the level of welfare
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1. Introducción
Del mosaico de regiones que conforman la Argentina, la región pampeana,
tal como la define el INDEC desde 1980, es una de las que posee, en términos
globales, mayor grado de crecimiento económico y desarrollo relativo. Su hege-
monía a lo largo de la formación del sistema nacional, particularmente asociada
con el modelo agroexportador, ha contribuido a forjar una imagen positiva –funda-
mentalmente de la pampa húmeda– con respecto al resto de las regiones argen-
tinas.
Del mismo modo resulta un lugar común la expresión popular "Buenos Ai-
res", por un lado, y "el interior", por el otro. En la primera categoría, no sólo se
incluye a los "porteños" (tanto los residentes en la ciudad-puerto como los del
Área Metropolitana de Buenos Aires), sino también a los que habitan en la llanura
y sierras pampeanas bonaerenses.
En términos generales, para el Sistema Estadístico Nacional la región
pampeana abarca íntegramente las provincias de Buenos Aires (excepto RMBA),
Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba y La Pampa. Para adecuar este esquema a algo
más aceptable para los geógrafos y la sociedad en general debemos definir con
mayor precisión esta generalización:
Entre Ríos fue desmembrada de la histórica región mesopotámica, Santa Fe
es pampeana fundamentalmente en el centro y sur, Córdoba lo es principalmente
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of the people for the last intercensal period (1991-2001). The information at the
departmental level (219 units) will be adjusted by using GIS to each of the subregions,
using in particular two specific functional capabilities: the fuzzy adjustment of
information between different spatial units and the ability to analyze spatial
distributions by mapping thematic census data, vital statistics and environmental
information.
Key Words: Sociospatial inequalities - Life Quality - GIS - Pampa - region
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al sudeste y La Pampa especialmente en el sector oriental.Atendiendo a su grado de "centralidad" –en lo que respecta a concentración de
riqueza y centralización del poder– podemos definir tres grupos de provincias en la
región:
1) Buenos Aires
2) Córdoba y Santa Fe
3) La Pampa y Entre Ríos
Más allá de esta definición preliminar, la comunidad geográfica argentina a
través de los trabajos de referentes como Kuhn, F. (1922), Rohmeder (1943),
Frenguelli (1946), Aparicio y Difrieri (1958), Siragusa (1958), Daus (1969) Chiozza
(1975-1977), Flichman (1977), Giberti (1984), Barsky (1991), o nuestros propios
aportes (Velázquez 2008), han ido construyendo una imagen de su diferenciación
interna proponiendo diversas subregiones y sectores.
Una de las ventajas de nuestro actual medio técnico, científico y de informa-
ción es la posibilidad de incrementar sustancialmente las fuentes de información,
conocer más acabadamente el territorio y brindar un nuevo tratamiento a la infor-
mación espacial. Es por eso que en el presente trabajo proponemos una
subregionalización de la Región Pampeana, de modo tal que permita dimensionar
adecuadamente sus diferencias internas. La sectorización y breves caracteriza-
ciones que continúan fueron propuestas en forma preliminar en un trabajo ante-
rior (Velázquez, 2008).
Dentro de la Provincia de Buenos Aires se encuentra la Región Metropolita-
na de Buenos Aires (RMBA)1 y las subregiones de la Pampa Ondulada, Pampa
Litoral, Pampa Surera, y Patagonia Bonaerense, así como la mayoría de la Pam-
pa Deprimida, y del Delta.
En Córdoba y Santa Fe se encuentran comprendidas la Pampa Gringa, Sie-
1 La RMBA es, en sí misma, una región (característica ya acertadamente señalada en 1943 porRohmeder).
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rras Pampeanas2, Chaco Santafecino y un sector de la Pampa Ondulada.
Finalmente, en Entre Ríos y La Pampa (periferia regional), tenemos la mayo-
ría del Delta, las Lomadas Entrerrianas, un sector de la Pampa Alta y la Pampa
Seca (Mapa 1).
MAPA 1. Subregiones Pampeanas (República Argentina)
Fuente: elaboración personal sobre la base de cartografía oficial del IGN y cartografía censaldel INDEC
2 Si bien las sierras pampeanas se extienden más allá de Córdoba, por razones operativasconsideraremos sólo el sector cordobés para privilegiar la adscripción global de esta provinciaen la región pampeana. Lo mismo puede decirse respecto de la exclusión del sur de San Luis.
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La Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA), cabecera del sistema
urbano argentino, incluye a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y varios partidos
de la primer, segunda y tercer corona del área metropolitana.3 Esta área concen-
tra funciones gubernamentales, comerciales, financieras, administrativas etc. del
máximo nivel, pero también la fragmentación y la exclusión socio-espacial propia
de las áreas metropolitanas del capitalismo periférico.
Esta subregión se encuentra rodeada por la Pampa Ondulada, centrada en
el eje Rosario-La Plata, y constituye el sector de más antiguo poblamiento euro-
peo. Ambas áreas lideraron, junto con Córdoba, el primer proceso de expansión
industrial argentino durante la sustitución de importaciones, pero han sufrido en
mayor medida los efectos de la reconversión industrial y de la modernización ex-
cluyente. A pesar de ello, continúan siendo subregiones con mayor nivel de desa-
rrollo relativo.
Ambas subregiones refuerzan su posición por la densidad de autopistas,
particularmente entre Rosario-Buenos Aires-La Plata, la presencia del puente
Zárate-Brazo Largo (punto neurálgico del MERCOSUR), y el mantenimiento
asimétrico de una infraestructura que responde más a las presiones de los grupos
económicos concentrados que a las necesidades de la mayoría de la población.
Es aquí donde se encuentra la mayor densidad de población, así como la hege-
monía del medio técnico, científico y de información.
En la Pampa Ondulada se presentan asimismo actividades primarias inten-
sivas, en algunos casos con utilización de mano de obra extra-regional, destacán-
dose la horticultura y la agroindustria láctea. Otras actividades como la cría de
3 Según el INDEC 1) Ciudad de Bs. As., 2) Almirante Brown, 3) Avellaneda, 4) Berazategui, 5)Esteban Echeverría, 6) Ezeiza, 7) Florencio Varela, 8) General San Martín, 9) Hurlingham, 10)Ituzaingó, 11) José C. Paz, 12) La Matanza, 13) Lanús, 14) Lomas de Zamora, 15) MalvinasArgentinas, 16) Merlo, 17) Moreno, 18) Morón, 19) Quilmes, 20) San Fernando, 21) San Isidro,22) San Miguel, 23) Tigre, 24) Tres de Febrero y 25) Vicente López. A estas 25 unidadesagregamos 6 más: 1) Escobar 2) General Rodríguez, 3) Marcos Paz, 4) Pilar, 5) PresidentePerón y 6) San Vicente por su estrecha dependencia funcional respecto del conurbanobonaerense.
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animales de granja, mascotas o floricultura, crecientemente, se complementan
con actividades asociadas con el "turismo rural".
En términos de estructura intraurbana, lo que predomina es la creciente frag-
mentación socioespacial, que rompe con la estructura clásica centro-periferia que
caracterizaba a las ciudades de la región. Esta nueva estructura es causada, en
principio, en forma espontánea por la propia estructura social y división del traba-
jo; luego es reforzada por la dinámica del mercado inmobiliario y, finalmente, re-
sulta sostenida por el Estado a partir de sus funciones de planificación y regula-
ción del uso del suelo. Así comienza a configurase un paisaje urbano en las peri-
ferias de Rosario, La Plata, Campana, Zárate, entre otras ciudades; caracterizado
por la alternancia de barrios cerrados –producto de la auto segregación de las
élites locales– con la presencia, paralelamente, de producción de barrios espon-
táneos, propios de población excluida del mercado formal.
Introduciéndonos al centro de la región, especialmente en la provincia de
Buenos Aires, se presenta una extensión territorial predominantemente pecuaria,
que se fue urbanizando al ritmo que se expandía el ferrocarril, en un primer perío-
do, y al trazado de las rutas nacionales y provinciales, en una segunda instancia.
Aunque el interior de la provincia de Buenos Aires, en términos genéricos, aparez-
ca en una situación relativamente favorable, posee una notable excepción: la lla-
mada Pampa Deprimida, que se encuentra situada en la cuenca del río Salado y
la depresión del Vallimanca.
Esta subregión se caracteriza por ser una zona con predominancia de cría
de ganado hacia el este y de invernada hacia el oeste, siempre preservando la
"propiedad privada" con alambrados, que fueron introducidos muy tempranamen-
te. Su paisaje característico resulta extremadamente plano y monótono, tan solo
interrumpido por montes implantados y algunos espejos de agua.
El problema más importante que padece esta subregión, se encuentra ínti-
mamente ligado al adjetivo que lleva, "Deprimida". Se presenta en este sector una
extensión cuya topografía es plana y baja, por ende, con escaso escurrimiento e
infiltración, y que a su vez está expuesta alternadamente a situaciones de inunda-
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ciones, sequías e invasión de malezas. A estas adversidades se les anexa el
agravante de los intentos de soluciones técnicas, las cuales no sólo resultaron
totalmente inefectivas, sino que empeoraron la situación original. Entre ellos po-
demos nombrar: el trazado de canales en dirección oeste-este, es decir sin pen-
diente, obstaculizando el escurrimiento superficial natural; el trazado de rutas y
terraplenes de ferrocarriles en el sentido norte-sur, que bloquean aún más el débil
escurrimiento anteriormente mencionado o la derivación de aguas de áreas afec-
tadas a otros sitios vecinos, generando así graves conflictos entre particulares y
jurisdicciones administrativas.
La Pampa Deprimida posee su límite oriental en los partidos de La Costa,
Pinamar y Villa Gesell que, por su importancia y particular dinamismo, asociado
con el turismo estival de "sol y playa" sobre el Atlántico, ameritan su agrupamiento
en una nueva subregión denominada "Pampa Litoral". Esta subregión, si bien ofrece
oportunidades ocupacionales estacionales, padece graves problemas de servi-
cios e infraestructura y se encuentra sujeta a fuertes contradicciones internas.
Hacia el sur de la provincia de Buenos Aires se sitúa la Pampa Surera, que
comprende un área de aptitud mixta (agrícola-ganadera), con mejores condicio-
nes socio-económicas y ambientales. La subregión posee, en general, excelentes
suelos y buenas condiciones de escurrimiento e infiltración, con un amplio litoral
marítimo que se extiende desde Mar del Plata hasta Bahía Blanca, e incluye tam-
bién los sistemas serranos de Tandilla y Ventania, que le otorgan un toque de
distinción a la monótona llanura pampeana.
Esta subregión presenta una estructura económica más diversificada. En los
valles interserranos se desarrollaron tradicionalmente actividades agropecuarias
diversificadas, gran parte de las cuales fueron reemplazadas durante la década
de 1990 por paquetes tecnológicos de soja genéticamente modificada y glifosatos
(biocidas), que resultan más rentables en el corto plazo, pero incrementan el des-
empleo tecnológico y cuyos impactos ambientales aún no han sido evaluados en
su justa magnitud.
Además de las actividades primarias se suman, especialmente en las princi-
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pales ciudades, actividades manufactureras y de servicios, destacándose las ciu-
dades de Mar del Plata, Bahía Blanca, Tandil, Olavarría, Necochea-Quequén y
Azul. En todas ellas, existen cabeceras o sedes de Universidades Nacionales
Argentinas, como otro factor distintivo que mejora su posicionamiento relativo.
Hacia el extremo sudoeste bonaerense (partido de Villarino), se encuentra
un sector de transición hacia la región patagónica, al cual denominamos "Patagonia
Bonaerense". Esta subregión presenta importantes limitaciones en su aptitud pro-
ductiva, tanto por el tipo de suelos como por la insuficiencia y disminución de las
precipitaciones. Sin embargo, sus ciudades demuestran en los últimos periodos
intecensales, un importante dinamismo que probablemente continúe hasta la ac-
tualidad.
Más allá de los límites de la provincia de Buenos Aires, se extienden las
características singulares y dinamismo económico que definen a la región
Pampeana. Así, en un segundo término, las provincias de Córdoba y Santa Fe
presentan un complejo sector dinámico manufacturero de producción, industriali-
zación y comercialización de granos, carnes, oleaginosas y productos derivados.
Es posible así delimitar otra subregión, que incluye el sudeste de Córdoba y
el centro-sur de Santa Fe, caracterizada principalmente por su origen histórico
común, producto de colonias agrícolas, tradicionalmente denominada "Pampa
Gringa". El proceso que le dio origen ha implicado un modelo de poblamiento rural
más denso, que se refleja en la mayor presencia de ciudades pequeñas, pueblos
y población rural dispersa, con densa red de caminos y vías de ferrocarril, muchas
de las cuales han sido desmanteladas durante las últimas décadas del siglo XX.
En relación con el importante sector manufacturero que caracteriza a las ciuda-
des de esta subregión (Córdoba, Santa Fe o Rosario), se puede señalar como un
problema común, la precariedad de las periferias urbanas provocadas por la dis-
minución de empleo formal, producto del proceso de reconversión industrial y el
modelo "eficientista" llevado a cabo durante los años noventa del siglo XX.
El norte de la provincia de Santa Fe presenta una clara diferencia respecto
de las características anteriormente mencionadas. En principio la división depar-
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tamental comienza a ser más laxa, las particularidades y dinámicas tanto produc-
tivas como climáticas y biogeográficas, demuestran un claro sesgo chaqueño,
debido a su carácter de zona transicional entre las regiones Pampeana y del Cha-
co. Por esta singularidad, a este sector septentrional de la provincia de Santa Fe
lo definimos como "Chaco Santafecino".
Hacia el oeste quedaría delimitada la subregión de la Pampa Alta, que abar-
ca el noroeste de Buenos Aires y este de la Pampa. En este sector, que rodea a la
pampa deprimida, desaparecen los problemas de inundabilidad, pero se registra
una sensible disminución en las precipitaciones. Su tradicional estructura ganade-
ra de engorde ha sido crecientemente reemplazada por plantaciones de soja,
incrementando así tanto los problemas ambientales como la concentración eco-
nómica.
En el extremo NO de la región Pampeana se configura la subregión de las
Sierras Pampeanas, caracterizadas por su rico paisaje e historia, que la definen
como atractivo turístico consolidado desde principios del siglo XX. La ciudad de
Córdoba (segunda en el sistema urbano argentino) opera como "bisagra" entre la
Pampa Gringa y las Sierras Pampeanas.
En tercer término, la periferia de la región pampeana está compuesta por las
provincias de Entre Ríos y La Pampa. Entre Ríos ha pertenecido históricamente a
la región mesopotámica, división geográfica formal ya en desuso (cuya coheren-
cia geográfica se definía básicamente a partir de su aislamiento). Con la construc-
ción del túnel subfluvial (1969) y, fundamentalmente, del Complejo Zárate-Brazo
Largo (1979) esta provincia se incorpora claramente al espacio pampeano. Su
estructura económica se encuentra sesgada hacia el sector primario, lo que pone
en evidencia la marginación de la economía provincial con respecto al proceso de
industrialización. Hay sin embargo, una creciente diversificación de la actividad
turística que, al tradicional patrimonio histórico provincial, suma la calidad de sus
playas de río y las nuevas ofertas termales en Concordia, Chajarí y Federación,
principalmente.
En esta provincia se presentan básicamente dos subregiones geográficas.
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Por un lado las "Lomadas Entrerrianas", que abarcan la enorme mayoría del terri-
torio provincial y, por el otro, el "Delta" del Paraná, verdadera singularidad geográ-
fica por sus características y localización, cuyo extremo sur se prolonga en la
provincia de Buenos Aires.
Finalmente, la provincia de La Pampa (Territorio Nacional hasta 1951), se
caracterizaba generalmente por una actividad agropecuaria extensiva, con pre-
sencia de clase media de origen rural y estilo de vida urbanizado. Debe exceptuar-
se de esta caracterización al extenso oeste provincial, donde las condiciones
ambientales se presentan más adversas y la estructura social resulta, en general,
más tradicional. Por ello podríamos dividir al territorio provincial en dos subregiones:
hacia el este la mencionada "Pampa Alta" y en el resto la "Pampa Seca", una
suerte de travesía con débil presencia de población rural dispersa, que se interpo-
ne –a modo de transición– entre la Pampa húmeda, la Región Patagónica y Cuyo.4
Habiendo reseñado esta presentación preliminar de las diferentes subregiones
que componen el mosaico pampeano, en el punto siguiente indagaremos con ma-
yor nivel de detalle sobre algunos aspectos teóricos y metodológicos que permitirán
dimensionar sus diferencias en términos del grado de bienestar de su población.
2. Geografía y bienestar: breves preciciones teóricas y metodológicas
Estudiar e intentar medir el grado de bienestar o calidad de vida de la pobla-
ción desde una perspectiva geográfica, nos lleva rápidamente a asociarla con sus
opuestos: pobreza, exclusión, impunidad de los sectores de privilegio, etc. Sin
embargo, aunque los conceptos de "pobreza" y "calidad de vida" se refieren a
fenómenos muy relacionados, tienen diferencias entre sí. Mientras que la pobreza
es una medida de carencia que incluye a quienes no llegan a alcanzar un umbral
mínimo,5 "La calidad de vida, es una medida de logro respecto de un nivel estable-
cido como ´óptimo´ teniendo en cuenta dimensiones socioeconómicas y ambien-
4 Este sector es el más "patagónico" de la provincia de La Pampa.5 Estos umbrales pueden reflejar situaciones coyunturales (Línea de Pobreza-LP) o estructurales
(índice de Población con Necesidades Básicas Insatisfechas-NBI).
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tales dependientes de la escala de valores prevaleciente en la sociedad y que
varían en función de las expectativas de progreso histórico" (Velázquez, G. 2008:
19). Se puede decir, también, que la Calidad de Vida es tributaria del proceso de
modernización, tornándose medio y, al mismo tiempo, resultado de las nuevas
racionalidades y usos que actores hegemónicos imponen al territorio (Boroni, G.
et al., 2005:75). En sintonía con esta perspectiva, Alguacil Gómez sostiene que "la
Calidad de Vida viene a significar a la misma vez, una síntesis y ampliación –pro-
pia de la riqueza de lo complementario– entre el sujeto individual y el sujeto colec-
tivo, entre el carácter subjetivo y objetivo, entre el análisis microsocial y el macro-
social, entre la escala local y la global, lo que puede permitir la superación de la
tradicional ruptura entre la cultura científico-técnica y la cultura científico-huma-
nista" (Alguacil Gómez, J., 2001: 3).
Es decir que, mientras la pobreza se mide con respecto a un "piso", la cali-
dad de vida se mide con respecto a un "techo". En tanto el piso de la pobreza es
relativamente fijo, dado que apunta a la satisfacción de necesidades básicas, el
techo de la calidad de vida es más variable (y ascendente), ya que la escala de
valores y, sobre todo, las expectativas cambian.
Tampoco se debe confundir "calidad de vida" con "nivel de vida", ya que esta
última expresión se refiere habitualmente al nivel de consumo, es decir la adquisi-
ción de bienes y servicios, (en algunos casos suntuarios), no implica necesaria-
mente mejorar la calidad de vida.
Por su complejidad y relatividad implícita, la definición de un índice para medir
el bienestar, no es una tarea sencilla, ni universalmente válida, dependiendo de
numerosos factores tales como: procesos históricos, escalas de valores de la
sociedad, expectativas, vivencias individuales y colectivas, dimensiones privadas
(nivel de instrucción, ingresos) o públicas (accesibilidad, cuestiones ambientales),
entre los más significativos.6
6 Para mayores detalles sobre los conceptos de calidad de vida y bienestar, así como de losautores que trabajan en estos temas desde una perspectiva latinoamericana, recomendamosconsultar Velázquez (2008).
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Es por lo anterior que uno de los problemas cruciales, asociado con la eva-
luación del bienestar, consiste en definir si su "medición" debe efectuarse a partir
de indicadores "objetivos" (censales, ambientales, estadísticos) o, a partir de la
"percepción" de la población respectiva.
En línea con esta última opción metodológica, Olave Farías, D; Bodini CC,
H; González G. E, (1995) sostienen que, "el concepto de calidad de vida requiere
contemplar, entre otras dimensiones, a la dimensión perceptiva. Ella consiste en
evaluar de acuerdo con las opiniones de los habitantes el nivel de satisfacción, y
su preferencia habitacional y espacial, entre otras". La dimensión perceptiva sería
así una perspectiva explicativa y complementaria de muchas de las variables ob-
jetivas.
Desde nuestra perspectiva, la dimensión subjetiva debe ser comparada, pero
no asimilada con la objetiva. Es decir no deben incluirse elementos subjetivos en
un índice-resumen de calidad de vida. Así, en diversos trabajos sobre calidad de
vida urbana realizados para la ciudad de Tandil (Velázquez, G; García, M.C, 1999)
pudimos comprobar que muchos de los sujetos con perspectiva preliminar "opti-
mista" sobre su propia realidad, rápidamente reconsideraron su valoración ante
un mapa que muestra que la zona en la que residen se sitúa muy por debajo del
promedio del conjunto de la ciudad. Lo que resulta más interesante aún, es que
inmediatamente estos residentes se preguntaban –mezclando indignación y asom-
bro– ¿por qué mi barrio está tan por debajo del promedio? La "realidad" (cuando
no es buena) ¿duele, se niega, molesta...?
Es decir que, los desfases entre "medición" y "percepción" de calidad de vida
pueden reflejar situaciones de similitud y de contradicción. A su vez, estas últimas
podrían ser resultado de mala captación por parte de los instrumentos de medi-
ción o de la elaboración subjetiva (imaginario colectivo) de grupos sociales que,
ante una dura realidad, "construyen" mecanismos de defensa que les permiten
evadirse, aunque sea en parte, de esa adversidad. Como los instrumentos de
medición se basan en conceptos elaborados desde perspectivas parciales y con
fuentes de mayor o menor confiabilidad, siempre es un buen ejercicio desconfiar
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
de sus resultados. Por otra parte, la elaboración que hacen los grupos sociales de
su realidad propia, les dificulta considerarse dentro de una perspectiva más am-
plia.7
A partir de lo dicho, hemos analizado experiencias de medición previamente
discutidas en ámbitos académicos interdisciplinarios –principalmente en los mar-
cos de la Red Latinoamericana de investigadores en Calidad de Vida Urbana, de
las sesiones organizadas por AEPA,8 y por SEPOSAL9–. Hemos entonces decidi-
do utilizar las siguientes dimensiones: 1) Socioeconómica (Educación, Salud, Vi-
vienda) y 2) Ambiental (Problemas ambientales y atracción del paisaje) para esti-
mar el grado de bienestar de la población en las subregiones pampeanas. Los in-
dicadores seleccionados para analizar cada una de ellas resultaron los siguientes:
Dimensión Educación:
• Porcentaje de población de 15 años o más que ya no asiste y con nivel de
instrucción alcanzado menor a primario completo.
• Proporción de población de 15 años o más que ya no asiste y con nivel de
instrucción alcanzado universitario completo.
Dimensión Salud:
• Tasa de mortalidad infantil (TMI) según lugar de residencia de la madre.
• Proporción de población sin cobertura por obra social, plan de salud privado o
7 A partir de la experiencia de prácticas profesionales en ciudades como Tandil, Mar del Plata uOlavaria, cartografiando según segmento censal los pobres e indigentes según se los definepor Canasta Básica Total y Canasta Básica Alimentaria respectivamente, podemos constatarque varios de los pobres (según los define el sistema estadístico nacional) no se considerancomo tales ya que, -según señalan- hay otros que están peor que ellos y que "ellos sí sonpobres". Que algunos de estos pobres no se consideren tales ¿No es una victoria del sistema?
8 Esta red incluye a investigadores de América Latina y Europa, mientras que la AEPA (Asociaciónde Estudios de Población Argentina viene organizando desde 1999, en forma ininterrumpida,sesiones específicas sobre este tema.
9 Seminario Internacional de Población y Sociedad, que desde 2005 incluye una sesión específicasobre Población y Bienestar.
22
mutual.
Dimensión Vivienda y equipamiento:
• Porcentaje de población que reside en hogares que tienen inodoro sin descar-
ga de agua o carecen de inodoro.
• Proporción de población en hogares hacinados, considerando como tales a
aquellos que superan las 2 personas por cuarto.
Riesgos ambientales y atracción del paisaje:
• Áreas con problemas de inundabilidad (Elaborado a partir de mapas de riesgo
de inundación, citados por Di Pace, M. 1992).
• Zonas con diferentes coeficientes y escalas de sismicidad (Elaborado a partir
del mapa de sismicidad en Argentina de Chiozza, E. et al., 1987).
• Territorios afectados por tornados (Elaborado a partir de mapas de riesgos
naturales en la Argentina, publicados en 1997 por Geosistemas).
• Regiones con deterioros de suelos (Elaborado a partir del mapa de erosión de
suelos de la FECIC, 1988).
• Proporción de casas de veraneo/fin de semana.
Transformando los valores de las tasas de cada una de las variables en
números índices (puntajes Omega) y aplicando una ponderación relativa para cada
dimensión (salud 35%, vivienda 30%, medio ambiente 20% y educación 15%),
podemos establecer un índice de bienestar cuyo puntaje puede variar entre 0 y 10
para mostrar las peores y mejores situaciones teóricamente alcanzables, respec-
tivamente.10
Para ordenar nuestra exposición comenzaremos analizando las geodiversi-
dades de las dimensiones que hemos considerado más significativas: educación,
10 Para detalles sobre el marco teórico-etodológico utilizado para la construcción del índice decalidad de vida ver Velázquez (2001).
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
salud, vivienda y factores ambientales, para concluir con una síntesis general de
la calidad de vida.
En este punto nos parece conveniente mostrar las variaciones sufridas entre
1991 y 2001 en el comportamiento de los indicadores utilizados para el conjunto
de la formación socio-espacial, lo que nos permitirá dimensionar más claramente
las particularidades y similitudes del caso pampeano respecto del contexto nacio-
nal (ver tabla 1).
Tabla 1. Evolución de indicadores socioeconómicos significativos del bienestar.Argentina y Región Pampeana. (1991-2001).
(*) Para 1991 corresponde al promedio del trienio 1994-1996, para 2001 al del trienio 2000-2002.(**) En 1991 no es posible calcular el hacinamiento sobre la población total, sino sobre eltotal de hogares.Fuente: Censos Nacionales, Ministerio de Salud de la Nación y elaboración personal.
La dimensión educativa y el equipamiento residencial mejoraron en forma
similar, tanto a escala nacional como en la región. Los indicadores de vivienda
mostrarían un agravamiento del hacinamiento, especialmente a escala nacional.
Considerando la dimensión salud, si bien la TMI ha mejorado, la cobertura por
obra social se deterioró significativamente, sobre todo a escala nacional (en sintonía
Dimensión Educación Dimensión Salud Dimensión Vivienda Población
% población (ya no asiste)
<primario
% población (ya no asiste)
universitario completo
TMI(*) % población sin obra social
% población hacinada
(**)
% población sin retrete
valores absolutos
Argentina 1991
22,08 3,81 21,7 37,76 27,20 21,86
Argentina 2001
17,90 4,39 16,6 48,05 29,15 16,86
Región Pampeana 1991
23,60 3,66 18,10 34,44 23,23 17,19
Región Pampeana 2001
17,55 4,19 14,49 43,53 24,07 13,01
32615528
36260130
22414180
24137334
24
con la precarización laboral y el incremento del desempleo durante este lapso).
3. Ajuste difuso y sistemas de información geográfica
Una vez recolectados y sistematizados los datos correspondientes a cada
variable; los representamos a escala departamental en un Sistema de Informa-
ción Geográfica, para posteriormente, mediante diferentes funciones y procedi-
mientos, transferirlos a las subregiones de análisis propuestas.
Siguiendo a D. Rhind (1989) existen tres maneras de ajustar datos entre
entidades geográficas en un SIG: ajuste exacto, ajuste jerárquico y ajuste difuso.
El primer procedimiento y más sencillo, es el ajuste exacto y se refiere al ajuste de
datos sobre un mismo elemento geográfico. El ajuste jerárquico, por su parte, se
produce cuando se desea transferir datos de un nivel de agregación a otro supe-
rior; un ejemplo de ello es cuando la información censal, disponible a nivel de
radios o fracciones, se agrupa o ajusta a escala departamental para hacer posible
análisis comparativos con la información relevada por diferentes organismos pú-
blicos. Finalmente, el ajuste difuso es en donde los SIG se vuelven imprescindi-
bles; esto ocurre cuando se desean ajustar datos entre bases cartográficas dife-
rentes, con distinto nivel de agregación, y que a su vez no permiten realizar ajus-
tes jerárquicos, ya que los límites entre ambas no son coincidentes. Este procedi-
miento de ajuste es posible gracias a que los elementos geográficos simulados en
los SIG trabajan con información georeferenciada.
4. Análisis de las desigualdades inter-regionales pampeanas
La Tabla 2 muestra las variables constitutivas (reflejadas en tasas) y el índice
de bienestar en la región pampeana en 1991 y 2001. Por un lado se exhiben los
valores del conjunto de la región y, por el otro, los de las 13 subregiones propuestas.
Los porcentajes correspondientes a las dimensiones educación, salud, vi-
vienda y ambiente, así como el índice de bienestar, nos permitirán un rápido
dimensionamiento de la evolución de las brechas sociales y desigualdades intra-
regionales durante el período intercensal 1991-2001.
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N 2250-4176.
Tabla 2. Evolución de los indicadores significativos de calidad de vida. Subregiones Pampeanas (1991-2001)
Fuente: Censos Nacionales, Ministerio de Salud de la Nación y elaboración personal.
26
4.1. Dimensión educación
Como podemos observar en la tabla 2, los indicadores referidos a la dimen-
sión educación mostraron, en términos generales, una sustancial mejoría dismi-
nuyendo la población con nivel de instrucción deficiente 6,5 puntos entre 1991 y
2001 e incrementándose la población con nivel universitario completo. No obstan-
te, y más allá de este análisis global, las desigualdades hacia el interior de la
región parecen no sólo permanecer, sino que se incrementan, mostrando para el
caso de la población sin primario completo un aumento del 4% en el coeficiente
de variación, que indicaría una tendencia de mayor dispersión de los valores intra-
regionales, es decir una profundización de las desigualdades socioespaciales res-
pecto de esta variable. Más contundente y significativo es el coeficiente de varia-
ción del 36,49% de la población con nivel universitario completo que, aunque
muestre cierta disminución en la última década (- 8 puntos), expresa muy fuerte
dispersión y asimetría intra-regional.
A partir de una serie de mapas que muestran la distribución del índice de
calidad de vida, así como de sus dimensiones en la región pampeana en 1991 y
2001, podremos observar más detalladamente estas geodiversidades según
subregiones. Para ello hemos definido los intervalos, en cada mapa temático,
utilizando una escala cuartílica (a los efectos de facilitar la comparación de las
posiciones relativas de sus diferentes subregiones en cada año).
Así, en el mapa 2 podemos apreciar dónde se manifiestan con mayor inten-
sidad estas diferencias referidas a los extremos de la pirámide educativa, y cuál
es el signo de su evolución. Así observamos que la población con instrucción
deficiente refleja un comportamiento estructural importante en el Chaco Santafecino
y la Pampa Seca, agrupadas en ambos años dentro del cuartil que representa la
peor situación relativa; en segundo lugar deficitario, vemos a las subregiones de
la Patagonia Bonaerense, Pampa Alta, Lomadas Entrerrianas y Delta; y finalmen-
te, se destacan con mejores situaciones relativas durante el decenio, el AMBA,
Pampa Surera, Pampa Litoral y Sierras Pampeanas.
El otro extremo de la pirámide, es decir el segmento de la población con nivel
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universitario completo, muestra algunas características territoriales semejantes,
especialmente la posición desfavorable del Chaco Santafecino, Pampa Seca y
Lomadas Entrerrianas, donde apenas el 2% de los que culminaron sus estudios
lograron grado universitario. Por su parte, las subregiones con mayor tradición
urbana, es decir, aquellas asociadas con el proceso de consolidación del estado
argentino y donde por ende se ubican las grandes ciudades de nuestro país (Bue-
nos Aires, La Plata, Córdoba y Rosario), presentan mejores condiciones relativas.
En ellas se concentra la mayor proporción de población universitaria, en principio
por disponer de instituciones de altos estudios desde mayor tiempo atrás y, en
segunda instancia, porque el mismo proceso histórico configuró mayor predispo-
sición a la diversificación de su estructura social. En directa vinculación con esta
apreciación, puede verse también en el mapa 2 cómo las subregiones de la Pam-
pa Surera y Pampa Gringa, donde se localizan centros urbanos de segundo orden
y con sedes de universidades nacionales, se agrupan en el segundo mejor cuartil
para ambos años. Finalmente, una situación puntual que merece ser destacada
es el retroceso respecto de la dimensión educación de la población en la Patagonia
Bonaerense. Este retroceso se observa en ambos extremos de la pirámide edu-
cativa.
28
Mapa 2. Evolución de indicadores de la Dimensión Educación. SubregionesPampeanas (1991-2001)
Fuente: Censos Nacionales y elaboración personal.
4.2. Dimensión salud
Esta dimensión se analiza a partir de dos indicadores, uno muestra resulta-
dos (tasa de mortalidad infantil) y el otro, potencialidad (disponibilidad de obra
social). A diferencia de lo ocurrido con las variables de educación, en este caso,
ambas no exhiben el mismo comportamiento a nivel global. Mientras la TMI dismi-
nuye significativamente durante el período 1991-2001 de 18,10‰ a 14,49‰, la
población sin obra social aumenta de 34,44% a 43,53%; comportamiento que
estaría explicado por una tendencia sociodemográfica estructural en el primer
caso (transiciones epidemiológica y demográfica) y, por una crisis socioeconómica
en el segundo (incremento del desempleo, precarización laboral).
En un primer análisis sobre las diferencias al interior de la región, es posible
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ratificar este argumento, demostrando que el coeficiente de variación intra-regio-
nal para el caso de la TMI es bajo en 1991 (13,94%) y similar en 2001 (15,18%), lo
que se traduce en una notable simetría espacio-temporal de las variaciones de
este indicador. Por su parte, la población sin obra social parece ser un indicador
más sensible a las coyunturas socioeconómicas por estar directamente vinculado
con la esfera del trabajo; tal es así, que el acceso al empleo formal que actuaba
como un factor de discriminación intra-regional en 1991 (17,14%), no lo era tanto
en el año 2001, en virtud de una situación de crisis nacional, en la cual el desem-
pleo y la precarización laboral constituían un problema generalizado que afectaba
más masivamente a la sociedad argentina. (Lindemboim, 2008)
El mapa 3 permite analizar la dinámica particular que cada una de las
subregiones presenta con respecto a los indicadores empleados en esta dimen-
sión. Centrando el análisis en la TMI es posible definir tres grandes grupos de
subregiones. Por un lado, el grupo de aquellas en la cuales las tasas fueron y
serán un problema estructural, independientemente de la disminución absoluta de
la TMI, representando los máximos valores relativos tanto en 1991 como en el
2001. Dentro de ellas podemos mencionar al Chaco Santafecino, Sierras
Pampeanas y Lomadas Entrerrianas; en un segundo nivel de conflictividad pue-
den ubicarse las subregiones del Delta, Pampa Ondulada y RMBA; finalmente,
aparecen aquellas subregiones que se agrupan en los cuartiles con tasas más
bajas (15‰ y 11‰ respectivamente) tales como la Pampa Gringa, Pampa Depri-
mida, Pampa Surera, Pampa Litoral, Patagonia Bonaerense y Pampa Alta. Por la
particular evolución que muestra este indicador en la Pampa Seca, merece tener
una atención especial y no es posible agruparla con los casos anteriores. Mientras
esta subregión mostraba en 1991 la tasa más alta (24,14‰), en el 2001 presentó
una reducción excepcional del 13,31‰, pasando a tener la tasa más baja de la
región (10,83‰). Sin descartar la posible acción del estado provincial en este
resultado, el aislamiento y características de la subregión también nos permiten
inferir cierto grado de subregistro.
La cobertura social muestra un panorama generalizado en el cual todas las
subregiones vieron empeorar su situación durante el período 1991-2001(ver tabla
30
2); no obstante es posible detectar que el deterioro acumulado es mayor hacia la
periferia regional, tal como ocurre en el Chaco Santafecino, Pampa Seca, Patagonia
Bonaerense, Sierras Pampeanas, Lomadas Entrerrianas y Pampa Litoral (que
exhibe una situación ciertamente anómala en la provincia de Buenos Aires). Hacia
el centro y, específicamente dentro de la provincia de Buenos Aires, predominan
situaciones mejores, tales como la de la Pampa Surera, Pampa Ondulada, Pam-
pa Deprimida, Pampa Gringa y Pampa Alta; las subregiones del Delta y RMBA
permanecen en una posición intermedia en ambos casos.
Mapa 3. Evolución de indicadores de la Dimensión Salud.Subregiones Pampeanas (1991-2001)
Fuente: Censos Nacionales, Ministerio de Salud de la Nación y elaboración personal.
4.3. Dimensión vivienda
Las variables asociadas con las condiciones habitacionales en la región
Pampeana han mostrado, durante el período 1991-2001, cierta estabilidad para el
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caso del hacinamiento y una mejoría global con respecto a población en viviendas
sin retrete, la cual se redujo al 13%. No obstante, resulta ser este último indicador
el que más variación intra-regional acusa, dado que su coeficiente de variación
intra-regional alcanza el 48,85%, el más alto entre los indicadores tenidos en cuenta
en este análisis.
Para analizar dichas asimetrías presentamos en el mapa 4 la distribución
que muestran ambos indicadores para los años 1991 y 2001. En relación con la
población que padece hacinamiento, podemos ver como la mejor situación relati-
va se ve representada por las subregiones de la Pampa Surera, Pampa Gringa,
Pampa Alta y Pampa Deprimida, en donde la población hacinada no supera el
22%, en un segundo escalón se sitúa la Pampa Ondulada, RMBA y Sierras
Pampeanas, cuyos porcentajes se encuentran entre el 22% y 26% y, finalmente
las subregiones del Chaco Santafecino, Patagonia Bonaerense, Lomadas
Entrerrianas, Delta y Pampa Litoral, que alcanzan una proporción del 30% al 40%
según el caso. Debemos señalar que, más allá de alguna variación mínima en el
decenio, no se constata ninguna tendencia particular significativa respecto de la
evolución de este indicador entre las subregiones mencionadas.
Por su parte, el porcentaje de población sin retrete muestra las diferencias
más amplias entre las subregiones pampeanas, encontrando en los extremos a la
Pampa Surera con porcentajes muy bajos de 7,56% en 2001, mientras que el
Chaco Santafecino llega a un alarmante 35,25% de su población en esta condi-
ción para el mismo año. Con situación favorable, aparecen el resto de las
subregiones vinculadas con la provincia de Buenos Aires, tales como la Pampa
Litoral, Pampa Deprimida, Pampa Ondulada y Pampa Alta; mientras que dos ca-
sos singulares representan la RMBA y la Pampa Seca; el primero por ser la única
subregión que aumentó durante esta década (4%), la población con esta severa
deficiencia; la segunda, porque produjo una evolución significativa al reducirla en
un 16%. Por último aparecen las Lomadas Entrerrianas y Delta, que vieron oscilar
su situación entre situaciones malas y muy malas en ambos años. En todos los
casos, la población sin retrete exhibe peores condiciones en las subregiones con
mayor proporción de población rural.
32
Mapa 4. Evolución de indicadores de la Dimensión Vivienda.Subregiones Pampeanas (1991-2001)
Fuente: Censos Nacionales y elaboración personal.
4.4. Dimensión ambiental
Finalmente, aunque las dimensiones de educación, salud y vivienda consti-
tuyan tres pilares básicos de la calidad de vida de la población, la inclusión de la
dimensión ambiental en el análisis no parece menos importante. En este caso,
hemos implementado la misma medición para ambos años, debido a la recurrencia
espacio-temporal que caracteriza a los fenómenos integrados en esta dimensión.
Sin embargo, sí es posible conocer las diferencias intra-regionales que estos im-
primen en el territorio, y que según el coeficiente de variación de 38,99%, resultan
ser un factor muy significativo si se quiere comprender las desigualdades del bien-
estar al interior de la región Pampeana.
En rasgos generales podríamos señalar que los principales problemas am-
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bientales que la región pampeana padece, tienen que ver con las inundaciones en
la Pampa Deprimida y en el eje Paraná-Plata, la pérdida de suelos e incendios en
el oeste pampeano y piedemontes serranos, la contaminación en el eje La Plata-
Rosario, así como también en algunos sectores de las ciudades más grandes del
interior: Bahía Blanca, Mar del Plata, Córdoba o Santa Fe. Otros problemas como
los tornados, tienen epicentro en el centro sur de Córdoba y Santa Fe, pero se
pueden extender hacia el oeste de Entre Ríos y casi toda la provincia de Buenos
Aires. Por otra parte, la estabilidad tectónica de la región la preserva de riesgos de
sismicidad, que tan sólo tienen leve presencia en el oeste cordobés.
Estas características se encuentran sintetizadas oportunamente en un índi-
ce ambiental que representa las diferentes aptitudes ambientales con valores com-
prendidos entre 0 (peor situación relativa) y 1 (mejor situación relativa), y se en-
cuentran presentadas en el mapa 5.
En él se destacan con las condiciones más favorables las Sierras Pampeanas,
la Pampa Seca y la Patagonia Bonaerense, con un valor del índice que oscila
entre 0,79 a 0,89. El intervalo siguiente, que representaría una calidad intermedia
alta, esta integrado por el Chaco Santafecino, la Pampa Gringa y la Pampa Surera;
el intervalo que representa una calidad ambiental intermedia-baja incluye a las
Lomadas Entrerrianas, la RMBA y la Pampa Alta, con un valor que oscila entre
0,47 a 0,58. Finalmente, las subregiones que presentan las condiciones más des-
favorables (0,21 a 0,46) son la Pampa Ondulada, Pampa Deprimida, Pampa Lito-
ral y el Delta, subregiones claramente identificadas con la depresión del Salado,
zonas inundables del Paraná y la llanura baja hacia la desembocadura en la Bahía
de Samborombón.
34
Mapa 5. Índice Ambiental. Subregiones Pampeanas (1991-2001)
Fuente: María C. García (2001), sobre la base de Di Pace, 1992; Chiozza et al, 1987;Geosistemas, 1997 y FECIC, 1988.
4.5. El índice de bienestar en la Región Pampeana
La combinación ponderada de las dimensiones socioeconómicas (educa-
ción 15%, salud 35%, vivienda 30% - Total 80%) y ambientales (problemas am-
bientales 15% y atracción del paisaje 5% - Total 20%) constitutivas de la calidad
de vida de la población en la región Pampeana sintetiza la situación de cada
subregión con respecto a sus condiciones de bienestar.
Durante el período 1991-2001 el índice evolucionó satisfactoriamente en la
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región Pampeana, alcanzando un valor de 7,19 (0,40 puntos más que en el 1991).
Esta evolución se muestra para todas las subregiones, aunque algunas lo hacen
con mayor intensidad que otras, lo que implica que algunas presenten avances
relativos y otras retrocesos respecto de su posición en la década anterior.
El mapa 6 nos permite señalar que existen tres subregiones que manifiestan
cierta superioridad con respecto al resto, y que su comportamiento no responde-
ría a alguna causa azarosa o coyuntural, ya que se mantiene tanto en 1991 como
en el 2001, éstas son las subregiones de la Pampa Surera, la Pampa Gringa y las
Sierras Pampeanas, exhibiendo valores superiores en ambos años.
Las situaciones intermedias estarían representadas por la Pampa Alta y
Patagonia Bonaerense que mantuvieron similar comportamiento en ambos mo-
mentos.
Existen subregiones en las cuales su posición relativa con respecto al resto
empeoró durante el decenio, tal es el caso de la RMBA, Pampa Ondulada y
Lomadas Entrerrianas, llegando en el 2001 a representar el grupo con peores
condiciones de bienestar, con valores medio-bajos a bajos (inferiores a 7).
Son pocos los casos que vieron mejorar su posición, pero entre ellos pode-
mos señalar a la Pampa deprimida, que pasa a formar parte del grupo con valores
medios-altos, la Pampa Litoral y la Pampa Seca que, perteneciendo al peor cuartil
en 1991, se ubica en una situación intermedia en 2001.
Finalmente queremos destacar las subregiones que no logran revertir su
situación adversa y se posicionan en el peor intervalo en ambos momentos, tal
como ocurre con el Chaco Santafecino y el Delta del Paraná, presentando valores
muy por debajo del global regional.
36
Mapa 6. Índice de Calidad de Vida. Subregiones Pampeanas (1991-2001)
Fuente: Elaboración personal sobre la base de Censos Nacionales, Estadísticas vitales eindicadores ambientales.
5. Reflexiones finales
Los resultados expuestos nos han permitido demostrar que la región más
"destacada" en el proceso histórico de conformación de estado argentino posee
fuertes inequidades en su interior, y que estas asimetrías son cambiantes de acuer-
do con la dimensión de análisis utilizada; tal es así que algunas subregiones apa-
recen resaltadas en algunos aspectos y luego muy postergadas en otros. A modo
de ejemplo podríamos citar el positivo comportamiento de la Pampa Deprimida
respecto del hacinamiento y su adversa situación respecto de sus condiciones
ambientales.
Fue posible corroborar también que algunos indicadores, como es de espe-
rar en una regionalización, exhiban un comportamiento menos asimétrico al inte-
rior de la región Pampeana, como por ejemplo la TMI. Otros, por el contrario,
denuncian diferencias sustanciales que parecían inadmisibles al comienzo del
trabajo, como ocurre con el porcentaje de viviendas sin retrete o la población con
nivel universitario completo.
Finalmente, gracias al análisis sintético presentado mediante el índice de
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calidad de vida, donde las situaciones particulares extremas tienden a integrarse,
es posible llegar a una mejor interpretación de las diferentes realidades intra-
regionales.
Los resultados obtenidos nos permiten afirmar que las situaciones extremas
tienden a retroalimentarse: tanto las negativas, impidiendo salir de las condicio-
nes adversas, como las positivas, permitiendo sostenerse en las mejores condi-
ciones de bienestar. También queremos destacar el degradamiento de las condi-
ciones de bienestar en las subregiones más urbanizadas, especialmente en el eje
La Plata-Rosario, que termina padeciendo peores situaciones relativas. En con-
traposición, la región de las Sierras Pampeanas, donde se localiza la ciudad de
Córdoba, parece no arrastrar en la misma magnitud los efectos adversos, en gran
medida atribuibles a la escala urbana y las deseconomías de aglomeración en un
contexto de fragmentación socio-espacial como el de la década de 1990.
Por último cabe destacar la particularidad de la Pampa Surera, subregión
que por la diversificación de su estructura económica presenta, en casi todas las
dimensiones analizadas, mejores condiciones relativas.
38
¡ Alguacil Gómez, J. (2001): "Calidad de Vida
y modelo de ciudad", en: Ciudades para un
futuro más sostenible, Boletín CF+S, Número
15, marzo, en línea http://www.
habitat.aq.upm.es/boletín/n15/ajalg.html.
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¡ Aparicio, F de; Difrieri, H. (dir.) (1958-1963):
La Argentina. Suma de Geografía. Buenos Aires,
Peuser. 9 vol.
¡ Barsky, O (1991): El desarrollo agropecuario
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40
LA SEGREGACIÓN POR POBREZA EN LAS CAPITALESPROVINCIALES DEL NORTE GRANDE ARGENTINO.UN ANÁLISIS CUANTITATIVO A PARTIR DEL IPMH
ANÍBAL MARCELO MIGNONE - [email protected]
Departamento de Geografía-UNNE e Instituto de Investigaciones Geohistóricas-Conicet
Res
um
en
El Índice de Privación Material de los Hogares (IPMH), indicador utilizado en el
censo el Nacional de Población y Vivienda de 2001, permite identificar a los hogares
según su situación respecto a la privación material de Recursos Corrientes o
Patrimonial.
El IPMH refleja que las capitales del Norte Grande Argentino (NGA) muestran
disparidades en su interior y diferencias entre las mismas en cuanto a los tipos de
privaciones que existen. Pero, no es posible saber, qué ciudades muestran una
segregación mayor por pobreza.
El trabajo plantea una comparación de la segregación por pobreza en las nueve
capitales provinciales del NGA de acuerdo con los diferentes tipos de privaciones
del IPMH, a efectos de reconocer diferencias o similitudes entre los mismos.
Se aplican índices de igualdad, de concentración y de autocorrelación espacial,
con el propósito de reconocer si existe una desigual distribución de los hogares
pobres, si los hogares carenciados se distr ibuyen en unidades espaciales
inmediatamente contiguas y por ende que ciudades ref lejarían una mayor
concentración de áreas segregadas por pobreza.
Con este trabajo, se planea contribuir en el conocimiento de la segregación por
condiciones de pobreza, en ciudades intermedias del Norte Grande Argentino.
Palabras claves: segregación por pobreza - Índice de Privación Material de los
Hogares - Capitales del Norte Grande Argentino.
Aníbal M. Mignone I La segregación por pobreza... - pp. 40-59
41
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
Ab
stra
ct The Index of Household Material Privation (IPMH) indicator used in the National
Population Census and Housing 2001, to identify households according to their
situation with respect to material privation or Equity Current Resources.
The IPMH reflects the capitals of Norte Grande Argentino (NGA) are disparities
within and differences between them in terms to types of privation that exist. But it is
not possible to know which cities are more segregated by poverty.
This paper presents a comparison of segregation by poverty in the nine provincial
capitals of the NGA in accordance with the different types of privation IPMH the purpose
of recognizing differences or similarities between them.
Apply equal rates, concentration and spatial autocorrelation, in order to recognize
if there is an unequal distribution or poor households, poor households if the units are
distributed in space and thus immediately adjacent to cities reflect a higher
concentration areas segregated by poverty.
With this work, we plan to contribute to the understanding of poverty segregation
in intermediate cities in the Norte Grande Argentino.
Keywords: poverty segregation - Norte Grande Argentino Capitals - Index of Household
Material Privation.
1. Introducción
Las capitales de las nueve provincias del Norte Grande Argentino (NGA),
han mostrado generalmente una escasa capacidad de generación de crecimiento
económico, con un desarrollo limitado de sus funciones industrial y comercial y
dependiendo altamente de las rentas agropecuarias.
Estas ciudades experimentaron un fuerte crecimiento iniciado a partir de la
segunda mitad del siglo XX, fundamentalmente por el aporte de población proce-
dente de la migración rural y de núcleos urbanos menores ante los sucesivos
períodos de crisis de los diferentes cultivos y el resentimiento en las estructuras
económicas provinciales. En los últimos tiempos, también se acrecentaron los
procesos de relocalización espacial urbana en barrios informales, especialmente
42
en Resistencia, Formosa, San Miguel de Tucumán o Santiago del Estero. Ade-
más, se suma el hecho de la localización fronteriza de Formosa y Posadas, las
que presentan un importante movimiento de población dentro de la dinámica
binacional generada en las áreas de frontera.
El incremento acelerado de la población incidió en el proceso de expansión
urbana de estas ciudades, dando lugar a núcleos integrados por una conurbación
de municipios anexados a la capital. En el cuadro Nº 1, se puede ver el detalle de
población para el año 2001.
Cuadro Nº 1. Las capitales del Norte Grande Argentino en el año 2001
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda 2001.
Como se dijera, el fenómeno de la migración rural-urbana fue una de las
principales formas de crecimiento de la población en estas capitales, y aparece
relacionado con el aumento de los barrios marginales o asentamientos informa-
les, a través de la modalidad de ocupación individual y colectiva de los terrenos,
sumados a procesos de movilidad territorial o de relocalización espacial intraurbana,
que también contribuyen a la expansión territorial (Cf. Meichtry y Mignone 2003).
Esto da lugar a las ocupaciones de terrenos en la periferia o áreas de expansión
de las ciudades capitales, transformándose en verdaderos “bolsones” o “guettos
de pobreza”.
Aglomerado Habitantes Gran San Miguel de Tucumán 738.479 Gran Salta 468.583 Gran Resistencia 359.590 Santiago del Estero - La Banda 327.974 Gran Corrientes 316.782 Gran Posadas 279.961 Gran San Salvador de Jujuy 278.336 Formosa 198.074 Gran San Fernando del Valle de Catamarca
171.923
Aníbal M. Mignone I La segregación por pobreza... - pp. 40-59
43
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
Por otra parte, la ocupación de los espacios periféricos que se encontraban
suburbanizados o directamente sin urbanizar, van a generar la especulación in-
mobiliaria por parte de los nuevos moradores localizados en estos terrenos. Par-
ticularmente, en el último decenio han aumentado el número de ocupaciones in-
formales en terrenos privados, generando verdaderos conflictos entre los propie-
tarios legales, los nuevos ocupantes y los organismos estatales (cf. Mignone, 2008).
Por lo tanto, existe una mayor fragmentación del espacio urbano en las nue-
ve capitales, dónde se intensifican los contrastes entre los distintos estratos eco-
nómicos y entre los grupos localizados en áreas periféricas con respecto a las
zonas centrales. Esto provocó el incremento de la segregación residencial, fenó-
meno que actúa como mecanismo de reproducción de la desigualdad social y
económica porque “aísla a los pobres” debido a que estos grupos al convivir con
la pobreza y tener pares pobres limitan sus horizontes de posibilidades y sus con-
tactos y la exposición a ciertos códigos, mensajes y conductas funcionales1
(Sabatini, 2000).
Según las condiciones mencionadas anteriormente, el trabajo aborda desde
una perspectiva cuantitativa y en forma comparada la segregación por pobreza de
los hogares localizados en los nueve aglomerados capitales provinciales del Nor-
te Grande Argentino, para el año 2001.
2. El concepto de segregación y los índices de medición
El fenómeno de la segregación, se ha transformado en un objeto de estudio
en el área de la geografía urbana. Sin embargo, la conceptualización es muy dife-
1 A pesar de ello, la segregación residencial (de tipo socioeconómica) tiene una faceta positiva,vinculado con dos perspectivas: identitaria y funcional. Con la primera representación, se hacereferencia al hecho que las personas conviven con vecinos o “pares” a fin de preservar unconjunto de rasgos que forman parte del “ser profundo” de las personas. Desde la situaciónfuncional, se plantea que al residir con personas de la misma condición social, se accede a“beneficios comunes”, pues se reducen los costos de transacción al basarse la interacción encódigos de comportamiento y comunicación compartidos (Sabatini 2000, Sabatini et. al. 2001;Rodríguez Vignoli 2001).
44
rente según el campo disciplinar y tiene el inconveniente que en el imaginario
social, el uso del término segregación implica discriminación, o una idea similar.
Asimismo, el enfoque presenta diferencias de acuerdo con los lugares dónde se
lo analice; así, por ejemplo, la segregación de tipo residencial se asocia en el
mundo anglosajón con espacios culturales vinculados a cuestiones étnicas y
migratorias; por lo tanto el parámetro de medición pasa especialmente con he-
chos asociados a fenómenos raciales. En cambio, en las ciudades latinoamerica-
nas la segregación residencial hace referencia a los vínculos territoriales entre los
estratos socioeconómicos, considerando la concentración de grupos que tienen
características socioeconómicas similares, por lo tanto, está más relacionado con
los estudios de concentración espacial de la pobreza.
En su conceptualización, se puede considerar que la segregación es el gra-
do de proximidad espacial o la aglomeración geográfica de hogares de una mis-
ma categoría social (cf. Sabatini, 2000), que en nuestro caso serían los hogares
pobres. Por lo tanto, remite a las diferencias o desigualdades sociales que existen
en el espacio físico, dónde los sujetos se encuentran separados en categorías
que presentan cierto grado de distinción jerárquica o valorativa. A ello, se suma el
hecho de existir una ausencia o escasez relativa de mezclas socioeconómicas
dentro de las unidades territoriales de la ciudad (cf. Rodríguez Vignoli, 2001).
Por otra parte, la información estadística utilizada, fue procesada mediante
el software REDATAM+SP y calculada para todas las capitales del NGA a nivel de
radio censal, ya que es la menor unidad territorial en que pueden desagregarse
los datos censales.
Asimismo, en el análisis se han considerado los índices correspondientes a
las categorías de igualdad, autocorrelación y concentración (cf. Martori y Hoberg,
2004), intentando reconocer situaciones de segregación cuando:
* Hay un área dónde se localiza la mayor parte del grupo minoritario en cues-
tión (distribución desigual).
* Se observa una zona, que refleja una parte pequeña del territorio analiza-
do, dónde la densidad de población del grupo minoritario alcanza valores eleva-
Aníbal M. Mignone I La segregación por pobreza... - pp. 40-59
45
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
dos (concentración elevada).
* Un grupo se distribuye en unidades espaciales inmediatamente contiguas,
generando enclaves en la ciudad (autocorrelación alta).
En la investigación se han utilizado los siguientes índices de segregación:
* Índices de igualdad - Índice de segregación (IS)
- Índice de Disimilitud de Duncan (ID)
* Índices de concentración - Índice Delta
* Índices de autocorrelación - Índice de Morán (I)
Estos índices, facilitan el análisis sobre la concentración espacial de la po-
blación en un determinado ámbito urbano, pero los indicadores cuentan con difi-
cultades metodológicas que se deben tener considerar al efectuar los cálculos.
Una de las cuestiones va asociada con el tipo de unidad territorial sobre la que se
realiza la medición, porque aunque se comparen las ciudades utilizando la misma
unidad censal, en cada aglomerado varía el número de unidades, el tamaño de
las mismas y por lo tanto, el grado de homogeneidad interna de la variable utiliza-
da. El efecto principal sería que cuanto más pequeñas y/o más internamente
homogéneas son las unidades, mayor segregación muestran los índices (cf. Lavía
Martínez, 2008).
Asimismo, la interpretación de los resultados requiere no solo el conocimien-
to de lo que se mide, también hay que considerar el ámbito y la realidad concreta
que se pretende medir, ya que formalmente no existe una escala de interpretación
preestablecida universalmente que permita definir a partir de qué valores un índi-
ce de segregación reconoce condiciones de desigualdad territorial (cf. Lavía
Martínez, 2008).
No obstante ello, se considera que los resultados obtenidos en este estudio,
permiten dar una aproximación cuantitativa de las condiciones de segregación de
los hogares pobres localizados en las capitales del Norte Grande Argentino.
46
3. El Índice de Privación Material de los Hogares
Para poder reconocer las condiciones de pobreza, tanto del componente
estructural como del coyuntural,2 el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos
(INDEC) construyó un nuevo indicador que a partir de los datos censales, permitió
vincular los dos aspectos mencionados anteriormente. De esta manera, surgió el
Índice de Privación Material de los Hogares (IPMH), que se aplicó en el Censo
Nacional de 2001, con el objeto de medir las privaciones de los hogares y recono-
cer el grado de carencia de los mismos.
La variable IPMH reconoce a los hogares3 según su situación respecto a la
privación material considerando dos dimensiones: Recursos Corrientes y Patri-
monial. La incapacidad de los hogares para proveerse de uno u otro tipo de recur-
sos es lo que distingue entre los hogares con privación o sin ella. El primer aspec-
to, se vincula a la privación patrimonial que afecta a los hogares en forma más
estable y dada su característica de persistencia se la considera de tipo estructural
o crónico. En cambio, la privación de recursos corrientes puede variar considera-
blemente en el corto plazo y está ligada más directamente a las fluctuaciones de
la economía.
La combinación de estas dimensiones define cuatro grupos de hogares: aque-
llos que no tienen ningún tipo de privación y tres grupos diferenciados según el
tipo de privación que presentan: sólo de recursos corrientes, sólo patrimonial y
convergente.
SIN PRIVACIONES
PRIVACIÓN SOLO DE RECURSOS CORRIENTES (PR)
2 Se recuerda que el mayor número de trabajos y análisis de la pobreza en Argentina, aparecenasociados con dos formas de medición: la que tiene en cuenta las Necesidades BásicasInsatisfechas (NBI) que señalan condiciones estructurales de la pobreza y la que se vinculacon la Línea de Pobreza (LP) que refleja situaciones coyunturales.
3 Se entiende por hogares a los grupos de personas que viven bajo el mismo techo y compartenlos gastos de alimentación. Se excluyen las instituciones colectivas donde las personas vivenbajo un régimen no familiar.
Aníbal M. Mignone I La segregación por pobreza... - pp. 40-59
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
PRIVACIÓN SOLO DE RECURSOS PATRIMONIALES (PP)
PRIVACIÓN CONVERGENTE (PC)
En la investigación realizada por Bolsi y Mignone (2009:243-244), se utilizó el
IPMH con el objeto de intentar establecer diferencias entre los aglomerados capi-
tales del NGA, teniendo en cuenta el carácter dominante de las privaciones aso-
ciado con el nivel de ausencia de dichas privaciones. Este estudio reconoció tres
conjuntos de aglomerados: por un lado Catamarca, Santiago del Estero, Posadas
y Corrientes con una alta proporción de hogares sin privaciones y con el dominio
de hogares con privación de recursos corrientes.
Un segundo grupo integrado por Salta y Jujuy, con menor proporción de
hogares sin privaciones y el aumento del las privaciones patrimoniales. Y por últi-
mo, San Miguel de Tucumán, Resistencia y Formosa, con una baja proporción de
hogares sin privaciones y predominio de de las privaciones convergentes.
Por lo tanto, con este primer ensayo sobre la pobreza urbana y considerando
el grado de privación de los hogares, se pueden reconocer que existen diferen-
cias entre las capitales del NGA, por lo cuál es posible suponer que la segrega-
ción por el fenómeno de la pobreza también presentará caracteres diferentes en
cada aglomerado, condición que se intenta demostrar en este informe.
4. Los índices de igualdad aplicados al IPMH
Un primer paso para medir la segregación, es por intermedio de los índices
de igualdad. En el estudio se utilizaron el índice de segregación (IS) y el índice de
disimilaridad de Duncan (ID). Ambos varían entre cero y uno, valores que corres-
ponden respectivamente a una distribución exactamente igualitaria y una distribu-
ción de máxima segregación. El valor de estos índices se puede interpretar como
la proporción del grupo minoritario que tendría que cambiar de residencia o ser
relocalizado para obtener una distribución igualitaria en las unidades territoriales
(Massey y Denton, 1988). La diferencia radica en que el IS compara la diferencia
entre la proporción de individuos del grupo minoritario y la proporción del resto de
población, mientras que el ID compara proporciones de dos grupos y no del grupo
48
respecto al resto.
El IS permite reconocer que los hogares con Privación Convergente (PC)
cuentan con una mayor concentración en las capitales del NGA, ya que en siete
ciudades es necesario redistribuir más del 50% de los hogares con pobreza extre-
ma4 para que no exista segregación. En cambio, la Privación por Recursos Co-
rrientes (PR) mostraría una menor segregación que la Privación Patrimonial (PP)
probablemente por el fenómeno que miden: la primera está vinculada con el in-
greso de los hogares, por lo tanto con situaciones coyunturales que son dinámi-
cas y fluctuantes; mientras que la segunda está asociada con la vivienda, compo-
nente estructural sujeto a cambios lentos en el tiempo y el territorio.
Prosiguiendo con el Índice de Segregación, el cuadro muestra que el Gran
Catamarca cuenta con valores menores según los tipos de privaciones (Cuadro
Nº 2). Por lo tanto, el aglomerado no solo posee un conjunto menor de hogares
carenciados (Bolsi y Mignone, 2009), también tendría un reducido grado de segre-
gación.
Cuadro Nº 2. Índice de Segregación (IS) según tipo de IPMH.Capitales del NGA, año 2001
Fuente: Elaboración propia según base de datos REDATAM 2001
4 La privación convergente, también es llamada “pobreza extrema” porque combina las dosdimensiones del IPMH.
RECURSOS CORRIENTES (PR) PATRIMONIAL (PP) CONVERGENTE (PC)
S.M.Tucumán 0,197 Resistencia 0,363 Catamarca 0,460
Catamarca 0,217 Catamarca 0,365 S.S. Jujuy 0,480
Corrientes 0,218 Posadas 0,369 Corrientes 0,500
Resistencia 0,249 S.M.Tucumán 0,377 S.M.Tucumán 0,505
Posadas 0,249 Corrientes 0,379 Resistencia 0,513
Stgo. Estero 0,252 Formosa 0,384 Posadas 0,523
Salta 0,271 S.S. Jujuy 0,392 Formosa 0,523
S.S. Jujuy 0,287 Stgo. Estero 0,422 Stgo. Estero 0,533
Formosa 0,305 Salta 0,442 Salta 0,544
Aníbal M. Mignone I La segregación por pobreza... - pp. 40-59
49
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
En un segundo grupo, a pesar de las disparidades en los registros, se en-
contrarían el mayor número de aglomerados: Gran San Salvador de Jujuy, Gran
Corrientes, Gran Resistencia, Gran San Miguel de Tucumán, Gran Posadas y
Formosa,5 con valores medios de segregación. Sin embargo, de este conjunto se
destacan la capital formoseña y misionera, especialmente cuando se observa el
IS correspondiente a la pobreza convergente, dónde los residentes pobres tien-
den a instalarse primordialmente en terrenos bajos y sujetos a periódicas inunda-
ciones por causa de los ríos Paraguay y Paraná o por cursos menores que circun-
dan las dos ciudades (cf. Mignone, 2008).
Los restantes aglomerados, el Gran Salta y Santiago del Estero-La Banda,
mostrarían una mayor concentración de hogares con privación patrimonial y con-
vergente. Analizando nuevamente esta última dimensión y otorgándole una locali-
zación geográfica, se puede citar (entre otros lugares) el agrupamiento de los
barrios marginales en el noroeste de Salta, entre la ruta nacional Nº 33 y el río
Arias, o hacia el sureste siguiendo el río Arenales. En Santiago del Estero, gran
parte de los asentamientos de los grupos de menores recursos, formaron instala-
ciones populosas en áreas de notorio riesgo ambiental (a orillas del río Salí y del
basurero municipal) y con graves deficiencias de infraestructura, es decir, con
muy bajos niveles de calidad ambiental y, consecuentemente social (Mansilla y
Legname, 2001; 2004). Además, la pobreza extrema tiende a concentrarse hacia
el noreste y sur en Santiago del Estero y para el sureste, en el municipio de La
Banda.
Con este primer índice se puede ver que Catamarca no solamente tiene
valores relativos menores de IPMH (Bolsi y Mignone 2009), también los hogares
carenciados de esta ciudad no están tan concentrados en comparación con el
total urbano. En forma opuesta, las capitales de Formosa, Santiago del Estero,
Jujuy y Salta, reflejarían un mayor agrupamiento territorial de los hogares pobres.
5 En los cuadros estadísticos, se ha optado por escribir el nombre de las ciudades sin el adjetivo“gran”. Se entiende que a excepción de Formosa, las otras ciudades están conformadas porconurbaciones de varios municipios.
50
Por su parte, con el ID de Duncan se han comparado los hogares según el
tipo de privación con respecto al conjunto que no tienen privaciones. Hay una
diferencia con respecto al indicador anterior (IS), debido a que los índices aumen-
tan en las nueve ciudades para los tres tipos de privaciones (cuadro Nº 3). Asimis-
mo, la disparidad se acentúa al observar los hogares en extrema pobreza, con
siete ciudades que presentan condiciones de fuerte segregación o “hipersegre-
gación” porque los valores superan el 60% de concentración (Massey 1985 en
Martori y Hoberg, 2004). Se considera que esta condición se asocia a una situa-
ción de segregación impuesta por la falta de medios socioeconómicos.
Cuadro Nº 3. Índice de Disimilaridad de Duncan (ID) según tipo de IPMH.Capitales del NGA, año 2001
Fuente: Elaboración propia según base de datos REDATAM 2001
Según el ID de Duncan, Catamarca y Corrientes se incluirían en el grupo de
ciudades con menor segregación. En forma implícita, el indicador estaría dando
muestra de una “mayor igualdad” en la distribución espacial de los habitantes
residentes en las capitales correntina y catamarqueña.
De manera opuesta, tenemos fundamentalmente a Formosa y el Gran Salta
revelando una mayor concentración de los pobres patrimoniales y convergentes,
reflejando una desigualdad acentuada que se puede observar en los barrios mar-
RECURSOS CORRIENTES (PR) PATRIMONIAL (PP) CONVERGENTE (PC)
S.M.Tucumán 0,225 Catamarca 0,430 Catamarca 0,524
Corrientes 0,227 Corrientes 0,476 Corrientes 0,574
Catamarca 0,240 Posadas 0,504 S.M.Tucumán 0,610
S.S. Jujuy 0,246 S.M.Tucumán 0,509 Posadas 0,611
Salta 0,273 Resistencia 0,529 Resistencia 0,629
Stgo. Estero 0,276 S.S. Jujuy 0,542 S.S. Jujuy 0,632
Posadas 0,277 Stgo. Estero 0,551 Stgo. Estero 0,635
Resistencia 0,282 Salta 0,572 Salta 0,670
Formosa 0,291 Formosa 0,575 Formosa 0.671
Aníbal M. Mignone I La segregación por pobreza... - pp. 40-59
51
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
ginales localizados en terrenos próximos a las vías del ferrocarril y rutas naciona-
les, o en zonas vulnerables a las condiciones hídricas,6 por citar dos casos. Por lo
tanto, habría un proceso de segmentación espacial donde las inequidades se acen-
túan por ausencia de los servicios básicos, déficit en la infraestructura edilicia y
problemas de tipo ambiental.
Las restantes ciudades mostrarían coeficientes intermedios, pudiendo des-
tacarse (por su proximidad a los índices altos) San Salvador de Jujuy y Santiago
del Estero. Especialmente, de la capital jujeña se debe decir que se acentúa la
concentración de los grupos más críticos en la zona Sur de San Salvador y por el
sureste en el municipio de Palpalá, en este último primordialmente por dificultades
en el desarrollo de las actividades siderúrgicas de Altos Hornos, debido a la falta
de capital de trabajo (Golovanevsky y Marcoleri, 2000).
5. La concentración de los hogares con privaciones
Los índices de concentración permiten conocer acerca de la ocupación de
un espacio físico (superficie) por parte de un grupo de población en el medio
urbano. En este caso, cuanto menor sea la porción de espacio urbano ocupado
por un grupo, más concentrado y segregado se encuentra. Por lo tanto, es una
medida que considera la densidad relativa del grupo en las unidades espaciales
en relación a su densidad media en el conjunto urbano (Massey 1988: 289)
Para medir la concentración, se utilizó el índice Delta (Duncan, 1961 en Martori
y Hoberg, 2004) que calcula la diferencia entre la proporción de la población de un
grupo en cada unidad respecto al total del grupo en la ciudad y la proporción de la
superficie de cada unidad con el total de la ciudad. También se puede interpretar
como el porcentaje de población del grupo X que ha de cambiar de residencia
para obtener una distribución uniforme en toda la ciudad.
6 Como ejemplo, en Formosa se encuentran los asentamientos informales del noroeste, siguiendolas vías del ferrocarril General Belgrano o los espacios del noreste y sureste, inundablesperiódicamente por el río Paraguay (Mignone, 2008). O los barrios del norte de Salta, en lasproximidades del río Vaqueros o cercanos a las vías del ferrocarril Belgrano.
52
El cuadro Nº 4 muestra el índice Delta de Duncan para los indicadores del
IPMH en las capitales provinciales del NGA. Se destaca la ciudad de Formosa, ya
que en cualquiera de sus privaciones, habría que mover el 70% de los hogares
para que no exista segregación, probablemente porque la proporción de cada
grupo en los radios censales con respecto al total del grupo en la ciudad, es alta.
No obstante, estos elevados valores están relacionados con el tamaño de las
unidades censales, porque el aglomerado tiene radios periféricos con grandes
superficies, condición que afectaría el resultado final. Una situación similar se
produce en el Gran Resistencia, Santiago del Estero-La Banda y el Gran Salta,
con grandes dimensiones en sus radios periféricos.
A pesar de esta condición particular, se estima que la concentración de la
pobreza es importante en la capital de Formosa, en espacios críticos vinculados a
los nuevos barrios informales, con viviendas deficitarias, sin acceso a los servi-
cios y población en su gran mayoría cuentapropistas o con empleos informales.
Gran parte de la población recibe asistencia de los planes sociales, pero con in-
gresos inferiores a la línea de pobreza y a la de indigencia (Mignone, 2008).
El Gran Resistencia, podría agruparse junto a Formosa, a consecuencia de
los numerosos asentamientos que rodean la periferia norte y sur de la ciudad, con
un bajo nivel educativo de la población y predominantemente con empleos infor-
males (Meichtry y Mignone, 2003).
Catamarca, Salvador de Jujuy, Santiago del Estero y Salta tendrían un coefi-
ciente medio del Delta de Duncan, pudiendo considerarse las restantes ciudades
con un bajo grado de segregación.
Al respecto, la incorporación del componente espacial en los cálculos del
índice, muestran que la capital de Misiones y de Corrientes son el grupo de los
aglomerados con menor desigualdad; cuadro al que se incorpora San Miguel de
Tucumán, que cuenta con una condición no mencionada anteriormente: es el aglo-
merado que tiene los menores índices de segregación (IS), de disimilitud (ID) y
Delta de Duncan para la privación de recursos corrientes (cuadros Nº 2, Nº 3 y Nº
Aníbal M. Mignone I La segregación por pobreza... - pp. 40-59
53
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
4). Por lo tanto, estos pobres por ingresos7, no estarían fuertemente agrupados en
el ejido metropolitano, hallándose más bien dispersos en el interior del mismo.8
Cuadro Nº 4. Índice de concentración Delta de Duncan (DEL) según tipo de IPMH.Capitales del NGA, año 2001
Fuente: Elaboración propia según base de datos REDATAM 2001
6. La autocorrelación espacial y la medición de la pobreza en el NGA
Por último, se ha utilizado la autocorrelación espacial, porque permite medir
la correlación de una variable consigo misma y considera los atributos vinculados
con aspectos espaciales. La autocorrelación espacial se basa en el postulado que
considera que en el espacio geográfico todo se encuentra relacionado con todo,
pero los espacios más cercanos están más relacionados entre sí que con los más
alejados (principio de Tobler).
7 Se recuerda que la Privación de Recursos Corrientes busca dar cuenta de la capacidadeconómica de los hogares, intentando aproximarse de manera indirecta al nivel de ingresos deun hogar.
8 No obstante los bajos índices de segregación, el Gran Tucumán tiene una envolvente con unapobreza muy alta que rodea el aglomerado desde el noroeste siguiendo por el este y hasta elsuroeste, coincide con el área de mayor proliferación de villas de emergencia, especialmenteen las orillas de la avenida de Circunvalación y en el acceso sur de la ciudad (Mansilla yLegname 2004).
RECURSOS CORRIENTES (PR) PATRIMONIAL (PP) CONVERGENTE (PC)
S.M.Tucumán 0,404 Posadas 0,402 Corrientes 0,431
Corrientes 0,425 Corrientes 0,404 Posadas 0,439
Posadas 0,431 S.M.Tucumán 0,406 S.M.Tucumán 0,466
Catamarca 0,489 Catamarca 0,485 Catamarca 0,570
Salta 0,520 S.S. Jujuy 0,528 Resistencia 0,571
Stgo. Estero 0,538 Salta 0,539 S.S. Jujuy 0,572
S.S. Jujuy 0,585 Stgo. Estero 0,548 Stgo. Estero 0,574
Resistencia 0,601 Resistencia 0,573 Salta 0,591
Formosa 0,797 Formosa 0,702 Formosa 0,724
54
Para medir la autocorrelación, se ha aplicado el Índice de Morán (I), en el
cuál los valores van de -1 a 1. Un índice de 1 indica una autocorrelación espacial
positiva, un valor 0 indica un patrón aleatorio y -1 indica una fuerte autocorrelación
espacial negativa. El índice de Morán permite vincular en forma conjunta la de-
pendencia entre lugares próximos y valores de variables o atributos que nos inte-
resan.
Con la aplicación de este índice se puede determinar como influye la compo-
nente espacial en el comportamiento correspondiente a las variables estudiadas.
Se logra entonces, conocer la tendencia al agrupamiento o a la dispersión de las
unidades espaciales de acuerdo con las variables analizadas, permitiendo corro-
borar sí la distribución espacial de las mismas se produce de forma aleatoria.
Las capitales muestran una autocorrelación espacial positiva en todas las pri-
vaciones, pero las diferencias entre las mismas son muy marcadas (Cuadro Nº 5).
Cuadro Nº 5. Índice de Moran global según privación de los hogares en lascapitales del NGA. 2001
Fuente: Elaboración propia según base de datos REDATAM 2001
En la comparación interurbana, el Gran Corrientes tiene una menor autocorre-
lación, lo que indica cierto grado de aleatoriedad en la distribución espacial de las
privaciones, aún más en recursos corrientes. Esto demuestra que los hogares
pobres no tendrían una contigüidad espacial en las unidades censales, factor que
RECURSOS CORRIENTES (PR) PATRIMONIAL (PP) CONVERGENTE (PC)
Corrientes 0,127 Corrientes 0,242 Corrientes 0,258
S.M.Tucumán 0,249 S.S. Jujuy 0,355 Stgo. Estero 0,421
Stgo. Estero 0,270 Stgo. Estero 0,361 S.M.Tucumán 0,465
Resistencia 0,285 Resistencia 0,431 S.S. Jujuy 0,495
Posadas 0,325 S.M.Tucumán 0,455 Resistencia 0,500
Catamarca 0,337 Posadas 0,459 Posadas 0,506
S.S. Jujuy 0,419 Catamarca 0,479 Catamarca 0,523
Salta 0,460 Formosa 0,554 Formosa 0,610
Formosa 0,466 Salta 0,617 Salta 0,682
Aníbal M. Mignone I La segregación por pobreza... - pp. 40-59
55
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
sumado a los menores índices de igualdad y concentración, permite pensar que
no habría una condición genuina de autosegregación, por lo menos según con lo
planteado por Sabatini (2000). Queda no obstante la duda, porque los índices
considerados reflejan situaciones globales y no permite analizar casos particula-
res del fenómeno en el interior de la ciudad.
De manera opuesta a la situación correntina, se encuentran Formosa y el
Gran Salta, con una autocorrelación alta. En este caso, las unidades censales
mostrarían una contigüidad espacial en la distribución de la pobreza en ambos
aglomerados, permitiendo presuponer la existencia de enclaves con pobreza ex-
trema, atendiendo a la alta correlación por privación convergente de ambas ciuda-
des (61% y 68% respectivamente). Como se dijera anteriormente, la convergen-
cia de situaciones en un mismo espacio, puede primordialmente estar sujeta a
cuestiones socioeconómicas forzadas (falta de empleo, ingresos bajos, etc.).
Entre las ciudades mencionadas anteriormente y con valores más oscilan-
tes, se encuentran los restantes núcleos urbanos. A pesar de las posiciones rela-
tivas que ocupan según la privación considerada, es posible establecer un grado
de diferenciación si se considera primordialmente los hogares con pobreza extre-
ma. Así, por un lado estarían San Miguel de Tucumán, Santiago del Estero y San
Salvador de Jujuy, con registros menores de autocorrelación, y las tres ciudades
restantes, dónde la pobreza tiende a manifestarse con mayor contigüidad entre
los radios censales. De ambos conjuntos, destacamos nuevamente la posición
inferior de San Miguel de Tucumán en cuanto a la privación de recursos corrientes
y el ascenso del Gran Catamarca, hasta posicionarse en el tercer lugar de las ciu-
dades con alto coeficiente de Moran en la privación patrimonial y la convergente.
7. Conclusiones
Como se ha visto, los índices utilizados para medir la segregación según el
IPMH, muestran que las capitales del NGA reflejan un conjunto muy heterogéneo,
atendiendo al hecho que los indicadores manifiestan una importante disparidad
entre aglomerados urbanos y de acuerdo con la naturaleza de la privación. Ade-
56
más, al comparar los diferentes tipos de carencias, las características de cada
grupo y de acuerdo con el índice utilizado, no siempre se pueden generar compa-
raciones directas a partir del resultado numérico.
No obstante, la mayor similitud que se aprecia en las nueve capitales y con-
forme con los distintos índices, es el incremento de la segregación a medida que
aumenta el grado de privación, de manera tal que los hogares con privación con-
vergente revelarían una segregación asociada con las condiciones socioeconó-
micas, que propician los enclaves de pobreza localizados primordialmente en la
periferia de los aglomerados.
Por otra parte, se propone una primera clasificación de los aglomerados,
atendiendo a dos parámetros de medición: según los coeficientes de segregación
de los diferentes indicadores y de acuerdo al grado de segregación según priva-
ción de cada ciudad.
Un primer grupo integrado por el Gran Corrientes y Gran Catamarca, con baja
segregación por pobreza y menor concentración de las privaciones. El agrupamiento
espacial de los hogares carenciados tiende a ser menor, existiendo una mayor igual-
dad entre los habitantes urbanos y una distribución más aleatoria de la pobreza.
Un segundo grupo con valores medios de segregación, comprende cinco
ciudades subdivididas en dos grupos: el Gran Posadas y el Gran Tucumán con
una segregación media-baja y menor concentración por recursos corrientes o
patrimoniales, además de una menor aleatoriedad en la distribución de los hoga-
res. Y con una segregación media-alta, incremento en la concentración por priva-
ción patrimonial y convergente, y una mayor autocorrelación espacial, aparecen
Santiago del Estero-La Banda, San Salvador de Jujuy y el Gran Resistencia.
El tercer conjunto ubica a las ciudades de Formosa y el Gran Salta, con un
patrón de alta concentración espacial, predominio de la privación convergente
localizada en diferentes enclaves urbanos y una mayor contigüidad territorial de la
pobreza.
En definitiva, esta clasificación supone una primera aproximación sobre la
segregación por pobreza en las capitales del Norte Grande Argentino, condicio-
Aníbal M. Mignone I La segregación por pobreza... - pp. 40-59
57
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
nes que seguramente requieren de futuros análisis a través de otros parámetros
de medición de la segregación y atendiendo a las particularidades del interior de
cada ciudad, situación que no siempre es posible de analizar cuantitativamente
por el grado de desagregación espacial que adquiere la información censal.
Anexo metodológico
Índice de Segregación
xi: Población del grupo minoritario en la
sección censal i.; xi: Población del gru-
po minoritario en la sección censal i. X:
Población total del grupo minoritario en
el municipio; - ti: Población total en la
sección censal i; - T: Población total del
municipio y n: Nombre de secciones del
municipio.
Índice de Concentración Delta
Xi es la población del grupo X en la uni-
dad espacial i, X es la población del gru-
po X en la ciudad, ai es la superficie de
la unidad espacial i, A es la superficie
de la ciudad y, n es el número de las
unidades espaciales en la ciudad.
Índice de Disimilitud de Duncan
dónde Xi es la población del grupo mi-
noritario en la sección censal i, X es la
población total del grupo minoritario en
el municipio, yi es el número de indivi-
duos del grupo mayoritario en cada sec-
ción censal, e Y el total de población de
este grupo en el municipio.
Índice de Moran Global
donde, N es el tamaño de la muestra,
So =ΣiΣjwij, X es la variable sometida
al análisis de dependencia espacial y
wij son las ponderaciones de la matriz
binaria w que se construye asignándo-
le 1 a las observaciones vecinas o a un
radio de distancia determinado respec-
to al punto i, y cero a las demás obser-
vaciones.
58
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60
G. P. Jacinto - M. L. Nogar I Electrificación rural... - pp. 60-84
ELECTRIFICACIÓN RURAL, DESARROLLO TERRITORIAL YPEQUEÑAS LOCALIDADES. EL CASO DE TANDIL
(PROVINCIA DE BUENOS AIRES, ARGENTINA)
GUILLERMINA P. JACINTO - [email protected] (Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires)
MARÍA LUCIANA NOGAR - [email protected]
CICBA-CESAL (Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires)
El trabajo presenta el proceso de electrificación del espacio rural del Partido de
Tandil, proceso llevado adelante por la Cooperativa Rural Eléctrica de Tandil-Azul
Limitada –CRETAL–. La CRETAL brinda el servicio de electricidad a productores
rurales y residentes de pequeñas localidades en una amplia zona inscripta en el
sudeste pampeano. A partir del análisis de información relevada en fuentes
secundarias y la obtenida por entrevistas con informantes calificados, se describe
la trama de actores y de procesos provinciales que contextualizan la emergencia
y desarrollo de la cooperativa de distribución de electricidad rural en Tandil. Luego
se presenta el origen y evolución de la organización cooperativa CRETAL, identifi-
cando los principales hitos que contribuyeron a su consolidación como actor de la
distribución y luego también, de la producción de energía eléctrica local. Finalmente,
se exponen algunos procesos de desarrollo socio-productivo y territorial asociados
a la electrificación rural en el Partido de Tandil.
Palabras claves: electrificación rural - cooperativas - Tandil - desarrollo territorial
- pequeñas localidades.
Res
um
enA
bst
ract This work presents the electrification process of rural areas of the Tandil district,
a process carried out by the Cooperativa Rural Eléctrica de Tandil-Azul Limitada –
CRETAL–. CRETAL provides electricity service to rural producers and small-town
inhabitants in a vast area in the south-east of the Pampean region. An analysis
61
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
made upon information obtained from secondary sources and interviews with
qualified informants, describing the mesh of provincial actors and processes that
contextualize the development of the cooperative. Then it presents the origin and
evolution of the cooperative organization CRETAL, identifying the key milestones
that contributed to its consolidation as an actor in the production and then, also
the distribution of local electricity power production. Finally, a few processes of
socio-productive and territorial related to rural electrification in the Partido de
Tandil are presented.
Keywords: rural electrification - cooperatives - Tandil - territorial development -
small towns.
Introducción
La disponibilidad de energía constituye un factor estratégico para el desarro-
llo socio-productivo de los territorios rurales. La estructura de redes energéticas
puede fundar procesos de cohesión y de solidaridad o por el contrario, contribuir a
consolidar situaciones de fragmentación y de exclusión territorial (Musso 2003).
Trasponiendo las mallas institucionales, estas redes imponen sus lógicas funcio-
nales en la construcción de nuevas territorialidades; permiten aprehender la per-
meabilidad de los espacios locales –en intercambio permanente con la totalidad
del sistema territorial–, y abordarlos como territorios construidos colectivamente
por una configuración de actores, cuyas estrategias se despliegan a diferentes
escalas (Curien 2005).
El trabajo presenta el proceso de electrificación del espacio rural del Partido
de Tandil, proceso llevado adelante por la Cooperativa Rural Eléctrica de Tandil-
Azul Limitada –CRETAL–. La CRETAL brinda el servicio de electricidad a produc-
tores rurales y residentes de pequeñas localidades en una amplia zona inscripta
en el sudeste pampeano.
En la primera parte, se presenta la trama de actores y procesos provinciales
62
que contextualizan la emergencia y desarrollo de la cooperativa de distribución de
electricidad rural en Tandil. En la segunda parte, se describe el origen y evolución
de la organización cooperativa CRETAL, identificando los principales hitos que
contribuyeron a su consolidación como actor de la distribución y luego también, de
la producción de energía eléctrica local. En la tercera parte, se exponen algunos
procesos de desarrollo socio-productivo y territorial asociados a la electrificación
rural en el Partido de Tandil.
Metodología
Se ha implementado la triangulación metodológica como estrategia de pro-
ducción, sistematización e interpretación de información, combinando múltiples
métodos en el estudio del objeto que se investiga (Cowman 1993). La elección de
la triangulación metodológica permite superar los sesgos y las limitaciones deriva-
dos del empleo de una herramienta metodológica única, a través de la integra-
ción-complementación de métodos cuantitativos y cualitativos, de acuerdo con las
necesidades y los momentos de indagación sobre la realidad.
Por un lado se analizaron trabajos antecedentes relacionados con el tema
objeto de estudio, en particular, aquellos que examinan el desarrollo cooperativo
vinculado con la electrificación rural. Por otro lado, el relevamiento de datos pri-
marios de tipo cuali-cuantitativo se realizó a través de entrevistas semi-estructu-
radas a informantes calificados, fundamentalmente a los responsables de la ges-
tión de la cooperativa de electrificación rural del Partido de Tandil. En fin, se inte-
graron los datos obtenidos mediante observación directa, registros orales y fuen-
tes escritas para reconstruir el proceso de desarrollo de la CRETAL y evaluar su
rol en la construcción de los territorios rurales locales.
Se asume que el desarrollo de investigaciones empíricas y la realización de
estudios de caso constituyen instancias sustanciales para avanzar luego, en aná-
lisis comparativos sostenidos en andamiajes teóricos explicativos de las singula-
ridades y regularidades territoriales.
G. P. Jacinto - M. L. Nogar I Electrificación rural... - pp. 60-84
63
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
1. Electrificación rural en la Provincia de Buenos Aires1.1. Orígenes, evolución y marco normativo
El proceso de electrificación y de construcción de redes técnicas eléctricas,
ha sido históricamente considerado como un vector de modernización, en los es-
pacio urbanos, pero muy especialmente en los territorios rurales. Los gobiernos y
las sociedades coincidían en la voluntad de difundir las luces de la modernidad,
reconociendo el rol imprescindible de la electrificación y uniendo acciones públi-
cas y privadas, en pos del desarrollo económico y del mejoramiento de las condi-
ciones de vida de las familias rurales (Coutard 2001).
En Argentina, en la primera mitad del siglo XX, la electrificación formó parte
del proyecto político modernizador y participó largamente en los procesos de cons-
trucción y transformación territorial. Si hasta la década de 1930, empresas extran-
jeras integradas monopolizaron las condiciones de generación, transporte y distri-
bución del servicio de electricidad; entre las décadas de 1930 y 1950, el Estado
nacional y los estados provinciales van a implementar un explícito programa de
políticas, orientadas al desarrollo del sector eléctrico para acondicionar el territo-
rio. De esta manera, se fue conformando un denso marco normativo (regulacio-
nes) e institucional (creación de organismos de energía eléctrica) para favorecer
la expansión del servicio e incrementar la presencia pública en el sector (La Scaleia
2006). El objetivo fue fomentar la actividad de los prestadores, la realización de
obras y la capacitación de trabajadores, para responder al aumento sostenido de
una demanda, concentrada fundamentalmente en los espacios urbanos, en un
momento de acelerados ritmos de urbanización e industrialización.
Desde el Estado nacional, se llevó adelante un vasto programa de acciones
directas e indirectas tendientes a expandir, densificar y cualificar el equipamiento
eléctrico a diferentes escalas. Fue particularmente significativo, el estímulo al de-
sarrollo del cooperativismo eléctrico, así como el reconocimiento institucional a
las cooperativas de electricidad "creadas espontáneamente" por usuarios urba-
nos y rurales en todo el territorio nacional. En general, la mayoría de estas coope-
rativas fue el emergente de situaciones de alta conflictividad en las sociedades
64
locales, donde se ampliaba el movimiento de protesta contra las tarifas elevadas
y la mala calidad del servicio, provisto entonces por trust extranjeros (Pírez 2000).
En la Provincia de Buenos Aires, el valor estratégico asignado al sector eléc-
trico en el desarrollo socioterritorial estuvo en el centro de numerosos debates
políticos. En 1934, en la Convención de Reforma de la Constitución, se discutió
fuertemente en torno a la planificación y desarrollo eléctricos: uno de sus resulta-
dos fue reconocer e incorporar como atribución del régimen municipal el "...cons-
tituir consorcios de municipalidades y cooperativas de vecinos a los fines de la
creación de superusinas generadoras de energía eléctrica" (art. 192, inc. 8º) (Vi-
lla, s/f). En 1939, la Ley Provincial Nº 4742 estableció el primer régimen orgánico
e integral: declaró el suministro de energía eléctrica como servicio público, regla-
mentó la expansión del servicio en el territorio provincial y reconoció el contralor
del poder público, a cargo de la Provincia (en espacios rurales) o de las Municipa-
lidades (en áreas urbanas). La Dirección de Servicios de Electricidad, era respon-
sable de la prestación, fomento, planificación y dirección del sector eléctrico en el
territorio provincial, integrando entre sus facultades algunas que alcanzaban di-
rectamente a los espacios rurales (art. 3):
a) Estudiar sistemáticamente las necesidades de energía eléctrica,
urbanas, industriales y rurales de la Provincia; b) Estudiar las modalida-
des regionales o locales del suministro de electricidad en la Provincia,
teniendo en cuenta la densidad y distribución de población; d) Proponer
al Poder Ejecutivo o a las Municipalidades, según corresponda, las
medidas conducentes a la utilización de la energía eléctrica en las labo-
res del campo, y especialmente las de granja e industrias agronómicas,
fomentando a tal fin la producción de electricidad por sociedades coo-
perativas en zonas rurales no abastecidas; f) Asesorar al Gobierno de
la Provincia y a las Municipalidades en la preparación de leyes y orde-
nanzas relacionadas con el suministro de electricidad; g) Fiscalizar los
servicios de jurisdicción provincial y los de los Partidos Municipales que
lo hayan municipalizado".
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
La participación del Estado provincial en el sector eléctrico se incrementó en
1947, cuando comenzó a desempeñar un papel activo como prestador directo del
servicio y orientador de la política energética. La Ley Nº 5156/47 prohibió el otor-
gamiento, renovación o ampliación de las concesiones a empresas privadas o
particulares; exceptuando a las cooperativas eléctricas, a organismos de econo-
mía mixta integrados exclusivamente por el poder público y los usuarios, y a los
consorcios constituidos por municipalidades; quedando a cargo de la Dirección de
Servicios de Electricidad, el estudio de las necesidades de energía eléctrica urba-
na, industrial y rural de la Provincia (art. 16).
Complementariamente, la Ley Provincial Nº 5239/47 (Ley de Electrificación
de la Provincia de Buenos Aires) adjudicó a la Dirección de Electricidad y Mecáni-
ca (DEMBA) la prestación del servicio de energía eléctrica en diversas localida-
des y la ejecución de numerosas obras comprendidas en la primera etapa de un
plan general de electrificación. Creada por el Decreto-ley 21202/571, la Dirección
de Energía de la Provincia de Buenos Aires (DEBA) marcó un nuevo hito en la
consolidación del Estado provincial como actor mayor del proceso de electrifica-
ción, comprometiéndose a:
a) producir, transformar, transportar, distribuir, comprar y vender ener-
gía eléctrica; b) construir y explotar fábricas de energía eléctrica y de-
más instalaciones necesarias; c) proyectar la electrificación racional de
la Provincia; d) suscribir acciones de sociedades cooperativas con el
objeto de facilitar la financiación de obras de instalación y/o ampliación
para generar o distribuir energía eléctrica; e) arrendar grupos electró-
genos; f) coordinar con la Nación, Provincias o con sus entes delega-
dos y municipales, ad-referendum del Poder Ejecutivo todo lo referente
a la producción, transporte, distribución y compra-venta de energía eléc-
trica dentro y fuera del territorio de la Provincia; g) controlar toda fuente
1 El Decreto-Ley n° 21202 fue ratificado por la Ley n° 5857/58 y reglamentado por el Decreto n°491/62.
66
energética que tenga como fin generar energía eléctrica destinada a
servicios públicos; i) asesorar a las municipalidades que lo requieran;
etc.
Entre 1939 y 1957, las leyes Nº 4742/39, Nº 5156/47, Nº 5239/47 y el decre-
to-ley Nº 21.202/57 contribuyeron al reconocimiento de la electricidad como un
servicio público e impulsaron el desarrollo eléctrico provincial, mancomunando
esfuerzos entre Municipios, cooperativas y el Estado provincial.
Como se ha visto, hasta mediados del siglo XX, las acciones del Estado se
encauzaron hacia la instalación de un servicio eléctrico universal: la electricidad
en todo el territorio y para todos sus habitantes, en una lógica de equidad espacial
y social, tendiente a reducir la brecha de las condiciones de vida entre las áreas
urbanas y rurales.
Las acciones hacia la universalidad del servicio eran sostenidas en los mer-
cados urbanos; sin embargo, la electrificación rural permanecía como un campo
problemático en tanto las bajas densidades y las grandes distancias imponían
restricciones a la expansión de los tendidos. Por otra parte, en el espacio rural
predominaba el uso de fuentes de energía alternativas o la energía eléctrica era
producida de manera autónoma, sin dependencia ni conexión a una red. En este
sentido, por fuera de las ciudades cabeceras de Partidos, la electricidad por red
llegaba excepcionalmente a espacios próximos a los centros, distribuida princi-
palmente por la empresa provincial o por alguna organización cooperativa.
1. 2. El papel de las cooperativas en el proceso de electrificación rural
En Argentina, la formación de cooperativas de electricidad remonta a la dé-
cada de 19202 como producto de un vasto movimiento reivindicativo protagoniza-
do por los usuarios urbanos, en busca del abaratamiento de las tarifas y del mejo-
2 En 1926 se dicta la primera Ley de Cooperativas n° 11.388, vigente hasta 1973 en que fuereemplazada por la Ley Nº 20.337.
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ramiento de la calidad de los servicios prestados por las compañías extranjeras,
responsables de la generación, del transporte y la distribución eléctricas (Beltramo
1995). El "modelo cooperativo" se difundió principalmente en zonas de escasa
población y allí donde eran más fuertes los reclamos por un servicio más barato y
de mejor calidad. Las organizaciones cooperativas se constituyeron desde enton-
ces en actores fundamentales de la distribución de energía eléctrica en la Provin-
cia de Buenos Aires, desempeñando un rol clave en la provisión energética de
centros urbanos intermedios, pequeñas localidades y espacios rurales, y en espe-
cial, en la construcción de una nueva geografía rural. Anunciada como una com-
ponente esencial para el mejoramiento de los trabajos agrícolas, la electrificación
se inscribió en un proceso más amplio de búsqueda de alivio de las tareas domés-
ticas y de mejoramiento de las condiciones de vida de las familias rurales. Ello se
articuló con la necesidad de dar respuesta al éxodo rural, reduciendo el conjunto
de factores de expulsión de población, entre los cuales la dureza de las condicio-
nes de vida de los pobladores rurales constituía un componente explicativo ma-
yor.
La escasa densidad poblacional, las dificultades de accesibilidad por distan-
cia o condiciones geográficas adversas y los bajos consumos de electricidad han
determinado históricamente, una rentabilidad insuficiente para la inversión orien-
tada a la expansión de los sistemas de distribución de electricidad en el espacio
rural.
Hasta mediados del siglo XX, la demanda rural de energía se concentraba
esencialmente en el consumo doméstico: cocción de alimentos (cubierta con leña),
iluminación (satisfecha con velas y mecheros, lámparas a kerosén, lámpara a gas
licuado), comunicación y entretenimiento (radio a pila). Algunos grupos electrógenos
pequeños complementaban la oferta energética.
A fines de la década de 1950, la electrificación rural progresaba lentamente
en el país, en general a partir de los acuerdos firmados entre empresas provincia-
les de distribución y cooperativas agrarias, para extender redes en zonas próxi-
mas a ellas, considerando que la electrificación jugaría un rol clave en el mejora-
68
miento de la calidad de vida y contribuiría a retener trabajadores y pobladores en
las zonas rurales.
En este sentido, la electrificación rural se entroncaba en el proceso de mo-
dernización rural que alcanzaba al agro argentino en las décadas de 1950 y 1960.
Los progresos registrados en materia de interconexión –conexión simultánea y
recíproca de las instalaciones de producción y consumo– favorecerían el desarro-
llo económico regional y la promoción sociocultural de los espacios rurales. La
necesidad de modernización del hábitat rural y de urbanización del campo eran
proclamadas desde diferentes ámbitos y en particular por los actores públicos,
preocupadas por las migraciones masivas campo-ciudad y por concretar el mejo-
ramiento de las condiciones de vida de los residentes rurales.
2. Cooperativas de distribución de electricidad en Tandil
Tandil constituye un ejemplo paradigmático del proceso de construcción co-
lectiva del sistema eléctrico local: en la década de 1930, para el abastecimiento
del espacio urbano; en la década de 1960, para la provisión de los espacios rura-
les.
2.1. La Usina Popular y Municipal de Tandil
El origen del cooperativismo eléctrico en Tandil remonta al movimiento co-
lectivo que condujo a la creación de la actual Usina Popular y Municipal de Tandil
SEM, distribuidora de electricidad en el ámbito urbano. La formación de la usina
de electricidad respondió a las demandas crecientes del servicio para uso resi-
dencial y productivo, exigido por una sociedad que se urbanizaba rápidamente, y
por un sector productivo, anclado en ramas intensivas en el uso de energía eléc-
trica, fundamentalmente la metalmecánica.
En Tandil, las manifestaciones populares contra la Compañía de Electricidad
del Sud Argentino (CESA) proveedora del servicio fueron sistemáticas desde 1929.
Los reclamos eran apoyados por diversas organizaciones que demandaban a la
Municipalidad la no renovación de la concesión y la creación de una usina local.
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La acción de los vecinos se encausó en una comisión pro-usina cuyo trabajo
culminó en la constitución de una entidad a mitad de camino entre sociedad anó-
nima y cooperativa (27/28 de mayo de 1933): con acciones adquiridas por los
pobladores de la ciudad de Tandil se constituyó y comenzó a funcionar la Usina
Popular de Tandil S.A. (UPT)3. A fines de 1944, y después de 10 años de litigios,
entró en vigencia la ordenanza de 1933, quedando formalizado el consorcio entre
la Municipalidad de Tandil y la UPT. Desde 1955, el apoyo de autoridades munici-
pales, nacionales y provinciales se tradujo en el mejoramiento de la performance
global de la empresa. Bajo el lema "Tandil nunca será más grande que su Usina",
la UPT fue ampliando los volúmenes de generación eléctrica a partir de fuentes
térmicas, hasta interconectarse la red eléctrica provincial en 1964. Desde enton-
ces la extensión de líneas, la construcción de nuevas estaciones de transforma-
ción, la incorporación de equipamiento de mayor capacidad y potencia fueron acom-
pañando el crecimiento de la demanda.
Mientras la UPT ampliaba el área de distribución en el espacio urbano, los
pedidos para electrificar las zonas rurales, no encontraban eco en la prestadora
local. En los años 50, el servicio de electricidad era prácticamente inexistente en
áreas rurales del Partido de Tandil, con excepción del servicio brindado por la
DEBA a algunas empresas extractivas y a centros de población rural aglomerada
(como María Ignacia Vela).
Un movimiento de productores rurales, organizados en cooperativa, concre-
taría hacia mediados de la década el 60, el primer tendido eléctrico rural. Es el
origen de Cooperativa Rural Eléctrica de Tandil y Azul Limitada (CRETAL).
2.2. La Cooperativa Rural Eléctrica de Tandil y Azul Limitada (CRETAL)
2.2.1. Origen de la CRETAL
Como se ha expresado, las cooperativas de electricidad atendían funda-
mentalmente la demanda concentrada en los centros urbanos.
3 Su creación fue aprobada por Ordenanza Municipal del 3 de Junio de 1933. Su estatuto fueaprobado por el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires el 13 de marzo de 1934.
70
En Tandil, frente al desinterés por servir el espacio rural, manifestado por la
cooperativa de distribución eléctrica urbana (UPT SEM), un grupo de productores
se organizó con el objetivo de iniciar el proceso de electrificación rural. En 1964,
luego de unos meses de trabajo, conformaron la Cooperativa Rural Eléctrica de
Tandil y Azul Limitada (CRETAL), cuyo estatuto establece:
"Serán fines de esta cooperativa, la construcción de la red eléctrica
necesaria para la provisión de corriente eléctrica a la zona rural del
Partido de Tandil y Azul abarcando las localidades de Cerro Leones,
Gardey, Vela, San Antonio, La Pastora, Arroyo de los Huesos y Pablo
Acosta" (Estatuto CRETAL, 1964).
La electrificación rural fue concebida desde el origen:
"…más allá de la rentabilidad económica…era una forma de moder-
nizar el campo…con el tiempo la electricidad va a dejar de ser un lujo y
se va a ir transformando en una necesidad…primero en los cascos de
estancia, después en cada puesto de peones… después la piden las
mujeres para el trabajo en las casas, para usar sus pequeños electro-
domésticos…." (Presidente de la CRETAL, 2008).
Construida por la Empresa SADE (Grupo Techint), la primera línea eléctrica
extendida por la CRETAL conectó la subestación de la distribuidora provincial
DEBA con campos próximos a la localidad de Chillar (Partido de Azul). A partir de
esta línea troncal, la distribución se amplió a la zona de la Base Aérea y del Par-
que Industrial, al norte del ejido urbano de Tandil.
En esos años, las distancias a recorrer, la calidad de los caminos rurales, la
baja dotación de material rodante y las limitaciones de los sistemas de comunica-
ción, dificultaban las tareas de mantenimiento y gestión del servicio de distribu-
ción:
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"En las postas y en algún almacén como el Bar San Carlos o en La
Pastora donde había un teléfono, había un cuaderno donde se anota-
ban los problemas... El equipo pasaba todos los días para ver los recla-
mos y hacer las reparaciones... pero a veces los vecinos se quedaban
más de dos o tres días sin electricidad... la logística era muy difícil en
esa época...". (Gerente Técnico de CRETAL, 2008).
Las dificultades de mantenimiento de la línea a Chillar, junto con el creci-
miento experimentado por la Cooperativa de Electricidad de Azul, determinaron la
decisión de escindir la original CRETAL, conservando ésta última la distribución
del servicio de electricidad rural en el Partido de Tandil, hasta la zona del Arroyo de
los Huesos, límite con el Partido de Azul.
2.2.2. La expansión del área de distribución
Los recursos financieros obtenidos por la escisión permitieron el inicio de
una nueva etapa en la historia de la CRETAL: concentrar esfuerzos en la electrifi-
cación del sector SE del Partido de Tandil, especialmente hacia la zona donde se
encuentra localizada la usina láctea El Amanecer, a partir de las líneas gerenciadas
por la UPT SEM que proveía electricidad a las canteras localizadas en proximida-
des del cruce de RN226 y RP74. La satisfacción de la demanda productiva, en
particular de tambos y usinas agroalimentarias, constituyó desde entonces uno de
los vectores que impulsaron la expansión de la electrificación, especialmente a
partir de la obligación de pasteurización de la leche desde la década del 60.
Como se había esperado, en los primeros años, la electrificación rural impactó
fuertemente en la organización del ámbito doméstico, y la vida cotidiana en el
campo se fue acercando progresivamente a la del espacio urbano. La continua
adhesión de nuevos socios a la CRETAL, estimulaba la expansión de los tendidos
que llegaban del casco de las estancias hasta las casas de los puesteros, las
postas y las escuelas rurales, afianzando la idea de la contribución de la electrifi-
cación al desarrollo socioterritorial.
72
El crecimiento de la CRETAL y su consolidación como distribuidor de electri-
cidad en el espacio rural fue incrementándose con el tiempo. En 1985, a 20 años
de su fundación, la cooperativa contaba con 700 usuarios que consumían aproxi-
madamente 4.500.000 Kw. Entre 1997/1998, se duplicó el número de usuarios y
se triplicó la cantidad de energía distribuida. La evolución de las ventas creció en
directa relación con la expansión de los tendidos y con la naturaleza de algunas
actividades intensivas en energía, principalmente unidades de tambo mecaniza-
das y empresas de acopio de granos (Gráfico n° 1).
Gráfico N° 1: Evolución de ventas de energía eléctrica. 1985-2006.
Fuente: CRETAL. 2008.
En tanto actor distribuidor de electricidad, la CRETAL se ha articulado suce-
sivamente con las empresas distribuidoras mayoristas: primero la Dirección de
Energía de la Provincia de Buenos Aires (DEBA), desde 1990 a la Empresa Social
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de Energía de la Provincia de Buenos Aires Sociedad Anónima (ESEBA S.A.)4, y
desde 1993, luego del proceso de privatización, a la distribuidora regional Empre-
sa de Energía Atlántica Sociedad Anónima (EDEA S.A.)5.
Si hasta 1995, la energía vendida era comprada en su totalidad a la
distribuidora regional EDEA S.A., desde entonces la CRETAL producirá aproxi-
madamente el 10% de la energía eléctrica distribuida a través de aerogeneradores
eólicos.
La historia de la CRETAL transitará un espacio destacable en la década del
90, cuando los procesos macroeconómicos nacionales, indujeron la adopción de
una nueva estrategia: ingresar en el segmento de la producción de electricidad
con el objetivo de ganar autonomía como actor prestador, disminuir los costos de
compra de electricidad y aprovechar las ventajas otorgadas por la normativa que
incitaba la producción de energía por fuentes alternativas.
2.2.3. La CRETAL y la producción de energía eólica
La incorporación de CRETAL al segmento de la producción de energía eléc-
trica a mediados de la década del ‘90, obedece a la necesidad de reposicionamiento
de la Cooperativa al interior del sistema eléctrico, en un momento de fuertes cam-
bios macroeconómicos. Los incrementos tarifarios avizorados con el proceso de
privatización estimularon a la cooperativa a emprender la generación de electrici-
dad a través de un parque eólico en 1995.
Por una parte, la decisión de producir por aerogeneración, se explica por la
4 El 1º de agosto de 1990 se produjo la escisión de DEBA en ESEBA S.A (Empresa Social deEnergía de la Provincia de Buenos Aires Sociedad Anónima) a cargo de las actividades deexplotación y DEBA, luego denominada EPRE (Ente Provincial Regulador Energético) a cargode las funciones político-administrativas.
5 Desde 1997, EDEA S.A. presta servicio en forma directa en 17 localidades, y cuenta a 35cooperativas eléctricas entre sus clientes. EDEA S.A: se abastece a a través del sistema detransporte provincial y sus vínculos con el SIN, además de los aportes de generación queprovee la empresa del Estado provincial Centrales de la Costa S.A., con sus centrales térmicasde Necochea, Mar del Plata, Villa Gesell y Mar de Ajó.
74
vigencia del esquema de Convertibilidad que permitió la compra de molinos a la
firma danesa MICON (actual VESTAS) mediante un crédito a baja tasa, gestiona-
do por la propia empresa comercializadora. Por otra parte, la decisión se inscribió
en el contexto de desarrollo de un marco regulatorio nacional de estímulo a la
producción de energías alternativas6, incitando la diversificación de la matriz ener-
gética tradicional y reconociendo las ventajas de transformar la energía cinética
del viento: fuente inagotable, de libre acceso (gratuita), no contaminante, aprove-
chable de acuerdo con las necesidades del momento. En fin, las mejoras tecnoló-
gicas con equipos más potentes y confiables han permitido tanto la multiplicación
de instalaciones conectadas a la red eléctrica –parques eólicos–, como de instala-
ciones aisladas que satisfacen demandas de pequeña potencia.
Evaluando el contexto nacional y sus propias posibilidades técnicas y econó-
micas, la CRETAL adoptó la decisión de iniciar la instalación de un parque eólico,
con el objetivo de remplazar parte de la energía comprada a la distribuidora regio-
nal, y continuar con la generación, en tanto el costo del kw/h "eólico" fuera igual o
inferior al de la electricidad comprada y la vida útil de los molinos lo permitiera.
Emplazado en el Paraje La Vasconia, sobre un cerro de 280 m., el parque
eólico de la CRETAL7 funciona desde el 25 de mayo de 1995. El predio pertenece
6 Decreto 2.247/85 (Impulso de energías no convencionales a través de la Dirección Nacional deConservación y Nuevas Fuentes de la Secretaría de Energía de la Nación); Ley 25.019/98 yDecreto 1.597/99 (Régimen Nacional de la Energía Eólica y Solar que declara de interés nacionalla generación eólica y solar); Resolución SE 304/99 (condiciones y requerimientos ambientalesque deben cumplir los generadores eólicos); Resolución SEyM 136/2000 (fija el monto delgravamen establecido en la Ley 24.065 para pago del centavo del Art 5º de la Ley 25.019,estableciendo la proporción de la recaudación global del Fondo Nacional de la Energía Eléctricay los requisitos legales y técnicos para ser reconocido como beneficiario de la remuneraciónmencionada); Resolución 113/2001 (requisitos para el acogimiento al beneficio del diferimientodel IVA y la estabilidad fiscal de la Ley 25.019); Resolución SEyM 333/01 (modifica el monto delgravamen para remuneración de la generación eólica).
7 El de la CRETAL es uno de los cinco parques eólicos de la Pcia de Buenos Aires. Los cuatrorestantes pertenecen a Cooperativa Eléctrica de Punta Alta (Coronel Rosales); Cooperativa deServicios Eléctricos y Otros de Darregueira Ltda. (Puán); Cooperativa de Servicios Públicos yServicios Sociales Ltda. de Claromecó (Tres Arroyos); Cooperativa Eléctrica y de ServiciosMayor Buratovich Ltda. (Villarino).
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a un asociado y reúne las condiciones físicas necesarias para la instalación: altura
y tipo de cerro, accesibilidad, nivel de vientos aceptable, condiciones de suelo,
proximidad a un centro de cargas y a una red de estabilidad de LMT 13,2 kV.
El parque tiene una potencia instalada de 800 kW y está compuesto por dos
aerogeneradores8 de eje horizontal (Foto N° 1).
Foto N° 1: Parque eólico de la CRETAL.
Fuente: CRETAL 2008.
El desarrollo del parque se implementó en tres etapas:
Etapa de Proyecto: realización de estudios de factibilidad entre los cuales se
destacan el análisis de las condiciones de viento (rendimiento anual del orden
del 26%) y la evaluación de los costos de generación, que al momento eran
menores a los costos de compra de energía.
Etapa de Ejecución: compra de los aerogeneradores a la empresa MICON,
firma con presencia comercial y técnica en el país, con buenos antecedentes
8 Cada aerogenerador tiene las siguientes características técnicas: Marca MICON M750 - 400/100 kW; origen: Dinamarca; potencia: 400 Kw; velocidad media a la altura del rotor: 6,9 m/s;densidad media del aire: 1.169 kg/m3; diámetro de pala (aspa): 31 m; altura del rotor: 36 m;peso: 20 ton; peso nacelle: 10 ton; peso del aspa: 6 ton.
76
de manejo de parques eólicos en Estados Unidos y desarrollo de un sistema
de generación de electricidad simple. El costo final de montaje del Parque fue
de aproximadamente u$s 1.000.0009.
Etapa de Funcionamiento: iniciada en junio de 1995.
En la actualidad, el parque eólico produce 1.752.000 KW/h de los cuales el
87% es consumido por la CRETAL y el 13% restante es volcado a la red (Gráfico
n° 2).
Gráfico N° 2: Destino de la energía producida por fuente eólica por la CRETAL
Fuente: CRETAL. 2008.
El parque eólico tiene un rendimiento real actual promedio del orden del 23,8%
sobre un rendimiento proyectado del orden del 26% (Gráfico n° 3).
9 El valor incluye el costo de los molinos, su montaje, las obras anexas y los gastos de financiación.
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Gráfico n° 3: Evolución del rendimiento de los molinos del parque eólico CRETAL.1995-2007.
Fuente: CRETAL 2008.
La brecha entre rendimiento esperado y efectivo obedecen a la ubicación
relativa de los molinos respecto al predominio de vientos, al número de salidas de
servicio de los aerogeneradores por fallas propias y de la red, al costo y la dispo-
nibilidad de servicio técnico post-venta (repuestos y reparaciones), a la carencia
de personal capacitado para resolver localmente los problemas, entre otros.
3. Electrificación rural y desarrollo socioterritorial.
La CRETAL distribuye electricidad en un área de 480.000 ha del Partido de
Tandil (Mapa n° 1), proporcionando alrededor de 15.337.695 kW-h/año (2006).
78
Mapa N° 1: Área de concesión de la CRETAL
Fuente: CRETAL, 2008.
La Cooperativa presta el servicio a 2.500 usuarios aproximadamente, distri-
buidos en diferentes categorías de acuerdo con sus participaciones en el consu-
mo (Cuadro Nº 1).
Cuadro Nº 1. Composición de abonados/usuarios de CRETAL.
Número de abonados
Consumo (kWh/mes)
Consumo Mensual
(%)
Categoría de usuario
1.061 153.641 8,9% Urbano Residencial
238 79.587 4,6 % Urbano Comercial
14 62.893 3,6% Alumbrado Público
121 588.586 34,06 % Mayoría Tambos
19 201.613 11,6 % Silos-Frigoríficos-
UPMT SEM CRETAL
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Fuente: CRETAL. 2008.
Las pequeñas localidades reúnen la mayor cantidad de abonados/usuarios
del servicio de electricidad, con los más bajos consumos agregados. María Ignacia
Vela (1600 habitantes) y Gardey (450 habitantes) constituyen los principales cen-
tros de rango menor, que actúan como centros de servicio a la población residen-
te y a las actividades productivas del espacio rural. Mientras que en las viviendas
aisladas en el espacio rural, las principales demandas a satisfacer se vinculan con
la iluminación y el buen funcionamiento del radioteléfono para comunicación, en
las pequeñas localidades, a los requerimientos domésticos se suman los del alum-
brado público (Foto n° 2) y los provenientes de algunas empresas de acopio de
granos.
Un conjunto de núcleos comarcales completan el sistema de asentamientos
del territorio del Partido: De la Canal (190 hab.) La Pastora, Fulton (100 hab.),
Iraola (100 hab.) y Azucena (190 hab.) cuentan con silos de acopio de cereal, que
aunque de escasa capacidad, son importantes consumidores de energía eléctri-
ca.
19 201.613 11,6 % Silos-Frigoríficos- Fábrica productos lácteos.
Feed-lots.
2 11.4394 6,6% Canteras
970 527.569 30,5 % Rural Residencial y otros. Demandas menores a 10 kWh
Total de abonados: 2.425 Consumo mensual total: 1.728.283 kWh
80
Foto N° 2: Delegación Municipal e Iglesia en María Ignacia
Fuente: Plan de Desarrollo Territorial del Municipio de Tandil. UNICEN - AYDET S.A.
De acuerdo con su participación en el consumo, los principales usuarios de
electricidad son los productores y empresas rurales, principalmente tambos, y
empresas de acopio de granos (silos).
Los productores tamberos pertenecientes a la Cuenca Lechera Mar y Sie-
rras, han sido los actores más beneficiados con la electrificación rural, lo que
explica su activa participación desde los inicios de la conformación de la CRETAL.
El incremento de la demanda de potencia y de los consumos de electricidad de la
mayoría de los 130 tambos del Partido, obedece por una parte al paso del ordeñe
manual al ordeñe mecánico, y por otra parte, a la incorporación de los equipos de
frío exigidos para garantizar los parámetros de cantidad, calidad y productividad
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impuestos por las grandes usinas lácteas. Frente a los costos de generar electri-
cidad en la unidad productiva, los tambos del Partido han optado por la contrata-
ción directa del servicio a la CRETAL, teniendo en cuenta no solamente los costos
por unidad de energía, sino también los beneficios adicionales como las posibili-
dades de pago diferido de las instalaciones eléctricas. Esto ha estimulado, aún
con los altos costos iniciales que suponía el tendido de las líneas, que numerosos
productores adhirieran a la CRETAL, produciendo beneficios ampliados al acer-
car las redes al espacio rural no estrictamente productivo (hogares, puestos, es-
cuelas). Para la CRETAL reducir la inversión inicial que representa para el produc-
tor, el costo del tendido eléctrico, de la subestación y del transformador constituye
una estrategia para aumentar el número de abonados.
Con respecto a las plantas de acopio (Foto n° 3), la disponibilidad de electri-
cidad es capital para el movimiento de granos; el funcionamiento de las secado-
ras, equipos de enfriamiento y sistema de recuperación de polvos; y el transporte
para la carga de camiones.
Foto N° 3: Cooperativa agrícola Vela.
Fuente: Plan de Desarrollo Territorial del Municipio de Tandil UNICEN – AYDET S.A.
82
A modo de conclusión
El proceso de electrificación rural conducido por la CRETAL ha permitido
extender y mejorar las condiciones de vida y de producción en el espacio rural del
Partido de Tandil.
La evolución histórica presentada muestra la acción voluntarista alimentada
por un imaginario modernizador vehiculizado al mismo tiempo por los pioneros de
la CRETAL y por las autoridades provinciales al momento de su creación, consti-
tuyéndose hasta la actualidad en actores fundamentales para sostener el proceso
de electrificación rural.
Si el rol de la CRETAL como distribuidor de electricidad parece consolidado,
el futuro de la electrificación rural asociado a la eolo-electricidad muestra sin em-
bargo, un futuro incierto. Frente a la posibilidad de incrementar la capacidad de
generación de energía, los representantes de la CRETAL manifiestan dificultades
para la implementación y mantenimiento del parque eólico.
Por un lado, argumentan en torno a los elevados costos de la infraestructura
(1.500.000 dólares un aerogenerador eólico, con un recupero de la inversión en
20 años, equivalente a la vida útil del aparato; dificultades presentadas a la hora
de la rotura de los equipos). Por lo tanto sostienen que:
"… hoy no es económicamente viable una inversión de este tipo
porque la vida útil de un molino no supera los 25 años y su rendimiento
va disminuyendo con el tiempo, entonces llega un momento en que no
conviene arreglar el molino porque todos los insumos son importados"
(Gerente Técnico de la CRETAL, 2008)
Por otra parte, declaran la ausencia de compromiso político con formas
sustentables de generación de energía, refiriéndose en particular a la
desactualización del incentivo para sostener y mejorar las condiciones de genera-
ción del servicio a partir de fuentes no convencionales.
En fin, reconocen los altos costos de mantenimiento de la red eléctrica rural:
G. P. Jacinto - M. L. Nogar I Electrificación rural... - pp. 60-84
83
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
"Casi desde su inicio, la institución realiza lo que llamamos manteni-
miento extraordinario. Las líneas van por dentro del campo y siempre
es conveniente cambiar fusibles, cables y postes y, cuando estamos en
esa tarea, aprovechamos para sacarlos afuera de los campos. Ya quie-
nes ganaron la primera licitación, en aquella época, realizaron los pri-
meros planos del tendido en un escritorio de La Plata y se buscaron
líneas rectas para unir una estancia con otra, con el fin de abaratar los
costos con un tendido directo, sin fijarse si había montes, silos o lagu-
nas. Así y todo, salió un dineral". "… es importante destacar que el
mantenimiento extraordinario, al usuario no le cuesta nada, es total-
mente a cargo de la cooperativa. Se van cambiando todas las líneas de
la calle y esa fue la razón por la cual encaramos hace tiempo la fábrica
de postes, ya que los de madera sabemos que tienen una vida útil limi-
tada y que en los tiempos de tormentas son más frágiles que los de
cemento". (Presidente de la CRETAL, 2007).
Las posibilidades de que organizaciones cooperativas como la CRETAL con-
tinúen contribuyendo a través de la electrificación rural al proceso de desarrollo
socioterritorial, se entronca en una discusión mayor: qué actores y qué procesos
vehiculizan el modelo actual, y cuáles serán privilegiados para conducir un mode-
lo de desarrollo territorial rural ascendente.
84
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
DISPUTAS EN TORNO A LA CIUDAD
SAGRADA-RUINAS DE QUILMES. MEMORIA
E IDENTIDAD EN LA COMUNIDAD INDIA
QUILMES
KARINA BIDASECA - [email protected] Adjunta del CONICET/IDAES
Universidad de Buenos Aires/Universidad Nacional de San Martín
SANTIAGO RUGGERO - [email protected]
Universidad de Buenos Aires/Universidad Nacional de San Martín
Res
um
en La historia de la "Ciudad Sagrada de Quilmes", o "Ruinas de
Quilmes", se remonta a cinco siglos, a la invasión española. Fue
el último bastión y el más aguerrido de una resistencia que se
prolongó durante 130 años. Ese lugar es sagrado para la
Comunidad India de Quilmes (CIQ), pues allí están los centros
ceremoniales y antiguos cementerios. Por todo ello adquiere un
valor arqueológico excepcional.
La historia hegemónica se encargó de narrar la historia de
este pueblo sobre la base de la desaparición. En esta nueva
"era del testigo", que se consuma a partir de la segunda mitad
del siglo XX con la Shoá, los pueblos indígenas toman la palabra,
recuperan su historia como pueblos al narrarse a sí mismos,
para re-afirmar que están vivos. Como testigos de "segundo
orden", son también traductores de sus propios pasados
subalternos. La historia oral y el testimonio habrían devuelto la
confianza en la primera persona que narra su vida (o la de su
pueblo, en este caso) para reparar una identidad lastimada (Sarlo,
2005). No obstante, la crisis de la representación se hace
ostensible en muchas de las historias personales desnudando
los límites, hablando de la imposibilidad y de la dificultad del
Ä
86
decir a través de los relatos. Cuando por la misma opacidad del lenguaje, que no
es capaz de contener la experiencia de lo Unheimliche, la narrativa del vacío
producido por la tragedia del geno-etnocidio, ¿Qué contar? ¿Cómo hacerlo? ¿Desde
qué lugar de enunciación? Cuando la experiencia se deshizo, rompió el vínculo
que une la experiencia al conocimiento y transmisión. ¿Los testimonios podrán
causar una experiencia? (Martyniuk, 2004).
Nos interesa discutir en este artículo, la representación discursiva de la
temporalidad y del espacio/territorio rastreando las marcas deícticas que nos
colaboren para pensar en el ethos como representación discursiva de sí, en el
momento de poner en acto la memoria.
Palabras clave: territorio - memoria - identidad - hacer invisible - patrimonio cultural
The main objective of this work is to investigate and describe how the Quilmes
Indian community reconstructs their own past after the taking of Cuidad Sagrada-
Ruinas de Quilmes, and the ways to narrate their identity.
The methodology is based on the speach analisys of native community members.
Taking all said before into consideration, the main contribution of this paper is to
present the point of view of the CIQ regarding the conflict caused by the taking of
the site on summer of 2008, and to compare it to the vision of the economic power.
Through all mentioned before, we shall review the mechanisms used against the
community to make them invisible, making it visible on it’s moment of political
irruption.
Key words: Territory, Memory, Identity, Making Invisible, Cultural Patrimony.
Ab
stra
ct
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
1. Introducción
“Cuando se tomó posesión de ese lugar,
cuando los ancianos llegaron ahí, se arrodillaron,besaron el suelo y dijeron:
´Por fin hemos recuperado nuestra tierra después de
tanto tiempo.´”
N. guía y miembro de la CIQ, octubre de 2008.
Occidente se propuso olvidar el tiempo. La experiencia de lo ominoso, das
Unheimliche (Freud, 1999), aquello que siendo familiar debía haber sido guarda-
do en secreto, lo no nombrado, ha salido a la luz.
La historia de la "Ciudad Sagrada de Quilmes", o "Ruinas de Quilmes", se
remonta a cinco siglos, a la invasión española. Fue el último bastión y el más
aguerrido de una resistencia que se prolongó durante 130 años1. Ese lugar es
sagrado para la Comunidad India de Quilmes (CIQ), pues allí están los centros
ceremoniales y antiguos cementerios. Por todo ello adquiere un valor arqueológi-
co excepcional.
La historia hegemónica se encargó de narrar la historia de este pueblo sobre
la base de la desaparición. Afirmó la extinción completa de un pueblo, aplicando la
tecnología de la borradura (Grosso, 2008).
"… en el año 1666 fueron desterrados cientos de familias hacia otros
lugares confinándolas en reducciones o encomiendas, sacándolos de
sus solares tradicionales por el método del extrañamiento. El del pue-
1 Es conocida su participación en los tres grandes levantamientos conocidos como guerrascalchaquíes que impidieron durante ese período de tiempo el avance español. Sofocado eltercer levantamiento, resistieron siete años más protegidos en su ciudad y se rindieron cuandofueron quemadas sus cosechas y destruida su represa.
88
blo Quilmes, es el caso más conocido, fueron desterrados hacia Salta,
los llanos tucumanos y a la provincia de Buenos Aires, donde se fundó
la Reducción que dio origen a la actual ciudad de Quilmes en esa pro-
vincia. […] También muchos pueblos habían quedado encomendados
en nuestro valle al serles arrebatada la tierra y convertidas en fundos o
grandes estancias. A pesar de la desintegración poblacional, los que
quedaron lucharon por su libertad, y la devolución de sus territorios". 2
La Comunidad India Quilmes es descendiente del Pueblo Nación Diaguita
Calchaquí. Habita en el territorio del que tiene la posesión ancestral y preexistente
a la constitución del Estado argentino, situado al noroeste de la Provincia de
Tucumán3. El territorio de la CIQ se encuentra incluido en la Cédula Real (1716)
que reconoce al Cacique de Quilmes una extensión aproximada de 120.000 hec-
táreas (correspondientes a los pueblos de Amaicha y Quilmes). Asimismo, permi-
te el regreso de los miembros que fueron desterrados.
La Ciudad Sagrada de los quilmes forma parte del patrimonio cultural de la
provincia de Tucumán; jurídicamente, es un bien que pertenece al dominio públi-
co provincial. El estado provincial expropió la tierra en la que sitúa la Ciudad y,
concesionó, en el año 1992, a un empresario el denominado "Complejo Ruinas de
Quilmes y el "Alojamiento turístico Parador Ruinas de Quilmes y su ampliación",
por el plazo de 10 años. Luego de vencido este plazo, la CIQ decidió tomar y
ocupar la Ciudad que, desde enero de 2008, se encuentra bajo la custodia de la
misma Comunidad. Exige la restitución de la propiedad sobre la Ciudad Sagrada
situada en el territorio que le pertenece, que actualmente posee y, cuya titularidad
se acredita por Cédula Real (1716), y a ejercer su derecho a cuidar su patrimonio
cultural.
2 Comunidades indígenas de la provincia de Tucumán. Pueblo diaguita y Lule: "Por unaConstitución que incorpore y garantice el derecho de los pueblos indígenas. Por la igualdad delderecho de los pueblos", Dossier, 2006.
3 Al norte del Valle de Santa María del Yocavil, en la parte alta de las Sierras de Quilmes.
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Hacia principios de invierno del año 2008, nos reunimos con Delfín Jeróni-
mo, uno de los representantes de la comunidad, quien nos comentó que hasta el
comienzo del conflicto, y más fuertemente durante la década de los noventa, la
CIQ habían olvidado su identidad como comunidad originaria, recordándola du-
rante el proceso de conflictividad política en torno a la "Ciudad Sagrada - Ruinas
de Quilmes". Las diferencias que los diferencian como identidad, es decir, las
ceremonias que los sustraen de mimetizarse a Occidente, han sido –según este
representante de la CIQ– recordadas tras un largo período donde permanecieron
en lo reprimido.
Nos interesa discutir en este artículo, la representación discursiva de la tem-
poralidad y del espacio/territorio rastreando las marcas deícticas que nos colabo-
ren para pensar en el ethos como representación discursiva de sí, en el momento
de poner en acto la memoria.
En esta nueva "era del testigo", que se consuma a partir de la segunda mitad
del siglo XX con la Shoá, los pueblos indígenas toman la palabra, recuperan su
historia como pueblos al narrarse a sí mismos, para re-afirmar que están vivos.
Como testigos de "segundo orden", son también traductores de sus propios pasa-
dos subalternos. La historia oral y el testimonio habrían devuelto la confianza en la
primera persona que narra su vida (o la de su pueblo, en este caso) para reparar
una identidad lastimada (Sarlo, 2005). No obstante, la crisis de la representación
se hace ostensible en muchas de las historias personales desnudando los límites,
hablando de la imposibilidad y de la dificultad del decir a través de los relatos.
Cuando por la misma opacidad del lenguaje, que no es capaz de contener la
experiencia de lo Unheimliche, la narrativa del vacío producido por la tragedia del
geno-etnocidio, ¿Qué contar? ¿Cómo hacerlo? ¿Desde qué lugar de enuncia-
ción? Cuando la experiencia se deshizo, rompió el vínculo que une la experiencia
al conocimiento y transmisión. ¿Los testimonios podrán causar una experiencia?
(Martyniuk, 2004).
A continuación ofrecemos un breve recorrido histórico para enmarcar la cons-
titución del conflicto en torno a la Ciudad Sagrada - Ruinas de Quilmes.
90
2. Narración y pasados subalternos
Al menos tres visibles momentos pueden recortarse de la continuidad de
invisibilización y subalternización de la Comunidad India Quilmes, a modo de es-
clarecimiento analítico en el presente trabajo de caso.
El primer momento refiere hacia alrededor de 1666 cuando los Quilmes rea-
lizan la rendición frente a su derrota militar, y por su bravía y heroica fama son
castigados al destierro. La historia estatista (Guha, 2002) borra de este modo la
presencia de los Quilmes. Quienes si bien no pudieron regresar a su Ciudad Sa-
grada, varios de ellos escaparon al destierro y se ubicaron en zonas aledañas. De
los pocos que sobrevivieron el destierro a pie 1.200 kilómetros hacia la actual
ciudad Quilmes en Buenos Aires, murieron al tiempo de reterritorializados sin re-
producirse como comunidad. Se observa de este modo un dispositivo mediante el
cual se atribuye un total genocidio hacia los Quilmes por parte de la Corona, para
así obliterar el propio etnocidio que cometió históricamente el Estado Nacional
para con ellos. Asimismo, con fecha anterior a 1714 un pacto realizado por las
Comunidades del Valle y la Corona de España, plasmado en el documento Cédu-
la Real, los reconoce como "dueños legítimos de las tierras":
"Bajo cuyos límites damos la posesión real, temporal y corporal al
susodicho Cacique, para él, su Indiada, sus herederos y sucesores: Y
ordenamos al Gran Sánchez que está siete leguas de Tucumán abajo,
deje venir a los Indios que se le encomendaron por el referido tiempo de
diez años para que instruidos volviesen todos a sus casas como due-
ños legítimos de aquellas tierras, para que las posean ellos y sus des-
cendientes".4
No obstante, hacia el año 1800, terratenientes de la provincia vecina de Salta
4 Este título fue protocolizado por los Comuneros en el Juzgado Civil y Comercial Común dePrimera Instancia de San Miguel de Tucumán en el año 1892 (Protocolo 36-Tomo 33-Serie C-Año 1892-Folio 1427-28).
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tomaron aproximadamente 70.000 hectáreas que son parte del territorio reconoci-
do en la Cédula Real correspondiente a la Comunidad Quilmes, inscribiéndolo
como propio5.
Los restantes momentos refieren a la herida causada a la CIQ contemporá-
nea, y se engloban bajo el patrón directriz de las intervenciones turísticas realiza-
das a la Ciudad Sagrada, cuyo análisis puede observarse detalladamente en el
trabajo de Jorge Sosa (2007).
Siguiendo a Sosa, por un lado se encuentra el proyecto Ruinas de Quilmes,
el cual se gestó durante la última dictadura institucional de las fuerzas armadas en
Argentina, durante los años de 1978 a 1980 de la misma. Su objetivo era realizar
un "Machu Pichu tucumano", hipostasiando el turismo. Los que se hizo fue llevar
palas escavadoras, conjurar la vorágine del saqueo, destruir el patrimonio
mercantilizándolo y, nuevamente, la negación y el daño a la CIQ. Así, el 9 de julio
de 1978 el sitio fue inaugurado oficialmente por el gobierno dictatorial. Por el otro
lado se observa otro proyecto, ahora en la etapa neoliberal de nuestra democra-
cia, el cual se inicia en 1992: el Parador Ruinas de Quilmes. Dicho proyecto se
basó en otorgar la concesión del sitio –sustentado en las características del mo-
delo de Estado característico de la pasada década– al capital privado para su
explotación. La concesión duraría diez años finalizando supuestamente en el 2002;
pero no fue sino hasta el 2007 que, por actuación ilícita, quien administraba el
"parador" para su propio beneficio, fue dado de baja en esa función. Durante el
proceso sumados daños fueron causados, pues la construcción realizada (pisci-
na, hotel, museo) se llevó a cabo en las mismas construcciones de los Quilmes
(Sosa, 2007).
A propósito, hacia 2004, por la ley Nº 7.535 se declaró como parte del patri-
5 Así figura en el Registro de la Propiedad Inmueble de la provincia de Tucumán creado en 1892.
92
monio cultural de la provincia a las "Ruinas de Quilmes" bajo la categoría de "con-
junto urbano de interés" (art. 3 d). Así, observamos que en el proyecto Ruinas de
Quilmes se da un proceso de ruinificación de la Ciudad Sagrada en un doble
aspecto: al denominarlas ruinas, para así intervenirlas a su antojo, y por el resulta-
do de esa intervención, la destrucción material y reducción sistemática a ruinas
del sitio. Dicho proceso fue extendido durante el proyecto, legal (1992-2002) e
ilegal (hasta 2007), Parador Ruinas de Quilmes, ruinificando el patrimonio cultu-
ral, dañando a quienes se ven referidos en la Ciudad Sagrada.
Durante el proceso arriba desplegado en mención, esporádicas voces en
alza de la CIQ eran desoídas, acompañadas por una posible falta de organicidad,
pero hacia diciembre del año 2007, los bravos Quilmes, reprimidos hasta enton-
ces, volvieron a presentarse ominosamente. La CIQ realizó sucesivos cortes en el
camino que va hacia la Ciudad Sagrada, impidiendo el paso al mismo. Su reclamo
era que se desalojara el hotel y su museo que se encuentran en el sitio antes
concesionado. La concesión había caducado, como arriba expresamos, en el 2002,
pero el mismo no se fue hasta el día 13 de diciembre del año 2007 cuando, tras
los sucesivos cortes del camino hacia su patrimonio cultural, devenido capital pri-
vado del empresario, las comunidades lo desalojaron apoyados (en la actividad
de desalojo) por algunas autoridades estatales. En ese momento las comunida-
des de Quilmes tomaron el Parador Ruinas de Quilmes y reclamaron su restitu-
ción como su Ciudad Sagrada. Tal es como argumentó la CIQ la ocupación de la
Ciudad Sagrada en su exposición ante el Honorable Tribunal de Cuentas de la
Provincia, en 2008:
"La CIQ se ve impedida de ocupar los espacios físicos vitales para la
realización de nuestras ceremonias ancestrales determinadas para di-
ferentes épocas del año. Estos espacios deben estar identificados y
preservados por la propia comunidad y en muchos casos no son de
acceso a otras personas, por la relación que guardan con nuestra espi-
ritualidad. No podemos desarrollar acciones para que los comuneros
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
conozcan la antigua Ciudad como parte de su pasado, asumir su reali-
dad como descendientes de quienes vivieron ahí, y sentirse orgullosos
de su procedencia diaguita. La Comunidad India Quilmes no tiene nin-
guna participación en los beneficios económicos derivados del manejo
del sitio, tanto de la entrada que paga el turista como de la venta de
productos. Tampoco somos consultados sobre los trabajos que desde
las instituciones del gobierno u organismos privados se realizan en la
Ciudad, dando lugar a que nuestro patrimonio cultural siga siendo obje-
to de investigaciones sin nuestro consentimiento. Esta grave situación
afecta los derechos que nuestra comunidad tiene como heredera del
antiguo Pueblo Quilmes y que están expresamente reconocidos por
instrumentos jurídicos tanto provinciales como nacionales e internacio-
nales vigentes en nuestro país".6
3. Voz del guía, narración de la Comunidad India Quilmes
"Con la expansión de la economía mercantil burgue-sa, el oscuro horizonte del mito es iluminado por el sol de la
razón calculadora, bajo cuyos gélidos rayos maduran las
semillas de la nueva barbarie."
Horkheimer Max y Adorno Theodor W., Dialéctica dela Ilustración, 1944 (1996) p. 85.
"Qué es contar la historia de mi gente de mi pueblo… Yo siempre dije
que hay que contar la historia desde el corazón, pero para contarla des-
de el corazón, pero primero hay que sentirla, y ese es un poco el trabajo
de los guías, queremos sembrar conciencia. Si bien para nosotros es lo
más importante, la Ciudad es algo sagrado, sembrar conciencia es sem-
brar para un futuro y en ese futuro están los niños…. A veces parece un
6 Comunidad India Quilmes, Presentación ante Honorable Tribunal de Cuentas de la provincia.
94
sueño pero … por qué no pensar que el sueño se hace realidad. Hace
un tiempo la Ciudad Sagrada Ruinas de Quilmes, no se si será un sue-
ño pero hay algo muy lindo… que cuando se tomó posesión de ese
lugar, cuando los ancianos llegaron ahí, se arrodillaron, besaron el sue-
lo y dijeron: "Por fin hemos recuperado nuestra tierra después de tanto
tiempo". Eso ha servido para que nuestros jóvenes tomen conciencia
del real valor que tenía ese lugar. Entonces, si se que ha habido partici-
pación de otras personas, un chico de La Plata que han estado con
nosotros, diferente su modo de vestir, sus facciones, su color de piel,
de ojos, pero estaba ahí el muchacho, se sienta a la tierra a la par de
una pirca como nosotros les decimos a las paredes hechas en piedra y
se pone a llorar como un chico… entonces creo que los que estaban
ahí presentes se estaban preguntando si estábamos sintiendo lo mis-
mo que él… eh… de pronto decimos que ese muchacho había logrado
la hazaña de su vida que no tenía nada que ver aparentemente con
nuestra cultura en esa recuperación. Nosotros nos llenamos la boca
hablando de la Ciudad Sagrada ¿y la sentiríamos como tal?…" (N.,
guía, 21/10/08).
Es posible volver a leer los aportes de Walter Benjamin, según los cuales
con el auge de la modernidad habría una pérdida irremisible de la experiencia.
Beatriz Sarlo (2005) denomina "giro subjetivo" a aquellos relatos que pretenden
reconstruir la "textura de la vida" y la verdad a partir de la rememoración de la
experiencia, reivindicando una dimensión subjetiva. La "era del testimonio" marca
un desafío al pensar en el "testigo integral" (o sujeto de la experiencia) y el testigo
de segundo orden. Como señala Agamben (2002), el sujeto del testimonio está
constitutivamente escindido, no tiene otra consistencia que la que le dan esa des-
conexión y esa separación. Según Richard (2007), la modalidad testimonial, por
su capacidad de modular nuevas formas de expresión de las subjetividades en
crisis, se vuelve un instrumento excepcional.
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
Ya Hannah Arendt, a mediados del siglo XX, en su conocida obra La condi-
ción humana (1998 [1952]: 215), expresaba que es el narrador el que impide que
la novedad del acontecimiento se diluya en el torrente del tiempo, quien lo rescata
del olvido. "No es el actor sino el narrador quien acepta y "hace" la historia", que la
revelación del "quién" mediante el discurso, y el establecimiento de un nuevo co-
mienzo a través de la acción, cae siempre dentro de la ya existente trama donde
pueden sentirse sus inmediatas consecuencias.
"Cada una de esas piedras son vivencias de la gente de mi pueblo
(…) yo quiero contar el espíritu vivo de mi pueblo, eso es muy importan-
te en un sitio así, para todos los dirigentes que visiten o que tengan la
posibilidad de visitar yo quiero que lo sientan como parte de ellos, si
bien pertenece ahora a la provincia, yo creo que es de todos (…) Es un
lugar que se ha derramado tanta sangre, merece un gran respeto de
todos nosotros y es muy importante sembrar conciencia (…) Quiero
repetir unos versos, creo que es importante contar la historia" (N., guía,
21/10/08) (el subrayado es nuestro).
El testimonio puede transmitir silencio, un "silencio audible", comunicar lo
que no se puede decir, viene a interrumpir el discurso hegemónico.
"Hoy en día hay vivimos en otro mundo, hay distintas formas de vida
pero en mi montaña hay algo que se llama silencio y ese silencio tiene
voz, es muy dignificante y ese silencio existe en la montaña, y en la
montaña no hay diferencia, no hay poder político, hay una sola convic-
ción, una sola fuerza y esa fuerza es en la que creían nuestros antepa-
sados, la pachamama. Qué es la pachamama? Pachamama es la ma-
dre tierra, hoy en día se le dice madre naturaleza, pero quién respeta a
la madre naturaleza, no se la esta respetando, en aquel tiempo sí, ha-
bía un profundo respeto y espiritualidad hacia la tierra misma, vivían en
común con ella, hoy en día se ha perdido. Eso es el saber espiritual (…)
96
si bien es hoy es difícil como forma de vida (…) ojalá lleguemos a eso
(…)" (N., guía, 2008) (el subrayado es nuestro).
Este lugar/territorio no es uno cualquiera: es considerado que representaba
una de "las primeras ciudades prehispánicas en Argentina. (…) Su población se
desarrolló desde aproximadamente el s. X DC, alcanzando un elevado nivel so-
cio-cultural, con manejo de sistemas agro-pastoriles y de recolección avanzados,
relaciones de intercambio político/económicos de gran escala a nivel de señorío"
(Sosa, 2007: 6). Fue una ciudad de gran magnitud, que se extendió sólo en su epi-
centro, 1 kilómetro por 1 kilómetro. Lugar donde los amautas realizaban las cere-
monias y se enterraban a sus muertos. Hasta que el soberano hizo de éste un es-
pacio de muerte en el cual los individuos fueron sometidos a un régimen de geno-
etnocidio y, luego, a uno de invisibilidad. Con los avances teóricos contemporá-
neos podríamos definirlo hoy como un "espacio de excepción" (Agamben, 1998).
Asimismo, en el relato de N., puede observarse la narración de un operar de
la memoria respecto de los saberes y prácticas de su comunidad. Al referirse a la
Pachamama. N. recuerda cómo los antepasados de su comunidad, sus predece-
sores (Schutz, 2003), respetaban y organizaban sus saberes en torno a la espiri-
tualidad para con ella, en cambio hoy en día eso ha cambiado. En el hoy en día se
incluyen no sólo su comunidad Quilmes y él como miembro, sino que N. incluye a
toda la sociedad. Expresa que ya no se respeta a la Pachamama y se atenta
contra ella y, si bien su significante ha cambiado hacia Madre Naturaleza –cambio
que indica la inclusión a la sociedad toda respecto a la responsabilidad de la des-
trucción paulatina y sistemática de aquélla, incluyendo a Occidente en el deber de
hacerse cargo; pues la CIQ continúa utilizando el significante Pachamama, pero
al amalgamarlo con Madre Naturaleza, trastoca el contenido hacia un concepto
omniabarcador–, el significado es el mismo, la coseidad referida es la misma por
más que ellos la denominen Pachamama: se indica una desexotización del signo,
y así, simbólicamente, de las prácticas y saberes de sus antepasados y ellos
mismos.
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
"No admitimos divisiones occidentales (superficie, subsuelo, aire,
agua, fauna, propiedad privada). Nuestro territorio comunitario abarca
todos los elementos y la espiritualidad de la PACHAMAMA que permite
nuestra existencia. El territorio forma parte de la identidad, cultura,
cosmovisión, espiritualidad como Pueblo" (Boletín Informativo Nuestro
Territorio Ciudad Sagrada de Quilmes, CIQ, 2008).
Son ellos mismos quienes han recordado aquellas prácticas en torno a la
Pachamama, diferenciándose del resto, de Occidente, quienes ahora se develan
en falta, legitimándose el reclamo de la CIQ. Pues, como arriba citamos, "si bien
es hoy es difícil como forma de vida (…) ojalá lleguemos a eso", y para lograr
llegar a eso hay que oír sus reclamos, sus voces. Es una apuesta contra
hegemónica aquello que se deja oír en el testimonio de N., donde la acción políti-
ca es activada en el recordar de la memoria, denunciando a su vez el otro compo-
nente de la memoria: el olvido. Y mediante el recordar lo olvidado, se trae a repre-
sentación la herida afligida, la herida colonial (Mignolo, 2006), combatiendo desde
una voz baja cada vez más audible a quienes hoy en día todavía olvidan.
La representación del horror y del trauma es compleja para la memoria. La
re-presentación supone la existencia de un algo anterior y externo (la ‘presenta-
ción’ inicial) que será re-presentado, vuelto a presentar. ¿Cómo representar en-
tonces el pasado subalterno?
N. enfatiza la importancia de contar la historia de su pueblo desde lo que
define como la espiritualidad, distinguiendo a los guías que relatan la historia a los
turistas como una repetición automática, de quienes, como él, lo hacen desde el
corazón.
Hasta el conflicto, la historia de este lugar y de su pueblo, era narrada por
guías profesionales que trabajaban para el entonces hotel del parador Ruinas de
98
Quilmes. Nuestra tesis es que la historia del pueblo fue sustraída por el Capital y
por la ciencia –representada por ciertos enfoques que buscan objetualizar para
dominar–. Para ambos ese territorio no puede auto-legitimarse en función del
valor sagrado que le atribuyen las comunidades, sino por su valor arqueológico
excepcional vuelto económico.
"Yo cuento la historia desde una parte espiritual, pero yo siento que lo
económico, esta usurpando nuestro sitio sagrado, pero todos tenemos
derecho a conocer la historia de una parte de nuestro pueblo de nuestro
país o de cualquier parte del mundo, y todo lugar histórico y arqueológi-
co tiene su propia historia (…)", continúa su conversación el guía.
Dos lógicas escribieron o narraron la historia de este pueblo de acuerdo a un
significativo dispositivo de omisión: una, la voz dominante del "estatismo" como
dijimos (Guha, 2002), lo hizo sobre la base de la desaparición, la extinción completa
de un pueblo; la otra sobre un pasado congelado, dispuesto a integrar el circuito del
turismo de las culturas muertas. La historia se bifurca; el tiempo se desdobla. El
testimonio de N. surge como posibilidad de reconstitución de un ethos colectivo.
"500 años nos mantuvieron en el olvido, la negación y el silencio. (…)
La historia oficial nos enseña que no quedaron pueblos indígenas en
nuestro valle y que los quilmes fueron todos llevados a Buenos Aires
donde desaparecieron" (Boletín Informativo Nuestro Territorio Ciudad
Sagrada de Quilmes, CIQ, 2008) (cursivas en el original).
Cómo fungen las bifurcaciones de la historia puede observarse en cada na-
rración de ésta, la cual representa una autonarración en concordancia con las
lógicas de cada actor. Delfín Jerónimo asume las diferentes lógicas en disputa por
parte de los actores involucrados: "Porque los intereses son diferentes, los len-
guajes son diferentes, la forma de plantearlo las cosas son diferentes, la compre-
sión de lo que es patrimonio", lo resignifica en términos de "desfasaje":
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
"Sigue habiendo un desfasaje, digamos. Estamos discutiendo con
un gobierno provincial que viene de una forma de intervención sobre el
patrimonio, que no es la nuestra precisamente. Y ahí es donde trata-
mos de…acercar posiciones, porque nosotros estamos ante una reali-
dad, digamos, porque si fuera un sitio donde no hubo intervención ante-
rior, donde el Estado no hubiera estado, donde no se hubiera hecho
nada, sería mucho más fácil plantear algo nuevo. Pero estamos ha-
blando de un sitio que lleva más de 10 años donde miles de gente lo
visitan, es conocido, el Estado provincial lo tiene como un sitio de atrac-
ción turística, y principalmente como un generador de otros recursos,
no sólo porque la gente vaya a Quilmes sino porque es parte de un
circuito que lleva millones de personas tanto desde Salta como desde
el mismo Tucumán. Entonces, nosotros tenemos como muchas
disyuntivas respecto a la ciudad Sagrada, y nos preguntamos si hay
que cerrar la Ciudad Sagrada y conservar nuestro patrimonio o hay que
abrirla, de qué manera, cuánta gente debería entrar, a dónde debería
entrar, cuáles son los sitios que no tenemos que permitir que entren
porque son sitios ceremoniales, por ejemplo, donde esta el hotel, hay
que restablecer circuitos". (Delfín Jerónimo, 2008).
De nuevo el recordar. Hay sitios ceremoniales, no fueron meramente. Las
prácticas espirituales de la CIQ continúan en su recordar, y si bien fue el mismo
Delfín Jerónimo quien advirtió que ellos también habían olvidado hasta el conflicto
político, dichas ceremonias –lo que incluye que durante esos momentos los sitios
ceremoniales hayan sido y no sean sitios ceremoniales, deviniendo la Ciudad
Sagrada en las turísticas Ruinas de Quilmes– han recuperado su función sagrada
de lazo (Durkheim, 1992), de hacer recordarse y así re-conocerse como comuni-
dad a la Comunidad India Quilmes.
Ahora bien, este foco en la memoria "individual" del representante de la CIQ
nos remite a la problemática de la subjetividad, que es propia del campo académi-
100
co: la cuestión del sujeto de las operaciones de la memoria y, ella, al interrogante
por si la memoria individual es colectiva, por su carácter privado y singular o públi-
co, y su temporalidad pasada. Discusión que es propia de la modernidad y cuya
"radicalización subjetivista" cuyo alto precio a pagar fue, siguiendo a Ricouer (2008)
haber hecho impensable la atribución a un sujeto colectivo.
Reflexiones finales
El olvido, ¿implica la destrucción definitiva de la huella de lo aprendido ante-
riormente o de un impedimento provisional, a su vez superable eventualmente,
opuesto a su reanimación? Se interroga Ricoeur (2008).
El de la CIQ no es el olvido de una "cosa" cualquiera, corresponde a lo que
ellos significan como el "olvido de la identidad". Cuando olvidamos, paradójica-
mente, recordamos el olvido. Esa lucha contra el olvido es el acto de la memoria.
No hemos olvidado completamente lo que recordamos haber olvidado. Es nece-
sario nombrar el olvido para que el reconocimiento pueda tener lugar, nos recuer-
da Ricoeur.
La memoria se inscribe en lugares: "lo que aconteció tuvo lugar", suele decir-
se. Esos "lugares de la memoria" permanecen como inscripciones ante una me-
moria que "cae" en el olvido. La "ciudad sagrada" es ese lugar de la inscripción de
la memoria, el significado de "la (mi) montaña" logró sobreponerse a las políticas
nacionales que intentaron borrar todo trazo étnico apoyadas en la legitimidad de
un Estado monocultural y monolingüe: un solo pueblo, una sola cultura, un solo
idioma y un solo sistema jurídico. Intervinieron en el olvido violentamente, pero
desfallecieron en su intención de borrar la historia de un pueblo. Insisten en deter-
minar la inexistencia de los quilmes, en dar sepultura. Como dijo el escritor Ralph
Ellison en Invisible Man (1952): "No toda enfermedad significa la muerte, ni tam-
poco toda invisibilidad."
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La Ciudad Sagrada, sigue siendo una gran ciudad, en la que se inscriben las
huellas del tiempo en el espacio. En ella se percibe la historia sedimentada, la
complejidad de ese mundo urbano construido en función de la vida de un pueblo,
su economía, con sus lugares privados y públicos, sus lugares sagrados donde se
llevaban a cabo ceremonias, sus intercambios con otros pueblos. "Una civiliza-
ción es básicamente un espacio trabajado por el hombre y la historia", escribía
Fernad Braudel en "El Mediterraneo", o también ¿Qué es una civilización sino el
establecimiento antiguo de cierta humanidad en cierto espacio?
El que va como turista puede sentirse extraño, perderse en ella, no así suce-
de en la narración de N. Esta ahí la memoria viva que retrotrae al unheimlich que
los guías rememoran desde su presente a un pasado mítico aunque traumático.
¿Cómo opera lo Unheimliche en este caso? Si lo Unheimliche, desde Sigmund
Freud (1999), es aquello que siendo familiar debió haber permanecido oculto, ese
retorno de lo reprimido a la representación –que no se lo reconoce como propio
sino que viene de afuera (aunque es propio, dando ese sentimiento de extraña-
miento e inquietud que provoca ominosidad)–, en nuestro caso se observa en una
dialéctica entre Occidente y la CIQ.
Desde el punto de vista de Occidente, éste pretende ser el Sujeto, un sujeto
con falta de falta, sin tachadura (Lacan, 2005), pero lo que reprimió (a los pueblos
originarios en general, y al pueblo diaguita en particular) sale a la luz y lo perturba,
mostrándolo en falta. La CIQ irrumpe como la presentificación de lo real a Occi-
dente, y la falta de éste es haber producido genocidios y etnocidios, de haber
provocado mediante el despliegue de su racionalidad ilustrada el daño a la natura-
leza en su afán instrumentalizador por señorearla (Horkheimer y Adorno, 2006).
Occidente también era (simbólicamente) la misma Comunidad India Quilmes,
que tenía introyectado a su opresor colonial (Fanon, 1983; Freire, 2008; Bhabha,
2002) durante su proceso de olvido, para resurgir ella misma, lo familiar (Heim), al
102
recordarse. Recuerdo el cual, debido a su trauma histórico de geno-etnocidio,
también se le presenta ominosamente. El umheimlich de la CIQ les muestra hoy
su extrañamiento en un mundo hegemonizado bajo el abanico occidental, donde
su espiritualidad de respeto a la Pachamama "hoy en día se ha perdido" (N., guía,
2008)
Lo Unheimliche se juega en un doble movimiento negador, en Occidente
colonial al surgir la acción política, desde su represión e invisibilización hacia 1666,
de la recordada y re-presentada Comunidad India Quilmes, y en la comunidad
que deja de reprimirse des-introyectando y des-mimetizándose respecto de su
opresor Occidente colonial al recordar su identidad, volviéndose a presentar.
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
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NUEVAS DINÁMICAS RESIDENCIALES EN LOSASENTAMIENTOS RURALES DEL LITORAL SUDESTE
PAMPEANO
SOFÍA ESTELA ARES - [email protected]
Grupos de Estudios sobre Población y Territorio - Universidad Nacional de Mar del Plata
CLAUDIA ANDREA MIKKELSEN - [email protected]
Universidad Nacional de Mar del Plata
Res
um
en
La creciente importancia otorgada en los últimos años a las migraciones se
emparenta con el giro operado en su definición desde los años setenta. Hasta esa
época eran habituales los estudios de migraciones internacionales o migraciones
campo-ciudad, pero progresivamente se fueron ampliando hasta abarcar un conjunto
más extenso constituido por otras formas de movilidad (bi-residencia, movilidad
residencial, turismo, movilidad diaria).
Abordar la movilidad territorial desde la Geografía tiene como particularidad poner
énfasis en el territorio, en su uso diferencial y sus transformaciones, por tanto, del
conjunto de causas que acompañan la decisión de movilizarse, una posibilidad es
asociarla con la búsqueda de un modo de vida natural y sano, proceso que se hace
visible en los últimos veinte años. En relación con estas peculiaridades, nuestro
propósito de trabajo e identificar las motivaciones y sentidos asociados a las nuevas
dinámicas residenciales en el partido de General Pueyrredón, ubicado en el sudeste
pampeano. La metodología se basa en el análisis cualitativo de información obtenida
a través de ochenta y nueve entrevistas, realizadas a residentes de las localidades
menores del Partido de General Pueyrredón entre septiembre de 2007 y febrero de
2008. Los resultados evidencian un acercamiento al espacio rural asociado con la
pretensión de naturaleza y de bienestar.
Palabras clave: movilidad territorial - búsqueda de naturaleza - dinámicas
residenciales.
105
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
1. Introducción
La creciente importancia otorgada en los últimos años a las migraciones se
emparenta con el giro operado en su definición desde la década del ‘70. Hasta esa
época eran habituales los estudios de migraciones internacionales o migraciones
campo-ciudad, pero progresivamente se fueron ampliando hasta abarcar un con-
junto más extenso constituido por otras formas de movilidad (bi-residencia, movi-
lidad residencial, turismo, movilidad diaria).
Conjuntamente, se fueron incorporando nuevos métodos para el estudio de
la movilidad territorial (Courgeau 1990; Módenes 1998, 2008). Así, al enfoque
macroanalítico, basado en el estudio de datos agregados y que sitúa a la movili-
Ab
stra
ct The increasing relevance given to migrations during the last years matches the
turn of its definition since the 70’s. Until that period, international migration or rural-
urban migration studies were common, but with time they were enlarged until they
comprised a larger set composed of other mobility trends (double residential, residential
mobility, tourism, daily mobility).
Approaching territorial mobility from Geography has the peculiarity of giving strength
to the territory, to its assorted use and its transformations. Therefore, from the reasons
that go along with the decision of moving, one of the possibilities is to bond it to the
urge for a more natural and healthy way of living, a process that has been made
evident for the last twenty years.
In connection with these peculiarities, the purpose of our work is to identify the
motivations and foundations associated to the new residential dynamics in General
Pueyrredón District, located in the southeast of the Pampa lands.
Methodology is based on the qualitative analysis of the information obtained through
eighty nine interviews performed to residents of the minor cities of the General
Pueyrredón District, between September 2007 and February 2008. The results are a
proof of having come closer to the rural sites in association with the hunt for nature
and welfare.
Keywords: territorial mobility, nature hunt, residential dynamics.
106
dad en un contexto delineado por situaciones laborales o de vivienda, se le suman
perspectivas microanalíticas. Estas permiten el análisis de los factores presentes
en la decisión de movilizarse, en las motivaciones y en los sentidos asignados por
los sujetos participantes.
Abordar la movilidad territorial desde la Geografía tiene como particularidad
poner énfasis en el territorio y en su uso diferencial a través de los variados des-
plazamientos que las personas realizan.
Del conjunto de causas que acompañan la decisión de movilizarse, una po-
sibilidad es avanzar en estudios que permitan comprender los desplazamientos
de la población hacia entornos de ruralidad, asociados a la búsqueda de un modo
de vida que suele ser definido como apacible, natural y sano. Proceso que se
destaca por el rechazo a los aspectos negativos presentes en las grandes ciuda-
des, tales como insolidaridad, violencia, inseguridad personal, entre los más nom-
brados. El hecho de acercarse a la naturaleza no es un fenómeno novedoso1, no
obstante, tomó un nuevo impulso desde los años noventa del siglo XX y es por
ese entonces que comenzó a manifestarse en Argentina, mostrando una inten-
ción de acercamiento a la naturaleza, buscando una forma de residir vinculada a
un modo de vida urbano, pero gozando de las bondades del campo2.
En relación con estas peculiaridades, nuestro propósito de trabajo es identi-
ficar las motivaciones y sentidos asociados a las nuevas dinámicas residenciales
en el partido de General Pueyrredón, ubicado en el sudeste pampeano.
La metodología se basa en el análisis cualitativo de información obtenida a
1 Según Solana (2008), el reverso del éxodo rural es un fenómeno que como tal comienza adetectarse a mediados de los años sesenta en Europa de la mano de los trabajos de Pahl(1965 y 1966), y los autores que comienzan a teorizar sobre el proceso fueron Beale (1975) yBerry (1976).
2 Si bien el concepto teórico guía asumido en la investigación es el de espacio rural, el términocampo es empleado como sinónimo sin carga teórica, con el fin de no repetir nociones en laredacción, estrategia también utilizada por diversos especialistas en la temática entre ellosBarros (2005), Sili (2002), entre otros.
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
través de ochenta y nueve entrevistas3, realizadas a residentes de algunas locali-
dades menores4 del Partido de General Pueyrredón (Buenos Aires), entre sep-
tiembre de 2007 y febrero de 2008.
Las entrevistas han sido centrales ya que, dentro de la geografía humanista,
se destaca la relevancia dada al lenguaje, elemento que muestra las acciones y
representaciones espaciales de las personas acerca de los lugares "... estamos
frente a una forma de construcción social por el lenguaje" (Olsson citado por Lin-
dón 2007: 34). Según Di Méo (citado por Lindón 2007), la permanente construc-
ción del territorio se gesta en las prácticas cotidianas, las que no son ajenas a la
interacción entre estructuras objetivas (construidas por la sociedad) y estructuras
cognitivas (individuales, pero influidas por lo social). Las estructuras cognitivas
tienen un campo de referencia en las objetivas y estas les aportan hitos para la
memoria colectiva y argumentos de identidad.
Podemos sintetizar estas ideas a partir del aporte de Lindón (2007), quien
afirma "... el constructivismo geográfico –o espacial– asume que el sujeto habitan-
te y también cognoscente, construye los lugares día a día, aunque esos lugares
también reconfiguran la identidad de los sujetos que los habitan" (Lindón, 2007:
36). Se revaloriza así la permanente interacción individuo-sociedad-territorio, sin
darle primacía a uno de los elementos.
3 El guión de entrevista empleado se conforma de los siguientes ítems: Datos de la persona dereferencia, condición socioeconómica del hogar, movilidad territorial y calidad de vida. En elpresente artículo se han considerado los datos referidos al sujeto entrevistado, entre ellos, suedad, estado conyugal, nivel de instrucción, condición de actividad (ocupados, sobreocupado,subocupados o desocupados) y, la movilidad territorial, analizando la residencia base al momentodel relevamiento, el tiempo de residencia, el lugar de nacimiento y los itinerarios de movilidad,es decir, desde que el sujeto se independiza del núcleo familiar qué desplazamientos a realizado,en que años, a que lugares arriba, motivos de selección del lugar de residencia actual y motivospor los cuales abandona su lugar de residencia anterior.
4 El calificativo de menores se asocia tan solo con la cantidad de pobladores que tiene cadalocalidad y, por tanto, con la relación rango/ tamaño respecto de Mar del Plata. Para identificarlas localidades adoptamos el criterio propuesto por INDEC (2001), instituto que concibe a lalocalidad (o poblado, pueblo, ciudad) como aglomeración. Así, una localidad se define comoconcentración espacial de edificios conectados entre sí por calles.
108
El área de análisis se sitúa en el partido de General Pueyrredón (564.000
habitantes, 2001), Buenos Aires, cuya ciudad cabecera, Mar del Plata, contaba
con 524.553 habitantes en 2001. Hacia el interior del partido se reconoce un con-
junto de pequeñas localidades que reúnen, cada una de ellas, menos de 10.000
habitantes. La mayor parte de estos poblados fueron creados en la primera mitad
del siglo XX, mediante la subdivisión y loteo de tierras que estaban dedicadas a la
explotación agropecuaria. Muchos de estos fraccionamientos fueron efectuados
con dos finalidades básicas y, por qué no, complementarias; la construcción de
áreas que albergaran viviendas de fin de semana o casas quinta por un lado, y la
especulación inmobiliaria o la obtención de renta con baja inversión de capital, por
el otro. Durante décadas estos poblados permanecieron prácticamente despobla-
dos y fue hacia los años ochenta (del siglo XX) que comenzaron a mostrar
novedosos patrones de asentamiento.
El artículo se estructura en cuatro secciones. La primera, aborda desde lo
teórico al territorio y la movilidad territorial; se suman a ellos los motivos de la
movilidad y su relación con la idea de búsqueda de naturaleza. La segunda sec-
ción, está abocada a la caracterización del partido de General Pueyrredón y de los
sujetos entrevistados. En el tercer apartado, se presentan los resultados obteni-
dos y se muestran las motivaciones que intervinieron en los procesos de movili-
dad territorial. Por último, se exponen algunas consideraciones finales.
2. Aproximación teórica
La movilidad territorial de la población tiene explícita en su denominación la
existencia de una fuerte relación con el territorio. Sobre este concepto existen
numerosos debates (Raffestin 1986; Haesbaert 2004; Di Méo 2006; Giraut 2008)
en nuestra investigación adoptamos una definición actual la cual remite al territo-
rio como un espacio apropiado, tanto en sentido material como simbólico, donde
se conjugan dimensiones políticas, culturales, económicas y sociales (Haesbaert
2004). El territorio, de carácter colectivo, se diferencia de los lugares o espacios
vividos propios de cada sujeto.
S. E. Ares - C. A. Mikkelsen I Nuevas dinámicas residenciales... - pp. 104-134
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
El concepto de lugar, utilizado preferentemente por los geógrafos anglosajo-
nes, "hace referencia a espacios delimitados, con límites precisos, que para los
sujetos representan certezas y seguridades otorgadas por lo conocido" (Tuan 1977;
citado por Lindón et al. 2006: 13), encarna las experiencias y aspiraciones de las
personas y es una realidad a ser clarificada y comprendida desde la perspectiva
de quienes lo dotan de significado (Tuan, 1979).
Otro geógrafo, Agnew (2007), sostiene que el lugar es el espacio vivido o
experimentado. Indica que lo conforman tres elementos: a) el sustrato material en
el cual se concentra la mayor parte de la vida cotidiana de un grupo; b) su ubica-
ción y conexión en una red territorial; c) el sentido de lugar o identificación simbó-
lica, como distintivo o constitutivo de una identidad personal y de un conjunto de
intereses personales (Agnew 2007: 16). Estas tradiciones teóricas reconocen la
articulación de las componentes materiales con las no materiales, de manera tal
que los nexos que unen a los hombres con los lugares conforman un sentido del
lugar, elaborado en las prácticas habituales o cotidianas.
De este modo, cuando las personas se movilizan generan nuevas relaciones
sociales, o modifican las existentes, y afectan a las estructuras económicas y
demográficas, tanto en los puntos de origen como de destino. Por consiguiente,
cada tipo de movilidad conlleva la (re) construcción del territorio y de la estructura
social.
El reconocimiento de la existencia, y creciente relevancia, de distintas for-
mas de movilidad se produce en los años setenta del siglo XX. Según Lattes
(1983), la teoría sobre la transición de la movilidad elaborada por Zelinsky fue
propulsora de este giro ya que las críticas suscitadas en torno a esta teoría –in-
cluso reconocidas por su autor– despertaron el interés por una redefinición de los
desplazamientos humanos.
Aunque en la actualidad aún persiste el uso de una definición de migraciones
basada en el cambio de unidad civil (Naciones Unidas 1972), es evidente que así
quedan excluidos otros tipos de movilidad (Courgeau 1990; Domenach y Picouet
1990). La definición tradicional de migraciones tiene como punto de partida el
110
criterio de residencia única (Domenach y Picouet), no obstante, una persona "...
puede tener... más de un hogar vinculado con distintos usos: familiar, de vacacio-
nes, profesional, según varias modalidades de estadía: repetitiva, ocasional, cícli-
ca o estacional" (Domenach y Picouet 1990: 54). De esta manera, el uso de una u
otra vivienda no implica un cambio de residencia sino desplazamientos dentro del
espacio de vida.
El espacio de vida fue definido por Courgeau como "la porción del espacio
donde el individuo ejerce sus actividades" (Domenach y Picouet 1990: 54), estas
actividades se organizan desde una residencia base que puede estar constituida
por una o más viviendas. Desde el punto de vista de estos demógrafos la migra-
ción se produce cuando hay un cambio permanente de espacio de vida, no impor-
ta entonces que las personas hayan cruzado o no un límite territorial de carácter
político-administrativo.
Los desplazamientos dentro y fuera del espacio de vida se incluyen en un
conjunto mayor que puede denominarse movilidad geográfica o movilidad territo-
rial de la población5. Se reconoce así que las personas se movilizan en escalas
territoriales que van desde unos pocos metros hasta muchos kilómetros; y en
escalas temporales que pueden ser de minutos a años (Hanson 2005). De acuer-
do con Kaufmann y Jemelin (2004), pueden distinguirse cuatro acepciones bási-
cas para describir los desplazamientos de personas: la movilidad residencial, la
migración, los viajes y la movilidad cotidiana.
La migración se produce cuando el nuevo lugar de residencia se ubica fuera
del espacio de vida de las personas implicadas y tiene una larga duración
(Kaufmann y Jemelin 2004). A diferencia de la migración, en la movilidad residen-
cial se conserva, en gran medida, el espacio de vida que existía antes del cambio
de lugar de residencia.
Con respecto a la movilidad de corta duración, la movilidad cotidiana, pendu-
lar o commuting se desarrolla desde la residencia base (punto de partida de los
5 Cfr. Elizaga y Macisco, 1975; Lattes, 1983; Bertoncello, 1993.
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desplazamientos) hacia los distintos puntos que conforman el espacio cotidiano.
Por su parte, los viajes están asociados con el turismo, suelen ser a larga distan-
cia e implican una salida momentánea del espacio cotidiano.
Sin embargo, Kaufmann y Jemelin (2004) afirman que es posible detectar
otras formas de movilidad, por ejemplo la bi-residencia, la pendularidad de larga
distancia, el turismo de corta duración.
En la decisión de movilidad se encuentran operando diversidad de causas o
motivaciones, tema sobre el que se avanza en el próximo apartado.
2.1. Motivos de movilidad
La adopción de un nuevo lugar para vivir está en conexión con los elementos
que lo hacen más o menos atractivo para los distintos sujetos o grupos sociales,
como también con la satisfacción de distintas necesidades (salud, empleo, edu-
cación). En referencia con los tipos de movilidad de larga duración, los estímulos
varían entre personas y hogares, pero pueden agruparse según los intereses pre-
dominantes en:
económicos: posibilidad laboral, cercanía al lugar de trabajo, menores costos
impositivos, posibilidad de adquirir una propiedad, herencia, préstamo de una
vivienda y ahorro del costo de alquiler, entre otras.
relacionales: por la distancia a parientes o amigos, ya sea para estar más próxi-
mos o más alejados.
cambio de modo de vida: búsqueda de un reencuentro con la naturaleza, tran-
quilidad, seguridad, espacios amplios, menores posibilidades de consumo, estilo
de vida en general más sencillo.
Estas grandes categorías no actúan, empero, como cajas estancas sino que
muchas veces las personas optan por un cambio de lugar de residencia en virtud
de motivaciones de distinta índole. En las alocuciones de los residentes se ven
estas motivaciones y los vínculos existentes entre ellas y con otros aspectos
contextuales o estructurales. Pero por las características morfológicas del área
112
de estudio sobresalen los estímulos de movilidad que destacan las características
naturales del área y que muestran las nociones de naturaleza construidas por los
sujetos.
2.1.1. Movilidad hacia entornos naturales
A lo largo del trabajo son recurrentes los términos búsqueda, acercamiento,
regreso, cada uno puesto en relación con la naturaleza. En cualquier caso nos
referimos a la procura de una alternativa residencial en ámbitos con marcados
rasgos naturales. Sin embargo, aludimos a los tres términos porque el fenómeno
se expresa de dos formas: a) el "regreso" o retorno a la naturaleza practicado por
personas que en otro momento de sus vidas residieron en entornos similares; b)
el "regreso" entendido como búsqueda de otro modo de vida.
Varios autores, según exponen Nates Cruz y Raymond (2007), han puesto
en evidencia la revalorización de los espacios naturales, o de apariencia natural,
en la búsqueda de alternativas residenciales, en contraposición con los aspectos
negativos que reviste la vida en las ciudades. Si bien este fenómeno cobra vigor
en los últimos veinte años, anteriormente se registraron movimientos de exalta-
ción de lo natural (Cfr. Nates Cruz y Raymond 2007). Algunos de ellos acontecie-
ron en el siglo XIX de la mano de la literatura romántica y la ética protestante (para
el caso de Estados Unidos de Norteamérica). Más recientemente, en las décadas
del sesenta y setenta también apareció un movimiento literario en Francia donde
se destacaron las virtudes de la vida en la naturaleza (Nates Cruz y Raymond
2007). Además, surgieron movimientos sociales que pusieron el acento en recu-
perar la vida comunitaria, la relación con la naturaleza y un estilo de vida más
simple y alejado de la mercantilización extrema propia del capitalismo (Melville
1980).
La noción de naturaleza y el hecho de regresar a ella, se conecta con el
concepto de topofilia acuñado por Tuan (2007). La topofilia "puede definirse con
amplitud para incluir todos los vínculos afectivos del ser humano con su entorno
material" (Tuan 2007: 130). Los lazos topofílicos pueden gestarse por la aprecia-
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ción estética, por sensaciones táctiles (como gozar del aire puro) o por la historia
nacional y personal construida en relación directa con el territorio.
¿Cómo se desarrolla la relación entre topofilia y naturaleza en Tuan? Sostie-
ne este geógrafo que es cada vez menor y más indirecto el contacto de las perso-
nas con la naturaleza. De este modo, la población de las ciudades carece de "la
comunión apacible y natural con el mundo físico que reinaba en el pasado, cuan-
do el ritmo de vida era más lento..." (Tuan 2007: 134). La construcción de relacio-
nes topofílicas, en entornos de pretendida naturaleza, estaría basada en la valora-
ción de características inherentes a los pequeños poblados localizados en espa-
cios rurales6: los espacios amplios y verdes, la tranquilidad, la seguridad, la creen-
cia en vínculos sociales más fuertes y el aprecio por una vida sana, entre otros
elementos.
Al considerar la existencia de cierta vinculación entre lugares, recuerdos y
sentidos podemos aproximarnos a la noción de acercamiento a la naturaleza. Re-
cuerdos y sentidos que podrían recrearse en otros espacios físicos en procura de
recuperar los lugares de felicidad. De manera que el lugar trasciende lo puramen-
te físico y existiría, en algunos sujetos, la voluntad de reconstruir un lugar (a partir
de sentidos, sentimientos, actitudes) aún en otro espacio físico y otro tiempo.
Por otra parte, no se puede desconocer que ciertas virtudes se revalorizan e
inclusive descubren ante una realidad que las niega o minimiza. De esta forma, la
relativa simpleza de la naturaleza sería el contrapunto ideal para el elevado nivel
de artificialización y complejidad de las sociedades urbanas (Tuan 2007).
Nates Cruz y Raymond respecto a la idea de acercamiento a la naturaleza,
6 El INDEC utiliza la categoría de población agrupada para los espacios que tienen entre 500 y2.000 habitantes. Cuando el valor es menor a 500 residentes se define como población ruraldispersa. Pero si se hace uso de una definición ampliada, se debe considerar no solo a lapoblación dispersa y a la agrupada en localidades de menos de 2.000 habitantes sino incluir atodas las localidades que tienen menos de 10.000 habitantes y que no se encuentran en áreasmetropolitanas y cumplen con servicios vinculados al sector primario. Ampliar el universo deanálisis está vinculado con el tipo de funciones que cumplen las localidades rurales, básicamenteen la mayoría de los casos como prestadoras de servicios al área rural circundante.
114
sostienen que "... hace alusión a personas que se instalan en las zonas rurales
por razones ideológicas y filosóficas: es una búsqueda de la naturaleza, una "hui-
da" de la ciudad contemporánea y de la vida urbana de consumo" (Nates Cruz y
Raymond 2007: 9).
Aunque estas investigadoras aluden al uso no literal de la palabra retorno, en
el caso bajo estudio mostraremos que también existen regresos en el verdadero
sentido de residir en sitios que guardan similitud con los lugares que fueron vivi-
dos y transitados en otros momentos biográficos de los sujetos.
El retorno no implica, necesariamente, "volverse agricultor" como aclaran
Nates Cruz y Raymond, sino que la movilidad hacia espacios menos urbanos
tiene por finalidad el logro de residir permanentemente cerca de la naturaleza.
Pero esta naturaleza, debe quedar claro, no es ya una naturaleza prístina, sino
fuertemente transformada, modificada o como la entiende Santos (1990) una na-
turaleza segunda.
Es decir, los espacios que se piensan y describen como naturales tienen en
sí fuertes improntas de lo social y son reconstruidos a lo largo de la historia. Pese
a ello, continúan presentándose de una manera distintiva y, sobre todo, antagóni-
ca respecto de las ciudades.
Podemos indicar que la búsqueda de un mayor contacto con la naturaleza,
de un beneficio en cuanto a la tranquilidad y la seguridad son factores que ayudan
en la decisión de realizar un cambio de residencia habitual.
Escoger dónde vivir, y aún elegir la permanencia en un sitio específico, son
parte del proceso de movilidad territorial y ambas son el resultado de distintas
motivaciones y causas. En relación con los elementos que propician la movilidad
y con las pautas consideradas en la opción residencial, afirman Nates Cruz y
Raymond: "La identificación de una migración de nuevo género, muestra que la
lógica dominante de la migración, ligada hasta aquí mayoritariamente a factores
económicos y monetarios, no son los únicos elementos que se imponen. La mi-
gración hacia el campo traduce, notablemente en las sociedades occidentales,
nuevas búsquedas y nuevas exigencias en materia de calidad de vida" (Nates
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Cruz y Raymond 2007: 17).
3. Caracterización del área de estudio
Acercarnos a los pequeños poblados situados en el espacio rural del Partido
de General Pueyrredón, nos ha permitido obtener información tanto desde la ob-
servación directa como desde la interacción con quienes allí residen. Del conjunto
total de localidades menores presentes en el partido de General Pueyrredón los
diez casos seleccionados (Ver Cuadro 1), conforman una muestra que representa
los distintos ámbitos territoriales del partido en estudio (Ver Mapa 1).
Cuadro 1. Localidades menores relevadas, PGP, 2007.
Fuente: Elaboración personal
7 Chapadmalal se encuentra subdividida en cinco barrios, a saber (de norte a sur): Playa LosLobos, Estafeta Playa Chapadmalal, Santa Isabel, Arroyo Chapadmalal y San Eduardo deChapadmalal.
Ruta Localidad
El Casal
Los Zorzales
2
Colonia Barragán
Los Acantilados
Chapadmalal1
11
El Marquesado
88 Estación Chapadmalal
Santa Paula 226
La Gloria de la Peregrina
Colinas Verdes
7
116
Mapa 1. Partido de General Pueyrredón, localidades relevadas, 2007-2008
El área costera sur tiene, según datos de 2001, una población permanente
de 2396 habitantes. A ellos se le suman los que utilizan sus viviendas como se-
gunda residencia, por tal motivo, durante el recuento censal se alcanzó un total de
2641 habitantes.
La población entrevistada (56 casos) en este eje tiene un promedio de edad
de 48 años y un tiempo medio de estancia de 14 años. Su nivel de instrucción se
distribuye esencialmente entre las categorías secundario incompleto (15), prima-
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rio completo (12) y secundario completo (11). Respecto de la situación laboral, en
el área de estudio el índice de ocupación8 es del 77 %. Sin embargo, al interior de
las unidades espaciales se notan ciertas disparidades. El Marquesado presenta
un predominio de inactivos, amas de casa y sobreocupados (trabajan durante 48
o más horas semanales). También aparece la categoría jubilados-subocupados,
es decir, personas que perciben una jubilación pero que deben emplearse para
poder completar los ingresos del hogar. En Chapadmalal hay un dominio de
subocupados (trabajan menos de 35 horas por semana) y se observa una cir-
cunstancia, muy vinculada con sus características de área de servicios turísticos,
que es la de personas subocupadas de forma temporaria. Así, además de cumplir
con un horario reducido sólo lo hacen en temporada alta (vacaciones de verano y
de invierno) y, ocasionalmente, los fines de semana. Los Acantilados, al margen
de las amas de casa, dominan los subocupados y los inactivos.
Dos puntos centrales se destacan en relación con el lugar de nacimiento y de
residencia anterior. Por un lado, el papel preeminente del Área Metropolitana de
Buenos Aires y del Partido de General Pueyrredón. Entre los encuestados no es
elevado el número de nacidos en General Pueyrredón, pero este valor se duplica
cuando se solicita el lugar de residencia anterior. De esta forma, tanto Mar del
Plata como otros parajes habrían actuado como puntos de residencia alternativos
antes de fijar domicilio en el corredor sur.
Por su parte, el área circundante a la ruta 2 contaba en 2001 con un total de
1059 habitantes, de los cuales 884 son residentes permanentes. En este eje la
edad promedio de los entrevistados (12 casos) ronda los 47 años de edad y el
tiempo medio de residencia es de 16 años. El nivel de instrucción alcanzado se
distribuye mayoritariamente entre las categorías secundario completo (4), prima-
8 Se calculó de la siguiente manera:
IO= [(Ocupados, subcoupados y sobreocupados de 14 a 65 años) / Población de 14 a 65 años]*100
IO = [35 / 45] *100
IO = 77 %
118
rio completo (2) y secundario completo (2).
En cuanto a la situación laboral de los entrevistados, este eje cuenta con un
índice de ocupación del 50 %. Cabe mencionar las condiciones particulares de El
Casal y Los Zorzales, con jubilados que desarrollan labores de subsistencia vin-
culadas a la cría de animales y venta de subproductos.
Los lugares de nacimiento de los entrevistados refieren especialmente a otras
provincias tales como Jujuy, Corrientes y Misiones y el partido de General
Pueyrredón. No obstante, al señalar el lugar de residencia anterior sobresale Ge-
neral Pueyrredón, especialmente la ciudad de Mar del Plata, lo cual da cuenta de
la realización de otros trayectos de movilidad entre el espacio de nacimiento y la
residencia actual.
El espacio dominado por la influencia de la ruta 226, hacia el 2001 contaba
con 2821 residentes permanentes y 84 residentes temporarios.
La edad promedio de los entrevistados (15 casos) es de 39 años, con un
tiempo promedio de residencia de 10 años. El nivel de instrucción alcanzado por
los sujetos entrevistados demuestra el predominio de primario incompleto (3),
primario completo (3), secundario incompleto (2) y secundario completo (3).
Respecto del empleo este eje denota un valor en el índice de ocupación del
40%. Aquí, es central hacer mención a una importante proporción de jubilados
que deciden modificar su lugar de residencia optando por ejemplo por Colinas
Verdes para transitar allí, en la tranquilidad, en proximidad de la naturaleza, como
ellos mismos señalan, el último período del ciclo vital.
En cuanto al lugar de nacimiento y la última residencia, sobresalen situacio-
nes de nacimientos acontecidos en otras provincias, sin embargo, el partido de
General Pueyrredón y su ciudad cabecera, Mar del Plata, responden prioritariamen-
te como espacio de residencia anterior.
Finalmente, el eje de la ruta 88 exhibe los valores de mayor estabilidad en
sus residentes y cuenta con una población permanente de 591 habitantes.
De este conjunto mayor, los entrevistados (6 casos), tienen una edad prome-
dio de 30 años y un tiempo de residencia en el lugar de igual valor. Los niveles de
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instrucción alcanzados por los entrevistados se distribuyen fundamentalmente entre
primario completo (3) y secundario completo (1).
La posibilidad de contar con empleo se refleja en un valor del 16% en el
índice de ocupación, con importante presencia de amas de casa y de jubilados.
Se destacan como lugares de nacimiento otros países, especialmente los
limítrofes, otras provincias y el partido de General Pueyrredón, distrito resaltado
como lugar de residencia anterior.
Los perfiles de los entrevistados en las diversas localidades estudiadas son
un insumo necesario que brinda una primera aproximación en el entendimiento
de las dinámicas socioterritoriales locales. En este sentido, entendemos que la
movilidad territorial no es una variable independiente ni dependiente sino que es
"un proceso que solo puede comprenderse a través de su interacción con otros
elementos... que forman parte de la vida de un ser humano" (Courgeau 1990: 58).
De forma sintética mostramos los distintos tipos de movilidad detectados
(Ver cuadro 2), los cuales guardan vinculación con el contexto político-económico
y cultural, pero también con las especificidades de cada sujeto y su grupo familiar.
En el conjunto total de la muestra el 89,9% de los entrevistados evidencian haber
realizado algún tipo de movilidad, el porcentaje restante corresponde representa-
dos por aquellos sujetos que siempre han residido allí poniendo de manifiesto el
deseo de continuidad por costumbre, presencia de familiares y/o amigos, tranqui-
lidad entre otros motivos.
120
Cuadro 2. Tipologías de movilidad según ejes
Fuente: elaboración personal sobre datos obtenidos en 2007-2008
4. Claves para la selección residencial de las localidades menores
El conjunto de entrevistados pone de manifiesto la existencia de diversas
trayectorias residenciales algunas más complejas que otras. Así, en la decisión
de cambiar de lugar de residencia, se entrelazan motivos, historias familiares y
relatos, que dejan entrever, a veces con mucha claridad, las dificultades propias
de los procesos de movilidad.
Por tanto, la subjetividad inherente a los cambios de lugar de residencia pre-
senta numerosos elementos que se ocultan en la aparente simplicidad de los gráfi-
cos y los datos estadísticos. Los siguientes son algunos ejemplos de los trayectos
realizados, desde el caso de Susana, que en su representación gráfica puede resul-
tar sencillo, hasta la situación de Sandra con diversidad de desplazamientos.
8 Con la finalidad de preservar la identidad de los encuestados los nombres han sido cambiados.
Susana9, 55 años, El Marquesado
Lanús
El Marquesado
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Sandra, 69 años, Colinas Verdes
El desplazamiento espacial es una conducta individual o familiar que congre-
ga un conjunto complejo de decisiones y comportamientos. Así, la búsqueda de
mejores horizontes personalespuede ser formalizada mediante cambios que, se
espera, redunden en una maximización del bienestar.
"Me jubilé, dejaba de cumplir horarios y me quise ir a vivir a un lugar
tranquilo" (Sandra, Colinas Verdes).
Pero cuando la movilidad afecta a todo el grupo familiar, analizar motivacio-
nes y expectativas se hace más complejo pues estas varían interpersonalmente.
En algunos casos el incentivo para la movilidad puede haberse gestado en uno de
los miembros del grupo, por ejemplo puede provenir de los intereses laborales del
jefe de hogar, quien "arrastra" consigo a su cónyuge y a sus hijos. Otra posibilidad
es que la movilidad se origine en el anhelo por brindar otro futuro a los hijos quie-
nes con el traslado accederían, por ejemplo, a mejores servicios educacionales o
a un ambiente que se cree será más adecuado para la crianza.
"Cuando él [su marido] compra la casa, yo me vengo con la mudan-
za, porque él vino solo a comprar la casa, ¡casi me muero!... Entonces
para mí fue horrible, horrible el desarraigo de estar lejos de mi mamá y
de mis hermanas" (Susana, El Marquesado).
"Mi padre tenía hijos pre-adolescentes y el barrio [en San Justo, La
Villa Guillermina
Santa Fe
Mar del Plata
Colinas Verdes
122
Matanza, Buenos Aires] se estaba poniendo bravo por drogas, y deci-
dió salir de ahí a ir a un lugar más seguro..." (Esteban, Playa de los
Lobos, Chapadmalal).
A la decisión de cambiar el lugar de residencia habitual y con él, posiblemen-
te, el espacio de vida, se debe sumar el peso que tiene el conocimiento previo del
sitio elegido como destino, o los lazos sociales que facilitan el proceso de movili-
dad. Aquí precisamos detenernos un instante para indicar que la elección del lu-
gar de residencia a veces comienza en la adquisición de información transmitida
dentro de las redes de contactos sociales de las que el sujeto forma parte. Así, a
la posibilidad de proximidad espacial con los vínculos sociales, se le suman otros
factores beneficiosos para mejorar las condiciones de vida, tales como la belleza
paisajística, la tranquilidad, los espacios amplios, la seguridad.
"…vinimos acá por mi cuñada, el marido trabajaba en la papa y mi
marido cuando llegamos acá entró a trabajar directamente en Toledo
en la cría de pollitos" (Juana, La Gloria de la Peregrina).
"No sé si fue una elección porque dijéramos queremos vivir acá, sino
que acá está toda la familia de José [el esposo], toda la cuadra es de la
familia". (Graciela, Los Zorzales).
"Conocíamos porque siempre veníamos de vacaciones... Vivíamos
con mis abuelos, salió la oportunidad de irnos de San Justo, dos opcio-
nes: por ruta 3 a Mercedes o acá, y elegimos acá" (Esteban, Playa de
Los Lobos, Chapadmalal).
De esta manera, en coincidencia con Domenach (1990), se puede afirmar
que el proceso de movilidad se origina mucho antes que el desplazamiento físico
en sí y empieza a conformarse en la subjetividad, por un lado y en las posibilida-
des y conocimientos objetivos del lugar elegido, por el otro.
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"Por trabajo y porque el lugar me gusta" (Víctor, Colinas Verdes).
"Por trabajo y para estar con mis hermanos que viven acá" (Carina,
Colonia Barragán).
"... estuve detenida en el Penal de [...] y quería dejar todo atrás...
este lugar, siempre me pareció inalcanzable, pero necesitaba poner en
equilibrio mi vida... [Acá] No conocía a nadie fue empezar de cero, con
lo puesto..." (Cecilia, El Marquesado).
En algunos casos, los entrevistados exhiben motivos que se asocian directa-
mente a los contextos socio-políticos imperantes a nivel país, tales como dificulta-
des laborales, inseguridad, impedimentos para acceder a la vivienda propia, entre
otros elementos negativos que se han acentuado en las últimas décadas, espe-
cialmente en las ciudades medias y grandes."Yo me vine en los noventa de Indio
Rico [Coronel Pringles], en los ochenta hubo un éxodo. No quedó nadie. Había
200 y pico de chacareros. Yo aguanté hasta los noventa y eso que era propietario,
pero después se empezó a subdividir" (Alberto, Colonia Barragán).
"Acá es otra vida, es gente de campo, que tiene otra mentalidad. Acá
dormimos con la puerta abierta, es raro que roben" (Víctor, Colinas Ver-
des).
También es constante en los discursos el ansia de tranquilidad, que suele
conjugarse con otros deseos.
"Nosotros queríamos vivir en el campo, queríamos tranquilidad, bus-
camos por todos lados. Se dio la oportunidad acá porque era barato,
porque no está tan lejos de Mar del Plata y porque es grande [el terre-
no]... No lo cambio por nada. Acá tengo tranquilidad, paz. Voy a Mar del
Plata dos veces por semana y vuelvo enloquecida, con dolor de cabe-
124
za. La tranquilidad de acá no la cambio por nada" (Marina, El Casal).
A lo largo de las narraciones salen a la luz todo tipo de motivaciones y la
mayoría de ellas de otra índole que la mera subsistencia económica, como sugie-
ren Nates Cruz y Raymond se "…revelan las aspiraciones de una población por
un nuevo modo de vida" (2007: 13).
Las motivaciones asociadas directa e indirectamente con las ideas de natu-
raleza y tranquilidad nos permiten mostrar que reencontrarse o acercarse a ella
se consolida como un elemento central.
Es habitual conectar la naturaleza con la tranquilidad, lo agreste, de manera
que para los sujetos es evidente que habitan en un área natural, tranquila y segu-
ra. La noción de naturaleza exhibida por las personas comprende, además, a
ciertos atributos del paisaje como los árboles, las sierras, los grandes espacios y,
en un sentido literal, el campo.
"Yo soy una amante no tanto del mar, sino de las sierras, veníamos a
pasear y me enamoré de ese árbol [señala un pino vecino] y de la Sie-
rra" (Sandra, Colinas Verdes).
"…mi marido eligió el lugar porque como él nació en Capital pero por
circunstancias de su vida,... los padres se separan, se van a vivir a
Coronel Suárez y él hizo toda su vida hasta los veintipico de años en
Coronel Suárez, o sea, que se crió en un lugar tranquilo, pacífico y por
eso le gustó esto" (Susana, El Marquesado).
Pero además de las asociaciones entre la idea de naturaleza y elementos
propios de los paisajes debemos destacar que lo natural se conecta con lo simple,
sencillo y sano.
"Acá todo es más simple, más sano... En Mar del Plata yo trabajaba
y quería tener lo mío. Era todo materialista y siempre estaba enloqueci-
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da con la moda, con comprar. Llegué acá y me acostumbré a la senci-
llez" (Graciela, Los Zorzales).
"en Mar del Plata los chicos [sus hijos] vivían adentro, acá es la liber-
tad. La gente de campo es más sana, todos te saludan. Es otra forma
de vida. Me cambió mucho y me ayudó a crecer en mi trabajo" (Gladys,
Colonia Barragán).
La naturaleza no aparece como un término cuestionado o discutido y los
sujetos sostienen vivir en un ambiente natural, con lo cual a través de sus discur-
sos se construye tal contexto y un cotidiano marcado por esa condición.
Como ya señalamos, en algunos casos la convivencia en un lugar natural se
emparenta con la cercanía, espacial y social, de familiares o amigos, circunstan-
cia que realimenta la topofilia. En este sentido, un ambiente natural también se ve
como un espacio propicio para la presencia y consolidación de valores tradiciona-
les.
"Lo básico es estar rodeado de la familia. Yo me crié sin luz eléctrica,
sin agua corriente, sin gas, pero era una buena calidad de vida porque
estábamos en familia" (Alberto, Colonia Barragán).
Así, la vuelta tendería a reconstruir la topofilia en nuevas coordenadas espa-
cio-temporales, al amparo de los sentimientos y lugares que se pretenderían re-
crear.
"El estar acá es algo de mi época feliz de niñez y adolescencia en
Villa Guillermina, en lugares agrestes. Me gusta todo lo que sea tran-
quilo, la naturaleza..." (Sandra, Colinas Verdes).
"Porque para nosotros es el paraíso, es "tranqui", la paz, dormimos
con la puerta abierta, por la naturaleza, el verde y porque mi marido
126
añoraba esto. Él es de Canals [Córdoba] y se sentía ahogado en el
departamento [ciudad de Buenos Aires]" (Nora, Estafeta Playa
Chapadmalal, Chapadmalal).
"Yo pienso que la naturaleza influye mucho, como soy de Misiones,
me crié así allá, y cambio toda la ciudad por vivir así" (Rodolfo, La Glo-
ria de la Peregrina).
En muchas entrevistas los sujetos parecen haber dejado en el olvido la ne-
cesidad de una vivienda como elemento propulsor de la movilidad. Como se vio
en estudios previos (Ares 2008, 2009), muchas veces la vivienda propia aparece
como un estímulo de la movilidad residencial, contribuyendo al proceso de
metropolización. En el Partido de General Pueyrredón se vislumbra un panorama
que ofrece cada vez mayores contrastes en los valores del mercado inmobiliario
entre la ciudad de Mar del Plata, sus barrios periféricos y el resto de los poblados.
De este modo, a fin de hacer realidad el sueño de la casa propia es cada vez
mayor la densidad de edificaciones y población en el área periférica de la ciudad
de Mar del Plata o en pequeñas localidades como las que ocupan este trabajo.
4.1. Identificación de contraste
Una idea presente en los sujetos entrevistados es la identificación de con-
trastes entre lugares, lo cual nos permite pensar en cómo se refuerza la noción de
naturaleza expuesta, en oposición con ciertos aspectos poco saludables de la
vida citadina.
"Al principio no me gustaba, pero ahora voy a Mar del Plata y des-
pués de dos horas me duele la cabeza" (Graciela, Los Zorzales).
"No me gusta la Capital, ya no se puede estar. Luego de ver que
roban o un tiroteo, buscás un lugar más tranquilo" (Juan Pablo, Arroyo
Chapadmalal, Chapadmalal).
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"Mis hermanas viven en Buenos Aires. Pero tengo los animales y no
me puedo ir, ¿a qué vas a ir allá que la gente está enloquecida? Acá
trabajo por mi cuenta. Esta casa me la hice yo. En el verano se pone
lindo acá, viene mucha gente, ya están alquilando" (Julio, El
Marquesado).
Esta situación nos podría llevar a imaginar que en los sujetos se esconde el
afán de mantener cada lugar tal como está, de preservarlo en estado natural. No
obstante, una segunda lectura pone al descubierto demandas, que de satisfacer-
se, tenderían a reducir las diferencias entre las localidades menores y la ciudad.
Es decir, el vivir en la naturaleza pareciera limitarse, en ocasiones, tan solo a la
tranquilidad, los espacios verdes y arbolados o la presencia de unidades de pro-
ducción agropecuaria. Pero, al mismo tiempo que se revalorizan ciertos elemen-
tos del paisaje, y otros referidos a los lazos sociales y a la seguridad, se generan
peticiones que involucran el tendido de servicios públicos, el arreglo o pavimentación
de calles y el incremento de la frecuencia del transporte público. De algún modo,
las personas expresan la añoranza por ciertas comodidades citadinas y recupe-
rarlas sería una forma de alcanzar la noción de paraíso.
"Es distinto, allá [Villa Gesell] disponía de cosas que acá no tengo y
acá no tengo tanta libertad, tengo que estar acá [cuidando las caba-
ñas]. Te jode porque es como que retrocedés un poco, hay cosas bue-
nas y cosas malas. ¿...? y allá tenía computadora, cable, teléfono, gas,
acá no tenés nada. ¿Sabés cuánto tardaron en instalar el teléfono...?"
(Federico, Estafeta Playa Chapadmalal, Chapadmalal).
A partir de las interacciones sociales, y con el reconocimiento de diferencias
y contrastes entre el lugar de residencia anterior y el actual, se elabora un noso-
tros que confronta con otros territorios, grupos y personas, diferentes en aspectos
como la seguridad, el consumo, el entorno, las modas y formas de relacionarse
socialmente.
128
El nosotros se manifiesta con claridad a partir de las palabras elegidas por
los entrevistados. Los términos que aparecen en sus discursos ponen en juego,
por ejemplo, un acá siempre enfrentado a un allá. Así, se van marcando las dife-
rencias entre los lugares, las formas de vivir en cada uno y las disparidades en los
comportamientos.
En esta pugna los sujetos se expresan, de forma dominante, a favor de los
pequeños poblados y rescatan sus particularidades positivas, por ejemplo desta-
cando "acá nos ayudamos", "en Mar del Plata era todo consumo, vivía pendiente
de la moda", "si alguno me necesita salgo corriendo", entre otras frases que nos
ayudan a visualizar un cuadro de fuertes tensiones socio-territoriales.
[con los vecinos no tengo] "más que "buen día" "buenas tardes" "¿qué
tal como te va?", por supuesto que si tienen algún problema, si tengo
que salir corriendo a poner una inyección o a tomarles la presión voy a
estar siempre, cualquiera que me necesite voy a estar siempre porque
me gusta hacerlo pero si no, no,... no soy de visitar..." (Susana, El
Marquesado).
"Me gusta, el clima es cálido, es tranquilo, en Buenos Aires te roban,
yo acá dejo la puerta abierta, entre los vecinos nos cuidamos. Dejé San
Justo por los robos, por cuestiones familiares, acá estoy más tranqui-
lo…" (Fernando, El Marquesado).
También surgen voces que ponen el acento entre ahora y antes (el pasado),
resaltando que la experiencia de vivir en una pequeña localidad es indudablemen-
te positiva y que se ha construido un lazo territorial.
"Nos gusta la playa, los médanos, la zona, la tranquilidad y estába-
mos cansados de los robos que sufríamos en Mar del Plata" (Victoria,
Santa Isabel, Chapadmalal).
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
"Ahora sí [le gusta vivir acá]. No me arrepiento de haber criado a mis
hijos acá, fue lo mejor que hice" (Susana, El Marquesado).
Podemos indicar que las ideas transmitidas por los sujetos evidencian una
idea de naturaleza (Ver Cuadro 3) muy cercana a lo que estiman rural, a su idea
de campo como espacio antagónico a lo urbano y, en especial, a las ciudades
donde residían anteriormente y cuyas vivencias tienen variados tintes negativos.
Mediante el análisis cualitativo observamos que en la noción de naturaleza
pueden reconocerse tres niveles, en acuerdo con la relevancia otorgada a las
distintas cualidades socio-territoriales y a las vinculaciones existentes entre ellas.
Distinguimos así un primer conjunto de peculiaridades que hemos denominado
"de Definición" porque son las que califican o delimitan el concepto de naturaleza
que exponen los sujetos. Dentro de estas cualidades son notables la tranquilidad,
la seguridad, la presencia de lazos sociales fuertes y de acciones solidarias.
En el nivel "de Soporte" vemos que la naturaleza se define sobre la base de
la existencia de espacios verdes (praderas, bosques, serranías, campos cultiva-
dos) o playas. En cualquier caso siempre calificados como agrestes o solitarios.
Al tercer nivel lo hemos llamado "de Contexto" e incluye cuestiones que no
hacen necesariamente a la definición de la naturaleza, pero que le dan mayor
vigor a las particularidades positivas que han contribuido a mejorar la vida de los
residentes. Algunos de los componentes son, incremento en la calidad de vida,
beneficios para la salud, acceso a un empleo o a una vivienda en propiedad.
Estas consideraciones nos ponen frente a una idea de naturaleza que expo-
ne rasgos de territorio construido socialmente o segunda naturaleza. Es decir, un
territorio donde es posible observar un notorio cruce entre dimensiones materia-
les e ideales; entre economía, cultura y relaciones de poder.
En la elaboración del discurso sobre la naturaleza y en las formas de califi-
carla no todos los componentes presentan la misma relevancia. Encontramos así,
en primer término, la tranquilidad, en tanto es el elemento más difundido a la
hora de describir los espacios rurales del distrito. Para los entrevistados, la tran-
130
quilidad está asociada con la seguridad y con la solidaridad. En segunda instancia
aparece la seguridad, como características que suele vincularse con la forma de
vivir en estos poblados y que aparece ligada a su contrapuesto típico urbano: la
inseguridad. Finalmente, la solidaridad y la presencia de lazos sociales fuer-
tes son singularidades que se vislumbran en las referencias al trato con los veci-
nos, la ayuda desinteresada, los intercambios realizados por fuera de los circuitos
mercantiles. Se nota que la fortaleza de los lazos sociales es un atributo que
alimenta de manera positiva las sensaciones de tranquilidad y seguridad.
En relación con las descripciones y observaciones registradas se pone de
manifiesto que los espacios verdes o cercanos al mar son los ámbitos de lo agres-
te, de lo solitario, del aire puro. Para algunos, estos poblados remiten a los espa-
cios de crianza, a vidas que en ocasiones han sido duras, pero que se recuerdan
como plenas de momentos felices. Otros componentes de la naturaleza también
se oponen a lo urbano, por ejemplo: la posibilidad de consumir menos y tener una
vida más sencilla, obtener beneficios para la salud, la libertad, la pureza y la baja
densidad de población.
Cuadro 3. Aspectos que construyen las representaciones sobre la naturaleza
Fuente: elaboración personal sobre datos obtenidos en 2007-2008
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5. Consideraciones finales
En la labor de identificar motivaciones para la movilidad territorial hacia ám-
bitos de ruralidad vimos como entran en juego diversos aspectos donde se desta-
ca, sin duda, el deseo de procurar otro modo de vida, expresión que aparece en
los discursos de casi todos los sujetos relevados, quienes en su mayoría ansían el
acercamiento y la armonía con la naturaleza.
Además, los sujetos muestran el papel que desempeñan los lugares del pa-
sado, cuyas imágenes se traen al presente y contribuyen a la idealización del
lugar. Los habitantes de los poblados estudiados le dan gran protagonismo al
panorama adverso que ofrecen las ciudades y en estas circunstancias, los ele-
mentos negativos incentivarían la búsqueda de alternativas residenciales con el
fin de evitar la inseguridad y la violencia, el ritmo de vida acelerado, las dificultades
habitacionales, entre otros elementos que conspirarían contra el bienestar.
Se destaca que en los motivos de movilidad esgrimidos por los entrevista-
dos/as, la idea de naturaleza y su búsqueda, se manifiesta de distantes formas y
los sujetos dejan ver la asociación directa entre lo rural y lo natural, caracterizándolo
de acuerdo con el conocimiento socio-territorial que tienen de los lugares donde
residen y donde han residido con anterioridad. Podemos ver que la idea de natu-
raleza se organiza en tres niveles:
1. De definición: tranquilidad, seguridad, lazos sociales fuertes, solidaridad.
2. De soporte: espacios verdes o cercanos al mar, campo, espacios agrestes,
solitarios.
3. Contextuales: ciclo de vida, obtención de trabajo, mejoras en la salud, acceso
a la propiedad de la vivienda.
Las motivaciones expuestas y la posibilidad de identificar los tres niveles
mencionados son esenciales para destacar que hemos podido advertir como el
concepto de lugar se muestra en cada narrativa espacial. Más allá de las
individualidades, los espacios vividos exhiben intersecciones entre ellos, contribu-
yendo a la caracterización de los territorios.
132
Así, a las dimensiones político-económicas y culturales que delimitan un territorio
determinado, le sumamos los aspectos subjetivos expresados por los sujetos
residentes, lo cual genera un aporte novedoso para la comprensión de los espacios
rurales, algunos de los cuales han dejado de ser calificados como meros
productores de materias primas, para ver ampliado su espectro de especificidades
y ser reconocidos como espacios revalorizados por otro tipo de usos, tales como
segundas residencias, turismo, ocio y/o recreación.
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133
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
CARACTERIZACIÓN DEL PERIURBANO ENPAÍSES CENTRALES Y PERIFÉRICOS A TRAVÉS DE
CUATRO AUTORESBREVE RECOPILACIÓN Y ANÁLISIS BIBLIOGRÁFICO
GRACIELA PUEBLA - [email protected]
Instituto Superior de Formación Docente “Dr. Carlos M. Carena” - Provincia de Córdoba
Res
um
en
La Revolución Industrial marca el inicio de un proceso caracterizado por la
complejidad y la multicausalidad: la urbanización. Este proceso se extiende por
todo el mundo occidental y continúa sin pausa hasta nuestros días, extendiéndose
desde mediados del siglo XX a escala mundial. El incremento del tamaño de las
grandes ciudades ha dado lugar al surgimiento de espacios situados en sus periferias
que son difíciles de delimitar y definir, caracterizados por una integración de lo urbano
con lo rural y por la heterogeneidad y conflictividad social. Este trabajo surge de la
dificultad de encontrar información precisa acerca de los mismos, dado que sus
características de indefinición e imprecisión en sus límites y en la denominación los
tornan poco accesibles, bibliográficamente, en forma directa. Se procedió por lo
tanto a la búsqueda de autores que trataran el tema y al hallarlos se consideró
pertinente agruparlos según abordaran países centrales o periféricos. El objetivo
de esta comunicación se orienta hacia una recopilación y análisis de textos plasmando
una reflexión en un texto breve que pudiera servir como primer acercamiento al
tema para quienes se encuentran interesados en esta temática.
Palabras clave: Integración urbano-rural - Heterogeneidad - Conflictividad
Ab
stra
ct The Industrial Revolution marks the beginning of a process characterized by
complexity and multiple causes: urbanization. This process extends throughout the
western world and continues unabated to this day, extending from mid-twentieth century
worldwide. The increase in the size of large cities has given rise to spaces in their
136
Introducción
Desde muy temprano en la historia de la Humanidad las sociedades se han
concentrado en lugares a los que dotaron de infraestructuras necesarias para la
reproducción de la vida comunitaria: las ciudades. Podemos encontrar ejemplos
de estas culturas urbanísticas primitivas en todos los continentes (Cultura Sumeria
en la Mesopotamia asiática, Cultura Egipcia en el valle del Nilo, Cultura Maya en la
península de Yucatán, etc). Este proceso de urbanización temprana continúa de-
sarrollándose en el tiempo y en el espacio mundial pero se intensifica de manera
notable a partir del surgimiento del modo de producción capitalista, con cuya evo-
lución y expansión permanecerá asociado hasta nuestros días.
surroundings that are difficult to identify and define, characterized by integration of
the urban and the rural and the heterogeneity and social conflict. This work arises
from the difficulty of finding accurate information about them, since their characteristics
vagueness and imprecision in the term limits and the recently become available,
libraries, directly. It therefore proceeded to search for authors to try and find them
the issue was considered appropriate to group them according addressing central or
peripheral countries. The aim of this paper is focused on a compilation and analysis
of texts shaping a reflection in a short text that could serve as a first approach for
those who are interested in this area.
Keywords: Urban-rural integration - heterogeneity - conflict.
Graciela Puebla I Caracterización del periurbano... - pp. 135-155
137
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
Cuadro 1. Ciclos del capitalismo y centros urbanos asociados1
El cuadro precedente nos muestra que cada etapa del capitalismo ha tenido
un centro urbano desde el cual se expandió, pero si analizamos las cifras estima-
das de población y urbanización mundial podremos apreciar que es el adveni-
miento de la Revolución Industrial (que se corresponde con la segunda fase del
capitalismo) el que acelera la tendencia a escala planetaria.
Cuadro 2. Evolución y distribución de la población mundial2
Relacionando ambos cuadros podemos establecer una primera asociación
entre industrialización-explosión demográfica-urbanización. Con la industrializa-
ción las ciudades se convierten en el lugar de concentración de la infraestructura
que demanda la nueva actividad y hacia ellas migran enormes contingentes de
personas: la mano de obra necesaria para mover la industria. Tenemos así la
cuarta variable: las migraciones, es decir que si deseamos comprender los cam-
1 Elaboración propia en base a Méndez (1997:110).2 (Ministerio de Educación 1994).
Etapa Años Centro
Capitalismo Mercantil 1500-1800 Norte de Italia (Venecia) Países Bajos (Amsterdam)
Capitalismo Industrial 1800-1900 Gran Bretaña (Londres) Capitalismo Monopolista 1900-1975 Estados Unidos (Nueva York)
Capitalismo Global 1975 → Tríada (Nueva York, Londres, Tokio)
Población 1800 1900 1950 1975 2000 Total mundial (en millones) 900 1.600 2.500 4.000 6.000 Población rural 95% 86% 70% 58% 25% Población en ciudades de hasta 100.000 hab 3% 6% 18% 25% 55%
Población en ciudades de más de 100.000 hab. 2% 8% 12% 17% 20%
138
bios significativos que se han producido en el espacio y las sociedades mundiales
en los últimos 200 años debemos analizar la articulación que se da entre proce-
sos de industrialización-migración-explosión demográfica-urbanización.
Hacia 1800 comienza, en los países de Europa Occidental, el crecimiento de
la población urbana directamente asociado con procesos de migraciones, que en
un principio son sólo internas, procedentes del ámbito rural circundante. En los
países periféricos el proceso es posterior y se desarrolla con velocidades superio-
res a las registradas en países centrales. Mientras en países centrales el creci-
miento de la población urbana es sostenido y gradual en los últimos 50 años y la
tendencia para los próximos 20 años se mantiene, en países periféricos los tota-
les de habitantes de áreas urbanas se han disparado y continuarán haciéndolo en
el presente siglo. Los países periféricos pasaron, en menos de medio siglo, de
tener un número menor de ciudades millonarias que los países centrales a dupli-
carlos y más y también, en el mismo lapso, la población de esas ciudades creció
a un ritmo que podríamos calificar de explosivo. Este incremento de la urbaniza-
ción se da en dos sentidos: aumenta el número de ciudades y la superficie ocupa-
da por las mismas; además se ve reforzado y acelerado con el desarrollo de los
medios masivos de transporte que trae consigo la Segunda Revolución Industrial,
que disocia los lugares de trabajo y de residencia dando lugar al proceso de
suburbanización. Este proceso, que aparece como meramente cuantitativo, es
sin lugar a dudas esencialmente cualitativo.3 La ciudad se constituye en un espa-
cio complejo4 en el que interactúan distintas variables y actores sociales.
A medida que los espacios urbanos crecen, especialmente en el último cuar-
to del siglo XX, avanzan sobre el espacio rural circundante y se hace difícil esta-
blecer los límites de ambos. "Si en épocas pasadas, anteriores a la Revolución
Industrial, la distinción entre lo rural y lo urbano, entre el campo y la ciudad era,
3 Haggett, Peter (1994:341-346) lo analiza en base a “factores de presión” (todos aquéllos quellevan a la población a alejarse del campo) y a “factores de atracción” (los que se constituyenen motivos para ir hacia la ciudad).
4 El “mosaico urbano” de Zárate Martín (1996,Capítulo 5), la “realidad multiforme” de Capel(1975,a).
Graciela Puebla I Caracterización del periurbano... - pp. 135-155
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
probablemente, neta e indiscutible, dicha distinción parece hoy mucho menos cla-
ra" (Capel 1975:10)
Hoy resulta anacrónico hablar de campo y ciudad como absolutamente opues-
tos; la mayoría de los geógrafos trata de manera especial el proceso de urbaniza-
ción de los espacios rurales. En la medida en que la urbanización avanza sobre el
ámbito rural, origina conceptos nuevos que dan cuenta de una nueva forma de
ocupar-organizar el espacio: suburbano, conurbano, periurbano. Términos sobre
los cuales no hay consensos unánimes respecto a sus alcances, incluso algunos
autores los usan de manera indistinta, como sinónimos en ciertos casos.5 Sin
embargo hay acuerdos en el momento de establecer que estas nuevas configura-
ciones espaciales surgen no sólo por el avance de la urbanización sino también
por la forma en que se conjugan dos variables: los usos del suelo y el precio de la
tierra, que serán las que permearán todo el proceso de constitución de estos
nuevos espacios. Espacios que tal vez no sean tan nuevos (en definitiva hasta las
ciudades medievales tenían sus “bordes”) pero sí lo son los procesos sociales
que en ellos se desarrollan, especialmente desde la irrupción del capitalismo
globalizador.
Estos nuevos espacios que expresan la interfase rural-urbano, que de ma-
nera general llamaremos el periurbano han atraído últimamente la mirada y el
trabajo de urbanistas, sociólogos y geógrafos por la complejidad y riqueza de
procesos que en ellos se manifiestan.
Revalorizado por las capas sociales de mayor poder adquisitivo por la oferta
de espacios verdes y libres de contaminación en algunos casos, degradado por el
olvido de la gestión oficial en otros, el periurbano aparece hoy como el lugar don-
de cristalizan los procesos que instaló el capitalismo global: fragmentación social,
segmentación espacial, ausencia de políticas públicas y avance del mercado in-
mobiliario.
El presente trabajo intentará analizar de manera general las características
5 (Zamorano 1992), (Zárate Martín 1996).
140
del periurbano siguiendo las teorizaciones de cuatro autores de habla hispana,
para arribar a algunas conclusiones personales.
Conceptualizaciones y diferenciaciones básicas
Dado que las formas de apropiación/organización del espacio están fuerte-
mente marcadas por el tipo de F.E.S.6 de que se trate, se considera apropiado
establecer diferencias entre autores que remitan a espacios desarrollados y aque-
llos que analicen espacios subdesarrollados.
Entre los primeros se consultó a dos autores españoles: Horacio Capel (1975
y 1991) y Antonio Zárate Martín (1996) y entre los segundos a dos argentinos:
Horacio Bozzano (2000) y Alfredo Garay (2001) los que realizan trabajos de inves-
tigación sobre un espacio concreto: la Región Metropolitana de Buenos Aires. De
manera adicional se toman conceptualizaciones y/o citas textuales de otros auto-
res, que aparecen en pie de página.
El periurbano en espacios urbanos de sociedades desarrolladas
Horacio Capel (1991:22) da una definición de periurbano desde la etimología
del término: “es el contorno de un círculo, por extensión el contorno de la ciudad”.
Realiza una cronología de la urbanización reciente en España (que podría exten-
derse a otros países centrales que han pasado por los mismos ciclos del capitalis-
mo con los que está relacionada la periodización), distinguiendo tres fases:
1960-1970: expansión urbana
1975-1985: detención del crecimiento
1985 en adelante: reactivación de la periferia
El autor relaciona estas fases con las migraciones y los comportamientos
demográficos dentro de un contexto general de crecimiento económico hasta el
6 Formación Económico-Social: “designa la unidad, que se configura bajo forma de una totalidad,de las distintas esferas: económica, social, política y cultural de la vida de una sociedad.” (DiTella 2001:287).
Graciela Puebla I Caracterización del periurbano... - pp. 135-155
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
advenimiento de la globalización, en que el crecimiento se detiene.
En la primera fase la expansión urbana está marcada por la planificación,
con la construcción de grandes conjuntos habitacionales (en alguna medida po-
dríamos relacionarlo con las Políticas de Construcción de Viviendas Llave en Mano
que se dieron en Argentina en esa época, con la salvedad de que en España el
objetivo no era erradicar asentamientos irregulares sino proveer de viviendas a la
clase trabajadora). A este período de prosperidad le sigue una década de estan-
camiento, en la cual se desarticulan los grandes emprendimientos urbanísticos y
las acciones están dirigidas a mantener y renovar lo edificado existente.
Cuando España se recupera económicamente la construcción se reactiva y
la mirada de los arquitectos se vuelve hacia la periferia de las grandes ciudades
dado que el C.B.D.7 se encuentra muy deteriorado y presenta problemas muy
complejos de resolver (desde lo irrecuperable de muchas construcciones hasta
poblaciones envejecidas y empobrecidas que se resisten a los cambios). Esa
periferia, que articula lo urbano con lo rural, constituye la “ciudad difusa”, la “ciu-
dad región”, el espacio donde entran en contacto todos los elementos inherentes
a lo estrictamente urbano con lo netamente rural. Se trata por lo tanto de un espa-
cio sumamente complejo y extenso pero que presenta las ventajas de estar par-
cialmente “vacío” y por consiguiente de ser “flexible” a las intervenciones huma-
nas.
El autor polemiza con la idea de que el periurbano sea el espacio de la
indeterminación, como parecen sostener los arquitectos. Por el contrario, él con-
sidera que existen determinaciones ambientales que deben ser tenidas en cuenta
y respetadas al momento de intervenir urbanísticamente. Desarrolla dos nociones
en relación a las intervenciones urbanísticas en la periferia:
- El periurbano es una de las zonas más críticas del planeta. Hace esta afirma-
ción considerando las enormes presiones a que ha estado sometido el suelo
tras prolongados períodos de ocupación humana, que han dado como resulta-
7 Central Bussines District o Distrito Central de Negocios.
142
do heterogeneidades y mezclas en los usos del mismo, visibles hasta hoy.
- Por tratarse de un espacio complejo las intervenciones a que se lo someta
generarán conflictos de intereses difíciles de resolver. Esos conflictos están
relacionados con el valor de la tierra, la especulación inmobiliaria, la rezonifica-
ción y revalorización, etc.
Sintetizando ambas nociones establece la fragilidad y la vulnerabilidad del
espacio periurbano frente a las problemáticas que presenta en la actualidad, con-
secuencia de los usos abusivos por parte de la sociedad: contaminación de man-
tos freáticos y de aguas superficiales, instalación de basurales, deforestación,
aplanamientos de suelos, etc.; pero para Capel la forma más dramática de inter-
vención social es la eliminación de suelo agrícola, ya considerada irreparable.
Ante el avance ineluctable de la sociedad sobre estos espacios, considera im-
prescindible actuar de manera integrada, multidisciplinaria para evitar más trans-
formaciones irreversibles, aunque reconoce que tanto arquitectos como urbanistas
están atados a las coyunturas económicas, que determinan sus praxis.
Este autor hace también una diferenciación entre las características sociales
de la periferia en países anglosajones y países latinos. En los países anglosajones
la periferia ha sido tradicionalmente el lugar de residencia elegido por las clases
acomodadas, que le han dado una fisonomía particular: casas grandes con jardi-
nes y parques, calles arboladas, barrios homogéneos y tranquilos. Hay una plani-
ficación del espacio que se observa a simple vista. Los países de origen latino por
el contrario presentan áreas periféricas donde los usos del suelo se superponen e
imbrican de una manera a veces caótica (en relación directa con el grado de
desarrollo que presente el país), lo cual genera a su vez problemáticas sociales
fuertes. No se observa entonces planificación en la ocupación del espacio y pue-
den registrarse proximidades conflictivas: barrios de clases altas colindantes con
barrios obreros, zonas residenciales de rentas elevadas en las cercanías de plan-
tas industriales de actividades contaminantes, etc.8
8 Este tipo de ocupación de la periferia se relaciona con dos modelos de ciudad distintos quederivan a su vez en nociones diferentes de cuestiones sociológicas como los modelos de
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Antonio Zárate Martín (1996:142) sostiene que “la franja periurbana tiene
límites imprecisos, es el lugar donde se mezclan los usos del suelo y las formas
de vida del campo y la ciudad y en ella se producen los cambios morfológicos,
funcionales y de población más rápidos y profundos de todo el espacio urbano”
Para este autor el origen del periurbano debe situarse en el siglo XIX, rela-
cionado con los procesos de suburbanización que caracterizaron a las ciudades
anglosajonas de esa época, vinculados a su vez con los medios de transporte
masivos. Este proceso se consolida con la intervención estatal en la construcción
de viviendas y el acceso fácil al crédito hipotecario en la segunda posguerra y se
completa, alrededor de la década del ’60, con el surgimiento de la ciudad disper-
sa. Los procesos que acompañan este último período están marcados por la des-
centralización de las actividades productivas, las deseconomías de escala de los
espacios centrales y la difusión entre la población de comportamientos rururbanos.
Este autor hace hincapié en la existencia de suelos de uso rural dentro del
periurbano y establece una zonificación:
- Suburbios. Son núcleos de población próximos a la ciudad, que pueden o no
pertenecer al mismo Municipio. Analiza índices y modelos elaborados por dis-
tintos autores (Jones, 1963; Murphy, 1974, Sinclair, 1967) y distingue satélites
de suburbios propiamente dichos, aunque establece que ambos son afecta-
dos por la dinámica propia de estos espacios. La instalación o desaparición de
una industria o centro comercial puede provocar cambios en los mismos.
- Pequeñas urbanizaciones o agrupaciones de casas en torno a factorías. Son
ciudadanía y las distinciones entre lo público y lo privado. En el modelo anglosajón la ciudad esel lugar del intercambio comercial, las clases altas viven en los suburbios (ciudades dormitorios).Se borran los límites entre lo público y lo privado y la seguridad depende de la persona. En elmodelo latino o mediterráneo la ciudad es el lugar de la integración social, lo público y loprivado están bien delimitados y la seguridad depende del Estado. Si comparamos ambosmodelos podríamos hablar entonces de segmentación social y fragmentación espacial frente aintegración social y espacial. Es importante aclarar que estas cuestiones están hoy sujetas amodif icaciones sustanciales relacionadas con los procesos de globalización económica ymundialización cultural. (elaboración personal en base a apuntes de Cultura Contemporánea,cátedra del Prof. Enrique Valiente, Universidad Nacional de Tres de Febrero, 2004).
144
el resultado de nuevas localizaciones industriales en base a la utilización de
tecnologías de avanzada y a la existencia de vías rápidas de comunicación. Se
localizan en medio de suelos de uso netamente rural.
- Proliferación de urbanizaciones de viviendas unifamiliares y bloques multifami-
liares. Responden al deseo de volver al contacto con la Naturaleza. General-
mente son urbanizaciones privadas con grandes espacios verdes comunita-
rios. Provocan una homogeneización del paisaje residencial y adoptan la for-
ma de pueblos nuevos
- Suelo ocupado por otros usos urbanos. Es el espacio ocupado por infraestruc-
turas: carreteras, plantas depuradoras de aguas, etc.
Para Zárate Martín la principal característica del periurbano es que constitu-
ye un espacio social cada vez más heterogéneo. Esta afirmación la realiza luego
de analizar la forma en que los modos de vida urbanos han invadido los espacios
rurales (con campesinos que se emplean en actividades industriales o de servi-
cios y también con trabajadores urbanos que se radican en la franja periurbana);
las modificaciones demográficas que han introducido las familias de instalación
reciente (en general familias jóvenes con un número de hijos mayor al de las
familias del centro histórico); la diversidad social producto de la coexistencia de
clases acomodadas y trabajadoras; la intensidad de los flujos de personas desde
y hacia “el centro”; las relaciones más personalizadas, “de vecindad”, entre los
habitantes; la permanencia de modos de vida urbanos, básicamente los relacio-
nados con el consumo, que se realiza, en todos los rubros, en la ciudad. El habi-
tante del periurbano “sólo consume espacio y naturaleza del medio rural” (Zárate
Martín 1996:142)
El crecimiento del periurbano se debe, según este autor, a la sucesiva y
progresiva anexión de núcleos urbanos menores que la ciudad central, ubicados
en el entorno de ésta. Ese crecimiento responde a tres modelos: discontinuo,
radial y a saltos, relacionados a su vez con los modelos de von Thünen y Christaller.9
9 El modelo de von Thünen (El estado aislado) se aplica a espacios rurales y el de Christaller(Teoría de los lugares centrales) a espacios urbanos.
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Los tres provocan un “aprovechamiento rápido y discontinuo del suelo con fines
urbanos” (Zárate Martín 1996:212) y están relacionados con la especulación de
agentes inmobiliarios, que pugnan por obtener las mayores rentas del suelo urba-
no. Estas operaciones inmobiliarias procuran urbanizar los espacios alejados del
centro para luego revalorizar los intermedios, logrando incluso el trazado de lí-
neas de transporte público que aumenten el precio del suelo para poder así obte-
ner mayores ganancias. Este proceso da lugar a un nuevo tejido urbano, flexible y
disperso: el periurbano.
El periurbano en sociedades subdesarrolladas
Horacio Bozzano (2000, cap IV) presenta una serie de consideraciones teó-
ricas antes de abordar cuestiones específicas de la Región Metropolitana de Bue-
nos Aires (R.M.B.A.). Se refiere al periurbano en términos de territorios de borde,
estableciendo desde el comienzo la imprecisión en la definición de los mismos y la
multiplicidad de denominaciones con que se los identifica al encarar su estudio,
pero indicando claramente que “se diferencian de los territorios urbanos y rurales
propiamente dichos” (Bozzano 2000:81).
A pesar de estas salvedades da una primera definición: “son aquellos ámbi-
tos donde los efectos de aglomeración urbana se reducen o son menos eviden-
tes, particularidad que no implica necesariamente la disminución gradual en la
intensidad de ocupación residencial.” (Bozzano 2000:85)
En la normativa vigente aparecen como “áreas complementarias”, “zonas de
usos específicos” y “zonas de reserva para ensanche urbano”; en la realidad son
espacios (difíciles de incluir en las zonificaciones de uso actual) donde lo rural y lo
urbano se relacionan de una manera estrecha, espacios particulares donde la
ciudad y el campo entran en contacto. Resulta por lo tanto dificultosa no sólo la
definición sino también la inclusión de estos espacios en la categoría de urbanos
o rurales. Se pregunta si es la localización la que define al periurbano o los proce-
sos que se producen en él. Articula así dos criterios para la definición.
El criterio espacial establece denominaciones según el patrón de localización.
146
Los intersticios urbanos son bordes internos y los espacios periurbanos son
bordes externos.
El criterio procesual se establece en base a diferentes lógicas de ocupación y
transformación del territorio, estos procesos no deben confundirse con la
densificación y la consolidación que se da en localidades, barrios y corredores
urbanos. Tenemos así ámbitos urbanos y residenciales, ámbitos de produccio-
nes intensivas y predios con grandes equipamientos y/o industrias
En los ámbitos urbanos y residenciales el proceso de expansión se debe a
cuestiones sociales y ambientales en los intersticios y a cuestiones económicas y
sociales en los espacios periurbanos, pero siempre está motivado por la necesi-
dad que manifiestan los grupos más vulnerables de la sociedad de conseguir un
lugar en la ciudad. Las características que presentan estos espacios están rela-
cionadas con grandes parcelas de tierra que son adquiridas por los agentes inmo-
biliarios para subdividir y ofrecer a la venta lotes urbanos: son terrenos de valores
accesibles para los sectores de bajos ingresos.
La creciente tendencia de las clases medias-altas de buscar lotes más am-
plios para vivienda permanente o temporaria, para disfrutar de una vida en con-
tacto con la Naturaleza (reforzada por vías de comunicaciones rápidas) determina
que los agentes inmobiliarios subdividan las parcelas originales en unidades ma-
yores a los lotes urbanos, que se ofrecen a ese segmento de demandas forestadas
y parquizadas. Tenemos entonces grupos sociales heterogéneos en espacios ve-
cinos, lo que ha dado lugar a fenómenos recientes de segregación socio-espacial
bajo la forma de clubes de campo, barrios cerrados, country clubes, etc. que con-
figuran procesos sociales complejos
Los ámbitos de producciones intensivas abarcan espacios destinados a las
producciones primario intensivas, especialmente horticultura y floricultura pero
también actividades extractivas, apícolas, de granja, etc. y áreas “verdes” para
recreación. A diferencia de los ámbitos anteriores, aquí el suelo no sólo es objeto
de uso sino también de explotación, la que en algunos casos implica la elimina-
ción del mismo, tal el caso de las tosqueras y las cavas. En las mismas “prevalece
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una lógica económica sobre cualquier tipo de pauta de preservación del ambien-
te”, a lo que deberíamos agregar que no hay controles oficiales para detener este
proceso. El autor se detiene a analizar que la noción de “cinturón verde” en torno
a la gran ciudad existe sólo en el imaginario de la sociedad, dado que los espacios
destinados a las actividades flori-hortícolas no son una continuidad sino que apa-
recen fragmentados por tejido urbano o localizaciones industriales.
Los predios con grandes equipamientos e industrias se caracterizan por es-
pacios de grandes dimensiones que albergan estructuras que se localizaron allí
en otro momento histórico y “dimensional” de la ciudad. Por decisiones políticas
(equipamientos) o económicas (industrias) esos emplazamientos se efectuaron
en lo que en su momento era la periferia pero la expansión de la mancha urbana
determinó que hoy sean intersticios que funcionan como territorios de bordes por
lo que significan como barreras para la sociedad. Respecto a las industrias, en
muchos casos esos grandes predios se han revalorizado tanto que su venta para
loteo significa para las empresas propietarias la posibilidad de tecnificarse y
reinstalarse en la periferia.
Para Bozzano el origen del proceso de periurbanización está relacionado
con tres tendencias que articulan los criterios que utiliza para la definición. Ellas
son:
- La expansión de una mancha urbana donde el suelo tiene uso residencial,
industrial y de servicios
- Cambios en la centralidad que determinaron la rejerarquización local de pe-
queños pueblos
- Transformaciones sufridas por espacios rurales extensivos o inactivos que se
destinan a agricultura intensiva
Todo lo analizado permite afirmar que las características comunes a los terri-
torios de borde son:
- Heterogeneidad social y funcional
- Valorización de la tierra
148
- Localidades transformadas en sub-centros
- Migraciones diarias y estacionales
- Procesos de flujos de energía
- Ser áreas que escapan a las normativas vigentes y al ordenamiento territorial
- El abandono de que son objeto, espacios y grupos sociales que los ocupan,
por parte de las autoridades locales
Alfredo Garay aborda las características del crecimiento de la R.M.B.A. par-
tiendo de la afirmación de que el siglo XX fue el escenario del aumento del núme-
ro y tamaño de las ciudades, lo cual significó también un aumento en la compleji-
dad de procesos socio-espaciales. A partir de la segunda mitad del siglo se hizo
manifiesta la tendencia al crecimiento de los bordes de la ciudad, no ya del centro,
donde se asienta la mayor parte de la población. Esta expansión da lugar a la
formación de los suburbios,10 entonces el origen del periurbano está en la expan-
sión de los bordes de la ciudad. Esta concentración en los suburbios se da en
relación a que allí el valor del suelo lo hace accesible a las capas sociales de
menor poder adquisitivo.
Como se deduce de lo ya expuesto, la expansión de la mancha urbana no es
un proceso originario ni exclusivo de Argentina y tampoco es reciente.11 Sin duda
10 Garay hace aquí una referencia, coincidiendo con Capel, a la caracterización peyorativa quese hace del ámbito suburbano en relación tal vez con la etimología del término sub: debajo, osea “por debajo de lo urbano”, que hace que en el imaginario de la sociedad ése sea unespacio degradado, incompleto. También establece diferencias entre la realidad de los paíseslatinos, que responden a esta visión de lo suburbano, con los países anglosajones, donde elsuburbio es el asentamiento de la ciudad-jardín.
11 “En las primeras décadas del siglo XX se produjo en casi todos países latinoamericanos, condistinta intensidad, una explosión demográfica y social cuyos efectos no tardaron en advertirse.Más se tardó en identificar el fenómeno y más todavía en distinguir lo estrictamente demográficode lo social. Hubo, notoriamente, un crecimiento de la población con decidida tendencia asostenerse y acrecentarse. Pero inmediatamente comenzó a producirse un intenso éxodo ruralque trasladaba hacia las ciudades los mayores volúmenes de población, de modo que laexplosión sociodemográfica se trasmutó en una explosión urbana. Con ese rostro se presentóel problema en las décadas que siguieron a la crisis de 1930” (Romero 2001: 322).
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la expansión de la R.M.B.A. es sumamente compleja, abarcando una serie de
procesos que se han integrado en este espacio y que escapan a los objetivos del
presente trabajo. En un primer momento la expansión se relacionó con las líneas
férreas y las rutas, más cercano en el tiempo se produjo por la ocupación de los
espacios intersticiales, pero siempre se caracterizó por la falta de planificación,
por la ausencia de criterios urbanísticos y por el déficit de las infraestructuras
necesarias. Esto es particularmente visible en relación con la vivienda, concreta-
mente con el déficit de la misma, que es histórico. Dado que la mancha urbana
comienza a expandirse en relación directa con la demanda de mano de obra in-
dustrial (cuya contracara son las migraciones internas) es fácil comprender que
los migrantes que llegan del interior son los sectores menos favorecidos de la
sociedad, a los que resulta muy difícil acceder a la vivienda propia. La escasez de
viviendas empieza a constituirse en el problema social y urbano más importante.
Se implementan entonces las Políticas de Primera Generación de Viviendas o
políticas de “llave en mano”, que con fondos públicos y la participación de grandes
empresas construyen grandes conjuntos habitacionales que no son funcionales a
las necesidades de los habitantes, los que no participan en las decisiones, tampo-
co participan en la construcción empresas ni mano de obra local. Ante el fracaso
de estas iniciativas surgen las Políticas de Segunda Generación o Políticas Alter-
nativas, que de todos modos conviven con las anteriores.
Garay hace hincapié en la necesidad de no confundir crecimiento con ex-
pansión y establece tres fases en el crecimiento:
- extensión: es el avance de la mancha urbana
- consolidación: proceso en que las manzanas están bien delimitadas, con po-
blación permanente y equipamiento urbano
- densificación: edificación en altura que permite densidades de población altas
Hasta la década del ’70 la ciudad crece avanzando sobre el espacio rural
vecino. El crecimiento se da bajo dos formas:
- la ciudad autoconstruída: empresas inmobiliarias fraccionaban grandes super-
ficies de tierra, abrían calles, tendían cables de luz y ofrecían financiación a los
150
posibles compradores. Éstos eran trabajadores de escasos recursos que se
dedicaban durante años (a veces toda su vida) a construir su propia vivienda.
Generalmente mediante la acción conjunta conseguían lentamente el
equipamiento urbano para mejorar las condiciones de vida en el barrio (asfalto,
medios de transporte, gas de red, etc.). Ésta fue una época de fuertes lazos
comunitarios y de enormes ganancias para las empresas inmobiliarias.
- la ciudad-jardín: estaba dirigida a los sectores medios y medios-altos, por lo
tanto su desarrollo fue mucho más restringido. Esta forma de crecimiento se
realizaba asegurando la instalación de toda la infraestructura urbana antes de
la construcción de las viviendas y necesitaba de inversores que se hicieran
cargo de los costos iniciales.
Cabe señalar que los sectores de bajos recursos, cuando no podían acceder
a los lotes para autoconstruir su vivienda tenían la posibilidad de recurrir al “mer-
cado del usado”; en la medida que la situación económica empeora y esta posibi-
lidad se aleja cada vez más, comienza la invasión y ocupación de tierras fiscales.
Esto genera situaciones de conflictividad creciente. Esa población será la que
manifieste la necesidad de que los gobiernos12 provean a esos espacios de las
infraestructuras necesarias. El periurbano aparece entonces demandando la in-
tervención oficial para ordenar un espacio donde dominan la complejidad y la
ingobernabilidad.
El autor menciona entes (Fondo de Reparación Histórica del Conurbano) y
normativas (Ley de ordenamiento Territorial y Uso del Suelo de la Provincia de
Bs.As. o Ley 8912) que se sucedieron con los distintos gobiernos para lograr este
cometido. El éxito ha sido dispar, entre otros motivos por los negocios inmobilia-
rios que se generan en torno a extensiones de terrenos baldíos que con el paso
del tiempo ven incrementado su valor. Lo concreto es que la periferia continúa
12 La escala en la que se plantean las demandas ha variado a lo largo del tiempo: desde elgobierno nacional con el auge del Estado benefactor hasta el gobierno local con ladescentralización administrativa.
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expandiéndose desde la década del ‘50.13
A partir de la década del ’80 el proceso de afluencia hacia la R.M.B.A. parece
desacelerarse14 pero todavía su crecimiento absoluto es muy elevado. Se perfila
un nuevo rol de las ciudades en el contexto de la globalización y aparecen nuevos
procesos socio-espaciales en la R.M.B.A, que no permanece ajena a estas ten-
dencias. Cambia la lógica de radicación de las actividades productivas y de servi-
cios, lo que trae consigo una reconfiguración espacial y se revierte la tendencia de
desinversión que afecta a la región de la mano de las privatizaciones en los servi-
cios (aunque es necesario aclarar que la inversión se solventa con aumentos de
tarifas, lo que hace recaer, nuevamente, los costos sobre la población).
Estos procesos se hacen visibles en el periurbano mediante dos “modos de
hacer ciudad”
- grandes obras (con incorporación de tecnologías de punta, que demandan
grandes inversiones)
- obras pequeñas y medianas (viviendas individuales, pequeños emprendimien-
tos)
y también mediante materializaciones de dinámicas económico-sociales suma-
mente complejas:
- segmentación social
- segregación espacial
- tensiones sociales
Conclusiones
En toda la bibliografía consultada sobre el periurbano aparecen de manera
13 “Mientras el número de propietarios suburbanos pasa del 43% en 1947 a 67% en 1960, el radioteórico de la aglomeración crece de 19 km a 26 km respectivamente” (Ludueña 1996: 387).
14 “...entre 1960 y 1970 el crecimiento migratorio y el crecimiento vegetativo tendieron a equilibrarsey entre 1970 y 1980 el crecimiento vegetativo superó en forma notable al aporte inmigratorio”...(Ludueña 1996: 390).
152
recurrente tres tendencias:
- La imprecisión en la denominación,15
- La integración de lo urbano con lo rural
- La heterogeneidad en los usos del suelo y en la composición social
En algunos autores aparecen también imprecisiones en la localización y en
la extensión.16
Confrontando los autores de países desarrollados y subdesarrollados selec-
cionados se puede apreciar que si bien hay diferencias en el grado de organiza-
ción del periurbano, básicamente hay coincidencias en establecer que la superpo-
sición e imbricación de usos del suelo (relacionada con las diferencias entre la
renta agraria y la urbana) es una constante, al igual que la heterogeneidad social,
producto de lo anterior y con importantes consecuencias de conflictividad.
Con la globalización aparecen o se potencian nuevas tendencias en las peri-
ferias de la ciudad17: hay demanda de espacios verdes por parte de las clases de
15 Bozzano (2000.) aporta las siguientes: espacio, franja o ámbito periurbano, rurbano, rururbanoo rural-urbano, interfase ciudad-campo, ecotono urbano-rural, área de reserva, complementariao de ensanche urbano, zona difusa, cinturón de especulación inmobiliaria.
16 Zamorano (1992:42) habla de “...un área de límites indecisos y muy móviles en donde se llevaa cabo la interpenetración de lo urbano y lo rural”.
17 Nuevamente podemos recurrir a la comparación de espacios. Cunill Grau (1995:177) analizandolos cambios en la conformación espacial urbana latinoamericana en los últimos años del sigloXX establece: “Se sucede la discontinuidad de los espacios urbanizados en las cuatro últimasdécadas, donde la creciente utilización del automóvil, el congestionamiento y el deterioro delos cascos centrales estimulan el desplazamiento del hábitat urbano latinoamericano hacia laperiferia de las grandes ciudades. El proceso se refuerza con la creciente aspiración de losestratos altos y medios de viviendas unifamiliares en los suburbios y las modificaciones de lavivienda en las concepciones dominantes de la calidad de la vida. Incluso se registran cambiossofisticados en el uso del espacio suburbano, con procesos de establecimiento en tierrasagrícolas o paisajes silvestres de situación privilegiada, de grupos sociales de altos niveles deingresos, los que constituyen enclaves exclusivos de residencias segregadas por vigilanciaprivada”.
Silva Arancibia (Heck 1993: 177) lo reseña para Santiago de Chile: “Se constituyó así unaperiferia oficial que no es homogénea. Las comunas de altos ingresos (...) se expandierondando origen a un área periférica con viviendas de alto costo. Constituyen hoy en día un grupo
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mayores ingresos, hay relocalizaciones industriales en base a nuevos valores del
suelo urbano, se diseñan nuevas autopistas que fragmentan el espacio, se cons-
truyen urbanizaciones amuralladas generando espacios excluyentes y autoex-
cluidos, hay dotación de equipamiento urbano que sólo se daba en el centro de la
ciudad, la descentralización administrativa pone en manos de los gobiernos muni-
cipales cuestiones que se resolvían en los niveles provinciales y nacional (con el
agravante de falta de presupuesto), la desocupación y la marginalidad empujan
hacia los bordes a grandes masas de ciudadanos que viven en condiciones de
extrema pobreza.18 Ante este panorama no es difícil entender que la gobernabilidad
sea una de las problemáticas que afrontan las clases dirigentes, nacionales, pro-
vinciales y municipales. Éste, el de los niveles jurisdiccionales que se superponen
también constituye un conflicto en el momento de buscar soluciones a problemas
complejos de un espacio complejo. Las tendencias recientes ponen el acento en
la gestión local, dado que el desarrollo local convoca a todos los actores e incor-
pora la dimensión territorial de los conflictos sociales.
que tiende a autoexcluirse (...). Se intenta minimizar la disponibilidad de áreas verdes públicasy se ha ido impulsando así un barrio de individualidades en donde la vida [en] común casi noexiste. Sí es realmente trascendente la situación de la otra periferia: la periferia pobre, muchísimomás grande y habitada por familias de muy escasos recursos. La ciudad se va haciendo sólocon viviendas y con mínimo equipamiento. Casi sin plazas, escuelas ni hospitales, y a unaimportante distancia de los lugares de trabajo, se ha ido configurando una ciudad casi marginal,con una triste homogeneidad: todos son pobres”.
18 “Instaladas en zonas periféricas –excepto alguna situada cerca del puerto–, son poco visiblespara el porteño normal, que puede pasar largos años sin verlas y hasta si acordarse de ellas.Menos aún las ve el turista; y cuando aparecieron cerca de la autopista que conduce al aeropuertointernacional de Ezeiza, se levantó pudorosamente un muro que las ocultara” (Romero 2001:359).
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156
CONSTRUCCIÓN DE UN ÍNDICE DE COMPETITIVIDADTERRITORIAL DE LAS REGIONES CHILENAS INCLUÍDAS
EN EL CORREDOR BIOCEÁNICO NORPATAGÓNICO.
PABLO ANDRÉS FORGIA - [email protected]ón Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT - Chile); CEDER,
Universidad de Los Lagos, Chile
Universidad Nacional del Sur, Argentina
Res
um
en
El aumento de los contrastes entre regiones dentro de un país como consecuencia
del desigual grado de inserción en los circuitos económicos, es una tendencia general
que amenaza a todos los territorios. Ante esta realidad, uno de los desafíos que se
plantea para éstos es el de construir, a partir de los pilares de cooperación y
complementariedad, corredores y ejes de crecimiento orientados a atenuar las
desigualdades regionales y posicionar sus economías de manera más competitiva
en el contexto mundial.
En este marco, el siguiente trabajo propone un análisis comparativo de variables
sociodemográficas, económicas, de infraestructura y ambientales, de las regiones
de Chile que están incluidas en el proyecto del Corredor Bioceánico Norpatagónico,
es decir, la del Bio Bío, La Araucanía y de Los Lagos (en la que se incluye a la actual
Región de Los Ríos, segregada en 2007). Desde el punto de vista metodológico, a
partir de estos indicadores se elabora un índice de competitividad territorial para
determinar las fortalezas y debilidades que cada una presenta; los centros
económicos más dinámicos; y las desigualdades e inconexiones existentes en la
región.
Palabras Clave: integración económica; Corredor Bioceánico Norpatagónico;
competitividad territorial; desigualdades regionales.
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Introducción
El triunfo del capitalismo en el marco de esta nueva etapa de desarrollo que
denominamos globalización1, genera, como se conoce ya desde hace varios años
en el mundo académico nacional y en el extranjero a partir de numerosos estudios
y trabajos de investigación, una revolución no sólo económica sino ideológica,
política, tecnológica y cultural que construye un escenario en el que predomina el
cambio, la complejidad y la incertidumbre. La profundidad y rapidez de las trans-
formaciones que este nuevo proceso impone, se presentan como una amenaza y
1 Lejos de las definiciones metafóricas que abundan, esta visión histórico geográfica planteaque este proceso es “...una nueva configuración espacial de la economía y la sociedad global,bajo las condiciones del nuevo capitalismo informático global” (Dabat, A. 2000, p. 2). En estamisma línea de investigación que entiende a la globalización como una fase de la evoluciónhistórica, se encuentran autores como Gereffi (1995), Petrella (1996), Axford (1995), Dicken(1998) y Moreno (2004), entre otros.
Ab
stra
ct The increase of the resistances between regions as a result of inequalities in the
economic integration process, is a general tendency that affects all the territories. In
this sense, one challenge is to construct economic corridors in order to diminish the
regional inequalities and to place its economies in a better position in the international
context.
In this context, the following work proposes to made a comparative analyses of
sociodemographics, economics, of infrastructure and environmental variables, in the
Chilean regions that are included in the Norpatagonic Corridor project, that is to say,
Bio Bío, La Araucanía and Los Lagos (it is included the region of Los Ríos).
Methodologically, orated from these indicators, it is elaborated an index of territorial
competitiveness, to determine the strengths and weaknesses that each region
presents; the economic centers; and the inequalities existing between them.
Keywords: economic integration; Norpatagonic Corridor; territorial competitiveness;
regional inequalities.
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una oportunidad para las diversas sociedades y los territorios. En este sentido, y
lejos de las visiones apocalípticas o las consideraciones conspirativas sobre la
globalización, desde este trabajo se hace hincapié en la idea de que este proceso
no debe ser entendido como un fenómeno que arrasa con todo a su paso sino
como una interacción más, entre fuerzas globales y condiciones locales (estas
últimas a veces muy precarias y poco desarrolladas hacen que esta relación, más
que una negociación se asemeje a una lucha de David y Goliat), cuyo resultado va
a estar directamente relacionado con la capacidad de los agentes territoriales
para innovar y configurar territorios competitivos.
De cualquier manera, la competitividad territorial, que hace referencia a la
aptitud que presentan las regiones para sostener y potenciar la participación de
sus economías en los principales flujos del comercio internacional, no debe ser
entendida como un fin sino como un medio para mejorar la calidad de vida de los
habitantes a partir de la consolidación de un entorno físico, social, institucional,
ambiental y tecnológico propicio para atraer inversiones2. Por lo tanto es un atribu-
to, que evidencia el desempeño y el potencial económico de los territorios y que
se puede cuantificar en función del análisis de diversos indicadores.
Sin embargo, es necesario aclarar, que la actual visión constructivista de la
competitividad es relativa, ya que si bien es cierto que se trata de un proceso de
generación y difusión de competencias (Porter 1991), las variables que la deter-
minan no se distribuyen de manera homogénea en el espacio sino que existe una
herencia (Krugman 1996) que propicia la concentración de éstas en ciertas regio-
2 En este sentido, diversos autores (Greene, 2005; Cabrero, Orihuela y Ziccardi, 2003; Ponce A.,2005) concuerdan que “...de nada sirve que una ciudad (o territorio) sea capaz de atraerempresas y capital si con ello no es capaz de mejorar la calidad de vida de sus habitantes...”(Greene, 2005, p. 16). De esta manera, y más allá de que la competitividad se genere a partirde acciones de los hombres, el mismo autor la considera como un medio cuando afirma que“...en tiempos donde la competitividad parece serlo todo, es fácil perder de vista lo que debieraser el foco fundamental de las estrategias de desarrollo (...): producir mejoras crecientes en lacalidad de vida de los habitantes (...). La competitividad, no debe plantearse como un fin, sinoante todo como herramientas o medios para alcanzar ciudades (o territorios) más amables,(...) más vivibles” (Greene, 2005, p. 16).
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nes3. De esta manera, algunos territorios tienden a acumular población, capital y
modernidades4 (como consecuencia de las diversas trayectorias que evidencian)
generando de esta forma un espacio en el que no predominan las diferencias sino
las desigualdades (Gorelik 1994), es decir, una fragmentación y marginalidad es-
tructural caracterizada por áreas que evolucionan a velocidades diferentes. En
este sentido, de Mattos (1998) señala que "... con respecto a las desigualdades
intra-nacionales, estudios recientes demuestran empíricamente una tendencia
creciente a la "divergencia inter-regional", o sea, al aumento de desigualdades
internas cada vez más asociada a la expansión de la economía globalizada" (de
Mattos, 1998 en Veiga, 2005, p. 20). Regiones integradas, inestables y margina-
les, aparecen entonces como los efectos territoriales resultantes de las transfor-
maciones que genera el proceso de globalización y la nueva organización en base
a nodos y redes (hubs & networks).
En este contexto de integración organizacional (Gilhon, 1997) y aparición de
3 El territorio, como un conjunto integral de variables materiales e inmateriales que configuranuna forma durable tiende a reproducir, a través de la historia, lo que Remy (1976) denominadesarrollos acumulativos. En este sentido, Santos (1990) habla de una inmovilidad duraderade las ventajas, en lo que define como una inercia dinámica que mantiene las tendenciasheredadas. De esta manera, se puede afirmar que “Las antiguas localizaciones condicionanlas nuevas (Bergsman y otros, 1971, en Santos, 1990, p. 152)”; y que, “...en suma, el principiode acumulación nos enseña que cuando la acción (la utilización) del mercado es libre, un grupode personas, una ciudad o una región de un país que, por circunstancias precisas, se encuentranhistóricamente en una posición dominante, ven reforzarse en dicha posición, en tanto continúaestacionaria la posición de los grupos, personas, regiones o países que caen en el dominio delos primeros o, en el mejor de los casos, permanecen fuera del proceso acumulativo” (Marrama,1960, en Santos, 1990, p. 152).
4 Concepto relacionado con lo que Santos (1990) denomina tiempo espacial que hace referenciaa las diferentes edades que presentan los elementos de un territorio y, en este sentido, a la“...receptividad específica de los lugares, ocupados o vacíos, hacia los flujos de modernizacióno innovación” (Santos, 1990, p. 228). Acosta (1996) habla de racimos tecnológicos en los quese configuran nuevas y modernas áreas de producción y consumo; y Formiga (2005), al describirlas características del área portuaria de la ciudad de Bahía Blanca, destaca que “...las nuevasinversiones dan lugar a la formación de un espacio particularizado, donde se acumulanmodernidades...” (Formiga, 2005, p. 2), consolidando a este sector de la ciudad como un árealuminosa, densa en cuanto a la presencia de flujos de modernización.
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un único espacio de interdependencias, flujos y movilidades (Bervejillo 1995;
Castells 1996)5 en el que adquieren mayor relevancia las condiciones internas, la
capacidad de interacción y articulación de los territorios, el desafío es el de confi-
gurar redes dinámicas capaces de generar rendimientos crecientes y aumentar la
competitividad. A esto apunta el proyecto del Corredor Bioceánico Norpatagónico
(CBN), que tiene como objetivo vincular de manera multimodal los puertos argen-
tinos de San Antonio Este (Río Negro) y Bahía Blanca (Buenos Aires) con los
chilenos de Puerto Montt (Región de Los Lagos), Corral (Región de Los Ríos)6 y
Talcahuano (Región del Bio Bío).El trabajo propone un análisis de diversas variables que influyen en la
competitividad de las regiones de Chile que están incluidas en este proyecto, esdecir, la del Bio Bío, de La Araucanía y de Los Lagos (Fig. 1), a partir de laelaboración de un índice
5 Bervejillo (1995) destaca que, “Emerge una nueva geografía política. La geografía emergentede la globalización, está caracterizada por la conformación simultánea de un espacio único ymúltiples territorios...” y más adelante acentúa esta idea, hablando de la configuración de “...unúnico espacio global de interdependencias, flujos y movilidades, que cubre al planeta entero yse superpone al viejo territorio estructurado como un mosaico de continentes, países y regiones”(Bervejillo, 1995, p. 111).
6 Más allá de la reciente emancipación de la Región de Los Ríos el 2 de Octubre de 2007, lainexistencia de datos estadísticos específicos de esta unidad administrativa hace imposible sudisgregación de la Región de Los Lagos para este trabajo. Por lo tanto, cada vez que semencione a ésta última (Los Lagos), se está haciendo referencia a la conformación regionalprevia a la creación de Los Ríos.
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Fig. 1. Regiones chilenas incluidas en el proyecto del CBN.
Fuente: Elaboración propia, sobre la base de mapas y datos del Ministerio de ObrasPúblicas de Chile (MOP), Síntesis Regional Bio Bío, La Araucanía y Los Lagos, 2008.
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para determinar las asimetrías existentes entre éstas. Se plantea la hipótesis de
que el desigual grado de atractividad y acceso a los mercados internacionales,
consolida una fragmentación territorial que tiende a incrementarse. En este senti-
do, la conformación de un Corredor Bioceánico que incluya a la región centro-sur
chilena, se presenta como una alternativa de estructuración y dinámica territorial
que puede potenciar la inserción del área de estudio en el contexto del MERCOSUR
y la economía internacional, de manera más competitiva.
Objetivos
En este contexto de territorios integrados, inestables y marginales como re-
sultado de las desigualdades en el proceso de integración económica, este traba-
jo pretende caracterizar las regiones chilenas que están incluidas en el proyecto
del CBN, determinar la competitividad territorial de cada una a partir de la cons-
trucción de un indicador, y realizar un análisis comparativo que permita identificar
desigualdades en el área de estudio.
Metodología
El primer objetivo se lleva a cabo a partir de una revisión bibliográfica de
documentos de carácter científico y de diversos informes realizados por el Minis-
terio de Obras Públicas, Aduanas y gobiernos regionales, que permiten acceder a
datos que posteriormente son sistematizados y cartografiados.
Para determinar la competitividad de las regiones se construye una metodo-
logía propia a partir de la tipificación de variables socio-demográficas, económi-
cas, de infraestructura y ambientales, que se obtiene mediante la fórmula
S
XXiZi
_donde Zi es la variable estandarizada, Xi el dato de la distribución original, X la
media aritmética, y S el desvío. Mediante estos cálculos estadísticos, es posible
estandarizar las variables y elaborar de esta forma un ranking que pondere los
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resultados parciales obtenidos (correspondientes a cada variable) y el total (la
suma de los anteriores).
Las variables consideradas son las siguientes:
Socio-demográficos: población total (PT) y población económicamente activa (PEA).
Económicos: producto interno bruto regional (PIBR); PIBR per cápita (PIB/c); ex-
portaciones (E); e inversión extranjera directa (IED).
De Infraestructura: kilómetros de caminos pavimentados (PAV); aeropuertos in-
ternacionales y secundarios (AE); puertos y muelles (P); y pasos fronterizos (PF).
Ambientales: superficie de áreas silvestres protegidas por cada mil habitantes
(ASP); y número de Parques Nacionales (PN) en cada región.
El estudio de las variables utilizadas para definir este índice, permite identifi-
car desequilibrios específicos, por lo que más allá del ranking final de competitividad,
el análisis sectorial previo es un paso necesario para interpretar de manera más
exacta las realidades que presenta cada región. Finalmente, se realiza un análisis
comparativo de los resultados que se obtienen del proceso de investigación cien-
tífica que se desarrolla sobre las regiones.
El proyecto del CBN
El CBN es un ambicioso proyecto binacional que pretende vincular, de manera
multimodal, puertos del Pacífico en territorio chileno con otros del Atlántico en la
costa argentina. Si bien en su totalidad cubre una superficie cercana a los 550.000
km2 de los que casi el 70% corresponden a las provincias argentinas de Buenos
Aires (zona sur), La Pampa, Río Negro, Neuquén y norte de Chubut, y el restante
30% está repartido entre las regiones chilenas del Bio Bío, La Araucanía y Los
Lagos, en este trabajo se hace hincapié exclusivamente en las unidades adminis-
trativas de Chile, con el objetivo de determinar cuál de las tres presenta mejores
condiciones demográficas, económicas, de infraestructura y ambientales, para con-
solidarse como un centro de importancia en el marco de este proyecto7.
7 En este sentido es que no se tienen en cuenta las medias nacionales de las variables analizadas,
164
Surge como una alternativa al eje de estructuración Santiago (Chi) - Buenos
Aires (Arg) y adquiere institucionalidad con la creación del Comité de Frontera
Región de Los Lagos8 que se orienta a "...promover la facilitación y coordinación
de las medidas operativas que agilicen el tránsito de personas y vehículos, y el
tráfico de mercaderías, así como también el intercambio comercial, turístico, cul-
tural, deportivo y científico, y toda labor destinada a la profundización de la inte-
gración subregional y fronteriza" (Acta de Entendimiento de Buenos Aires, 1984,
p. 1). Desde ese entonces, y sumado a la importancia constitucional que adquie-
ren estos Comités en el año 19979, el correspondiente a la Región de Los Lagos
trabaja de manera continua y coordinada para materializar y potenciar la articula-
ción binacional entre organismos, instituciones y privados que pertenecen a las
regiones que lo conforman10.
En este contexto, y teniendo en cuenta que el área de influencia del CBN se
expande a los largo de las tres regiones del Bio Bío, La Araucanía y Los Lagos en
territorio chileno, es necesario indagar sobre las condiciones que cada una pre-
senta ya que, en definitiva, determinarán las rutas de comercialización, puertos de
transferencia y nodos de intermediación de este proyecto binacional.
ya que deformarían los valores regionales obtenidos por el índice de competitividad. El propósitodel índice es determinar, exclusivamente en el área de influencia chilena del CBN, qué regiónpresenta mejores condiciones y se perfila como área de preferencia para este proyecto. Deesta manera, se puede definir el paso fronterizo, el puerto, los centros urbanos y las rutas quetienden a adquirir un rol protagónico en el contexto del CBN.
8 Si bien surge como un instrumento de gestión de la región binacional a partir del Acuerdo dePaz y Amistad firmado por ambos países en 1984, se pone en marcha en el año 1991 y quedaconstituido por las provincias argentinas de Neuquén, Río Negro y Chubut, y las regioneschilenas del Bio Bío, La Araucanía, Los Lagos y Aysén.
9 Año en el que se consolida el “Acuerdo entre la República de Chile y la República Argentinapara establecer un Reglamento para los Comités de Frontera”, y se los renombra con ladenominación de “Comités de Integración”, concepto más amplio que supone abarcar cuestionesque superan lo estrictamente fronterizo y se orienta a promover la cooperación, integración ydesarrollo de los territorios que lo conforman.
10 Se debe mencionar también a la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura de RegionalSuramericana (IIRSA) como un foro de diálogo destacado que trabaja con este mismo objetivo,entre diversos proyectos que maneja en su agenda.
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Características socio-demográficas de las regiones
La región del Bio Bío contiene una población de 1.861.562 habitantes según
el censo de 2002 distribuidos en una superficie de 37.062,6 km2, valor que repre-
senta el 12,3% del país. Ubicada en segundo lugar en el contexto nacional chileno
(superada sólo por la Región Metropolitana), alcanza en la actualidad una densi-
dad de población cercana a los 50 hab/km2 y evidencia un crecimiento intercensal
del orden del 7,3% (1992-2002). Si bien no presenta desequilibrios en su estructu-
ra poblacional según género (49,2% de hombres y 50,8% de mujeres), sí existen
desigualdades en el número de personas que habitan en ciudades (82,1%) y en
las áreas rurales (17,9%), por lo que se la considera una región preferentemente
urbana. La Población Económicamente Activa (PEA), es decir la comprendida
entre los 14 y 65 años, está constituida por alrededor de 1.257.500 personas,
valor muy importante en el contexto del área de estudio.
La Araucanía, en cambio, presenta una población total de 869.353 habitan-
tes según el mismo censo (con un crecimiento intercensal del 11 % en el período
1992-2002) correspondiente al 5,7% del total nacional, que se encuentran distri-
buidos en una superficie de 31.842 km2. La densidad, considerada de media a
baja en el contexto nacional, es de 27,2 hab/km2. Similar a Bio Bío en lo referente
a la estructura según sexo, se diferencia de ésta por el alto índice de ruralidad que
presenta (32,3%), esto se debe a la gran cantidad de población perteneciente a la
etnia mapuche en la región que, según datos censales alcanza a 203.211 habitan-
tes (sólo los mayores de 14 años) y que habitan en su mayoría en comunas con
características netamente rurales. La PEA regional está compuesta por alrededor
de 557.000 personas, valor sustancialmente menor que la de Bio Bío.
La región de Los Lagos por su parte, posee 1.073.135 de habitantes que
equivalen al 7,09% del total nacional y presenta un crecimiento intercensal de
1,13% (1992-2002). Distribuidos en 3.063.878 km2, la densidad de población es
baja (16,01 hab/km2) y, al igual que la región de La Araucanía, evidencia un alto
índice de ruralidad ya que el 31% de sus habitantes se localizan en áreas rurales.
Si bien presenta una estructura equilibrada con respecto al sexo (51% de hom-
166
bres y 49% de mujeres), en los sectores rurales la presencia masculina es sensi-
blemente mayor (55%). La PEA de la región está constituida por 668.400 perso-
nas aproximadamente, valor más alto que en La Araucanía pero inferior al que
presenta Bio Bío.
Estas dos variables sociodemográficas de las regiones, es decir la población
total (PT) y la económicamente activa (PEA), son las que propician el crecimiento
y la competitividad, ya que se los considera como el capital humano presente y la
fuerza de trabajo que contiene un territorio. En este sentido, y a partir de una
estandarización de datos, es posible elaborar una ponderación que nos permite
identificar la región que presenta características sociodemográficas más compe-
titivas (cuadro 1).
Cuadro 1. Estandarización de variables socio-demográficas
Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos del INE, año 2002.
Teniendo en cuenta los resultados sub-totales (ST1) correspondientes a las
variables sociodemográficas, se observa claramente como Bio Bío presenta, en
relación a las otras dos unidades administrativas chilenas incluidas en el Corredor
Bioceánico, valores más competitivos. Esto no sólo corresponde al mayor número
de habitantes que contiene la región sino a su gran proporción de PEA, ya que
casi el 70% del total de la población está en edad laboral, lo que significa una
importante fuerza de trabajo que hace que la región se perfile como más atractiva
para las inversiones. La concentración de población no es un dato menor en los
análisis de competitividad territorial ya que suele ser proporcional a concentracio-
nes de equipamiento, servicios, capital, tecnologías y disponibilidad de recursos
humanos formados, en una tendencia que amenaza con consolidar desigualda-
des y generar regiones dinámicas y otras residuales o retrasadas que quedan
libradas a la subordinación y/o asistencia.
Región PT PEA ST1 Bío Bío 1,38 1,39 2,77 La Araucanía -0,93 -0,91 -1,84 Los Lagos -0,45 -0,47 -0,92
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Características económicas de las regiones
El PIBR de Bio Bío alcanza para 2004 valores que giran en torno a los
3.421.200 (MM$ de 1996) que representan el 9% del total del país. La estructura
se mantiene constante en los últimos diez años siendo la industria manufacturera
la que más aporta (31%) debido al gran crecimiento de los subsectores forestales,
alimentos y, en menor medida, papel y cartón. Las actividades terciarias presen-
tan valores en alza, particularmente los correspondientes a los comercios y diver-
sos servicios que ofrece la región. Otra de las variables a tener en cuenta, ya que
es determinante en el crecimiento de las economías regionales y evidencia el
grado de apertura externa, es el de las exportaciones. En este sentido, y si bien
evidencia una evolución más lenta que los valores nacionales, Bio Bío detenta un
incremento del 80% en este rubro en el período de 1996-2004 y, en el año 2007,
registra exportaciones por 5.414 millones de dólares FOB, en su mayoría de pro-
ductos provenientes de la actividad forestal. De acuerdo con el destino, el NAFTA
sigue siendo el principal socio económico y la región totaliza ingresos cercanos a
los 1.360 millones de dólares provenientes de este bloque económico. Con res-
pecto a la inversión extranjera directa, para el período 1990-2004 Bio Bío registra
987 millones de dólares, valor muy significativo que permite inferir que posee
condiciones favorables para atraer capitales.
La región de La Araucanía presenta un PIBR notablemente inferior al de Bio
Bío, cercano a los 930 MM$ de 1996, que representa un aporte de apenas 2,4% al
total nacional. Su estructura se mantiene sin modificaciones importantes ya que,
en los últimos diez años, las actividades que más le aportan a la región siguen
siendo las mismas, es decir, los servicios personales (20%), el sector agropecuario
(16%), la construcción (11%) y la industria manufacturera (10%), que totalizan
alrededor del 70% del PIBR. Con respecto a las exportaciones, si bien evidencian
un crecimiento sostenido en estos últimos diez años, tienen un ritmo sustancial-
mente más lento que el país (58% de la región contra 160% del país). En 2007
alcanzan valores de 429 millones de dólares FOB que representa poco más que
el 1% del total exportado por el país (más de diez veces menor a la cifra de Bio
Bío) y que evidencia su escasa conexión con la economía internacional. La Unión
168
Europea y APEC son los principales destinos de estas exportaciones que se con-
centran en la especialización productiva correspondiente a la fabricación de celu-
losa, papel y cartón (y frutas en los últimos años) que caracteriza a la región. La
inversión extranjera directa acumulada (1990-2004) que presenta la región es de
U$S 77 millones, otro dato que permite inferir que, considerando estas variables,
es la menos competitiva de las tres regiones analizadas.
La región de Los Lagos alcanza un PIBR de 1.736 MM$ de 1996, que repre-
senta un valor cercano al 10% del total nacional. Su estructura evidencia modifica-
ciones a partir del boom de las actividades relacionadas con la industria del sal-
món, que progresivamente desplaza a las tradicionales actividades económicas
de la región: la agropecuaria y silvícola. Los rubros que mayor aporte tienen en el
PIBR son la pesca (17, 1%), la industria manufacturera que se mantiene en el
orden del 14% y, en tercer lugar desplazando a la actividad agropecuaria y silvícola,
aparece el rubro de servicios personales (11,5%). Con respecto a las exportacio-
nes, Los Lagos presenta un crecimiento constante en los últimos trece años evi-
denciando el perfil exportador y la gran apertura externa de la economía regional.
A partir del año 2001 se observa un incremento notable en esta variable (114% en
estos últimos cinco años) que responde al gran progreso de la industria alimenti-
cia de productos derivados de la actividad pesquera y que la posiciona en un lugar
de privilegio en el mercado internacional. En el 2007 registra envíos por un total de
U$S 2.641 millones de los que el 93% corresponden al sector industria y particu-
larmente al subsector alimentos (concentra el 95% de la industria) que tiene como
principales productos a los salmones del pacífico congelados (Coho) y fresco,
trucha congelada y fresca enfriada, filete salmón atlántico fresco y congelado, y
merluza congelada y fresca enfriada. Todos estos, además de generar ingresos a
la región, le imprimen un sello característico y una identidad propia. Los destinos
de estas exportaciones se dividen entre el NAFTA y APEC (Japón concentra el
94% de la participación de este bloque) como principales, seguido por la Unión
Europea. Por último, las inversiones directas materializadas acumuladas en el
período 1990-2004 presentan valores de U$S 2.641 millones, principalmente con-
centradas en la acuicultura, evidenciando el alto grado de especialización de la
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región en esta actividad y su competitividad en este rubro.
Estas variables se consideran apropiados para la elaboración del índice de
competitividad ya que reflejan el volumen de las actividades económicas de la
región y el acceso del área en términos de ingreso y poder de compra. Paralela-
mente, y teniendo en cuenta la teoría del crecimiento regional basado en exporta-
ciones que sostiene que este proceso se origina a partir de impulsos externos, se
considera esta variable y la de inversión extranjera directa que nos permiten iden-
tificar el crecimiento, estancamiento o retroceso regional a partir del grado de
apertura externa que presentan. En este sentido, estandarizados los indicadores
los valores parciales que se obtienen son los siguientes (cuadro 2).
Cuadro 2. Estandarización de variables económicas
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos de Informes Económicos Regionales delINE, 2008.
Considerando los sub-totales (ST2) se observa que la región del Bio Bío se
perfila también como la más competitiva de la tres en el ámbito económico. Los
Lagos presenta valores intermedios mientras que La Araucanía vuelve a
posicionarse en el último lugar con un índice que permite pensar que las desigual-
dades inter-regionales son una realidad y que la “distancia” económica entre ésta
y las otras es muy amplia. Este es un dato a considerar en el marco del proyecto
del Corredor Bioceánico, es decir, que ante esta realidad, es necesario propiciar la
formulación de políticas territoriales que tiendan a atenuar esta fragmentación, y
consolidar un crecimiento equilibrado entre las tres regiones.
La infraestructura vial, ferroviaria, portuaria y aeroportuaria de las regiones
La red vial de Bio Bío se estructura sobre la base de la Ruta 5 que atraviesa
longitudinalmente la región y su vinculación con el exterior por vía terrestre se
Región PIBR PIBR/C E IED ST2 Bío Bío 1,34 0,97 1,26 1,25 4,82 La Araucanía -1,05 -1,29 -1,17 -1,19 -4,70 Los Lagos -0,28 0,32 -0,09 -0,06 -0,11
170
materializa a partir del paso fronterizo Copahue, que conecta las localidades de
Victoria (Chile) con Zapala (Argentina) a través de 293,5 km. La red de caminos
se extiende por 8.655 km aunque sólo 2.022 km están pavimentados, los demás
son de ripio o tierra. Presenta un sistema portuario muy desarrollado y altamente
articulado con el exterior a partir de la presencia de los puertos de Lirquén,
Talcahuano, San Vicente y Coronel, los muelles de Penco, CAP, Puchoco, Jureles
y la terminal Oxiquim Escuadrón. El sistema ferroviario no es importante, aunque
se prevén inversiones para reactivar ramales que están en desuso o deteriorados
y que atraviesan las comunas más importantes de la región. El sistema aeropor-
tuario, en cambio, constituido por el aeropuerto de Concepción y los aeródromos
de Chillán y Los Ángeles, presenta un tránsito fluido de pasajeros que se comuni-
can con el de Santiago de Chile.
La región de La Araucanía presenta una estructura de la red vial similar a la
del Bio Bío ya que se articula de norte a sur a través de la Ruta 5 (en la que nacen
los caminos secundarios que conectan las áreas interiores) y se extiende a lo
largo de 12.232 km de caminos de los que aproximadamente 1.500 km se en-
cuentran pavimentados. Con respecto a la vinculación transfronteriza, existen tres
pasos que la comunican con Argentina y son el de Pino Hachado, que conecta las
ciudades de Curacautín (Chile) con Zapala (Argentina) a lo largo de 235 km total-
mente pavimentados; el de Icalma, que vincula Temuco (Chile) con Zapala (Ar-
gentina) a través de 254 km; y el de Llaima, que articula las localidades de Pucón
(Chile) y Junín de Los Andes (Argentina), separadas por 140 km (estos últimos se
encuentran parcialmente pavimentados). Los sistemas portuario y ferroviario pre-
sentan grandes deficiencias que se van a reflejar en el índice de competitividad
final. La falta de infraestructura básica es una debilidad estructural de la región
que debe exportar las diversas producciones a través de los puertos de las regio-
nes del Bio Bío o Los Lagos (en menor medida). Por otro lado, cabe destacar que
más allá de esto, cuenta con dos aeropuertos que pertenecen a la red troncal y
secundaria (Maquehue y Pucón) y con seis pequeños aeródromos en buen esta-
do de conservación.
La región de Los Lagos presenta una red vial similar a las anteriores consti-
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tuida por 11.154 km de caminos de los que 2.049 km están pavimentados. Sin
embargo se diferencia de las otras y se caracteriza por la vinculación transfronteriza
fluida con Argentina, ya que presenta ocho pasos internacionales, entre los que se
destaca el Paso Internacional Cardenal Samoré (ex Puyehue) que está asfaltado
en su totalidad y permanece abierto todo el año. Esto se refleja en los datos adua-
neros del año 2007 que demuestran que, teniendo en cuenta los ingresos al terri-
torio chileno de vehículos (44.287, que representan el 9% del total nacional) y las
salidas correspondientes al transporte de carga (178.144.260 kgs., que constitu-
yen el 19% del total nacional de Tn transferidas), es el segundo más importante de
las 42 avanzadas fronterizas que posee Chile, siendo superado sólo por los regis-
tros del Paso Internacional Los Libertadores, que vincula las ciudades de Santia-
go de Chile y Mendoza. El transporte marítimo regional está estructurado a partir
de tres puertos importantes, el de Corral, Puerto Montt y Calbuco, y unas 183
caletas distribuidas principalmente entre las provincias costeras de Chiloé,
Llanquihue, Osorno y Palena; y el aéreo está constituido por los aeropuertos El
Tepual (Puerto Montt) y Carlos Hott (Osorno) que pertenecen a la red internacio-
nal y nacional respectivamente, y por 26 aeródromos que cumplen una función
social más que comercial, ya que conectan localidades que se encuentran en
condiciones de mayor aislamiento. Por otro lado, hay que mencionar que si bien la
reactivación del sistema ferroviario en el año 2001 con el servicio de carga hasta
Puerto Montt marca una intención de potenciar la articulación multimodal en Los
Lagos, el deterioro actual de la línea férrea imposibilita el óptimo funcionamiento
de este transporte.
Estas variables, se consideran a partir de la importancia que tienen las redes
de infraestructura física en la competitividad territorial como determinantes de la
productividad y el crecimiento regional, ya que permiten reducir costos y tiempos
de transferencias y potenciar la accesibilidad a mercados nacionales e internacio-
nales. De esta manera, estructuran y articulan jerárquicamente territorios y nos
permiten identificar diferencias, asimetrías e inconexiones intra e interregionales.
Estandarizadas las variables de caminos pavimentados (PAV), pasos fronterizos
(PF), aeropuertos (A) y puertos y muelles (P) que presentan cada región, los re-
172
sultados que se obtienen son los siguientes (cuadro 3).
Cuadro 3. Estandarización de variables correspondientes a la infraestructura
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos del Ministerio de Obras Públicas de Chile(MOP), 2008. Teniendo en cuenta los valores sub-totales (ST3) que se obtienen a partir de losdatos de infraestructura, la región de Los Lagos se presenta como la más competitiva de lastres debido, principalmente, a la cantidad de pasos fronterizos que contiene y el fluido intercam-bio con Argentina (en particular en el eje Osorno-Bariloche). Bio Bío evidencia datos que, sibien son inferiores, demuestran una eficaz articulación interna y externa y el sistema portuariomás dinámico del área de estudio (la debilidad es la escasa vinculación con Argentina). Porúltimo, y tal como sucede en las anteriores variables, la escasez de infraestructura en LaAraucanía refleja una debilidad estructural de la región que se perfila como la menos competitivade las tres.
Características ambientales de las regiones
La región del Bio Bío presenta apenas un Parque Nacional denominado La-
guna del Laja, que contiene 11.600 has, y 4 Reservas Nacionales, la de Ñuble,
Isla Mocha, Los Huemules de Niblinto y Ralco que abarcan un total de 72.759 has.
De esta manera, la superficie de áreas silvestres protegidas (ASP) cada mil habi-
tantes es de 43 has. No posee ningún monumento natural.
La Araucanía, en cambio, presenta 5 Parques Nacionales, el de Conguillío,
Huerquehue, Nahuelbuta, Tolhuaca y Villarrica que suman un total de 147.538 has
y 6 Reservas Nacionales, que son las del Alto Bio Bío, China Muerta, Malalcahuello,
Malleco, Nalcas y Villarrica que abarcan alrededor de 149.022 has, lo que repre-
senta una superficie de ASP cada mil habitantes es de 322. Contiene 2 monumen-
tos naturales, el de Contulmo (82 has) y el Cerro Ñielol (90 has).
Los Lagos, por su parte, es la región que presenta la mayor cantidad (6) de
Parques Nacionales en el contexto nacional, estos son los de Chiloé, Puyehue,
Vicente Pérez Rosales, Alerce Andino, Hornopirén y Corcovado, y abarcan una
Región PAV PF AE P ST3 Bío Bío 0,77 -1,02 0,83 1,32 1,9 La Araucanía -1,41 -0,34 -1,25 -1,1 -4,1 Los Lagos 0,63 1,36 0,83 -0,22 2,6
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superficie total de 700.720 has. Posee 5 Reservas Nacionales, las de Lago Palena,
Llanquihue, Futaleufú, Valdivia y Mocho-Choshuenco que incluyen 112.716 has.
De esta manera, refleja una superficie de ASP de 530 has por cada mil habitantes
y es también la que más monumentos naturales (junto con la región de Magallanes)
contiene, los de Alerce Costero (2.308 has), Islotes de Puñihuil (9 has) y el de
Lahuen Ñadi (200 has).
Estas variables son importantes ya que determinan el capital natural de las
regiones y, principalmente, porque son extensas áreas de conservación en las
que se fomentan las actividades educativas y científicas que, potencialmente, se
traducen en la conformación de capital humano especializado. Paralelamente, y a
partir de la innegable cantidad y calidad de atractivos naturales que ofrecen, la
presencia de Parques Nacionales y Áreas Silvestres Protegidas potencia la activi-
dad turística que, en ocasiones, puede trasformarse en un motor de la economía
regional, ya que la llegada de personas implica todo un conjunto de comercios y
servicios que funcionan de manera articulada en torno a esta actividad. Estandari-
zados los datos, los resultados son los siguientes (cuadro 4).
Cuadro 4. Estandarización de variables ambientales
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos de la Corporación Nacional Forestal deChile, 2008.
El subtotal correspondiente a las variables ambientales (ST4) refleja cam-
bios con respecto a los anteriores. El más notable es que Bio Bío evidencia los
valores más bajos, por lo que podemos inferir que los temas ambientales no son
prioridad en la región (tampoco la presencia de atractivos, en relación con las
otras dos). La Araucanía presenta valores intermedios, mientras que Los Lagos
es la que se perfila como la más competitiva desde el punto de vista del capital
natural.
Región ASP PN ST4 Bío Bío -1,27 -1,38 -2,65 La Araucanía 0,11 0,46 0,57 Los Lagos 1,16 0,92 2,08
174
Índice de competitividad territorial
Se construye a partir de la suma de los subtotales anteriores y permite iden-
tificar las áreas más dinámicas, competitivas y el desempeño regional que cada
una de estas unidades administrativas presenta (cuadro 5).
Cuadro 5. Índice de competitividad territorial (suma de las variables estandarizadas)
Fuente: Elaboración propia.
Los resultados obtenidos evidencian las desigualdades interregionales que
presenta el área de estudio. Bio Bío se consolida como el centro demográfico y
económico por excelencia y posee una articulación interna y externa (principal-
mente) muy sólida que se refleja en los indicadores analizados. De esta manera,
se convierte en una región altamente atractiva para las inversiones y se perfila
como un nodo de importancia en el contexto del CBN que acumula personas,
capital y modernidades.
Si bien la Región de Los Lagos se ubica en segundo lugar con valores inter-
medios en los aspectos sociodemográficos y económicos, su importancia en los
indicadores ambientales y de infraestructura la consolidan como un territorio defi-
nitivamente competitivo, que se destaca por la gran vinculación interna, transfron-
teriza y global que presenta. En este contexto, la conformación de un Corredor
Bioceánico en la región sustentado en las ventajas competitivas que ésta presen-
ta, permiten inferir que la oferta de oportunidades y funciones regionales se
diversificaría y ampliaría, revalorizando sus recursos en una nueva articulación
que la posicionaría en condiciones más ventajosas en el contexto global.
El caso de La Araucanía es diferente. Posicionada cómodamente en el ter-
cer lugar de este índice, presenta valores muy por debajo de las otras unidades
administrativas analizadas evidenciando una fragmentación y marginalidad nota-
ble. La falta de infraestructura y equipamiento se traduce en una desarticulación
Región ST1 ST2 ST3 ST4 TOTAL Bío Bío 2,77 4,82 1,9 -2,65 6,84 La Araucanía -1,84 -4,70 -4,1 0,57 -10,07 Los Lagos -0,92 -0,11 2,6 2,08 3,65
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de sus áreas productivas con los centros de distribución y comercialización, que
repercute negativamente en la competitividad de la región y la convierte en un
sector con pocas posibilidades de atraer inversiones11. Más allá de estas des-
igualdades estructurales, hay que mencionar que la actividad turística se perfila
como una alternativa de crecimiento y que la potencial concreción del Corredor
Bioceánico, contribuiría a mejorar la articulación interna y externa de la región a
partir de los pilares de cooperación y complementariedad.
Consideraciones finales
El actual proceso de internacionalización económica genera oportunidades
diferenciales en los territorios, ya que sólo los que han alcanzado cierto grado de
desarrollo son los que se favorecen y consolidan como áreas preferenciales a
partir de las ventajas (comparativas y competitivas) que ofrecen para atraer flujos
de modernización, innovación, capital y población. Esta receptividad específica
que presentan los lugares, origina desigualdades regionales que tienden a
incrementarse y a configurar un paisaje de atraso y modernidad que se puede
verificar a distintas escalas (áreas dinámicas/estáticas, luminosas/opacas, inte-
gradas/no integradas, etc.).
Los resultados obtenidos a partir de la elaboración del índice de competitividad
11 En este sentido, y haciendo específica referencia a la región de La Araucanía, un informeDesarrollo Local elaborado por la CEPAL y la Sociedad Alemana de Cooperación Técnica(GTZ) sostiene que “el proceso de apertura del país hacia el mercado externo ha sido asumidode manera desigual en la región, ya que si bien un número determinado de empresas halogrado modernizarse y acceder a nichos internacionales de mercado (...), no ha sido así parala mayoría de las empresas locales. Por tal motivo, al no poder lograr la modernizacióntecnológica y gerencial que les habría permitido enfrentar con éxito la mayor competencia delos mercados local, nacional y externo, muchos empresarios (...) se han quedado estancados.Esta situación se ve agravada, además, por la existencia de algunos déficits importantes eninfraestructura básica, ya que no hay puertos de embarque en la región, el aeropuerto nocuenta con las instalaciones necesarias para la inspección y certificación de los productosagropecuarios, y la región tampoco tiene acceso expedito a los puertos o aeropuertos de lasregiones vecinas, todo lo cual constituye un serio obstáculo para que la producción regionalllegue a los mercados” (CEPAL/GTZ, 2001, p. 192). Fig. 1.
176
propuesto en este trabajo, demuestran que en el área de estudio se verifican
asimetrías en las variables analizadas que reflejan las condiciones de cada región
en el contexto del proyecto del CBN. En este sentido, Bio Bío y Los Lagos (en
menor medida) se presentan como regiones dinámicas, integradas y consolida-
das como centros económicos que han sabido aprovechar las ventanas de opor-
tunidad que ofrece el actual contexto mundial; mientras que La Araucanía se per-
fila como una región atrasada y poco competitiva. En este contexto, y teniendo en
cuenta la inmovilidad duradera de las ventajas que habla Santos (1990), se puede
inferir que el rol la región de La Araucanía en el CBN tiende a ser secundario, y las
rutas, ciudades y áreas portuarias de Bio Bío y Los Lagos (que reflejan un mayor
índice de competitividad), adquieren relevancia y se presentan como las más pre-
paradas para materializar el proyecto binacional.
La metodología utilizada permite entonces, detectar las fortalezas y debilida-
des que presenta el área de estudio para la concreción del CBN, que deben servir
como base para la elaboración de políticas territoriales que se orienten a atenuar
las desigualdades, asimetrías e inconexiones existentes, y potenciar la competiti-
vidad de la región norpatagónica chilena. Para esto, es necesario interpretar al
CBN no como un puente terrestre entre puertos sino como un proceso multiplicador
de actividades y generador de oportunidades para los territorios que atraviesa,
que pueden, a partir de asociaciones en diversos rubros productivos, propiciar un
crecimiento integrado e integrador que permita: incorporar las áreas que se en-
cuentran en una situación de marginalidad estructural; ampliar y diversificar la
oferta de oportunidades y funciones de las regiones; y revalorizar sus recursos y
economías, en una nueva articulación que las puede posicionar de manera más
competitiva en el marco internacional.
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177
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Fig. 1. Regiones Chilenas incluidas en el CBN-1
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180
LA PLANIFICACIÓN DEL AHORRO ENERGÉTICO.INTERROGANTES Y TRASFONDOS EN LA CUESTIÓNELÉCTRICA DE LA COSTA ATLÁNTICA BONAERENSE
ADRIANO FURLAN - [email protected]
Universidad Nacional de Mar del Plata/CONICET
Res
um
en
El estado de emergencia energética que suscitó la reactivación económica de
2003 dejó al descubierto el retraso relativo del sector eléctrico argentino. La
imposibilidad de incorporar nueva generación eléctrica en el corto y mediano plazo
condujo a la implementación de programas y medidas tendientes al ahorro energético.
Sin embargo, en los años recientes tales intervenciones arrojaron resultados de
dudosa valoración. En el trabajo se aplica una metodología basada en una
combinación de técnicas estadísticas y análisis de contenido que pretende confrontar
diversos hechos referidos a la regulación del consumo en la costa atlántica
bonaerense con la visión que los gestores y planificadores de la energía efectuaron
sobre esos mismos hechos. Se concluye con una crítica a la gestión energética
que, usufructuando las incertidumbres de la cuestión eléctrica, ha configurado un
marco discursivo en el que diferentes destinos probables son capitalizados
políticamente como éxitos de la planificación, en lugar de contribuir al mejoramiento
de la calidad de la información, de los aspectos comunicacionales y de las acciones
de regulación en un área estratégica para el desarrollo de los territorios.
Palabras clave: crisis energética, gestión energética, ahorro energético, desarrollo,
costa atlántica bonaerense.
Ab
stra
ct The state of energy emergency that prompted the economic growth of 2003
revealed the delay in the argentine electricity sector. The inability to incorporate
new power generation, in the short and mid term, led to the implementation of
programs and measures aimed at energy conservation. However, in recent years
Adriano Furlan I La planificación del ahorro... - pp. 180-205
181
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
Introducción
El mundo entero ha comenzado a experimentar una nueva transición ener-
gética. El principio del fin de la era de la energía barata y abundante hace de este
sector estratégico para el dinamismo de todo territorio un área prioritaria de la
gestión y la planificación. A su vez, el propósito de generar desarrollo sin provocar
indeseados impactos negativos, sobre todo a las poblaciones más vulnerables,
exige una adecuación de las soluciones planteadas para superar los riesgos de
desabastecimiento a los nuevos estándares sociales y ambientales del consumo
y la producción energéticas.
La escasez (absoluta y relativa) de recursos energéticos impulsa la necesi-
dad de emprender acciones de conservación de la energía. No obstante, si pen-
samos que la energía se encuentra en la base de prácticamente todas las funcio-
nes de la sociedad, la aplicación de políticas de ahorro posee una alta sensibilidad
social. En aquellos espacios geográficos en los que los suministros de energía
constituyen un problema estructural, la sensibilidad es mayor y las decisiones
tomadas para mitigar la escasez pueden convertirse en acciones propulsoras de
such interventions yielded results of questionable rating. The paper develops a
methodology based on a combination of statistical techniques and content analysis
aimed at comparing several facts relating to the regulation of consumption in the
atlantic sea coast of Buenos Aires Province within the vision that managers and
planners made on these facts. It concludes with a critique on energy management
that, exploiting the uncertainties of power issue, has set up a discursive framework
in which different probable destinations are likely to be politically capitalized as a
successful planning instead of contributing to improving the quality of information,
communication aspects and regulatory actions in a strategic area for territorial
development.
Keywords: energetic crisis, energetic management, energy conservation,
development, atlantic sea coast of Buenos Aires Province.
182
tensión social, política y económica. Por lo tanto, la planificación del ahorro mere-
ce ser examinada en su naturaleza multidimensional a fin de contribuir al entendi-
miento de lo que se ha dado en llamar la cuestión energética.
En este trabajo se estudia el tema del ahorro de la energía eléctrica en un
espacio crítico del abastecimiento, la costa atlántica bonaerense. Se describe la
situación regional del consumo eléctrico en relación al orden nacional, identifican-
do algunos elementos que permitan demostrar la complejidad y variabilidad del
fenómeno de la demanda de energía, y se confrontan determinados hechos con
la interpretación que los gestores y planificadores de la energía comunicaron acerca
de los mismos. En resumen, se provee una mirada analítica sobre las miradas
sintéticas de la gestión energética pretendiendo comprobar que la misma incerti-
dumbre característica del estado de emergencia energética ha sido usufructuada
para promover visiones exitistas de la planificación.
Metodología
Se describe el comportamiento del sector eléctrico aplicando una metodolo-
gía que consiste en la observación analítica de sus tendencias y momentos críti-
cos. Las tendencias poseen una base esencialmente estadística y reflejan la evo-
lución de los valores de las variables de monitoreo del funcionamiento del sector
eléctrico en un lapso determinado. Los momentos críticos expresan un nivel de
análisis posterior, ya que se originan por efecto combinado de las tendencias. Se
refieren a situaciones reales o probables surgidas de una particular evolución con-
junta de variables relevantes del sistema eléctrico que alteran en algún grado su
funcionamiento normal e impulsan acciones correctoras de la combinación con-
flictiva que provocó el desorden.
Conceptualmente, el momento crítico integra dos tipos de condiciones que
deben ser diferenciadas. Unas condiciones objetivas en las cuales pueden identi-
ficarse alteraciones del funcionamiento del sector, es decir que remiten a los fac-
tores puramente técnicos. Es lo que los especialistas denominan “operar al límite”
y que puede comprobarse a través de interrupciones del suministro, sobrecargas,
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disminuciones de tensión, importaciones de energía, etc. Las condiciones subje-
tivas, por su parte, comprenden las valoraciones de los actores en relación al
desarrollo del sector y la deliberación sobre las acciones prospectivas que deben
ejecutarse para reducir o eliminar el riesgo de desabastecimiento. La indagación
del segundo grupo de condiciones ha sido propiciada por el uso de técnicas cua-
litativas: revisión de fuentes documentales y análisis de contenido de diversos
textos portadores de las voces de los gestores de la energía eléctrica (informes,
comunicados de prensa, artículos periodísticos, conferencias, etc.).
Tendencias y momentos críticos del sector eléctrico nacional
El suministro de energía eléctrica de nuestro país, pasado el furor inversor
de los primeros años de la desregulación, ha sido dirigido en el nuevo siglo hacia
una contracción de la oferta, que fue la respuesta empresarial automática al ago-
tamiento del Régimen de la Convertibilidad. Sin embargo, ocurrido el desplome de
la economía y planchada la demanda de electricidad, la escasez de su producción
no se dejó sentir como un freno estructural de una inexistente estrategia de desa-
rrollo nacional. A partir de 2003, en cambio, la reactivación económica comenzó a
revivir la necesidad de planificar un sistema eléctrico que acompañe (y anticipe) la
ola de consumo en alza. La lentitud inherente al propio desarrollo energético, de-
bido al tiempo físico necesario para construir la infraestructura de escala, fue aún
mayor tras la devaluación de enero de 2002. Visto en perspectiva económica, el
conflicto entre costos de producción y precios de la energía aletargó las inversio-
nes del capital privado en el sector. Deben señalarse como condicionantes del
desarrollo eléctrico, además, la falta de acceso al crédito, el proceso inflacionario,
el congelamiento de las tarifas y la eximición de obligaciones impuesta por el
marco regulatorio de la energía eléctrica que no considera servicio público a la
actividad de generación. En otras palabras, el defasaje del ciclo energético se
originó estructuralmente en la persistencia de un modelo energético edificado so-
bre las bases de un modelo de acumulación que había perecido dejando de emitir
“señales favorables a la inversión”. Entre 1998 y 2002, la potencia instalada creció
17,1 puntos, mientras que entre 2002 y 2007 lo hizo solamente en un 3,34% (Sitio
184
de CAMMESA). En este contexto, el estado anunció retomar un rol inversor y
planificador tendiente a compensar el retroceso del capital privado.
El Gráfico 1 muestra una lectura de la evolución del sector eléctrico en cua-
tro etapas definidas mediante la asociación de las tendencias de dos variables de
oferta y demanda (potencia instalada y facturación de energía eléctrica) expresa-
das en términos porcentuales acumulados. Las trayectorias comienzan en 1993,
coincidiendo con el primer período anual desde la reforma del sector y la creación
del mercado eléctrico mayorista, y se extienden hasta 2008. El Cuadro 1 resume
las características principales de cada etapa, aquí nos concentraremos en las dos
últimas. Puede apreciarse la clara tendencia al estrangulamiento de la demanda
durante el transcurso de la tercera etapa, cuando el consumo se reactiva y la
potencia instalada permanece casi intacta. La emergencia energética se había
desatado.
Gráfico 1. Crecimiento porcentual acumulado de potencia instalada y facturación deenergía eléctrica a nivel nacional. 1992-2008.
FUENTE: Elaboración personal con datos de la Secretaría de Energía y de la CompañíaAdministradora del Mercado Eléctrico Mayorista S.A.
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
Cuadro 1. Cuatro etapas en la evolución del sector eléctrico desde su transformaciónhasta la actualidad.
Fuente: Elaboración personal en base a Gráfico 1.
En términos de balance nacional, los niveles más álgidos de la criticidad
pueden localizarse en 2007, año en el que se invierte el signo del comercio exte-
rior argentino de energía eléctrica (ver Cuadro 2). Durante el invierno de ese año
“hubo que recurrir a restricciones en el servicio, recortándose unos 1200 MW de
potencia a casi 5000 grandes industrias en el horario de mayor consumo.”
(Fundelec, 2008:7). Cumplido un lustro de recomposición económica consecutiva
las obras destinadas a inyectar energía eléctrica en el sistema permanecían en
construcción o ni siquiera habían concretado sus procesos licitatorios.
Desde entonces se producen dos acontecimientos centrales que, actuando
de forma conjunta, marcan el inicio de una relativa distensión: la desaceleración
económica originada por el ciclo recesivo mundial, que permitió aliviar las cargas
que la infraestructura energética venía soportando con dificultad, y la incorpora-
ción de 1820 MW de potencia a lo largo de 2008 por la finalización de las nuevas
centrales y las obras de repotenciación (ver Cuadro 2). Este último factor debe ser
explicado junto a los avances en el área de transporte eléctrico que mejoran la
calidad del servicio en diversos puntos del país. Por otra parte, la emergencia
energética vino acompañada de un proceso de “ensuciamiento de la matriz” y
maximización de la dependencia hidrocarburífera. En 2002, la generación térmica
cubría el 40% de la demanda, mientras que alcanzó el 59,5% en 2008 y el 55,1%
en 2009. Ello se debió a dos factores: a) la termoelectricidad representa la tecno-
logía más adecuada para encarar un cuadro de escasez relativa dado que posibi-
186
lita una pronta instalación y entrada en servicio1 y b) las sequías que asolaron el
territorio argentino redujeron significativamente los coeficientes de hidraulicidad
de las principales cuencas productoras de hidroenergía.
Cuadro 2. Comercio exterior de energía eléctrica, incorporación anual de potencia ycrecimiento porcentual de la demanda. Argentina, 2004-2009.
Fuente: Elaboración personal con datos de la Compañía Administradora del MercadoEléctrico Mayorista S.A.
En síntesis, la emergencia energética expresó la necesidad de planificar el
desarrollo eléctrico elaborando iniciativas dirigidas tanto a elevar la oferta como a
reducir la demanda. A continuación, nos introduciremos en el análisis de la política
regulatoria del consumo.
La planificación del ahorro energético
Ander-Egg (1995:25) señala que planificar “es la acción consistente en utili-
zar un conjunto de procedimientos mediante los cuales se introduce una mayor
racionalidad y organización en un conjunto de actividades y acciones articuladas
entre sí que, previstas anticipadamente, tienen el propósito de influir en el curso
de determinados acontecimientos, con el fin de alcanzar la situación elegida como
deseable, mediante el uso eficiente de medios y recursos escasos”. En el campo
1 La elección de utilizar termoelectricidad está influenciada, a su vez, por numerosas razones. Eltiempo físico de construcción es comparativamente menor al de otras formas convencionalesde energía (hidráulica, nuclear); posee independencia de localización con respecto al medio;puede funcionar prácticamente de manera continuada a lo largo del año siempre y cuando segarantice la disponibilidad de combustible; los pequeños equipos pueden trasladarse; es social,económica y ambientalmente más aceptable en relación a otras formas de generación (nuclear,grandes proyectos hidráulicos), etc.
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específico de la planificación energética se refiere a “estudiar metódicamente de
dónde se van a sacar los recursos energéticos que utilizaremos en el futuro” (Álvarez
Watkins y Sánchez Iñarejos, 2005:1) y su objetivo “debe ser el de hacer un uso
eficiente de los recursos disponibles para abastecer una demanda de energía,
que se debe satisfacer al mínimo costo sin comprometer los recursos que necesi-
tarán las próximas generaciones y sin comprometer al medio ambiente” (Rey,
2005:11).
El uso racional y eficiente de la energía contempla sintéticamente dos di-
mensiones: la social y la ambiental.2 Desde el punto de vista social, es necesario
racionalizar el uso de la energía con fines redistributivos del recurso escaso. Se
propende a evitar el consumo dispendioso y a encontrar alternativas de aprove-
chamiento energético para garantizar la disponibilidad de un suministro de calidad
a la mayor cantidad de población posible. Vale la pena recordar que, al mismo
tiempo que las reservas energéticas predominantes han comenzado a menguar,
en el mundo actual millones de personas no poseen acceso a formas modernas
de energía. La perspectiva ambiental objeta que las formas de producción, las
fuentes energéticas utilizadas y los niveles de consumo deben cambiar porque de
continuar con las tendencias vigentes los daños de la matriz físico-natural serán
irreparables, quedando comprometida la capacidad de reproducción material de
las sociedades contemporáneas. A su vez, la elevada presión sobre el sistema de
recursos naturales provoca desequilibrios ambientales que alteran las condicio-
nes de existencia de la sociedad.
El Plan Energético Nacional (2004-2008) contuvo cuatro iniciativas, una de
las cuales vino representada por la política de ahorro energético.3 El país poseía
2 Vale aclarar que las dimensiones de la energía no son solamente dos. Por motivos de espacio,restringimos el análisis del uso racional y eficiente de la energía a sus dos dimensionesprioritarias: la social y la ambiental.
3 El Secretario de Energía Daniel Cameron exponía en 2003 que el Plan Energético Nacional(2004-2008) “se basa principalmente en la creación de Energía Argentina Sociedad Anónima(ENARSA), en el aumento a las retenciones petroleras, en una política de ahorro energético yen diversas obras de infraestructura y de generación eléctrica.” (en Boletín Energético Nº12,2003, Año 6).
188
en vigencia normas específicas relacionadas con el uso racional y eficiente de la
energía, aunque no se comienza a elaborar una política general en la materia
hasta que los síntomas de la emergencia hacen visible el riesgo de colapso.
Para planificar “es necesario realizar un análisis y diagnóstico sobre la reali-
dad en la que se ha de actuar” (Ander-Egg, 1995:23). De acuerdo con este princi-
pio, la definición de objetivos se desprenderá de los resultados del diagnóstico.
Los años de la recuperación económica posconvertibilidad habían aplazado la
factibilidad de robustecer la matriz energética en lo inmediato y, por lo tanto, re-
querían una activa regulación del consumo eléctrico por parte del Estado. En de-
finitiva, el uso racional y eficiente, por las limitaciones de transformación de los
procesos productivos y desarrollar la faceta ambientalista de la cuestión energéti-
ca en el corto y en el mediano plazo, revistió una directriz social con aspiraciones
redistributivas, basada casi exclusivamente en una de las muchas formas de
racionalización del uso de electricidad: el ahorro.4 En el Cuadro 3 se consignan los
principales programas y medidas al respecto puestos en funcionamiento desde
2003, es decir, a partir de la Etapa 3. A pesar de su diversidad, la planificación del
ahorro energético puede resumirse en cuatro ejes centrales de acción:
a) Condiciones naturales de la demanda: el cambio horario elimina la necesidad
nocturna de electricidad para iluminación artificial y reduce los picos nocturnos de
potencia. El aumento del consumo en horas de la mañana es proporcionalmente
bastante menor al ahorro.
b) Mecanismos económicos: la emisión de señales económicas para estimular el
comportamiento del usuario ha sido implementada a través de ambas versiones
del PUREE, un sistema que premia con bonificaciones la reducción del consumo
con respecto al año base y castiga con sobrecargos el exceso.
4 Puede inferirse que el ahorro de energía provoca un beneficio ambiental en tanto la energíaeléctrica que no se genera, en el caso de una matriz con alta participación de termoelectricidadcomo la argentina, disminuye la emisión de gases contaminantes a la atmósfera. Sin embargo,aunque ése sea uno de los efectos resultantes del ahorro, no es la intencionalidad de la acción,ésta es fundamentalmente de carácter social. Por otra parte, ya hemos visto el proceso de“ensuciamiento” de la matriz en el segmento de la producción.
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c) Eficiencia energética: consiste en medidas de cambio tecnológico (reemplazo
de lámparas de alto consumo, certificado de eficiencia energética en artefactos
eléctricos) y en el establecimiento de reglas de administración energética (apaga-
do de luces y otros dispositivos electrónicos en edificios públicos, regulación de
equipos de aire acondicionado).
d) Política redistributiva: programas como Energía Plus y Energía Total se han
destinado, principalmente, al ordenamiento del segmento de generación. No obs-
tante, ambos intervienen en el sector industrial (energético y no energético) a
través de subsidios para incentivar la sustitución de fuentes energéticas conven-
cionales por alternativas (Total) u ordenando a los grandes usuarios satisfacer
sus mayores consumos eléctricos mediante autogeneración, cogeneración o fir-
mando contratos a término con nuevos generadores y, eventualmente, a reducir
su demanda (Plus). De esta forma se favorece la disponibilidad energética para el
alumbrado público, el sector residencial, las PyMEs, los organismos públicos y
otros usuarios con pequeños consumos.
Cuadro 3. La política de ahorro energético en medidas y programas
Fuente: Elaboración personal con datos del Ministerio de Planificación Federal, InversiónPública y Servicios, la Secretaría de Energía y el Ente Nacional Regulador de laElectricidad.
190
La costa atlántica bonaerense como unidad de consumo eléctrico
La costa atlántica bonaerense es un espacio de turismo estival que se ex-
tiende desde San Clemente del Tuyú en el Partido de la Costa hasta la ciudad de
Necochea en el partido homónimo y que cada temporada recibe una enorme can-
tidad de visitantes. La gran concentración de turistas en aproximadamente dos
meses del verano le confiere a la curva de la demanda eléctrica una marcada
estacionalidad, con incrementos en el consumo de energía y en el pico de poten-
cia que rondan el 30% con respecto a los restantes meses del año (Centrales de
la Costa, 2007). Es decir que durante las temporadas de verano la afluencia turís-
tica –a través del impulso a las actividades económicas ligadas al turismo– actúa
como la principal variable de control de la demanda. Ello obliga a contar con reser-
va de potencia en el sistema eléctrico para cubrir los picos más pronunciados, sea
mediante generación local o por disponibilidad de energía transmitida. Ahora bien,
en este espacio han confluido dos deficiencias estructurales que dificultan la rea-
lización de un suministro sin tropiezos: generación local forzada –aquella que debe
producirse a costos superiores a los normales– e insuficiente –respecto de los
picos de demanda– y limitada capacidad de transporte –para disponer de la ener-
gía más barata comercializada en el mercado eléctrico mayorista–. El resultado
es un estado crónico de emergencia energética que viene siendo asistido parcial-
mente con el subsistema operando al límite y localizando pequeñas usinas móvi-
les en áreas críticas. En momentos de mayor saturación se producen apagones,
cortes programados o disminuciones de tensión.
En el Gráfico 2 se observa la evolución anual de la demanda eléctrica del
Área Atlántica.5 Para su elaboración se han tomado los valores del año 2007,
5 A falta de datos que permitan reconstruir la demanda de la costa atlántica bonaerense seutiliza el agrupamiento estadístico “Área Atlántica” que confecciona la empresa provincialCentrales de la Costa Atlántica. El mismo incluye el consumo de las localidades de: Barker,Tandil, Balcarce, Necochea, Quequén, Miramar, Mar del Plata, Las Armas, Gral. Madariaga,Villa Gesell, Pinamar, Mar de Ajó, Mar del Tuyú, San Clemente y Dolores. Debido a la graninfluencia que ejercen Mar del Plata, Necochea, Villa Gesell y Pinamar sobre el conjunto, elreemplazo del agrupamiento estadístico se considera aceptable.
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pudiendo aplicarse como un modelo teórico útil para la explicación de lo sucedido
en otros años debido a la preponderancia y regularidad que ejercen las activida-
des turísticas en la estructura del consumo. La misma se caracteriza por la se-
cuencia de cuatro momentos claramente perceptibles. Un momento crítico en
enero, en el que se producen los picos anuales por efecto del turismo y el sistema
debe operar al máximo, dos momentos de distensión en otoño y primavera y una
meseta de alto consumo invernal impulsada por las bajas temperaturas y la me-
nor disponibilidad horaria de iluminación natural.
Gráfico 2. Demanda de energía eléctrica en la Costa Atlántica (Mwh). Año 2007
Fuente: Elaboración personal con datos de Centrales de la Costa Atlántica S. A.
¿Por qué se mantuvo este estado local de emergencia? La repotenciación
de las centrales locales para atender el incremento del consumo estival significa
que la infraestructura tendrá un alto grado de subutilización. Montar una línea de
extra alta tensión que vincule a Mar del Plata con un espacio excedentario próxi-
192
mo, debido a las distancias que se deben recorrer, requiere una inversión millona-
ria y un tiempo considerable de construcción. A su vez, un aumento en la capaci-
dad de transporte representa una mayor disponibilidad de energías baratas del
mercado, por lo que la nueva generación eléctrica local debería venderse a pre-
cios competitivos para eliminar el riesgo de caer en desuso gran parte del año.
Estas circunstancias de economía regional, que se agregan a lo que hemos visto
en el escenario nacional, han determinado un ambiente poco favorable a los des-
embolsos de escala y reafirmaron la necesidad de intervenir en lo inmediato a
favor de la reducción del consumo.
Planificación, retórica e impactos en la cuestión eléctrica de la costaatlántica
Los numerosos actores implicados en la cuestión eléctrica (organismos del
estado, empresas, usuarios y consumidores, etc.) mantuvieron en mira la peculiar
situación de la costa atlántica. Cada temporada estival significó una puesta a prueba
para el sistema eléctrico en su conjunto y, en especial, para el desempeño de los
programas y las medidas de ahorro (su efectividad, eficacia, eficiencia y equidad).
Hemos dicho que la última parte de la tercera etapa representó el período de
mayor tensión en el orden energético nacional. Procederemos a partir de dicha
inflexión y tomaremos como objeto de análisis la confrontación de ciertos hechos
experimentados en la costa atlántica bonaerense durante los meses de enero de
2008 y 2009 con la interpretación que los responsables de la gestión energética
hicieron de tales hechos. El Gráfico 3 resume las tendencias generales de los
principales indicadores energéticos del área de estudio para la serie 2003-2010.
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Gráfico 3. Indicadores energéticos de la Costa Atlántica Bonaerense (MW). Serie Enero2003-2010
Fuente: Elaboración personal con datos de Centrales de la Costa S.A.
En términos generales, se observa una réplica del curso nacional en el orden
local: potencia instalada prácticamente constante y tendencia progresiva del con-
sumo y del pico de potencia. Entre 2003 y 2008, la potencia instalada permanece
intacta para crecer un 9,52% en los últimos dos años gracias a la incorporación de
40MW, mientras que el pico de potencia y la demanda máxima mostraron un tipo
de crecimiento gradual, alcanzando entre 2003 y 2010 un aumento respectiva-
mente del 29,07% y del 25,87%. A su vez, debe tenerse en cuenta que la potencia
disponible suele ser un 75% de la potencia instalada y, debido a la exigencia a la
fueron sometidas las centrales en el último tiempo, la indisponibilidad aumentó.
Luego, se percibe un retraimiento de los niveles de demanda en 2008 (disminu-
ción del pico de potencia y de la demanda máxima diaria en las tres unidades de
análisis) y una recomposición de la marcha al año siguiente.
Esta alteración en la tendencia proporciona un dato empírico bien relevante
194
para el análisis de la planificación energética. Hasta dicho momento, en todos los
niveles de la gestión energética se había configurado un entorno discursivo sim-
ple en el que toda inquietud acerca de la cuestión energética, aún cuando apare-
ciera en medios de comunicación masiva encriptada con el apelativo de “crisis”,
remitía invariablemente a la consagración del modelo productivo. En el caso local,
el crecimiento de la demanda eléctrica reflejaba con toda fidelidad la reactivación
de la tracción productiva del turismo de la era posconvertibilidad. El marco
interpretativo llevó al terreno de las virtudes generales de la pujante estructura
económica argentina lo que era percibido como un defecto particular de un sector
estratégico, pronto a ser corregido con el regreso del estado como agente planifi-
cador del desarrollo energético. En la forma de tratamiento de los hechos, se
intentaban crear piedades hacia el sector energético sopesando la valoración del
auge económico y recordando que el estado ya se había encargado de elaborar
una planificación que complementaría inversiones en infraestructura programa-
das para el corto, mediano y largo plazo con la ya citada política preventiva del
ahorro. Desde luego, hubo quienes desde diferentes sectores del espectro políti-
co-ideológico objetaron el estado de cosas. Pero a pesar de las controversias, la
visión oficial de los hechos era reafirmada por la sostenibilidad del crecimiento
económico y la capacidad relativa que la infraestructura eléctrica aún conservaba
para hacer frente a ese crecimiento. Al cumplirse aproximadamente un lustro de
regularidad de dichas tendencias, las cosas comenzaron a cambiar.6 En efecto,
las cifras del verano 2008 de la costa atlántica resultaron inferiores a las de 2007,
con disminuciones del consumo eléctrico del 2% y 3% (según localidades) y una
disminución del pico de potencia de 611MW a 577MW. En ese entonces, se resal-
taron las “bondades del plan” (Suárez Lynch, titular de Centrales de la Costa, a
InfoBAN, 07/02/2008) para producir dicho logro. El discurso oficial capitalizó el
6 Nos referimos al traspaso de la Etapa 3 a la Etapa 4. Para la escala nacional hemos indicadoque el año 2007 representa la conclusión de la Etapa 3. En escalas menores, en función de lassingularidades de cada problemática regional y con los ajustes propios de la inclusión de diversosindicadores, el traspaso se adelantó o demoró ubicándose en el tiempo de manera no coincidentecon lo acontecido en el orden nacional.
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hecho con una explicación que recurría a un componente que hasta entonces no
había tenido oportunidad de ser utilizado, el ahorro, y que permitía construir un
sentido exitista de la planificación energética. La ministra bonaerense Cristina
Álvarez Rodríguez (Diario La Capital, 19/02/2008) atribuía las razones del ahorro
a los siguientes factores promovidos por la planificación: “a que la gente cuidó
más el recurso, otro poco al recambio de luminarias y lamparitas y un tema central
fue el cambio de uso horario, si no, no se explica cómo a mayor temperatura,
menos consumo”.7
A su vez, el ahorro energético es un principio de acción que se encuentra
contenido en una estrategia mayor: “Tenemos que apuntar a ese camino con una
responsabilidad compartida entre todos porque no es un tema que se resuelva
por decisiones unilaterales. No hay un Estado que por decreto pueda solucionar el
tema, son todos los bonaerenses, argentinos comprometidos, los que tenemos
que hacer ese cambio cultural [la cursiva es nuestra]" (Cristina Álvarez Rodríguez,
op. cit.). “La Secretaría de Energía se encuentra desarrollando el programa (de
Ahorro y Eficiencia Energética en Edificios Públicos) mediante la formulación de
acciones de mayor permanencia tendientes a producir un cambio cultural en los
hábitos de consumo. [la cursiva es nuestra]” (Sitio de la Secretaría de Energía).
Ahora bien, la lectura insinuante de una efectividad sobredimensionada de la
planificación del ahorro omitió referirse, al menos, a tres componentes de relevan-
cia en el análisis de la cuestión eléctrica: la dinámica del turismo, los impactos
7 Además de la temperatura, merecen ser consideradas dos variables meteorológicas adicionalesque inciden en el consumo eléctrico: la humedad relativa y las precipitaciones. El comportamientode la primera afecta la sensación de bienestar y, en consecuencia, induce al consumo eléctricomediante el uso de artefactos de aclimatación. La segunda influye sobre el desarrollo deactividades turísticas bajo techo alentando el consumo de energía. Para el caso de Mar delPlata, las temperaturas máximas, medias y mínimas de enero del período 2004-2009 semantuvieron considerablemente estables y la humedad relativa y las precipitaciones (milímetrosy cantidad de días con precipitaciones) disminuyeron a partir de 2007 (Facultad de CienciasExactas y Naturales de la UNMdP, 2010). Todo ello relativiza e incluso contradice ciertasapreciaciones esgrimidas mediáticamente. No obstante, carecemos de valores de estacionesmeteorológicas de otras localidades de la costa atlántica que permitan efectuar un análisismeteorológico más profundo y su correlación con el consumo eléctrico.
196
socioeconómicos de los instrumentos de ahorro energético y las políticas
involucradas implícitamente en el ahorro y el cambio cultural.
En primer lugar, la postura unilateral de haber producido un ahorro de ener-
gía gracias a la planificación, pasó por alto el comportamiento de la principal varia-
ble de control del consumo eléctrico del espacio en cuestión: la afluencia turística.
Como se observa en los indicadores reseñados en el Cuadro 4, a partir de 2008 la
actividad turística sufrió un claro retroceso, lo cual debería suponer un impacto
directo en la disminución del consumo de energía. Puede agregarse que la canti-
dad de turistas que visitaron Mar del Plata (concentra más de la mitad de la afluen-
cia turística de la zona) en enero de 2008 fue estable a lo largo del mes, a diferen-
cia de la característica curva progresiva de cada verano, donde la mayor afluencia
de visitantes se ubica en la segunda quincena de enero, más precisamente, en la
cuarta semana del mes, coincidiendo con la producción del pico de potencia. En
2008, éste se produjo excepcionalmente en la segunda semana, lo cual refuerza
la preponderancia que la variable ‘Turismo’ ejerce sobre la dinámica del consumo
eléctrico. No obstante, tales correlaciones no fueron registradas en las comunica-
ciones de prensa de los días salientes de la temporada.
Cuadro 4. Indicadores turísticos de la costa atlántica*. Serie Enero 2004-2009
* Conjunto integrado por las ciudades de Mar del Plata, Villa Gesell y Pinamar.Fuente: Elaboración personal con datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos.
En segundo lugar, la planificación del ahorro tampoco consideró las colaterali-
dades de la política tal como fue instrumentada. Por ejemplo, si bien se concibe la
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eficacia del cambio horario como medida de ahorro, la aplicación de esta medida
a partir del 30 de diciembre de 2007 originó inconvenientes para los subsectores
productivos dependientes del turismo, ya que ganar una hora de luz natural signi-
fica perder una hora de trabajo en los servicios ligados a la actividad nocturna de
la “posplaya” (restaurantes, teatros, cines, locales de ropa, paseos, etc.). El vice-
presidente de la Cámara Marplatense de Empresas Comerciales y de Servicios
Héctor Domínguez, señaló que "El turista estuvo mucho más en la playa y des-
pués casi no salía a pasear ni a hacer compras" (Diario La Nación, 10/10/2008).
En cambio, sí se benefician aquellos servicios ofrecidos directamente en el sector
de playas y sus proximidades. De este modo, la espacialidad de la medida provo-
có tensiones en el interior de la sociedad local, llevando a actores diurnos y noc-
turnos a una competencia por la apropiación de la renta turística basada en la
disputa por la organización del tiempo. Además, el perjuicio económico debe en-
tenderse en un marco de declive de la afluencia turística. En 2008-2009, los re-
chazos suscitados en todo el país por los efectos perjudiciales de la medida deri-
varon en un doble horario, efectivizándose el cambio sólo en algunas provincias.
En la costa atlántica se repitió la situación de la temporada anterior. Finalmente,
en 2009-2010, habiéndose llegado a discutir la propuesta de desdoblamiento de
la hora oficial al interior de la provincia de Buenos Aires (Diario La Capital, 03/10/
2009), los relojes no alteraron la marcha de sus agujas. Otro impacto viene repre-
sentado por la aplicación del Programa de Uso Racional de la Energía Eléctrica
(PUREE), que establece “un sistema de bonificaciones para quienes ahorren y
cargos adicionales para quienes se excedan en el consumo de electricidad” (Sitio
del ENRE). Para calificar como beneficiario se fijó un porcentaje mínimo de aho-
rro. Las bonificaciones serían solventadas con la recaudación de penalizaciones
por derroche. Seguidamente, las distribuidoras provinciales fueron invitadas a
sumarse a la iniciativa. El resultado de instrumentar la medida en tiempos de
reactivación de un consumo prácticamente planchado, como era de esperar, arro-
jó más perjudicados que premiados. Tal como declarara la Empresa Distribuidora
de Energía Atlántica (EDEA), el balance de 2007 fue de 70.000 beneficiarios con-
tra 110.000 castigados y el saldo positivo resultante del desequilibrio sería inverti-
198
do en obras (Diario La Capital, 05/06/2007). El programa no contempló beneficios
para aquellos usuarios que realizaron esfuerzos y ahorraron energía pero no al-
canzaron el mínimo establecido en el PUREE. En última instancia, quedan seve-
ras dudas de si el programa logró promover el ahorro. Operó como un mecanismo
más de financiamiento de obras por parte de los usuarios y al ser implementado
en medio de una fase de reactivación del consumo produjo, en muchos casos, un
fuerte deterioro del salario real. En resumen, en un caso y en otro, el costo social
y económico se impuso por encima de los beneficios y el interés general.
Por último, deben tomarse en cuenta las políticas implícitas que afectan la
posibilidad de ahorro. La principal contradicción radica en promover el ahorro y
penalizar lo que bajo discutibles criterios comparativos se percibe como
“sobreconsumo eléctrico” al mismo tiempo que, disponibilidad de crédito median-
te, se alienta el desarrollo del mercado interno. En este sentido, el pregonado
cambio cultural, que se espera llegue de modo casi mágico entremedio de las
señales confusas que reciben los usuarios y consumidores, ve deslizarse debajo
de sí una historia contemporánea de hipertecnificación. La cultura del ahorro ener-
gético choca contra la creación de una cultura cada vez más asimiladora y de-
mandante de tecnología en tiempos relativamente cortos. En un período de diez
años se ha incrementado notablemente el equipamiento tecnológico doméstico,
incluso en hogares de bajos recursos en los que la incorporación de tecnología
parecía mucho más distante de lo que el presente demuestra. Computadoras,
equipos de audio, transformadores, televisores, alarmas, lámparas adicionales,
equipos de aire acondicionado –en menor medida–, etc., han entrado a los hoga-
res argentinos renovando los estándares del consumo eléctrico residencial. La
persistencia de la Tarifa Estacional Residencial (T1RE) ejemplifica otra contradic-
ción de la política energética. La T1RE es una categoría tarifaria creada para
encasillar a los usuarios de pequeñas demandas (menos de 10Kw) con uso
estacional (por ejemplo, propietarios no residentes en la ciudad de Mar del Plata
que utilizan su vivienda durante las vacaciones de verano). Si la empresa constata
una irregularidad en el consumo con respecto a los niveles de referencia, reencasilla
al cliente residencial en dicha categoría. La distinción fundamental en relación a
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una tarifa residencial común (T1R) radica en los valores del cargo fijo. La estruc-
tura de la T1RE intenta compensar el precio final rebajando el costo variable de la
energía. En los cuadro tarifarios aprobados en los últimos años el costo fijo de la
tarifa estacional escaló hasta los $21.22 mensuales, es decir, un 780% por enci-
ma del costo fijo de la tarifa residencial. Esto significa que un cliente de tarifa
estacional que no utilice energía (costo variable) paga un valor de $42.44 por
bimestre (costo fijo), al que se le debe agregar todavía una pesada carga impositiva
del 48,5% sobre dicho subtotal. Por esta razón, los usuarios residenciales se ven
inducidos a consumir regularmente un mínimo a lo largo del año para no ser
reencasillados (por ejemplo, dejando una lámpara encendida de forma constan-
te). La política de “consumir para pagar menos” conduce a la contrariedad de
fomentar el derroche energético en espacio-tiempos de emergencia.
Ahora bien, en el verano 2009 se volvieron a superar los niveles históricos
del pico de potencia, de la demanda máxima diaria y del consumo mensual de
energía de la costa atlántica bonaerense (Diario La Capital, 20/02/2009). Es decir
que, habiéndose preservado las políticas que el año anterior, presuntamente, ha-
bían logrado efectivizar el ahorro, no se registraron reducciones. El asunto se
vuelve más complejo cuando se constata que el turismo continuó la tendencia
declinante reproduciendo en la escala local el momento recesivo de la economía
nacional y que la sociedad argentina se hallaba atravesando un proceso de repu-
dio generalizado contra el “Tarifazo” –brusco aumento de la tarifa eléctrica– anun-
ciado en septiembre de 2008. Para identificar las razones que dispararon el con-
sumo eléctrico en una situación que pareciera poco propicia al evento restaría
analizar factores tales como el comportamiento meteorológico, el cambio cultural-
tecnológico, el crecimiento poblacional, entre otros. Pero más allá de esa búsque-
da, destaca en los acontecimientos un giro discursivo de los gestores de la ener-
gía.
Prescindiendo de toda apelación a las necesidades de ahorro y cambio cul-
tural, ya que la politización de las circunstancias aplazaba dicho recurso, la visión
reversionada de la planificación exitista se focalizó en la percepción de los nuevos
logros: las inversiones. El subsecretario de Servicios Públicos bonaerense, Daniel
200
Guastavino, señalaba que “después de años, en un esfuerzo conjunto con el Go-
bierno nacional, se están realizando las inversiones que permitirán solucionar a
futuro los problemas en el área” y que “Gracias al apoyo del gobierno de la Provin-
cia a la empresa provincial de generación eléctrica Centrales de la Costa y a la
coordinación con todos los actores del sector, distribuidoras y cooperativas eléc-
tricas, se ha llevado adelante una temporada sin contratiempos.” (Diario La Capi-
tal, 20/02/2009). Por su parte, la ministra Álvarez Rodríguez declaraba lo siguien-
te: “A los agoreros que vienen anunciando la debacle, la caída del sistema ener-
gético, que nos vamos a quedar a oscuras, que no podemos avanzar, les respon-
demos simplemente con obras concretas, con hechos, con soluciones como a
(Daniel) Scioli le gusta decir” (Diario La Capital, 24/04/2009). Desde ya que la
construcción de infraestructura eléctrica básica es un signo de mejora en las con-
diciones de vida. Lo que interesa aquí es poner de relieve la acomodación del
marco narrativo a una parcelación de la realidad. La omisión del tema del ahorro
en la difusión de balances de la postemporada 2009, no sólo en su alineación
semántica con el cambio cultural, sino también de un modo más práctico que
podría haber considerado que sin los efectos provocados por la política ahorrista
los récords hubiesen sido superiores, deja al descubierto dos observaciones que
serán utilizadas para elaborar una hipótesis acerca del sentido ambiguo que co-
bró la planificación energética. Primero, al realizar el ejercicio de análisis de las
explicaciones vertidas por los responsables de la gestión energética y confrontar
dichas interpretaciones con los datos estadísticos disponibles se percibe una pre-
ocupante incertidumbre sobre la participación real de las variables que inciden en
la evolución del consumo eléctrico de la costa atlántica bonaerense (turismo y
economía extraturística, meteorología e iluminación natural, cultura y demografía,
tarifas y regulaciones). El desconocimiento (u ocultamiento) de las dinámicas pone
en jaque la validez de los diagnósticos y, por consiguiente, la naturaleza misma de
los programas y medidas tendientes al ahorro puestos en marcha a partir de 2003,
que, como hemos visto, provocaron conflictos entre diferentes actores. A su vez,
el desconocimiento ha permitido adjudicarle a esos programas y medidas la razón
del ahorro del verano 2008, siendo que la realidad energética es más compleja de
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lo que suele describirse como tal. En segundo lugar, en tiempos cortos se produ-
jeron llamativos cambios discursivos. El balance de cada temporada se realizó
según las narrativas concordantes con cambios en la perspectiva del objeto de
análisis que posibilitó encontrar motivos de valoración aún cuando los resultados
del balance fuesen opuestos. Ello se consigue con la activación sutil de líneas
argumentales, cada una de las cuales enlaza coherentemente con objetivos es-
pecíficos de la planificación. Así fue que en 2008 el ahorro eléctrico fue vitoreado
como un logro impulsado por la virtuosa planificación y en 2009 la superación del
récord histórico de los consumos también encontró razones de celebración gra-
cias a la concreción de pequeñas obras para respaldar la deficiencia estructural
local.
Especial referencia merece la contextualización del ahorro energético como
cambio cultural. Éste supone un proceso de transformaciones profundas, sin
embargo, su viabilidad adolece porque los intentos de concientización social y
ambiental del usuario mediante el uso de la publicidad y de confusas señales
económicas son aplastados por fuerzas históricas más poderosas (otras tenden-
cias de “cambio cultural”, incorporación tecnológica, presión empresarial a favor
del consumo de energía, etc.). Por otra parte, al descomprimirse la emergencia
con la entrada en servicio de los nuevos generadores eléctricos, la premisa del
ahorro quedó desplazada de las comunicaciones, como si el eventual aumento de
disponibilidad energética justif icara el abandono de los macroobjetivos
socioambientales. En definitiva, en menos de un año la ambiciosa tentativa del
cambio cultural se redujo a un absoluto silencio.
Conclusión
Para cerrar, presentamos de forma sintética un modelo de interpretación del
acontecer eléctrico local que ha sido practicado durante los momentos más críti-
cos de la emergencia. El mismo puede entenderse como un dispositivo argumental
usufructuado por la gestión y consiste en la aplicación de un axioma harto simple
y efectivo: si frente a la incertidumbre inherente a la transición muchos destinos
son probables, esos muchos destinos deben ser estandarizados en función del
202
éxito y justificados por lógicas residentes en la propia planificación. Evidentemen-
te, una planificación que valore cualquier resultado es una contradicción en sí
misma. Sin embargo, la diversidad de objetivos comprendidos en la agenda per-
mite matizar positivamente las lógicas abiertas de la cuestión energética y aislar la
contradicción que se revela cuando se aplican enfoques relacionales.
El Gráfico 4 sintetiza los fundamentos de la hipótesis del modelo. La etapa 3
se caracterizó, a grandes rasgos, por una tendencia de crecimiento sostenido del
consumo que en el plano discursivo despejó los cuestionamientos al sector ener-
gético transmitiendo una seguridad basada en la vuelta del estado planificador-
inversor y en la implementación de una política de ahorro para moderar la presión
del consumo, ya que “habiéndose restablecido la demanda, la mediatización y la
politización de la energía vuelven al ruedo (Bernal et al., 2008:43). Entre 2007-
2008 se reconfiguró el escenario energético por las demoras en la concreción de
las obras, por la necesidad de importar electricidad, por la aprobación de aumen-
tos desmedidos en la tarifa eléctrica, por los inconvenientes originados por la po-
lítica de ahorro y por la desaceleración económica del país que complicaba la
relación sociedad-energía eléctrica. Ese momento, que fue probablemente el de
mayor exposición mediática de la cuestión energética argentina, representa un
punto de inflexión en el que la gestión capitalizó la incertidumbre para convertirla
en éxito. En el gráfico se indican las dos áreas de sucesos probables en la evolu-
ción del consumo eléctrico luego de –por convención– 2007: persistencia en alza
o retracción. Un destino u otro serían incorporados en sendas narrativas dando
pie a los gestores para mostrar como logros de la gestión lo que realmente obede-
ció a una multicausalidad que, incluso, continúa siendo ignorada. Un consumo
menor al de referencia permitiría construir un relato basado en la consecución del
objetivo del ahorro, mientras que un consumo mayor daría la oportunidad de valo-
rar el papel jugado por un elemento que posee mayor trascendencia en el plano
político, las inversiones. Además, la renuncia a toda consideración acerca del
amplio proceso de cambio cultural que se intentaba impulsar solamente un año
atrás, genera una ruptura conceptual entre el relato de las inversiones y el relato
del ahorro.
Adriano Furlan I La planificación del ahorro... - pp. 180-205
203
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
Gráfico 4. Hipótesis de la planificación del éxito
Fuente: Elaboración personal.
La experiencia comunicacional reciente del campo de la planificación ener-
gética deja abierta una serie de interrogantes de distinto tenor que sintetizamos
en cuatro puntos. En primer término, quedan dudas sobre el conocimiento empí-
rico de la relación sociedad-energía eléctrica que poseen los planificadores de la
energía para diseñar, controlar y evaluar programas y medidas de ahorro. Kullock
et al. (2001:16) afirman que la planificación entra en un nuevo paradigma “en el
que se asume el conflicto y la incertidumbre como condición propia del sistema
social; en esas condiciones se planifica, con propuestas en permanente evolu-
ción”. La planificación del ahorro pareciera haber naturalizado el conflicto y la in-
certidumbre, no como un aliciente para la transformación virtuosa, sino para con-
servar la aplicación de los instrumentos del plan tal como fueron concebidos, aún
constatando su falta de efectividad o su carácter regresivo. En segundo lugar, la
planificación sectorial de la energía proporciona una clara muestra del distancia-
miento que existe en la práctica con respecto a las pretensiones de planificación
integral del territorio. En este sentido, la energía como sistema técnico de relacio-
204
nes sociales entre actores, al igual que otros sistemas de funciones sociales bási-
cas (agua potable, recolección de residuos, producción de alimentos, etc.) debe-
ría insertarse en un marco de interpretación que rescate las dinámicas singulares
de cada territorio local como condición elemental para la elaboración, seguimiento
y/o modificación de las propuestas de intervención. En tercer lugar, determinados
fenómenos sociales con los que nos toca convivir representan cambios históricos
en los sistemas de satisfactores que impulsan un aumento de los estándares de
consumo eléctrico. El sistema energético enfrenta un desafío en el que, articulan-
do las demandas de derecho a la energía, deberá interceder racionalmente en el
manejo de satisfactores y traducir operativamente lo que conceptualice como “de-
rroche” sin cercenar el derecho a ser contemporáneo. Por último, dado que la
planificación “Traduce operativamente lo que quiere realizarse en un espacio y
tiempo determinado como expresión de un programa de gobierno.” (Ander-Egg,
1995:31), surgen preguntas acerca de si intervenciones polémicas como el PUREE
o el “Tarifazo” contuvieron equivocaciones de planificación o si reproducen fiel-
mente las intenciones de los gobiernos de turno. En la peculiar transición energé-
tica que hemos comenzado a experimentar, la conservación de la energía marca-
rá un rumbo a los funcionamientos de la sociedad. El análisis crítico de las formas
en que ésta se practica es el primer gran paso para contribuir al desarrollo de
conocimientos aplicables en políticas innovadoras que moderen los impactos del
cambio energético.
Adriano Furlan I La planificación del ahorro... - pp. 180-205
205
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
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Nacional de Estadística y Censos.
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de Planificación Federal, Inversión Pública y
Servicios.
206
REFLEXIONES EN TORNO A LA NUEVA GEOGRAFÍAECONÓMICA EN LA PERSPECTIVA DE PAUL KRUGMAN Y
LA LOCALIZACIÓN DE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA
MARCO ANTONIO MERCHAND ROJAS - [email protected]
Universidad de Guadalajara
El objetivo del presente trabajo es explicar a partir del cuestionamiento que se
hace Krugman ¿Por qué está la r iqueza y la población concentradas
geográficamente?, los geógrafos señalan una variedad de formas, mediante las
cuales las ventajas iníciales de algunas localizaciones, que pueden no representar
más que un accidente histórico, tienden a reforzarse a lo largo del tiempo. A tales
procesos que se autorrefuerzan se les denomina, a menudo ejemplos de causación
acumulativa. Es decir, una vez que una región tiene una alta concentración
productiva, este patrón tiende a ser acumulativo: la región dominante adquiere
una ventaja de localización; esto es, ella deviene atractiva para las firmas debido
al gran número de firmas que ya producen allí (y no, por ejemplo a una mejor
dotación de factores). En otras palabras, el éxito explica el éxito.
A continuación, se desarrolla la estructura del trabajo en dos apartados.
1. La Nueva geografía económica de acuerdo al pensamiento de Paul Krugman.
2. La NGE y otros estudiosos de la geografía regional.
Palabras claves: Geografía, economía, capital, localizaciones y concentraciones
The aim of this paper is to explain from the questioning that by Krugman, why is
richness geographically concentrated? geographers point to a variety of forms
through which the initial advantages of some locations, they may not represent
more than a historical accident, they tend to be reinforced over time. For such self-
Res
um
enA
bst
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Marco A. Merchand Rojas I Reflexiones en torno a la nueva geografía... - pp. 206-223
207
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
1. La Nueva geografía económica de acuerdo al pensamiento de Paul
Krugman
En este apartado, se conjetura que el crecimiento económico que acarrea el
proceso de globalización a través de la reestructuración productiva mundial, con-
lleva a una agudización entre regiones en el mundo, conduciendo a una diferen-
ciación entre ellas que se caracterizan por una elevada concentración económica
en unas cuantas regiones y localidades urbanas, producto de las diferencias en la
formación de áreas de mercado, la aglomeración de capital fijo y en las producti-
vidades globales y sectoriales de sus economías. Sólo en ciertos lugares especí-
ficos de la geografía económica mundial se forman nodos hacia los cuales gravi-
tan flujos de inversión, financieros y productivos que permiten consolidar centros
de investigación y desarrollo tecnológico de vanguardia.
En efecto, como se ha explicado, el rasgo económico de una región está
determinado a partir de las características predominantes de un desarrollo mun-
dial que estructuralmente reproduce los desequilibrios económicos inter e intra,
tanto al interior como al exterior de una región, agudizando las disparidades o
divergencias entre ellas, en todos los órdenes; desde lo local, regional, nacional y
reinforcing processes that are called, often examples of cumulative causation. That
is, once a region has a high concentration of production, this pattern tends to be
cumulative: the dominant region takes advantage of location, that is, it becomes
attractive for firms because of the large number of firms that already produce there
(and not, for example to a better allocation of factors). In other words, the success
explains success.
Then, we develop the structure of work in two sections.
1. The New Economic Geography according to the thinking of Paul Krugman.
2. The NGE and other students of regional geography.
Keywords: geography, economy, capital, locations and concentrations
208
mundial.
La pregunta central que hay que hacerse es ¿Cuál sería la característica
más prominente de la distribución geográfica de la actividad económica?
La Nueva Geografía Económica (NGE)1 representada por Paul Krugman
(1997) se encargará de actualizar la importancia que tiene el territorio, pero con
otros supuestos contrarios a los que consideran a la región como una planicie
isotrópica.
La NGE, es una síntesis entre aproximaciones económico-espaciales que,
aunque nacidas dentro la misma corriente de pensamiento, eran en buena medi-
da, excluyentes; de ahí que la NGE introduzca una serie de fundamentos
"microeconómicos" nuevos que se refieren:
-Ser parte de un enfoque de competencia imperfecta, lo que es fundamental,
sobre todo en la conceptualización de las implicaciones localizadoras de la teoría
de la producción.
-La competencia imperfecta se encuentra ligada a un esquema de rendi-
miento creciente. Esto también es importante, por qué son estos rendimientos
crecientes, los que favorecen la concentración de las actividades económicas en
unos pocos espacios. Los rendimientos crecientes, son la principal fuerza centrí-
peta existente en el sistema.
-Se otorga una importancia central al proceso de externalidades como aque-
llos efectos positivos o negativos generados por una actividad o empresa sobre
otras de su entorno, que provoca un aumento o disminución en su nivel de bene-
ficio y/o utilidad, por lo que están relacionados de forma directa con la proximidad.
La noción de externalidad, pese a tener un origen bastante lejano, recupera ac-
1 Como el mismo Krugman, P. (1997) reconoce, los elementos postulados por la NGE no son
completamente nuevos. En efecto, el concepto de las ventajas de aglomeración vinculadas a
los rendimientos crecientes de escala, se remonta a las contribuciones de Marshall, a los
modelos del geógrafo alemán de principios del siglo XIX Von Thünen y a los continuadores de
la escuela de Jena, hasta llegar a la primera mitad del siglo XX con los influyentes geógrafos
(Lösch y Christaller, W.)
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209
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
tualmente un notable protagonismo como principal factor explicativo de las ten-
dencias favorables a la concentración espacial de actividades innovadoras, as-
pecto al que los geógrafos también han contribuido con la noción de campo de
externalidad (Méndez, R. 1997).
-Se vincula la problemática localizatoria con otras áreas de trabajo y tradicio-
nes de pensamiento económico. Es el caso de las teorías de comercio internacio-
nal y de las propias teorías del crecimiento. Los rendimientos crecientes explica-
rían, de esta forma, tanto el crecimiento económico de los distintos territorios (y su
tendencia general a la no-convergencia), el concepto de proceso acumulativo alu-
dido más arriba, ilustra por ejemplo; los procesos de aglomeración industrial.
-Incluso Krugman, P. (1995), sostiene que puede incrementarse nuestro co-
nocimiento de la economía internacional estudiando economía regional. Krugman
afirma que la economía internacional viene a ser en gran medida un caso espacial
de la geografía económica y, por tanto, una de las mejores formas de comprender
cómo funciona la economía internacional; reside en empezar observando qué
sucede al interior de las naciones. Las regiones en el seno de un país tienden a
estar más especializadas y comerciar más que los países, incluso cuando las
regiones tienen un tamaño tan grande como los países.
Como lo explica Lira, L. (2003) el desarrollo de cada región o localidad de-
pende fundamentalmente de las tendencias de crecimiento y desarrollo que se
dan en las otras regiones o localidades ya que, como subsistemas abiertos, de-
ben analizarse teniendo en cuenta tanto el sistema en su totalidad, como las par-
tes que las componen en sus distintos aspectos multiescalares. Así, las regiones
y localidades se pueden caracterizar con referencia a sí mismas, con referencia a
otras unidades del mismo conjunto, con referencia a la estructura del conjunto,
con referencia a las subunidades y con referencia a las súper unidades.
Respecto al mismo concepto de regiones y localidades multiescalares, otro
estudioso del tema, Jessop, B. (2004), señala que ha habido un creciente énfasis
sobre cómo organizar mejor la escala global alineada con un amplio rango de
criterios a menudo conflictivos. Las pequeñas escalas (notablemente lo urbano,
210
regional y nacional) aún son significativas (aunque a menudo bajo nuevas formas)
como sitios sustantivos de actividades económicas reales. Muchas estrategias,
también están siendo desarrolladas para vincular estas y otras escalas desde lo
global, incluyendo la triadización, formación de bloques regionales, construcción
de redes de ciudades globales, formación de regiones transfronterizas y
transnacionalización de regiones.
Para Krugman, P. (1997), han sido cinco tradiciones en geografía económica
las más importantes en economía espacial antes de 1980. Las cinco tradiciones;
son: la geometría germánica (espacialmente, la teoría del emplazamiento cen-
tral); la física social (concretamente, el enfoque del potencial de mercado); la
causalidad acumulativa; externalidades locales y el análisis de la renta a través
del suelo y su uso. Estas primeras cuatro tradiciones son aspectos diferentes de
la misma historia, formas diferentes de mirar lo mismo, aunque sus defensores no
lo interpretan así y, de hecho, se vieran como alternativas rivales. La quinta tradi-
ción del análisis del uso/renta de la tierra que llega hasta el mismo Von Thünen, es
huérfana, conceptualmente muy divorciada de los restantes enfoques y que, no
por casualidad, también es la tradición que ha sido la mejor aceptada por la mayo-
ría de los economistas.
La contribución de Krugman, respecto de las teorías de Von Thünen, Weber,
Christaller y Lösch, es que el análisis económico de la localización planteado por
éstos es simplemente incorrecto, pues para que los diferentes análisis de la loca-
lización planteados tuvieran sentido, había que tener en cuenta los rendimientos
crecientes (economía de escala) y con ello, la competencia imperfecta explicada
por Fujita, M.; Krugman, P. y Venables, A. (2000).
Como bien lo explica, Moncayo, E. (2001), sin desconocer las importantes
contribuciones que hicieron los geógrafos alemanes y estadounidenses hasta aquí
reseñados, el hecho es que ellos no lograron llegar al meollo de la cuestión espa-
cial: ¿qué determina la aglomeración urbana y la jerarquía interurbana? En cierto
modo, el argumento de tales enfoques teóricos era un tanto tautológico: la aglo-
meración de productores en una localización proporciona ventajas que, precisa-
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
mente, explican la aglomeración. Estas teorías suponen lo que están tratando de
entender: la existencia de un mercado central urbano.
Esta insuficiencia explicativa se ha atribuido al presupuesto de un espacio
homogéneo y a la no captación apropiada del concepto de "externalidades" –aso-
ciado con los rendimientos crecientes de escala y la competencia imperfecta–
que si bien ya estaba presente en la obra de Alfred Marshall (1890), no podía ser
incorporada en los modelos espaciales por limitaciones en el estado del arte. Por
lo demás, su sesgo hacia el modelaje económico, le hace decir a Krugman que
ésta fue una de las razones principales para que los aportes de la geografía eco-
nómica, no entraran a formar parte del núcleo central del pensamiento económi-
co.
2. La NGE y otros estudiosos de la geografía regional.
Después de los estudios ya explicados, propiamente en el campo de la eco-
nomía, vendrían otros que entran en la clasificación de los estudios regionales
heterodoxos, como F. Perroux, Jacques Boudeville, Gunnar Myrdal y Albert
Hirschman.
A finales de la década de los noventa, los conceptos básicos reaparecen
ahora bajo una distinta óptica para apreciar la problemática regional de los países
latinoamericanos con nuevas formas de industrialización a partir del predominio
del paradigma tecnológico post-fordista y las tendencias que se van configurando
a partir del proceso de globalización. Por lo que en efecto, las distintas teorías y
modelos interpretativos del desarrollo regional, no ofrecen en la actualidad una
teoría unificada del espacio económico que integre las diferentes corrientes de
pensamiento en esta materia.
Acorde a las distintas teorías, los "determinantes" del desarrollo regional,
pueden ser agrupados en dos grandes subconjuntos. Por una parte están los
enfoques propiamente espaciales que se originaron mayoritariamente en la disci-
plina de la geografía y, por consiguiente, ponen el énfasis en lo específicamente
territorial, ya sea en términos de factores físicos o de procesos económicos y
212
tecnológicos.
Por otro lado, se encuentran otros enfoques que adaptan la perspectiva re-
gional a los modelos de crecimiento económico. Sin embargo, es posible distin-
guir por fortuna, en estas últimas fechas, una progresiva incorporación de lo espa-
cial a los marcos teóricos, no sólo en la disciplina económica, sino incluso a otros
campos de las ciencias sociales, mostrando una trayectoria que arranca desde
Marshall, pasa por Myrdal y Kaldor2 y llega a Krugman y los otros exponentes de la
nueva geografía económica. En esta perspectiva, es innegable que en esta última
vertiente, se integran los aportes de las teorías espaciales, como; las de Von
Thünen, Walter Isard, Myrdal y Kaldor y por supuesto muy especialmente, las
teorías del crecimiento endógeno.
Todo indicaría, que las dos vertientes –la espacial y la funcional3– están con-
fluyendo hacia una concepción más integral del territorio, en la cual el territorio ya
no sería un factor fortuito que hay que incorporar al análisis del crecimiento eco-
nómico, sino un elemento esencial de los procesos de crecimiento. Los aportes
de la geografía socioeconómica, indican que el desarrollo territorial trasciende el
campo económico, para entrar en las dimensiones social, cultural y política.
Como bien lo explica Massiris, A. (2005), respecto de la llamada "nueva geo-
grafía", el espacio se considera bajo dos formas excluyentes: por un lado, la no-
ción de planicie isotrópica que hace abstracción de la realidad para establecer
unas condiciones físicas y socioeconómicas en términos de homogeneidad o uni-
formidad, en las cuales existe una racionalidad económica fundada en la minimi-
2 Citado por Moncayo, E. (2001). Kaldor elabora un modelo formal de la causación circular
acumulativa formulada inicialmente en forma cualitativa por Myrdal.
3 "La idea de que el desarrollo económico regional puede ser explicado a partir de dos grandes
aproximaciones, entre las cuales los analistas, en cierto modo, se ven, obligados a elegir: para
unos, el nivel de desarrollo alcanzado es el resultado del lugar que cada espacio ocupa en un
sistema de naturaleza jerarquizada y de relaciones asimétricas definidas por el comportamiento
de flujos de carácter funcional; mientras que para otros, el desarrollo es el resultado del esfuerzo
de la sociedad y del grupo humano que conforma el territorio. A la primera aproximación es
conocida como perspectiva funcional y la segunda como perspectiva territorial del desarrollo
regional" (Mella, Márquez (1998: 25)
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zación de los costos y la maximación de las ganancias. La circulación en esta
planicie es posible en todas direcciones y la distancia es la variable más importan-
te, pues es la que determina la diferenciación espacial.
La modelización a la que se refiere Krugman ha sido punto de ataque de los
geógrafos económicos sobre todo de la critica que hace Ron Martín4, quien sos-
tiene que la NGE5 no es nueva en cuanto a la visión que maneja desde un punto
vista geográfico y, por otra, la "Teoría general de la aglomeración"6 expuesta por
Krugman, es más un modelo matemático que un avance en la problematización
sobre las cuestiones territoriales.
Sin embargo, es el mismo Krugman quien menciona, después de publicar su
pequeño libro Desarrollo, Geografía y Teoría Económica que éste contiene ideas
vagas y breves y que, incluso, son ideas demasiado imprecisas, como para ser
publicadas en una revista especializada. Después de este libro, Krugman publica
con otros autores un nuevo manifiesto de la geografía económica y incluso éste
presenta con mucho más sofisticación los modelos que fundamentan, lo que el
denomina la llamada cuarta ola de la revolución de los rendimientos crecientes en
economía y, quizá, la última ola.
"La revolución comenzó en los años setenta en el campo de la orga-
nización industrial, cuando los teóricos empezaron por primera vez a
4 Citado por Moncayo, E. (2001).
5 Ver los compendios de geografía económica de Sheppard, Eric y Barnes, Trevor (2000) y el
Handbook de Oxford por Clark, G Feldman, Maryann y Gertler, Meric (2000). Los autores proveen
una serie de lecturas para entender la tradición de la investigación geográfica y los relevantes
tópicos de geografía económica, los cuales se focalizan en el desarrollo de los últimos veinte
años.
6 Respecto a la "teoría general de la aglomeración", Krugman sostiene haber formulado un modelo
que subsume a las anteriores teorías de la geografía económica (desde la escuela alemana a
las teorías del crecimiento endógeno) y que, al develar las "estructuras profundas que subyacen
en los diversos fenómenos de geografía económica", se es capaz de explicar desde la
especialización productiva y las disparidades de las regiones subnacionales, hasta la jerarquía
de las ciudades y el comercio internacional.
214
construir modelos de competencia manejables en presencia de rendi-
mientos crecientes; en concreto, Dixit y Stiglitz han perfeccionando el
concepto de competencia monopolista de Chamberlin.... Éste se ha
convertido en el punto de arranque de la modelización teórica de mu-
chos campos" (Fujita, M.; Krugman, P. y Venables, A. 2000:13).
Como ya se explico, la NGE introduce una serie de fundamentos "microeco-
nómicos nuevos que le otorgan un relieve sobresalientre a las apreciaciones eco-
nómico-espaciales. Esta NGE le otorga a las regiones un papel preponderante en
el seno de un país, pues éstas tienden a estar más especializadas y a comerciar
más que los países, incluso cuando las regiones tienen un tamaño tan grande
como los países.
Volviendo a la pregunta que se hace Krugman es ¿Por qué están la riqueza
y la población concentradas geográficamente?, los geógrafos señalan una varie-
dad de formas mediante las cuales las ventajas iníciales de algunas localizacio-
nes, que pueden no representar más que un accidente histórico, tienden a refor-
zarse a lo largo del tiempo. A tales procesos que se autorrefuerzan se les denomi-
na, a menudo ejemplos de causación acumulativa.
El ejemplo más claro de causación acumulativa implica la interacción de las
economías de escala, los costes de transporte y la movilidad de trabajo. Es decir,
las economías regionales se caracterizan a menudo por el desarrollo desigual,
reflejo de un proceso de causación acumulativa en la que las regiones con una
ventaja inicial debida a un accidente o la historia, atraen volúmenes crecientes de
industria y empleo de otras regiones menos afortunadas.
Está demostrado con suficiencia estadística que la actividad económica de
los países está fuertemente concentrada en unos determinados polos producti-
vos; uno de los factores que incide más en ello, se relaciona con los efectos que
acarrea la urbanización acelerada. Esto lo muestra, muy bien Krugman, cuando
explica:
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
"Las aglomeraciones surgen de la interacción entre los rendimientos
crecientes a nivel de las plantas de producción individuales, los costes
de transporte y la movilidad de los factores. A causa de los rendimien-
tos crecientes, es preferible concentrar la producción de cada producto
en unas pocas ubicaciones. A causa de los costes de transporte, las
mejores localizaciones son aquellas que tienen un buen acceso a los
mercados (vinculación hacia delante) y los proveedores (vinculación
hacia atrás). Pero el acceso a los mercados y a los proveedores estará
en esos puntos en los que se han concentrado las fábricas, y que, en
consecuencia, han atraído a sus alrededores a los factores de produc-
ción móviles" (Krugman, P. 1997:70).
En otras palabras, el fortalecimiento de la circularidad7 respecto a la dinámi-
ca del capital en la ciudad, favorece su capacidad de auto-refuerzo de las ventajas
comparativas iniciales. Esto origina las condiciones para la formación de alianzas
estratégicas entre los actores claves de la ciudad y esta conectividad entre los
actores de la ciudad representa el elemento central en su dinámica glocal8.
Asimismo, localizaciones "exitosas" que han logrado atraer una cantidad con-
siderable de empresas y capitales que generan como consecuencia una sombra
de aglomeración (agglomeration shadow)9 que absorbe el desarrollo económico
7 La existencia de la lógica circular de causación ha sido comprobada empíricamente en varios
trabajos realizados con el enfoque de la NGE como son los de Herdenson, (2003), quien encontró
que los efectos de la aglomeración son importantes en el crecimiento de la industria
manufacturera de los Estados Unidos.
8 "La valorización de lo local en relación dialéctica con lo "global" ha dado a lugar incluso a un
extraño neologismo "glocal" para tratar de expresar la pertenencia de los dos ámbitos espaciales
al mismo campo relacional" (Moncayo, E. 2001: 9).
9 Esta sombra de aglomeración de grandes centros urbanos no responde a la lógica de un
centro único y principal. Cada vez se evidencia más el desarrollo de un sistema de centros
múltiples urbanos que compiten entre sí. Tal es el caso de ciudad de Boston y los importantes
centros localizados a lo largo de la carretera 128. A estos centros que han surgido alrededor de
Boston y otras grandes ciudades se les denominan ciudades periféricas (edge cities).
216
de otras localizaciones cercanas y de menor peso. Los centros vecinos sólo po-
drán sobrevivir de manera autónoma, si están alejados de la sombra de aglome-
ración para desarrollarse al margen de la influencia. Como resultado de localiza-
ciones exitosas, se crean centros urbanos separados entre sí por una distancia
significativa y representada por su propio hinterland.
Uno de los aspectos relevantes es precisamente, el papel que desempeñan
las grandes empresas10 para crear sus propias economías de aglomeración. En la
medida en que las grandes empresas consigan la localización de sus entramados
de proveedores, esto genera un proceso de crecimiento acumulativo ampliado a
otras actividades económicas (Longás, J. 1997).
Se puede ilustrar de otra manera, como lo hace Benko y Lipietz, (1994):
"Se va al centro de la playa porque se sabe que allí hay vendedoras
de helados (y de crema solar, y de gafas, etc.). La aglomeración no es
forzosamente un efecto perverso. Ofrece efectos positivos para los com-
petidores, efectos de aglomeración: economías de aglomeración inter-
nas al sector (el vendedor de helados está cerca del fabricante de hela-
dos), efectos de proximidad externos al sector (se va a compra crema
solar, se vuelve con un helado en la mano)....... Hay un efecto de fasci-
nación, emulación, intercambios informales, interacción no tasada, pro-
pio de la aglomeración. Nos encontramos de nuevo con el concepto de
atmósfera... si consideramos la ciudad (y la región que la rodea y parti-
cipa de su prosperidad) como un sujeto colectivo, se ve entonces vol-
verse sobre sí mismas, como una espiral de Moebius, las dos caras
contrapuestas de toda ciencia social: holismo e individualismo, estruc-
tura y trayectoria; es decir, en lenguaje del análisis espacial, lo Global y
lo local" (Benko, G. y Lipietz, A. 1994:25).
10 Dada las interdependencias estratégicas entre empresas y las relaciones de complementariedad
tipo input-output entre ellas, todas las aglomeraciones están interrelacionadas en una compleja
red de interacciones.
Marco A. Merchand Rojas I Reflexiones en torno a la nueva geografía... - pp. 206-223
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
En otras palabras, para Benko y Lipietz la reestructuración capitalista y la
globalización están convirtiendo las grandes áreas urbanas en las formas espa-
ciales dominantes de la nueva geoeconomía mundial; estas son las regiones que
ganan (Merchand, M. 2007).
Vale la pena destacar que aunque la NGE y la acumulación flexible están
inscritas en tradiciones intelectuales muy diferentes, ambas tienen varios puntos
de coincidencia, aunque también entre ellas hay diferencias importantes.
Tanto la NGE como la acumulación flexible le conceden un papel importante
al azar y a los accidentes históricos en el origen de las aglomeraciones, así como
también a las externalidades en la evolución de las mismas y a la causalidad
circular y acumulativa entre historia y actividad humana.
El desacuerdo más marcado entre ellas es que, para los teóricos de la acu-
mulación flexible, los factores extraeconómicos intangibles (atmósfera de Marshall)
son trascendentales. La NGE, no consideran dicho factores fundamentales, por
encontrarlos difíciles de cuantificar o modelizar.
Existe otra terminología conceptual que puede ser utilizada con el fin de
explicar por qué hay regiones ganadoras y perdedoras. Es la expuesta por Veltz
(1996) y Castells (1998). Aunque ambos estudiosos parten de marcos conceptua-
les distintos, se considera que llegan a conclusiones similares, en cuanto a que la
estructura del capital mundial, tal como está concebida y diseñada, refuerza las
desigualdades en todos los ámbitos (sectoriales, regionales, nacionales y mun-
diales).
Para Veltz (1996), el verdadero problema es aprender a pensar el mundo de
otra forma, como un mosaico de zonas El territorio es un elemento clave que
ayuda a comprender las contradicciones producidas por los grandes procesos en
curso y, para entender las relacionadas con el territorio, faltan imágenes nuevas.
En este sentido, Veltz (1996) utiliza la metáfora del archipiélago. Los flujos se
concentran en el seno de una red-archipiélago de grandes polos en la que las
relaciones de radio largo (entre polos, relaciones horizontales) son más fuertes
que las de radio corto (de los polos con su hinterland, relacione verticales). Los
218
polos son las islas o espacios emergentes que conforman el archipiélago, mien-
tras los ámbitos que no integran en la red quedan excluidos del sistema confor-
mado en el espacio sumergido, los fondos marinos.
Por ejemplo, señala Caravaca, I. (1998), que la metáfora del archipiélago
está siendo muy aceptada y utilizada, a veces con ligeras modificaciones. Así,
Dollfus11 señala que el archipiélago megalopolitano mundial formado por un con-
junto de ciudades que contribuyen a la dirección del mundo es una creación de la
segunda mitad del siglo XX y uno de los símbolos más fuertes de la globalización.
Las megalópolis crean excelentes ligazones con otras islas del archipiélago
megalopolitano mundial. Por su parte, Pradilla12 sostiene que los territorios
homogeneizados por el capital, los incluidos en la acumulación de capital a escala
mundial, no son continuos; su reducido número los sitúa como islotes de prospe-
ridad en el mar creciente del atraso (Caravaca, I. y Méndez, R. 2003).
Castells por su parte utiliza una nueva categoría conceptual consistente en
la sociedad informacional. Según este autor, la progresiva dominación del espacio
de flujos sobre el de los lugares, es una forma de soslayar los mecanismos histó-
ricamente establecidos de control social, económico y político por parte de las
organizaciones detentadoras del poder.
Sin embargo, recalca Castells que la mayor transformación que subyace en
el surgimiento de la economía global atañe a la gestión de la producción, distribu-
ción, y al proceso de producción mismo. El proceso producción incorpora compo-
nentes producidos en muchos emplazamientos diferentes por empresas distintas
y ensamblados para propósitos y mercados específicos en una nueva forma de
producción y comercialización. Lo que resulta fundamental de esta estructura in-
dustrial es que se extiende territorialmente por todo el mundo y su geometría
cambia continuamente en su conjunto y para cada unidad individual.
El elemento más importante de esta estructura industrial es situar una em-
11 Citado por Caravaca, I. (1998).
12 Citado por Caravaca, I. (1998).
Marco A. Merchand Rojas I Reflexiones en torno a la nueva geografía... - pp. 206-223
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
presa (o un proyecto industrial determinado) de tal modo que obtenga una ventaja
comparativa en cuanto su posición relativa. Como lo explica Santos, M (1996), el
espacio se organiza conforme a un juego dialéctico entre fuerzas de concentra-
ción y dispersión, en el que las fuerzas de concentración son poderosas y las de
dispersión son igualmente importantes: el significado que tiene para Castells este
juego dialéctico, es lo que él llamó concentración descentralizada.
Para explicar con mayor detalle este juego dialéctico entre lo que se llama
concentración descentralizada, Castells se sirve de Gordon (1994) quien sostiene
de forma convincente, el surgimiento de una división espacial de trabajo,13 hacien-
do referencia a lo siguiente:
"En este nuevo contexto global, la aglomeración en un emplazamiento,
lejos de constituir una alternativa a la dispersión espacial, se convierte
en la base principal para la participación en una red global de econo-
mías regionales. En realidad regiones y redes constituyen polos interde-
pendientes dentro del nuevo mosaico espacial de innovación global. En
este contexto la globalización no supone el impacto nivelador de los
procesos universales sino, por el contrario, la síntesis calculada de la
diversidad cultural y en la forma de lógicas de innovación diferenciales"
(Gordon, R. 1994: 426).
Insiste Castells en explicar que el nuevo espacio industrial no representa la
desaparición de las antiguas áreas metropolitanas establecidas y el amanecer de
nuevas regiones de alta tecnología. Esto no implica comprender la oposición sim-
plista entre la automatización del centro y la manufactura de coste reducido de la
periferia; lo que sucede, es que se organiza una jerarquía de innovación y fabrica-
ción articulada en redes globales compuesta ésta por complejos de producción
13 La nueva división espacial de trabajo se caracteriza por su geometría variable y sus conexiones
de un lado a otro entre firmas ubicadas en complejos territoriales diferentes, incluidos los
principales medios de innovación.
220
territoriales.
De hecho, a nueva economía mundial se articula a través de redes de ciuda-
des mundiales, lo que ha constituido redes globales de nodos urbanos. Las ciuda-
des, como lo explica Saskia Sassen (1998), más que volverse obsoletas debido a
la dispersión detonada por las tecnologías de información, estas se configuran a
partir de los siguientes elementos: a) concentran funciones de comando; b) son
sitios de producción post-industrial para las industrias líderes de este periodo,
financieras y de servicios especializados; y c) son mercados transnacionales don-
de las empresas y los gobiernos pueden comprar instrumentos financieros y ser-
vicios especializados, por lo que se constituye una malla global de sitios estratégi-
cos que emergen como una nueva geografía de centralidad.
Para que este tipo de ciudades sean ganadoras, necesitan cubrir algunos de
los siguientes requisitos que se enumeran: ser grandes ciudades globales donde
se concentren los servicios de mayor valor y rango internacional, junto con los
espacios innovadores (tecnópolis, clusters, distritos industriales de pequeñas
empresas que operan en red), contar con ejes de desarrollo industrial y contar
también, en su caso, con áreas turísticas o de agricultura de exportación.
Las ciudades globales o nodos, es un reducido número de ciudades (Nueva
York, Londres y Tokio) que juegan un papel de centros rectores del nuevo modelo
espacial. Como contrapunto, aquellos ámbitos que se encuentren desconectados
de las redes, no es que actúan como subordinados, es que quedan al margen y
son excluidos del nuevo sistema-mundo. Las desigualdades se manifiestan, por
consiguiente, por el grado de integración y exclusión de los distintos ámbitos al
sistema socioterritorial dominante.
Conclusiones
En los términos que expone Krugman, quien sostiene que dado los supues-
tos de las economías de aglomeración y de escala, el crecimiento tendrá a bene-
ficiar acumulativamente las economías de mayor desarrollo (ganadoras), en detri-
mento de las más atrasadas (perdedoras). Con los cambios socioeconómicos y
Marco A. Merchand Rojas I Reflexiones en torno a la nueva geografía... - pp. 206-223
221
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
sus efectos en la organización territorial, se producen nuevos desequilibrios terri-
toriales, por un lado, produciendo espacios ganadores, emergentes e innovadores
bien conectados con las redes y por el otro lado, produciendo regiones margina-
les, estancadas y excluidas.
Por supuesto que los cambios en los procesos de reestructuración económi-
ca y la internacionalización de la producción durante los años 80 han cambiado la
geografía económica. Regiones centrales existentes fueron seriamente afecta-
das por la reestructuración industrial. Al mismo tiempo surgieron nuevas regiones
de crecimiento, conocidas como distritos industriales, las cuales han competido
exitosamente en el comercio internacional. Ejemplos de éstas son la llamada ̀ ter-
cera Italia' en la parte central-norte de Italia, el estado de Baden-Wurtemberg en
Alemania y la zona occidental de Flandes en Bélgica.
El resultado de tener mayor divergencia económica entre regiones se expre-
sa territorialmente en lo que Krugman se pregunta y contesta con brevedad a la
vez: ¿Cuál sería la característica más prominente de la distribución geográfica de
la actividad económica?, la respuesta sería que es su concentración y/o aglome-
ración. Sin lugar a dudas, la realidad observable se ha encargado de demostrar
que la concentración en grandes aglomeraciones urbanas permanece como ras-
go destacado del nuevo escenario.
La concentración de la actividad económica refleja procesos de circulación
acumulativa: las actividades se agrupan donde los mercados son grandes y los
mercados se vuelven grandes donde las actividades se agrupan. La movilidad de
factores contribuye a esa causación circular acumulativa a través de la cual regio-
nes centrales (ganadoras) crecen a costa de las regiones periféricas (perdedo-
ras).
222
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224
CUANDO EL TERRITORIO ES LA VIDA: LA
EXPERIENCIA DE LOS SIN TIERRA EN BRASIL
Giarracca, Norma et al. (2006). Editorial Antropofagia. Bue-
nos Aires. 76pp.
Esta publicación muestra la calidad y la simplicidad de
una buena relatoria acerca del trabajo de campo como expe-
riencia valida en la práctica de investigación.
El grupo de Estudio de los Movimientos Sociales Lati-
noamericanos (GEMSAL) pretende, en esta obra, acercarse
a los nuevos movimientos que desafía las vieja dicotomías de
investigador-investigado; sujeto-objeto; estructura-acción. Los
autores señalan que en todo estudio, cuyo objeto de estudio
son los actores sociales, se debe tener participación no sólo
como investigadores sino también como sujetos integrantes
de esta sociedad.
Los resultados hacen referencia a la sociedad rural cam-
pesina latinoamericana, la que presenta diversos matices y
transformaciones que tuvieron manifestación desde la déca-
da del noventa. En este sentido, comienzan a investigar los
escenarios en donde aparecen campesinos militantes que lu-
chan para obtener o recuperar sus tierras, en este caso "Mo-
vimiento de los Sin Tierra en Brasil", en el que pretenden co-
nocer su historia y su realidad privilegiando personas e
interrelaciones que se generan en el interior del movimiento.
Como ellos mismos afirman: "es frecuente escuchar sobre
investigador militante, comprometido".
Se manifiesta a lo largo de la obra el interés por presen-
�Yanina Paola Villalobo I Cuando el territorio es la vida... - pp. 224-227
225
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
tar la realidad de este importante movimiento y los autores lo logran mediante
narraciones acerca de los protagonistas, siempre acompañados con los comenta-
rios propios o del grupo sobre las realidades visitadas. El marco teórico que va
acompañando en cada relato es el grado de cientificismo de alta calidad que pre-
senta la obra.
Acompañan a esta publicación un conjunto de fotografías abriendo un cam-
po de reflexión sobre las situaciones vividas en esta experiencia de trabajo de
campo, que no sólo cobran valor en si mismo sino que se convierten en medios
útiles para seguir estos procesos de investigación sobre los movimientos sociales
latinoamericanos.
El texto está organizado de acuerdo con los objetivos de los investigadores,
el mismo busca mostrar como los campesinos sin tierra brasileños organizan sus
propios espacios de resistencia (los campamentos), conquistan sus territorios (los
asentamientos) y luego cómo se organizan ante la producción y la comercialización
de los productos que obtienen de su trabajo.
El libro se divide en dos relatorias y en dos capítulos que dan el marco teóri-
co acerca de esta experiencia. El primero de ellos se titula: "Apuntes de un trabajo
de campo: el MST, Sao Paulo"; el que ofrece una amplia visión de los lugares
visitado y de las personas con quienes se han encontrado y a quienes han entre-
vistado. Este artículo fue elaborado a partir de un trabajo de campo del Grupo de
Trabajo de Desarrollo Rural de CLACSO en Septiembre de 2005; el objetivo del
mismo fue acercarse y comprender este fenómeno latinoamericano como lo es
en Brasil el MST. Sorprende la forma con que los autores de dicho, al realizar las
entrevistas, contribuyen con la comprensión de las respuestas, haciendo comen-
tario críticos y ampliando la comprensión de la realidad estudiada.
La segunda relatoria se denomina "Un recorrido por el Asentamiento
Charqueadas (RS) del MST". Este apartado es el resultado de una investigación
realizada a partir de una visita al asentamiento Charqueada (Río Grande do Sul),
después de que los autores participaron en el XXV Congreso de la Asociación
Latinoamericana de Sociología. Aquí ellos pretenden mostrar como los campesi-
226
nos sin tierra brasileños organizan sus propios espacios de resistencia. Al respec-
to, los objetivos de la investigación van organizando el texto en tres partes: una
introducción, una parte denominada "campamento" y otra "asentamiento"; está
última está dividida de acuerdo con los aspectos que fueron seleccionados para
ser analizados: organización del trabajo, de la producción y de la comercialización
por los campesinos asentados. Los investigadores reflejan de forma directa y pre-
cisa, en una frase, la sensación sentida al alejarse de los asentamientos: "su
alegre rebeldía y su tranquila dignidad"; además, señalan el característico trabajo
colectivo, el cual les permitió triunfar como movimiento.
El un siguiente artículo titulado "Movimiento Sin Tierra: antecedentes y cons-
trucción territorial", está dedicado a presentar un marco teórico para reconstruir la
historia del movimiento y sus principios organizativos con el fin de comprender los
procesos que rodean al mismo. Asimismo, reflexionan en torno a la construcción
territorial de su acción colectiva, pensando que la misma habilita la conformación
de espacios sociales concretos donde se ensayan nuevas formas de sociabilidad
como de producción económica, política y cultural.
El último artículo: "Notas sobre el trabajo de campo", refleja la opinión de la
autora acerca del significado para las ciencias sociales de las "salidas al campo",
a respecto expresa que "la combinación de teoría y experiencias sobre una situa-
ción social son los aspectos primordiales para la generación de un conocimiento
científico". Así, en el mismo apartado se hace referencia a la propia experiencia,
es decir que los investigadores involucrados en estas relatorias llegaron a los
asentamientos y campamentos con muchos elementos logrados previamente con
el fin de arribar a resultados certeros (teorías, lecturas, investigaciones previas
sobre el movimiento, etc.). De alguna manera, esto refleja la importancia la prepa-
ración de todo trabajo de campo y sobre todo la el valor de la entrevista como
instrumento para recabar información cualitativa.
Esta publicación, en general, logra cumplir sus objetivos. Además muestra la
importancia de un acercamiento a la realidad y de su estrecha e importante rela-
ción con la teoría, ya que ésta implica acceder a un conocimiento previo que se
tiene de esos mundos sociales desconocidos.
Yanina Paola Villalobo I Cuando el territorio es la vida... - pp. 224-227
227
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
La obra rescata cómo estas experiencias no son tan recurrentes entre los
investigadores pues con frecuencia se considera que con un completo y sólido
marco teórico ya se puede explicar la realidad social. En tal sentido los autores
destacan el valor para aprovechar los momentos oportunos, tener una buena for-
mación teórica y utilizar un método apropiado para lograr calidad en los resulta-
dos.
Son muy interesantes las experiencias que en este tipo de trabajo se en-
cuentran que no pasan necesariamente por las entrevistas o fotografías, sino que
refleja la importancia de los gestos, movimientos, miradas e incluso silencios de
los actores involucrados. Además se muestra la enriquecedora experiencia de
compartir comidas, recorrer los campamentos, los asentamientos, compartir un
curso de formación, conocer las cooperativas y los emprendimientos; etc. Com-
partir un "tiempo extraordinario" por un lado pero también intervenir en los "tiem-
pos cotidianos". "Los investigadores que tienen este trabajo como modo de vida,
logran que los tiempos y los lugares sean interacciones entre el arte y la ciencia,
entre la razón y la emoción, haciendo la vida más gozosa y produciendo una
ciencia viva".
Finalmente cabe destacar que con un lenguaje claro y cautivante, este texto
le permite al lector acompañar el viaje de los investigadores. Por lo tanto, se trata
de una obra interesante y recomendable para quienes se interesan por las cues-
tiones referidas a la lucha campesina por la tierra en América Latina y particular-
mente por el movimiento de los sin tierra en Brasil. En pocas palabras resulta
pertinente afirmar que esta obra se recomienda para aquellos estudiosos de las
ciencias sociales que desarrollan sus primeras prácticas en el campo.
Yanina Paola Villalobo
228
IDENTIDAD Y TERRITORIO: APORTES PARA
EL DESARROLLO LOCAL EN ÁREAS
RURALES DE LA PROVINCIA DE MENDOZA.
ESTRATEGIAS CON IDENTIDAD TERRITORIAL
M. ANDREA BENEDETTO
Tesis Doctoral en Geografía
Universidad Nacional de Cuyo
Año 2010
Directora: Dra. Gladys Molina de Buono
Resumen
La identidad desde una perspectiva geográfica es una
manifestación de referencia territorial que alimenta el anclaje
al territorio y liga remitiendo a las especificidades de cada es-
pacio geográfico.
Es central la incidencia que tiene en los procesos intros-
pectivos-extrospectivos de construcción de los lugares. Ade-
más, de su papel en la explicitación que se hace de esos es-
pacios, definiendo los componentes que los caracterizan, dife-
rencian y/o asemejan a otros territorios y otras sociedades.
Entre identidad y territorio existe una relación innegable:
ambos portan una doble naturaleza, simbólica y material y cum-
plen funciones particulares, como es inscribir la trama social
en la continuidad espacio-temporal.
Dicha dinámica, se expresa fuertemente en el juego en-
tre lo que el territorio es (ser, vocación y destino); lo que el
territorio dice de sí mismo (comunicación de una identidad) y
lo que sus habitantes creen que es (percepción). La identidad�
M. Andrea Benedetto I Identidad y territorio... - pp. 228-230
229
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
territorial es un registro permanente de estas construcciones y la presente tesis se
ocupó de estudiar dichas manifestaciones. Procurando analizar la incumbencia
que tienen como motor de estrategias localizadas de desarrollo en áreas rurales
de la provincia de Mendoza (Argentina).
No se pretendió comprender las identidades territoriales en un sentido abs-
tracto, sino a través de las expresiones, materiales o inmateriales, susceptibles
de incorporarse a estrategias socioproductivas localizadas.
Para la investigación empírica se seleccionaron cuatro departamentos: tres de
ellos en el Oasis Centro, Tupungato, Tunuyán y San Carlos, en el área denominada
Valle de Uco; y un cuarto, en el Oasis Sur, el departamento de General Alvear.
Tres fueron los objetivos generales planteados:
1. Establecer la relación entre los elementos geográficos de las áreas de estudio
y las referencias identitarias de sus habitantes.
2. Analizar las relaciones entre el grado de homogeneidad de las referencias
identitarias y la presencia de las mismas en estrategias socioproductivas, políti-
cas y procesos de desarrollo local.
3. Evaluar la incidencia de la coexistencia geográfica en la generación de proyec-
tos de desarrollo local a partir de las acciones y la participación de los actores
territoriales.
Para llevarlos adelante se propuso un diseño metodológico mixto, cualitativo
y cuantitativo que aportara datos de diferente naturaleza; que permitieran abordar
las identidades territoriales en toda su complejidad, tanto desde los aspectos vin-
culados a las subjetividades de los sujetos, como a partir de los rasgos objetivos
del espacio de vida de las comunidades.
En cuanto a las proposiciones hipotéticas se plantearon dos, pero es rele-
vante mencionar que se elaboraron varios supuestos de trabajo que finalmente
revistieron una especial importancia por el carácter explicativo de los mismos. Las
hipótesis son:
1. El grado de homogeneidad de las referencias de identidad territorial de los
habitantes incide en el desarrollo de estrategias socioproductivas, políticas y proce-
230
sos de desarrollo local.
2. La presencia de coaliciones y alianzas socioespaciales entre actores induce la
valorización de la identidad territorial en lugares próximos.
El cuerpo completo de la tesis se divide en tres grandes partes:
La parte uno presenta el aparato teórico-conceptual con el que se aborda el
problema de investigación. Está conformada por dos capítulos: el primero, hace
un recorrido de los antecedentes geográficos que se han considerado relevantes
para el estudio de la identidad y el territorio. El segundo, presenta referencias
temáticas más actuales, además de plantear un ensayo de definición de identidad
territorial. Por último, el capítulo aborda, desde un punto de vista crítico, la com-
plejidad del panorama en que las estrategias de valorización de la identidad terri-
torial están inmersas.
La segunda parte está constituida por el capítulo metodológico, donde se
introducen las motivaciones, consideraciones y criterios que han sido tenidos en
cuenta para llevar adelante la investigación. Además, se relatan los procedimien-
tos de trabajo, las técnicas de recolección y análisis de los datos y el trabajo con
matrices para la elaboración de cartografía.
El cuarto capítulo, está dividido en dos grandes partes, la primera contextualiza
la temática en Latinoamérica y rastrear algunas buenas experiencias de valoriza-
ción de la identidad territorial en el país. La segunda describe, desde un punto de
vista histórico-geográfico, cada uno de los casos de estudio.
El capítulo quinto, con un carácter más descriptivo, relata la génesis de las
experiencias de valorización de la identidad territorial, los activos y los actores que
se encuentran a la base de las mismas. En el sexto, se profundiza sobre distintas
dimensiones del fenómeno aportando los elementos necesarios para luego con-
frontar los supuestos y las hipótesis planteadas.
Finalmente, la tercer parte desarrolla en dos capítulos el análisis de los re-
sultados de campo y presenta la cartografía que se elaboró para tal fin.
La tesis finaliza con conclusiones en dos sentidos, por un lado, cerrando el
tema desde el punto de vista del trabajo empírico, y por el otro, en virtud de un
ejercicio de abstracción más acorde a los intereses del investigador.
M. Andrea Benedetto I Identidad y territorio... - pp. 228-230
231
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
LOS CAMBIOS EN LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LA
POBREZA EN EL TERRITORIO DEL NORTE GRANDE
ARGENTINO DURANTE LA DÉCADA DE 1990.
UNA APROXIMACIÓN AL PROCESO A PARTIR DE LA
MORTALIDAD INFANTIL
FERNANDO LONGHI
Tesis de Doctorado en Ciencias Sociales
(Orientación Geografía)
Universidad Nacional de Tucumán
Año 2010
Director: Dr. Alfredo Bolsi
Resumen
El estudio de la pobreza ha sido abordado en numerosos trabajos proceden-
tes de distintas disciplinas: la economía desarrollo métodos econométricos para
la medición del fenómeno, la sociología y la antropología profundizaron en la con-
ceptualización del fenómeno y en el estudio de las estrategias de supervivencia
de las familias pobres, la epidemiología estudió el impacto que en la salud gene-
ran determinadas condiciones de vida precaria, entre otros aportes disciplinarios.
No obstante, ni el problema de la distribución espacial de la pobreza ni el análisis
de sus variaciones ha tenido un interés significativo en las ciencias sociales. El
principal aporte de este trabajo se relaciona con dicho aspecto del problema.
La definición de la escala espacial y temporal para el estudio no fue casual.
El Norte Grande Argentino reunía a fines del siglo XX la mayor proporción de
hogares pobres con una expansión territorial desconocida en cualquier otra re-
gión del país. Podría precisarse la existencia de al menos dos Argentinas, la del
Norte –con perfiles más similares al universo Latinoamericano– y el resto del país.
Asimismo, la década del ’90 fue testigo de profundas transformaciones políticas,
económicas y sociales que respondían explícitamente al modelo neoliberal.
232
Las fuentes de información necesarias para el análisis (Censos Nacionales
de Población, Hogares y Viviendas) solo permitían conocer la distribución espa-
cial del fenómeno a comienzos y finales de la década, existiendo un gran vacío de
conocimiento en el transcurrir de la misma. Esta limitación temporal de la serie
motivó la búsqueda de alternativas en un indicador socioeconómico de génesis
continua. Se encontró así en la mortalidad infantil postneonatal un adecuado índi-
ce que se asemeja a la distribución espacial de la pobreza permitiendo el análisis
de las variaciones de dicha distribución. La elaboración de un modelo teórico junto
al cálculo de los coeficientes de correlación hizo posible la articulación entre los
fenómenos de la pobreza y la mortalidad infantil; sin embargo su complejidad no
se asoció completamente con la información registrada por las estadísticas vita-
les.
A pesar de las limitaciones señaladas, fue posible corroborar la conocida
relación entre la pobreza y la mortalidad infantil. A partir de esto se realizó la carto-
grafía intercensal de la pobreza. Preguntas fundamentales de la investigación re-
feridas al ¿dónde? y al ¿cuánto? de las variaciones fueron respondidas a partir
del análisis cartográfico.
Una valiosa herramienta para la medición de la pobreza fue el índice de
privación material de los hogares (IPMH). Sin embargo, solo pudo ser utilizado
–de acuerdo con las variables que lo componen– en el año 2001. Por esta razón,
dados los objetivos y la propuesta de la investigación, fue necesaria la elaboración
de un nuevo indicador de la pobreza que permitiera la comparación en ambas
fechas. La tasa de miseria de los hogares (TMH) solucionó estos problemas, al
mostrar una marcada asociación con el IPMH y siendo coherente y consistente en
su formulación. La aplicación de la TMH identificó las áreas más críticas del terri-
torio –denominadas núcleos duros de miseria– como así también sus variaciones
espaciales en el transcurso de la década.
Los conocimientos logrados más importantes podrían clasificarse en cuatro
grandes líneas:
A. Las variaciones espaciales de la pobreza en el Norte Grande Argentino
Fernando Longhi I Los cambios en la distribución espacial... - pp. 231-235
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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
La distribución espacial de la pobreza no presentó mayores modificaciones,
la estabilidad fue el comportamiento dominante. No obstante, en el mencionado
contexto, el trienio 1995/97 registró su mayor crecimiento espacial.
B. Los núcleos duros de la miseria regional.
Incluyen a los campesinos y aborígenes de Puna, selva y valles del NOA, el
Chaco campesino-aborigen y el campesinado santiagueño. El predominio de po-
blaciones aborígenes y campesinas estaría relacionado con los grandes residuos
o relictos –en términos de Bauman1– de la marcha del progreso en el NGA.
C. Procesos, territorios y sociedades diferentes en los núcleos duros
Las similitudes entre los núcleos duros solo se manifiestan en la concentra-
ción de miseria. Los procesos territoriales, las sociedades que habitan dichos
territorios y sus pautas culturales difieren sustancialmente. No considerar dichas
diferencias en la formulación de políticas públicas continuará con la génesis de
residuos.
D. Una derivación inevitable: análisis sobre los procesos territoriales de las áreas
de miseria y las características de la mortalidad infantil.
En cada núcleo fue posible identificar sectores de avance, retroceso y esta-
bilidad de la miseria, analizándose en ellos algunos de los principales procesos
territoriales ocurridos. Se puso mayor interés en los sectores de avance de la
miseria, distinguiéndose dos procesos principales:
a. En el campesinado santiagueño el avance de la miseria se asoció con el au-
mento del cultivo de soja y el desmonte;
b. En el Chaco campesino-aborigen el aumento de la miseria estuvo vinculado
con la sustitución de los cultivos de algodón por los de soja. No obstante la soja
creció también en el sector de descenso de la miseria; la distinción en este
caso no se halla solo en la “sojización” sino en la presencia de sociedades
campesinas, constituyendo estas un actor importante en el sector de avance
1 Bauman, Zygmunt: Vidas desperdiciadas: la modernidad y sus parias, Buenos Aires, Paidós,
2005.
234
de la miseria. Esta condición afirma que la relación soja-campesinos derivaría
en un aumento de la miseria.
Pudo observarse también que la miseria no es inocua, mata y enferma. Prueba
de ello lo constituye el enorme potencial para la política pública de muertes infan-
tiles que podrían evitarse/reducirse, especialmente aquellas vinculadas con la
pobreza, de las cuales la muerte por desnutrición constituye una manifestación
elocuente del problema. Los pronósticos no son alentadores, el problema mostró
crecimiento durante la década y tiende a profundizarse. Asimismo la causa de
muerte mostró un marcado subregistro o registro erróneo, por lo cual solo se
advierten los indicios de un problema aun mayor.
Por otro lado, esta investigación solo consideró el desenlace fatal que gene-
ra la condición de miseria en la población infantil, soslayándose a todos aquellos
niños que –aun sobreviviendo a determinadas condiciones– presentan secuelas
irreversibles en su desarrollo físico-psíquico y social.
Una consecuencia de los conocimientos logrados: propuestas para una probable
política social.
A partir de los resultados obtenidos se sugirió la formulación de una política
de Estado que reúna las siguientes características:
1) Estructurar las numerosas acciones aisladas o inconexas en un contexto gene-
ral.
2) Confeccionar un plan global: dicho plan debe prever la existencia de por lo
menos dos sociedades: la tradicional y la moderna, de lo contrario la receta liberal
seguiría produciendo residuos.
3) Considerar una ingeniería social específica para los núcleos duros de miseria:
su escasez/ausencia se manifiesta en la amplia proporción de enfermedades de
la pobreza y causas de muerte infantil reducibles. La desnutrición es prueba de
ello. Deberían considerarse las particularidades de cada núcleo ya mencionadas.
4) Fortalecer programas de desarrollo de la infancia para una vida más plena de
los niños. Mejorar la calidad de vida puede ser una parte crucial del desarrollo, ya
Fernando Longhi I Los cambios en la distribución espacial... - pp. 231-235
235
Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 21 - Año 2009/10 - ISSN 2250-4176.
que las inversiones durante la niñez pueden mejorar las capacidades futuras en
formas muy distintas.
5) Profundizar el modelo de Atención Primaria de la Salud: No sirven las inversio-
nes en equipamiento si no van acompañadas por inversiones en recursos huma-
nos. En los mismos es fundamental que la medicina sea considerada como oferta
de salud y no como demanda de servicios.
Este modelo –articulado con la ingeniería social y la política de Estado– se-
rían claves que actuarían de manera significativa en la disminución de la muertes
en la infancia. El interrogante ¿por qué invertir en la infancia? bien podría ser
respondido según los lineamientos de Amartya Sen: “…porque reducir la mortali-
dad evitable puede ser, en si mismo, una contribución importante al proceso del
desarrollo, ya que la muerte prematura es una negación básica de la libertad más
elemental de los seres humanos, la libertad de disfrutar y apreciar la vida...”
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REVISTA BREVES CONTRIBUCIONES DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS GEOGRAFICOS
Facultad de Filosofía y Letras - Universidad Nacional de Tucumán
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La revista Breves Contribuciones del Instituto de Estudios Geográficos se publica en español,
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científica en el área de la ciencia geográfica. Su cobertura temática abarca una extensa variedad de
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tigaciones, ensayos de reflexión analítica, comunicaciones, reseñas bibliográficas y resúmenes de
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