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  • propaganda: la frontalidad estricta de los personajes, sus atavos y severidad, sus imponentes cortejos tenan como funci n recordar a todos la omnipre-sencia del poder imperial, la estabili-dad del gobierno virreina! y la vincula-cin de ambos con la d ivinidad, en una

    idea teocrt ica de gobierno e norme-. -rrinte enraizada en el mundo clsico

    desde la aprobacin, por Constantino, del Edicto de Miln, y de la declara-cin, por Teodosio, de la religin cris-tiana ortodoxa como oficial y n ica del Imperio Romano.

    La epifana imperial: La Emperatriz Teodora y su squito presenla sus ofrendas a la iglesia.

    BIBLIOGRAFIA

    BROWN, P. LLl antigedad tarda. en Histo-ria de la Vida Privada>>, tomo l. Madrid, 1990.

    BUSIGNANI, A. Los mosaicos de Rvena. Coleccin Forma y color>>. Granada, 1967.

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    MURATORI, S. lmosaici ravennati del/a clzie-sa di San Vira/e. Brgamo, 1945.

    RUNCIMAN, S. Bizancio: estilo y civi/izctci6n. Xarait Ediciones. Bilbao, 1988.

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    VORAGINE, S. DE LA. Leyenda dorada. Alian-za For ma, Alianza Editoria l, S.A. Madrid, 1982.

    Breve historia de los sacramentos cristianos Dionisia Borbio *

    -re,

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    INTRODUCCION GENERAL

    La historia de los sacramentos cris-tianos es, para el creyente, un captulo importante del conocimiento de su fe y de la razn de su esperanza. E l estu-dioso conoce bien esta historia, pero no as el fiel cris tiano. Unas veces sucede esto porque aqul no se preo-cup en transmitrsela, y otras porque ste no tuvo inters en aprenderla.

    Nuestro objetivo es ir presentando, en sucesivos estudios coordinados, y a partir de un primer sondeo en la com-prensin histrica del concepto de sacramento, el origen y evolucin por etapas de los siete s ignos sacramenta-les de la Iglesia. De este modo, preten-demos hacer una aportacin al conoci-miento del tema, tanto para especialis-tas en otras materias histricas e inte-resadas en sta, como para no ilustra-dos en ciencias pero deseosos de ilus-trar su propia fe.

    Aunque el objetivo de sntesis que buscamos y el espacio de artculo de que disponemos, no nos permiten un desarrollo completo del tema, ni una uti lizacin bibliogrfica abundante, el

    . mJodo quiere ser cient fico y basado e n las fue ntes y tes timo n ios m s importantes, de manera que queden bien marcados los hi tos o fases ms importantes de evolucin.

    Universidad Ponti ficia de Salamanca.

    La hi storia vendr a most rarnos. una vez ms, no slo que el mundo y el pensamiento simblico son esencia-les al hombre, s ino tambin que, a partir de la voluntad de Dios, este mu ndo adq uiere explicitaciones y config uraciones histricas de gran var iedad y r iqueza, e n las que se decanta un ncleo esencial constituti-vo de la fe confesada, ce le brada y vivida del creyente cristiano. Si desde este recorrido histrico somos ayuda-dos a decantar lo permanente esenc ia l de lo cambiante accesorio, habremos cumplido con la finalidad primera de nuestro esfuerzo.

    ORIGEN Y EVOLUClON HISTORICA DEL CONCEPTO DE SACRAMENTO ( 1." parte)

    Son numerosos Jos estud ios realiza-dos sobre este punto, que de bemos tener en cuenta1 Tambin son algunos los presupuestos desde los que hay que entender nuestra exposicin:

    - que los siete sacramentos deben entenderse, no separados sino en e l interior del universo simbl i-co sacrame ntal que constitu-yen la realidad creada, el hom-bre, la comunidad, la Iglesia, y el mismo Cristo, en cuanto que todas estas realidades manifies-

  • tan de forma vis ible, y a su modo, un misterio invis ible; que e l concepto genera l de sacramento, aun siendo aplicable a los siete signos sacramentah~s. porque en todos se dan unos mismos elementos comunes tambin se realiza de forma dife-rente y a su modo en cada uno de ellos, porque todos ellos se explican desde procesos confi-guradores diversos: se trata de un comn analgico y no un-voco; que el origen del sacramento hay que buscarlo, no en una explica-cin terico sistemtica del mis-mo Cristo, sino en una continui-dad de los mismos smbolos y ritos celebrativos bblicos, que encuentran en Cristo su verdad y contenido originalmente plenos;

    - que es preciso distinguir desde el principio entre origen y conte-nido esencial cris tolgico, y determ inacin o concrec in eclesial histrica, porque aun siendo dos aspectos inseparables en la comprensin y celebracin del sacramento, no pueden atri-burseles siempre un idntico valor doctrinal.

    l. FUNDAMENTOS BTBLICOS

    t) Cristo ante las formas culturales sacramentales

    Para un creye nte el fu nd amento Jblico por excelencia es Cristo. Pero :::ri sto es judo, que nace, vive y se :xpresa en las formas culturales y cul-uales de su pueblo2 El es un judo Jrante ejemplar, que al mismo tiempo 1ue acepta el culto sinagoga! y las :elebraciones y ritos de su pueblo, se Jistancia de ellas crticamente, y las enueva en su contenido y su verdad. Por eso vemos que l se somete a la

    circuncisin, pero no acepta la discri-minacion (Le 2,21-23); recibe el bau-tismo de conversin, pero anuncia un nuevo bautismo en el Espri tu (Mt 3,13-17; Me 1,9- 11; Le 3,21-22; Jn 1,29-34); participa en el culto sinago-ga!, pero anuncia un Culto de libera-cin (Le 4,16 ss); visita, ora y predica en el templo, pero expulsa a los vende-dores y declara que l es ms que el templo (Jn 2, 13-22; Mt 2 1,12- 13; 12, 5-7); acepta el tributo del templo, pero insiste en la justicia (Mt 17, 24-27); cumple fielmente con el Sabbat, pero antepone el servicio al hombre a la esclavitud de la ley (Mt 12, 10-12; Me 3, 2-4; Le 6, 7-9); acepta las prcticas religiosas del ayuno, la limosna y la oracin, pero insiste en la sinceridad frente a la apariencia (Mt 5; Me 2, 13-28); participa y celebra la cena pas-cual, pero la llena de un misterio nue-vo convirtindola en memoria de su pasin, muerte y resurreccin (Me 14, 1 ss.; Mt 26, 1 ss.; Le 22, 1 ss.).

    En una palabra, sin romper con las formas cultuales dadas, anuncia y tes-tifica un verdadero culto en espritu y en verdad (Jn 4, 20-24), que l mis-mo ha venido a traer y que en definiti-va es l mismo3 Esta cristologiza-cin o nuevo sentido del culto que Cristo aporta, quedar reflejado tanto en la terminologa como en la praxis de la Iglesia primitiva, como indica el anlisis de la latreia, leitourgia, zusia ... , y su conexin con otras dimensiones de la vida cristiana, cual son el servicio a la Palabra (marturia), la Caridad (diakonia) y la Comunin (koinona).

    b) El concepro mysrerion-

  • tan de forma vis ible, y a su modo, un misterio invis ible; que e l concepto genera l de sacramento, aun siendo aplicable a los siete signos sacramentah~s. porque en todos se dan unos mismos elementos comunes tambin se realiza de forma dife-rente y a su modo en cada uno de ellos, porque todos ellos se explican desde procesos confi-guradores diversos: se trata de un comn analgico y no un-voco; que el origen del sacramento hay que buscarlo, no en una explica-cin terico sistemtica del mis-mo Cristo, sino en una continui-dad de los mismos smbolos y ritos celebrativos bblicos, que encuentran en Cristo su verdad y contenido originalmente plenos;

    - que es preciso distinguir desde el principio entre origen y conte-nido esencial cris tolgico, y determ inacin o concrec in eclesial histrica, porque aun siendo dos aspectos inseparables en la comprensin y celebracin del sacramento, no pueden atri-burseles siempre un idntico valor doctrinal.

    l. FUNDAMENTOS BTBLICOS

    t) Cristo ante las formas culturales sacramentales

    Para un creye nte el fu nd amento Jblico por excelencia es Cristo. Pero :::ri sto es judo, que nace, vive y se :xpresa en las formas culturales y cul-uales de su pueblo2 El es un judo Jrante ejemplar, que al mismo tiempo 1ue acepta el culto sinagoga! y las :elebraciones y ritos de su pueblo, se Jistancia de ellas crticamente, y las enueva en su contenido y su verdad. Por eso vemos que l se somete a la

    circuncisin, pero no acepta la discri-minacion (Le 2,21-23); recibe el bau-tismo de conversin, pero anuncia un nuevo bautismo en el Espri tu (Mt 3,13-17; Me 1,9- 11; Le 3,21-22; Jn 1,29-34); participa en el culto sinago-ga!, pero anuncia un Culto de libera-cin (Le 4,16 ss); visita, ora y predica en el templo, pero expulsa a los vende-dores y declara que l es ms que el templo (Jn 2, 13-22; Mt 2 1,12- 13; 12, 5-7); acepta el tributo del templo, pero insiste en la justicia (Mt 17, 24-27); cumple fielmente con el Sabbat, pero antepone el servicio al hombre a la esclavitud de la ley (Mt 12, 10-12; Me 3, 2-4; Le 6, 7-9); acepta las prcticas religiosas del ayuno, la limosna y la oracin, pero insiste en la sinceridad frente a la apariencia (Mt 5; Me 2, 13-28); participa y celebra la cena pas-cual, pero la llena de un misterio nue-vo convirtindola en memoria de su pasin, muerte y resurreccin (Me 14, 1 ss.; Mt 26, 1 ss.; Le 22, 1 ss.).

    En una palabra, sin romper con las formas cultuales dadas, anuncia y tes-tifica un verdadero culto en espritu y en verdad (Jn 4, 20-24), que l mis-mo ha venido a traer y que en definiti-va es l mismo3 Esta cristologiza-cin o nuevo sentido del culto que Cristo aporta, quedar reflejado tanto en la terminologa como en la praxis de la Iglesia primitiva, como indica el anlisis de la latreia, leitourgia, zusia ... , y su conexin con otras dimensiones de la vida cristiana, cual son el servicio a la Palabra (marturia), la Caridad (diakonia) y la Comunin (koinona).

    b) El concepro mysrerion-

  • generales, una verdad oculta en Dios, que es el misterio de su voluntad, y que ha sido revelada en Cristo y por Cristo, de mane-ra que los planes salvfficos de Dios son conocidos por cuantos creen en l, y stos son obliga-dos a vivir y realizar dicho mis-terio en la Igle sia, al mismo tiempo que a anunciarlo a los dems, hasta que llegue la pleni-tud escatolgica. Ahora bien, en e l anuncio de ste, hay que incluir no slo la Palabra, sino tambin los sacramentos.

    - Un captulo especial lo constitu-ye San Juan, con su teologa sobre los signos, desde la que tambin ha de explicarse el ori-gen de los sacramentos de la Tglesia7 Jess se distingue de Juan y de otros profetas, porque realiza signos, porque acompaa su predicacin de consignas (semeia) , que mueven y funda-mentan la fe en l (3,2; 7,31; 9, 16; 11 ,47), aunque muchos no llegaron a creer en l ( 12,37). Entre Jos muchos signos realiza-dos por Cristo Juan nos transmite los de: la conversin del agua en vino (2, 1-1 1 ), la curacin del hijo del funcionario real (4,46-54), la curacin del paraltico (5, 1-15), la multiplicacin de los panes (6, 1-1 5), el caminar de Jess sobre las aguas (6,16-21), la curacin del ciego de nacimiento (cap. 9), la resurreccin de Lza-ro (cap. JI ). Por todos estos sig-nos Jess manifiesta la gloria del Padre, la presencia amorosa y salvadora d e Dios (Jn 3, 16; 13,1.34; 15, 9.13 ... ). Pero es sobre todo a travs de los signos del agua (=bautismo) y del pan (=eucarista), como Cristo va a manifestar esta presencia salva-dora de Dios, que se prolonga ms alla de su muerte y resurrec-

    cin. Pues de su seno corrern ros de agua viva y gracia del Espritu (Jn 7,37-39); es entonces cuando seremos bautizados en el agua y el Espritu (1,33; 3,5.16-17); y desde entonces el pan compartido ser su carne para la vida del mundo (6, 51-58). No en vano relata Juan, refi-rindose al momento de la muer-te y glorificacin de Jess, que uno de los soldados le atraves el costado con una lanza, y al instante sali sangre y agua ( 1 9, 30. 34-35). Y en otro lugar se afirma que Cristo es aquel que vino no solamente en el agua, sino en el agua y en la sangre pues tres son los que dan testi-monio: el Espritu, el agua y la sangre (5, 6-7). La unin entre pascua y Espritu-bautismo-euca-rista es evidente, insistiendo en una continuidad por el Espritu y los signos del amor salvador de Dios manifestado en Cristo.

    2. DESARROLLO PATRISTICO

    En Jos Padres tanto griegos como latinos, encontrar un desarrollo pro-gresivo la explicacin de sacramento. Si bien hay que notar que ellos todava no elaboran un concepto superior de sacramento aplicable a diversas accio-nes; que la utilizacin de los trminos es muy amplia, aplicndose a realida-des muy diversas (bautismo, eucaris-ta, Escritura, Luz, bendiciones .. . ) que su esfuerzo principal est dirigido a contrarrestar los misterios paganos, destacando la originalidad cristiana, en un contexto de influencia platnica-gnstica ...

    En efecto, para entender el pensa-miento patrstico sobre los sacramen-tos, es preciso tener en cuenta la con-cep cin platnica y neoplatnica sobre las ideas, el arquetipO>> y la

    imagens. Platn divide la realidad en espiritual e invisi ble (mundo de l.as ideas =arquetipo divino), y en matenal visible (mundo de las cosas=imagen humana). La idea es la verdadera causa del mundo sensible, por lo que la imagen depende y refleja el mun-do del arquetipo, es recuerdo perma-nente (anmnesis) de este mundo, a l que tiende a imitar (mmesis) y del que aspira a participar (m~esis~ . hasta 1.1~gar a la comunin (komoma) defimtl-va. La imagen, por tanto, recuerda y representa al arquetipo, hacindolo presente, de forma misteri.osa y velad~, y sintindose atrada hacia una mam-fes tacin y comunin, que todava est por llegar. Esta concepcin ser para los Padres de la Iglesia, un verdadero molde para un contenido sacramen-tal.

    a) Misterium como

  • generales, una verdad oculta en Dios, que es el misterio de su voluntad, y que ha sido revelada en Cristo y por Cristo, de mane-ra que los planes salvfficos de Dios son conocidos por cuantos creen en l, y stos son obliga-dos a vivir y realizar dicho mis-terio en la Igle sia, al mismo tiempo que a anunciarlo a los dems, hasta que llegue la pleni-tud escatolgica. Ahora bien, en e l anuncio de ste, hay que incluir no slo la Palabra, sino tambin los sacramentos.

    - Un captulo especial lo constitu-ye San Juan, con su teologa sobre los signos, desde la que tambin ha de explicarse el ori-gen de los sacramentos de la Tglesia7 Jess se distingue de Juan y de otros profetas, porque realiza signos, porque acompaa su predicacin de consignas (semeia) , que mueven y funda-mentan la fe en l (3,2; 7,31; 9, 16; 11 ,47), aunque muchos no llegaron a creer en l ( 12,37). Entre Jos muchos signos realiza-dos por Cristo Juan nos transmite los de: la conversin del agua en vino (2, 1-1 1 ), la curacin del hijo del funcionario real (4,46-54), la curacin del paraltico (5, 1-15), la multiplicacin de los panes (6, 1-1 5), el caminar de Jess sobre las aguas (6,16-21), la curacin del ciego de nacimiento (cap. 9), la resurreccin de Lza-ro (cap. JI ). Por todos estos sig-nos Jess manifiesta la gloria del Padre, la presencia amorosa y salvadora d e Dios (Jn 3, 16; 13,1.34; 15, 9.13 ... ). Pero es sobre todo a travs de los signos del agua (=bautismo) y del pan (=eucarista), como Cristo va a manifestar esta presencia salva-dora de Dios, que se prolonga ms alla de su muerte y resurrec-

    cin. Pues de su seno corrern ros de agua viva y gracia del Espritu (Jn 7,37-39); es entonces cuando seremos bautizados en el agua y el Espritu (1,33; 3,5.16-17); y desde entonces el pan compartido ser su carne para la vida del mundo (6, 51-58). No en vano relata Juan, refi-rindose al momento de la muer-te y glorificacin de Jess, que uno de los soldados le atraves el costado con una lanza, y al instante sali sangre y agua ( 1 9, 30. 34-35). Y en otro lugar se afirma que Cristo es aquel que vino no solamente en el agua, sino en el agua y en la sangre pues tres son los que dan testi-monio: el Espritu, el agua y la sangre (5, 6-7). La unin entre pascua y Espritu-bautismo-euca-rista es evidente, insistiendo en una continuidad por el Espritu y los signos del amor salvador de Dios manifestado en Cristo.

    2. DESARROLLO PATRISTICO

    En Jos Padres tanto griegos como latinos, encontrar un desarrollo pro-gresivo la explicacin de sacramento. Si bien hay que notar que ellos todava no elaboran un concepto superior de sacramento aplicable a diversas accio-nes; que la utilizacin de los trminos es muy amplia, aplicndose a realida-des muy diversas (bautismo, eucaris-ta, Escritura, Luz, bendiciones .. . ) que su esfuerzo principal est dirigido a contrarrestar los misterios paganos, destacando la originalidad cristiana, en un contexto de influencia platnica-gnstica ...

    En efecto, para entender el pensa-miento patrstico sobre los sacramen-tos, es preciso tener en cuenta la con-cep cin platnica y neoplatnica sobre las ideas, el arquetipO>> y la

    imagens. Platn divide la realidad en espiritual e invisi ble (mundo de l.as ideas =arquetipo divino), y en matenal visible (mundo de las cosas=imagen humana). La idea es la verdadera causa del mundo sensible, por lo que la imagen depende y refleja el mun-do del arquetipo, es recuerdo perma-nente (anmnesis) de este mundo, a l que tiende a imitar (mmesis) y del que aspira a participar (m~esis~ . hasta 1.1~gar a la comunin (komoma) defimtl-va. La imagen, por tanto, recuerda y representa al arquetipo, hacindolo presente, de forma misteri.osa y velad~, y sintindose atrada hacia una mam-fes tacin y comunin, que todava est por llegar. Esta concepcin ser para los Padres de la Iglesia, un verdadero molde para un contenido sacramen-tal.

    a) Misterium como

  • >an Ambrosio recibe la ofrenda de su rabajo del artista Vuolvinius. Cara posterior del > = Sacer =sancire, sacra-re que significa: prestar una garanta religiosa a algo, con-sagrar algo, elevar a alguien o algo al terreno de lo santo. Puede uti lizarse en tres senti-dos: a) activo: referido al consagrador; b) pasivo: refe-rido a lo consagrado; e) ins-trumental: referido al medio consagrante. De cualquier modo el Sacramentum vie-ne a ser, por la consagracin, algo inmutable, petteneciente al derecho divino.

    - Jurdicamente, Sacramen-tum viene a ser el juramen-to militar que hace un solda-do, por el que no slo viene a pertenecer a un jefe, sino que tambin entra en el mbito de lo divino y del culto a los dioses. Cuando incumple su promesa es sometido tam-bin al juicio divino. Por eso, Sacramentum significar tambin la suma de dinero que e l demandante deba depositar en el lugar sagrado, antes del proceso, como sometindose al juicio de los dioses, y ponindose en sus manos.

    - Teolgicamente, es Tertulia-no quien ms utiliza la

    expresin Sacramentum: 134 veces, en tres diferentes sentidos: a) Referido al bau-tismo , como ju ramento del bautizado, por el que se viene a pertenecer a Cristo y a entrar en la militia Chris-ti, quedando sometido a su juicio'2 b) Referido al miste-rio de la obra de salvacin realizada en Cristo, segn la eterna y divina disposicin, ya anunciada y simbolizada en el Antiguo Testamento. e) Referido a los ritos sagrados del Bautismo y la Eucarista, y en polmica con tra los misterios del culto pagano, pues mientras stos estn vacos, aqullos contienen el mismo misterio de salva-cin, abarcando al mi smo tiempo al que sant ifica (Dios), al santificado (bauti-zado), y al medio por el que se santifica (bautismo).

    b) Las grandes aportaciones patrsticas hasta el siglo Vlt

    La gran poca patrst ica supone unas aportaciones destacadas a la com-prensin de sacramento, que pueden personificarse en San Ambrosio, San Agustn, San Cirilo de Jeru saln, el Pseudo-Dionisia, y San Isidoro de Sevilla. Exponemos brevemente lo fundamental:

    - San Ambrosio de Miln (+397): Escribe un libro (De sacramen-tis. De mysteriis)13 dedicado al tema, aun sin proponerse hacer un tratado sobre los Sacramen-tos en general. Su concepcin es histrico-salvfica y mistri-co-tipolgica. Sita y compren-de los sacramentos en la dinmi-ca de la historia de la salvacin,

    cual continuacin actualizadora in aenigmate de una salva-cin, realizada ya verdadera-mente en Cristo, pero que espera la plen itud escatolgica. Su vocabulario es tipolgico-bbli-co (misterio, figura, sombra, especie, imagen, tipo, sacramen-to ... ), marcando las diversas eta-pas de la historia salvfica (pasa-do=A.T.=preparacin; presen-te=N .T.=realizacin en Cristo y en la Iglesia=sacramentos; futu-ro=Escatologa=p len itud), y resaltando la centralidad del misterio pascual (mysterium in figura-veritate), del que depen-den los sacramentos (sacramen-tum mysteri i; sacramenta myste-riorum). De este modo aparecen claramente la continuidad y dife-rencia entre el Antiguo y el Nue-vo Testamento, mientras el con-cepto de sacramento queda enri-quecido en su dinamismo salv-fico, su referencia pascual, en su concrecin celebrativa, y en su actualizacin eficaz.

    rarse en el pensamiento platni-co). Para l, en general, sacra-mentum es: descriptivamente los ritos y celebraciones diver-sos; esencialmente, los signos en cuanto sagrados (sacramentum, id est, sacrum signum). Ms en concreto, pueden distinguirse en l diversos planos de utilizacin y explicacin: En el pla11o del coHocim.iemo, el signo es aquello que une un sig-nificante con un significado, y hace posible el conocimiento del hombre. Por eso le define as: es una cosa que desde su apa-riencia externa y a travs de la misma conduce al conocimiento de otra realidad distinta'6 Entre todos los signos, el ms impor-tante para Agustn es la palabra, puesto que ella indica y contiene la misma res significada: es como el culmen del todo el uni-verso de los signos". En el plano ontolgico, siguien-do a Platn, Agustn ensea que todo ser est compuesto de esp-

    Banquete eucarstico. Primera mitad del siglo 111. Catacumba de Priscila, Roma

    - San Agustn (354-430): Su pen-samiento se halla en diversos escritos, especialmente en el De Magistro14 , y en el De Doctrina Christiana1s. Su aporta-cin es ms bien sistemtica (por ser el primero que elabora un concepto) y platnica (por inspi-

    ritu y materia, y que al hombre le corresponde tender hacia los bienes es piritu ales y eternos, mientras respecto a los materia-les y perecederos debe preocu-parse por usarlos correctamente, ordenarlos a los espirituales, trascender y ascender desde

  • >an Ambrosio recibe la ofrenda de su rabajo del artista Vuolvinius. Cara posterior del > = Sacer =sancire, sacra-re que significa: prestar una garanta religiosa a algo, con-sagrar algo, elevar a alguien o algo al terreno de lo santo. Puede uti lizarse en tres senti-dos: a) activo: referido al consagrador; b) pasivo: refe-rido a lo consagrado; e) ins-trumental: referido al medio consagrante. De cualquier modo el Sacramentum vie-ne a ser, por la consagracin, algo inmutable, petteneciente al derecho divino.

    - Jurdicamente, Sacramen-tum viene a ser el juramen-to militar que hace un solda-do, por el que no slo viene a pertenecer a un jefe, sino que tambin entra en el mbito de lo divino y del culto a los dioses. Cuando incumple su promesa es sometido tam-bin al juicio divino. Por eso, Sacramentum significar tambin la suma de dinero que e l demandante deba depositar en el lugar sagrado, antes del proceso, como sometindose al juicio de los dioses, y ponindose en sus manos.

    - Teolgicamente, es Tertulia-no quien ms utiliza la

    expresin Sacramentum: 134 veces, en tres diferentes sentidos: a) Referido al bau-tismo , como ju ramento del bautizado, por el que se viene a pertenecer a Cristo y a entrar en la militia Chris-ti, quedando sometido a su juicio'2 b) Referido al miste-rio de la obra de salvacin realizada en Cristo, segn la eterna y divina disposicin, ya anunciada y simbolizada en el Antiguo Testamento. e) Referido a los ritos sagrados del Bautismo y la Eucarista, y en polmica con tra los misterios del culto pagano, pues mientras stos estn vacos, aqullos contienen el mismo misterio de salva-cin, abarcando al mi smo tiempo al que sant ifica (Dios), al santificado (bauti-zado), y al medio por el que se santifica (bautismo).

    b) Las grandes aportaciones patrsticas hasta el siglo Vlt

    La gran poca patrst ica supone unas aportaciones destacadas a la com-prensin de sacramento, que pueden personificarse en San Ambrosio, San Agustn, San Cirilo de Jeru saln, el Pseudo-Dionisia, y San Isidoro de Sevilla. Exponemos brevemente lo fundamental:

    - San Ambrosio de Miln (+397): Escribe un libro (De sacramen-tis. De mysteriis)13 dedicado al tema, aun sin proponerse hacer un tratado sobre los Sacramen-tos en general. Su concepcin es histrico-salvfica y mistri-co-tipolgica. Sita y compren-de los sacramentos en la dinmi-ca de la historia de la salvacin,

    cual continuacin actualizadora in aenigmate de una salva-cin, realizada ya verdadera-mente en Cristo, pero que espera la plen itud escatolgica. Su vocabulario es tipolgico-bbli-co (misterio, figura, sombra, especie, imagen, tipo, sacramen-to ... ), marcando las diversas eta-pas de la historia salvfica (pasa-do=A.T.=preparacin; presen-te=N .T.=realizacin en Cristo y en la Iglesia=sacramentos; futu-ro=Escatologa=p len itud), y resaltando la centralidad del misterio pascual (mysterium in figura-veritate), del que depen-den los sacramentos (sacramen-tum mysteri i; sacramenta myste-riorum). De este modo aparecen claramente la continuidad y dife-rencia entre el Antiguo y el Nue-vo Testamento, mientras el con-cepto de sacramento queda enri-quecido en su dinamismo salv-fico, su referencia pascual, en su concrecin celebrativa, y en su actualizacin eficaz.

    rarse en el pensamiento platni-co). Para l, en general, sacra-mentum es: descriptivamente los ritos y celebraciones diver-sos; esencialmente, los signos en cuanto sagrados (sacramentum, id est, sacrum signum). Ms en concreto, pueden distinguirse en l diversos planos de utilizacin y explicacin: En el pla11o del coHocim.iemo, el signo es aquello que une un sig-nificante con un significado, y hace posible el conocimiento del hombre. Por eso le define as: es una cosa que desde su apa-riencia externa y a travs de la misma conduce al conocimiento de otra realidad distinta'6 Entre todos los signos, el ms impor-tante para Agustn es la palabra, puesto que ella indica y contiene la misma res significada: es como el culmen del todo el uni-verso de los signos". En el plano ontolgico, siguien-do a Platn, Agustn ensea que todo ser est compuesto de esp-

    Banquete eucarstico. Primera mitad del siglo 111. Catacumba de Priscila, Roma

    - San Agustn (354-430): Su pen-samiento se halla en diversos escritos, especialmente en el De Magistro14 , y en el De Doctrina Christiana1s. Su aporta-cin es ms bien sistemtica (por ser el primero que elabora un concepto) y platnica (por inspi-

    ritu y materia, y que al hombre le corresponde tender hacia los bienes es piritu ales y eternos, mientras respecto a los materia-les y perecederos debe preocu-parse por usarlos correctamente, ordenarlos a los espirituales, trascender y ascender desde

  • ellos hacia los bienes eternos, recordar y remitirse por ellos a la Verdad divina. En el plano teolgico, Agustn aplica el esquema a la historia del pecado y la salvacin. El pecado de Adam consisti en que, lejos de usar bien los bienes tempora-les, se entreg a e llos, olvidando los eternos. Con ello rompi y pervirti el orden querido por Dios. Esta perversin slo puede superarse con una a-versin y con-versin verdadera, realizada en Cristo, que salva y acompaa al hombre en su retomo hacia lo divino. El medio ms excelente para ello son los sacramentos o signos sagrados, que hacen posi-ble la comunin con Dios'8 Pues, cuando estos signos pe11enecen a las realidades divinas, se llaman Sacramentos, y nos unen a su propio significado'" En el plano sacramentolgico, Agustn no slo utiliza abundan-temente los trminos20, sino que nos explica la misma estructura del signo sacramental, compues-ta de un elemento corporal visi-ble y de otro espiritua l invisible2' . La parte sensible o significante (signum) se compo-ne, a su vez, de elementum o aspecto material, y de Verbum o aspec to verbal, tan unidos entre s que Agustn habla de visibile verbum22 Y en la par-te invisible o significado, tam-bin pueden distinguirse la vir-tus o Espritu por la que es efi-caz, y la res o conten ido y misterio de gracia que el sacra-mento actualiza23 Por otro lado, Agustn contribuye a clarificar el sentido de sacramento, en la controversia contra los donatis-tas, defendiendo la objetividad y valor del sacramento por ser accin de Cristo no dependiente

    San Agustn, bautizado por San Ambrosio el 387, fue obispo de Hipona (Annaba) a partir del 395.

    de la fe y los mritos del minis-tro (subjetivismo donatista); y en la controversia contra los pela-gianos, defendiendo la prima-riedad de la graeia de Dios fren-te a la insistencia en los mritos y fe del sujeto. El Pseudo-Dionisia (escribe entre 485-5 15): Nos expone su pensamiento sobre todo en Jerarqua Eclesistica, y Los nombres divinos24 Su visin de los sacramentos puede calificar-se de mstica-platnica, por-que une lo contemplativo estti-co a la concepcin platnica. Para l toda la realidad csmica es entendida como una cadena de esencias, que son atradas por Dios desde lo ms bajo hacia lo ms alto. Tambin los myste-ria los clasifica segn una jerar-qua, de modo que se muestre el

    proceso de g r.adualidad ?el ascenso hacia DIOs o TheosJS. En esto consiste el conocimiento simblico de Dios: en un salto progresivo, en una ascensin entusiasta de smbolo en smbo-lo, que va supe_rando la dista.ncia infranqueable entre la realidad sensible y la realidad misteriosa, hasta llegar a la comunin con Dios. A diferencia de Agustn, que se mueve en el orden espiri-tual del conocimiento, Dionisia busca ese conocimiento desde la dinmica del ser y de la misma realidad. La anagoga de Dioni-sia, el movimiento de abajo arri-ba, tiene lugar no por la fue~za del espritu que interpreta, s1no por la fuerza de trampoln de las mismas cosas, en cuan to son smbolos de una realidad tras-cendente. Pero smbolos en los que se da una similitud~ dissi-milis, es decir, una semeJanza y una desemejanza, que lleva a un cierto conocimiento pero que

    ' 2S impulsa siempre a la ascens1?n . En este contexto hay que Situar su teologa sobre los smbolos sacramentales, en cuanto medios, fuerza e impulso para una consagrac in, una ascensin y una divinizacin que conduz-ca al xtasis y unin perfe cta con Dios. En la acc in de los smbolos sacramentales distin-gue Dionisia: a) los iniciadores o consagrantes Uerarqua ecle-sistica: obispo, sacerdotes, di-cono); b) los iniciados o consa-grados (fieles, terapeutas ~ n:~njes, iluminados ... ); e) las i111Cla-ciones o realidades sagradas por las que se consgra, por las que se significa y realiza el proceso de ascendimiento:

    e Purificacin = por la conver-sin y el catecumenado.

    San Pedro impone las manos a Esteban para hacerle dicono, segn un tapiz de fines del siglo xv. Museo de Cluny.

    Prctica de la confesin. Grabado de les peintures chretiennes" de ~icols Toln, 1647. Biblioteca Nac1onal de Pans.

  • ellos hacia los bienes eternos, recordar y remitirse por ellos a la Verdad divina. En el plano teolgico, Agustn aplica el esquema a la historia del pecado y la salvacin. El pecado de Adam consisti en que, lejos de usar bien los bienes tempora-les, se entreg a e llos, olvidando los eternos. Con ello rompi y pervirti el orden querido por Dios. Esta perversin slo puede superarse con una a-versin y con-versin verdadera, realizada en Cristo, que salva y acompaa al hombre en su retomo hacia lo divino. El medio ms excelente para ello son los sacramentos o signos sagrados, que hacen posi-ble la comunin con Dios'8 Pues, cuando estos signos pe11enecen a las realidades divinas, se llaman Sacramentos, y nos unen a su propio significado'" En el plano sacramentolgico, Agustn no slo utiliza abundan-temente los trminos20, sino que nos explica la misma estructura del signo sacramental, compues-ta de un elemento corporal visi-ble y de otro espiritua l invisible2' . La parte sensible o significante (signum) se compo-ne, a su vez, de elementum o aspecto material, y de Verbum o aspec to verbal, tan unidos entre s que Agustn habla de visibile verbum22 Y en la par-te invisible o significado, tam-bin pueden distinguirse la vir-tus o Espritu por la que es efi-caz, y la res o conten ido y misterio de gracia que el sacra-mento actualiza23 Por otro lado, Agustn contribuye a clarificar el sentido de sacramento, en la controversia contra los donatis-tas, defendiendo la objetividad y valor del sacramento por ser accin de Cristo no dependiente

    San Agustn, bautizado por San Ambrosio el 387, fue obispo de Hipona (Annaba) a partir del 395.

    de la fe y los mritos del minis-tro (subjetivismo donatista); y en la controversia contra los pela-gianos, defendiendo la prima-riedad de la graeia de Dios fren-te a la insistencia en los mritos y fe del sujeto. El Pseudo-Dionisia (escribe entre 485-5 15): Nos expone su pensamiento sobre todo en Jerarqua Eclesistica, y Los nombres divinos24 Su visin de los sacramentos puede calificar-se de mstica-platnica, por-que une lo contemplativo estti-co a la concepcin platnica. Para l toda la realidad csmica es entendida como una cadena de esencias, que son atradas por Dios desde lo ms bajo hacia lo ms alto. Tambin los myste-ria los clasifica segn una jerar-qua, de modo que se muestre el

    proceso de g r.adualidad ?el ascenso hacia DIOs o TheosJS. En esto consiste el conocimiento simblico de Dios: en un salto progresivo, en una ascensin entusiasta de smbolo en smbo-lo, que va supe_rando la dista.ncia infranqueable entre la realidad sensible y la realidad misteriosa, hasta llegar a la comunin con Dios. A diferencia de Agustn, que se mueve en el orden espiri-tual del conocimiento, Dionisia busca ese conocimiento desde la dinmica del ser y de la misma realidad. La anagoga de Dioni-sia, el movimiento de abajo arri-ba, tiene lugar no por la fue~za del espritu que interpreta, s1no por la fuerza de trampoln de las mismas cosas, en cuan to son smbolos de una realidad tras-cendente. Pero smbolos en los que se da una similitud~ dissi-milis, es decir, una semeJanza y una desemejanza, que lleva a un cierto conocimiento pero que

    ' 2S impulsa siempre a la ascens1?n . En este contexto hay que Situar su teologa sobre los smbolos sacramentales, en cuanto medios, fuerza e impulso para una consagrac in, una ascensin y una divinizacin que conduz-ca al xtasis y unin perfe cta con Dios. En la acc in de los smbolos sacramentales distin-gue Dionisia: a) los iniciadores o consagrantes Uerarqua ecle-sistica: obispo, sacerdotes, di-cono); b) los iniciados o consa-grados (fieles, terapeutas ~ n:~njes, iluminados ... ); e) las i111Cla-ciones o realidades sagradas por las que se consgra, por las que se significa y realiza el proceso de ascendimiento:

    e Purificacin = por la conver-sin y el catecumenado.

    San Pedro impone las manos a Esteban para hacerle dicono, segn un tapiz de fines del siglo xv. Museo de Cluny.

    Prctica de la confesin. Grabado de les peintures chretiennes" de ~icols Toln, 1647. Biblioteca Nac1onal de Pans.

  • Iluminacin = por el bautis-mo, aue nos hace nacer a Dios.

    Perfeccin = por el aceite sagrado de la confirmacin y orden .

    Unin = por la eucarista, que anticipa la unin plena.

    Crecimiento = por la tenden-cia permanente (simbolismo desemejante, anagoga) hacia una unin ms perfecta, defi-nitiva.

    Juan Cris6stomo (354-407): En este autor, as como en Teodoro de Mopsuestia o Cirilo de Jeru-saln , encontramos una vi sin del sacramento ms mistaggi-ca26. Se trata de una compren-sin global e integral, que bien quiere tener en cuenta los diver-

    Juan Crisstomo e el emperador itero Botomiates y el mgel San Miguel. atura incluida en coleccin de lilas de San Juan stomo conservada 1 Biblioteca Nacional ,ars.

    sos aspectos que lo integran: el simblico tipolgico, el celebra-tivo ritual, el vital comunitario, el catequtico y moral. El centro de todo lo constituye la misma cele bracin sacramental, punto de llegada y de partida a la vez de un proceso catequtico, de una experie nc ia del misterio y de u na vida comuni taria. L a mistagogia es el arte de penetrar en e l mis terio, la capacidad de referenciacin desde los smbo-los, que slo tiene el inic iado. Por eso, el bautismo es e l punto de partida de y para una inter-pretacin mistaggica de los sacramentos. En concreto, Juan Crisstomo27 pone de relieve especialmente la relacin de los sacramentos con la catequesis y con el cambio de

    vida moral. El bautismo debe dar frutos, que son obras de vida eterna. El iniciado es aquel que sabe ver lo invisible desde lo v isible, que t iene como dos ojos: Jos sensibles que ven lo externo, y los de la fe que ven lo interno y misterioso. Slo la fe puede darnos esos ojos espiri-tuales, por los que en todo sacramento vemos la imagen (eikon) de un misterio escondi-do que no se ve. La imitacin (mmesis) por la que se repre-senta la verdad del misterio de Cri sto nos lleva a conocer y vivir este misterio28. Y lo llama-mos as, no por lo que vemos directamente, s ino porque vemos una cosa y creemos en otra. Esta es la fe de nuestros misterios29 De entre todos los mysteria, la eucaris ta es el mysterion por excelencia, en el que todos los dems estn como envueltos, y donde mejor se m a ni fies ta, por la accin del Espritu, el descenso y presencia de lo divino (como en la encar-nacin=katbasis), y e l ascenso

    o elevacin de lo humano=an-basis30.

    - San Isidoro de Sevilla (+636): Isidoro desarrolla en la lnea agustina na el co ncepto de Sacramento. Su aportacin pue-de calificarse de ms mistrica pneumatolgica. El sacramento consiste para l en una celebra-cin por la que se significa un misterio que debe acogerse en la fe y santidad. Los sacramentos principales son el bautismo, el crisma y el cuerpo y la sangre de Cristo. Y propiamente se les llama sac ramentos, porque bajo el velo de las cosas corpo-ra les, acta en e llos de forma secreta e l poder divino y se rea-liza la salvacin. Por tanto se les ll ama sacramentos, porque e n ellos acta Dios con un poder sec re to y sagrado (unde el a secretis virtutibus, vel a sacris sacramenta dicuntur). Y este roder es sobre todo el Espritu Santo, que permanece en la Igles ia y obra misteriosamente un efecto de santificac in en aquellos que lo celebran. El fru-

    Representacin luterana de la prct1ca de d1versos sacramentos.

  • Iluminacin = por el bautis-mo, aue nos hace nacer a Dios.

    Perfeccin = por el aceite sagrado de la confirmacin y orden .

    Unin = por la eucarista, que anticipa la unin plena.

    Crecimiento = por la tenden-cia permanente (simbolismo desemejante, anagoga) hacia una unin ms perfecta, defi-nitiva.

    Juan Cris6stomo (354-407): En este autor, as como en Teodoro de Mopsuestia o Cirilo de Jeru-saln , encontramos una vi sin del sacramento ms mistaggi-ca26. Se trata de una compren-sin global e integral, que bien quiere tener en cuenta los diver-

    Juan Crisstomo e el emperador itero Botomiates y el mgel San Miguel. atura incluida en coleccin de lilas de San Juan stomo conservada 1 Biblioteca Nacional ,ars.

    sos aspectos que lo integran: el simblico tipolgico, el celebra-tivo ritual, el vital comunitario, el catequtico y moral. El centro de todo lo constituye la misma cele bracin sacramental, punto de llegada y de partida a la vez de un proceso catequtico, de una experie nc ia del misterio y de u na vida comuni taria. L a mistagogia es el arte de penetrar en e l mis terio, la capacidad de referenciacin desde los smbo-los, que slo tiene el inic iado. Por eso, el bautismo es e l punto de partida de y para una inter-pretacin mistaggica de los sacramentos. En concreto, Juan Crisstomo27 pone de relieve especialmente la relacin de los sacramentos con la catequesis y con el cambio de

    vida moral. El bautismo debe dar frutos, que son obras de vida eterna. El iniciado es aquel que sabe ver lo invisible desde lo v isible, que t iene como dos ojos: Jos sensibles que ven lo externo, y los de la fe que ven lo interno y misterioso. Slo la fe puede darnos esos ojos espiri-tuales, por los que en todo sacramento vemos la imagen (eikon) de un misterio escondi-do que no se ve. La imitacin (mmesis) por la que se repre-senta la verdad del misterio de Cri sto nos lleva a conocer y vivir este misterio28. Y lo llama-mos as, no por lo que vemos directamente, s ino porque vemos una cosa y creemos en otra. Esta es la fe de nuestros misterios29 De entre todos los mysteria, la eucaris ta es el mysterion por excelencia, en el que todos los dems estn como envueltos, y donde mejor se m a ni fies ta, por la accin del Espritu, el descenso y presencia de lo divino (como en la encar-nacin=katbasis), y e l ascenso

    o elevacin de lo humano=an-basis30.

    - San Isidoro de Sevilla (+636): Isidoro desarrolla en la lnea agustina na el co ncepto de Sacramento. Su aportacin pue-de calificarse de ms mistrica pneumatolgica. El sacramento consiste para l en una celebra-cin por la que se significa un misterio que debe acogerse en la fe y santidad. Los sacramentos principales son el bautismo, el crisma y el cuerpo y la sangre de Cristo. Y propiamente se les llama sac ramentos, porque bajo el velo de las cosas corpo-ra les, acta en e llos de forma secreta e l poder divino y se rea-liza la salvacin. Por tanto se les ll ama sacramentos, porque e n ellos acta Dios con un poder sec re to y sagrado (unde el a secretis virtutibus, vel a sacris sacramenta dicuntur). Y este roder es sobre todo el Espritu Santo, que permanece en la Igles ia y obra misteriosamente un efecto de santificac in en aquellos que lo celebran. El fru-

    Representacin luterana de la prct1ca de d1versos sacramentos.

  • an Isidoro de Sevilla. Retablo de la colegiata ae anta Maria de Catalayud (siglo xv).

    to de los sacramentos no depen-de ni de lo s vicios ni de los mritos del ministro, sino del Espritu que vivifica misteriosa-mente (qua Spiritus Sanctus mystice illa vivificat). Por eso mismo, como indica la etimolo-ga griega, sacramento viene de mysterium, que indica se trata de una secreta y misteria accin (unde et graece mysterium dici-tur quod secretam et reconditam habeat dispositionem);'. Lo mi smo que San Agustn, entiende el sacramento como un signo sagrado y una celebra-cin, en la que el protagonista es el Espri tu, y cuyo valor no depende del mrito del ministro. Pero a diferencia de San Agus-tn, explica ms el sacramento desde su raz griega myste-rio n; ace nta su carcter escondido y secreto o misterioso (secratae virtutes); pone ms de

    relieve la intervencin eficaz del Espritu y la importancia de la bendicin32

    3. CONCLUSIONES

    Al final de este primer recorrido his trico, queremos sacar algunas conclusiones, que nos parecen alec-cionadoras.

    a) La Escritura no nos ofrece ni una definicin ni una explicacin sis-temtica de lo que es un Sacramen-to, pero s nos da elementos suficien-tes, en su contexto propio, para enten-der la posterior evolucin explicitativa del concepto. Las expresiones myste-rion, Semeion, sacramentum son an indicativas de un punto de partida.

    b) La Iglesia de los primeros siglos manifiesta una compren sin

    abi~rta y amplia de lo sacramental, aphcando la expresin a muchas reali-dades, sin preocuparse an por una definicin estricta, o por una fijacin numrica.

    e) El centro de lo sacramental lo s it a en e l mismo Cristo, especial-mente en su Pascua, y a partir de ah en aquellos signos por los que se entra a participar en este misterio o inicia-cin cristiana: bautismo (incluidos ritos posbautismales=confirmacin ms tarde) y eucarista. La penitencia la entendern y pract icarn en rela-cin directa con el bautismo. En ello se manifiesta una jerarquizacin cohe-rente de los sacramentos, todava no plenamente explicitada.

    d) En los Padres se manifiesta un buen equilibrio entre la dimensin cristolgica (misterio pascual) , la dimensin pneumatolgica (accin eplicltica del Espritu), la dimensin eclesiolgica (accin eclesial comuni-taria), y la dimensin escatolgica (iti-nerario hacia la plenitud) de los sacra-mentos.

    e) Lejos de separar los sacramen-

    tos de la liturgia, los Padres s lo explican los signos desde la accin celebrativa. Los sacramentos son cele-braciones del misterio; son el misterio sacramentalmente celebrado, partici-pado y vivido desde los ojos y el cora-zn de la fe.

    f) Igualmente sabe n unir los Padres la presencia salvadora del mis-terio, en la accin y el poder del Esp-ritu, a la respuesta de fe del sujeto y al compromiso de la comunidad creyen-te, tal como se manifiesta sobre todo en el bautismo (Tertuliano, Basilio ... ).

    g) El sistema filosfico de fondo, la concepcin Soteriolgica formal, en la que ms se apoyaron y de la que ms se sirvieron los Padres para la explicacin y el desarrollo de su teo-loga sacramental, fue sin duda el pla-tnico y neoplatnico. Slo desde l puede entenderse e l pensamiento sacramental patrstico.

    NOTAS

    1 Citamos algunos que consideramos ms significativos: A. MICHEL, Sacrements: DTC X!V/1, col. 485-644; J. DANIELOU, Sacramen-tum futttri, Pars 1950; L . YILLETIE, Foi et sacrement, 2 vol., Pars 1959 y 1964; J. FIN-KENZELLER, Die Lehre van den Sakramenten im allgemein, 2 vol. (Handbuch der Dogmcnges-chichte IV/1 -2), Freiburg 1980.

    2 En tiempos de Cristo, el culto de Israel comprenda los siguientes actos: oracin diaria (schem, bendiciones, Horas en el Templo); los sacrificios en e l templo (oblacin, expia-cin ... ) ; la Palabra en la Sinagoga (Lectura, comentario, oracin comn, confesin de fe en el nico Dios); los Salmos (oracin personal y comunitaria); las Liturgias Penitenciales (Cele-braciones en diversas circunstancias, y una vez al ao el Yom Kippur); celebraciones solemnes de la comunidad (Neh 9- 10: cantos, alabanza a Dios, confesin de fe, renovacin de alian-za ... ); el Sabbat o tiesta semanal y las grandes tiestas del ao: Pascua, Azimos, Pentecosts ... Cf. H. H. HENRIX, Jdische Litttrgie. Geschich-te. Struktur. We.ven (Questioncs Disputatae, 86), Freiburg 1979, 13-31; H.A.J . W EGMANN,

    Geschichte der Liturgie in Westen und Osten. Regcnsburg 1979; J. BASURKO, La vida littrgi-co-mcramenral de la Iglesia en su evolucirn histrica: en D. BoROiliO (ed.,), La celebracin en la Iglesia, Salamanca 1985, 49 ss.

    ' Cf. 0. CULLMANN, La fai et le culte de /'E-glise primitive, Neuchatel 1963; E. SCHWEIZER. El culto en el Nuevo Teswmemo y en la a,tua-lidad: en La Iglesia primitiva: medio ambiente, organizacin y culto, Salamanca 1974. 57 ss.: A. HAMMAN, La oracin. l. El Nuevo testamen-to. 11. Lo.v tres primerm siglos, Barcelona 1967.

    'Cf. Rom 9; 12, 1; 15, 27; Fil 3. 3; 2. 30; 4, 18;2Co9,12;Heb 12,28; 13,15; 1 P2,5:Ef 2, S .. . ; Hch 2, 42-46; 24, 14 ... Es imposible detenernos ahora en el tema. Vase el mismo estudio de E. SCHWEIZER, loe. cit.; D. BoROBIO, Dimemin social de la liturgia y los sacramen-tos, Bilbao 1991.

    ' Cf., el estudio fundamental al respecto de G. BORNKAMM, Mysterion: en G. K ITTEL, T he-ologisches Worterbuch zum Neuen Testamenl, Stuttgart, vol. IV, 1942, 809-834.

    ' Rom 16, 25-27. Cf. Ef 1, 9-10; 2, 9; 3, I-13;Col. l,26ss.; 1 Co2, 7 ...

    'cr. o. CUI.I.ANN, Lafoi elle otile"" /'Egli-se primitive, ed. Delachaux-Niestle. Neuchatel 1963, 131-209; L. BouYER, Les sacremenrs dan.1 /'evcmgile jolumnique: Bible et Vie Chr-tienne 1 (1953) 121 ss.; E. LOIISE, Wort und Sakrwnelll in Johannesevcmgelium: New tCSlil-ments studies 7 ( 1960) 11 0- 125; H. KLos. Die Sakrament in Johannesevangelium (Stuttgarter Bibelstudium, 46), ed. Katholisches Bibelwerk, Stuttgart 1970.

    ' Platn, La renblica, lib. VII. Una exposi-cin en relacin con los sacramentos en: R. HoTZ, Los sacramentos en nuevas perspecti-vas. La riqueza sacramental de Oriente y de Occidente, Sgueme, Salamanca 1986.

    9 Cf. H. U. VON 6ALTHASAR, Le mistere d'O-rigene: Rcch. Se. Rel. 26 (1936) 513-562. Tambin G. l30RNKAMM, ar t. cit., 831 ss.

    1 CLEMENTE DE ALEJANDRIA, Strommata !V. 3, l.

    " cr. J. IIELLINO, Pour l'histoire du mot sacramelltttm, Louvain 1924; A. KOLPING, Sacramentum Tertulianeum. Regensbu rg-M nster 1948; G. MOHRMANN, Sacramelltum dans les plus anciens textes chri!tiens: Harward Theological Review 47 ( 1954) 141- 152.

    " Tertuliano entiende el bautismo como un pac to, un juramento o compromiso ( fide s obsignatio, sacramenti testaio) del bautizado con Cristo. As dice. por ejemplo: Ahora se pregunta si un creyente puede hacerse militar o si un mil itar puede ser admitido a la fe ... No conviene unir el sacramento divino y el huma-no, el signo de Cristo y el signo del diablo ... no puede un alma deberse a dos seores: a Dios

  • an Isidoro de Sevilla. Retablo de la colegiata ae anta Maria de Catalayud (siglo xv).

    to de los sacramentos no depen-de ni de lo s vicios ni de los mritos del ministro, sino del Espritu que vivifica misteriosa-mente (qua Spiritus Sanctus mystice illa vivificat). Por eso mismo, como indica la etimolo-ga griega, sacramento viene de mysterium, que indica se trata de una secreta y misteria accin (unde et graece mysterium dici-tur quod secretam et reconditam habeat dispositionem);'. Lo mi smo que San Agustn, entiende el sacramento como un signo sagrado y una celebra-cin, en la que el protagonista es el Espri tu, y cuyo valor no depende del mrito del ministro. Pero a diferencia de San Agus-tn, explica ms el sacramento desde su raz griega myste-rio n; ace nta su carcter escondido y secreto o misterioso (secratae virtutes); pone ms de

    relieve la intervencin eficaz del Espritu y la importancia de la bendicin32

    3. CONCLUSIONES

    Al final de este primer recorrido his trico, queremos sacar algunas conclusiones, que nos parecen alec-cionadoras.

    a) La Escritura no nos ofrece ni una definicin ni una explicacin sis-temtica de lo que es un Sacramen-to, pero s nos da elementos suficien-tes, en su contexto propio, para enten-der la posterior evolucin explicitativa del concepto. Las expresiones myste-rion, Semeion, sacramentum son an indicativas de un punto de partida.

    b) La Iglesia de los primeros siglos manifiesta una compren sin

    abi~rta y amplia de lo sacramental, aphcando la expresin a muchas reali-dades, sin preocuparse an por una definicin estricta, o por una fijacin numrica.

    e) El centro de lo sacramental lo s it a en e l mismo Cristo, especial-mente en su Pascua, y a partir de ah en aquellos signos por los que se entra a participar en este misterio o inicia-cin cristiana: bautismo (incluidos ritos posbautismales=confirmacin ms tarde) y eucarista. La penitencia la entendern y pract icarn en rela-cin directa con el bautismo. En ello se manifiesta una jerarquizacin cohe-rente de los sacramentos, todava no plenamente explicitada.

    d) En los Padres se manifiesta un buen equilibrio entre la dimensin cristolgica (misterio pascual) , la dimensin pneumatolgica (accin eplicltica del Espritu), la dimensin eclesiolgica (accin eclesial comuni-taria), y la dimensin escatolgica (iti-nerario hacia la plenitud) de los sacra-mentos.

    e) Lejos de separar los sacramen-

    tos de la liturgia, los Padres s lo explican los signos desde la accin celebrativa. Los sacramentos son cele-braciones del misterio; son el misterio sacramentalmente celebrado, partici-pado y vivido desde los ojos y el cora-zn de la fe.

    f) Igualmente sabe n unir los Padres la presencia salvadora del mis-terio, en la accin y el poder del Esp-ritu, a la respuesta de fe del sujeto y al compromiso de la comunidad creyen-te, tal como se manifiesta sobre todo en el bautismo (Tertuliano, Basilio ... ).

    g) El sistema filosfico de fondo, la concepcin Soteriolgica formal, en la que ms se apoyaron y de la que ms se sirvieron los Padres para la explicacin y el desarrollo de su teo-loga sacramental, fue sin duda el pla-tnico y neoplatnico. Slo desde l puede entenderse e l pensamiento sacramental patrstico.

    NOTAS

    1 Citamos algunos que consideramos ms significativos: A. MICHEL, Sacrements: DTC X!V/1, col. 485-644; J. DANIELOU, Sacramen-tum futttri, Pars 1950; L . YILLETIE, Foi et sacrement, 2 vol., Pars 1959 y 1964; J. FIN-KENZELLER, Die Lehre van den Sakramenten im allgemein, 2 vol. (Handbuch der Dogmcnges-chichte IV/1 -2), Freiburg 1980.

    2 En tiempos de Cristo, el culto de Israel comprenda los siguientes actos: oracin diaria (schem, bendiciones, Horas en el Templo); los sacrificios en e l templo (oblacin, expia-cin ... ) ; la Palabra en la Sinagoga (Lectura, comentario, oracin comn, confesin de fe en el nico Dios); los Salmos (oracin personal y comunitaria); las Liturgias Penitenciales (Cele-braciones en diversas circunstancias, y una vez al ao el Yom Kippur); celebraciones solemnes de la comunidad (Neh 9- 10: cantos, alabanza a Dios, confesin de fe, renovacin de alian-za ... ); el Sabbat o tiesta semanal y las grandes tiestas del ao: Pascua, Azimos, Pentecosts ... Cf. H. H. HENRIX, Jdische Litttrgie. Geschich-te. Struktur. We.ven (Questioncs Disputatae, 86), Freiburg 1979, 13-31; H.A.J . W EGMANN,

    Geschichte der Liturgie in Westen und Osten. Regcnsburg 1979; J. BASURKO, La vida littrgi-co-mcramenral de la Iglesia en su evolucirn histrica: en D. BoROiliO (ed.,), La celebracin en la Iglesia, Salamanca 1985, 49 ss.

    ' Cf. 0. CULLMANN, La fai et le culte de /'E-glise primitive, Neuchatel 1963; E. SCHWEIZER. El culto en el Nuevo Teswmemo y en la a,tua-lidad: en La Iglesia primitiva: medio ambiente, organizacin y culto, Salamanca 1974. 57 ss.: A. HAMMAN, La oracin. l. El Nuevo testamen-to. 11. Lo.v tres primerm siglos, Barcelona 1967.

    'Cf. Rom 9; 12, 1; 15, 27; Fil 3. 3; 2. 30; 4, 18;2Co9,12;Heb 12,28; 13,15; 1 P2,5:Ef 2, S .. . ; Hch 2, 42-46; 24, 14 ... Es imposible detenernos ahora en el tema. Vase el mismo estudio de E. SCHWEIZER, loe. cit.; D. BoROBIO, Dimemin social de la liturgia y los sacramen-tos, Bilbao 1991.

    ' Cf., el estudio fundamental al respecto de G. BORNKAMM, Mysterion: en G. K ITTEL, T he-ologisches Worterbuch zum Neuen Testamenl, Stuttgart, vol. IV, 1942, 809-834.

    ' Rom 16, 25-27. Cf. Ef 1, 9-10; 2, 9; 3, I-13;Col. l,26ss.; 1 Co2, 7 ...

    'cr. o. CUI.I.ANN, Lafoi elle otile"" /'Egli-se primitive, ed. Delachaux-Niestle. Neuchatel 1963, 131-209; L. BouYER, Les sacremenrs dan.1 /'evcmgile jolumnique: Bible et Vie Chr-tienne 1 (1953) 121 ss.; E. LOIISE, Wort und Sakrwnelll in Johannesevcmgelium: New tCSlil-ments studies 7 ( 1960) 11 0- 125; H. KLos. Die Sakrament in Johannesevangelium (Stuttgarter Bibelstudium, 46), ed. Katholisches Bibelwerk, Stuttgart 1970.

    ' Platn, La renblica, lib. VII. Una exposi-cin en relacin con los sacramentos en: R. HoTZ, Los sacramentos en nuevas perspecti-vas. La riqueza sacramental de Oriente y de Occidente, Sgueme, Salamanca 1986.

    9 Cf. H. U. VON 6ALTHASAR, Le mistere d'O-rigene: Rcch. Se. Rel. 26 (1936) 513-562. Tambin G. l30RNKAMM, ar t. cit., 831 ss.

    1 CLEMENTE DE ALEJANDRIA, Strommata !V. 3, l.

    " cr. J. IIELLINO, Pour l'histoire du mot sacramelltttm, Louvain 1924; A. KOLPING, Sacramentum Tertulianeum. Regensbu rg-M nster 1948; G. MOHRMANN, Sacramelltum dans les plus anciens textes chri!tiens: Harward Theological Review 47 ( 1954) 141- 152.

    " Tertuliano entiende el bautismo como un pac to, un juramento o compromiso ( fide s obsignatio, sacramenti testaio) del bautizado con Cristo. As dice. por ejemplo: Ahora se pregunta si un creyente puede hacerse militar o si un mil itar puede ser admitido a la fe ... No conviene unir el sacramento divino y el huma-no, el signo de Cristo y el signo del diablo ... no puede un alma deberse a dos seores: a Dios

  • y al Csar; De idolatrfa, XIX, 1-2. Lo mismo en: Ad martyras, /11, 1 ...

    " AMBROSIO DE MILAN, Des sacramen/s. Des mysteres: ed. B. BorrE, Sources Chrtiennes, 25 bis, Du Cerf, Pars 1961. Sobre ste y Jos otros Padres puede verse: J. DANIELOU, Bib/e et Liturgie, Du Cerf, Pars 1950; Id., Sacramen-tum futuri, op. cit.; G. FRANCESCONI, Storia e simbo/o. Mysterium in figura: la simbolica storico-sacramema/e ne/ linguagio e ne//a tea-logia di Ambrogio di Milano, Maree/liana, Brescia 198 1.

    " Vase en Patrologa Latina vol. 32, col. 1193- 1220. Un estudio clsico sobre el tema: C. Couturier, Sacramelllum el mysterium dans l'oeuvre de Sclint Augustin: en H. Rondet (ed.), Etudes augustiniennes, Pars 1953.

    " lbd. PL 34, 70 SS. "De doctr. christ. IIJ, 9 13: PL 34, 70. " lbd. ll, 3, circa med.: mnia signa verbis

    comparata paucissima sunt; verba enim nter homines obtinuerunt principatum significandi quaecumque animo concipiuntur>>.

    " De Magistro, 14, 45: PL 32, 121 9. " t."psto/a 138, 1, 7: PL 33, 527. "' Refirindose a los ritos del A.T. (Sabbat, ~ircuncisin, sacrific ios, templo, altares, pas-; ua ... ), o a los del N.T. (bautismo, eucarista, pascua, uncin, imposicin de manos, smbolo Je la fe, Padre nuestro ... ), o al misterio de la frinidad, la Encarnacin y el mismo Cristo. Cf. C. Couturier, op. cit., 263 ss.

    " Sermo 272 PL 38, 1246: Ideo dicuntur ;acramenta, qua in eis aliud videtur, a liud mtelligitur. Quod videtur speciem habet corpo-aJem, quod intelligitur, fructum habet spiri-ualem.

    " In ev. Johan. 80, 3: