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Rafael Cepeda en las fracturaciones de la nacionalidad* ©Ramón López *Las fotos que acompañan este texto son un homenaje a la memoria de Luis Daniel Chichito Cepeda, hijo menor de Rafael Cepeda y compañero de mis tiempos con Los Pleneros de la 23 Abajo. La gente bombera puertorriqueña habla de la Bomba en mayúscula para reclamar un digno es- pacio de múltiples libertades diferentes que son el tema real que alarga sus conversaciones. La bomba forzada en consenso de unidad de “sangre y tradición” no suelta prolongadas reflexiones de los bomberos: es sólo un cumplido de modales requeridos que pronto se fractura en temas de otros amores y complicaciones que siempre son -claro y oscuro está- mucho más interesantes. Lo que anima a los bomberos a hablar mucho de la bomba es el infinito trayecto de sus desvia- ciones irresistibles. Este texto desviado es un homenaje amoroso a Rafael Cepeda pero a mu- chos no les parecerá tal porque no tengo el menor deber de reducirlo a la perfección inapelable del maestro indiscutible. Aquí escribo remeneos que son más estimulantes que las glorificacio- nes porque expresan desacuerdos, esas rítmicas negaciones a las imposiciones oficiales. El me- jor homenaje a Rafael Cepeda es el reconocimiento de las fértiles e inspiradoras fracturaciones que hay en su inmenso legado. La fracturación de la pureza El legado de don Rafael Cepeda -una imagen que hoy lo identifica más con el rescate de la bomba que con sus también abarcadoras aportaciones a la plena- es la coexistencia inestable y a veces hostil de una voluntad de alcanzar consenso sobre la importancia de la bomba en la cultu- ra nacional y una fracturación de la práctica bombera en separaciones y alejamientos divisorios. Rafael Cepeda siempre propuso la bomba como asunto nacional: Bomba Puertorriqueña con nombre y apellido perteneciente a toda la gente de nuestro país. A la vez, le adjudicó a su híbri- da práctica bombera personal-familiar un esencialismo inapelable: la suya es la bomba genuina, auténtica, pura, tradicional, correcta y hasta mandatoria. Esa actitud de dictar los requerimientos de la práctica bombera quedó impresa en su proyecto discográfico publicado en los años 70. El “Patriarca de la Bomba” asimiló así la intención hegemónica de la ideología del “folklore” esta- tal -imponer un consenso definitorio de la bomba- que en vez de sustentarse en textos escritos de intelectualidad académica se consolidó como texto escenificado en espectáculo pedagógico cuyo lenguaje verbal-musical-coreográfico se instalaba cómodamente en los requerimientos ofi- ciales de “la gran familia puertorriqueña” acentuando las aportaciones de “la tercera raíz” a la “democrática” convivencia cultural de la nacionalidad. Sin embargo, el transcurso histórico de la experiencia biográfico-musical de Rafael Cepeda es rico en prácticas bomberas alternativas, divergentes y combinadas que constituyeron una in- mensidad cultural de la que el “show” fue sólo la parte más visible y superficial. En la práctica

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rafael cepeda en las fracturaciones de la nacionalidad

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  • Rafael Cepeda en las fracturaciones

    de la nacionalidad*

    Ramn Lpez

    *Las fotos que acompaan este texto son un homenaje a la memoria de Luis Daniel Chichito

    Cepeda, hijo menor de Rafael Cepeda y compaero de mis tiempos con Los Pleneros de la 23

    Abajo.

    La gente bombera puertorriquea habla de la Bomba en mayscula para reclamar un digno es-

    pacio de mltiples libertades diferentes que son el tema real que alarga sus conversaciones. La

    bomba forzada en consenso de unidad de sangre y tradicin no suelta prolongadas reflexiones

    de los bomberos: es slo un cumplido de modales requeridos que pronto se fractura en temas de

    otros amores y complicaciones que siempre son -claro y oscuro est- mucho ms interesantes.

    Lo que anima a los bomberos a hablar mucho de la bomba es el infinito trayecto de sus desvia-

    ciones irresistibles. Este texto desviado es un homenaje amoroso a Rafael Cepeda pero a mu-

    chos no les parecer tal porque no tengo el menor deber de reducirlo a la perfeccin inapelable

    del maestro indiscutible. Aqu escribo remeneos que son ms estimulantes que las glorificacio-

    nes porque expresan desacuerdos, esas rtmicas negaciones a las imposiciones oficiales. El me-

    jor homenaje a Rafael Cepeda es el reconocimiento de las frtiles e inspiradoras fracturaciones

    que hay en su inmenso legado.

    La fracturacin de la pureza

    El legado de don Rafael Cepeda -una imagen que hoy lo identifica ms con el rescate de la

    bomba que con sus tambin abarcadoras aportaciones a la plena- es la coexistencia inestable y a

    veces hostil de una voluntad de alcanzar consenso sobre la importancia de la bomba en la cultu-

    ra nacional y una fracturacin de la prctica bombera en separaciones y alejamientos divisorios.

    Rafael Cepeda siempre propuso la bomba como asunto nacional: Bomba Puertorriquea con

    nombre y apellido perteneciente a toda la gente de nuestro pas. A la vez, le adjudic a su hbri-

    da prctica bombera personal-familiar un esencialismo inapelable: la suya es la bomba genuina,

    autntica, pura, tradicional, correcta y hasta mandatoria. Esa actitud de dictar los requerimientos

    de la prctica bombera qued impresa en su proyecto discogrfico publicado en los aos 70. El

    Patriarca de la Bomba asimil as la intencin hegemnica de la ideologa del folklore esta-

    tal -imponer un consenso definitorio de la bomba- que en vez de sustentarse en textos escritos

    de intelectualidad acadmica se consolid como texto escenificado en espectculo pedaggico

    cuyo lenguaje verbal-musical-coreogrfico se instalaba cmodamente en los requerimientos ofi-

    ciales de la gran familia puertorriquea acentuando las aportaciones de la tercera raz a la

    democrtica convivencia cultural de la nacionalidad.

    Sin embargo, el transcurso histrico de la experiencia biogrfico-musical de Rafael Cepeda es

    rico en prcticas bomberas alternativas, divergentes y combinadas que constituyeron una in-

    mensidad cultural de la que el show fue slo la parte ms visible y superficial. En la prctica

  • del espectculo, Cepeda siempre tuvo que lidiar enfrentando el racismo contra la msica de

    negros que l quera dignificar, racismo que se impona desde adentro de la imaginada gran

    familia puertorriquea a travs de marginaciones condescendientes y/o rechazos insultantes.

    En la prctica comunitaria, la vida bombera de Cepeda nunca fue pura ni esencial y tuvo ms de

    adaptacin histrica que de conservacin tradicional. Por otro lado, en la multiplicacin de

    prcticas bomberas por parte de los herederos de Cepeda -hijos, parientes, discpulos- stos se

    proclaman poseedores de la definitoria y correcta bomba del patriarca, se enfrascan en minu-

    ciosos desacuerdos sobre la versin oficial que todos dicen compartir y se envuelven en sor-

    prendentes reinvenciones bomberas personales que aumentan las riquezas, agudizan las diver-

    gencias y agitan las rivalidades. Se trata entonces de la coexistencia de intenciones consensua-

    les con interpretaciones conflictivas en las prcticas bomberas de todos los que de una forma u

    otra se asocian o identifican con el apellido Cepeda.

    La fracturacin de la memoria

    Rafael Cepeda siempre estuvo buscando un rbol que me d sombra porque el que tengo calor

    a m me da pero -al igual que las infinitas fracturaciones de las venas en cada hoja de cada rbol

    - las prcticas bomberas anteriores y posteriores al coreografiado show de la Familia Cepeda

    han estado fracturadas en divergentes opciones e hibridaciones cuya mejor definicin es su in-

    cesante movimiento mismo, igual que las fracturaciones de la definicin de la nacionalidad que

    compartimos y alteramos en movimientos de libertades y sometimientos. Sin embargo, no se

    trata de escapar de la identidad nacional-bombera rumbo a la inexistencia de la historia. Existe

    Foto por Ricardo Alcaraz

  • una realidad cultural que sustenta la nacin: la imaginacin prctica y vivida de una comu-

    nidad en transcurso de historia. Existe una realidad cultural que sustenta la bomba: el desa-

    fo corporal y bailado de una comunidad en transcurso de tambor.

    Si hoy da preguntamos a cuatro hermanos Cepeda sobre cuatro eventos sucedidos en 2003 -

    la oficializacin del barril y el pandero hasta la altura del cuatro, la medalla Rafael Cepeda

    otorgada a Ramn Pedraza, la confeccin del proyecto Dancing the Drum de Chichito Ce-

    peda y la Medalla Nacional de la Cultura recibida por los Hermanos Cepeda- cada hermano

    aportar una memoria distinta de cmo fueron los hechos porque todas las memorias son

    fracturaciones accidentadas por desiguales encuentros del documento y la imaginacin. Si

    esto es cierto de cuatro momentos de sucesin tan reciente, cun exacto puede ser el en-

    samblaje de la historia oral de un hombre trabajador, inventor y andariego que naci en

    Puerta de Tierra en 1910? La memoria bombera que Rafael Cepeda transmiti a su familia

    y la que sus familiares transmiten hoy da participa de inevitables conservaciones, transfor-

    maciones, prdidas e invenciones. Las historias orales contienen tantos datos como imagina-

    ciones y no siempre hay certeza de cul es cul, es decir, la fracturacin de la memoria es

    inherente a la reconstruccin de la historia.

    Foto por Ricardo Alcaraz

  • La fracturacin de la biografa

    El discurso meditico sobre la vida de Rafael Cepeda -esquemtico, contradictorio y glorifica-

    dor- admite otras lecturas aparte del consenso hegemnico que lo ubica como encarnacin de

    un estilo cangrejero o santurcino de bomba que se considera de mayor desarrollo e influencia

    que otros estilos regionales.

    Rafael Cepeda naci en el barrio Puerta de Tierra de San Juan en 1910. Todas sus biografas -

    versiones fracturadas de un mismo texto que se multiplican en la Internet y los documentales-

    destacan la procedencia mayagezana de sus padres, abuelos y ancestros, todos diestros en la

    construccin de barriles y la ejecucin de la bomba. Esta ubicacin mayagezana originada en

    el barrio Dulces Labios conecta a Cepeda con lo que muchos consideran la cuna de la bomba,

    cuyos ingredientes originarios llegaron con la inmigracin que sigui a la revolucin haitiana.

    Lo que no se destaca en estos bosquejos biogrficos es que los antepasados de Cepeda se mo-

    van mucho entre Mayagez y Ponce, lo que ya apunta a frecuentes contactos y consecuentes

    hibridaciones musicales. Tampoco se resalta el hecho de que Puerta de Tierra era un enorme

    barrio obrero famoso por sus msicas y luchas sindicales. En otras palabras, las herencias ma-

    yagezano-ponceas de Cepeda se manifestaron en el contagioso contexto de la vida musical de

    Puerta de Tierra aadiendo ingredientes a su formacin. Otras migraciones antillanas del siglo

    19 y principios del 20 aderezaron tambin los rumbos de la bomba en esa comunidad.

    En contraposicin a esta lectura histrica de influencias fracturadas, el discurso biogrfico di-

    fundido por el propio Rafael Cepeda busca y reconoce la autoridad esencial de su patriarcado en

    la biologizacin de su persona que -segn el mito repetido por l tantas veces- le asigna un des-

    tino bombero como asunto de sangre validado por el hecho asombroso de que a su madre le lle-

    garon dolores de parto precisamente mientras bailaba una bomba cuyo ttulo vara segn la me-

    moria respondi a las entrevistas. Ya en la Internet el inmenso territorio de la fracturacin-

    alguien amplific el mito y as podemos leer que su madre lo pari en un baile de bomba. En la

    mitologa popular de Cepeda el destino se avisa y amplifica en seales sorprendentes. La conti-

    nuidad del mito tambin es aportacin de Cepeda: cada vez que naca uno de sus hijos -que en

    la Internet son diez, once o doce- Cepeda le tocaba el tambor muy de cerca. El hecho de que

    ninguno despert por la molestia del ruido seal la heredada continuidad de sus unnimes vo-

    caciones bomberas.

    El discurso biogrfico de la Familia Cepeda insiste en su influencia a partir del barrio Villa Pal-

    meras de Santurce y atiende menos el hecho de que la familia tuvo su hogar por mucho tiempo

    antes en la 23 Abajo a orillas del Cao Martn Pea. Esto es importante por dos razones. Prime-

    ro, los arrabales del cao fueron extensas comunidades construidas por sucesivas olas de mi-

    grantes de otros barrios de Santurce, otros pueblos de Puerto Rico y muchos territorios de la

    rurala boricua. Todas estas gentes portaban y ejercan diversas prcticas musicales. El dilogo

    entre bomberos y trovadores, por ejemplo, era parte de la cotidianidad de las barriadas de la ori-

    lla de cao. Segundo, en la otra orilla del cao tambin se desarrollaron barriadas migratorias

    con puntos bomberos y ambas orillas eran vas de navegacin hacia la baha de San Juan que a

    su vez inclua en su orilla opuesta el pueblo de Catao, muy famoso por sus tradiciones de bom-

    ba. Cepeda y su compaera Caridad eran asiduos asistentes a esos bailes que congregaban bom-

    beros de toda la isla en una comunidad de perseverancias, transformaciones y asociaciones cen-

  • tradas en los desafos bailables ante los tambores bomberos. Todas estas prcticas heredadas y

    cultivadas formaron las preferencias y expresiones personales de Cepeda. De hecho, algunos co-

    nocedores de la bomba aseguran que en tiempos anteriores a Cepeda hubo traslados recprocos

    entre bomberos de Santurce y Loza de manera que ambos territorios compartan estilos bomberos

    ms continuos que divergentes. Esos mismos conocedores afirman que el estilo bombero Cepeda

    tiene que ver ms con la influencia de los bailes de Catao que con ancestrales prcticas bomberas

    cangrejeras.

    La investigacin actual no ha llegado a la profundidad suficiente para establecer conclusiones in-

    apelables pero algo s es evidente: en la persona de Rafael Cepeda confluyeron diversas influen-

    cias bomberas de la isla que l supo cuajar en una propuesta suya. La razn por la cual esta hibri-

    dacin fracturada de Cepeda pudo conseguir un encumbramiento de visibilidad e influencia es que

    Cepeda fue un apasionado lder cultural, excelente compositor, destacado instrumentista y eficaz

    artesano que se enfrent con valor al racismo de su poca y reclam de la manera ms audible el

    derecho de pertenencia de la bomba a la nacionalidad puertorriquea. En esta gestin de creativi-

    dad y resistencia, Cepeda hizo mucho ms que construir un show y lograr acceso a los escena-

    rios de los hoteles y la televisin. Cepeda nunca dej de vivir la bomba comunitaria y siempre cul-

    tiv la amistad bombera entre sus colegas mientras educaba a su familia y entrenaba a sus hijos en

    el jerrquico aprendizaje de las destrezas de la bomba. Su soledad creativa -la que abult muchas

    libretas que contienen su patrimonio legado a la posteridad- tuvo su contraparte en la solidaridad

    festiva de sus goces de barriada y vecindario en los que la bomba no necesitaba elegantes ajuares

    ni calculadas estampas dramatizadas. Cepeda no fue egosta con su talento. Su asegurado orgullo

    bombero siempre estuvo al servicio de los que recurrieron a l buscando instruccin, consejo y

    encaminamiento. Este Cepeda desconocido para las audiencias del show no puede reducirse al

    ensamblaje de ballet folklrico porque su formacin de obrero inspirado lo mantuvo inquieto en

    mltiples recorridos bomberos que slo cesaron con su muerte fsica en 1996.

    Xavier Arajo

  • La fracturacin del legado

    Los herederos de Rafael Cepeda viven hoy fracturaciones especficas a su manejo del legado

    recibido. No cabe duda de que entre los hijos Cepeda existe un compromiso de adelantar la

    bomba en la nacionalidad y que ese compromiso se ejerce con mucho talento creativo. Los her-

    manos Cepeda han acentuado el ejemplo de su padre hasta convertirlo en prdica y arenga en

    pro de la defensa de la tradicin y en contra de su disgregacin desorientada. Su discurso com-

    partido -centrado en la necesidad de unitaria divulgacin del legado Cepeda a travs de la ins-

    truccin y el ejemplo- choca contra una realidad que es -rtmica redundancia- demasiado cho-

    cante. Resulta que los hermanos Cepeda han desplegado la ms evidente y exasperante capaci-

    dad de fracturarse en tantas controversias internas que sencillamente no pueden trabajar juntos

    de manera consecuente. La Familia Cepeda o los Hermanos Cepeda o el Grupo Folklrico Na-

    cional Hermanos Cepeda son nombres que ahora aluden a episdicos encuentros y presentacio-

    nes que no se prolongan en un trabajo de equipo y agrupacin permanente. Los ms destacados

    miembros de la familia han montado sus propios proyectos serios y relevantes pero hay algo

    que es cierto y decirlo no es una falta de respeto sino una admisin de fracturacin: los herede-

    ros de Rafael Cepeda dan continuidad al legado de su padre por vas ms individualizadas que

    unitarias. Eso, por cierto, es su legtimo derecho.

    Ms interesantes que las internas convulsiones familiares de los Cepeda son sus fracturaciones

    creativas: el grupo Cimiento Puertorriqueo, la escuela de Villa Palmeras y la orquesta de Mo-

    desto Cepeda han sido focos organizativos y creativos que, al insistir en la integridad del legado

    Cepeda, lo transforman segn las exigencias y preferencias de sus innovadoras prcticas bom-

    beras. Por su parte, el Grupo ABC, la escuela de Carolina y el grupo folklrico de Jess Cepeda

    han sido tambin custodios del legado que en sus manos experimenta innovaciones inaceptables

    para otros miembros de la familia, como el contacto creativo de la bomba con el ballet. Si tre-

    parse a bailar sobre un barril es una aportacin o una falta de respeto es un debate en s mismo

    pero lo cierto es que no surgi de la instruccin patriarcal de Cepeda sino de una originalidad

    fracturada. El traslado de los toques de cus del barril buleador a un barrilito independiente o un

    resonador de bamb es otro debate pero su aceptacin se va generalizando a despecho de los

    defensores de la pureza. El abandono de la vestimenta obrera a favor de imaginarios ajuares

    de lujo coreografiado proseguido por el abandono de gabanes y sombreros a favor de tnicas y

    gorros africanos y la discreta penetracin de asociaciones de santera moldean identificacio-

    nes cambiantes. A la vez, los portadores principales de la herencia Cepeda han enriquecido y

    expandido el quehacer bombero puertorriqueo y siguen siendo el foco de actividad bombera

    ms reconocido e influyente del pas. De ellos ha surgido una nueva generacin de maestros

    con slida voluntad y valiente orgullo que a veces se desborda en gestos y actuaciones de sober-

    bia y desprecio a la gente bombera que no sigue sus lineamientos autoritarios. La prdica de la

    unidad se ejecuta en la prctica de la fracturacin.

    Todo lo anterior tiene que matizarse con la ms clara admisin de que las fracturaciones del le-

    gado Cepeda generan diversidades que fortalecen las prcticas bomberas en las islas y la dis-

    pora. Algunas de las innovaciones ms inspiradas y refrescantes de la prctica bombera de hoy

    han surgido de estudiantes instruidos por los Cepeda quienes -honrados por tan legtimo apren-

    dizaje- no han vacilado en colocar sus propias originalidades en las fracturaciones del legado.

    Cuando ya nos cansamos de discutir cun fieles a la herencia patriarcal son los Cepedas de hoy,

  • lo que nos queda es el misterio de una cambiante permanencia: la bomba de los Cepeda y las

    dems bombas puertorriqueas se unifican en sus modos divergentes de vivir el desafo del bai-

    le bombero ante el golpe tamborero.

    En 2003, las tendencias unificadoras-divergentes del legado Cepeda encontraron una feliz ex-

    presin bajo la direccin de Luis Daniel Cepeda el menor de los hermanos- quien antes de fa-

    llecer consigui reunir a la familia en el ms excelente de todos los proyectos musicales que

    llevan el apellido. Se trata de Dancing the Drum, una grabacin que pudo recoger la fractura-

    cin aventurada de los Cepedas y tejer una musicalidad de amor y respeto. Fue un encuentro en

    que la amistad hizo ms msica que la autoridad. Fue una reunin de isla con dispora. Fue un

    invento de los parientes en colaboracin con los colegas. Ahora es un texto aleccionador del

    hallazgo del rbol de sombra, con sus hojas infinitamente fracturadas.

    Xavier Arajo