Decídete 1 Escoge el camino

Todos los días tomamos muchas decisiones. Hay decisiones triviales como bañarse con agua fría o agua caliente. Otras que parecen simples, pero tienen consecuencias más grandes, como dormir cinco minutos más y después encontrarse un tráfico horrible y llegar tarde al trabajo. Algunas decisiones son completamente trascendentes como proponer matrimonio a alguien o aceptar un trabajo en otro país. Sin embargo, no hay decisión más trascedente, más importante, con consecuencias más cruciales que la decisión de seguir a Cristo o no. No hay más. Vamos a comenzar una nueva serie de sermones en la que estudiaremos una serie de enseñanzas de Jesús que son la conclusión del sermón del monte. Como veremos, Jesús concluye su sermón planteando a sus discípulos una decisión que tomar. El mejor sermón de la historia termina con este desafío, decide. Por eso esta serie de sermones se llamará DECÍDETE. Seremos desafiados a escoger a Jesús. 13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la

perdición, y muchos son los que entran por ella; 14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Mateo 7:13-14.

Mi padre me enseñó que todo sermón debe terminar con un desafío. Un sermón nos debe persuadir de tomar una decisión, de hacer algo. No debe ser solo una plática filosófica elevada, sino que debe aterrizar en la vida diaria, debe haber una aplicación para los oyentes. Y si el desafío puede terminar con alguna ilustración, pregunta, o exhortación impresionante, mejor. Realmente no parece que Jesús haya predicado el sermón del monte como un solo sermón de una sola vez, sino que más bien es una recopilación que hizo Mateo de las enseñanzas del Maestro. Sin embargo, sí es probable que Mateo haya colocado estos desafíos al final del discurso porque eran ilustraciones que Jesús usaba como conclusión a sus sermones. Y es que estas últimas enseñanzas de Jesús son completamente desafiantes. Parece que los principios de homilética que me enseñó mi padre vienen del propio Jesús después de todo. El Señor no se anda con rodeos ni medias tintas. De hecho, es bastante claro, o estás en el camino que lleva a la vida, o estás en el camino que lleva a la muerte. Hay dos caminos, y Jesús te desafía a escoger a aquel que lleva a la vida. Escoge lo gratis entre lo barato Esta idea de los dos caminos era común en el pensamiento judío e incluso también entre los griegos. La idea principal es que hay dos maneras de vivir que llevan a dos destinos diferentes, y cada quien debe tomar una decisión. Hay quienes han querido decir que el camino del cristiano es muy difícil, mientras que el camino de los no cristianos es muy fácil. No parece que esa sea la enseñanza de Jesús. El Señor dijo: mi yugo es fácil, y ligera mi carga. Mateo 11:30. También dijo: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Mateo 11:28. Así que el camino del discípulo de Jesús no es difícil. De hecho, lo difícil es estar sin Cristo, eso sí que es una vida complicada. Pensar que ser cristiano es difícil es legalismo. Es creer que tenemos que hacer obras para ganar el favor de Dios, que debemos alcanzar la salvación por nuestras fuerzas, y que nuestro cristianismo depende de lo que nosotros hagamos. El punto de Jesús no es si ser cristiano es difícil, el punto del Maestro es que cada ser humano debe hacer una elección entre la vida y la muerte. La salvación es gratis pero no barata. Es una invitación a seguir un camino que lleva a la vida. Acepta la invitación gratuitita de seguir a Cristo.

Escoge lo especial entre lo común Hay dos puertas, una ancha y otro estrecha. Y hay dos caminos, uno amplio y otro angosto. ¿Qué significa eso? Ya dijimos que tiene que ver con una decisión, pero también tiene que ver con un asunto de no seguir la moda. Jesús nos desafía a no ser del montón. Los cristianos no somos borregos que van a donde todo mundo va, sino que se atreven a elegir el camino angosto, el menos popular, el que no está de moda. El camino que lleva a la muerte es común. Tristemente, es el camino de moda. Me recuerda a la historia de El vestido nuevo del Emperador. Unos farsantes le dijeron al emperador que le traían un vestido costosísimo pero que solo lo podían ver los de corazón puro. Por supuesto, nadie admitía que no podía ver el vestido. Y todos se fingían asombrados por la belleza del vestido. Hoy día así está el mundo. Incluso algunos cristianos se dejan llevar por las corrientes del mundo. Se suben al tren de las ideologías y son convencidos por sus argumentos. No se atreven a decir no. No quieren ser impopulares, ni tener mala reputación, ni ser tachados de intolerantes, fanáticos, y anticuados. Pero este es el llamado de Jesús. A tomar una decisión impopular. A no ser borregos. Seguir a Cristo siempre ha sido lo menos común. Incluso en los momentos de la historia, donde el cristianismo ha sido religión mayoritaria, es claro que no se seguía a Cristo de verdad. En esos momentos ser un verdadero cristiano también era poco común. Elige la opción más impopular y entrégate a Cristo de verdad. Escoge lo único entre la pluralidad Antes de continuar con las enseñanzas del pasaje permítanme hacer un interludio apologético. El particularismo cristiano es un escándalo. El hecho de pensar que Jesucristo es el único camino a la salvación a algunos les parece demasiado extremo. Vivimos en una sociedad que ha abrazado la pluralidad de ideas. Así, el particularismo cristiano se opone a la pluralidad del mundo. De hecho, esta era la razón por la que perseguían a los cristianos en el Imperio Romano, no porque creían en Jesús, sino porque solo creían en él y no en ninguno de los otros dioses paganos. Hoy día vivimos una situación similar. Se aceptan todas las ideas, todas las ideologías, y todos los movimientos. Lo único que no se tolera es el cristianismo, precisamente porque es una fe exclusiva. Otros dicen que todas las religiones son falsas. Parecería la idea contraria, pero en realidad es la misma mentira. Es la idea de pensar que el cristianismo no puede ser la única verdad o no puede ser verdad. Los que piensan así usan algunos argumentos que me permitiré contradecir ahora:

“No existe la verdad absoluta”. Hoy día se tiene la idea de que cada quien tiene su verdad. Podemos llamar a esto el relativismo. Pero esta manera de pensar es contradictoria y falsa. Hay veces que se apela a la idea de que cada quien tiene su perspectiva. Se pone el ejemplo de que había cuatro ciegos viendo un elefante y cada quien tocaba una parte diferente y por eso tenía una idea diferente de qué es un elefante. Cada quien tenía su verdad. Pero esperen, para que esta historia funcione tiene que haber alguien que vea al elefante completo, que tenga una imagen verdadera del elefante y que sepa que, aunque todos tenían algo de verdad, también todos estaban equivocados porque un elefante tiene una definición específica y objetiva. Lo mismo funciona con la fe. Mahatma Gandhi dijo: “todas las religiones enseñan lo mismo”. Más allá de que hizo cosas buenas por la paz y por su país, en este respecto estaba muy equivocado. Las religiones no pueden estar todas en lo correcto. De hecho, las religiones se contradicen entre sí y no pueden ser todas verdaderas. Y, por último, el relativismo es insostenible en sí mismo. Sí alguien dice “no existe la verdad” lo único que tienes que hacer para mostrarle su error es preguntarle de vuelta “¿es eso verdad?”

“Es arrogante decir que solo hay un camino”. De entrada, decir la verdad no tiene por qué ser arrogante. Dos más dos es cuatro. Afirmar esa verdad y excluir las opciones incorrectas no es un acto de arrogancia, simplemente es decir la verdad. El maestro que califica las respuestas en un examen como incorrectas no es un arrogante simplemente está reconociendo cómo funciona la verdad. Además, este es un ejemplo de la falacia ad hominem. Esta falacia consiste en decir que algo es mentira simplemente porque la persona que lo dice es mala. Por ejemplo, si Hitler dice que dos más dos es cuatro no se convierte en mentira solo porque Hitler era malvado. En otras palabras, la verdad de una afirmación no depende de la calidad moral de quien la dice. Por último, imaginen que alguien descubre la cura contra el cáncer y por su gran descubrimiento se vuelve arrogante. Eso no significa que su descubrimiento deja de ser válido.

“Las religiones están condicionadas culturalmente”. Hay quien dice que la gente solo pertenece a una religión por su lugar de nacimiento, o por la herencia de sus padres. Los que nacieron en Arabia van a ser musulmanes, y los que nacieron en una familia cristiana van a ser cristianos. Para empezar, esta idea es evidentemente falsa, porque hay muchas personas que han dejado las religiones de su propia cultura y se han hecho cristianos. Y también hay muchas personas que nacieron en familias cristianas que no siguen la misma fe. Y además este es un ejemplo de la falacia del origen. Esta falacia consiste en pensar que descubrir el origen de una idea es demostrar su falsedad. Por ejemplo, una persona que afirma que dos más dos es cuatro, está afirmando la verdad sin importar de dónde sacó la información. A lo mejor la descubrió en un libro de matemáticas, o en un comic, o en una novela. No importa, la verdad de la afirmación no depende de ello. De la misma manera, la validez del cristianismo no depende de cómo llegamos a conocer la verdad, sino de la verdad de sus afirmaciones en sí.

Hasta aquí este interludio apologético. Continuemos con las enseñanzas. Escoge lo desafiante sobre lo cómodo Voltaire dijo que el mayor enemigo de lo mejor es lo bueno. Cuando se te presentan dos opciones y una de ellas es claramente mala, no es una decisión difícil de tomar. El reto es escoger lo mejor cuando las otras opciones parecen buenas también. Elegir entre el bien y el mal es de kínder, aquí se trata de elegir entre lo bueno y lo mejor. Generalmente la enseñanza de Jesús sobre la puerta estrecha se usa de manera evangelística, para invitar a los no creyentes a convertirse a Cristo. Y está bien. Pero la verdad es que Jesús le estaba hablando a sus discípulos, a aquellos que ya lo seguían. El desafío de Jesús es a escoger lo mejor, a ir más allá. Nos quiere sacar de nuestra zona de confort para aceptar su desafío. Nos llama a entrar en un camino determinado. Esto significa que el llamado no es solo a una decisión de una vez sino a caminar con él. No es un momento sino un continuo. No es un evento sino un estilo de vida. Requiere que le entreguemos la vida entera. Jesucristo dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. Lucas 9:23. Se trata de una decisión para toda la vida y que cuesta toda la vida. Pero más vale esa decisión que perder la vida en el otro camino que también te pide todo y no entrega nada. Decide seguir a Cristo por el resto de tu vida. Escoge lo verdadero sobre lo falso El camino amplio y la puerta ancha en realidad conducen a la muerte. Parecen fáciles, parecen cómodos y por eso todo el mundo va para allá. Pero en realidad terminan en muerte y destrucción. Es un engaño, es un espejismo. Mucha gente vive la vida despreocupados sin pensar en las consecuencias de sus decisiones y no se dan cuenta que solo están caminando hacia la

perdición, la infelicidad y la insatisfacción. Me recuerda a la película Matrix. Todo el mundo vive conectado a una computadora que les hace pensar que están viviendo su vida normal. Pero en realidad todos son esclavos de las máquinas. Conocer a Cristo es ser liberado y darse cuenta que este mundo nos pinta una mentira. Él dijo: y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Juan 8:32. Seguir a Cristo es conocer la verdad y ser libre. Una de mis canciones favoritas de Marcos Vidal dice:

No te creas nada De lo que dice este mundo no escuches nada

Que todo es hueco todo es una fachada Clava bien tu mirada

Mira la cruz y piensa en tu recompensa Porque en el corazón se ganan las batallas

¿Es que no ves la luz? Que el sol siempre vuelve a aparecer

Siempre regresa que es solo cuestión de esperar el amanecer ¿Es que no sabes tú?

Que nunca hay que desmayarse Que hay ángeles cerca y que es mucho más fácil creer que no creer

Parece que esta canción fue hecha para este sermón. Y Marcos cuenta que la compuso para una serie de personas que no querían creer, aquellos que no querían andar el camino angosto. Uno de ellos era un doctor que practicaba abortos. Marcos conoció su testimonio a través de una pareja de su iglesia a quienes el doctor recomendó abortar porque estaba en riesgo la vida de la madre. La pareja decidió correr el riesgo y años después llevaban a su hija con aquel doctor que había recomendado que no naciera. El doctor terminó por arrepentirse y creer. Escoge el camino verdadero y no vayas tras espejismos. Desafío Perpetua era una joven perteneciente a una familia influyente en Cartago en el siglo III. Se convirtió al cristiano y fue arrestada durante una severa persecución del Imperio Romano. Su padre le rogaba que diera honor al César Romano a través de los sacrificios, pero Perpetua se negó a traicionar a su Señor Jesús. La gente en el estadio pedía su muerte. Soltaron a los animales, pero Perpetua sobrevivió a sus ataques. Finalmente fue decapitada en el circo romano. Su martirio ocurrió en el año 202, pero la situación del mundo no es tan diferente. El problema no era que creyeran en Jesús, el problema era su exclusividad. El mundo pluralista no podía tolerar el mensaje de exclusividad de Jesús. Desde la perspectiva cristiana Perpetua es una heroína. Pero desde la perspectiva del mundo era una intolerante, enemiga de la sociedad. El martirio no era nada heroico, ni romántico, era cruel. Ese es el camino angosto que Perpetua estuvo dispuesta a caminar, y que se nos desafía a todos hoy a tomar también. Escoge lo gratis entre lo barato. Escoge lo especial entre lo común. Escoge lo único entre la pluralidad. Escoge lo desafiante entre lo cómodo. Escoge lo verdadero sobre lo falso.

Pr. Elí Gutiérrez Briseño Domingo 15 de agosto de 2021