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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS Fundada en 1551 ACUERDO INSTITUCIONAL SANMARQUINO Boletín Nº 26 Lima, noviembre de 2008 Visite nuestra página web: www.acuerdoinstitucionalunmsm.org Escríbanos a nuestro correo electrónico: [email protected] Exigimos declaratoria de emergencia en San Marcos Se suele decir que la realidad supera a la ficción. Esta sabia frase se ha visto confirmada por los recientes hechos de violencia ocurridos en nuestra ciudad universitaria. Por segunda vez en pocos meses, el moderno edificio Jorge Basadre, sede de la administración central de la universidad, lugar en el que se ubica el despacho desde el cual el Rector debería estar permanentemente conduciendo los destinos de la principal universidad del país, ha sido tomado por un grupo de estudiantes. En esta ocasión, dicha acción se ha caracterizado por una extrema violencia y ha ocasionado graves daños en un edificio cuya construcción fue posible gracias al esfuerzo y al sacrificio de muchos sanmarquinos. Al igual que en la toma anterior, que como se recordará se prolongó por varias semanas, paralizando gravemente toda la administración y causando un daño irreparable en muchos ámbitos de la actividad universitaria, una vez más el primer Rector a tiempo parcial de San Marcos se encontraba ausente. Lo propio ocurrió cuando, a raíz de la protesta estudiantil en rechazo a la obra vial abusivamente implementada por el alcalde Castañeda, la policía incursionó en el campus universitario. Crónica de una catástrofe anunciada Con este nuevo y lamentable suceso, las peores previsiones de quienes temíamos que la elección del Rector Izquierdo acarrearía consecuencias funestas para San Marcos se han visto cumplidas con creces. Lo que mal comienza mal acaba. San Marcos está tocando fondo. A consecuencia de componendas ya muy conocidas, resultó elegido Rector una persona carente de las credenciales académicas mínimas para ocupar un cargo de tan alta responsabilidad. Se eligió a un momento, el único sostén de la actual gestión son los decanos. Movidos por intereses particulares, la mayoría de decanos forman bloque en torno al Rector, quizá con la ilusión de ser sus futuros herederos, lo cual resulta al menos problemático: los cargos a repartir no alcanzan para todos los potenciales aspirantes a Rector o cuando muy menos a Vicerrector. Más allá de cuáles puedan ser las razones que expliquen su conducta, la verdad indiscutible es que el nuevamente conformado sindicato de Decanos lleva sobre sus hombros una alta cuota de responsabilidad por la situación de catástrofe en que se viene hundiendo San Marcos. También resulta lamentable el rol del indecoroso “sindicato” docente, dedicado a medrar en torno al poder en busca de cargos para sus principales dirigentes. Emergencia en San Marcos La mayoría de docentes ve con preocupación cómo San Marcos se acerca al borde del desbarrancadero. La mayoría de estudiantes comparte esta preocupación y algunos de sus representantes más consecuentes comienzan a tomar conciencia de la amenazadora realidad. Es necesario llamar a todas las fuerzas de la comunidad sanmarquina a superar la pasividad y también el temor que puede provocar el actual estilo autoritario y anti-institucional de ejercicio del poder. Debemos exigir un urgente y total cambio de rumbo, que permita a San Marcos recobrar el sitial que le corresponde y recuperar su imagen ante la colectividad nacional, venida a menos durante estos más de dos años de improvisada gestión. San Marcos vuelve a aparecer ante la opinión pública, injustamente, como un foco de desorden y violencia. San Marcos no se merece esto, los sanmarquinos hemos trabajado arduamente para labrarle un destino mejor a nuestra universidad y para ponerla a la altura de responder a los urgentes requerimientos nacionales. Llamamos a la comunidad sanmarquina a colocarse en alerta máxima y a unirse en torno a la defensa de nuestra universidad. Es necesario declarar a San Marcos en emergencia para tomar medidas decisivas que permitan que la universidad emblemática del Perú retome el rumbo que nunca debió dejar: el de la calidad académica, la tolerancia, el respeto a la diversidad de pensamientos, la modernización y una gestión eficiente y democrática. ¡Inmediata declaratoria de emergencia en San Marcos! ¡Salvemos a San Marcos!

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¡Salvemos a San Marcos! ¡Inmediata declaratoria de emergencia en San Marcos! Emergencia en San Marcos Crónica de una catástrofe anunciada Visite nuestra página web: www.acuerdoinstitucionalunmsm.org Escríbanos a nuestro correo electrónico: [email protected] Informalidad generalizada San Marcos: el caos es total -2- -3-

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Page 1: Boletin 26

UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOSFundada en 1551

ACUERDO INSTITUCIONAL SANMARQUINO

Boletín Nº 26 Lima, noviembre de 2008

Visite nuestra página web: www.acuerdoinstitucionalunmsm.orgEscríbanos a nuestro correo electrónico:

[email protected]

Exigimos declaratoria de emergencia en San Marcos

Se suele decir que la realidad supera a la ficción. Esta sabia frase se ha visto confirmada por los recientes hechos de violencia ocurridos en nuestra ciudad universitaria. Por segunda vez en pocos meses, el moderno edificio Jorge Basadre, sede de la administración central de la universidad, lugar en el que se ubica el despacho desde el cual el Rector debería estar permanentemente conduciendo los destinos de la principal universidad del país, ha sido tomado por un grupo de estudiantes. En esta ocasión, dicha acción se ha caracterizado por una extrema violencia y ha ocasionado graves daños en un edificio cuya construcción fue posible gracias al esfuerzo y al sacrificio de muchos sanmarquinos. Al igual que en la toma anterior, que como se recordará se prolongó por varias semanas, paralizando gravemente toda la administración y causando un daño irreparable en muchos ámbitos de la actividad universitaria, una vez más el primer Rector a tiempo parcial de San Marcos se encontraba ausente. Lo propio ocurrió cuando, a raíz de la protesta estudiantil en rechazo a la obra vial abusivamente implementada por el alcalde Castañeda, la policía incursionó en el campus universitario.

Crónica de una catástrofe anunciada

Con este nuevo y lamentable suceso, las peores previsiones de quienes temíamos que la elección del Rector Izquierdo acarrearía consecuencias funestas para San Marcos se han visto cumplidas con creces. Lo que mal comienza mal acaba. San Marcos está tocando fondo. A consecuencia de componendas ya muy conocidas, resultó elegido Rector una persona carente de las credenciales académicas mínimas para ocupar un cargo de tan alta responsabilidad. Se eligió a un

momento, el único sostén de la actual gestión son los decanos. Movidos por intereses particulares, la mayoría de decanos forman bloque en torno al Rector, quizá con la ilusión de ser sus futuros herederos, lo cual resulta al menos problemático: los cargos a repartir no alcanzan para todos los potenciales aspirantes a Rector o cuando muy menos a Vicerrector. Más allá de cuáles puedan ser las razones que expliquen su conducta, la verdad indiscutible es que el nuevamente conformado sindicato de Decanos lleva sobre sus hombros una alta cuota de responsabilidad por la situación de catástrofe en que se viene hundiendo San Marcos. También resulta lamentable el rol del indecoroso “sindicato” docente, dedicado a medrar en torno al poder en busca de cargos para sus principales dirigentes.

Emergencia en San Marcos

La mayoría de docentes ve con preocupación cómo San Marcos se acerca al borde del desbarrancadero. La mayoría de estudiantes comparte esta preocupación y algunos de sus representantes más consecuentes comienzan a tomar conciencia de la amenazadora realidad. Es necesario llamar a todas las fuerzas de la comunidad sanmarquina a superar la pasividad y también el temor que puede provocar el actual estilo autoritario y anti-institucional de ejercicio del poder. Debemos exigir un urgente y total cambio de rumbo, que permita a San Marcos recobrar el sitial que le corresponde y recuperar su imagen ante la colectividad nacional, venida a menos durante estos más de dos años de improvisada gestión. San Marcos vuelve a aparecer ante la opinión pública, injustamente, como un foco de desorden y violencia. San Marcos no se merece esto, los sanmarquinos hemos trabajado arduamente para labrarle un destino mejor a nuestra universidad y para ponerla a la altura de responder a los urgentes requerimientos nacionales. Llamamos a la comunidad sanmarquina a colocarse en alerta máxima y a unirse en torno a la defensa de nuestra universidad. Es necesario declarar a San Marcos en emergencia para tomar medidas decisivas que permitan que la universidad emblemática del Perú retome el rumbo que nunca debió dejar: el de la calidad académica, la tolerancia, el respeto a la diversidad de pensamientos, la modernización y una gestión eficiente y democrática.

¡Inmediata declaratoria de emergencia en San Marcos!

¡Salvemos a San Marcos!

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docente a tiempo parcial (violando de paso las normas que exigen que el Rector sea docente a tiempo completo) que apenas dictaba clase unas cuantas semanas al año y para quien San Marcos era sólo un hobby de tercera importancia al lado de sus actividades privadas, alguien que, como se dice coloquialmente, nunca sudó la camiseta por San Marcos, como lo hemos hecho cotidianamente tantos docentes a pesar de las bajas remuneraciones que han constituido siempre nuestro principal ingreso económico. Se eligió a un profesor de más de 70 años de edad, que consideraba al rectorado meramente como una especie de “premio” para coronar su carrera profesional, y que después de elegido sigue dedicando sus esfuerzos mayores a la actividad privada, a pesar de que la ley universitaria dice muy claramente que el cargo de Rector de una universidad es incompatible con cualquier otra actividad pública o privada. Por ello, no resulta casual su ausencia en momentos críticos para nuestra comunidad universitaria. Es bien conocido que nuestra máxima autoridad acude con poca frecuencia a la sede central, a pesar de que allí queda la oficina desde la que legalmente debe desempeñar el cargo. Se sabe que suele despachar ocasionalmente en la Casona, y hasta se dice que lo hace eventualmente en su empresa privada. Además es conocido que suele tomar decisiones cruciales para la vida universitaria en cenas o almuerzos con los decanos. Reina pues una informalidad total en el ejercicio del gobierno de nuestra casa de estudios.

Informalidad generalizada

Como es notorio, la actual gestión carece de un proyecto universitario o de políticas coherentes y se basa para subsistir en el mero reparto de prebendas. Para muestra del caos en que nuestra institución está sumida, basta mirar el perímetro de nuestra ciudad universitaria: muros derruidos, inseguridad constante, acceso dificultoso. Todo ello como resultado de un convenio irresponsablemente firmado con el autoritario alcalde de Lima, sin respetar los trámites necesarios para emprender una obra de tanta envergadura, y sin tomar en cuenta los intereses y las necesidades de la comunidad sanmarquina. La acción de nuestro movimiento, que se opuso desde el primer momento a ese nefasto convenio, y el repudio generalizado de la colectividad universitaria paralizaron las obras al interior del campus, no sabemos hasta cuando, pero nadie tiene información clara sobre las acciones legales iniciadas por la presión de estudiantes y docentes sanmarquinos, y sigue pesando sobre nosotros la espada de Damocles de una nueva agresión de Castañeda, quizá con la complicidad de nuestras autoridades.

La situación económica de nuestra universidad es pavorosa. Aunque ninguna instancia da explicaciones claras sobre lo sucedido, lo que sí es oficial es que no hay dinero para atender una serie de requerimientos debidamente presupuestados. Aunque la falta de transparencia en la información económica es extrema, se sabe que los ingresos del Centro Pre-universitario se han visto mermados

considerablemente. Por su lado, los fondos procedentes de los procesos de admisión 2009-I y 2009 II se encuentran ya totalmente comprometidos. Todo indica que no se cumplirán una serie de compromisos contraídos con los docentes, entre ellos el reconocimiento a las actividades de investigación. A esto se suma el recorte del presupuesto de las universidades por decisión del gobierno.

La ineficiencia administrativa ha alcanzado cotas inusuales aún para la administración pública peruana. Resoluciones que tardan meses en emitirse y que se pierden en los vericuetos de una burocracia infernal, mientras otras se aprueban sorprendentemente en menos de 24 horas; resoluciones que se anulan casi inmediatamente, mientras proliferan resoluciones para rectificar los innumerables errores de gente inexperta e incompetente.

La informalidad llega a los más altos niveles: un profesor asociado sin los grados requeridos se viene desempeñando por un largo periodo como Decano encargado, a pesar de que las encargaturas sólo proceden por plazos cortos. Otro decano ocupa el cargo gracias a la obtención de un grado a todas luces espurio.

La institucionalidad es constantemente pisoteada y se toman decisiones en función de mezquinos intereses o de vendettas contra quienes no se unen al coro de los incondicionales del poder. Un ejemplo palmario lo constituye el Fondo Editorial, donde se ha truncado arbitrariamente una gestión seria y eficiente, que prestigió a nuestra universidad en el ámbito intelectual y hacía honor al lema “la universidad es lo que publica”. Otro ejemplo de conducción informal ocurrió en la última sesión de la Asamblea Universitaria, en la que se produjo una “elección” írrita, nada menos que del órgano encargado del control interno en la universidad (OICI), en la que se violaron todas las normas posibles con la finalidad de cerrar el paso a una lista representativa de una confluencia de fuerzas en defensa de principios institucionales.

San Marcos: el caos es total

Todos estos problemas parten desde la cabeza: si la máxima autoridad no es idónea para ejercer el cargo, la ineficiencia, la improvisación y la informalidad se propagan rápidamente por todos los niveles de la universidad. Es en esta atmósfera que se ubican los injustificables actos de violencia perpetrados por algunos estudiantes. Quizá puedan utilizar pretextos para justificar sus acciones: la protesta y su extrema violencia se vinculan con la problemática grave y real del comedor universitario. Sin duda, destruir la propiedad de todos los sanmarquinos poco ayudará a resolver el problema de los comensales. Sin embargo, lo que más llama la atención es que se proteste tardíamente por una situación álgida que viene arrastrándose desde hace dos años.

La crisis es tan grave en San Marcos que en la actualidad la mayoría de los estudiantes perciben ya la ineptitud de la gestión encabezada por Izquierdo. En este