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Bogotá:Bogotá:Bogotá:Bogotá: un evento, una década

Un aporte de los empresarios que se ve en todas partes

Noviembre de 2005

Bogotá:

Vicepresidencia de Gestión Cívica y Social

Centro Hábitat urbano

Un evento, una década

Bogotá, un evento, una década

© Derechos de autor

Cámara de Comercio de Bogotá

Noviembre de 2005

Producción editorial

Departamento de Publicaciones

Cámara de Comercio de Bogotá

Avenida Eldorado 68D-35. Apartado aéreo 29824

Tels.: 3830300 - 5941000

Bogotá, D. C., Colombia

La información de este documento está protegida por la Ley 23 de 1982 de la República de Colombia y está sujeta a

modificaciones sin preaviso alguno. Podrán reproducirse extractos y citas sin autorización previa, indicando la fuente. Su

reproducción extensa por cualquier medio masivo presente o futuro, en traducciones o transcripciones, podrá hacerse previa

autorización de la Cámara de Comercio de Bogotá. La Cámara de Comercio de Bogotá no asume responsabilidad alguna por

los criterios u opiniones expresados por el autor.

ContenidoPág.

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Fabio Zambrano Bogotá: el inicio de la modernidad 11

Alberto Saldarriaga Roa El Congreso Eucarístico y la transformación de Bogotá 23

Óscar Borrero Ochoa Impacto de Unicentro en Bogotá 30

Paul Bromberg ¿Son perdurables los cambios en comportamientos dirigidos desde el Estado? Las huellas de cultura ciudadana 40

Los autores 51

Cámara de Comercio de Bogotá - Centro Hábitat Urbano

Fabio ZambranoBogotá: el inicio de la modernidad

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A comienzos del siglo XX, Colombia se encontraba aún inmersa en uno de las guerras civiles más cruentas que haya presenciado el país: la guerra de los Mil Días (1899-1902). De manera un tanto paradójica, como un símil del incendiario conflicto colombiano, Bogotá inicia el siglo con el incendio de la galería Arrubla, accidente que se constituye en una oportunidad para levantar en 1902 una nueva construcción, el edificio Liévano. Rápidamente, este renovado palacio municipal se convierte en un nuevo símbolo de la ciudad, en razón a que, estando ubicado en el recipiente de memoria más importante de la nación, como es la plaza de Bolívar, se convierte en un hito al otorgarle un nuevo significado al costado occidental de la plaza. El siglo XX se inicia con expresiones de una idea de progreso, cuyas manifestaciones estuvieron un tanto ausentes en el siglo anterior, con excepción de las que surgieron en las dos últimas décadas de la centuria decimonónica.

Precisamente, en el siglo XIX, la ciudad poco a poco fue acelerando sus cambios, que introdujeron nuevos ritmos de estructuras sociales, económicas, políticas, que fueron acelerando su integración hacia el exterior, gracias a los cuales va sacudiéndose un poco de su caparazón provinciana. Esto comienza a ser más evidente desde la segunda mitad del siglo XIX, y, con más claridad, ya a finales de ese siglo, cuando se empieza a encontrar importantes elementos de cambio que permiten entender que las transformaciones que se suceden en las primeras décadas del siglo XX ya se introducían dos décadas antes. Para entonces, ya se estaba haciendo evidente que la economía exportadora, en especial el café, dejaba sentir sus efectos.

Cambios como la inauguración de la primera línea telefónica, en 1881, y la del tranvía, en 1884, así como la del tren que unía a Bogotá con Facatativá, en 1889, año en que también se funda la empresa The Bogota Electric Light Company, empiezan a convertir en realidad la difusa idea de progreso que a mediados de esa centuria se creía que rápidamente iba a ser realidad. Así mismo, en 1888 se creó la compañía privada de Acueducto de Bogotá, y se inició la instalación de la tubería de hierro. No se trataba propiamente de un acueducto moderno, y, además, consistió en un negocio que se hace a la sombra del ejercicio del poder Regenerador del presidente Rafael Núñez. A pesar del tufillo de favores políticos y de la precaria calidad de sus instalaciones y de que resultara un pésimo servicio, con el acueducto de Ramón Jimeno se inicia la modernización de los servicios domiciliarios, pues en ese año también se hace la primera llamada telefónica, y al año siguiente la ciudad cuenta ya con 200 teléfonos en funcionamiento.

Un acontecimiento que muestra el empuje de esa década, es el que representa la fundación de la cervecería Bavaria, en 1889. Rápidamente, la fábrica y sus productos se convierten en símbolos de la ciudad, con profundos efectos urbanísticos; puesto que con el montaje de esta fábrica en las afueras de Bogotá más allá de la Recoleta de San Diego, que había sido el límite norte de la ciudad por cerca de cuatro siglos, este equipamiento empieza a jalonar hacia el norte de la ciudad, prolongación que está apoyada por el tranvía de mulas que une a la ciudad

con el cercano pueblo de Chapinero. A los pocos años, en 1896, se crea la fábrica de vidrios Fenicia, complejos industriales que utilizan avanzados procesos técnicos en su construcción y su funcionamiento. Los cambios urbanos también están representados por la inauguración, en 1884, del parque del Centenario, para celebrar el aniversario del nacimiento de Simón Bolívar; en 1889, del pasaje Hernández, entre las carreras 8ª y 9ª, y luego, entre calles 12 y 13 se le suma el pasaje Rivas, así como el pasaje Cuervo, elementos urbanos que imitan, en el buen sentido de la palabra, el urbanismo europeo. Transformaciones que permiten simbolizar los cambios que hacen visibles y cotidianos la modernización tan deseada. Así, en 1889 ya tenemos energía eléctrica, teléfonos, una industria moderna, el acueducto, que si bien no es moderno, utiliza tubería de hierro; una primera línea de tranvía en 1884. En diciembre de ese año se inaugura este tranvía, modesto sobre rieles de madera, pero es transporte colectivo de Chapinero al centro de Bogotá; en 1892 tenemos la segunda línea que unía la plaza de Bolívar con la estación de la Sabana, siguiendo la calle 10 hacia el occidente. Con estas dos líneas de transporte público se consolidan dos ejes de expansión urbana: el eje que va hacia el norte, siguiendo el antiguo camino colonial, y el camino de occidente, en dirección de la Aduanilla de Paiba; líneas que muestran cómo la modernización se hace sobre los ejes de la ciudad tradicional y cómo la expansión urbana se hace por agregación de nuevos espacios urbanos ubicados sobre los caminos coloniales.

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Fabrio Zambrano. Bogotá: el inicio de la modernidad

Fotografía: Cervecería Bavaria Fotografía: Pasaje HernándezAutor: Alberto Saldarriaga Roa Autor: Alberto Saldarriaga Roa Fuente: Bogotá en Cd. Museo de Bogotá Fuente: Bogotá en Cd. Museo de Bogotá

Junto con estos hitos de la modernidad, también hay tensiones en esta ciudad y las tensiones se van a expresar en ese levantamiento de artesanos que aconteció en 1893, cuando éstos atacan la sede de la Sociedad de San Vicente de Paúl, así como estaciones de policía, y rompen las lámparas de iluminación. Los artesanos bogotanos, por distintos motivos, se resisten a esos cambios y a las campañas de moralización que el gobierno conservador de la Regeneración estaba aplicando en la ciudad. Este suceso contrasta con la primera proyección de cine en el recién inaugurado Teatro Municipal.

La guerra de los Mil Días, que concluye en 1902, nos deja una economía quebrada y fuertes migraciones de gentes desplazadas de los campos que llegan a la capital a buscar refugio de la miseria que azota al altiplano cundiboyacense. La guerra, con todos sus horrores, produce epidemias, como las de 1901 y 1903, cuando la ciudad es azotada por los flagelos de la viruela y rubéola y fiebre amarilla. A éstas se les suman las enfermedades endémicas, como las gastrointestinales y pulmonares, ocasionadas por la pésima calidad del agua y por la pobreza en que vivía la mayor parte de la población de la ciudad. Así, especialmente en la temporada de lluvias, se incrementaban las enfermedades gastrointestinales y en los meses secos, las enfermedades pulmonares. De tal manera que las tasas de mortalidad mostraran unos guarismos impresionantes, a tal punto que las estadísticas demográficas que tenía la ciudad arrojaba unas cifras donde el número de muertos estaba por encima de las cifras de nacimientos, de tal modo que el crecimiento urbano sólo se explicaba por las migraciones, como las que se suceden al concluir la guerra.

También, en 1902, encontramos la fundación de la Secretaría de Obras Públicas Municipales, acto administrativo de gran importancia, puesto que nos señala un importante elemento de transformación del municipio. Esta Secretaría tenía entre sus funciones reglamentar las construcciones, la apertura de las calles y vigilar las urbanizaciones. Se da inicio al siglo con el comienzo de los esfuerzos del Estado local por regular el crecimiento urbano.

Terminada la guerra en 1902 se funda un nuevo periódico, el Nuevo Tiempo, con lo cual se consolida la construcción de una opinión pública a través de los medios de comunicación. Igualmente, empiezan a reaparecer organizaciones sociales como la Unión de Industriales y Obreros, organización de gran importancia; pues cuando se consulta de sus miembros, los nombres de los industriales es la misma de los artesanos, lo cual muestra que este comienzo de siglo es un momento de transición donde difícilmente se puede diferenciar los obreros de los artesanos. En 1904 se funda el Instituto Técnico Central, centro de capacitación en artes y oficios para artesanos, bajo la dirección de los Hermanos de la Salle.

Para entonces, la ciudad tiene 100.000 habitantes, en un área de 294 hectáreas y con una densidad de 339 habitantes por hectárea, lo cual muestra un paisaje urbano bastante denso, coherente con el proceso que se vivió durante el siglo XIX, cuando la ciudad no pudo crecer espacialmente, pero sí lo hizo su población. Igualmente, en 1904 se intenta una descentralización de Cundinamarca, puesto que entre estos dos entes territoriales, municipio y departamento, existía una relación en la que el departamento, Cundinamarca, dominaba al municipio, Bogotá, en razón a que la Asamblea departamental tomaba determinaciones, donde el concejo municipal poco podía hacer para cambiarlas. Por medio de la ley 17 de ese año, Bogotá se transformó en Distrito Capital, condición que va a durar sólo cinco años, cuando vuelve a su condición inicial de municipio.

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Igualmente, en 1904 se crea la Compañía Eléctrica de Bogotá, que resultó de la liquidación de la Compañía Samper Brush, la cual había comenzado en 1894 a generar energía eléctrica. Esta nueva empresa, ubicada en cercanías al Salto del Tequendama, amplía su capacidad de generación a 10.000 bombillos, consumo nocturno que dejaba sin utilizar durante el día la capacidad instalada de la Compañía Eléctrica. Los hermanos Samper Brush son empresarios de gran importancia en Bogotá, en este comienzo de siglo, pues son ellos los encargados de impulsar la generación de energía eléctrica como lo hemos reseñado; además, ellos fundaron la primera fábrica de cemento, llamada precisamente Cementos Samper, que comienza a funcionar en 1910. Estas dos empresas son definitivas en el proceso de modernización de la ciudad.

Esta primera empresa de energía está capacitada para ofrecer energía eléctrica a 10.000 bombillos, y sucede algo interesante, pues es la misma empresa la que se encarga de importar pequeños motores eléctricos de un cuarto de caballo, medio caballo, un caballo de fuerza, y con estos aparatos inicia un amplio programa de crédito dirigido a los artesanos, para que los adquieran y modernicen sus talleres. Así mismo, esta empresa genera su propia demanda de energía y ofrece una tarifa diferencial de fuerza, más barata, destinada para los pequeños empresarios que montan talleres con estos motores. De esta manera, lograron inducir un mayor consumo de energía eléctrica, y al mismo tiempo, apoyar a los pequeños y medianos empresarios de la ciudad. El 20 de julio de 1910, cuando se cumple el centenario de la Independencia, la empresa de Cementos Samper donó a las festividades del centenario un pequeño quiosco llamado “Kiosco de la Luz”, primera construcción en cemento que se levanta en la ciudad. Esta pequeña edificación servía de publicidad a las dos actividades productivas que ofrecían los hermanos Samper: cementos y energía eléctrica.

Las festividades conmemorativas del centenario de la Independencia, se constituyeron en el motivo de expresión de un claro discurso de modernización en la ciudad. Ese día, el 20 de julio de 1910, se inauguró el parque de la Independencia, que acogía a la exposición industrial, organizada en diversos pabellones construidos con hierro, vidrio y cemento, nuevos materiales de construcción para la nueva ciudad. Iluminados de noche, constituyen el primer espacio público que contaba con iluminación, y que, por tanto, podía ser visitado por los habitantes de la ciudad. Aunque esta iluminación no dejó de ser una estrategia de mercadeo, puesto que también se ilumina la plaza de Bolívar. Terminadas las festividades, la Empresa de Energía suspende el servicio, que había sido instalado para efectos demostrativos, y con ello presionan al municipio para que adquieran el servicio. Es por eso que una vez concluidas estas fiestas, el consumo de energía eléctrica comienza a crecer.

En este mismo año se sucede el boicoteo al tranvía, una de las expresiones de opinión pública que ha adquirido ribetes míticos en la historia de la ciudad. Este gigantesco movimiento ciudadano, constituye un evento de opinión pública de singular importancia en la historia de la ciudad. Las causas que originaron este acontecimiento tienen que ver con el mal servicio que prestaba la empresa norteamericana, propietaria de este servicio, además de la herida que nos deja la separación de Panamá, de la cual se genera un sentimiento antiimperialista muy fuerte. Durante meses, los usuarios dejan de utilizar el tranvía, boicoteo que lleva a que el municipio adquiera esta empresa y con ello se municipaliza; con la municipalización del tranvía se va a generar algo que es supremamente importante en la historia de la ciudad, pues a los dos años el 42% de las rentas municipales provienen del tranvía, lo cual permite comprender que de

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Fabrio Zambrano. Bogotá: el inicio de la modernidad

aquí hasta los años cuarenta las rentas del tranvía se convierten en el soporte financiero del municipio, y es esta fuente de ingresos la que permite continuar con la municipalización de las empresas privadas que prestaban servicios públicos.

Y la ciudad sigue cambiando. En 1911 se inaugura la fábrica de calzado La Corona, año en el que la Alameda Vieja se vuelve carrera 13, y el camino de occidente se vuelve Avenida Colón; la Calle Larga de las Nieves se vuelve carrera 7ª, con lo cual se da inicio a la construcción de avenidas. Sigue creciendo la iluminación nocturna, pues ya se cuenta con 22.000 bombillos, aunque el acceso al servicio de energía eléctrica continúa siendo muy desigual, y se convierte en expresión de las desigualdades sociales.

De singular importancia constituye, en 1912, la inauguración del teatro Olimpia, quizá la sala de cine de mayor relevancia en la ciudad. Desde el cine que se proyectaba en el parque, que comienza casi inmediatamente después de la inauguración del parque de la Independencia, el cine se convierte en un atractivo para los bogotanos, y es así que con la apertura del teatro Olimpia, lo transforma en atracción de la ciudad; pues además de las proyecciones de películas, sirve de escenario para presentaciones de boxeo y de lucha libre. En ese mismo año encontramos la construcción del barrio Unión Obrera, ubicado al frente de la fábrica Bavaria; empieza a surgir un barrio obrero que después cambia su nombre por el de La Perseverancia y la Perse un barrio obrero, y con él nace un santo, porque en el cementerio Central los lunes le rezan a Leo S. Kopp, y no fue por fundar Bavaria y embotellar cerveza, sino por el sentido filantrópico que hay detrás de la constitución de este barrio.

Estas noticias que registran el constante progreso de la ciudad, no nos pueden hacer olvidar que la ciudad sigue azotada por epidemias de fiebre tifoidea, disentería, lo cual muestra que la calidad de las aguas que servía el acueducto de Jimeno eran pésimas, y por ello los médicos denunciaban constantemente el grave problema que tenía la ciudad con este acueducto privado. Gracias a la campaña de los médicos, en 1914 se municipalizó el acueducto, y es la segunda municipalización luego de la compra de la empresa que operaba el tranvía. En el mejoramiento sucesivo que presenta la ciudad, en 1914 se funda el Gimnasio Moderno, muy distante del centro de la ciudad, en un espacio totalmente campestre, allí donde se encuentra hoy. Se trata de una propuesta educativa innovadora, pues propone la escuela nueva, pedagogía activa de gran importancia en el avance de la educación en la ciudad.

Luego de la municipalización del acueducto, dos años después, en 1916, se inicia la canalización y el cubrimiento de los ríos que cruzaban la ciudad. El San Francisco ya había comenzado a ser cubierto a finales del siglo XIX, en el tramo que va de la actual carrera 7ª y la 8ª. Al año siguiente, en 1917, el esfuerzo por canalizar los ríos que se encontraban contaminados, es seguido por una acción estatal que es supremamente importante en Bogotá, de la cual se va a derivar la construcción de un nuevo paisaje en esta ciudad, como es la reforestación de los cerros orientales, intervención que nos crea un paisaje, puesto que los cerros se habían convertido en laderas deforestadas, de tal manera que cuando llueve la ciudad se llena de barro, y en verano las polvaredas inundan la ciudad. Esto se logró por medio de la compra de las hoyas hidrográficas, ocupadas por haciendas, lo que implicó la reubicación de 4.000 personas, cuando la ciudad contaba con 120.000 habitantes. Con esto empieza la reforestación, que se realiza con pinos, con lo cual se construye un paisaje europeo, de tono verde, color pesebre navideño.

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El año siguiente, 1918, queda marcado con un suceso trágico, como fue el acontecimiento de la epidemia de gripa. Esta epidemia, conocida como la influenza española, produce más de mil muertos, además de los miles de enfermos; la ciudad se paraliza una semana. Fuera del suceso luctuoso que significa, la epidemia puso en descubierto la extrema pobreza en que vivía la mayor parte de la ciudad. Precisamente, después de la gripa de 1918, se empiezan a impulsar las campañas por habitaciones para obreros, y a hacerse análisis sobre los inquilinatos, sobre las condiciones de vida, las condiciones de higiene. Se puede decir que hay un cambio y se genera una nueva percepción de la complejidad de la ciudad. Al año siguiente se conoce la primera versión de Bogotá Futuro, propuesta de planeación urbana, que años después se va a ratificar como plano general de la ciudad y con ello encontramos este esfuerzo por la planificación. Los cambios en la ciudad continúan con las campañas de higiene, como las que realiza la Junta de Higiene, entidad que inaugura baños públicos.

Estas mejoras contrastan con el informe del director de la policía de 1919, quien afirma que se declara impotente para controlar el orden público de la ciudad, pues la criminalidad tiene un alto índice. Pero la ciudad es agitada, no solamente por el consumo de alcohol, especialmente por el consumo de la chicha, sino también porque hay huelgas, huelgas de artesanos y a las que se van a sumar los trabajadores del tranvía, obreros, albañiles; ya hay veinte sindicatos en la ciudad, organizaciones que crean un paisaje laboral diferente a las asociaciones de artesanos del siglo XIX.

La década de los veinte se inicia con cambios importantes; así, por ejemplo, el tranvía que era el principal, el único sistema de transporte público que tiene la ciudad, rápidamente comienza en 1923 a sentir la competencia de los buses privados, los cuales llegaron con un diseño que llamamos hoy bus escalera, que no era más que un camión convertido en bus. Además, a la administración del tranvía le toca afrontar el monopolio del transporte público y, por consiguiente, tiene que importar buses, y con ello se deja notar que el tranvía empieza a rezagarse, mientras que el bus es más rápido en responder a la creación de nuevos barrios.

En la oferta de lugares de esparcimiento al teatro Olimpia se le suma el Faenza. Además, ya se cuenta con dos empresas de cine, la compañía de los hermanos Acevedo, especializada en noticieros, y la de los hermanos Di Doménico, que van a realizar varias películas, entre otras,

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Fabrio Zambrano. Bogotá: el inicio de la modernidad

Fotografía: Gimnasio ModernoAutor: Alberto SaldarraigaFuente: Bogotá en Cd. Museo de Bogotá

una que genera polémica, como la que recrea la muerte de Uribe Uribe, en donde utilizan a sus asesinos como actores.

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Fotografía: Teatro FaenzaAutor: Alberto Saldarriaga RoaFuente: Bogotá en Cd. Museo de Bogotá

Esta década es conocida como la de “la prosperidad al debe”, o también como “la danza de los millones” y con ello, gracias al endeudamiento externo, así como por la indemnización de Panamá, encontramos otro aceleramiento en la modernización urbana. Por ejemplo: en 1925 se inaugura el hospital San José, cuyos edificios se vienen construyendo desde hace 20 años y se concluye en este año; ofrece instalaciones modernas con 400 camas. Al año siguiente comienza a funcionar el hospital San Juan de Dios. A estas instituciones de salud se le agrega la inauguración del Instituto Pedagógico Femenino, de gran importancia en la historia de la educación; quedaba muy retirado de la ciudad, en la distante avenida Chile, calle 72, aunque contaba con el servicio de tranvía.

De gran importancia para la ciudad, en 1928, gracias a los diferentes ferrocarriles y varios tramos de carretera, Bogotá se conecta por tierra con el puerto de Buenaventura, así como con la frontera con Venezuela, por la carretera central del norte. Este elemento es clave para comprender la expansión de la región que controla Bogotá, porque es la única vía transversal que hay en Colombia. Además, esta modernización de vías le permite a Bogotá incrementar la migración boyacense y santandereana, de gran importancia en el crecimiento demográfico de la capital. En 1928 se municipaliza la compañía telefónica central y en el mismo año se encuentra un fumadero de opio, hecho que permite ilustrar el tipo de vida urbana que ya comenzaba a mostrarse en la ciudad. En 1929 se inaugura la primera empresa de taxis, Taxis Rojos, con su propia estación de gasolina.

En 1930, hay un cambio importante, no sólo por el fin de la llamada República Conservadora, sino también porque la crisis del 30 pone fin al ingreso de los empréstitos extranjeros, lo cual genera un fuerte impacto social. Se da inicio a lo que se conoce con el nombre de la Republica Liberal, cuando Bogotá tiene cambios importantes; pues existen varios ferrocarriles y algunas carreteras que no indican otra cosa sino el crecimiento de la región económica de Bogotá; la región sigue creciendo y Bogotá continúa ampliando su espacio de influencia económica. También, en el mismo año, encontramos el aeródromo de Techo, convertido después en aeropuerto, o campo aéreo como se le llamaba y con ello vamos encontrando otros elementos que van generando cambios en la ciudad como son las emisoras de radio. En 1932, dos emisoras que son supremamente importantes en la difusión cultural, Radio Santa Fe y la emisora Nueva Granada, son claves, porque pocos años después abren sus radioteatros, desde donde se popularizan personajes reales como los Chaparrones y fantásticos como Kalimán y otros personajes que a través del tiempo se volvieron famosos.

En el año de 1933 hay un momento de expresión de las tensiones sociales a través de las huelgas, debido a las difíciles condiciones económicas derivadas de la crisis de 1930. Pero también sucede la inauguración de la Biblioteca Nacional, un lugar de memoria de la nación, un ejercicio arquitectónico importante; símbolo de un gobierno liberal que quiere convertir a Bogotá en capital efectiva de la nación, con edificios nacionales. Además se crea el Departamento de Urbanismo del municipio, y la presencia de Karl Brunner, quien desde una oficina del estado local empieza a intervenir en la ciudad, nos deja unas huellas muy interesantes de trazados urbanos claves para comprender el nuevo discurso del urbanismo moderno. De ello, en 1936, se tiene el primer tramo de la avenida Caracas, obra de Brunner; también, la celebración del 1º de Mayo con 70.000 manifestantes. En esta época se inaugura la Ciudad Universitaria, nueva sede de la Universidad Nacional, proyecto pedagógico y proyecto político, proyecto adelantado bajo la influencia masónica. En otro contexto se encuentra la inauguración de la plaza de toros de Santa María, y cerca de ella la inauguración del teatro Colombia, hoy Jorge Eliécer Gaitán, que continúa siendo uno de los teatros más emblemáticos de la ciudad.

El año de 1938 es una fecha de cambio. Si el año de 1910 lo tomamos como la apertura a la modernidad, entonces, 1938 es un momento importante, pues se celebran los 400 años de la fundación de la ciudad, cuando ésta cuenta con 330.000 habitantes en 2.500 hectáreas; con 131 habitantes por hectárea, se encuentra la ciudad un poco menos densa, un tanto más amplia, cuando ésta inaugura el primer acueducto moderno, que contaba, en ese tiempo, con la represa de La Regadera y la planta de tratamiento de Vitelma. Por otra parte, las fiestas del cuarto centenario estuvieron acompañadas por una amplia intervención urbana en el Paseo Bolívar, de donde se erradican numerosos inquilinatos, habitantes que son trasladados al barrio del Centenario y líneas de conducción a la ciudad; los desplazados encontraron cambios importantes. La Biblioteca Nacional, recién inaugurada, para el año de 1938 contabilizó 122.000 lectores, en una ciudad de 330.000 habitantes, muestra que mucha gente asistió a esta biblioteca. También se contaba con el recién inaugurado Parque Nacional; además de este nuevo espacio público, se inaugura la Media Torta, la avenida Caracas y los sótanos de la avenida Jiménez, donde se construye un nuevo teatro. Todo esto es muestra de los gobiernos liberales para convertir a Bogotá en una ciudad moderna.

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Fabrio Zambrano. Bogotá: el inicio de la modernidad

En 1940, el aeródromo de Techo se vuelve aeropuerto, y en ese mismo año se crea la Empresa de Teléfonos de Bogotá, y se funda la Radio Nacional; también sucede un acontecimiento importantísimo: la apertura del primer salón nacional de artistas; acontecimiento bastante polémico por los cuadros que se exponen, por la reacción de la Iglesia, por la discusión que se arma, polémica que se desprende de una nueva estética propuesta en esta exposición. En este año aparecen los artistas, quienes se van a convertir en la vanguardia durante la segunda mitad del siglo XX. Para entonces, la ciudad tenía 500 buses y unos 25 tranvías, diferencia que muestra el retrazo del tranvía frente al bus.

También encontramos que en 1941 y en 1942 se inauguran los hospitales de la Samaritana y Santa Clara; en 1942 la Universidad Javeriana acepta por primera vez el ingreso de mujeres a algunos de sus programas académicos. Para entonces, las dificultades derivadas de la segunda guerra mundial se dejan sentir al restringir las importaciones, a lo cual se va a responder con diversos esfuerzos de industrialización. Se inicia así una segunda etapa de desarrollo industrial, ahora con bienes intermedios; pues la primera se había caracterizado por un énfasis en bebidas, alimentos y algunas manufacturas.

Para los años de 1944 y 1945 se produce la demolición de la iglesia de Santa Inés, para darle paso a la nueva avenida: la carrera décima; con ella comienza el cercenamiento de San Victorino. Pocos años después, la avenida Caracas va a aislar a este sector del occidente, así como la décima aísla a San Victorino del centro; pues lo que llamamos centro ahora de esta parte, la Caracas lo aísla de la plaza España de la estación del tren y la Jiménez al costado norte y después la sexta por el costado sur, por aquí la sexta termina convirtiendo al antiguo barrio

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Fotografía: Media TortaAutor: Alberto Saldarraiga RoaFuente: Bogotá en Cd. Museo de Bogotá

Santa Inés, al que conocemos como San Victorino, en una isla, solamente hay que esperar esa dinámica de los años cincuenta, sesenta y setenta para encontrar algunos elementos un tanto de mediana duración para entender estos cambios que concluyen en el deterioro de este sector.

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Fabrio Zambrano. Bogotá: el inicio de la modernidad

En 1946 se inaugura otro hospital, el San Carlos. Es interesante que los hospitales para pobres se ubiquen hacia el sur de la ciudad. Con ello se deja sentir que con la acción del Estado se va creando un espacio desvalorizado. A este momento de la posguerra siguen las huelgas, con lo cual se muestra una ciudad agitada en esos primeros años de la década de los cuarenta, cuando estas huelgas denuncian unas difíciles condiciones de vida, como el problema de la vivienda y los costos de la vida. Es contrastante, encontrar que mientras en 1945 en la Perseverancia habitaban 1.700 personas por hectárea, en el barrio la Cabrera vivían 50 habitantes por hectárea, lo cual muestra las duras condiciones de vida en un barrio obrero. Hay pobreza, pero también hay crecimiento industrial, pues la ciudad cuenta con 1.092 establecimientos industriales, que representan el 14% del total del establecimiento industrial nacional.

Ya finalizando la década llega un sistema de transporte nuevo, que va a ser importante años después, es el trolley bus, que en vez de ser movido por gasolina ofrece un sistema electrificado. La primera línea va entre el barrio La Alameda, carrera 13, y la ciudad Universitaria, y ofrecía un precio especial para los estudiantes, quienes disponían de una tiquetera; el sistema contaba con choferes uniformados, toda una propuesta de renovación del transporte público.

En 1948 se sucede el Bogotazo, del cual no vamos a hablar. Acontecimiento luctuoso que se constituyó en una gran fractura en la memoria de la ciudad, y sobre el cual existen numerosas publicaciones. Para ese entonces, la ciudad se preparaba para celebrar la Conferencia Panamericana y en función de este evento se realizaron varias obras, como la construcción del monumento de Banderas, a la entrada del aeropuerto de Techo, el cual no se inaugura pues la ceremonia se iba a efectuar el 9 de abril; la avenida de las Américas, otra obra construida para este evento, de importancia definitiva en esta expansión hacia el occidente. Para esa época, la ciudad contaba para su administración civil con veinte inspecciones municipales de policía; la

Fotografía: Hospital San CarlosAutor: Alberto Saldarriaga RoaFuente: Bogotá en Cd. Museo de Bogotá

ciudad tiene 13.000 líneas telefónicas manuales que en ese abril cambia a un sistema automático.

También, en 1948 se crea la Oficina del Plan Regulador y se contrata a Le Corbusier, el máximo exponente del urbanismo en ese momento, quien llega a Bogotá para diseñar un proyecto urbano cuya función era controlar la expansión de la ciudad. Destacamos la propuesta de definir un límite urbano para el control de la expansión que ya se iniciaba; para ello se establece como límite para los próximos 50 años la actual carrera 30, que se llamaba en ese momento la avenida Cundinamarca. Otro componente de este plan es diseñar un plan vial que prolongue las arterias viales de las carreras 7ª, 13 y 14 hacia el norte y la 10 y la 14 hacia el sur. Realmente, las propuestas de Le Corbusier no son aplicadas en su totalidad, y sólo se aplican algunos elementos, como el plan vial, dejando a un lado toda la propuesta de regulación del crecimiento urbano, que no le convenía a los urbanizadores privados, dueños de las tierras que rodeaban a la ciudad.

Cerramos esta mirada general de este medio siglo con algunas de las transformaciones de la ciudad que nos siguen mostrando el proceso de modernización que vive Bogotá. Así, por ejemplo, encontramos las urbanizaciones Muzú y Alcázares, expresiones de los esfuerzos estatales por ofrecer vivienda para la naciente clase media que está surgiendo en Bogotá. También se fundó la Universidad de los Andes, en un momento en que arranca el auge de las radio-novelas, donde, indiscutiblemente, “el derecho de nacer” marca toda una época, cuando las mujeres, hoy abuelas, lloraron al ritmo de la trama de Albertico Limonta. Con la expresión cursi de esta radio-novela, al mismo tiempo en la ciudad se construye el centro urbano Antonio Nariño, un símbolo de la arquitectura moderna, que se demora en ser ocupado, hasta 1957; pues esta propuesta de propiedad horizontal, de vivir en apartamentos y no en casas, es toda una novedad en la ciudad. En 1952 desaparece definitivamente el tranvía; no lo acaba el 9 de abril, sino la acción del Estado que termina privilegiando el transporte privado. En 1953, ya para terminar, se encuentra el surgimiento de dos almacenes, que rápidamente se convierten en símbolos importantes de la ciudad: Carulla y Sears. Si bien, Carulla ya venía desde principios de siglo, la novedad es en el impulso del supermercado.

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Fotografía: Urbanización MuzúAutor: Alberto Saldarriaga RoaFuente: Bogotá en Cd. Museo de Bogotá

Fabrio Zambrano. Bogotá: el inicio de la modernidad

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En este momento tenemos una ciudad que es muy distinta a aquella de comienzos del siglo XX. Por ejemplo, el café empezó desde los años veinte como un fenómeno generalizado, hasta que en los años cuarenta sustituyó a las chicherías. En 1950, ya hay clases sociales claramente definidas; en la ciudad hay una clase media que prontamente se va a constituir en una de las fortalezas de la vida urbana capitalina, en una ciudad que en el censo de 1951, existían 715.000 habitantes, siete veces más de los que tenía al comenzar ese siglo. La ciudad ha acelerado su expansión y así se puede encontrar, en los finales de los años cuarenta, un barrio llamado San Carlos y hacia el norte barrios que se están extendiendo por la carretera central del norte, desde la calle 70 sur, hasta la 170 en el norte, en Usaquén. Encontramos así una ciudad que se consolida, que se está modernizando, que presenta símbolos de modernidad indiscutible, a través de los cuales se nos muestran los cambios estructurales de la ciudad. En ese momento son múltiples los desafíos que ha resuelto, así como muchos los que quedan aún por resolver.