biografía de maría antonieta

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Hija de los emperadores de Austria Francisco I y María Teresa, desde su nacimiento en 1755, María Antonieta había vivido rodeada de lujo de la corte vienesa, teniendo acceso a cuantos caprichos tenía. A los 12 años, supo que iba a ser reina de Francia, pues su madre concertó su matrimonio. Así, la princesa debería aprender francés y reforzar su fe, para lo que su madre contrató un profesor. Este, derrotado, afirmó que María Antonieta poseía un cerebro ingenioso y despierto, pero que era rebelde a toda instrucción: su interés por estudiar era nulo A los 14 años, como muestra el comienzo de la película vista en clase, la joven se casó con el duque de Berry, entonces Delfín y futuro rey: Luis XVI. Para entonces, María Antonieta era ya una muchacha espléndidamente formada, muy guapa. El matrimonio tuvo lugar el 16 de mayo de 1770, en una grandiosa fiesta tras la cual, por la noche, no pasó nada entre los recién casados. Al menos, eso puso el Delfín en su diario, "rien", palabra que seguiría apareciendo durante siete años hasta que ella tuvo una hija, la primera de hasta cuatro primogénitos. En cuanto al Delfín, era bondadoso, pero también débil y no demasiado inteligente. Además, parecía estar más interesado en otros menesteres como la caza que en su esposa o su país. Con todo, subiría al trono en 1774 con solo 20 años tras la muerte de su padre, un hombre muy interesado por los placeres carnales que incluso logró que su amante, Madame du Barry, viviera en su propia corte. María Antonieta, vital y poco inclinada a la santidad, se aburría soberanamente con su esposo y pronto comenzó a salir de incógnito por la noche, oculta tras una máscara o antifaz, buscando en ellas lo que no encontraba en su matrimonio real. Por ello, pronto se convirtió en símbolo escandaloso de la más licenciosa corte de Europa. Trataba de agradar a los cortesanos, pero no con todos lo conseguía (en la película hemos visto su enemistad con Madame du Barry, por ejemplo). Además, despreciaba los protocolos franceses, como el no aplaudir en la ópera. Derrochadora, imprudente y burlona, el pueblo francés comenzó a pintarla como un ser depravado, más interesado por los intereses de la casa de Austria que de Francia, e incluso se le acusó de tener muchos amantes. Algunas de estas acusaciones eran falsas; otras, no tanto (como hemos visto en la película, tuvo un tórrido romance con el conde sueco Axel de Fersen). Era conocida en el pueblo llano como “l’autrichienne” (la austríaca), pero separando las sílabas: “autruche” (avestruz) y “chienne” (perra).

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Page 1: Biografía de María Antonieta

Hija de los emperadores de Austria Francisco I y María Teresa, desde su nacimiento en 1755, María Antonieta

había vivido rodeada de lujo de la corte vienesa, teniendo acceso a cuantos caprichos tenía. A los 12 años, supo

que iba a ser reina de Francia, pues su madre concertó su matrimonio. Así, la princesa debería aprender francés

y reforzar su fe, para lo que su madre contrató un profesor. Este, derrotado, afirmó que María Antonieta poseía

un cerebro ingenioso y despierto, pero que era rebelde a toda instrucción: su interés por estudiar era nulo

A los 14 años, como muestra el comienzo de la película vista en clase, la joven se casó con el duque de Berry,

entonces Delfín y futuro rey: Luis XVI. Para entonces, María Antonieta era ya una muchacha espléndidamente

formada, muy guapa. El matrimonio tuvo lugar el 16 de mayo de 1770, en una grandiosa fiesta tras la cual, por

la noche, no pasó nada entre los recién casados. Al menos, eso puso el Delfín en su diario, "rien", palabra que

seguiría apareciendo durante siete años hasta que ella tuvo una hija, la primera de hasta cuatro primogénitos. En

cuanto al Delfín, era bondadoso, pero también débil y no demasiado inteligente. Además, parecía estar más

interesado en otros menesteres como la caza que en su esposa o su país. Con todo, subiría al trono en 1774 con

solo 20 años tras la muerte de su padre, un hombre muy interesado por los placeres carnales que incluso logró

que su amante, Madame du Barry, viviera en su propia corte.

María Antonieta, vital y poco inclinada a la santidad, se aburría soberanamente con su esposo y pronto comenzó

a salir de incógnito por la noche, oculta tras una máscara o antifaz, buscando en ellas lo que no encontraba en su

matrimonio real. Por ello, pronto se convirtió en símbolo escandaloso de la más licenciosa corte de Europa.

Trataba de agradar a los cortesanos, pero no con todos lo conseguía (en la película hemos visto su enemistad

con Madame du Barry, por ejemplo). Además, despreciaba los protocolos franceses, como el no aplaudir en la

ópera. Derrochadora, imprudente y burlona, el pueblo francés comenzó a pintarla como un ser depravado, más

interesado por los intereses de la casa de Austria que de Francia, e incluso se le acusó de tener muchos amantes.

Algunas de estas acusaciones eran falsas; otras, no tanto (como hemos visto en la película, tuvo un tórrido

romance con el conde sueco Axel de Fersen). Era conocida en el pueblo llano como “l’autrichienne” (la

austríaca), pero separando las sílabas: “autruche” (avestruz) y “chienne” (perra).

Page 2: Biografía de María Antonieta

María Antonieta siempre ignoró la miseria del pueblo y, con su conducta licenciosa, contribuyó al descrédito de

la monarquía en los años anteriores a la Revolución Francesa. No obstante, la caída de la monarquía se fraguó

en pocos meses. Ni Luis XVI ni María Antonieta comprendieron el carácter de los cambios que se avecinaban,

provocando así su propia ruina. Absortos en su mundo lujoso, cuando quisieron reaccionar ya no había

posibilidades de reconciliación entre el pueblo y la casa real. María Antonieta y Luis XVI intentaron huir de

París, en un plan preparado por el propio Axel de Fersen junto a un grupo de selectos y secretos monárquicos:

un plan que no salió del todo bien. La familia real debía huir de París saliendo del Palacio de las Tullerías

durante la noche por una puerta falsa, pero por el camino fueron reconocidos y detenidos (esto, sin embargo, no

lo vemos en la película). Por su parte, las masas asaltaron y destrozaron la residencia real, mientras que el rey

fue encarcelado en la torre del Temple.

La delfina acompañó a su esposo a la prisión, en tanto que aceptó con patética serenidad la separación de sus

hijos y la ejecución de su esposo en enero de 1793. Tras esto, fue encerrada en una celda sin luz ni aire, sin

abrigo, vigilada en todo momento por guardias muchas veces borrachos, hasta que llegara el momento de su

juicio ante el Tribunal Revolucionario. Durante el proceso, intentó defenderse con sus últimos restos de

dignidad, contestó en términos que confundieron a sus crueles enemigos y, ante la acusación suprema de haber

corrompido a sus hijos, guardó primero silencio y luego, dirigiéndose hacia el público, exclamó: "¡Apelo a

todas las madres que se encuentran aquí!". Las deliberaciones del tribunal duraron tres días y tres noches,

siendo por fin declarada culpable de alta traición al pueblo de Francia. Como consecuencia de este veredicto, el

16 de octubre de 1793, sería exhibida en carreta por París ante los ojos del pueblo, ya condenada a morir en la

guillotina. Ahí estaría Jacques-Louis David, "el pintor de la Revolución", para retratar su ya triste imagen.

No hay ninguna imagen más expresiva del triste cambio de María Antonieta que el famoso dibujo de

Jacques-Louis David: no hay parecido alguno entre aquella ruina humana que marcha al encuentro de su destino

y la mujer que había sido la elegancia personificada. Ese mismo 16 de octubre, a las 10:30, subiría lentamente

los peldaños del cadalso, redoblarían los tambores, y caería la cuchilla. La cabeza ensangrentada, asida por los

cabellos por uno de los verdugos, sería mostrada a la multitud vociferante.