bienvenidos a nuestra clase 4 42019.pdfbienvenidos a nuestra clase 4 estimados colegas ... gran...
TRANSCRIPT
BIENVENIDOS A NUESTRA CLASE 4
Estimados Colegas
Continuamos abordando el Módulo 2, en nuestro viaje por el misterioso cerebro
humano:
MÓDULO 2: FUNDAMENTOS NEUROCIENTÍFICOS. Déficits en la memoria. Diez
signos de alerta. Introducción a la prevención y envejecimiento normal.
Sugerencias a la comunidad.
Lenguaje. El lenguaje en las personas mayores. Deterioro del lenguaje.
Los déficits en la memoria.
Hemos abordado en apartados anteriores los olvidos
benignos y olvidos patológicos. Cabe agregar que es
pertinente tener especial atención cuando el paciente
y/o familia llega al consultorio y enuncia quejas en
relación a la memoria.
Como definimos previamente, la memoria se refiere a
los procesos dinámicos asociados con la codificación, el almacenamiento y la
recuperación de información, y es el medio por el cual utilizamos y retenemos el
conocimiento de nuestras experiencias pasadas para usar en el presente
NEUROPSYCHOLOGICAL REHABILITATION. The international Handbook. Barbara
A. Wilson. Jill Winegardner. Caroline M. van Heugten. Tamara Ownsworth
Es crítico para el funcionamiento cognitivo, emocional, social y vocacional durante
toda la vida (Tulving y Craik, 2000), y su valor inherente es evidente por el impacto
de las discapacidades generalizadas que experimentan las personas con deterioro
neurológico adquirido (Baddeley, Kopelman y Wilson, 2002). El deterioro persistente
de la memoria es debilitante para los pacientes, ya que compromete su
independencia y su funcionamiento profesional y psicosocial, y también afecta la vida
de las familias y los cuidadores, que a menudo son la principal fuente de apoyo (Nair
y Lincoln, 2012; Ward et al., 2004)
Los primeros intentos de rehabilitar la memoria se centraron en mejorar los fallos en
la memoria remota, a menudo mediante el uso de estrategias de memoria ad hoc y la
capacitación en tareas de poca relevancia para el funcionamiento diario (por ejemplo,
aprendizaje de listas de palabras o imágenes) que no se basaron en evidencia, lo
que dio como resultado un enfoque poco sistemático de la intervención (Wilson,
2009). Ahora se presta mayor atención al tratamiento de las quejas de memoria que
tienen un impacto en el funcionamiento diario, que generalmente surgen de los
déficits en el nuevo aprendizaje y la memoria prospectiva, utilizando métodos que
también se basan en una evidencia más sólida.
Muchas actividades en nuestra vida diaria implican recordar, realizar una acción
prevista en el futuro (por ejemplo, tomar medicamentos) o aprender información
nueva (por ejemplo, los nombres de las personas que conocemos) y habilidades (por
ejemplo, cómo usar un dispositivo electrónico), funciones de memoria que están
comúnmente comprometidos (Baddeley et al., 2002; Shum, Fleming y Neulinger,
2002). NEUROPSYCHOLOGICAL REHABILITATION. The international Handbook
REHABILITATION OF MEMORY DISORDERS IN ADULTS AND
CHILDRENGiverny Parker, Catherine Haslam, Jennifer Fleming and David Shum.
También es importante identificar qué otros aspectos de la esfera cognitiva se
encuentran afectados. A su vez tener en cuenta la evolución del déficit, el inicio, si
hay episodios cíclicos tanto en el desarrollo como durante el mismo día.
Muchas veces los familiares relatan episodios que sucedieron mucho tiempo atrás y
recién ante la presentación clara del déficit dan cuenta que se trataba de un episodio
en la memoria u otras funciones cognitivas. No siempre se puede detectar el
comienzo de la enfermedad. El déficit puede ser de comienzo rápido o gradual.
Diez signos de alerta:
Hay síntomas que pueden presentarse tempranamente. La aparición de alguno de
ellos no significa el diagnóstico de una Demencia pero es importante su conocimiento
para recurrir al médico tratante.
Vincent J-D. Ob. Cit. Pag. 290-293.
El enfoque actual de la rehabilitación de la memoria es reducir el impacto funcional
de los problemas de la memoria cotidiana, como las fallas para recordar, hacer algo
en el futuro o aprender algo Nuevo. (Wilson, 2009). Estos problemas se han
abordado mediante el uso de estrategias compensatorias, técnicas de instrucción
específicas y enfoques más programáticos que apuntan a entrenar el uso de
estrategias. Gran parte de la base de evidencia que respalda estos tres enfoques
principales para la rehabilitación de la memoria se basa en estudios con adultos que
han sufrido algún tipo de deterioro adquirido, como son la Enfermedad de Alzheimer
o el daño vascular. NEUROPSYCHOLOGICAL REHABILITATION. The international
Handbook REHABILITATION OF MEMORY DISORDERS IN ADULTS AND
CHILDRENGiverny Parker, Catherine Haslam, Jennifer Fleming and David Shum
Prevención y envejecimiento normal. Sugerencias a la comunidad.
En clases posteriores y específicamente cuando hablemos de estrategias,
abordaremos la salud activa, empoderamiento en el adulto mayor y prevención. Las
siguientes son sugerencias dirigidas a público en general, las cuales son importantes
de transmitir desde los diversos sectores y agentes de salud.
La prevención en el envejecimiento se enmarca en la línea de la neuroprotección,
que implica la prevención de la muerte neuronal mediante la inhibición de uno o más
de los pasos fisiopatológicos en los procesos que siguen a una lesión cerebral o
envejecimiento o procesos neurodegenerativos. Existen varios agentes y acciones
neuroprotectoras.
Puntos clave
• El concepto de neuroprotección ahora es importante en muchas enfermedades que
antes solo se trataban sintomáticamente y en las que es deseable un enfoque
modificador de la enfermedad.
• Los agentes neuroprotectores desempeñan un papel importante en el tratamiento
de los trastornos neurodegenerativos, así como los ataques agudos, como
traumatismo del SNC, isquemia cerebral e hipoxia / isquemia iatrogénica durante los
procedimientos quirúrgicos.
• También se requieren estrategias neuroprotectoras para proteger el cerebro contra
los efectos tóxicos de los químicos y las drogas.
• Existen numerosos agentes neuroprotectores de varias categorías farmacológicas y
no farmacológicas, así como aquellos basados en mecanismos neuroprotectores
intrínsecos que entran en juego después de una lesión cerebral.
Nota histórica y terminología.
En la década de 1960, el término "neuroprotección" se aplicó a la protección del
cerebro durante los procedimientos neuroquirúrgicos y cardiovasculares de alto
riesgo que requerían la interrupción de la circulación sanguínea en el cerebro. La
forma más significativa de neuroprotección, la hipotermia, se usó inicialmente para el
tratamiento de la lesión en la cabeza en 1943 (Fay 1943). El primer enfoque
farmacológico de la neuroprotección en el traumatismo craneal grave fue el
tratamiento con barbitúricos por vía intravenosa. El concepto de neuroprotección está
relacionado con el papel de los radicales libres y oxidacion en la etiología de los
trastornos neurológicos, particularmente los accidentes cerebrovasculares y los
trastornos neurológicos degenerativos. Durante la década de 1990, se realizó un
trabajo considerable para dilucidar el mecanismo patológico de diversos trastornos
neurológicos y la identificación de diversos fenómenos neurotóxicos. Se incluyeron
trastornos que afectaban tanto al cerebro como a la médula espinal. Se desarrollaron
diversos agentes farmacológicos para contrarrestar estos fenómenos. Los más
conocidos entre ellos fueron los eliminadores de radicales libres y los agentes
anticitotóxicos.
Los agentes neuroprotectores intentan prevenir la muerte neuronal al inhibir uno o
más de los pasos fisiopatológicos en los procesos de muerte neuronal. También
protegen contra la neurodegeneración y las neurotoxinas. La aplicación de nuevas
tecnologías moleculares para diseccionar vías y desentrañar los mecanismos
implicados en el daño al sistema nervioso proporciona bases para el desarrollo de
nuevos agentes neuroprotectores para enfermedades, que actualmente se tratan con
medicamentos que simplemente brindan alivio sintomático. El concepto de
neuroprotección ahora está incorporado en el desarrollo de fármacos para trastornos
neurológicos y más de 500 de estos enfoques están en desarrollo.
En relación a prevención ya en la enfermedad de Alzheimer, dentro de los factores
más vinculados al desarrollo, el aumento de la edad sigue siendo el principal factor
de riesgo, con una prevalencia del 42% a los 82 años. Otros factores de riesgo no
modificables incluyen el sexo femenino, los antecedentes familiares positivos y la
presencia del alelo de la apolipoproteína E ε4.
Estudios sobre agentes farmacológicos modificadores de la enfermedad no han
tenido éxito, aunque se están llevando a cabo varios ensayos nuevos y la
investigación continúa. Por lo tanto, las estrategias de prevención son esenciales y
ahora se ven facilitadas por los avances en los criterios de diagnóstico, el desarrollo
de biomarcadores y una mayor comprensión de los fundamentos biofisiológicos de la
EA.
La prevención de los factores de riesgo debe tener como objetivo la diabetes mellitus
y la resistencia a la insulina, la obesidad, el síndrome metabólico, la hipertensión, la
hipercolesterolemia, la enfermedad cerebrovascular, la depresión, el estrés
psicológico y fisiológico, la lesión cerebral traumática, los trastornos del sueño, el
hábito de fumar, el abuso de alcohol, la hipertensión arterial, la insuficiencia renal, el
consumo de alcohol y tabaco, colesterol alto, enfermedad coronaria, estilo de vida
sedentario y dieta. Estos factores de riesgo potencialmente modificables, cuando se
combinan, representan más del 50% del riesgo de AD, según los estudios
observacionales, y muchos de estos factores de riesgo no parecen afectar a las
proteínas amiloides o tau.
También existen varios ensayos farmacológicos de las terapias antiamiloides en
curso.
Los factores modificables que parecen proteger contra la enfermedad de Alzheimer
incluyen la reserva cognitiva y la actividad mental, el logro educativo y el aprendizaje
a lo largo de toda la vida, las actividades cognitivas de ocio, la actividad física y el
ejercicio, el compromiso social, las actividades de atención plena y bienestar, el
optimismo y el propósito en la vida, la dieta saludable y el consumo de omega-3. Una
revisión de 19 estudios sugiere que ciertas actividades que estimulan el cerebro
pueden ayudar a reducir los riesgos de AD. Estos incluyen crucigramas, juegos de
cartas, uso de computadoras, artes o manualidades, clases, discusiones grupales y
escuchar música.
Según el tipo de ejercicio y su intensidad, la actividad física puede reducir el riesgo
de AD hasta en un 65%. Los mecanismos subyacentes pueden incluir reducción de
la enfermedad de los vasos sanguíneos, mejor función pulmonar, aumento de la
supervivencia celular y efectos antiinflamatorios.
Hasta el 30% de la EA se puede prevenir con opciones de estilo de vida bien
equilibradas y saludables, que incluyen ejercicio regular, compromiso social y una
dieta saludable que incluya porciones recomendadas de frutas y verduras frescas,
granos enteros y proteínas magras, y evitar los alimentos procesados.
Aunque no existen explicaciones claras sobre por qué algunas personas y no otras
desarrollan la AD a medida que envejecen, los factores de riesgo conocidos pueden
ayudar a prevenir o prevenir la enfermedad. La modificación del estilo de vida
saludable, incluído el aumento de la actividad física, la dieta saludable, el
compromiso social y las actividades que suponen un desafío mental, pueden ser
eficaces.
Las investigaciones futuras sobre la prevención de la enfermedad de Alzheimer
deben concentrarse en personas con mayor riesgo debido a vulnerabilidades
genéticas u otras, y en un mejor manejo de las condiciones de salud crónicas y las
opciones de estilo de vida.
Varias vías diferentes pueden desencadenar la EA, lo que sugiere que varias
estrategias diferentes pueden prevenir. Incluso si son ineficaces, estas estrategias de
precisión pueden reducir las comorbilidades y, por lo tanto, aumentar
sustancialmente la probabilidad de que las terapias específicas de amiloide o tau
sean efectivas. El curso generalmente lento y progresivo de la AD sugiere que los
enfoques específicos para cada paciente pueden tener la oportunidad de ser
efectivos.
Alimentación: ¿qué es conveniente? Seis preguntas respondidas
cientifícamente https://www.medscape.com/viewarticle/847304_9
Pregunta 1: ¿Qué es más saludable: alimentos crudos o cocidos?
La cocción tiende a aumentar la disponibilidad de nutrientes y a disminuir las toxinas;
muchos granos, al igual que las papas, son en realidad crudos venenosos.
Igualmente algunos alimentos, especialmente los vegetales, pueden ser crudos más
saludables porque la cocina descompone los nutrientes.
Pregunta 2: ¿Deberíamos preocuparnos por el colesterol?
El colesterol de la dieta realmente no afecta mucho a los niveles de colesterol en la
sangre. Uno de los principales factores de la enfermedad cardíaca son los
triglicéridos altos, que provienen de la ingesta de glucosa, o sea hidratos de carbono.
Pero si los pacientes ya tienen colesterol
alto o una condición cardiovascular
anormal, es importante que el médico de
atención primaria o el cardiólogo estén
involucrados.
Pregunta 3: Escuchamos frecuentemente
que ciertas especias son saludables.
¿qué sabemos sobre esto?
La evidencia sugiere que la curcumina, un ingrediente de la cúrcuma, aumenta el
BDNF un factor neurotrófico del cerebro.
Wang R, Li YH, Xu Y, et al. Curcumin produces neuroprotective effects via activating
brain-derived neurotrophic factor/TrkB-dependent MAPK and PI-3K cascades in
rodent cortical neurons. Prog Neuropsychopharmacol Biol Psychiatry. 2010;34:147-
153.
Otra investigación ha encontrado que las poblaciones que comen más curry tienen
un menor riesgo de demencia,
Hucklenbroich K, Klein R, Neumaier B, et al. Aromatic-turmerone induces neural stem
cell proliferation in vitro and in vivo. Stem Cell Res Ther. 2014 Sep 26;5(4):100. doi:
10.1186/scrt500.
Estudios enuncian que el extracto de romero puede ayudar a prevenir el deterioro
cognitivo. Pengelly A, Snow J, Mills SY, Scholey A, Wesnes K, Butler LR. Short-term
study on the effects of rosemary on cognitive function in an elderly population. J Med
Food. 2012;15:10-7. doi: 10.1089/jmf.2011.0005. Epub 2011 Aug 30.
Muchas especias parecen tener propiedades curativas.
Pregunta 4: ¿Es saludable el consumo de café y té?
Los datos sobre el café son muy buenos, es una bebida baja en calorías, con
flavonoides saludables. En relación al té, un estudio realizado en Japón informó que
un mayor consumo de té verde se asocia con un menor riesgo de demencia o
deterioro cognitivo leve.
Noguchi-Shinohara MD. AD/PD 2015: International Conference on Alzheimer's and
Parkinson's Diseases; March 18-22, 2015; Nice, France. Abstract 932.
La mayoría de los datos de café han sido positivos, incluso con una ingesta elevada,
pero por otro lado pueden producirse aumentos transitorios de la presión arterial y la
ansiedad.
Pregunta 5: ¿Es la leche saludable para el cerebro?
El consumo de leche es una adaptación interesante en la raza humana desde el
advenimiento de la agricultura, la persistencia de la lactosa en los adultos, lo que
significa que se puede digerir la lactosa en la edad adulta, ha evolucionado seis
veces en los últimos 6000 años. Una ventaja de la población evolutiva para ello. El
consumo de leche puede ayudar a explicar por qué los humanos modernos son
mucho más altos que otros homínidos. Las personas comenzaron a evitar los lácteos
en parte como reacción al "estudio de China,
http://web.archive.org/web/20090223222003/http://www.nutrition.cornell.edu/ChinaPr
oject/, un gran estudio epidemiológico que informó una correlación entre los lácteos y
el cáncer. Los datos también han sido cuestionados por otros trabajos.
Pregunta 6: ¿Qué pasa con el ayuno?
Aunque la sesión "Comida y el cerebro" en la reunión anual de la Asociación
Estadounidense de Psiquiatría se centró en el tema de la salud del cerebro, el ayuno
intermitente también podría ser beneficioso para el cerebro. Además de ayudar a
mantener un peso saludable, el ayuno induce cetosis. Se ha demostrado que el
metabolismo de la cetona es beneficioso para el cerebro y mejora la cognición en
pacientes con deterioro cognitivo leve o enfermedad de Alzheimer. Henderson ST,
Vogel JL, Barr LJ, Garvin F, Jones JJ, Costantini LC. Study of the ketogenic agent
AC-1202 in mild to moderate Alzheimer's disease: a randomized, double-blind,
placebo-controlled, multicenter trial. Nutr Metab (Lond). 2009 Aug 10;6:31.
Tenga en cuenta que el ayuno puede producir riesgos para algunas personas,
especialmente los diabéticos, y se debe consultar a su médico.
https://www.medscape.com/viewarticle/847304_1
Luego, la ingesta de aceite de oliva tiene un efecto protector.
https://www.medscape.com/viewarticle/882149 , así como la ingesta de bebidas diet
aumenta el riesgo de Alzheimer https://www.medscape.com/viewarticle/878894
La baja calidad de sueno y las apneas aumentan el riesgo de enfermedad de
Alzheimer. https://www.medscape.com/viewarticle/909889
Realizar actividad física frecuente aproximadamente 2 veces por semana (el solo
hecho de caminar a un ritmo constante), resulta beneficioso para la salud. Kremer, J.
Bühlmann, A. L. Goicoechea, V. Capítulo: Diagnóstico de la Demencia. Su origen,
sintomatología, los diferentes tipos de demencia. Enfermedad de Alzheimer y otras
demencias. Manual para la familia. Ed. Polemos. Pag. 73. Buenos Aires, 2010.
La actividad diaria total y las mejores habilidades motoras se asociaron con un
aumento de la reserva cognitiva.
https://www.medscape.com/viewarticle/908146
Lenguaje:
El lenguaje en las personas mayores.
Al igual que otras funciones, el lenguaje es un
aspecto importante a tener en cuenta en la
salud de los adultos mayores. La
comunicación hace a su independencia. El
lenguaje es uno de los aspectos más
sensibles al paso del tiempo y en el que las
personas perciben más fácilmente deterioros.
Estos están relacionados a cambios
relacionados con la edad como las
dificultades perceptivas y motoras, los déficits
auditivos, cambios en la voz y articulación y dificultades en la comprensión,
organización del discurso y expresión.
Durante el envejecimiento normal pueden producirse cambios en el habla, éstos
están relacionados a la deglución, la calidad vocal, la precisión, la fluidez, y la
comunicación efectiva.
Los cambios anatomofisiológicos de los mecanismos del habla, la disminución de la
retroalimentación sensorial (presbiacusia), disminución de control motor y la
reduccionde habilidades cognitiva/lingüística, están relacionadas a los cambios
característicos en el habla en el adulto mayor. Se observa el habla más lenta y los
cambios acústicos que se detectan están relacionados a la declinación del control
neuromotor, cambios hormonales relacionados con la edad y hábitos como fumar.
La deglución también se enlentece. Los cambios en la deglución normal durante los
años dorados, se caracterizan por una reducción en la eficiencia del proceso, son
más lentos y débiles, pero ocurren sin incidentes y manteniendo la seguridad en la
ingesta. La función masticatoria, aunque con reducción de la fuerza de los músculos
que participan, se mantiene en personas mayores con dentición completa o casi
completa; en adultos con pobre dentición, se incrementa el número de actos
masticatorios empleados para preparar el bolo alimenticio. Las personas mayores
tienden a presentar movimientos linguales menos eficientes, a mantener el bolo en el
piso de la boca más frecuentemente, incrementando así la duración de la etapa oral
de la deglución. También se observa un pequeño incremento de los residuos en la
cavidad oral y la faringe. Las degluciones espontáneas son menos frecuentes. El
bolo es posicionado más posteriormente en la cavidad oral, y aunque puede
presentarse más frecuentemente el ingreso de material al vestíbulo laríngeo, no se
incrementa la aspiración. Sin embargo, los episodios de tos después de la ingesta
suelen ser frecuentes. La deglución en las personas mayores de 80 años manifiesta
cambios menores en la fisiología de la deglución secundarios a las modificaciones de
la estructura laríngea: la osificación de cartílagos, el descenso en el cuello y la
incidencia de artritis cervical que afecta en primera instancia la flexibilidad de las
paredes faríngeas y en segunda instancia la reducción de la contracción faríngea.
Con este comportamiento la persona mayor experimenta frecuentemente la
necesidad de un segundo movimiento de tragado para limpiar el residuo que queda
sobre la faringe. Asimismo, hay flexibilidad reducida en el esfínter cricofaríngeo y
reducción, por no decir ausencia, de la reserva de control neuromuscular para el
movimiento laríngeo. En contraste con los pequeños cambios en la fisiología de la
deglución orofaríngea, la función esofágica se deteriora significativamente. El tránsito
del material a través del esófago es más lento y su limpieza en el tracto esofágico es
menos eficiente (Logemann, 1998) Luisa Fernanda Angel G. El proceso del habla en
el adulto mayor. Calidad de vida en el envejecimiento normal y patológico. Una
perspectiva terapéutica. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá D.C., 2011.
En relación a la voz en la persona mayor pueden registrarse cambios en el tono de
voz (más ásperas o con escape de aire). Esto puede deberse a cambios en la
estructura laríngea, el sistema respiratorio y cierre incompleto de las cuerdas
vocales.
En relación a la articulación, procesamiento del habla, con el avance de la edad los
sistemas de control motor relacionados a la articulación de la palabra, pueden verse
deficitados. Los movimientos articulatorios implicados suelen reducirse en su
precisión de amplitud, velocidad y precision. Los cambios relacionados con la edad
en el control motor del habla adulta resultan de cambios en los sistemas
sensoriomotores, esto es, cambios fisiológicos de base para la ejecución de los
patrones de movimiento (Wohlert &Smith, 1998)
A nivel de la fluidez (en relación a la cantidad de palabras por minuto), la misma
puede estar afectada por la presencia de disrupciones y se observa en la persona
mayor un decrecimiento. Éste puede estar relacionado con causas motoras y
cognitivas (memoria).
Las personas pueden padecer déficit en el habla y dificultades en la alimentación.
Algunos de estos responden a los cambios relacionados con la edad y otros, de
mayor severidad, a cuadros patológicos impactando en la capacidad funcional y vida
cotidiana de las personas.
En relación a los “trastornos estructurales: dentro de los desórdenes de voz más
frecuentes se encuentran las disfonías hiperfuncionales. Si bien las características
perceptuales y las medidas acústicas pueden ser similares a las manifestadas por la
voz envejecida, ellas son más dramáticas, interfiriendo notablemente en la
audibilidad del producto vocal, además de estar acompañadas de dolor, sensación
de quemazón, tos crónica, y sensación de cuerpo extraño. La presbilaringe es
comúnmente reconocida como la causa de las disfonías en la senectud, pues con el
propósito de reducir el cierre incompleto de las cuerdas vocales, el adulto mayor
tiende a incrementar la tensión del músculo vocal y a hipercompensar
supraglóticamente la calidad de la producción. Otra enfermedad común, el reflujo
laringofaríngeo, también conduce al sobre esfuerzo vocal y a patrones de tensión
muscular inadecuados, con la consecuente pérdida de las cualidades vocales. El
reflujo laringofaríngeo es una forma del reflujo gastroesofágico en la que el jugo
gástrico afecta la laringe y las estructuras cercanas, debido al ascenso retrógrado de
dicho ácido (Sataloff, 2006).
Trastornos neurológicos: Aunque los efectos de la enfermedad cerebrovascular
llegan a ser más notorios sobre el proceso de deglución al producir disfagia
orofaríngea, el habla puede verse afectada en la habilidad para producir voz
(iniciación del movimiento), o presentar una cualidad vocal tensa, con dificultad para
producir sonidos específicos en forma voluntaria o involuntaria, alterando la prosodia
y velocidad del habla. En últimas, los afectados suelen manifestar sobreesfuerzos
para la producción del habla. Por otra parte, la enfermedad de Parkinson afecta a 2
de cada 100 personas entre los mayores de 65 años y la gran mayoría presenta
anormalidades en la voz, el habla y la deglución durante la evolución de la
enfermedad, aumentando en frecuencia e intensidad con el progreso de la misma
(Skodda, Visser& Schlegel, 2009). La principal manifestación de la enfermedad de
Parkinson es la disartria hipocinética, nombre dado al grupo de desórdenes del habla
que resultan de disturbios en el control muscular debido a un daño en el sistema
nervioso central, por parálisis, debilidad o incoordinación de la musculatura del habla.
Los afectados muestran problemas en la comunicación oral: la voz suave (hipofonía)
que refleja la dificultad que tiene la persona en la coordinación fonorespiratoria,
reducción de la frecuencia fundamental siendo más notoria en las vocales, la
monotonía, la monointensidad, la cualidad ronca y aspirada (con escape de aire), el
movimiento reducido (hipocinesia), la articulación imprecisa, la asimilación de
algunos fonemas, con ausencia o reducción de la entonación (aprosódica), el uso de
pausas inadecuadas, y variaciones en la velocidad; que junto con la expresión facial
disminuida, contribuyen a las limitaciones en la comunicación en la mayoría de
individuos con enfermedad de Parkinson.
El lenguaje.
El lenguaje también se ve afectado con el paso del tiempo y en el envejecimiento
normal. El lenguaje, así como la memoria y otras funciones, requieren un diagnóstico
diferencial entre las manifestaciones relacionadas con el envejecimiento normal y el
deterioro cognitivo y cuadros demenciales.
Según investigaciones, el desarrollo del lenguaje se ve afectado en el envejecimiento
normal. Se observan cambios en las habilidades lingüísticas selectivas: se ven
afectados el léxico, la sintaxis, organización del discurso. Estas manifestaciones se
relacionan con déficit en la eficacia del procesamiento de la información verbal
(Pereiro y col, 2006). Si bien en la persona mayor la activación léxica está
conservada, especialmente en la utilización pasiva, se han observado varios cambios
cualitativos de la capacidad lexical siendo característica la imprecisión para definir
conceptos y palabras, la menor disponibilidad de sinónimos y la mayor producción de
perífrasis verbales. En el nivel léxico semántico, el vocabulario pasivo aumenta o se
mantiene: las personas mayores reconocen y comprenden tantas o más palabras
que los jóvenes, en función del nivel cultural (Schaie, 1980; Wingfield, Aberdeen y
Stien, 1991). Entre tanto, en el nivel de producción se registran dificultades y lentitud
de acceso al léxico, manifestadas en fallas para encontrar la palabra adecuada
(Obler y Albert, 1984). Habría un incremento de los episodios de “punta de la lengua”
(Burke, Whorthey y Martin, 1988; Burke, MacKay, Whorthey y Wade, 1991) y se
haría dificultoso definir con exactitud un concepto (Bowles, 1989; Bowles y Poon,
1985, 1988). Otros autores señalan asimismo dificultades en el recuerdo de palabras
(Crook y West, 1990), evocación de verbos y nombres propios y en tareas de
denominación, que comenzarían alrededor de los 50 años, y se acentúan a partir de
los 70 años (Duaso y Herrera .2004). Estas dificultades responderían más a un
problema de ejecución que de competencia (Juncos, 1998), con preservación del
sistema semántico. En esta línea, Bayles y Kasniak (1987) han comprobado que el
conocimiento conceptual, se incrementa con la edad. En relación con las
capacidades sintácticas, se han descripto dificultades en la comprensión (Borod y
cols., 1980; Emery, 1986; Obler y cols., 1991), la repetición y el uso espontáneo de
oraciones complejas (Kemper, 1988; Kemper y cols., 1989). Winglield y col. (2006)
han reportado dificultades en la comprensión de oraciones dependientes de la
complejidad sintáctica, diferenciadas del déficit de percepción auditiva. Dado que el
procesamiento sintáctico implica al menos la participación de un procesador
específico regido por las leyes de la gramática (Marcus, 1980; Berwick y Weinberg,
1984) y de la memoria operativa, estas dificultades podrían deberse a las
limitaciones que se producen en el envejecimiento para operar simultáneamente con
diferentes tipos de información o con material complejo (Baddeley, 1986), o en la
limitación de la memoria verbal a corto plazo (Caramazza y cols., 1981; Luria, 1979;
Saffran, 1985). La hipótesis fuerte es que la disminución de la capacidad operativa
de la memoria de trabajo asociada con el envejecimiento afectaría el desempeño de
las personas mayores en el procesamiento y comprensión de estructuras sintácticas
complejas (Juncos, Pereiro y Rodríguez, 2005). La mayoría de los modelos de
procesamiento del lenguaje asumen que los oyentes analizan el contenido sintáctico
y semántico del mensaje a medida que va llegando la información verbal. Sin
embargo, hay momentos en que el procesamiento se lleva a cabo más lentamente
que la entrada real de información, haciendo que el sistema perceptivo se apoye en
algún tipo de sistema transitorio de memoria. Además de corregir los errores de
descomposición sintáctica y de mantener las estructuras lingüísticas complejas, la
memoria transitoria también es necesaria para mantener e integrar cláusulas y
sintagmas ya escuchados con los que van apareciendo posteriormente. Esta
integración es necesaria para desarrollar plenamente el significado de las locuciones
(van Dijk y Kintsch, 1983) y para operar con material complejo, ya sean oraciones,
historias o textos. Conlleva un proceso de atención, control y organización sobre los
diferentes elementos implicados, que puede verse alterado en el caso de la persona
mayor (Ulatowska y cols., 1985, 1986; Juncos, 1998). La descomposición sintáctica,
la integración de proposiciones, las inferencias y la asignación de referentes
dependerían de la capacidad de la Memoria Operativa (MO), y por lo tanto la
reducción de este subsistema en la persona mayor justificaría las diferencias en el
procesamiento discursivo (Carpenter, Miyaki y Just, 1994). Pereiro y cols. (2006)
muestran resultados longitudinales que verifican que la comprensión del lenguaje
estaría más afectada que la producción, y que los trastornos se incrementarían con
la edad. Otros trabajos reportan cambios en la estructuración discursiva con
construcciones sintácticas más simples y disminución en el contenido informativo”
(Juncos-Rabadán y col., 2005) Labos, E., Del Río, M., Zabala, K. Perfil de
desempeño lingüístico en el adulto mayor. Revista Argentina de Neuropsicología
13,1-13 (2009)
Otros pensadores analizan: “El lenguaje en el
envejecimiento normal: El lenguaje puede analizarse
a través de sus dos componentes principales: la
comprensión y la expresión. La comprensión incluye
el procesamiento del lenguaje desde la percepción
de las señales acústicas y visuales hasta la
conceptualización de los mensajes, mientras que la expresión parte de la
conceptualización hasta la articulación del habla para transmitir dichos mensajes.
Este procesamiento del lenguaje requiere la puesta a punto, no solo de habilidades
lingüísticas, sino de habilidades de tipo cognitivo y social que favorecen la interacción
de los seres humanos con su ambiente. Estos aspectos se ubicarían en un nivel
cognitivo de interpretación en el cual es importante determinar el peso e influencia de
cada variable en dicha interacción. Diferentes factores ambientales, también
influencian los perfiles lingüísticos, el nivel educativo y las habilidades lingüísticas
adquiridas en la niñez, juventud y adultez, son elementos que definitivamente hacen
que el lenguaje en el envejecimiento tenga particularidades a través del tiempo. De
allí que el lenguaje sea una habilidad que comparte tanto mecanismos innatos, como
influencias ambientales para su desarrollo y consolidación junto con procesos
cognoscitivos superiores. El lenguaje se desarrolla y nutre a través del tiempo y
gracias al medio ambiente y a las vivencias, por eso sería lógico pensar que en la
vejez el lenguaje encuentra su punto máximo de perfeccionamiento, gracias al amplio
conocimiento y experiencias acumuladas a través del tiempo. Sin embargo, aunque
el conocimiento general se incrementa en esta etapa de la vida, aparecen deterioros
evidentes en el lenguaje, particularmente para encontrar palabras específicas,
organizar ideas dentro de una conversación y realizar análisis de información
compleja o extensa (Juncos, Pereiro, & Facal, 2006). Estas influencias ambientales
están relacionadas con aspectos lingüísticos como el componente semántico del
lenguaje, específicamente en el léxico, que aumenta o se mantiene de acuerdo al
nivel cultural. Las personas que de alguna manera han utilizado su capacidad
intelectual más frecuentemente, pueden tener cierta ganancia en cuanto al número
de palabras y uso de las mismas, frente a quienes no usaron muy frecuentemente
sus habilidades cognoscitivas; sin embargo aparecen rasgos comunes del deterioro
del lenguaje en la vejez normal, como problemas de acceso a palabras adecuadas y
específicas en tiempo limitado, reemplazadas por circunloquios (descripciones del
objeto), dificultades para comprender y usar información verbal que requiera
procesamiento extenso y complejo, incluso dentro de una conversación habitual y
cotidiana (Hernández, Malagón, & Rodríguez, 2006). Se ha sugerido que este tipo de
déficits, en principio lingüísticos, se relacionan con variables de tipo cognoscitivo
tales como alteraciones en la memoria operativa y el control inhibitorio (Juncos, & ál.,
2006 y Veliz, Riffo, & Arancibia, 2010), con procesos de enlentecimiento
cognoscitivo, déficits en neurotransmisión, sensoperceptivos (Veliz, & ál., 2010), y en
procesos atencionales de control y supervisión, que generan dificultad en la elección
gramatical, limitan la capacidad de memoria verbal a corto plazo, y dificultan el
manejo simultáneo de diversos tipos de información haciéndose evidente la dificultad
para seleccionar ideas relevantes e irrelevantes, tanto de la información verbal como
escrita (Juncos, 1998). Al analizar el deterioro del lenguaje es necesario entonces
comprender las interacciones complejas entre los componentes lingüísticos y las
habilidades cognitivas. Aunque a través de los años los avances tecnológicos se han
acercado plausiblemente a la asignación de límites entre el envejecimiento normal y
patológico, aún hoy es muy complejo determinar si cierta disminución en habilidades
cognitivas – comunicativas es consecuencia del deterioro típico inherente a la edad o
puede ser signo de deterioro patológico inicial. Sin embargo se sabe que existe algún
tipo de perfil lingüístico del deterioro típico de la persona mayor que lo diferencia del
deterioro subyacente a patologías específicas. Como indicadores de deterioro
lingüístico en el envejecimiento normal, se evidencia principalmente la dificultad para
encontrar palabras concretas en el momento en que se necesita con episodios
frecuentes de “punta de la lengua”. Esta característica se llama anomia y suele ser
uno de los signos iniciales en las dificultades del lenguaje inherentes a la edad,
enlentecimiento para la comprensión y análisis de frases e ideas complejas y pérdida
fácil del contenido de una conversación, dificultades relacionadas más con el acceso
léxico incluso a palabras o expresiones cotidianas y pérdida de la información
(Wingfield, Aberdeen, & Stien, 1991). Aunque estos signos aparecen
persistentemente en las personas mayores, el grado de afectación es leve; esto
apunta a que el deterioro del lenguaje típico de la persona mayor, no debería
interferir negativamente con el desempeño de tareas comunicativas cotidianas y
estaría de cierta manera compensado con estrategias efectivas para superar los
déficits, al menos parcialmente. En estas dificultades hay una influencia de procesos
tanto atencionales como de memoria que se relacionan directamente con dichas
dificultades de tipo pragmático que alteran la eficacia comunicativa de los hablantes.
En la persona mayor típica se mantiene la funcionalidad comunicativa en diferentes
contextos y con diferentes pares, aunque aparecen dificultades comunes durante la
interacción, las habilidades cognoscitivas conservadas pueden jugar un papel
protagónico para solucionar todos o algunos de los problemas en la comunicación,
incluso estas dificultades pueden desaparecer de acuerdo con el nivel educativo,
cuando median motivaciones y emociones particulares y cuando se dispone del
conocimiento previo y/o experto del tema (Juncos, & ál., 2006). La persona mayor
típica conserva mecanismos de retroalimentación que le permiten sortear estas
falencias comunicativas dentro de una conversación cotidiana, incluso cuando
aparecen temas innovadores dentro de ella. El uso de palabras sinónimas a la que
buscan, la descripción de objetos que no se pueden nombrar, la solicitud de ayudas
por parte del par comunicativo, hacen parte de una serie de estrategias que utiliza la
persona mayor para lograr una interacción comunicativa efectiva que cumpla los
propósitos personales y sociales.
La patología del lenguaje en el envejecimiento.
Si bien la edad adulta se reconoce como la consolidación de saberes y acciones del
ser humano atesoradas durante la vida, no siempre es posible enfrentar la vejez con
estados óptimos de salud, debido a muchos factores que a través del tiempo influyen
negativamente en el estado físico y mental. El envejecimiento hace al adulto
vulnerable a múltiples factores que deterioran habilidades cognitivas y lingüísticas
que corresponden a perfiles específicos de ciertas entidades patológicas comunes en
las personas mayores. Las alteraciones patológicas del lenguaje aparecen como
consecuencia de deterioros generalmente neurológicos, que resultan en dificultades
e incluso incapacidad para comunicarse, para comprender y/o expresar las ideas de
forma oral, escrita o ambas. Las patologías más comunes que influyen
negativamente en la comunicación de la persona mayor, son el accidente cerebro
vascular (ACV) y las demencias. En estos eventos se observan alteraciones
específicas para los componentes del lenguaje (Fajardo, 1999). Signos como la
anomia (incapacidad para llegar a la palabra específica) o las parafasias (sustitución
de fonemas o palabras relacionadas), son características principales de alteraciones
del lenguaje derivadas de lesiones neurológicas focales (ACV) como en las afasias, y
degenerativos (demencia) como el trastorno cognoscitivo comunicativo (Hernández,
& ál., 2006). Las diferencias que caracterizan el lenguaje de cada paciente, como el
acceso efectivo o no a la palabra frente a claves facilitadoras, o el uso de
circunloquios para compensar la pérdida del concepto o el acceso al mismo, son los
diferenciadores preferentes en estos tipos de patologías. En la afasia los
componentes del lenguaje se afectan selectivamente y rara vez se observan
deterioros en otros procesos cognoscitivos superiores, las características del
lenguaje evolucionan y se modifican y el uso de ayudas lingüísticas específicas,
mejoran la comprensión y expresión comunicativa. El automonitoreo en este tipo de
patología es común, ya que quien la padece generalmente es consciente de los
déficits y errores e intenta corregirlos, aunque existen tipos de afasia y grados de
severidad de la misma que no cumplen estas características.
AFASIA:
Definición de afasia
La afasia es un impedimento en la comprensión y/o expresión del lenguaje causada
por procesos cerebrales adquiridos NEUROPSYCHOLOGICAL REHABILITATION.
The international Handbook. Chap language. Anastasia Raymer and Lyn Turkstra
(Papathanasiou y Coppens, 2013). La afasia no es un trastorno del intelecto, aunque
las personas con afasia también pueden tener otros deficits cognitivos si la
neuropatología afecta a regiones involucradas en funciones cognitivas distintas del
lenguaje. La afasia también puede tener efectos secundarios en las funciones
cognitivas que dependen del lenguaje (por ejemplo, la memoria de trabajo verbal), y
los individuos con afasia pueden tener un bajo rendimiento en las pruebas cognitivas
como resultado de las discapacidades del lenguaje. El inicio de la afasia puede ser
agudo (por ejemplo, accidente cerebrovascular, traumatismo focal) o progresivo
(enfermedades degenerativas como la enf de Alzheimer, tumores, epilepsia). A
mediados del siglo XX, el término afasia también se aplicó a niños con trastornos del
lenguaje del desarrollo (ver Benton, 1964), pero el uso actual se limita a los
trastornos del lenguaje adquiridos después de los dos años (Avila et al., 2010).
La afasia se describe a menudo utilizando el modelo localista clásico de Wernicke y
Lichtheim, que describió los "centros" de lenguaje interconectados en el hemisferio
izquierdo, con afasias no fluidas asociadas con lesiones corticales anteriores y
afasias fluidas con lesiones posteriores (Heilman, 2015). En los tiempos modernos,
los modelos de localización estrictos han sido desafiados, y en algunos casos
reemplazados, por modelos neuropsicológicos cognitivos complejos (Thompson,
Faroqi-Shah y Lee, 2015) y modelos computacionales (Kiran et al., 2013). Sin
embargo, la discusión de estos modelos está fuera del alcance de este seminario, y
los modelos localizacionistas continúan siendo la principal influencia en la
clasificación y rehabilitación de la afasia, por lo que usaremos modelos
localizacionistas generales aquí. Los modelos localizacionistas clasifican la afasia
según los patrones de desglose del lenguaje en tres áreas clave: comprensión
auditiva, repetición y fluidez de la expresión verbal. La principal distinción es entre
afasias fluidas y no fluidas, como describieron originalmente Wernicke y Lichtheim:
TIPO DE AFASIA FLUENCIA REPETICION C AUDITIVA ERRORES
BROCCA No fluente Comprometida R intacta Parafasias
semanticas
GLOBAL No fluente Comprometida Comprometida Estereotipias
TRANSCORTICAL
MOTORA
No fluente R intacta R intacta Sin rta
TRANSCORTICAL
MIXTA
No fluente R intacta Comprometida Sin rta
WERNICKE Fluente Comprometida Comprometida Neologismos
CONDUCCION Fluente Comprometida R intacta Parafasias
fonémicas
TRANSCORTICAL
SENSORIAL
Fluente R intacta Comprometida Parafasias
semánticas
ANOMICA Fluente R intacta R intacta Circunloquios
NEUROPSYCHOLOGICAL REHABILITATION. The international Handbook. Chap
language. Anastasia Raymer and Lyn Turkstra
Afasias no fluentes
Las afasias no fluentes incluyen la afasia de Broca, la afasia global, la afasia motora
transcortical y la afasia transcortical mixta. Los individuos con afasia de Broca tienen
expresión verbal y repetición no fluidas debido al agramatismo, es decir, omisión de
palabras gramaticales (por ejemplo, auxiliares, artículos) y terminaciones de palabras
(por ejemplo, plurales, tiempo verbal). También pueden tener prosodia aplanada
(musicalidad del lenguaje o entonacion del lenguaje), dificultad para iniciar y
secuenciar movimientos articulatorios o apraxia del habla (Duffy, 2015), y dificultades
para recuperar palabras. Las personas con afasia de Broca pueden tener una
comprensión asintáctica que puede dificultar la comprensión de las oraciones
gramaticalmente complejas (por ejemplo, las pasivas). La afasia de Broca se asocia
típicamente con lesiónes frontales subcorticales izquierda (Kreisler et al., 2000).
Las personas con afasia global tienen una discapacidad severa en la repetición,
recuperación de palabras y comprensión auditiva, con una salida verbal no fluida a
menudo limitada a automatismos (por ejemplo, demonios, no sé) y estereotipos (uso
repetido de una palabra sin sentido: ambu ambu ) (Galletta y Barrett, 2015). La afasia
global suele asociarse con un extenso daño anterior y posterior a Rolandic que se
extiende a la sustancia blanca subcortical (Naeser et al., 1990).
Dos formas de afasia no fluida caen en la categoría transcortical en que, a pesar de
la expresión verbal espontánea no fluida, las habilidades de repetición están
notablemente intactas, produciendo una calidad similar a la de un loro o ecolalia
cuando se les pide que repitan oraciones. En la afasia motora transcortical (TCMA,
por sus siglas en inglés), la expresión verbal no es fluida y puede surgir una dificultad
para recuperar la palabra debido a un deterioro en el inicio de la producción verbal
(Crosson, Ford y Raymer, 2015). La comprensión auditiva puede verse afectada por
oraciones gramaticalmente complejas. TCMA se ha descrito de forma aguda con
lesiones en el hemisferio izquierdo de la corteza mesial frontal (área motora
suplementaria), corteza frontal dorsolateral o tálamo (Kreisler et al., 2000). En la
afasia transcortical mixta, a veces denominada "aislamiento del área del habla", la
repetición se libra relativamente, mientras que otros dominios de lenguaje están
severamente dañados. (Baumgaertner, 2015).
Afasias fluidas
Los subtipos de afasia fluida incluyen afasia de Wernicke, afasia de conducción,
afasia sensorial transcortical y afasia anómica. En general, las personas con estos
tipos de afasia pueden producir expresiones con fluidez con muchas palabras, pero
la calidad de la expresión es anormal. En la afasia de Wernicke hay una excesiva
produccion del lenguaje o logorrea (Greenwald, 2015). Las verbalizaciones
espontáneas fluidas, la repetición y los nombres hablados se interrumpen por
parafasias (errores en la selección de palabras) y neologismos (palabras sin sentido).
La comprensión auditiva está severamente dañada, incluso para palabras sueltas.
Estos individuos a menudo parecen desconocer sus errores verbales y, por lo tanto,
muestran signos de anosognosia. La afasia de Wernicke se asocia con lesiones que
afectan la porción posterior del giro temporal superior izquierdo (Hillis et al., 2001).
Los pacientes con afasia de conducción tienen una dificultad excesiva con la
repetición en relación con otras habilidades del lenguaje (Wilshire, 2015) y
comunmente producen parafasias fonéticas e intentos sucesivos de autocorregir
errores de pronunciación. Las personas con afasia de conducción pueden no
entender la sintaxis, en parte debido a deficiencias en la memoria fonológica a corto
plazo. Las lesiones asociadas con la afasia de conducción afectan a la corteza
parietal inferior izquierda o al temporal superior, a veces incluyendo el fascículo
arqueado (Buchsbaum et al., 2011).
Las dos últimas formas de afasia se caracterizan por la producción fluida y la
repetición intacta. Las personas con afasia sensorial transcortical (CST) tienen
expresión verbal fluida y denominación con numerosas parafasias y deficiencias en
la comprensión auditiva (Reilly y Martin, 2015). Las lesiones afectan a la corteza
temporal o parietal posterior izquierda, por lo que la TSA puede estar asociada con el
síndrome de Gerstmann. En la afasia anómica, los problemas de recuperación de
palabras (anomia), que son comunes en todos los tipos de afasia, pueden ocurrir
como un síndrome aislado. (Harnish, 2015). Los errores de recuperación de palabras
en las tareas de nombrar conversaciones o imágenes pueden incluir
circunlocuciones, parafasias semánticas y omisiones de respuesta. La afasia
anómica puede ocurrir de forma aguda con lesiones en la unión temporo-occipital
izquierda o en el tálamo (Race y Hillis, 2015).
El lenguaje en patologías neurodegenerativas como el Alzheimer, Parkinson,
Demencia Frontotemporal entre otros, se encuentra disminuido junto con otros
procesos cognoscitivos superiores, habitualmente la atención y la memoria. Las
condiciones de este tipo de enfermedades hacen que las características lingüísticas
vayan hacia el deterioro, y la estimulación específica apunta a mantener habilidades
y retrasar los efectos adversos de la enfermedad. Las diferencias más notables entre
las alteraciones del lenguaje relacionadas con lesiones focales y degenerativas es
precisamente el tipo de lesión neurológica, sus características evolutivas y el
deterioro cognoscitivo generalizado o delimitado; por estas condiciones los autores
refieren que el concepto de afasia es insuficiente para definir todos los desórdenes
del lenguaje en adultos, incluso los generados por enfermedades degenerativas
como la demencia (Ardila & Benson, 1990 y Norman, Horner & Ripich, 2007). Las
alteraciones del lenguaje en la enfermedad de Alzheimer presentan diferentes etapas
en la progresión de la enfermedad (Hernández, & ál., 2006). En la fase inicial
disminuyen las habilidades de expresión y comprensión de ideas complejas en
estructura y contenido, expresiones que involucren análisis adicionales como las
analogías y el humor se ven comprometidas, ocasionalmente se sustituyen u omiten
palabras y se presenta dificultad para encontrarlas, y se utilizan rodeos alrededor de
ideas. El discurso disminuye en duración y contenido, esporádicamente se olvida al
interlocutor y se vaga en torno al tópico aunque se suele regresar a él fácilmente, y
es difícil terminar ideas iniciadas. Hay consciencia de los déficits y autocorrección. En
la fase media es común el aumento en la dificultad para encontrar palabras de
categorías, decir el nombre específico de un objeto se torna más difícil y predomina
la confusión entre palabras y partes de palabras, el vocabulario se reduce
drásticamente, la comprensión se limita a frases simples y cortas, la estructura de las
oraciones es simple, con oraciones cortas, y uso de palabras claves. El discurso se
llena de ideas ya mencionadas, se olvida el tema de conversación, es difícil regresar
a él, se opta por abandonarlo, y no hay capacidad de corrección. La fase final
presenta errores en la nominación, el vocabulario disminuye sustancialmente, igual
que la fluidez; se usan solo expresiones básicas, la comprensión y expresión se
limitan a elementos significativos, oraciones simples e incluso solo palabras
familiares; se observa repetición sin sentido de palabras y partes de palabras. El
discurso se limita a expresiones ocasionales deteriorándose hasta el mutismo, se
muestra indiferencia hacia el entorno y no se corrigen los errores. La progresión es
tan evidente que inevitablemente llega a la afectación casi total en la producción y
comprensión. En general el cuadro evolutivo de la enfermedad de Alzheimer se
relaciona con el deterioro de habilidades como el lenguaje, que están determinadas
por la pérdida de acceso a la información. Los componentes de deterioro en la
enfermedad de Parkinson se centran en los procesos motores y cognoscitivos
cuando el deterioro avanza hacia etapas finales. Hoy se conoce la relación entre los
síntomas motores y el deterioro cognitivo en esta patología, evidenciando una
disminución de las funciones cognitivas paralelas a los síntomas motores (Cassinelli
& Santibáñez, 2004). Los déficits cognoscitivos pueden presentarse desde los
primeros estadios de la enfermedad y una proporción sustancial de pacientes puede
desarrollar el tipo de demencia asociado a la enfermedad (Williams-Gray, Foltynie,
Lewis & Barker, 2006). Las características de deterioro cognoscitivo – comunicativo
se refieren al enlentecimiento del procesamiento de la información, cuando se
dificulta responder efectivamente ante demandas verbales, es habitual un tiempo
aumentado para generar una respuesta a una pregunta, déficits de atención que
aparecen en la vida cotidiana como problemas de concentración en actividades, por
ejemplo leer un libro, ver una película, o asistir a una conferencia. En la enfermedad
de Parkinson la comunicación se ha descrito como alterada para la producción verbal
con características en producción de voz de bajo volumen, disminución del tono
vocal, voz monótona, voz débil, apagada, ronca, temblorosa y/o intermitente (Carro,
& ál., 2001). Las habilidades lingüísticas también se afectan hacia la fase media de la
enfermedad, es habitual que los pacientes vacilen antes de hablar y presenten
silencios inadecuados, titubeos y/o temblores sin llegar a iniciar el acto de habla. Los
aspectos no verbales del lenguaje se ven afectados por la imposibilidad de adaptarse
a cambios y por la rigidez postural y facial. El lenguaje verbal es poco fluido y se ve
directamente afectado por la alteración de otros procesos cognoscitivos superiores,
la comprensión del lenguaje se influencia por el enlentecimiento del pensamiento y
pone límites en cuanto al procesamiento de la información y la respuesta. Las
habilidades prosódicas para expresar emociones dan cuenta de un deterioro en la
función cognoscitiva y pragmática, así como dificultades en la comprensión de
oraciones complejas y semicomplejas (Grossman, & ál., 1996). Rodríguez Riaño, J.
Díaz, M.F.L. El lenguaje en el envejecimiento. Calidad de vida en el envejecimiento
normal y patológico. Una perspectiva terapéutica. Universidad Nacional de Colombia.
Bogotá D.C., 2011.
Hasta la próxima Colegas.
Eliana Roldán Gerschcovich
Valeria Casal Passion.
IMPORTANTE: El contenido de este Seminario está protegido por Derechos de
Autor ®. Podrá ser utilizado para estudio en el curso de este Seminario. Está
prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio de impresión o
digital, en forma idéntica, extractada o modificada, en castellano o en cualquier
otro idioma, sin autorización expresa del autor.
Copyright 2019 Red de Salud enLazos – Todos los derechos reservados