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LA BIBLIOTECA DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS
Biblioteca del IIFs: # 1
Biblioteca del IIFs: # 2
LA BIBLIOTECA DEL INSTITUTODE INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS
EN EL QUEHACER FILOSÓFICODE LA UNAM
(1940–2012)
Miguel Gama Ramírez(coordinador)
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS
MÉXICO 2012
Biblioteca del IIFs: # 3
B1016
U56
Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de
Investigaciones Filosóficas. Biblioteca.
La Biblioteca del Instituto de Investigaciones Filosófi-
cas en el quehacer filosófico de la UNAM (1940–1942) /
Miguel Gama Ramírez, coordinador. — México: UNAM,
Instituto de Investigaciones Filosóficas, 2012.
94 p.
ISBN 978–607–02–3208–4
1. Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto
de Investigaciones Filosóficas. Biblioteca — Historia. I. Ga-
ma Ramírez, Miguel, ed.
Cuidado de la edición y formación tipográfica:
J. Alberto Barrañón C. y María Teresa Salmón Calderón
Primera edición en español: 25 de mayo de 2012
D.R. c© 2012 Universidad Nacional Autónoma de México
Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio
sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS
Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán,
C.P. 04510, México, Distrito Federal
Tels.: 5622 7437 y 5622 7504; fax: 5665 4991
Correo electrónico: [email protected]
Página web: http://www.filosoficas.unam.mx
Todos los derechos reservados
Impreso y hecho en México
ISBN 978–607–02–3208–4
Biblioteca del IIFs: # 4
PRÓLOGO
GUILLERMO HURTADO
Uno de los proyectos de Eduardo García Máynez al fundar el Cen-
tro de Estudios Filosóficos de la Facultad de Filosofía y Letras, en
1940, fue que éste acogiera una biblioteca de investigación espe-
cializada en filosofía. Por ello, es un acto de justicia y de agra-
decimiento que la biblioteca del Instituto de Investigaciones Fi-
losóficas lleve el nombre de nuestro fundador. El recuerdo de su
infatigable labor en pro de la investigación filosófica en México
debe ser una inspiración para todos los que nos dedicamos a ella.
El desarrollo de nuestra biblioteca siempre ha estado guiado
por un cuidadoso proceso de deliberación colegiada. No hemos
querido que crezca de manera desordenada; cada uno de sus li-
bros se ha elegido de acuerdo con criterios estrictamente filosófi-
cos. Para vigilar este proceso, la Comisión de Biblioteca ha sido de
gran ayuda. Pero, en realidad, la biblioteca es una creación y un
retrato de todos los investigadores, ya que ellos han sido quienes,
a partir de sus líneas de investigación y de sus labores de docen-
cia, la han moldeado de acuerdo con sus necesidades. Es justo
señalar que para todos los directores del Instituto, a saber, Eduar-
do García Máynez (1940–1965), Fernando Salmerón (1966–1978),
Hugo Margáin (1978), Enrique Villanueva (1978–1985), León Oli-
vé (1985–1993), Olbeth Hansberg (1993–2000) y Paulette Dieterlen
(2000–2004), la biblioteca ha sido una prioridad. Es por eso que
hoy en día podemos sentirnos orgullosos de ella, pues, sin duda,
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6 Guillermo Hurtado
es la mejor de su tipo en México y una de las mejores —¿o acaso
la mejor?— de toda Iberoamérica.
Recuerdo con claridad la primera vez que —por allí de princi-
pios de 1981— tomé el elevador de la Torre de Humanidades para
ir a la biblioteca del Instituto. La sala de consulta tenía una mesa
larga en la que cabían unos diez lectores. Me sorprendió consta-
tar que muy pocos alumnos utilizaban con regularidad la peque-
ña sala de lectura —para ser exactos, éramos sólo tres— y que
muy rara vez subía algún maestro u otro estudiante para consul-
tar algún libro o revista. Supongo que la mayoría prefería usar la
biblioteca de la Facultad, la Samuel Ramos, que en aquella épo-
ca todavía ocupaba su sitio original, más hermoso que el edifi-
cio que se construyó luego. El descubrimiento de la biblioteca del
Instituto en ese momento de mi formación puso a mi disposición
un universo de lecturas que expandió mi horizonte filosófico y
cultural como no hubiera sido posible de otra manera. Los más
jóvenes no lo saben, pero en aquellos tiempos aún no existía el
Internet y, si uno no tenía los libros a la mano, no le era posible
tener acceso a la información. Recuerdo que pedía y pedía libros
sobre todos los temas y que la jovencísima Laura Chavarría me
los llevaba con una sonrisa. Cuando tenía dudas sobre algún libro
o una colección, pedía ayuda a don José de Jesús Galván o a don
Luis Hernández, y ellos, que conocían el acervo de cabo a rabo, de
inmediato me encontraban el volumen buscado. A mediados de
1982 fui aceptado como becario del Instituto —la UNAM todavía
daba becas de licenciatura—. En aquel entonces, el Instituto era
pequeño y los becarios del Instituto no tenían cubículos propios;
por ello se mandó hacer unas mesas individualizadas para cada
uno de los becarios y las colocaron en la sala de lectura. Fue en
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Prólogo 7
una de esas mesitas en forma de caja donde escribí —¡a mano!—
mi tesis de licenciatura durante el primer semestre de 1985. En
septiembre de ese mismo año partí a la Universidad de Oxford
para cursar estudios de posgrado, y cuando me reintegré al Insti-
tuto como investigador en enero de 1991, ya habíamos dejado la
venerable Torre de Humanidades y estrenado un edificio pintado
de azul.
La nueva biblioteca me pareció enorme, nada que ver con la
que teníamos antes. Sin embargo, muchas cosas seguían igual; por
ejemplo, los ficheros de madera maciza que guardaban en su in-
terior miles de tarjetas con los datos de los libros. Aún recuerdo el
peculiar olor que desprendían los cajones de los ficheros al abrir-
los: una mezcla de olores de papel, de humedad y de los miles
de dedos que los habían recorrido para localizar una ficha. Las
primeras computadoras, grandes y lentas como dinosaurios, fue-
ron introducidas poco después por la entonces coordinadora de la
biblioteca, Elsa Gómez, y para ocuparse de ellas y diseñar la pri-
mera página web de la biblioteca se contrató a Aurelio Juárez. Ya
no recuerdo cuándo desaparecieron los ficheros con las miles de
fichas que pacientemente habían sido elaboradas en el transcurso
de décadas. Me pregunto ¿dónde habrán quedado?
La nueva biblioteca, que en 1988 nos parecía enorme, para
2000 —¡quién lo hubiera dicho!— empezó a resultar insuficien-
te. Durante la gestión de la doctora Paulette Dieterlen se hizo una
ampliación del edificio que le proporcionó mayor espacio a la bi-
blioteca. Mientras duraron las obras se acondicionó la sala de in-
vestigadores como una pequeña biblioteca. Ahora, en 2011, los es-
tantes otra vez están repletos y muy pronto tendremos que pensar
en algunas soluciones para poder acomodar más libros.
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8 Guillermo Hurtado
Hay veces, por las tardes, cuando el trabajo disminuye, en que
entro a la sala del acervo para recorrer sus pasillos como quien
va de paseo. No hay nada como perderse en ese bosque, recorrer
con la mirada los lomos, sacar de algún estante un libro, abrirlo,
leer el índice. Algunas veces encuentro volúmenes que han sido
consultados por numerosos lectores —la tarjetita que está pega-
da al final del libro así lo registra—. Otras veces hallo libros muy
interesantes que nunca han sido consultados, que esperan, como
doncellas ansiosas, que alguien los pida al bibliotecario, aunque
sea una sola vez, para cumplir con el fin que los llevó a la exis-
tencia. Ha habido ocasiones, cuando paseo por los pasillos de la
biblioteca, en que he imaginado que todos esos hermosos libros
son de mi propiedad, pero de inmediato recuerdo que, al ser de
todos los universitarios, también son míos. Es nuestra responsabi-
lidad cuidar ese pequeño tesoro de papel acumulado con cuidado
y esmero a lo largo de más de setenta años; sobre todo porque,
en un país como el nuestro, las bibliotecas son pocas y las espe-
cializadas son aún más raras. Por esta razón tengo muchas dudas
acerca de si en un futuro deberíamos permitir el acceso irrestricto
al acervo. Ya hablé del placer —por ahora reservado a unos po-
cos— de pasear por los pasillos de la biblioteca, pero confieso que
me inquietaría que sus puertas se abriesen de par en par. Por una
parte, hemos de recordar que nuestra biblioteca fue diseñada des-
de un principio como una biblioteca de investigación, no como
una de consulta general. Por otra parte, hay que tener en cuenta
el triste dato de que en otras bibliotecas de la UNAM en las que el
acceso es libre se han perdido muchos libros valiosos.
No podría dejar de referirme a la hemeroteca. Su tamaño nos
da una idea de la cantidad de colecciones y de ejemplares de re-
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Prólogo 9
vistas que posee el Instituto. Pedro Espinosa ha sido el amable
guardián de ese tesoro que nos envidian incluso los visitantes del
extranjero.
Deseo mencionar, aunque sea a vuelapluma, algunas de las
mejoras realizadas en la biblioteca desde que me nombraron di-
rector en mayo de 2004. Comenzaré por la sala de consulta: ésta
se amplió y se reacondicionó por completo —las mesitas en forma
de cajón todavía siguen allí— y colocamos cuatro computadoras
conectadas a Internet. Por vez primera adquirimos libros electró-
nicos, como las colecciones de filosofía de la Oxford University
Press, y nos suscribimos a recursos de información en línea, co-
mo el Philosopher’s Index y la Routledge Encyclopedia of Philosophy.
Con la modesta ampliación del edificio que hicimos en 2006, la Bi-
blioteca ganó alrededor de 50 metros cuadrados. En el área nue-
va se construyó un salón para el área de clasificación del libros
y otro para alojar nuestro Fondo Reservado, que resguarda los
libros más antiguos y valiosos; uno de ellos, por ejemplo, el vo-
lumen de Sein und Zeit que usó José Gaos para su traducción y
que está lleno de sus anotaciones al margen. Durante este periodo
también se automatizaron todas las operaciones de la biblioteca;
a saber, el registro, el control y la devolución de los materiales, lo
que ha hecho más eficiente y expedito el servicio a los usuarios. En
la sala de lectura de la hemeroteca se acondicionaron dos cubícu-
los: uno para los archivos de José Gaos y de Samuel Ramos, y el
otro para consultar materiales videograbados. La biblioteca reali-
zó exposiciones de libros, revistas, documentos, cartas y objetos
personales de varios miembros de nuestro instituto o de perso-
najes ligados a él, como Eduardo García Máynez, Samuel Ramos,
Fernando Salmerón, Alejandro Rossi, Hugo Margáin, Ramón Xi-
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rau, José Antonio Robles y Laura Benítez. Por lo que toca al cre-
cimiento del acervo, se ha utilizado escrupulosamente cada peso
asignado para este fin y, en 2010, después de hacer un exhaustivo
recuento, teníamos la friolera de 36 082 títulos y 45 598 volúmenes.
¿Quién puede leer tantos libros? Es increíble que se haya escrito
tanta filosofía, sin contar, claro, todos los títulos de esta disciplina
que seguramente aún no tenemos en la biblioteca. Pero lo que es
más impresionante es que cada vez se publican más y más títulos
de filosofía y eso nos obliga a estar muy atentos para poder incor-
porar el mayor número posible de ellos a nuestro acervo, o por lo
menos los más relevantes, los de mayor importancia.
¿Qué futuro tienen las bibliotecas? ¿Seguirán existiendo den-
tro de cien o quinientos años? No lo sé. El mundo cambia rápi-
damente y, aunque es improbable que el libro desaparezca, qui-
zá la función de la biblioteca será cubierta por otro tipo de insti-
tuciones. Yo vislumbro el futuro de la biblioteca Eduardo García
Máynez como una institución que no sólo espere a que lleguen los
lectores a ella, sino que también vaya en busca de ellos, que les lle-
ve materiales a cualquier lugar donde se encuentren. Me gustaría
que la biblioteca pudiera prestar servicio a todos los profesores
y a todos los estudiantes de filosofía del país, e incluso de otros
países de Iberoamérica. Para lograr esto se tiene que avanzar en
su reconformación como sitio virtual. Vamos avanzando en esa
dirección, aunque quizá deberíamos apretar el paso porque los
tiempos corren de prisa.
En este libro se hace una historia de la biblioteca del Institu-
to en sus distintos recintos, se ofrece una breve biografía de don
Eduardo García Máynez, se describen las colecciones que guarda
la biblioteca, se da una descripción de la hemeroteca, se enlistan
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Prólogo 11
los servicios ofrecidos por la biblioteca, se hace referencia a los ar-
chivos Gaos y Ramos, se explica qué es la Bibliografía Filosófica
Mexicana, y se hace mención de los más recientes recursos elec-
trónicos y trabajos de automatización; por último, se incluyen tes-
timonios de los doctores León Olivé, Olbeth Hansberg y Paulette
Dieterlen.
Quiero expresar mi más sincero reconocimiento al maestro Mi-
guel Gama, actual coordinador de la biblioteca; al doctor Miguel
Ángel Sánchez Bedolla, coordinador de 2002 a 2005; a Pedro Es-
pinosa y Aurelio Suárez; a las maestras Cristina Roa y Verónica
Carmona, por su contribución en lo que respecta a los archivos
Gaos y Ramos y a FILOS, y a todos los demás miembros del per-
sonal que participaron en la elaboración de este pequeño libro.
Hacia el final hay una lista del personal que ha laborado en la bi-
blioteca durante las últimas décadas; a todos ellos les ofrezco mi
más profundo agradecimiento.
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I
ANTECEDENTES Y DESARROLLO
MIGUEL GAMA RAMÍREZ∗
Los orígenes de la biblioteca se remontan, sin duda, al año 1940,
cuando en el mes de agosto el doctor Eduardo García Máynez, en
ese entonces director de la Facultad de Filosofía y Letras, situa-
da en el emblemático edificio de Mascarones, estimó conveniente
proponer, junto con un grupo de profesores de filosofía, la crea-
ción del Centro de Estudios Filosóficos (figura 1).
Este hecho quedó guardado en la memoria y en la pluma de
García Máynez, y años más tarde brotó de la siguiente manera:
La decisión de constituirlo se adoptó, no sé si a fines de agosto o a
principios de septiembre del mismo año, en reunión que tuvimos en
un restaurante de la calle de Allende, a la que asistieron entre otros,
Roberto Mantilla Molina, José Gaos, Adolfo Menéndez Samará, Luis
Recaséns Siches y el que habla. Entre mis papeles conservo una ins-
tantánea, tomada al concluir la comida, en que aparecen todas las
personas a que acabo de referirme. Los retratados teníamos enton-
ces más pelo, menos peso, grandes bríos y muchas ilusiones que el
tiempo ha ido marchitando o se han esfumado por completo. Acor-
damos que la agrupación se llamáse Centro de Estudios Filosóficos de la
Facultad de Filosofía y Letras, y que cualquier cultivador de la filosofía,
fuese o no catedrático de la Universidad Nacional de México, podía
*Técnico académico del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM.
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14 Miguel Gama Ramírez
ser admitido como miembro. Sin tomarnos el trabajo de hacer esta-
tutos ni de dar forma jurídica al grupo —en aquella época empezaba
ya a olvidar que soy abogado— de inmediato pusimos manos a la
obra. La primera sesión se efectuó días más tarde, y en ella fue dis-
cutida una ponencia del profesor Eduardo Nicol, que éste defendió
con hondura, agilidad y juvenil entusiasmo.1
Los primeros años del Centro fueron de intensa actividad en lo
que se refiere a la reflexión y la discusión de las ideas, al igual que
en la producción editorial: se generaron diversas publicaciones,
como el Boletín Bibliográfico y la revista Filosofía y Letras, amén de
los trabajos que formaron parte de la colección Textos Clásicos de
Filosofía, editados en colaboración con El Colegio de México.
1 . La biblioteca
Aunque en la presente investigación no se pudo localizar docu-
mento alguno que precise la fecha de inicio de actividades de la
biblioteca, se presume que debe coincidir con la creación del Cen-
tro de Estudios Filosóficos en 1940, dado que los primeros libros
presentan el sello con fecha del citado año y es muy probable que
sus primeras actividades se hayan desarrollado de manera infor-
mal, respondiendo sobre todo al entusiasmo de los iniciadores de
este nuevo espacio de reflexión, de acopio de publicaciones y de
generación de ideas.
Años después, el 21 de febrero de 1945, el Consejo Universita-
rio aprobó la iniciativa de García Máynez en el sentido de otorgar
al Centro la categoría de Instituto Autónomo. De nuevo, su en-
1 Eduardo García Máynez, “Breve historia del Centro de Estudios Filosóficos”,
Diánoia. Anuario de Filosofía, vol. 12, no. 12, 1966, p. 240.
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Antecedentes y desarrollo 15
FIGURA 1. Interior del edificio de Mascarones, ciudad de México.
tusiasmo había alcanzado el logro anhelado y sus evocaciones al
respecto nos dan cuenta de ello:
Al discutirse la propuesta de fundación, uno de los Consejeros sos-
tuvo que más que pensar en crear nuevos institutos, lo que debía ha-
cerse era fortalecer a los que ya existían. Repliqué que el Centro de
Estudios Filosóficos era una realidad de la que podía juzgarse por
sus frutos, y que el reconocimiento oficial de esa realidad no sería
gravoso para nuestra Alma Mater, porque en primer término du-
rante cinco años habíamos trabajado sin dinero, y en segundo lugar,
porque la Fundación Rockefeller acababa de hacernos un donativo
de 15 000 dólares, de los que destinaríamos 12 000 al otorgamiento
de ocho becas de investigación y 3 000 a la compra de libros y revis-
tas para nuestra incipiente biblioteca.2
2 Ibid., p. 244.
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16 Miguel Gama Ramírez
Las dos últimas líneas de la cita anterior son relevantes para el te-
ma de este capítulo, porque son referencias específicas al devenir
de la biblioteca. En este orden de ideas, éste es el primer registro
textual del concepto de lugar que provee material bibliográfico
para el quehacer del especialista en filosofía.
En el proceso de formación de la biblioteca del Centro se iden-
tifican las características siguientes: la primera es la generosidad
de hombres y mujeres al apoyar en especie y con recursos econó-
micos la realización del proyecto; tales fueron los casos de la Fa-
cultad de Filosofía y Letras de la UNAM y de la Fundación Rocke-
feller. Es oportuno mencionar que la primera donación de libros
registrada correspondió a los procedentes de la biblioteca de la
Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, volúmenes que, por
cierto, conservan hasta la actualidad los sellos de identificación de
su transitar en el devenir cotidiano: la Biblioteca de la Beneficen-
cia Pública del Distrito Federal, la Facultad de Filosofía y Letras y
la Biblioteca del Centro de Estudios Filosóficos, como a continua-
ción podemos apreciar en las figuras 2 y 3.
Posteriormente, con los recursos procedentes de la Fundación
Rockefeller, como se indica en la cita de García Máynez, se adqui-
rieron libros y los primeros ejemplares de revistas. El acervo fue
incrementado también con las ediciones y traducciones realizadas
en el propio Centro (figura 4).
Otra característica notable de la creación de nuestra biblioteca
se refiere al papel de la normatividad, que indicó los pasos que de-
bía seguir la naciente dependencia universitaria: el propio regla-
mento de trabajo interno del Centro consideraba la organización
de una biblioteca y una hemeroteca de filosofía. En su artículo 1o
señalaba lo siguiente:
Biblioteca del IIFs: # 16
Antecedentes y desarrollo 17
FIGURA 2. Pensées de Blaise Pascal, Ménard et Desenne, Fils, París, 1820. En la parte
superior del lado derecho aparece el sello de la biblioteca de la Beneficiencia
Pública del D.F., y en la parte inferior, el de la Facultad de Filosofía y Letras.
FIGURA 3. Pensées de Blaise Pascal; del lado izquierdo se aprecian su clasificación,
el número de adquisición, la fecha y su procedencia.
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18 Miguel Gama Ramírez
I. Realizar dentro de la Universidad, y fomentar en todo el país,
los trabajos de investigación en materias filosóficas, así como
dar a conocer tales trabajos por medio de mesas redondas,
conferencias, publicaciones, seminarios o cursos especiales.
II. Cultivar los estudios históricos sobre el pensamiento filosófico
de nuestro país, de los demás del Continente y de los no ame-
ricanos a los que el nuestro se halla ligado por los lazos de la
tradición y la cultura.
III. Contribuir a la difusión de la filosofía en todas sus manifesta-
ciones, dentro y fuera de la Universidad Nacional.
IV. Fomentar las relaciones y la colaboración entre los cultivado-
res de la filosofía en México.
V. Sostener relaciones de intercambio intelectual con otros cen-
tros culturales, mexicanos y extranjeros.
VI. Formar una biblioteca y una hemeroteca de filosofía y disci-
plinas conexas.
VII. Organizar un servicio informativo sobre las actividades filosó-
ficas en el país y formar un Directorio Filosófico.3
De esta manera quedó asentado, según el párrafo VI, que el Cen-
tro contaría con una biblioteca y una hemeroteca especializadas,
lo cual denota el interés y la visión de García Máynez respecto de
los libros, las revistas y, en general, de los servicios de informa-
ción, como ingredientes esenciales en la formación, el desarrollo
y la consolidación de los especialistas en filosofía.
Antes de dar paso a la nueva morada del centro retomemos
los recuerdos del doctor Ramón Xirau, hoy investigador emérito
3 Ibid., p. 244–245.
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Antecedentes y desarrollo 19
FIGURA 4. Obras disponibles en la biblioteca: B4568 X54 F84 y B4568 S47 P4518,
respectivamente.
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20 Miguel Gama Ramírez
del Instituto, en torno al edificio de Mascarones (figura 5), donde
permaneció el Centro de Estudios Filosóficos de 1942 a 1946:
Si han ido a la Rivera de San Cosme —¿se sigue yendo a aquella
Rivera, esquina con la calle de Naranjo y Alameda de Santa María
situada al norte de “Mascarones”? —podrán ver todavía hoy la fa-
chada de la antigua Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Ignoro si el edificio está bien conservado por dentro. Desde que
la Facultad se mudó a la Ciudad Universitaria, no he vuelto a entrar
ni pienso hacerlo. El interior: amplio patio, caminos trazados con
precisión.
Allí, los naranjos. Atrás un patio alargado menos hermoso que
el primero. En el fondo, la biblioteca donde algunos consultaban el
Migne y, sobre todo, en aquella gran serie patrística, a Juan Escoto
Erígena que interesaba, probablemente, por razones platónicas, neo-
platónicas, agustinianas, místicas, poéticas. Éramos algunos los que
podíamos leer, de manera más o menos aproximada, el latín. Muy
pocos el griego. No me cuento entre estos pocos. Mi griego, estudia-
do dos años en el Liceo —Marsella, México—, era y es totalmente
insuficiente.
Vuelvo al primer patio, el de los naranjos. A un lado estaba el
café, ese café que fue centro para todos nosotros y también para
los muy numerosos estudiantes que venían a nuestra casa —venían
principalmente de Derecho, también de Medicina— y convivían con
nosotros. Así, Henrique González Casanova. Así Teodoro Césarman,
ya casi cardiólogo.
La fachada la describo escuetamente y mi información puede en-
contrarse en libros, sobre todo en diccionarios como es el caso del
Porrúa de historia de México. Según se dice, aquel terreno fue lar-
go tiempo una huerta hasta el inicio de la construcción por don José
Vivero Hurtado de Mendoza. La fachada es del siglo XVIII, una de
las mejores de México. La forman o conforman estípites terminados
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Antecedentes y desarrollo 21
FIGURA 5. Exterior del edificio de
Mascarones, ciudad de México.
con cariátides, es decir con mayor sencillez y menor exactitud; la fa-
chada está hecha de pilastras en forma de pirámide truncada. En ella
también las cariátides, es decir, mujeres con traje talar, vestidura que
llega hasta los talones. La fachada es hermosa.
De las cariátides proviene el nombre de “Mascarones”. ¿Qué
Mascarones?, me pregunto. ¿Los de una proa ahora aquí fija y mul-
tiplicada, inmóvil? Hay que ir. Vayan a ver el edificio quienes no lo
conocen. Muy cerca, en efecto, de la Alameda de Santa María, donde
íbamos con nuestras compañeras a platicar, no de filosofía, tal vez de
amores. También íbamos a veces —cosa prohibida— a la azotea am-
plia, casi terraza. No todo tiene que ser ciencia y más ciencia, letras
y más letras, historia y más historia, filosofía y más filosofía.
Paso a algunos asuntos personales. Cuando Pascal escribió aque-
llo de “el yo es odioso” (“Le moi est haïssable”), mucho me temo que
hablaba de su “yo”, odioso no fuera odioso. Pues bien, quien ahora
esto escribe, nació en Barcelona (“Noroeste de España”, como dicen
Biblioteca del IIFs: # 21
22 Miguel Gama Ramírez
hoy, extrañamente, en los periódicos). Tengo los mismos años que
esta Facultad. Estuve exiliado en Provenza, muy tierra mía, donde
empecé el bachillerato francés en el Lycée Périer y lo terminé en Mé-
xico, en el Liceo Franco Mexicano.
Bien. Salido o “sacado” de España en terrible guerra —uno de
mis primeros poemas se refería a los bombardeos cotidianos de
1938—, me hice “provenzal”. Quiero decir que me adapté rápida-
mente a aquellas tierras, que todavía son mías. Descubrí que en el
campo se entendía el catalán sin grandes tropiezos. Otra confesión:
escribí poemas en francés que supongo desaparecidos. Gracias a to-
dos los santos.
Venir a México, este México ya hace tiempo mío, fue al princi-
pio, hay que decirlo, un nuevo exilio. Por eso no me convence lo
que decía José Gaos, maestro de muchos de nosotros, cuando llamó
a los exiliados “transterrados”. Lo serían después. En aquellos años
justamente eran exiliados, refugiados. Poco a poco fuimos transplan-
tados.
Pero eso fue poco a poco. En México me hice amigo de un grupo
de jóvenes de mi edad o cercanos a ella entre los cuales quiero recor-
dar a Jomi García Ascot, con quien “al alimón” di mi primer curso
en “Mascarones”, año de 1949. Éramos muy jóvenes. Otros amigos:
Manuel Durán, Roberto Ruiz, Tomás Segovia, Carlos Blanco Aguina-
ga, todos exiliados, y algunos mexicanos, Teresa Silva, Echavarría,
pintor que murió muy joven, Alberto Gironella; y pertenecientes a
varias nacionalidades como Vlady. Bien. Juntos hicimos la revista
Presencia de la cual fue el alma Jomi.
Participaron en Presencia dos amigos que habían luchado en la
guerra de España: Ángel Palerm y Jacinto Viqueira; antropólogo el
primero, ingeniero el segundo. ¿Saben por qué terminó la revista Pre-
sencia? Palerm escribió su tesis de maestría. No tenía cómo ni dónde
publicarla. La publicó en lo que fue el último número de la revista.
¿Piensan ustedes en Luis Rius y Arturo Souto, Pascual Buxó, Enri-
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Antecedentes y desarrollo 23
que de Rivas, Pepe de la Colina? Fueron amigos nuestros pero más
tarde. Eran más jóvenes.
Hasta aquí lo que fue un primer grupo de amigos. Otros también
en la Facultad —no quiero hacer una larga lista, siempre injusta—:
Jacqueline Pivert, Emilio Uranga, el arquitecto Raúl Henríquez, Ber-
nabé Navarro, Huguette Balzola, Margit Frenk y los “extranjeros”
que venían de otras facultades.4
De esta manera la biblioteca del Centro de Estudios Filosóficos
estuvo en las instalaciones del edificio de Mascarones hasta el año
de 1953.
Un año después, en 1954, el centro se trasladó a la Ciudad Uni-
versitaria, en el cuarto piso de la Torre I de Humanidades. Este
pasaje histórico del devenir del centro lo registró García Máynez
de la siguiente manera:
Los años corridos desde la fecha del traslado de la Universidad a
la Ciudad Universitaria constituyen el pasado inmediato del Centro
de Estudios Filosóficos. Desde el cuarto piso de esta Torre de Hu-
manidades, que ni es torre ni —por fortuna— es de marfil, frente
a un horizonte de volcanes, montañas, colinas en las que la ciudad
se ha encaramado y torrentes de lava inmóvil, hemos asistido a lo
que cabría llamar la ‘institucionalización’ —dentro de nuestra vida
académica— de la investigación humanística y científica.5
A casi una década de su creación, la biblioteca había incrementa-
do su acervo de manera considerable. En su recapitulación acerca
del Centro de Estudios Filosóficos, García Máynez agradeció al
4 Ramón Xirau, Crónicas de la Ciudad de México, año 5, no. 14. Parte de este texto
aparece también en Memorial de Mascarones y otros ensayos, publicado por El Cole-
gio Nacional en 1995.5 Ibid., p. 245.
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24 Miguel Gama Ramírez
entonces rector de la Universidad, el doctor Ignacio Chávez, el
apoyo brindado al Instituto, y en una parte de su discurso enfati-
zó lo siguiente:
Quiero, también, recordar la forma en que ha contribuido al desa-
rrollo de nuestra actividad editorial y al enriquecimiento de la bi-
blioteca, que cuenta ya con 8 000 libros y 3 000 revistas de filosofía.
Le expreso, asimismo, nuestra gratitud por las obras, recientemente
concluidas, de reacondicionamiento del piso que ocupamos en esta
torre.6
Esta cita, como las anteriores, nos revela la importancia que el
maestro universitario daba a la biblioteca, porque en sus palabras
se infiere el júbilo que lo embargaba al señalar el número de libros
y el de los ejemplares de revistas que constituían en ese entonces
el acervo.
En este ejercicio de compilación de hechos, personajes y fechas
es importante destacar que quienes estuvieron al frente del Cen-
tro de Estudios Filosóficos y quienes después han ocupado la di-
rección del Instituto de Investigaciones Filosóficas han mostrado
especial interés en apoyar y estimular el crecimiento y el desa-
rrollo de la biblioteca, de sus instalaciones, de sus colecciones, de
sus servicios y de su personal, lo cual ha quedado registrado en
los informes de actividades de sus respectivas gestiones; véase el
cuadro 1.
Fernando Salmerón, en su informe que abarcó doce años, de
1966 a 1978, también hizo mención del acervo bibliográfico y de
sus instalaciones:
6 Ibid., p. 248.
Biblioteca del IIFs: # 24
Antecedentes y desarrollo 25
CUADRO 1. Directores del Instituto de Investigaciones Filosóficas
DIRECTORES PERIODOS
Eduardo García Máynez 1940–1965
Fernando Salmerón Roiz 1966–1978
Hugo Margáin Charles 19787
Enrique Villanueva Villanueva 1978–1985
León Olivé Morett 1985–1993
Olga Elizabeth Hansberg 1993–2000
Paulette Dieterlen Struck 2000–2004
Guillermo Moisés Hurtado Pérez 2004–2012
Para 1965, el presupuesto de nuestro instituto había alcanzado la ci-
fra de $ 897 720.00; la biblioteca reunía casi 8 000 volúmenes y, ade-
más, recibía 43 revistas, entre las que llegaban por intercambio y las
que se adquirían por suscripción. El cuarto piso de la Torre de Hu-
manidades había sido adaptado ese año: cada uno de los investi-
gadores disponía de un cubículo para trabajar y la biblioteca tenía
espacio suficiente.8
El 15 de diciembre de 1967, el Consejo Universitario aprobó los
estatutos para que el Centro adquiriera su denominación actual:
Instituto de Investigaciones Filosóficas. Para el año de 1968, la bi-
blioteca contaba con 15 500 volúmenes y 156 títulos de revistas.
7A raíz del trágico suceso que privó de la vida a Hugo Margáin Charles, en
agosto de 1978, la dirección interina del Instituto quedó a cargo del doctor Miguel
Bueno. El 15 de noviembre de 1978, el doctor Enrique Villanueva fue designado
director por la H. Junta de Gobierno de la UNAM. Cfr. Diánoia. Anuario de filosofía,
vol. 25, 1979, p. 219.8 Fernando Salmerón, “El Instituto de Investigaciones Filosóficas (informe de
doce años)”, La palabra y el hombre, no. 26, abril–junio de 1978, p. 3.
Biblioteca del IIFs: # 25
26 Miguel Gama Ramírez
En lo que respecta a los acervos es oportuno mencionar que,
por lo general, las bibliotecas los incrementan mediante las op-
ciones de compra, el canje y la donación, y en algunas ocasiones
por depósito legal. En el transcurso de los años, la biblioteca ha
tenido la fortuna de recibir en diferentes momentos de su desa-
rrollo la donación de libros y archivos de grandes personalidades
de la filosofía. De manera especial destacan los nombres de José
Gaos, Alfonso Reyes, Eduardo García Máynez, Samuel Ramos y
Alejandro Rossi, entre otros.
En el recuento de sus actividades, Fernando Salmerón precisó:
En 1969 se recibió como donativo una parte de la biblioteca personal
y del archivo José Gaos, que contiene una porción considerable de
sus manuscritos.9
Por su parte, en el informe de actividades del periodo 1985–1990
del doctor León Olivé se anota el crecimiento del acervo biblio-
gráfico; véase el cuadro 2.
CUADRO 2. Acervo bibliográfico
Año Volúmenes de libros
1985 19 000
1986 19 734
1987 20 113
1988 20 958
1989 21 700
1990 23 000
9 Ibid., p. 6.
Biblioteca del IIFs: # 26
Antecedentes y desarrollo 27
En 1988, los libros y las revistas de nuevo harían maletas para
emprender el viaje a su nueva morada, ahora ubicada en los terre-
nos de la denominada Ciudad de las Humanidades, que habría de
contar con un espacio diseñado ex profeso para la Biblioteca (fi-
gura 6).10
Ya en la década de los noventa, y en particular en 1996, se
inició el proyecto de ampliación y remodelación del área de la
biblioteca. En 2000, el acervo sumaba 32 167 títulos y 25 062 volú-
menes.11
La Comisión de Biblioteca emitió el Reglamento Interno de la
misma,12 el cual fue aprobado el 25 de mayo por el Consejo In-
terno del Instituto (figura 7).
En el año 2001 se realizaron más obras de ampliación y remo-
delación, y en 2005 se contaba con un acervo de de 40 816 volúme-
nes que comprendían 31 656 títulos, y con 353 títulos de revistas,
algunas de ellas disponibles en línea.
En 2006 se llevaron a cabo otras obras de ampliación y remode-
lación que dieron origen a dos nuevas áreas: el Fondo Reservado
y la Biblioteca Digital. Asimismo, se puso en marcha el módulo de
circulación en la nueva versión del programa de automatización
para bibliotecas ALEPH. En materia de desarrollo de colecciones,
10 Las nuevas instalaciones del Instituto se inauguraron en mayo de 1988. Cfr.
Informe de actividades académicas 1985–1990, Instituto de Investigaciones Filosóficas-
UNAM, México, 1990, p. 73.11 Universidad Nacional Autónoma de México. Memoria 2000, Dirección General de
Estadística y Desarrollo Institucional-UNAM, México, p. 319.12 Cabe recordar que en 1980 se anotaba como meta la expedición de un nuevo
reglamento de la biblioteca. Cfr. Diánoia. Anuario de filosofía, vol. 26, 1980, p. 295.
En el mes de enero de 1981 se aprobó el nuevo reglamento. Cfr. Diánoia. Anuario de
Filosofía, vol. 27, 1981, p. 287.
Biblioteca del IIFs: # 27
28 Miguel Gama Ramírez
se incorporaron libros electrónicos y se modificó sustancialmente
el sitio de la biblioteca en Internet.
En 2007, el acervo ascendía a 32 812 títulos con 41 364 volúme-
nes. En la hemeroteca se contaba con una colección de 542 títulos
de revistas técnicas y científicas, de las cuales 347 estaban vigen-
tes y comprendían 38 357 fascículos. En el rubro de colecciones
digitales se tenían disponibles 53 libros electrónicos, de los cua-
les se adquirieron 35 en 2007. Asimismo, se disponía de acceso
a la Routledge Encyclopedia of Philosophy Online para consulta es-
pecializada del personal académico de la UNAM.13 En materia de
automatización se liberó el catálogo en línea de las revistas que se
reciben en la biblioteca.
En 2008, los archivos José Gaos y Samuel Ramos se incorpora-
ron a la biblioteca, los cuales fueron depositados en un cubículo
acondicionado ex profeso en la planta baja, en la sala de lectura
de la hemeroteca.
El 15 de junio de 2009 se liberó el catálogo al público en línea
del Archivo Samuel Ramos, y el 27 de octubre se liberó el catálogo
al público en línea del Archivo José Gaos. Al término del año, el
acervo alcanzó la cifra de 35 479 títulos y 44 236 volúmenes. Un
año después, en 2010, el acervo de la biblioteca registraba un total
de 36 082 títulos y 45 598 volúmenes de libros.
En suma, los párrafos anteriores representan un ejercicio de
compilación de fechas, personajes y documentos que son mues-
tra palpable del desarrollo de la biblioteca desde el inicio de sus
actividades, durante sus primeras siete décadas de servicio hasta
13 Universidad Nacional Autónoma de México. Memoria 2007 [videograbación], Di-
rección General de Planeación-UNAM, México, 2007.
Biblioteca del IIFs: # 28
Antecedentes y desarrollo 29
FIGURA 6. Entrada de la Biblioteca Eduardo García Máynez.
FIGURA 7. Cubierta del Reglamento de la Biblioteca.
Biblioteca del IIFs: # 29
30 Miguel Gama Ramírez
constituirse como el repositorio más importante en materia filosó-
fica en el mundo de habla hispana.
2 . Eduardo García Máynez
Desarrollar el expediente biográfico del fundador del Instituto y
de su biblioteca nos tomaría muchas páginas y quizá algunos ca-
pítulos de la presente publicación; con el propósito de mostrar los
datos más relevantes y las fechas más significativas en su deve-
nir reproducimos la biografía que ofrece el sitio en Internet de El
Colegio Nacional:
Nació en la ciudad de México el 11 de enero de 1908. Estudió derecho
en la Escuela Nacional de Jurisprudencia y filosofía en la Facultad de
Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México,
UNAM. En 1932 y 1933 siguió varios cursos de materias jurídicas y
filosóficas en las universidades de Berlín y Viena.
Fue profesor en la Escuela Nacional Preparatoria y en diversas
facultades de la UNAM, director de la Facultad de Filosofía y Letras
(1940–1942), secretario general e investigador emérito del Instituto
de Investigaciones Filosóficas, así como también director del Institu-
to Tecnológico de México (1946–1952) y de la revista Filosofía y Letras.
Obtuvo una beca de la Fundación Guggenheim y fue catedrático
honorario fundador de la Facultad de Humanidades de la Universi-
dad de San Carlos de Guatemala y de la Facultad de Derecho de la
Universidad Nacional Mayor de San Carlos de Lima. Además, im-
partió conferencias y cursillos en las principales universidades del
país y en las de San Carlos de Guatemala, Autónoma de El Salvador,
en la Universidad de La Habana, en la Universidad de Costa Rica y
en la de Montevideo. El 7 de octubre de 1987 recibió la medalla Beli-
sario Domínguez y, en 1976, el Premio Nacional de Ciencias y Artes
(Filosofía).
Biblioteca del IIFs: # 30
Antecedentes y desarrollo 31
Es autor de El problema filosófico-jurídico de la validez del derecho
(1935), El derecho natural en la época de Sócrates (1939), Introducción al
estudio del derecho (1940), Libertad como derecho y como poder (1941),
Caso (1943), Ética (1944), Antonio Caso. Breve antología (1945), Una dis-
cusión sobre el concepto jurídico de libertad (1949), Diálogo sobre las fuen-
tes formales del derecho (1949), Introducción a la lógica jurídica (1951),
Los principios de la ontología formal del derecho y su expresión simbóli-
ca (1953), Lógica del juicio jurídico (1955) y Lógica del raciocinio jurídico
(1964). También es autor de numerosos artículos publicados en re-
vistas especializadas del país y del extranjero, así como de varias
traducciones del inglés, francés y alemán.
En su obra propone una definición del derecho, con apoyo de
una teoría fenomenológica de los valores, como un orden normativo
concreto, un orden del cual un elemento esencial es la relación de la
conducta real de los que se rigen por las normas y las normas mis-
mas; sus investigaciones se encuentran en las disciplinas de filosofía
del derecho, ética y axiología.
Biblioteca del IIFs: # 31
32 Miguel Gama Ramírez
Ingresó en El Colegio Nacional el 4 de noviembre de 1957. Su dis-
curso de ingreso, “Ontología del derecho y lógica jurídica”, fue con-
testado por el Lic. Agustín Yáñez. El doctor Eduardo García Máynez
murió el 2 de septiembre de 1993.14
En 1984, las autoridades del Instituto decidieron que la biblioteca
llevara el nombre de Eduardo García Máynez, en reconocimiento y
como un homenaje permanente al fundador del entonces Centro
de Estudios Filosóficos, hoy convertido en Instituto de Investiga-
ciones Filosóficas de la UNAM.
14 El Colegio Nacional [en línea], “Biografía de Eduardo García Máynez”, dispo-
nible en <http://www.colegionacional.org.mx/>; consultado el 25 de marzo de
2009.
Biblioteca del IIFs: # 32
II
COLECCIONES
Para satisfacer las demandas de información bibliográfica que re-
quieren tanto los investigadores y los proyectos de investigación,
como los programas de estudio en los que participa el Instituto y
la difusión de la filosofía, la biblioteca cuenta con un importan-
te acervo de libros constituido por diversas colecciones: el acervo
general, las colecciones especiales y la hemeroteca.
1 . El acervo general
MIGUEL ÁNGEL SÁNCHEZ BEDOLLA∗
Esta colección incluye obras fundamentales en su idioma original
y, en algunos casos, en traducciones a diferentes idiomas, y di-
fícilmente se encontrarán en otras bibliotecas de la UNAM ni en
otras bibliotecas de la ciudad de México. El acervo cuenta tam-
bién con textos clásicos en ediciones facsimilares o en ediciones
revisadas y actualizadas, así como con libros contemporáneos en
la mejor edición posible, representativos de las diferentes corrien-
tes filosóficas que son de interés para las actividades del Instituto.
En el acervo se encuentran obras como, por ejemplo, The Corres-
pondence of John Locke (figura 8), la Opera philosophica de Hobbes,
*Técnico académico del Instituto de Investigaciones Filosóficas.
Biblioteca del IIFs: # 33
34 Colecciones
que comprende sus escritos filosóficos en latín; The Philosophical
Works de Hume; Collected Works de John Stuart Mill; la obra com-
pleta de John Dewey; The Works of Aristotle; The Complete Works of
Aristotle; A History of Technology; las Werke de Fitche en veintidós
volúmenes; las Gesammelte Werke de Nietzsche; A Study of History
de Toynbee; y Karl Marx–Friedrich Engels Werke en 44 volúmenes,
por sólo mencionar algunos de los títulos más representativos.
1 . 1 . Las colecciones especiales
En este rubro se encuentran el Fondo Reservado, la Colección de
Autógrafos y las colecciones de filosofía clásica publicadas por la
Association Guillaume Budé y The Loeb Classical Library.
A . Fondo Reservado
Está conformado con las obras que fueron editadas antes de 1910,
o bien porque, sin ser propiamente obras antiguas, tienen caracte-
rísticas que las hacen únicas y debieron retirarse del acervo gene-
ral; por ejemplo, el libro Sein und Zeit de Martin Heidegger, que
utilizó el doctor José Gaos para realizar su traducción, pues en
ese ejemplar se pueden leer sus anotaciones (figura 9). De los li-
bros antiguos, son algunos ejemplos el Dictionaire historique et cri-
tique, de Pierre Bayle, publicado en Ámsterdam en 1730; una edi-
ción facsimilar (1966) de la Encyclopédie ou dictionnaire raisonne des
sciences des arts et des metiers, publicada originalmente entre 1751
y 1780 por Denise Diderot y Jean Le Rond D’Álembert; las obras
completas de Voltaire: Epitres et poesies melees, Philoshophie I–VI; de
Francisco Suárez su Opera Omnia, en 23 volúmenes, publicada en
París entre 1856 y 1878; la Opera Omnia de Leibniz, que vio la luz
Biblioteca del IIFs: # 34
El acervo general 35
FIGURA 8. Disponible en la biblio-
teca: B1296 L53 vol. 1
FIGURA 9. Disponible en la biblio-
teca: B3279 H48 S43
Biblioteca del IIFs: # 35
36 Colecciones
en 1768; y de Santo Tomás de Aquino, la Suma Teológica, publicada
en Madrid en 1880, entre otros destacados títulos.
B . Los autógrafos
Esta colección está integrada por los libros que fueron dedicados
o autografiados por los autores. Vale la pena destacar algunos de
ellos, como Elementos de filosofía de David García Bacca, publicado
por la Universidad Central de Venezuela en 1963, con dedicato-
ria para José Gaos; de Eduardo Nicol, La vocación humana, publi-
cado por El Colegio de México en 1953 y con dedicatoria para
Eduardo García Máynez; de Paulino Garagorri Herranz, Ejercicios
intelectuales, publicado en Madrid en 1967 y dedicado también a
José Gaos.
En esta colección se localizan más de 290 títulos de diversos
personajes de la filosofía y de la cultura en México.15 En estos
ejemplares se destaca la biografía del autor, los datos bibliográfi-
cos del libro y el texto de la dedicatoria; por ejemplo:
Mariano Aramburo y Machado 1870–1942
15 El Catálogo de Autógrafos de la Biblioteca del Instituto de Investigaciones
Filosóficas de la UNAM se encuentra en preparación.
Biblioteca del IIFs: # 36
El acervo general 37
Por el amable conducto de mi compañero
Emilio Menéndez, al profesor José Gaos.
El autor
La Habana 7 de junio de 1945
Clasi�cación: AC75 A73Autor personal: Aramburo y Machado,
MarianoTítulo: DivulgacionesPublicado en: La Habana: Trópico, 1943Descr. Física: 315 pp.
Nació en Puerto Príncipe el treinta de noviembre de 1870, se distinguió
como uno de los mejores oradores en su época como filósofo, sociólo-
go, jurista, lingüista, crítico literario, periodista y, principalmente, como
ejemplo de dignidad y de firme moral cristiana, inquebrantables ante to-
das las pruebas; hijo de padre español y de madre camagüeyana (quien
falleció al mes de nacido su único hijo). En la Universidad de Zaragoza
Biblioteca del IIFs: # 37
38 Colecciones
cursó simultáneamente dos carreras, la de Leyes y la de Filosofía y Letras,
de las que obtuvo sus títulos de licenciado en 1890. Al año siguiente, en la
Universidad de Madrid, ganó ambos doctorados. De 1909 a 1913, como
Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario, representó a Cuba
en Chile y Bolivia. Publicó cuarenta y dos obras, entre libros y folletos, así
como numerosísimos artículos en periódicos y revistas de España, Cuba
y otros países latinoamericanos. Ha sido incluido en antologías de capital
importancia como Biblioteca internacional de obras famosas y Evolución de la
cultura cubana.
C . La Colección de Filosofía Clásica Budé
Nuestro acervo cuenta con dos colecciones de filosofía clásica; la
primera de ellas es la publicada por la Association Guillaume
Budé, llamada así en honor del gran humanista, una sociedad
francesa cultural dedicada a la promoción de las humanidades.
Su presidente actual es el helenista Jacques Jouanna. Esta socie-
dad fue fundada en 1917 por los filólogos Maurice Croiset, Paul
Mazon, Louis Bodin y Alfred Ernout. El propósito inicial de la so-
ciedad fue publicar ediciones críticas de obras en griego y latín,
en competencia con los editores alemanes, que eran líderes en ese
campo. El resultado fue la Colección Budé, que comenzó a publi-
carse en 1920. La sociedad pronto fundó su propia casa editorial:
Les Belles Lettres, y abarcó más allá del mundo clásico al incluir
estudios bizantinos y medievales. La sociedad publica un bole-
tín desde 1923; además, organiza conferencias, simposios y viajes
culturales. La biblioteca del Instituto posee 364 ejemplares de esta
colección (figura 10).
Biblioteca del IIFs: # 38
El acervo general 39
D . The Loeb Classical Library
La segunda colección de filosofía clásica que tiene la biblioteca
del Instituto de Investigaciones Filosóficas es The Loeb Classical
Library, creada por James Loeb en 1911 con dos propósitos: en
primer lugar, hacer accesibles los trabajos de los autores clásicos a
tantos lectores como fuera posible, sin importar su conocimiento
del griego o del latín, y en segundo lugar, ofrecer una beca para
estudios clásicos.
La Biblioteca Clásica Loeb es una serie de libros que, a través
de los textos original en griego o en latín, junto con su traducción
al inglés, pone al alcance de los lectores interesados la literatura
clásica en sus diversas manifestaciones: la poesía épica y la lírica,
la tragedia y la comedia, la historia y los viajes, la filosofía y la
oratoria, los escritores médicos y los matemáticos, los padres de
la iglesia, etc. Los volúmenes en griego están empastados en ver-
de, y en rojo la literatura en latín. En la Biblioteca Eduardo García
Máynez se cuenta con 473 ejemplares de estas publicaciones (fi-
gura 11).
1 . 2 . Servicios de la biblioteca
Al igual que en la mayoría de las bibliotecas universitarias espe-
cializadas, en la biblioteca Eduardo García Máynez se ofrecen los
servicios siguientes:
1. Préstamo interno (en sala)
2. Préstamo externo (a domicilio)
3. Préstamo interbibliotecario
4. Consulta a bases de datos
Biblioteca del IIFs: # 39
40 Colecciones
5. Mediateca
6. Obtención de documentos
7. Elaboración de bibliografías
8. Citaciones a trabajos de investigación
9. Orientación e instrucción a usuarios
10. Fotocopiado
11. Visitas guiadas
La biblioteca proporciona sus servicios de lunes a viernes de 8:30
a las 20:30 horas.
2 . La hemeroteca
PEDRO ESPINOSA RUIZ∗
Los orígenes de la hemeroteca coinciden con los de la Bibliote-
ca Eduardo García Máynez, y esto se colige a partir de la “Breve
historia del Centro de Estudios Filosóficos”, en la que el doctor
Eduardo García Máynez señala que en 1945, cuando el Centro de
Estudios Filosóficos adquirió la categoría de Instituto y obtuvo de
la Fundación Rockefeller una suma importante de recursos para
enriquecer el acervo de la Biblioteca, se contaba ya con un acer-
vo de 3 000 fascículos de revistas (figura 12) y se tenía suscripción
con veinte revistas filosóficas internacionales. Esto nos hace pen-
sar que la hemeroteca tenía ya tiempo funcionando, lapso en el
cual había logrado reunir esa cantidad de fascículos.
Después de dos décadas de funcionamiento, la hemeroteca re-
cibía ya 43 títulos de revistas entre suscripción y canje; así lo in-
*Técnico académico del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM.
Biblioteca del IIFs: # 40
La hemeroteca 41
FIGURA 10. Obra disponible en la bi-
blioteca: B359 C68
FIGURA 11. Obra disponible en la bi-
blioteca: B434 A5 T47
FIGURA 12. Uno de los primeros fascícu-
los de la colección hemerográfica
Biblioteca del IIFs: # 41
42 Colecciones
dica el informe de doce años del doctor Fernando Salmerón. En
1978, recibía 110 revistas filosóficas especializadas por suscripción
y 46 revistas más por canje; continuó creciendo paulatinamente y
para el año de 1985 contaba ya con 122 títulos por suscripción
y 127 por canje y donación. El año de 1986 es importante para
la hemeroteca, ya que se adquirieron veinticuatro títulos nuevos
por suscripción, el mayor número de títulos por este rubro en un
solo año.
En la actualidad cuenta con 225 títulos por suscripción y 135
por canje y donación; es decir, 360 títulos vigentes para el año
2009, y en su acervo general se rebasan los 500 títulos con 39 595
fascículos registrados hasta diciembre de 2008.
“La biblioteca es reconocida sobre todo por su hemeroteca”,
así lo afirma la doctora Olbeth Hansberg en su informe de siete
años de gestión,16 y esto es verdad pues la importancia de la he-
meroteca radica no en la cantidad de títulos que posee, sino en
la calidad de los mismos, ya que en su acervo contiene los títulos
más representativos y prestigiados sobre filosofía a nivel nacional
e internacional. Para reafirmar esta aseveración sólo cabe mencio-
nar dos ejemplos: el Philosopher’s Index, que es la base de datos
internacional más especializada que existe en análisis de libros y
revistas sobre filosofía, analiza en la actualidad más de quinien-
tos títulos; de ellos, 181 se encuentran en la hemeroteca; y la base
de datos SwetsNet, que contiene más de 17 000 títulos de revistas,
incluye 185 sobre filosofía, y 109 de éstos se localizan también en
la hemeroteca.
16 Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Filosóficas
Informe de labores 1993–2000, Instituto de Investigaciones Filosóficas-UNAM, Méxi-
co, 2000. p. 20.
Biblioteca del IIFs: # 42
La hemeroteca 43
Cabe señalar que de los 225 títulos vigentes que se reciben por
suscripción, 162 son títulos únicos en toda la Universidad, y sólo
61 títulos se pueden consultar también en otras veintinueve de-
pendencias de la institución.
En el año de 1995 se realizó un análisis de las publicaciones
que recibía la hemeroteca por suscripción, en el cual participaron
los investigadores del Instituto, y se estableció un núcleo básico
de revistas que tiene las siguientes características: están represen-
tadas en él todas las áreas de investigación del Instituto; contiene
títulos que completos desde el volumen 1, número 1; son títulos
que no se encuentran en otras bibliotecas del campus, y son títu-
los cuyo acervo se encuentra más completo en la hemeroteca del
Instituto que en otras bibliotecas (figura 13).
Servicios
El número de servicios que proporciona la hemeroteca ha ido cre-
ciendo con el transcurrir del tiempo; en un principio sólo se ofre-
cía préstamo en la sala, préstamo a domicilio y fotocopiado.
En la actualidad se ofrecen diez servicios a los usuarios, princi-
palmente a nuestros investigadores del Instituto. En el documento
elaborado en el año de 1995 sobre las “Bibliotecas del Subsistema
de Investigación en Humanidades”, la Biblioteca que ofrecía más
servicios era la del Instituto de Investigaciones Jurídicas, y tam-
bién eran diez.
Los servicios que ofrece la hemeroteca de la Biblioteca Eduar-
do García Máynez son los siguientes:
Servicio de alerta: por medio del boletín “Actualidades Filo-
sóficas”, que aparece desde el año 1986, se reproducen los
índices de las revistas recibidas.
Biblioteca del IIFs: # 43
44 Colecciones
Investigaciones Bibliográficas Retrospectivas (IBR): a solicitud
de los investigadores se realizan búsquedas especializadas
sobre autores y temas específicos en filosofía.
Búsquedas de información: se realizan en las bases de datos
internas y externas.
Consulta personalizada: se trata de búsquedas de información
que se hacen conjuntamente con los investigadores.
Diseminación de información especializada: a los investigadores
que así lo solicitan se les envía la información periódicamen-
te del autor y del tema solicitados.
Instrucción a usuarios: se instruye a los investigadores en el
uso de las bases de datos y otras herramientas de informa-
ción.
Préstamo: se proporciona únicamente a los investigadores el
préstamo de revistas, tesis y otros documentos, no sólo del
acervo de la hemeroteca, sino también de otras bibliotecas.
Información especializada: consiste en la búsqueda de citas.
Servicio de documentación: se realiza la búsqueda, la locali-
zación y la obtención de los artículos solicitados dentro y
fuera del campus universitario, y también se obtienen tesis
y libros agotados; este servicio se proporciona desde 1995.
Apoyo a los proyectos: se coadyuva en la compra de revistas
para los proyectos de investigación que cuentan, por ejem-
plo, con el apoyo del PAPIIT y CONACYT.
Biblioteca del IIFs: # 44
Archivo José Gaos 45
FIGURA 13. Publicación de la que se
tienen todos los fascículos, desde
el primero publicado.
3 . El Archivo José Gaos
CRISTINA ROA GONZÁLEZ
y VERÓNICA CARMONA VICTORIA∗
A la muerte del doctor José Gaos, acaecida el 10 de junio de 1969,
sus familiares dieron en resguardo al Instituto una parte del ar-
chivo que contenía sus manuscritos. Fernando Salmerón, enton-
ces director, dispuso su conservación colocándolo en la sección de
manuscritos de la biblioteca, y más tarde, al cambiarse el Institu-
to en 1988 a su edificio actual, se destinó al archivo un cubículo
propio en el área de investigadores.
A partir de entonces, en diferentes ocasiones se recibieron do-
cumentos que Gaos tenía en su casa, colocados dentro de carpetas
*Técnicas académicas del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM.
Biblioteca del IIFs: # 45
46 Colecciones
eléctricas. Así, hemos llamado carpetas al conjunto de documen-
tos originalmente reunidos en ellas y, para diferenciar cada una
de las entregas, las denominamos fondos y las numeramos según
su recepción.Fondo UNO Incluye los documentos de la primera entrega hecha
al doctor Salmerón y comprende 126 carpetas. El propio Gaos las
numeró del 1 al 120, y también distinguió algunas con una b: las
9b, 14b, 15b, 38b, 42b 43b, 91b y la 99b. Por otro lado, las carpe-
tas 18 y 98 no existen, y la carpeta 30 no contiene folios.17Fondo DOS Es el conjunto de documentos que, el año de 1995, la
señora Ángeles Gaos, hija del doctor Gaos, nos dio en resguardo
y consta de cincuenta carpetas.Fondo TRES Este fondo se integra con cinco carpetas que en el
mismo año de 1995 nos donó El Colegio de México.Fondo CUATRO Lo forman los documentos que recibimos a par-
tir de 1997, independientemente de su procedencia. Hoy se tienen
5 903 folios, colocados en 13 carpetas. El cuerpo principal de este
fondo está constituido por la donación de la señora Alicia Castro
viuda de Salmerón, y la donación que la doctora Vera Yamuni nos
hizo poco antes de morir. Este fondo cuatro es el único que no está
microfilmado.18
17 Lo anterior fue reportado por Alberto Espinosa en enero de 1998.18 Cabe señalar que en 2009 y 2010 se realizaron tareas de digitalización de es-
tos documentos a cargo de Carolina Celorio, técnica académica del Instituto de
Investigaciones Filosóficas de la UNAM.
Biblioteca del IIFs: # 46
Archivo José Gaos 47
Notas sobre la foliación de los cuatro fondosFondo UNO:Algunos números de folios se saltaron y no se usaron. Las
carátulas de cada carpeta indican estos saltos y, por lo tanto,
los folios no están en el microfilm.
También hay documentos con varias hojas y numeración
propia; en ellos únicamente tiene folio la primera hoja, y se
distingue a las demás por dicha numeración propia.
Algunos documentos tienen texto en el reverso de la hoja y
pueden estar o no foliados; cuando no tienen folio, el micro-
film los destaca con una “R” de “reverso del folio”.Fondos DOS y TRES:La foliación está en los anversos, y cuando tienen texto en el
reverso de la hoja, el microfilm los distingue con una “R” de
“reverso del folio”.Fondo CUATRO:La foliación está marcada tanto en el anverso como en el
reverso.
Personal que ha trabajado en los fondos después de 1995
Dos ayudantes de investigación del doctor Luis Villoro,
quien amablemente permitió que nos apoyaran en dichas
tareas; ambos eran entonces alumnos del último semestre
en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y más ade-
lante hicieron sus tesinas sobre José Gaos y obtuvieron su
título de licenciados en filosofía:
Biblioteca del IIFs: # 47
48 Colecciones
• Olga Pérez Xolocotzi, quien defendió su texto Sistema-
tización del archivo José Gaos en 2005, y
• José Luis García Guadarrama, cuya tesina se tituló El
concepto de modernidad en José Gaos, y la defendió en
2004.
Dos técnicas académicas adscritas al Instituto:
• Verónica Carmona, que apoyó en todas las labores y,
sobre todo, se ocupó de los detalles relacionados con
la base de datos: etiquetas, hoja de captura, tabla de
indizados y formatos de despliegue, entre otros, y
• Cristina Roa, quien coordinó todas las actividades y su-
pervisó la información, tanto de la base de datos, como
de la presentación de cada carpeta.
Conservación
Desde que nos hemos responsabilizado de este acervo, la direc-
ción del Instituto de Investigaciones Filosóficas nos ha proporcio-
nado todo lo necesario para su adecuado resguardo: un cubículo,
una computadora, una mesa de trabajo, libreros nuevos para co-
locar las cajas de polipropileno y las cajas de concha almeja que
fueron adquiridas para colocar los documentos y sustituir las vie-
jas carpetas eléctricas que ya estaban en mal estado.
En abril de 2000 enviamos los documentos al Departamento
de Conservación de la Biblioteca Nacional para fumigarlos y nos
asesoramos con los documentalistas del entonces Centro de Estu-
dios sobre la Universidad con respecto a las medidas generales en
cuanto a su resguardo.
Biblioteca del IIFs: # 48
Archivo José Gaos 49
Sistematización y catalogación
Antes de que nos ocupáramos de los documentos resguardados
en el Archivo Gaos (Fondo UNO), éstos ya habían sido foliados, y
los maestros María Elena Madrid y Alberto Espinosa anotaron en
libretas los datos elementales de cada documento. Esta relación,
si bien permitió en su momento la continuidad de la edición de
las Obras completas de José Gaos, al llegar a nuestras manos el ma-
terial consideramos que para tener un control y una recuperación
eficientes del contenido del archivo era conveniente emplear un
medio electrónico.
Por ello, en junio de 1995 dimos el primer paso: definir una
base de datos dentro del programa MICRO CD ISIS; en ella se
capturaron los datos principales de los folios que conforman ca-
da carpeta. La base se llama Gaos, y contiene 4 233 registros que,
además de ofrecer tanto la descripción física de cada folio como
su contenido principal, también indica a qué fondo y a qué car-
peta pertenece cada documento, y el número de rollo donde está
microfilmado. Se pueden hacer búsquedas cruzadas por palabras,
fechas importantes, nombres y títulos. Con el resultado de las bús-
quedas es posible generar listados.
Más tarde, cuando se terminó el análisis del archivo, sus datos
se ingresaron en la dirección <http://filosoficas.unam.mx/∼gaos
/Fondos.htm>.
Microfilmación
En el año de 1995 vino al Instituto la doctora Teresa Rodríguez de
Lecea con el fin de microfilmar el Archivo de Gaos, como parte del
proyecto “Recuperación de Fuentes del Exilio Español en México”
del Archivo General de España. Su interés por los escritos de José
Biblioteca del IIFs: # 49
50 Colecciones
Gaos promovió el envío a nuestro Instituto de los Fondos DOS y
TRES, así como una renovada atención a dicho archivo.
Como resultado de este proyecto, y por acuerdo con la Coordi-
nación de Humanidades de la UNAM, el Archivo José Gaos posee
ahora una copia del microfilm de los Fondos UNO, DOS y TRES,
realizado íntegramente.
Difusión
Se han ofrecido dos clases de consulta: una eventual para los in-
vestigadores que lo soliciten, y otra de carácter permanente para
los encargados de preparar la edición de las Obras completas de
José Gaos.
También se ha participado en algunos eventos para dar a co-
nocer nuestras labores; por ejemplo, en el homenaje a Gaos por
el centenario de su nacimiento, con la edición del libro Archivo
José Gaos, Instituto de Investigaciones Filosóficas-UNAM, México,
2000, 482 pp. (figura 14).
Se dictó la conferencia titulada “Sobre los trabajos en el pro-
yecto de edición de las Obras completas de José Gaos y en el Archi-
vo Gaos”, en el Homenaje a José Gaos organizado por el Instituto
de Investigaciones Filosóficas y la Facultad de Filosofía y Letras
de la UNAM y El Colegio de México, los días 4, 5 y 6 de diciembre
de 2000.
Además, se publicó el artículo “Listo para su estudio el archivo
Gaos”, en el periódico Reforma, primera página de la sección C,
Cultura, del 14 de febrero de 2001, resultado de la entrevista que
nos hicieron.
A partir del 11 de septiembre de 2008, el Archivo José Gaos
se reubicó en la planta baja de la biblioteca, en la sala de lectura
Biblioteca del IIFs: # 50
Archivo Samuel Ramos 51
FIGURA 14. Obra disponible en la biblioteca: B1019 G28 G36.
de la hemeroteca. Un año después, en el mes de octubre, se liberó
la versión en línea del catálogo del Archivo José Gaos; véase la
figura 15.
4 . El Archivo Samuel Ramos
CRISTINA ROA GONZÁLEZ
y VERÓNICA CARMONA VICTORIA∗
Durante 45 años, los documentos del archivo personal de Samuel
Ramos quedaron bajo la custodia de su viuda, Adela Palacios.
Con motivo de su muerte, acaecida en 2003, su hijo, el ingenie-
ro Samuel Ramos Palacios, consideró que, más allá de su valor
afectivo, estos documentos tendrían que darse a conocer y deci-
*Técnicas académicas del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM.
Biblioteca del IIFs: # 51
52 Colecciones
dió donarlo al Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM
para que fuera preservado y puesto a la disposición de los inves-
tigadores interesados en la obra de su padre.
Dicho archivo fue recibido en nuestras instalaciones en no-
viembre de 2004 y se compone de 1 474 folios.
Personal que ha trabajado en el Archivo Samuel Ramos
Marcia Rodríguez realizó el trabajo de conservación y de sis-
tematización. Elaboró también el disco compacto “Samuel
Ramos”, principal medio de difusión de este archivo.
Verónica Carmona se ocupó de los detalles relacionados con
la base de datos (etiquetas, hoja de captura, talaza de indi-
zados, formatos de despliegue, entre otros).
Cecilia Felipe Reyes escaneó todo el archivo y retocó las imá-
genes.
Carolina Celorio supervisó el proceso de escaneo y retoque.
Cristina Roa coordinó las actividades y supervisó la infor-
mación, tanto de la base de datos, como de la presentación
de cada carpeta,
Conservación
Se proporcionó un cubículo, una computadora, una mesa de tra-
bajo, las cajas de polipropileno y las cajas de concha almeja que
fueron adquiridas para colocar los documentos.
En el mes de febrero de 2005 se visitó al señor Gustavo Franco,
conservador del entonces Centro de Estudios sobre la Universi-
dad, a fin de asesorarnos sobre las técnicas de conservación que
puedieran ser utilizadas en el archivo “Samuel Ramos”.
Biblioteca del IIFs: # 52
Archivo Samuel Ramos 53
FIGURA 15. Catálogo al público en línea del Archivo José Gaos.
Biblioteca del IIFs: # 53
54 Colecciones
Sistematización y catalogación
A principios de 2005 se definió una base de datos dentro del pro-
grama MICRO CD ISIS, en la que se capturaron los datos princi-
pales de los folios que conforman cada carpeta. La base se llama
“Ramos”, y contiene 683 registros que ofrecen la descripción fí-
sica de cada folio y su contenido principal, también indica a qué
carpeta pertenece cada documento. Se pueden hacer búsquedas
cruzadas por palabras, fechas, nombres, y títulos. Con el resulta-
do de las búsquedas es posible generar listados.
Difusión
Una vez terminado el trabajo de catalogación y sistematización, se
editó, junto con el Departamento de Publicaciones, el disco com-
pacto “Samuel Ramos” (véase la figura 16) para dar a conocer una
selección de estos documentos en la que se muestre la riqueza del
archivo. Acompaña a la presentación un listado de todos los re-
gistros de la base de datos.
El disco compacto fue presentado en los siguientes sitios:
XIII Congreso de Filosofía “El saber filosófico”, llevado a
cabo en Morelia del 14 al 18 de noviembre de 2005.
En la Facultad de Filosofía, dentro de la “Cátedra Especial
Samuel Ramos”, el 18 de abril de 2006.
Se anunció en los siguientes medios impresos:
Revista Milenio Semanal, 17 de febrero de 2005, 66–69, con el
título “Samuel Ramos. El archivo de un filósofo”.
Gaceta UNAM, no. 3773, del 6 de enero de 2005, con el título
“Donan archivo Samuel Ramos”.
Biblioteca del IIFs: # 54
Archivo Samuel Ramos 55
FIGURA 16. Disco compacto del Archivo Samuel Ramos.
Periódico La Jornada, 7 de enero de 2005, La Jornada de En
medio, p. 4a, con el título “Donan el archivo del filósofo Sa-
muel Ramos en la UNAM”.
Boletín UNAM–DGCS–013’G, el mismo día y con el mismo
título que en La Jornada.
Boletín informativo Filosóficas, Instituto de Investigaciones
Filosófica, 31 de marzo de 2005.
A partir del 11 de septiembre de 2008, el Archivo Samuel Ramos
se reubicó en la planta baja de la biblioteca, en la sala de lectura
de la hemeroteca. En junio del año siguiente se liberó la versión en
línea del catálogo del Archivo Samuel Ramos (véase la figura 17).
Biblioteca del IIFs: # 55
56 Colecciones
5 . La Bibliografía Filosófica Mexicana y la base de datos FILOS
CRISTINA ROA GONZÁLEZ
y VERÓNICA CARMONA VICTORIA
En 1970, cuando el doctor Fernando Salmerón era director del Ins-
tituto de Investigaciones Filosóficas (IIFs), estableció un convenio
de colaboración con el doctor Ernesto de la Torre Villar, quien era
director del Instituto de Investigaciones Bibliográficas, para que
entre ambas entidades identificaran la producción bibliográfica
de lo publicado en México sobre filosofía, a fin de compilar la in-
formación y formar la Bibliografía Filosófica Mexicana (BFM). En la
presentación del primer número, el doctor Salmerón señaló que
con esta publicación se trató de combatir el aislamiento y la falta
de comunicación entre los colegas: “Los profesionales de la filoso-
fía en cada país apenas conocen lo que publican los especialistas
de los otros países”.19 De esta primera etapa se editaron nueve
números, hasta que se suspendió en 1979.
Años más tarde, en 1987, como una labor de su biblioteca,20 el
IIFs reanudó la compilación de la BFM. En esta etapa se optó por
procesar su información, se adquirió la licencia no. PC87530,21 y
se definió, dentro del programa Micro CD ISIS, la base de datos
a la que se denominó FILOS. Con ella se garantizaba la continua-
*Técnicas académicas del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM.19 Fernando Salmerón, “Presentación”, Bibliografía Filosófica Mexicana, 1968, Ins-
tituto de Investigaciones Filosóficas/Instituto de Investigaciones Bibliográficas-
UNAM, México, 1970, p. 5.20 Elsa Aurora Gómez y Camacho, “Proyecto para la creación de una base de
datos de información filosófica”, mecanografiado, México, agosto de 1987, 6 pp.21 Enzo Molino, “Dr. León Olivé. . . ”, carta convenio del ing. Enzo Molino del
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, enviada al dr. León Olivé director del
Instituto de Investigaciones Filosóficas.
Biblioteca del IIFs: # 56
La Bibliografía Filosófica Mexicana y FILOS 57
FIGURA 17. Catálogo al público en línea del Archivo Samuel Ramos.
Biblioteca del IIFs: # 57
58 Colecciones
ción de lo compilado, así como el poder hacer consultas expedi-
tas de toda la información contenida en ella. FILOS fue la fuente
ya no sólo para la edición impresa de la BFM, sino también para
otros servicios de consulta y búsqueda. En esta segunda etapa se
publicaron once números de la BFM.
En aras de lograr un mayor alcance en su difusión, el 15 de
febrero de 1995 fue posible, por vez primera, consultar la base
FILOS vía Internet a través del Gopher. Para el IIFs, el hecho de
que FILOS tuviera presencia en Internet significó un gran alicien-
te, pues de todas las áreas del Instituto fue la pionera en participar
y tener presencia en esta tecnología. FILOS, pues, dio el primer
paso de entrada a este medio de comunicación, pues sólo hasta
un año después (1996)22 se abrió un sitio web para el Instituto, y
hasta 1997 para la biblioteca.23
Para entonces, los registros bibliográficos se capturaban en FI-
LOS dentro de Micro ISIS; periódicamente la información se en-
viaba a la Dirección General de Servicios de Computo Académico
de la UNAM (DGSCA); esta entidad académica ingresaba la infor-
mación al servidor para que pudiera consultarse por medio del
OPAC; la última actualización en el Gopher fue hecha en abril de
2000.
22 “El Instituto de Investigaciones Filosóficas ya cuenta con una página web en
internet”, Filosóficas, vol. 8, no. 2, junio de 1996, p. [4].23 En 1997 se abrió el sitio web de la biblioteca; en el apartado “Base de datos”, y
mediante un link, se enlazaba con la dirección de FILOS en el Gopher. Cfr. “La hoja
web de la biblioteca”, Filosóficas, vol. 9, no. 3, septiembre de 1997, p. [9]. “Se diseñó
la página web de la biblioteca, mediante la cual es posible consultar los catálogos
de libros y revistas, la base de datos Filos y el boletín de nuevas adquisiciones, en-
tre otros” (Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Filo-
sóficas. Informe de Actividades 1997, Instituto de Investigaciones Filosóficas-UNAM,
1997, p. 20).
Biblioteca del IIFs: # 58
La Bibliografía Filosófica Mexicana y FILOS 59
Debido a la búsqueda de una mayor cobertura de su difusión y
para hacerla más accesible, en 2002 se hizo una conversión de las
15 157 referencias que entonces tenía la base; del ISIS se migró al
programa Aleph. Hoy en día, la Bibliografía Filosófica Mexicana se
consulta en línea dentro de la base de datos FILOS en la dirección
electrónica: <http://www.filosoficas.unam.mx/basefilos/>.
Hasta enero de 2010 se ofrecían 43 925 referencias bibliográfi-
cas. Los puntos de acceso son: autor, título(s) (de artículo, de re-
vista, de lo reseñado, del libro, y de tesis), tema(s) y año de pu-
blicación. Cada registro tiene la(s) biblioteca(s) donde se localiza
el documento y donde se puede consultar; se toman en cuenta los
acervos de bibliotecas de la provincia y se trata de cubrir los 31
estados y el Distrito Federal de la República Mexicana.
Objetivos
El objetivo de la BFM, a través de FILOS, es ser un recurso de
información que registre, analice y difunda la información biblio-
gráfica de libros, ensayos, tesis, artículos, reseñas y obras de con-
sulta que estén publicados (en forma impresa) en nuestro país y
cuyo contenido sea sobre temas filosóficos; está dirigida tanto a
estudiantes de filosofía como a los académicos, investigadores y
especialistas de cualquiera de sus ramas.
A través de FILOS se pueden identificar los trabajos que en
México se producen sobre filosofía a partir de 1950 a la fecha; al
estar en línea se busca promover el conocimiento de la filosofía
mexicana dentro y fuera de nuestro país. Su esencia es apoyar a la
investigación y vincular con sus noticias a las diferentes personas
e instituciones interesadas en el ámbito filosófico (figura 18).
Biblioteca del IIFs: # 59
60 Colecciones
Características específicas de FILOS
Actualiza su información día con día.
Desglosa los ensayos contenidos en los libros colectivos.
Indica la biblioteca que cuenta con el documento.
Presenta el resumen de las monografías.
Registra cada uno de los artículos de filosofía publicados en
las revistas mexicanas.
Registra documentos que no están codificados en otro servi-
cio de indización.
La BFM, además de brindar el servicio de consulta directa por me-
dio de FILOS, también ha participado en los siguientes servicios:
En el CD-ROM-UNAM, Bases de Datos en Ciencias Sociales,
editado en 1995, donde participó con las 5 066 referencias
bibliográficas que tenía hasta ese año.
En la Bibliographie de la Philosophie Bulletin Trimestriel, publi-
cada en Francia por el Institut International de Philosophie,
al que desde 1991 se le envían las novedades de las obras
monográficas detectadas.
En el proyecto “Bancos Bibliográficos Latinoamericanos y
del Caribe V” de la Universidad de Colima, FILOS participa
con 11 099 registros que se pueden consultar en la dirección:
<http://latino.ucol.mx/>.
En el disco compacto Cincuenta años de filosofía en México
1950–1999, Instituto de Investigaciones Filosóficas-UNAM,
Biblioteca del IIFs: # 60
La Bibliografía Filosófica Mexicana y FILOS 61
FIGURA 18. FILOS: Catálogo al público en línea de la Bibliografía Mexicana.
Biblioteca del IIFs: # 61
62 Colecciones
2008, ISBN 9786072002050.Este recurso de información ofre-
ce 27 570 registros bibliográficos.
En torno a la cobertura cronológica
Se ha mencionado que la BFM proporciona los datos bibliográ-
ficos de los documentos primarios y secundarios que traten de
o sobre filosofía y hayan sido publicados en México durante los
años de 1950 a la fecha. Es pertinente hacer una apreciación con
relación a la cobertura:
a) En 1988, al crearse FILOS para llevar la gestión de la BFM,
la meta era identificar y registrar toda la gama de publi-
caciones editadas en México a partir de 1986. Pero a me-
diados de 199924 se propuso ampliar retrospectivamente
el periodo de cobertura a menos diez años y abarcar ahora
de 1975 en adelante. Formalmente a esta propuesta se le
nombró Proyecto BFM2000.25
b) De 2005 a 2008, la BFM participó en el proyecto DGAPA
IN406705 “Cincuenta años de filosofía en México 1950–
1999”, y nuevamente se amplió retrospectivamente el pe-
riodo de cobertura, ahora veinticinco años más, y se com-
piló la información de lo publicado en 1950 a la fecha.
c) En 2009, la BFM se integró nuevamente dentro del proyec-
to DGAPA IN403209 con la idea de identificar, registrar y
difundir lo publicado en los años de 1900 a 1949; por lo
tanto, la BFM completará la información del siglo XX y en
24 Cristina Roa, “Informe de actividades 1999”.25 Ibid.
Biblioteca del IIFs: # 62
Recursos electrónicos 63
breve su base FILOS ofrecerá los registros desde 1900 a la
fecha.
Desde la creación de la BFM se ha sentido la necesidad de con-
tinuarla haciendo uso de las nuevas tecnologías de información
que se van presentando y que facilitan las tareas de registro y di-
fusión; puede decirse que la función básica de FILOS como he-
rramienta de información para el almacenamiento, la organiza-
ción, la distribución, el acceso y el uso de la información que se
genera en la BFM. En este sentido, FILOS es una base de datos
bibliográfica que representa un padrón confiable, extenso, de fá-
cil acceso y actualizado de las publicaciones sobre filosofía en
México.
6 . Recursos electrónicos
MIGUEL GAMA RAMÍREZ∗
Como toda entidad de información, la Biblioteca Eduardo García
Máynez, a lo largo de su historia y de acuerdo con el contexto
nacional e internacional de la industria de la información, ha uti-
lizado los productos disponibles en tiempo y forma. Entre ellos se
pueden identificar las microfichas, los microfilms, los discos com-
pactos, los materiales audiovisuales, los índices impresos, las ba-
ses de datos en línea referenciales y, recientemente, las de texto
completo.
Hoy en día, gracias al uso de las tecnologías de información y
comunicación (TIC), se puede disponer de una buena variedad de
fuentes de información académicas, a las que está suscrita la
UNAM en general y el Instituto de Investigaciones Filosóficas en
*Técnico académico del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM.
Biblioteca del IIFs: # 63
64 Colecciones
particular, en todo lo que se refiere a la disciplina filosófica. Sobre-
salen los siguientes recursos de información en línea:26
ECCO (Eighteenth Century Collections Online)
Humanities Full Text
Humanities International Complete
The Philosopher’s Index
Routledge Encyclopedia of Philosophy
Stanford Encyclopedia of Philosophy
26 Las imágenes que se presentan en este apartado son marcas registradas y sólo
se reproducen con propósitos de difusión académica.
Biblioteca del IIFs: # 64
Recursos electrónicos 65
6 . 1 . Libros electrónicos
En 2006 se incorporaron los contenidos digitales como parte del
desarrollo de colecciones bibliográficas. Para ello, se revisaron los
esquemas presentes en la UNAM en esos momentos. Luego de un
proceso de análisis de formatos, modelos de venta y contenidos,
se estimó que el esquema pertinente era el de Netlibrary por su
desempeño en la institución a partir de 2002, por la interfaz de-
nominada “title select” que utiliza para las tareas de selección y
por la calidad de los contenidos en materia de filosofía para los
propósitos de una biblioteca académica.27
En dicho proceso se revisaron más de trescientos títulos espe-
cializados y se contó con la participación de dos investigadores
del Instituto y de dos profesionales de la bibliotecología, quienes
revisaron minuciosamente los listados generados en cada una de
las etapas, poniendo énfasis en datos relevantes como títulos, au-
tores, temas, editoriales y años de edición, entre otros; así como las
líneas de investigación prevalecientes en el Instituto. Finalmente
fueron seleccionados dieciocho títulos en inglés cuyos contenidos
correspondían a la temática del proyecto de investigación que cu-
briría el costo de los mismos. Es decir, gracias al apoyo y entusias-
mo de los investigadores se logró que recursos provenientes de
sus proyectos se canalizaran para la compra de fuentes de infor-
mación en línea.
Los títulos se compraron en la modalidad a perpetuidad y con
acceso amplio a la red de cómputo interna de la universidad, co-
27 Cfr. Miguel Gama Ramírez y Aurelio Juárez Cruz, “El libro electrónico en la
biblioteca del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la Universidad Nacional
Autónoma de México”, Ciencias de la Información, vol. 40, no. 1, enero–abril de 2009,
p. 36.
Biblioteca del IIFs: # 65
66 Colecciones
nocida como redUNAM. Una vez adquiridos los libros electróni-
cos, se iniciaron las gestiones necesarias a efecto de que los regis-
tros bibliográficos de esos títulos fueran incorporados al catálogo
de libros de la UNAM conocido como LIBRUNAM.
En 2007 se adquirieron otros 35 títulos en la misma modalidad
a perpetuidad y con el mismo proveedor.
Respecto de la Oxford Scholarship Online,28 es un recurso que
proporciona el acceso rápido al texto completo de cerca de dos mil
libros en inglés, editados por esa prestigiada editorial universita-
ria, cuyos temas corresponden principalmente a trece disciplinas:
• economía y finanzas, • historia,
• filosofía, • lingüística,
• ciencia política, • literatura,
• religión, • matemáticas,
• biología, • física,
• negocios y administración, • psicología, y
• estudios clásicos
Se contrató la suscripción por un año únicamente al módulo
de Filosofía, integrado en ese entonces por 534 libros en torno a la
filosofía contemporánea y a la historia de la filosofía. En particu-
lar, los títulos de los textos se distribuyen como se muestra en el
cuadro de la página 67.
Los años de edición de las obras varían desde textos clásicos
de los años sesenta hasta novedades del año en curso. Los autores
incluidos son los más representativos a nivel internacional de las
áreas antes señaladas. El recurso fue contratado en la modalidad
de multiusuario y está disponible también a través de redUNAM;
véase la figura 19.
28 Cfr. ibid., p. 37.
Biblioteca del IIFs: # 66
Recursos electrónicos 67
TEMAS NÚMERO DE LIBROS
General 61
Metafísica/Epistemología 46
Filosofía de la mente 53
Filosofía del lenguaje 44
Filosofía moral 95
Estética 24
Filosofía de la ciencia 34
Lógica/Filosofía de las matemáticas 20
Filosofía política 3
Filosofía de la religión 22
Filosofía antigua 48
Historia de la filosofía 76
Filosofía feminista 18
Los dos casos señalados son representativos de dos modelos:
a) compra a largo plazo de los contenidos, y b) suscripción por un
tiempo determinado al uso de los contenidos. Se considera que
ambos modelos se complementan si se toman en cuenta las nece-
sidades de información de la comunidad del Instituto. Asimismo,
como parte de este proceso se han realizado actividades de difu-
sión, presentaciones y talleres de instrucción de los recursos en el
interior del Instituto y de la universidad a efecto de dar a conocer
los contenidos fuera de las instalaciones del Instituto.
Es oportuno mencionar que en los años subsiguientes este re-
curso se ha venido renovando con el apoyo presupuestal de los
proyectos de los investigadores del Instituto de Investigaciones
Filosóficas y, por lo menos hasta el mes de diciembre de 2010, si-
gue vigente.
Biblioteca del IIFs: # 67
Biblioteca del IIFs: # 68
Recursos electrónicos 69
FIGURA 19. Cubierta de libro electrónico de Oxford University Press.
Biblioteca del IIFs: # 69
Biblioteca del IIFs: # 70
III
AUTOMATIZACIÓN
AURELIO JUÁREZ CRUZ∗
Durante el devenir de la biblioteca se han realizado trabajos de
automatización de la información bibliográfica utilizando las he-
rramientas informáticas disponibles en tiempo y forma con el pro-
pósito de auxiliar a los usuarios en la búsqueda, localización y
recuperación de información de manera expedita.
En la década de 1970, el manejador de bases de datos CDS ISIS
fue la opción seleccionada en la biblioteca con el propósito de sis-
tematizar información bibliográfica; ello dio origen a ciertas bases
de datos internas, algunas ya comentadas en capítulos anteriores.
Tiempo después, a partir de los años noventa, el programa de
automatización para bibliotecas conocido por sus siglas ALEPH
fue instrumentado en las unidades de información de la univer-
sidad.
Este programa está integrado por un conjunto de módulos: ca-
talogación, adquisición, circulación, catálogo al público, seriadas
y préstamo interbibliotecario, entre otros. La opción más recurren-
te en las bibliotecas es el llamado Catálogo Público en línea co-
rrespondiente a la colección de libros, donde los usuarios ubican
la disponibilidad de un título determinado.
En particular, la Biblioteca Eduardo García Máynez ha transi-
tado con este programa en sus diferentes versiones. Hoy día se*Técnico académico del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM.
Biblioteca del IIFs: # 71
72 Aurelio Juárez Cruz
tiene sistematizada la información bibliográfica referida a las co-
lecciones de libros, revistas, tesis, materiales audiovisuales y los
fondos documentales Archivo José Gaos y Archivo Samuel Ra-
mos; es decir, todo el material documental impreso y videograba-
do que integra el acervo está representado en su respectivo catá-
logo en línea, para consulta de la comunidad universitaria y del
público en general, sea nacional o internacional.
De manera interna se utilizan los módulos del programa
ALEPH: adquisición, catalogación, circulación, seriadas y présta-
mo interbibliotecario, los cuales permiten llevar a cabo las tareas
de registro, consulta y recuperación de información en forma por
demás oportuna a través de programas de cómputo y con la es-
tructura de las telecomunicaciones disponibles en la universidad.
Respaldo de las bases
Una de las tareas frecuentes en este orden de ideas es la necesidad
de respaldar la información permanentemente, rutina que se lleva
a cabo puntualmente a fin de contar con los archivos actualizados
de toda la información en caso de que, por causas ajenas, el equipo
de cómputo resulte dañado.
Servidor local
La administración local del servidor de ALEPH de la biblioteca
se realiza en forma por demás expedita. Es oportuno anotar que
siempre se cuenta con el apoyo y la colaboración del personal de
la Dirección General de Bibliotecas de la UNAM, en particular los
compañeros de la Subdirección de Informática.
Con el paso del tiempo y teniendo al alcance las Tecnologías de
Información y Comunicación, diseñé el sitio en línea de la biblio-
Biblioteca del IIFs: # 72
Automatización 73
teca, pues era importante que la Biblioteca Eduardo García Máy-
nez tuviera presencia y visibilidad permanente en la red de redes.
Se ha procurado que el sitio sea versátil y, sobre todo, que
siempre ofrezca algo nuevo al visitante (figura 20).
Por otra parte, recientemente me di a la tarea de generar la
cuenta de la biblioteca en la red Facebook como un instrumento
de información y de enlace con la comunidad. El interés mostrado
por los usuarios nos permite sostener que las acciones tomadas en
este sentido han tenido una respuesta positiva de la comunidad
de las redes sociales (figura 21).
Biblioteca del IIFs: # 73
74 Aurelio Juárez Cruz
FIGURA 20. Sitio en Internet de la Biblioteca Eduardo García Máynez.
Biblioteca del IIFs: # 74
Automatización 75
FIGURA 21. Presencia de la Biblioteca Eduardo García Máynez en la red social
Facebook.
Biblioteca del IIFs: # 75
Biblioteca del IIFs: # 76
IV
EVOCACIONES DE EX DIRECTORES
Este apartado presenta la opinión de tres destacados universita-
rios que han tenido la fortuna de dirigir el Instituto de Investi-
gaciones Filosóficas en las últimas tres décadas, quienes amable-
mente comparten con nosotros sus recuerdos de esos años.
1 . León Olivé, director en el periodo 1985–1993
1 . 1 . El contexto
Para comprender la concepción que orientó a la biblioteca Eduardo
García Máynez entre 1985 y 1993, es necesario recapitular algunas
de las transformaciones que en esa época experimentó el Instituto
de Investigaciones Filosóficas, pues durante esos nueve años cre-
ció cuantitativa y cualitativamente de manera significativa. Por un
lado, el número de investigadores se incrementó un cincuenta por
ciento en términos absolutos, pero por diversas razones (retiros o
lamentables fallecimientos), ingresaron veinte nuevos investiga-
dores. Junto con ese crecimiento se tomaron medidas para garan-
tizar la permanencia y la estabilidad del personal académico, no
sólo de nuevo ingreso, sino también de quienes ya tenían algu-
nos años en la institución. Por otra parte, la política prevaleciente
Biblioteca del IIFs: # 77
78 Evocaciones de ex directores
consistió en fortalecer las áreas de la filosofía que ya se cultivaban
al inicio del periodo, así como en impulsar nuevos campos que,
o bien se encontraban debilitados porque algunos investigadores
que los habían cultivado previamente habían dejado el Instituto
para 1984, como la filosofía de la ciencia, o bien nunca habían si-
do desarrollados o, si acaso, sólo marginalmente, como la filosofía
política.
Así, el Instituto creció cuantitativamente en el doble sentido
de incrementar y renovar significativamente el número de inves-
tigadores, y también en el de ampliar los campos de la filosofía
en los que se investigaba, con la idea de avanzar hacia una comu-
nidad filosófica plural en cuanto a los campos de la filosofía que
cultivaba, así como en relación con los enfoques filosóficos dentro
de cada área, siempre y cuando se cumpliera con la condición de
que el trabajo y sus resultados tuvieran el mayor rigor.
También se siguieron dos políticas que condujeron a cambios
cualitativos. Por un lado, se estableció la regla de que ningún nue-
vo investigador se incorporaría a la planta académica sin contar
con el grado de doctor, al mismo tiempo que se realizó una cam-
paña de estímulos para que los investigadores que hasta entonces
aún no contaban con doctorado se concentraran en primer lugar
en las investigaciones que culminarían con la obtención del grado.
La otra política consistió en promover la realización de proyectos
colectivos, medida importante en un medio donde la tradición
dictaba la realización de trabajos y proyectos individuales. Esto
permitió que se consolidaran grupos de investigación en torno a
campos y problemáticas específicos, que muy pronto estuvieron
en condiciones de acudir a convocatorias de apoyo a proyectos
colectivos de investigación, lo cual redundó en mayores recursos
Biblioteca del IIFs: # 78
León Olivé, 1985–1993 79
para la biblioteca, pero también en demandas novedosas en cuan-
to a sus materiales y su funcionamiento.
Como último acontecimiento que transformó la vida académi-
ca del Instituto cabe señalar la creación de la Maestría y el Docto-
rado en Filosofía de la Ciencia, que en la práctica surgieron bajo
la corresponsabilidad de la Facultad de Filosofía y Letras y del
propio Instituto, lo que pronto significó incrementar la presen-
cia estudiantil en las instalaciones de éste y, por consiguiente, la
demanda de servicios se diversificó y su número aumentó. Pero
igualmente importante fue el traslado al edificio que el Instituto
ocupa actualmente.
1 . 2 . Desafíos para la biblioteca García Máynez
Los cambios señalados plantearon diversos desafíos para el Insti-
tuto; entre ellos, la necesidad de desarrollar una adecuada infraes-
tructura de apoyo a la investigación y a la formación de personal
académico que respondiera a esas transformaciones. Pero a esto
debe añadirse otro fenómeno que provino del entorno. La década
de 1980 fue particularmente agitada por la irrupción masiva de
las tecnologías de la información y la comunicación en la vida co-
tidiana y académica. Esto planteó nuevos retos, agudizados por
el hecho bien conocido de que las TIC cambian constantemente a
una velocidad vertiginosa. El Instituto respondió a esos desafíos:
en enero de 1985 contaba con sólo una microcomputadora (que
ni siquiera funcionaba); para 1993 tenía más de setenta configu-
raciones que, además de dar servicio a la biblioteca, al departa-
mento de ediciones y a la administración, permitieron cumplir la
meta de que cada investigador contara con una terminal en su
cubículo.
Biblioteca del IIFs: # 79
80 Evocaciones de ex directores
La concepción bajo la cual se desarrolló la biblioteca durante
esos nueve años fue congruente con este contexto de cambio. El
acervo bibliográfico y hemerográfico debía corresponder a la plu-
ralidad filosófica —en cuanto a enfoques y áreas— que se buscaba
alcanzar con el crecimiento cuantitativo; al mismo tiempo, debía
ser coherente con la calidad de la investigación realizada y apoyar
los programas de formación del personal académico. Simultánea-
mente debía incorporar lo más rápido posible las nuevas tecno-
logías de la información, así como desarrollar mecanismos que le
permitiesen adaptarse constantemente a los cambios tecnológicos;
esto condujo obligadamente no sólo al crecimiento del personal
técnico académico, sino también, y sobre todo, a su permanente
actualización.
Todo esto coincidió con la feliz construcción de la Ciudad de
la Investigación en Humanidades, que permitió al Instituto estre-
nar en mayo de 1988 un nuevo edificio proyectado de acuerdo con
sus necesidades. Se diseñó entonces un espacio apropiado para la
biblioteca, que le permitiera alojar su rico acervo, incluyendo la
sección de libros reservados y la hemeroteca, así como tener un
crecimiento sostenido y sostenible a lo largo de varios años. Du-
rante este periodo, el acervo bibliográfico creció en cerca de 14 000
volúmenes —casi un tanto más de los que la biblioteca tenía en
1968, después de veintiocho años de creado el Centro de Estudios
Filosóficos, antecesor directo del Instituto— y la recepción de pu-
blicaciones periódicas se incrementó en un 43 por ciento.
Pero la biblioteca no podía, ni debía, concebirse ni funcionar
únicamente en términos de la importante labor de investigación
realizada en el Instituto. Desde sus inicios, en 1940, la biblioteca se
perfiló, y pronto se consolidó, como una de las más importantes
Biblioteca del IIFs: # 80
León Olivé, 1985–1993 81
bibliotecas de filosofía en el mundo iberoamericano. Sus servicios
deberían entonces beneficiar a la comunidad filosófica nacional e
internacional, incluyendo desde luego a estudiantes de licencia-
tura y de posgrado de la propia UNAM y del resto de las institu-
ciones mexicanas, aunque no exclusivamente a los de filosofía. Y
había que garantizar lo mismo para los profesores y los investi-
gadores con intereses filosóficos ajenos al Instituto. Se diseñaron
entonces políticas para asegurar esos servicios. Esto resultaba par-
ticularmente importante al tomar en cuenta las relaciones entre el
Instituto y la Facultad de Filosofía y Letras, las cuales, como lo sa-
ben bien quienes conocen su historia, no siempre han sido como
miel sobre hojuelas. A principios de 1985 se vivía una tensión que
incluía el acceso a la biblioteca por parte de estudiantes y profeso-
res que no pertenecían al Instituto. Se diseñaron entonces políticas
que posibilitaran un acercamiento no sólo entre las dos entidades
de la UNAM, sino que permitieran que la riqueza bibliográfica y
hemerográfica, así como los servicios que la biblioteca ofrecía por
medio de su muy competente personal, pudieran ser aprovecha-
dos por todos los universitarios y en general por el público intere-
sado en la filosofía.
La misma vocación de servicio a la comunidad filosófica me-
xicana e internacional llevó a reiniciar en 1987 la publicación de
la Bibliografía Filosófica Mexicana, suspendida durante 10 años, así
como a la creación de la base de datos FILOS, con el fin de ofrecer
anualmente una publicación que recogiera toda la producción fi-
losófica realizada en México, y recabar y organizar la información
de la producción filosófica mexicana durante el siglo XX; para esto
nuevamente se recurrió al uso de las tecnologías de la información
más avanzadas en el momento.
Biblioteca del IIFs: # 81
82 Evocaciones de ex directores
En suma, entre 1985 y 1993 la Biblioteca Eduardo García Máy-
nez transformó su organización y funcionamiento para responder
a los significativos cambios cuantitativos y cualitativos que en ese
periodo experimentó el Instituto, y también para incorporar las
tecnologías que la harían satisfacer mejor las demandas del per-
sonal académico y de los estudiantes, no sólo del propio Institu-
to, sino de toda la UNAM, del resto de México e incluso de otros
países.
2 . Olbeth Hansberg, directora en el periodo 1993–2000
La biblioteca siempre ha sido el centro de la vida académica del
Instituto. Es la mejor hemeroteca y biblioteca de filosofía en Ibe-
roamérica. Sin embargo, llegar a ocupar este lugar no ha sido una
tarea fácil; es la culminación de múltiples factores, entre ellos el
trabajo de varias generaciones de filósofos y académicos que han
tenido la disposición, el empeño, la visión y el conocimiento pa-
ra llevar a cabo la selección de los materiales a través de los años.
Esta labor se refleja actualmente en los fondos documentales espe-
cializados en filosofía que incluyen las colecciones de libros, revis-
tas, videos y archivos como el de José Gaos y el de Samuel Ramos.
Así, recuerdo que, cuando era estudiante y corrían épocas más po-
bretonas, Alejandro Rossi, entonces secretario académico, luchaba
para crear en el Instituto una hemeroteca digna, que ahora todos
dan por supuesto.
Como todos los directores del Instituto, yo también di gran
importancia a nuestra biblioteca. Menciono brevemente algunas
cosas que se hicieron en aquellos años. Por ejemplo, en 1994 se
instaló en el Instituto un disco compacto para consulta del acervo
de la biblioteca que editó la Dirección General de Bibliotecas.
Biblioteca del IIFs: # 82
Olbeth Hansberg, 1993–2000 83
Dos años más tarde, la biblioteca adquirió una colección in-
tegrada por 592 obras sobre historia de la ciencia, filosofía de la
ciencia e historia de la metodología, que cubre del siglo XVII al XX.
También en 1996 se adquirió la versión en disco compacto del
Philosopher’s Index, que es la base de datos sobre filosofía por ex-
celencia. Destaca también la Routledge Encyclopedia of Philosophy
en versión impresa y en disco compacto. Resulta oportuno seña-
lar que el formato innovador en esos años era el disco compacto.
Hoy día estas fuentes de información especializadas se encuen-
tran en línea disponibles para toda la comunidad universitaria.
En definitiva, los tiempos han cambiado. Tenemos que hacer un
esfuerzo grande por estar al día.
Me viene a la mente el proyecto de videoteca, que en 1998 co-
menzó con el propósito de contar con materiales videograbados
sobre autores y temas filosóficos. Cabe mencionar la espléndida
serie In conversation Donald Davidson que adquirimos en esa época.
En 1999, el sitio en Internet de la biblioteca fue seleccionado
por la empresa Starmedia como el mejor en cuanto a servicios de
información.
En lo que se refiere a las áreas destinadas para la biblioteca, es
importante señalar que, como suele suceder con toda unidad de
información, el espacio físico siempre resulta limitado; es, pues,
necesario generar estrategias que permitan dar cabida a los mate-
riales que día a día ingresan al acervo. Así, en 1997 se realizó un
proyecto de ampliación y remodelación de la biblioteca en cola-
boración con la Dirección General de Obras. Años más tarde es-
trenamos una biblioteca mucho más cómoda y bella.
Agradezco la oportunidad de evocar algunas de las cosas que
se hicieron para la biblioteca en aquellos años. Resulta muy satis-
Biblioteca del IIFs: # 83
84 Evocaciones de ex directores
factorio haber contribuido de alguna manera a fortalecer nuestra
siempre querida y valorada Biblioteca Eduardo García Máynez.
3 . Paulette Dieterlen Struck, directora en el periodo 2000–2004
Durante el periodo de mi gestión, la Biblioteca Eduardo García
Máynez no sólo tuvo un incremento en su acervo, sino también
en espacio. En 2001 se llevó a cabo la ampliación del Instituto, y
una de las áreas más importantes que fueron beneficiadas fue la
de la biblioteca.
Si bien ya se había avanzado en lo que toca a los planos y el
presupuesto durante la gestión de la doctora Olbeth Hansberg,
fue durante mi periodo cuando se llevó a cabo el trabajo de am-
pliación.
El proceso de ampliación no fue fácil, ya que en 2001, tanto
la biblioteca como la hemeroteca, tuvieron que poner a resguardo
sus acervos respectivos para permitir los trabajos de construcción;
no obstante, el servicio bibliotecario se siguió suministrando. En
ese año se prestaron 4 853 volúmenes, la mayoría en préstamo ex-
terno al personal académico y a estudiantes asociados; 1 732 fas-
cículos de publicaciones periódicas, y 254 volúmenes por présta-
mo interbibliotecario. En 2002, una vez ubicado el acervo en los
nuevos espacios, se prestaron 8 274 volúmenes, 1 585 fascículos y
1 068 volúmenes por préstamo interbibliotecario.
En el tiempo en que estuvo cerrada la biblioteca no se dejó de
dar servicio; por acuerdo del claustro del personal académico se
adecuó una biblioteca provisional con una selección de cinco mil
ejemplares hecha por los investigadores y, por su parte, la heme-
roteca mantuvo su servicio sin interrupción. Los nuevos espacios
fueron el salón de investigadores, en la planta baja, para la biblio-
Biblioteca del IIFs: # 84
Paulette Dieterlen Struck, 2000–2004 85
teca, y la sala Fernando Salmerón, donde la hemeroteca prestó sus
servicios.
Además de los datos expresados anteriormente, referiré algu-
nas situaciones que se dieron durante el cierre de la biblioteca.
Recuerdo que el anuncio de que se cerraría temporalmente la
Biblioteca se dio en una reunión de claustro. El encargado de la
obra fue invitado a explicar el proceso de remodelación, el cual
se llevaría a cabo en un término de dos años con la biblioteca ce-
rrada. Inmediatamente algunos investigadores propusieron otra
alternativa, que consistía en dejarla abierta y construirla de otra
manera que tomaría por lo menos cinco años más y los costos se
triplicarían. Afortunadamente, cuando se llevó el proceso de vo-
tación ganó la primera propuesta. No puedo dejar de mencionar
que se me adjudicó la responsabilidad del riesgo que implicaba
echar a perder la mejor biblioteca de filosofía en América Latina.
Tampoco fue fácil decidir dónde se guardarían los libros.
A pesar de ello, tal como lo mencioné anteriormente, se logró
dar el servicio bibliotecario necesario para que los investigadores
y los estudiantes asociados continuaran sus investigaciones. De-
bo expresar mi reconocimiento a todos los miembros del Instituto,
tanto académicos como administrativos, por su apoyo en ese pe-
riodo difícil. Al finalizar la remodelación, el rector de la Univer-
sidad, doctor Juan Ramón de la Fuente, acudió en abril de 2003
a inaugurar las nuevas instalaciones. Afortunadamente no hubo
ningún incidente que lamentar.
Así, en los cuatro años de mi gestión se mejoraron sustancial-
mente dos aspectos. En primer lugar, tal como lo he mencionado,
se logró un incremento en el espacio de la biblioteca de un cua-
renta por ciento, con lo cual estábamos, en aquella época, en la
Biblioteca del IIFs: # 85
86 Evocaciones de ex directores
posibilidad de incrementar el número de libros y revistas hasta
por diez años. Durante ese periodo el acervo de la biblioteca cre-
ció en 6 206 volúmenes y con esas adquisiciones, el acervo general
alcanzó los 37 239 volúmenes.
El segundo aspecto que se llevó a cabo fue la digitalización de
los servicios de la biblioteca. Con ello, pudimos contar no sólo con
servicios de cómputo para la consulta del acervo, sino también
con servicios de línea de acceso a bases de datos indispensables
para nuestro trabajo.
Puedo decir que en los cuatro años de mi gestión la historia
de la biblioteca Garcia Máynez estuvo llena de incidentes memo-
rables. Sin embargo, como lo señalé anteriormente, la ampliación
fue sumamente exitosa. Gracias a ello tenemos instalaciones más
amplias, cómodas y funcionales.
Biblioteca del IIFs: # 86
V
EL PERSONAL DE LA BIBLIOTECA
En toda organización, los recursos humanos cobran una gran rele-
vancia para la consecución de los objetivos trazados. Pues bien, el
personal que ha laborado en la Biblioteca Eduardo García Máynez
ayer y hoy, y seguramente el que se incorporará el día de mañana,
ha tenido y tendrá como principio fundamental de su actuación la
mística del servicio a los usuarios. Sirva el presente apartado de
reconocimiento a cada uno de ellos por su aportación en la labor
cotidiana de atender las peticiones de información bibliográfica
de los usuarios del Instituto, de la UNAM, de la sociedad mexi-
cana en general y de la comunidad internacional, sea de manera
presencial, sea de manera remota.
Seguramente el siguiente listado dejará algunos nombres en el
tintero, pero cabe señalar que, en general, los datos provienen de
la memoria de algunos de los protagonistas de estas siete déca-
das de existencia de la biblioteca, por lo que cualquier omisión es
meramente involuntaria.
Barrón Flores, Elba Bibliotecaria
Caudillo Bohórquez, Antonio Bibliotecario
Chavarría Galicia, Laura Jefa de biblioteca
Biblioteca del IIFs: # 87
88 El personal de la biblioteca
Chignau, Mercedes Fue coordinadora de la biblioteca.
Espinosa Ruiz, Pedro Técnico académico desde el 7 de sep-
tiembre de 1987. Actualmente es el res-
ponsable del área de hemeroteca, canje
y donación.
Fernández, Teresa Bibliotecaria
Galván Manrique, José
de Jesús †
Bibliotecario. Colaboró en el Instituto
durante 32 años hasta 2003, en que se
jubiló.
Galván Olloqui, Juan Antonio Se incorporó al Instituto en 1994, y en
1998 se incorporó al personal de la bi-
blioteca como oficial administrativo, ta-
rea que desempeña hasta la actualidad.
Gama Ramírez, Miguel Coordina la biblioteca desde el 1 de
agosto de 2005.
Gómez Camacho, Elsa Coordinó la biblioteca de 1987 al 15 de
octubre de 2002, fecha en que inició su
licencia prejubilatoria.
Hernández Landa, Luis † Bibliotecario
Herrera Venegas, Martín Coordinador de la biblioteca en 1982.
Juárez Cruz, Aurelio Técnico académico, es responsable del
área de desarrollo de colecciones y de
apoyo en cómputo de la biblioteca des-
de el primero de mayo de 1996.
Matus Ramírez, Elías
Lethelier
Bibliotecario
Mendoza Cruz, Juan José Bibliotecario
Ramírez Saucedo, Olivia Jefa de biblioteca. Turno vespertino en
1997.
Biblioteca del IIFs: # 88
El personal de la biblioteca 89
Saldaña Nicolás, Carmen Bibliotecaria hasta 2006, año en que de-
cidió jubilarse.
Sánchez Bedolla, Miguel
Ángel
Ingresó a la dependencia en octubre de
1997. Coordinó la biblioteca del 15 de
octubre de 2002 al 30 de julio de 2005.
Colabora como técnico académico de
tiempo completo en la biblioteca.
Biblioteca del IIFs: # 89
Biblioteca del IIFs: # 90
VI
BIBLIOGRAFÍA
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Molino, Enzo, “Dr. León Olivé. . . ”, carta convenio del ing. Enzo Molino
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Olivé, director del Instituto de Investigaciones Filosóficas.
Biblioteca del IIFs: # 91
92 Bibliografía
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——, Memorial de Mascarones y otros ensayos, El Colegio Nacional, México,
1995, 65 pp.
Biblioteca del IIFs: # 92
ÍNDICE
PRÓLOGO, por Guillermo Hurtado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
I. ANTECEDENTES Y DESARROLLO, por Miguel Gama
Ramírez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
1. La biblioteca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
2. Eduardo García Máynez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
II. COLECCIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
1. El acervo general, por Miguel Ángel Sánchez Bedolla . . . . 33
2. La hemeroteca, por Pedro Espinosa Ruiz . . . . . . . . . . . . . . . . 40
3. El Archivo José Gaos, por Cristina Roa González
y Verónica Carmona Victoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
4. El Archivo Samuel Ramos, por Cristina Roa González
y Verónica Carmona Victoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
5. La Bibliografía Filosófica Mexicana y la base de datos
FILOS, por Cristina Roa González y Verónica
Carmona Victoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
6. Recursos electrónicos, por Miguel Gama Ramírez . . . . . . . . 63
III. AUTOMATIZACIÓN, por Aurelio Juárez Cruz . . . . . . . . . . . . 71
IV. EVOCACIONES DE EX DIRECTORES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
1. León Olivé, director en el periodo 1985–1993 . . . . . . . . . . . . . . 77
Biblioteca del IIFs: # 93
94 Índice
2. Olbeth Hansberg, directora en el periodo 1993–2000 . . . . . . . . 82
3. Paulette Dieterlen Struck, directora
en el periodo 2000–2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
V. EL PERSONAL DE LA BIBLIOTECA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
Biblioteca del IIFs: # 94
La Biblioteca del Instituto de Investigaciones Filosóficas
se terminó de imprimir el 25 de mayo de 2012 en los
talleres de SM Servicios Gráficos, S.A. de C.V. (Lago
Tláhuac no. 4–16, colonia Anáhuac, C.P. 11320, de-
legación Miguel Hidalgo, D.F.). Para su impresión
en offset se usó papel cultural de 90 gr; en su com-
posición y formación, realizadas por computadora,
se utilizaron el programa LATEX 2ε y tipos Paltino.
El tiraje consta de 250 ejemplares.
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