bajo tierra - pasado y futuro

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Bajo tierra Pasado y futuro de las ciudades enterradas Sofía Sánchez Santos y Francisco Segado Vazquez La arquitectura puede sumergirse en las profundidades de la percepción y existir sin mostrarse en forma de construcciones subterráneas. Este tipo de arquitectura constituye una de las propuestas más radicales como medida para aprovechar las caracte- rísticas bioclimáticas del subsuelo. Se trata de proyectos diluidos en el pai- saje que recuperan el arquetipo de la caverna reuniendo aspectos positivos del mundo primitivo con la evolución del progreso, no solo desde la percep- ción del ambiente físico sino también del social. Analizando la evolución de la arquitectura se observa una tenden- cia a la reinterpretación de los códigos y sistemas de la arquitectura primiti- va, bien sea en forma de imitación del modelo cabaña o del modelo cueva. Existen multitud de antecedentes a la arquitectura enterrada y semien- terrada contemporánea. Aunque hoy en día la arquitectura excavada tenga una impronta paisajistica por su inte- gración en el entorno o bioclimática, antiguamente su esplendor solo era posible cuando convergían adecuadas condiciones climáticas, topológicas y geológicas ligadas a factores sociológi- cos. Este tipo de arquitectura, a me- nudo desconocido, ha encontrado su desarrollo en todas las latitudes y en todos los climas. Asentamientos como los de las ciudades enterradas de Ana- tolia central u otros más cercanos per- tenecientes al Levante español como Las cuevas de los Moros de Bocairente, Las cuevas de las Ventanas en Alfafa- ra o del Pou Clar en Onteniente sirven de inspiración a una arquitectura con- temporánea de tintes bioclimáticos. La integración de la arquitectura en el paisaje ligada a la economía general de la construcción al utilizar materiales locales así como la variedad y riqueza de los espacios arquitectónicos resul- tantes ha impulsado la proliferación de este tipo de construcciones, cuyo número de ejemplos va en aumento. ¿Por qué enterrada? El comportamiento térmico del habi- tat subtrerráneo es muy bondadoso. La arquitectura completamente ente- rrada es el ejemplo del máximo apro- vechamiento del concepto de inercia térmica en la construcción ya que dis- pone de cerramientos de varios metros (suelo), lo que desde el punto de vista bioclimático los convierte en insensi- bles a los cambios climáticos exterio- res. Además, la temperatura de la tie- rra se mantiene estable en torno a la media anual. En cuanto a la tecnología del hábitat subterráneo y a pesar de las eviden- tes ventájas de confort térmico exiten diversas limitaciones relacionadas con su uso, construcción y mantenimien- to. Resolver la cuestión higrométrica es uno de los inconvenientes debido a las dificultades para ventilar este tipo de espacios y la humedad natural del terreno. Tradicionalmente, se resolvía abriendo huecos o colocando chime- neas en el techo. El empleo de chime- neas ha sido el sistema de ventilación más habitual en cuevas profundas por cuestiones obvias, al no poder practi- car huecos en todas las estancias. El uso de este tipo de chimeneas tiene eficacia probada cuando se trata de humos de de cocinas o sistemas de ca- lefacción, pero tienen un peor funcio- namiento en sistemas de renovación de aire, ya que hacen falta al menos dos huecos de ventilación para que se pueda estableces entre ellas un tiro natural por diferencias de presión. Otra cuestión que es preciso tener en cuenta en las construcciones enterra- das es la evacuación de aguas de llu- via. En ejemplos encontramos pozos en el interior de la cueva o patio de ventilación que cumplía esta función además de ser un medio de obtención de agua potable. En cuanto a la iluminación siempre puede resultar un problema en las construcciones enterradas pero al mis- mo tiempo un reto arquitectónico Luz natural desempeña un papel fun- damental en la concepción de cual- quier obra arquitectónica. Louis Kahn afirmaba “No puedo definir al espacio como tal si no tiene luz natural”. En la totalidad de sus proyectos se descubre una búsqueda de la luz, persiguiendo no solo la iluminación sino también el cromatismo y la plasticidad. La luz natural además de constituir una estrategia bioclimática por el con- siguiente ahorro energético en mate- ria de electricidad, climatización... es un elemento imprescindible del proce- so proyectual inseparable de la arqui- tectura en cualquiera de sus aspectos y la arquitectura enterrada tienen en la introducción de luz en su interior su mayor hándicap. En la antigüedad las exigencias de ilu- minación se han cubierto atendiendo a la tipología de la edificación ente- rrada. En construcciones excavadas en la ladera de una montaña se han practicado huecos en la ladera, cons- truyendo una única crujía edificatoria y resolviendo la iluminación de forma directa. También encontramos ejem- plos de construcciones enterradas ge- neradas alrededor de un patio excava- do cuyo funcionamiento se asemeja al de un patio convencional o bien ilumi- nación cenital mediante lucernarios y claraboyas que permiten iluminar espacios no excesivamente profundos. Para estos últimos se pueden utilizar los denominados “conductos solares”, aunque se plantean dificultades nota- bles en la excavación de varios niveles por la escasez de luz natural introdu- cida al interior de los espacios. Existen estudios muy prometedores que tratan de resolver el problema de la iluminación natural en proyectos enterrados de varios niveles. Debería- mos citar la invención del “lumiduc- to”, en los proyectos de la Ecópolis de Guy Rottier , donde se plantea un tubo conductor de la luz concentrada que permite liberar el hábitat de su orien- tación astronómica. Según este siste- ma la luz puede ser conducida hasta cualquier lugar subterráneo, sea cual sea su posición y orientación. La base de funcionamiento se encuentra en la luz solar que después de concentrarla mediante dos espejos parabólicos con el mismo foco y distinta distancia focal genera un haz de rayos paralelos que al desplazarse por las paredes reflec- tantes de sección constante del tubo llega hasta el espacio deseado (que puede estar a larga distancia) con es- casas pérdidas lumínicas. Ciudades subterráneas del pasado En Anatolia central la necesidad de protección de sus habitantes conllevó a la creación de auténticas fortalezas subterráneas inexpugnables. Se esti- ma que su origen data del S.IV-S.III a.C., y que fueron ampliadas en el si- glo VII y VIII por los cristianos, que huían de los árabes y conocían bien el sistema de catacumbas. Jenofonte, historiador griego, en su obra Anábasis describía las ciudades subterráneas de esta zona explicando que las personas que vivían en Ana- tolia habían excavado sus casas bajo tierra y vivían en alojamientos lo su- ficientemente grandes como para una familia, sus animales domésticos y los suministros de alimentos que almace- naban. Las excelentes condiciones climáti- cas que proporciona la arquitectura subterránea en zonas de temperatu- ras extremas como ésta, favorecen de igual modo la creación de estas ciu- dades bajo el suelo. El soterramiento la convierte en una arquitectura muy estable de inercia térmica elevada. La gran masa de terreno que rodea la edi- ficación constituye un almacén infinito de energía además de ser un elemento natural amortiguador y retardador de la onda térmica externa. Una serie de condicionantes geológi- D. Perrault. Universidad para mujeres Ewha. Future Systems. 1994. Casa en Gales. La arquitectura contemporánea in- troduce el terreno en sus proyectos y en ocasiones, el proyecto en el terreno... Covetes dels Moros. Ontinyent. Valencia Lucernarios de la cubierta de la Academia de ciencias de California. Renzo Piano.

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Bajo tierraPasado y futuro de las ciudades enterradas

Sofía Sánchez Santos y Francisco Segado Vazquez

La arquitectura puede sumergirse en las profundidades de la percepción y existir sin mostrarse en forma de construcciones subterráneas. Este tipo de arquitectura constituye una de las propuestas más radicales como medida para aprovechar las caracte-rísticas bioclimáticas del subsuelo. Se trata de proyectos diluidos en el pai-saje que recuperan el arquetipo de la caverna reuniendo aspectos positivos del mundo primitivo con la evolución del progreso, no solo desde la percep-ción del ambiente físico sino también del social. Analizando la evolución de la arquitectura se observa una tenden-cia a la reinterpretación de los códigos y sistemas de la arquitectura primiti-va, bien sea en forma de imitación del modelo cabaña o del modelo cueva.Existen multitud de antecedentes a la arquitectura enterrada y semien-terrada contemporánea. Aunque hoy en día la arquitectura excavada tenga una impronta paisajistica por su inte-gración en el entorno o bioclimática, antiguamente su esplendor solo era posible cuando convergían adecuadas condiciones climáticas, topológicas y geológicas ligadas a factores sociológi-cos. Este tipo de arquitectura, a me-nudo desconocido, ha encontrado su desarrollo en todas las latitudes y en todos los climas. Asentamientos como los de las ciudades enterradas de Ana-tolia central u otros más cercanos per-tenecientes al Levante español como Las cuevas de los Moros de Bocairente, Las cuevas de las Ventanas en Alfafa-ra o del Pou Clar en Onteniente sirven de inspiración a una arquitectura con-temporánea de tintes bioclimáticos. La integración de la arquitectura en el paisaje ligada a la economía general de la construcción al utilizar materiales locales así como la variedad y riqueza de los espacios arquitectónicos resul-tantes ha impulsado la proliferación de este tipo de construcciones, cuyo número de ejemplos va en aumento.

¿Por qué enterrada?

El comportamiento térmico del habi-tat subtrerráneo es muy bondadoso. La arquitectura completamente ente-rrada es el ejemplo del máximo apro-vechamiento del concepto de inercia térmica en la construcción ya que dis-pone de cerramientos de varios metros (suelo), lo que desde el punto de vista bioclimático los convierte en insensi-bles a los cambios climáticos exterio-res. Además, la temperatura de la tie-rra se mantiene estable en torno a la media anual.En cuanto a la tecnología del hábitat subterráneo y a pesar de las eviden-tes ventájas de confort térmico exiten diversas limitaciones relacionadas con su uso, construcción y mantenimien-to. Resolver la cuestión higrométrica es uno de los inconvenientes debido a las dificultades para ventilar este tipo de espacios y la humedad natural del terreno. Tradicionalmente, se resolvía abriendo huecos o colocando chime-neas en el techo. El empleo de chime-neas ha sido el sistema de ventilación más habitual en cuevas profundas por cuestiones obvias, al no poder practi-car huecos en todas las estancias. El uso de este tipo de chimeneas tiene eficacia probada cuando se trata de humos de de cocinas o sistemas de ca-lefacción, pero tienen un peor funcio-namiento en sistemas de renovación de aire, ya que hacen falta al menos dos huecos de ventilación para que se pueda estableces entre ellas un tiro natural por diferencias de presión.Otra cuestión que es preciso tener en cuenta en las construcciones enterra-das es la evacuación de aguas de llu-via. En ejemplos encontramos pozos en el interior de la cueva o patio de ventilación que cumplía esta función además de ser un medio de obtención de agua potable.En cuanto a la iluminación siempre

puede resultar un problema en las construcciones enterradas pero al mis-mo tiempo un reto arquitectónico Luz natural desempeña un papel fun-damental en la concepción de cual-quier obra arquitectónica. Louis Kahn afirmaba “No puedo definir al espacio como tal si no tiene luz natural”. En la totalidad de sus proyectos se descubre una búsqueda de la luz, persiguiendo no solo la iluminación sino también el cromatismo y la plasticidad.La luz natural además de constituir una estrategia bioclimática por el con-siguiente ahorro energético en mate-ria de electricidad, climatización... es un elemento imprescindible del proce-so proyectual inseparable de la arqui-tectura en cualquiera de sus aspectos y la arquitectura enterrada tienen en la introducción de luz en su interior su mayor hándicap. En la antigüedad las exigencias de ilu-minación se han cubierto atendiendo a la tipología de la edificación ente-rrada. En construcciones excavadas en la ladera de una montaña se han practicado huecos en la ladera, cons-truyendo una única crujía edificatoria y resolviendo la iluminación de forma directa. También encontramos ejem-plos de construcciones enterradas ge-neradas alrededor de un patio excava-do cuyo funcionamiento se asemeja al de un patio convencional o bien ilumi-nación cenital mediante lucernarios y claraboyas que permiten iluminar espacios no excesivamente profundos. Para estos últimos se pueden utilizar los denominados “conductos solares”, aunque se plantean dificultades nota-bles en la excavación de varios niveles por la escasez de luz natural introdu-cida al interior de los espacios.

Existen estudios muy prometedores que tratan de resolver el problema de la iluminación natural en proyectos enterrados de varios niveles. Debería-mos citar la invención del “lumiduc-

to”, en los proyectos de la Ecópolis de Guy Rottier , donde se plantea un tubo conductor de la luz concentrada que permite liberar el hábitat de su orien-tación astronómica. Según este siste-ma la luz puede ser conducida hasta cualquier lugar subterráneo, sea cual sea su posición y orientación. La base de funcionamiento se encuentra en la luz solar que después de concentrarla mediante dos espejos parabólicos con el mismo foco y distinta distancia focal genera un haz de rayos paralelos que al desplazarse por las paredes reflec-tantes de sección constante del tubo llega hasta el espacio deseado (que puede estar a larga distancia) con es-casas pérdidas lumínicas.

Ciudades subterráneas del pasado

En Anatolia central la necesidad de protección de sus habitantes conllevó a la creación de auténticas fortalezas subterráneas inexpugnables. Se esti-ma que su origen data del S.IV-S.III a.C., y que fueron ampliadas en el si-

glo VII y VIII por los cristianos, que huían de los árabes y conocían bien el sistema de catacumbas. Jenofonte, historiador griego, en su obra Anábasis describía las ciudades subterráneas de esta zona explicando que las personas que vivían en Ana-tolia habían excavado sus casas bajo tierra y vivían en alojamientos lo su-ficientemente grandes como para una familia, sus animales domésticos y los suministros de alimentos que almace-naban. Las excelentes condiciones climáti-cas que proporciona la arquitectura subterránea en zonas de temperatu-ras extremas como ésta, favorecen de igual modo la creación de estas ciu-dades bajo el suelo. El soterramiento la convierte en una arquitectura muy estable de inercia térmica elevada. La gran masa de terreno que rodea la edi-ficación constituye un almacén infinito de energía además de ser un elemento natural amortiguador y retardador de la onda térmica externa.Una serie de condicionantes geológi-

D. Perrault. Universidad para mujeres Ewha.

Future Systems. 1994. Casa en Gales.

La arquitectura contemporánea in-troduce el terreno en sus proyectos y en ocasiones, el proyecto en el terreno...

 

Covetes dels Moros. Ontinyent. Valencia

Lucernarios de la cubierta de la Academia de ciencias de California. Renzo Piano.

cos como la composición del suelo a base de toba favorecieron la aparición de las ciudades enterradas.La arquitectura excavada depende, entre otros factores, de la configura-ción superficial del terreno y de sus características geológicas, solo puede realizarse en determinados tipos de suelo que reúnan condiciones como fa-cilidad de excavación, auto-resistencia a la descompresión cohesión o imper-meabilidad. La existencia de la toba en el subsuelo turco ha hecho posible la construcción de estas ciudades, ya que al tratarse de la excavación de un material blando y manejable que endurece en contacto con el aire re-sultaba relativamente fácil conseguir superficies con resistencia suficiente para conseguir la excavación de an-chas habitaciones con techos horizon-tales. Se estima que la construcción de estas ciudades comenzaba con la excavación de los túneles de ventila-ción, que permiten la aireación de las estancias a medida que se iban exca-vando, pues de otra forma hubiera re-sultado imposible que el subsuelo ad-

quiriera la resistencia necesaria para proseguir excavando. Estas formidables construcciones sub-terráneas, verdaderos termiteros hu-manos que llegan a tener más de diez pisos de profundidad y una capacidad para alojar a miles de personas du-rante semanas, demuestran una con-cepción y complejidad urbanística sin precedentes.La base del esquema estructural del asentamiento es el desarrollo alrede-dor de unos pozos de ventilación. Éstos se encuentran jalonados por galerías subterráneas que interconectaban unas estancias con otras e incluso unas ciudades con otras a través de túneles subterráneos.Entre las estancias descubiertas en las principales ciudades (Derinkuyu, Kaymakli y Goreme), se han encontra-do almacenes, tanques de agua, áreas donde situaban a los muertos hasta que pudieran enterrarlos, cocinas, fo-sas sépticas, lugares de reunión, habi-taciones de carácter más privado igle-sias…verdaderas civilizaciones bajo tierra.

Un sistema de ventilación excepcional es el elemento esencial de estas ciuda-des enterradas a profundidades consi-derables. Los pozos excavados que en principio servían para la ventilación que favorecía el endurecimiento de la toba constituyen la principal fuente de renovación de aire. Estos pozos, que podríamos definir como un “protosis-tema” de aire acondicionado, alcanzan el nivel más profundo de la ciudad y actúan como chimeneas por las que se extrae el aire caliente y cargado del interior al tiempo que se introduce aire renovado constantemente. En la actualidad, solo en la ciudad de De-rinkuyu se han descubierto 52 pozos de ventilación.Además de los pozos principales de ventilación se han encontrado peque-ñas aberturas de conexión entre unas estancias y otras, tanto en horizontal como en estancias a distintos niveles. Estas oquedades favorecen la circula-ción de aire y proporcionan sensación de confort alejada de la de angustia o claustrofobia que sería comprensible en unos espacios de estas caracterís-ticas. El código Técnico de la Edifica-ción, en pleno siglo XXI, obliga a la co-locación de dispositivos que permitan la admisión de un caudal mínimo de aire al interior de los espacios habita-bles así como un sistema que permita la circulación de dicho caudal como medida para asegurar las condiciones mínimas de salubridad. Varios siglos antes de Cristo, los habitantes de la Capadocia ya presentaban medidas semejantes.Para solucionar el tema del abasteci-miento de agua también existían po-zos, que en ocasiones eran los mismos que resolvían la cuestión de la venti-lación, de forma que el nivel más bajo de la ciudad coincidía con los acuíferos naturales. Como sistema de ilumina-ción artificial existen oquedades en los laterales de los pasillos de comunica-ción así como en las propias estancias

para la colocación de las lámparas de aceite. Sin embargo, en cuestiones de iluminación natural, las ciudades en-terradas de Anatolia permanecen en la sombra. Se produce un filtrado del ataque de los agentes climáticos como el sol o el viento. Temperatura prácticamente constante a 13ºC proporcionada por el terreno. A una profundidad de 50 a 150cm la temperatura es constante y coincide con la media diaria y a par-tir de 10 o 15m coincide con al media anual. Únicamente las capas más su-perficiales se ven directamente afecta-das por los fenómenos climáticos.

La ciudad subterránea del futuro

… pero ¡ay! Ya ha sido civilizado hasta el vientre de la tierra. El progreso pe-netra en ellas con su cohorte irrespe-tuosa. Lucen como escintilantes halls de cine y recintos de exposición. Suben y bajan ascensores entre balumbas de escarnio… Las dos grandes desventajas del sote-rramiento, la ausencia de luz y la alta humedad relativa, han hecho que cual-quier idea de habitar bajo suelo sea in-fravalorada. Sin embargo, existe una tendencia arquitectónica que pretende aprovechar los efectos climáticos del suelo sin suponer una merma de ilu-minación y el control de la humedad.En 1960 algunos visionarios plantea-ron redes urbanas subterráneas como solución medioambiental a la conges-tión urbana. En Paris hubo propuestas de una ciudad subterránea en varios niveles que contenía diversos sistemas y funciones bajo el río Sena. Ya en 1958 la novela de ciencia ficción “Bóvedas de Acero”, de Isaac Asimov describía un futuro con enormes ciu-dades construidas bajo tierra, mien-tras que la superficie del planeta se conserva como un gran parque. Eso es precisamente lo que varios empresas vinculadas a la arquitectura están in-

vestigando. En vez de construir edifi-cios cada vez más altos en una especie de competición por alcanzar las estre-llas se plantean construcciones que se filtren en el subsuelo en busca de protección y sosiego.Son numerosos los estudios que de-notan la falta de espacio en países industrializados de nuestra era y las consiguientes dificultades para alber-gar tanto industrias como viviendas. El suelo es cada vez más escaso, y algunas ciudades acusan serios pro-blemas. Tokio, por ejemplo, está al borde del colapso. Es posible que ésta sea la razón por la cual la mayoría de los proyectos para construir grandes edificios subterráneos provengan del Japón. En el país nipón se ha comen-zado no solo por estrategias de sote-rramiento de edificios, sino por un plan mucho más ambicioso que cons-tituye una verdadera estrategia urba-na. En algunas ciudades japonesas ya hay ejemplos de calles en el subsue-lo. Existen empresas, entre las que se puede nombrar a Ohbayashi, que apuestan por el enterramiento polígo-

nos industriales para la recuperación de grandes áreas superficiales que posteriormente se transformarán en parques y viviendas…toda una mate-rialización del sueño de Asimov. Otra empresa, Shimizu Corp, en colabora-ción con la Universidad de Minesota (EE.UU)., publicó recientemente un proyecto para el aprovechamiento del subsuelo de Tokio, un plan denomina-do “Urban Geo-Grid plan” . Se propone la construcción de amplios túneles que harían las veces de calles, a la que se conectarían galerías que se utilizarían como naves industriales. Además, el proyecto de la Shimizu contempla la posibilidad de incluir bloques de ofici-nas. .En palabras de Yorihiko Ohsaki, vicepresidente ejecutivo de la corpo-ración Shimizu, “este plan de ciudad enterrada es el primero en su género y ofrecerá a la sociedad una oportunidad realista de eliminar las referencias a imágenes de oscuridad asociadas con lo subterráneo” .Paralelamente Taisei Corporation plantea, a la manera de las antiguas civilizaciones turcas de Anatolia, la

Una serie de pasadizos, túneles y corredores inclina-dos de escasas dimensiones (generalmente de altura libre comprendida entre 1.50-1.70m) unen estancias de menor tamaño.

Desarrolloajo el río Sena. Autor desconocido Chichu Art Museum. Tadao Ando

construcción de un edificio en el sub-suelo con capacidad para que habiten varios miles de personas. La empresa nipona estima viable la construcción de un edificio subterráneo en el que vivan 100 mil personas, en el que se incluirían plazas hoteleras, zonas co-merciales y áreas recreativas y de ocio. Una verdadera ciudad subterránea.Naomi Sato, arquitecto japonés, se en-cuentra al frente de un proyecto que representa la nueva política urbanísti-ca de Tokio. Se trata de la eliminación de ruidos y problemas ambientales mediante el soterramiento de auto-pistas a 30 metros de profundidad. El sistema de ventilación de estos gigan-tescos torrentes rodados se resuelve mediante la aparición en superficie, cada kilómetro y medio, de torres a modo de enormes piezas de mobiliario urbano. Estos elementos con un cierto carácter medieval se convertirán en una referencia urbana, una marca en el paisaje, que es posible nos evoque el aspecto urbano del paisaje de las Casa de Juan Núñez, en el Barrio de las cue-vas de San Pedro, donde muchos años antes se erigieron chimeneas blancas para resolver la ventilación del inte-rior de las estancias enterradas.En ciudades como Toronto, Ottawa, Québec o Montreal hallamos comple-jos subterráneos unidos unos a otros que constituyen ciudades alternativas a la ciudad en superficie inmunes al sol, a la nieve, y al helado invierno. El clima en Canadá durante el invierno es extremo alcanzando temperaturas que a veces llegan a los 35 grados bajo cero, lo que ha propiciado la aparición de verdaderas urbes subterráneas. Lo que en principio eran centros comer-ciales se iban a convertir, tiempo des-pués, en pasajes de tránsito peatona-les donde, a las tiendas, se sumarían restaurantes, oficinas, cines, teatros, terrazas, y todo aquello que constitu-ye la vida urbana de una gran ciudad. “Si una atraviesa la puerta de la Place

Ville-Marie por las calles Cathcart y Mc. Gill Avenue, experimentará cómo es este mundo subterráneo nacido en 1962. La Place Ville-Marie marcó, pre-cisamente, el inicio del Underground Montreal. Significó un reconocimiento y aceptación masiva del área subterrá-nea, siendo usada por 400.000 perso-nas apenas inaugurada… Desde 1966, el metro de Montreal supuso encontrar y entusiasmar a los profesionales más

capacitados y creativos. Eso fue posi-ble y los resultados están a la vista: se viaja rápido, tranquilo y confortable, y hace de la vida subterránea algo que nada tiene que ver con la claustrofo-bia”.La opinión general es muy crítica con los espacios subterráneos a pesar de sus ventajas paisajisticas y bioclimáti-cas, pero existen ciudades donde la po-tenciación del subsuelo como modo de

crecimiento puede ser el único sistema para conseguir un desarrollo urbano sostenible que considere las necesida-des actuales y disminuya la densidad real de nuestras metrópolis.Lejos de poder considerarlas en un desarrollo urbano subterráneo a gran escala existen pequeñas iniciativas de arquitectura subterránea que empie-zan a introducirse en el panorama ar-quitectónico actual, tratando de sacar partido a las ventajas bioclimáticas de la arquitectura excavada.Encontramos por ejemplo la iglesia de Temppeliaukio Kirkko, en Finlandia, construida excavando en la roca se presenta como paradigma de la ar-quitectura moderna, estando comple-tamente integrada en el paisaje de la plaza donde se erige y culminada con una gran claraboya que inunda su in-terior de luz.Siglo XXI. El ingenio y la grandiosidad de antiguas construcciones en piedra han resucitado. La naturaleza vuelva a formar parte del hombre. El hombre vuelve a fundirse con la madre tierra. Arquitectura y paisaje establecen nue-vos vínculos, donde “el verde cubre al gris”. El mundo natural y el inventa-do. Presente, pasado y futuro. Todo ello se aúna en la obra del argentino Emilio Ambasz,(…) “La Casa de Reti-ro Espiritual” se erigió en uno de los mayores iconos de la arquitectura eco-lógica-minimalista. Algunos consideran “La Casa de Re-tiro Espiritual” la ópera prima del nacimiento de la tendencia ecológico-arquitectónica. El proyecto fue ex-puesto en el MOMA de Nueva York durante el 2006, obteniendo además varios premios, entre ellos el Premio de Arquitectura Progresiva en 1980 y el Premio del Instituto Americano de Arquitectos. Un pequeño patio-aber-tura funciona como un eficaz sistema de ventilación. Las estancias de las que se compone la casa son totalmente subterráneas.

Bioclimatismo extremov.s

Equilibrio natural

La carga psicológica de la arquitectu-ra excavada es una mezcla antitética de significado innato y cultural. Las referencias a la oscuridad, el frio, la humedad e incluso la muerte se con-traponen a los que hallan en este tipo de arquitectura vínculos a la madre tierra, enraizamiento y origen del uni-verso y la batalla no inclina la balanza de una forma clara al lado de los be-neficios de la arquitectura bioclimáti-ca que terminará con el “devorador de recursos” que supone en muchos casos la edificación actual. Las ventajas energéticas y medioam-bientales de las construcciones ente-rradas son tan evidentes que el hábitat troglodita ha pervivido hasta nuestro tiempo. En ocasiones, las construc-ciones primitivas han evolucionado, adaptándose a los requerimientos de una forma de vida moderna, y otras veces son construcciones de nueva planta, pero la arquitectura enterrada pervive muy presente en nuestro ám-bito arquitectónico.Por tanto cabe plantearse qué tipo de estrategias pueden usarse para favo-recer la buena imagen de la construc-ción soterrada basada en las evidentes ventajas bioclimáticas que van más

allá de rechazo psicológico basado en imágenes y asociaciones más que en la experiencia directa.Muchos de los potenciales proyectos subterráneos están limitados por la falta de desarrollo técnico y tecnológico y la incertidumbre de la normativa le-gal a la que están sujetos más que por el rechazo tanto social como político a este tipo de propuestas. Los organis-mos responsables de la financiación y la investigación arquitectónica deben implicarse activamente, apoyando un campo de investigación recién nacido. Las propuestas de arquitectura ente-rrada precisan del apoyo político tanto a nivel legislativo y de planificación como a nivel social. Existe un vacío legal en lo que concierne a soluciones enterradas tales como grandes pla-neamientos de arquitectura bajo tie-rra como los que actualmente se están planteando en ciudades como TokioA pesar de que ya existen complejos entramados urbanos subterráneos a lo largo del mundo (galerías comerciales, trazados de metro, grandes intercam-biadores enterrados…) que esbozan modelos de crecimiento del futuro no alcanzan a conformar una idea de ac-tuación global y presentan deficiencias en escala y uso. Sin embargo hace fal-ta dar un paso más en la concepción de una estrategia arquitectónica bio-climática, y postular fórmulas urba-

nísticas que generen nuevas formas de habitar el planeta más respetuosas con el medio ambiente.Una arquitectura sin luz no es arqui-tectura, es una respuesta excesiva al problema de control térmico. Es bio-climatismo extremo y la arquitectura debería ser sinónimo de equilibrio del hombre con la naturaleza, sin tener que renunciar a factores de vital im-portancia como la luz. Lejos de la oscuridad es posible gene-rar arquitectura de calidad que se fun-damente en factores biclimáticos y en un respeto hacia el entorno…pero en la investigación bioclimática como en otros frentes de investigación reciente, como bien dice Jean-Louis Izard, que-dan muchas cosas por inventar, nume-rosas construcciones que levantar y experimentar bajo los diversos climas que cubren un país, y queda mucho trabajo para los grupos de investiga-ción sobre el tema.“La ciudad subterránea del futuro” lejos de constituir una forma utópica de crecimiento de las ciudades se cris-taliza como una de las medidas más viables y satisfactorias a la expansión urbanística desde el respeto a la ecolo-gía del planeta. En un futuro no muy lejano podemos debatir sobre el éxito de las macro-actuaciones de soterra-miento de ciudades como estrategia sostenible al crecimiento.  

 

La Casa de Retiro EspiritualIglesia de Temppeliaukio Kirkko (1969) Arq: Timo y Tuomo Suomalainen

Trust Center. Montreal. Canadá