n el Colegio Bolívar se considera la educación como la herramienta más valiosa que existe para enriquecer la calidad de vida del individuo. En un entorno de afecto, respeto y disciplina, y con un programa académico integral bilingüe con los más altos estándares de

calidad a nivel mundial, tecnología y recursos, la institución está comprometida en formar personas autónomas, positivas, creativas y comprometidas con la comunidad.

Con este enfoque pedagógico se entiende la autonomía como la capacidad para tomar decisiones con responsabilidad y sentido crítico. Los estudiantes se forman como personas positivas, adaptables al cambio, dispuestas a desempeñarse en nuevos escenarios y afrontar adversidades. Se fomenta la creatividad, considerando que las personas creativas ofrecen soluciones y buscan alternativas a las distintas situaciones que provee la vida. Se forjan personas comprometidas con la comunidad, dispuestas a trabajar sinérgicamente en la construcción de nuevas propuestas.

Desde temprana edad y durante todo el paso de los estudiantes por su etapa escolar, el Colegio Bolívar ofrece a sus alumnos un portafolio de oportunidades para descubrir y desarrollar sus fortalezas y talentos, con diferentes estímulos para motivar su creatividad y adquirir con�anza en sí mismos.

Se plantean experiencias innovadoras articuladas a la implementación de los proyectos de clase y el currículo que tienen como objetivo responder a la necesidad creciente en nuestra sociedad de formar ciudadanos que analicen, actúen y transformen las problemáticas existentes. En un entorno educativo que permite crear vínculos así como formar individuos, los estudiantes tienen la oportunidad de explorar y descubrir, para convertirse en ciudadanos del mundo, felices, íntegros y emprendedores, que marquen la diferencia.

A seguir destacamos, entre otros, dos programas del Colegio Bolívar que dan testimonio de este compromiso institucional:

El Atelier Colegio Bolívar, un lugar para volver a preguntarse…

Innovador espacio para la exploración cognitiva y la creatividad - etapa escolar

l Atelier (traduce Taller del Artista en la lengua italiana y francesa) se plantea como un proyecto pedagógico y artístico donde los niños desarrollan proyectos de investigación siguiendo sus propios intereses e interrogantes. Las preguntas que se hacen los niños,

que no son necesariamente de orden verbal, sino que pueden dejarse ver en sus acciones, sus gestos y preferencias, son el punto de partida para desarrollar proyectos de investigación donde pueden entrar en diálogo diferentes disciplinas con el arte y la pedagogía.

El Atelier se de�ne como un espacio de Escucha para la Infancia, donde las ideas, observaciones, planteamientos, sensaciones y acciones de los niños son legitimados como otras formas de cons-truir conocimiento y reconocerse de otras maneras. Es por esta razón que en El Atelier del Colegio Bolívar son los mismos niños los que deciden por dónde empezar a trabajar, con qué elementos, qué necesidades y problemáticas afrontarán en los proyectos, que son desarrollados a largo plazo (6 meses o 1 año).

La estructura conceptual sobre la cual se ha construido el Proyecto El Atelier, está fundamenta-da en el diálogo entre Arte, Pedagogía e Infancia. Por esta razón es que se habla de tres principios que transitan en cada uno de los espacios y las propuestas de El Atelier, que acompañan cada uno de los proyectos de los niños.

LAS FORMAS OTRAS DE CONOCER DE LA INFANCIA, donde se habla de la legitimación del cono-cimiento propio de los niños, que no necesariamente responde a lo señalado por el currículo o las etapas del desarrollo. Esto permite ver las diversas formas que tiene la infancia de relacionarse con su contexto, con el otro, con el conocimiento y las ideas.

Así mismo, se habla de PRÁCTICAS ARTÍSTICAS CONTEMPORÁNEAS, porque El Atelier no es un lugar donde los niños tienen como objetivo adquirir destrezas a nivel plástico o técnico, sino que es un espacio donde se dialoga con el lenguaje del arte, y ese diálogo está acompañado por un contexto, una historia y una colectividad, llevando a que las propuestas plásticas de los niños se generen como una obra con voz plural, donde la técnica es un cómplice para sus propias ideas.

En El Atelier se trabaja con el concepto de BASURA, ya que éste hace referencia al desecho, a algo que otro no quiere poseer ni ver. Desde esta perspectiva, la basura se de�ne como un objeto cargado de historia, pues ocupó un lugar en alguna parte y durante un tiempo, ya que le pertenecía a alguien y signi�có algo para esa persona. Es precisamente este hecho histórico el que entra en diálogo con los niños al presentarles un espacio construido y montado con basura, la cual se recoge en la comunidad del Colegio Bolívar. Este vínculo que se genera entre infancia y basura no responde al re-uso ni al reciclaje, responde a una relación de re-signi�cación del objeto a través de las acciones, con el cuerpo y el diálogo.

Esta propuesta permite que los niños sean percibidos como pensadores y comunicadores sabios, de tal forma que siempre se encuentren con "provocaciones" en las que pueden trabajar con recursos y materiales que les ayudan a ampliar el horizonte de sus ideas. Con el uso de estos medios los niños exploran y plasman su saber conectándolo al trabajo que se realiza en las aulas y a su desarrollo, logrando con estos proyectos adquirir nuevos niveles de conocimiento. Los padres de familia validan que éste es un lugar único y altamente valorado, y coinciden en que la motivación que se les da a los estudiantes en El Atelier genera resultados asombrosos.

Un lugar para la temprana infancianiños entre 18 meses y 4 años de edad

El Nido Colegio Bolívar,construir con y para los niños

omo pioneros en la ciudad de Cali y con el empeño de mirar al niño y la educación desde otra perspectiva, El Nido Colegio Bolívar, ha venido realizando un trabajo pedagógico pro-fundo inspirado en la propuesta educativa de los jardines municipales de Reggio Emilia

en Italia, los cuales han recibido reconocimiento mundial como uno de los planteamientos más avanzados en el campo de la educación infantil. El enfoque de El Nido parte de una mirada del niño como un sujeto de derechos, como constructor activo de su propio aprendizaje, de cultura e identidad. Un niño rico en potencialidades, con in�nitas posibilidades y “100 lenguajes” (formas de expresión) que deben hacerse visibles por medio de la escucha y el respeto.

La propuesta educativa Reggio Emilia se reconoce internacionalmente por su fuerte compromi-so con la cultura de la infancia que consiste en concebir a los niños y niñas como ciudadanos de

pleno derecho, no como futuros ciudadanos, sino como ciudadanos desde el momento de su nacimiento. La propuesta “reggiana” ha logrado sobrepasar los muros que separan la escuela de la ciudad, logrando transferir su sentido a toda la comunidad. De esta manera, la ciudad se convierte en un eje educativo, en “una Ciudad Educadora”, donde las huellas de la infancia forman parte de la cultura, de la ciudadanía.

La nueva mirada del niño que Reggio Emilia nos aporta, nos lleva a pensar que existe una cultura de la infancia capaz de imaginar, de transformar, de soñar, de curiosear, de sentir y de vivir. El entorno mágico, incluyente y creativo de El Nido Colegio Bolívar, reconoce la importancia, la trascendencia y la maravilla de soñar como herramienta que tienen los niños -y los seres humanos- para desarrollarse plenamente e imaginar un mundo posible.

• A zambullirse, con zapatos y todo, en los manantiales de la imaginación sin que nadie intente por ello reprenderle.

• A subir a lo más empinado de una torre y contemplar el milagro de la creación. • A no ser sancionados si olvidan realizar cualquier actividad por contemplar el abrirse de una flor,

desenroscarse de una oruga, discurrir las aguas de un río, seguir paso a paso el lento caminar de un escarabajo.

• A ser valorados por la osadía de sus sueños y por dicho motivo enaltecidos, siendo identificados y reconocidos principalmente por ello.

• Que en su visión las manzanas pueden ser azules y amarillos los tomates. • La plena libertad, de imaginar un mundo mejor, instalando el reino del bien, la belleza y el valor,

que son atributos de la infancia.• A mirar la realidad con ojos fascinados, abiertos de asombro y admiración.• A reconocer que sus brazos antes fueron alas, que con ellos pueden volar por el mundo en su

proeza de ser amplios y vastos. • A sumergirse en el mundo del misterio, embrujo y sortilegio.• A utilizar toda su paleta de colores para pintar cualquier cosa y asunto.

• A poner su oído en el hueco de un caracol y trasmitirnos en cualquier lenguaje la sabiduría del mar, de sus profundidades y sus inabarcables orillas.

• A pasar de asombro en asombro, de maravilla en maravilla, de milagro en milagro. • Que ante sus preguntas, las respuestas de los adultos sean de igual o mayor calidad en cuanto

a magia, ingenio y poesía. • A que si creen en algo no se les desmienta ni corrija, ni se les desencante diciéndoles que eso

es falso. • A que se les apoye en su convicción de que tienen los mejores padres del mundo y,

verdaderamente, se los reconozca así en dicha dimensión.• A creer en su familia, en sus hermanos, en la caballerosidad de sus vecinos, en el pundonor de sus

gobernantes, porque lo contrario signi�cará dejar de creer y eso no sólo es triste sino muy grave. • A la alegría, a celebrar la vida y mirar cada una de sus manifestaciones con arrobamiento. • A que su sonrisa sea respondida con otra sonrisa, si es posible de oreja a oreja, sobre todo por

los adultos.• A darle vida a los seres y objetos que aparentemente no la tienen.• A iniciar un viaje en busca de la clave que explique el misterio del universo.

En Colombia se hace indispensable una educación que apueste por los Derechos de la Infancia adoptados por la Asamblea General de las Naciones Unidas, y que también, como se recopila a seguir, reconozca la propuesta de Danilo Sánchez Lihón, Director INLEC del Perú, que considera su Derecho a la Esperanza: