automedicación

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Automedicación La auto medicación es la medicación sin consejo médico. Crea diversos problemas si no se tienen suficientes conocimientos. Algunas de estas complicaciones son las siguientes: - Disminuir la efectividad de los antibióticos en la persona que los toma y generación de cepas de bacterias resistentes al antibiótico, que pueden infectar a otras personas. Intoxicación. Interacciones: Un caso con poco riesgo de automedicación son la de los medicamentos contra el resfriado. Normalmente los médicos los recomiendan cuando el paciente va a consulta y, a veces, el médico recomienda su uso sin necesidad de volver a visitarle. Una alternativa a la consulta médica es consultar con el farmacéutico, que posee un importante conocimiento de los medicamentos que dispensa adquiridos mediante una carrera universitaria y mediante su constante formación post universitaria. El farmacéutico, en caso de que vea necesario un diagnóstico, debe remitirle al médico. Aunque el uso incorrecto de medicamentos es asociado con el que los toma, en algunos casos, el tratamiento no adecuado es prescrito por el propio médico. Es el caso de recetar sistemáticamente antibióticos para el catarro o la gripe. Los antibióticos no tienen efecto en estas enfermedades, ya que sólo son útiles en los casos que se combinan con otras infecciones. Medicamentos sin receta médica[editar] En las farmacias se pueden dispensar algunos medicamentos sin necesidad de una receta. Por eso se les llama medicamentos sin receta o medicamentos OTC. se puede tomar en cuenta que en la actualidad los casos que se presentan por reacciones adversas a medicamentos es por aquellos que no fueron suministrados por sus médicos, es decir fueron automedicados; los medicamentos solo se deben dispensar en la farmacia bajo receta médica, excepto en algunos casos, donde el farmacéutico puede recomendar un medicamento el cual debe ser de venta libre (OTC), ejemplo: resfriado común, dolor leve, etc.

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Page 1: Automedicación

Automedicación

La auto medicación es la medicación sin consejo médico. Crea diversos problemas si no se tienen suficientes conocimientos. Algunas de estas complicaciones son las siguientes:

- Disminuir la efectividad de los antibióticos en la persona que los toma y generación de cepas de bacterias resistentes al antibiótico, que pueden infectar a otras personas.

Intoxicación.

Interacciones:

Un caso con poco riesgo de automedicación son la de los medicamentos contra el resfriado. Normalmente los médicos los recomiendan cuando el paciente va a consulta y, a veces, el médico recomienda su uso sin necesidad de volver a visitarle. Una alternativa a la consulta médica es consultar con el farmacéutico, que posee un importante conocimiento de los medicamentos que dispensa adquiridos mediante una carrera universitaria y mediante su constante formación post universitaria. El farmacéutico, en caso de que vea necesario un diagnóstico, debe remitirle al médico.

Aunque el uso incorrecto de medicamentos es asociado con el que los toma, en algunos casos, el tratamiento no adecuado es prescrito por el propio médico. Es el caso de recetar sistemáticamente antibióticos para el catarro o la gripe. Los antibióticos no tienen efecto en estas enfermedades, ya que sólo son útiles en los casos que se combinan con otras infecciones.

Medicamentos sin receta médica[editar]

En las farmacias se pueden dispensar algunos medicamentos sin necesidad de una receta. Por eso se les llama medicamentos sin receta o medicamentos OTC. se puede tomar en cuenta que en la actualidad los casos que se presentan por reacciones adversas a medicamentos es por aquellos que no fueron suministrados por sus médicos, es decir fueron automedicados; los medicamentos solo se deben dispensar en la farmacia bajo receta médica, excepto en algunos casos, donde el farmacéutico puede recomendar un medicamento el cual debe ser de venta libre (OTC), ejemplo: resfriado común, dolor leve, etc.

Page 2: Automedicación

Los farmacéuticos reclaman que se revise la lista de medicamentos con receta, ya que ésta no se modifica en España desde 1985. Existen algunos casos llamativos, como el de los medicamentos Fluimicil (sin receta) y Flumil (con receta) que tienen igual composición, dosis y mismo fabricante; sólo los diferencia que uno necesita receta y el otro no, pero el último es más caro.

Riesgos de la automedicación

La automedicación es la utilización de medicamentos por iniciativa

propia sin ninguna intervención por parte del médico (ni en el

diagnóstico de la enfermedad, ni en la prescripción o supervisión del

tratamiento).

La automedicación en un hábito común

en nuestra sociedad y no está exento de riesgos: utilizamos

medicamentos para el dolor de cabeza, para problemas gástricos,

para relajarnos, para la tos, para la alergia, etc.

La automedicación responsable puede ser conveniente si se utiliza

para tratar síntomas menores como el dolor, la fiebre, la acidez de

estómago, el resfriado, etc. y durante un tiempo limitado.

De hecho existen medicamentos que no necesitan receta médica,

denominados especialidades farmacéuticas publicitarias o EFP.

Page 3: Automedicación

Aún así, que un medicamento sea una EFP y que se dispense sin

receta no quiere decir que sea inocuo y no pueda resultar perjudicial

en determinadas situaciones ya que no deja de ser un medicamento.

Por este motivo en caso de cualquier duda se debe consultar al

médico o farmacéutico.

Otro caso distinto y muy frecuente de automedicación seria, la

automedicación con medicamentos que no son EFP y que tienen que

ser prescritos por un médico. Esta es una práctica desaconsejada.

Un ejemplo sería la toma de antibióticos sin prescripción médica ante

la sospecha de una infección. Los antibióticos no se deben tomar

nunca por propia iniciativa sin la supervisión de un médico.

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Automedicación y uso responsable de medicamentos

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Un medicamento es una sustancia con propiedades para el tratamiento o la prevención de enfermedades. También se consideran medicamentos aquellas sustancias que se utilizan o se administran con el objetivo de restaurar, corregir o modificar funciones fisiológicas del organismo o para establecer un diagnóstico médico.

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Se debe entender un medicamento como un instrumento de salud y no como un bien de consumo motivo por el cual su uso debe adecuarse de cada individuo. La automedicación, es decir, la administración por cuenta propia de un medicamento es un hecho cotidiano y habitual en nuestra sociedad que se da en la mayoría de los hogares. Se define clásicamente como la utilización de medicamentos, hierbas y remedios caseros por iniciativa propia o por consejo de otra persona sin ninguna intervención por parte del médico. A la vista del desarrollo del sistema sanitario actual, en los países del primer mundo, la automedicación puede considerarse más como “la voluntad y capacidad de las personas o pacientes para participar de manera inteligente y autónoma en las decisiones y en la gestión de las actividades preventivas, diagnósticas y terapéuticas que les atañen” (JR Laporte). Esta utilización por voluntad propia puede ocasionar perjuicios o beneficios al paciente. Es decir la automedicación no debe entenderse siempre como un acto erróneo sino que llevada a cabo de forma responsable puede aportar ventajas. Peligros de la automedicación

Según datos de una Encuesta Nacional de Salud, la automedicación representa un 15% del consumo de medicamentos del sistema sanitario público y que más de la mitad de las personas consumen fármacos a pesar de “encontrarse bien”. Es frecuente la consulta al conocido o familiar sobre fármacos que le “han ido bien o mal” frente a un problema. Es importante tener en cuenta que cada persona reacciona de forma distinta ante un mismo fármaco y que además, las características de su enfermedad no son equiparables a las de otro paciente. Los peligros más frecuentes de la medicación se resumen en:

Aparición de toxicidad en forma de efectos secundarios, reacciones adversas e intoxicación.

Dependencia o adicción. Interacciones con otros medicamentos. La asociación de

medicamentos puede ser peligrosa. Falta de efectividad por no estar indicados en esa enfermedad,

dosis inadecuada o tiempo de administración incorrecto. Esto es especialmente preocupante con los antibióticos de los que se tiende a abusar en casos no indicados (por ejemplo una

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gripe), creándose mecanismos de resistencia del organismo frente a bacterias habitualmente sensibles.

Pueden enmascarar o alterar otra enfermedad dificultando el diagnóstico o facilitando un diagnóstico erróneo. Por ejemplo, el uso habitual de corticoides tópicos en problemas cutáneos en los que no está indicado.

Otro dato relevante a señalar es que el consumo de fármacos por cuenta propia aumenta con la edad, con los peligros que entraña la mayor interacción y la sobredosis ya de por sí más frecuente en pacientes ancianos.

Existe un grupo de fármacos como son los antibióticos, los antiinflamatorios y los analgésicos donde existe un consumo importante y en muchas ocasiones sin una indicación adecuada.

Beneficios de la automedicación

No todos los aspectos de la automedicación son negativos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) si se hace de una forma responsable puede ser una forma de atención válida en los países desarrollados. Es decir, no toda la automedicación es inadecuada por sí misma, el objetivo a conseguir sería la promoción de una automedicación responsable en la medida de lo posible. La consecuencia positiva sería la solución de problemas banales de salud de forma autónoma y complementaria a la labor del médico, evitar el colapso y sobreuso de los recursos sanitarios cuando no son necesarios e incrementar la autonomía y responsabilidad personal en el cuidado de la salud. Para ello es importante:

Enseñar a automedicarse. Es fundamental enseñar, aconsejar y educar por parte de los médicos.

o Información sobre la enfermedad del paciente, su gravedad, duración y posibles complicaciones.

o Aconsejar sobre el uso de los tratamientos: para qué sirve el fármaco, dosis y frecuencia de administración, efectos adversos, duración del tratamiento, qué hacer si no hay mejoría o hay agravamiento.

o Educar sobre: qué hacer en otras situaciones similares, fármacos que puede o no puede tomar, signos de alarma, favorecer la colaboración y la comunicación del paciente.

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A la hora de tomar un fármaco: o El consumo del mismo debe tener una duración

limitada. Si los síntomas no mejoran, aparecen otros nuevos o empeora se debe consultar con el médico.

o Se debe leer y conservar el prospecto de todos los medicamentos.

o Conservar los medicamentos en su embalaje original. Prestar atención en información importante como la fecha de caducidad y el modo de conservación. El embalaje protege el medicamento y garantiza su adecuada conservación.

Evitar el consumo de alcohol o cualquier droga cuando se están tomando medicamentos. En resumen

Así, en determinadas enfermedades banales o problemas menores como el dolor leve por un traumatismo, la fiebre por un cuadro catarral, la acidez de estómago puntual, un resfriado, etc., la automedicación puede ser conveniente durante un tiempo limitado. De hecho existen medicamentos que no precisan de receta médica y se pueden adquirir para este fin. Por último, no hay que confundir que, aunque un medicamento no precise receta, es inocuo pues puede resultar perjudicial en determinadas circunstancias. Respecto a fármacos que requieren receta médica y que, por tanto, precisan que un médico los prescriba, en líneas generales, se desaconseja su consumo por cuenta propia. Esto es especialmente frecuente con los antibióticos que prescripción médica ante la sospecha de una infección. Los antibióticos no se deben tomar nunca por iniciativa propia y sin la supervisión de un médico.