atención, percepción y memoria

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DESARROLLO COGNITIVO DE 0-3 AÑOS DESARROLLO TEMPRANO DE LA PERCEPCIÓN, ATENCIÓN Y MEMORIA PERCEPCIÓN La percepción es la capacidad de captar y conocer elementos de nuestro entorno, por medio de los sentidos. Es además, una subestructura del conocimiento (al igual que la memoria y la sensomotricidad). Gracias a la percepción nos conectamos con la realidad, y nos relacionamos con ella y todos los individuos que la componen. La percepción, junto a la sensación y la atención, son los procesos psicológicos inferiores. Existen diferentes teorías de la percepción: las teorías innatas, las teorías empiristas y las teorías constructivistas o interaccionistas. Las teorías innatas expresan la influencia genética en la percepción; según ellas lo que podemos percibir y la manera en que lo hacemos ya está predeterminado en nosotros, es decir, es innato. Según las teorías empiristas, la percepción está ligada a la experiencia del individuo con el entorno en que vive; así, el aprendizaje de la persona adquiere gran importancia en su percepción de la realidad. Las teorías constructivistas distinguen dos clases de factores (innatos y aprendidos), de cuya interacción depende la percepción. Muchas veces no percibimos adecuadamente la realidad, debido a las llamadas “ilusiones perceptivas”, que engañan nuestros sentidos. Podemos distinguir distintas leyes perceptivas, de acuerdo a las cuales, entendemos los estímulos dados por los sentidos, y los organizamos. Entre estas leyes hallamos por ejemplo, la ley de semejanza, a través de la cual solemos agrupar los estímulos similares; o la ley de proximidad,

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Page 1: Atención, percepción y memoria

DESARROLLO COGNITIVO DE 0-3 AÑOS

DESARROLLO TEMPRANO DE LA PERCEPCIÓN, ATENCIÓN Y MEMORIA

PERCEPCIÓN

La percepción es la capacidad de captar y conocer elementos de nuestro entorno, por medio de los sentidos. Es además, una subestructura del conocimiento (al igual que la memoria y la sensomotricidad). Gracias a la percepción nos conectamos con la realidad, y nos relacionamos con ella y todos los individuos que la componen.

La percepción, junto a la sensación y la atención, son los procesos psicológicos inferiores.

Existen diferentes teorías de la percepción: las teorías innatas, las teorías empiristas y las teorías constructivistas o interaccionistas. Las teorías innatas expresan la influencia genética en la percepción; según ellas lo que podemos percibir y la manera en que lo hacemos ya está predeterminado en nosotros, es decir, es innato. Según las teorías empiristas, la percepción está ligada a la experiencia del individuo con el entorno en que vive; así, el aprendizaje de la persona adquiere gran importancia en su percepción de la realidad. Las teorías constructivistas distinguen dos clases de factores (innatos y aprendidos), de cuya interacción depende la percepción.

Muchas veces no percibimos adecuadamente la realidad, debido a las llamadas “ilusiones perceptivas”, que engañan nuestros sentidos.

Podemos distinguir distintas leyes perceptivas, de acuerdo a las cuales, entendemos los estímulos dados por los sentidos, y los organizamos. Entre estas leyes hallamos por ejemplo, la ley de semejanza, a través de la cual solemos agrupar los estímulos similares; o la ley de proximidad, que nos lleva a percibir aquello más cercano físicamente entre sí, ante estímulos iguales o parecidos.

La percepción se encuentra intensamente ligada a la atención, pues la actividad cognitiva empieza por la percepción, pero continúa gracias a la atención del sujeto.

ATENCIÓN

El entorno de un niño está repleto de informaciones, de novedades, de estímulos. Tal vez por eso sea cada vez más difícil para ellos mantener una atención y una concentración en los estudios y en sus tareas de un modo general.A través de la atención, nos centramos en un estímulo de entre todos los que hay a nuestro alrededor e ignoramos todos los demás. Con la concentración, una de las habilidades fundamentales en el proceso de conocimiento, mantenemos la atención focalizada sobre un punto de interés, durante el tiempo que sea necesario. Sin

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concentración es prácticamente imposible el aprender algo, por tanto, la concentración es imprescindible para el aprendizaje.

Recomendaciones para favorecer la atención y concentración:

1- Prescindir de todo aquello que pueda distraer la atención: problemas personales, de familia, falta de objetivos, ruidos, etc.

2- Cambiar la materia de estudio cada cierto tiempo. Esto mantendrá la concentración por más tiempo;

3- Hay que empezar a estudiar a una hora fija para conseguir un buen rendimiento cerebral. Si una persona se acostumbra a hacer el esfuerzo de concentrarse todos los días a la misma hora, al cabo de unos días la cabeza se concentra con más facilidad a esa hora;

4- Es necesario que se dé un tiempo para realizar cada tarea o actividad y que se exija realizarla en el tiempo previsto.

5- Realizar las tareas más difíciles cuando se esté más descansado;

6- Para que empiece a estar a pleno rendimiento la concentración, como cualquier otra facultad del ser humano, requiere de un “calentamiento previo”, por eso puede ser conveniente que antes de estudiar, dedicar unos minutos (no más de cinco) a tachar algunas letras (elegir alguna) de una hoja de periódico. A continuación pasar a hacer la actividad programada.

7- Es muy importante tener claras las metas a alcanzar. Cuando queremos algo de verdad y con fuerza y lo proponemos como meta a conseguir, movilizamos muchos de nuestros recursos para tratar de alcanzarla. Por tanto, en la medida que el niño tenga más claras las metas en el estudio, más concentración pondrá en marcha para conseguirlas.

8- Intercalar descansos. El proceso de atención tiene una curva que suele decaer con el tiempo. Por ello, es conveniente intercalar descansos para recuperar la concentración.

9- Aprovechar las explicaciones del profesor para sintetizar mentalmente lo que se ha escuchado, y apuntar con frases cortas los detalles de más interés. Esta es una buena técnica para ejercitar la atención.

MEMORIA

Si creemos que los bebés no tienen memoria porque nosotros no nos acordamos de cosas que sucedieron cuando éramos bebés, estamos equivocados; los bebés sí tienen memoria, sólo que es diferente a la memoria que se tiene en edad adulta.

Las células nerviosas que activan la memoria ya están desarrolladas antes de nacer (tercer trimestre de gestación). Desde recién nacidos los bebés pueden recordar, un ejemplo de ello es que reconocen la voz o los besos de mamá y familiares cercanos, pero como aún les falta desarrollar la conciencia del tiempo y contexto, no pueden

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catalogar sus recuerdos; así recordarán la voz o los besos de mamá pero no podrán determinar dónde y cuando la escucharon (memoria inconsciente) y podrás confirmarlo cuando te acerques a tu bebé y él se ponga feliz porque llegará a él su memoria inconsciente.

Más adelante utilizamos el lenguaje para expresar nuestros recuerdos lo cual ayuda para adquirir una memoria de largo plazo que recordaremos siempre. Por lo pronto, los niños hasta que comiencen a hablar tendrán una memoria de corto plazo, aunque el suficiente como para que puedan desenvolverse.

Recién Nacidos:

* Memoria de reconocimiento, reaccionando ante olores, sonidos, cosas que ve. * Aún no tiene memoria de corto plazo, no podrá recordar algo que vio antes. * Con el pasar de los días y las semanas se establece una rutina del día a día, con ello verá cosas y personas recurrentes, con lo que comenzará a desarrollar la memoria a corto plazo.

A partir de los 6 meses los bebés pueden recordar:

* Comienza a tener memoria a corto plazo, reconoce a personas cercanas a ellos (padres, hermanos, familiares, niñera, amigos, etc.), luego cuando la adquiera podrá además realizar rutinas básicas y entender algunas palabras. * Relación causa-efecto: cuando nos ven armando el cochecito saben que vendrá un paseo al aire libre, si presionan un botón de su gimnasio saben que oirán música, comienzan a relacionar palabras con las cosas, etc. * Aún no se tiene claro si tiene memoria consciente, puesto que el bebé no habla y no puede demostrarlo.

A partir de los 12 meses los bebés pueden recordar mucho más: debido a que ya comienzan a tener ciertas habilidades de lenguaje:

* Ya cuenta con una memoria explícita puede demostrarlo hablando y con sus actos. * Reconocer lugares recurrentes: la casa de los abuelos, los juegos del centro comercial, las clases de estimulación temprana, etc., y nos podremos dar cuenta de ello porque dirán alguna palabra para demostrárnoslo (por eso se piensa que pueden tener esta capacidad antes pero como no hay lenguaje de por medio no tenemos cómo saberlo).

A partir de los 24 meses: cuando ya hablan la memoria de los niños pasan de ser media inconsciente a totalmente consciente:

* Pueden recordar muchas palabras, ya cuentan con un vocabulario extenso (nombres de personas, objetos, colores, formas, algunas instrucciones, etc). * Comienzan a recordar frases que escuchan decir a los demás y las utilizan para tratar de comunicarse. * Recuerdan las historias de los cuentos, saben como se desarrolla la historia y ya no podrás saltarte ni una sola página sin que se den cuenta. * Ya puede expresar sus sentimientos básicos, contar algo que le pasó.

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A partir de los 3 años de edad: el niño ya cuenta con una memoria consciente desarrollada, lo cual le permitirá poder recordar alguna cosa o evento importante para él hasta la edad adulta.

RAQUEL PUCHE CERDÁ