DESPRENDIMIENTO GOZOSO

El desprendimiento gozoso, es una expresión muy propia del carisma de La Asunción, tiene una mística y un sentido vital para la persona.

Ante un panorama global marcado por la mundialización, la comunicación y la movilidad interplanetaria, las conexiones (redes sociales), etc. de la búsqueda de eficacia y competitividad, de excelencia para “ser más”, pero sobre todo para tener más, comprar más, vivir mejor y más fácilmente… la idea de desprenderse de algo, entonces, resulta poco atractiva.

Este contexto de mutación, de transformación de nuestras sociedades… de los métodos educativos y de los modos de vida… nos invita a volvernos a la “chispa fundadora”1, nos recuerda primero que nuestra “filosofía” (visión) está centrada en el misterio de la ENCARNACIÓN, la cual expresa nuestra PASION, enraizada en la PASION DE DIOS POR LA HUMANIDAD, pasión que hoy es más urgente y viva, porque hay demasiadas personas y pueblos que sufren…

¡He aquí el origen del desprendimiento gozoso! Ante esta cultura creciente del tener y del poder, se nos presenta una contra propuesta no tan sencilla ni fácil: la del dar y de entregar. Todo ello nos lleva a asumir un COMPROMISO (o reto según quiera verse): queremos actuar para que la realidad sea transformada según el proyecto de Dios…

El vocablo desprendimiento etimológicamente proviene del verbo activo transitivo “desprender” y del sufijo “miento” que indica acto, estado y efecto de.

Este término se define como la acción o acto de desprender o expulsar entre sí. Indiferencia, desentendimiento, alejamiento, desapego, desinterés, rechazo o distanciamiento de las cosas. Generosidad, esplendidez, liberalidad y dadivosidad. (En escultura y Pintura) Representación del descenso del cuerpo de Cristo después de la crucifixión.2

Podemos observar que dicho término implica en sí mismo una renuncia, es decir una cesión voluntaria de un bien o de los derechos a este; o bien, el abandono o rechazo voluntario de algo con gozo3 (alegría intensa4).

El significado bíblico de gozo es la posición del alma en un tono de satisfacción, a causa de algún acontecimiento agradable o por algún pensamiento que despierte la alegría.5

Aquí cabe preguntarnos ¿Puede haber alegría en la renuncia? ¿sería lo mismo si se tratase de desprenderse o separarse de personas amadas, condiciones económicas, privilegios, la salud, o del todo lo que tenemos?

A continuación se explicará este misterio, para tratar de entender cuál es esa alegría de la que habla María Eugenia, misma alegría que marca el espíritu de la Asunción. 1 Expresión del Papa Francisco para hablar de los carismas en la Iglesia (Carta en el año de la Vida Consagrada)2 Definición a.com (15 diciembre, 2015). Definición y etimología de desprendimiento. Bogotá: E-Cultura Group. Recuperado de https://definiciona.com/desprendimiento/3 https://www.buscapalabra.com/definiciones.html?palabra=renuncia4 https://www.google.com.ni/search?rlz=1C1AOHY_esNI708NI709&ei=DZ0FW8q6DY3uzgKTlbDoDQ&q=gozo+significado&oq=gozo+significado&gs_l=psy-ab.3..35i39k1j0i7i30k1j0i67k1j0i7i30k1j0i7i10i30k1j0i7i30k1l5.3784.5833.0.6777.12.9.0.0.0.0.643.1616.2-2j0j1j1.4.0....0...1c.1.64.psy-ab..9.3.1137...0i7i30i19k1j0i7i10i30i19k1j0i131i67k1.0.5G8ZssTpqyQ5 https://www.significadobiblico.com/gozo.htm

1

Hagan memoria de un momento en el que hayan sentido una alegría profunda.

a. ¿Qué provocó esta alegría? b. ¿Qué imagen utilizarían para describir lo que sintieron? c. ¿Qué huellas duraderas ha dejado esta alegría en ustedes?

Ahora: ¿Qué imagen, de todas estas, reflejaría mejor la alegría en María Eugenia? ¿Y la que está más lejos? ¿Por qué?

Procedamos a iluminarnos:

1. ¿Cuáles son las características de Dios que hacen posible el desprendimiento gozoso?

También os he dicho que entre las doctrinas, hay que escoger siempre aquellas en las que Dios es más honrado, en las que se dice que Dios es el más bueno, que es el bien Infinito, la sabiduría infinita, que se debe confiar en Él, esperar todo de Él, que es Padre y que en cualquier momento podemos arrojamos en sus brazos. Todo lo que se pude pensar de Dios, para poderle amar más, es lo que debemos pensar, antes que pararnos en todas esas ideas en las que han incurrido las mentes de muchos hombres, y que no se parecen a la perfección infinita de Dios, porque conlleva algo del espíritu propio del hombre.

¿Por qué no tener un desprendimiento gozoso? ¿No nos induce todo a ello? Si Dios es nuestro Padre vayamos hacia Él, que es la bondad infinita y cuya misericordia sobrepasa la justicia.

2. ¿Cuáles son las actitudes humanas que traducen bien el desprendimiento gozoso?

2

Esta disposición concuerda con la ADORACIÓN, que acepta todo como venido de la mano de Dios; hace que esta aceptación no sea triste, desoladora, sino gozosa y confiada. Antes de conocer la voluntad de Dios, el alma ya confía en Él. Cuando la conoce, en lugar de lamentarse de esa voluntad del Padre, la toma por el lado bueno con un cierto desprendimiento gozoso de toda visión humana o terrena.

Después del carácter de la adoración, os he hablado del espíritu de san Agustín. Con san Agustín debemos adquirir el amor a la verdad, el amor a la Iglesia, el amor a Nuestro Señor Jesucristo, el amor a la Santísima Virgen, el amor a las almas, el deseo de extender el reino de Jesucristo en las almas. Ahora bien, Hermanas, ¡pensad cómo un alma a la que se ofrecen tantas cosas para pensar y para indagar, no puede detenerse en lamentaciones, en quejas, ni en las cosas terrenas! Continuamente, se encuentran en este mundo, dificultades, obstáculos, sufrimientos. No nos explayemos en lamentaciones sobre las cruces, sobre los inconvenientes que encontramos en esto o en aquello; todo será tiempo perdido, que podríamos emplear en llenarnos de verdad, de amor y en trabajar en el servicio de Nuestro Señor.

3. ¿De qué manera el desprendimiento gozoso es un medio para hacer frente a las dificultades? ¿Cuál es la palabra clave?

Pero es justo, y Dios lo quiere, que en todo obstáculo, en toda dificultad, busquemos un remedio. Dios no nos ha colocado en la tierra como criaturas pasivas, que como los mahometanos dicen: “¡Dios lo ha hecho! ¡Mahoma es su profeta!”. Somos criaturas dotadas de inteligencia y de libertad; y debemos, por medio de las reglas de la Iglesia y las de las virtudes, librarnos de las dificultades que la vida humana y el demonio oponen a todo lo que hacemos.

Soy muy partidaria de esta doctrina de san Ignacio que dice: que ante una dificultad, ante una preocupación, ante un disgusto, pongamos atención en seguir las luces de la sabiduría y de la prudencia, como si sólo contásemos con nosotras mismas; pero al hacerlo, contar únicamente con Dios, porque todo lo que hagamos, por nosotras solas, no cuenta nada. Muchas personas del mundo se detienen en los inconvenientes, en los obstáculos, en las dificultades que encuentran; y cuando se les pregunta: “¿Qué remedio se podría tomar?” no lo saben, no buscan ninguno.

Creo que, con un desprendimiento gozoso, el espíritu de La Asunción deja de lado, como dice un Profeta, los cantos, los ayes, las lamentaciones, y sólo busca lo que Dios quiere que hagamos, para sacar de los incidentes el mejor partido posible para su servicio y para su gloria.

Una frase de la Sagrada Escritura contiene todo esto santa y perfectamente: “En todas las cosas interviene Dios para bien de los que aman” (Rm 8,28). He aquí la razón para no lamentarse: todo, Hermanas, se convierte en bien de aquellos que aman a Dios; entendedlo bien todo, no se exceptúa nada: las faltas, cuando uno se arrepiente; las dificultades, cuando se las acepta; las penas, cuando con ellas se adquiere paciencia; los enemigos, el demonio, las pruebas, las tentaciones, la salud, las impotencias, las situaciones en que podamos encontramos, las dificultades en la oración, las luces cuando se tienen, y que no hay que rechazar los consuelos que son un don de Dios, todo se convierte en bien de los que aman a Dios.

Al abordar las cosas de esta manera, comprenderéis, Hermanas, con qué desprendimiento gozoso, con qué fuerza, con qué confianza, con qué libertad de espíritu, con qué sencillez, con qué rectitud, con qué vacío de cosas y de palabras inútiles se soporta todo. Ante qué debe uno pararse, cuando se afronta todo diciendo: “He aquí la voluntad de Dios, la acepto de todo corazón, la quiero, la adoro… He faltado. Pues bien, me levantaré, me apartaré y no me turbaré; porque “todo coopera al bien de los que aman a Dios, dice san Pablo, incluso el pecado”, como añade san Agustín sin temor. No he sido hecha para la tierra, quiero tratar de elevarme por encima de todas las penas y de todas las dificultades, de salir adelante lo mejor posible con los medios que dan

3

mis reglas, la obediencia e incluso la prudencia natural. Así no se pierde, en lamentaciones continuas, el tiempo precioso de la vida.

4. ¿Cómo llamarían ustedes y definirían esta “mala tendencia” que el desprendimiento gozoso combate?

Uno de los grandes males de nuestro tiempo, es el de replegarse siempre en sí mismo. Muchas personas que no tienen ninguna notoriedad, escriben su historia, anotan todo lo que han dicho, todo lo que han hecho, sin que haya en ellos nada interesante. Nosotras debemos seguir las grandes metas que os he indicado; debemos tratar de extender el reino de Dios en el mundo, y ¡qué lástima si, por ocuparnos de las cosas personales, de cosas propias, nos desviásemos de esta sublime intención!

¡Por qué no animar todos nuestros pensamientos, todas nuestras palabras, todas nuestras acciones con un deseo de celo? Eso nos libraría y nos pondría en disposición de entregarnos gozosamente a todo lo que concierne al servicio de nuestro Padre celestial. A medida que uno se desprende de las palabras, de los pensamientos inútiles, de las quejas, de las lamentaciones, de las preocupaciones del mundo, se alcanza mejor el reino de Dios, uno mismo se colma de mejores bienes, se busca más la palabra de fe que puede hacer el bien, se habla con más frecuencia a Dios y de Dios. Con ello todo es ganancia; y si hay algo que se pierde, es cierta necesidad de en sí mismo; y si esto nos ocurre, es necesario pedirle a Dios que nos aparte de tal pensamiento.

Antes de la caída, el hombre veía todas las cosas en Dios y a Dios en todo; pero cuando su vista se enturbió por el pecado, cuando su inteligencia se oscureció por la ignorancia, cuando la concupiscencia se adueñó de nosotros, entonces el hombre se sintió inclinado a detenerse en las cosas superficiales y en sí mismo. Cuántas personas, en esta ciudad de París, despliegan su actividad en una vida materialista y superficial. He oído a alguien que las comparaba con las ardillas, que dan vueltas y vueltas sin cesar, con una agilidad tan fatigosa colmo inútil. Se levantan, se visten, se hacen visitas, van al parque, vuelven a casa para comer, después hay que ir a un espectáculo o a una fiesta. Se crean obligaciones, deberes pueriles; la vida transcurre con una agitación febril, no se tiene tiempo para nada. Es una vida completamente inútil y predispuesta a la caída; porque no es natural que un ser inteligente, sienta complacencia en dar vueltas así en un círculo insulso. Y, sin embargo, es un hecho: cuántas personas de ese mundo no conocen otra cosa. ¿Qué dan a Dios semejantes vidas? ¿Cuáles son las obras que se hacen para Él?

5. ¿Cuáles son las fuentes de la alegría, según María Eugenia?

Para María Eugenia, la Alegría se nutre de la vida contemplativa… La alegría es la luz secreta que sale de dentro.

«Hay alegría en los niños, en las personas fuertes, hay alegrías que nacen de un contacto íntimo con el Señor, de la fidelidad a la gracia. Las mejores alegrías, las más profundas surgen de ahí...» MME, Extracto del capítulo del 13 de agosto de 1891.

“Debemos pensar que nuestro espíritu es sobre todo un espíritu de alabanza a Dios. Adorar a Dios, adorar a nuestro Señor Jesucristo, rendirle adoración, alabanza, amor en todo lo que se le puede dar a su divina persona. Este es nuestro fin, es nuestra primera preocupación y debemos conseguir que todos con quienes nos relacionamos lleguen a este espíritu de alabanza y amor». «La alegría sale de ahí como de su fuente, una alegría profunda y duradera ya que está en Dios.”

«La segunda característica de nuestro espíritu, y que es conveniente recordar, es la caridad; la caridad no puede existir sin la humildad. ¿Cómo veis que hay relaciones, contactos, uniones entre personas llenas de ellas

4

mismas? Hay que estar vacías de uno mismo para presentar a los otros un rostro agradable, sonriente y para manifestarles alegría»

«La alegría nace de la humildad y la caridad, y este es nuestro espíritu, hijas de la Asunción, que esta alegría santa nos conduzca a la alabanza, a la bendición, a la acción de gracias.» MME, 5 enero de 1883.

«Navidad y Pascua son dos tiempos que la Iglesia consagra a la alegría espiritual. »

La alegría de la navidad la centramos en la cueva de Belén. Para encontrarla, para sentirla para experimentarla, no solo habría que meditarla sino vivirla durante el día y en la vida corriente, volver por el recuerdo a este lugar sagrado, humilde, escondido, pobre en el que se encuentra Jesús con María y José. Allí el Niño Jesús es la fuente de la alegría. Sería algo importante para nosotros representarnos en nuestro interior, en nuestro espíritu, en nuestro pensamiento, en la imaginación, una imagen del Niño Jesús…. ¡Su mirada, su sonrisa, la expresión de su ser, es todo bondad, sencillez, dulzura, lleno de luces sobrenaturales y de gracias, que viene a traer a la tierra! El divino Niño, en este tiempo, será nuestra alegría… Aquí tenéis la fuente de la verdadera alegría, el Niño Jesús en el establo. MME, 5 enero de 1883.

“Pero hay algo más: Al lado de Jesús está la Santísima Virgen. Tenemos que pensar que en la cueva, María, no sólo ama y protege a Jesús, sino que experimenta la alegría en medio del despojo absoluto, de la mayor pobreza, pobreza que es, muy a menudo, una alegría para el alma. El principio de la alegría de la Santísima Virgen: es que tenía a Jesús. Lo poseía, lo amaba, se gozaba con él, adoraba sus virtudes más profundas y las veneraba no sólo por ella sino por todos los que se convertirán en sus hijos. Si ella experimentaba la alegría de poseer a Jesús, se tendría que convertir en nuestra madre.” MME, 5 enero de 1883.

Elegid lo que vais a contemplar

« La alegría del alma pasa por encima de las contradicciones, por encima de las pruebas, por encima de pequeñeces que pueden llevar a la crítica y a quejarse. La alegría del alma se fundamenta en la esperanza que acompaña y guía el amor. Se sitúa en la paz del corazón donde se goza en Jesucristo resucitado en ese reino eterno, donde un día lo veremos glorioso.» MME, 5 abril de 1874.

¿En qué nos ayudan e iluminan los descubrimientos de este taller en nuestro trabajo de educación?

Fuente: Encuentro Internacional de Educación Filipinas, 2018

5