asociacion de microbiologia , hig ie ne y medic ina …
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ASOCIACION DE MICROBIOLOGIA, HIGIENE Y MEDICINA PREVENTIVA
Sesión del clía 17 de diciembre de 1971
CONTAMINACION ATMOSFERICA
J. ÜRTEGA TORRES
Nuestro planeta cuenta, quizás en exclusiva, dentro del vasto universo, con el más entrañable y valioso milagro de la creación: la vida. En los momentos actuales cabe afirmar que ese manto milagroso y vital que envuelve la tierra y que se ha denominado «biosfera» corre, ciertamente, peligro de extinción. La dilatadísima gestación evolutiva que a lo largo de millones de años ha culminado en la aparición del hombre parece a pun to de truncarse, y lo más paradójico es que el responsable de ello es el propio hombre. Efectivamente, el hombre, cúspide evolutiva de la creación en razón a su inteligencia superior, saliéndose de toda norma y ley biológica, está destruyendo progresivamente el medio natural que le rodea, y así podemos escuchar al profesor P ICCARD afirmar que el mar, ese mar germinal origen de las primeras formas de vida, ha perdido ya del 30 al 50 por ciento de su riqueza biológica, y ello sobre todo por el vertido de residuos industriales y humanos en las costas, por hidrocarburos procedentes de buques petroleros, por la práctica de pescas abusivas, por contaminaciones radiactivas, etc. Sobre los medios fluvial y lacustre actúan estos mismos factores, pero en razón a sus más reducidas proporciones en relación con el mar, Jos resultados son aquí mucho más llamativos, y así, algunos ríos y lagos de regiones intensamen te industrializadas, han dejado de albergar el menor vestigio de vida, incluso unicelular. El suelo, y la fauna y flora terrestres, también han sido deteriorados por toda clase de residuos líquidos y sólidos, domésticos o industriales; por la matanza caprichosa o a título lucrativo de especies animales enteras; a veces la supresión selectiva de especies predadoras ha originado la proliferación excesiva de herbívoros que han esquilmado y desertizado extensas zonas de praderas y sabanas; por el uso de pesticidas (insecticidas, rodenticidas, desbrozadores, defoliadores, etc.), que como contrapartida de gJ·andes beneficios económicos ofrecen serios daños a múl-
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tiples especies animales e indirectamente al hombre; por la destruc
ción de medios forestales que ha conducido a la aparición de parajes
desérticos; por el crecimiento del medio urbano que ha venido a susti
tuir la clorofila por el cemento. Tampoco el medio aéreo se ha visto
libre de la agresión del hombre, también a escala planetaria. Ha podido
comprobarse que en las altas capas de la atmósfera se está formando
una nube indestructible procedente de los residuos industriales y ur
banos, pero sobre todo de los gases expulsados por las toberas de los
reactores que vuelan a gran altura. En una isla de Jos mares del Sut,
Mauna-Loa, ha podido comprobarse, en los últimos años, una reduc
ción del orden del 20-30 % de la irradiación solar. La contaminación
del medio aéreo es precisamente el tema del trabajo que les voy a
exponer boy: LA CONTAMINACION DEL MEDIO AEREO (DE
GRADACION DEL MEDIO AEREO).
DEFINICIÓN Y CONCEPTO. - Se habla de contaminación atmosfé
rica (C. A.), de polución o de atmósfera contaminada, cuando la com
posición del aire se aparta sensiblemente de la del aire puro, bien sea
por modificación cuantitativa de uno o varios de sus constituyentes
normales o bien cualitativa, por la aparición de sustancias anormales
o extrañas; en ambos casos, a concentraciones suficientes para afectat
desfavorablemente el medio ambiente y en un sentido particular, la
salud del hombre, su «confort» o bienestar, o sus propiedades.
Desde el punto de vista sanitario podemos considerar la contami
nación atmosférica (C. A.) como un <<morbo endemo-epidémico» y de
acuerdo con esta interpretación vamos a ir comentando sucesivamente
algo sobte su etiología, efectos patológicos y medicina preventiva.
ETIOLOGÍA.- Veamos primero cuáles son las causas, orígenes o
fuentes de polución: En primer lugar las combustiones, bien sean a escala doméstica,
industrial o a nivel de los motores de combustión interna de los ve
hículos. En segundo lugar hay que contar con otras fuentes y procesos in
dustriales que vierten a la atmósfera las más variadas sustancias.
No debe olvidarse gue también existen fuentes y medios de conta
minación naturales como son la desintegración de la materia vegetal
y animal, ]a espuma marina (salpicaduras oceánicas), las tempestades
de polvo y arena, los incendios forestales, los humos volcánicos, los
óxidos de nitrógeno y ozono producidos por descargas eléctricas du
rante las tormentas, los pólenes, esporas bacterianas, etc.
La C. A. producida por medios naturales no da lugar a grandes
concentraciones y es fácilmente neutralizada y eliminada por los fenó
menos de autodepuración de la atmósfera, cosa que no ocurre muchas
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veces, desgraciadamente, con la contaminación producida por el hombre. En cuanto a los materiales que constituyen la C. A., hay que decir
que los fundamentales son: la materia sólida (fundamentalmente ceniza ligera de carbón), compuestos de azufre (dióxido de azufre, trióxido de azufre, sulfuro de hidrógeno y sulfuros orgánicos - mercaptanos-), compuestos de oxígenos (ozono, monóxido y dióxido de carbono), compuestos de nitrógeno ( monóxido y dióxido de nitrógeno, amoniaco), compuestos halogenados (cloruro y fluoruro de hidrógeno), compuestos orgánicos (aldelúdos, ácidos, alquitranes, hidrocarburos) y compuestos radiactivos (gases y aerosoles radiactivos).
Para su exposición es útil una clasificación más sistemática. Por su estado físico, podemos considerar las partículas (sólidas o líquidas) por una parte y los vapores y gases por otra.
Nos detendremos primero en las partículas: los sistemas formados por partículas dispersas en un medio gaseoso reciben el nombre genérico de aerosoles.
Los términos humo, niebla, bruma, polvo designan ciertas clases de aerosoles en razón a su estado físico, tamaño, forma y comportamiento de las partículas que los constituyen.
Por definición, los aerosoles incluyen todas las partículas en estado de dispersión, sean sólidas o liquidas, y cuyos diámetros pueden oscilar entre las 100 micras y la centésima de micra: las más gruesas, con diámetros s1,1periores a las 10 micras, se separan del aire y sedimentan rápidamente; las medianas, de 10 a 0'1 micras, forman en el aire suspensiones mecánicamente estables y las pequeñas, menores de 0'1 micras, poseen movimiento browniano y se difunden en la atmósfera prácticamente como si fueran gases .
Las nubes, nieblas, brumas y lloviznas están constituidas por partículas liquidas principalmente de agua, si son de origen natural. A veces se producen emisiones industriales de este tipo, de diversas sustancias, con carácter accidental.
El polvo es un término genérico que se aplica exclusivamente a partículas sólidas.
El humo se origina generalmente por combustión y puede albergar tanto partículas sólidas como líquidas.
El tamaño de las partículas dispersas determina su capacidad de penetración en las vías respircttorias: partículas de diámetro superior a las 5 micras quedan retenidas generalmente en fosas nasales y vías altas; entre 5 y 1 micras de diámetro, la penetración en pulmones es máxima, así como su retención; las menores de 1 micra penetran con facilidad, pero sólo en muy pequeñas proporción son retenidas .
Desde el punto de vista químico las partículas dispersas pueden ser inorgánicas u orgánicas. La variedad dentro de cada grupo es grandísima.
150 AN,\LES SECCTÓN J\lEDICll\,\
El análisis q01mtco y espectrográfico de la fracción inorgánica ha
revelado la presencia de 20 elementos metálicos aparte el carbón u
hollín, que es su componente fundamenta l. Estos elementos metálicos
se hallan formando parte de muy diversas sales, los más abundantes
son el silicio, calcio, sodio, aluminio, hierro; y también, aunque en
menor proporción, el magnesio, plomo, cobre, zinc y manganeso. La
proporción de plomo en el aire de las ciudades es función del tráfico
rodado, puesto que diversos compuestos de plomo se utilizan como
antidetonantes mezclados con la gasoHna. La materia orgánica tiene un gran interés, sobre todo los hidrocar
buros aromáticos, cuya tasa en la atmósfera urbana va aumentando
progresivamente en razón, sobre todo, al también progresivo incre
mento del tráfico rodado y de su emisión por los tubos de escape,
tanto en el caso de motores diesel como de gasolina. El interés de estos
compuestos radica en su acción cancerígena con respecto a animales
de laboratorio y posiblemente también, de alguna manera, en el hom
bre. Estos compuestos proceden de la combustión imperfecta de los
hidrocarburos y los mejor conocidos y más constantemente encontra
dos son el 3,4 benzopireno, el 1,2,3,4, d ibenzopireno; el 1,2,4,5,
dibenzopireno; el 1,2,5,6, dibenzoantraceno; el 7-metil,1,2, benzoan
traceno; el 7,8,-dimetil, 1,2, benzoantraceno; el colantreno; el 3-metil
colantreno; el pireno; el f!uoranteno y el criseno .
Y pasemos ya a los gases y vapores, haciendo referencia a los más
importantes: El dióxido de azufre (S02) es el más trascendente de todos y ba
sido el más estudiado. Su investigación y dosificación se utiliza fre
cuen temente como índice de contaminación atmosférica, algo así como
la titulación del coli fecal es índíce de la contaminación bacteriana del
agua. Su fuente principal la constituye el empleo de combustibles que
con tienen azufre y con taras excepciones lo contienen todos en mayor
o menor proporción. La presencia en la atmósfera del sulfuro de hidrógeno (SH2) y
sulfuros orgánicos (mercaptanos), se debe a averías o fallos en diversas
industrias (refinerías de petróleo, fabricación del coque, destilación del
alquitrán, etc.), que siempre cuentan con medios de depuración (com
bustión o neutralización) atendiendo al mal nlor y efectos tóxicos de
estos gases. El fluoruro de hidrógeno (FH) tiene como origen las fábricas de
aluminio, abonos fosfatados, ladrillos, cerámica, etc. El cloruro de hidrógeno (Cll-I) o ácido clorhídrico no constituye en
realidad un residuo industi"ial y si se vierte a Ja atmósfera es por avería
o defectuoso funcionamiento de instalaciones, ya que su recuperación
es siempre fácil y rentable. Los óxidos de nitrógeno tienen una gran importancia y trascen-
ORTEGA. CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA 151
dencia, ocupando en este sentido un segundo lugar, inmediatamente después del dióxido de azufre. Constituyen importantes subproductos en la fabricación de ácido nítrico, de sulfúrico y de abonos nitrogenados. En este tipo de industrias es normal recuperar por absorción grandes cantidades de óxidos de nitrógeno. Asimismo constituyen uno de los residuos de los motores de combustión interna, en los que el nitrógeno del aire se mezcla íntimamente con el combustible. Todos los vehículos a motor emiten por el tubo de escape importantes cantidades de óxidos de nitrógeno.
El amoníaco (NHJ) y las sales amónicas no tienen importancia en la C. A. salvo por causas accidentales. El amoníaco es materia prima importante en la fabricación de abonos nitrogenados, productos químicos orgánicos y obtención del ácido nítrico (NOJH ) por oxidación; su recuperación en estos casos es esencial desde el pLmto de vista económico.
En la emisión de aldehídos, formaldehído sobre todo, juegan más papel los motores de combustión interna que las industrias.
EL monóxido de carbono (CO) es de todos estos gases el que se encuentra en la atmósfera a mayores concentraciones; se origina en toda clase de combustiones incompletas o imperfectas ~on déficit de oxígeno-, y fundamentalmente las que se realizan en los motores de combustión interna.
Y para cerrar esta enumeración, unas palabras sobre los vapo,-es orgánicos, que en su mayoría se producen tras la combustión del petróorgánicos, que en su mayoría se producen tras la combustión del peróleo y sus derivados y que forman un abigarrado conjunto integrado por diversos grupos: parafinas, cicloparafinas, olefinas, hidrocarburos acetiIénicos, hidrocarburos aromáticos, hidrocarburos dorados y otros. De entre ellos el más importante es el de las olefinas (hidrocarburos de cadena abierta con un doble enlace), al que más adelante nos hemos de referir. En este grupo encontramos como representantes más significados: el 2 metil propeno; el1 buteno; el 3 metill buteno; el 2-3-3 triroetil 1 buteno; el 1 octeno; el 1 noneno y el dodeceno.
No podemos cerrar este capítulo de constituyentes de la C. A. sin referimos a una variable y compleja asociación de ellos que se origina en determinadas circunstancias y lugHres y que ha siJo la causa de los más desastrosos efectos para la salud del hombre en la historia de la C. A. Nos referimos al smog. Esta palabra es un neologismo inglés, contracción de smoke (humo) y fog (niebla), y nosotros hemos de utilizarla en tanto el uso no consagre otra expresión en nuestra lengua. Algunos autores lo traducen por «niebla contaminada con humo» , que peca de excesiva extensión. El doctor HERNÁNDEZ GuTIÉRREZ utiliza la expresión «brumazón», también podría bautizarse como «niebJumo» o «niebluma», esta última más eufónica. Pues bien, esta niebla mezclada con humo, esta niebla fuertemente contaminada, precisa para su
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producción una serie de circunstancias: humedad relativa muy alta, situación meteorológica de inversión térmica y tasa de C. A. muy elevada. Donde mejor se ha estudiado este fenómeno es en Los Angeles, pero aún quedan muchos puntos por desentrañar. Se ha observado que da lugar a serios trastornos para la salud, daña intensamente la vegetación, deteriora diversos materiales, sobre todo el caucho, y reduce la visibilidad hasta limites insospechados. También se ha comprobado que los diversos contaminantes aislados, actuando independientemente y por separado, no dan lugru: a los efectos señalados, de lo que se deduce que existen efectos aditivos o más bien sinérgicos, merced a los cuales, unos contaminantes potencian la acción de otros. Por otra parte, algunos contaminantes, vertidos a la atmósfera, sufren diversas reacciones químicas y fotoquímicas, dando lugar a otros especialmente irritantes. A este respecto es muy sugestiva la teoría de HAAGEN-SMIT
para explicar la formación del «smog» a través de diversas reacciones fotoquímicas. Según esta teoría, las moléculas de dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre y de diversos aldehídos, excitadas por la absorción de radiación ultravioleta de la longitud de onda existente en las capas bajas de la atmósfera, reaccionan con el oxígeno molecular biatómico ordinario produciendo oxígeno atómico y ozono. Para el caso del dióxido de azufre y de los aldehídos la cantidad de oxígeno atómico y ozono producidos está limitada por la concentración de dichos contaminantes. La reacción es irreversible. No ocurre así con el dióxido de nitrógeno, ya que en este caso, tras dar lugar a oxígeno atómico y ozono se regenera de nuevo el dióxido de nitrógeno, que comienza de nuevo el ciclo, con lo cual la producción de oxidantes es mucho mayor. Lo dicho puede desarrollarse conforme a las siguientes reacciones simplificadas: so2 + hv (radiación ultravioleta) = so2" so2 + o2 = so3 + o o+ 02 = 0 3 S03 + H20 = S04H2
R-CHO + hv = R-CHO *
N02 + hv = NO + O o+ 0 2 = 0 3 NO + 202 = N02 + 0 3
R-CHO" + 202 = R-COOH + 0 3
La oxidación del dióxido de a~ufre a trióxido da lugar a aerosoles de ácido sulfúrico, muy irritantes para mucosas expuestas. Estos aerosoles de sulfúrico, sumados al humo, al polvo y a infinidad de gotículas submicrónicas, contribuyen a reducir la visibilidad.
El ozono producido, sobre todo a partir del dióxido de nitrógeno, que como vimos daba lugar a un ciclo mucho más productivo, se combina, oxidándolos, con diversos residuos gaseosos hidrocarbonados, so· bre todo con los del grupo de las ole6JJas, dando lugar a una serie de compuestos (peróxidos, aldehídos, ácidos, etc.), que serían causantes
ORTEGA. CONTAi\HNACIÓN ATAIOSFÉRICA 153
de daños a las cosechas, irritación de los ojos y otras mucosas y degradación del caucho.
Y para termi nar este apartado de etiología de la C. A., voy a referirme brevemente a determinados factores que condicionmt la C. A.
Los de tipo meteorológico tienen una gran influencia y así: los vientos dominantes (velocidad y dirección de los mismos); los índices de nubosidad e insolación; la humedad relativa; las turbulencias mecánicas y térmicas; la frecuencia con que se produce el interesante fenómeno de la «inversión térmica»; la circulación del aire en la dirección tierra-mar durante la noche o viceversa durante el día, en las zonas costeras, marítimas o de los grandes lagos; las nieblas; las variaciones climáticas estacionales, etc.
También tienen intetés las condiciones topográficas, ya que la posibilidad de que la C. A. constituya un serio problema es muy diferente en una llanura abierta a todos los vientos que en un valle encajonado n en una planicie abrigada por formaciones montañosas.
PATOLOGÍA DE LA C. A.- Vamos a referirnos ahora a la patología de la C. A., a sus repercusiones sobre la salud humana y de pasada añadiremos una breve alusión a otras consecuencias desagradables originadas por ella.
Comenzaremos por hacer un estudio de ciertos episodios de intema C. A. que ya son clásicos en la evolución histórica de este problema:
Valle del Mosa : P rimera semana de diciembte de 1930. Los hechos ocurrieron en el tramo de este valle comptendido entte H uy y Seraing (Bélgica). Todo el país fue invadido por una densa niebla, debida en parte a un régimen anticiclónico. Se produjo además en una extensa zona, una persistente inversión térmica. Se trata de un valle encajonado, franqueado pot colinas de 75 a 100 mettos de altura. Sobre ]a orilla del r ío y a lo largo de un tramo de unos 25 kilómetros, se encuentran numerosas ins talaciones de industria pesada: altos hotnos, hornos de coque, fundiciones de acero, centrales térmicas, una fábrica de ácido sulfúrico, otra de abonos artificiales y una gran instalación de reducción de zinc. Los contaminantes principales que se encontraron fueron los dióxidos de azufre, la materia dispersa, óxidos de nitrógeno, Y se ha hablado del papel que pudieron jugar algunos óxidos metálicos en la oxidación catalítica de los óxidos de azufre y nitrógeno. Tampoco ha quedado aclarada una posible acción irritativa por parte de algunos compuestos de fluor. Las personas afectadas presentaron cuadros clínicos caracterizados por: irritación conjuntival ( epífota), irritación de fosas nasales, de gatganta, rongueta, tos (con «roncus» y ottos signos de broncoespasmo, disnea, optesión torácjca, náuseas y vónútos. Los casos mottales se dieron en personas de edad avanzada y en aquellas con antecedentes de padecimientos crónicos de tipo cardio-respiratorio.
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Se produjeron los óbitos a partir del segundo día de «smog». Los datos
de morbilidad (personas afectadas) no pudieron precisarse, pero ~e esti
maron en varios miles. Hubo 60 casos mortales. La tasa de mortalidad
en aquella semana fue 10'5 veces superior a la media previsible. En las
autopsias se encontraron lesiones broncopulmonares que afectaron al
parénquima. Donara: Ultima semana de octubre de 1948. Los hechos afectaron
a los 14.000 habitantes de tres poblaciones, Dorona (la más importante),
Carrol y Webster, situadas en un meandro muy cerrado del río Monon
gahela, a unos 50 km de Pitsburgo. Durante estos días , desde el 23
de octubre, se registró en una extensa zona del NE de Es tados Unidos
una inversión de la temperatura, régimen anticiclónico, movilidad muy
escasa .de las masas de aire e in tensa niebla. El 31 de octubre comenzó
a llover y el cambio de tiempo despejó la atmósfera. Se trata en este
caso de una estrecha planicie adyacente al río limitada por elevaciones
del terreno a ambos lados (colinas de más de 100 m de altura - con
respecto al río-, con pendientes superiores al 10 % ). Las fuentes
contaminantes fueron diversas factorías de industria pesada, sobre todo
una gran fundición de acero y una importante planta de reducción de
zinc. Los poluantes más importantes fueron, como en el caso del Mesa,
los óxidos de azufre y la materia dispersa. Los cuadros clínicos también
fueron similares, así como la aparición de casos mortales a partir del
segundo día, incidiendo sobre el grupo de mayor edad o con taras
preexistentes de afecciones crónicas cardio-pulmonares . 6.000 personas
acusaron molestias, lo que supone un 43 % de la población total. Un
16 % del total de habitantes presentó sintomatología leve, un 17 %
mediana y un 10 % grave. Se registraron 17 casos letales. La morta
lidad previsible era de 2, por tanto durante aquella semana h ubo una
tasa 8'5 veces superior a la normal. En las autopsias que se practicaron,
se encontraron lesiones bronco-pulmonares inflamatorias «sin lesiones
parenquimatosas». Londres: Del 5 al 9 de diciembre de 1952. El «smog» afectó a bue
na parte del ancho valle del Támesis y muy especialmente a Londres.
Amplias zonas de las Islas Británicas fueron invadidas por una niebla
asociada a un régimen anticiclónico y a una inversión térmica. En este
ca~o se Lra ta de una ancha pla1úcie Huvial. La fuente contamin~nte fue
primordialmente el humo procedente de las combustiones domésticas
(en una proporción aproximada del 60 %) . El resto a partir de industria
muy diversificada. Los contaminantes clave fueron una vez más los
óxidos de azufre y una gran proporción de materia dispersa. La concen
tración de dióxido de azufre llegó a ser en algunos puntos de 1,3 partes
por millón (10 veces superior a la normal) y la concentración media du
rante aquellos días fue de 0,7 partes por millón (6 veces superior a la
media de la zona). La clínica de los casos afectados fue similar a la ya
ORTEGA. CONTAMINACIÓN i\TMOSFÉRlCA 155
descrita. Los casos mortales se dieron a partír ya del primer día. No pudo calcularse el número de personas afectadas, pero el número de personas ingresadas en los diversos Hospitales fue muy elevada y precisamente a expensas de enfermos cardíacos o con sintomatología por parte ele aparato respiratorio. Se produjeron 4 .000 defunciones atribuíbies a la C. A. No se registró aumenro de mortalidad en ninguna otra ciudad inglesa, lo que descatta la existencia de proceso epidémico catarral o gripal cuyos efectos pudieran interferirse con los imputables a la polución. En el centro de Londres las cifras de mortalidad fueron mucho más acusadas que en la periferia. Los casos letales conespondieron a personas de edad avanzada y también a los menores de un año y como siempre con selectiva preferencia por aquellos con antecedentes patológicos cardio-bronco-pulmonares. En las autopsias se descubrieron lesiones inflamatorias broncopulmonares con afectación del parénquima.
Hemos visto hasta aquí, tres episodios similares. Quizá la diferencia más substancial sea para el caso de Londres, el consumo preferentemente domés tico del carbón. Vamos a ver ahora UJl caso crónico de contaminación atmosfética:
Los Angeles: El condado de es te nombre cuen ta en la actualidad con más de seis millones de habitantes, la mitad de ellos concentrados en la ciudad de Los Angeles. Desde años an tes de la Segunda Guerta Mundial hasta nuestros días el problema planteado por la C. A. ha ido aumentaJ1do progresivamente. Constituye Los Angeles la mayor zona urbana densamente industrializada que existe en la región subtropical. Se encuentra en la estrecha planicie cos tera lindante con el océano Pacífico en la parte meddional del estado de California. Desde la costa, el terreno se eleva gradualmente en dirección Este en una anchura ele unos 50 km. hasta alcanzar una altura de unos 600 metros, este suave terraplén se ve interrumpido entonces por formaciones montañosas que cierran la fra11ja costera por el Este. Asimismo existen también barreras orográficas que la cierran por el ,Norte y por el Sur. Estas condiciones topográficas del terreno y S\! latitud, condicionan la formación casi permanente de una gran bolsa de aire es tancado, sólo turbada por una muy ligera brisa marina que mueve el aire horizontalmente con relativa lentitud. Las contaminaciones más densas se producen aproximadamente 60 días al año (en verano y comienzos de otoño sobre todo). El número de días en los que se produce una inversión térmica es muy elevado, como media, unos ¡262! al año, lo cual tiene su eJ>.'}Jlicación por el hecho de existir una zona semipermanente de altas presiones en el Pacífico Norte, desde la costa occidental de Estados Unidos hasta más allá de las Islas Haway. Las pl'incipales fuentes de contaminación son por este orden: combustión de hidrocarburos por vehículos automóviles (existe un automóvil pot cada dos habitantes), combustión de hidrocatburos en muy diversas industrias y actividades, refiner~as di! petróleo,
156 ANALES SEC<..:lÓN MEDICINA
incinerac10n de basuras e industrias varias . Las fuentes contaminantes varían sustancialmente, por tanto, de las referidas en los episodios an
teriores. Lógicamente los contaminantes que aquí tienen mayor importancia son los residuos procedentes de la combustión de hidrocarburos, jugando primordial papel la producción de ozono a partir de los óxidos de nitrógeno y de azufre y su combinación con las olefinas (gue como vimos son hidrocarburos insaturados con doble enlace), dando lugar a productos de oxidación altamente irritantes. Por eso se ha llamado al de Los Angeles, «smog oxidante» en oposición al <<smog ácido» de otros lugares como los anteriormente referidos en los que predomi nan los óxidos de azufre. En cuanto a repercusión sobre la salud de la
población lo que predomina sobre todo es la irritación conjuntiva! y
en un segundo orden la de otras mucosas expuestas. El caracter.ístico del «smog oxidante» la rápida deterioración del caucho a que da lugar.
Diremos, por fin, unas palabras de dos episodios agudos por contaminante único específico:
Poza Rica : Se trata de w1a localidad mejicana de 22 .000 habitantes. Existe un centro de refinado de petróleo y otro de tratamiento de gas natural. El 24 de noviembre de 1950 se produce, en la planta de gas natural, un escape accidental de sulfuro de hidrógeno que ocasionó, en
el breve espacio que duró, 22 muertes y muchos casos de intoxicación aguda, con intensos síntomas irritativos de mucosas conjuntiva!, nasal
y de vías respiratorias; náuseas, vómitos, cefaleas, vértigos y otros síntomas neurológicos.
Enfermedad de los Haff: Los hechos ocurrieron en tres pueblos pesqueros de la costa de Prusia en el Báltico, Frischer Haff, Kursischer Haff y Pomerischer Haff. La enfermedad atacó a trabajadores de las tierras bajas próximas a las albuferas. Hubo, en los años 1924, 1925, 1926 y 1927, 600, 176, 16 y 19 casos respectivamente. Los cuadros se caracterizaron por calambres, hematurias y anemia y se produjeron por inhalación de «arsina», gas gue al parecer se produjo al reaccionar piri
tas de hierro arseníferas vertidas por una industria cercana, con el agua del mar fuertemente contaminado con aguas negras.
Hemos repasado algunos episodios, clásicos ya en la literatura sobre la C. A. Voy a exponer ahora, muy brevemente los efectos tóxicos propios y partiwlares de algunos contaminantes:
El óxido de azufre, a pequeñas concentraciones, como las que se encuentran frecuentemente en el aire da lugar a espasmos pasajeros de la musculatura lisa de los bronquiolos. Concentraciones algo más elevadas originan la producción de mucosidades por parte de Ja pared de las vías respiratorias y en proporciones aún más altas, graves inflamaciones
ORTEGA. COl\.! A Al JNACJÓN AT:\IOSFÉRICA 157
de las mucosas respiratorias con descamación del epitelio. El frío acentúa estos efectos, especialmente el espasmo bronquiolar.
El trióxido de azufre, a concentraciones muy bajas, es causante de graves broncoespasmos. Existe un notable sinergismo entre dióxido y trióxido de azufre, produciéndose efectos potenciados a partir de muy pequeñas proporciones de ambos .
El ozono produce un engrosamiento fibrótico de la pared de los bronquiolos, similar al que acompaña a las primeras fases de la bronquitis crónica.
Estos tres gases, y en general la materia dispersa, actúan localmente en las mucosas con las que entran en contacto. Existen otros que absorbidos por el organismo pueden dar lugar a sintomatología y procesos generales y así,
elmonóxido de carbono, formando con la hemoglobina un compuesto irreversible, bloqueándola, lo cual entraña una anoxia 6sular.
Los óxidos de nitrógeno tienen también una acción bloqueante con respecto a la hemoglobina más intensa que la del monóxido de carbono, supuestas idénticas concentraciones de ambos gases.
Otros contaminantes en forma de partículas dispersas pueden también originar diversas enfermedades:
El berilio es agente de una neumopatía crónica específica (granulomatosis pulmonar crónica por berilio).
El manganeso, inflamaciones pulmonares: la denominada neumonía mangánica.
Los isótopos radiactivos son tóxicos medulares (médula ósea): diátesis hemorrágicas, leucopenias, anemias o incluso panmieloptisis. Afectan también a la piel, esgLleleto, tiroides, gónadas (con posibilidad de daño genético con repercusión en la descendencia), etc.
Los agentes alergénicos, pólenes sobre todo, acarrean procesos alérgicos por sensibilización: fiebre del heno, asma bronquial, etc.
La acción de los llamados agentes cancerígenos, a los que ya anteriormente nos hemos referido, constituye tema muy debatido; pero es indudable que el incremento en las tasas de estos productos en el medio aéreo urbano, se correlaciona :fielmente con el aumento de ]a mortalidad poJ· cáncer broncopulmonar en las g¡·andes ciudaddes. Constituyen un cufactot en la producción del cáncer broncopulmonar de importancia similar al uso del tabaco.
Y aún podríamos aludir a las acciones patógenas producidas por otros contaminantes, como el sulfuro de hidrógeno, cloruro de hidrógeno, compuestos de Ruor, plomo, insecticidas, sílice, etc., etc., cuya exposición sería in terminable.
~ontinuando con los efectos indeseables de la C.A., expuesto ya lo relatJvo a patología humana, vamos a xeferirnos ahora a una setie de INCONVENIENTES DE TIPO MATERIAL que acarrea y qut resumí-
158 AN1\LES SECCJÓN J\IEDJ.CINA
dos brevemente son: Absentismo laboral en relación con morbilidad es
pecífica por C. A.; pérdidas económicas por fallecimientos; gastos de
tipo médico y farmacéutico por asistencia a este tipo de enfermos; dis
minución de la visibilidad que da lugar a lentificación y encarecimiento
de los trasportes; incremento de los accidentes de circulación y mayores
gastos de iluminación artificial; suciedad que se deposita en la vía pú
hlica, en los vehículos, en las ropas; deterioro de la fachada de edificios
v de monumentos u otras obras artísticas exteriores; asimismo de muy
diversos materiales: metales, tejidos, caucho, etc.; disminución del atrae·
tivo turístico de una determinada zona; efectos dañinos con respecto a
industrias que precisan una atmósfera limpia (fabricación de componen
tes electrónicos, de productos químico-farmacéuticos, de pinturas, etc.);
gastos que entraña la lucha contra la contaminación atmosférica (medi
das correctivas a introducir en las fábricas, modernización de instalacio
nes, gastos de investigación, organización, laboratorios, etc.); daños
que puede ocasionar sobre anínJales y sobre las plantas y a escala más
general y trascenden te, la disminución en la irradiación solar de la zona
afectada, con todas las consecuencias que ello entraña.
MEDIOS DE LUCHA CONTRA LA CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA (MEDI
CINA PREVENTIVA AP LICABLE A LA C. A.). -1.0 Recogida de muestras Y
análisis. Viene a constituir el &agnóstico de la enfermedad, de la C. A.,
o si se quiere la encuesta epidemiológica, siguiendo con el símil de
lucha contra una enfermedad infecciosa o mejor transmisible. En este
aspecto es de desear ante todo, una unificación de criterios y de técni
cas de muestreo y análisis, cosa que hoy no existe en absoluto, dificul
tando extraordinariamente la comparación de resultados de los diversos
investigadores, y en último extremo, enlenteciendo el progreso técnico
de estas materias. Respecto a toma de muestras hay que tener en cuenta una serie de
condiciones fundamentales: los puntos de «captura» de las muestras
deben ser lo más numerosos posibles, a la vez que representativos de la
zona a estudiar; en su localización deberá atenderse a factores meteoro
lógicos, topográficos y de ubicación de principales fuentes contaminan
tes; las muestras han de tomarse con gran asiduidad y durante mucho
tiempo; en razón a la escasa concentración habitual de los diver:;os po
lucionantes, los volúmenes de aire recogidos han de ser muy grandes
pudiendo utilizarse sistemas de bombeo para recogerlos y medidores
automáticos ele volumen (gasómetros) para conocer la cantidad de aire
a la que habrán de referirse los datos analíticos que obtengamos. Esto,
t1-atándose de atmósfera libre; para el caso de captación de humos de
una chimenea o de muestras del aire interior de una industria, la mayor
concentración del poluante, permitirá trabajar con volúmenes menores.
Hay que tener muy en cuenta el factor estabilidad del contaminante así
ORTEGA. CONTAM!NAClÓN ATMOSFÉRIC1\ 159
como el tiempo que permanece inalterado en la muestra: a veces hay que proceder al análisis in situ, otras habrá que absorberle o neutralizarle también in situ atendiendo a su inestabilidad; lo ideal en este sentido es recurrir a aparatos que realizan la captación de la muestra y su análisis en un solo tiempo y de maneta automática, bien en forma de mediciones instantáneas, únicas o sucesivas, o bien introduciendo un sisten1a de registro continuo. El inconveniente de este tipo de aparatos es su alto precio. A las instalaciones de captación de muestras debe añadirse siempre una pequeña estación meteorológica para poder relacionar en todo momento los datos de contaminación con los meterológícos.
Las técnicas más empleadas para la toma de muestras de gases y vapores son:
La absorción: l1aciendo pasar el gas a través de soluciones con reactivos específicos que disuelven o se co1nbinan con el contaminante gue tratamos de investigar.
La adsorción: es retención de tipo físico y se consigue haciendo pasar el gas a través de sílice, carbón activado u otro agente adecuado.
La condensación: enfriando el aire problema se consigue que las sustancias volátiles se condensen.
Para la recogida de grandes volúmenes de aire se han utilizado bolsas de plástico de gran tamaño, con cinco o más capas de refuerzo, que se cierran herméticamente por el calor y que permiten realizar a posteriori variadas determinaciones analíticas.
Para el caso de las partículas se emplean los siguientes procedimientos de captación.
La sedimentación: utilizando superficies cuyo fin es recoger las partículas que espontáneamente van sedimentándose en la atmósfera. Es el caso del clásico medidor de Owen.
La interceptación: proyectando el aire sobre una superficie: el gas la rodea pero las partículas, por inercia, chocan contra ella y son recogidas .
Los colectores ciclónicos: imprimiendo al gas un fuerte movimiento circular de torbellino o remolino: las partículas impelidas por la fuerta centrífuga se depositan en las paredes de la cámara ciclónica.
La filtración: haciendo pasar el aire por diversos medios porosos que retienen las partículas.
La precipitación térmica: basada en la propiedad de repeler las partículas que tienen las superficies calientes, permitiendo su recogida en otra superficie fría contigua.
La precipitación electrostática: sometiendo el gas a la acción de un campo eléctrico para provocar el depósito de las partículas en unos electrodos, entre los que se mantiene una gran diferencia de potencial.
Los métodos analíticos que pueden emplearse, los dividiremos en
160 ANALES SECCIÓN MED1ClNA
aquellos de tipo habitual o convencional, aquellos otros de carácter
muy especializado y por fin los biológicos. Entre los métodos habitr<ales podemos considerar: La gravimetría: Pesada de un gas debidamente absorbido, adsor
bido o combinado o bien de partículas convenientemente recogidas.
La volumetría: que comprende métodos alcalimétticos, acidométri
cos, de mfidación, de reducción y de precipitación. La colorimetría: empleando para los diversos contaminantes, su
combinación con reactivos especíEcos que da lugar a sustancias colorea
das, mensurables por su intensidad cromática. La nefelometría: los precipitados del gas problema o las partícu
las en suspensión se valoran por su capacidad de dispersar la luz.
La turbidimetría : que en las mismas condiciones valora la luz
absorbida. Los métodos visuales: es muy utilizada la comparación visual de la
opacidad del humo a investigar, con una escala patrón, utilizándose como
tal, las clásicas cartas o tarjetas de Ringelman. La microscopía se utiliza
en el estudio de la forma, tamaño y contaje de partículas; con éste
último fin se recurre al ultramicroscopio de hendidura: las muestras
pasando por una angosta hendidura, con suficiente lentitud, pueden ser
contadas. Con el tindalómetro de dispersión transversal se observa el paso de la muestra sometida a una iluminación lateral que las resalta,
facilitando así su contaje por un operador experto. Mucho más venta
joso es utilizar un contador electrónico de partículas con registro auto
mático. Entre los métodos que requiere1t instrumental muy especializado cabe
destacar, la espectrometría de emisión y de absorción que registra la emi
sión o absorción, respectivamente, de una longitud de onda selectiva
y característica para los diversos elementos químicos, dentro de las
regiones visible, infrarroja y ultravioleta. La difracción de rayos X para el análisis cualitativo y cuantitalivo de
sustancias cristalinas.
La espectrometría de masas que se basa en la actuación de un cam
po magnético y otro eléctrico, perpendiculares entre sí, que modifican
la trayectoria de los iones, los cuales en estas condiciones, se desvían
dando lugar a curvaturas típicas en relación con su masa.
Existen también métodos polarográficos, refractométricos y los uti
lizados para la medición de la radioactividad (aparatos de bolsillo con
impresión de placas sensibles, cámaras de ionización, con tadores Geiger
Muller, etc.). Con los métodos biológicos puede conseguirse la evaluación cualita
tiva y semicuantitativa (en ocasiones con más precisión que cualquier
ORTEGA. CONTI\ML'lACIÓN AnlOSFÉRICA 161
utro sistema), de determinados poluantes, basándose en sus acciones específicas sobre diversos vegetales o animales sensibles .
2.0 Demarcación de sectotes industtiales: Desde el punto de vista epidemiológico supone la actuación sobre el mecanismo de transmisión, el aislamiento, la protección del sujeto receptivo con respecto al agente patógeno. Sanitariamente podemos considerarla como una técnica cuarentenaria.
En la ubicación de una industria se tienen siempre en cuenta una serie de factores de los que depende la rentabilidad de la misma: proximidad de las materias primas, existencia de mano de obra, medios de comunicación de que puede disponerse para el transporte de mercancías (puertos, aeropuertos, nudos ferroviarios, red de carreteras), servicios públicos, existencia de industrias intermedias en las cercanías que aporten materias primas o absorban su producción, situación respecto a mercados naturales, facilidades administrativas o económicas, criterios de tipo urbanístico o estético ... Todo esto es correcto y admisible, pero es hora ya de que en los planes locales o generales de zonificación de áreas industriales se atienda a otros factores y condicionamientos tendentes a reducir los efectos de la C. A., fundamentalmente los de tipo meteorológico y topográfico, de manera que se asegure al máximo una buena dilución y dispersión de los efluentes.
En general es de recomendar la táctica de concentración de industrias en. perímetros dedicados a esta exclusiva finalidad. Ello es recomendable, ya que es mejor y más eficaz actuar sobre un solo punto que no dispersar la ación fiscalizadora y correctora sobre múltiples zonas industriales o mixtas de vivienda e industria.
Traspasado el limite de tolerancia para un determinado núcleo industrial habrá que aconsejar la dispersión, creando otros perímetros industriales que no interfieran o sumen sus efectos indeseables.
La separación entre zonas «sucias» de industria polucionante y zonas «limpias» destinada a vivienda y servicios, debe ser racional y práctica, siguiendo planteamientos muy generales. En algunos países se ha recurrido a la creación de barreras entre una zona y otra, barreras que están constituidas por espacios verdes con arbolado, que actúan a la manera de fi ltros biológicos.
3.0 Reducción de la emisión de contaminantes : Supone una actuación sobre el agente causal, lo que en la lucha contra una enfermedad infecciosa es la lucha directa contra el germen patógeno. Constituye el eje medular en la lucha contra la C. A. desde el punto de vista técnico. qomprende varios grupos de actuaciones que iremos comentando suceSivamente:
a) Selección y correcta utilización de combustibles: En cuanto a elección de combustible recurriendo en las zonas es-
162 ANALGS SECCfÚN MGDIC INA
pecialmente castigadas, como fuente de energía, a aquellos que como el
coque no producen humo o producen muy poco _ como la antracita, o
bien a derivados del petróleo previamente desulfurados (parcial o to
talmente), o mejor aún al gas natural y como solución óptima a la
energía eléctrica. La utilización de combustibles «limpios» puede estar indicada con ca
rácter permanente en zonas con problemas crónicos de C. A. o sólo tem
poralmente, en determinadas ocasiones, cuando con motivo de factores
meteorológicos u otros, se produce una alarma en este sentido.
El lograr una combustión perfecta y completa es objetivo deseable en
todos los casos y bajo todos los puntos de vista; de esta manera se
contamina menos la atmósfera y por otra parte se obtiene el máximo
rendimiento del combustible. Recordemos que dos átomos de carbono
uniéndose a dos de oxígeno (en una combustión pobre en este último
elemento), da lugar solamente a 29 calorías . En la combustión comple
ta, un sólo áromo de carbono con dos de oxígeno da lugar a una molécula
de dióxido de carbono desprendiéndose 97 calorías. (En el primer caso
el resultado final son dos moléculas de monóxido de carbono).
b) Modificaciones en los procesos industriales:
La selección de combustibles y su correcta utilización que acaba-
mos de comentar son en realidad medidas en este sentido.
También puede ser muy beneficioso según los casos:
La sustirución de determinadas materias primas.
La realización de susti tuiciones, mejoras, renovaciones en las maqui
narias o instalaciones y en las medidas precautorias de tipo correctivo,
o incluso la adopción de sistemas de fabricación diferentes.
En algunos casos extremos puede ser necesaria la suspensión tem
poral o definitiva de una determinada actividad, en razón a su especial
e intensa repercusión en la C. A. Temporalmente, cuando los proble
mas planteados son de tipo accesiforme con ocasión por ejemplo, de
determinadas conyunturas meteorológicas. A veces la clausura habrá
de ser definitiva cuando su repercusión, desde el punto de vista po
lucionante, sea intensa y permanente.
e) Depuración del efluen te: Veamos ahora los tiJ?OS de dispositivos exisknles para arrunorar
la descarga de poluantes al exterior. Cada uno tiene sus ventajas e
inconveniente y hay que elegir el más apto e idóneo para cada caso .
Para la retención de partículas pueden utilizarse los sistemas de:
Cámaras de sedimentación: en las que reduciendo la velocidad del
efluente se facilita la sedimentación de las partículas dispersas.
Separadores por inercia: Bien sea por intercepción de la masa por
medio de superficies contra las que las partículas chocan, quedando re·
tenidas, o bien en los separadores ciclónicos, aprovechando la fuerza
ORTEGA. CONTMIINACIÓ~ AT.'.10SFÉRICA 163
centrífuga adquirida por las partículas, al ser sometida la masa gaseosa a un intenso movimiento circular.
En los filtros las partículas se retienen al hacer pasar el eflLlente a través de medios porosos.
Los filtros húmedos, con u otra modalidad llevan a cabo un «lavado» del gas quedando retenidas las partículas en el medio líquido.
Los precipitadores eléctricos o filtros electrostáticos actúan creando un campo eléctrico: las panículas quedan adheridas a los electrodos entre los cuales existe un elevado gradiente tensional.
En las cámaras de resonancia, mediante una alta energía sónica o ultrasónica se consigue una aglomeración o condensación de las pll l'tÍCulas.
La mayoría de estos sistemas ya vimos que también se utilizan a pequeña escala en la captación de muestras.
La retención de gases y vapores, a más de ser una labor mucho más especiaüzada, si no imposible, es muy difícil y las más de las veces económicamente ruinosa. Los métodos más empleados son la absorción-neutralización, la adsorción y la combustión.
El empleo de chimeneas de gran altura debe considerarse como un medio auxiliar y no suficiente por sí mismo.
La mejor dilución y menor repercusión del efluente es proporcional a la altura de la chimenea y para conseguir la máxima eficacia se precisan alturas del orden de una vez y media a dos veces y media superiores a la de los edilicios circundantes.
4.0 Organización administrativa y legislación adect~adas: Todas las medidas preventivas o paUativas han de estar amparadas y facilitadas por la existencia de unas estructuras administrativas y unas normas legales idóneas.
En principio, ha de existir un órgano ejecutivo único, de elevado rango, que asegure una acción eficaz y evite la dispersión de los esfuerzos.
Es necesario por otra parte, sin prejuicio de la debida jerarquización, conceder la máxima autonomía regional y local, en atención a las peculiaridades y características propias de la contaminación atmosférica en cada lugar.
A escala nacional ha de existir una legislación general, moderna y dinámica que permita una gran efectividad y agilidad en todas las actuaciones, debiendo promulgarse a escala municipal, normas de carácter .local (tipo ordenanza municipal), que aplique la de carácter general, teruendo en cuenta aquellas peculiaridades de su ámbito de acción.
5.0 Propaganda y divulgació1~ de estas cuestiones: Se hacen necesarias para crear un «ambiente» favorable que facilite
164 ANALES SECClÓN M EOlClNA
este tipo de campañas. La creación de Asociaciones o Fundaciones, las
publicaciones cientiócas o de divulgación, la utiHzación mesurada e inte
ligente de los poderosos medios actuales de comunicación audio-visual,
pueden hacer mucho en este sentido. Es muy curioso señalar, que con respecto a esta especial enferme
dad endemo-epidémica, hay que cambiar la mentalidad, no precisamente
de los estamentos sociales más bwnildes (como es habitual en la ma
yor parte de campañas sanitarias), sino justamente lo contrario, ir diri
gida a la clase más prepotente, grandes industriales y capitanes de
empresa.
6.0 Investigación científica y colaboración a escala nacíonal e inter
nacional en torno a tantos y tantos problemas e incógnitas que giran al
rededor de la C. A. La lucha contra ella es una tarea que requiere el
trabajo en equipo de investigadores puros, ingenieros, sanitarios , ur
banistas, químicos, biólogos, clínicos y que exige una comprensión y
atención muy preferentes por parte del legislador y del gobernante.
Por otra parte todas las medidas que se adopten deben pretender
ser equilibradas y justas, de tal manera que respetando hasta donde
sea posible las servidumbres impuestas por la civilización y los derechos
lícitos de las industrias, dé prioridad a la aspiración del hombre a vivir
en w1 ambiente sano y sin peligros.
CoNCLUSIONES.- Antes de terminar, pernútanme que sitúe otra
vez el problema de la C. A., como hice al principio, dentro del contexto
general de la degradación del medio ambien te.
Pensemos por un momento los millones de años que precisó la
«biosfera>> pata constituirse y tomar forma. Cómo en lentísima gesta·
ción, a partir de la materia inorgánica, aparecieron las primeras molé
culas orgánicas, cómo, milagrosamente, apareció el primer asomo de
vida organizada y luego, el primer ser unicelular y luego, cómo se fue
colmando esa pirámide invertida que con tiene hoy una infinita variedad
de especies, y por fin, el hombre a través de sus antecesores: homíni·
dos, horno erectus, horno faber ... y, culmen y cenit de la evolución, el
horno sapiens. Pues bien, tenemos motivos para pensar, que esta milagrosa evolu
ción está dando un quiebro, está iniciando quizá un camino de sentido
regresivo, que a través de la progresiva degradación del entorno físico·
biológico puede llegar a convertir nuestro planeta en una gigantesca es·
coria residual sin vida. Una minoría de la especie humana sigue una tendencia razonadora
y espiritualista, pero la mayoría se mueven en el plano materialista-tec·
nológico y vienen a constituir una representación distinguida, cierta·
mente muy petfecta, del «horno faber»; su pasión es realizar, poseer,
ORTEGA. CONTAMINACIÓN ¡\HIOSFÉRICA 165
disfrutar objetos, cosas prácticas, con reducción de todo otro horizonte espiritual. Pero es que esta «actividad» tecnológica muy característica del hombre actual no es inofensiva puesto que como comentamos conduce a la destrucción del medio natural. Las armas nucleares no dejan de ser también un decantado y depurado producto de la era tecnológica.
Por eso, para tratar de frenar el deterioro del medio ambiente se necesita, además de ciertas medidas prácticas, que en lo que se refiere a contaminación del medio aéreo hemos comentado en este trabajo, un verdadero y sustancial cambio de mentalidad que acepte la subordinación del «horno faber tecnológico» con respecto al hombre verdaderamente sabio y racional, que reponga a este último o tal vez deberíamos decir que le sitúe por primera vez o por fin, como guia y rector de la humanidad: poniendo en tela de juicio los principios imperantes en la actual «sociedad de consumo», que da preferencia al «tener» sobre el «ser»; logrando una racional contención numérica de la especie humana y consiguiendo una mutación de los valores de posesión, dominio e incluso de agresión y lucha contra la naturaleza, por otros cuyo objetivo sea el disfrute natural y el respeto de nuestro entorno físico y biológico. Este es el camino a seguir, que verdaderamente se presenta como muy difícil, casi, casi irrealizable pero que, hay que decirlo, ofrece el único resquicio y esperanza de salvación de nuestro planeta, crisol y único sustrato posible para la especie humana; camino que ha de adoptarse antes que la degradación de la naturaleza llege a hacerse irreversible.
Jefatura Local de Sanidad de Badalona