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-- LEPRA -- Erase en un reino lejano de niebla, de vapores dormidos y gordos, que un "cholo" hombre, antes cholo muchacho, regresaba, en marcha lluviosa y sombría, al país olvidado de los temores humanos... -¿Ves el sol, corazoncito mío?, se dijo entornando los ojos. -Ha envejecido, ¿no te parece? Sí, si... ¿Y esa lluvia?... Pudorosa y jovencita como yo la recuerdo, ha perdido ya la sonrisa de río, arenosas ahora sus pobres entrañas heladas. No, no... Y esa hierba triste, esos hornos fríos, esas tumbas solas... !Aquí, aquí! Aquí duelen todavía, muy por adentro, no sé bien si en los pulmones o en las lágrimas ausentes, los corpúsculos cobrizos, ladrillezcos, que un día fueron la alegría del hombre- cadáver, patrón-llazhaco y que hogaño, son plaga de olvido y vergüenza. Oh, corazoncito! ¿Quién es ese runa gris que se refleja en el fango rojizo? Esas arrugas ondas, surcos de maíz secos. Ese akcha tosco, color de cal, de piedra. Qué raro vos, ¡Forastero! Se increpó contemplando el reflejo lodoso. - Esta tierra podrida ya no te reconoce, ya no sabe. Ya no recuerda tus ñawikuna quemados, ahormados por los años. El rastro de tu miedo aún se siente, sin embargo. Tu carrera desesperada entre los campos, espantado, asustado del clamor de los malditos. Vos, ¡Runa-cholo!, no te hagas, qué bien que te acuerdas. ¡Mírate con la memoria desnuda! y no, ¡No cierres los ojos! A vos te hablo, ¡Carajo! Mira cuánto tiempo tardó el destino en escupirte aquí de nuevo. Cuánto tus pasos, vagabundos desde que naciste hombre, transitan una y otra vez por estas calles, sucias, amortajadas por el peso tenebroso del silencio, del vacío. ¡Levántate, camina! Qué hasta los muertos se mueven. ¡Anda, búscale, búscale para que te encuentres! Apura, apura Juan Manuel y dicho aquello se aventó a la oscuridad. Caminó entonces, rememorando sobre las rodillas cansadas, las idas y vueltas que cuando guambra hizo de la tejería a la ciudad, de la ciudad a la tejería. Las muchachas de faldas moradas, cholitas, rozagantes como flores afuera de los zaguanes. Los mozos a caballo flojo, hinchados de un sopor aéreo, transparente. Las doñas, los mercados, las

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-- LEPRA --Erase en un reino lejano de niebla, de vapores dormidos y gordos, que un "cholo" hombre, antes cholo muchacho, regresaba, en marcha lluviosa y sombra, al pas olvidado de los temores humanos-!"es el sol, cora#oncito mo$, se dijo entornando los ojos -%a envejecido, !no te parece$ &, si !' esa lluvia$ Pudorosa y jovencita como yo la recuerdo, ha perdido ya la sonrisa de ro, arenosas ahora sus pobres entra(as heladas )o, no ' esa hierba triste, esos hornos *ros, esas tumbas solas +Aqu, aqu+ Aqu duelen todava, muy por adentro, no s, bien si en los pulmones o en las l-grimas ausentes, los corp.sculos cobri#os, ladrille#cos, que un da *ueron la alegra del hombre-cad-ver, patr/n-lla#haco y que hoga(o, son plaga de olvido y verg0en#a1h, cora#oncito+ !2ui,n es ese runa gris que se re*leja en el *ango roji#o$ Esas arrugas ondas, surcos de ma# secos Ese a3cha tosco, color de cal, de piedra 2u, raro vos, 45orastero+ &e increp/ contemplando el re*lejo lodoso -Esta tierra podrida ya no te reconoce, ya no sabe 'a no recuerda tus (a6i3una quemados, ahormados por los a(os El rastro de tu miedo a.n se siente, sin embargo 7u carrera desesperada entre los campos, espantado, asustado del clamor de los malditos "os, 4Runa-cholo+, no te hagas,qu, bien que te acuerdas 48rate con la memoria desnuda+ y no, 4)o cierres los ojos+ A vos te hablo, 49arajo+ 8ira cu-nto tiempo tard/ el destino en escupirte aqu de nuevo 9u-nto tus pasos, vagabundos desde que naciste hombre, transitan una y otra ve# por estas calles, sucias, amortajadas por el peso tenebroso del silencio, del vaco 4Lev-ntate, camina+ 2u, hasta los muertos se mueven 4Anda, b.scale, b.scale para quete encuentres+ Apura, apura :uan 8anuel y dicho aquello se avent/ a la oscuridad9amin/ entonces, rememorando sobre las rodillas cansadas, las idas y vueltas que cuando guambra hi#o de la tejera a la ciudad, de la ciudad a la tejera Las muchachas de *aldas moradas, cholitas, ro#agantes como *lores a*uera de los #aguanes Los mo#os acaballo *lojo, hinchados de un sopor a,reo, transparente Las do(as, los mercados, las pla#as llenas Ahora, evocaciones de una realidad *antasma !2u, haba sido de todo aquello$ %all-base el cholo, caminando entre castillos de aire, de soledad pasmosa, de muerte Aquellos vastos rincones, d/nde el hedor a humanidad sola ser casi insoportable, hoy solo aliento min.sculo e in*eli#, rodeaba los que *ueron perennes y sagrados edi*icios, atragantados de *ieles y pecadores por igual4Las cantinas+ o !Eran las iglesias$ 'a no poda precisarlo con claridad ;esde haca ya