arte, naturaleza y sociedad en la crítica de la facultad de juzgar de kant

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  • 8/16/2019 Arte, Naturaleza y Sociedad en La Crítica de La Facultad de Juzgar de Kant

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    Revista de Estudios Sociales

    ISSN: [email protected] de Los AndesColombia

    Menegoni, FrancescaArte, naturaleza y sociedad en la Crítica de la facultad de juzgar de Kant

    Revista de Estudios Sociales, núm. 34, diciembre, 2009, pp. 24-32Universidad de Los Andes

    Bogotá, Colombia

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=81512359003

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    POR F RANCESCA M ENEGONI **FECHA DE RECEPCIÓN : 30 DE JUNIO DE 2009FECHA DE ACEPTACIÓN : 12 DE AGOSTO DE 2009FECHA DE MODIFICACIÓN : 25 DE SEPTIEMBRE DE 2009

    Resumen

    El artículo examina algunos momentos de la Crítica de la facultad de juzgar de Kant, con el n de evidenciar la unidad estruc-tural de la obra y su aporte innovador. Dentro de esta investigación, aísla las reexiones kantianas sobre el valor público de los

    juicios estéticos y muestra las implicaciones epistemológicas, sociales y éticas de los análisis sobre el arte, la técnica y la cultura,desarrollados en el texto kantiano.PalabRas clave:

    Filosofía trascendental, juicio estético, sentido común, cultura, sociabilidad.

    * Traducción de Eduardo Sastoque, revisada por Laura Quintana.** Doctorado en Filosofía, Universidad de Padua, Italia. Ha publicado los siguientes volúmenes: Moralità e morale in Hegel . Padua: Liviana, 1982; Finalità e destina-

    zione morale nella “Critica del Giudizio” di Kant . Trento: Veriche, 1988; Soggetto e struttura dell’agire in Hegel. Trento: Veriche, 1993; Le ragioni della speranza.Padua: San Paola, 2001; Fede e religione in Kant: 1775-1798 . Trento: Veriche, 2005; La Critica del Giudizio di Kant. Introduzione alla lettura . Roma: Carocci, 2008Actualmente se desempeña como profesora titular de Filosofía de la Universidad de Padua, Italia. Correo electrónico: [email protected].

    Arte, naturaleza y sociedaden la Crítica de la facultad de juzgar de Kant*

    Art, Nature and Society in Kant’s Critique of Judgement abstRact

    The paper discusses some topics of Kant’s Critique of Judgment in order to highlight the unitary structure of the work and itsinnovative contribution. Within this inquiry, it specically focuses on the Kantian reections on the public value of aesthetic judg-ments and shows the epistemological, social, and ethical implications of analyses of art, technology and culture in Kant’s text.Key woRds:

    Transcendental Philosophy, Aesthetic Judgment, Common Sense, Culture, Social Relations.

    Arte, natureza e sociedade na Crítica da faculdade de julgar de KantResumo

    O artigo examina alguns momentos da Crítica da faculdade de julgar de Kant, visando evidenciar a unidade estrutural da obrae sua contribuição inovadora. Dentro desta pesquisa, isola as reexões kantianas sobre o valor público dos juízos estéticos emostra as implicações epistemológicas, sociais e éticas das análises sobre a arte, a técnica e a cultura, desenvolvidos no textokantiano.PalavRas chave:

    Filosoa transcendental, juízo estético, senso comum, cultura, sociabilidade.

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    Revista de Estudios Sociales No. 34rev.estud.soc.

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    L A TERCERA CRÍTICA KANTIANA:UN PROYECTO UNITARIO, INNOVADOR Y DINÁMICO

    La primera impresión que impacta a quien seacerca a laCrítica de la facultad de juzgar , a diferen-cia de otras obras kantianas, es aquella de encontrarsefrente a dos partes –estética y teleología– originadas pordistintos intereses y vinculadas casi que forzadamente.En realidad, la articulación de la obra en dos momentosdiferentes y autónomos no es extrínseca ni, mucho me-nos, casual. Es, al contrario, el resultado del recorridoque lleva a Kant desde el proyecto inicial de componeruna Crítica del gusto –que busca, en cualquier modo,relacionar estética y teleología (Kant 1922)– hasta unescrito mucho más articulado y complejo, en el cual lareflexión sobre lo bello se amplía y va a tocar inclusocuestiones que tienen pertinencia para las ciencias na-turales y humanas: desde la antropología hasta la ética,la filosofía social y la política.

    Con la obra de 1790, de hecho, Kant se propone lle- var a término la tarea emprendida en laCrítica de larazón pura y en laCrítica de la razón práctica1 relacio-nando los dos ámbitos de la naturaleza fenoménica yde la libertad, que aquéllas estudian separadamente. Ladistinción entre los dos ámbitos corresponde a la dife-renciación entre dos modos de conocer o pensar: el pri-mero se ejercita en el mundo fenoménico, con respectoal cual el intelecto cumple una función constitutiva; elsegundo se explica en el mundo de los puros noúmenos, con respecto al cual la razón desempeña una funciónregulativa. El acceso a los dos ámbitos se efectúa en to-das las obras críticas en clave trascendental, a partir delexamen de las facultades cognoscitivas que permiten ladescripción, el análisis y la comprensión de la realidadsensible y de aquella puramente inteligible.La transformación del proyecto inicial, que lleva de laCrítica del gusto a laCrítica de la facultad de juzgar,es laconsecuencia de la constatación, madurada en el trans-curso de los años, del hecho de que los juicios estéticos

    1 Cfr . Kant (1968, 170). El texto de la Tercera Crítica estará indicadocon la sigla KdU, seguida, si es necesario, del número de la página dela edición de la Akademie-Textausgabe y el de la traducción italianade Garroni y. Hohenegger (Kant 1999). [Nota del traductor: las citasen español se traducen de la versión de Pablo Oyarzún (Kant 1992),indicando la paginación de Weischedel].

    y los juicios teleológicos son expresiones de ufacultad, la facultad de juicio reflexionante (lareflektirende Urteilskraft). Una facultad que formula suspios juicios con base en el principio de la “fina“conformidad a fin” (Zweckmäßigkeit). La conformida fin es, por lo tanto, junto a la facultad de juzflexionante, el tema central de laCrítica de la facultde juzgar y constituye la primera razón que expunidad intrínseca tanto del proyecto como de lación de esta obra. Reflexionar sobre las cosas, y jen términos deconformidad a fin, tienen, de hecho, pKant –acogiendo las críticas de Spinoza a las canales– una notable importancia heurística tantoproceso de comprensión de la realidad objetiva cel de autocomprensión del sujeto. Esta carga heuemerge allí donde la facultad de juzgar reflexionprincipio de finalidad que le es propio muestranneidad para identificar reglas y, por consiguiennormatividad, también allí donde esto a primeparece estar excluido. La finalidad es aquella codad a las leyes mediante la cuales se reflexionaquello que es contingente, para obtener unariencia coherente, unitaria y completamente innectada.2 La unidad legal ( gesetzliche Einheit), que facultad de juzgar reflexionante lleva al descorientada por nexos finales, consiente, por louna interpretación unitaria de la experiencia ysibilidad de identificar en ella un orden intrícuando no es posible subsumir los datos indiv(ya se trate de organismos vivientes, hechos otos) bajo las categorías o principios del intelec

    Junto a este intento normativo que, confiado a lZwekmäßigkeit y a lareflektierende Urteilskraft, atraviesa tola obra conectando sus diferentes temáticas, laCríticde la facultad de juzgar persigue también una finalde orden analítico-descriptivo. Este segundo surge, por ejemplo, cuando Kant recuerda el sensatisfacción y de placer que emerge todas las vlas cuales, en el pulular atomístico de hechos, eo experiencias no reconducibles a normas o pride orden general, se captan nexos relacionales, tán en condiciones de ofrecer un significado unlo que a primera vista aparece sin ninguna conprivado de sentido. De esta forma, Kant describe

    2 KdU §V, P. 183, 19: “La facultad de juzgar tiene que suponea priocomo principio para su propio uso, que lo que a [nuestro] humes contingente en las leyes particulares (empíricas) de la natcontiene, no obstante, una unidad legal para nosotros insondabpensable, en el enlace de su multiplicidad en una experiencposible” (Kant 1968, BXXXIII). Esta unidad legal está dada pcipio de la nalidad o “conformidad a un n”.

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    sucede en el sujeto en presencia de un sentimiento deplacer: al sentir placer o displacer el sujeto es puestoen una relación inmediata consigo mismo; a través delsentimiento de placer o displacer se advierte a sí mismo, y en él se da, por tanto, la constatación inmediata de serel portador de afectos, de ser su centro unitario (Kant1968, §1). La descripción puntual de los modos en loscuales se activa el sentimiento de placer o displacer y delo que acontece en el sujeto de estos afectos comportaun complejo y articulado proceso de comprensión de símismo que la Tercera Crítica lleva a cabo mediante unainvestigación de naturaleza trascendental, que no consi-dera objetos o realidades existentes, sino las estructurasa priori que le permiten al sujeto conocer, tener emocio-nes o actuar.

    Si se tiene por cierto el doble intento perseguido por laCrítica de la facultad de juzgartanto en el nivel norma-tivo como en el analítico-descriptivo, se puede leer todala obra como el despliegue de una serie de recorridos,que examinan todas las posibles aplicaciones de la ca-pacidad de juzgar con base en nexos de finalidad, dentrode un gigantesco proyecto que se caracteriza por unasistematización rigurosa, un dinamismo intrínseco y unfuerte impulso innovador.3

    a. La sistematización surge del plano arquitectónicogeneral de la obra, a partir del análisis complejo delas facultades del ánimo (la facultad cognoscitiva,el sentimiento de placer o displacer, la facultadde desear) y de la identificación de los respectivosámbitos de aplicación, que son la naturaleza, elarte y la libertad.4 Este intento sistemático per-mite leer en clave teleológica la naturaleza enteracomo un sistema de fines, los cuales valen comouna posibilidad para explicar, en una óptica pura-mente subjetiva, la intrínseca constitución de serde todas las formas vivientes, desde un simple hilode hierba (cuya razón de ser resulta incomprensi-ble con base en las leyes de la física mecánica) has-ta organismos más complejos, incluidas incluso las

    3 Estas características están muy bien sintetizadas en la Introducción deE. Garroni y H. Hohenegger de la traducción italiana de laCrítica dela facultad de juzgar(Kant 1999, XIX).

    4 Esto se deriva del esquema que concluye el texto de la introducción ala KdU (Kant 1968, §IX, BLVII).

    construcciones sociales o políticas que la hde la humanidad produce en su curso. Segcomplejidad del objeto considerado, Kant gue varias modalidades de aplicación del prde la finalidad, del cual de vez en cuando exel significado formal o material, interno o esubjetivo u objetivo.

    b. El aspecto innovador de este proyecto se enno sólo en los análisis puntuales sobre la obra la validez ejemplar del juicio del gusto, losdel genio artístico, sino, además, en la refsobre una noción amplia de “arte” implicestos análisis. El arte, en efecto, se entiensea como “arte bello” o como “técnica”, eaquello que permite realizar lo que deseque ocurra. En consecuencia, la noción den sentido amplio comprende todas las actdes capaces de llevar a término ciertos proen relación con un objetivo o un proyecto. técnica, por lo tanto, no valen sólo para el h y para su actuar intencional, sino también pactuar no intencional de la naturaleza. Cuandhabla de una “técnica de la naturaleza”, o cafirma que la naturaleza actúa técnicamente, idecir que ciertos productos suyos pueden serdos como si (als ob) su posibilidad se basase earte (Kant 1942).

    c. Asimismo, estas consideraciones –relativalace que une estrechamente arte y naturalezauna contribución ulterior que confirma la uentre las dos partes de la obra. Pero la oridad de la Tercera Crítica se hace manifiesta,todo, cuando se la lee prestando atención mento orgánico que la caracteriza y a su dimo interno. Los hilos que Kant logra anudella son innumerables. En lo que sigue llamatención sobre algunos de ellos, los cuales smi opinión, particularmente idóneos para iel nexo estrecho que existe entre la estéticteleología, y algunas implicaciones signifpara pensar la sociabilidad y la política.

    EL ALCANCE SOCIAL DEL JUICIO ESTÉTICO

    El objeto de la primera parte de la obra –la “Crla facultad de juzgar estética”– no es, como es la construcción de una teoría estética, sino la resobre lo que la belleza natural o artística implicaánimo de aquel que se complace, y, aun antes, el de las condiciones que hacen posible un juicio e y lo distinguen de las otras modalidades de juic

    Conjunto de las facultadesdel ánimo

    Facultades deconocimiento

    Principios apriori Aplicaciones

    Facultad del conocimiento Entendimiento Conformidad ala Ley Naturaleza

    Sentimiento de placer odisplacer Facultad de juzgar

    Conformidad aun fin Arte

    Facultad de desear Razón Fin último Libertad

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    Desde las primeras líneas, Kant subraya el papel del jui-cio estético en el proceso de autocomprensión del su- jeto. A diferencia, en efecto, de lo que es simplementeagradable (lo que es advertido por todos los seres vivien-tes) y de lo que es moralmente bueno (que es válido,por el contrario, sólo para los seres racionales), lo bello vale para todos los hombres en cuanto al mismo tiemposon seres sensibles dotados de razón (Kant 1968, §5).En consecuencia, el juicio del gusto permite definir unapropiedad que distingue al hombre –en cuanto capaz deapreciar la belleza, complaciéndose con ella– respectode otros seres vivos de los cuales se considera sólo elaspecto sensible o el puramente inteligible. Si el sen-timiento de placer y displacer permite una primera einmediata aprehensión de sí mismo –un primer reco-nocimiento de la propia identidad subjetiva–, el juiciodel gusto implica un paso ulterior en el progreso dela subjetividad hacia la comprensión de sí misma, encuanto permite identificar una característica específicade quienes pertenecen a la especie humana.

    Entre estos dos elementos –esto es, a) la aprehensión in-mediata de sí mismo en el sentir placer o displacer y b)la identificación de las características distintivas del sujetocapaz de sentir placer por lo que es bello– se inserta uno delos aspectos más innovadores de laCrítica de la facultad de juzgar, y, al mismo tiempo, uno de los más controvertidos.Se trata de la pretensión de validez intersubjetiva del juiciodel gusto. La legitimación de esta pretensión de validez co-mún (Gemeingültigkeit) es presentada por Kant como unhecho notable para el filósofo trascendental, que demandade él un esfuerzo considerable, en compensación del cual,sin embargo, espera descubrir “una propiedad de nuestrafacultad de conocimiento que sin este análisis habría per-manecido ignota” (Kant 1968, §8, B21).

    Esta anotación, que no deja dudas sobre las pretensio-nes de Kant con respecto a su propio aporte innovadoren el campo de la investigación trascendental sobre los juicios estéticos, nos introduce en el descubrimientode una serie de elementos que permiten comprenderel significado social del gusto. Este significado se rela-ciona con el valor público que Kant atribuye al juicioestético, el cual, en cuanto juicio, es decir, consideradodesde un punto de vista meramente lógico, es siempreun juicio singular (Kant 1968, §37).

    Singulares son, de hecho, algunos juicios de conoci-miento, aquellos sobre lo que place a los sentidos oaquellos estéticamente puros. Entre estos dos últimostipos de juicio Kant pone de relieve, sin embargo, unadiferencia sustancial. Mientras que el juicio expresado

    sobre lo que es agradable para el paladar, el ta vista, el olfato o el oído, es del todo personal y valor exclusivamente privado, en cuanto vale squien lo expresa, el cual lo acompaña con la pr“esto es agradable para mí ” (Kant 1968, §7), quienmula un juicio sobre lo bello pretende que los lo compartan. Si esto no ocurre, quien ha exprepropio juicio, abandonando de esta forma la espropio sentir privado y saliendo al descubiertomanifiesta su propia evaluación al decir “esto es bega carente de gusto a quien no comparte su juicidispuesto a iniciar una discusión con él en esta ma

    El juicio del gusto tiene, por lo tanto, un significblico, y esto exige que quien lo formula salga dcierro en el propio juicio individual, discuta arguse sitúe en el punto de vista de los otros. Mientren lo concerniente a todo aquello que resulta agra los sentidos vale el antiguo proverbiode gustibus nest disputandum, porque se reconoce que estos juson personales y se deja a cada uno sostener elparecer, la publicidad atribuida a los juicios es y puros hace transcurrir la investigación trascesobre las facultades del ánimo humano desde unsubjetivo hasta el de la confrontación intersubje

    La dificultad para aceptar y defender la validez del gusto está dada por múltiples elementos y, en prmer lugar, por la misma definición de lo bello prota por Kant. Dado que bello es aquello que comuniversal y necesariamente, sin concepto, sin fi y sin interés,5 esto significa que no hay reglas a lales apelar para justificar la validez común del jutético. El fundamento de esta validez se debe buna vez más en clave trascendental, en el libre julas facultades cognoscitivas –intelecto e imaginque se activa cada vez que se formula un juicila belleza de algo. Este armónico acuerdo de latades cognoscitivas produce, de hecho, un sentide placer no vinculado a alguna regla, y, sin emse pretende participable a la comunidad de los que juzgan. Precisamente porque se deriva de uma amalgama, porque los elementos que en él sede acuerdo están presentes en todos los que juz juicio que se deriva es universalmente comunicaplacer que se obtiene es universalmente compaCuando una representación bella suscita un acde imaginación e intelecto y este acuerdo vienesado mediante un juicio, se puede suponer, y a

    5 Como se sabe, son cuatro los momentos que en los §§1-22 de ca de la facultad de juzgar estética” denen lo bello.

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    exigir, que el placer o el displacer provocado por la re-presentación del objeto bello pueda ser compartido porla comunidad de los sujetos que juzgan, dado que lascondiciones subjetivas que permiten formular el juicioson las mismas en cada hombre dotado de imaginación y sano entendimiento.

    Aquí el análisis trascendental pone de relieve un puntode particular interés: el hecho de que las condicionesdel juicio sean compartidas implica la comunicabilidaddel juicio mismo y determina su carácter público. Esgracias a la reflexión sobre este aspecto que Kant llega adescubrir aquella propiedad de nuestra facultad de co-nocer, que sin esta investigación habría permanecido ig-nota, y que tanto interés despierta en el filósofo trascen-dental. Cuando el juicio del gusto afirma la belleza dealgo, quien lo formula exige que todos estén de acuerdocon él. Dado que no puede tratarse de una universalidadfundada lógicamente sobre conceptos, Kant define esta validez común (Gemeingültigkeit) como una voz univer-sal (allgemeine Stimme), que unifica a todos aquellosque concuerdan en un determinado juicio sobre la basede un común modo de sentir, un sentido común; esto es,una facultad que al juzgar tiene en cuenta el juicio delos demás, lo que sucede cuando comparamos nuestro juicio con el de los otros y nos ponemos en su lugar.6

    El sentido común se convierte así en aquello que puedesostener la comparación con los juicios de los demás y,por consiguiente, en condición de apertura intersubje-tiva, aun cuando esta apertura es subrayada por Kantsiempre en clave trascendental, teniendo en cuentaaquellas estructuras que en el sujeto se encuentran enla base de toda representación suya. Esto significa quela relación de las facultades cognoscitivas, activada es-pontáneamente por una representación juzgada bella,produce un efecto sobre el ánimo humano. Este efectono tiene que ver sólo con el individuo que dice “estoes bello”, sino que es advertido como una especie desentido común, por lo cual quien dice “esto es bello”sabea priori que también los otros deberían compartirsu juicio, y si no es así, sabe que se abrirá una discu-sión. Lo que se excluye es que quien dice “esto es bello”

    6 KdU §40, pp. 293 y 130: “Por sensus communis hay que entender, noobstante, la idea de un sentidocomún a todos, esto es, de una facultadde juzgar que en su reexión tiene en cuenta, en pensamiento (a prio-ri), el modo representacional de cada uno de los demás, para atener su juicio, por así decirlo, a la entera razón humana y huir así de la ilusiónque, nacida de condiciones subjetivas privadas que pudiesen fácilmen-te ser tenidas por objetivas, tendría una desventajosa inuencia sobreel juicio. Ahora bien: esto último sucede por atener el propio juicio aotros juicios, no tanto efectivamente reales como más bien meramenteposibles, y ponerse en el lugar de los otros [...]” (Kant 1968, B157).

    enuncia una opinión puramente personal o form juicio privado.

    La validez pública del juicio del gusto, en cuapresión de un sentido común, está confirmada tapor las máximas que determinan el funcionamiesano y común intelecto humano. De estas máximpensar por sí mismo; 2. pensar poniéndose en ede los otros; 3. pensar siempre de acuerdo consimo) es particularmente significativa la segundarefiere a un modo de pensar que Kant define, recdo a una hermosa expresión, “amplio” o “anchoerwetert); un modo de pensar que se obtiene situándel punto de vista de los otros. Cuando este penspliado” da lugar a un juicio del gusto, cualquiafirme que algo es bello, situándose en el punto de los otros, puede pretender que su juicio indtenga una validez común, es decir, que haya acompartido sobre lo que se juzga estéticamente

    Ciertamente, el gusto no prescribe leyes de ordeo técnico-práctico ni fija conceptos sobre cómorían ser las cosas, pero lleva al descubrimientopropiedad del hombre que lo vuelve idóneo pafrontarse con sus similares, para comunicar loproduce placer o displacer, para revisar sus propcios sobre la base de un modo común de pensar,dose en el punto de vista del otro: esto, evidenteno es insignificante para quien intente ir a la búde las raíces de la sociabilidad.7

    Comunicabilidad, participación y publicidad hagusto una especificación del sentido común, sque por sentido común no se entienda –con unlectio facilior – sólo el sano buen sentido, sino –desdlectura más compleja que, sin embargo, empalmreflexiones kantianas con la tradición latina de sensucommunis y con su rehabilitación en la Europa dglo XVII-XVIII– aquel sentido que se tiene en porque caracteriza la pertenencia a una comunidcomo existe un sentido común de lo que es decde lo que es verdad o de lo que es correcto, dforma existe un sensus communis æstheticus relativo aque se juzga bello. Si quien vive exclusivamentel propio sentir personal se excluye de la comunlos sujetos que juzgan, quien formula un juicio manifiestaeo ipso su propia disposición a la confrción, a la comunicación y a la participación de pios sentimientos, de los propios juicios, de las

    7 Sobre la sociabilidad que implican los juicios del gusto,cfr. Leyv(1997), Menegoni (2008), Parret (1998) y Quintana (2008).

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    experiencias, que están siempre ligadas a condicionesmateriales e históricas determinadas, sabiendoa priori que los otros harán lo mismo.

    Una confirmación de todo esto se encuentra en el pá-rrafo conclusivo de la primera parte de la obra (Kant1968, §60), en el cual Kant subraya la importancia deaquellos conocimientos preliminares que son definidoshumaniora, “presumiblemente porquehumanidad de-signa, por una parte, el universal sentimiento de simpatía y, por otra, la facultad de poder comunicarse íntima yuniversalmente [...]” (Kant 1968, B262). Las dos pro-piedades unidas constituyen aquella sociabilidad (Gese-lligkeit) que es adecuada a la idea de humanidad, por-que la distingue de la limitación animal.

    Es por esto que el gusto desarrolla una función prope-déutica con respecto a la instauración en el sujeto de unhabitus moral, como se afirma en el conocido §59: “Dela belleza como símbolo de la eticidad”. Porque lo belloes aquello que, en su diferencia respecto a lo agradable,place necesaria y universalmente, sin interés y sin fina-lidad; su experiencia presenta fuertes analogías con losprincipios de la moral; en primer lugar, porque enca-mina a la comprensión de cómo es posible interesarsepor la ley moral, sin que esto quiera decir actuar porinterés. El consenso general pretendido por el juiciodel gusto, puesto como fundamento de la comunica-bilidad y de la sociabilidad, que impregna como unsentido común a la humanidad entera, es símbolo, ade-más, de aquella diversa universalidad que caracteriza alos principios morales. Finalmente, la libertad, la ausen-cia de interés y la validez universal, características del juicio sobre lo bello, constituyen una huella concretapara comprender lo que en la moralidad no puede serni conocido ni explicado por un entendimiento limita-do. El entendimiento humano es, de hecho, incapaz deexplicar cómo es posible la libertad, ni tampoco logrademostrar cómo se puede tomar interés por la ley moralsin actuar, empero, por interés; o cómo la razón purapuede por sí misma ser sólo práctica, es decir, cómopuede ofrecer un impulso a la acción con base en susola forma.

    L A INSOCIABLE SOCIABILIDAD

    Toda la primera parte de laCrítica de la facultad de juz- gar traza un recorrido que define la especificidad de losseres humanos con base en características que consti-tuyen el fundamento de la sociabilitas. Sobre este temaKant volverá, pocos años después, en el ensayo sobre el

    mal radical, que constituye el primer capítulo deto La religión dentro de los límites de la mera razón. Estsucede en el lugar textual en el que el autor exlas disposiciones originarias al bien que caractanto al hombre individual como a todo el génmano. De particular interés, puesto que se encuen aparente discontinuidad con lo argumentadola naturaleza social del gusto, está el hecho de laReligionsschriftla característica de la animalidadconcierne al hombre en cuanto ser viviente, no setra sólo en la conservación de sí mismo y de la sino también en el desarrollo del instinto sociconduce a la vida comunitaria. La cara negativacondición se muestra desde la intemperancia hausencia total de leyes, un estado que no por casKant define como “salvaje” (Kant 1914a, 26).

    La segunda condición propia del hombre tiene con el hecho de ser aquel viviente dotado al tiempo de razón. Esta disposición se pone de maal afirmar el valor propio en la propia opinión ylos demás, sobre la base del principio de la igualado negativo de esta disposición, que es originbuena, se expresa en el deseo de afirmar la propremacía sobre los otros, y da lugar a los viciosde las civilizaciones desarrolladas y cultas, que de los celos y la rivalidad hasta la enemistad.

    La tercera y última condición, después de aquemal y humana, tiene que ver con la personalidtrata de aquella condición del género humano qusidera al hombre en cuanto ser viviente, racionamado a responder por sus propios actos. La dispde la personalidad define la capacidad del arbiprobar el respeto por la ley moral que vale com y coincide con el ejercicio de la moralidad y copeto por lo que representa la dignidad del fin ae incondicional.

    Así que también en el ensayo sobre el mal radicontramos una reflexión sobre las característihombre, que considera la animalidad, la racionala personalidad en progresión. Lo que, sin embargogue este tratamiento del asunto de aquel que se encen la Tercera Crítica es el hecho de que la condicimal, racional o propia de la persona moral apareReligionsschrift en referencia al ejercicio de la facultdesear y al uso del arbitrio. Es este trasfondo éticdetermina que la disposición a la sociabilidad pertenecer a la condición animal, mientras queCrítica de la facultad de juzgartal disposición se refa aquello que define la humanidad del hombre.

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    Una anticipación de esta diversa exposición de las con-diciones propias del estadio animal, propiamente huma-no y ético, aparece, por lo demás, ya en la conclusión dela “Crítica de la facultad de juzgar estética”, en dondese lee que aquel placer que el gusto declara válido parala humanidad en general no puede prescindir del desa-rrollo de ideas morales y de la cultura del sentimientomoral (Kant 1968, §60). Esta conclusión se retoma enla segunda parte de laCrítica de la facultad de juzgar , enparticular, en el largo “Apéndice a la teleología”, en elcual la naturaleza se define como un sistema de fines,se subraya la primacía de la moral respecto a todas lasotras disposiciones propias del hombre y se preguntapor su posición en el contexto del mundo natural y de lahistoria mundial.

    En este sistema de fines, el fin último que la humanidadpersigue en su evolución está dado por la promoción delas habilidades técnico-prácticas, por el control de losimpulsos y de las pasiones, por el desarrollo de la socie-dad civil y por la constitución de Estados. Todos estoselementos se sintetizan en el término “cultura” (Kultur ),que se define como aquella actitud o habilidad para per-seguir cualquier tipo de fin con respecto a la naturalezainterna o externa y que incluye en sí misma una multi-plicidad de aspectos: desde el complejo trabajo de for-mación individual, que incluye educación (Erziehung) yaleccionamiento (Belehrung), pasando por la disciplina(Zucht, Disziplin) de las inclinaciones y las pasiones,por la promoción de las habilidades (Geschicklichkeit)que permiten perseguir objetivos arbitrarios, hasta eldesarrollo de las formas que articulan las diferentes mo-dalidades de la vida asociada. Con pocos y rápidos tra-zos, Kant delinea el cuadro de una obra de civilizaciónque ve el desarrollo de las ciencias y de las artes a la parcon la difusión de las desigualdades sociales. Mientrasque la mayoría buscará satisfacer las necesidades de la vida, oprimida por trabajos mecánicos y embotadores,otros disfrutan de los frutos de esta desigualdad. Mise-ria y lujo generan violencia y lesionan las libertades in-dividuales. Para dirimir injusticias y atropellos se apela,en primer lugar, al ámbito de la compensación legal: a lasociedad civil, pero, especialmente, al sistema de todoslos Estados, aquel arreglo cosmopolita que sólo puedeponer una barrera a la expansión de los conflictos a es-cala nacional y mundial.

    En particular, el §83 de la “Crítica de la facultad de juz-gar teleológica” expone con indicios esenciales una sín-tesis breve del completo pensamiento político-históricode Kant y desarrolla en forma consecuente las tesis yaenunciadas en el escritoIdea para una historia universal

    en sentido cosmopolita, de 1784, en donde el autor exsa su esperanza, típicamente ilustrada, de que laderación del juego de las libertades individualeshistórico-mundial permita ver ordenado hacia llo que en cada uno de los individuos aparece en y dominado por la casualidad. Sólo en aquella sen la cual la libertad de todo individuo puede ccon la de los otros se lleva a cabo el fin supremnaturaleza, en lo que tiene que ver con la humanidecir, el desarrollo de todas sus disposiciones. Cdesarrollo artístico, el mismo orden social, son la “insociable sociabilidad”, que obliga a discilibertad salvaje de las inclinaciones individuales

    También en la segunda parte de laCrítica de la facultde juzgar , como ya se encuentra en el escrito de Kant subraya la función propedéutica desarrolllas artes y por las ciencias en la realización deno del hombre (Bestimmung des Menschen), según unprogresión que comprende, primero, el desarrolcultura; después, de la civilización que realiza labajo leyes, y, finalmente, de la moralidad. La proque distingueKultivierung, Zivilisierung y Moralisierues especular respecto de aquella delineada en la pra parte de la obra. En este contexto, sin embarse considera ya desde una óptica trascendental, siporque la conformidad al fin presente en esta reflematerial y objetiva, y no más formal y subjetiva.tante, vuelve a ser propuesta, también en este cola idea que habíamos ya encontrado en la conclula primera parte de laCrítica de la facultad de juzgar : arte y ciencias, junto con el placer que puede ser comuniversalmente, forman a la humanidad y la preparan pun dominio en el cual sólo la razón debe tener p

    El lenguaje y las categorías utilizadas por Kanraízan en un horizonte histórico típicamente ilu y, en general, no reflejan adecuadamente el alcanovador de sus ideas. Pero lenguaje y categoríces obsoletas no le quitan nada a la organizaciópensamiento absolutamente coherente y bajo maspectos profundamente innovador.

    CULTURA, CIVILIZACIÓN, LIBERTAD

    Al recorrer algunas de la vías que Kant traza en laCríticde la facultad de juzgar , hemos intentado anudar lolos de una argumentación dirigida, entre los numpropósitos que persigue, también a llevar al demiento de los elementos mínimos y, sin embargociales que están en la base de la convivencia s

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    diciembre de 2009: Pp. 176. ISSN 0123-885XBogotá, Pp.24-32.

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    de la constitución de entidades políticas que apuntena salvaguardar y garantizar la libertad de todos en sumutua relación. Se trata de una investigación teóri-ca que no esconde cuán difícil es alcanzar de formaefectiva este objetivo. Kant observa, de hecho, quela humanidad ha logrado en el curso de su historiaun grado elevado de cultura. Ella deja ver, sin em-bargo, que sólo en parte sabe defender el derecho ala libertad de todos bajo la tutela de las leyes, y, porende, es civilizada sólo parcialmente. En cuanto a larealización total de la moralidad, que la haría virtuo-sa, éste es un objetivo aún por realizar: “Nos hallamoscultivados en alto grado por el arte y por la ciencia, es-tamos civilizados hasta el exceso en todo lo que tieneque ver con las formas y las convenciones sociales. Sinembargo, falta todavía muchísimo para considerarnos mo-ralizados” (Kant 1923, 26). Para tomar posesión del ánimohumano y que se convierta en un hábito virtuoso, la mora-lidad requiere, de hecho, una revolución en la intención,un cambio radical del corazón. Pero esta revolución inte-rior no puede ser consecuencia de un mejoramiento de lascostumbres y sólo puede ser preparada, no realizada, por eldesarrollo del arte y de la cultura (Kant 1914a).

    Radicalmente innovador es el examen de las estructurasde base que son los cimientos de la vida social. Este exa-men es conducido mediante una investigación trascenden-tal que reflexiona sobre las facultades del ánimo humanoen general y, en particular, sobre lo que acontece cuandouna representación bella suscita el sentimiento de placer odisplacer y el juicio del gusto expresa este sentimiento. Si-guiendo este recorrido del todo peculiar, Kant logra poneren evidencia cómo la humanidad se caracteriza por unaoriginaria disposición a la sociabilidad. Esta disposición se vislumbra desde los elementos esenciales que son la basede todo juicio del gusto, cuya formulación y enunciaciónexigen que cada sujeto que juzga esté dispuesto a com-prender el punto de vista del otro; exigen que se dé la dis-posición para compartir el juicio mismo y el placer quesuscita; exigen que el punto de vista del otro sea no sólocomprendido, sino también tenido en cuenta y respetado;exigen aun que se dé la disposición para comunicar laspropias valoraciones, para buscar puntos de acuerdo y deconvergencia, para romper las barreras que aíslan a losindividuos unos de otros, encarcelándolos en perspecti- vas en las que sólo vale el punto de vista privado.

    Una vez que uno se encamina por esta vía, no se pue-de dejar de recordar que “el círculo que uno traza entorno a sí mismo se debe considerar una parte de uncírculo más grande que abraza todo, esto es, el círculode los sentimientos cosmopolíticos” (Kant 1914b, 351).

    Y que el concepto de humanidad no es algo absindeterminado, sino que es la disposición para emiento de la simpatía que acomuna a los hombsentimiento que permite la comunicación recíprlos propios sentimientos (Kant 1914b, 456). Sabsiderar el juicio de los otros, no sólo aquel efecttambién aquel puramente posible, es indicador dluntad de ponerse en el punto de vista del otro yanclarse en el propio punto de vista personal y pEs superfluo observar cuánto esto permite la supde preconceptos y prejuicios, y pone las condpara la liberación de la ceguera de una razón pesclava, que aún no sale de un estado de minorid

    Este objetivo no es sólo propio de una razón modertrada, sino que entra a pleno título en un proyecto dcomprensión del hombre en cuanto singular y enmiembro del género humano. Este objetivo es peren laCrítica de la facultad de juzgara partir de la reflexsobre la finalidad intrínseca del arte y de la naturconduce a reconocer que tanto la belleza como emoral tienen la misma dignidad que compete a lofin para sí mismo. En torno a estos dos elementoorganiza dinámicamente todo el material que entrmar parte de laCrítica de la facultad de juzgar . Aunque terminología de la cual se vale Kant refleja la épcual pertenece, aunque la materia expuesta parececurrir desde las representaciones artísticas hasta lonismos vivientes, casi hasta perderse entre los mde los nexos finales, no se pierde jamás de vista lafundamental que sostiene y guía toda la construcciópregunta que se interroga sobre el sentido de los melementos y de las diferentes experiencias que caracla humanidad y su historia.

    REFERENCIAS

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