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La mediacin comunitaria y/o vecinal: un aporte a la democratizacin social y un nuevo espacio para el trabajo social de comunidad*1
Estela Adasme Calisto**2 Christian Quinteros Flores***3
RESUMEN
La tcnica de la mediacin se ha ampliado en Chile desde espacios tradicionales como el escolar o el familiar, a otros espacios menos habituales como el laboral e incluso el comunitario o vecinal. Sin embargo, en este ltimo mbito, su utilizacin en Chile hoy es muy incipiente y reviste desafos a la institucionalidad y a quienes la operan en el marco de la nueva gestin pblica. Para el Trabajo Social importante operador de la poltica pblica y responsable de contribuir a la necesaria democratizacin social, este tipo de mediacin puede constituir un buen recurso o bien pblico al momento de fortalecer el tejido social, adems que le permite aprovechar la expertise de la formacin recibida por este profesional. Este artculo busca contextualizar sociohistricamente la prctica de la mediacin comunitaria en Chile, permitiendo explorar algunas oportunidades que presenta hoy este espacio para el Trabajo Social, en pocas de globalizacin.
Palabras clave: Ciudadana, Desarrollo Sinergtico, Mediacin Vecinal-Comunitaria, Trabajo Social de Comunidad.
A mediao comunitria e/ou da vizinhana: uma contribuio para a democratizao social e um novo espao para o trabalho social de comunidade
RESUMO
A tcnica de mediao tem se expandido no Chile desde espaos tradicionais, tais como a escola e a famlia, para outros espaos menos tradicionais, tais como o trabalho e at mesmo o comunitrio ou vizinhana. No entanto, neste ltimo aspecto, seu uso no Chile hoje muito incipiente
*1 Artculo recibido: 24/02/2014. Artculo aprobado: 04/06/2014. Versin final: 08/09/2014.**2 Chilena. Trabajadora Social, Magster en Pedagoga en Educacin Social, Universidad
Catlica de Guayaquil. Perito Social Defensora Penal Pblica. Docente Universidad del Pacfico, Chile. Correo electrnico: [email protected]
***3 Chileno. Trabajador Social, Magster en Ciencia Poltica Universidad de Chile, Diplomado en Gestin Pblica y Desarrollo Territorial OEA-FLACSO, Secretario de Estudios Universidad del Pacfico, Chile. Correo electrnico: [email protected]
REVISTA PERSPECTIVAS N 25, 2014 ISSN 0717-1714 pp.221-239
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e reveste de desafios institucionalidade e aqueles que operam no mbito da nova gesto pblica. Para o Trabalho Social importante operador da poltica pblica e responsvel de contribuir a necessria democratizao social este tipo de mediao pode se constituir num bom recurso ou Bem pblico ao momento de fortalecer o tecido social, alm do mais, que lhe permite aproveitar os conhecimentos da formao recebida por este profissional. Este artigo visa contextualizar sociohistoricamente a prtica da mediao comunitria no Chile, permitindo explorar algumas oportunidades que hoje apresenta este espao para o trabalho Social em tempos de globalizao.
Palavras-chave: Cidadania, Desenvolvimento sinergtico, Mediao Vizinhana-Comunitria, Trabalho Social de Comunidade.
Community and/or neighborhood mediation: A contribution to social democracy and a new space for community social work
ABSTRACT
The technique of mediation has expanded in Chile from traditional areas such as school or family to other less traditional such as labor and even the community or neighborhood. However, the latter is very new in Chile today and imposes challenges to institutions and to those who operate it under the new public management. For the Social Work major operator of public policy and responsible for contributing to the necessary social democracy this type of mediation can be a good resource to strengthen the social fabric and leverage expertise of this professional training. This article is aimed to socio historically contextualize community mediation practice in Chile exploring some opportunities today for social work in globalization times.
Keywords: Citizenship, synergistic development, neighborhood-community mediation, community social work.
IntroduccinSi analizamos de cerca la trayectoria seguida por exitosos pases en desarrollo, conoceremos nuevas opciones de polticas posibles para todos los pases y regio-nes, y aprenderemos sobre valores y visiones del mundo que podran propiciar acciones futuras de cooperacin para el desarrollo y respuestas constructivas ante los desafos mundiales ms graves. El objetivo, como siempre, es acelerar en la medida de lo posible el progreso a gran escala, el cual eleva el estndar y ofrece ms oportunidades a las personas de todos los pases y comunidades, en todas las dimensiones clave del desarrollo humano, desde salud, educacin y subsistencia, hasta la libertad personal para controlar y mejorar nuestras propias vidas (Informe de Desarrollo Humano, 2013:11).
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Segn el ltimo informe de Desarrollo Humano, el mundo ha experimentado durante las ltimas dcadas un progreso social creciente. El ascenso de los pases del sur es inobjetable y exige ahora nuevos desafos, entre ellos, mayor justicia social, mayor libertad de las personas y ciudadanos y un Estado desarrollis-ta. La mediacin comunitaria y/o vecinal aparece en este senti-do como una oportunidad de ampliar la libertad de las personas para controlar y mejorar sus propias vidas, exigiendo mejores conductas para la convivencia social y estableciendo un marco regulador donde el ciudadano participe directamente en la reso-lucin de sus asuntos pblicos sin necesidad en algunos casos de judicializar los conflictos o diferencias con otros (institucio-nalidad tradicional).
La mediacin social como tcnica para promover construccin de ciudadanaDentro de la llamada tcnica de la mediacin social que bien puede considerarse un bien pblico existen varios campos de accin, que ms all de sus especificidades y habilidades parti-culares, comparten lo central de toda mediacin: la neutralidad, la equidad y la imparcialidad. En el rea comunitaria se han de-sarrollado dos alternativas: mediar entre vecinos o mediar entre los distintos actores que intervienen en el espacio comunitario, ya sea vecinos, empresarios o autoridades. La mediacin comu-nitaria representa para el Trabajo Social una interesante plata-forma o espacio para modificar la realidad y lograr el anhelado equilibrio del binomio recurso necesidad. Esta nueva rea de intervencin reviste potencialmente un gran aporte al desarro-llo de una cultura democrtica y pacfica. Actualmente, el Estado chileno est contribuyendo a esta cultura a travs de la creacin de las denominadas Unidades de Justicia Vecinal bajo la modali-dad de proyectos pilotos (los cuales han aumentado su fuerza en los ltimos aos). Tambin han incursionado en esta nueva modalidad de justicia cercana y local los municipios, en alian-zas con corporaciones o fundaciones, o con financiamiento del Fondo Nacional de Seguridad Pblica del Ministerio del Interior. As, la mediacin comunitaria ha tenido diversas aplicaciones, ya sea entre los propios vecinos (capacitados para la gestin en me-diacin) oentre los vecinos y la comunidad, a travs de la exis-tencia de un centro especializado propiciado por el municipio o
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el Estado a travs del Ministerio del Interior. Resulta interesante comprender que las distintas reas de la mediacin son absolu-tamente complementarias y subsidiarias, como ocurre entre la mediacin escolar y la mediacin comunitaria, pues todas ellas intentan en definitiva educar para la buena convivencia social. El Estado podra potenciar el espacio ciudadano fortaleciendo las habilidades mediadoras de sus vecinos y creando o facilitando la creacin de centros comunitarios de mediacin, con profesiona-les especializados. Los autores de este artculo estn convenci-dos de la autoridad de lo comunitario y lo local como espacio decisional, donde los sujetos aprenden los hbitos sociales y cul-turales que despus proyectarn a travs de conductas en otros espacios sociales ms amplios y complejos.
Una sociedad integrada se sustenta en instituciones sociales eficaces que permiten a las personas tomar acciones colectivas y aumentar la confianza y la solidaridad entre grupos. Tales ins-tituciones incluyen organizaciones no gubernamentales forma-les, asociaciones y cooperativas informales y normas y reglas de comportamiento. Influyen sobre los resultados individuales en desarrollo humano, al igual que sobre la cohesin y la estabilidad social (Informe de Desarrollo Humano, 2013: 34). Ya en la Cons-titucin chilena de 1822 se hablaba de los Jueces de Paz, ins-titucin encargada de componer a los litigantes y, no pudien-do conseguirlo, deba procurar comprometerlos como hombres buenos. Esta disposicin luego desaparece en la Constitucin de 1833, pero reviste gran importancia respecto a la aplicacin de ley en el espacio vecinal en Chile, lo que indica que ha sido una preocupacin histrica del Estado, quizs sin los resultados esperados. En 1971 se present un proyecto de Ley sobre Tribu-nales Vecinales, el cual, consciente y preocupado del problema, estim que era necesaria la creacin de tribunales que sean ms accesibles al poblador y al obrero, y que estn integrados por ellos mismos para as asegurarles que sus problemas van a ser bien interpretados (Celedn, 2012: 50).
La mediacin comunitaria actualmente consiste en una alterna-tiva no jurdica y basada en el acuerdo entre vecinos, facilitados por un equipo profesional, que abre sin dudas enormes posibili-dades de justicia cercana o al alcance de todos. La mediacin comunitaria aparece como un buen recurso para la inclusin so-
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cial de los grupos ms desfavorecidos al acercarlos auna adecua-da y razonable sensacin de mayor justicia.
A menos que las personas puedan participar de manera signifi-cativa en los eventos y procesos que dan forma a sus vidas, los caminos del desarrollo humano nacional no sern deseables ni sostenibles. Las personas deben poder influir en la formulacin de polticas y resultados, y los jvenes en particular deben ser capaces de aspirar a mayores oportunidades econmicas y de responsabilidad y participacin poltica (Informe de Desarrollo Humano, 2013: 91). Siguiendo con esta lnea de argumentacin, esta alternativa de trabajo comunitario promueve y facilita la par-ticipacin de la propia comunidad en su desarrollo, expandiendo sus capacidades locales, reconociendo sus valores culturales, fi-losofas y cosmovisiones de mundo que subyacen a las prcticas humanas que estn presentes en la vida en comunidad, contribu-yendo al fortalecimiento de su ciudadana.
Enfoques para comprender ciudadana
Como se seala en el cuadro N 1, no existe una nica forma de comprender la ciudadana de un sujeto. En este sentido, la ciudadana republicana aparece como el marco ms adecuado y pertinente para incluir la mediacin comunitaria y/o vecinal:
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Por otra parte, desde la perspectiva de Habermas, la ciudadana contempla que los sujetos tienen ms posibilidades de tornarse ciudadanos en la medida que se sienten autores de las leyes que los rigen (Muoz, en Celedn, 2012). Asimismo, la construccin de ciudadana est asociada a un nuevo proceso llamado indi-vidualizacin, que significa que cada persona debe definir por s misma las elecciones, valores y relaciones que hacen su proyecto de vida; es un proceso mediante el cual las personas se distan-cian de las tradiciones heredadas y afirman el derecho a definir por su cuenta y riesgo lo que quieren ser. Esto es el resultado de la valoracin social de la autonoma personal, de la prdida de autoridad de las tradiciones y del aumento de alternativas en los modos de vida (Informe de Desarrollo Humano, 2000: 28).
La difcil tarea de definir Desarrollo Frente a la complejidad de definir y precisar desarrollo, Calcag-no y Calcagno establecen cinco dimensiones que incorpora este concepto: la paz como la base fundamental, la economa como motor del progreso, el medio ambiente como base de la soste-nibilidad, la justicia como pilar de la sociedad y la democracia como buen gobierno (Calcagno y Calcagno, citado en Tironi, 2008). Segn el PNUD, El ascenso del Sur no es el resultado de adherir a un conjunto especfico de recomendaciones polticas, sino de implementar polticas pragmticas que responden a las circunstancias y oportunidades locales, como la profundizacin del papel fundamental de los Estados para alcanzar el desarro-llo, la dedicacin a mejorar el desarrollo humano (lo cual incluye apoyar la educacin y el bienestar social) y una mayor apertura al comercio y la innovacin. De todas maneras, el progreso futuro exigir a los responsables de formular polticas prestar especial atencin a aspectos como: igualdad, voz y rendicin de cuentas, riesgos ambientales y cambios demogrficos (Informe de Desa-rrollo Humano, 2013: 1).
De acuerdo a este Informe, Generalmente el crecimiento es mu-cho ms efectivo en cuanto a reduccin de la pobreza en pases donde la desigualdad de ingresos es baja que en aquellos donde hay una desigualdad elevada. Promover la igualdad, especialmen-te entre diferentes grupos religiosos, tnicos o raciales, tambin contribuye a minimizar el conflicto social. Contar con educacin,
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atencin de la salud, proteccin social, empoderamiento legal y organizacin social permite que las personas pobres participen en el crecimiento. No obstante, incluso estos instrumentos de polticas bsicas pueden no ser suficientes para empoderar a los grupos marginados (Informe de Desarrollo Humano, 2013: 5).
El Territorio como una unidad compleja de Desarrollo
El destacado planificador Sergio Boisier desarroll el concepto de Capital Territorial Sinergtico, entendido como la capacidad social o, mejor, a la capacidad societal (como expresin ms to-talizante) de promover acciones en conjunto dirigidas a fines co-lectiva y democrticamente aceptados, con el conocido resultado de obtenerse as un producto final que es mayor que la suma de los componentes (Boisier, 1999: 5). En trminos simples, signi-fica que El desarrollo bien entendido es un fenmeno de orden cualitativo en tanto que se le trata de alcanzar mediante acciones de orden cuantitativo (Boisier, 1999: 6). Su propuesta tambin implica apoyarse del concepto de Capital Sinergtico para fo-mentar y organizar nueve formas de capital, como econmico, cognitivo, simblico, cultural, institucional, psicosocial, social, cvico y humano, ya que stas pareciese que estn estrechamente ms relacionadas con el desarrollo territorial que la misma cons-truccin de infraestructura u otro tipo de acciones.
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Elementos comprensivos para abordar el concepto de ComunidadLa comunidad ha sido el concepto central de la filosofa poltica y jurdica. Segn Friedrich, desde sus orgenes ha sido consi-derada como un grupo humano con el cual se ha relacionado la poltica y el derecho, al cual hay que referir los fenmenos caractersticos de la vida poltica: la ley, el poder, la autoridad (Friedrich, 1969). Para Aristteles, la comunidad est siempre apuntando a algn bien, ya que se trata de un grupo de hom-bres con algunos valores comunes (costumbre, creencia, intere-ses); la Polis ideal requiere demasiada unidad. La comunidad supone la existencia de seres por s mismos, pero con ciertos factores en comn que los unen. Por otra parte, para Cicern la ley es el criterio decisivo de la comunidad (Comunidad legal): No es pueblo cualquier colectividad de hombres reunidos de cualquier manera, sino una agrupacin de muchos asociados por convenio sobre derecho y por la comunidad de intereses (Schiavetti, 1980). Para Cicern la comunidad posee una base legal y racional. Por otra parte, para Santo Toms de Aquino la comunidad perfecta es la Civitas, es decir, si un grupo de seres humanos procuran el bien comn nace una comunidad, inde-pendiente de su magnitud. Slo es derecho verdadero lo que se dirige hacia el bien comn y la sustancia de la comunidad son las personas (Schiavetti, 1980).
La comunidad y su personalidad: elementos para el desarrollo de la identidad Local
Gierke y Maitland aceptaron la personalidad real de la comuni-dad, es decir, la comunidad tena una existencia personal aparte de la de los miembros que la integraban (sustancia propia en el concepto aristotlico). La personalidad estaba basada en la tradi-cin (continuitas) y en los vnculos afectivos (colligatio). (Citado en Schiavetti, 1980). Desde una visin un poco ms contempor-nea, las comunidades son entidades humanas localizadas geo-grficamente y organizadas en funcin de ciertos mviles, donde existen aspectos ecolgicos o territoriales relativos al asenta-miento poblacional, al entorno fsico y a la infraestructura, y as-pectos funcionales relativos a la forma de resolver sus problemas y satisfacer sus necesidades colectivas. La comunidad est amal-
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gamada a partir de determinados nexos o elementos de unidad. As, entonces, comunidad local es parte de la sociedad global con autonoma restringida. La comunidad posee en su interior fuer-zas psicoafectivas que trascienden sus componentes materiales (Ander Egg, 2000).
Una mirada a los actores del Desarrollo Territorial y ComunitarioSin dudas que para comprender el rol de la mediacin comu-nitaria / vecinal en cualquier tipo de desarrollo es necesario identificar los actores involucrados en l. Actualmente, en Chile aparecen como protagonistas claves del desarrollo territorial el Estado, los municipios y crecientemente las organizaciones que integran la sociedad civil. El Estado es la Nacin polticamente organizada que requiere tres requisitos para constituirse: Terri-torio, Constitucin Poltica (Organizacin Jurdica) y personas, sumado a un aspecto estructural: a) Participacin en tareas que aseguren el crecimiento de la sociedad (Organismos Pblicos, Poderes Ejecutivo, legislativo y Judicial) y b) Estructura Jurdica y Poltica: Estado es el ncleo de la toma de decisiones globa-les que interesan a una sociedad. Dentro de la estructura del Estado y a nivel microterritorial aparecen las municipalidades que son Corporaciones autnomas de derecho pblico, con personalidad jurdica y patrimonio propio, cuya finalidad es satisfacer las necesidades de la comunidad local y asegurar su participacin en el progreso econmico, social y cultural de las respectivas comunas (Artculo N1, Ley N18.695 Orgnica de Municipalidades).
Otro integrante importante en este desarrollo comunitario es la sociedad civil tercer actor que interviene en el espacio territorial y que representa los intereses particulares y corporativos de los distintos grupos que constituyen sociedad y que forma parte de los sistemas de participacin ciudadana, a travs de las Juntas de vecinos y otras organizaciones comunitarias. Estas asociaciones de inters pblico estn reguladas por la Ley N 19.418, cuerpo legal que establece normas sobre juntas de vecinos y dems or-ganizaciones comunitarias. Esta Ley regula conceptos tales como Unidad Vecinal, constitucin y funcionamiento de una Junta de Vecinos o de una organizacin funcional. Dentro de las funcio-nes y atribuciones se consideran: representar a los vecinos ante
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cualquier autoridad, institucin o personas; aportar elementos de juicio y proposiciones, gestionar soluciones para la junta de vecinos, ejecutar iniciativas, ejercer el derecho a plena informa-cin, proponer programas y promover la defensa de los derechos constitucionales de las personas, velar por la integracin al desa-rrollo y el mejoramiento de las condiciones de vida, promover el progreso urbanstico y procurar la buena calidad de los servicios a la comunidad (Ley N 19.418).
La sociedad civil como factor clave de la democratizacin socialSegn Carmona, los principales ejes de debate sobre la partici-pacin ciudadana se refieren a que este tipo de accin social se presenta como una temtica relevante en la escena contempor-nea. La necesidad de generar mayor sustento y legitimidad en los sistemas democrticos vigentes como la descarga hacia la socie-dad civil de responsabilidades y poder de decisin en diferentes campos de intervencin pblica, determinan su mayor protago-nismo actual. En primer lugar, la perspectiva ms difundida sobre este tema relaciona la expansin de formas diversas de partici-pacin ciudadana en los asuntos pblicos con los problemas de gobernabilidad derivados de la crisis de representatividad poltica y la deslegitimacin del Estado como mbito exclusivo de repre-sentacin de los intereses generales. Esta postura pone el acento en los lmites que presentan los mecanismos de democracia re-presentativa para expresar los intereses y diferentes derechos de gran parte de la ciudadana (Carmona, 2012). Desde esta mirada, la incorporacin de actores de la sociedad en las decisiones pbli-cas permitira introducir de manera ms genuina las perspectivas de los grupos sociales y legitimar las acciones de gobierno al no depender exclusivamente de los procesos electorales. Otro autor que plantea una estrategia del Estado nacin para recuperar su soberana perdida (o deslegitimada) es Manuel Castells, quien seala que el Estado nacin actual debe establecer alianzas con organismos sub-nacionales para recuperar soberana junto con descentralizarse y aumentar los niveles de participacin ciudada-na en los asuntos de ste (Castells, 1999).
Una segunda postura destaca la importancia de la participacin ciudadana al sealar que el fortalecimiento de la intervencin de
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la sociedad en los procesos de polticas puede ayudar a mejorar el desempeo gubernamental. Los discursos predominantes en esta lnea postulan que los principios que rigen al mbito de la sociedad civil son la autonoma, la solidaridad y la libertad, en contraposicin a la lgica centralizada y jerrquica del Estado, en relacin con el funcionamiento del sistema poltico. Se despren-de de este enfoque que la sociedad civil estara desvinculada de los intereses ligados a la legitimacin de relaciones de poder ins-titucionalizadas, ya que en este mbito primara el principio de la autonoma en relacin a las estructuras del Estado y del sistema poltico (Carmona, 2012: 171-172).
Una tercera postura y que se vincula directamente con la an-terior parte desde la crtica a los procesos de privatizaciones y reforma neoliberal que dieron lugar a la restriccin de la in-tervencin estatal en la vida social y al avance de los intere-ses privados sobre los mecanismos de accin pblica. Frente a ello, se resalta la necesidad de republificar el Estado, es decir, ampliar la intervencin pblica sobre los mecanismos de cons-truccin de la agenda gubernamental y sobre los procesos de formulacin de polticas. La participacin ciudadana, encauza-da a partir de distintos dispositivos de articulacin multiacto-ral (consejos consultivos, mesas de concertacin, gestin ter-cerizada de servicios), se presenta como una herramienta apro-piada para recuperar el control social sobre las problemticas pblicas, un objetivo que los mecanismos de la democracia representativa no han logrado asegurar por s solos (Carmona, 2012). Bajo estos argumentos, la mediacin comunitaria apa-rece como un interesante dispositivo institucional que puede permitir aumentar el control de los ciudadanos sobre el espa-cio que les pertenece, desarrollando de esta manera, sentido y significado local territorial, un imaginario colectivo comn, como dira Boisier.
La mediacin vecinal y comunitaria como mecanismo efectivo de resolucin de conflictosSegn Rodrguez Saif, los conflictos vecinales se caracterizan por dos notas esenciales: la perdurabilidad temporal, ya que se proyectan en el tiempo tanto histrica como modernamente y
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por el casuismo que preside esta materia dada la multiplicidad de supuestos que pueden generar situacin, detencin o contra-posicin de intereses, enturbiando las relaciones de vecindad; si la convivencia constituye el presupuesto social de las relaciones determinadas por la vecindad, los derechos sobre los bienes in-muebles constituyen un presupuesto jurdico (Rodrguez Saif, en Celedn, 2012:47),
A nivel microsocial se comprende que los conflictos son formas de interaccin entre dos partes, ya sean personas, grupos o co-munidades, que tienen su origen en una diferencia de intereses, valores u objetivos, en aspiraciones incompatibles o antagnicas, ya sea de un modo ocasional o permanente y que induce a las partes a confrontarse en el intento de lograr sus fines. El conflic-to comunitario vecinal emerge en los mbitos ms prximos a la vida de las personas asociados a la convivencia o coexistencia en un espacio territorial significativo para alguno de ellos. Es gene-rado entre personas que se afectan de forma interdependiente y desarrollan conductas en relacin a la circunstancia, ocurrencia, prolongacin en el tiempo y manifestaciones variables. Ambas partes en conflicto sienten frustracin de sus necesidades y cali-dad de vida, experimentan algn grado de hostilidad que puede escalar hacia daos psicolgicos, fsicos o a la propiedad, de for-ma unilateral o recproca.
Los conflictos comunitarios causan algn grado de tensin a ni-vel familiar y vecinal, tampoco son el resultado de un comporta-miento objetivo, ya que adems de los fines concretos que los adversarios persiguen, se encuentran sus interpretaciones o per-cepciones de lo que est en disputa (elemento subjetivo e inter-subjetivo). Por lo tanto, el conflicto aparecer, si las partes as lo deciden, con independencia de que existan o no bases objetivas para sustentarlo, lo que dificulta su resolucin y la cooperacin de los involucrados. Habermas (1999) divide a la sociedad en el sistema, que a partir de la razn instrumental organiza las leyes, reglamentos, instituciones (educacin, salud, la poltica, la legis-lacin y el aparato judicial), el mercado y la burocracia adminis-trativa; y el mundo de la vida, como el lugar donde interactan las personas (mundos: objetivo, subjetivo y social), el mundo de la vida cotidiana y los saberes colectivos que derivan en la socia-lizacin de los individuos.
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Bajo esta perspectiva, el barrio se concibe como una comunidad de intereses y un espacio de interaccin comunicativa diferencia-dora, con lo cual definen su pertenencia a un territorio recono-cido, tanto por geografa como por las relaciones que se dan en su interior; esto acenta los rasgos de la parte que es externa a ese mbito, condicin que se denota como causante del conflicto y se pone de manifiesto para reclamar ante empresas contami-nantes o desarrollar estrategias para acceder a la ayuda estatal. En la situacin en que no sea posible lograr la estabilidad de acuerdos alcanzados con base en el dilogo, es comn que se reclame a alguien que garantice el cumplimiento de un posible pacto, para que sea perdurable, y ante el temor de que la otra par-te no lo respete. Un conflicto comunitario o vecinal requiere ser comprendido en una relacin dinmica que rompe con los equi-librios estticos con los que se lo suele analizar. En ocasiones, los involucrados del conflicto presentan una amplia trayectoria en que las posiciones entre afectado y quien afecta al otro se relacionan dinmicamente, siendo en algunos momentos uno el afectado y, en otros, el mismo es quien afecta al otro. As, la me-diacin vecinal, desde una lgica sistmica, podra constituirse en una herramienta deestabilidad de una comunidad a partir de sus prcticas auto regulatorias que le ayudan a mantener el equi-librio y reducir la conflictividad (dispersin de componentes del sistema). En este contexto, el lenguaje y la comunicacin cobran especial relevancia; desde la propuesta fenomenolgica de Hus-serl o Habermas, son un medio para validar al otro, para recono-cer su existencia; desde el aporte de Maturana, reconocer al otro como un legtimo otro disminuye las posibilidades de violencia.
Diagnstico y proyecciones de la mediacin comunitaria y/o vecinal en ChileDurante este ao 2014, se generarn en nuestro pas fondos con-cursables desde el Ministerio del Interior, especficamente desde el rea de seguridad ciudadana, que considerarn la creacin de las unidades de justicia vecinal, una nueva poltica pblica jus-tamente para crear centros de mediacin comunitaria, dados los buenos resultados de las experiencias pilotos realizadas durante 2012 y 2013. Por otra parte, el Fondo Nacional de Seguridad P-blica del Ministerio del Interior establecer financiamiento para estudios e implementacin de centros de mediacin comunitaria.
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La instalacin de centros de mediacin comunitaria se realizan en el marco de proyectos de colaboracin entre las municipalidades y el Ministerio del Interior en el contexto de la seguridad pblica, y donde los profesionales integrantes resultan provenir de distin-tos campos disciplinarios, tales como el derecho, la sociologa, y el trabajo social, entre otros. Creemos que es imprescindible levantar diagnsticos comunitarios que identifiquen eventuales y potenciales focos de conflicto intravecinal como comunitarios, con sus orgenes histricos, tradiciones o factores psicosociales, dado que la comprensin del conflicto debe siempre estar focali-zada en las caractersticas locales para comprender las diferentes realidades comunitarias.
Por otra parte, hoy no existe un procedimiento estandarizadopara constituir un centro de mediacin comunitaria. Las experiencias conocidas por los autores se desprenden desde las funciones no privativas de losmunicipios. Por ejemplo, los municipios de Pe-aloln y Lo Espejo han postulado a fondos concursables en el marco de las directrices de la seguridad ciudadana como estra-tegia de prevencin; sin ir ms lejos, durante el 2015 se genera-rn otros fondos de concursos para crear centros de mediacin comunitaria. Es as como las experiencias chilenas en materia de mediacin comunitaria o vecinal han estado mayormente vin-culadas con las municipalidades, ya que stas pueden generar alianzas con otros organismos para abordar diferentes temticas, y una de ellas est relacionada con la seguridad ciudadana. Den-tro del Ministerio del Interior tambin existen fondos concursa-bles dentro de los cuales se han presentado proyectos de media-cin comunitaria como estrategias de prevencin y tratamiento de la seguridad comunal.
Hoy, tampoco se aprecia un camino formal para presentar pro-yectosa los municipios; esto depende en gran medida de la ca-pacidad emprendedora de eventuales interesados en generar una oficina de mediacin comunitaria y de la voluntad poltica de la autoridad comunal. En este sentido las municipalidades, de acuerdo a la Ley 18.695, tienen las Unidades de Desarrollo Comunitario, cuya obligacin es asesorar a las organizaciones comunitarias sobre su funcionamiento y regulacin; desde esta funcin se podra proponer alguna orientacin tcnica ante un eventual conflicto. Sin duda, las municipalidades tienen los de-partamentos de Organizaciones comunitarias que administran la
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aplicacin de los alcances de la Ley 19.418. Otras opciones que ofrece la actual institucionalidad la constituyen las unidades de mediacin de las CAJ (Corporaciones de Asistencia Judicial) o las UJV (Unidades de Justicia Vecinal).
As, creemos que la mediacin comunitaria, ya sea a nivel ve-cinal o a travs de un centro de mediacin formal (municipal o UJV),constituye un excelente espacio para fortalecer la ciudada-na (tejido social) y generar un modelo de desarrollo potenciando principios democrticos y participativos a nivel local. En segundo lugar, sera pertinente y relevante potenciar la capacidad de diag-nstico de la comunidad desde la aplicacin de supuestos tericos y epistemolgicos que faciliten la identificacin y comprensin de las lgicas comunicativas y humanas subyacentes a cada una de las realidades comunitarias. Al mismo tiempo, se debe valorar la elaboracin de proyectos como una adecuada herramienta para comunicar propuestas y racionalizar las decisiones entre los ac-tores comunitarios, autoridades, organizaciones y la propia comu-nidad. Los fines de la mediacin comunitaria la solidaridad, la justicia cercana, la cultura de paz sintonizan plenamente con los principios del Trabajo Social y, por lo tanto, pueden constituirse en reas absolutamente complementarias y recprocas.
Comentarios finalesA la luz de lo revisado en este artculo, el contexto histrico de la mediacin comunitaria en Chile (pasado y presente) y los nuevos escenarios sociales, hacen favorable la consolidacin de un sis-tema de justicia vecinal que incorpore progresivamente esta me-todologa. El enfoque de desarrollo humano predominante en las polticas pblicas y el desarrollo tecnolgico de la profesin del Trabajo Social propiciaran instalar este tipo de modelo de ges-tin en nuestras comunidades para potenciar su protagonismo, para que democrticamente y responsablemente intervengan en sus conflictos y acuerdos.
La mediacin comunitaria y/ o vecinal representa, en cualquiera de sus dos formas, un conjunto de beneficios sociales y de apor-tes a la democratizacin social del territorio, fortaleciendo su ca-pital social, psicosocial y simblico en el concepto de Boisier. Este tipo de mediacin tiene la oportunidad de aportar en gene-rar una cultura de responsabilizacin y aprendizaje de resolucin
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de conflictosa nivel comunitario, aumentando la eficiencia del proceso de desarrollo local. La responsabilidad en el conflicto, no solo individual sino tambin de actores u organizaciones den-tro de la comunidad, fortalece una cultura comunicativay de di-logo a nivel comunitario y disminuye la vulnerabilidad social de las personas, ya que se vincula con su posibilidad de asociativi-dad y fortalecimiento de la sociedad civil. Desde el constructivis-mo enfoque epistemolgico que propone construir la realidad a partir del lenguaje y los cdigos, la mediacin comunitaria permite a los sujetos o vecinos dialogar, situarse en igualdad de condiciones frente a un conflicto, generando una nuevaoportu-nidad para potenciar vnculos en la comunidad. En este sentido, los trabajadores sociales poseen los recursos tcnicos para gene-rar, procesar y concluir informacin que permita actuar proactiva-mente frente al conflicto de la comunidad.
La aplicacin de la tcnica de la mediacinfortalece, sin duda, el sentido de comunidad desde la visin aristotlica (bien comn, amistad, virtudes), desarrolla capital sinergtico y les entrega a los propios vecinos la posibilidad de mediar entre s en un primer nivel o de requerir apoyo ms especializado como el que podra generarse con la creacin de un centro municipal de mediacin comunitaria/vecinal. Consideramos que nuestra profesin es una alternativa totalmente vinculada con los principios, modelos y tcnicas de mediacin, sumado a las habilidades, competencias y destrezas necesarias para desarrollar esta metodologa de in-tervencin, intentando aportar a una cultura de acuerdos. Si bien reconocemos que no es un espacio privativo del campo del Tra-bajo Social y por lo tanto queda fuera del monopolio de sus actividades, es un buen espacio para fortalecer la participacin de los ciudadanos en sus propios asuntos, buscando aportar so-lidariamente a una cultura de paz.
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